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Después de perder a su novio en un accidente, Siena Adams se ve

obligada a conseguir un trabajo mejor para costear todos los gastos


que dejo la pérdida de su novio sin contar que el trabajo que
encontraría seria ser asistente de William Jones, vicepresidente y
heredero de las industrias Jones.

William y Siena son dos personas totalmente distintas, cada uno


esconde algo pero entre más se relacionen estos se verán
compartiendo secretos en la oficina.
Todos tenemos secretos. Secretos que se quedan siempre en la
memoria como recuerdos.

Cada uno de diferentes tipos, unos buenos y otros malos, algunos

los revelamos a personas de confianza que queremos

pero otros nos acompañan hasta la tumba.

–Clarissa Fermín Diaz


¿Les ha pasado alguna vez el tener ese molesto presentimiento de que
su vida va tan bien que saben algo malo pasara? Pues a mí sí y, justo
ahora, sé que ese presentimiento es uno de los más acertados que me
paso en la vida.

Desde hace semanas tenia esta sensación de que algo malo pasaría
pero él, siendo siempre tan relajado y bueno, me calmaba haciendo que
restara importancia al presentimiento pero ahora, cuando el ya no está,
mi mente no deja de reproducir su recuerdo. La imagen de quien era mi
novio no me abandona, lo recuerdo riendo, abrazándome,
defendiéndome y demás cosas que vivimos juntos. Esa serie de
recuerdos es suficiente para que mi cuerpo decaiga, mi mente se nuble
y mi corazón se rompa aún más como si esto fuera posible, como si aún
quedara algo de él que se encuentre a salvo.

Dos semanas han pasado desde la muerte de Charlie, dos semanas en


las que me he estado acostumbrando al agonizante dolor que siento en
estos momentos. Perder a Charlie ha sido sin duda la cosa más dura
que me ha pasado, recordar la visita de un policía en mi puerta diciendo
todo lo que paso me hacía temblar las rodillas, achicaba mi corazón
pero sobre todo me hacía pensar en cómo el debió sufrir y eso duele
más.

¿Cómo pasamos de un momento de felicidad infinita a esto? Es


devastador ver como pasamos de ser un todo a estar solo yo con sus
recuerdos colando fuerte por toda mi mente. Pensar todo esto me hace
ser consciente del que estaría sola justo ahora de no ser por mi hermana
Liliana, ella no deja de decirme que el dolor pasara pero por más que
quiero creerle ¿Cómo hacerlo? el dolor es tan agonizante que mi pecho
arde y el lugar donde estaba mi corazón ahora es un pequeño abismo
negro, uno que si no fuese por mi hermana, quizás sería mayor.

–Pase por favor señorita Adams –escucho que dicen a lo lejos y


saliendo de mis pensamientos levanto la cabeza.

Frente a mí me encuentro con uno de los trabajadores del banco que


me hace señas de entrar por lo que me levanto del asiento y entro a la
oficina donde se encuentra un señor de quizás 40 años sentado en su
silla, este me mira sin expresión y con sus manos me invita a sentarme
en la silla frente a su escritorio.

Me encontraba aquí puesto que luego de una serie de


llamadas, mensajes en la contestadora y el mandar cartas informando
que necesitaban me presentara con urgencia tome la decisión luego de
retrasarlo algunos días de por fin asistir al lugar pero ¿Qué podrían
querer ellos de mí? .

–Buenas tardes señorita Adams, disculpe que la molestáramos tanto,


créame que lamentamos la pérdida de un cliente del banco como era el
señor Smith pero era indispensable que se presentara en las
instalaciones pues debemos tratar un tema serio con usted –habla pero
su tono suena todo menos sincero y lo miro completamente seria

– ¿Puedo saber para que me necesita entonces? –pregunto cortante y


el asiente

–Vera, a raíz de que él señor Smith a fallecido y ustedes compartían


una cuenta bancaria que ahora queda a su nombre tenemos que darle
las notificaciones de dicha cuenta a usted, por eso se encuentra aquí –
explica y asiento con la cabeza sin entender la situación

–Bien ¿Qué notificaciones tengo que saber? ¿Existe algún problema


con la cuenta? –pregunto y él me mira ahora de forma seria pero su
mirada no me intimida
–Algo así, vera señorita Adams el señor Smith tiene una deuda con el
banco la cual debe pagar lo antes posible con todos los intereses o, de
lo contrario, el banco se verá en la obligación de embargar las cosas
que sean necesarias hasta cubrir la cuota pendiente en su totalidad y
debido al fallecimiento del señor Charlie Smith usted pasa a ser la
responsable de dicho pago –informa y lo miro sorprendida

–Eso es imposible, Charlie nunca me comento algo de una deuda y el


no guardaba secretos conmigo –digo confundida

–Señorita la verdad no me interesa lo que le decía o no su pareja, lo


que me interesa, es saber cómo y cuándo pagara dicha deuda –habla
de forma seria

–No lo sé señor –respondo pensando a mil por minuto una solución

–Escuche señorita, voy a correr en contra del protocolo debido a lo que


paso con el señor Smith y le daré un plazo de tres meses para que
pueda saldar la deuda –dice y saca de su escritorio una carpeta la cual
me pasa –En esta carpeta esta toda la información que necesita. El
monto, los intereses y por supuesto el tiempo para pagar lo encontrara
aquí, sin más que decir eso es todo señorita puede retirarse –comenta
haciendo un gesto con su mano echándome y me levanto

Sin decir nada salgo del banco viendo la carpeta en mis manos y al ver
el monto de la deuda siento que dejo de respirar y mis piernas flaquean,
una de mis manos va a mi corazón cerciorándose que este siga
funcionando y cuando comprueba que es así me pellizco la pierna para
ver si esto no es una pesadilla pero es la realidad. El monto que se
encuentra plasmado es una cantidad muy grande de dinero que no sé
cómo pagar.

Con el sueldo de mi humilde trabajo apenas me alcanza para


mantenerme a mí, no me daría para pagar esta deuda tan grande ni
teniendo más tiempo del que me dieron, necesitaría un gran aumento y
más para poder llegar a la mitad en un año sin contar lo que necesito
para mantenerme a mí, pagar todo y poder tener una buena vida sería
un milagro.
Mirando al cielo imploro que un auto me atropelle de camino al
apartamento pero al no pasar entro al conjunto de apartamentos y una
vez en el mío voy directo a la habitación donde me acuesto en la cama
tratando de ordenar mis pensamientos.

– ¿Qué hiciste con todo ese dinero? ¿Por qué guardarme este tipo de
secretos y dejarme con todo esto sola? –pregunto mientras observo a
una vieja foto de Charlie y yo juntos

Dejo la foto y girándome comienzo a ver por la ventana en busca de


alguna solución razonable pero al no tenerla no me queda de otra que
pensar en buscar otro trabajo. Uno en el que pueda tener un mejor
ingreso económico, que me sirva para poder saldar aunque sea la mitad
de la deuda en un corto tiempo, quizás así pueda solicitar un tiempo
más.

–Es hora de desempolvar mi currículo

Comienzo a dar vueltas en la cama pensando lugares donde averiguar


empleos, no era momento de dejarme caer, al contrario, era hora de
levantar la cabeza y demostrar de lo que soy capaz de hacer.

Salgo del baño con una toalla enrollada en mi cuerpo y camino por el
pasillo de mi apartamento hasta la habitación que compartía con
Charlie. Hace unos días Lili vino a sacar sus cosas y guardarlas en cajas
pues yo no paraba de usar su ropa para sentirlo cerca aunque claro, no
funcionaba, solo hacía que llorara por horas implorándole a la vida que
volviera.

Comienzo a vestirme y una vez termino, salgo cerrando todo en el


apartamento y comienzo a caminar por que la gente como yo no vive en
una mansión lujosa, no tiene un coche a su disposición y mucho menos
tiene el trabajo perfecto sino que solo tiene un trabajo humilde donde
ganas un sueldo mediocre que no cubre ni la mitad de los gastos de una
persona con esta economía.

Sin embargo, el trabajo no es malo pues mis compañeros en este son


gente buena y amable. Quien me ayudaba con todos los gastos era
Charlie, su trabajo cubría mucho de los gastos y, ahora que no está,
solo tengo una gran deuda que pagar y un apartamento que se siente
cada vez más solo.

Suspiro mientras sigo caminando, llevo días saliendo temprano en la


mañana buscando algún trabajo que pueda hacer en la mañana y tarde.
Días que no tengo éxito para en la noche estar en la cafetería porque
por más que esté pasando todo esto mis compañeros de trabajo son la
única familia que me queda y no puedo ni quiero renunciar a ellos
también.

Camino hasta la vieja cafetería que solía frecuentar de niña hasta el día
que deje mi casa, venir aquí hacia doler esa vieja herida que no cerraba
del todo. La cafetería Smile blue sigue igual por fuera lo cual me saca
una sonrisa pero en cuanto entro casi creo que me equivoque de
cafetería.

Observo bien el lugar que ahora tiene mesas bonitas, está pintada de
color menta con franjas rosa, tiene cuadros de estrellas y por último la
barra da una vista a la cocina. Todo se ve nuevo pero al mismo tiempo
con ese toque retro y ochentero que siempre tuvo y le daba su toque
genial al lugar.

–Hey Siena estoy aquí –gritan y girando a la derecha veo a mi hermana


saludando con su mano para que la note

Liliana o Lili, como le gusta ser llamada, es 5 años menor que yo y se


caracteriza por ser una chica dulce pero bastante reservada, buena con
todos y sociable. Ella es del tipo de personas que todos merecen
conocer pero pocos llegan hacerlos. Su cabellera rubia como la de
mamá es completamente diferente a la mía castaña pero a pesar de no
ser iguales ella siempre consigue ver similitudes entre ambas que me
hacen sonreír porque mi hermana es así, siempre dulce y buena sin
importar nada.

Lili me cito para conversar aunque sé que me quiere hacer hablar de


cómo me siento, es otra de las cosas que la caracterizan y la hacen ser
ella. Todos sabemos que en cuanto termine el colegio comenzara su
carrera en psicología, es algo que le gusta. Tiene un tiempo entrando a
cursos que traten de esto para poner en práctica sus conocimientos
como futura estudiante de psicología y no empezar tan de cero a pesar
de que le queden dos años más para graduarse.

Tomo asiento frente a ella en la mesa y cuando me sonríe le devuelvo


la sonrisa y hablo.

–Hola Lili –saludo con tranquilidad y suspira

–Pensé que no vendrías, tienes tiempo sin venir aquí –dice con lo que
parece es nostalgia mientras mira el lugar y no puedo evitarlo mirarlo yo
también de nuevo

–Sí, veo que remodelaron el lugar –comento y asiente contenta

–Tal parece que una empresa invirtió en la cafetería y bueno, así quedo
el lugar luego de la renovación –dice alzando sus manos señalando el
entorno

–Esta genial –digo con una sonrisa un poco más grande

–Debo preguntar ¿conseguiste algún trabajo ya? –pregunta directa y mi


sonrisa se borra

–No –respondo viendo mis manos sobre la mesa

–Trate de hablar con mamá y papá, pero mamá dijo que así como
supiste alejarte de tu familia sabrás como salir de este lio tu sola –habla
triste y aprieto la mandíbula

Típico de mi madre, decir ese tipo de cosas sabiendo que las cosas no
fueron así, todo para que Lili no sepa la verdad aunque claro, mi
hermana ya la sabe y no le importa o molesta pero desde luego mamá
siempre dirá esas cosas porque para ella yo no valgo lo mismo.

–Tranquila, sabré como solucionarlo –digo y ella sonríe haciendo que la


mire curiosa – ¿Qué hiciste pequeña traviesa? –pregunto

–Quizás yo ya lo solucione –responde con una cara de inocencia


totalmente fingida y la miro interrogante

– ¿Qué quieres decir? –pregunto mirándola seria

–Le pregunte al señor Alberto que empresa invirtió en el lugar y me dijo


que fue Industrias Jones. Hable con él y después de suplicarle que te
ayudara accedió hacerlo aunque bueno, en realidad no tuve que
suplicar mucho cuando supo que eras tú –dice y la miro

– ¿Otro trabajo de camarera? Lil no es por ser malagradecida pero


juntando los dos sueldos de camarera no me daría para pagar todo –
digo y ella niega

–No serás camarera, resulta que no necesitan empleados aquí por lo


que hablo con alguien en la empresa y bueno ¡te consiguieron una
entrevista de trabajo en Industrias Jones!, recuerda que te graduaste en
administración de empresas por lo que podrás ejercer la carrera y tu
sueldo será mucho mejor si lo consigues supongo–explica con una
sonrisa y sonrió contagiada por su alegría

–Gracias Lili, en verdad gracias, no sé qué sería de mi sin ti, eres la luz
de mi vida –digo parándome de la silla y la abrazo

–También dale las gracias a Alberto, seguro está en su oficina, se


alegrara mucho de verte aquí de nuevo –dice ella levantándose

Caminamos hasta la puerta que da a la oficina de Alberto, un hombre


que más que un amigo de la familia es parte de ella y me atrevería a
decir que un segundo padre para Lili y para mí. Tocamos la puerta y
escuchamos un adelante así que abrimos al instante.
–Oh pero si es la pequeña Siena que por fin vuelve –habla el señor
canoso que siempre será alguien especial en mi vida

–Hola Alberto –digo con una sonrisa y el alza una ceja

– ¿Solo eso vas hacer? –Pregunta y lo miro sin entender pero él se


levanta de su silla y abre los brazos –Ven a darle un abrazo a este viejo

Sonrió y me acerco, lo rodeo con mis brazos de forma cuidadosa sin


poner mucha fuerza porque a pesar de que Alberto es un hombre
abundante de alegría y espíritu sigue siendo un hombre de 65 años que
esta delicado de salud. Por eso se encuentra aquí en la oficina y no en
la cocina haciendo algo que ama.

–Muchas gracias por ayudarme Alberto, Lili me lo contó todo –digo y el


acaricia mi cabello

–Jamás te daría la espalda pequeña –dice con una sonrisa triste y sé a


qué se refiere

Alberto es el único aparte de mis padres y de mí en saber por qué no


vivo con mis padres, Lili sabe una parte pero no el verdadero motivo. Él
y Charlie fueron mi hombro para llorar aquel día y fue ese día la última
vez que vine aquí.

La cafetería se encuentra ubicada a una cuadra exacta de mi antigua


casa, venir era un balazo al corazón por lo que deje de frecuentarla, no
fue lo correcto ya que deje de lado Alberto y un poco a Lili pero de nada
sirve ya arrepentirse cuando ya todo paso.

–Ya no llores –susurra Alberto y es entonces cuando noto que unas


lágrimas salieron de mis ojos, lagrimas que él se encarga de limpiar –
Lamento lo de Charlie pequeña, recién me entere ayer –dice con pesar
y asiento

–Gracias por todo Alberto –digo de nuevo y él sonríe


– ¿Sabes que necesitas? –Pregunta y sonrió –El famoso Smile Blue de
Alberto y yo mismo lo voy a preparar –dice y sale de la oficina con
nosotras detrás

El Smile Blue es básicamente un batido de moras azules y un poco de


colorante azul para darle más color, tiene galletas, sirope de chocolate
y como decoración el vaso tiene en la orilla más sirope de chocolate con
galletas trituradas. Su nombre es debido a que deja toda tu boca azul y
es inevitable que no rías o sonrías al ver tu boca así de azul; fue la
primera creación de Alberto y de ahí surgió el nombre del lugar, es sin
duda lo que necesito justo ahora.

–Eso sería genial, extrañaba el sabor dulce de tus malteadas y el aire


familiar del local –digo con nostalgia y mi hermana me abraza

–Eso lo sé, nadie puede abandonar este lugar y vivir bien con ello –
comenta el hombre giñando un ojo y nosotras reírnos

Alberto tiene razón, la cafetería aún antes de ser remodelada era y es


un lugar donde puedes ser tú, donde puedes poner música y bailar sin
temer hacer el ridículo, donde puedes conocer personas originales que
vienen para escribir, pintar o tocar instrumentos. Este lugar es como un
refugio para todas esas personas originales que hacen y son arte,
personas que aman vivir y personas que aman reír.

Nadie puede irse de este lugar y no volver tarde o temprano porque uno
siempre regresa a esos lugares especiales y la cafetería Smile Blue es
eso, única y especial.

¿Sorprendida? Mucho

¿Intimidada? Quizás

¿Con ganas de ir al baño por los nervios? Obvio Si


¿Me marcho? Pues… ¡No!

Sacudo mi cabeza y respiro, necesito el trabajo y no puedo decepcionar


ni a Lili ni a Alberto. Ellos consiguieron esto para mí y no me parece
justo que por estar un poco asustada me rinda sin intentarlo por lo que
decidida camino a la puerta de las Industrias Jones y entro aunque
quizás tuve que ser cuidadosa ya que al entrar casi choco con un grupo
de mujeres en trajes ejecutivos.

Me disculpo y entonces miro el lugar, si por afuera la empresa es


sorprendente e intimidante por dentro más. La empresa es grande,
parece un estadio gigante de futbol. Es toda como de cristal azul pero
no se ve lo que está al otro lado, solo las personas de adentro pueden
pero de afuera para adentro no lo cual me parece inteligente y muy
acertado.

Saliendo un poco de mí sorpresa camino hacia la recepcionista. Ella es


una rubia que tiene una gran sonrisa, me acerco y me sonríe aún más.

–Hola bienvenida a Industrias Jones ¿en qué te puedo ayudar? –


pregunta y sonrió

–Hola mi sombre es Siena Adams, estoy aquí por una entrevista de


trabajo –digo tranquila y ella asiente

–Un minuto por favor –pide y comienza a teclear en su computadora


hasta que leyendo algo sonríe –Si, aquí estas, toma el ascensor y ve al
piso 8, en este te están esperando, suerte –dice y con una sonrisa me
despido

Camino tranquila inhalando y exhalando tratando de tranquilizar mis


nervios pero no funciona. Las ganas de correr a la salida o ir al baño
siguen presentes por lo que trato de pensar cosas positivas.

Es extraño estar de nuevo en una empresa tan imponente y prestigiosa,


no pisaba una desde mis pasantías en la universidad y sé que dirán ¿si
te graduaste de administradora de empresas porque no ejerces la
carrera? Y las respuestas son simples.
1. A pesar de haberme graduado con honores conseguir un trabajo en
una gran empresa es algo que solo le pasa a afortunados lo cual, claro
está, yo no soy.

2. En mis prácticas de pasantías me di cuenta que no todas las


empresas grandes y bonitas son perfectas, en muchas pasan cosas
horrible.

3. En la empresa que estuve era obligatorio usar faldas y debo destacar


que cuando las usaba el sujeto a cargo de mí no paraba de hacerme
comentarios obscenos al igual que propuestas y por más que me queje
no hicieron nada.

Y hoy estoy aquí, en una empresa como esta, que podría contener miles
de secretos como los que yo guardo al igual que cada trabajador. Miro
mi atuendo de nuevo cerciorándome de que todo esté bien, estoy
usando una falda, no es tan corta como la de muchas mujeres que vi en
el recibidor pero es igual de formal que la de ellas junto a una camisa
crema de botones, un saco negro y unos tacones color crema.

Creo que mi atuendo es lo suficientemente profesional para dar una


buena impresión pero aquí el físico no importa, lo que importa, es el
grado de conocimiento que tengas y la forma en la que ejecutaras cada
trabajo para seguir generándole ganancias a la empresa y dejando de
lado mi pequeño ego sé que estoy capacitada. Tengo los conocimientos
y quiero demostrarlo.

No se para que puesto me entrevistaran pero creo estar preparada para


cada uno. Se dibujar por lo que hacer planos no es problema, los
números me encantan por lo que manejar cada proceso en la parte
económica tampoco es problema. Mis estudios me llenaron de
conocimiento y me siento preparada para cualquier puesto, solo espero
que la paga sea buena.

Bajo del ascensor en el piso que me indicaron y entro a otro recibidor,


en este la asistente es una morena y ella ,al igual que la que me recibió
abajo en recepción, tiene una sonrisa mientras contesta el teléfono y
revisa su computadora.
Camino a ella y al verme me sonríe y me dice que espere un momento,
termina con la llamada y me enfoca de nuevo con sus ojos marrones.

– ¿Eres Siena Adams? –Pregunta y asiento con la cabeza –El señor


Jones la recibirá en un momento, deje que la anuncie –pide y asintiendo
observo como levanta el teléfono y espera unos momentos pero
confundida cuelga y luego vuelve a llamar hasta que sonríe.

¿Que tiene el agua de este lugar que todos parecen tan felices?
¿Debería preocuparme?

–Señor Jones la señorita Adams está aquí –dice por teléfono –La chica
que debía entrevistar su hijo –comenta –No señor, hoy no vino –
responde y entonces asiente hacia mí –Si señor en un momento la hago
pasar –habla finalizando la llamada dejando el teléfono donde estaba –
En un momento la atiende – me informa y asiento con la cabeza para
luego caminar a un sofá blanco que se encuentra en el recibidor

Saco mi teléfono del bolso y veo la hora, en 3 horas comienza mi turno


en la cafetería y no puedo ya seguir faltando. Sé que a mi jefe no le
molesta por todo lo sucedido con Charlie pero no debo abusar de su
buen corazón aunque también extraño ver a mi otra familia. Espero que
combinando el salario de mesera y el de la empresa logre pagar la
deuda antes del tiempo requerido y no morir de hambre.

–Señorita ya puede pasar –habla la recepcionista y me levanto del sofá


para luego caminar y entrar por una puerta de cristal que la chica me
señala. Esta es igual que como la fachada de la empresa, no se ve nada
de afuera hacia adentro.

Observo las ventanas, siendo sincera la altura me da miedo pero la vista


me encanta, estoy segura que ver el atardecer o un amanecer desde
este lugar debe ser hermoso. La vista muestra la ciudad, se ven los
cientos de auto y personas transitar por las calles, tan pequeñas desde
esta altura, se ven aves volar y los arboles le dan un aspecto de
tranquilidad a la vista de la ciudad.
– ¿Señorita Adams? –preguntan y me giro encontrando a un hombre
canoso mirarme desde la otra puerta que parece ser su oficina

–Sí, disculpe me quede observando la increíble vista –explico sincera y


él sonríe

–Descuide, entiendo perfectamente el sentimiento. La vista es hermosa


–dice viendo también por la ventana para luego mirarme –Permítame
presentarme, soy Mauro Jones, fundador y dueño de la empresa –
extiende su mano y la tomo

–Es un placer, Siena Adams aunque usted ya sabe eso –digo con una
sonrisa y el asiente con la cabeza

–Bien pasemos a la oficina –dice y caminando lo sigo a una oficina


grande –Cuénteme señorita Adams ¿Por qué necesita el trabajo con
tanta urgencia? –pregunta y me tenso

–Pues siendo sincera, estoy necesitando dinero y si consigo este


empleo podría tener otro ingreso pues mi otro empleo no me da muy
buenos ingresos además de querer ejercer la carrera por la que tanto
me esforcé terminar con las mejores notas –hablo

– ¿De qué trabaja? –pregunta

–Soy camarera en una cafetería por las noches –digo y él se sorprende

–Disculpe que pregunte pero ¿Por qué es camarera si según el currículo


que me llego de usted vi que se graduó con honores en una de las
mejores universidades como administradora de empresas? ¿Por qué no
optar por algo mejor o que por lo menos se parezca a su carrera
estudiada? –pregunta

– ¿Le digo la verdad? –pregunto y el asiente – Conseguir un empleo no


es cosa fácil, a veces puedes tener la mejor formación y preparación
pero al no tener otra experiencia que no sea la pasantía que hiciste al
estudiar no te contratan por ser una novata. Busque por un tiempo
empleo pero al no conseguirlo busque algo más y solo me recibieron en
la cafetería donde trabajo actualmente. La paga no es muy buena pero
siendo mi único empleo no me puedo quejar –comienzo hablar y él me
mira con interés –En realidad no me quejo ya que conocí gente
increíble…Y otra razón es que odio usar faldas y como sabrá, en
algunas empresas es obligatorio usarlas porque es el uniforme pero
tuve una experiencia de acoso laboral y no deseo pasar de nuevo por
eso –explico y el sorpresivamente se ríe

El señor Jones sigue haciéndome preguntas referentes a mi trabajo, mis


estudios y pasantía hasta que luego de contestar todas se pone de pie
mirándome sereno.

–Leyendo su currículo y conociéndola en esta media hora que lleva aquí


le puedo decir, señorita Adams, que usted es diferente, quizás lo que se
necesita en este lugar. Conozco a Alberto desde hace años, es un gran
amigo y confió en él plenamente, sé que si me la recomendó como
trabajadora es porque vale la pena y ¿le digo algo? Si lo creo, solo con
todo lo que dijo de usted la creí capacitada pero debía ser entrevistada,
debía conocer bien a quien meteré a mi empresa y usted señorita
Adams tiene el empleo –dice y lo miro sorprendida

– ¿Es enserio señor? –pregunto y el asiente

–Sí, será la nueva asistente del vicepresidente, su oficina es la de al


lado. Se supone que el haría su entrevista pero le surgió un problema y
no pudo llegar –explica y asiento

– ¿Cuáles serían mis tareas? ¿O el horario? –pregunto

–Eso lo hablara él con usted, confió en que se llevaran bien y sabrá


superarse en su trabajo –dice y me acerco para darle la mano –Un
placer señorita, espero verla pronto –se despide

–Igualmente señor Jones –digo pero entonces se detiene

–Un consejo, no cambies nunca tu forma de ser y se paciente –dice


serio y asintiendo salgo de la oficina
Salgo de la empresa para comenzar a correr por las calles y tomando
un autobús llego a la cafetería donde mis compañeros al verme me
miran esperando que les diga si lo conseguí o no.

–Chicos yo –comienzo bajando la cabeza – ¡Lo logre! ¡Tengo el trabajo!


–grito y ellos festejan para luego abrazarme

–Felicidades Siena, me hubiese gustado ayudarte pero sabes que tengo


que pagarles a todos y mantener a mi familia –dice mi jefe y asiento

–Lo sé Ulises, tranquilo, yo lo entiendo –sonrió

–Bueno ya, anda a cambiarte y todos los demás en sus lugares, ya


vamos abrir –dice y asintiendo hacemos lo que dice

Si, así son estas personas que llamo compañeros de trabajo y segunda
familia, son personas buenas y humildes que no dudan en darte una
mano cuando la necesites.

El irritante sonido de la alarma a las 5:30 am me hace despertar. No es


común que yo despierte a esta hora pero joder, si quiero dar una buena
primera impresión a mi nuevo jefe tengo que llegar antes de la hora,
verme bien y sobre todo verme dispuesta a trabajar.

Corro al baño luego de notar que pase 10 minutos en mis pensamientos


y me ducho, como siempre el agua fría me hace despertar. Salgo
envuelta en la toalla y comienzo a buscar mi ropa. El señor Jones dijo
que no habría problema en que fuera con pantalones al trabajo por lo
que sacando un pantalón gris y una camisa azul cielo de botones junto
a un bléiser azul marino me doy por satisfecha, tomo unos tacones que
combinen y salgo por mi desayuno para luego agarrar mi cartera y salir.
Camino por las calles transitadas por personas que al igual que yo
corren para llegar al trabajo pero yo, por mi parte, no corro, voy con la
hora justa para llegar por lo que cuando llego a la empresa decido
comprar un café al frente.

Una pequeña fila me recibe siendo el impedimento que hay entre mí y


el chico que atiende por lo que saco mi teléfono y me distraigo jugando
hasta que por fin llego a donde el chico pero una gran torta de chocolate
me roba la atención hasta que escucho un carraspeo.

–Buenos días ¿Qué desea? –pregunta el muchacho detrás del


mostrador y sonrió

–Hola dame un capuchino y un pedazo de torta de chocolate para llevar


por favor –pido y asintiendo se retira para hacer mi pedido

Vuelvo la mirada a mi teléfono y la sonrisa que tenía en mi cara al


imaginarme comiendo esa torta se esfuma al ver la hora y notar que,
voy 5 minutos tarde, adiós a la buena primera impresión que pretendía
dar pienso con tristeza. El chico llega y apurada agarro los sobres de
azúcar, el café y el trozo de torta para luego extenderle la cantidad de
dinero que me pide y con una sonrisa me despido dando las gracias.

Salgo corriendo de la cafetería con temor de tropezar con los tacones y


caer pero por estar desesperada intentando que esto no pasara un auto
que no vi casi me atropella más milagrosamente este frena de repente.
Mi corazón se encuentra acelerado por el susto pero me recompongo
rápidamente y de inmediato sale a relucir mi mal humor por mi torpeza
de cruzar como loca la calle transitada.

Un hombre sale desde atrás del auto y me mira con un rostro serio
mientras que el conductor me ve preocupado. Su preocupación solo
hace que mi pequeña furia se calme solo un poco ya que, la verdad, la
culpable aquí fui yo y no él. Mi error podría costarle a este pobre hombre
su trabajo.

– ¿Se encuentra bien señorita? Lo lamento tanto no la vi –se disculpa


el conductor y su rostro preocupado junto a su voz amable me hacen
calmar completamente ya que luce arrepentido a pesar de que la culpa
fue mía

–Sí señor no se preocupe fue mi culpa, fui yo la que cruzo sin ver a los
lados –me disculpo y el señor me regala una pequeña sonrisa que me
dice no está molesto

–No se preo... –comienza a decir pero el señor no termina porque el


sujeto de atrás habla

–Para la próxima debería fijarse por donde va señorita –habla con una
mirada seria de reproche –Casi ocasiona un accidente con su torpeza
–dice y lo miro ahora molesta

–Me he disculpado ya señor así que olvídelo, la atropellada iba a ser yo,
no usted –hablo y en mi tono se debe ver que comienzo a enfadarme

–No se enfade, solo le doy un consejo y aquí le tengo otro, controle su


actitud –comenta con seriedad y vuelve a entrar al auto sin más

–Nuevamente disculpe señorita –habla el conductor y sonriendo me


despido

El auto avanza y yo corro a la empresa. La recepcionista que dijo se


llamaba Aylen me ve y sonríe mientras señala su reloj de muñeca en
un claro gesto de “Llegas tarde”. Le hago un seña de que ya lo sé y
corro al ascensor que se detiene en mi piso

Acomodo mis cosas en mi escritorio y me volteo. La oficina del jefe está


abierta lo que me hace saber que él no está aquí así que me permito
soltar un suspiro de alivio. Me siento y decido tomar un poco de mi café
pero justo cuando el vaso está en mi boca el teléfono suena.

–Oficina de William Jones ¿en qué puedo ayudarle? –digo recordando


esa línea que me informaron debo decir al contestar el teléfono

–Hola Siena es para avisarte que el señor William va subiendo –me


informan y mis nervios se disparan
–Está bien, gracias –respondo y cuelgo

Me levanto de la silla y al hacerlo mi bolso se cae del escritorio por lo


que inclinándome lo agarro pero al estar abierto se salen algunas cosas.
Suelto un suspiro de irritación por la menuda torpeza que me acompaña
el día de hoy y me agacho para recoger las cosas cuando, de inmediato,
la puerta de la oficina se abre. Escucho pasos acercarse y unos zapatos
negros bien pulidos entran en mi campo de visión, trago el nudo de mi
garganta y meto mis cosas en el bolso. Me pongo de pie pero de
inmediato siento que voy a caer al ver ese rostro serio frente a mi
nuevamente.

– ¿Qué hace usted aquí? –pregunta y lo miro sorprendida

– ¿William Jones? –pregunto y el asiente –Soy Siena Adams y seré su


nueva secretaria –me presento

– ¿Usted? –cuestiona escaneándome con su entrecejo fruncido y


asiento

–Sí, yo –respondo y el suelta un suspiro

–No voy a contradecir las decisiones de mi padre, él es un hombre que


pocas veces se equivoca por lo que si la escogió fue por algo.
Bienvenida señorita Adams espero sea consciente de que este es un
trabajo bastante serio y no se aceptan errores ni torpezas –dice y fuerzo
una sonrisa que seguro parece más un gesto incomodo

–Gracias señor Jones y descuide, sé que soy capaz de cumplir con el


cargo sin problemas ¿desea algo? –pregunto calmadamente y él
asiente

–Búsqueme un capuchino con dos sobres de azúcar y luego le daré su


próxima tarea –habla y asiento

Con todo el dolor de mi alma pues era mi café le entrego el mío y los
dos sobres de azúcar. Lo miro y casi quiero ser como una reina del
drama y llorar porque era mío y debido a este paso todo el accidente de
hace un rato, eso, y mi torpeza de hoy cabe aclarar pero por más que
desearía quedarme este e ir por otro quiero dar una buena impresión
luego del pequeño espectáculo de afuera.

–Ya me dijeron de su café y se lo traje señor –digo con simpleza para


ocultar mi mentira y él los toma

–Bien, entre en 5 minutos para decirle las obligaciones y funciones de


su trabajo –habla mientras que camina a la puerta de su oficina bajo mi
atenta mirada pero se detiene de repente y girando me mira –Y señorita
Adams –dice llamándome

– ¿Si? –pregunto

–Me gusta que quiera dar una buena impresión, habla bien de usted
pero nadie a parte de mis asistentes saben de mi café por lo que sé que
este café es suyo. Le doy las gracias por eso pero aun así recuerdo su
comportamiento de hace rato y sé que iba tarde –me mira serio y trago

–Sí señor, iba solo 5 minutos tarde –contesto

–5 minutos que pudo haber tenido aquí organizando todo en su


escritorio para que no la encontrara en el piso recogiendo sus cosas –
comienza y lo miro seria –Este trabajo es un tema serio y por más que
confié en mi padre le aseguro que no permitiré que los errores de una
novata torpe arruinen nada –habla y lo miro ahora furiosa

–Si su padre me contrato fue porque en palabras de él soy lo que esta


empresa o mejor dicho el puesto necesita. Señor Jones se cumplir muy
bien mis responsabilidades y el que no le guste que sea su secretaria
es únicamente problema suyo pero yo no vine aquí agradarle sino a
cumplir con mi trabajo para ganarme mi sueldo. Si tiene algún problema
con eso puede despedirme ya mismo –hablo ya molesta sin importarme
que acabe de faltarle un poco el respeto al que será mi jefe

–Que no vuelva a pasar –habla molesto apretando la quijada y asiento

–Si señor –digo y el entra a su oficina para luego cerrarla


Una vez sola miro el techo y suspiro. Menudo jefe me vino a tocar. Uno
gruñón, orgulloso y condenadamente irritante pero puedo soportar esto
por salir de todo el problema de la deuda y luego, ya tranquila y sin
presiones, pensaría si seguir aquí o volver a mi tranquila vida. Quizás
pueda hacer ambas.

¿Algunas palabras para describir el día de ayer? Bueno comencemos


con agotador, devastador e interminable.

El demonio que tengo por jefe me ha puesto miles de deberes y reglas


que seguir a partir de hoy. Tengo que estar en la oficina antes que él
con un capuchino caliente y dos sobres de azúcar, los reportes e
informes diarios de la empresa junto a los de las demás sedes, tengo
que buscar su almuerzo, avisarle de las reuniones y muchas cosas más
pero la que me molesta más es que tengo que buscar su comida.

Es que ¿acaso no tiene pies y manos? Él podría muy tranquilo usar su


ascensor para bajar a la planta principal, cruzar la calle, entrar a la
cafetería o al restaurante de la esquina y pedir algo, en su defecto podría
llamar para que se lo traigan pero no, él me manda a mí, y yo tengo que
obedecer o de lo contrario estaré de patitas a la calle.

¿Lo peor? Luego de tan agotadora jornada debía asistir al turno en la


cafetería y esta, estaba repleta. El día fue tan agotador que, al llegar,
caí dormida sin cenar y podría jurar que apenas fueron 2 horas de
descanso las que tuve para dormir.

El día de hoy en vez de darme mi tiempo y caminar me vi corriendo por


las calles transitadas de la ciudad, esta vez viendo a los lados y siendo
cuidadosa, para llegar a la cafetería frente a Industrias Jones. Al llegar
al mostrador pedí los dos cafés junto a un pedazo de torta de chocolate
la que cual debo decir que desde que la probé ayer quede enamorada
y ahora se ha convertido en parte de mi nueva rutina. Nadie, además
de mi hermana y Charlie, saben que el chocolate es mi debilidad y sí,
me gustan otras cosas, pero esa es mi debilidad secreta.

Una vez que pago cruzo la calle de manera segura sin intentos de
atropellamientos por mi jefe y su chofer para luego entrar a la empresa.
Como la primera vez que entre admiro el lugar un momento antes de
encaminarme al ascensor y esta vez la recepcionista me sonríe por lo
que devolviéndole el gesto corro al elevador y subo hasta mi piso.

Dejo mi café y la torta junto a mi bolso en el escritorio fijándome esta


vez que todo esté en orden sobre este y entro a la oficina del señor
William Jones. Dejo el café y los sobres de azúcar cerciorándome que
todo esté bien en el lugar para luego volver a mi escritorio. Busco los
informes que redacte ayer para llevarlos a la oficina y dejarlos en su
escritorio, junto al café que deje antes, para que luego pueda revisarlos.
Sonrió complacida con que esta vez parece ser un buen día para mí y
justo cuando voy saliendo veo como viene llegando él.

–Buenos días señor Jones, acabo de dejar los informes y su café en el


escritorio ¿desea algo más? –pregunto formal mientras que lo sigo a la
oficina

–Por los momentos no, puede ir a realizar sus tareas del día y si
tenemos reunión llámeme pero del resto no me moleste para nada –
dice serio como siempre y asintiendo salgo de la oficina cerrando la
puerta para después rodar mis ojos

Si este hombre no me mata con su irritante actitud seguro que lo mato


yo. No entiendo como alguien puede ser tan gruñón pero entonces me
digo que no debo juzgarlo porque, después de todo, no lo conozco y
puede ser que quizás él no sea así fuera de aquí y, además, un
desconocido no va a recibir el mismo trato que un familiar o amigo
después de todo.

Suelto un suspiro y camino a mi escritorio para tomar asiento y dándole


un sorbo a mi café saco la torta y como un poco. Ayer, cuando estaba
en la cafetería esperando a que dividieran las propinas, habían dicho
que iban agregar nuevas cosas al menú del lugar así que me propuse
el presentar algo y, que mejor, que esta torta. Guardo un poco de la
torta para llevarla como muestra dispuesta a proponer que incluyan en
el menú una torta tan buena como esta ya que ¿a quién no le gusta el
chocolate después de todo? Y, además, sé que sería una buena opción
para agregar al menú.

Decir que no estoy aburrida seria mentir y demasiado. El demonio de mi


jefe ya me mando por su almuerzo. Se supone debía almorzar también
pero yo no tenía hambre por lo que no comí y ya que termine el trabajo
me encuentro a dos aburridas horas para salir del trabajo, dos horas
que, quiero mandar al diablo. Solo deseo en este momento cruzar la
puerta, tomar el elevador y salir de esta empresa pero, no puedo.

Divago en mis pensamientos un rato más hasta que escucho la puerta


de la oficina de mi jefe abrirse. Volteo y lo veo parado en está
observándome serio como siempre pero esta vez, hay algo en su mirada
que es diferente. Él se queda ahí, quieto y me analiza con su rostro aún
inexpresivo lo que me hace fruncir el ceño confundida por su actitud tan
rara.

– ¿Desea algo señor Jones? –pregunto y el asiente mientras vuelve a


entrar a la oficina

Soltando un suspiro de resignación me levanto de mi silla para caminar


a la oficina y una vez entro el me observa de nuevo con esa extraña
mirada que no logro entender.

–Cierre la puerta por favor señorita Adams –dice y asintiendo lo hago –


Tome asiento –ordena y lo hago

– ¿Sucede algo señor? –pregunto confundida


–Si –responde después de unos minutos

– ¿Qué sucede? –Pregunto y él me extiende uno de los informes que


redacte y deje en su escritorio – ¿Esta malo? Si me da unos minutos
puedo reescribirlo señor –pido agarrando el informe para verlo pero él
niega

–No está malo, de hecho, esta perfecto –comenta y lo miro sin entender

– ¿Entonces? No entiendo cuál es el problema –digo confundida

–Leí su currículo ayer señorita Adams. Después de lo ocurrido en la


mañana quería saber quién es mi asistente o mejor dicho quién es mi
mano derecha temporal –habla y no me pierdo el hecho de que recalca
la palabra “temporal” y lo miro a los ojos

–Aja ¿qué tiene mi currículo? –pregunto

-Solo me preguntaba ¿Cómo es que una chica que se graduó con las
mejores notas de una buena universidad término como camarera en vez
de ir por un puesto alto en una empresa? Según lo que vi, usted es un
genio en el tema de la administración y finanza empresarial así que ¿Por
qué conformarse con ser una mísera camarera y ahora ir por un simple
puesto de secretaria? –pregunta y siento un poco de rabia por su tono
y forma de hablar de mi trabajo

-Me va a disculpar señor pero, eso no es asunto suyo y con respecto a


mi empleo, no tiene nada de malo ser camarera o secretaria –suelto
seria

–Eso lo sé, es que no entiendo su elección por un trabajo de tan poco


nivel o comparación con su carrera estudiada –dice y respiro hondo
tratando de calmarme

– Para su información las mejores personas que conozco trabajan de


camareros, cocineros, secretarias y otras cosas, su sueldo no es bueno
pero no se quejan porque aman lo que hacen y si no es el caso igual
siempre están dando una sonrisa. No todos nacemos con la vida
resuelta como usted –digo comenzando a molestarme –Que tiene una
fortuna incalculable, que tiene una cadena de empresas gracias a su
familia o que nunca tuvo que luchar para conseguir algo.

–Disculpe pero…–comienza más no lo dejo terminar de hablar

– A usted solo le basta tronar sus dedos o hacer una llamada para tener
lo que desee –sigo diciendo y él me mira atento –En el mundo real las
cosas no son así. Las cosas no son tan fáciles y las personas como yo,
las comunes, no tenemos lo que deseamos así que no se meta en
asuntos que no le importan –culmino y luego de haberme calmado me
doy cuenta de lo que dije pero negándome a disculparme salgo de la
oficina

Observo la hora y falta 1 hora por lo que rogando a todo ser divino que
por una vez se apiaden de mi ruego que no salga el demonio de su
oficina ni que me llame o algo. Si me va a despedir bien pero no dejare
que insulte lo que hago y hacen personas increíbles que como yo no
corren con la misma suerte que los de su clase o grupo. Algo que
aprendí en este tiempo es que las mejores personas resultan ser las
más humildes pues ellas no te menosprecian por lo que eres sino que,
al contrario, ellas más bien te aceptan y no te cierran las puertas sino
que ellas te ayudan abrirlas. Mi novio fue una de esas personas,
siempre humilde y dispuesto ayudarme a salir adelante a pesar de la
cantidad de secretos que llevo por dentro.

Cuando la hora pasa sin que William salga o me llame tomo mis cosas
y salgo a toda prisa sin despedirme. Camino por las calles un poco
menos transitadas y cuando llego a mi segundo trabajo saludo a todos
con una sonrisa y voy atrás a cambiarme. Abro el pequeño casillero
donde guardo mi delantal y quitándome la camisa de botones y
cambiándola por una simple de manga cortas me pongo el delantal para
luego inclinarme y quitarme los tacones para usar unas viejas converse
negras para una vez lista sujetar bien mi cabello y salir dispuesta a
comenzar mi jornada.
–Hola Siena ¿qué tal todo por tu elegante trabajo? –pregunta Lou, una
chica unos años mayor que yo a la que considero mi única amiga de
verdad

–Es como estar en el infierno –digo con una mueca y ella ríe

–Venga no puede ser tan mal chica –dice y la miro seria

–Créeme, lo es si tienes a un idiota prejuicioso por jefe –hablo y


comienzo a contarle los sucedido hoy

–Bueno si lo pones así entonces sí que es realmente un idiota pero


quizás solo se deba a que no se ha topado con las personas correctas
–dice con una sonrisa –Tú eres diferente a él Siena, no lo iguales
juzgándolo solo por unas palabras y un pensamiento errado –comenta
y suspiro

–Tienes razón, no soy así, Dejare pasar el tema ya –digo haciendo que
ella sonría

–Esa es nuestra querida Siena –dice y ahora yo sonrió

– ¿Puedes cubrirme 2 minutos? Debo mostrarle a Ulises algo que creo


le gustara –pido y ella asiente

Camino rápido atrás y vuelvo abrir mi casillero para sacar el pedazo de


torta que deje y cerrar para luego caminar afuera. Entro a la cocina y en
esta encuentro a Ulises con Luis, su hijo mayor, cocinando mientras
este le explica algo. Eso es lo que amo de este lugar, es un sitio que por
todos lados se respira y ve la palabra familia.

