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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITECNICA DE LA FUERZA


ARMADA NACIONAL U.N.E.F.A.

NUCLEO-NAGUANAGUA

Líquido cefalorraquídeo

Tutor Académico: Participantes


Octavio Moros

D1 0309/ enfermería

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Líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un líquido claro y transparente que se encuen-


tra en el espacio subaracnoideo alrededor del cerebro y la médula espinal. Es pro-
ducido principalmente por los plexos coroideos, que son estructuras especializa-
das en los ventrículos cerebrales.

El LCR cumple varias funciones importantes en el sistema nervioso central. Actúa


como un amortiguador protector para el encéfalo y la médula espinal, absorbiendo
los golpes y protegiéndolos de posibles lesiones. También proporciona un medio
de transporte de nutrientes, oxígeno y hormonas hacia las células del sistema ner-
vioso central, y ayuda a eliminar productos de desecho y toxinas del cerebro.

Además, el LCR ayuda a regular la presión intracraneal al proporcionar un equili-


brio hidrostático. También es crucial para mantener el ambiente químico adecuado
en el sistema nervioso central, ya que ayuda a eliminar sustancias potencialmente
tóxicas y regula el equilibrio de iones.

El LCR circula continuamente a través de los ventrículos cerebrales y el espacio


subaracnoideo alrededor del cerebro y la médula espinal. Después de cumplir sus
funciones, es reabsorbido en la sangre a través de unas estructuras llamadas gra-
nulaciones aracnoideas ubicadas en las meninges.

El análisis del LCR puede ser útil para diagnosticar ciertas enfermedades del siste-
ma nervioso central, ya que pueden revelar la presencia de células anormales,
infecciones, inflamación u otras alteraciones.

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Origen del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) se origina principalmente en los plexos coroideos,


que son estructuras especializadas ubicadas en los ventrículos cerebrales del ce-
rebro. Los plexos coroideos están formados por células epiteliales modificadas
que producen activamente el LCR.

Estos plexos coroideos contienen una red de capilares sanguíneos fenestrados y


células epiteliales especializadas llamadas coroidocitos. A través de un proceso
conocido como secreción activa, los coroidocitos producen y secretan el LCR en
los ventrículos cerebrales.

Posteriormente, el LCR fluye a través de diferentes espacios en el cerebro y la


médula espinal, como los ventrículos cerebrales, el espacio subaracnoideo y el
canal central de la médula espinal. También circula alrededor de los hemisferios
cerebrales, el cerebelo y la médula espinal.

El LCR se reabsorbe principalmente en el sistema venoso a través de las vellosi-


dades aracnoideas, estructuras similares a pequeñas válvulas ubicadas en las
meninges que permiten el paso del LCR al torrente sanguíneo.

En resumen, el LCR se origina en los plexos coroideos del cerebro y luego circula
por los distintos espacios del sistema nervioso central, cumpliendo funciones como
proteger y nutrir el tejido nervioso, eliminar productos de desecho y regular la pre-
sión intracraneal.

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Ubicación del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) se encuentra en el sistema ventricular y en el es-


pacio subaracnoideo del sistema nervioso central (SNC).

En el sistema ventricular, el LCR se encuentra en los ventrículos cerebrales, que


son cavidades dentro del cerebro. Los ventrículos cerebrales constan de dos ven-
trículos laterales, un tercer ventrículo y un cuarto ventrículo.

Desde los ventrículos cerebrales, el líquido cefalorraquídeo se extiende hacia el


espacio subaracnoideo, que es el espacio entre las membranas aracnoideas y
piamadre que rodean al cerebro y la médula espinal. El espacio subaracnoideo se
encuentra en todo el SNC, tanto en el cerebro como en la médula espinal.

En resumen, el líquido cefalorraquídeo se encuentra en los ventrículos cerebrales


y el espacio subaracnoideo del sistema nervioso central.

Composición del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) está compuesto principalmente por agua y contie-


ne diversos componentes en menor cantidad. Algunos de los componentes pre-
sentes en el LCR incluyen:

1. Glucosa: Es la principal fuente de energía para las células del sistema nervioso
central.

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2. Electrolitos (iones): Incluyen sodio, potasio, calcio, cloruro y bicarbonato, entre
otros. Estos electrolitos son importantes para el mantenimiento del equilibrio quí-
mico y la función celular.

