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Londres, Inglaterra.
Unos ojos dulces, grandes y claros me observan, tomando todo mi campo visual, no veo
más que esa hermosa mirada, que parecen dos focos luminosos penetrándome tiernamente,
no puedo quitar mí vista de ellos, me absorben y envuelven, me siento en paz,
tranquilo…feliz.
Me levanto rápidamente y me doy una ducha fría, tratando de quitarme esa mirada de mi
mente y enfocarme en mi trabajo. Mientras me visto mi teléfono comienza sonar, de seguro
es Grace.
-Sr. Evans, recuerde que hoy tiene una cita con el señor Adam Stone a las 09:00.
-Ya voy de camino Grace, estaré en unos 30 minutos.-Una vez ya vestido con traje de color
gris claro y corbata negra estoy listo. Salgo de mi departamento caminando. Hace un frio
Terrible, congela mi nariz y manos, apresuro el paso para entrar en calor y en menos de dos
cuadras ya diviso el edificio de la compañía, 15 pisos y su infraestructura resalta de los otros.
Una vez ya, en la imponente entrada, destacan las elegantes letras doradas donde dice “Evans
Lawyers”, mi padre es el dueño de la compañía donde mi abuelo paterno también lo fue y
cuando se retiró mi padre Frank Evans, tomó el cargo. Con solo pensar que en unos años
más, seré yo el presidente de la compañía, se me aprieta la garganta y mi boca se pone
amarga. La joven recepcionista me saluda con una gran sonrisa, me limito a responder solo
con un gesto de inclinación de cabeza ya que no recuerdo su nombre, lleva solo una semana
y no suelen durar más de tres. Rápidamente el ascensor llega y aprieto el número 15, donde
está mí oficina, la de mi padre y gerentes de distintas áreas. Entro a mi despacho y Grace, mi
asistente, una dulce mujer de 45 años, está esperándome con mi café matutino y el diario.
-Señor Evans, Acaba de llamar el señor Sean Kamble, dice que es una urgencia y viene en
camino a la oficina.
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Maldición, en qué problema se ha metido este chico nuevamente.-En cuanto termine con el
Sr Stone, lo haces pasar de inmediato. Oh Grace hoy no me pidas almuerzo por favor, comeré
afuera.
-Muy bien señor Evans.-Dice mientras apunta en una libreta.-La señorita Stella Walters lo
llamó hace un momento, pidió que le devolviera la llamada.-Dice con una sonrisa amable,
ella se retira mientras tomo mi teléfono y marco el número de ella.
-Hola, ¿Dónde estás? Pensé que tenías que ver un caso hoy.
-No, recuerda que hoy tengo hora al médico, ya sabes con Tom.
Tomas Evans es mi hermano mayor, tiene 35 años y es doctor, al igual que mi madre
Samantha, pero ella es la directora de un hospital de la cuidad. En mi familia solo hay
abogados o doctores. ¡Es terrible!
-Claro, ya le informé a Grace. Ahora tengo que cortar, un cliente está por llegar, hablamos
más tarde.
Luego de terminar mi cita con el Sr. Stone, de manera inmediata Sean entra a mi oficina,
este chico aun no cumple los 25 años y ya está en serios líos, por consumo de drogas ilícitas
y peleas callejeras, pero como es uno de los jóvenes más millonarios de toda Inglaterra y es
el hijo de uno de los políticos más importantes del país, esto no puede salir a la luz, arruinaría
toda la reputación de su familia. Detesto defender a tipos como este, pero es parte de mi
trabajo.
-Toma asiento Sean. ¿Dime que es lo que sucede? ¿Qué has hecho ahora?
-Estoy asustado Evans, hice algo horrible… se me fue de las manos.-Dice entre dientes. Sus
ojos azules y pequeños se mueven constantemente de un lado a otro, su mirada es
perturbadora. ¿Se estará drogando otra vez?
-Se trata de una mujer…casi acabo con su vida. Estaba muy drogado yo…perdí los estribos.-
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¡Mierda!, como detesto a este imbécil, siento como la más pura ira crece dentro de mí. Justo
ahora en medio de las investigaciones a este idiota se le ocurre hacer algo tan macabro como
esto.
-¿Quién es ella?
-¿Cómo? ¡Estas demente! Ahora estas completamente jodido Sean. ¿Cuántos años tiene ella?
¿Dónde está?
-Acaba de cumplir los 20 años y no sé dónde está. Cuando llegue a casa me percaté de que
desapareció, mi madre esta como una desquiciada buscándola.
-Necesito todos los detalles Sean, no te guardes nada o será peor.-Digo molesto.- ¿Es primera
vez que la golpeas?
-Sí, nunca lo había hecho antes-Dice rápidamente-Fue antes de ayer, mis padres no estaban
en casa y comenzamos a discutir duramente, me moleste tanto que la golpeé.
-Primero con las manos… luego le rompí una botella en su cabeza…fue cuando cayó al suelo
y comenzó a sangrar. Yo me asusté mucho y me fui de la casa, cuando regresé en la noche,
ella no estaba, mi madre estaba con la policía.
-No, solo tú. Tengo miedo que ponga una denuncia contra mío.
-Debiste pensar eso antes.-Le digo entre dientes, fulminándolo con la mirada.-Esto se pone
cada vez peor para ti Sean, por ahora tenemos un caso de drogas, violencia callejera, y ahora
violencia doméstica. ¿Abusaste de ella sexualmente?-por favor di que no, digo en mi cabeza.
-¡Maldita sea! Esa no es una excusa ¿Qué tienes en la cabeza?-Digo furibundo, mientras
golpeo con mi puño el escritorio, respiro hondo para mantener la calma.
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-Bien, estaré al tanto si alguien interpone una denuncia contra a ti. ¿Ella aún no regresa?
-No, nadie la ha visto, tomo algo de ropa, dinero y se fue. Ya van dos días de su desaparición.
Me levanto de mi silla y mi vista se pierde en el ventanal, donde veo la gran ciudad, autos,
tantos sonidos molestos y demasiada gente. Y noto como ese sentimiento de querer escapar
crece nuevamente proviniendo de mis entrañas. Respiro hondo y trato de calmarme. Es solo
un mal día, me repito en mi mente. Esta es la vida que yo escogí, no puedo ser tan inmaduro.
Mientras doy un largo suspiro para calmar mis nervios, golpean la puerta dos veces y entra
Grace.
-Señor Evans, El señor Patrick Müller ha pedido una reunión con usted. ¿Puede atenderlo?
-Claro, hazlo pasar.-Patrick es uno de los abogados del área de comercio, tiene un poco más
de 55 años y siempre ha hecho un excelente trabajo. Patrick entra a mi oficina con su típico
traje color gris claro y una corbata con figuras de pequeños caballos color rojo, siempre ha
tenido un estilo especial en sus corbatas. Me estrecha la mano, su rostro luce nervioso, en sus
ojos reflejan preocupación.
-Gracias Sr Evans.
-No estoy bien. Iré al grano Señor Evans. Sé qué hace muchos unos años atrás prácticamente
rogué para que me aceptarán trabajar aquí, al principio creí que era lo que quería, ya sabe
hacer lo correcto, seguir con los estándares de la vida.
-Quieres renunciar.-Le digo mirándolo a los ojos. Patrick asiente con la cabeza con una mueca
en su boca.
-Esto no es lo mío señor Evans, aguante tantos años, pensando que era lo que tenía que hacer,
que no me di cuenta que ya tenía más de 15 años trabajando aquí y mi vida se estaba yendo
de mis manos. Todo lo que siempre quise hacer no lo hice y comencé a odiar este trabajo, y
todo a mi alrededor…al punto que mi familia sufrió las consecuencias de mi
frustración…señor Evans yo…
-Te entiendo Patrick, se a lo que vas y lo que sientes. ¿Qué piensas hacer ahora?
-Me iré a North Irland, mi esposa y yo nacimos allá, me iré a vivir con mi familia a recuperar
todo el tiempo que les quite.
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-Eso suena bien. No acepto tu renuncia, llegaremos a un acuerdo para que no pierdas todos
los beneficios, has sido un gran trabajador todos estos años y eso se valora.
-Gracias Señor Evans, siempre noté que usted era muy diferente a su padre. Sin ánimos de
ofender.
-No me ofendes y dime Noah. Hablare con Grace para que se ponga contacto con recurso
humanos y negociar tu salida. Gracias por tus años de servicios y espero que seas muy feliz.-
Digo mientras me levanto y le estrecho la mano.
-Gracias Noah. Ha sido un placer siempre hablar con usted, es un buen joven.
Patrick se retira con una sonrisa de completa felicidad de su rostro ya maduro y cansado por
los años de tanta agonía oculta, su mirada brilla, no está apagada como cuando entró. ¿Debo
verme como él? Dios mío, no quiero terminar así. ¿Qué demonios debo hacer?
Miro mi reloj y ya son las 12:30 de la tarde, la mañana se esfumo tan rápido. El teléfono
suena, es Grace. ¡Dios quiero un respiro!
La puerta se abre y aparece Ariella, con un abrigo verde y jean azules, me extraña ver como
oculta su rostro atrás de un gran sombrero.
-No fue eso lo que te pregunte Noah. ¿Y qué dices? -Me acerco a ella, y comienzo a estudiar
su cabello, mirándola de lado a lado.- ¿Qué haces?
-Buscando.
-El tesoro. Dicen que el final de un arcoíris siempre hay un tesoro.-Le digo serio.
-¡Oh eres un idiota Noah!-Dice golpeándome con el sombrero. Y ambos nos largarnos a reír.
-Pues ven a cenar esta noche con nosotros-Dice sonriéndome de oreja a oreja.
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-No puedo, hoy es viernes, Stella se quedara en mi departamento.-Ariella pone los ojos en
blanco, mientras se sienta sobre la mesa. Mi hermana pequeña tiene 20 años, es la rebelde
de la familia, a pesar de la presión de mis padres de elegir una profesión, medicina o leyes,
ella sigue negándose, lo cual me hace admirar su valentía. Que daría yo por tener su coraje.
-No es odio, es solo que… hay algo en ella que no me gusta del todo. Llámalo instinto de
mujer.
-No dudo de tu amor por ella, ¡le diste un riñón por Dios santo!, es obvio que la amas. Es ella
quien no me convence. Eres muy bueno para ella Noah.
-Oh, solo me dices eso porque soy tu hermano favorito. Pero asúmelo, ella es la mujer de…
-No sé si de mis sueños, ya que esa, es otra.-Le digo alzando mis cejas una y otra vez.-Ariella
me mira asombrada y aplaude como una niña pequeña.
-¿Quién es?
-Oh no tengo idea, pero llevo 3 meses soñando con los ojos de una mujer, son los ojos más
bellos que he visto en toda mi vida. No sé si son celestes muy claros o grises….pero son lo
más hermoso que me ha tocado presenciar. Tengo millones de bosquejos pero no logro
captarlos bien.
-No. Quizás es solo producto de mi imaginación, solo sé que no son de Stella, porque ella los
tiene verdes oscuros.
-Lo siento arcoíris, Stella me está esperando. A no ser que te nos unas.
-Olvídalo, prefiero vomitar babosas. Hazte un tiempo en la semana para mí.-Dice con una
sonrisa grande mostrando toda su dentadura perfecta.
-Claro. ¿Bajamos juntos? Pero ponte el sombrero o espantaras a los clientes.-Ariella me saca
la lengua y arroja el sombrero cayendo justo en mi basurero.