–Espero no molestar pero te traigo algo que creo va a agradarte Ulises


–digo y ellos me miran curiosos

– ¿Qué traes ahí Siena? –pregunta y sonrió

–Ten, la compre frente al trabajo. Creo que ustedes pueden probarla y


tal vez inspirarse para hacer su magia culinaria y hacer una torta mucho
mejor para el nuevo espacio del menú –opino
El mira la torta y agarrando un tenedor toma un pedazo, lo lleva a su
boca y luego de tragar me mira. Su rostro es serio y me sorprende pero
entonces una gran sonrisa aparece.

–Oh Siena esto es una delicia, ¡Luis hijo ven a probar un poco! – llama
a su hijo y este imitando a su padre come un poco y suelta un sonido de
aprobación

–Esto es una maravilla papá, debemos crear una igual o mejor para el
nuevo menú, estoy seguro que los clientes la amaran –comenta feliz y
sonrió contagiada de su felicidad

–Gracias por la idea querida Siena –dice Ulises y le sonrió

–No es nada, sabes que me encanta este lugar –digo y me despido

Salgo con el pequeño pedazo que queda y se lo paso a Lou, ella lo ve


y sonríe. Sé que ella ama el chocolate tanto o más que yo.

–Por cubrirme –digo y ella me guiña un ojo

–Si este es el pago por cubrirte 2 minutos entonces cuando quieras


puedo hacerlo –dice y suelto una risa volviendo al trabajo

Si, en definitiva amo este lugar.

Oficialmente cumplo una semana en mi trabajo y se preguntaran ¿No


te despidieron enserio? Pues la respuesta es un no. Las cosas han
estado realmente tranquilas desde aquel día que explote y todo se debe
a que mi querido jefe salió de viaje por problemas con una de las sedes
de la empresa por lo cual, yo quede sola en la oficina de lo más tranquila
y relajada estos días cumpliendo mis tareas sin una irritante persona al
otro lado molestando.

En la semana hice la misma rutina de llegar temprano, comprar mi café


y torta, la cual comenzaba a ser un vicio. El chico de la cafetería me
sorprendió un día que llegue ya que solo me vio y se volteó para luego
regresar con la orden exacta que pedía. Luego entraba y firmaba la hora
de entrada, me dedicaba a hacer mis informes diario y los informes que
me mandaba el jefe por correo porque claro, él no podía desaparecer
completamente sino que me molestaba por correo ahora y ya a mi hora
de salida corría a la cafetería donde trabajaba.

Este día no fue la excepción, corrí por las calles y compre mis cosas,
salude a Aylen, la recepcionista, con la que comencé una nueva amistad
luego de toparnos hace dos días en mi otro lugar de trabajo, para luego
subir a mi piso. Al llegar dejo mis cosas, cierro la oficina del jefe que
como todas las mañanas después de que la limpian queda abierta y me
siento en mi escritorio.

Saco de la bolsa mi torta y me dispongo a darle la primera degustada


pero entonces me quedo petrificada al ver como el demonio que tengo
por jefe aparece por la puerta de los más relajado y sonriente como si
fuera el mejor día del mundo mientras yo, totalmente sorprendida de su
presencia aquí, lo miro confundida. William se hace paso en la oficina y
me mira con una gran sonrisa al verme sorprendida por su presencia y
actitud.

Lo veo y casi podría decir que puede ser una alucinación ya que, la
verdad, es la primera vez que lo veo sonreír y debo admitir que se ve
más guapo de lo que es porque aunque me moleste admitirlo mi jefe es
guapo, sin embargo, ese carácter de mierda y su personalidad ególatra
e irritante le quita toda belleza que pueda poseer.

–Buenos días señorita Adams –saluda y entra en su oficina

Luego de lo que parecen minutos salgo de mi congelamiento y


levantándome rápido entro en la oficina. William se encuentra en su
escritorio revisando algo en su computadora hasta que nota mi
presencia y entonces alza la cabeza viéndome por unos segundos para
luego volver a lo que hace. Frunzo el ceño al no recibir ni una palabra
amargada o comentario de su parte por lo que decido hablar.

–Buenos días señor Jones, no sabía que llegaría hoy –hablo viéndolo
aún confundida por su regreso sorpresa

–Adelante mi regreso como es lógico de ver señorita Adams. Ya


solucione los problemas de la otra sede aunque eso, seguro, no es
asunto suyo –habla sin mirarme y respiro tratando de no soltarle un
insulto por sus palabras

– ¿Desea algo? En un momento le traigo su café –comento de forma


rápida dispuesta a salir por el café pero sus palabras me detienen

–Déjelo, ya tome un café –dice y asiento

–Entonces ¿desea algo más? –pregunto y me mira

–En la vida se desean muchas cosas y algunas no se pueden tener.


Justo ahora deseo hacer algo pero sé que si lo hago me arrepentiré o
tal vez no pero prefiero no averiguarlo y ver las consecuencias de eso
llegar –habla y lo miro sin entender –Puedes retirarte – dice luego de
dar un suspiro y asiento

Llego a la puerta y la abro pero antes de salir me volteo y lo miro.

–Solo para que sepa señor –hablo y él me mira –Es mejor intentar las
cosas a quedarse con las ganas y luego pensar que hubiese pasado de
haberlo hecho –digo y salgo de la oficina ignorando cualquier mirada o
palabra que pueda darme

Apago el monitor de la computadora que tengo en el escritorio para


luego tomar mis cosas. Acabo de terminar mi jornada y por haber
realizado unas tareas extras he tenido que salir más tarde por lo que
cuando llegue a la cafetería sé que me van a dar un gran regaño por el
retraso y, peor aún, por no avisar. Camino pensando que de esta quizás
no me salvo porque como dije antes, en la cafetería somos como una
familia y si algo le pasa a uno de nosotros todos nos preocupamos así
que si, estaré en problemas.

Salgo a toda prisa y espero el elevador que parece hoy estar lento.
Muevo mi pie inquieta hasta que este por fin llega y entro. Presiono el
botón de la planta baja y las puertas comienzan a cerrarse hasta que
justo cuando están por completo cerradas un maletín lo detiene y las
puertas se abren de nuevo haciendo que gruña exasperada.

–Espero no le moleste que la acompañe señorita Adams –habla William


y lo miro

–Para nada señor –digo tratando de calmarme y el entra

–Su gruñido no parece estar de acuerdo –comenta con una sonrisa y


quiero volver a gruñir ¿desde cuándo se la da de chistoso este hombre?

Presiono el botón nuevamente y esta vez se cierran completamente.


Observo ansiosa el número de pisos por el que vamos y creo que mis
ansias de salir se notan pues mi jefe me ve.

– ¿Va algún lugar importante señorita Adams? Parece ansiosa de irse


–habla y lo miro

–Tengo que llegar a mi otro trabajo ¿o ya olvido que soy una simple
camarera? –pregunto recordando la conversación del otro día y el suelta
un suspiro

Vuelvo a ver el número del piso por el que vamos y suspiro. Me remuevo
un poco incomoda por estar al lado de él en un lugar tan pequeño como
un ascensor. Lo miro y un poco de culpa por mi comportamiento del otro
día y justo ahora crece en mi, veo ya falta poco para llegar a planta baja
y recuerdo las palabras de Lou. Respiro y suelto el aire quitando todas
las ganas de discutir de mí cuerpo porque después de todo es verdad,
no soy como él y no deseo igualarlo, debo disculparme o, de lo contrario,
seguiré con esta sensación incomoda hacia él aunque, en parte, sea
por su culpa lo que paso.

–Señorita Adams quiero disculparme con usted –dice robándome las


palabras y lo miro sorprendida –No debí meterme con su trabajo y
mucho menos meterme en su vida cuando como bien dijo no es asunto
mío. Lamento mucho si la hice sentir mal u ofendida y le ruego me
perdone –termina por decir viéndome y estoy a punto de abrir mi boca
totalmente impresionada

– ¿Está usted hablando enserio? –pregunto y el asiente

–Pensé en lo que me dijo temprano y tiene razón. No soy un cobarde y


no me gustaría que en un tiempo cuando recuerde algunas cosas me
pregunte que hubiese pasado si fuera de otra forma, y esta es una de
esas cosas –comienza mirando ahora al frente –No quiero que piense
que soy un ser horrible que, aunque es falso, por tener una riqueza
incalculable como usted dice se cree el mejor –toma una pausa dando
una gran bocanada de aire y me mira de nuevo –Por eso le pido perdón,
yo no soy así de verdad y lamento haberla ofendido –dice y asiento

–Perdonar es de humanos y créame que yo lo soy –sonrió y él me


devuelve el gesto sorprendiéndome –No se preocupe señor, olvidare el
asunto por completo pero yo también quería disculparme por mi
comportamiento –hablo y el niega con la cabeza

-No es necesario señorita Adams, lo merecía así que por mi parte no


hay problema –dice y asiento con mi cabeza viéndolo a los ojos, estos
parecen sinceros

El elevador llega a su destino y abre sus puertas mostrando la


recepción. Observo a William un poco sorprendida por todo lo dicho
anteriormente pero trato de que no sé note y este me mira por lo que
dándole una media sonrisa salgo del elevador dispuesta a dejar el tema
atrás pero no llego muy lejos cuando me llama.
– ¿Podrías dejar que te lleve? –pregunta y frunzo el ceño mirándolo
confundida

– ¿Por qué querría usted hacer eso? –pregunto directa

–Bueno… Siena…yo –balbucea buscando una respuesta pero


entonces lo entiendo

–Señor Jones... –comienzo pero me interrumpe

–Fuera de la oficina puedes llamarme William –dice rápido con una


sonrisa y asiento

–William –digo y sonríe –Si lo que siente es que está en deuda o debe
hacerme un favor por su comportamiento del otro día le acabo de decir
que no se preocupe. Lo he perdonado y no me debe hacer favores
por una obligación moral –termino y el da un paso cerca

–No es por eso Siena. Solo déjeme llevarla por favor –vuelve a insistir
y soltando un suspiro miro sus ojos –Casi oscurece, no es seguro –dice
y entonces noto que es verdad y que mientras más tarde, peor será el
sermón de Ulises y los demás

–Está bien –digo en medio de un suspiro de rendición y él sonríe

Salimos de la empresa y entramos al estacionamiento techado de esta.


Nunca estuve aquí y debo admitir que hasta cierto punto es aterrador.
Sería el escenario perfecto para una de esas bromas de internet donde
aparece un payaso asesino persiguiendo gente pienso y justo escucho
un ruido por lo que camino más rápido hasta estar al lado de William
que busca su auto y cuando lo encuentra quita la alarma de este y me
abre la puerta.

–Gracias –digo entrando

–Es un placer –dice con una sonrisa y cierra la puerta

William entra por el lado del piloto y entonces me doy cuenta de algo,
es él quien conducirá.
– ¿Y su chofer? –pregunto

–Le doy la tarde y noches libres para que este con su familia –responde
mientras enciende el auto –Su esposa y el acaban de tener a su
segundo hijo y el primero no es muy grande así que solo se encarga de
traerme por las mañanas y algunas veces en la tarde o noche que lo
necesite –explica mientras sale del estacionamiento

–Eso es algo dulce de su parte –hablo

–Es ser razonable, debe estar con sus hijos y esposa. La verdad es que
lo ocupo más que nada por seguridad y porque, a pesar de todo, es un
buen amigo –dice

–Ya veo…usted no es tan malo –susurro viendo por la ventana

No dice nada y yo le digo la dirección, el asiente y comienza a conducir


por las calles de la ciudad. Ambos estamos en silencio, en el auto solo
se escucha una melodía de piano que suena a través del estéreo del
auto.

–Es mi melodía favorita –comenta de repente y lo miro

–Es linda ¿Cómo se llama? –pregunto y él sonríe

–Claro de Luna. Las canciones a piano me relajan por lo que siempre


las escucho –dice y asiento

Conduce un poco más y entonces se detiene. Miro por la ventana y me


doy cuenta que frente a mi esta la cafetería por lo que girando hacia
William sonrió agradecida.

–Gracias por traerme señor –digo abriendo la puerta para irme

–Fue un placer. Que pases buena noche Siena –se despide y salgo

Cierro la puerta y camino a la cafetería pero me volteo un momento y el


sigue estacionado observándome. Alza su mano y despidiéndose
arranca hasta que lo pierdo de vista.
Entro al lugar y cuando todos me ven de inmediato sé que el regaño
será largo. Corro a cambiarme y cuando estoy lista entro a la cocina
donde Ulises se encuentra, sé que el mayor regaño o sermón será de
él ya que, después de todo, es el jefe.

–Niña que nos tenías angustiados. Pensamos te paso algo al no


contestar y no llegar –dice apenas me ve y seguido a eso me abraza –
Pensamos lo peor –comenta – ¿Cuántas veces te vamos a decir que
avises? La ciudad es muy peligrosa y más para una chica –vuelve a
decir lo que me dijo varias veces ya

–Estoy bien Ulises tranquilo. Mi jefe volvió y con el trajo trabajo extra,
además, mi teléfono murió y por eso no pude avisar, tampoco fui
consciente de la hora hasta hace poco, de verdad lo siento –digo y el
suspira

–Lo importante es que estas bien pero para la próxima avisa, no importa
si es un simple mensaje hazlo –pide y asiento –Bien, ve con Lou atender
las mesas –dice y sonrió

Salgo y de inmediato Lou me da su sermón de llamarle o escribirle pero


al explicarme solo me abraza. Comienzo a tomar órdenes y llevar los
pedidos hasta que culmina el turno y entonces comienza el verdadero
sermón. Yo perdone a William pero ellos no parecen dispuesto a
perdonarme sino más bien que parecen darme todos los sermones y
regaños posibles, genial.

Al despertar por la mañana el extraño sentimiento de tristeza me


acompaña y no logro entender del todo a que se debe. Quizás es
melancolía por lo que era mi vida antes pero la tristeza que siento, en el
fondo de mi corazón, me agobia un poco hasta el punto de sentirme
realmente mal. Mi alma se siente cargada de sentimientos negativos y
por un breve minuto considero la opción de faltar el día de hoy a mis
dos trabajos pero desecho la idea de inmediato.
Suspirando me pongo de pie y luego de arreglarme salgo del lugar
donde vivo. Camino a paso lento hasta que, alzando la cara, noto de
inmediato lo oscuro que el cielo se encuentra y de inmediato sé que este
día no será bueno. Es un día oscuro, tal vez y solo tal vez el cielo sabe
mi estado de ánimo. Quizás sabe que no estoy bien y que en mi interior
me siento mal, que mi alma esta triste y a la vez igual de rota que antes.
Sigo caminando y pienso que quizás el cielo oscuro es un reflejo de mi
alma oscura por la cantidad de sentimientos negativos que llevo dentro.

Al llegar saludo con una pequeña sonrisa a Aylen la cual de inmediato


me sonríe con su gran y tierna sonrisa pero, de inmediato la borra,
quizás al ver que algo no está bien por lo que de inmediato formo mi
mejor mascara y pongo una gran sonrisa. Aylen parece analizarme un
segundo y luego me sonríe pero en vez de acercarme a saludar despido
con una mano y entrando en el ascensor subo pero antes que las
puertas se cierren puedo ver su mirada, bastante preocupada, que me
hace romper un poco cuando las puertas se cierran.

Las puertas se abren en el piso indicado y noto que no compre el café


de William, suelto un gruñido queriendo de inmediato darme un gran
golpe. Presiono el botón de primera planta pero al levantar la mira veo
que ya es tarde.

William se encuentra reclinado en mi escritorio mirándome pero su


mirada parece o mejor dicho está perdida, me mira pero al mismo
tiempo pareciera no hacerlo. Me acerco pero él no reacciona, es como
si su mente estuviera lejos de aquí y solo vuelve en si sacudiendo su
cabeza al verme y notar que estoy frente a él.

– ¿Te encuentras bien? –pregunto preocupada por su rostro un poco


pálido y su actuar

–Sí, solo… –comienza pero se calla cortando completamente lo que iba


a decir para luego mirarme y sacudir un poco la cabeza – Te esperaba
para pedirte que por favor canceles todas mis reuniones de hoy y si
llaman di que no estoy disponible –habla serio y una vez asiento él se
pone de pie completamente derecho
–Claro señor, ya mismo despejo su agenda –digo y él me da una
pequeña sonrisa

–Gracias Siena, debo irme pero vigila que nadie entre en mi oficina ni
siquiera a limpiar ¿de acuerdo? –pregunta y me quedo extrañada

–Si señor pero ¿está usted bien en serio? Es raro que deje el trabajo –
murmuro y de inmediato quiero golpearme por ser tan entrometida –Lo
siento, no debí preguntar –me disculpo y el niega con la misma pequeña
sonrisa

–Aprecio tu preocupación pero no es nada así que no te preocupes–


dice tomando mi mano y de inmediato miro el gesto un poco sorprendida
–Volveré más tarde, debo atender algo fuera de la empresa –habla y lo
miro

–Está bien –murmuro un poco aturdida por su mano aún en la mía y


parece notarlo porque de inmediato la retira

Camina al ascensor y antes de que se cierren las puertas por completo


alza una de sus manos como despedida y me giña el ojo. El gesto me
deja un poco aturdida por la sorpresa y por la leve incomodidad pero
alzo mi mano despidiéndome también hasta que las puertas se cierran.

– ¿Qué fue lo que paso? –pregunto a la nada saliendo de mi


aturdimiento y bajo la mano

Agito mi cabeza saliendo por completo del aturdimiento y de inmediato


me pongo en marcha para comenzar con mi jornada de trabajo
ignorando el raro momento que acaba de pasar.

Falta media hora para salir y sin duda puedo decir que el día no fue
bueno luego de haber pasado casi 1 hora atrapada en un ascensor con
el miedo de que este cayera por lo que cansada termino el informe final
de las sedes y una vez listo lo dejo en la oficina de William. Analizo todo
el lugar asegurándome de que, como lo pidió él, la oficina esté en orden
después de no haber dejado a nadie entrar y cuando estoy por salir algo
llama por completo mi atención y eso es la vista.

Camino completamente hipnotizada hacia la ventana hasta quedar


frente al cristal levemente opaco y cierro mis ojos un minuto. Tomo una
respiración y de inmediato suelto el aire para abrir mis ojos, un suspiro
sale de mi boca cuando veo el increíble atardecer que se presenta ante
mis ojos.

El cielo ya no se ve oscuro sino que, por el contrario, luce una gran


cantidad de tonalidades entre naranja y amarillo mezclados que me
hacen sentir una gran paz por dentro como si ese atardecer quitara toda
la oscuridad de mi alma esfumándola por completo al igual que todo lo
malo del día. Suspirando de nuevo con una completa sensación de
tranquilidad en mí alma cierro mis ojos y me quedo así un segundo hasta
que siento una mano en mi hombro que me hace saltar del susto.

Giro sobre mis talones quedando de frente con la persona dueña de la


mano y sorprendida miro quien es. Siento como todo el color se evapora
de mi rostro al ver a William Jones parado frente a mí. Este luce serio,
quizás molesto por encontrarme en su oficina pienso y un ligero
escalofrió recorre mi cuerpo.

–Siena ¿estás bien? ¿Qué haces aquí? –pregunta sujetando mis brazos
e internamente lo agradezco porque siento que podría caer en cualquier
segundo

–Yo…lo siento mucho señor, no volverá a suceder –digo rápido


soltándome de su agarre ya segura de que no caeré y dispuesta a irme
pero él me sujeta

–Tranquila ¿estás bien? Luces muy pálida y pareciera que caerás en


cualquier segundo –dice con lo que parece preocupación en la voz –Me
entere de lo que sucedió en el ascensor –habla en voz baja mientras
me conduce algún lugar de la oficina y me sienta en una silla

–Estoy bien, debo irme ya –murmuro incomoda


–Siena, no me molesta que estuvieras aquí. Solo me interesa saber si
estás bien. Estuviste encerrada en un ascensor casi una hora y me
dijeron no saliste a comer, además, luces muy mal –habla poniéndose
de pie y lo miro

–Estoy bien William, no paso nada grave –digo y el asiente

–Bien, si tú lo dices vamos, te llevare a casa –dice agarrando mi mano


y me tenso

–No, tengo que ir a trabajar –explico soltándome de su agarre y él me


ve un segundo antes de asentir

–Bien, andando, te llevare –vuelve a decir y lo miro confundida

–William Jones ya te dije que estoy bien, no hace falta que me lleves –
digo un poco molesta

–Siena Adams deja de ser testaruda y solo camina, te llevare así que
por favor deja insistir en que no lo haga –suelta un poco molesto y la
verdad me sorprende así que asintiendo me rindo y salgo de su oficina

Salimos de la empresa y al poco tiempo estamos en las calles de camino


a mi segundo trabajo. El viaje es silencioso y la verdad es que lo prefiero
así. No sé porque pero siento una vibra diferente hoy y al llegar mi teoría
solo se confirma cuando el apaga el auto y de inmediato baja también.

– ¿Qué estás haciendo? – pregunto y él me mira divertido como si fuera


obvio

–Ir a comer ¿no es obvio? –pregunta y lo miro confundida

– ¿Comerás aquí? –interrogo frunciendo el ceño y el sonríe

–Sí y por favor no insista en que me vaya porque no lo hare –dice


guardando sus llaves en un bolsillo de su pantalón – Tengo derecho a
comer aquí ¿o no? –pregunta burlón y frunzo más el ceño por su actuar
Ignorándolo camino hacia mi lugar de trabajo seguida por él y entro pero
no lo espero sino que simplemente camino saludando a todos. Entro a
la cocina para saludar a Ulises y seguido entro al vestidor. Me cambio
la ropa lo más rápido posible por un jean y una camisa del lugar para
luego cambiar los tacones por unos zapatos deportivos y sujetando mi
cabello salgo encontrándome con todos esperando por mí.

– ¿Qué sucede? –pregunto preocupada y confundida

– ¿Quién es ese guapo hombre que está preguntando por ti? –pregunta
de inmediato Lou totalmente emocionada y yo giro mis ojos terminando
de acomodar mi cabello en la coleta

–Mi jefe –digo con simpleza pero todos me miran sorprendidos

– ¿Tu jefe es ese bombón de afuera? –vuelve a preguntar y asiento con


la cabeza pasándola haciendo que ella chiche de emoción y todos la
veamos sorprendidos – ¿Qué? No me negaran que el hombre esta
como quiere

–Lo que te voy a negar es el salario si no sales y atiendes a las personas


–dice Ulises en broma pero ella bufando sale y Ulises se acerca a mí –
Siena también tu anda y si te crea problemas ese hombre siempre
podemos sacarlo –me susurra y sonrió

–No te preocupes Ulises está bien, solo vino a comer –digo con una
pequeña sonrisa y el asiente

Salgo y de inmediato, me encuentro a Lou con una gran sonrisa


mientras sube y baja sus cejas pero negando la paso y esta se ríe
consciente de que no diré nada sobre mi jefe y su atractivo por lo que
ignorando el tema ambas comenzamos a trabajar y cuando llego a él
este me mira de pies a cabeza con curiosidad.

–Luces más joven vestida así –dice son una pequeña sonrisa

– ¿Desea ordenar ya señor? –pregunto ignorando su comentario y este


ríe dándose cuenta quizás que hago como si no lo conociera
–Si señorita –dice examinando brevemente el menú y sonríe – Un club
house con refresco de uva por favor –pide y un poco sorprendida por su
orden lo anoto

–Enseguida lo traigo señor –digo de la misma forma en que atiendo a


todos los clientes

Dejo la orden en la barra para que se la den a Ulises y sigo atendiendo


a los clientes. Soy consciente de la mirada de William fija en mi mientras
tomo las ordenes o camino a la barra para dejar el papel con la orden y
buscar la comida para entregarlas en las mesas pero lo ignoro
completamente. Hago mi trabajo de forma tranquila y cuando su pedido
está listo estoy tentada de pedirle a Lou que lo lleve pero de inmediato
la desecho consciente de que mi amiga y compañera se negaría solo
para molestarme hoy así que agarrando la comida la dejo en su mesa y
este sonríe.

Sigo con mi trabajo y en algún momento de la noche luego de pagar


William desaparece sin despedirse. Mi cuerpo tenso por su constante
atención en mi por fin suelta toda la tensión por lo que continuo con mi
trabajo y una vez el lugar cierra puedo respirar tranquila antes de salir
del lugar con el bolso de mi ropa y me sorprende el ver su auto aún
afuera pero sin rastro de él.

La preocupación llega cuando pienso que lo secuestraron o intentaron


robar y está todo golpeado por algún lugar tirado por lo que bastante
preocupada camino rápido mirando el lugar en busca de su posible
cuerpo hasta que una mano me sujeta haciéndome saltar asustada. Me
preparo para gritar o incluso golpear al sujeto de ser necesario pero al
ver su rostro el cual regala una sonrisa suelto un suspiro dejando que
toda la preocupación se esfume.

–Pensé que te habías ido ya –digo mirando sus ojos fijamente –Vi tu
auto sin rastro de ti y creí que te paso algo –murmuro

–Decidí esperar para llevarte. No creo que sea seguro que estés sola
por la calle a estas horas –dice y alzo una ceja
– ¿Acaso se preocupa por mi señor? –cuestiono con burla y este ríe

–Puede ser señorita pero a juzgar por tu preocupación anterior hacia mí


puedo decir lo mismo –comenta siguiéndome el juego y sonrió

–No te preocupes William, vivo cerca y nunca me paso nada. Conozco


la zona a diferencia de ti que tienes ese letrero que dice “róbame soy un
hombre rico” en su frente –suelto en medio de una risa y este me ve
divertido levantando una de sus cejas

–Bueno igual ven, te llevo –dice quitando mi bolso con ropa de mi


hombro

Lo miro sorprendida pero antes de que pueda objetar y quitarle mi bolso


este ya comenzó alejarse hasta casi llegar a su auto así que
rindiéndome lo sigo pensando en el menudo día más raro que tuve hoy
y todo es, en parte, debido a William Jones.

Dos semanas de trabajo pasan y al fin pude cobrar mi primer salario el


cual me sorprendió bastante. Sabía cuánto ganaría pero supongo que
no es lo mismo el saberlo que el verlo ya en tu cuenta. Nunca antes
gane una suma tan diferente a la de mi otro empleo pero, aun teniendo
este gran y diferente ingreso, no es suficiente para pagar la deuda,
tendría que cobrar mínimo 5 más de estos pagos y dejarlos intactos para
poder pagar la mitad.

Me levanto de la cama con esfuerzo. Hoy es uno de esos días en los


que no quisiera salir de casa, que me gustaría quedarme y llorar la
muerte de Charlie un poco más. Me gustaría ir a visitar el cementerio
para dejarle unas flores y luego dormir hasta sentirme un poco mejor
pero no puedo.

Si algo me enseño Charlie es que nunca debo detener mi vida pues


somos como tiburones, si no avanzamos morimos así que, decidida,
salgo de la cama y luego de una relajante ducha que calma un poco mi
estado lúgubre voy a mi armario y luego de buscar entre las prendas
que cuelgan de los ganchos de ropa encuentro el atuendo perfecto para
este día de trabajo.

Seco mi cabello y empiezo a vestirme. La camisa blanca de botones


junto al jean azul oscuro alto y mi bléiser negro básico dan una
apariencia formar e informal a una igual medida. Sonrió complacida y
tomando unos tacones negros comienzo a sujetar en una coleta mi
cabello castaño porque hoy, al igual que varios días desde su muerta,
no tengo animo de peinar mi cabello o incluso arreglarme como antes.

Salgo tomando mis lentes de sol pues el día de hoy no hay nubes si no
un resplandeciente sol que me quema los ojos. Cierro la puerta y hago
mi rutina de siempre la cual es llegar a la cafetería, pedir los cafés y un
trozo de esa delicia de torta de chocolate para luego entrar a la empresa.

Corro hasta la recepción donde se encuentra mi única amiga aquí y al


llegar puedo ver a Aylen como cada mañana siendo todas sonrisas a
las personas que pasan y preguntan cosas. Por un momento me
pregunto cómo le hace para ser tan alegre ¿no le molesta nada? ¿No
sufre por algo? Y no, no es que se lo desee pero ¿en verdad se puede
ser tan feliz?

–Hola Siena –exclama con alegría cuando me ve y le sonrió

–Hola, buenos días –saludo con una sonrisa

Describir a Aylen es realmente fácil. Físicamente ella es una rubia de


ojos marrones y bastante baja a pesar de sus tacones. Siempre viene
elegante y formal sin rayar en lo aburrido pero lo que más resalta de ella
es su sonrisa la cual está siempre presente así como su entusiasmo por
todo.

–Deberías subir. El señor Jones está arriba ya –dice y la miro


sorprendida

–Diablos no puede ser. Me voy, te ve luego –me despido


Corro hasta el ascensor y cuando llego al piso coloco mis cosas en el
escritorio. Veo la puerta que da a la oficina de William cerrada y me
sorprende de verdad que ya esté aquí ¿llego antes en serio? .Yo sé que
no voy tarde pero igual el que él llegue antes que yo no me agrada. La
verdad, de cierta forma, me trae recuerdos de la primera vez que nos
vimos.

Me acerco a la puerta pero antes de entrar me detengo en seco al


escuchar gritos parecidos a una discusión con una mujer. Sorprendida
tomo su café, me acerco nuevamente y toco la puerta un par de veces
para luego de escuchar un adelante entrar. Me quedo estática en mi
lugar seguramente un poco pálida e intimidada por primera vez al ver a
William de esta forma tan amenazante. Su cuerpo tenso parece a punto
de romperse por la presión que parece tener sobre si y su mirada
amenazadora junto a sus puños apretados sobre su escritorio no hace
más que volverlo alguien intimidante a plena vista.

Su mirada me sorprende porque nunca imagine ver a William de esta


forma pero el parece más que furioso y me alivia totalmente no ser la
causa de su estado sino una mujer que está delante de él. Me aclaro la
garganta haciendo notar mi presencia y la mujer que antes me estaba
dando la espalda, la causante de que el este así y la que recibe tan
intimidante mirada, se da la vuelta pero mis ojos de dejan de ver a
William que posa sus ojos aún molestos en mí.

–Disculpe señor Jones volveré luego –digo rápido para salir del
ambiente tenso que hay en la oficina

–No –exclama rápido William y lo miro –Por favor escolte a la señorita


a la puerta y una vez vea que sale de la empresa vuelva aquí. Tenemos
trabajo que hacer –dice y su tono frio me hace estremecer

–Como usted diga señor –asiento –Señorita por favor acompáñeme –


digo observándola por primera vez y casi suelto un jadeo por la sorpresa

Delante de mí hay una mujer pelinegra, delgada y de rasgos finos con


porte elegante que parece ser la versión femenina de William. Esta me
mira con una ceja alzada como retándome mientras que su mirada me
repasa de arriba abajo. Ella termina su escaneo y frunce el ceño con
molestia lo cual me confirma que son familia pues esa mirada, su porte
y todo en general me hacen ver que deben tener algún lazo sanguíneo
muy fuerte porque es idéntica William sin duda.

–Ni se te ocurra tocarme empleada –dice molesta y se voltea hacia


William el cual suelta un gruñido todavía tenso –Esto no ha terminado
Will, ya me veras de nuevo –habla y sin decir nada más sale de la oficina
cerrando con fuerza la puerta

Doy la vuelta dispuesta a hacer lo que William me pidió cuando escucho


que me llama por mi nombre y volteo a verlo. Este está aún tenso pero
su mirada ya no parece tan furiosa.

– ¿Si señor? –pregunto con precaución

Su cuerpo se destensa y deja de apretar sus manos en puños mientras


suelta una fuerte respiración mientras se pasa las manos por el cabello.
William parece que busca relajarse y aunque no lo hace por completo
ya su mirada no luce intimidante sino la de siempre y su cuerpo no se
ve del todo tenso.

–Lamento mucho lo sucedido hace un momento. Mi hermana estaba


molesta y aunque eso no es razón suficiente para el trato que tuvo hacia
ti, te pido que por favor perdónala, ella no es así –dice con lo que parece
es ¿culpa? ¿Pena?

–No se preocupe señor no dijo nada malo. Soy su empleada después


de todo, su secretaria –comento tranquila y el comienza a caminar hacia
mi

–Pero no tiene por qué hablarte así. Eres una persona y mereces
respeto –habla cuando está delante de mí
– ¿Desde cuándo eso le molesta? Fue usted el que se metió con mi
trabajo de camarera como si no valiese nada ¿recuerda? –digo
mirándolo con burla y él sonríe

–Aunque no lo creas parece que me estas agradando un poco y,


además, me estas enseñando a ser mejor –dice y una pequeña sonrisa
nace en su rostro mientras que yo, por otro lado, lo miro sorprendida por
sus palabras

–Su café señor –susurro para borrar el ambiente incomodo que se creó
por su comentario

–Gracias señorita Adams, puede retirarse –responde y asintiendo salgo


de la oficina

Camino rápido a la puerta pero antes de salir William me llama y un


poco nerviosa giro para verlo haciendo que varios mechones de mi
cabello vengan adelante y queden sobre mi cara. Él se acerca y puedo
notar como su mirada me escanea el rostro. La acción me incomoda por
completo pero no hago movimiento alguno sino que mi mirada se queda
fija en sus ojos cuando estos miran los míos poniéndome más tensa.

–Podrías dejar de verme así –digo en medio de un gruñido y él sonríe

– ¿Así como? –pregunta haciéndose el loco

–Olvídalo ¿Qué quería señor Jones? –pregunto

William de forma callada extiende un poco más su sonrisa y se acerca.


Trago fuerte cuando de repente se detiene muy cerca de mí y alzando
sus manos retira los cabellos rebeldes que se vinieron adelante para
acto seguido escanear mi rostro sin dejar su sonrisa.

Sus ojos se mueven hasta detenerse un momento en mis labios


tensándome aún más si es posible y acerca su rostro un poco más hasta
que casi puedo decir que nuestras respiraciones son una sola. Sus ojos
dejan mis labios y suben hasta detenerse en los míos al mismo tiempo
que una de sus manos comienza acariciarme la mejilla.
–Luces hermosa hoy –susurra para luego sacudir la cabeza y como si
lo que hubiese dicho no fuese nada se aleja hasta su escritorio –Puede
retirarse señorita Adams –vuelve hablar pero ahora más serio

Asintiendo salgo a toda prisa con el corazón latiéndome a mil por hora
¿qué fue todo eso y qué le sucede a mi corazón?

–Entonces cuéntame de ti Siena – pide Aylen mientras bebe de su jugo

La miro pero ella admira la decoración del lugar que muchas veces
visite. Ambas nos encontramos en el Smile Blue para nuestra hora de
almuerzo. Fue una gran sorpresa que Aylen me dijera comiéramos en
un lugar diferente y lo fue mucho más el escucharme decir que
viniéramos aquí. En el camino le di vueltas al asunto y quizás se deba
a que extrañaba este lugar de verdad y ya no quería estar lejos porque,
después de todo, uno siempre vuelve a esos lugares donde nos
sentimos felices y a gusto.

–Pues no creo que haya mucho que contar realmente –digo comiendo
de mi almuerzo

–Vamos claro que si –ríe y la miro –Siena Adams la nueva integrante


de la empresa, experta en su trabajo, hermosa y una total desconocida
ante todos –comenta de forma dramática llevándose una mano al pecho
y otra a su cabeza haciéndome reír por su pequeño drama

–Bueno si lo pones así de dramático –suelto entre risas

–Vamos, háblame de ti –pide con una sonrisa y asiento


–Bueno nací aquí y tengo una hermana menor llamada Lili que es toda
mi vida –comienzo a decir y ella hace una seña de que continúe por lo
que suspiro pensando que más contar –Tenia un novio que falleció hace
unos meses y pues llegue a la empresa gracias a Alberto, el dueño de
este lugar –termino de decir

Continuo hablando y contando varias cosas que me sorprende estar


contándole a alguien pero por alguna razón contarle esto a Aylen se
siente bien y se siente aún mejor cuando termino y no tiene esa mirada
de lastima en sus ojos. Esa mirada de pena que tienen las personas que
saben mi historia, esa que tanto odio.

–Lamento lo de tu novio Siena –dice mirándome a los ojos y luego baja


la cabeza –Yo también perdí a alguien y se lo doloroso que es –habla
al mismo tiempo que una de sus manos sujeta una de las mías y le
sonrió

–Gracias –murmuro apretando su mano y pestañeando alejo las


lágrimas que se aglomeraron en mis ojos –Bien es tu turno, cuéntame
de ti –pido y ella asiente

–Pues mi historia no es bonita la verdad. Vivía en otra ciudad con mis


padres cuando era niña pero ambos murieron en un accidente por lo
que después fui adoptada por mí tía y me mude aquí. Para mí fue
realmente difícil el pasar de tener dos padres a no tener ninguno pero
con el tiempo lo fui aceptando y tener a mi tía ayudo –sonríe y me mira
–Ella me crio como si fuera su hija realmente, me enseño a ser la
persona que soy y me dio muchos valores, amor y felicidad. Tengo
mucho que agradecerle porque sin ella no sería quien soy ahora –
cuenta Aylen y siento mis ojos humedecerse por su relato

Nunca jamás me espere semejante historia y solo hace que sienta


admiración por Aylen y su tía ya que la rubia frente a mí no tuvo una
vida fácil pero aun así sonríe y eso es gracias a su tía. Miro Aylen y me
siento mal por haber pensado incluso en algún momento que todo lo
tuvo fácil y no tenía nada que la molestara o doliera.
–Nunca pensé que algo así sería parte de tu historia Aylen –hablo
mientas le aprieto un poco la mano en signo de apoyo y ella sonríe

–Nadie lo hace. Todos creen que porque soy alegre y sonrió siempre mi
vida fue fácil cuando la verdad es que mi tía me dio una gran lección
hace años y es esta –dice poniéndose derecha y aclara su garganta –
“Nunca por más difícil que se ponga la vida debes dejar de sonreír ya
que siempre habrá algún motivo por más pequeño que sea para sonreír
y estar agradecido con la vida” –habla como si anunciara algo y sonrió

Jamás pensé en eso y escucharlo me deja por dentro una sensación


agradable. El año tiene muchos días y cada uno es una nueva
oportunidad para arreglar las cosas y seguir adelante. Para ser
agradecido y sonreír ya que no importan las caídas sino la forma en que
te levantas y sigues adelante.

–Es una gran lección, gracias por compartirla conmigo –digo realmente
contenta

–Siempre es bueno educar a las mentes jóvenes –suelta con una


sonrisa mientras guiña uno de sus ojos y me rio con todas mis fuerzas
al mismo tiempo que siento una mano en mi hombro

–Mi pequeña Siena, tenía tanto tiempo sin verte reír así mi niña –dice
Alberto y le sonrió

– ¿Conoce a Siena hace mucho señor Alberto? –pregunta Aylen con


curiosidad

–Desde que era una bebe. Su familia siempre ha sido la mía ya que sus
padres son mis mejores amigos. Siena y su hermana Lili son como mis
sobrinas o incluso a veces incluso mis hijas –cuenta Alberto
abrazándome y le regreso el abrazo

–Eso es hermoso –murmura tomando otro sorbo de su jugo con una


pequeña sonrisa y le pide a Alberto le cuente de el
–Sera un placer pero ya te dije, puedes decirme Alberto y no señor –
dice con una sonrisa y ella asiente

Aylen y yo seguimos hablando de cosas normales con Alberto hasta que


este se va a la cocina por un segundo y nosotras, al ver la hora,
decidimos regresar a la empresa. Pagamos la cuenta mitad y mitad
aunque Alberto nos dijo iba todo por la casa para luego de que Aylen se
despida con la promesa de que vendríamos algún otro día y yo con que
vendría más seguido a verlo salimos para dejar el Smile Blue.

Subimos al pequeño auto de Aylen y en medio de risas por comentarios


de ella hacemos el corto viaje a la empresa para volver a nuestros
deberes. Soy consciente de que hoy compartí mucho de mi vida y ella
mucho de la suya pero no me molesta porque, a decir verdad, se siente
bien y correcto haber compartido con ella tantas cosas.

Pasada la hora del almuerzo ambas ya estamos de nuevo en la


empresa, me despido de Aylen y subo. El lugar esta como siempre en
silencio, William debe estar en su oficina haciendo su trabajo por lo que
saco mi torta de chocolate del bolso y corto un poco. Soy consciente de
que no debo comer a esta hora pero nadie está aquí para verme.

Llevo el pequeño pedazo a mi boca y cuando estoy a punto de


degustarlo escucho un fuerte golpe en la oficina de William y luego el
sonido de algo quebrarse seguido de unos golpes secos. Preocupada y
asustada por el ruido corro a la oficina soltando la torta que cae en el
suelo al mismo tiempo que escucho nuevamente un golpe seco venir de
adentro por lo que sin avisar entro y lo que veo me sorprende
demasiado.

William está sentado en el piso hecho bolita mientras a su alrededor


todo parece haber sido sacudido por un tornado. Su cabeza está
escondida entre su brazos y a su alrededor hay un jarrón y cuadro roto,
las sillas están hacia arriba. Todo el lugar es un caos y en sus nudillos
hay signo de que golpeo algo con demasiada fuerza pues estos están
rojos e hinchados.
–Por dios William ¿estás bien? ¿Qué sucedió? –pregunto pero no
obtengo respuesta y decido acercarme

Cierro la puerta para que nadie vea el estado de la oficina y con calma
me acerco hasta estar arrodillada al frente de él. Su cuerpo se tensa un
poco cuando nota mi presencia a su lado y se esconde un poco más lo
cual me preocupa ¿qué le paso?

–No es necesario que me expliques solo dime si estás bien ¿puedes? –


pregunto y el asiente a la vez que se enrolla aún más

Me quedo un rato observándolo y entonces decido hacer algo que no


se si va en contra de toda ética laboral o algo pero aun así él lo necesita
justo ahora. Acercándome más a William comienzo acariciar su cabello
y su respiración se calma un poco. Respiro más calmada al notar como
se va calmando poco a poco por lo que ignorando todos esos
comentarios en mi mente que dicen que no lo haga, me acerco y lo
rodeo con mis brazos.

Estrecho a William con fuerza y el parece sorprenderse pero al poco


tiempo se calma y en un movimiento rápido me sujeta también
enrollando su brazos a mi alrededor fundiéndonos en un abrazo. El
tiempo pasa, no sé cuándo es en realidad pero pasado un rato el pone
su cabeza en el hueco de mi cuello y con una de mis manos vuelvo
acariciar su cabeza. William se relaja por completo y la humedad de sus
lágrimas me sorprende pero sin hacer comentario sigo ahí, sujetándolo,
evitando que caiga en ese abismo negro que parece rodearlo justo
ahora.

–No sé por qué hiciste esto Will pero quiero que sepas que estoy aquí
para ti ¿me entiendes? –digo sincera y el alza su cara un poco para
verme

–Gracias –susurra y vuelve a colocar su cabeza como antes dejando ir


nuevas lagrimas de sus ojos

No sé qué es lo que sucede y tampoco voy a forzarlo a decirme, solo sé


que él está mal y yo estaré aquí para ayudarlo porque la realidad es que
William justo ahora se ve tan indefenso como un niño, uno que no puedo
abandonar en este momento que parece atormentarlo y, de cierta forma,
abatido.

Me quedo unos minutos más en silencio esperando se calme por


completo y es cuando siento su respiración calmada y su cuerpo ya no
tenso que él se separa. Su cara sigue un poco mojada por sus lágrimas
y baja su mirada intentando que no lo vea mientras se aleja pero ya lo
vi.