3. Proteínas: Existen varios tipos de proteínas en el LCR, incluyendo albúmina y


globulinas. Estas proteínas ayudan a la función y regulación del LCR.

4. Aminoácidos: Son los bloques de construcción de las proteínas y juegan un


papel importante en la función celular y en la transmisión de señales del sistema
nervioso.

5. Lípidos: Son una parte integral de las membranas celulares y juegan un papel
en la función y estructura de las células nerviosas.

6. Hormonas: Algunas hormonas se encuentran en el LCR y participan en la regu-


lación del sistema nervioso y otras funciones corporales.

Es importante destacar que la composición del LCR puede variar en diferentes


condiciones fisiológicas y patológicas, y su análisis puede proporcionar informa-
ción diagnóstica en algunos casos clínicos.

Secreción del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) es producido y secretado principalmente por los


plexos coroideos, que son estructuras ubicadas en los ventrículos cerebrales del
cerebro. Estos plexos coroideos contienen células especializadas llamadas coroi-
docitos que producen el LCR.

Además de los coroidocitos, otras células del tejido cerebral también pueden con-
tribuir a la producción del LCR en menor medida.

El LCR fluye luego de ser secretado desde los ventrículos cerebrales hacia el es-
pacio subaracnoideo, que es el espacio que rodea el cerebro y la médula espinal
en el sistema nervioso central. A medida que el LCR fluye a través del espacio
subaracnoideo, también se produce una reabsorción y circulación continua del
LCR.

Es importante tener en cuenta que el LCR no es una secreción continua como tal,
sino más bien un líquido que se produce y circula constantemente para proporcio-
nar un medio de protección, nutrición y eliminación de productos de desecho en el
sistema nervioso central.

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Circulación del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) circula a través de un sistema de cavidades en el


cerebro y la médula espinal conocido como ventrículos y el espacio subaracnoideo
respectivamente.

El proceso de circulación del LCR comienza en los ventrículos cerebrales. El LCR


se produce en los plexos coroideos ubicados en los ventrículos laterales y luego
fluye hacia el tercer ventrículo a través de los agujeros interventriculares. Desde el
tercer ventrículo, el LCR fluye hacia abajo a través del acueducto cerebral y alcan-
za el cuarto ventrículo.

En el cuarto ventrículo, el LCR puede seguir dos rutas principales de circulación.


Una de ellas es fluir hacia el espacio subaracnoideo que rodea el cerebro y la mé-
dula espinal a través de las aberturas laterales, llamadas agujeros de Luschka, y
la apertura mediana, llamada agujero de Magendie. El LCR entonces se mueve a
lo largo del espacio subaracnoideo por encima y alrededor del cerebro y la médula
espinal.

La otra ruta de circulación del LCR es que parte de él pueda moverse hacia el ca-
nal central de la médula espinal. A través del canal central, el LCR puede ascen-
der o descender en dirección a diferentes niveles de la médula espinal.

Una vez que el LCR ha cumplido su función en la protección y nutrición del siste-
ma nervioso central, es reabsorbido en la circulación sanguínea a través de las
vellosidades aracnoideas en los senos venosos de la duramadre, una de las mem-
branas que recubren el cerebro y la médula espinal.

En resumen, la circulación del LCR implica su producción en los ventrículos cere-


brales, su flujo a través de los ventrículos y el espacio subaracnoideo, y finalmente
su reabsorción en la circulación sanguínea.

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Absorción del líquido cefalorraquídeo

La absorción del líquido cefalorraquídeo (LCR) se lleva a cabo principalmente a


través de las granulaciones aracnoideas, que son estructuras ubicadas en la su-
perficie del cerebro conocida como las vellosidades aracnoideas. Estas vellosida-
des son invaginaciones de la duramadre, una de las capas que recubre el cerebro
y la médula espinal.

Las granulaciones aracnoideas actúan como válvulas que permiten el paso del
LCR desde el espacio subaracnoideo hacia los senos venosos del cerebro, donde
se mezcla con la sangre y se absorbe. Este proceso se conoce como reabsorción
aracnoidea.

Además de la reabsorción aracnoidea, una pequeña cantidad de LCR también


puede ser absorbida a través de los vasos sanguíneos de los plexos coroideos,
que son los sitios de producción del LCR en los ventrículos cerebrales.