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Entro al restaurant Scoff & Banter, es muy elegante para mí gusto, pero a Stella le agrada.
Bueno todo lo que sea costoso a ella lo ama. Cuando entro, Bob el mayor-domo, me reconoce
y de inmediato me dirige a la mesa donde está mi chica, su brillante cabellera rubia y larga,
cubre casi todo su perfil, dejando su pequeña nariz al descubierto. Está inmersa en su
teléfono. De seguro revisando sus correos.
-Hola, perdón por llegar tarde.-Le digo mientras beso sus labios, que llevan demasiado brillo
labial.
-No te preocupes amor. Ya ordene la comida para los dos. ¿Cómo va tu día?
-No quiero hablar de ello.-Digo asteado.- Cuéntame cómo te fue con mi hermano.
-Bien, mi riñón está funcionando como si siempre hubiese sido mío. Deja de preocuparte
amor, hace tiempo que deje de estar en peligro. Solo voy por chequeos rutinarios.
-No podre cariño. Con mi prima estamos invitadas a la fiesta de soltera de una amiga, Sally
¿te acuerdas que te la mencione?
-Claro.-Miento.
-Pues es hoy, originalmente era el otro viernes, pero tuvimos que adelantarlo. Pero mañana
en la mañana llegare con desayuno. ¿Te parece?
-Me parece perfecto. ¿Habrán hombres bailando desnudos?-Le pregunto con cara de pocos
amigos.
-¡Dios no! Joan es muy puritana, solo será ir de copas entre amigas y nada más. Y sabes que
ese tipo de fiestas con hombres semidesnudos, lo encuentro de lo más bajo.
-Padre tengo un cliente el cual me confeso que abusó sexualmente de una joven.
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-Eso que importa, su caso es solo de peleas y drogas, el tema del abuso no es nuestro asunto
Noah.
-Nada de peros, deja de inmiscuir esa porquería de sentimientos y ética…este trabajo es así,
he defendido asesinos, pedófilos…
Rojo, sus cabellos son rojos oscuros, caen como cascada sobre sus hombros, su pelo es
ondulado y largo, su mirada nuevamente me cautiva y me pierdo en ellos, veo sus labios,
esbozar una pequeña sonrisa, no puedo notar su forma, es como si estuviera difuminado, al
igual que sus otros rasgos, lo único nítido, es su bendita mirada.
-¡Hey! Despierta. ¡No puedes ser tan perdedor, para estar acostado un viernes por la noche!
-Bebamos algo hermano, levántate.-Me siento en la cama y veo a Tom con una botella de
whisky en sus manos y dos vasos.
-Me diste una llave hace como 2 años, tú también tienes la de mi departamento, por cierto.
-Creo que la perdí. Vamos a la sala porque si sigo en la cama, me querré dormir.
-Hoy vi Ariella, se ve estúpida con ese cabello, parece un payaso. A mamá casi le dio un
infarto cuando la vio.
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-Se ve bien Tom, sabes que ella es diferente.-Le digo, mientras me siento en mi sillón de
cuero negro y enciendo al radio con el control y de fondo suena the Strokes.
-¿Diferente? Por Dios Noah, es una inmadura, no tiene idea la vida, se la pasa haciendo nada.
Bailando y actuando en lugares de poca monta. Ni siquiera tiene talento.
-Por lo menos es feliz, está haciendo algo que le gusta. Y lo del talento, difiero contigo.
-Rayos Tom, hay más profesiones en el mundo, no puedes ser tan limítrofe… Es solo que,
siento que no nos dieron opciones en nuestra familia, todo tan programado, rígido, estricto.
-¿Qué demonios te pasa Noah? Tú vida es perfecta, eres un excelente abogado, ganas un
montón de dinero, tienes negocios, un gran departamento y una novia hermosa. ¿Qué más
quieres?
-No, ¿Pero que pasara con ella? Llevas casi 4 años y no le has pedido matrimonio. Nuestra
madre ya tiene lugar de la boda desde hace como 2 años y tú ni siquiera lo has mencionado.
-Lo sé. Pero lo que haga nuestra madre, me tiene sin cuidado, desde que tenemos 15 ya planea
nuestras bodas. Parece de esas mujeres del siglo XIX.
-¿La amas? Quizás deberías cortarla. Las mujeres no se conforman con esto, siempre quieren
más. Hoy me comento que su familia, también le está haciendo la misma pregunta.
-Perfecto, más presión.-Digo poniendo un cojín detrás de mí cuello.- Las familias no deberían
meterse. ¡Es nuestra maldita decisión!
-Por supuesto que lo es. Es por eso que te pregunto ¿Es ella la mujer con quien te quieres
casar?
-¿Te acuerdas lo que nos dijo nuestro abuelo uno meses antes de morir sobre él matrimonio?
-Si. Que cuando conoces a la mujer de tu vida, lo sabes de inmediato y lo único que quieres
es empezar el resto de tu vida con ella.-Dice con un tono de voz de burla- Pero el abuelo
William, era un romántico empedernido, un soñador y un tonto, dio todo, hasta lo que no
tenía.
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-Pero fue feliz. Dejo todo para ser feliz. Creo que es por eso, que entiendo Ariella, ella tiene
sus propios sueños, sus ambiciones. No se dejó llevar por estas tontas tradiciones familiares.
-Nuestro abuelo fue medico Noah.-Dice Tom con una mueca en su cara.
-Sí, pero se fue de la cuidad, dejo todo este sistema de vida, e hizo lo que quiso. Y tengo tanas
ganas de hacerlo. Irme a su pueblo, a esa casa de campo y…
-Sinceramente no, esa casa es tan simple, rustica, tan lejos de todo, de la cuidad, y ella ama
Londres y ama su carrera. Pero yo la amo y es por ella que sigo aquí.
-Lo sé.-Tomas alza mi vaso de whisky y se la bebe toda.- La vida es injusta hermano mío, no
podemos tener todo lo que queremos.
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-Hola guapo.
-Hola linda-murmuro
-Te traje desayuno.-Me siento en la cama y Stella pone una bandeja sobre mis muslos, hay
café de máquina, unos pasteles de chocolate.
-Me parece una excelente idea.-Dice sonriendo. Si yo amo esta chica, de eso no hay duda
alguna. ¿Qué es lo que me frena? Quizás es solo miedo.
Horas después, ambos estamos desnudos en la cama, Stella está reposando su cabeza en mi
pecho, acariciando mi cicatriz, que tengo hace dos años, fue cuándo le done mí riñón. Ella
estaba con insuficiencia renal grave y necesitaba un trasplante urgente, ni siquiera lo pensé,
no podía verla morir, no, si yo podía hacer algo por ella. Así lo hice, y no me arrepiento,
ahora Stella tiene una vida saludable y buena, pero de algún modo, pienso que se siente
culpable por la cicatriz que tengo en mi torso.
-Stella ¿Es verdad que tus padres te están preguntando sobre nuestro futuro?
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-Sí. Sabes cómo son ellos.
-Sí, iguales que los míos. ¿Pero tú quieres hacer todo eso de… casarnos?
-Claro ¿Tú no?-Dice mientras se remueve de la cama, para mirarme a los ojos.
-Dios Noah, no creo que tu familia ni la mía les agrade esa idea, y sabes que soy tradicionalista
en ese aspecto. Yo quiero casarme primero.
-¿Y seguir viviendo aquí en Londres? No te gustaría irte de la ciudad, vivir en un lugar más
tranquilo.
-Nuestra vida está aquí Noah, nuestro trabajo, nuestra familia, si nos casamos y tenemos hijos
quiero que estudien en los mismo colegios que nosotros, que sean abogados igual a nosotros.
-Un poco. Eres tú el que no tiene nada resuelto Noah. Ya vamos cumplir 4 años juntos, nos
conocemos desde que éramos unos niños. Has sido el hombre que me salvo la vida y el que
más he amado. Sería un honor, compartir mi vida junto a ti.
-Sean, cambia tu actitud por favor, no te metas en más problemas. No consumas drogas, te
harán pruebas todos los meses, si crees que vas a decaer tendrás que internarte. Estas a un
paso de caer en la cárcel y en la mira de la ley.
-Confiemos que eso no pase, para tu suerte ella no ha vuelto. Tengo que atender otro caso
Sean. Cuídate.- Asiente rápidamente y luego se larga.
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Tiro mi cabeza hacia atrás, aliviado que no veré a este chico por un tiempo, espero que nunca
más. Pero lo dudo. Abro el cajón de mi escritorio y busco la tarjeta de la joyería “Graff
Diamonds” hoy debo ir a retirar el anillo, he decido hacer lo correcto, casarme con Stella.
Hoy en la noche le pediré ser mi esposa. Mi boca se seca con solo pensarlo. Remuevo los las
cosas de mi cajón y me encuentro con las llaves del departamento de Tom, ¡con que aquí
estaban! Pasaré a verlo, hoy tiene libre y quiero mostrarle el anillo y contarle mi decisión.
Sera el primero en saberlo, además le pediré ser el padrino.
Entro al edificio donde vive mi hermano, queda muy cerca del mío, pero su departamento
es mucho más grande, tiene 5 habitaciones, 2 jacuzzis, hasta un gimnasio privado, es
extremadamente lujoso.
-Buenas tardes Sr. Evans-Dice el portero, mientras hace un gesto con su sombrero a juego
con su traje rojo oscuro.
Tomo el ascensor y aprieto el código, ya que mi hermano vive en el PEN HOUSE. Tocó la
puerta pero nadie contesta, tomo la llave y entro, todo está pulcramente limpio como
siempre, todo, absolutamente todo es blanco, muebles, paredes, piso es del mismo color. De
inmediato confirmo que está aquí ya que su celular esta encima de la mesa de la entrada.
Camino hacia su habitación y no hay nadie.
-¡Tom!- Lo llamo mientras camino por el pasillo principal. Quizás esta en el gimnasio como
siempre. Subo la escalera en forma de caracol y abro la puerta, lo primero que veo, es a mi
hermano desnudo y unas piernas de mujer alrededor de su cintura, él de manera inmediata
se percata de mi presencia, instintivamente retrocedo, para retirarme y cerrar la puerta y
dejarlos terminar lo suyo, pero el reflejo del gran espejo que esta atrás de ellos llama mi
atención, y siento como un golpe en la boca del estómago, ya que la mujer que esta con Tom
es Stella.
-¡Oh mierda!-Dice Tomas, sus ojos están grandes llenos de pavor, Stella cubre su rostro con
sus manos y comienza a negar con la cabeza.
-¿Qué demonios…? No…no puedo ser.-Siento como mi cuerpo se debilita y mi boca se seca,
salgo corriendo y no sé cómo bajo las escaleras, siento mis piernas pesadas y mi vista borrosa,
cierro los ojos y la imagen de mi hermano con Stella desnudos aparece en mi mente ¡Mierda!
No puedo creerlo, esto no puede ser verdad. Escuchó a lo lejos que Stella dice mi nombre,
pero no puedo verlos ahora, me dan repulsión. Salgo del departamento y tomo el ascensor
completamente en shock y dolido. Y corro como nunca antes en mi vida.
