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68 Código Civil.

Derecho de Sucesiones

Por eso la sucesión por antonomasia es la mortis causa; con la muerte del
causante la relación con su patrimonio ha quedado interrumpida, no siendo
admisible que esas relaciones jurídicas patrimoniales queden sin sujeto; por
eso, es imprescindible que otra u otras personas entren en su lugar. Es necesa-
rio que el ordenamiento legal prevea esta situación no solo por razones de
orden privado sino público.
La muerte de la persona natural determina la apertura de la sucesión he-
reditaria y con ella, la transmisión de la herencia a los herederos, pero ésta es
sólo provisional. La adquisición de la herencia por los herederos se convierte
en definitiva, irrevocable y perpetua con la aceptación por parte de éstos, por
ser un derecho propio y personal de cada heredero. Con la aceptación del
derecho a la herencia se ha convertido, definitivamente, en un derecho heredi-
tario ex tune, es decir que sus efectos se retrotraen al instante de la muerte del
causante. Una vez heredero, siempre heredero, como señala una máxima ro-
mana: Semel heres, semper heres. Por tal motivo se afirma que la trasmisión
sucesoria con motivo de la muerte de una persona opera ipso iure, pero supedi-
tado a una conditio juris: la aceptación que sólo la confirma, la consolida.

4. SUCESIÓN UNIVERSAL Y PARTICULAR

José Luis Pérez Lasala explica que el derecho de sucesiones comprende el


estudio de la sucesión mortis causa a título universal y las adquisiciones a título
particular, con todas las particularidades y efectos que determina el ordena-
miento jurídico 12 •
Según Domínguez Benavente y DomínguezÁguila, «El asignatario pue-
de ser fundamentalmente heredero o legatario. Es heredero cuando se le llama
a una asignación denominada herencia (art. 954), y es legatario cuando se le
llama a una asignación denominada legado (art. 954). Si el llamamiento para
suceder al difunto es a título universal, el asignatario se denomina heredero; si
es a título particular», recibe el nombre de legatario. Puede concluirse que el
heredero es el sucesor del causante a título universal, y legatario quien sucede
a título particular 13• Esta tesis proviene del Derecho Romano .

12 PÉREZ LASALA,José Luis. Curso de Derecho Sucesorio. Buenos Aires: Depalma, 1989,
p. 11 .
13 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y Ramón DOMÍNGUEZ ÁGUILA. Op.
cit., 1998, T. I, p. 231.
Capítulo I: La sucesión en general 69

Luis Echecopar 14 afirma con acierto que «la herencia constituye una su-
cesión universal, mientras que el legado es, por lo general, una sucesión singu-
lar». Explica el autor que «el heredero adquiere los bienes del causante y lo
sucede en sus deudas, hasta el límite del patrimonio que recibe (artículo 658
del Código Civil). El legatario, en cambio, es un simple acreedor del heredero
para el cobro de su legado ...».
Sobre esta distinción, Jorge Eugenio Castañeda 15 explica que «La suce-
sión es a título universal (per universitatem), o a título singular (singulatim) .
Para la primera, se necesita la figura del heredero que no es siempre necesaria,
ya que ahora se puede testar dejando to?o el patrimonio en legados ... Para la
segunda aparece la figura del legatario. Este sólo asume obligaciones respecto
al bien que recibe y aquellas que le han sido impuestas por el testador al insti-
tuirlo (a no ser que sea heredero forzoso), como cargas y/o modalidades».
Echecopar 16 señala que «En Francia es herencia lo que se recibe ab-intestato
y legado es todo lo que se deja por testamento [... ] A todas las personas favo-
recidas en un testamento por acto voluntario del causante se les denomina, en
Francia, legatarios. No se hace la distinción entre heredero y el legatario. Se
llamará legatario universal al que nosotros llamamos heredero universal; lega-
tario a título universal a quien llamamos heredero o legatario de parte alícuota;
y legatario a título singular o particular a quien nosotros llamamos legatario
común». Así queda establecido por los Arts. 1003 al 1014 del Código Civil
Francés. La máxima del Derecho Francés para justificar este criterio es que
«Solo Dios hace a los herederos». Por tanto, en la sucesión testamentaria los
instituidos sólo pueden ser legatarios.
Ramón Domínguez afirma que «la sucesión mortis causa es la única que
puede darse tanto a título universal como a título particular (Art. 981, inc. 1).
En el primer caso, se sucede al causante «en todos sus bienes, derechos y
obligaciones trasmisibles, o en una cuota de ellos, como la mitad, tercio o
quinto» (Art. 9 51, inc. 2 º). En el segundo caso se sucede al difunto en «una o
más especies o cuerpos ciertos, como tal caballo, tal casa; o en una o más espe-
cies indeterminadas de cierto género, como un caballo, tres vacas, seiscientos
pesos fuertes, cuarenta fanegas de trigo (Art. 9 51, inc. 3º)» 17 • El autor expone
que «En la sucesión mortis causa a título universal se sucede al difunto en su