Es importante destacar que el equilibrio entre la producción y la absorción de LCR


es un proceso continuo y necesario para mantener la presión y la composición
adecuada del líquido cefalorraquídeo en el sistema nervioso central.

Función del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) desempeña varias funciones vitales en el sistema


nervioso central. Algunas de las funciones principales del LCR incluyen:

1. Protección: El LCR actúa como un amortiguador alrededor del cerebro y la mé-


dula espinal, protegiéndolos de impactos y lesiones. Ayuda a reducir el impacto de
los golpes o movimientos bruscos.

2. Flotabilidad: El LCR actúa como una estructura de soporte para el cerebro,


permitiendo que flote en el interior del cráneo. Esto reduce el peso efectivo del
cerebro y evita que se comprima bajo su propio peso.

3. Mantenimiento del entorno químico: El LCR ayuda a mantener un entorno


químico y homeostasis adecuados para el funcionamiento óptimo del tejido nervio-
so. Transporta nutrientes, oxígeno y hormonas a las células nerviosas y elimina
productos de desecho metabólico.

4. Distribución de sustancias: El LCR actúa como un medio de transporte para


la distribución de neurotransmisores y otras sustancias químicas en el sistema
nervioso central, facilitando la comunicación entre las células nerviosas.

5. Eliminación de desechos: El LCR también juega un papel importante en la


eliminación de productos de desecho y toxinas del cerebro y la médula espinal.

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Estas son solo algunas de las funciones principales del LCR en el organismo. Es
una sustancia vital para el funcionamiento adecuado del sistema nervioso central.

Patologías que puede producir el líquido cefalorraquídeo

Existen varias patologías que pueden afectar el líquido cefalorraquídeo (LCR). Al-
gunas de ellas son:

1. Hidrocefalia: Es una condición en la cual hay una acumulación anormal de


LCR en los ventrículos cerebrales, lo que puede causar aumento de presión y da-
ño cerebral.

2. Meningitis: Es una inflamación de las meninges (las membranas que rodean el


cerebro y la médula espinal), generalmente causada por una infección bacteriana,
viral o fúngica. Puede provocar acumulación de células inflamatorias y un aumento
en la producción de LCR.

3. Hemorragia subaracnoidea: Es un sangrado en el espacio subaracnoideo,


que es el espacio donde circula el LCR. Puede ser causado por una ruptura de un
aneurisma o un traumatismo craneoencefálico, y puede alterar la circulación nor-
mal del LCR.

4. Tumores cerebrales o espinales: Los tumores pueden obstruir el flujo normal


del LCR o aumentar su producción, lo que puede llevar a una acumulación anor-
mal y aumentar la presión intracraneal.

Estas son solo algunas de las muchas patologías que pueden afectar al líquido
cefalorraquídeo. Es importante destacar que cada una de estas condiciones tiene
síntomas y tratamientos específicos, por lo que es importante consultar a un médi-
co para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento.

La falta de líquido cefalorraquídeo (LCR) en el sistema nervioso central puede ser


indicativa de ciertas patologías o condiciones médicas, aunque es menos común
que el exceso de LCR. Algunas de estas condiciones pueden incluir:

1. Hipovolemia: La hipovolemia se refiere a la disminución del volumen de sangre


circulante en el cuerpo. En casos graves, esto puede afectar el suministro de nu-
trientes y oxígeno al sistema nervioso central, incluido el LCR.

2. Deshidratación severa: La deshidratación prolongada y severa puede afectar


la producción y circulación adecuada del LCR en el cerebro y la médula espinal.
Esto puede contribuir a síntomas como dolor de cabeza, confusión y mareos.

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3. Lesiones medulares: Las lesiones que afectan directamente la médula espinal,
como fracturas o compresiones, pueden interferir con la circulación normal del
LCR en el sistema nervioso central.

Es importante mencionar que estas condiciones no implican una falta completa de


LCR, sino más bien una disminución en su volumen o circulación adecuada. Si
sospechas de alguna condición médica, es importante consultar a un profesional
de la salud para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

El exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) en el sistema nervioso central puede


ser indicativo de ciertas patologías o condiciones médicas, y se conoce como hi-
drocefalia. Algunas de estas patologías son:

1. Hidrocefalia congénita: Es cuando la hidrocefalia está presente en el momen-


to del nacimiento debido a malformaciones estructurales o anormalidades del de-
sarrollo fetal.