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alrededor ¿Mi propio hermano? Dios santo, ¿Cómo pudieron haberme traicionado de esta
manera? Mi pecho duele, un agudo dolor me atormenta, es desesperante. Me saco mi
chaqueta y la caja de terciopelo rojo oscuro cae cerca de mis pies. Pensar que iba a pedirle
que fuera mi esposa a esa perra. Siento tanta rabia que podría matar a alguien a este
momento. Observo mi entorno y me percato que todo está hecho añicos, mi mesita de centro,
adornos, una planta, mis libros esparcidos por el suelo, es como si un torbellino acaba de
pasar y es como me siento por dentro, completamente destrozado, nunca me había sentido
así, jamás había tenido este sentimiento de odio, tanta ira, nunca nadie me había traicionado,
y esta es una doble traición, daña algo muy profundo en mí. Me siento ahogado y sofocado,
como si estuviera encerrado en un cuarto pequeño y tenebroso, me recuesto en mi cama, y
esa maldita imagen de ellos juntos, vuelve a parecer en mí cabeza y me revuelve el estómago
por dentro.
A lo lejos siento el timbre, luego golpean la puerta, abro los ojos y me percato que ya es de
día, me levanto y siento mi cabeza bombear. ¡Demonios duele mucho! Tomo mi celular el
cual está apagado. ¿Quién demonios será? Abro la puerta y es Ariella, su mirada es de
preocupación.
-Te fui a ver a la oficina pero Grace me dijo que no habías llegado y que no contestas ninguno
de tus teléfonos, me tenías preocupado Noah.-Dice mientras me abraza.- ¿Qué carajo paso
aquí? ¿Por qué están tus cosas rotas?
-Hola Grace, mi hermano esta algo enfermo, y no paso muy buena noche, así es que quédate
tranquila. Un beso para ti también. Adiós.
-Gracias Ari.
-Ahora dime que sucede. Me tienes muy preocupada, jamás habías faltado a tu trabajo y este
arranque de ira… ¿Te peleaste con Stella?
-¿Qué te hizo esa mujer?-Pregunta entrecerrando sus ojos azules claros, mientras se
desenrolla la bufanda de su cuello.
-¡Oh, esa perra, cuando la vea le sacare todos sus rubios cabellos hasta dejarla calva! ¿Ella te
contó? ¿Cómo supiste?
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-No. La vi con… Tom-La boca de Ariella cae y sus ojos están grandes y en shock, lentamente
comienza a negar con la cabeza, incrédula con lo que le acabo de decir.
-Noah, eso no puede ser…el nuestro hermano. ¿Cómo pudo hacer algo así?
-No lo sé, aun no puedo creer que él me haya hecho esto.-Ariella rápidamente se me acerca
y me abraza fuerte y su llanto me conmueve.
-Dios mío, esto es horrible…como pudo hacerte tanto daño alguien de tu propia sangre. A
mí me duele profundamente, no me imagino como debe dolerte a ti. –Su llanto se hace más
fuerte y la abrazo.
-Tom es una mierda, y esa bruja, después todo lo que hiciste por ella.-Ariella se levanta y se
va al baño.- ¿Qué harás ahora Noah?-Dice mientras se seca la nariz con papel higiénico.
-Solo tengo claro un par de cosas, que no quiero ver nunca más a Stella y en cuanto a
Tom…el murió para mí. No puedo perdonarlo y no creo que pueda hacerlo en un futuro.
-¡Oh ese es otro que dejare calvo! ¿Has vuelto hablar con él?-Dice mientras se saca su gorro
de lana y lo tira sobre la cama.
-Pff me hubieses dicho antes, me habría sacado el gorro de un comienzo.-Ambos nos reímos,
y comienzo a relajarme un poco, pero el timbre vuelve a sonar.-Iré abrir la puerta.
-Si es Tom o Stella no abras les abras. No me apetece verlos, no todavía.-Mi hermana asiente
y sale de mi habitación. Mientras me levanto de la cama, escucho las voces de mis padres.
¡Magnifico! Mientras camino por el pasillo, escucho a mi madre quejarse por el desorden,
debe estar enferma ya que es una maniática de la limpieza.
-Noah, ¿Cómo estás? Te vez pálido hijo.-Dice mi madre, mientras pone su mano sobre mi
frente.
-Solo me duele la cabeza.-Digo mientras me siento al frente de mi padre.- ¿Qué hacen aquí?
-Tu hermano habló con nosotros ayer en la noche, nos contó todo… sobre lo que sucedió en
su departamento.-Dice mi madre con una expresión incomoda en su rostro. Ariella se sienta
a mi lado y me toma la mano.
-Hijo, me imagino la difícil situación por la cual estas pasando.-Dice mi padre, con ese
irritante tono de voz calmado. A veces pienso que nada en este mundo lo asombra.-Debes
seguir adelante, trabajar y quizás replantearte perdonar a Stella, ella está muy afectada.
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-Me importa un soberano cuerno si está afectada padre. A esa mujer no quiero volver a verla,
tendrás que despedirla de la empresa.
-Oh Noah, se razonable. No puedes mesclar las cosas. Ella es una excelente abogada, además
tiene muchos casos importantes que tomar al igual que tú. Sabes que nuestra política es antes
todo ser nuestro trabajo de manera perfecta y consistente, eso nos ha dado tanto prestigio
por todos estas décadas.
-Oh papá, no puedo creer lo que acabas de decir. ¡No te das cuenta del daño que le han hecho
a Noah!-Dice Ariella sumamente alterada, mi padre de manera calmada levanta su mano y
mi hermana calla inmediatamente. Sinceramente la respuesta de mi padre no me toma por
sorpresa, para él siempre ha sido más importante su maldito buffet de abogados.
-Hijo mío, antes que todo debemos calmarnos, guardar la compostura, Tom es tu hermano
y siempre lo será, tarde o temprano tendrán que verse las caras y perdonarse.-Dice mi madre
con un tono dulce fingido, mientras saca una pelusa inexistente en su blusa de seda color
rosa pálido.
-¡Cuida tu vocabulario Noah Evans!-Dice mi madre abriendo sus ojos azules, completamente
conmocionada.
-Oh madre, ya tengo 29 años y estoy en mi casa, hago lo que se me dé la gana. No puedo
creer la poca empatía y cero apoyo que me brindan. Ahora si me disculpan les pido que se
retiren de mi departamento.- Mi padre de inmediato se levanta con cero expresiones en su
rostro, mientras le ofrece la mano a mí madre, a pesar de tener más de 60 años sigue siendo
un hombre imponente, su cabello grisáceo y ojos marrones claros, su tez blanca y altura aun
me inspiran algo de respeto. Bueno…ahora no tanto.
-Me quedare con Noah madre.-Dice mi hermana mientras cruza sus brazos ignorándola.
-Hijo, piensa un poco y cálmate. Sé que ahora estas muy enfuscado, pero debes recapacitar,
seguir con tu vida. Tomate el día libre y mañana comienza a trabajar, veras que te hará bien.-
Me besa castamente la mejilla y ambos se largan.
-¡Compostura! que porquería está diciendo mamá, ambos están dementes Noah.-Ariella me
pasa un vaso de agua con una pastilla- Es para el dolor de cabeza- dice sonriendo.
-Gracias Ariella, vete si quieres, no soy buena compañía hoy.-Mi hermana me sonríe
débilmente y se sienta a mi lado, mientras me tomo la pastilla.
-Noah, tu eres mi amigo, mi único amigo. No te puedo dejar solo, después de lo que acaba
de pasar. Aún no puedo creer la reacción de mis padres ¡Es irreal!
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-A estas alturas no debería ni siquiera asombrarte hermanita.
-¿Has pensado que harás?, me refiero que tú y esa mujerzuela trabajan donde mismo.
-No tengo nada claro en este momento Arcoíris. ¿Por qué no me haces esa comida que tanto
me gusta? Muero de hambre.
Al día siguiente, me levanto ansioso y algo agitado, me pongo un suéter negro, pantalones
de tela del mismo color y una bufanda roja oscura, y mi típico abrigo negro largo, que me
acompañado por años, abro la ventana y la nieve cae lentamente sobre la cuidad de Londres,
tomo mi portafolio y me dirijo a las localidades de la empresa de mi padre.
Una vez ya en el piso 15 me encuentro con Grace, ella de inmediato se levanta de su silla
con una alegre sonrisa.
-Bien, iré hablar con él, dile a su secretaria que nadie nos interrumpa.
-No, cuando termine de reunirme con mi padre, necesito hablar con usted, para que pasemos
a mi despacho.-Grace asiente nerviosa, sus ojos marrones se ven preocupados, pero de igual
manera me regala una maternal sonrisa.
Camino hacia el final del pasillo donde está la imponente oficina de mi padre. Abro las
puertas dobles de madera color rojizo y veo a mi padre leyendo el periódico.
-Hijo que bueno verte. Toma asiento por favor.-Mientras me saco el abrigo y lo dejo en el
perchero veo a mi padre sacar unos documentos de sus cajones.-Tengo 3 casos, me gustaría
que los tomaras todos, pero requieren mucho tiempo, puedes elegir uno entre ellos.
Involuntariamente una sonrisa irónica sale de mi boca. Tomo mi portafolio y saco una hoja
y se la pongo encima de los casos. Mi padre alza su gris ceja y comienza a leerlo.
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-Mi renuncia Sr Evans. A partir de hoy dejo de pertenecer ser a su prestigioso buffet de
abogados.-Digo con un tono más irónico de lo que planeé.
-No juegues conmigo jovencito. Esto no lo puedo aceptar ¿Estas demente? ¿Qué pasará con
tus casos? El prestigio de esta compañía está en juego con esta actitud inmadura de tu parte.
-La decisión ya está tomada, nada de lo que digas me hará cambiar de opinión. Trabajar aquí
para mí sería una tortura daría, más de lo que ya es actualmente. Ahora me reuniré con
Grace para que ella te informe de los casos que aún no se han cerrado.-Mi padre me mira
incrédulo, lentamente comienza a fruncir el ceño y veo molestia en sus ojos.
-Noah, tomate más días para que recapacites sobre esto. Eres un excelente abogado, ¡Se
profesional por Dios! No te dejes llevar por las estúpidas emociones.-Dice pasándose su mano
sobre su cabello gris oscuro.
-Padre por favor, no sigas. Solo te pido que no despidas a Grace lleva años aquí y es una
excelente asistente.-Digo mientras me levanto y tomo mi portafolio y abrigo.- ¿Me harás ese
favor?
-¿Cómo lo sabes?
-Era cosa de tiempo Sr Evans.-Dice con una expresión triste en su rostro regordete.
-Grace, quédese tranquila ya hable con mi padre y usted seguirá en la compañía. Él sabe que
usted es muy profesional y bueno mi padre a eso le importa mucho.
-Sí, el señor Frank Evans siempre lo menciona. ¿Pero usted estará bien?
-Sí, lo estaré. Quiero que le hagas un informe a mi padre sobre los casos cerrado en los
últimos 18 meses y los que quedaron pendientes, creo que son solo 4.
-¿Para mí?-Dice Grace extrañada. Ella toma el ramo y ve la pequeña tarjeta para leer el
remitente, de inmediato se gira hacia donde me encuentro yo.
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-Oh Sr Evans, no debió molestarse-Sus ojos se humedecen y me abraza fuertemente.
- Tranquila.
-Oh joven Evans, usted ha sido el mejor jefe que he tenido nunca. Lo voy a extrañar.
-También yo.-Le digo mientras estrecho entre mis brazos a esta hermosa mujer.
Camino a casa, el frio invierno me quema el rostro, no deja de caer nieve, las vitrinas de las
tiendas ya están decoradas con adornos navideños. Esta será mi primera navidad sin ella.
