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TEMA 8

CONCURRENCIA DE ACREEDORES
(Actualización del manual)
Teresa Asunción Jiménez París
Profesora Titular de Derecho Civil

II.- LOS CRÉDITOS PRIVILEGIADOS (Complementa el manual).

La clasificación y graduación que para los créditos establece el


art. 1922 y ss. CC rige en caso de cesión de bienes para pago a los
acreedores.
También en las ejecuciones singulares ordinarias en las que
se hace valer por medio de la llamada tercería de mejor derecho.
Por ejemplo goza de preferencia de cobro un crédito por
sentencia anterior que se hace valer mediante tercería de mejor
derecho en un proceso de ejecución derivado de una sentencia
posterior.
De acuerdo con el artículo 614 de la LEC quien afirme que le
corresponde un derecho a que su crédito sea satisfecho con
preferencia al del acreedor ejecutante podrá interponer demanda de
tercería de mejor derecho, a la que habrá de acompañarse un
principio de prueba del crédito que se afirma preferente.
Interpuesta la tercería de mejor derecho en el tiempo indicado
en el artículo 615 LEC, la ejecución forzosa continuará hasta realizar
los bienes embargados, depositándose lo que se recaude en la
Cuenta de Depósitos y Consignaciones para reintegrar al ejecutante
de las cosas de la ejecución y hacer pago a los acreedores por el
orden de preferencia que se determine al resolver la tercería (art. 616
LEC).
La tercería de mejor derecho se sustancia por los cauces del
juicio verbal y se dirige contra el acreedor ejecutante (art. 617.1 LEC).
La sentencia que se dicte en la tercería de mejor derecho
resolverá sobre la existencia del privilegio y el orden en que los
créditos deben ser satisfechos en la ejecución en que aquella
sentencia recaiga (art. 620. 1 LEC). Si la sentencia estima la tercería

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de mejor derecho, no se entregará al tercerista cantidad alguna
procedente de la ejecución, mientras no se hayan satisfecho al
ejecutante las tres quintas partes de las costas causadas en ésta
hasta el momento en que recaiga aquella sentencia (art. 620.2 LEC).

III.- EL CONCURSO DE ACREEDORES


Como hemos explicado antes en la actualidad existe un doble
sistema de clasificación y graduación de los créditos: uno para el caso de
concurso que se rige por el Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo,
por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley Concursal,
recientemente modificado por la Ley 16/2022, de 5 de septiembre y otro
para el resto de situaciones de concurrencia de créditos que se resuelve
por los artículos 1921 y siguientes del Código Civil.
La apertura de concurso depende de la existencia de un estado de
insolvencia del deudor común. Este puede ser persona natural o persona
jurídica, salvo los entes públicos que no pueden ser declarados en
concurso. Las microempresas definidas como tales en el Libro III, se
sujetan exclusivamente a las disposiciones del Libro III, relativo al
procedimiento especial para microempresas (personas naturales o
jurídicas que llevan a cabo una actividad empresarial o profesional y que
en el año anterior a la solicitud de concurso hayan empleado una media
de menos de diez trabajadores; que tengan un volumen de negocio anual
inferior a 700.000 euros o un pasivo inferior a 350.000 euro, según las
últimas cuentas cerradas en el ejercicio anterior a la presentación de la
solicitud). El resto de concursos de personas físicas y jurídicas se sujetan
a las disposiciones del Libro I de la Ley Concursal (art. 1 en relación con
el art. 685 LC).
La insolvencia puede ser actual o inminente. Se encuentra en estado
de insolvencia actual el deudor que no puede cumplir regularmente sus
obligaciones exigibles. Se encuentra en estado de insolvencia inminente
el deudor que prevea que dentro de los tres meses siguientes no podrá
cumplir regular y puntualmente sus obligaciones (arts. 2.2 y 2.3 LC).
El concurso es voluntario cuando la primera de las solicitudes
presentadas hubiera sido la del propio deudor (art. 29.1 LC). En los demás
casos se considera necesario (es decir, cuando es iniciado a iniciativa de
los acreedores o de terceras personas legitimadas, p.e., para la
declaración de concurso de una sociedad están legitimados los socios