–Lo siento Siena –murmura bajito

–No tienes nada que sentir ¿estás mejor? –pregunto con cautela y el
asiente

–Sí, gracias, por favor llama a alguien de limpieza para limpiar este
desastre –pide y asiento

–Si señor –digo y trato de salir pero su mano sostiene la mía

–Lo dije enserio Siena. Gracias, no tuviste que ver esto pero agradezco
tu apoyo –dice mirando mis ojos y sonrió

–Sé lo que es tener un momento duro y no contar con alguien que te de


apoyo por eso si puedo y está en mis manos ayudarte y apoyarte no
dudes en que lo hare. Todos necesitamos en algún momento alguien
que este para nosotros y nos dé un poco de apoyo de vez en cuando –
hablo con una pequeña sonrisa y me alegro cuando me la regresa

–Gracias Siena –murmura y sorprendiéndome acorta la distancia, sus


brazos se enrollan a mi alrededor en un abrazo no esperado pero sin
dejar tiempo pasar subo mis brazos y también los enrollo a su alrededor

Estaba sorprendida por lo que le dije, la verdad es que no sé porque lo


hice pero debo admitir que, después de pensar un momento, me doy
cuenta de que William no es un mal hombre después de todo y, aunque
cueste admitirlo, me comienza agradar.
William se separa y lo miro, ambos parecemos darnos cuenta de la
situación por lo que saliendo de todo el ambiente y burbuja que nos
rodeaba nos separamos totalmente. Me levanto siendo seguida por él y
cuando estoy dispuesta a decir algo él se me adelanta y lo agradezco.

–Puede retirarse señorita Adams.

Asintiendo salgo de la oficina de William lo más rápido que mis piernas


me dan, tomo el teléfono y luego de pedir una limpieza a la oficina recojo
ms cosas y camino fuera de la oficina sin despedirme de nadie. Quería
evitar a William luego de lo que sucedió ya que no deseaba que hiciera
preguntas o me diera respuestas por lo que cuando llego al restaurante
puedo respirar tranquila más mi mente sigue haciéndose preguntas pero
una es la que más resalta ¿Qué es lo me pasa con William Jones?.

Salgo de la cama pintándome la mejor sonrisa falsa en la cara cuando


me veo en el espejo, opte por fingir demencia si William pregunta algo
sobre lo de ayer aunque, siendo sincera, dudo que eso pase dado que
luego de que todo pasara solo me dijo que saliera de la oficina y
obedeciendo su orden lo hice, no sabía que fue todo ese momento entre
ambos.

Camino fuera del baño envuelto en una toalla para luego de estar seca
colocarme mi ropa de hoy lo más rápido que puedo y salir del
apartamento cerrando todo de forma apresurada. Corro por las calles y
al llegar a la cafetería miro el reloj notando que llego a buena hora por
lo que me permito relajarme un poco mientras hago mi pedido de
siempre al chico tras el mostrador.

Cruzo la calle diciéndome que no debo preocuparme y tomo una serie


de respiraciones para calmar mis nervios, una vez calmada entro a la
empresa pero luego de dar unos pasos algo me detiene y ese algo es
más bien un alguien que choca contra mi haciendo que caiga al suelo y
los cafés se derramen sobre mí. Miro todo el desastre causado y casi
quiero gruñir al ver el piso limpio manchado y mi ropa arruinada por
completo, la camisa se pega a mi cuerpo y se siente pegajosa al igual
que mi pantalón negro.

–Fíjate por dónde vas a la otra –dice alguien y entonces reconozco esa
voz

Alzo la mirada y quito unos húmedos mechones que se pegaron a mi


cara encontrándome en efecto a la hermana de William que me mira
con una sonrisa de suficiencia mientras sale de la empresa. La miro
caminar y presa de la rabia salgo tras ella con Aylen, que se había
acercado ayudarme, pisándome los talones. Camino rápido tras la
chicas, me importa muy poco perder mi puesto no voy a dejar que nadie
mi humille por lo que al estar cerca de la causante de mi caída la sujeto
del brazo con fuerza haciendo que ella voltee a verme con enojo.

–Suéltame estúpida –chilla y mi enojo crece ¿Cuál es su problema?

– ¿Qué demonios te pasa? ¿Cuál es tu problema conmigo? Yo no le


hice nada para que la tenga contra mí por lo que le voy a pedir que se
comporte como la adulta que es o de lo contrario me importara una
mierda que sea la hermana de mi jefe y le daré una lección –digo
enojada y ella sonríe

–Inténtalo y te despedirán –suelta con una sonrisa de suficiencia

–Me importa muy poco –digo apretando su brazo y ella borra su sonrisa
por un gesto de dolor

– ¿Qué está pasando aquí? –pregunta una voz masculina que


reconozco muy bien

Suelto el brazo de la hermana de William y me volteo para verlo. William


se encuentra a unos pasos de recepción viendo el lugar donde antes
estuve tirada con cara sorprendida para luego verme a mí, sus ojos se
amplían mientras me repasan para luego fruncir el señor.
– ¿Por qué esta en ese estado señorita Adams? –pregunta serio y a su
vez ¿confundido?

–Hermanito tu loca empleada me quiso golpear, me lastimo el brazo –


le muestra su brazo para luego colocar un gesto triste en su cara

–Señorita Adams a mi oficina ahora –dice serio cuando vuelve a verme

Con el rostro serio camino al ascensor, todos me miran sorprendidos


pero ignorando las miradas entro al ascensor junto Aylen que me
acompaña ignorando también los murmullos de las dos chicas que
entraron también al ascensor y bajar un minuto después de su destino.

–Estas hecha un desastre Siena, esa bruja cruzo la línea con esto –dice
y la miro

– ¿Qué se supone le hice? –pregunto confundida mirando mi ropa en el


reflejo de las puertas

La camisa blanca con manchas marrones se está comenzando a poner


más pegajosa y traslucida, mi pantalón se pega a mis piernas, mis
zapatos se sienten raros y mi cabello húmedo esta igual de pegajoso
que mi piel gracias al café.

–Ella siempre fue así, más con las secretarias de los señores Jones
según me dicen. Nadie la mira o le habla por eso, se cree que por estar
en una familia de empresarios reconocidos mundialmente tiene el
derecho de tratar a los demás como basura –explica y la miro con el
ceño fruncido

–Pues si piensa que puede humillarme está mal, prefiero dejar el trabajo
antes que soportar estos tratos –digo seria

Llegamos al piso y luego de 5 minutos llega él. William nos mira de


forma seria mientras me escanea para luego posar sus ojos en Aylen.

–Retírese por favor señorita Morris.


–Disculpe señor pero yo vi lo que paso con Siena y su herm…–
comienza a decir pero William la interrumpe

–Dije que se retire, luego la buscare –habla y ella asiente antes de


darme un mirada y salir –Bien Siena, sabes que esta empresa es muy
prestigiosa y no puedo permi…– dice pero ahora yo lo interrumpo
alzando mi mano

–Ahórratelo William Jones porque renuncio, no pienso soportar este


trato –espeto molesta y él me ve sorprendido

–No puedes renunciar Siena –murmura aún sorprendido y suelto una


risa

– ¿Qué no puedo? Obsérvame. Soy una persona y al igual que ella


merezco respeto el cual no me diste tu cuando llegue y tampoco me dio
tu hermana desde que me conoció por lo que me voy, no voy a soportar
malos tratos de nadie – digo y sin dejarle decir nada salgo de la oficina

Entro al ascensor y justo cuando las puertas están por cerrarse lo miro
salir de su oficina e intentar acercarse pero es tarde. Bajo al primer piso
y Aylen me observa para luego acercarse.

– ¿Qué sucedió? ¿Qué te dijo? –pregunta

–Renuncie, no soporto estar aquí con una loca mimada humillándome


cada que viene –digo tomando mis cosas del mostrador

– ¿No es la primera vez Siena? –pregunta y la miro negando

–No.

–No te puedes ir Siena, tú misma me dijiste que necesitas el trabajo por


ese asunto –susurra y la miro –Ignórala, no le des el gusto de ganar y
conseguir que te vayas.

–Claro que puedo irme, sé que necesito el trabajo pero no puedo


quedarme en un sitio soportando tratos como estos –digo señalándome
y colocando mi cartera en mi hombro le sonrió –Estaré bien Aylen,
espero verte luego –me despido con una sonrisa y salgo

Camino bajo la atenta mirada de las personas que pasan a mi alrededor,


puedo ver como algunos se ríen y otros me miran con lastima pero a
ninguno les prestó más atención de la necesaria pues en mi mente se
recapitula todo lo que paso una hora atrás hasta que, luego de llegar al
apartamento, me encierro en el baño.

Comienzo a quitarme la ropa ya pegada y manchada por completo a mi


cuerpo para luego entrar a la ducha. Me limpio completamente quitando
cualquier rastro de café que tuviera mi piel para una vez estar limpia y
vestida meter la ropa a lavar con la esperanza de que las manchas
salgan.

Salgo y voy al Smile Blue donde al entrar me encuentro Alberto sentado


en el mostrador.

–Hola Alberto –saludo y el me mira sorprendido

–Hola mi niña ¿no tendrías que estar trabajando? –pregunta él

–Lo siento Alberto, sé que tuviste que usar tus contactos para
conseguirme el trabajo y lamento decepcionarlos a ti y a Lili pero he
renunciado –digo y una lagrima se escapa de uno de mis ojos

Sin ese trabajo no poder pagar la deuda y tendré que entregar el


apartamento y todo al banco. Pensar en todo el problema de la deuda
me duele y atormenta, no sé qué hizo Charlie con ese dinero pero
cuando imagino las cosas que pudo hacer me enfada tanto. Amo a
Charlie aún muerto pero odio que me dejara con esta gran carga.

–Tranquila cariño cuéntame todo –dice y sonrió mientras las lágrimas


caen de mis ojos

–Primero dame un Smile Blue, en verdad lo necesito –digo y asintiendo


da la orden de que traigan uno y no tardan en entregármelo
–Ahora sí dime que paso pequeña –pide y comienzo a narrarle todo lo
sucedido

Dos semanas han pasado desde que renuncie, suspiro pensando en


todo lo que ha pasado en este tiempo y es que odio estar sola en todo,
odio que Charlie se fuera, odio que mis padres me echaran de su vida
como basura, odio la deuda, odio a William Jones por idiota y en
definitiva odio a su hermana.

Furiosa decido levantarme del sillón donde tenía horas acostadas para
asearme y vestirme, basta de estar quieta y sintiéndome una inútil, era
hora de afrontar mis problemas como la adulta que era, como la Siena
Adams que todos conocían.

Salgo del apartamento cerrando bien y camino tranquila al banco, hoy


no lucia uno de mis atuendos formales sino que, por lo contrario, iba
bastante sencilla e informal con una camisa a cuadros verde, un jean y
unas converses negras, mi cabello iba suelto logrando que las
corrientes de aires lo hicieran volar y desordenar un poco hasta que
entre al banco.

–Buenas tardes necesito hablar con el señor Ross –digo a la secretaria


y ella me mira para luego alzar el teléfono

– ¿Nombre? –pregunta mirándome de forma seria

–Dígale que es Siena Adams –hablo y ella asiente

–Señor, Siena Adams está aquí y desea hablar con usted –habla tan
pronto le contestan –Entendido señor –dice y finaliza la llamada –Puede
entrar –sonríe de forma un poco falsa y vuelve a lo que hacia

–Gracias.
Camino por el pasillo que da a la oficina del señor Ross, pasar por aquí
me hace estremecer pues recuerdo perfectamente que hace no mucho
pase por aquí de forma nerviosa rumbo a la oficina del señor que me
espera y luego salí con un gran peso sobre mis hombros.

–Señorita Adams que gusto verla de nuevo –saluda el señor Ross al


verme con una falsa sonrisa

–Ojala pudiera decir lo mismo señor Ross pero ambos sabemos que no
es cierto así que no seamos hipócritas diciendo que nos alegramos de
ver al otro –digo seria y el borra su sonrisa – Usted solo me recibe por
el dinero que tengo que pagar –hablo y él me mira sorprendido pero
luego sonreír con lo que parece es burla

–Está bien, tiene razón así que vayamos al grano de una vez, por favor
pase –dice entrando a su sombría oficina

Al entrar me es imposible no comparar el lugar con la oficina de William,


a pesar de saber que no son lugares iguales me es imposible no hacerlo,
el lugar tan sombrío es completamente diferente a la oficina donde solía
trabajar, un lugar donde había mucha luz y se podía respirar, de cierta
forma, con tranquilidad.

Veo como se sienta el hombre canoso y de rostro serio en su silla para


luego fijar su dura mirada sobre mí y haciendo señas de mi a la silla me
pide que me siente pero niego, no quiero estar aquí, con él, más tiempo
del necesario.

–Dígame señorita Adams ¿Qué puedo hacer por usted? –pregunta sin
dejar su postura inclinada

–Necesito un poco más de tiempo para poder pagar la deuda señor –


digo y se pone aún más serio dándome una mirada completamente dura
y a su vez asesina

–Señorita Adams esto no es un juego, el banco necesita que usted


pague ese dinero –comenta recostándose de su silla
–Lo sé señor, sé que no es un juego pero debe entender que esa
cantidad es imposible de pagar en tan poco tiempo a menos que seas
alguien que tenga un gran ingreso laboral o que se gane la lotería.

–Le podría dar un mes más de lo acordado por la situación pero ese es
el tiempo máximo que podría ofrecerle –dice mientras suspirando
comienza a masajear sus sienes

–No creo que sea suficiente tiempo señor.

–Supongo que podría llegar a un acuerdo con el banco –habla


sentándose bien de nuevo

– ¿Cómo cuál? –pregunto desconfiada

–Con el sueldo de sus trabajos podría intentar cubrir la mitad y la otra


mitad la podría pagar entregándole al banco el apartamento donde vive,
no sería el monto realmente completo pero supongo que el banco
prefiere tener el 90% de lo que dio a no tener nada –explica mirándome
con una sonrisa tan falsas como mis ganas de ser su amiga

–No puedo hacer eso ¿Dónde viviría yo entonces? –Pregunto negando


con la cabeza y lo miro seria –No puedo aceptar eso

–Si no lo hace entonces tendrá que pagar la deuda completa antes o


hasta la fecha tope que le acabo de dar –dice de nuevo serio –Puede
irse señorita, fue un gusto –habla mientras con sus manos hace señas
de que me vaya

Sin mentir creo que tengo unas cuantas horas acostada observando el
techo, cualquiera que me viera en estos momentos pensaría que estoy
muerta pero solo trato de buscar una solución al gran problema en el
que estoy. Mi mente trabaja y trabaja buscando algo que me saque de
todo esto pero no encuentro más que las opciones del banco. Si no
fuera porque no tengo otro lugar a donde ir entregara el apartamento ya
que, la realidad es, que no me interesa estar aquí sin Charlie.

–Dios Charlie ¿Qué hiciste con ese dinero? –pregunto a la nada la duda
que tenía desde que el banco me cito –Ojala me hubieras dicho porque
entonces todo tendría quizás un poco más de sentido

Suspirando decido Levantarme por primera vez desde hace un largo


rato para ir rumbo a la pequeña cocina y poner la cafetera en acción,
saco una taza y justo cuando me dispongo a esperar mi café el sonido
del timbre se escucha por el apartamento robando toda mi atención.

Camino a la puerta y la abro pero toda tranquilidad que podría haber


conseguido se va al ver quién está detrás. Miro a la persona frente a mí
y pestañeo varias veces pero estoy tan sorprendida que mi taza favorita
se resbala de mis manos y se rompe en miles de pedazos más solo
puedo ver al frente donde, a dos pasos, se encuentra nada más y nada
menos que William Jones el cual me observa con una pequeña sonrisa.

Agito mi cabeza saliendo de mi sorpresa y frunzo el ceño observándolo,


él hace lo mismo quedándose más tiempo en mi cuerpo y frunce el ceño
con molestia lo cual me confunde un poco hasta que entonces, y solo
entonces, caigo en cuenta que solo estoy usando una sudadera negra
de Charlie que me llega a los muslos y unas medias moradas altas.

– ¿Qué haces aquí William? –pregunto seria y directa

–Yo pues…–comienza a decir pero se detiene aun viendo mi cuerpo

–Mi rostro está aquí arriba –digo y él me mira a los ojos de inmediato

–Yo quería ofrecerte una disculpa y pedirte que vuelvas a la empresa –


habla de forma rápida y nerviosa sorprendiéndome ¿Dónde está mi jefe
seguro y serio?

– ¿Por qué debería volver? No es que sea alguien importante, solo soy
tu asistente, una empleada más a la que puedes reemplazar con solo
tronar tus dedos –digo recordándole las palabras que dijo su hermana
–Oye lamento mucho el comportamiento de mi hermana, ella no es así
en realidad, solo quiere cuidarme de cierta forma –explica y niego

–Eso no es válido señor Jones porque solo estuve haciendo mi trabajo


no hablando mal de usted, saboteando la empresa o haciéndote algo –
suelto molesta

–Siena en verdad lamento lo sucedido, hable con ella luego de que la


señorita Morris me contara lo sucedido –dice y lo miro con una ceja
alzada –Hable con mi hermana seriamente y ella está muy apenada por
lo que te hizo, pensó lo peor de ti por su desconfianza y se arrepiente

–Dudo mucho que la señorita me creo lo mejor del mundo esta


arrepentida así que si me disculpa tengo cosas que hacer señor –digo
de forma cortante y trato de cerrar la puerta pero su pie me lo impide y
lo miro molesta

El me mira a los ojos pero parece a la vez no estar en sí, abre la puerta
un poco y entra al apartamento dejándome sorprendida por su
atrevimiento, camina un par de pasos pasando con cuidado de no pisar
los pedazos de la taza para después girarse y hacerme frente. Lo miro
preguntándome que le pasa o que hará pero siendo sincera me está
comenzando a incomodar su mirada, parece que está tomando una
decisión importante sobre mí o algo así.

William sigue en su mente sin moverse, solo mirándome fijamente y es


entonces que lo veo bien. William no lleva uno de sus trajes de siempre
sino una camisa negra básica junto a un jean y unas botas lo cual me
sorprende mucho, con esa ropa parece más joven y siendo sincera en
verdad le queda bien.

–Lo siento por esto –dice sacándome de mis pensamientos y lo miro

Justo cuando mis ojos se conectan con los suyos siento sus labios sobre
los míos, abro mis ojos sorprendida al sentir su boca e intento
separarme pero a él no le importa y pasa uno de sus brazos por mi
cintura y la mano de su brazo libre es colocada en mi nuca. William
sigue besándome con una simple presión hasta que se separa un
momento y luego de verme une de nuevo nuestros labios pero esta vez
de una forma lenta y dulce que siendo sincera me gusta pero se siente
mal, no puedo hacer esto, no cuando es él y aun peor, no cuando estoy
en el que era mi hogar con Charlie, no puedo hacerle esto.

Me separo de él haciendo uso de todas mis fuerzas y William me mira,


en su mirada se ve la confusión y algo más que no identifico, quito mi
mirada de la suya y se aleja asintiendo, pasa sus manos por su cabeza
mientras yo me abrazo a mí misma sin saber qué hacer y él se pone
serio.

–Por favor vete William –pido en un susurro y el asintiendo se acerca

–Me iré pero por favor vuelve a la empresa Siena –dice mirando mis
ojos con suplica

–Lo pensare – murmuro

–Por favor hazlo –pide antes de salir

Veo cómo sale cerrando la puerta y dejándome confundida con mil


preguntas pero la más importante es ¿qué acaba de pasar?

Camino a la puerta y la abro pero toda tranquilidad que podría haber


conseguido se va al ver quién está detrás. Miro a la persona frente a mí
y pestañeo varias veces pero estoy tan sorprendida que mi taza favorita
se resbala de mis manos y se rompe en miles de pedazos más solo
puedo ver al frente donde, a dos pasos, se encuentra nada más y nada
menos que William Jones el cual me observa con una pequeña sonrisa.

Agito mi cabeza saliendo de mi sorpresa y frunzo el ceño observándolo,


él hace lo mismo quedándose más tiempo en mi cuerpo y frunce el ceño
con molestia lo cual me confunde un poco hasta que entonces, y solo
entonces, caigo en cuenta que solo estoy usando una sudadera negra
de Charlie que me llega a los muslos y unas medias moradas altas.

– ¿Qué haces aquí William? –pregunto seria y directa

–Yo pues…–comienza a decir pero se detiene aun viendo mi cuerpo


–Mi rostro está aquí arriba –digo y él me mira a los ojos de inmediato

–Yo quería ofrecerte una disculpa y pedirte que vuelvas a la empresa –


habla de forma rápida y nerviosa sorprendiéndome ¿Dónde está mi jefe
seguro y serio?

– ¿Por qué debería volver? No es que sea alguien importante, solo soy
tu asistente, una empleada más a la que puedes reemplazar con solo
tronar tus dedos –digo recordándole las palabras que dijo su hermana

–Oye lamento mucho el comportamiento de mi hermana, ella no es así


en realidad, solo quiere cuidarme de cierta forma –explica y niego

–Eso no es válido señor Jones porque solo estuve haciendo mi trabajo


no hablando mal de usted, saboteando la empresa o haciéndote algo –
suelto molesta

–Siena en verdad lamento lo sucedido, hable con ella luego de que la


señorita Morris me contara lo sucedido –dice y lo miro con una ceja
alzada –Hable con mi hermana seriamente y ella está muy apenada por
lo que te hizo, pensó lo peor de ti por su desconfianza y se arrepiente

–Dudo mucho que la señorita me creo lo mejor del mundo esta


arrepentida así que si me disculpa tengo cosas que hacer señor –digo
de forma cortante y trato de cerrar la puerta pero su pie me lo impide y
lo miro molesta

El me mira a los ojos pero parece a la vez no estar en sí, abre la puerta
un poco y entra al apartamento dejándome sorprendida por su
atrevimiento, camina un par de pasos pasando con cuidado de no pisar
los pedazos de la taza para después girarse y hacerme frente. Lo miro
preguntándome que le pasa o que hará pero siendo sincera me está
comenzando a incomodar su mirada, parece que está tomando una
decisión importante sobre mí o algo así.

William sigue en su mente sin moverse, solo mirándome fijamente y es


entonces que lo veo bien. William no lleva uno de sus trajes de siempre
sino una camisa negra básica junto a un jean y unas botas lo cual me
sorprende mucho, con esa ropa parece más joven y siendo sincera en
verdad le queda bien.

–Lo siento por esto –dice sacándome de mis pensamientos y lo miro

Justo cuando mis ojos se conectan con los suyos siento sus labios sobre
los míos, abro mis ojos sorprendida al sentir su boca e intento
separarme pero a él no le importa y pasa uno de sus brazos por mi
cintura y la mano de su brazo libre es colocada en mi nuca. William
sigue besándome con una simple presión hasta que se separa un
momento y luego de verme une de nuevo nuestros labios pero esta vez
de una forma lenta y dulce que siendo sincera me gusta pero se siente
mal, no puedo hacer esto, no cuando es él y aun peor, no cuando estoy
en el que era mi hogar con Charlie, no puedo hacerle esto.

Me separo de él haciendo uso de todas mis fuerzas y William me mira,


en su mirada se ve la confusión y algo más que no identifico, quito mi
mirada de la suya y se aleja asintiendo, pasa sus manos por su cabeza
mientras yo me abrazo a mí misma sin saber qué hacer y él se pone
serio.

–Por favor vete William –pido en un susurro y el asintiendo se acerca

–Me iré pero por favor vuelve a la empresa Siena –dice mirando mis
ojos con suplica

–Lo pensare – murmuro

–Por favor hazlo –pide antes de salir

Veo cómo sale cerrando la puerta y dejándome confundida con mil


preguntas pero la más importante es ¿qué acaba de pasar?
El sonido familiar de la alarma sonando me logra despertar, decir que
extrañaba el despertar tan temprano seria mentir ya que la realidad es
que odiaba el despertar tan temprano para arreglarme y correr a la
empresa pero sin retrasarlo más me levanto con el cuerpo totalmente
agotado.

Pase la noche pensando en los pros y contras de volver pero en realidad


no lo tuve que pensar mucho ya que necesitaba con desesperación el
sueldo. Camino la cuadra que falta y al detenerme frente a la empresa
debo decir que la principal razón por la cual no quería volver y por la
que no entro me está haciendo temblar las piernas y es que no quiero
encontrarme con William después de lo sucedido en el apartamento.
Recordar su beso y actitud me hacía temblar, no entendía como paso
pero el hecho es que paso y ahora no sé cómo actuar.

Gran parte del fin de semana me dedique a partirme la cabeza


analizando lo que paso en mi apartamento, en el beso y en todo lo que
dijo William pero al no obtener una razón creíble del porque hizo eso
decidí buscarlo y solo salían artículos de él como un buen empresario,
de su padre, de la empresa y lo que llamo mi atención es que en un
artículo que le hicieron decía que era soltero lo que llevo a que lo coloran
en otro artículo como el soltero más codiciado del momento.

Agito mi cabeza saliendo de mi ensoñación y agarrando aire entro, el


muy conocido recibidor me da la bienvenida junto a un grito bastante
conocido que me hace voltear pues gritaron mi nombre con tanta fuerza
y entusiasmo que me dejo sorprendida, creo a cada persona que volteo
a ver a la chica corriendo hasta mí también le sorprendió.

–Volviste –dice Aylen con una gran sonrisa mientras me abraza y le


sonrió
–Sí, extrañaba un poco el infierno de la empresa –digo riendo y ella me
imita

–Supongo que ahora los jefes estarán más tranquilos –comenta y la


miro sin comprender

– ¿Qué quieres decir con eso? –pregunto confundida

–Los señores Jones estuvieron discutiendo por tu renuncia, el ambiente


estuvo tan tenso en los pisos superiores que todo el lugar se enteró –
murmura mirando el lugar –No sabía que era tan importante.

–No lo soy, seguro es un error –digo restándole importancia ¿una pelea


de jefes por mi renuncia? Ni en mis mejores sueños

–Bueno yo creo que…– comienza pero se calla de repente y mira algo


a mis espaldas con rostro sorprendido

Totalmente seducida por la curiosidad volteo a ver qué es eso que mira
con tanto interés y el color de mi cara estoy segura que desaparece al
igual que mi sonrisa al verlo después de lo sucedido noches atrás.

–Sera mejor que subas y yo que vuelva a mi sitio antes de que se dé


cuenta –dice Aylen aun sorprendida

–Dudo que se dé cuenta.

–Créeme, se dará cuenta y gracias a esa mujer seguro estará irritable.

Al frente de la empresa se encuentra William con una chica de cabello


negro corto, contextura delgada y de piel blanca como la nieve. La chica
a simple vista se ve hermosa, delicada y elegante con ese traje ejecutivo
de falda y unos tacones bajos pero lo que me sorprende no es verlo con
ella sino él como están.

En un primer momento ella estaba abrazándolo con una efusividad


digna de un pulpo dejando a William totalmente impresionado haciendo
que la sujete de la cintura mientras ella le rodea el cuello con sus brazos
pero luego de un segundo el parece darse cuenta de algo y la separa
de su cuerpo dejándola sorprendida.

– ¿La conoces?

–Es la ex del jefe –murmura sin dejar de ver a ambos

Miro la escena que se arma frente a la empresa con sorpresa, William


comienza a discutir con la mujer frente a él, mientras ella intenta de
nuevo abrazarlo. Sé que es tonto pero siento una pequeña molestia que
no logro entender del todo al saber, ahora, que esa mujer es su ex y al
recordar que hace unos días fue a mí a la que tenía agarrada cuando
me beso pero agitando mi cabeza olvido eso, después de todo, William
es solo mi jefe.

– ¿Nos vemos en el almuerzo? –pregunto mirando a Aylen y ella asiente

–Claro, volveré a mi puesto antes de que me despidan –dice y camina


a su lugar

Sonrió despidiéndome y camino al elevador el cual se encuentra solo


por lo que suspiro y presionando el botón de mi piso espero que la
puerta cierre pero antes de eso una mano detiene el cierre de la puerta
haciendo que estas se abran de nuevo para dar paso a dos personas.

–Buenos días señorita Adams –saluda William serio mientras entra al


elevador con su acompañante

–Señor Jones, señorita –saludo y de manera disimulada me aparto de


ellos hasta el final del elevador

–Buenos días –saluda la acompañante de William con una


sonrisa dulce

El viaje en el elevador es incómodo o por lo menos yo lo siento así al


ser testigo de que la ex de William no paraba de acariciar su brazo y
acercarse a él lo que ocasionaba que William se alejara hasta el punto
de casi llegar a mi lugar y dejarme en medio.
Suspiro cuando llegamos a nuestro piso y saliendo de primera pasando
entre ambos llego a mi escritorio donde coloco mis cosas.

–Señorita Adams dos cafés a mi oficina por favor –dice cuando entra
con la mujer a su oficina y cierra la puerta

Soltando un suspiro de frustración por haber olvidado los cafés salgo de


nuevo hasta la calle y al entrar a la cafetería de enfrente soy recibida
por el mismo chico de siempre.

–Hey tenía días sin verte chica chocolate –saluda con una sonrisa

–Hola chico del café, si estuve fuera unos días –digo con una sonrisa y
el asiente

El chico es quizás de mi edad, tiene el cabello negro, su piel es clara


pero no blanca y en su cara se ven algunas pecas que lo hacen ver
adorable junto a esos ojos marrón claro bastante lindos .

–Soy Ben ¿Cómo te llamas? –pregunta con una sonrisa que hace
aparecer unos hoyuelos en su cara

–Soy Siena, gusto en conocerte –digo con una sonrisa genuina

–Encantado ¿lo mismo de siempre chica chocolate? –pregunta y niego

–Dame dos cafés especiales nada más por favor.

Veo como comienza a moverse para hacer mi pedido y luego de que


me lo entrega y pago el me detiene para que espere un momento y
luego de picar un trozo de la torta que siempre compraba me lo extiende.

–Va por mi parte –dice con una sonrisa

–Oh no puedo aceptarlo, deja que lo pague –digo sacando dinero pero
él niega

–No, es de mi parte tranquila –insiste y sonriendo lo tomo


–Mucha gracias Ben –murmuro y vuelve a sonreír

–Espero saber de ti muy pronto –habla y se va atender a otra persona

Camino a la puerta cuando algo en la bolsa llama mi atención por lo que


me detengo y la miro bien.

“Tu sonrisa es hermosa y tu cabello espectacular pero nada se compara


a tu mirada celestial. Tienes un aura bastante impresionante, espero
verte pronto y sino por lo menos saber de ti.

Con cariño el chico de las pecas.

-Ben.”

Sonrió viendo la dulce nota que contiene su número y volteándome veo


que me mira por lo que con una sonrisa le muestro la nota y me despido
con la mano tras recibir otra sonrisa de su parte.

Hago mi camino de regreso hasta mi piso y luego de dejar la torta en mi


lugar toco la puerta para después de un “adelante” entrar a la oficina
de William encontrándolo solo. Frunzo el ceño pues me pidió los dos
cafés y su acompañante no está pero sin darle importancia me acerco.

–Aquí están los cafés señor Jones –digo dejándolos en su escritorio


dispuesta a irme lo más rápido posible

–Espera Siena, uno es mío y el otro es tuyo –dice el viéndome a los ojos
esta vez, frunzo el ceño de nuevo –Sabes, te vez muy tierna cuando
haces eso pero no me gusta que lo hagas, parece que te desagrado –
habla y mi ceño se frunce más

–Sea lo que sea que juegues te digo desde ahora que te detengas
William, no estoy interesada en formar parte de un juego –suelto
molesta dispuesta a irme y él se levanta para caminar y quedar frente a
mi haciendo que su escritorio quede justo detrás de mi

–Créeme Siena que esto no es un juego – murmura al mismo tiempo


que se inclina hacia mi logrando que mis piernas tiemblen un poco
–William por favor –hablo apenas en un hilo de voz pero él me escucha

– Dime Siena ¿Qué es lo qué quieres? –pregunta

–Por favor déjame, detente –pido y negando toma mi cara con su mano
y hace que lo vea

–No creo poder hacer eso Siena, ya es muy tarde para hacerlo –susurra
y dejando un pequeño beso en mi mejilla que me deja sorprendida se
separa de mí y me mira con una sonrisa

Me separo y saliendo de su oficina me siento en mi escritorio, comienzo


a luchar para hacer mi trabajo pero al poco tiempo su puerta se abre y
el sale, trato de ignorarlo pero él llega a mi lado y toma la bolsa que
contiene la torta.

– ¿Tu novio? –pregunta y eso hace que me tense y también que mi


corazón se rompa al recordar a Charlie

–No.

–Bien, dejaste tu café en mi oficina –comenta con tranquilidad dejándolo


junto a la bolsa

William entra a su oficina de nuevo y suelto un suspiro. Toda la situación


que estoy viviendo actualmente me supera, siento como una lágrima
rebelde sale de mi ojo pero la limpio rápidamente no dejando que los
sentimientos me ganen, debo mantener mi mente tranquila y ya
después cuando llegue a casa podre sacar todos estos sentimientos.
No era un buen día, a decir verdad, era un día terrible. Me encontraba
triste, tal vez más que eso. Caminaba por las calles agotada por la falta
de sueño y sin ánimos lo cual parece todos notaban ya que varias
personas se detuvieron a preguntar si estaba bien y fue lo mismo en la
empresa donde Aylen, el guardia de la entrada y una chica que jamás
vi me detuvieron para cerciorarse de que estuviera bien.

Camino decidida al baño y al entrar veo que no se encuentra nadie por


lo que entro tranquila y me miro en el espejo. Mi ropa luce bien, la
camisa blanca de botones junto a un pantalón color vino y unos tacones
negros me daban un buen aspecto y mi cabello recogido en una coleta
alta no parecía mala opción.

No me veía mal según yo y mi rostro a pesar de estar un poco pálido


debido a la falta de descanso que tuve anoche no se ve tan mal como
para demostrar que no es mi mejor día así que sacudiendo la cabeza y
palmeando un poco mis mejillas para darles color salgo del baño.

Camino hasta el ascenso y subo a mi piso, todo el camino me repaso


nuevamente pero al llegar a mi lugar de destino mi estómago se
revuelve. Las puertas se abren mostrándome a un William enfundado
en un traje oscuro con dos cafés y una sonrisa pero no tengo
oportunidad de sonríe de regreso o decir algo ya que salgo corriendo al
baño dejando a William de lado para seguir de largo.

Entro al baño de mi piso y corriendo a un cubículo regreso lo que fue mi


cena, una vez termino de vomitar salgo del cubículo y me enjuagó la
boca para luego de mirarme al espejo, el cual me muestra a una Siena
más pálida y moribunda, salgo del baño y me encuentro a William que
me mira serio.
– ¿Está bien señorita Adams? –pregunta y frunzo el ceño, no es normal
que me diga así cuando estamos solos

–Si –digo con simpleza y luego de agarrar uno de los cafés me siento
en mi silla

–Bueno, le acabo de dejar su trabajo de hoy en su gaveta –dice para


luego entrar a su oficina

Abro mi gaveta y además de estar las carpetas también se encuentra


una bolsa dentro. Saco las cosas y miro la bolsa un poco pesada que
tiene una nota.

“Quizás sea un aburrido, mandón e idiota jefe pero te aseguro que como
persona, amigo, familiar y quizás pareja soy diferente, espero un día lo
averigües por ti misma así como espero te guste este postre.

Con mucho cariño.

-William J.”

Sonrió al terminar de leer la nota por lo tierna que es, es cierto que
William no fue el mejor jefe pues era un idiota al comienzo y que es un
mandón aburrido pero ¿acaso los jefes no son así? No están para
juegos sino para ver que el trabajo se haga lo mejor posible y eso lo
entiendo.

Abro la bolsa y en el interior se encuentra un trozo de la torta de


chocolate que tanto me gusta y aunque por un momento me pregunto
el cómo supo que me gustaba esta torta luego recuerdo que él vio el
trozo de ayer y descarto la opción de una posible vigilancia por su parte.

Comienzo con mi trabajo al tiempo que abro el embace para devorar mi


torta pero cuando solo faltan dos pedazos para terminar mi estómago
se revuelve de nuevo ocasionando que salga nuevamente disparada al
baño para devolver la torta que con tanto cariño William me regalo.

Salgo del baño al terminar y al volver me encuentro con William frente


a mi escritorio con rostro pensativo. Me acerco y al escuchar los tacones
él se voltea y me mira, serio me inspecciona un poco para luego volver
a mirar mis ojos y observarme con un rostro entre preocupado y
molesto.

– ¿Sucede algo? –pregunto

–Eso lo tendría que preguntar yo, es la segunda vez que vomitas y estas
pálida por lo que me pregunto ¿sucede algo? –pregunta y lo miro
confundida

–No entiendo lo que quieres decir, estoy bien –digo sentándome en mi


silla

– ¿Estas enferma? –pregunta acercándose y niego, no quiero estar en


casa sola

–No.

– ¿Segura que no lo estás? –pregunta de nuevo

–Que no –respondo molesta y el ahora luce molesto

– ¿Entonces porque vomitas? ¿Estás embarazada? –cuestiona y lo


miro

– ¿Qué? –pregunto sorprendida por la pregunta

–Lo estas, joder me involucre con una mujer que seguro esta con
alguien, soy un idiota –comienza a decir agarrando su cabello y suelto
una pequeña risa por la escena

–Ehh detente, primero que nada no estoy con nadie –digo aguantando
las ganas de llorar que llegaron al pensar en Charlie

– ¿Estas embarazada? –pregunta

–No –respondo y suelta un suspiro

– ¿Entonces porque estas vomitando? –cuestiona mirándome


–Quizás fue la cena de ayer que me sentó mal –comento y asiente

–Lo siento Siena, es que tu vomitando y con el rostro pálido me asusto


y pensé en esas dos cosas y luego pensé en que yo te bese y bueno
pensé lo peor, en verdad lo siento –se disculpa

–Te disculpo pero no quiero que me beses William, no está bien –digo
y el frunce el ceño

– ¿Estas con alguien? –pregunta

–No –respondo sintiendo como dentro de mí un pedazo más de mi


corazón se rompe

– ¿Te gusta alguien? –pregunta y de inmediato siento mi corazón latir


fuerte y un nudo instalarse en mi garganta

–No.

–Entonces ¿estás disponible? –Pregunta y niego al mismo tiempo que


me levanto, debe irme o las lágrimas saldrán – ¿Qué pasa? –pregunta

–Por favor suéltame William –suplico y la primera lágrima cae

El me observa y seca la lágrima para abrazarme, su abrazo me


sorprende pero justo ahora esto es lo que necesito, un abrazo que
parece sincero y, de cierta forma, un abrazo que me transmite
protección y confianza.

–Mi madre cada vez que estaba mal me decía que haríamos un trato,
era una especie de juego que invento, ella me contaba un secreto y yo
le contaba un secreto– explica y me sonríe –Es lo que tú y yo haremos
ahora mismo Siena

–No estoy de humor Will –digo alejándome un poco

–La razón por la que mi hermana te trato así fue porque una chica llego
a mi vida de forma inocente, fingió no conocerme o querer algo de mí y
terminó haciendo que mi hermana y su pareja casi se separen por un
gran problema y que yo quedara como un cornudo por unos meses al
serme infiel públicamente –dice viéndome y seca mis lágrimas cuando
lo miro sorprendida

–Mi novio murió –suelto sin darme cuenta y él me mira sorprendido por
lo antes dicho

–No quería estudiar administración de empresas, quería estudiar


derecho pero debía quedar alguien a cargo y preferí sacrificar mi sueño
que el de mis hermanos.

–Charlie murió en un accidente y luego unos días me entere que tenía


una deuda muy alta que ahora pago yo.

–Mi padre quiere que encuentra pareja, creo que piensa que al hacerlo
estaré mucho más comprometido con el trabajo ya que mi familia
dependerá de esto –explica y niego con la cabeza al pensar en mi
familia

–No tengo buena relación con mi familia, a decir verdad no hablo con
nadie más que mi hermana –murmuro

Mis lágrimas siguen saliendo y él me abraza, haber hablado de todo


esto con él es sorprendente, por alguna razón William es capaz de
infundir confianza con su sola presencia a tal punto, que solté muchas
de las cosas que guardaba mi roto y maltratado corazón.

–Lamento que pasaras por muchas cosas malas pero no mereces pasar
por todo esto sola, te aseguro que yo hare que tu vida no sea tan mala
porque Siena, me gustas –habla y lo miro sorprendida – Me gustas y
pretendo demostrarte que puedes confiar y apoyarte en mí, yo no te
dejare sola Siena

–William, yo no…- comienzo pero interrumpe

–Quizás no te guste ahora pero prometo que te enamorare –dice con


una sonrisa viéndome fijamente a los ojos –Sé que en tu corazón esta
alguien aún y puedo esperar, no importa cuánto me lleve voy a luchar
por ganarme tu corazón porque tú Siena Adams lo vales
completamente.

Acorta la distancia para dejar un beso en mi cabeza y luego me estrecha


en sus brazos, la lagrimas siguen saliendo pero él no dice nada sino
que, al contrario, me sostiene y consuela con un cariño que jamás creí
recibir de su parte. No sé si creerle o si esto es correcto pero por ahora
me dejare llevar un poco, después de todo, con William, todo parece
calmarse y sentirse extrañamente bien.

Me separo de William y él me ve, en sus ojos veo un poco de miedo


debido, quizás, a que teme lo rechace, explote y me aleje pero a esta
altura por mi mente pasan tantas cosas que rechazarlo no parece una
opción.

Pienso en lo que dijo y sus palabras me sorprenden “no importa cuánto


me lleve voy a luchar por ganarme tu corazón porque tú Siena Adams
lo vales completamente”, sus palabras hacen que el hueco que está en
el lugar donde tendría que estar mi corazón pierda profundidad y que
empiece a sentir una sensación familiar que me hace sonrojar y a la vez
sonreír como antes.

William observa mi sonrisa y me sonríe antes de abrazarme, no se


siente por completo bien ya que solo han pasado unos meses desde
que Charlie no está pero debo admitir que tampoco es tan mal lo que
está pasando ya que, a decir verdad, se siente bien. No sé si podre
corresponderle en algún momento cercano pero solo sé que deseo
intentarlo porque justo ahora, entre los brazos de William, yo siento
menos dolor porque él de alguna forma consigue animarme.

–Quiero que sepas que no lo dije solo por decir, sé que Charlie siempre
estará en tu mente y corazón pero te aseguro que no me rendiré y
tratare cada día de ganarme poco a poco un lugar en tu corazón –
susurra acariciando mis mejillas –Tratare de que el dolor que sientes
ahora desaparezca y sobre todo que en tu cara siempre este pintada
una bella sonrisa como la que tienes justo ahora –dice Will y el corazón
que creía roto y muerto hace acto de presencia aumentando su ritmo
tanto que puedo escuchar sus acelerados latidos

–Will, no te puedo entregar mi corazón ahora porque está roto pero


confió en que algún día te daré una parte de él, no me alejare pero no
me presiones, por favor, solo pido tiempo y paciencia –digo y la sonrisa
en los labios de William crece tanto que me muestra sus dientes y debo
admitir que si antes cuando estaba serio o me daba una pequeña
sonrisa se veía guapo ahora luce mucho más hermoso

–Solo con que no me rechaces ahora y me des la oportunidad de


mostrarte que de verdad me gustas y que puedo hacerte feliz me basta
–habla, lo miro un poco tímida y él lo nota – ¿Me das la oportunidad de
intentarlo? –pregunta

Lo miro y en su mirada ahora hay determinación y esperanza, él quiere


una oportunidad y aunque no puedo prometer que todo será fácil, que
lo dejare entrar a mí corazón o que lo amare de forma rápida debo
admitir que lo quiero intentar, quiero inter algo con William y que él me
ayude a sanar todas mis heridas para así, quizás, arreglar junto a él mi
corazón.

–Te daré la oportunidad.

William me estrecha aún más en sus brazos por lo que parecen minutos
pero entonces se separa y acercándose con cuidado posa sus labios
sobre los míos. No sé qué pasara entre nosotros, no sé si él me pueda
ayudar y no se tampoco si todo salga bien, en realidad temo lastimarlo
y que no resulte nada como él quiere, que todo se vaya al carajo pero a
pesar de todo quiero intentarlo porque mi corazón me dice que me
arriesgue a intentarlo.

–Dejemos algunas cosas claras antes –digo separándome

– ¿Qué cosas? –pregunta


–Pondré algunas reglas y la primera es que no mezclaremos lo laboral
con lo personal y lo segundo es que vamos a ir descubriendo poco a
poco que es esto que está pasando entre nosotros ¿estás de acuerdo?
–pregunto

William me mira y medita mis palabras, su expresión es seria como cada


vez que se trata algo en el trabajo y como era las primeras semanas,
con el tiempo descubrí que esa es su actitud al pensar en un trato o
examinar cuidadosamente las cosas.