¿Por qué me habrá hecho algo así? Sigo caminado y una joven mujer me mira de pies a
cabeza y me sonríe coquetamente, pero la ignoro, no quiero nada con las mujeres en este
momento. Subo a mi departamento, entro a mi habitación y mis ojos no dan crédito a lo que
ven. Stella esta con una maleta sobre mi cama, guardando sus cosas.
-¿Qué mierda haces aquí? ¿Tienes el descaro de entrar a mi casa sin mi consentimiento?-
Stella me mira nerviosa sin saber que decir o hacer.
-Noah, es necesario hablar sobre lo que sucedió.-Dice con delicadeza, mientras se sienta en
la cama. -Sé que mis acciones no tienen escusa alguna. Aun no entiendo porque lo hice.
-Es obvio, te gusta mi hermano... No quiero hablar sobre esto en mi habitación, vamos a la
sala de estar.-Stella toma sus maletas y me sigue. Voy al bar y me preparo un trago, a pesar
de que tengo el estómago y la garganta apretada, necesito beber algo fuerte.
-Fue un error Noah, no siento nada por Tom…no comparado con lo que siento por ti.
-Oh por Dios Stella, no me vengas con esas cursilerías, que sabes que eso no es lo mío. Si me
amaras jamás me habrías sido infiel, menos con mi hermano.
-¡Por favor debes entenderme, fue un error Noah, confundí las cosas!-Dice llorando, sus ojos
verdes se ven cristalizados y destrozados, se acerca a mí y me abraza, su aroma dulce llega a
mis fosas nasales y me estremece, siento deseos de abrazarla y besarla, pero esa maldita
imagen llega a mi cabeza y la empujo alejándola de mí.
-No me toques Stella, me das asco.-Stella cubre su rostro con sus manos y comienza a llorar
más fuerte.-Con llorar no vas a llegar a ninguna parte conmigo y lo sabes.
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el sofá, el dolor en mi pecho es dolorosamente angustiante, “no debo llorar, no debo llorar,
no lo merecen” me repito una y otra vez.
-Noah estoy muy arrepentida, tu eres lo mejor que me ha pasado…por favor perdóname.-
Stella está sentada a mis pies, su cara pequeña se ve afligida y sus ojos verdes están rojos e
hinchados.
-Vete Stella, ya no hay nada más que decir.-Digo con un tono de voz pagado y afligido. Ella
asiente débilmente, mientras lagrimas caen por sus mejillas, se levanta del suelo y del
bolsillo saca las copias de las llaves de mi departamento y las deja encima de la mesa de
centro. Siento su mirada sobre mí, pero mis ojos están clavados en la nada.
-Adiós Noah.
-Adiós Stella.-Escucho sus pasos alejándose y mi corazón se triza, levanto la vista y veo su
cabello largo y rubio, su figura alta y esbelta desapareciendo detrás de la puerta. Me dirijo a
mi habitación y hago mis maletas, no puedo estar en este aquí y el único lugar que necesito
estar es en Oldham.
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El tren está casi vacío, me siento mirando el paisaje desde mi ventana, pensando en donde
ir, donde quedarme, estoy lejos de la cuidad gracias a Dios, abro mi mochila y miro mi
billetera…no me queda mucho dinero, si tengo suerte y encuentro un lugar donde
hospedarme que sea barato puedo pagar solo dos semanas como mucho. ¿Suerte? ¿Alguna
vez he tenido suerte en mi vida?, ¿Cómo saldré de esto?, me siento tan inquieta, temerosa.
Siento un movimiento a mi lado y veo una anciana sentándose junto a mí, una bolsa se cae
de sus manos y 2 manzanas rojas salen rodando por el suelo, con mis pies las atrapo y las
tomo….se ven deliciosas, mi estómago ruge de hambre, y mi boca se hace agua.
-Oh gracias mi niña-Dice la anciana, sus ojos son marrones dulces y cálidos, su rostro moreno
tiene muchas arrugas, pongo unas de las manzanas en sus manos y me sorprende lo suaves
que son.- ¿Quieres una?-me pregunta con una bella sonrisa.
-Del pueblo que viene, es hermoso y muy tranquilo. Fui a visitar a mi hija y mis nietos.
Siempre me piden que me quede con ellos, pero estoy tan acostumbrada a mi casa, a mis
amigos a mi pueblo, nací allí.
-Claro, la señora Mary tiene unas cuantas habitaciones, ahora deben estar vacías, en estas
fechas casi nadie viene. Me debo bajar ahora ¿Bajas conmigo?
-Sí, gracias ¿Cuál es su nombre señora?-Le pregunto mientras la ayudo con sus bolsas y nos
levantamos de los asientos.
-Alice Sullivan.- Caminamos por la estación mientras la señora Rose, me cuenta un poco de
la historia de este pueblo, de lo famoso que es por la cosecha de algodón, que es un pueblo
muy antiguo y de esencia tranquilo. Las calles se ven solitarias cubiertas por la blanca nieve,
y algunos adornos navideños. Las casas son simples pero con encanto, el paisaje es puro y
bello, este lugar me gusta cada vez más. Luego de caminar varias cuadras llegamos a una
casa de ladrillo color rojizo, tiene dos pisos un patio amplio cubierto por la nieve que no deja
ver las plantas y arbustos. Cuando la señora Rose toca el timbre, sale una mujer de unos 50
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años, sus cabellos son de color rubio oscuro, ondulado y corto, su piel es clara y tersa, sus
ojos son azules y pequeños…muy parecidos a los de… ¡No pienses en eso Alice, no ahora!
-Hola Mary, esta hermosa jovencita está buscando un lugar para hospedarse. ¿Tienes espacio
no?
-Claro que sí, nadie viene en esta época del año. Mucho gusto, soy Mary Watson.
-Nos vemos mi niña Alice.-Dice la señora Rose mientras me acaricia maternalmente el brazo.
Una vez adentro, la señora Mary comienza a ordenar un poco la casa, lo cual me da tiempo
de observarla, la sala de estar y el comedor están en distintas habitaciones, hay muchos
sillones, se nota que no son del mismo juegos pero están cubierta por una tela color marrón
claro. Hay muchos adornos, la mayoría de platos de porcelana pintados con hermoso dibujos
y algunos paisajes. En una esquina cerca de un televisor antiguo esta un pequeño árbol de
navidad, con adornos de cristal y madera.
-Alice, ven por favor para registrarte, necesito tu identificación. Por ser mi primera huésped
te daré mi mejor habitación.-Dice con una sonrisa en su rostro. Le entrego lo que me solicitó,
mientras ella ingresa en un libro muy grueso de color verde oscuro que en su portada dice
“Mary´s home”, una vez ya registrada le pago por la semana completa.
Detrás de una puerta doble de vidrio esta la escalara por la cual subimos, caminamos por un
largo pasillo y justo en la esquina la señora Mary abre la puerta con una llave, donde veo
una amplia habitación, con una cama de fierro blanca, de dos plazas, un armario de madera
pintado blanco con unas flores rosadas en el centro. La ventana es perfecta y hermosa, es
curva y tiene un tipo de baúl acolchado, ya me veo sentada ahí, leyendo o perdiéndome en
el paisaje.
-La vista aquí es muy bonita, puedes ver el lago y esa hermosa casa de campo, tiene una
granja fabulosa, es una lástima que ya nadie cuide de ella.
La casona es grande de color blanca, al parecer tiene 3 pisos, es adorable y lo mejor de todo
es que está apartada del centro del pueblo, tiene muchos árboles a su alrededor, hasta una
pequeña laguna se divisa, donde un gran sauce reposa en la orilla, lástima que sea un lugar
privado, me encantaría estar debajo ese sauce.
-En dos horas más estará listo el almuerzo. Aquí está la llave de tu habitación.-Dice la Señora
Watson.
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-Gracias por todo, bajare en dos horas entonces.-Tomo mi bolso y comienzo a guardar mis
ropas en el armario, mis 2 libros favoritos lo pongo en mi velador junto a la lámpara de
fierro forjado blanco.
Ya está, ahora debo comenzar de nuevo, desde cero, mi vida comienza desde hoy, debo
olvidar mí pasado, mi oscuro pasado.
Dos días después encontré trabajo en una pastelería como cajera, la paga no es muy buena,
pero me alcanza para sobrevivir, lo bueno que esta pastelería es una de las favoritas de los
residentes de Oldham, famoso por su chocolate caliente y tortas de nuez. La dueña es una
mujer de 35 años, su nombre es Rita y tiene una hermosa hija de 3 años llamada Dora. Siendo
las 8 de la tarde camino de regreso a mi habitación, en tres semanas más es navidad y la
señora Mary la pasara en Liverpool con su familia, por lo cual me quedaré sola, amablemente
me invito, pero no puedo ir, la gente hace preguntas que no tengo respuesta ni se contestar,
es mejor estar en mi refugio donde nadie sabe quién soy ni de dónde vengo.
Siento unas manos en mi boca y nariz, no puedo respirar…no puedo respirar bien, intento
moverme pero mi cuerpo no obedece, abro los ojos pero todo está oscuro ¿Por qué no logro
ver nada? Quiero respirar y no puedo, siento como mi pecho se comprime, siento mis
lágrimas caer, siento su sabor, lo siento a él.
Despierto bruscamente, tomando aire, todo mi cuerpo esta sudado, enciendo la lámpara y
veo que estoy en mi habitación, en la habitación de la señora Mary…Oh siento un gran alivio,
fue solo una pesadilla, no es real, estoy sola lejos de ese lugar… se sintió tan real…mis
lágrimas no cesan de caer y lloro silenciosamente, mi corazón aun esta agitado y no vuelve
a la normalidad, me levanto de la cama, porque me siento sofocada, abro la puerta del baño
y me lavo la cara…y veo mi kit de manicure, saco rápidamente la pequeña tijera de uñas y
veo su afilada punta, descubro mi ante brazo y rasgo mi piel, el dolor agudo me hace sentir
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viva, libre, mi blanca piel se tiñe de sangre, una línea roja, justo al lado de una cicatriz
reciente, aun esta rosada y algo inflamada. Si…El dolor físico me hace olvidar…me distrae
de mi propia mente. Una vez ya calmada, tomo el alcohol y con un algodón lo paso sobre mi
corte ¡Dios como arde! Luego de ponerle una bendita encima, salgo del baño y me siento en
el baúl, mi vista se va a la casona grande y me asombra ver al hombre alto en el pórtico
mirando la nada. Miro el reloj colgado en la pared y me percato que son las 3:45 de la mañana
¿Qué hace despierto a esa hora? Esta tan solo, tan solo como yo. Me quedo observándolo
haciéndonos compañía el uno al otro, sin saberlo, luego de un par de horas comienza
amanecer, el sigue allí, con su abrigo negro largo y su bufanda, ¿Cómo será su rostro? ¿Qué
edad tendrá? ¿Qué lo hizo ser así? El dolor es la respuesta, ¿Qué otro te hace ver y sentir tan
miserable?
Tengo tantas ganas de dormir, pero mi miedo de volver a tener esas pesadillas me impiden
hacerlo. Ya siendo las 7 de la mañana, me ducho con agua casi hirviendo, escuece mi reciente
herida, pero no le hago caso. Hoy tengo que estar temprano en la pastelería, hay mucho
encargos por las fiestas navideñas y Rita necesita ayuda con la preparación, además me dijo
que me iba a enseñar a hornear ¡me siento muy entusiasmada!