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personalmente responsables de las deudas de aquella ex art. 3.3. en
relación con el art. 29.1 LC).
Si el concurso es iniciado a iniciativa de los acreedores debe
fundarse necesariamente en alguno de los hechos del artículo 2.4
reveladores del estado de insolvencia (p.e., la existencia de un título por el
cual se haya despachado mandamiento de ejecución sin que del embargo
hubieran resultado bienes libres conocidos bastantes para el pago o el
alzamiento o liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el
deudor).
El deudor tiene el deber de solicitar la declaración de concurso
dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que hubiera conocido o
debido conocer el estado de insolvencia actual (art. 5.1 LC). Salvo prueba
en contrario, se presumirá que el deudor ha conocido su estado de
insolvencia cuando hubiera acaecido alguno de los hechos reveladores del
estado de insolvencia indicados en el artículo 2.4 LC y que permiten a otros
legitimados instar la declaración de concurso.
El deudor debe acompañar a la solicitud todos los documentos que
considere necesarios para acreditar su estado de insolvencia actual o
inminente y, en todo caso, los indicados en los artículos 7 y 8 LC. La
solicitud se presenta por procurador en el modelo oficial, con la firma de
este y de abogado. El poder debe ser especial para solicitar el concurso.
Entre dichos documentos deberá aportarse la relación de acreedores con
expresión de la identidad, domicilio y dirección electrónica, si la tuviere, de
cada uno de ellos, así como de la cuantía y el vencimiento de los
respectivos créditos y las garantías personales o reales constituidas (art.
7.3º LC).
Declarado el concurso de acuerdo con los trámites regulados en los
artículos 10 a 26 LC y por medio de auto, dicha declaración afecta a las
facultades patrimoniales del deudor concursado sobre los bienes del
mismo integrados en la masa activa del concurso.
Si el concurso es necesario, se suspenden sus facultades de
administración y disposición sobre tales bienes, siendo sustituido por la
administración concursal. Si el concurso es voluntario, el concursado
conservará las facultades de administración y disposición sobre la masa
activa, pero el ejercicio de dichas facultades quedan sujetas a la
intervención de los administradores concursales (art. 106 LC), de manera
que los administradores concursales supervisan y autorizan o no cada una