–Bien pero yo pondré un regla y es que somos exclusivos, no quiero a


ningún chico de las pecas o algún hombre cerca de ti, no con esto me
refiero a algo como alejarte de la población masculina sino que no deseo
a un tercero en esto, va para ambos claro esta aunque dudo algo así
pase pero ¿estás de acuerdo? –pregunta y luego de asentir me acerca
– Bien, me hace feliz que estamos formando un nosotros Siena –dice y
sonrió

–Me parece bien pero no tengo nada con Ben, solo es un conocido –
suelto con simpleza y el asiente – Pero igual esto no puede salir de aquí
William, por lo menos en la empresa no se deben enterar, pensaran que
por eso tengo el empleo de nuevo –digo y él se pone serio

–Siempre y cuando nosotros sepamos lo que es mentira y lo que es


verdad no debería de importar lo que piensen los demás pero todo será
como tú digas Siena, vamos a ir a tu paso –habla Will y lo miro con una
sonrisa

–Gracias William –murmuro con una sonrisa y besando su mejilla me


alejo

–Bueno, seguiré con mi trabajo, cuando terminemos te llevare y debes


ir al médico, estas enferma aunque lo niegues, esos vómitos no son
normales –dice y niego

–No te preocupes puedo irme sola, hoy debo trabajar pero ya mañana
voy al médico –informo y el niega
–No creo sea lo mejor Siena, debes descansar, luces pálida, tienes
vómitos y la verdad es que aún me parece inseguro que salgas sola de
noche, déjame…–habla pero lo corto al darle un corto abrazo

–Solo acepta ¿sí? Estoy bien –digo y el asiente

–Está bien pero ya sabes, espero asistas al médico por esos vómitos –
dice y dejando un beso en mi mejilla se separa –Estaré en mi oficina si
deseas algo –comenta y asintiendo camina a su oficina

–En que te has metido ahora Siena Adams –comento a la nada mientras
lo observo caminar a su oficina

–Oh Siena por cierto –habla volteando a verme con una mirada que no
logro identificar

– ¿Qué pasa? –pregunto

–Necesito que termines con ese trabajo lo más rápido que puedas, son
para una junta que tengo mañana a la que deberás ir conmigo para que
tomes nota de las cosas más importante que digan en la junta ¿Está
bien? –Pregunta y asiento – Otra cosa, mi hermana dijo que quería
hablar contigo por lo que pasara por ti en la semana aquí para que
pasen un rato juntas, dice que quiere disculparse –dice y me sorprendo

¿La diabla quiere hablar conmigo? ¿Disculparse? Me imagino que


querrá volverme tirar café encima.

– ¿Qué quiere tu hermana conmigo? ¿Ya no fue suficiente con nuestros


otros encuentros? –pregunto y el suelta un suspiro acercándose de
nuevo

–Te lo dije ella no es así en realidad, solo se comportó así para


protegernos, dale un oportunidad por favor –pide y soltando un suspiro
asiento

–Está bien, pero si dice algo que no me guste o me hace molestar te


juro que me defenderé y me olvidare que es tu hermana William Jones
–digo y él sonríe
–Está bien, me gusta cuando estas molesta, ese tu carácter feroz es
fascinante de ver –dice y besando mi frente entra en su oficina
dejándome con una sonrisa

En el pasado, mientras crecía con mis padres o incluso estando con


Charlie muchas veces fui regañada y criticada por mi carácter pero
ahora, al escuchar de la boca de William que le gusto aún con mi
carácter fuerte eso es realmente increíble porque significa que me
acepta tal y como soy.

Sonriendo camino a mi escritorio pero la sonrisa se me borra cuando


siento mi estómago dar una sacudida de nuevo, corro al baño y de
nuevo devuelve todo mi estómago.

– ¿Qué diablos me pasa? –pregunto a la nada y vuelvo a vomitar

¿Existe algo peor que pasar el resto de la semana pálida, vomitando y


sintiendo el cuerpo débil y sin energía? Pues sí, estar en un hospital
pálida, vomitando cada dos por tres y con el cuerpo débil.

Luego de que William me viera realmente pálida ayer me mando a la


casa con su chofer cuando le prometí que asistiría, ahora sí, al médico
hoy por lo que me encuentro en uno de los peores lugares para mí, un
hospital.

Mi odio a los hospitales comenzó cuando mi tío Raúl murió en una


operación, luego cuando con el nacimiento de mi hermana mi madre
tuviera un problema que casi le cuesta la vida, incremento cuando me
tuvieron que traer varias veces de niña y por ultimo cuando trajeron a
Charlie. La lista de experiencias tristes y malas en este lugar fueron tan
horribles para mí que luego de eso no quise pisar más un hospital pero
aquí me encuentro, sentada esperando mí turno para ser atendida.
–Siena Adams –habla una mujer de quizás 50 años vestida de bata
blanca, su cabello rubio va amarrado en una coleta alta y si tiene
maquillaje en realidad no se nota

–Soy yo –hablo levantándome de mi asiento

–Adelante pasa –dice entrando

Entro y su consultorio es espacioso, de color blanco y cortinas lila, su


escritorio es marrón oscuro y en él se encuentra una computadora al
costado, un cuaderno junto a lápices, resaltadores, una agenda, un
calendario y unos marcos con fotos que no logro ver ya que me dan la
espala.

–Bien ¿Qué te trae por aquí? –pregunta con una sonrisa

–Pues yo…–comienzo pero los nervios me ganas por lo que respiro –


Hace unos días comencé a vomitar sin parar y me siento realmente mal,
muy débil –culmino mi explicación y ella anota lo que dije

– ¿Fiebre? ¿Dolores musculares? ¿Cansancio? –interroga mirándome

–Si –respondo a todo

– ¿Te has alimentado de forma nutritiva y correcta estos días? –


pregunta

–Un poco, no podía ingerir nada porque lo devolvía –explico

–Eso está mal, ven vamos a pesarte y hacer los exámenes de rutina –
dice y asintiendo voy con ella

La doctora me entrega una bata y luego de cambiarme y hacer todos


los exámenes me pide que me siente en la camilla.

–Bueno Siena estas un poco delgada para lo que debería ser tu peso
ideal, también tienes el azúcar muy alta, tus defensas bajas y para
finalizar te puedo decir que tienes principio de anemia según tus
exámenes –dice ella y la miro preocupada
– ¿Y qué tengo que hacer ahora? –pregunto

–Te recetare unos medicamentos, vitaminas y te colocare una dieta


para que subas de peso y levantes tus defensas, te recetare unas
pastillas de hierro para que se combata la anemia y no pase a un nivel
más alto porque entonces si podría ser malo y debes bajar un poco el
consumo de azúcar para evitar un futuro problema –explica todo
mientras anota y asiento

–Está bien doctora, seguiré sus instrucciones –digo

–Si no fuese porque tu periodo bajo fácilmente se pudo haber


confundido esto con un embarazo, hiciste lo correcto al venir ya que si
demorabas más podías empeorar hasta tener un problemas mayor o
incluso pudiste colapsar por tantas cosas –informa y me tenso

–Entiendo, seré cuidadosa y seguiré sus recomendaciones al pie de la


letra–digo y ella asiente

–Por los momentos es lo mejor, con todos estos síntomas no puedes


hacer esfuerzos o podrías tener alguna complicación que te traiga
desmayos u otros percances –dice seria y asiento

–Está bien doctora, sin esfuerzo –aseguro y ella sonríe

–Bien, esta es la receta médica –murmura entregándome la hoja –


Espero verla luego para un chequeo actualizado –habla la doctora
cuando estoy en la puerta

–Está bien doctora, la veo luego –me despido

Salgo del hospital acomodando mi bolso en mis hombros y camino a la


parada pero la sensación de sentirme observada me hace girarme.
Observo toda la calle pero no veo a nadie que parezca seguirme o algo
pero aún no segura del todo acelero mi paso rumbo a la parada de
autobuses y cuando voy a cruzar la calle para llegar a esta un auto se
detiene frente a mí, es oscuro y las ventanas están tintadas por lo que
no veo quien es el conductor hasta que el vidrio baja y el miedo queda
en el olvido.
– ¿Qué haces siguiéndome papá? –pregunto seria mientras con una
mano me aseguro de que mi corazón siga latiendo

–Solo estaba camino a casa y te vi salir del hospital ¿estás bien? –


Pregunta y asiento –Me dijiste papá –suelta con una sonrisa y me tenso

–Solo fue por costumbre señor Adams, si eso es todo me tengo que ir –
digo caminando pero escucho como se abre la puerta y luego sus pasos

–Hija por favor escucha –intenta agarrarme pero lo esquivo

–Yo no soy más su hija, deje de serlo el día que ustedes me dieron la
espalda y me sacaron de su vida –suelto con voz fría y mirándolo a los
ojos

Nuestros ojos se conectan y al contrario de mi mirada llena de enojo la


suya muestra dolor y arrepentimiento pero eso no hará que mi postura
cambie por completo por lo que me preparo para irme.

–Entiendo, me entere de lo que paso con Charlie, lo siento mucho Siena


–dice y aunque mi corazón siente como se le clava una espina esta ya
no duele tanto como antes

–No mientas, si algo debe de alegrarles a ti y a tu esposa es que él ya


no está porque como es que decían ¿qué él no es de nuestra clase?
¿Qué solo me utilizaba? Pues que crees, él nunca me abandono luego
de que me sacaran de sus vida sino que se quedó conmigo, me dio un
techo y me hizo salir adelante –suelto molesta y él me mira con tristeza
– No sé qué haces hablándome, ambos me dejaron en claro que ya no
existía para ustedes, será mejor que me vaya ya que, después de todo,
no soy de la misma clase que tú y no quiero que piense que te robare o
pediré algo –digo y dándome la vuelta comienzo a caminar

–Por lo menos dime ¿estás bien? –pregunta haciendo que me detenga


y soltando un suspiro me giro

–Estoy bien –murmuro y el asiente


–Aunque no sirva de mucho lo siento por todo y siempre serás mi hija
Siena, la casa está abierta siempre que desees volver –oigo que dice
pero no me detengo

– ¿Y bien? ¿Qué es lo que tienes? –pregunta Will apenas abro la puerta


de mi apartamento

–Se dice hola primero maleducado –suelto riendo al verlo

Luego de un largo día en el médico y el encuentro sorpresa con mi papá


llegue muerta al apartamento por lo que al tocar el sofá caí dormida pero
el sonido de mi teléfono me hizo despertar. Pase un rato ordenando
algunas cosas antes de que William totalmente preocupado llamara ya
que no le respondí los mensajes y luego de contarle un poco mi día el
insistió en venir y hablar bien sobre lo que tengo dando como resultado
su visita.

William me regala una pequeña sonrisa y entrando al apartamento


cierra la puerta para luego avanzar hacia mí y tomándome por la cintura
con delicadeza para acercarme a él, pasa su nariz por mi cuello
haciendo que mi piel se erice y un escalofrió pase por mi cuerpo antes
de separarse de esa zona y mirarme a los ojos antes de besarme.

Sus labios se posan sobre los míos de forma dulce y calmada logrando
hacer que mi corazón se acelere de una manera casi inhumana al
mismo tiempo que siento mis mejillas sonrojarse, mis brazos descansan
en su pecho apretando un poco la tela de su camisa y siento que si no
fuera por el brazo de William que me sujeta de la cintura justo ahora
estaría en el piso pues no siento mis piernas del todo. El beso es tan
dulce y lento que sin duda es perfecto, es un beso tierno.

–Hola Siena –dice separándose


–Hola William –digo y él sonríe

– ¿Qué es lo que tienes? –pregunta alejándose un poco de mi pero sin


soltarme de la cintura

–Tengo las defensas bajas y me detectaron principio de anemia, la


doctora me receto unos medicamentos que comprare mañana y
además me mando una dieta para ayudar a mis defensas y subir un
poco de peso pues no estoy en el peso correcto, también me mando
reposo –informo mirándolo

William me mira serio y no sé qué pasa por su mente pero su rostro me


demuestras que no está muy feliz por lo que le dije.

–Dame la receta médica, hare que mi chofer vaya a comprar todo –dice
serio y niego con la cabeza

–No, no dejare que hagas eso, son mis medicinas y las pago yo –hablo
molesta y me suelto de su agarre

–Por supuesto que dejaras que las compre, Siena estas débil, imagínate
que sales y algo te pasa en la calle –dice y niega con la cabeza –
Guardaras reposo absoluto, me quedare a cuidarte y no quiero quejas,
debes tener a alguien que te ayude y vigile mientras te recuperas del
todo –habla y su voz suena preocupada

Lo miro molesta y me siento en el sillón.

–No te puedes quedar aquí todos los días hasta que esté mejor, debes
ir a la empresa y hacer tu trabajo, eres el vicepresidente de la empresa
y yo tampoco me puedo quedar, necesitas mi ayuda en el trabajo –hablo
y él se sienta a mi lado

–La empresa no se va a caer en pedazos solo porque no asista unos


días, puedo hacer mi trabajo desde la computadora y si se presenta
alguna junta iré pero volveré, ahora en cuanto a ti señorita Adams –me
toma la cara para que lo mire –No quiero que trabajes por estos días,
estas en reposo y no quiero quejas así que dime ¿me quedo aquí o tú
te vas conmigo? –Pregunta y lo miro confundida –Siendo sincero creo
que prefiero el que te vengas conmigo –dice y lo miro

– ¿Por qué? ¿Qué tiene mi hogar? –pregunto

–Nada malo solo que…– no continúa y lo miro seria

– ¿Que qué? – pregunto y el suelta un suspiro

–Vivías aquí con él ¿verdad? –pregunta y entiendo enseguida por lo que


asintiendo dejo de verlo

–No quiero irrumpir es su hogar, por eso creo que es mejor el estar en
mi casa, necesitas que alguien te cuide y quiero hacerlo –habla

Pienso en lo que dijo y tiene razón, para mi es más cómodo porque es


mi hogar pero para él es la casa de la chica con la que intenta salir y su
difunto novio. William siente que interrumpe en el lugar que era de
Charlie y mío lo que seguro le incomoda por lo que aunque no me sienta
muy cómoda, decido dejar mi casa ya que después de todo el se está
portando demasiado bien y si quiero descubrir hasta dónde puede llegar
esta especie de relación que hay entre nosotros debo aceptar el estar
con él y dejarlo entrar en mi vida.

–Está bien –digo y él me mira

– ¿Está bien qué? –pregunta y sonrió

–Me iré unos días contigo pero debes prometerme que no me vas a
tener en una cama como a una enferma terminal, estoy débil si pero
tampoco vayas a exagerar ¿de acuerdo? –pido y el asiente

–Te prometo que hare tu estancia en mi casa lo más cómoda que se


pueda, te cuidare como se debe –dice y sonrió

–Está bien, déjame guardar un poco de ropa y listo –hablo y el asiente

–Te ayudare –se ofrece y acepto


Luego de tener una pequeña maleta lista y de tomar mi teléfono junto a
mi bolso salimos del apartamento, abajo su chofer nos recibe y luego
de guardar todo en el auto y comenzar el camino a casa de William
llegamos unos largos minutos después, el abre la puerta y me ayuda a
salir para después agarrar la pequeña maleta.

Me detengo al ver su casa, es una casa de dos pisos color negra, a


simple vista parece elegante y tiene cierto toque de carácter que la hace
diferente en comparación a las otras casas pero es original. Miro el lugar
y en esta hay un pequeño jardín verde que da a unos escalones, Will y
yo caminamos por el sendero de piedra que hay en la mitad del jardín y
subimos los escalones para detenernos en la puerta la cual no tarda en
abrir.

Entramos y si la casa parece elegante y un poco “ruda” por afuera es


todo lo contrario por adentro. La decoración es en colores crema , un
tono que le da a la casa iluminación y tranquilidad, a simple vista se ve
al entrar una sala y más atrás una mesa de 6 puestos, avanzo y consigo
una cocina espaciosa, hay un pasillo que da a una puerta que supongo
es un baño y por ultimo esta la escalera que da al piso superior donde
están las habitaciones, debajo de las escaleras hay una puerta que me
causa curiosidad y como si William lo supiera llega a mi lado y me
abraza.

–Es el sótano –habla y asiento

–Me gusta tu casa, siendo sincera me esperaba algo más diferente


teniendo en cuenta el cómo eres pero me gusta –digo y él me hace dar
la vuelta quedando de frente y miro su sonrisa burlona

– ¿Y qué te esperabas? ¿Una mansión? –Pregunta y asiento


ligeramente apenada y sonrojada –No me gustan las casas grandes,
digamos que aunque tengo ciertos gustos como tú dices no soy el típico
hombre adinerado que vive en mansiones y tiene miles de autos, soy
más sencillo. No me gusta desperdiciar el dinero en autos que quizás
no utilice y mucho menos en una casa en la que haya miles de cuartos
que nunca ocupare –dice y sonrió
–Me agrada que seas diferente –sonrió

–Me alegra escuchar eso, ven te mostrare tu habitación –dice subiendo


las escaleras y lo sigo

Avanzamos por el pequeño corredor y terminamos en medios dos


pasillos, el primero lleva a una puerta y el otro tiene tres puestas.

–Aquella es mi habitación –dice señalando el pasillo con una sola puerta


–Y esta será la tuya –murmura camina a una puerta del otro pasillo y la
abre para dejarme entrar

En esta hay una cama, un televisor, una mesa de noche y un armario,


detrás de la cama hay una ventana. Sonrió al admirar todo, la habitación
es un poco espaciosa para solo una persona pero es hermosa, es
perfecta.

–Me gusta, gracias –digo

–Me alegra que te guste, vamos a comer algo –dice y dejando mi maleta
en la habitación salimos de esta

Puede que no sea tan malo el pasar un tiempo viviendo bajo el mismo
techo con William, después de todo ¿qué puede pasar?

Despierto temprano en la mañana sin necesidad de alarma y me


pregunto ¿en qué momento me acostumbre a despertar temprano? La
verdad no lo sé pero seguro que lo hice a la segunda semana de
comenzar en la empresa y justo ahora, el despertar temprano sin
necesidad, me molesta.
Me levanto tranquila y observo todo nuevamente, en la madrugada
cuando desperté realmente me asuste por un momento al no recordaba
donde estaba y pensé que me habían secuestrado pero al despertarme
100% por el susto me di cuenta de donde estaba, en medio de la
oscuridad no hice más que reír mientras me calmaba para buscar un
vaso de agua y luego volver a dormir.

Con las energías recargadas de una manera bastante nueva camino al


baño interno del cuarto a cepillar mis dientes, lavar mi cara y liberar el
líquido retenido por la noche para luego de sacar de la maleta una muda
sencilla cambiarme. Salgo de la habitación al pasillo donde observo la
puerta cerrada de William, por un segundo me planteo el ir a ver si esta
pero sacudiendo la cabeza aparto esa idea y bajo la escalera para hacer
el desayuno, no creo que si Will está dormido tarde mucho en despertar.

Agarrando unos huevos de la nevera y el orégano, revuelvo los huevos


en el sartén y lo pongo en ambos platos para luego agarrar el pan de un
gabinete y colocarlo al lado, doy la vuelta para ir a la nevera por un vaso
de agua pero me detengo al ver una figura al frente, pego un grito del
susto al enfocar al muchacho acercarse.

El chico grita, yo grito más y luego, de arriba, escucho el ruido de una


puerta abrirse seguido de unos pasos que me hacen saber que William
está despierto.

– ¿Qué pasa? ¿Siena dónde estás? ¿Qué ocurre? –pregunta/grita


William mientras baja la escalera

– ¡En la cocina! ¡Ayuda! –grito

– ¿Qué sucede? –Pregunta entrando bastante acelerado pero se calma


al ver al intruso –Oh hola Oliver –le saluda William para luego mirarme
– ¿Qué sucede?

– ¿Lo conoces? –pregunto confundida y el asiente


–Pues obvio me conoce chillona – habla por primera vez el chico y ¿me
dijo chillona? –Soy su hermano menor –dice y miro a Will buscando una
confirmación a esto

–Es mi hermano Siena, te lo dije en la oficina –habla confirmando lo


dicho por el chico

– ¿Quién es ella Will? –pregunta el aparente hermano menor de William


mirándome

–Ella es Siena, es mi novia –habla William acercándose a mí –Buenos


días Siena –saluda Will y sonrió cuando besa mi frente

–Buenos días, te hice el desayuno –digo viendo sus ojos

–Gracias aún no deberías de hacerlo, estas enferma Siena –murmura y


lo miro seria

–Estoy mejor, te dije que solo estaba débil no como enferma terminal –
gruño y el ríe un poco

–Bien, probemos tu comida, ya me dio hambre por el susto lo que me


recuerda ¿por qué gritaste? –pregunta y lo miro como si fuera obvio

– ¿Acaso no es obvio? El me asusto, no es normal ver a un chico


desconocido parado junto a la puerta observándote –digo señalando a
su hermano y este me mira ofendido

–Para tu información muchas personas amarían ver mi cara por las


mañanas, eres tú la única que a chillado de mala manera por mi
presencia –dice con una sonrisa de suficiencia para luego cruzar sus
brazos

– Aja Oliver pero ¿acaso tú te asustaste por ella? –pregunta William con
burla posicionándose detrás de mí para abrazarme y besar mi mejilla

– ¿Qué? Claro que no –responde cruzando sus brazos y mirando a otro


lado
– ¿Entonces por qué gritaste? –pregunto y él me mira mal

–Yo no grite –dice serio

– ¿Enserio? Creí haberte escuchado –habla William separándose y


agarrando los platos del mesón de la cocina

–Solo me sorprendió su grito, eso es todo pero no tenía miedo –dice


Oliver soltando un bufido

–De acuerdo, lo siento ¿comiste? –Pregunto y él me mira raro –Puedo


prepararte algo –ofrezco y él sonríe

–Nena jamás me negaría a un plato de comida y menos al ser preparado


por una sexy chica –habla con suficiencia para luego guiñarme uno de
sus ojos

–Oliver –murmura William con todo de advertencia

–Que es mi cuñada además y está prohibida para mí, William déjame


terminar de hablar por favor –comenta con inocencia y se sienta su lado

–Bien, espero que calmes tus hormonas en mi casa –dice William y el


menor suelta un bufido –Y tú no vas a mover un dedo más, siéntate y
yo me encargo del plato de Oliver –pide sujetando mi mano y
llevándome a la mesa

Ellos comienzan hablar al tiempo que William prepara la comida para


Oliver, hace el mismo procedimiento que hice con nuestra comida para
una vez lista sentarse y entregarla. William guiña uno de sus ojos
cuando levanto una de mis cejas al ver el plato que preparo para luego
imitando a un Oliver hambriento comenzar a comer.

–Oh Dios que bueno esta esto –dice olvidándonos y comiendo con
urgencia provocando que sonría

–Déjame ver –pide Oliver y antes de que William se niegue este ya tiene
un bocado en la boca – Maldición que bueno esta, creo que la amo Will
–dice sonriendo y Will rueda los ojos
–Mientras sea algo platónico todo bien –dice y toma mi mando la besa
–No paras de sorprenderme Siena.

Observo el agarre de nuestras manos y un calor comienza a subir por


mi cuerpo hasta concentrarse en mis mejillas y quedarse ahí por todo el
rato que pasamos en la mesa comiendo y, por raro que suene, sentada
aquí, entre ellos dos, una sensación de tranquilidad me llenaba por
completo el alma.

Oliver había pasado un largo rato en la casa hablando sin parar de


muchos temas y justo así como descubrí que solo era un par de año
mayor a mi hermana. William y yo habíamos decidido pasar la mañana
con él pero tenía quizás 10 minutos de haber abandonado la casa justo
antes del almuerzo diciendo que tenía un asunto que atender y es justo
ahora, cuando el menor de los Jones no se encuentra, que la pregunta
sale de mi boca.

– ¿Cómo es que no sabía que tienes un hermano? –pregunto y él me


mira

–Eso es porque Oliver no está interesado en el negocio familiar como


papá, mi cuñado y yo –explica

–Entonces ¿Qué le interesa? –pregunto y él sonríe

–Oliver estudia en una academia de bellas artes, es muy bueno en eso


pero además le gusta la escritura, es por eso que mi padre no lo lleva a
juntas y eventos a menos de ser necesario –murmura –Puede que
Oliver sea joven aún pero sabe lo que hará con su vida y formar parte
de los negocios de la empresa no es su idea –dice

–Me agrado Oliver –digo y él sonríe


–Me alegra escuchar eso –sonríe viéndome y me abraza – ¿Quieres ver
una película? Mi secretaria está enferma y tuve que terminar solo el
trabajo –dice en broma y lo miro divertida

–Pobre hombre, seguro te fue imposible hacer bien el trabajo sin tu


secretaria, por lo que escuche es una mujer muy eficiente –murmuro
entre risas y él me sigue

–Sí, pero logre terminar y ahora estoy libre para pasar el día con mi
novia.

– ¿No quedamos en ver qué sucedería? –pregunto con cautela y


William girándose sostiene mi cara con sus manos

–Sí, quedamos en eso ya que es lo que quieres y lo respeto pero para


mí eres mi novia Siena…pero no le digas a mi secretaria, creo que tiene
un pequeño enamoramiento por mí –comenta soltando una risa y el
calor vuelve a mi cara

William ríe por su broma y yo lo sigo aún sonrojada hasta que se inclina
y sujetando mi cintura de forma firme roza sus labios con los míos
haciendo que sienta un cosquilleo en estos debido a la distancia casi
inexistente entre sus labios y los míos.

–Eres hermosa –susurra y entonces une nuestros labios de verdad en


un pequeño beso –Sera mejor que prepare el almuerzo.

–Te ayudare –digo y al verlo con intensión de replicar me adelanto –Y


no quiero quejas, ya te dije que estoy bien para cocinar.

–Como usted diga señorita.

Pasamos un rato preparando el almuerzo entre bromas y


conversaciones sobre el pasado, por más que mi pasado no fuera el
mejor de todos y guardo muchos secretos soy capaz de revelarle a
William unos cuantos así como de contarle una serie de recuerdos que
compartí con mis padres y hermanas. William, tal y como pensé, no
pregunta o trata de escarbar en el tema de mis padres o en el de Charlie
sino que me escucha y comparte anécdotas divertidas con sus
hermanos y padres.

–Entonces Laura luego de ver una capitulo donde salía una niña
flotando en el aire por un hechizo corrió a uno de los muros de la casa
de mis abuelos y se trepo sin que nadie se diera cuenta hasta que salí
y la vi, en un primer momento me aterre pero saliendo de la sorpresa
corrí y ella al verme salto, no sé cómo llegue a tiempo pero logre
atraparla y debido al impacto ambos caímos al suelo –cuenta Will y lo
miro asombrada –Laura no se lastimo, al contrario, corrió como si nada
a la casa para contar su travesura y yo, completamente impresionado
por lo sucedido me levante, en un primer momento creí no me paso
nada hasta que luego de pasar la puerta mi abuela gritara.

– ¿Por qué? ¿Qué paso? –pregunto completamente interesada y


atrapada en la historia

–Cuando caí, mi cabeza golpeo un pequeño muro que había detrás de


mí y sufrí un pequeño corte que requirió ir de urgencia a un hospital –
dice y lo miro sorprendida –Nadie sabía cómo sentí el golpe pero no
dolor más luego nos explicaron que debido al asombro de lo ocurrido y
la adrenalina el dolor pudo haber pasado a segundo plano.

–No lo puedo creer –murmuro y el ríe

–Requirió 5 puntadas y unas largas semanas de reposo sin poder jugar


con mis amigos o hermanos, lo único bueno fue que pude comer
muchos dulces aunque ya después por comer tantos tuve un pequeño
problema estomacal que requirió una dieta de vegetales únicamente –
explica terminando la historia

–Por lo visto tú y tus hermanos fueron peores que mi hermana y yo, creo
que lo peor que hicimos fue escaparnos en medio de un desfile en un
centro comercial, hicimos que nos buscaran todos los guardias del lugar
–digo entre risas y él me sigue

–Tus padres tuvieron que haber estado muy preocupados –dice y


asiento
–Cuando nos encontraron nos regañaron y luego llorando nos pidiendo
disculpas por gritarnos para luego abrazarnos y volver a gritarnos, era
como un cambio de humor bastante extraño y divertido de ver –comento
y él ríe

Contamos más historias y cosas logrando así, de una forma casi


increíble, pasar la tarde entre platicas de nuestra infancia, cosas de
nuestra vida y demás haciéndome dar cuenta que no importa cuando
me resista, la verdad es, que estar con William se siente correcto y junto
a él, momentos simples como este, se vuelven algo tan maravilloso.

Puede que Charlie fuera mi primer amor pero algo muy dentro de mí me
dice que William, en un futuro, puede llegar a ser alguien tan importante
como por qué la realidad es que Will no solo me ayuda poco a poco a
superar el dolor sino que él revoluciona de una forma que nunca antes
vi o sentí ya que con él, las cosas parecen correctas y el hueco negro
que tenía en mi pecho desaparece dando paso a mi magullado y herido
corazón que poco a poco, con la ayuda de Will, vuelve a ser el de antes
latiendo cada vez más rápido cuando lo tenga cerca de mi o me besa.
William no es mi cura pero si es alguien que me ayuda a sanar y seguir
adelante con mayor fuerza que antes.

– ¿Segura que no quieres que te acompañe? Puedo faltar e ir contigo


por si necesita algo –dice William al otro lado de la línea

–William debes asistir a una reunión y ya que yo no voy a estar es


necesario que tú te asegures de que alguien tome nota de las cosas que
se hable, no puedes descuidar tus obligaciones por mí –hablo mirando
ambos lados antes de cruzar la calle y lo oigo suspirar
–Tienes razón Siena –susurra y se escucha que le dice algo a alguien
–Ya debo entrar, la veré mañana señorita Adams.

–Está bien, nos vemos mañana señor Jones –digo antes de colgar

Miro frente a mí el conocido edificio y sin perder tiempo paso, camino


por los blancos pasillos hasta llegar a un corredor donde el consultorio
de la doctora que me examino la vez pasada me espera.

–Puede pasar señorita Adams –dice la doctora despidiéndose de una


mujer

Entro y justo como la vez pasada ella pide que me cambie por una bata
de hospital para comenzar con su chequeo a mi persona al mismo
tiempo que me hace algunas preguntas para luego de terminar sentarse
y pedir que me cambie.

–Bien señorita Adams todo parece estar mejor en sus exámenes sin
embargo sigue estando baja de peso por lo que le pediré que siga con
las vitaminas y la dieta ¿de acuerdo? –pregunta y cuando aparezco ya
cambiada con mi ropa

–Claro, no hay problema ¿algo más? –pregunto

–Sus niveles de azúcar están bien, las defensas y valores parecen estar
correctos pero me sigue preocupado su peso y la anemia, debo
advertirte señorita Adams que debe tratar lo más que pueda de cuidar
de su salud–explica y la miro preocupada –Señorita Adams está en un
estado delicado ya que si la anemia pasa a un caso más severo podría
llegar a tener complicaciones en su salud por lo que le pondré un nuevo
tratamiento para así tratar de combatir su anemia y erradicarla lo más
pronto posible, de lo contrario si esta incrementa su gravedad podría ser
muy peligroso para usted debido a que no sabemos sus antecedentes
médicos familiares y debemos ser cuidadosas.
Corro de un lado a otro tomando pedidos y llevando la comida ya lista,
el lugar hoy por la noche está repleto y es demasiado para Lou y para
mí pero haciendo uso de todas nuestras fuerzas tratamos de llevarlo lo
mejor que podemos y dándonos pequeños minutos de descansos para
tomar aire. Regresar tardo dos días de lo necesario debido a que
William tan quisquilloso como siempre quiso que esperara dos días más
para trabajar y solo para asegurarme de estar completamente bien
accedí más ya estaba de regreso a mi casa.

–Hey Siena ¿ese no es tú querido jefe? –pregunta de repente

Volteo y de inmediato mis ojos encuentran a un William Jones con ropa


informal entrando al lugar y caminando hasta mí una vez que sus ojos
caen en mi persona. Me acerco también dejando a Lou atrás para que
no pueda escuchar a pesar de que seguro en unas horas estará
enterada de todo.

– ¿Qué haces aquí William? –pregunto al estar frente a él que al verme


me escanea

–Te ves mucho más joven vestida así –murmura

Me miro un segundo y veo la camisa sencilla blanca junto al pantalón


negro y mis vans, un atuendo seguro muy diferente al que está
acostumbrado de verme usar en la oficina pero lo justo y necesario para
realizar con toda comodidad mi jornada en mi segundo trabajo.

–Puedo decir lo mismo de ti pero no te hagas ¿qué haces aquí? –


pregunto nuevamente y el sonríe

–Solo vine a comer Siena ¿o no tengo permitido venir a tu lugar de


trabajo? –pregunta con un poco de burla sujetando mi mano y
entrecierro mis ojos en advertencia haciéndolo reír
–Tome asiento señor, en un segundo mi compañera le tomara su pedido
–murmuro soltándome

William asiente riendo pero antes de que pueda girarme para irme el
sujeta de nuevo mi mano evitando que me aleje por lo que girándome
de nuevo lo miro.

– ¿Fuiste al médico ya? –pregunta serio y bufo

–Si pesado, fui en la mañana y no creas no sigo molesta por tus


insistencias, no soy una niña William –digo y él me mira con burla

–No pareciera por el cómo te has portado estos días negándote a ir


Siena –suelta y tomando mi mano con gentileza la alza –Solo quiero
que mejores y estés bien –susurra antes de besar mi mano y suelto un
suspiro de cansancio

–Lo sé, te prometo que te contare todo lo que me dijo pero ahora
siéntate y déjame ir, tengo trabajo que hacer.

–Está bien, tráeme lo de siempre por favor –pide y asintiendo me alejo

Camino de regreso a la cocina anotando el pedido de Will cuando soy


interceptada por una Lou totalmente emocionada.

–Escúpelo ya ¿qué se traen tú y ese galán entre mano? –pregunta con


gesto pícaro

–Solo estamos dejándonos llevar Lou eso es todo –digo con tranquilidad
y ella me mira sorprendida

–Oh por dios, lo sabía, no era casualidad que viniera estos últimos días
sino que viene por ti –dice con una sonrisa para luego girar sobre sus
pies y uniendo sus manos hace una pose chistosa –Es tan romántico.

–Sí pero ahora deja ya tu enamoramiento por él y sigamos con el


trabajo, el lugar está a explotar –pido y asintiendo se va a tomar nuevas
ordenes
Entro a la cocina y luego de dejar la orden y tomar un plato me dispongo
a salir cuando Ulises, mi jefe, me llama pidiendo que me acerque por lo
que sin perder tiempo me acerco a donde se encuentra cocinando lo
que parece son unos tacos.

–Dime Ulises ¿qué sucede? –pregunto con una sonrisa

–Luces muy pálida desde que llegaste y a pesar de estar concentrada


en el trabajo te conozco y sé que algo está molestándote ¿qué te sucede
pequeña? –cuestiona mirándome con preocupación

–No es nada, seguro es un poco de cansancio, hoy fui al médico y todo


estaba en orden –digo y el asiente

–Está bien pero si te sientes mal tomate un descanso, le pediré a mi hija


que te cubra, no quiero que colapses –dice y sonrió

–Te prometo que estoy bien, no es necesario molestar a la pequeña


Sabrina –aseguro abrazando al hombre que así como Alberto es otro
padre para mí

–Bien, sigue con tu trabajo entonces que ya casi es hora de cerrar –pide
y asintiendo me alejo

Paso el resto del tiempo que falta para cerrar tomando pedidos y
sirviendo pedidos, William al igual que los últimos días come y se sienta
a esperar por mí, a pesar de asegurarle de que no hace falta me lleve a
casa él es tan terco que espera las horas que faltan para que termine y
hoy no es la excepción.

–Bien William ya podemos irnos –digo cuando salgo con mi bolso y


cosas

–Entonces vamos – dice parándose de la mesa y saludando con su


mano a una sonriente Lou en la barra

Salimos del lugar y como es común desde hace dos días el me guía a
su auto. Subo y luego de que él está dentro arranca pero a diferencia
de otras veces algo parece distinto y ese algo es el camino por lo que
extrañada me giro para verlo.

–William este no es el camino a mi casa –digo y él sonríe

–Lo sé –suelta con simpleza

– ¿A dónde vamos? –pregunto y él me mira un segundo para luego


guiñarme uno de sus ojos

–Es una sorpresa, tranquila solo espera y veras.

Extrañada por su actitud misteriosa miro el camino pero nada me da una


pista hacia donde nos dirigimos, por un segundo pasa la opción de estar
siendo llevada a un bosque donde me matara pero descarto la opción
rápidamente al notar que de hecho sería un pésimo plan tomando en
cuenta que lo vieron conmigo hace un rato por lo que haciendo uso de
mi paciencia me recuesto en el asiento hasta que unos minutos más el
auto se detiene.

Miro por la ventana el inmenso pasto verde completamente descubierto,


sobre él se puede apreciar un cielo oscuro inundado de miles de
estrellas junto a una gran luna llena que ilumina el lugar. La vista roba
tanto mi atención que solo soy capaz de regresar en mi cuando William
parado a un lado del auto abre la puerta para mí.

–Quizás no te guste y la verdad es que tuve que haber preguntado si


estabas de acuerdo pero quería que fuera sorpresa –dice con el rostro
ligeramente sonrojado

–Me sorprendiste por completo, este lugar es increíble –susurro y el


sonríe tomando mi mano

–Ven conmigo –murmura y lo sigo

William y yo caminamos por el verde pasto, hasta detenernos a unos


metros y lo que veo me sorprende por completo. En el suelo reposa una
manta con velas, una cesta y unos cojines.
–Quería preparar algo especial para ti ¿te gusta? –pregunta y lo miro

– ¿Gustarme? Me fascina, esto es muy hermoso William, yo no sé qué


decir –murmuro apreciando la hermosa vista de la sorpresa

–Quizás puedas empezar aceptando acompañarme en esta velada –


dice tendiéndome su mano en una clara invitación

Sonriendo totalmente conmovida por la sorpresa de William tomo su


mano acercándome y el justo como unas horas atrás acerca sus labios
a mi mano y dejando un pequeño beso me guía a uno de los cojines
que descansan sobre la manta del suelto.

– ¿Cuándo planeaste todo esto? –pregunto cuando él toma asiento en


el otro cojín

–Hace unas horas luego de colgar la llamada, quería hacer algo


especial que te gustara –habla con una sonrisa radiante

William comienza a sacar cosas de la canasta y frente a mi aparecen


dos platos, unos envases con comida para llevar y unas bebidas
tapadas para luego ir poco a poco sirviendo lo que parece ser comida
china.

–Espero que te guste la comida, Oliver me ayudo a preparar todo


mientras te traía aquí –explica

–Me gusta la comida china, es una de mis favoritas a decir verdad –digo
probando un poco del arroz –Esta delicioso, recuérdame agradecerle a
Oliver por esto –pido y él me mira divertido

– ¿Solo a él? –pregunta con diversión y sonrió viendo el plato

–Puede ser que también le agradezca a la gente que hizo la comida –


suelto divertida y el ríe

–Claro ¿y a la persona que está frente a ti y planeo esto? –cuestiona y


hago como que lo pienso
–Mmm si puede que no –digo volviendo a comer

William de la comida a un lado y sujetando mi cintura me hace acostar


para hacerme cosquillas, rio al mismo tiempo que pataleo e intento
quitarlo pero es inútil, él es más fuerte y la realidad es que no podría
moverlo nunca.

–Está bien, gracias por todo William, ha sido una sorpresa muy
hermosa, nadie tuvo un detalle así antes y me a fascinado –digo entre
risas y él se detiene para verme

–Siena, quiero que de verdad confíes, que me dejes ayudarte a sanar


esas heridas que se tienes, no pido que me des todo tu corazón ahora
pero por favor déjame tener la oportunidad de estar a tu lado, de sacarte
sonrisas, de ayudarte, apoyarte y tomar tu mano en todos los momentos
que vengan, no importa si son buenos o malos te prometo que yo estaré
ahí para ti y no permitiré que nada te pase –dice completamente seguro
mirando mis ojos –Siena, quiero que seas mi novia así que dime ¿me
dejas estar contigo un escalón más arriba de ese camino que poco a
poco vamos a ir descubriendo? –pregunta

Miro sus ojos, tan azules como el cielo y completamente diferentes a mi


tono, sus palabras cuelas hondo en mi mente y corazón haciéndome
sonrojar y estremecer por la magnitud de sus palabras porque William
Jones parece tener ese efecto en mí y aunque antes pude no haberlo
notado ahora sí. Mi corazón se acelera y una extraña pero conocida
sensación en mi estómago se hace presente, puedo recordarla muy
bien por lo que mirando a William alzo con cuidado una de mis manos
y observando esos orbes azules que posee acaricio suavemente una
de sus mejillas.

–Estaría feliz de ser tu novia y seguir este camino William Jones –


susurro con una sonrisa

William une sus labios a los míos en un beso lento, dulce y totalmente
romántico para luego separarse y regalándome una sonrisa
completamente resplandeciente me ayuda a levantar para comer
ambos con tranquilidad en un ambiente totalmente cómodo entre
palabras, historias graciosas y anécdotas del día. William Jones es un
enigma para mí así como yo lo soy quizás para el pero poco a poco
vamos avanzando en este camino que decidimos tomar juntos para
descubrir no solo lo que sentimos sino también los secretos que
escondemos y puedo asegurar ahora si con gran seguridad que William
Jones puede llegar en un futuro a robar mi corazón porque él me ayuda
hacerlo volver así como que las heridas que por tantos años estuvieron
sangrando, a pesar de la ayuda de otros, se cierren y curen.

–Cómo pudiste hacer eso sin consultarlo conmigo –grito completamente


molesta

–Solo te quería ayudar Siena, te esfuerzas mucho y la realidad es que


no iba a funcionar igual –dice William serio

–No me importa, eso era algo que no te debía afectar.

– ¿Qué no? Siena estabas cargando una deuda que no era tuya, no
podía dejar que siguieras matándote en tus dos trabajos y que pensaras
buscaras otro para pagar ese monto ¿Cuándo ibas a dormir?
¿Recuerdas lo que te dijo la doctora sobre ser cuidadosa? –pregunta
molesto

–No lo sé pero igual no era tu problema, no tuviste que haber pagado la


deuda por mí, ese era mi problema William –suelto frustrada

–Pues lo hice, Siena no es para tanto, ya el problema está resuelto y no


debes seguir matándote con el trabajo.
Pienso en sus palabras pero no, no puedo aceptarlo porque la realidad
es que me apena y molesta que él se tomara el atrevimiento de
presentarse en mi banco y pagar la deuda que Charlie me dejo sin
decirme, puede que el actuara de corazón y que lo hiciera para
ayudarme pero no es la forma y no tenía ningún derecho de inmiscuirse
en este problema.

–Vete por favor William, justo ahora estoy muy molesta y no quiero verte
o no sé qué cosas podría decir, no quiero lastimarte por lo que te pido
que te retires –susurro y él me ve sorprendido

–Bien, me iré pero quiero que sepas que no me arrepiento de nada, solo
quería ayudarte y me alegra el haberlo hecho –dice y tomando su
chaqueta se acerca a mí –Llámame cualquier cosa ¿bien? –susurra y
dejando un beso en mi frente se aleja

Cierro la puerta y camino a mi habitación, odiaba que el hiciera este tipo


de cosas, puedo entender que me quería ayudar pero no es lo correcto
el que tome decisiones o haga cosas por mi sin consultarme, yo no
quería que él se involucrara en ese problema pero William ignorando
totalmente esto fue y pago toda la deuda del banco. Exhalo y me
recuesto en mi cama pensando en mis cosas, el tiempo pasa y yo no sé
en qué momento caiga dormida.

Despierto y miro la hora en mi teléfono el cual marque que son las 6


pm, dormí mucho y muero de hambre por no comer antes de dormirme
pero bueno, es hora de salir y arreglar las cosas con William ahora que
estoy más calmada, debo escucharlo ya que se, que sus razones para
hacer eso no fueron malas más nos debemos una buena conversación.