El aroma que proviene de los hornos me tiene vuelta loca, y me produce cierta tranquilidad,
Oldham es perfecto, las personas aquí no me miran extraño, ni me hacen preguntas y eso es
un gran alivio, porque puedo establecerme, hacer mi propia vida. La campanilla de la puerta
de la pastelería avisa la llegada el primer cliente, despertándome de mis pensamientos, una
joven de piel clara y tersa aparece, mirándome con sus ojos azules claros, su expresión es
divertida y amigable, una gran y hermosa sonrisa está en su lindo rostro, lleva un llamativo
abrigo amarillo, con botones grandes de madera negro y un gorro, morado, nada realmente
combina con su atuendo, ni mencionar las botas de color rosado que lleva puesta, pero no sé
si es, su forma de moverse, o su lenguaje corporal, la hace lucir bien, fresca, segura…todo lo
contrario a lo que soy yo.
-Hola, iba pasando por aquí y el aroma me detuvo.-Dice con un chispeante tono de voz.
-Sí, huele divino.-Le digo con un a débil sonrisa -¿Quieres llevar algo en particular?
-¡Claro que sí! Por cierto soy Ariella Evans, pero llámame Ari.-Dice estrechándome su mano
por encima de la caja registradora.
-Mi abuela lo eligió por mí, gracias a Dios, mi madre no opto por ponerme su mismo nombre
como una tradición familiar. Ya hay cinco Samantha en la familia. ¿Y tú hace cuanto que
vives en Oldham?
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-Hace un par de días la verdad. ¿Tú eres de aquí?
Ella es la hermana del hombre misterioso y ahora se dé buena fuente que está deprimido,
aunque era notoriamente fácil de reconocer. Si no me equivoco esta chica debe tener solo
unos años más que si es que no los mismos ¿Cuántos tendrá él? ¿Por qué debería
importarme?
-Si mi hermano siempre adorado este lugar, mi abuelo se la dejo de herencia hace varios
años atrás, ahora se dio la oportunidad de volver. ¿Él no ha venido a la tienda?
-Yo tampoco, estoy segura que no ha venido a comprar nada desde que llegó. En su estado
es difícil que lo haga.
-Dañado. ¡Podrías ir a visitarnos!-Dice agrandando sus ojos con una media sonrisa en su rostro
y una expresión de que se la ocurrido una idea grandiosa y porque más quisiera yo saber
quién ese ese hombre, no puedo…me cuesta interactuar, sobre todo cuando pisan terreno
privado, es mejor pasar desapercibida y listo.
-Voy a guardar la torta y los pasteles para llevar. ¿Me aguardas un segundo?-Ariella me giña
el ojo, Ariella comienza a mirar a su alrededor, mientras silva una melodía alegre. Empaco
todo rápidamente porque quiero que se vaya, no es que me desagrade, todo lo contrario, pero
suficiente conversación por el día…por la semana. Cuando termino dejo las bolsas encima
del mostrador y Ariella paga de inmediato.
-Yo igual.-Le digo con una sonrisa fingida. Ariella cierra la puerta y la campanilla suena, esta
vez anunciando su salida, automáticamente me relajo y me percato que tengo la mano
izquierda empuñada, donde mis uñas me pinchan las palmas de la mano, rápidamente estiro
los dedos y respiro hondo. ¿Por qué me cuesta tanto hablar con la gente?- sabes porque-me
digo a mi misma. Tengo que controlar esto, se me está yendo de las manos, pero no tengo
claro cómo hacerlo, no puedo controlarlo. Mi mente se va rápidamente a mi reciente
pesadilla, a mi reciente herida y el miedo se apodera de mí, la desesperación la sofocación.
¡Cálmate! Aquí estoy bien, aquí ella no existe.
Han pasado casi dos semanas, la rutina de cierto modo me calma, muchas personas entran
y salen de la pastelería, lo cual me da mucho trabajo y no me da tiempo de pensar, ni recordar
nada. Ariella viene todos los días a verme, es una chica agradable, tiene un año más que yo,
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es desinhibida, alegre y optimista, a pesar de que a veces es muy invasiva, no entiendo porque
no me hace sentir incomoda, ha llegado al punto de ir a visitarme donde me hospedo y
hemos charlado tanto y como si supiera o lo intuyera, no me ha hecho ninguna pregunta
personal. Pero me cuesta tanto confiar en la gente, porque después te hacen daño, te hieren
a tal punto que los pedazos que quedan en el suelo son imposibles unirlos otra vez.
Ya son las 8 de la tarde sin duda ha sido un día agotador, rodeo mi cuello y cara con mi
bufanda de color morado oscuro que yo misma me hice, dejando solo mis ojos al descubierto,
hace tanto frio que automáticamente mi mandíbula se tensa y se pone rígida. Escucho unos
pasos apresurados a mis espaldas y veo que Ariella se acerca a mí con su pelo de millones de
colores al viento.
-Fuimos con mi hermano a comprar unas cosas a Manchester. De hecho está en la panadería
de la vuelta, lástima que ya cerraron, no alcanzamos a comprar donde ustedes.
Miro nerviosamente hacia la tienda y sale Noah, por primera vez que lo veo tan de cerca, es
tan alto, aunque sus facciones siguen siendo una incógnita para mí, me asombra su altura y
porte, esta con su usual abrigo negro largo, abre la puerta del auto y guarda las bolsas dentro,
luego mira donde estamos nosotros, mientas su largo brazo está apoyado en el techo del
auto.
-¿Quieres a venir a tomar el té con nosotros?-pregunta Ariella con ambas cejas alzadas, donde
sus ojos azules claros resaltan aún más de su lindo rostro.
-Oh…no puedo, además la señora Mary me pidió hablar con ella sobre algo importante.
Cuando llego a la casa, la señora Mary está preparando la mesa para tomar té, la chimenea
está encendida y rápidamente me dirijo poniendo mis manos cerca para calentarlas.
-Ha hecho mucho frio hoy-Dice la señora Mary, mientras pone pan humeante sobre la mesa.
Me siento rápidamente y ella me sirve el té en una tasa de porcelana con bordes dorados. El
pan esta crujiente y caliente, la mantequilla se derrite fácilmente con solo tocarla. Luego de
terminar de comer, la señora Mary me sonríe nerviosa, con su mano comienza a sacar las
migas de pan dejándola en un platillo, una manía que he notado que posee.
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-Niña Alice, me temo, que tengo malas noticias. Veras, mi única hija enviudo hace un par de
años, su esposo tenía una grave enfermedad y uno de mis nietecitos, el más pequeño tiene
lo mismo, la operación y tratamiento son muy caros y mi hija está muy endeudada. Como
madre tengo que ayudarla y he vendido esta casa. Ya tengo el comprador, la tengo que
desocupar pronto, unos 5 días…perdón por avisarte tan pronto, pero solo ayer me
confirmaron.
-Lo lamento mucho Alice, te devolveré el dinero que me has pagado, para que encuentres
algo rápidamente.
Una hora después estoy hecha un lio de nervios y de ansiedad ¿Dónde encontraré un lugar
tan económico como este? ¿Tendré que irme otra vez? ¿Deambular de pueblo en pueblo? Ya
no me queda casi nada de dinero. Mis ojos se pierden en mi set de manicure, aprieto mis
labios tratando de calmar mi agonía y ansías. Justo cuando tengo en mi mano la pequeña
filosa tijera, alguien toca la puerta de mi habitación. Abro la puerta y es Ariella.
-Alice ¿Cómo estás? Supe que la señora Watson venderá esta casa en unos días más. ¿Qué
harás?
-¿Cómo lo supiste?-Le digo mientras ella entra la habitación y se sienta a los pies de la cama.
-La señora Watson, le pregunto a mí hermano temas legales, es por eso que me entere ¿Que
harás?
-No lo sé, no tengo mucho dinero la verdad. ¿Tú sabes si hay un lugar que se pague lo mismo
que aquí?-Ariella niega con su cabeza, con una gran mueca en su boca.
-La verdad Alice, venía a ofrecerte mi casa. Veras hay 3 habitaciones que no se están
utilizando, dos de ellas tienen baño propio.
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Me pregunto cuando seré capaz de dormir una noche completa, mi cuerpo esta exhausto
pero mi mente está en una constante carrera de autos a toda velocidad, dando vueltas una y
otra vez, sobre sentimientos y recuerdos amargos, han pasado tantos días y no sé nada de
nadie, Ariella llego de sorpresa y según ella, nadie sabe que yo estoy aquí. Aunque mi madre
me llamada todos los días no tengo deseos de hablarle, solo me remito a mandarle un
mensaje, diciendo que estoy bien y vivo. Aunque realmente esté en estado zombi.
La mañana esta soleada y la nieve resplandece el paisaje, muero por un taza de café, pero mi
espalda se reúsa dejar la cama. Stella viene a mi mente, sus ojos, su voz, su cuerpo y su
compañía, siento en mi garganta como si un globo se infla adentro y está a punto de explotar,
me siento y respiro hondo-no voy a llorar-esto tiene que pasar, ya pasará. Cierro mis ojos y
pienso en esa luminosa mirada que no he vuelto a ver en mis sueños, ya no me hace
compañía, ¿Quién será esa mujer? Quizás debería retratarla, comenzar a pintar nuevamente,
pero a quien engaño, a pesar de que Ariella me haya obligado a comprar un nuevo atril,
bastidores, pinceles y pintura, cada vez que me paro frente a él, quedo en blanco y no pinto
nada, la inspiración se esfumado con mi tranquilidad, con mi sueño y alegría.
Siento Ariella en el primer piso, moviéndose rápidamente de un lugar a otro, cuando pienso
en mi hermanita me imagino a una pequeña y nervios ardilla brincando por todos lados. La
verdad ha sido bueno verla, pensé que la soledad me iba hacer bien, pero tu mente tiene
mucho tiempo de pensar y eso no es bueno, no para mí por lo menos.
-Noah, tengo el desayuno listo.-Ariella esta con su bufando rodeándole toda la cabeza como
si fuera de la india, solo unos cabellos de colores salen y cae sobre sus hombros.
-¿A qué se debe tu excesiva alegría arcoíris?-Le digo mientras me apoyo en la mesa y me
sirvo café.
-No me llames así, cuando tengo un sartén con aceite hirviendo Noah.-Dice falsamente
irritada, entrecerrando sus ojos.
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-Yo tengo un café. Ahora responde mi pregunta, sé que tienes algo entre manos, te conozco
demasiado. -Ariella apaga el fuego de la cocina y se sienta arriba de la mesa, balanceando
sus piernas.
-He invitado a una persona a vivir aquí.-Dice lentamente, mirando con sus ojos grandes,
alerta a mi reacción.
-Oh dime que es una broma.-Digo ofuscado dejando sonoramente mi taza de café, el cual se
derrama un poco en mi mano.
-No tiene a nadie Noah, es como si estuviera vacía, es una chica dulce, si la vieras entenderías.
Tengo que ayudarla, tenemos que ayudarla.
-¡En unos minutos más!-Dice con una gran sonrisa mientras se dirige al segundo piso
brincando como una niña de diez años.
-¿En unos minutos más? Ariella te voy a matar.-Le digo mientras ella se pierde en el piso de
arriba.