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de sus operaciones de administración o disposición en interés de los
acreedores del concursado.
La declaración de concurso supone también que los acreedores no
podrán abrir ejecuciones singulares judiciales o extrajudiciales ni apremios
administrativos (incluso tributarios) contra los bienes o derechos
integrados en la masa activa. Los procedimientos de ejecución que se
hallen en tramitación quedarán en suspenso desde la fecha de la
declaración de concurso, sin perjuicio del tratamiento concursal que
corresponda dar a los respectivos créditos. Serán nulas cuantas
actuaciones se hubiesen realizado desde tal declaración (art. 142 y 143.1
LC). Ello obedece a la vis atractiva del concurso y a la necesidad de
proceder a un reparto ordenado del patrimonio del deudor entre sus
acreedores, lo que sería incompatible con la proliferación de ejecuciones
singulares al margen del concurso.
La masa activa del concurso estará constituida por la totalidad de
los bienes y derechos integrados en el patrimonio del concursado a la
fecha de la declaración de concurso y por los que se reintegren al mismo
o adquiera hasta la conclusión del procedimiento (p.e, bienes que adquiere
por una herencia abierta a su favor). Se exceptúan los bienes y derechos
que aun teniendo carácter patrimonial sean legalmente inembargables
(art. 192 LC).
De acuerdo con el artículo 226 LC, declarado el concurso serán
rescindibles los actos perjudiciales para la masa activa realizados por el
deudor dentro de los dos años anteriores a la fecha de solicitud del
concurso, así como los realizados desde esa fecha a la de declaración,
aunque no hubiera existido intención fraudulenta.
Por otro lado, se debe fijar la masa pasiva, que se compone, en
virtud del artículo 251 LC de todos los créditos contra el deudor, ordinarios,
o no, existentes a la fecha de la declaración de concurso, cualquiera que
sea la nacionalidad y el domicilio del acreedor.
Son créditos con privilegio especial los indicados en el artículo 270
LC, como los créditos garantizados con hipoteca legal o voluntaria,
inmobiliaria o mobiliaria, o con prenda sin desplazamiento sobre los bienes
o derechos hipotecados o pignorados; los créditos refaccionarios, sobre
los bienes refaccionarios, etc.
Son créditos con privilegio general los créditos anteriores a la
declaración de concurso, en la cuantía que resulte de multiplicar el triple
del salario mínimo interprofesional por el número de días de salario
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pendientes de pago; los créditos tributarios, los créditos de la seguridad
social y demás de derecho público, etc. (art. 280 LC).
Son créditos subordinados, los señalados en el art. 281 LC, los
créditos por intereses de cualquier clase, incluidos los moratorios, salvo
los correspondientes a créditos con garantía real hasta donde alcance la
garantía; los crédito por multas y demás sanciones pecuniarias.
Son créditos ordinarios los no clasificados en ninguna de las otras
clases, por ejemplo, los créditos por alimentos nacidos y vencidos antes
de la declaración de concurso (arts. 269 y 281.2.1º LC).
La administración concursal deberá presentar en el plazo indicado
en el art. 290 LC (dentro de los dos meses siguientes a la fecha de
aceptación del cargo), un informe sobre la situación patrimonial del
concursado con el inventario de la masa activa y la lista de acreedores.
El concurso finalizará por la formalización de un convenio o por una
liquidación colectiva.
La propuesta de convenio puede ser formulada por el deudor y por
los acreedores cuyos créditos superen una quinta parte de la masa pasiva
(art. 315 LC).
La propuesta deberá contener proposiciones de quita, espera o de
quita y espera. La espera no podrá ser superior a los diez años (art. 317
LC). En ningún caso la propuesta podrá suponer la alteración de la
clasificación de los créditos establecida por esta ley ni la liquidación de la
masa activa para la satisfacción de los créditos (art. 318.1.2º y 3º LC).
La propuesta de convenio acompañada del plan de pagos (art. 331
LC) deberá ser aprobada por los acreedores conforme a las mayorías
establecidas en el artículo 376 LC. La adhesión o la oposición a la
propuesta de convenio habrán de efectuarse por escrito con firma ológrafa
o electrónica que se entregará o remitirá a la administración concursal con
acreditación de la identidad del firmante. El juez deberá dictar sentencia
aprobando o rechazando el convenio.
Si el deudor incumple el convenio aprobado, cualquier acreedor al
que le afecte el incumplimiento podrá solicitar la declaración de
incumplimiento (art. 402.1 LC), cuya estimación supondrá que quedarán
sin efecto las quitas y esperas que en él se contuvieran (art. 404 LC). Una
vez recaída resolución judicial firme que declara el incumplimiento del
convenio (art. 409.5º LC) se abrirá de oficio la fase de liquidación.