Me asomo por el borde de la puerta y la oscuridad de la casa me recibe,


la casa está extremadamente silenciosa y la verdad no me gusta, el
silencio me hace sentir sola y desde que conocí a William ese
sentimiento se había ido. Entro a mi habitación y agarrando un pequeño
cuaderno donde solía escribir notas comienzo a pasar las páginas pero
una en específico llama mi atención.

“27-09-2016
Decir que lo amo es quizás loco para muchos, quizás algunas personas
como mis padres, mis conocidos y sus amigos piensen que no debemos
estar juntos pero al diablo ¿Qué les importa a ellos nuestra vida? Yo lo
amo y él me ama de eso no tengo duda, él me apoya, me entiende…él
me hace feliz.”

Esa fue la primera vez que admití mi amor por Charlie unos meses
después de comenzar a salir, todos estaban en contra y recuerdo que
incluso mi madre quiso llevarme a un psicólogo porque pensaban era
solo una fase rebelde el salir con un chico como él. Charlie no era malo
como todos pensaban, era solo un chico que trataba de evitar ser
lastimado por el mundo, que se defendía y defendía lo que pensaba y a
las personas que quería, el podía parecer un chico “rudo” y sin donde
caer muerto pero todos se equivocaban. Charlie era un luchador, un
chico que salía cada día a trabajar para mantenerse y luego para
ayudarme a mí.

Paso las páginas y otra llama mi atención, es la del día que deje la casa
y di la noticia que desencadeno una lluvia de verdades, unas dolorosas
verdades que mis padres guardaban como secreto.

“01-01-2017

Yo no lo entiendo ¿Cómo pudieron mentirme? ¿Cómo pudieron


ocultarme algo tan importante como eso? Ellos acusaban a Charlie de
ser una mala persona pero ellos no se veían en el espejo, ellos mintieron
y peor a eso ellos me dan la espalda en este momento, ahora que los
necesito por primera vez y que tengo miedo, un embarazo no es fácil
pero por más que Charlie y yo estamos un poco asustados queremos
seguir adelante, queremos comenzar una familia y sé que lo lograremos
a pesar de todo.”

Sigo pasando las hojas y sigo leyendo las páginas. Lagrimas comienzan
a bajar por mis mejillas y pequeños sollozos salen de mi boca,
recuerdos pasan por mi mente a medida que paso las paginas hasta
que llego a la última página donde escribí y me hace romper en un
llanto sin paranza y que me impide leer algunas cosas pero no es
necesario pues recuerdo claramente lo que escribí.

“05-05-2017

Se fue, luego de un hermoso día junto a Charlie donde todo iba de


maravilla la película de felicidad cambio a una de dolor y terror. Se fue
y no regresara.”

Escucho como tocan la puerta, seco mis lágrimas y con todo mi pesar
salgo y abro la puerta. Mi mirada se encuentra con esos ojos azules tan
vivos y diferentes a los míos, lo veo y él me mira, en su mirada veo dolor
y cuando me animo hablar el jala mi brazo y rodeando con los suyos me
levanta. William entra conmigo en brazos y me sienta junto a él sin dejar
de rodearme con sus brazos, lloro sacando todo el dolor que tengo
dentro y él me sujeta mientras besa mi cabeza, él deja que me aferre a
su cuerpo como si fuera una tabla de madera en pleno océano, una
tabla que me ayude a flotar y a no hundirme.

–No sé que pudo ponerte así y no te presionare a decirme pero cuando


estés lista cuéntame, sé que me guardas secretos así como yo te
guardo algunos pero estoy seguro que poco a poco los contaremos,
porque tengo fe en nosotros –susurra y me abrazo más a él –Por ahora
solo déjame ser esa mano que te ayude a levantarte, déjame ayudarte
a no hundirte –pide y tratando de calmar mis sollozos lo miro, el limpia
mis lágrimas con sus dedos pero estas son remplazadas por unas
nuevas

–No dejes que me hunda Will, no lo hagas por favor –susurro y él me


abraza

Me aferro al pecho de William mientras el rodea el mío con sus brazos.


No sé cuánto tiempo pasamos así pero siento que me levanta en sus
brazos, no soy consciente de nada más, no sé a dónde me conduce
pero ya no importa porque confió en él. Will abre una puerta y luego
siento algo suave en mi espalda, abro mis ojos y descubro entonces que
me trajo a mi habitación, sale de mi vista y luego de un rato llega con su
pijama puesta y se acuesta a mi lado abrazándome.
–Jamás dejare que te hundas, yo también te necesito Siena –besa mi
cabeza y me acomodo en sus brazos

–Esa es la cosa Will, yo no lo dudo –digo viéndolo y por primera vez soy
yo quien tomando su rostro entre mis manos, lo acerco y beso

No sé cómo paso pero el sueño me venció por completo y, no me


arrepiento. Creo que hasta ahora no existe una mejor sensación en este
mundo que dormir cómodamente y despertar sin preocupaciones en los
brazos del hombre que se está ganando tu corazón.

El dormir con William fue, a decir verdad, muy cómodo por sus brazos
que me rodearon como si fuera un oso de peluche y su cuerpo que se
amoldaba al mío con tanta confianza y familiaridad como si ya hubiese
pasado. William me transmitía un poco de su calor corporal y se lo
agradecí en el alma pues tanto la noche de ayer como la mañana de
hoy hace frio, un frio capaz de traspasar la sabana y la tela de mi
pijama helándome los huesos pero por suerte tengo a Will. Despierta
salgo de su agarre con cuidado pero no doy ni un paso cuando un
William despierto y al parecer juguetón me abraza de nuevo y me
acuesta en la cama.

– ¿Ha donde crees que vas? –pregunta colocando su cabeza en mi


claviculada

–Al baño –digo tratando de salir de su agarre

– ¿Volverás a la cama luego? –Pregunta mirándome y asiento con la


cabeza –Esta bien anda –me suelta

Dejo un beso en su mejilla y dándome una sonrisa vuelve a cerrar sus


ojos. Corro al baño del cuarto y entro, libero el líquido retenido y luego
de lavar mi cara y dientes salgo. Llego a la cama y veo a William, debo
admitir que este hombre luce condenadamente sexy aunque no se lo
proponga. Will está acobijado hasta su pecho, sus brazos están detrás
de su cabeza y su cara muestra toda la tranquilidad posible.

– ¿Te quedaras parada observándome o vas a venir a abrazarme? –


pregunta aun con sus ojos cerrado y doy un salto por el susto de haber
sido atrapada

Sin responderle entro en la cama y lo abrazo, uno de sus brazos deja


su cabeza y me rodea con el logrando así abrazarme y darme de su
calor nuevamente. Con mi mano juego con su pecho haciendo círculos
en este sobre la tela de su camisa mientras él comienza hacer lo mismo
en mi cintura por debajo de la tela y sonrió alzando la cabeza. Lo
observo y él me está mirando a mí.

– ¿Hablaremos de lo sucedido anoche? ¿Por qué te encontré en ese


estado? ¿Fue por la discusión que tuvimos? Si es así te pido de verdad
disculpas, yo solo quería ayudarte, no quise lastimarte Siena –habla y
sonrió

–No fue por eso y tranquilo, solo estaba molesta y aunque no estoy de
acuerdo con lo que hiciste lo agradezco mucho, sé que lo hiciste por
ayudarme.

–Igual lo lamento, tuve que haber hablado contigo antes de hacerlo,


viole tu confianza al hacerlo a tus espaldas sin haber primero consultado
contigo, te quería ayudar pero no fue la forma de hacerlo, lo siento–se
disculpa y sonrió

–No tengo nada que disculpar, todo está bien y Will –digo y me mira

– ¿Si? –pregunta

–En verdad aprecio lo que hiciste, nadie jamás tuvo un gesto así
conmigo, tú me ayudaste a que ese peso que tenia se fuera, prometo
que te devolveré todo ese dinero –digo sonriendo

–No hace falta Siena, con que sigas a mi lado como mi novia y secretaria
me doy por satisfecho, no lo hice para que me debas sino porque quería
ayudar –murmura y besa mi frente
–Gracias –susurro sonrojada y con el corazón latiéndome a mil por
minuto

William no dice nada y yo tampoco, seguimos acostados en silencio


hasta que me observa. Sus ojos se pasean por mi rostro como tratando
de grabarse cada milímetro, facción o cambio de expresión de este.
Tomándolo por sorpresa quito la mano que hacia círculos en su camisa
y la subo a su cara, acaricio su mejilla y el cierra los ojos recostando su
rostro en mi palma, me acerco a su cara y rozando mis labios con los
suyos sonrió.

–Puede que sea muy apresurado Will pero te quiero.

Como si lo que dije fuera la respuesta al problema más grande del


mundo el abre sus ojos con sorpresa viendo los míos fijamente para
luego sonreír y unir nuestro labios. El beso es uno dulce y calmado con
el que creo me demuestra lo feliz que le hace mi confesión, es un beso
en el que ambos demostramos algo, él que mi declaración le gusto y yo
que lo que dije es cierto.

–No me importa si es muy pronto pero también te quiero Siena, me hace


feliz el que estés conmigo –murmura y le sonrió

–También me hace feliz que estés conmigo –digo y ahora soy yo quien
lo besa

–Entonces ¿cómo va todo entre ustedes? –pregunta Aylen como


siempre sonriendo y me es imposible no devolverle la sonrisa

–De maravilla, William es alguien increíble –respondo y el brinca


emocionada
–Ay Siena ustedes se veían bien juntos pero nunca pensé algo
realmente pasaría, me alegra haberme equivocado, ambos
lucen…diferentes, más felices de alguna manera –habla emocionada y
la miro con sorpresa

– ¿De verdad? –cuestiono y ella me mira

–Claro que sí, tu luces más relajada, feliz y hasta joven pero ¿el señor
Jones? Él parece otro hombre a pesar de seguir siguiendo serio en las
oficinas –responde

Pienso lo que dice y puede que sea verdad, William y yo en todo el


tiempo que hemos estado juntos quizás cambiamos o mejoramos en
varios sentidos. Sonrió y cruzando la calle entramos a la cafetería donde
Ben, como siempre, nos recibe con una sonrisa cuando llegamos al
mostrador.

–Hola Siena –saluda con su sonrisa sincera

–Hola Ben, por favor dame lo de siempre pero agrega unos


emparedados de pollo y una botella de agua –pido y el asiente tomando
nota para luego mirar a Aylen

– ¿Y tú que deseas chica de las sonrisas? –pregunta y Aylen ríe

–Solo un café y un emparedado de pollo por favor.

–Enseguida se los traigo –dice Ben y va por nuestro pedido

– ¿Lo conoces? –pregunta Aylen mirándolo y asiento

–Sí, me atiende casi todos los días cuando vengo ¿Por? –cuestiono y
ella sonrojada evita mi mirada

–No, por nada, solo preguntaba –susurra y la miro confundida hasta que
lo capto

– ¿Te interesa?
–No, no lo conozco ¿Cómo podría interesarme? –cuestiona
sonrojándose aún más y me sorprende ese hecho

–No veo él problema, es muy posible ¿no conoces eso del amor a
primera vista? –pregunto con una sonrisa y ella niega

–No Siena, yo no puedo interesarme en nadie, por favor olvídalo solo


fue una pregunta –habla seria por primera vez

–Está bien, lo siento.

Guardamos silencio mientras esperamos la orden y cuando parecen


haber pasado minutos vemos a Ben llegar frente a nosotras acelerado
y con el rostro sonrojado.

–Lo siento, la maquina no quería servir y tuve que revisarla pero aquí
está su orden chicas –dice tratando de calmarse

–No hay problema, gracias –susurra Aylen sonrojada y niego con la


cabeza

Pagamos y luego de despedirnos salimos, cruzamos la calle y nos


sentamos en una banca frente a la empresa. Saco uno de los
emparedados y comienzo a comerlo junto a Aylen, ella toma su café y
yo agua, todo es silencio y por un momento pienso que quizás arruine
las cosas con todo lo que dije en la cafetería pero entonces ella habla.

–Lo siento Siena, no quería hablarte así o incomodarte –susurra y la


miro

–No Aylen, yo lo siento, lamento si te incomode –hablo

–Está bien, olvidemos ¿sí? – pregunta y sonrió

– ¿Olvidar qué? –cuestiono en broma y ella ríe

Comemos en un ambiente más relajado y tranquilo hablando de


diversas cosas y cuando el tiempo para comer se pasa entramos, me
despido de Aylen dejándola en su puesto de recepcionista para luego
yo seguir al elevador y subir. Las puertas se abren en mi piso dejando
a la vista a un William perfectamente enfundado en trajo azul marino
sentado en mi escritorio y al verme se levanta sonriendo.

–Hola ¿sucede algo? –pregunto y el niega

–Solo te esperaba, necesito los balances que te pedí y también muero


de hambre.

–Los balances los envié a tu correo junto a los informes que hice,
también tengo aquí un mensaje que te dejo una empresa del este y
recuerda tienes una reunión en una hora para mostrar el avance del
proyecto que están realizando –informo y entonces saco la bolsa de
papel –Te traje unos emparedados de pollo y un café, provecho Will –
digo dándole la bolsa y tomo asiento

–No sé cómo hacía para tener el control de todo antes de que llegaras
–susurra inclinándose y dejando un beso en mi cabeza –Gracias, estaré
en mi oficina para luego ir a la junta

–Está bien –murmuro con una pequeña sonrisa y entra a su oficina

–Pensé que nunca íbamos a salir de la junta, no pensé que se


extendería tanto –habla William en tono cansado limpiando los platos

–Debías dejar todo en orden, era necesario o pudo seguir el error que
tenían y generarle perdidas a la empresa.

–Tienes razón, lamento te perdieras el turno en el otro trabajo –


dice secando sus manos para luego girarse y verme con atención
–No te preocupes, estuve pensándolo y aunque no llego a una decisión
todavía, creo que ambos trabajos son mucho para mí y ya que no tengo
la deuda encima puedo volver a tener uno –comento

William me mira sorprendido y tomando mi mano nos lleva al sofá.

– ¿Renunciaras al cargo en la empresa? –pregunta y niego

–A pesar de que amo el trabajo en la cafetería, el puesto en la presa es


lo que espere por mucho tiempo y me gusta, aún no es seguro pero es
algo que considero –respondo y el asiente

–Bien, cuando tomes tu decisión yo estaré aquí para apoyarte con ella
sin importar nada.

–Gracias Will –susurro y él sonríe

–No tienes nada que agradecer, te apoyare sin importar nada –dice y
me besa – ¿Te quedarías conmigo esta noche?

–Está bien –respondo y él sonríe

–Bien, me iré a dar una ducha rápida y podemos ver una película.

–De acuerdo.

William se separa y se pierde de mi vista, rato después al levantarme


escucho el sonido de la regadera sonar, camino por el pasillo de la casa
de William y llego al que da a su cuarto, observo los pocos cuadros que
adornan las paredes y al llegar a la puerta la abro. El cuarto de William
es espacioso y su decoración es bastante luminosa y escasa, curiosa
camino observándolo todo y entonces se escucha una puerta abrirse y
lo veo. William está ahí, parado, con una toalla en la cadera y
mirándome sorprendido en un primer momento para luego sonreír y
acercarse.

– ¿Buscas la película mientras me cambio? –pregunta

–Está bien, lamento haber entrado sin preguntar –digo y él sonríe


–Olvídalo, no me molesta, después de todo dormirás conmigo aquí –
dice y tomando mi rostro deja un pequeño beso en mis labios pero me
separo al sentir como me levanta

– ¡William! ¿Qué haces? –pregunto riendo sujetándome a él que ríe


también

Will no responde sino que nos lleva a su cama y riendo me deja en esta
y comienza hacerme cosquillas.

–Will deja, para por favor que no respiro –pido y el sigue riendo

–Está bien, te dejare –dice parando y sentándose a mi lado

Miro a William observarme con una sonrisa y acercándome a él lo beso


con cariño pero también con pasión, demostrándole así, todo el cariño
que le tengo, que de verdad me interesa y quiero estar con él. El beso
sube cada vez más de nivel y con eso crecen las increíbles ganas de
acercarlo más y más por lo que tomando el control de la situación tomo
todo el valor que tengo y me coloco a horcajadas sobre él. William se
separa con la respiración acelerada y me mira.

– ¿Qué haces? –pregunta él y sonrió inocentemente

–Nada

Lo beso nuevamente, esta vez de forma más calmada y él me sigue,


sus manos descansan en mis mejillas y al separarme lo miro de nuevo,
siempre dije que los ojos son ventanas a las almas de las personas y
con William lo estoy confirmado. Su mirada me demuestra el cariño,
pasión pero sobre todo miedo que está teniendo por lo que insegura me
aparto un poco de él.

– ¿Qué sucede? –pregunto

– ¿Estás segura de que quieres hacer esto? –cuestiona y sonrió

–Estoy segura William, quiero hacer esto –le sonrió y luego de verme
un largo rato asiente
–Está bien –dice y sonrió inclinándome para besarlo

–Te quiero Will –digo y toda duda parece irse de sus ojos

–También te quiero Siena.

William me besa de forma dulce pero apasionada al tiempo que sus


manos hacen un recorrido por mis piernas, sus dedos acarician
suavemente mis muslos que lo rodean, pasan a mi espalda y luego la
caricia baja más hasta llegar a mi trasero donde le da un apretón leve
que lo hace sonreír en el beso.

–Si no estás segura dímelo ahora que aún estoy cuerdo por favor –pide
pero lo ignoro y beso nuevamente de forma apasionada

William juega con el dobladillo de mi blusa hasta que dándole una


sonrisa se decide y la saca de mi cuerpo dejando a su vista mi sujetador
el cual no tarda mucho en quitar para dejar al descubierto mis pechos.
Will hace un pequeño ruido con su garganta que me hace sonreír y
sonrojar pero mi sonrisa se borra cuando tomándome por sorpresa nos
hace girar dejándome debajo de él.

–No sé si te lo dijeron antes pero ahora te lo digo yo –murmura besando


mis mejillas –Siena, eres una mujer hermosa y me siento afortunado de
tenerte conmigo –dice y vuelve a besarme

Si antes pudimos haber sentido frio eso se acaba porque siento justo
ahora un increíble calor que me está quemando por dentro y cuando su
boca deja un camino de besos de mi cuello hasta el valle de mis pechos
todo en mi vibra a la expectativa de lo que vendrá porque siento que
con William Jones, todo será apasionado e increíble.
Despierto y con una sonrisa miro a mi lado donde Will duerme
plácidamente, esta vez no me abraza por completo asique alzando su
brazo salgo de la cama y tomo su camisa junto a mis bragas y salgo de
la habitación.

Mi estómago pide comida a gritos por lo que me hago una trenza en el


cabello y bajo a la cocina donde sacando carne, unas papas y un
plátano comienzo a cocinar, nada como un plato de milanesas de carne
con puré de papas y plátano frito para calmar el hambre. Tomo mi
teléfono y colocando una canción al azar la música comienza a sonar y
cocino mientras canto canción tras canción hasta que siento unos
brazos en mi cintura que me hacen dar un salto por el susto.

–Dios Will no hagas eso, me has asustad –digo girando para ver su cara
la cual tiene una sonrisa

–Lo siento cariño –se disculpa y negando con la cabeza beso su mejilla

–Olvídalo –giro y vuelvo a mi labor

– ¿Qué cocinas? ¿Quieres ayuda? –pregunta asomándose por mi


hombro

–Milanesas de carne, puré de papas y unas rodajas de plátano frito –


respondo

–Suena delicioso, te ayudare –se ofrece y sonrió

Cocinamos juntos al tiempo que cantamos, Will no se sabe todas las


canciones pero las que conoce las canta conmigo y en algunas incluso
baila lo cual me hace reír y ocasiona que unas rodajas de plátano se
quemen al distraernos.
–Gracias William –suelto con sarcasmo al botar los plátanos quemados

–De nada Siena –responde sonriendo y ruedo los ojos

Cuando la comida se encuentra lista nos sentamos y entre sonrisas y la


música que sigue sonando comemos nuestro almuerzo.

–Siena –me llama y lo miro – ¿Qué paso el otro día que te encontré
llorando? ¿Qué te puso en ese estado? –pregunta y bajo la mirada a mi
comida

–Solo recordaba cosas –respondo y soltando los cubiertos me presta


toda su atención

– ¿Quieres contarme?

–Creo que lo más importante en una relación es la confianza y yo confió


en ti por lo que sí, te contare –digo y alzando mi mirada lo encuentro
viéndome con una sonrisa

–Me alegra escuchar eso pero cuéntame lo que puedas, no estás


obligada a decirme todo, sé muy bien que es difícil hablar del pasado y
más aun de cosas dolorosas –habla tomando mi mano y sonrió

–Gracias, te quiero Will –murmuro y doy un apretón a su mano

–Yo también te quiero Siena –responde y mi sonrisa crece un poco más

–Bien, te contare –suelto un suspiro –Por favor no me interrumpas

–Estaré callado.

–Ayer encontré mi viejo cuaderno de notas, es algo así como un diario,


la cuestión es que leer algunas páginas me transporto a unos recuerdos
que para mí tienen mucho dolor –susurro

–Recuerda, solo lo que soportes y puedas decir está bien –habla y lo


miro
–Hace tres años conocí a Charlie en una fiesta, sentí atracción
inmediatamente por el cuándo se acercó a mí, hablamos y luego de
intercambiar números al irme prometimos seguir en contacto y así fue.
Charlie estuvo coqueteando conmigo por un año hasta que me pidió ser
su novia, cuando cumplimos los 7 meses le presente a mis padres y
estos no lo aceptaron pero sin importarnos nada seguimos juntos, para
ese momento no sabía que estaba completamente enamorada de él –
cuento y él me mira atento –Le quería pero no pensaba a qué nivel,
seguimos juntos sin importar nada hasta que cuando cumplimos el año
comencé a sentirme mal y luego de ir al médico me entre qué…–corto
mi narración y lo miro sin saber como continuar

Will tiene sus manos en sus muslos y su mirada seria demuestra que
me presta atención, cuando ve que no se si continuar él sonríe y me
abraza pero lo alejo y respirando asiento dando la oportunidad de que
pregunte lo que se quiere saber.

– ¿Qué tenías?

–Estaba embarazada –respondo y Will hace un sonido de asombro

– ¿Embarazada? ¿Qué paso con él bebe? –pregunta y una lagrima


sale de mi ojo

–Lo perdí –digo con un hilo de voz, siento sus brazos levantarme y
sentarme en sus piernas –Para cuando cumplí los 4 meses de
embarazo la doctora me dijo que él bebe no se estaba formando como
se debía y que el embarazo estaba en peligro, me mando reposo y eso
hice hasta que…–me detengo y respirando continuo –Una noche estaba
durmiendo y me desperté por un dolor, estaba sangrando y no sé como
pero en poco tiempo estábamos en el hospital, al cruzar la puerta todo
se volvió negro y solo sé que desperté días después y me sentía
diferente, Charlie me abrazo y dijo “lo superaremos juntos”, fue
entonces que entendí todo, haba perdido al bebe –termino de contar y
Will me abraza
Mis lágrimas mojan su camisa y sollozos salen de mi boca. Lloro sin
parar abrazándolo y William me abraza más fuerte como si temiera,
quizás, que me rompiera en pedazo al soltarme.

–Lo siento tanto Siena –dice y lo abrazo

–Por eso lloraba.

–En verdad lo lamento cariño, nadie merece pasar por un dolor así –
susurra sin soltarme y besa mi sien

–Sentí que me hundía días después, me sentía sola y al leer las notas
todo regreso de golpe y fue inevitable no recordar esos sentimientos y
sensaciones de soledad que me abrumaron completamente –explico
separándome de él

–Ahora lo entiendo, lamento que pasaras por algo así y por todo lo que
has sufrido después, me encantaría haber estado antes junto a ti y evitar
que sufrieras todas esas cosas que hoy te causan tanto dolor.

–El dolor es inevitable Will, no pueden haber días buenos sin pasar por
días malos, de lo contrario, la vida sería fácil y no aprenderíamos
lecciones –murmuro y sonrió aún con lágrimas en los ojos –Aún me
queda mucho por sanar, superar las tormentas no siempre es fácil pero
dame tiempo, no me rendiré hasta cerrar cada herida que tenga

–No solo te daré tiempo sino que estaré contigo ayudándote a sanar
todas tus heridas –dice quitando mis lágrimas y sonriendo lo abrazo

–Gracias Will, eres un gran hombre y si algo puedo agradecer es el


haberte conocido.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en dos meses en


los que estuve con William descubriendo juntos más cosas de nosotros,
tuvimos algunas discusiones pero nuestra relación mejoro mucho y
aunque sé que nos queda mucho camino por descubrir supongo que
poco a poco con el tiempo iremos descubriendo más cosas así como
conociéndonos aún más y es que, la verdad, quiero a Will o tal vez
querer es un sentimiento pequeño comparado con lo que siento por él,
no lo sé pero lo que si se es que no quiero perderlo.

– ¿Qué piensa la chica más bella? –pregunta Will desde la puerta de su


oficina y sonrió

–En el hombre más increíble del mundo –digo siguiéndole el juego al


mirar cómo se acerca y él me da una sonrisa

–Uff suertudo él por estar rondando por esta cabecita –dice mientras
sujeta mi rosto y me mira a los ojos

–Suertuda yo que lo veo todos los días –comento y el ríe para luego
acercar sus labios a los míos y besarme

–Creo que ambos son suertudos al tenerse el uno al otro –dice una voz
y separándonos vemos a la entrada donde se encuentra su hermana

–Laura ¿a qué debo tu visita? –pregunta Will abrazando mi cintura

– ¿Se te olvido que tengo una charla pendiente con mi aparentemente


cuñada? –pregunta ella y yo trago

Pensé que me había librado de esa salida hace unos meses, Will le dijo
que estaba de reposo y ella lo entendió pero ahora está aquí queriendo
charlar y ninguna excusa lo podría evitar.

– ¿Conmigo? Estoy algo ocupada poniéndome al corriente con el


trabajo atrasado de ayer –digo soltándome del agarre de Will y
sentándome en mi lugar

–Seguro que eso lo puedes hacer después, por algo Will te mantiene
aún trabajando aquí, no creo que sea solo por el hecho de que seas su
novia ¿o no? –habla ella con una sonrisa torcida a su hermano
–Es la mejor en su trabajo, seguro que si me descuido estará ella
haciendo mi trabajo y yo el de ella –habla William y suelto una pequeña
carcajada que le saca una sonrisa a él

–Menos mal que eres consciente de eso –digo

–Las mujeres somos peligrosas hermanito, yo que tu tengo cuidado –


suelta Laura y me mira –Bueno te espero abajo en 10 minutos, adiós
hermanito –dice ella saliendo de la oficina sin esperar respuesta

– ¿Enserio tengo que ir? –pregunto rodando mi silla para verlo con un
pequeño puchero infantil

William sonríe inclinándose hacia mí y pasando mis brazos por su cuello


lo miro a los ojos. El mira mis ojos y luego baja su mirada a mis labios
por donde su dedo pulgar pasa acariciando mi labio inferior, pega
nuestras frentes y su mirada se conecta con la mía de nuevo.

–Si no vas nunca sabrás que es tan urgente para que ella quiera verte
y hablarte, Laura no es tan mala y además, ya le cancelaste una vez,
no querrás que la única persona de mi familia que no te acepte sea mi
hermana, anda por favor, hazlo por mí –pide y suelto un suspiro

–Está bien, lo hare –suelto frustrada –Pero solo serán dos horas
máximo y regresare aquí hacer mi trabajo

–Perfecto, te estaré esperando y quizás te pueda podemos ayudar un


poco y hacer el trabajo pendiente juntos –ofrece y dejando un casto
beso en mis labios que me saca una sonrisa se aleja para verme

–Está bien, me voy entonces –digo y saco mi cartera de la gaveta del


escritorio

–Nos vemos más tarde, te quiero –besa mis labios de forma casta y
camina a su oficina

Salgo de la oficina y tomando el elevador bajo a la primera planta donde


se encuentra la hermana de William sentada mirando su teléfono.
–Bien ¿A dónde iremos? –pregunto llegando hasta ella

–Tú tranquila, no tardaremos tanto, solo vamos a dar unas vueltas


mientras hablamos y luego te traeré de regreso –dice ella y asiento

Salimos de la empresa y sacando mi teléfono comienzo a caminar por


la acera pero me detengo al ver que Laura no viene conmigo por lo que
me volteo y la encuentro parada frente a la empresa.

– ¿Qué haces? –pregunto y ella me mira confundida

–Espero el auto –dice como si fuera lo normal y recuerdo que ella tiene
su auto

–Oh está bien.

Esperamos un momento y un auto amarillo se detiene frente a nosotras,


de esta baja un hombre corpulento el cual abre la puerta de atrás pero
la cierra cuando ella niega.

–Hoy conduciré yo –dice y el hombre le entrega las llaves del auto –


Súbete Siena

Laura camina a la puerta del piloto y luego de entrar vuelve a verme y


me hace una seña para que entre por lo cual luego de recordarme que
no me va a matar o secuestrar entro al auto el cual deja la empresa a
gran velocidad y se integra a las calles de la ciudad.

–Bueno creo que lo primero que tengo que hacer es ofrecerte una
disculpa Siena –dice y la miro sorprendida

– ¿Hablas enserio? –pregunto y ella asiente viéndome un momento


para luego mirar al frente

–Sí, lamento el haberte tratado tan mal, fui una mala persona contigo
injustamente y aunque ninguna excusa es suficiente para que eso sea
pasado por algo o aceptado quiero que sepas que solo trato de cuidar
a mi hermano mayor –dice y la miro sorprendida
–Pensé que él era menor que tú –suelto con sorpresa y ella ríe

–Noo, él es el mayor –susurra – ¿Por qué pensaste lo contrario? ¿Me


veo más vieja? Oh dios no me digas que tengo arrugas –comienza a
decir viéndose en el espejo y niego

–No no, es solo que por el cómo lo tratas, pareces la mayor –digo y ella
asiente

–Will es el mayor de los tres pero yo al ser la única chica de la familia


luego de que mamá muriera me tuve que comportar como la más fuerte,
vele por el bienestar de todos y trabaje duro para no quedar como una
consentida descerebrada que solo tiene dinero por su familia y su
esposo –comenta y asiento

–Entiendo.

–En realidad me interesa mucho lo que es la empresa familiar, por eso


discutía con Will cuando nos conocimos, yo quiero trabajar pero todos
dicen que no debo hacerlo ya que no tengo la necesidad pero no soy
una muñeca de cristal, también me gusta trabajar por mis cosas y no
estar encerrada en una casa sin nada que hacer –habla y la miro

–Me parece injusto que nadie te deje hacerlo, eres una mujer muy capaz
de desarrollar algún trabajo, no importa si tienes la necesidad o no si
quieres hacerlo entonces hazlo, si quieres puedo hablar con William e
intentar que recapacite –murmuro y ella me mira

Laura me ve sorprendida por lo que parecen largos minutos y suelto un


grito al casi chocar con un auto.

–Oh lo siento –dice viendo al frente – ¿De verdad podrías hablar con
él?

–Sí, puedo hablar con él si es lo que deseas –digo soltando el aire que
contuve por el susto

–Eso sería genial, en verdad te lo agradecería mucho –comenta con


una sonrisa y estaciona el auto –Bueno andando
– ¿Dónde estamos? –pregunto y ella me mira confundida

–Estamos en un centro comercial ¿no es obvio? –pregunta y la miro

– ¿Y qué hacemos aquí? –pregunto aún confundida

–Vamos a comprar unas cosas que necesito para mi casa, dar una
vuelta y seguir conociéndonos –dice con una sonrisa que luego se borra
–Solo si tú quieres claro

La miro, pienso en lo que hablamos hace unos momentos y en la nueva


actitud que está mostrando la hermana de William, es realmente curioso
y a la vez intrigante por lo que decidida a conocer un poco más a esta
chica y, por ende, conocer un poco más de William y su familia asiento
con la cabeza.

–Hagámoslo pero tratemos de no tardar, debo volver al trabajo.

–Tranquila, le dije a William que te quedarías conmigo, luego pueden


ponerse al corriente con lo que tenían pendiente –habla comenzando a
caminar y sorprendida por su acción la sigo

Laura estaciona el auto al frente de la casa de Will y me mira con una


sonrisa.

–Gracias por este día Siena, en verdad hice mal en tratarte como lo
hice, estoy muy apena por lo que te hice –susurra bajando la cabeza y
pongo mi mano en su hombro

–Oye está bien, está en el pasado –sonrió y ella niega

–No, en verdad lo lamento, es solo que la última mujer que estuvo en la


vida de Will le hizo mucho daño a mi familia –explica y asiento
recordando lo que Will me dijo cuándo compartimos nuestros secretos
en la oficina

–Lo sé, Will me conto un poco de eso –digo y ella me mira sorprendida

– ¿Lo hizo? –Pregunta y asiento –En verdad te debe amar, Will nunca
quiso volver hablar de eso, odio a esa detestable mujer. Will la conoció
en un bar, ella se le acerco sabiendo obviamente quien era y él no pudo
pasar de su atractivo, luego de un año se hicieron novios y la presento
a la familia –cuenta y suspira –Ese fue su mayor error, esa perra intento
seducir a mi esposo pero él no acepto y nos lo dijo lo cual termino
desencadenando una gran pelea entre William y mi esposo por no
creerle pero luego de un mes de no hablarnos vi en la televisión su foto
y como decían que esa perra fue vista entrando en un hotel con un
hombre diferente –cuenta y la miro sorprendida

Si bien William me conto un poco de lo ocurrido no supe la historia


completa, no hasta ahora.

–Por favor Siena no le hagas daño, Will puede ser un idiota pero es el
mejor hombre que pude conocer y cuando ama a alguien es mucho
mejor porque el ama de verdad y no teme entregar su corazón –dice
con una sonrisa y asiento confirmando lo que dice

–Lo sé, William es un gran hombre y te prometo que no lo lastimare –


digo y ella sonríe

–Bueno, nos vemos luego Siena, confiare en ti –murmura y sonrió


abriendo la puerta

–Nos vemos luego.

Laura se despide con la mano y acelera, negando con la cabeza por lo


loca y divertida que es esa mujer la miro perderse por la calle, si bien
nuestras primeras impresiones no fueron buenas y sin duda me
molestaba su persona, ahora puedo decir con toda seguridad que me
agrada.
Camino a la casa pero me detengo al escuchar un ruido en los arbustos
de la acera de enfrente y al girar no veo nada pero siento esa molesta
sensación de que me observan. Me doy la vuelta y la sensación
aumenta así como el sonido de que alguien camina hasta mí por lo que
me volteo de nuevo pero no hay nadie.

Con el corazón acelerado corro a la entrada y abriendo la puerta con la


llave que Will me dio, entro a la casa y cierro las puertas con seguro
para luego subir a la habitación donde me encierro hasta que William
llega.

Despierto entre los brazos de William con las molestas ganas de ir al


baño por lo que liberándome de su agarre corro al baño donde luego de
liberar el líquido retenido tomo una ducha y me aseo para luego salir
envuelta en una toalla y encontrar a Will sentado en su cama viéndome
con una sonrisa.

– ¿Te dije alguna vez que eres la mujer más hermosa que vi? –pregunta
y sonrió a la vez que el calor sube a mis mejillas

–Creo que sí, no lo recuerdo con claridad –digo divertida acercándome


a él y sonriendo me agarra de la cintura para sentarme a horcajadas en
sus piernas

–Mm deja que lo repito –susurra besando mi cuello para luego verme a
los ojos –Eres la mujer más hermosa que vi en la vida –dice y me besa

Es un beso dulce y tranquilo con el que nos demostramos el cariño que


nos tenemos y aunque está mal pensar en él justo ahora no puedo evitar
pensar que aunque Charlie fue sin duda mi primer amor William es el
amor de mi vida y de eso estoy segura porque quiero que Will sea el
hombre que pase el resto de mi vida conmigo, es al único con el que me
veo hablando de cualquier tema y en cualquier momento, justo ahora y
en 60 años más.
–Te amo –susurro y Will se separa para verme sorprendido

– ¿Qué fue lo que dijiste? –pregunta y sonrió sonrojada – ¿Me amas?

–Te amo William Jones –digo inclinándome para besarlo y él sonríe

–Pensé que yo sería el primero en decirlo –murmura mientras su nariz


se pasea por mi rostro dejando una leve caricia hasta llegar a mi cuello
donde siento que sus labios dejan un beso

William deja más besos por mi cuello y girando la cabeza un poco le doy
más acceso a este mientras sus manos quitan el nudo de mi toalla para
dejarme fuera de esta con mi cuerpo desnudo ante su mirada.

–Te amo Siena y lo repetiré de nuevo, eres la mujer más hermosa que
vi –susurra acariciando mis mejillas y mi sonrojo aumenta de nivel
expandiéndose a mis orejas y cuello

William besa dulcemente mis labios mientras sus manos se deslizan de


mi cara a mi cintura, pasó mis brazos por su cuello y lo beso de la misma
manera mientras trato de quitar el pantalón de pijama con el que durmió
pero al no lograrlo él ríe. Will hace un movimiento veloz en el que nos
hace girar y luego de recostarme en la cama se saca el pantalón junto
a su bóxer y acercándose nuevamente comienza a besarme para así,
con un ritmo lento y placentero hacernos uno.

Salgo del auto de William el cual me deja en mi casa, fue un largo día
de trabajo en el cual ambos estuvimos corriendo de una junta a otra y
haciendo informe sin parar hasta que pudimos terminar. Saludo a Will
con la mano y luego de él hacer lo mismo para luego lanzarme un beso,
veo como acelera y se pierde entre las calles, amo a ese hombre y nada
lo podría cambiar.
Entro al edificio y una vez llego al pasillo donde está mi puerta me quedo
petrificada al ver que la puerta de mi casa esa entreabierta. Con el
miedo creciendo en mí me acerco hasta esta y luego de respirar unas
diez veces en busca de calma y un poco de valor entro al apartamento.

Si antes estaba asustada ahora estoy aterrada. El apartamento está


destrozado, las sillas y mesa están rotas, el mueble esta rasgado como
si buscaran algo dentro de este y las paredes están perforadas con
golpes. Una lagrima sale de mi ojo al avanzar por el pasillo y ver que las
paredes están igual de destruidas en todo el lugar, entro a mi cuarto y
más lagrimas salen al ver que mi habitación esta patas arriba y casi todo
está destrozado.

– ¿Qué demonios paso aquí? –pregunto a la nada

Me siento en la cama un momento y luego de respirar saco mi teléfono


y llamo a la policía que tarda en llegar una hora y seguido de ellos luego
de un rato llega William también.

– ¿Qué fue lo que paso Siena? ¿Estás bien? –pregunta cuando me


abraza

–No lo sé, llegue aquí y todo estaba así –susurro y el besa mi cabeza

–Tranquila cariño, todo estará bien –dice y me abraza

– ¿Señorita Adams? –pregunta un agente y asiento separándome un


poco de William

–Si oficial soy yo, dígame ¿encontraron algo?

–No señorita Adams, la entrada no fue forzada por lo que pensamos


que el responsable de todo esto tenía llave y eso hace que le
preguntemos lo siguiente ¿Alguien más tiene llave del lugar? –pregunta
y niego completamente impactada por sus palabras

–No señor, yo soy la única que vive aquí desde hace unos meses y
tengo ambas copias de la llave –digo y él lo anota en una libreta
–Señor no se encontraron huellas en el lugar –habla un agente llegando
a nosotros con rostro serio –Parece que todo fue realizado por
profesionales

–Bien señorita tendremos que cerrar el lugar para investigación ¿tiene


donde quedarse? –pregunta el agente y antes de responder Will me
interrumpe

–Sí, ella se quedara conmigo –dice él y me sujeta la cintura pegándome


a él en un pequeño gesto protector cuando el agente nos ve

–Disculpe señor pero ¿Qué relación tiene con la señorita? –pregunta el


hombre

–Soy su novio –responde William y el agente lo anota

–Bien, por favor necesito que se retiren y que pasen por la estación para
declarar todo de manera oficial y responder algunas preguntas –pide el
agente y asentimos

– ¿podría por favor ir a recoger algunas cosas señor? – pregunto y el


hombre me mira

–Puede hacerlo pero trate de no mover más cosas de las necesarias


¿de acuerdo? Eso afectaría todo –responde y asintiendo le doy la mano
a William

–Está bien, gracias oficial –dice Will dándole la mano libre

Caminamos al pasillo que da a mi habitación y entro, el lugar esta tan


destrozado como todo el apartamento y no puedo evitar que unas
incontrolables ganas de llorar lleguen pero me abstengo de dejar salir
las lágrimas y tomando un pequeño bolso comienzo a meter unas
cuantas ropas, zapatos y cosas personales.

– ¿Enserio no te molesta que me quede contigo Will? –pregunto y el


niega
–Por supuesto que no Siena, para mí el que te quedes en mi casa es lo
mejor que me pasa, contigo allá no me siento solo y además, podre
acapararte todos los días –responde divertido y besa mi frente

–Gracias Will –susurro con una sonrisa pequeña

–No es nada pero ahora ven, salgamos de aquí que no te hace bien
estar aquí más tiempo –pide y asiento dándole mi mano la cual no duda
es sujetar

Salimos del cuarto y tomo mi cartera para luego de despedirnos del


hombre encargado de la investigación abandonar el lugar donde vivo,
la persona que entro al apartamento tenia llave, no dejo huellas y
buscaba algo pero ¿quién habrá sido y que era eso que buscaba?

–No sé qué fue lo que paso pero planeo averiguarlo y no dejare que
descansen los agentes hasta saber quién fue el responsable, te lo
prometo Siena –dice viendo fijamente mis ojos para luego besar mi
frente y hacerme entrar a su auto

El recorrido a la casa de William se me hace eterno y en todo el viaje


solo pienso en que lo perdí todo ahora, mi casa está destrozada, mis
cosas están rotas, la mayoría de mis ropas rasgadas y lo demás quien
sabe pues no me atreví a ver más de lo necesario. Las lágrimas salen
silenciosamente de mis ojos y justo cuando el auto se detiene siento
como William abre su puerta y luego de dar la vuelta al carro llegar a mí
y abrirme la puerta. Will me mira y sujeta mis manos, miro la unión y les
da un apretón para luego con cuidado soltarme y girarme hasta que
estamos frente a frente, él en cuclillas frente a mí y yo sentada en el
auto.

–Tengo miedo –digo en un susurro y el sujeta mis manos nuevamente

–Te prometo que todo se arreglara Siena –dice William y le creo

Asintiendo él besa mis manos y luego de salir del auto entramos a la


casa de William agarrados de las manos, él me arrastra a la cocina y
miro el reloj de la pared. Asombrada miro la hora que marca el aparato
y es entonces que me doy cuenta de todo el tiempo que pasó desde que
Will me dejo en mi casa.

– ¿Quieres comer algo? –pregunta y yo niego

Mi estómago se niega a ingerir cualquier cosa por lo que luego de que


Will comiera un emparedado mientras hablaba conmigo ambos nos
fuimos a dormir o bueno, William durmió y yo permanecí despierta unas
horas más hasta que el cansancio y el calor placentero del abrazo de
Will me hicieran conseguir dormir.

Han pasado cinco días desde que encontré mi apartamento destrozado,


Will y yo tuvimos que ir a declarar lo sucedido ese día y responder las
preguntas de los oficiales a cargo del caso. Según los oficiales, tal
parece que fueron varías personas especializadas en el allanamiento
de lugares los que entraron, no dejaron huellas o rastro solo destrozaron
todo pero sin dejar nada que diga quienes fueron.

Hoy me encontraba en la empresa esperando la hora del almuerzo pues


no he comido bien estos días y ahora mi estómago me estaba cobrando
factura.