Me paro y me acerco a la sala, miro por la ventana el blanco paisaje, no ha parado de nevar,
tendré que despejar el camino, pero a pesar de que es un extenuante trabajo, prefiero mil
veces esto, antes que ser abogado y estar empaquetado con un traje y corbata. Mi mirada se
fija en la chica que entra tímidamente por la cerca, lleva puesto un gorro y bufanda de color
morado oscuro. Un abrigo negro pero corto, debería usar algo más largo que la cubra más
con este frio, cuando ella pasa por la pequeña laguna y el sauce se queda mirándolo por unos
segundos, luego sigue su marcha hacia acá, se ve pequeña y frágil, tiene el cabello largo y
ondulado de un natural color rojizo. Salgo de la ventana para abrirle la puerta, debe venir
con mucho frio, menos mal que la chimenea ya está encendida, Ariella se ha esmerado en
recibir a su invitada, no entiendo como en tan poco tiempo se encariño tan rápido con ella.
Echo más leña al fuego, cuando escucho golpear débilmente la puerta dos veces. A paso
largo camino a la puerta y quedo anonadado, impresionado y maravillosamente sorprendido.
Esos benditos ojos me están mirando, tan claros como uno focos luminosos, oh rayos, y no
es un sueño la tengo frente mío, su piel es blanca, lisa, perfecta, su nariz es pequeña y
respingada, sus labios no son gruesos ni delgados…son gloriosos…ella es perfecta.
Demonios debo parecer un idiota en este momento con mi boca abierta mirándola todo este
rato sin poder decir nada ni, siquiera invitándola entrar.
-Ho…Hola soy Noah, mucho gusto-le digo ofreciéndole mi mano. Ella me mira unos
segundos más a los ojos y luego se humedece los labios, levanta su mano para estrechármela,
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pero solo logra tomar mis dedos y vuelve guarda su manos de tras de su espalda.-Por favor
pasa, hace frio afuera.-Ella asiente y entra tímidamente a la sala mirando a su al redor,
lástima que no esté bien decorado o que no sea acogedor. Debo arreglar este lugar.
-Voy a visarle que ya has llegado.-Me acerco el pasillo que dirige a la escalera, sin quitarle
un ojo de encima, quizás este soñando, y tengo que aprovechar de verla. -¡Arcoíris! mm digo
¡Ari tu amiga llego!-Cuando la miro nuevamente veo una sonrisa tímida en su rostro, Dios
esa sonrisa me va a matar. Los pasos apresurados de mi hermana se escuchan bajar por la
escalera, quiero no mirarla pero no puedo quitar mis ojos de ella, debe pensar que soy un
psicópata o algo peor.
-Oh Alice, que bueno que llegaste, tengo todo listo. Aunque hay que comprar unas nuevas
cortinas para tu habitación…bueno para todas las habitaciones.-Dice mi hermana
mirándome con una ceja alzada.
-Subamos, quiero mostrarte todo.-Ari toma la mano de Alice y juntas caminan donde estoy
yo, al medio del pasillo con cara de estúpido, me hago a un lado para dejarlas pasar, cuando
veo esos hermosos ojos mirándome nuevamente.
-Gracias-Me dice.
Las escucho subir, mientras mi hermana habla algo del baño y de la alfombra. ¡No puedo
creer que esta chica sea la mujer de literalmente mis sueños! Comienzo a reír solo como un
condenado idiota, incrédulo a lo que está pasando en este momento. Me siento en el sillón
gastado, viejo y duro, sin saber qué hacer. Solo puedo cerrar mis ojos y pasar una y otra vez
en mi cabeza su rostro, sus ojos, sus labios…ese cabello, mis sueños no le hacían juicio, es
mucho más hermosa de lo que imagine.
Han pasado dos horas y no he vuelto a ver a ni una de las chicas, solo escucho las risas de
Ariella, su usual parloteo, ese tono de voz alto que siempre toma cuando está contenta, Alice
no ríe mucho, no como Ari que esta histriónica para todo. Muero por unirme a su
conversación para poder observarla. Salgo de mi habitación y subo al tercer piso, donde solo
hay una enorme habitación, llena de baúles y muebles viejos, este lugar ha sido mi favorito
desde que era un niño, siempre jugaba con Tom, que éramos unos detectives y este lugar era
la escena del crimen-Tom, maldito gusano- Pero lo que más amaba de este lugar está la vista,
de aquí se podía ver todo Oldham, bueno casi todo, arboles, lagos, casas. Tengo que limpiar
este lugar, aquí tomare mi antigua pasión, la pintura, tengo todo instalado, pero todo está en
blanco he intacto y pasa lo inexplicable, comienzo a pintar, a sentir ese sonido del pincel
cuando se mescla con la pintura, al olor, a las textura y me pierdo en el tiempo, un tiempo
paralelo donde no estoy herido, ni traicionado, donde no extraño a nada y nadie, solo soy yo.
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A la mañana siguiente despierto entusiasmado, ya no tengo que esperar dormir para anhelar
soñar con ella, ahora es todo lo contrario, tengo que despertar para verla, es tan irreal esta
situación. Me ducho con un extraño sentimiento en mi pecho, me alivia que no sea, ese agudo
dolor, ese sentimiento de ahogo, de como si tuviera 200 kilos sobre mí. ¿No puede ser solo
por Alice? ¿O sí? Como sea, es genial sentirse humano otra vez, por así decirlo. Me toma
tiempo lavar mis manos sacando el resto de pintura, el hecho es reconfórtate, al fin estoy
haciendo algo que me gusta.
Una vez ya vestido, bajo las escaleras y me encuentro con la bella Alice en la cocina,
preparando té. Cuando me ve, me regala esa sonrisa nerviosa y sus ojos se iluminan y me
quitan el aliento…rayos no debería ser tan bella, me hace parecer un torpe.
-Buenos días. ¿Has dormido bien? ¿La cama no es muy dura? ¿Pasaste frio?
-Aaah…Si, no y no.
-Lo siento muchas preguntas a la vez. Me alegro que hayas tenido una buena noche Alice.
¿Hoy trabajas?
-No, es sábado, Rita solo abre hasta el mediodía y no me necesita. -¿Te preparo un té o un
café?
-Café, dos de azúcar. No soy muy ingles en ese aspecto. Adoro el café. ¿A ti te gusta?
-Depende. Quería pagarte por vivir aquí, pero Ariella no me da ningún monto y bueno como
tú eres el dueño de esta casa yo…
-Oh, veras Alice no es necesario, pero si necesito ayuda con algunas cosas, las cuales Ariella
se reúsa a hacer, según ella porque van contra su religión o algo.
-¿Qué es?-Pregunta Alice con una leve sonrisa en sus rosados labios.
-Mis animales llegaran en unos meses más y necesitaran amor. ¿Te gustan los animales?
-Sí, tienes razón– Alice me regala una sonrisa tímida, mientras pone su hermoso cabello
detrás de su oreja, su mirada es tan profunda, tan clara que me quita aliento una vez más. Lo
peor de todo es que no puedo dejar de mirarla, pero hago un esfuerzo sobre humano y me
levanto para encender la chimenea. Debo aprender a controlar esto o si no pensará que estoy
loco.
Para mi alivio, Ariella aparece en la cocina y se sienta a mi lado, la única que charla es ella,
como es de costumbre, Alice la mira atentamente, asintiendo de vez en cuanto, con una leve
y sensual sonrisa en su rostro. Rayos no puedo dejar de mirarla, sé que ella lo nota porque a
veces me mira atreves de sus largas y espesas pestañas, constantemente se moja sus
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labios...quizás la pongo nerviosa, miro mi café y comienzo a darle vueltas con la cuchara,
tratando de calmar mi corazón que late fuerte ¿Qué demonios me pasa? ¿Por me estoy
comportante como un chico de 14 años? Si no fuera tan hermosa, si no fuera la mujer con la
cual llevo soñando tantos meses, estoy seguro que no estaría tan ansioso como me siento
ahora.
Luego de terminar el desayuno, subo a la azotea a mirar el desastre, tengo que arreglar esto,
debo ir a comprar pintura y algunos muebles, si me quedare en esta casa, debe ser cómoda,
agradable a la vista. Luego de pasar 3 horas ordenado, limpiando y organizando este desastre.
Me llevo la grata sorpresa de encontrarme con más de 50 libros, todos de mi abuelo por
supuesto, esta su firma en cada primera hoja de un libro. Él amaba este lugar, era su tesoro
personal, no merece estar por más tiempo así. Bajo a mi habitación y saco mi billetera donde
tengo dinero y mis tarjetas. Iré de compras, aunque lo detesto profundamente hacerlo, no
me queda de otra. Cuando tomo las llaves de mi auto, Ariella aparece en mi habitación.
-¿Dónde vas?
-Al centro. Comprare cosas para la casa, si viviré aquí es mejor que deje de oler a humedad.
¿No crees?
-Te he visto más animoso, hasta has vuelto a pintar. Me alegra que estés mejor Noah.
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¿Por qué estoy echa un lío? Si solo iremos a comprar con Ariella y…Noah, vaya que
sorpresa me lleve al verlo finalmente, de darme cuenta de sus rasgos faciales, del color miel
de sus ojos al igual que sus cabellos y de esa barba de 6 días, es como ver sol en el atardecer.
Y es tan frustrantemente alto, pero a pesar de eso no es desgarbado, ni frágil…es todo lo
contrario a eso. Sin duda ha sido el único hombre que ha hecho, plantearme la belleza
masculina, lo atractivo que son sus labios, su sonrisa, el tono profundo de su voz. Esto es
nuevo para mí, jamás me había sentido tan nerviosa frente a un hombre, no en este sentido,
agradable pero desconcertante. Miro hacia delante donde Noah está manejando y a su lado
esta Ariella hablando acerca de los muebles que deben comprar. Cuando miro al espejo
retrovisor, veo sus ojos grandes de color dorado, su nariz es recta pero un poco torcida en la
punta y aun así es completamente atractivo. ¿Qué edad tendrá? Es obvio que tiene muchos
más que yo, quizás por eso llama mi atención. Su mirada se cruza con la mía por un segundo,
he inmediatamente miro por la ventana, sonrojándome sin ninguna decoración. ¿Así
debieron sentirse todas las protagonistas de los libros que he leído cuando conocen al
hombre de su vida? Jamás logre entender muy bien a qué era lo que se referían, a ese
nerviosismo al estar próximo a alguien que te gusta, a ese hormigueo o mariposas en el
estómago… ahora por primera vez lo siento y lo comprendo. De algún modo me da algo de
esperanza de no estar completamente muerta por dentro.
Luego de un rato los tres estamos en una tienda especializada para la decoración y
construcción, el lugar es inmenso, luminoso y cálido, todos nos quitamos nuestros abrigos,
Ariella rápidamente se saca su gorro dejando a la vista su colorida cabella que llama la
atención de todos en el lugar, ella camina como si nada le importara, mientras Noah ríe
disimuladamente por las expresiones de las personas al ver el cabello de Ari.
Luego de casi tres horas finalmente hemos terminado, amablemente Noah me pidió mi
opinión sobre colores de los muebles y pintura para el interior de la casa, ya que Ariella por
un momento la perdimos cuando fue a ver la sección de jardinería. Me impresionó todo el
dinero que gasto para la casa, y que las cosas llegarían en un camión en unas cuantas horas
más.
-Oh estoy agotada-Dice Ariella sentándose en los asientos atrás del auto, donde estaban todas
sus plantas y flores.-Alice ahora deberás ir de copiloto, tengo que cuidar a mis nenas.-Dijo
sonriendo.
Toda temblorosa me siento junto a Noah, intento sacar el cinturón de seguridad pero está
seriamente atascado, Noah de inmediato se percata y me ayuda, y por menos de un segundo
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lo tengo tan cerca que puedo oler su perfume, aspiro su aroma que estas llegan rápidamente
a mis fosas nasales y cerebro. Ojala no se haya percatado de esto.