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Esta fase también puede abrirse cuando el deudor lo solicite en
cualquier momento (art. 406 LC); durante la vigencia del convenio cuando
el deudor conozca la imposibilidad de hacer frente a los pagos
comprometidos y las obligaciones contraídas con posterioridad a la
aprobación de aquel (art. 407 LC); a solicitud de la administración
concursal en caso de cese total o parcial de la actividad empresarial o
profesional del deudor (art. 408 LC). De oficio también puede abrirse en
los casos del artículo 409 LC.
La apertura de la liquidación producirá el vencimiento anticipado de
los créditos concursales aplazados y la conversión en dinero de aquellos
que consistan en otras prestaciones (art. 414 LC).
De no haber establecido el juez reglas especiales de liquidación, el
administrador concursal realizará los bienes y derechos de la masa activa
del modo más conveniente para el interés del concurso con los límites que
se señalan en el capítulo III del título IV del Libro I y en los arts. 422 y ss.
LC. Así, por ejemplo, el conjunto de los establecimientos u otras unidades
productivas de bienes o servicios de la masa activa se enajenará como un
todo, salvo que el juez hubiera autorizado la enajenación individualizada.
El pago a los acreedores se lleva a cabo de acuerdo con las reglas
de prelación de pago de los créditos (arts. 429 y ss.)
Primero se abonan los créditos con privilegio especial con cargo a
los bienes afectos al privilegio. Luego se abonan los créditos con privilegio
general con cargo al resto de bienes por su orden de graduación (art. 280
LC), y en su caso, a prorrata dentro de cada número. Luego se satisfacen
los créditos ordinarios según el principio par conditio creditorum, o sea, a
prorrata. Si son satisfechos íntegramente los créditos ordinarios, se
satisfacen los subordinados por el orden de su graduación y en su caso, a
prorrata dentro de cada número.
De acuerdo con el artículo 441 LC, el concurso se calificará como
fortuito o culpable. Como regla general el concurso se calificará como
culpable cuando en la generación o en la agravación del estado de
insolvencia hubiera mediado dolo o culpa grave del deudor.
El artículo 443 LC establece una presunción iuris et de iure de
culpabilidad en ciertos casos. P.e., cuando la apertura de la liquidación se
haya producido de oficio por incumplimiento del convenio debido a causa
imputable al concursado (art. 443.6º LC). El artículo 444 LC establece
presunciones iuris tantum de culpabilidad, así cuando el deudor hubiera
incumplido el deber de solicitar la declaración del concurso.
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La sentencia de calificación declarará el concurso como fortuito o
culpable. Si lo calificara como culpable, expresará la causa o causas en
que se fundamente la calificación (art. 455.1 LC).
La sentencia que califique el concurso como culpable determinará
las personas afectadas por la calificación (p.e., administradores de la
persona jurídica); la inhabilitación de las personas naturales afectadas por
la calificación para administrar los bienes ajenos durante un periodo de 2
a 15 años, así como para representar a cualquier persona durante el
mismo periodo. P.e., para administrar los bienes de los hijos sujetos a
patria potestad. La sentencia puede contener también la condena a los
administradores de la persona jurídica cuya conducta hubiera determinado
la calificación del concurso como culpable a cubrir el déficit (o sea, el
pasivo no satisfecho en la liquidación).
El concurso concluye por las causas indicadas en el art. 465 LC. Por
ejemplo, por cumplimiento del convenio o por conclusión de la liquidación
y aplicación de lo obtenido a la satisfacción de los créditos.
Concluido el concurso por liquidación, el deudor persona natural
quedará responsable del pago de los créditos insatisfechos (art. 1911 CC),
salvo que obtenga el beneficio de la exoneración del pasivo insatisfecho.
Los acreedores, por lo tanto, podrán iniciar ejecuciones singulares en tanto
no se acuerde la reapertura del concurso o no se declare nuevo concurso.
Para tales ejecuciones la inclusión de su crédito en la lista definitiva de
acreedores se equipara a una sentencia firme de condena (art. 484 LC).
Si el concurso que ha concluido por liquidación fuese de persona
jurídica, el juez ordenará el cierre provisional de la hoja abierta a esa
persona jurídica en el registro público que figure inscrita (p.e., Registro
Mercantil). Transcurrido un año sin que se hubiese producido la reapertura
del concurso, se procederá a la cancelación de la inscripción de la persona
jurídica, con cierre definitivo de la hoja, lo que supone la desaparición de
la persona jurídica del tráfico (art. 485 LC).
La reapertura del concurso del deudor persona natural solo podrá
tener lugar dentro de los cinco años siguientes a la conclusión por
liquidación. En el caso de la persona jurídica sólo podrá tener lugar en el
año siguiente a la fecha de conclusión del concurso por liquidación. La
reapertura se produce cuando aparecen bienes o derechos cuya
existencia se desconocía (arts. 503 y ss. LC).