–Lo que daría por saber que pasa dentro de esa cabeza –dice William
causando que salte del susto

–Me asustaste Will –digo mirándolo molesta y sonríe antes de acercarse

–Lo siento Siena –llega a mi escritorio y gira mi silla para luego ponerse
de cuclillas frente a mí – ¿Qué pasa? –pregunta y dejo de verlo

–Nada –respondo y el suelta un suspiro


–Siena no me mientas, sé que te pasa algo ¿Qué pasa? ¿Qué estas
mal? –pregunta y sujeta mi cara entre sus manos para ver mis ojos los
cuales están reteniendo un mar de lagrimas

–Todo, me siento como si estuviese en un abismo sin fondo de nuevo,


no logro entender que es lo que está pasando por más que intento
buscar una respuesta pero no entiendo quién pudo estar en mi casa y
destrozarlo todo, además no entiendo que buscaban –explico y unas
lágrimas salen

–Odio verte así de destruida, daría todo lo que tengo por no verte nunca
más así, con lágrimas en los ojos, triste y angustiada –acaricia mis
pómulos y con sus pulgares quita las lágrimas de mi cara

–Eres lo único bueno que me ha pasado Will, no sé qué haría si algo te


pasara por mi culpa o si te perdiera –susurro entre lágrimas y lo abrazo

–No me pasara nada Siena y no te dejare, te amo pequeña –responde


en mi oído mientras me abraza y el solo escuchar eso hace que una
parte de mi miedo se esfume

Mi estómago suelta un ruido y entre risas William se separa de mí y me


mira con una ceja alzada.

– ¿Hambre señorita Adams? –pregunta y asiento aun riendo

–Creo que al fin mi apetito volvió –digo y el suelta una carcajada

–Entonces no hagamos que se pierda de nuevo y vamos a comer algo


–sonrió y asiento lo cual le saca una sonrisa

Will vuelve a su oficina a buscar sus cosas mientras yo recojo las mías
y lo espero cerca del ascensor pero él llega hasta donde estoy sin nada
y en su rostro a un gesto de disculpa.

–Lo siento cariño tengo una junta de emergencia y no podre almorzar


contigo –dice con un gesto triste que me sienta mal en el corazón
–Hey no importa, cenamos juntos, tengo en mente la comida perfecta –
hablo y él sonríe para luego asentir con la cabeza

–Me parece perfecto, espero tengas una gran comida –deja un beso en
mi cabeza y luego un casto beso en mis labios

Me separo de él y luego de darle una sonrisa camino al ascensor de


nuevo y bajo a la primera planta donde Aylen me sonríe desde su lugar
de trabajo y se lleva un bocado de su ensalada de frutas a la boca, la
saludo y salgo de la empresa, parece que hoy comeré sola.

Camino por las calles transitadas de la ciudad que están abarrotadas a


máxima capacidad al ser hora pico, es hora de que muchos salgan a
almorzar así que paso por un restaurante y el delicioso aroma que sale
de este me hace la boca agua por lo que entro y tomo una mesa cerca
de la ventana, un chico llega y luego de pedir mi comida poso mi vista
en la ventana. Observo a las personas caminar pero entonces me
congelo al ver a alguien caminar de manera relajada, ajito mi cabeza y
luego de frotar mis ojos vuelvo a ver y me llevo las manos a la boca.

–No puede ser –susurro y lo miro caminar calle abajo por lo que no lo
pienso dos veces y corro ignorando al mesero que llega con mi orden

Corro y busco pero no lo veo, miro por todos lados pero no hay rastros
de Charlie, por mi mente pasa la idea de que solo fuera una alucinación
pero parecía muy real para serlo y entonces pienso que quizás confundí
a un chico con él.

–No puede estar vivo, yo misma vi su cuerpo –digo y negando con la


cabeza y corro por las calles rumbo a casa de Will

Reviso por milésima vez la copia de la autopsia que le hicieron a Charlie


en busca de una explicación pero no lo entiendo, los fantasmas no
existen y dudo que reviviera, quizás solo es mi mente jugándome
bromas o el estrés por lo sucedido en el apartamento.

–Hasta que te encuentro, me tenías preocupado Siena –dice William


entrando por la puerta de la habitación y grito del susto

–Deja de aparecer de la nada sin avisar –suelto en un gruñido

– ¿Eso es todo? ¿No me vas a explicar porque no regresaste a la


empresa? Me tenías preocupado, saliste para no regresar más y tu
teléfono me manda a buzón –habla y eso hace que respire y lo mire

–Lo siento, solo…–hablo pero me interrumpe quitándome el informe de


las manos

– ¿Qué haces leyendo el caso de Charlie y su autopsia? –pregunta y


bajo la cabeza sin saber si decirle lo que vi en el almuerzo – ¿No vas a
decirme? ¿Siena? –cuestiona y suelto un suspiro

–Vi a Charlie –suelto y él me mira sorprendido

– ¿Cómo que lo viste? ¿Lo visitaste al cementerio no? –pregunta y


niego

–No, yo estaba esperando mi comida y mientras observaba por la


ventana lo vi o bueno creo que era el –explico

–Siena, eso es imposible –susurra llegando a mi lado y mirándome –


Charlie murió, no es posible que sea él –dice y toma mis manos – ¿Has
dormido y comido? –pregunta y suelto sus manos con rabia

–No estoy loca, se lo que vi –suelto molesta y suspira

–No dije que lo estuvieras, solo no entiendo como lo pudiste ver si está
muerto –dice

–Yo sé lo que vi –hablo y agarrando el archivo de sus manos corro


Corro por las calles ignorando a Will que me persigue y grita mi nombre,
corro con todas mis fuerzas y en un punto dejo de escuchar a Will
seguirme pero no me detengo hasta que tropiezo con una roca y caigo
al suelo raspando mi rodilla y haciendo que el pantalón que tengo se
rompa en la zona afectada, sangre sale del golpe y al tratar de mover la
pierna esta duele un poco.

–Demonios –digo y miro donde estoy, no reconozco el lugar a primera


vista pero luego descubro que es un parque infantil que está a unas
cuadras de mi casa

Pienso a donde ir pues no quiero regresar con William y entonces la


imagen de alguien aparece en mi cabeza y no dudo en sacar mi teléfono
y llamarla

–Hola disculpa si te molesto pero ¿podrías venir a buscarme? –hablo y


luego de darle la dirección cuelgo

Pasa un rato en el que me siento en un banco hasta que veo un auto


conocido acercarse hasta que se detiene y de este sale Laura la cual
corre hasta donde estoy.

– ¿Estás bien? ¿Qué paso? –cuestiona inclinándose a ver el golpe

–No es nada, solo me tropecé y caí –digo

–Will me llamo ¿qué paso? ¿Por qué te fuiste? –pregunta ayudándome


a caminar al auto

–Discutimos un poco, necesito estar sola un momento pero no puedo ir


a mi casa –explico y ella asiente

– ¿Qué es eso? –señala el archivo y lo intento guardar

–Nada importante, gracias por venir Laura –murmuro y ella sonríe

–Para que están las amigas y cuñada si no es para ayudar –dice y sonrió

–Gracias, te debo una –sonríe y me sube al auto


–No es nada pero llamaras a Will y le dirás que estás conmigo, mi
hermano está preocupado –pide y asiento

–Lo prometo –digo

Saco el teléfono de mi bolsillo y le escribo a Will diciéndole que estoy


bien y que estoy con Laura pero que necesito estar sola, que
hablaremos luego para luego apagar el teléfono. No me siento bien al
alejar a Will en este momento pero necesito aclarar mi mente y saber si
lo que vi es verdad o no podre dormir y comer de nuevo en un tiempo.

La luz que comienza a entrar por la ventana me hace cerrar los ojos un
momento para adaptarme a esta, no conseguí pegar ojo ni 10 minutos
en toda la noche pensando en William, lo que está sucediendo y,
sobretodo, en Charlie. ¿Cómo puede él estar vivo? Se lo que vi y sé que
era él, es imposible que mi mente lo imaginara por lo que tuvo que ser
él.

Me levanto de la cama en el momento que Laura se asoma a la


habitación con una pequeña sonrisa.

–Hola ¿qué tal la noche linda? –pregunta y sonrió

–Increíble, la cama es muy cómoda –miento y ella entra en la habitación

–No tienes que mentir, tu cara delata tu falta de energía y tus ojos rojos
e irritados el que estuviste llorando ¿tan mala fue la discusión con Will?
–interroga y dejo de verla

–En parte es eso, en verdad gracias por recibirme Laura, jamás olvidare
este favor –le digo y ella sonríe

–No es para tanto Siena, eres bienvenida las veces que quieras –sonríe
y sale de la habitación para unos minutos después volver a entrar con
una muda de ropa en sus manos –Supuse que la necesitarías, no
trajiste nada para cambiarte –habla y la miro sorprendida

–Oh si, te la devolveré, lo prometo –murmuro y ella suelta una carcajada

–No te preocupes, esta ropa es nueva y no es mi estilo, es informal


porque asumo no quieres ir a la empresa hoy así que te la regalo –pone
la ropa en la cama y camina a la puerta –Te espero abajo para
desayunar –habla y sale

Observo la ropa y tiene razón, son unos jean oscuros y una camisa gris
de mangas largas, junto a mis zapatos está perfecto. Entro al baño y
luego de tomar la ducha más delicada debido al corte de ayer en mi
rodilla salgo en una fina toalla blanca, me visto y luego de acomodar mis
cosas en la habitación salgo.

Bajo la escalera y en el comedor están Laura y su esposo, los observo


desde lejos, ambos lucen felices al lado del otro, Garrett es un hombre
cariñoso con su esposa y Laura se muestra complacida con eso.

–Oh Siena note vi llega, ven a comer –habla Laura y Garrett me ve para
luego con su cabeza hacer una seña de que me acerque

Comemos entre comentarios de la empresa y bromas, Garrett luce serio


pero es una increíble persona, entiendo perfectamente porque Laura lo
ama, es un hombre que vale la pena, como Will, mi hermoso William.

El taxi se detiene en el lugar que le indico y luego de pagarle salgo, el


lugar es tan imponente como siempre, entro a la estación de policías y
una vez dentro camino hasta la recepción donde una mujer me mira.

–Buenos días ¿en qué le puedo ayudar? –pregunta sin mucho interés
–Quisiera hablar con el oficial José Medina –pido y ella abre sus ojos
con sorpresa para luego bajar la cabeza

–Pues a menos que tengas una ouija no creo que puedas, pase bien
día –dice la mujer y vuelve a teclear

– ¿Murió? ¿Cuándo paso eso? –pregunto sorprendida

–Hace casi cuatro meses –responde y mira a los lados para luego verme
y pedirme que me acerque como si me fuera a decir un secreto –Lo
asesinaron, al oficial José lo secuestraron junto a su familia y lo
torturaron antes de ver morir a su familia y luego morir él –dice y abro
mis ojos con sorpresa –El mundo es cada vez menos seguro señorita –
susurra la oficial y asintiendo me retiro

Camino por las calles hasta el hospital central y una vez en este pido
información sobre el médico que realizo la autopsia de Charlie, cuando
me dicen que se encuentra en la cafetería corro hasta allá y una vez lo
encuentro me acerco.

–Buenos días doctor –saludo y él me mira

–Buenas tardes en realidad, acaban de dar las doce del mediodía


señorita ¿en que la puedo ayudar? –pregunta

–Usted le realizo una autopsia a mi novio hace unos meses y me


preguntaba si de casualidad lo recordaba, su nombre es Charlie Smith
–digo y él me mira sin expresión para luego negar

–Lo siento señorita, en un mes realizo muchas de autopsias, la tasa de


muertes aumenta cada vez más, me es imposible recordarlo y mucho
menos de una que fue hace meses –explica y asiento

–Entiendo doctor, pase buena tarde –me despido

Salgo del hospital y entonces mi teléfono suena anunciando un nuevo


mensaje, lo agarro y reviso, tengo mensajes de Aylen, Will y un número
desconocido.
Aylen

“Siena ¿dónde estás? El señor Jones llego hace rato y tu aún no llegas.”

“Siena por favor ven, el señor anda con un humor de los mil demonios.”

Will

“Siena odio que estemos lejos, por favor hablemos y arreglemos las
cosas.”

“¿Dónde estás? Laura me dijo que saliste temprano y no respondes.”

“¿Por qué no respondes? Estoy preocupado.”

“¿Por qué no llegaste a trabajar? ¿No me quieres ver? ¿Sucedió algo?”

Oh mi pobre William, sus mensajes hacen que mi corazón se rompa un


poco al pensarlo triste por mi culpa, sin pensarlo mucho decido ir a la
empresa a verlo pero antes observo el mensaje sin abrir y lo leo.

Número desconocido

“No intentes buscar respuestas porque no las encontraras, silencie a


Medina y no me pesara hacer lo mismo con el doctor Natera, cuida tu
espalda Siena Adams porque cada vez estoy más cerca y tampoco voy
a dudar en matarte.”

Me estremezco al terminar de leer el mensaje, olvidando mi plan de


visitar a Will tomo un taxi y doy la dirección de la casa de Laura, no
puedo seguir con ella, ahora sé que corro peligro y, por ende, todos a
mi alrededor.

– ¿Dónde está? –escucho que grita una voz a lo lejos


El miedo de pensar que sea alguien malo hace que tiemble al recordar
que solo estoy yo en la casa junto al ama de llaves, sin pensarlo me
escondo debajo de la cama cuando escucho pasos acercarse y luego
la puerta ser abierta.

– ¿Siena? –pregunta la voz y entonces se quién es

– ¿Will? –pregunto asomándome desde abajo y él me mira preocupado

–Amor ¿Qué haces ahí metida? –pregunta y apenas salgo me abraza

– ¿Qué haces aquí? –pregunto abrazándolo también

Este es mi lugar perfecto, entre sus brazos me siento segura, como si


nadie me pudiera tocar o lastimar.

– ¿Cómo qué hago aquí? Vine a verte, estaba preocupado, no fuiste


hoy y no respondes el teléfono o mis mensajes –dice

Lo miro y su cara que tiene unas pequeñas ojeras que demuestran


su cansancio, sus hombros están un poco tensos y sus ojos no
demuestran más que preocupación. Lo abrazo y entonces el mensaje
del número desconocido viene a mi memoria, esa persona asesino al
oficial José y a su familia, él viene por mí y quién sabe si en el trayecto
intenta lastimar a las personas que amo, una lagrima sale de mi ojo
izquierdo y él al verla la seca con sus dedos.

– ¿Por qué lloras cariño? –pregunta y me separo de el

–William necesito que te vayas y me dejes sola –pido y mi voz tiembla


un poco

– ¿Qué? –Pregunta él mirándome sorprendido para luego sujetar mi


rostro con sus manos – ¿Por qué dices eso? Sé que tuve que
escucharte y por eso estoy aquí, quiero escucharte y entender lo que
pasa, lo que paso con Charlie –dice y me alejo

–No tengo nada que decirte William, esta relación no funciona, yo…–
tomo aire y lo miro a los ojos con lágrimas –Yo sigo amando a Charlie
Will me mira sorprendido y retrocede unos pasos, luego su mirada se
llena de tristeza y luego de rabia.

–No, tu mientes, tú me amas como yo te amo a ti, Siena sé que estas


molesta pero no digas esas cosas –pide y niego

–No miento, yo lo sigo amando, solo estaba contigo para olvidarlo pero
no pude, yo lo amo –repito y Will agarra la lámpara de la mesa y la
estrella contra la pared

– ¿Cómo demonios pudiste hacerme esto? –Grita –Sabes que, te


felicito, eres una excelente actriz, de verdad me creí el que me amaras
pero se acabó, espero tengas una buena vida Siena –dice y sale de la
habitación

Caigo al suelo llorando, se fue, lo perdí pero era por su bien, jamás
dejaría que le pasara algo a él o a otras personas por mi culpa. Salgo
de la habitación con mis cosas y en el pasillo veo un rastro de destrozos.

– ¿Señorita está bien? –pregunta el ama de llaves

– ¿Qué paso aquí? –pregunto secado mis lagrimas

–El señor William salió hecho una furia rompiendo todo, le dejo una
maleta con ropa abajo señora –dice y asiento

–Gracias, dile a Laura que me tuve que ir de emergencia pero que


gracias por todo –pido y ella asiente

Salgo de la casa y camino con mi maleta y bolso unas cuadras hasta


que llego a un hotel y luego de registrarme entro a mi habitación y me
arrojo a mi cama donde lloro, lloro sin descanso hasta que en el algún
punto quedo dormida.
La irritante luz que entra por la ventana molesta en mis ojos sin
embargo no es tan molesta como el incansable sonido que hace mi
teléfono por lo que tomando todo mi cansancio y poniéndolo de lado
hago un esfuerzo sobrehumano y me levanto de mala gana para
contestar la llamada.

– ¿Qué? –pregunto sin ver el nombre de la persona que llama

–Tienes 20 minutos para venir aquí o el señor Jones te despedirá Siena


–dice Aylen –Date prisa, parece enojado –cuelga

Miro el teléfono y seguro si alguien me viera pensaría que jamás he visto


uno en mi vida por la expresión que seguramente tengo en mi cara
mientras observo el aparato.

Con un poco de miedo por el tener que ver a Will después de lo sucedido
ayer decido ir, no sé si es buena idea pero si no hago esto no poder
continuar y necesito saber si mis sospechas son ciertas. Salgo de la
habitación del hotel vestida con una camisa negra manga larga de
botones y un jean oscuro junto a unos tacones negros, agradezco que
el hotel quede a unas cuadras y camino para luego de lo que supongo
son 20 minutos llego y Aylen me mira preocupada.

–Siena el señor Jones te quiere ver en su oficina con urgencia, llegaste


tarde y más que despedirte parece que quiere matarte –dice Aylen y
trago duro –suerte –murmura como despedida cuando me encamino al
elevador

–Gracias –respondo cuando las puertas de este se cierran

Siento que todo tiembla pero luego de un minuto me doy cuenta que no
es mi alrededor sino que soy yo la que tiembla, los nervios y por verle
son incluso peores a esos pequeños nervios del primer día que llegue a
trabajar. Las puertas se abren y entonces lo veo, él está sentado en la
silla frente a mi escritorio con un rostro serio, en su mano tiene un vaso
con un líquido amarillento y de inmediato sé que es whisky, más
específicamente el whisky que descansaba en un pequeño mesón
donde tiene algunas botellas, fotos y carpetas.

–Señorita Adamas, pensé que jamás llegaría –dice con una sonrisa
falsa

–No pensé que me quisiera aún como su asistente señor Jones –digo y
el suelta un pequeña risa sarcástica

– ¿Es enserio? ¿Nos trataremos de señor y señorita? Joder yo estuve


contigo, creo que eso del profesionalismo se acabó –suelta mientras
deja el vaso en el escritorio de un golpe fuerte que me hace saltar del
susto y el vaso se rompe por la fuerza

–Will creo que lo mejor es irme, no creo que funcione esto de trabajar
más juntos –murmuro y la suelta una risa

–Creo que ambos somos lo suficientemente maduros para poder


convivir juntos a pesar de lo sucedido, espero los informes de la semana
en una hora –responde y entra a su oficina cerrando de un portazo

–Mierda –suelto y me siento hacer el trabajo

Adelanto lo más que puedo el trabajo pero cuando William sale tiemblo,
el luce realmente diferente. Sus ojos fríos no demuestran ni un poco lo
que demostraban antes, la ventana se ha cerrado y todo por mi culpa y
de la persona que me está escribiendo.

– ¿Tiene el informe? –pregunta serio y trago mientras bajo la mirada

–No, lo tengo adelantado pero me faltan unas pequeñas cosas –


respondo en un susurro
Escucho pasos y luego se detienen, no hace falta que alce la mirada
para saber que esta frente a mí y me mira molesto, justo como solía
hacerlo los primeros días.

–Mírame –ordena y lo hago –A mi oficina ya –gruñe y vuelve a entrar

Suelto un suspiro y me levanto, entro a la oficina pero al ver su silla él


no está ahí, frunzo el ceño pero cuando abro mi boca para llamarlo una
mano toma mi cintura y me gira con violencia. Sus ojos me miran y lo
veo, sus ojos no están tan fríos ya sino que me muestran un poco de
esa ventana que tanto amo observar. Abro mi boca para decirle algo
pero él no lo permite, me acerca a él e inclinando su cabeza mientras
que con sus manos acuna mi rostro une sus labios con los míos.

En un principio intento separarlo pero luego de unos segundos me


detengo y le sigo el beso, es un beso desesperado, fuerte, húmedo y
apasionado. Will nos hace girar y dando pasos termino contra la pared
de su oficina, sus labios no sueltan los míos y yo no quiero que lo haga.
Con mis manos tiro de su cabello y eso parece enloquecer a Will pues
el de inmediato agarra mi cintura y como si fuera la cosa más liviana del
mundo me levanta y hace que rodee con mis piernas en su cintura.
William deja mis labios y besa mis mejillas, pómulos, nariz, barbilla y
frente para luego dejar un casto beso en mis labios, abro mis ojos y sus
hermosos y brillantes ojos azules, tan diferentes a los míos, me miran
con ese cierto brillo que tanto amo.

–Sabía que mentías –dice con una sonrisa y no le miro

–Will yo… –comienzo pero me besa de forma corta callándome

–No Siena tu nada, sé que me mentiste, sé que tú me amas como yo te


amo y eso todos lo pueden asegurar, tú lo acabas de demostrar hace
un minuto y quiero que me digas ya mismo lo que sucede ¿Qué
demonios pasa para que me quieras lejos de ti? –pregunta y el nudo
que se instala en mi garganta no me deja hablar, miro sus ojos y el
verlos hace que los míos se cristalicen
No puedo más, siempre fui una chica y mujer fuerte capaz de enfrentar
todo y alejar a todos pero desde que William llego a mi vida esa
conexión entre ambos me cambio, no puedo apartarlo porque mi
corazón y cuerpo lo quieren conmigo así mi cerebro diga que puede ser
peligroso para él.

–Lo siento tanto Will, no quise lastimarte, perderte me duele pero no


quiero que algo malo te pase, están pasando cosas que no puedo
explicar y tengo miedo –susurro y él me abraza

Las lágrimas que luchan por salir pican en mis ojos y las dejo correr
libremente por mi rostro sin importarme que él me vea porque, después
de todo, William no es un extraño, él no pensara que soy débil o una
tonta, me vio en mi momento más triste cuando le narre sucesos del
pasado y no me juzgo sino que me apoyo porque eso hacen las
personas que de verdad te aman, te apoyan y consuelan sin importar
nada cuando más las necesitas.

–Siempre odie que me vieran llorar porque odio parecer débil ante la
gente pero contigo es diferente, siento que contigo no debo aparentar o
tragarme todo, en ti puedo confiar –murmuro con voz quebrada y el besa
mi frente

–La primera vez que te vi dije “¿qué pasa con esa chica? Parece tan
rara, es atractiva pero jamás estaría con alguien como ella”, ese fue mi
primer pensamiento luego de tus palabras en plena calle luego de tu
torpeza al cruzar sin ver –dice y lo miro ofendida sacándole una
carcajada –Pero mírame ahora, tan fascinado y enamorado de esta
chica rara y hermosa con la que un día compartí secretos en esta misma
oficina –besa mis labios –Te amo siena, ese es el secreto a voces que
te comparto hoy ¿me quieres tu decir algo? –pregunta

–Tengo tantas cosas que decirte Will –murmuro y el limpia mis lágrimas
con sus pulgares –No sé qué está pasando justo ahora pero te lo diré,
solo que no ahora, necesito irme, no puedo seguir aquí en este estado

–Anda a mi casa por favor y espérame ahí, te prometo que apenas salga
iré a verte –pide y le doy una pequeña sonrisa
–Está bien, te prometo que te diré todo, no quiero perderte ni arruinar
esto –digo y el besa mi labios de nuevo para luego separarse de mí

–Nos vemos más tarde –dice y sonrió

–Nos vemos, te amo Will –susurro y luego de dejar un casto beso en


sus labios salgo de la oficina

Tomo mi bolso y voy al elevador donde salgo cuando llego a la planta


baja y luego de despedirme de Aylen alegando que todo está bien entre
el “Señor Jones” y yo, salgo de la empresa rumbo al hotel por mis cosas.
Camino tranquila, el aire agita mi cabello y no puedo evitar sonreír
mientras pienso en lo sucedido, amo a William Jones y alejarme es algo
que no me voy a permitir, sé que Will y yo encontraremos la forma de
saber qué demonios pasa y acabar con todo eso.

Sigo caminando y entonces una sensación de que alguien me sigue me


invade, miro atrás y no veo a nadie sospechoso. Sigo caminando pero
esta vez acelero mi paso y mientras miro atrás alguien choca con mi
cuerpo y cuando trato de gritar y ver quién es, alguien sujeta mi cuerpo
por detrás mientras otro sujeta mis pies. El hombre frente a mi mete un
trapo viejo en mi boca y los hombres me meten sin cuidado alguno en
una camioneta vieja que está en mal estado.

–Te lo dije maldita perra, estaba cerca y no hiciste caso –dice una voz
varonil y me tenso mientras lagrimas salen de mis ojos

El tipo que conduce me sonríe de forma tétrica mientras el otro me


sujeta y ríe para luego sacar una inyectadora y sin cuidado la clava en
mi hombro, el sueño comienza a vencerme y cierro mis parpados.

Un frio insoportable se cuela por mi piel y me hace estremecer pero no


despertar, algo me impide hacerlo y no sé qué es pero el frio es tan
insoportable que molesta incluso. Trato de descubrir donde estoy sin
necesidad de mis ojos y poniendo en uso mi nariz percibo un olor fétido
y también mohoso, el frio se cuela por mi piel y es entonces donde soy
consciente de algo, yo usaba pantalones y una camisa manga larga, es
imposible que el frio toque mi piel de forma directa.

Con toda la desesperación incrustada en mi cuerpo me muevo un poco


y algo un poco duro y puntiagudo golpea mi cabeza desconcertándome
por unos minutos pero no lo suficiente para perderme de nuevo por lo
que reuniendo todas mis fuerzas lo intento y mis ojos responden
abriéndose de forma lenta. Delante de mí se puede ver unas paredes
negras que están sucias y llenas de moho, miro arriba y de un cable
cuelga una bombilla amarilla algo desgastada pero que sin embargo me
permite ver mí alrededor y para mi desgracia, a mí misma.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos en cuanto veo con dificultad mi


cuerpo, solo tengo puesto mi ropa interior y en mi cuerpo se encuentran
algunos golpes que están comenzando a tomar un color purpura. Trato
de mover mis brazos pero el esfuerzo es en vano, mi cuerpo esta
entumecido y no reacciona.

Un sonido chirriante se escucha cuando la puerta de metal frente a mí


se abre y un hombre aparece dejándome sorprendida y a la vez
confundida, su barba descuida esta larga y su cabello luce tan
desaliñado como todo en él pero sin embargo soy capaz de reconocerlo.

–Veo que ya despertaste cariño –habla el Tío de Charlie con una sonrisa
tétrica

Intento moverme para alejarme mucho más de él si el espacio me lo


permite pero de nuevo mi cuerpo no reacciona y solo consigo moverme
un centímetro lejos y la suelta un carcajada.

–Oh cariño tranquila, el sedante que te administre aún no desaparece


por completo de tu sistema, relájate –dice y lo miro molesta

– ¿Cómo…demonios quieres…que me relaje? –digo con mi voz apenas


audible pero sé que me escucho, su sonrisa lo delata
–Haciéndolo o sino mandare a uno de mis chicos a divertirse contigo –
murmura y lo miro asustada cuando se acerca a mí y toma mi cara con
una de sus manos –Oh no cariño tranquila, mientras te portes bien y
ese bueno para nada aparezca tu estarás bien o bueno, medianamente
bien –habla y entonces golpea mi cara con su palma

Mi cara se voltea y arde, sé que esta roja y el dolor es verdaderamente


agudo, quisiera regresar el golpe pero mis extremidades no responden.

–Eres es asco de persona –susurro y escupo a donde está

Él mira la saliva en su zapato, su pierna se alza y conecta justo en mi


estómago. El aire sale de mi cuerpo y toso por un poco de aire mientras
el ríe y acomoda su cabello.

–Adularme no funcionara nena, nos vemos luego –dice y entonces


escucho el sonido chirriante de la puerta cuando se cierra al mismo
tiempo que mis ojos se vuelve a cerrar

Despierto asustada cuando agua fría comienza a mojar mi cuerpo y


entonces mi cuerpo reacciona corriéndose lo más lejos del agua pero
es inútil, la persona que tiene la manguera de agua sigue apuntándola
a donde estoy mientras ríe.

– ¡Ya! ¡Por favor déjame! –grito pero el agua no se detiene hasta unos
minutos después

Una mujer de aspecto desaliñado que reconozco como la prima de


Charlie entra y mira seria al sujeto que me mojo, él sale y luego ella me
mira de forma triste mientras agarra una toalla y se acerca a mí pero yo
retrocedo y ella se queda quieta.
–Yo no te voy a lastimar Siena –dice ella y su voz dulce y baja hace que
la mire a los ojos

– ¿Qué quieren de mí? –pregunto y cuando va a responder alguien más


habla

– ¿Qué queremos? Eso es fácil, queremos nuestro dinero de nuevo –


dice el padre de Mila y lo miro

– ¿Qué dinero? Yo no tengo nada.

–Sé que tu no lo tienes querida niña pero el idiota de tu novio si, Charlie
se robó una gran cantidad de drogas de mi oficina la cual ya tenía un
destinatario, tuve que devolver el dinero y quiero que él me devuelva
cada centavo que perdí por lo que hizo –dice furioso y Mila se aleja un
poco de él

– ¿Drogas? –pregunto y el suelta una carcajada

–Tu muy querido novio trabajaba para mí, no somos familia –habla y me
mira – Ese día que tu entraste a la casa y me viste junto a Mila
estábamos buscando el dinero por vender las drogas del mes pero obvio
el muy tonto se tuvo que enamorar de una estúpida chica buena y eso
lo hizo querer ser mejor, renuncio tiempo después pero no conforme
quiso arruinar mi negocio así que llego y se robó la droga un día que no
estaba –cuenta molesto y ríe de forma siniestra –Tuve que hacerme
cargo de él, si se hubiese ido tranquilamente lo hubiese dejado pero lo
que hizo se paga con el tipo de muerte que una rata como el merece

Lo miro sorprendida y entonces caigo en cuenta de algo.

–El accidente ¿fuiste tú quien causo su accidente? –pregunto y él sonríe

–Solo quite unos pernos de su moto pero no fui el que acelero a más de
120 km/h solo porque un auto lo perseguía, admito que estaba en ese
auto y que le trate de disparar pero bueno, la moto se fue de lado, él
salió volando y lo creí muerto, me fui y entonces resulta ser que el
maldito si se merece su apodo, es como un gato con 9 vidas –narra y
gruñe – La ambulancia llego y lo salvo pero el muy maldito le conto al
oficial lo que sucedió y él lo ayudo junto al doctor, fingieron su muerte y
por un tiempo estuve bien con eso pues el negocio es bueno y me
recupere pero ¿Qué crees que paso cuando un día salí con Mila a pasar
un día con mi querida hija? –pregunta y acaricia la cabeza de su hija la
cual parece tan asustada como yo de su padre

–Lo viste –suelto adivinando y él asiente soltando a Mila de forma


brusca

– ¡Vi al maldito! –grita –Él te estaba siguiendo y entonces puse en


marcha el plan, quería saber la verdad por lo que luego de asesinar a la
querida familia del policía que ayudo a esa rata traicionera él me lo conto
todo y luego me deshice de el –cuenta con una sonrisa – Decidí seguirte
pero entonces tú te diste cuenta de que él estaba vivo y eso iba a
interferir con todo si ambos se veían por lo que te mande esos mensajes
advirtiendo pero tú –me señala y se acerca –Tú estabas empeñada en
conseguir respuestas y además de eso estaba ese empresario ¿Cómo
es que se llama? –pregunta y mi miedo es remplazado por furia

– ¡No te metas con él! –grito y él ríe

–Eso dependerá de si tu querido gato decide venir –sonríe y agarrando


el brazo de Mila la saca del lugar pero antes agarra una muda de ropa
y me la tira –Vístete o alguno de los chicos querrá jugar contigo –dice y
entonces sale

Con las pocas fuerzas que tengo me visto de forma rápida y entonces
noto que es mi ropa la cual está limpia, me arrastro hasta el rincón
donde una almohada se encuentra y me acuesto para luego sin fuerza
comenzar a llorar. Lloro como nunca antes lo hice, lloro por mí, lloro por
William que seguro está preocupado y lloro por no haberme dado cuenta
antes de todo esto y acudir a la policía, fui una idiota que quiso buscar
respuestas sola y ahora estoy envuelta en este problema.
WILLIAM

¿Cómo demonios fue que todo esto pasó? ¿Cómo es que todo puede
pasar de ser bueno a malo en cuestión de horas e incluso minutos?
¿Cómo?

Estaba en la oficina impaciente terminando mi jornada para poder llegar


lo más rápido a mi casa y ver a Siena, decir que extrañe tenerla estos
días conmigo creo que es innecesario porque eso es algo más que
obvio, me acostumbre tanto a tenerla por la casa y oficina que no verla
fue como un golpe en la entrepierna. Me volví a sentir solo y es por eso
que luego de pensar y pensar llegue a la conclusión de que me negaba
a perder la batalla sin antes haber peleado.

Llame a la amiga de Siena y le pedí que le dijera que si no llegaba la


despediría y aunque no tenía seguridad de si aparecería, el verla entrar
por la puerta de la oficina fue como un soplo de aire limpio y puro. Ver
su cabello marrón oscuro, su piel pálida y delicada cual porcelana y esos
ojos azules que tanto me encanta observar fue como sentir que todo
mejoraría, que lo podía arreglar y recuperarla.

Mi corazón se aceleró y quise sonreír con todas mis fuerzas cuando dijo
que no tenía el informe listo pues eso era parte de mi plan, llevarla a mi
oficina, arrinconarla y descubrir de una vez por todas si en verdad dejo
de amarme o todo era una excusa para alejarme y entonces paso, la
bese, recordarla devolverme el beso fue lo mejor del mundo y es lo que
me da consuelo justo ahora, pensar que cuando todo esto termine la
volveré a tener conmigo y nada malo le pasara porque no permitiré que
nada malo le vuelva a pasar a Siena.
Vuelvo al presente cuando el oficial que esta frente a mí me habla y
frunciendo el ceño lo miro.

– ¿Conoce usted entonces a la señorita? –pregunta y lo miro con rabia

–Escúcheme bien señor, usted debe encontrarla, esa mujer es lo más


importante en mi vida ¿entiende? No me importa si necesitan gente o
equipo haga que ella aparezca –gruño y el asiente

– ¿Qué relación tiene la desaparecida con usted? –pregunta

–Es mi novia –respondo y lo anota

–Muy bien solo una pregunta más señor Jones ¿sabe por qué alguien
la secuestraria? –interroga y gruño

–No, ella estaba muy asustada y hasta se fue de la casa de mi hermana


pero nunca dijo porque.

– ¿Sería posible que la señorita tenga algunos problemas con personas


turbias? ¿Drogas? ¿Apuestas? ¿Algún vicio? –pregunta y entonces mi
paciencia se va

Agarro al oficial de la camisa de su uniforme y lo acerco a mi cara de


forma violenta.

–Escúcheme bien oficial porque no lo repetiré ni una vez más –gruño –


Siena Adams es la chica más increíble que conocerá en su infeliz
vida, es inteligente, dulce y a la vez reservada, nadie que la conozca
es capaz de no encariñarse con ella –digo y mi voz se quiebra a la vez
que una lagrima resbala de mi ojo derecho –Por favor tráigala a salvo,
se lo suplico –pido y me dejo caer al piso

Recuerdo como estaba saliendo de la empresa con una sonrisa por


verla y aclarar todo cuando de repente unos oficiales llegaron para
preguntar si trabajaba una Siena Adams en la empresa y entonces el
alma se me fue al suelo, recuerdo preguntar qué paso y entonces
dijeron que una cámara capto como se la llevaron y el guardia del local
llamo, al salir encontró su identificación y así dieron con su identidad y,
como es obvio, con la empresa y conmigo.

Siento unos brazos pequeños rodearme y al alzar la mirada veo a mi


hermana, ella me ofrece una pequeña sonrisa pero al ver sus ojos es
visible que ella ha estado llorando también. Siena y ella no comenzaron
bien pero cuando se juntaron hubo una conexión entre ellas según lo
que me dijo Laura que hizo que ambas se llevaran bien y que en poco
tiempo se consideraran amigas, Laura hasta la acepto como cuñada y
la noticia me alegro el alma, ella tiene que volver.

–Ella volverá –dice mi hermana y me abraza con más fuerza

– ¿Cómo lo sabes? ¿Qué pasa si le hicieron algo? Juro que matare a


esos desgraciados con mis propias manos si le hicieron algo o se
atrevieron a tocarla –aseguro y ella comienza acariciar mi cabeza

–Ella volverá, tiene que hacerlo –habla mi hermana y la miro

– ¿Por qué lo dices? –pregunto y ella me mira con una pequeña sonrisa

–Estoy embarazada Will –suelta y la miro sorprendida para luego


abrazarla

–Felicidades hermanita, aunque esto significa que aún no tendrás un


puesto en la empresa –digo y ella me mira sorprendida

–Te lo dijo ¿ella te dijo que quiero trabajar en la empresa? –pregunta y


asiento mientras otra lagrima resbala por mis ojos

–Lo hizo, discutió como toda una leona pidiendo que te diera un puesto
o hablara con tu esposo y papá para conseguirte uno, ella en verdad
peleo por eso y lo consiguió –sonrió y ella llora –Aún no sé en qué cargo
te pondré

–Eso no importa ahora, ella tiene que volver, ella debe conocer a mi
bebe y estar contigo, jamás habrá otra chica más digna para ti que ella
–susurra con voz rota y comienza a llorar de nuevo
Abrazo a mi hermana como no lo hacía desde hace años, nos
abrazamos como cuando éramos niños, nos abrazamos como antes de
que ocurriera todo lo que nos separó y entonces me doy cuenta de algo.
Siena nos volvió a unir, ella hizo que algunas cosas que nos molestaban
desaparecieran, lo hizo conmigo enseñándome el tipo de persona que
estaba siendo y demostrándome que se puede cambiar para mejorar,
ella me hizo mejor.

Ella debe volver.

Me encontraba en la estación de policía sentado cuando ellos entraron,


no recuerdo que fue lo que pensé cuando los vi, en realidad ni les preste
atención ya que no se parecen a ella pero cuando la chica rubia de ojos
azules grito por respuestas acerca del caso de Siena Adams todo en mi
despertó y me acerque hasta donde ellos. Entonces me encuentro aquí,
frente a los padres y hermana de Siena, ellos me miran y yo los miro,
todos sin saber por dónde comenzar pero con la certeza de que a todos
nos importa la castaña desaparecida.

– ¿Quién eres? –pregunta el padre de Siena y lo miro

–Lamento presentarme con ustedes en tan mala situación, créanme que


en mi plan de conocerlos no estaba el presentarme cuando su hija está
secuestrada, yo… –no continuo pues mi voz se quiebra –Lo siento –
digo en un susurro

Mi voz se va y mis ojos se cristalizan, tenía un plan para conocer a la


familia de Siena a futuro y no en tan mala situación. El padre de Siena
es castaño y de ojos verdes, más alto que su esposa pero más bajo que
yo, su esposa es rubia y con ojos parecidos a los de Siena pero no
iguales y por ultimo esta ella, la pequeña rubia que me mira curiosa y
con una pequeña sonrisa triste.
–Tú debes ser William –murmura la chica rubia –Siena me hablo de ti
varias veces –comenta y sonrió un poco al escuchar eso

–Y tú eres Lili, ella dijo que consiguió la entrevista gracias a ti –sonrió –


Gracias a ti estamos juntos, muchas gracias –digo y una lagrima sale
de mis ojos

–Ella va aparecer muchacho, mi hija es fuerte –habla el señor


sosteniendo a su mujer

–Lo sé mejor que nadie señor pero igual no puedo dejar de


preocuparme, quiero que aparezca sana y salva.

–Ella aparecerá y lo hará viva –responde una voz masculina haciendo


que voltee y mire a un hombre de brazos tatuados –Yo me encargare
de eso – atrás de mi la hermana de Siena grita y la miro

La dulce Lili está sorprendida mientras sus padres lucen pálidos, una
expresión seria y molesta aparece en sus rostros luego de un segundo
y no entiendo lo que sucede por unos minutos hasta que entonces Lili
habla.

– ¿Charlie?

WILLIAM

Algo en mi pecho se enfría y de repente lo veo todo en rojo porque es


él, es Charlie, totalmente vivo. Un increíble enojo me rebaza por lo que
sin darme cuenta estoy junto a él viendo sus ojos y al siguiente él está
en el suelo. Mi mano duele por el golpe pero no me arrepiento, un oficial
me sujeta cuando ve que me voy acercar a él nuevamente para
golpearlo y otro lo ayuda a detenerme.

–Creo que lo merecía –dice el imbécil y me remuevo entre los oficiales


– ¿Crees que te lo merecías? Todo esto seguro es tu culpa maldito
infeliz –gruño y ahora son tres los oficiales que me sujetan – ¿Cómo te
atreves a presentar tu cara aquí luego de lo que hiciste pasar a Siena?
Todo esto debe ser tu culpa

–Señor Jones por favor contrólese o lo arrestare por perturbar la paz en


la estación –habla el oficial lo miro

–Bien, suélteme –digo y cuando lo hacen de a poco me arreglo la ropa

Miro a Charlie con rabia y el levanta sus manos en señal de inocencia

–Bien señor ¿Quién es usted y por qué cree que puede ayudar a la
señorita Adams? –pregunta el oficial

–Mi nombre es Charlie Smith, fui novio de Siena y quien la tiene me


conoce seguramente al igual que ustedes como el gato –habla y de
inmediato un policía lo está apuntando

–Te estaba buscando desde hace mucho tiempo, vaya que saliste difícil
de encontrar –murmura el hombre y Charlie alza las manos

–No entiendo ¿Qué está pasando aquí? –pregunta el padre de Siena y


yo asiento preguntando lo mismo

–Este hombre traficaba drogas para un nuevo cartel que surgió señor –
explica el hombre mientras esposa a Charlie

–Sí, es verdad y aceptare todos los cargos que ustedes me quieran


poner pero antes déjenme salvar a la mujer que amo –pide Charlie y lo
mismo furioso

– ¡¿La mujer que amas?! – Grita Lili sorprendiéndome –Tu fingiste tu


muerte, dejaste a Siena con una gran deuda de Dios sabe qué y como
si fuera poco la secuestran. Ella se partió la espalda en dos empleos
para poder salir de esa deuda desgraciado infeliz y tú vienes, así como
si nada a decir que el la ama ¿Dónde estaba ese amor cuando la
dejaste o cuando la secuestraron? –cuestiona llorando y la abrazo
–Tranquila cariño –habla su madre y mira al hombre –Sabia que mi hija
merecía algo mejor que tú, eres una basura, todo esto es tu culpa

–Lo sé y quiero arreglar todo, testificare y hare lo posible para que el


cartel caiga pero por favor escuchen, mi ex jefe tiene a Siena pero ellos
me quieren a mí no a ella–habla él y el oficial asiente

–Bien, llévenlo al cuarto de interrogatorios.

Vemos como se llevan a Charlie y cuando esta por entrar me mira.

–Aunque no me crean amo a Siena pero tenía que irme, sé que le hice
daño y por eso te agradezco todo lo que hiciste y haces por Siena, ella
se merece a alguien como tú –habla y lo miro serio sin responder

Los días pasan cada día más lento y el dolor que siento en mi pecho
crece más rápido. La madre de Siena fue ingresada en un hospital
debido a una enfermedad que resulto tener y Lili se está quedando
conmigo, ni sus padres ni yo creemos que la pequeña rubia deba estar
en un hospital con todo esto, ya tiene suficiente con lo de su madre y
Siena para estar en ese ambiente o sola en su casa. En esta semana
estuve tratando de animarla o distraerla aunque ni yo pudiera controlar
mi estado de ánimo, ambos vamos a la comisaria con frecuencia
preguntando por el caso pero siempre dicen lo mismo.

–Estamos trabajando lo mejor que podemos para traer a la señorita con


vida

Eso es todo, luego nos piden que volvamos a casa y entonces yo


consuelo a Lili y ella me consuela a mí. Solo espero que Siena este bien
y la tengamos pronto con nosotros, no sé qué sería de mi si algo le
pasase a ella.
Me encontraba con Laura ahora mientras Lili dormía un poco, mi
hermana a pesar de todo lo que está pasando con Siena luce radiante
con su sonrisa, luego de decirme del embarazo le dijo a su esposo y a
papá los cuales están igual que todos, felices por ella pero preocupados
por Siena y por mí.