-No hay de que Alice.-Dice regalándome una mirada dorada como el atardecer. Luego de
unos minutos nos sorprenden los sutiles ronquidos proviniendo de la parte trasera, Ariella
está profundamente dormida con más de 5 maceteros en sus manos.
-Sí, es mi única hermana y la más pequeña. Aunque claro tengo otro hermano mayor.
Supongo que eso lo sabes.
-Ya veo-Dice haciendo una mueca mientras ladea su cabeza- ¿Tú tienes hermanos?
-Sí, mi abuela materna me enseño, ella era muy talentosa con el pincel.
-Me gusta pintar paisajes, y retratos mayormente-Dijo mirándome a los ojos intensamente, y
sentí como el aire dejo mis pulmones.
-Ya veo.-Digo simplemente, mientras miro el paisaje nevado y frio camino a Oldham. ¿Cómo
puedo establecer una relación de amistad con alguien sin necesidad de decir nada de su
pasado? No creo que sea realmente posible, aunque con Ariella ha sido completamente
distinto, jamás me ha preguntado nada, como si lo intuyera o algo. Pero Noah no es así.
Ha pasado una semana, la casa con la nueva pintura y los nuevos muebles se ve realmente
hermosa, Ariella se ha encargado de decorar todo y se ve fabuloso, como una de las tantas
revistas que habían en…esa casa. ¡Alice, no piensen en eso ahora! Hasta el momento me he
sentido tranquila y no me he dañado y eso es bueno, es un avance. Ariella está sentada a mi
lado viendo revistas de decoración, lo que es algo usual desde ese día de compras.
-¿Tú crees? La verdad me gusta mucho hacerlo. Quizás después tener mi propia agencia.
¡Sería maravilloso! ¿No crees?-Dice con un su tono de voz agudo, que he notado que lo tiene
cuando está feliz.-Aunque no creo que mis padres me paguen la universidad por esa carrera.-
Dice con una mirada triste en su rostro.
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-¿Tienen problema de dinero?
-Dios no, mi familia lo que menos tiene es problema de dinero. Mis padres y hermanos tienen
negocios y varias acciones, excepto yo. Pero de lo que carecen mis padres es criterio además
son unos dictadores. Veras casi todos en mi familia son doctores o abogados, Noah es
abogado trabajaba en el buffet de abogados que pertenece a mi familia hace décadas y
décadas, ahora mi padre es el dueño y presidente…Noah iba por ese camino pero lo dejo, al
igual que su hermoso departamento en Inglaterra, sus amigos, su familia…a ella. Él y yo
siempre hemos sido muy cercanos, siempre me protegió y cuido de todos…cuando se fue,
no podía dejarlo solo, no en ese estado.
-Uno horrible Alice…me gustaría contarte pero no puedo, no es mi historia, el quizás algún
día lo haga, aunque, cada vez que le pregunto, el no responde nada, es como si quisiera borrar
eso de su mente, pretender que nunca existió ¿Crees que es eso posible?
Mi garganta se siente apretada, mis ojos están a punto de estallar en lágrimas, me levanto
rápidamente de la cama y miro por la venta, donde está completamente oscuro. Aclaro mi
garganta y respiro hondo esperando que esta angustia que se avecina se disipe rápidamente.
-Alice ¿Estas bien? Lo siento ¿dije algo que te molesto?- Niego con la cabeza, porque no me
siento lo suficientemente fuerte para hablar. La vida sería tan agradable si pudieras borrar
esos oscuros episodios y continuar viviendo y el pretender no sería una opción, sino un
hecho…borrar todo de mi memoria. Veo por el reflejo de la ventana que Ari se acerca a mí
y toma mi mano.
-Alice…no sé qué te han hecho y no quiero saberlo, pero no guardes tus temores o tristezas,
no hacen bien.
-Te dejare sola. Hablamos mañana.-Ari me regala esa bella y misma sonrisa que comparte
su hermano. Asiento débilmente con una sonrisa plana en mi rostro, cuando veo cerrarse la
puerta detrás de ella, mis lágrimas recorren mis mejillas, fluyen hasta mi cuello
desvaneciéndose. Miro nuevamente por mi ventana, donde el sauce se mece débilmente con
el viento, sus hojas acarician la laguna. Sin pensar tomo mi abrigo, mi bufanda y mis botas
y me encamino hacia allá. Si voy a llorar nadie puede oírme, bajo las escaleras lentamente
tratando de no emitir sonido alguno, sé que Ari cuando se acuesta se pone sus audífonos y
Noah está en el tercer piso pintando, como suele hacerlo a esta hora de la noche. Abro la
puerta y el frio me acoge bruscamente, esta tan helado, que mi piel duele…dolor…necesito
el dolor, corro hacia el sauce y una vez allí, me apoyo en su ancho tronco y rompo a llorar.
Mis manos se aferran a las raíces que sobresalen de la tierra, como si mi vida dependiera de
eso. Cierro los ojos y mis recuerdos me llevan a su mirada, a sus palabras, a la sangre, a las
heridas, el dolor, el sabor de mis lágrimas, la impotencia y la falta de aire. Aclaro mi mente
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y doy un largo respiro…debo calmarme, estoy aquí, nadie me está haciendo daño, estoy
respirando, estoy bien, estoy bien. ¿Entonces porque no dejo de llorar y sentirme como una
basura? Miro a mi alrededor buscando algo con filo…lo necesito…tanto como respirar, justo
cuando veo una rama firme, siento unas pisadas en la nieve. Cuando miro hacia arriba, veo
a Noah, con su abrigo largo negro y su bufanda, que se mece un poco por el viento.
-¿Alice? ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí?-Dice mientras se pone sus rodillas en el suelo. Esta tan
oscuro que no logro ver ese maravilloso color de ojos que me hacen recordar a un atardecer.
-Pues dile eso a tus lagrimas para que dejen de salir por tus…tus hermosos ojos.-Pude notar
el calor de sus manos en mis en mis mejillas, sus pulgares, secando mis lágrimas
suavemente. Y a pesar de la cercanía, de su toque, no sentí miedo…si no lo contrario.
-¿Puedo hacerte compañía Alice?-Su tono de voz es dulce, cálido como su aliento, hipnotizada
por su voz, por su cercanía, por su aroma y el calor de su toque, no me resisto. Se sienta a mi
lado, ni siquiera un centímetro nos aparta del uno al otro, sus largas piernas, sus largos brazos
me hacen lucir aún más pequeña de lo que me siento. Él se saca su abrigo y lo pone encima
mío para protegerme del frio, en mi mente sonrió por tan bello detalle, pero por fuera no
dejan de caer ese líquido salado de mis ojos. Apoyo mi cabeza en su pecho, mientras el
acaricia mis cabellos y su otra mano está cubriendo las mías. Oh esto es tan confuso, nunca
creí poder estar cerca de un hombre y ahora estoy echa un ovillo en su pecho. Luego de unos
minutos, logro calmarme, ese deseo de sentir dolor sobre mi piel, se han ido con las sutiles
caricias de Noah.
-Cuando estemos en casa, yo estoy bien. Soy muy grande para que un insignificante virus me
derrote.-Dice en un tono gracioso.
-No lo insinuó Alice, lo eres, como un pequeño hámster.-Dice sonriendo, y no puedo evitar
emitir una sonrisa.
-A tu lado todo el mundo se ve pequeño, eso no es muy justo que digamos. ¿Cuánto mides a
todo esto?
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-1.93 cm, no es para tanto ¿O sí?-Dijo esbozando una sonrisa presumida.
-Podría haber sido muchas cosas Alice.-Dice mientras abre la puerta de la casa, donde esta
cálida y solo iluminada con el fuego de la chimenea, el color dorado que toma la habitación
hace juego con los ojos de Noah.
-No, estoy bien…debo ir acostarme, tengo que estar temprano donde Rita. Gracias Noah, de
verdad gracias.
-No hay de qué. Vete a dormir hámster.-trato de suprimir una sonrisa sin éxito, él también se
sonríe y sin previo aviso, me besa mi mejilla, el calor de sus labios cincelados lo siento en mi
rostro, y mi estómago se llena de esas mariposas de los cuales hablan los libros. Nuestras
miradas se cruzan nuevamente…es tan guapo…rompo la conexión bruscamente y subo las
escaleras, cierro la puerta y me acuesto en mi cama con una ridícula sonrisa en mi rostro.
Wow ¿Qué más puedo decir? Toco mi mejilla con mi mano, donde hace poco estuvieron los
labios de Noah. Quizás no soy un caso perdido, quizás hay esperanzas en mí.
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Rayos no debí besarla, aunque solo fue un inocente beso en la mejilla…tan inocente como
ella presumo. Aunque moría por besarla abajo del sauce, me contuve, Dios sabe cuánto.
¿Pero, porque lloraba de ese modo? Alice debe tener serios problemas, su llanto era tan
angustioso, que me estremeció por completo. Todo en ella pido a gritos que la quiera y la
proteja ¿Por qué me siento así? Desde su llegada no he vuelto a pensar en Tom ni en
Stella…Alice se adueñado de todos mis pensamientos, como nunca nadie lo había hecho.
Apago la chimenea y me quedo mirando la leña roja como pierde su calor, cuando
inesperadamente el teléfono de la casa suena. ¿Qué demonios? ¿Nadie sabe que estoy aquí?
Contesto al segundo tono ya molesto.
-Aló.
-Oh Noah, me tenías preocupada, te he llamado todos estos días ¿Qué le sucede a tu celular?
-Mi celular….se rompió y no he comprado otro. ¿Cómo supiste que estaba aquí mamá?
-Soy tu madre Noah Evans, y creo que algo te conozco. Pensé que estabas en la casa que
tenemos en Francia, no en ese…lugar.-Dice con un tono despectivo.
-¿Qué no piensas volver?-Pregunta con un tono de voz histérico-Hijo debes regresar, tu padre
tiene tu oficina intacta, además…Stella…ella renuncio a Evans Lawyers. Ella no está nada
de bien hijo, está desesperada por hablar contigo.
-Madre, ¿Por qué te molestas en hablarme de Stella? ¿De verdad crees que volvería con una
mujer que me engaño con mi propio hermano?
-Hijo, todos cometemos errores. Debes hablar con ella, me mencionó que te ha enviado varios
correos electrónicos… al igual que Tom.-Oh respira Noah, respira, tu madre no tiene la
culpa.
Oh rayos, toda la tranquilidad que he acumulado por estos días se fue por desagüe. Subo las
escaleras con el corazón a mil por horas por la ira, rabia e impotencia. Miro mi escritorio
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donde está mi notebook, el cual no enciendo hace semanas. ¿Qué hago? Oh soy un estúpido
curioso y masoquista. Enciendo mi computador portátil y luego de un minuto que fueron
horas para mí, me encuentro cuatro correos de Stella y dos de Tom.
¿Vital? ¿Qué nuevo me dirá? Que fue un error, que está arrepentido, que…está enamorado
de Stella. Aunque lo dudo, Tom nunca ha estado enamorado de nadie, en estos últimos 20
años se acostado con todo Londres y no habido mujer que lo saque de quicio. Sé que tengo
que hablar con ellos, pero con solo pensar en verles la cara, me irrita de tal manera que
siento la sangre caliente correr por mis venas. Además ¿Qué explicación podría tener
acostarse con una mujer, aparte de lo obvio? ¡Al demonio con todo! Cierro el notebook sin
antes borrar todos los correos de Stella, ni siquiera voy a darme el tiempo de leerlos…estoy
en todo mi derecho de querer desecharlos de mi vida y de decidir cuándo, cómo y dónde
hablar con ese par. Pero hay una pregunta que da vueltas en mi cabeza una y otra vez.
