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Acuso recibo del escrito citado en la referencia, con el cual presenta consulta
relativa a un crédito de bien inmueble destinado a vivienda, constituido en la
segundada clase de los procesos concursales y otros aspectos inherentes con
este aspecto, inquietudes que se resolverán en el orden propuesto.
Así mismo el artículo 10, del Decreto 2610 de 1979, modificó el artículo 21 de la
Ley 66 de 1968, el cual quedó así:
“(…) En los casos de liquidación, las cuotas que hallan pagado los
prominentes compradores o afiliados tendrán el carácter de crédito
privilegiado de segunda clase en los términos del numeral 3º del artículo 2497
del Código Civil siempre que la promesa de contrato haya sido válidamente
celebrada y el Superintendente o su Agente Liquidador tenga certeza de la fecha
de su otorgamiento.” (Negrilla fuera de texto).
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2.° El acarreador o empresario de transportes sobre los efectos acarreados que tenga en su poder o en el de sus agentes
o dependientes, hasta concurrencia de lo que se deba por acarreo, expensas y daños; con tal que dichos efectos sean de
la propiedad del deudor. Se presume que son de la propiedad del deudor, los efectos introducidos por él en la posada, o
acarreados de su cuenta.
3.° El acreedor prendario sobre la prenda.
3 Declarado exequible Sentencia de la Corte Suprema de Justicia Sentencia 829 de 1981
Posteriormente, el Decreto 2610 de 1979 (octubre 26) “por el cual se reforma la
Ley 66 de 1968”, en el artículo 10 dispuso:
Finalmente, la Ley 388 de 1997 (julio 18) “Por la cual se modifican la Ley 9ª de
1989 y la Ley 3ª de 1991 y se dictan otras disposiciones”, en el artículo 125,
reguló lo siguiente:
Conforme a lo previsto por el parágrafo 3° del artículo 125 de la Ley 388 de 1997,
lo que se encuentra cobijado con el privilegio para el pago de los créditos de
segunda clase, son los valores o créditos que por concepto de cuotas hubieren
cancelado los promitentes compradores, de bienes destinados a vivienda,
siempre y cuando la promesa de contrato haya sido válidamente celebrada y se
tenga certeza de su otorgamiento.
Se entiende que los valores o créditos que por concepto de cuotas hubieren
cancelado los promitentes compradores, de bienes destinados a vivienda,
adquiridos de personas naturales o jurídicas que se dediquen a la construcción y
enajenación de inmuebles destinados a vivienda, en los términos del artículo 125
de la Ley 388 de 1997 en concordancia con lo previsto por los artículos 1° y 2° ss
del Decreto 2610 de 1979, se entiende que son créditos de segunda clase,
conforme a la regulación anteriormente se precisa.
iii. “(…) Para que las cuotas que han pagado los promitentes compradores
de bienes inmuebles se califiquen y gradúen como créditos de segunda
clase deben concurrir dos requisitos o solo uno de ellos: ¿el inmueble esté
destinado a vivienda y/o el proceso concursal lo afronte un constructor o
comercializador de vivienda? ¿ambos? ¿uno solo?.”
Para que los valores o créditos que por concepto de cuotas hubieren cancelado
los promitentes compradores, de bienes destinados a vivienda, adquiridos de
personas naturales o jurídicas que se dediquen a la construcción y enajenación
de inmuebles destinados a vivienda, sean calificados como se segunda clase, no
se requiere que dichas personas se encuentren en procesos concursales, pues
tal prerrogativa opera sin estar supeditados a este ase procesal indicado.
“(…) se establece en el Parágrafo Tercero del artículo 125 en cita, que los
valores o créditos que los promitentes compradores de inmuebles hubieren
entregado al concursado a título de cancelación de cuotas del precio del
inmueble, se deben tener dentro del respectivo trámite concursal como créditos
de la segunda clase, "en los términos del artículo 10 del Decreto 2610 de 1.979,
siempre que la promesa de contrato haya sido válidamente celebrada y se tenga
certeza de su otorgamiento".
Como quiera que se hace remisión al artículo 10 del Decreto 2610 de 1.979, es
preciso acudir a su texto, en cuya lectura se encuentra que allí se cataloga a
dichos créditos como "privilegiados de segunda clase en los términos del numeral
3º. del artículo 2497 del Código Civil...", lo que significa que el crédito del
promitente comprador se equipara al que tiene el acreedor prendario sobre la
prenda.
De esta forma, queda claro cuáles son los dos requisitos que deben concurrir
para que sea reconocidos los valores o créditos que por concepto de cuotas
hubieren cancelado los promitentes compradores, como créditos de segunda
clase, conforme al orden de prelación de los mismos a tono con lo dispuesto por
el numeral 3° del artículo 2497 del Código Civil, lo cual, si ben el concepto citado
hace mención a los procesos concursales, los supuestos facticos de la norma,
siguen siendo los mismos, a la luz de lo previsto por el parágrafo 3 del artículo
125 de la Ley 388 de 1997, arriba indicado.
iv. “(…) Cuando se entiende que un crédito está amparado por negocios
fiduciarios con fines de garantía para que acceda a que se califique gradué
como un crédito de tercera clase en los términos del auto que reseñe al
inicio de este escrito?”
Se debe entender, que un crédito amparado por negocios fiduciarios con fines de
garantía y para que acceda a que se califique y se gradué como un crédito de
segunda o de tercera clase, se atenderá a la naturaleza de los bienes
fideicomitidos (Bienes muebles o bienes inmuebles según el caso), conforme lo
prescrito por el artículo 50 numeral 7, inciso 3 de la ley 1116 de 2006, así:
“(…) Los acreedores beneficiarios del patrimonio autónomo serán tratados como
acreedores con garantía prendaria o hipotecaria, de acuerdo con la naturaleza de
los bienes fideicomisitos.” (Subraya fuera de texto).
A este propósito, baste para ello sugerir la consulta del Oficio 220-014111 del 18
de febrero de 2015, con el cual esta Oficina, abordó el tema y señaló algunos
parámetros para entender mejor lo que debe considerarse como proveedores de
materias primas o insumos necesarios para la producción o transformación de
bienes o para la prestación de servicios, que les permite ser calificados y
graduados dentro de los créditos de cuarta clase, en orden a ello, se citaran
algunos apartes así:
“(…) No ajeno a la temática anterior, puede decirse que todo aquello que se
utiliza en el proceso productivo para la elaboración de un bien o servicio, se
refiere a materias primas o insumos que se utilizan para la producción,
transformación de bienes o para la prestación de un servicio por la sociedad y
quienes los suministren se encuentra dentro de la preferencia legal anotada.
Adicionalmente, en todo ese proceso económico indicado se generan unos
gastos inherentes precisamente con esas funciones que tienen que ver con
el giro ordinario o actividad principal que en forma habitual u ordinaria,
ejecuta la sociedad.
Cordialmente,