2. Hidrocefalia adquirida: Puede ocurrir más adelante en la vida debido a diver-


sas causas, como hemorragias cerebrales, infecciones del sistema nervioso cen-
tral, tumores cerebrales, traumas o malformaciones vasculares.

3. Hidrocefalia de presión normal: Se caracteriza por un aumento gradual del


LCR en los ventrículos cerebrales, lo que produce síntomas similares a la demen-
cia, como problemas de memoria, dificultades para caminar y cambios en la perso-
nalidad. A diferencia de otras formas de hidrocefalia, la presión en el LCR se man-
tiene dentro de los rangos normales.

4. Síndrome de Arnold Chiari: Esta malformación congénita del cerebro puede


provocar la acumulación de LCR en los ventrículos cerebrales.

Estas son solo algunas de las patologías que pueden ocasionar el exceso de líqui-
do cefalorraquídeo en el sistema nervioso central. Cada caso es único y debe ser
evaluado por un médico especializado para su diagnóstico y tratamiento adecua-
dos.

Exámenes

Existen varios exámenes que se pueden realizar para evaluar las distintas patolo-
gías relacionadas con el líquido cefalorraquídeo (LCR). Algunos de los exámenes
más comunes son:

1. Punción lumbar: También conocida como punción raquídea, consiste en ex-


traer una muestra de LCR a través de una aguja insertada en la parte baja de la

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espalda. Esta muestra de líquido puede ser analizada para detectar infecciones,
inflamaciones u otras anomalías.

2. Tomografía computarizada (TC): Este examen utiliza radiografías de rayos X


y tecnología computarizada para crear imágenes detalladas del cerebro y la co-
lumna vertebral. Puede ayudar a identificar tumores, lesiones o bloqueos que pue-
dan afectar la circulación del LCR.

3. Resonancia magnética (RM): La RM utiliza un campo magnético y ondas de


radio para crear imágenes claras y detalladas del cerebro y la médula espinal.
Puede proporcionar información sobre malformaciones estructurales, tumores,
obstrucciones o anomalías en el flujo del LCR.

4. Ecografía transfontanelar: Este examen se realiza en bebés recién nacidos y


utiliza ondas de ultrasonido para obtener imágenes del cerebro a través de las fon-
tanelas (espacios entre los huesos del cráneo). Puede ayudar a identificar condi-
ciones como la hidrocefalia o hemorragias intracraneales.

5. Estudios de flujo del LCR: Estos estudios, como la cine resonancia magnética
(cine RM) o la angiografía por resonancia magnética (ARM), se centran en anali-
zar el movimiento y la circulación del LCR en el cerebro y la columna vertebral.
Pueden detectar obstrucciones, malformaciones o alteraciones en el flujo normal
del LCR.

El análisis del líquido cefalorraquídeo es un grupo de pruebas que usa una mues-
tra de su líquido cefalorraquídeo para ayudar a diagnosticar enfermedades y ano-
malías que afectan al cerebro y la médula espinal y otros problemas que afectan el
sistema nervioso central.

Otros nombres: Análisis del líquido cerebroespinal, análisis del líquido cefalorra-
quídeo.

¿Para qué se usa?

El análisis del líquido cefalorraquídeo se usa para medir diferentes sustancias en


su líquido cefalorraquídeo. Puede incluir pruebas para:

Enfermedades infecciosas del cerebro y la médula espinal como meningitis y en-


cefalitis. Las pruebas de infecciones en el líquido cefalorraquídeo examinan los
glóbulos blancos, las bacterias y otras sustancias en el líquido cefalorraquídeo

Trastornos autoinmunitarios, como el síndrome de Guillain-Barré y la esclerosis


múltiple. Las pruebas de estos trastornos en el líquido cefalorraquídeo buscan ni-

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veles altos de ciertas proteínas en el líquido cefalorraquídeo. Son las pruebas de
albúmina y de IgG (inmunoglobulina G) en el líquido cefalorraquídeo.

Sangrado en el cerebro

Tumores cerebrales, incluyendo cánceres en otras partes del cuerpo que pueden
propagarse al sistema nervioso

Enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia, que incluye pérdida


de la memoria, confusión y cambios en el comportamiento

Es importante destacar que el médico especialista determinará qué exámenes son


necesarios según los síntomas y las características específicas de cada paciente.

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