– ¿Cómo está la pequeña? –pregunta Laura y suelto un suspiro

–Como todos, sorprendida por lo de su madre, preocupada por su


hermana, enfada por la incompetencia de la policía y agradecida de no
estar sola en estos momentos –murmuro cansado

– Me alegra de que no te quedes aquí solo Will y sabes que si desean


quedarse en mi casa no tengo ningún inconveniente –habla y sonrió

–Gracias pero mi cuñada y yo nos quedaremos aquí –le sonrió y tomo


su mano –Nunca le agradecí a Siena por hacer que volviéramos a ser
los de antes, sé que ya estábamos arreglando todo pero parece que el
conocerla me hizo ver todo de forma diferente y arriesgarme a verlos y
solucionar todo de verdad –digo y ella sonríe

–Tengo tanto que agradecerle, ella nos ayudó de formas inexplicables


que quizás no sepa, nos unió, te hizo sonreír, me escucho y sobre todo
apoyo a pesar de lo mal que me porte con ella –una lágrima sale de sus
ojos y la abrazo –Lo siento Will –se disculpa y beso su cabeza

–No, soy yo el que se disculpa, jamás tuve que alejarte, tu no tuviste la


culpa de nada ya que tu trataste de decirme que Nora no es quien yo
creía, pero tenía los ojos vendados y ese fue mi error –hablo y suelta un
sollozo –Eres mi hermana, mi familia, tu siempre demuestras querer lo
mejor para mí y por eso debí escucharte, lo lamento tanto Laura –me
disculpo y me abraza

–Olvidémoslo, eso es pasado y tú ahora estas con Siena, ella es la


mujer indicada para tu vida, no creo que encuentres a alguien mejor que
ella y te aseguro que como le hagas algo yo mismo te castro hermanito
–amenaza ella y sonrió
–Si llego hacer algo que la dañe o haga irse te dejare hacerlo porque en
verdad estoy de acuerdo con lo que dices, Siena es la mujer indicada
para mí, no porque lo digan todos sino porque así lo siento –la estrecho
más cerca de mí y siento como se va calmando

Escucho pasos apresurados bajar la escalera y miro a la entrada de la


estancia por donde Lili con aspecto alterado y bastante descuidado
aparece.

–William, llamo el oficial a cargo del secuestro de Siena–informa Lili y


me levanto –Le dijeron el lugar a Charlie y quieren que estemos en la
estación

–Trae lo que necesites y ponte un abrigo, vamos rápido –hablo y tomo


las llaves de mi auto

Salgo de la casa con Laura y Lili para dejar a mi hermana en la casa de


papá y seguir a la estación. Manejo de prisa con el pensamiento fijo de
que ella debe estar bien y que tengo que volverla a ver. Siena debe
volver o me volveré loco y matare con mis propias manos al infeliz de
Charlie, no me importara terminar en la cárcel porque el que ella esté
en peligro es su culpa y si le pasa algo lo pagara.

WILLIAM

Entro a la estación de policías junto a Lili y pedimos hablar con el oficial


Anderson el cual lidera la investigación y una vez nos dicen somos
escoltados hasta una sala y al entrar vemos a varios hombres
colocándose chalecos, uno en frente de una mesa con muchas
computadoras y en la esquina veo a Anderson junto a Charlie y un
hombre.

Nos acercamos y Anderson al vernos se acerca.


–Señor Jones, señorita Adams –saluda –Les pedí que vinieran para
informarles, Smith hizo contacto y pudimos rastrear el lugar donde se
encontrara con el hombre que tiene a la señorita Siena –dice y Lili cubre
su boca –Esperamos tener a Siena con nosotros para más tardar el
anochecer –Lili me abraza y su cuerpo se estremece por los sollozos

–Agente Anderson le pido por favor que la traiga sana y salva –pido
rodeando a Lili y el nos mira

–Señor Jones, el reunir a Siena Adams con su familia es mi principal


misión y le aseguro que la cumpliré –responde decidido y asiento

SIENA

No sé cuántos días han pasado pero de lo que estoy segura es que


cada día es peor al anterior. Cada día que pasa me golpean, me
insultan, me matan de hambre y puedo jurar que si no fuera porque me
necesitan viva para atraer a Charlie, ya estuviese muerta.

Cierro mis ojos con fuerza al sentir el golpe en mi estómago y la risa de


dos hombres se escucha por todo el lugar, ya no me quedan lagrimas
para derramar pero el miedo no abandona mi cuerpo. Pensar que mi
única salvación es Charlie me hace estremecer, fue por él que estoy
aquí en primer lugar, fue él quien fingió su muerte para librarse de todo
y ahora yo estoy aquí sin saber si el vendrá y me dejaran ir. Dicen que
la esperanza es lo último que se pierde y siendo sincera yo la estoy
perdiendo, si él aún me quisiera hace mucho habría venido por mí.

Un nuevo golpe llega y suelto un quejido que hace que uno de los
hombres ría con más fuerza para luego ponerse de cuclillas frente a mí.

–Todo esto tú te lo buscaste por andar de zorra, si te hubieses quedado


en tu casa siendo una niña de mami y papi nada te hubiese pasado –
habla el hombre y entonces saca un cuchillo de su bota –Sabes leí un
cuaderno tuyo cuando registramos tu casa, lamento lo de tu bebe pero
creo que fue lo mejor, no merecía un padre y una madre como ustedes,
una rata y una maldita zo…–le escupo en la cara y entonces él se calla
mientras el otro sujeto se ríe

–Cierra la boca infeliz, no hables de mi bebe con tu sucia boca –digo


molesta y en un rápido movimiento el hombre me toma del cabello y
siento dolor en mi cuero cabelludo

El hombre sujeta mi cabello con fuerza y su cuchillo se encuentra en mi


garganta presionando.

–Oye Owen basta, si la matas el patrón te mata a ti o quien sabe que


más hará –dice el otro sujeto sujetando su brazo

–No voy a dejar que esta maldita zorra me falte el respeto, yo le voy a
enseñar –habla el tal Owen

Siento el cuchillo encajarse en mi pierna y de inmediato suelto un grito


de dolor, el hombre lo saca y grito de nuevo para después corta mi
camisa y empieza a besar mi abdomen mientras yo grito sin parar
mientras el otro sujeto le dice que me deje pero este no lo hace y cuando
está por llegar a mis pechos se escucha el sonido de un disparo que me
hace gritar asustada y entonces la cabeza de Owen cae entre mis
pechos, su sangre mancha mi piel y las lágrimas que creí desaparecidas
surgen y bajan por mis ojos.

Alguien quita al sujeto de mí y entonces veo a Mila, ella está de pie con
una pistola entre sus manos, luce pálida y sus manos tiemblan mientras
apunta al otro sujeto que deja a Owen en la esquina.

–Sal de aquí –ordena Mila y el hombre con miedo sale de la habitación

Observo a Mila y cuando sus ojos se encuentran con los míos veo
lagrimas en estos, ella se acerca y trato de moverme pero el dolor de mi
pierna es demasiado y me hace soltar un grito.
–No te muevas o será peor –pide y asintiendo la miro

Ella se acerca a mí y tomando la tela que solía formar parte de mi


camisa la amarra en mi pierna.

–Esto bastara para detener el sangrado –murmura

– ¿Por qué me ayudas? Tu estas del lado de tu padre –cuestiono

–No es así, yo solo estoy con el porqué si me voy me matara –habla y


la miro

– ¿Mataría a su propia hija? –pregunto y ella sonríe triste

–Mi padre mataría a cualquiera que piense lo pueda delatar, yo no soy


la excepción.

–Por favor ayúdame –pido y ella quita un mechón de mi cabello de mi


cara

–En poco tiempo te iras de aquí, eso tenlo por seguro –dice segura y la
miro

Mila sale de la habitación y entonces me quedo viendo la pared de


nuevo.

Han pasado unas cuantas horas quizás desde que Mila se fue y
escucho sonidos de disparos llegar a mis oídos y luego la puerta se abre
dejando ver a Mila.

– ¿Mila que sucede? –pregunto

–Es la policía, ellos vinieron a salvarte –dice y la miro


Ella me ayuda a levantarme y cuando llegamos a la puerta lo veo. Miles
de balas pasan de diferentes direcciones y veo gente caer al suelo
mientras a su alrededor, veo fuego en algunos lugares y entonces Mila
me hace entrar de nuevo a la habitación

–Tenemos que quedarnos aquí, estamos seguras en este lugar y seguro


luego vendrán por nosotras –comenta ella y la miro

La puerta se abre y uno de los hombres que antes vi entregarme agua


nos apunta pero antes de que alguien pueda hacer algo una bala llega
a su cabeza y él cae al suelo. Levanto la cabeza y mis ojos se abren de
sorpresa al ver unos ojos verdes muy familiares. Él apunta a Mila y
entonces reacciono.

–No, ella me está ayudando –digo y el baja el arma

–Tienen que salir de aquí rápido, vamos – escucho que dice y su voz
tan familiar me hace estremecer

–Estás vivo –susurro y él me mira –Eres un maldito infeliz ¿Cómo


pudiste hacerme esto? –pregunto y entonces una bala pasa cerca de
nosotros

–No es el mejor momento para hablarlo, prometo que lo hablaremos


algún día pero no ahora, debemos salir –dice y asiento

Atravesamos el lugar lo más rápido que podemos y veo a un policía


peleando con un hombre, ambos utilizan pedazos de maderas con
fuego y entonces una bala lastima al oficial, Charlie sin dudarlo dispara
y le da al sujeto ayudando así al oficial para seguir corriendo junto a un
grupo de policía que corre a nuestro lado protegiéndonos, ya no hay
más disparos y entonces todo pasa en cámara lenta.

Escucho el sonido de un disparo muy de cerca y luego veo al oficial y a


Charlie caer al suelo, miro y el padre de Mila nos está apuntando con
su arma.
–Nunca pensé que tú podrías traicionarme Mila, pero veo que me
equivoque –dice y entonces Charlie con su poca fuerza le dispara en la
mano y su arma cae

Los oficiales lo esposan y nos ayudan, veo a Charlie ser puesto en una
camilla junto a algunos oficiales. Veo varias ambulancias partir y un
oficial se me acerca.

–Señorita Adams soy el oficial Anderson, ya está a salvo –dice y mis


ojos se cristalizan –La llevaremos al hospital para que puedan
examinarla –asiento y entonces él ve a Mila – ¿Usted quién es?

Miro a Mila la cual luce un poco asustada por la mirada del oficial y
cuando va hablar me adelanto.

–Ella es Mila, también estuvo encerrada conmigo –murmuro y el asiente

–Ya están a salvo señoritas –habla y asentimos viéndolo

Me suben a la ambulancia junto a Mila y ella me mira.

–Creo que jamás podre agradecerte por esto pero sé que en algún
momento sabrán la verdad y me arrestaran –dice y niego con la cabeza

–Eso no va a pasar –digo y ella sonríe

–Somos libres Siena –susurra y sonrió dándole mi mano la cual toma


sin dudar

Libres, soy libre.


WILLIAM

¿Nunca han sentido que su estómago esta por explotar de los nervios?
Pues así estoy yo ahora. Han pasado horas desde que el equipo de
Anderson se fue con Charlie y los nervios no han dejado mi cuerpo
desde entonces.

Lili aviso a su padre de lo que pasaba y este con la voz quebrada dijo
que mantuviéramos la calma, que pronto Siena volvería a nosotros y es
lo que espero con toda mi alma. Siena es la mujer más valiente, fuerte
y buena que conozco, con ese carácter de los mil demonios y esa cara
dulce puede hacer lo que quiera conmigo, hasta volverme loco como ya
lo estoy.

– ¿Quieres algo de comer? –le pregunto a Lili y esta me mira

–Tengo hambre pero por los nervios no puedo comer, siento que si
como algo vomitare –dice y sonrió

–Estamos igual entonces.

–Nunca te agradecí William –comenta y la miro confundido

– ¿Agradecerme? ¿Por qué? –pregunto

–Ayudaste a Siena, le diste amor y mi hermana es nuevamente feliz,


Siena nunca tuvo una vida fácil realmente, le costó mucho su vida en la
escuela y no sé si te lo dijo pero mis padres la adoptaron –responde y
la miro sorprendido

¿Adoptada? Eso explicaría el poco parecido pero siendo honesto no me


lo imagine nunca.
–Sus padres biológicos murieron, según la encargada del orfanato
donde la llevaron su padre era un ebrio abusivo y tuvo un accidente de
auto en el que murieron él y la madre de Siena, mis padres no podían
tener hijos así que la adoptaron cuando ella tenía 2 años –cuenta y la
escucho atentamente –Siena se fue de casa porque encontró los
papeles de su adopción, mamá no quería decirle que era adoptada para
que no pensara nada malo de ella o el amor de mis padres pero bueno,
ya vemos que fue lo que paso y desde entonces no se hablan –explica
–Mamá puede ser una mujer fría y orgullosa pero a menudo llora por
ella –finaliza y la miro aún en silencio

Mi pequeña Siena ha pasado por muchas cosas pero esto ya fue


suficiente, no dejare que ella vuelva a sentir o pasar algo malo en su
vida, la hare la mujer más feliz del mundo así como ella me hizo el
hombre más feliz del mundo.

–No lo sabía pero gracias por contármelo –digo y asiente

–Por eso te agradezco, jamás la vi tan feliz y viva como ahora al estar
contigo –murmura y su sonrisa se me contagia

Mi cuñada en una pequeña rubia de rostro tierno, su carácter dulce y


tranquilo la hace realmente distinta a Siena más sin embargo si existen
similitudes entre ellas, puede que no sean hermanas de sangre pero
tienen rasgos parecidos y enojadas son iguales, además, son tercas las
dos.

–Soy yo quien le agradece a ella ya que es ella la que me hace feliz


cada día, la que me devolvió cosas que creí perdidas, que me revivió y
me hizo abrir los ojos –hablo y ella me mira –Siena es única y por eso
la amo

Lili sonríe y me abraza, la rodeo con mis brazos también y entonces me


doy cuenta que esta pequeña rubia se ha ganado parte de mi corazón,
es como otra hermana menor.

–Señor Jones –habla un policía y suelto a Lili para verlo


– ¿Qué sucedes? –pregunto y él sonríe

–La tenemos, está a salvo –dice y el aire regresa a mis pulmones y la


vida a mi cuerpo, ella está a salvo

– ¿Dónde está? –preguntamos Lili y yo a la misma vez

–Va de camino al hospital Garmendia, ella y algunos policías fueron


heridos, uno se debate entre la vida y la muerte –informa y asiento

–Muchas gracias –respondo tendiéndole mi mano y luego de que la


estrechara salgo con Lili de la estación

–Ella está bien –escucho que dice Lili y asiento

–Sí y ahora la vamos a ver –sonrió entrando al auto

Conduzco lo más rápido que puedo y en 10 minutos me encuentro en


el hospital donde Siena esta, Lili corre a la entrada y la sigo. Al entrar
vemos a varios policías en camillas y aunque sé que ella está bien los
nervios crecen y el miedo también, Lili se aleja alegando que preguntara
por ella y asiento con la cabeza. Camino entre los oficiales y entonces
me paralizo al verla.

Veo como una doctora ayuda a Siena a caminar y sin pensarlo dos
veces corro hasta ella, ella voltea como si sintiera mi mirada o presencia
en el lugar y al conectar sus ojos con los míos siento que se me olvida
respirar. Mi cerebro no conecta con mi cuerpo y solo soy consciente de
una cosa y es que rodeo con mis brazos su pequeño y delgado cuerpo
mientras ella me devuelve el gesto de forma débil.
SIENA

Siento mi cuerpo volver a funcionar al ver esos ojos azules tan


diferentes a los míos que tanto me enloquecen y siento que respiro en
cuanto sus brazos me rodean.

Extrañe tanto a William que sentía mi cuerpo muerto y mi corazón roto


al estar en ese lugar sin saber si lo volvería a ver a él, mi hermana, mis
amigos e incluso a mis padres. Tenía tanto miedo de que les pasara
algo porque ¿Quién me aseguraba que no lastimaran a William y a los
demás por todo lo sucedido con esos hombres y Charlie?

Will aprieta un poco más su agarre y suelto un pequeño quejido que lo


hace soltarme, él me ve preocupado mientras examina mi cuerpo.

–Estás herida –habla y lo miro son una pequeña sonrisa

–No es nada Will, estaré bien –digo pero no deja de verme y solo frunce
el ceño molesto

–Muéstrame –pide y dejo de verlo –Quiero ver que te hicieron esos mal
nacidos-pide

Siento mis ojos cristalizarse al mismo tiempo que un sollozo sale de mis
labios, Will acaricia mis brazos de forma dulce antes de subir sus manos
a mi rostro, su tacto me relaja y de forma lenta subo la chaqueta que
me dieron mostrando así los golpes que se encuentran esparcidos por
mi torso. Él acaricia mi rostro de forma lenta y cuidadosa pasando sus
dedos por un moretón que está en mi mejilla e inclinándose lo besa.

–No lo hagas, me veo horrible –digo

–Para mí sigues siendo la mujer más bella del mundo –dice y lo miro,
su sonrisa aparece y se me contagia

–Te extrañe tanto Will –murmuro en un sollozo y el besa mi frente

–No como te extrañe yo a ti –sonríe


Me alzo en las puntas de mis pies y de forma lenta y dulce uno mis
labios con los suyos, besarlo es como un soplo de aire que necesitaba
con urgencia. Es un beso dulce y lento como la primera vez que nos
besamos y me es imposible no pensar en cuanto lo amo, amo con todo
mi corazón a William.

– ¡Siena! –escucho que gritan y me separo de Will para ver a Lili la cual
corre a mi

–Lili –susurro cuando me abraza y la aprieto contra mí

–Te extrañe tanto Siena, tenía tanto miedo de no verte más, te amo
hermana –dice llorando y separándome le sonrió antes de besar su
frente

–Jamás te dejare ¿Qué sería de mí sin ti pequeña latosa? –suelto con


una sonrisa y ella me estrecha más contra si

–Disculpen que interrumpa pero tengo que asegurarme que la pierna de


la señorita Adams este bien y curar sus golpes –habla la doctora

Me separo de Lili y miro a la doctora la cual luego de hacerme señas


de que pase, entra al consultorio. Miro a Lili la cual abraza a William y
sonrió ¿Qué sería de mi vida sin ellos dos?

WILLIAM

Me encontraba en el corredor del hospital esperando a Siena, la doctora


no me permitió entrar porque le haría algunos estudios a Siena que
según ella no tardarían mucho pero que para mí están tardando
demasiado. Si para algo sirvió esta trágica experiencia fue para que no
quedara ni un 0,01% de duda en mi mente de que amo a Siena, perderla
sería lo peor que me podrían pasar en la vida y ahora que la recupere
no la dejare ir nunca más.
Suelto un suspiro por la frustración de tener que esperar, sé que todo
esto es para asegurarse de que Siena este bien pero la quiero entre mis
brazos de nuevo, sé que ahí estará a salvo porque no dejare que nadie
le haga daño nunca. Suspiro frustrado y me levanto de la silla, recordar
esos golpes en su cara y cuerpo junto a la sangre seca que se
encontraba en su pierna me hace hervir la sangre y las ganas de matar
a los infelices que le hicieron todo eso son tan grandes como las ganas
de sacarla de aquí y cuidarla.

Cansado de estar sentado en la incómoda silla que comienza a lastimar


mi espalda y entumecer mi trasero decido caminar un poco, no me alejo
tanto pues cuando llego al principio de este me quedo quieto
observando al agente Anderson hablando con una chica. La pequeña y
pálida muchacha luce tímida, a decir verdad luce asustada, como si
tenerlo cerca le asustara pero cuando él se acerca un poco más y la
abraza noto como el cuerpo de la chica se relaja de forma considerable
para lentamente devolverle el abrazo y comenzar a llorar.

–Es la hija del hombre que organizo todo –dice una voz femenina que
reconozco perfectamente –Ella me ayudo y salvo, sin ella no estaría
aquí justo ahora –una pequeña sonrisa aparece en su rostro

–Si es así entonces estaré en deuda con ella por salvar a la mujer que
amo –digo y sus mejillas adquieren un leve rubor rojo

–No sabes cuánto te extrañe –habla y la abrazo con cuidado

–No, tú no sabes cuánto te extrañe, pensé que no te volvería a ver más


y eso estuvo a punto de volverme loco –tomo su rostro con mis manos
y sus ojos azules miran los míos con tanto sentimiento que pienso
puede ver mi alma –No sé qué sería de mi sin ti Siena, te amo con cada
célula que mi cuerpo posee, con cada latido que mi corazón hace y con
cada pensamiento que mi mente tiene –digo y de forma inmediata uno
sus labios con los míos

La beso de forma dulce y lenta, desesperado en cierto sentido, quiero


que mi cuerpo entienda que ella está aquí de verdad y nada malo le
volverá a pasar.
–Disculpen –habla una persona y nos separamos – ¿Siena Adams? –
pregunta y Siena asiente con la cabeza

–Soy yo ¿Qué sucede? –pregunta aún en mis brazos

–El señor Charlie Smith ha salido de cirugía y se encuentra despierto,


la operación no fue tan exitosa, me temo que quizás solo pase esta
noche –informa la enfermera y Siena asiente –Quiere verla señorita

– ¿Dónde está?

–Piso 3, habitación 120, tratamos que este cómodo y sereno para que
no sienta dolor así que por favor no lo alteren –habla la enfermera y
asentimos

Siena comienza a caminar y la sigo, por más que Charlie este en mal
estado eso no quita todo lo que hizo, engaño a Siena, le hizo creer que
estaba muerto y la dejo con una deuda suya, la hizo pasar muchas
cosas y ocasiono que la raptaran, nada de eso lo olvidare solo por su
estado y si algo lamento es que no pague por todo lo que le hizo pasar
ese infeliz a Siena.

Subimos al elevador y en cuanto llegamos al piso buscamos la


habitación donde luego de tocar la puerta esta se abre mostrando a un
hombre vestido de negro y un chaleco del FBI.

–Nombre –habla y miro a Siena

–Siena Adams –se presenta y el asiente dejándonos entrar

Al pasar lo primero que veo es a varios hombres vestidos de la misma


forma que el sujeto que abrió la puerta, también se encuentra una
enferma y un doctor revisando el gotero con suero de Charlie y por
último se encuentra este acostado. Su rostro luce pálido y según el
monitor que se encuentra a su lado los latidos de su corazón son lentos,
como si apenas tuviese fuerza para que este lata algunas veces más.
–Siena –escucho que dice en un hilo de voz y Siena se acerca un poco
–Me alegra que vinieras –dice con una pequeña sonrisa que se borra
en segundos

–Aquí estoy Charlie –dice ella deteniéndose frente a la cama donde el


esta

–Nena –dice y suelto un gruñido de molestia por el apodo –Lo siento,


olvidaba que estaba él aquí –sonríe y la mira –Solo quiero pedirte
perdón por todo lo que hice, una vez pensé que lo único bueno que
hacía era ayudarte pero me doy cuenta que jamás lo hice, solo
complique tu vida y te puse en peligro con todo lo que me rodea, jamás
me lo voy a perdonar ya que por mi culpa te lastimaron, pudiste haber
muerto y si eso pasaba no sé lo que hubiese hecho –susurra con su voz
apenas audible

–Charlie –comienza Siena soltando un suspiro –No te guardo ningún


rencor a pesar de todo lo que paso, fuiste alguien importante en mi vida,
te amé y siempre te guardare cariño por haberme ayudado y apoyado,
sé que no fingías y que me querías, me aceptaste y apoyaste cuando
más lo necesite y aunque eso no borra todo lo que hiciste quiero que
sepas que te perdono.

–Lamento tanto no haber sido lo que merecías y solo para que lo sepas
Siena acabo de confesar todo por video, los hombres que te lastimaron
no volverán a ver la luz del sol así como yo –Siena le sonríe y coloca
una de sus manos en la mejilla de Charlie –Te amo y siempre lo hare –
habla Charlie colocando una de sus manos de forma lenta sobre la de
Siena

Siena se inclina y deja un pequeño beso en su mejilla, Charlie sonríe y


le dice algo a lo que Siena con lágrimas en los ojos asiente con una
sonrisa antes de separarse de él, Charlie gira su rostro y sus ojos ahora
están en mí.

–Cuídala, ella vale demasiado –me dice y lo miro serio


–Lo sé, es la mujer más valiosa e importante que conocí alguna vez,
fuiste un imbécil al dejarla pero tranquilo, yo no cometeré ese error –
digo de forma brusca tomando una de las manos de Siena y ella me
mira molesta

–William –reprende pero Charlie solo se ríe

–No Siena está bien, con eso solo demuestra que lo que dice es verdad
y me alegra que consiguieras a alguien que de verdad te merece cariño
–le sonríe –Espero sean muy felices juntos –susurra

–Gracias –susurra apretando mi mano y la miro sonreírme

–Te amo cariño –susurra un poco más bajo –Ya no resisto más, por
favor vete, no quiero que veas…–dice pero entonces se queda callado

Los ojos de Charlie se cierran al mismo tiempo que comienza a


convulsionar y máquina que muestra sus latidos comienza a sonar, una
alarma se dispara y Siena grita llamando a Charlie pero cuando la
enfermera la aleja yo la rodeo con mis brazos para luego sacarla de la
habitación. Siena llora entre mis brazos en el pasillo fuera de la
habitación y yo solo soy capaz de arrullarla hasta que la puerta se abre
nuevamente y de esta salen los oficiales y el doctor el cual se acerca a
nosotros y nos mira.

–Lo lamento mucho, el señor Smith a fallecido –informa

Siena grita con completo dolor y comienza a llorar de nuevo, verla así
me duele y cuando sus piernas pierden la fuerza la sujeto estrechándola
a mi cuerpo antes de que caiga, la abrazo con fuerza y con mis manos
acaricio su cabello.

–Tranquila, no te dejare caer –le susurro

– ¿Nunca? –pregunta aun llorando y beso su cabeza

–Nunca.
SIENA

Dos semanas han pasado y no dejo de pensar que a pesar de que todo
paso a causa de él y sus engaños también fue gracias a él que estoy
hoy aquí, viva y junto a las personas que amo. Luego de esa noche en
la que Charlie se fue solo fui capaz de llorar. William es el hombre de mi
vida más siempre le guardare cierto cariño a Charlie, después de todo,
fue él quien me cuido y apoyo cuando deje mi casa y quien además me
hizo feliz en un tiempo pasado. Pensar que ya no está me destroza tanto
como el tener que asistir a un segundo funeral de él pero, esta vez, es
con el ataúd abierto para comprobar que sea el de verdad y eso me
mata.

Ver su rostro pálido tan relajado, sus ojos que eran tan verdes como un
bosque ahora están cerrados y esos labios rosa ahora están tan pálidos
como todo en él. Su traje negro haría resaltar sus rasgos pero ahora
hace lo contrario, le da un aspecto un poco tétrico. Un sollozo escapa
de mi boca y de manera inmediata los brazos de Will se enroscan
entorno a mi cuerpo dándome un abrazo cálido que logra relajar un poco
mi cuerpo. Lo miro y él me regala una pequeña sonrisa antes de besar
mi frente, ese gesto tan dulce hace que mi corazón lata con más fuerza
y que el cariño que le tengo aumente mucho más si es que eso es
posible.

–No estás sola –susurra en mi oído y me estremezco

–Lo sé –le respondo –Tengo a un gran hombre a mi lado.

–Y siempre lo tendrás –habla antes de besar mi cabeza y abrazarme


–Le repito señor que fue gracias a Mila que sigo viva, esa chica me
protegió de todos esos infelices que me golpearon e incluso trataron de
abusar de mí, puede que su padre sea quien estaba a cargo de todo
pero ella es inocente –explico molesta – La amenazaba de muerte si se
iba y eso la hace tan víctima como yo por lo que me niego a presentar
cargos en su contra –gruño y el oficial frente a mí me mira serio

–Lo siento señorita pero creo que usted está equivocada, quizás ella la
ayudo adentro pero fuimos nosotros quienes la encontramos y
rescatamos –habla y suelto una risa irónica

–Y qué ¿piensan que solo fue un golpe de suerte? ¿Qué a la hora de


hacer contacto simplemente los hombres que me tenían cometieron un
error y por eso me encontraron? –Pregunto y el hombre me mira serio
sin responder – ¿Enserio son tan crédulos? Esos hombres eran
delincuentes profesionales, fue Mila quien hizo eso, ella fue quien
cometió ese “error” a propósito para que me encontraran –digo molesta
y el suspira recostándose en su silla

–Igual fue cómplice en lo que respecta a mí –dice y lo miro molesta

–Escúcheme bien, esa mujer ha pasado años siendo amenazada si se


alejaba, jamás ha tenido una buena vida y sin embargo nunca perdió la
esperanza de ser libre alguna vez. Yo fui secuestrada, se lo que es estar
encerrada, sin saber que pasara y con tu vida pendiendo de un hilo,
estaba por perder mi esperanza y solo estuve pocos días en
comparación con ella que ha tenido que pasar toda su vida por lo que si
de mi depende que ella sea libre o no le digo que la quiero libre – explico
y el asiente

–Bien, igual no tenemos pruebas contra ella. Smith solo hablo de su


padre y los hombres que trabajan para él pero jamás la menciona a ella
–habla por primera vez el agente Anderson

–Traigan a la señorita –pide el oficial y Anderson sale

Luego de unos minutos entra por la puerta junto a Mila la cual luce un
poco asustada y más pálida que de costumbre.
–Bien señorita, será liberada más deberá reportarse mensualmente con
el agente Anderson para que este corrobore que lleva una vida limpia,
también le asignaremos junto a la señorita Siena seguridad en caso de
que su padre les quiera hacer algo y ambas deberán testificar ante una
corte todo lo sucedido ¿está de acuerdo con lo que he dicho? –pregunta
y ella me mira, asiento con la cabeza y ella lo mira

–Si señor –dice en un hilo de voz

–Bien, quítenle la esposa –pide y en cosa de segundos está libre de


ellas

Salimos de la estación junto a Anderson, él mira a Mila que esta junto a


nosotros pero ella solo tiene los ojos cerrados, suspira y entonces
abriendo sus ojos sonríe y me mira.

– ¿Qué se supone que haga ahora? –Pregunta –Pase tanto tiempo


pensando en cómo ser libre que no pensé en qué hacer cuando lo fuera
–dice y la miro

–Yo te ayudare con eso Mila, no te preocupes –sonrió y ella asiente


devolviéndome una pequeña sonrisa

–Al ser un testigo muy importante entras al PPT, el programa de


protección de testigos, el estado también se encargara de ayudarte a
que estés a salvo –informa Anderson y ella lo mira asintiendo

–Está bien –le dice ella sonriendo y él le devuelve la sonrisa

Sé que ambas estaremos bien, yo tengo el apoyo de William y ella


tendrá no solo el mío sino el del estado y el del agente Anderson.

– ¿Me puedes explicar a donde se supone que vamos? – pregunto


agotada y algo curiosa
Will sonríe pero no dice nada, desde que llegue a su casa luego de dejar
a Mila con el agente Anderson él actúa raro. Solo basto que entrara a
su casa para que me mirara y me dijera que lo acompañara a un lugar
así que aquí estoy, en un auto conducido por William a un destino
desconocido.

– ¿Todo esto es porque te dije en la mañana que no era necesario que


estuvieras las 24 horas del día conmigo? –pregunto y el ríe divertido

–No, esto no es por eso –murmura y enarco una ceja

– ¿Entonces? –pregunto

–Siena por favor espera y veras –pide y asiento frustrada por no saber
a dónde vamos

Pasan unos minutos y las calles se me comienzan hacer parecidas pero


no es hasta que pasamos por la calle de la casa de mis padres cuando
me doy cuenta de lo que sucede y William lo nota.

–Por favor no pienses nada hasta que te lo cuente todo –me pide y
entonces se estaciona frente a una cafetería que conozco
perfectamente

–El Smile Blue –susurro viendo el letrero con su nombre

Miro a William en busca de respuestas y él me sonríe.

–Una vez me hablaste de este lugar y luego de hablar con Lili decidimos
que todo se haría aquí –dice aún con su sonrisa y lo miro confundida

– ¿Hacer qué? –pregunto directa

–Un reencuentro –responde y sale del auto

Will rodea el auto y abre mi puerta, salgo de este y observo mejor la


cafetería. Tengo meses sin venir aquí, seguro el reencuentro es con Lili
y el viejo Alberto.
Entramos al lugar, paso mi vista por toda la cafetería esperando quizás
ver algo pero entonces mis ojos se fijan de dos personas sentadas en
una mesa del final y me paralizo al verlos. Miro a William en busca de
una explicación y cuando los veo de nuevo dos pares de ojos me
observan, unos verdes con motas marrones y otros tan azules como los
míos, mientras él me sonríe muy alegra ella me mira de forma seria pero
a diferencia de todas las demás veces que vi esa mirada en mi ahora
hay algo más, ella me mira preocupada.

–Vamos, ve –me dice Will y lo miro

–No sé qué hacen aquí Will ¿por qué están aquí? –pregunto confundida
y sorprendida

–Están aquí por ti Siena –responde y coloca un mechón de mi cabello


detrás de mí oreja –Solo dales una oportunidad de hablar por favor, si
te quieres ir prometo que no iremos –dice y asiento no muy convencida

Con pasos lentos pero seguros me acerco a la mesa en donde mis


padres están sentados, veo más atrás a Lili y Alberto los cuales alzan
sus pulgares diciendo que todo estará bien y soltando un suspiro me
siento frente a mis padres.

–Siena –habla papá con una sonrisa y lo miro

–Papá –digo seria, el orgullo me abraza como una fría armadura

–Oh cariño me alegra tanto verte, estábamos tan preocupados –dice y


sonrió irónica

– ¿Preocupados? No recuerdo haberlos visto ni en el hospital cuando


me rescataron, ni en estas dos semanas –respondo seria y papá baja
la mirada

–No pudimos ir a verte, estábamos…–comienza pero mamá lo


interrumpe

–No, no más mentiras –dice ella viéndolo sería –Estábamos en el


hospital
–Como dije no recuerdo haberlos visto.

–No estábamos visitándote cariño –dice y su voz es apenas un susurro

Ver a mi madre actuar débil es algo que jamás vi antes y entonces la


miro bien, sus ojos están llorosos, su respiración es acelerada y su
rostro ahora esta tan pálido como un papel.

– ¿Mamá estas bien? –pregunto y ella sonríe

–Me dijiste mamá, pensé que jamás te escucharía decirme así


nuevamente –habla y mi corazón se acelera

–Bueno…Yo…–balbuceo pero me callo cuando sus manos agarran las


mías

–Cariño lamentamos tanto haberte ocultado que eras adoptada, no te lo


dijimos porque tú sin importar que no lleves nuestra sangre eres nuestra
hija, te amamos y siempre lo haremos, por eso Siena te pido perdón por
todo lo que has pasado, es nuestra culpa, si hubiésemos sido honestos
y mejores padres nada de estos habría pasado –dice con las lágrimas
rodando por su rostros

–Todo pasa por algo mamá, si nada de esto hubiese pasado jamás
hubiese conocido a William –digo y lo miro, él está con Lili y Alberto
viéndonos

–Es un gran hombre, sé que te cuidara y amara tanto como lo mereces


–sonríe y comienza a toser

Mi padre la sostiene y la mira preocupado.

– ¿Qué es lo que pasa mamá? –pregunto y ella niega pero papá me


mira

–Tu madre está enferma cariño –dice y entonces siento que todo mi
mundo se paraliza, niego con la cabeza y lágrimas salen de mis ojos
–No, eso no puede ser –me escucho murmurar – ¿Qué tienes? –
pregunto aterrada

–Enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica –dice mamá y la miro


–Es una enfermedad del corazón, las arterias coronarias de este se ven
bloqueadas y hace que la sangre no llegue como debe al corazón –
explica

– ¿Qué tan malo es? ¿No tiene cura? –pregunto y ella sonríe

–No cariño no tiene cura, lo intentamos todo y es hora de aceptarlo, me


queda poco tiempo –dice

–No…mamá –sollozo y ella se levanta para llegar a mi lado y abrazarme

–Lamento tanto haber dejado que mi orgullo me gobernara y no te


buscara cariño, perdí mucho tiempo y no espero que lo entiendas y me
perdones de inmediato pero solo quiero que sepas que te amo, que
quiero que seas feliz y cuides a Lili cuando no este. Lamento tanto que
no tengamos tanto tiempo como quisiera para estar juntas y dejar todo
atrás pero prometo dar lo mejor de mí para por lo menos intentar superar
lo sucedido y dejarlo atrás –dice y la abrazo

–Estaremos bien mamá, te lo prometo –susurro y entonces siento que


otros brazos nos envuelven

Papá y Lili se han unido al abrazo convirtiéndolo así, en un gran abrazo


familiar, uno que no sabía extrañaba tanto.

–Las amo a todas –dice papá

Miro a William el cual me ve con una pequeña sonrisa triste y le lanzo


un pequeño beso, le agradezco por esto ya que sin él jamás hubiese
venido y nunca hubiera recuperado a mi familia.
Un año después

SIENA

Me encontraba caminando de un lugar a otro por la casa limpiando y


acomodando cualquier cosa que pudiera estar sucio o fuera de lugar,
una semana planificando esta ocasión y los nervios junto a las ganas
de que todo este perfecto me están ganando ya que hace menos de una
semana terminamos planeando una cena para que ambas familias se
reunieran nuevamente y eso ocurrirá hoy.

Miro mi reflejo en el espejo y por milésima vez paso mis manos por mi
vestido azul cielo para quitar cualquier arruga que este pudiera tener.
Me encontraba en la casa donde crecí, debido a la noticia de que mi
madre está enferma volví a casa a pesar de que mis padres dijeron que
no podía cambiar mi vida solo por eso pero, la realidad es, que yo ya
tengo un hogar y es este, puede que al principio no lo entendí ahora sí.

–Cariño deja de alisar tu vestido, estas perfecta –escucho que dicen y


volteo para encontrarme con los ojos azules de mi madre –Ese vestido
hace resaltar tus hermosos ojos –sonríe y le devuelvo la sonrisa

–Gracias mamá, también te ves sensacional –digo y ella se mira

Su vestido verde menta hace que su piel, un poco pálida, resalte al igual
que su rubio cabello, lleva un poco de maquillaje y unas zapatillas bajas,
sencilla pero perfecta.

–Oh cariño no digas tonterías –dice y su sonrisa tiembla, se que le duele


lo de su enfermedad

–Encontraremos la manera de que estés mejor mamá –comento


acercándome a ella y la abrazo
–Creí que jamás te vería de nuevo en esta casa, llamándome mamá y
dejándome entrar a tu vida, pensé que había perdido a mi hija –susurra
y cuando la miro sus ojos están cristalizados

–No todo es como creemos y te aseguro que tú jamás me vas a perder


mamá –digo con una pequeña sonrisa y limpio la lagrima que escapa
de uno de sus ojos –Pase lo que pase eres mi madre y eso jamás
cambiara –susurro y me separo cuando el timbre suena

–Sera mejor que abras mientras yo arreglo mi maquillaje cariño –dice y


asiento

Ella comienza a caminar y antes de que desaparezca por el pasillo


camino hasta ella y la abrazo.

–Te amo mamá, jamás lo olvides –susurro y me separo para darle una
sonrisa

–También te amo mi pequeña.

Me separo y caminando me apresuro en llegar a la puerta y cuando


estoy frente a esta tomo un poco de aire y abro.

El aire sale de mis labios cuando mis ojos se posan en el hombre tras
la puerta, Will me sonríe y sus ojos parecen querer decir tantas cosas
pero no consigo captar nada, sus ojos me escanean y hago lo mismo,
luce muy guapo con esa camisa blanca de botones y pantalones negros
de vestir, si tuviese un saco negro y una corbata diría que esta vestido
como el día que lo conocí.

–Te vez muy hermosa Siena–dice con su sonrisa aún presente

–No te quedas atrás Will –comento con una sonrisa

Will se acerca y sujetando mi rostro deja un pequeño beso en mis labios


antes de separarse un poco y mirar mis ojos.

–Te amo –susurra y entonces se escucha un carraspeo


–Si hermano todos sabemos que la amas pero por favor deja que
entremos, se me congela el trasero del frio que hace –habla Oliver y le
sonrió

–Pero mira a quien tenemos aquí, el fugitivo regreso –digo bromeando


y él sonríe

–Solo fueron unas pequeñas vacaciones, no es para tanto –responde


restándole importancia y su padre lo mira mal

–No estoy de acuerdo, acepte que no te dedicaras al negocio familiar


más no a que seas un vago irresponsable, perderás las materias como
no te pongas al corriente lo antes posible –le gruñe el señor Jones y yo
sonrió

–Un gusto verlo Señor Jones –saludo y él me mira con una sonrisa, es
tan parecido a Will

–Oh Siena, disculpa el espectáculo querida pero un padre debe decirle


las cosas como son a su hijo sin importar el lugar –dice y entonces se
acerca y estrecha mi mano –Es un gusto verte de nuevo, me alegra que
seas parte de la familia –comenta y sonrió comenzando a sonrojarme

–Gracias señor Jones –digo y entonces alguien lo empuja

–Si si muy bonito el momento pero déjenme saludar a mi amiga –dice


Laura y le sonrió a ella y la bebe que está en sus brazos

–Hola Laura –saludo y me acerco a la pequeña devora –Y hola a ti


encanto –sonrió a la bebe y esta chilla emocionada – ¿Qué tal todo con
el bebe? –pregunto y sonríe

–Todo va perfecto –responde pasando sus manos por su abultada


barriga

–Bueno entren, se congelaran con el aire frio que sopla esta noche –
digo haciéndome a un lado y ellos entran

Cierro la puerta y al girarme mis padres y Lili están aquí.


–Papa, Laura y Oliver ellos son los padres y la hermana de Siena –
presenta Will y de inmediato todos se están presentando

–Bueno pasemos al comedor, la comida ya está lista –dice mamá y


todos asiente

–Gracias a Dios, muero de hambre –habla Oliver y Lili ríe

–Por dios Oliver compórtate –le reprende Laura y su papá lo mira mal

–Lo siento –se disculpa

–No importa querido, ven vayamos al comedor, te aseguro que mi


comida te encantara –dice mamá y el asiente

–Créeme hijo, ella no miente o lo dice por decir, su comida es la mejor


–le habla papá guiñándole un ojo a mamá

Todos comienzan avanzar y cuando me dispongo a seguirlos Will me


gira tomándome del brazo y en un pestañeo sus labios están sobre los
míos besándome de forma un tanto desesperada y fuerte pero a la vez
con un toque de dulzura. Siguiendo el beso me acerco más a él y todo
en mí se enciende como una antorcha, nos besamos hasta que la falta
de aire es presente en nosotros y nos separamos. Abro mis ojos y de
inmediato una carcajada sale de mis labios.

– ¿Qué sucede? –pregunta Will sonriendo y lo miro aún riendo

–Tienes pintura en tus labios, ven déjame quitártela –digo y tomando mi


abrigo negro del perchero los limpio con la manga –Listo –le sonrió y él
me devuelve la sonrisa

–Sera mejor que vayamos con ellos antes de que se pregunten dónde
estamos –murmura y asiento tomando su mano para guiarlo

–Oye ¿Y tú cuñado? –pregunto y él me mira

–Tuvo un problema con un trabajo, no poder venir–explica y asiento


Entramos al comedor y todos nos miran con una sonrisa, me sonrojo y
entonces guio a Will hasta nuestras sillas para poder sentarnos, no me
gusta tener tantos pares de ojos en mí pues me siento muy incómoda,
no importa si son de mi familia o amigos, la simple idea de tener tantos
ojos sobre mí me hace sentir intimidada.