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IV.- LA EXONERACIÓN DEL PASIVO INSATISFECHO.
Concluido el concurso por la finalización de la liquidación de la masa
activa, el deudor persona natural (empresario, o profesional, o
consumidor) puede solicitar la exoneración del pasivo insatisfecho en el
concurso, lo que supone imponer a los acreedores una condonación
forzosa de los créditos concursales insatisfechos. Solo el deudor de buena
fe puede solicitar esta exoneración. Para ello es preciso que el concurso
del deudor no haya sido declarado culpable y que el deudor no haya sido
condenado en sentencia firme por determinados delitos (contra el
patrimonio, el orden socioeconómico… en los diez años anteriores a la
solicitud de la exoneración). La buena fe del deudor está objetivada por la
Ley Concursal en el art. 487 LC, con la peculiaridad de que tras la reforma
operada por la Ley 16/2022, se considera también deudor de mala fe aquel
deudor que se haya comportado de forma temeraria o negligente al tiempo
de contraer el endeudamiento, incluso sin que ello haya determinado la
calificación del concurso como culpable, para determinar lo cual el juez
deberá tener en cuenta una serie de parámetros entre los cuales se
encuentra, por ejemplo, la información suministrada por el deudor al
acreedor prestamista antes de la concesión del préstamo a los efectos de
evaluación de su solvencia (la información fue falsa, engañosa …). La Ley
5/2019, de 15 de marzo, reguladora de los contratos de crédito inmobiliario
regula la evaluación de la solvencia del deudor (arts. 11, 12 y 13) así como
la Ley 16/2011, de 24 de junio, de contratos de crédito al consumo (art.
14).
Si el concurso ha concluido por liquidación de los bienes de la
persona natural, y la administración concursal y los acreedores
personados muestran conformidad a la solicitud del deudor o no se oponen
a ella en el plazo legal, el juez concederá la exoneración en la resolución
que declare la conclusión del concurso. La oposición a la exoneración solo
podrá fundarse en que falta alguno de los requisitos o presupuestos a que
la condiciona la ley (art. 501 LC).
Ahora bien, también es posible que el deudor persona natural de
buena fe solicite la exoneración del pasivo insatisfecho con sujeción a un
plan de pagos sin previa liquidación de la masa activa. Esta solicitud se
puede presentar en cualquier momento antes de que el juez acuerde la
liquidación de la masa activa (art. 495 LC).
En la propuesta de plan de pagos el deudor deberá incluir un
calendario de pagos y relacionar los recursos a utilizar para su

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cumplimiento. El plan de pagos puede tener una duración de 3 o 5 años.
Presentadas las alegaciones por los acreedores, el juez, previa
verificación de que concurren los presupuestos y requisitos establecidos
por la ley para ser merecedor de la exoneración, y de las posibilidades de
cumplimiento del plan de pagos concederá de forma provisional la
exoneración de créditos en la forma determinada en el plan de pagos
(conforme al cual no se va a abonar todos los créditos pendientes). Cada
6 meses el deudor informará al juez del concurso del cumplimiento del
plan. Transcurrido el plazo fijado para el plan de pagos sin que se hubiese
revocado este beneficio (p.e., por incumplimiento del plan), el juez dictará
auto concediendo la exoneración definitiva del pasivo insatisfecho (arts.
495 y ss.).
No obstante, aunque el deudor no hubiese cumplido el plan de
pagos en su integridad el juez podrá conceder la exoneración definitiva si
el incumplimiento del plan resulta de accidente, enfermedad u otros
acontecimientos graves e imprevisibles que afecten al deudor (deudor de
buena fe pero desafortunado) ex art. 500.2 LC.
La exoneración del pasivo insatisfecho puede revocarse a petición
de los acreedores en uno y otro caso si se acredita que el deudor ha
ocultado bienes o ingresos, o si durante los 3 años siguientes a la
exoneración con liquidación de masa activa o a la exoneración provisional
con plan de pagos, mejorase sustancialmente la fortuna del deudor por
causa de herencia, legado, donación o por juego de suerte, envite o azar,
de modo que pudiera pagar todo o parte del pasivo exonerado.
Los acreedores cuyos créditos se extinguen por la exoneración no
podrán ejercitar ningún tipo de acción frente al deudor para su cobro (se
haya obtenido la exoneración por una u otra vía) (art. 490 LC).
La exoneración no afecta a los derechos de los acreedores frente a
otros deudores solidarios, fiadores, etc. (art. 492 LC).
BIBLIOGRAFÍA:
DE VERDA Y BEAMONTE, J. R. (coord.). (2021). Derecho Civil II.
Obligaciones y Contratos. 5ª Edición. Valencia: Tirant lo Blanch.

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