14 ECHECOPAR GARCÍA Luis. Op. cit., pp. 200-203 .


15 CASTAÑEDA,Jorge Eugenio. Op. cit., t. I, p. 5.
16 ECHECOPAR GARCÍA Luis. Op. cit., p. 201.
17 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y Ramón DOMÍNGUEZ ÁGUILA. Op.
cit., 1990, t. 1, p. 97.
70 Código Civil. Derecho de Sucesiones

patrimonio, abstracción hecha de los bienes mismos que lo componen, que


llegan al sucesor porque forman parte de él, pero no por ser considerados
individualmente. En la sucesión por causa de muerte a título particular el ob-
jeto de la transmisión es determinada relación jurídica, de manera que el suce-
sor se sustituye al causante en ella y no en otras».
La distinción entre sucesión universal y sucesión particular depende fun-
damentalmente del grado de extensión de su objeto, de manera que si com-
prende la totalidad de los bienes, derechos y obligaciones que componen la
herencia o una parte alícuota de ellos, entonces se trata de una sucesión uni-
versal como señalan los Arts. 3263 y 32 81 del Código Civil Argentino.
Este criterio no genera dificultades sino cuando incide sobre parte alícuo-
ta de la herencia, porque el legatario - que es un sucesor particular- even-
tualmente puede ser adjudicatario de una parte alícuota.
En la sucesión particular se transmiten uno o varios derechos hereditarios
determinados.
El heredero recibe la herencia a título universal; en cambio, el legatario, a
título particular o singular como señala el art. 73 5 de nuestro Código Civil.
Este criterio distintivo de uno y otro es eminentemente objetivo, y surge
del propio contenido de la disposición testamentaria y no de la voluntad del
testador.
En la doctrina imperante, sin embargo, no se puede prescindir de ambos
criterios, aun cuando, por ejemplo, legislaciones como la de España, Art. 660
establece criterio objetivo, dada la tradición jurídica a partir del Derecho Ro-
mano. Tratándose del legatario de cuota alícuota, la mayoría de autores coin-
ciden en considerarlo como un sucesor universal, mas no como un heredero
propiamente. Se afirma que el heredero, para ser considerado como tal, debe
reunir dos requisitos acumulativos: a) que el llamamiento se haga a título de
heredero y no de legatario, y b) que tenga el llamamiento un carácter univer-
sal. Cuando se instituye una pluralidad de herederos, aunque sea en partes
iguales o sin determinación de partes, estamos frente al caso de llamamiento
solidario sobre la base de una universalidad.
El legatario de cuota alícuota asume el pago de las obligaciones del cau-
sante en proporción a la cuota recibida, pero carece en principio del derecho
de acrecer, salvo el caso del Art. 77 5 del Código Civil, así como del derecho de
representación o del de colación.
En la sucesión mortis causa puede darse la transmisión a título particular, como
cuando el causante, mediante testamento, instituye a uno o varios legatarios como
parte de la herencia, con aquella cuota de libre disposición, asignándoseles bienes
individuales o eventualmente una cuota parte de la herencia.
Capítulo I: La sucesión en general 71

5. LA DISCIPLINA CONSTITUCIONAL DE LA HERENCIA

Expresa el Art. 2 inciso 16º de la Constitución Política del Estado de 1993 que:
«Toda persona tiene derecho a la propiedad y la herencia». Existe una garan-
tía constitucional de carácter sucesorio, ya que la propiedad privada está ínti- ·
mamen te vinculada a la herencia.
Esta garantía significa un reconocimiento de la herencia como institu-
ción y, asimismo, un derecho individual de carácter singular, porque responde
a la ineludible necesidad de mantener la existencia de un espacio de apropia-
ción privada de los bienes más allá de la muerte de su titular; y, además, como
una forma de protección constitucional a la propiedad privada de la cual deri-
va el derecho de disposición con las limitaciones que la ley establece.
Esta protección se extiende al derecho de adquirir por herencia, en cual-
quiera de sus modos de sucesión, bien por testamento o a través de la intestada.
Como se puede advertir, la cuestión esencial del Derecho de Sucesiones
es atender el problema de la continuidad de las relaciones patrimoniales que se
produce al fallecimiento de una persona. El significado de esta disposición
constitucional implica:

a. Considerar el Derecho Sucesorio con instituciones de orden público,


porque contiene - aunque no sean todas- normas imperativas, de valor
absoluto, las cuales no pueden ser alteradas ni conculcadas bajo sanción
de nulidad absoluta, como ocurre con las normas relativas a la legítima,
que constituye un derecho inherente al heredero forzoso, o aquella que
establece la transmisión hereditaria en el mismo momento del fallecimien-
to del causante. Con esas normas imperativas se protege a la familia, por-
que la razón jurídica que las sustenta, es preservar la estructura familiar.
b. Porque el ordenamiento jurídico constitucional respeta el derecho de pro-
piedad de los particulares, quienes pueden disponer libremente de los
bienes por medio del testamento. Mediante esta norma constitucional se
consigue declarar el principio de autonomía de la voluntad y, asimismo,
expresar el reconocimiento del derecho de adquirir por herencia, los bie-
nes y derechos patrimoniales dejados por el causante.
En suma, el significado de la norma constitucional citada guarda estrecha
relación con el contenido esencial de la herencia, porque se alude a la
libertad de testar como atributo propio del derecho de propiedad jus
disponendi; asimismo, del derecho a suceder de los parientes, pero con las
limitaciones que la ley establece, excluyendo de la libre disposición del
testador, aquella parte del patrimonio hereditario que ha de corresponder

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