–Bueno ya que estamos todos podemos comenzar, quiero darles la


bienvenida, sé que ambas familias nos llevaremos muy bien y espero
que Siena y William sean enormemente felices –dice papá y Will traga

–Si no le molesta señor Adams ¿me permitiría decir unas palabras? –


pide Will y lo miro

–Dilas entonces muchacho –responde papá y William carraspea su


garganta mientras se levanta, todos lo vemos pero el solo me mira

–Hace varios años a causa de una mujer que en su momento creía el


amor de mi vida me aleje de mi familia, siempre diré que ese ha sido
mi mayor error en la vida y hoy puedo decir que esa mujer no fue y
jamás será el amor de mi vida ya que ese puesto lo tiene Siena –dice y
le sonrojo completamente sonrojada –Gracias a ti hoy puedo decir que
pude arreglar ese error, has sido lo mejor que me a paso en la vida, no
tengo palabras exactas pues creo no existen para describir lo perfecta
que eres, todo este tiempo viví amargado y encerrado en una burbuja
rutinaria de monotonía... –sigue hablando pero lo interrumpen

–Es verdad eso –dice Oliver

– ¡Cállate! –le gritan Laura y Lili a Oliver y este se encoge en la silla

–Como decía –habla William mirando mal a su hermano para luego


verme –Siena hizo que esa burbuja se rompiera, soy un hombre
diferente al que era antes gracias a ti y es por eso que yo –dice
moviéndose para arrimar la silla y luego se arrodilla frente a mí, mis
manos van a mi boca que se ha abierto por la sorpresa –Delante de
nuestras familias quiero pedirte a ti Siena Adams que te cases conmigo,
sé que quizás no nos conocemos completamente pero sin duda puedo
apostar que nadie en este mundo me hará más feliz que tú, eres mi
lugar feliz Siena –sonríe y para este momento mis lágrimas ya han
salido de mis ojos –¿Te quieres casar conmigo? –pregunta y entonces
saca un pequeño y sencillo aniño del bolsillo de su camisa

Todos voltean a verme pero yo solo soy capaz de verlo con mis lágrimas
bajando por mi rostro, volteo a ver a todos y me sorprende ver que no
soy la única llorando pues mamá y Laura también lo hacen, papá me da
una sonrisa mientras Lili, Oliver y el señor Jones me miran con
intensidad esperando mi respuesta y entonces miro a Will de nuevo.

Con las piernas temblorosas me levanto y lo hago levantarse, el me mira


aún con una pequeña sonrisa y entonces tragando el nudo de mi
garganta sonrió.

–Claro que quiero ser tu esposa William Jones –digo y entonces el


suelta el aire en un suspiro y me abraza

–Dios por un momento pensé que dirías que no –susurra en mi oído y


me separo para tomar su rostro y lo beso

El sabor salado de las lágrimas se mezcla con la dulzura del momento


y cuando se separa coloca el anillo en mi dedo, lo observo, es sencillo
y delicado, totalmente perfecto.

– ¡Oh dios mío! –Grita mamá y la miro sonriendo –Mi niña se casara –
dice llorando y papá la abraza

– ¿Está de acuerdo señor? –le pregunta Will a mi padre y este lo mira

–Seré sincero, no estoy de acuerdo por completo ya que se conocen


hace muy poco pero por otro lado no puedo negarme al ver a mi bebe
tan feliz, estoy de acuerdo con su boda –dice y sonrió

–Bienvenida a la familia oficialmente Siena –habla el padre de Will


abrazándome

–Muchas gracias señor Jones –digo devolviéndole el abrazo pero se


separa y niega
–No no, nada de señor, llámame Mauro, somos familia ahora,
recuérdalo –dice y asiento para luego sentir a alguien abrazarme

–Bienvenida a la familia mi sexy cuñada –habla Oliver y suelto una risa


al oír el gruñido de Will

–Quítate de una vez –le dice Laura a Oliver y entonces ella me abraza
–Muchas felicidades, sé que serán muy felices juntos –comenta
sonriendo

Siguen las felicitaciones por un rato más hasta que Oliver se queja de
tener hambre y comenzamos a comer. Miro a cada persona de la mesa
y luego miro la mano donde descansa el anillo que Will me acaba de
dar, lo miro y él me ve, me sonríe y vuelve a su comida, sonrió pensando
¿Cómo fue que llegamos hasta aquí?

Es decir, pensar que en el comienzo lo odiaba me causa gracia,


recuerdo como nos tratamos los primeros días, sus celos por Ben el
chico de la cafetería, como me dio la confianza para decirle algunos de
mis secretos más importantes y que al final se terminó ganando mi
corazón, todo lo que pasamos y todo lo que está por venir. Si con
alguien me gustaría pasar el resto de mi vida sería con él y nadie más
que él, si tuviera la oportunidad de volver al pasado no cambia nada
porque Will es y sin duda seguirá siendo lo mejor que me pudo pasar,
si a alguien tuviera que contarle de nuevo mis secretos y problemas en
aquella oficina lo escogería a él ya que esa tarde compartimos mucho
más que unos simples secretos en la oficina.

8 meses después:

SIENA:

No estoy segura de quien es más irritante y preocupante, si Laura


corriendo de un lado a otro con su gran barriga de embarazada
gruñéndole a todos por estar despertando tarde o mi madre corriendo
atrás de ella buscando calmarla pero solo logra que Laura se altere más
y como consecuencia que la mujer se altere también. Nos
encontrábamos en la casa de Laura mi madre, Lili, Lou, Aylen, la dueña
de la casa obviamente y yo, todas arreglándonos para mi gran día.

Preparar la boda requirió mucho tiempo, esfuerzo y preparación mental


porque Laura y mi madre juntas son peor que una astilla en el dedo, no
paraban de molestarnos a William y a mí ya que mientras nosotros
queríamos una pequeña boda ellas planeaban un gran espectáculo el
cual ninguno quería por lo que tuvimos que hablar seriamente y acordar
un punto medio en toda la locura de nuestra boda. Los 8 meses se me
hicieron infinitos, pero les hare un resumen de lo que sucedió en este
tiempo ya que, claro está, pasaron muchas cosas últimamente.

Lili tras terminar el colegio ha decidido como ya era lógico comenzar a


estudiar psicología y logro comenzó sus estudios de inmediato gracias
a mis padres y aunque él lo niegue también gracias a William, Laura y
su esposo están cada vez más felices en la espera de su bebe que
resultó ser una nena, mi madre comenzó un nuevo tratamiento que si
bien no eliminara su enfermedad si logro que se sienta mejor por lo que
junto a una buena dieta, ejercicio moderado y su tratamiento a estado
bien estos meses y por ultimo Oliver confeso que en su semana de
vacaciones hubo mucha pasión y su novia ahora está embarazada de 7
meses y medio, fue una gran sorpresa para el señor Jones y todos pero
más nos sorprendió lo comprometido y feliz que estaba con la llegada
de su bebe.

William y yo pasamos estos meses planeando la boda con Laura y mi


madre, luego de llegar a un acuerdo todo fue viento en popa por lo que
pudimos concentrarnos en nuestras cosas y como estamos viviendo
juntos cada día es una nueva aventura a su lado en la que descubrimos
mucho más el uno del otro, algunos días puedes vernos felices por la
casa y al otro molestos pero siempre sabemos cómo lidiar con las cosas
y terminamos arreglando todo.

–Siena muévete de una vez ¡tú eres la novia! –grita Laura y la miro
–Oye se supone que la de los nervios incontrolables y el drama sea yo,
no una dama de honor embarazada –comento riendo y ella me mira
molesta

–Solo báñate –gruñe antes de irse a gritar a Lili

Con una sonrisa tomo una toalla y camino al baño donde tomo una
relajante ducha larga, los nervios comienzan aparecer pero respirando
me obligo a calmarme para luego salir y enrollarme en mi toalla, llego a
la habitación y me pongo una bata mientras seco mi cabello.

– ¡Siena! –grita Laura y suspiro buscando paciencia

– ¿Qué sucede? –pregunto y al poco tiempo ella está conmigo

–Oh nada, quería ver si tu cabello estaba seco, colócate en la silla –pide
y lo hago

Laura comienza a secar y peinar mi cabello haciendo una trenza


recogida, hago algunas muecas cuando coloca los pasadores en mi
cabello pero antes de que me pueda quejar ella habla.

–Ni se te ocurra decir nada, la belleza duele.

2 horas después me encuentro maquillada, peinada y enfundada con mi


vestido de novia. Camino al espero y al verme quiero llorar, el vestido
es en corte sirena y bastante sencillo, lo más llamativo es la espalda
pues tiene encaje en una parte donde no hay tela, cuando vi el vestido
juro que me enamore de él y ahora viéndome completamente arreglada
y con el puesto mi corazón late feliz.

–Bueno veamos, Siena esta lista, damas de honor listas y madre llorona
lista, asumiendo que nadie más falta entonces vámonos –dice Laura
abriendo la puerta

Los nervios aparecen nuevamente mientras salimos de la casa y


entramos al auto de Laura pero se intensifican cuando estamos al frente
de la iglesia y un pequeño ataque de pánico llega a mí.
–No puedo hacerlo –susurro y respirar se hace complicado –Por favor
abran una ventana, no respiro –digo y de inmediato Lili lo hace y mamá
toma mi mano

– ¿Cómo que no puedes? ¡Plantaras a mi hermano en el altar! Oh Dios


mío creo que me dará algo –dice Laura y ahora ella también parece que
no respira

– ¿Te volviste loca Siena? Debes hacerlo – habla Aylen y la miro intentar
calmar a Laura

– ¿Podrían callarse ambas? Hacen que me duela la cabeza –digo


mientras masajeo mis sienes y trato de respirar normal

–Siena por favor cálmate, solo son los nervios cariño, es normal –
susurra mamá y acaricia mi rostro

– ¿Estoy haciendo lo correcto? –le pregunto en un susurro y ella sonríe


de esa forma maternal que muchas veces contemple en mi infancia y
adolescencia

–Hace tiempo tome la decisión equivocada de ocultarte un gran secreto


que marco tu vida así como también de juzgar tus elecciones, ese fue
un error que no tuve que haber comido ya que preferí darte la espalda
que apoyarte y entenderte –susurra y la miro con mis ojos cristalizados
–No cometeré ese error de nuevo cariño, no cuando estoy segura de
que ese hombre que te espera adentro es el indicado para ti y si no
llegara a serlo entonces te apoyare pero dime ¿Qué te dice tu corazón
Siena? Es a él y solo a él a quien debes seguir sin importar nada por lo
que dime ¿quieres casarte con William? ¿Lo amas de verdad? –
pregunta mirando mis ojos

Pienso en todo lo que William y yo hemos pasado desde el principio de


nuestra historia, todas esas subidas y bajadas, todas esas largas
charlas que me hacían feliz, sus celos infantiles y mis celos infantiles,
su apoyo incondicional y su ayuda, es verdad que no todo es perfecto
siempre pero ¿acaso debe serlo? William me ama y yo lo amo a él ¿qué
si estoy lista para casarme con él? Eso es un hecho.
Suelto un suspiro e inhalo el aire, mis respiración se hace normal y miro
a mamá con una sonrisa la cual me regresa, amo a William y un ataque
de pánico no va a evitar que me case con él y sigamos creando más
momentos juntos mientras avanzamos de la mano por nuestro camino.

–Lo amo, hare esto mamá, voy a entrar ahí y me casare con William –
digo y ella asiente feliz

Salimos del auto y luego de conseguir calmar a Laura ella me mira


molesta pero al darle una sonrisa rueda sus ojos y me sonríe. Todas
tomamos nuestras posiciones y mi padre el cual nos esperaba se coloca
a mi lado y junto a mamá caminamos a la entrada principal de la iglesia
donde esperamos el momento indicado para comenzar la marcha.

–Bien Siena llego la hora –dice papá y le sonrió asintiendo –Te has
convertida en una gran mujer hija, estoy orgulloso de ti

–Yo también hija, lamento haberte dañado tanto con mi decisión pero
quiero que sepas que te amo y estoy realmente feliz y orgullosa del
camino y vida que construyes poco a poco.

–Gracias papás, gracias por haber cuidado de mi toda mi vida, sin


importar nada ustedes son y seguirán siendo mis padres y los amo –
susurro y ambos me abrazan

El momento llega y Lili, Lou Laura y Aylen comienzan a caminar siendo


seguidas poco después por mí y mis padres que sujetando cada uno
una mano me escoltan al altar. No puedo ver a Will aún pero si a los
presentes por lo que a medida que avanzo voy enfocando a la familia
de William y la mía mirarme mientras camino, en un asiento veo a Mila
con el agente Anderson y como no mis amigos de la cafetería, les sonrió
a todos brevemente para seguir avanzando y es entonces cuando las
chicas doblan a la izquierda que mis ojos lo enfocan y mi sonrisa
aumenta.

Parado frente a mí con una sonrisa y enfundado en un traje azul marino


se encuentra él, la razón de que cada despertar sea bueno y que cada
anochecer sea maravilloso, la persona con la que he pasado tantos
momentos en una montaña rusa de emociones y las persona con la que
estoy dispuesta a pasar el resto de mi vida.

William Jones.

Termino mi camino y me coloco frente a él, los escaneo y el a mí para


luego dándole mi mano ambos sonreír.

–Te ves hermosa –susurra y siento mis mejillas enrojecer

–Y tú te ves muy apuesto –le susurro de vuelta

–Sean todos bienvenidos a la casa de Dios para presenciar la unión


entre Siena Adams y William Jones, por favor tomen asiento –habla el
cura y todos hacen lo que dice –Bien, demos comienzo a esta
celebración eucarística –nos sonríe y mirándonos le devolvemos la
sonrisa

Estoy lista para lo que viene y si no lo estuviera estoy segura que junto
a Will podre con todo lo que venga.

WILLIAM

Miro como en la pista de baile Siena baila con mi hermano mientras se


ríe por algo que este le dice y una sonrisa se instala de inmediato de mi
rostro al pensar que esa hermosa mujer vestida con un delicado y
sencillo vestido blanco es mi esposa ahora.

Jamás estuve tan agradecido con la vida como ahora, tengo a mi familia,
estoy sano, soy feliz y tengo una esposa que me hace aún más feliz si
es eso posible. Como toda pareja sé que tendremos días buenos y
malos pero lo importante es que sabremos cómo arreglar las cosas,
seguiremos avanzando juntos por nuestro camino y mientras ella este
hay para tomar mi mano al despertar por la mañana y al cerrar los ojos
en la noche para mí, es más que suficiente, lo demás lo iremos
superando poco a poco juntos.

Siena deja a mi hermano y se acerca a mí con su dulce sonrisa la cual


le regreso porque me es imposible no hacerlo cuando ella con esa
hermosa sonrisa y ojos brillantes me cautiva y hechiza.

– ¿Me puede acompañar en esta pieza señor Jones? –pregunta y le


sonrió mientras me levanto

–Con mucho gusto señora Jones –digo caminando a la pista de baile y


ella frunce el ceño cuando estamos frente a frente

–Espera, no estamos en esos tiempo donde al casarse las parejas la


mujer tiene que tener su apellido, yo soy Adams y tu mi querido esposo
eres Jones y así seguirá siendo –dice y suelto una carcajada mientras
comienzo a mecernos al son de la música

–Eres imposible pero así te amo y estoy dispuesto a soportarte con tus
manías, tu carácter y demás porque yo –susurro en su oído y ella
recuesta su cabeza de mi pecho mientras nos seguimos moviendo –Te
amo y eres mi vida.

–Te amo tanto Will –susurra y se separa para mirarme con esos ojos
que tanto me cautivan –A veces temo que todo sea un sueño y al
despertar nada sea real –dice y noto sus ojos un poco cristalizados

– ¿Sientes esto? –le pregunto colocando su palma en mi pecho justo


sobre donde se encuentra mi corazón –Con cada latido que él hace
aumenta mi amor por ti Siena, yo jamás te dejare –susurro mientras
acaricio su rostro con una de mis manos –Eres el amor de mi vida y
preferiría morir a dejar ir a la mujer que amo –culmino y la beso –Te
amo –susurro y la vuelvo a besar

–Gracias por haber estado para mí cuando más lo necesitaba Will, fuiste
el único capaz de ayudarme a sanar mis heridas, arreglar mi vida y
ayudarme a seguir –susurra con lágrimas en los ojos y pasando mis
pulgares las limpio con delicadeza

–Te lo dije aquella noche estrellada en aquel prado verde donde te pedí
ser mi novia –susurro uniendo nuestras frentes –Yo estaré aquí
sujetando tu mano mientras seguimos este camino que escogimos, no
importar si vienen cosas buenas o malas las enfrentaremos juntos y yo
te protegeré y apoyare pase lo que pase.

–Te amo William Jones.

–Y yo te amo a ti Siena Adams, te seguiré amando en las buenas y en


las malas hasta que la muerte nos separe y aún después de esta te
seguiré amando con todo mi corazón.

FIN.

Un año después:

SIENA

–Es un hecho señora Adams, usted está en cinta –habla la doctora


mientras lee los resultados

Una de mis manos se va de inmediato a mi boca y las lágrimas inundan


mis ojos. Hace un tiempo comencé a sentir los síntomas del embarazo
y como no quería confiarme solo por una corazonada decidí ir al médico
y realizarme un examen de sangre el cual resulta a dado positivo, estoy
embarazada.

– ¿Es completamente correcto? –pregunto y ella sonríe mientras


asiente

–Felicidades señora, pronto usted tendrá un bebe –responde y las


lágrimas corren por mis ojos
Emocionada salgo del consultorio luego de que la doctora me diera unas
breves indicaciones que debía seguir ahora pues al haber perdido a un
primer bebe hacía de mi embarazo uno riesgoso para él bebe y para mí.
Hace aproximadamente un mes comencé con las náuseas pero como
había pescado un virus no me paso por la cabeza y luego de que un día
saliera de una ducha recordé mi periodo y entonces la idea del
embarazo apareció.

Will y yo hablamos de tener hijos en unos años pero la idea de tenerlo


ahora me emociona y más el hecho de que hoy es el aniversario de
nuestra boda. Ya es 1 año de haber unido nuestras vidas frente a
nuestras familias y amigos, un año lleno de aventuras, discusiones,
reconciliaciones, sonrisas, lágrimas, risas y mucho más.

Camino por las calles con una sonrisa mientras busco la forma de
decirle a Will, él se emocionó tanto con el nacimiento de sus sobrinos
que la idea de que sea así con nuestro bebe me da ganas de llorar de
alegría más trato de controlarme al llegar. Entro a la casa y de inmediato
una nena de casi un año llama mi atención, ella está en el suelo
viéndome seria y por instinto cargo a Devora, la hija de Laura, y esta ríe
feliz cuando sonriéndole comienzo a hacerla rebotar en mis brazos.

–Creo que alguien está feliz de verte –comenta Will apareciendo de la


cocina con un vaso de jugo infantil el cual le quito para darle yo misma
a Devora

–Ella siempre es feliz de ver a su tía ¿no es así preciosa? –digo


haciéndole una mueca y ella sonríe aún concentrada en su jugo

–Ya comió y corrió un rato, con eso dormirá y luego en la cena Laura
vendrá –dice y lo observo acercarse –Feliz aniversario Siena –susurra
y besa mis labios de forma casta

–Feliz aniversario Will –susurro de vuelta sonriendo hasta que Devora


hace un ruido molesta y Will ríe cuando esta jala mi cabello para quitar
un pequeño lazo que tenia
–Eres tan terriblemente hermosa para tu suerte, de lo contrario te habría
regañado por lastimar a la tía –le habla Will y ella sonríe soltando el
vaso que cae al suelo para alzar sus brazos hacia el –Oh no, tú te vas
a dormir para que la tía y yo podamos hablar –comenta Will con una voz
chistosa pero lo que dijo me llama la atención

– ¿Paso algo? –pregunto preocupada

–Lo hablamos cuando la niña esté dormida –responde y mis nervios


aumentan

–Está bien, también tengo algo que decirte –digo y el asiente caminando
con el tetero a la cocina

– ¿Dónde estabas? Saliste y ni te despediste –comenta con una mueca


trise muy exagerada la cual me hace reír

–Solo fui a buscar una respuesta, te digo más tarde, no te preocupes –


hablo y el asiente mientras regresando se posa atrás de mi para luego
envolver sus brazos a mi alrededor y besar mi hombro izquierdo

–Está bien, te amo Siena.

–Y yo a ti William –susurro y Devora jala mi cabello de nuevo –Y también


a ti pequeña traviesa.

–Gracias por cuidarla, no pensé que tardaría tanto –habla Laura cuando
viene por Devora un par de horas después

–No te preocupes, sabes que amo tenerla aquí –responde Will y ella
sonríe viendo a su hija la cual descansa en sus brazos
–Muchas gracias por cuidarla, sé que para ser tan pequeña es traviesa,
los veo en la cena del domingo –dice Laura despidiéndose

La acompañamos a la puerta y una vez la vemos irse en su auto Will


cierra la puerta y me ve.

– ¿Qué te gustaría comer hoy? Yo cocino esta vez –pregunta y lo miro


con una ceja alzada

– ¿Cocinaras? ¿Qué hiciste ahora William Jones? –pregunto mirándolo


sería pues sé que cuando juega a la carta del esposo chef es porque
hizo o quiere algo

–No hice nada, solo quiero cocinar algo por nuestro aniversario –
responde fingiendo indignación y ruedo los ojos cuando finge secarse
una lagrima

–Bien hare como que te creo el papel de víctima, cenemos pasta.

Will sonríe por mi comentario para luego de tomar mi mano arrastrarme


a la cocina y sentarme en el mesón. Veo como William se mueve por el
lugar sacando las cosas que utilizara, pone la olla con la pasta luego de
que el agua hierva y entonces bajándome lo ayudo con la salsa que una
vez esta lista colocamos con la pasta en los platos. Vamos a la mesa y
cuando me encuentro sentada el entonces me mira con mucha
atención.

–Por otro gran año junto –dice alzando su vaso de agua

–Por otro año, feliz aniversario –susurro chocando su vaso y él se


acerca

–Te amo –murmura y dándome un casto beso se aleja –Entonces


¿Quieres hablar tu primero o quieres que comience yo? –pregunta
comenzando a comer

–Comienza tú –pido y el asiente


Will es como un niño a veces, se emociona muy rápido y su alegría es
tanta que incluso me la contagia, esta no es la excepción pues cuando
se gira mirándome con un brillo especial todo en mí se sacude a la
expectativa de sus palabras.

–Bien, ambos sabemos que un día tendríamos esta conversación de


forma seria y ese momento es ahora, note que tanto tu como yo somos
muy felices con Devora e Ivan por lo que decidí que no quiero esperar
tanto para tener a mi propio hijo, quiero a alguien a quien pueda tener
todos los días de mi vida, que le pueda enseñar muchas cosas y me
llame papá pero sé que no puedo hacerlo solo y por eso quiero que tú
me digas si tu estarías dispuesta en adelantar los planes y comenzar a
tratar de tener un bebe ¿Qué dices cariño? ¿Estás de acuerdo? –
pregunta y lo miro

Mis ojos se llenan de lágrimas, él quiere buscar un bebe pero resulta


que ya lo tenemos. Will me mira preocupado cuando nota mis lágrimas
y de inmediato se levanta y llega a mi lado, sus brazos me rodean y
comienza a susurra palabras bonitas que me calman.

– ¿Qué sucede cariño? Si es porque no estás lista lo entenderé, yo


esperare por ti no te preocupes, lo lamento –dice besando mi cabeza y
niego soltándome para verlo con una pequeña sonrisa

–No es eso –murmuro y él me mira a los ojos

– ¿Entonces qué es? –pregunta preocupado y tomo su mano

–Estoy embarazada Will, eso es lo que te quería decir, vamos a ser


padres –digo llorando con una sonrisa y él se separa de mí para verme
sorprendido

Will mira mi rostro buscando quizás una señal de que lo que dije sea
cierto y luego mira mi vientre, sus manos se posan sobre este y yo
coloco las mías sobre las suyas, lo miro con una sonrisa aún más
grande y entonces una sonrisa igual de grande aparece en el suyo antes
de besarme de forma rápida tomándome por sorpresa para luego
abrazarme feliz.
– ¡Vamos a ser padres! –grita feliz y me levanta con cuidado haciendo
que enrolle mis piernas en su cintura – ¡Tendremos un bebe! Una
personita que nos llame papás y sea mitad tú y mitad yo, oh dios Siena
soy el hombre más feliz del mundo, te amo tanto cariño–dice
abrazándome más fuerte acercándome a él y hago lo mismo

–También te amo y ten por seguro que amo a este bebe –digo con una
sonrisa

Will me besa para luego dejarme sobre mis pies, lo veo arrodillarse
frente a mí dejándome confundida hasta que levanta mi camisa y
colocando sus manos en mi vientre aún plano comienza a acariciarlo.

–Hola bebe, no sé qué seas pero eso no me importa, quiero decirte que
tu mami y yo somos muy felices de tenerte aquí y no espero la hora de
conocerte en persona, te amo tanto –murmura a mi vientre y entonces
deja un beso en este para abrazarme y dejar su cabeza recostada en
mi

Comienzo acariciar su cabello y solo puedo pensar que este bebe que
viene en camino es, junto a conocer a Will, de las mejores cosas que
me pudieron pasar en la vida, no tengo ni un día de saber de él y ya lo
amo.

2 meses después:

WILLIAM

¿Alguna vez se han sentido tan felices y emocionados un nivel que no


entran en su propio cuerpo de la emoción? Pues eso siento ahora. Siena
tiene ya 3 meses de embarazo y mentiría si dijera que no luce más
hermosa desde que sabemos de su embarazo, mi esposa luce alegre,
radiante, hermosa y todos los sinónimos de esas palabras porque Siena
es perfecta.
Luego de decirme hace dos meses de que seremos padres de
inmediato planeamos el cómo decírselo a nuestras familias por lo que
decidimos solo en la cena mientras todos hablaban de varios temas
interrumpir y decirle a nuestros padres “¿No quieren un nieto?” esto
obvio los alerto y luego de unos minutos todos estaban sobre nosotros
felicitándonos y como era de esperar todos nos dieron indicaciones para
el embarazo pero decidimos ir por lo más seguro y agendamos una cita
con una doctora.

Hoy, luego de dos semanas, estamos aquí, en un pasillo esperando


nuestro turno para entrar a la consulta mensual, puedo notar a la
recepcionista hacerme caritas a pesar de ya estar bastante mayor por
lo que incomodo paso un brazo por los hombros de Siena y esta me ve
con burla.

–No me metas en tu problema de miradas con la recepcionista –


comenta divertida y la miro burlón

–Que chistosita salió mi esposa –hablo y ella me abraza –No me gustan


sus miradas, pareciera como si mi abuela quisiera abusar de mi –digo y
finjo un escalofrió logrando que ella suelte una carcajada

–Pues deja y le demuestro a esa mujer y todas las demás que estas
reservado –dice y entonces sus labios se posan en los míos, me besa
de forma lenta pero a la vez segura para luego separarse y verme con
esos ojos azules que tanto amo –¿Crees que le quedo claro? –pregunta
y sonrió

–Creo que no ¿otro intento? –Pregunto y ella ríe antes de acercarse y


dejar otro beso en mis labios –Te amo Siena

–También te amo Will.

– ¿Siena Adams? –pregunta un voz y vemos a la doctora

–Aquí –decimo al mismo tiempo y ella hace señas de que entremos


Caminamos al consultorio y al entrar un salón con un escritorio blanco,
paredes azul cielo y una camilla al lado de una maquina nos dan la
bienvenida nuevamente.

–Pasen y tomen asiento por favor –pide y lo hacemos – Bien díganme


¿Cómo se han sentido este último mes? ¿Trajeron la carpeta que les
pedí? –pregunta y asiento

–Sí, aquí está todo –respondo entregándola

–Hasta ahora todo ha ido bien, ambos nos encontramos bien pero
siempre es bueno asegurarnos así que seguimos sus recomendaciones
–habla Siena y baja la cabeza por lo que tomo su mano en apoyo –
Como le dijimos antes yo perdí un bebe y queremos tener mucho cuido
de que eso no se repita –informa Siena y acercándola rodeo su cuerpo
y beso su cabeza

–Si ya me habían contado y por eso te hable de los riesgos y


cuidados, asumo sabes que a causa de esa pérdida este embarazo
puede traer complicaciones y necesitara tener mucho cuidado –habla la
doctora y asentimos

–Lo sabemos y es por eso que estamos aquí con usted, una especialista
–digo y ella siente

–Bien vamos a ver a este pequeño o pequeña –dice la doctora y Siena


asiente emocionada –Colócate en la camilla de allá y levanta tu blusa
hasta tus pechos –pide la doctora

Caminamos hasta esta y Siena hace lo que esta le pide, luego la doctora
llega a su lado y colocándole un gel agarra una especie de control para
ponerlo en su vientre y comenzar a moverlo haciendo que la máquina
que esta frente a ella se ilumine.

–Bien veamos a su bebe –habla la doctora y sujeto la mano de Siena


emocionado, mueve el control y luego se detiene –Aquí esta, tienes 12
semanas y media de embarazo y tu bebe parece muy sano,
escuchemos su corazón ahora –dice y la miro sorprendido
– ¿Su corazón? –Pregunto y ella asiente – ¿Ya lo podemos escuchar?
–pregunto y sonrió a Siena

–Escuchen –dice la doctora y entonces se escucha el ruido de unos


latidos

–Siena escucha, es su corazón, mira nuestro bebe está bien –digo


emocionado dejando que unas lágrimas bajen por mis ojos mientras
beso la frente de Siena y seco algunas de sus lagrimas

–Es el corazón de nuestro bebe Will, es nuestro hijo –dice Siena


llorando y la abrazo

–Lo es cariño, es nuestro hijo –le susurro rodeándola aún con mis
brazos

6 meses después

SIENA

¿La vida puede ser buena? Pues sí, lo confirmo justo ahora que veo a
mi linda bebe dormir plácidamente en mis brazos mientras Will sonríe
viéndonos, se preguntaran ¿Qué demonios paso? ¿Cuándo nació?
Pues bueno fue más o menos así.

Luego de que Will y yo terminamos la habitación del bebe resbale, tenía


8 meses y medio por lo cual mi gran barriga de embarazada recibió un
gran golpe lo cual hizo que comenzara a sangrar, nos asustamos de
una manera aterradora al pensar que podíamos perder a nuestra hija
por lo que asustados llamamos a una ambulancia.

El camino se me hizo eterno y yo solo lloraba adolorida diciendo que no


quería que mi bebe muriera, estaba asustada y Will también. Cuando
llegamos lo primero que hicieron fue llevarme a una habitación donde
una enfermera comenzó hacerme preguntas y entonces llego el doctor,
mi miedo se incrementó al escuchar las palabras “Cesárea de
emergencia” y “la bebe puede morir” por lo cual comencé a llorar con
más ganas diciendo que salvaran a mi bebe y entonces todo se volvió
oscuro.

No sé qué paso pero en cuanto desperté estaba en una habitación llena


de globos y flores, alzo un poco la cabeza y al intentar mover mi mano
me di cuenta que la de William sostenía la mía. Me sentía más liviana,
vacía a decir verdad por lo que toque mi panza y esta estaba más plana,
las lágrimas comenzaron a bajar por mi rostro y sollozos salieron de mi
boca alertando a Will de que desperté y al verme sonrió con lágrimas
en los ojos.

-No llores, ella está bien Siena susurro levantándose para luego besar
mis labios de forma corta

-¿Dónde está nuestra hija? -pregunte angustiada y desesperada por


verla, no me calmaría hasta verla en mis brazos

-Ya la traerán, espera un momento, debo avisar que despertaste –habla


y besando mi cabeza sale de la habitación

Trato de levantarme un poco pero el dolor en el área de mi vientre me


impide moverme por lo cual me mantengo en la misma posición
esperando por Will el cual llega unos minutos después con una
enfermera y un doctor.

-Me alegra verla señorita Adams –saluda el hombre y asiento

-Doctor ¿dónde está mi hija? ¿Cómo esta ella? –pregunto

-Ella está muy bien, es una niña muy fuerte, el golpe hizo que tuviera
una hemorragia y tuvimos que inducir el parto a través de una cesárea
o de lo contrario pudieron haber muerto tanto la niña como usted señora
–habla el doctor y lo miro estática

-Pero ¿está bien verdad? –pregunto y el ríe mientras asiente


-Esta perfecta, la cesárea fue un éxito y la niña nació bien, un peso
adecuado y con unos pulmones muy sanos, está en los cuneros y pronto
se la vendrán a traer, felicidades –dice y sonrió

–Gracias –murmuro y él sale dejando a la enfermera conmigo

–Yo estaré a cargo de usted en estos dos días que pase aquí, debido al
golpe la tendremos en observación por si pasa algo ¿siente algún dolor
en la zona abdominal y del vientre? –pregunta y asiento –Bien es
normal, trate de no hacer movimientos bruscos o levantarse, pronto le
traerán a su bebe –informa y asentimos

La enfermera sale y miro a Will el cual me ve con una sonrisa, su rostro


esta con lágrimas pero sigue sonriendo. Le sonrió y él se acerca para
sentarse a mi lado, su mano toma la mía y la besa de forma casta y
delicada antes de verme.

–Sé que te lo digo muchas veces pero te amo Siena, no sé qué fue eso
tan bueno que hice para merecer a alguien tan increíble como tú en mi
vida y ahora tener también a Ángela, las amo y siempre las amare –
comenta y una lágrima resbala de mi ojo derecho

–Te amo Will y al contrario, no sé qué hice para merecer tener a tan
bonita familia –susurro y besa mi cabeza

–Duerme un poco mientras traen a Ángela, drenaste mucha energía y


debes recuperar tu fuerza para seguirle el paso a nuestra hija –habla y
asiento

–Solo no me dejes sola ¿sí? –pido y sonríe

–Eso jamás –asegura y comienza a dejar leves caricias por mi cabeza


y rostro –Te amo Siena –dice y sonrió

–Y yo a ti –aseguro y entonces el sueño me vence

Así fue como mi linda hija nació, como mi felicidad se incrementó y como
ahora Will, Ángela y yo somos una pequeña familia feliz y quién sabe,
puede que luego crezca un poco más.
2 años después

SIENA

Termino de colocar la decoración en la mesa para voltearme y ver a Will


luchar junto a Olivar en el patio contra el castillo inflable que el menor
de los hermanos rento junto a su ahora esposa para el cumpleaños
número 3 de su hijo Iván.

Riendo a carcajadas por sus gruñidos y peleas tontas me acerco y tomo


de la mesa que está a su lado la instrucciones para la máquina que infla
el juego y casi quiero reír cuando termino de leerlas y veo lo que ambos
están hacen con el juego.

–Joder me rindo –escucho que dice Oliver y levanto mi cabeza para


verlo tirarse al césped

–Saben que están haciendo todo mal ¿verdad? –pregunto y ellos se


miran para luego mirarme

–Explícate bella cuñada –pide Oliver y sonrió

–Siena, cariño, por favor dinos que hacemos mal, llevamos horas en
esto y aún no se infla este juego estúpido –habla Will frustrado y Oliver
lo mira ofendido

–No es estúpido, es un juego genial que me encantaba en mi infancia y


seguro también le gustara a Iván y sus amigos –defiende el padre del
niño y suelto una risita ganándome su atención – ¿Qué es tan chistoso?
–pregunta

–Su actitud y que en vez de leer la instrucciones para hacer todo más
fácil decidieron ignorarlas y pasar horas tratando de hacer esto
funcionar cuando solo deben hacer esto –digo y entonces conecto el
extremo del inflable a la máquina y jalando una cuerda esta comienza
hacer un ruido y el inflable se comienza a mover llenándose de aire –
De nada –murmuro con una sonrisa

–Eres la mejor Siena –comenta Will llegando hasta mí para abrazarme


y rozar sus labios con los míos primero para luego dejar un pequeño
beso que se interrumpe por el carraspeo mal fingido de Oliver

–Disculpen pero esas cosas podrían traumar a mis bellos e inocentes


ojos –comenta serio y tanto William como yo soltamos una carcajada –
¿Qué? –pregunta fingiendo indignación y Will trata de controlar su risa
para así hablar

– ¿Oliver, mi pequeño e idiota hermano acaso olvidaste que estamos


en la fiesta de tu hijo? Tus eres todo menos inocente desde antes de
que Iván naciera y créeme a él no lo trajo una cigüeña –comenta con
diversión Will

Luego de un tiempo donde los dos siguieron discutiendo por esto los
invitados comenzaron a llegar y surgió un problema pues Iván es muy
protector con sus primas y al verlas jugar con uno de sus amigos quiso
morderlo lo que ocasiono una mini pelea de los niños y a su vez un
alboroto pero nada que no se arreglara con un pequeño regaño y unos
dulces.

Ahora que cantamos cumpleaños no puedo evitar sentirme muy


sensible pues es una escena bonita ya que nos encontramos reunidos
mi familia, la de Will y otras personas cantándole el cumpleaños a Ivan.

–Hey ¿por qué lloras bonita? –pregunta Will pasando sus pulgares por
debajo de mis ojos y entonces soy consciente de que las lágrimas
salieron

–Solo estoy feliz –susurro y entonces veo a mi hija en los brazos de mi


hermana –Estoy feliz –vuelvo a susurrar y el besa mi frente

–Si tu eres feliz entonces yo soy feliz –murmura y le sonrió para después
enrollar mis brazos a su alrededor
Soy feliz, no por lo que tenga o no tenga sino porque aprendí que a
pesar de la tristeza, de las cosas malas que puedan pasar siempre
habrá algo, aunque sea una cosa pequeña que nos haga sonreír día a
día y eso es suficiente para salir adelante. Es suficiente para
demostrarle al mundo y la vida que sigo de pie y no podrán
derrumbarme tan fácil.

Tengo a Will, tengo a Ángela y también tengo una familia que me


apoya y eso es más que suficiente para ser feliz.

Miro el paisaje frente a mí y sonrió, no es la primera vez que estoy


aquí pero si la primera que vengo acompañado de Siena la cual
parece cada vez más asombrada por hermoso paisaje de Ámsterdam.
Mi segunda ciudad favorita, la favorita de Siena y el lugar donde la
nueva sede de Industrias Jones se empezara a construir.
–No puedo creer que estemos aquí –dice Siena con una muy dormida
Ángela en brazos
–Pues créelo hermosa, estas aquí –murmuro sujetando sus caderas
para acercarla a mí y sin aplastar a nuestra hija me inclino para besar
sus labios
–Y todo gracias a ti –susurra y entonces alguien se mete en medio de
ambos
–Queras decir gracias a nosotros cuñada –dice Oliver metido en medio
de ambos abrazándonos
Gruño molesto por haber interrumpido nuestro momento y el solo ríe
junto a Siena para luego inclinarse y dejar un beso en la pequeña
cabeza de mi hija. Ángela Jones es un pequeño Ángel que no puedo
dejar de admirar.
–No puedo creer que tú crearas un ser tan hermoso, lo puedo creer de
Siena pero ¿tú? –ríe y gruño de nuevo molesto
–¡Oliver! compórtate y deja de molestar a tu hermano –regaña su
novia
–Pero amor... –comienza mi hermanito y su novia niega
Resignado camina hasta ella como si fuera un perrito regañado y
cuando está a su lado la carga haciendo que ella grite y luego ría. Ver
a mi hermano en familia es algo que nunca espere ver pero que paso
y que nos sorprendió ya que nadie esperaba que el menor de los
Jones estuviera con alguien de forma seria y menos aún que tuviera
un hijo pero mi sobrino llego para alegrar aún más su vida.
–Sera mejor que vayamos al hotel a descansar unas horas, quiero
conocer todo el lugar –murmura Siena y asiento pasando un brazo por
su espalda
–Vanos entonces, quiero mostrarte todo y darte muchos recuerdos en
este lugar –digo besando su cabeza y ella sonríe

***

–Esto es hermoso –susurra Siena viendo el hermoso paisaje nocturno


que tenemos al frente
Los enormes canales de Ámsterdam más los edificios y casas eran
iluminados por una serie de bombillas de diferentes colores que junto
a una Siena completamente feliz admirando todo daban como
resultado la vista más hermosa para mis ojos.
–Tomémonos una foto juntos –pido sacando la cámara que hace unas
horas Siena compro específicamente para este viaje
–Tomemos una con Ángela y otra de nosotros –pide y asiento
–Le diré a Oliver que la tome –informo y miro a mi hermano con su
novia abrazados
–Oliver ¿puedes tomarnos una foto? –Pregunta Siena antes de que
pueda hablar
–Seguro, no hay problema –dice y saca su teléfono
–No, usa la cámara –pido entregándole la cámara de Siena
–¿Por qué usan una vieja cámara y no sus teléfonos o una cámara
mejor? –pregunta y le gruño
–La compre especialmente para este viaje y me gustaría tener una
fotos de este tipo –explica mi esposa y él asiente no muy convencido
–De acuerdo, sonrían –pide y los ambos nos ponemos en posición
para luego hacer que Angela mire a la cámara –Haz una cara rara
amor, seguro que con eso ve para acá, esa niña es igual que Ivan
–Extraño a nuestro hijo –habla la rubia y Oliver la ve
–Lo sé cariño, yo también lo hago pero el está con mi papá pasando
unos días de abuelo y nieto, pronto lo veremos de nuevo – consuela y
ella asiente
–Si quieres te puedo dejar a Angela unas horas –dice Siena y Oliver
mira su novia
–Eso sería genial, gracias Siena
–Bueno pónganse entonces –pide Oliver y hacemos todo con calma
para que cuando toma la foto nos mira –Listo, entrega a la niña por
favor –pide reímos mientras Siena se la pasa a la rubia que no tarda
en abrazarla
–Toma una de Siena y de mi por favor –pido y el asiente
–Sonrían –pide Oliver con la cámara en sus manos y nosotros
posamos para la foto –Oh –suelta viendo la cámara y lo miramos–
Esperen
Oliver comienza a ver la cámara como si algo estuviese mal y nos
mira.
–hicos creo que algo anda mal con la cámara. ..oh creo
que...esperen– dice revisándola y por un segundo casi la deja caer lo
cual nos tiene a Siena y a mi viéndolo serio– Creo que ahora
si...no...Esperen
–¡Toma la foto ya Oliver! –grito molesto atrayendo la mirada de
muchos y entonces Siena como si mi molestia fuera graciosa rompe
en carcajadas haciendo que yo también ría pues su risa siempre
termina sacando la mía
–¡Ya la arregle! –grita Oliver pero nosotros seguimos riendo–
3...2...1…¡listo! –dice Oliver muy contento acercándose
La cámara es puesta en mis manos haciendo que deje de reír. Reviso
que todo esté bien con ella y cuando confirmo que es así procedo a
ver la foto que nos tomó Oliver así que entro a la galería de fotos y de
inmediato aparecemos Siena y yo en la pantalla.
La foto es bastante natural, casual y linda. Salimos ambos lado a lado
riendo con el paisaje nocturno de la ciudad a nuestras espaldas.
–Me encanta Will, es una gran foto –susurra Siena viendo la foto con
una sonrisa y me es imposible no agarrar su cara entre mis manos con
delicadeza y luego posar mis labios en los suyos comenzando un
besos lento y dulce
–¡La tengo! –grita alguien a nuestro lado haciéndonos saltar y
separarnos por el susto
Miro a la persona frente a mí y quiero gruñir al ver a Oliver de lo más
sonriente con su teléfono en mano mirándonos. Gruño por su acción y
el sonriendo a más no poder nos muestra su teléfono donde se puede
apreciar una foto similar a la anterior en cuanto al entorno solo que en
esta Siena y yo estamos besándonos y debo admitir, que esta foto me
gusta más que la anterior.
–Me encanta, envíamela por favor Oliver.
–Con gusto cuñada –sonríe y luego de enviarla guarda su teléfono y
nos mira –Para la próxima deberían dejarse los inventos de comprar
una vieja cámara y usar sus confiables teléfonos –murmura y dándose
la vuelta regresa con su novia la cual sigue con Ángela señalándole un
par de cosas
–Es un tonto –gruño y Siena ríe ganándose mi atención– ¿Te gusto el
viaje? –pregunto tomando su cadera y pegándola a mí
–Me encanto Will, muchas gracias por darme la oportunidad de venir a
conocer Ámsterdam –dice ella poniendo sus brazos en mis hombros y
luego rodeando mi cuello con ellos
–No me debes agradecer nada, yo soy feliz cumpliendo todas tus
fantasías y dándote una sonrisa cada día.
–Para hacerme feliz no necesito un viaje, te necesito a ti y Ángela,
ustedes son mi felicidad –murmura ella cada vez más cerca viendo de
mis ojos a mis labios
–Y ustedes la mía –susurro terminando con la distancia y pegando mis
labios con los suyos

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