¿Cuánto tiempo me engañaron? ¿Fue solo esa vez? ¿Fueron semanas, meses? Oh Dios, con
solo imaginarme esa respuesta me pongo como un demente.
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Me acuesto en mi nueva y no dura cama y pienso en los ojos de Alice para tranquilizarme,
siempre me ha servido, esos ojos celestes claros es como ver el cielo con un sol radiante en
su cima y plenitud de un día de verano.
Al día siguiente Alice ya se había ido a trabajar, eran más de las 10:30 de la mañana, cuando
miro su habitación, esta todo ordenado, como suele dejar todas las mañanas, ahora con los
muebles nuevos su habitación se ve mucho más amigable, reconfortante por decir algo.
Cuando bajo las escaleras, camino a la cocina me encuentro con Ariella, con sus ojos
clavados en la pantalla de su computador portátil.
-Buen día arcoíris.-Ariella me saluda con la mano y sigue mirando la pantalla. Me preparo el
café recién hecho por cortesía de Alice por supuesto, y me siento al lado de mi hermana.
Miro la pantalla y noto que está mirando carreras universitarias.
-Es que…bueno, Alice me hizo una pregunta sobre ser “Diseñadora de interiores” me di
cuenta que me gusta mucho. Pero ni papá ni mamá querrán financiarme.
-Pero yo sí.
-¡Claro! Es más, hace poco tuve una clienta que tiene una compañía de diseños en varios
países, claro que en New York, esta ella situada. Ambos establecimos una relación bastante
cordial, es muy conocida en su rubro, hasta abrió un tipo de academia.
-¡New York! Oh Dios como amo esa ciudad. ¿De verdad puedes contactarte con ella?
-Bien ahora tendremos que esperar. Ahora deja de moverte que me tienes mareado.-Le digo
sonriendo.
-¡Ay hermanito no sabes cuánto te adoro! Seria genial, ver como es ese mundo, si realmente
es lo que me gusta.
-Bueno pero si no es ese, debes ser actriz como siempre lo has querido. Yo te puedo ayudar
en eso y lo sabes. Lo importante Ariella es que hagas lo que realmente quieras hacer.
-No tengo idea, solo sé que amo pintar por sobre todas las cosas. Pero como siempre supe
que iba a ser abogado ya que ver tripas no me alentaba en nada, nunca me hice esa pregunta.
-Pero ahora… ¿estás bien? Digo, estas pintando y te he visto mejor, ¿O solo estas aparentando?
-Estoy tranquilo…no sé si estoy bien…la verdad no le doy vueltas a ese asunto. Ayer mamá
descubrió que estamos aquí.
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-Oh rayos ¿Crees que se aparezca?
-No, ella odia este pueblo, a pesar de que nació aquí, lo detesta. Pero me hablo de Tom y de
Stella, de lo mucho que quieren conversar conmigo.
-No puedo seguir escapando eternamente a la confrontación con Tom…en cambio el asunto
con Stella, para mi está zanjado.
Ariella suspira sonoramente, mientras apoya su cabeza en mi hombro. Nos quedamos por
varios minutos en silencio, ambos nadando en nuestros propios pensamientos. La mañana
está demasiado fría, cuando miro por la ventana me doy cuenta que la nieve cae
silenciosamente.
-Hoy iré al centro, a comprar un árbol de navidad y adornos. En unos días será navidad y esta
casa esta deprimente.
Luego de almorzar juntos Ariella ya se preparaba para salir. Mi ánimo ha decaído desde la
llamada de mi madre y los correos de Tom, aunque más quiera, no puedo huir de esos
sentimientos, de esta realidad y de ese sordo dolor de traición que se sitúa en mi pecho. Mi
hermano, con él mismo que jugué días y noches completas cuando éramos niños, con el
mismo que me dio mi primer trago a los 13 años, con el mismo que discutí y golpee por
estúpidos juegos de football, al que le conté sobre mi primer beso, mi primera relación
sexual…Tom ha sido parte de mi vida por completo, ¡lo consideraba mi amigo…mi mejor
amigo! Y Stella…la chica que estuvo a mi lado toda la vida, como una fiel amiga de la familia,
pero fue esa Navidad hace 4 años atrás que nos besamos bajo el muérdago en una fiesta
navidad con nuestros amigos de New York, y todo cambió para los dos, ese día nos volvimos
inseparables y nos entregamos por completo el uno al otro esa misma noche. Nuestro primer
año juntos fue grandioso, nos preguntamos mil veces, porque nos habíamos demorado tanto
en estar como una pareja …luego ella enfermó, sentía como perderla era extremadamente
doloroso, necesitaba un donante y sus padres por otras enfermedades no pudieron ayudarla
y al ser hija única las posibilidades se reducían a nada. ¿Cómo no iba dar una parte de mí
para salvarla? Y por milagros de la vida, éramos compatibles, ni siquiera lo dude, ni lo pensé,
en cuestión de semanas, ambos estábamos en pabellón haciendo el trasplante. Y a pesar del
daño que ella me ha causado, no me arrepiento de nada…volvería hacerlo si fuese necesario.
¿Por qué si dejo de amarme no me lo dijo? ¿Por qué mi hermano no fue sincero conmigo y
me confesó sobre sus sentimientos o deseos por Stella? Toda esa mierda de la lealtad familiar,
el decoro…los sentimientos…no les importo en absoluto, eso me hace pensar que son el uno
para el otro.
Me levanto del sillón y enciendo la chimenea, miro por la ventana y al no ver mi auto me
percato que Ariella ya se ha ido. No ha dejado de nevar, ahora es con más viento. Miro el
reloj y son las 19:35 de la tarde. Alice está por salir. Ahora que vive aquí, tiene que caminar
más…y esa ridícula chaqueta que ella llama abrigo, no cubre nada y se matara de frio. Me
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pongo mis bototos y un chaleco grueso marrón de lana. Tomo mi abrigo negro y me
encamino a la pastelería de Rita.
Cuando ya estoy a pasos de llegar, veo Alice salir de la pastelería, con una bolsa de papel en
sus manos, su pelo rojizo esta tomado con una larga trenza, lleva puesta su bufanda morada
que cubre casi todo su rostro. Cuando mira hacia donde estoy se detiene en seco y se descubre
la cara.
-Noah, ya cerramos.-Me dice con un tono de voz afligida, mientras su barbilla tirita por el
frio.
-Lo sé, te vine a buscar, está nevando con mucho viento. Ponte mi abrigo.-Le digo mientras
se lo pongo sobre sus hombros. Las mangas le quedan tan largas, que sus manos han
desaparecido.
-No, hoy es mi último día. Rita pasara todas las fiestas con su familia en Rochdale…vuelve
en 3 semanas más.-Dice en un tono desganado.
-Oh pero eso es genial, podrás descansar, leer. Veras en el tercer piso tengo un estante llenos
de libros.-Alice me mira con una expresión de emoción en su rostro, sus ojos se ven aún más
brillantes.
-Seria grandioso. ¿Podré ver tus pinturas?-Dice con esa sonrisa tímida que me tiene enfermo.
-Genial, espero que la decoración navideña solo se localice en la sala de estar y no en toda la
casa.-Digo en un tono amargo.
-¡Lo sé Grinch!-Dice Ari con mientras pone los ojos en blanco y se ríe sonoramente.
Una vez ya adentro con todas las bolsas de las recientes compras de Ari las deja en la sala,
enciendo nuevamente la chimenea y los tres comenzamos armar el árbol navideño. Alice se
ve sinceramente entusiasmada, tiene esa sonrisa dulce en sus labios que ilumina toda su cara.
Ariella pone el gran árbol verde oscuro en la esquina donde está la amplia ventana. Debo
admitir que se bien, como esa típicas postales navideñas. Ambas chicas comienzan a
decorarlo, poniendo adornos de ángeles, tórtolas, estrellas…Dios mi hermana es una
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consumista empedernida. Cuando conecto las luces, ambas chicas hacen una exclamación
de asombro.
-Oh Noah no seas agua fiestas, se ve fabuloso. ¡Me encanta!-Dice Ariella aplaudiendo
entusiasmada. En cambio Alice solo asiente sonriendo. Las luces navideñas la hace lucir tan
hermosa, con su cabello tomado en una trenza, su chácelo de lana negro exageradamente
grande, unos jean gastados y sueltos, con unos bototos marrones claros y sucios, a pesar de
todo eso, se ve increíblemente hermosa. ¡Cómo me gustaría retratarla! Miro cada detalle de
su rostro, de sus manos, como constantemente humedece sus labios. ¡Debo parar esto! Tomo
el notebook de Ariella y lo enciendo, para mantener mi mente en otra parte, ingreso a mi
correo electrónico, y me llevo la grata sorpresa de la Sra. Elionor Smith, me ha respondido.
-Ariella. La Sra. Smith te espera el 28 de diciembre.-Le digo con una sonrisa grande.
-¡Oh por Dios! Es maravilloso. –Dice Ari mientras da pequeños brincos-Creo que pasare el
año nuevo en New York con Kitty y Sam.
-¿Por qué no vamos todos a New York?-Pregunta entusiasmada, con los ojos grandes y algo
desorbitados.
-Yo no iré, no me gusta New York ¿Tú quieres ir Alice?-Ella me mira con una expresión de
horror niega con su cabeza. Lo cual me hace reír.
-¡Oh que aburridos! No importa, comprare los boletos ahora y tendré que ir a Londres a
empacar más cosas. –Dice con voz chillona.
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Mañana es noche buena, y es la primera Navidad que me siento tranquila, es la primera
vez que pude decorar un árbol, fue un memorable momento, ver la expresión de felicidad
de Ari, escuchar la bromas de Noah, me sentí como en… un hogar, ese calor en el pecho, ese
cariño real…me hace pensar que así debe sentirse estar en familia. ¡Que emociones tan
diversas y nuevas he sentido en tan poco tiempo! Aun me cuesta creer que esto es cierto, el
cariño que ambos me demuestran sin nada a cambio me estremece, espero que no me hagan
daño, no sería capaz de soportar algo así, en tan poco tiempo, ambos se han metido bajo mi
piel y les tengo mucho aprecio.
Luego de terminar mis regalos para Ari y Noah los meto en una hermosa caja navideña de
color rojo, con una gran cinta dorada para Noah que hará juego con sus ojos y Azul para Ari.
Espero que les guste, lo hice con mis propias manos. Guardo los paquetes en mi armario y
me quedo mirando por la ventana, Ariella está empacando ya que se ira el día de navidad en
la mañana, lo cual significa que…Dios quedare sola con Noah, lo cual me tiene hecha un lio
de nervios, al punto que me duele el estómago. Odio temerle a todos, odio no poder confiar
en alguien, estar en una guardia constante es, simplemente agotador. Quizás debería irme
de este lugar, ¿Pero dónde? Aun no tengo el suficiente dinero para largarme, aunque me
entristece en solo pensar que dejare de ver a Noah y Ariella, pero tarde o temprano debo
hacerlo, ellos no son mi familia, no tengo a nadie solo a mí y solo en mi puedo confiar…eso
es lo único que me ha enseñado la vida.
Me levanto de la cama rápidamente y miro por la ventana el blanco paisaje, esperando que
esa sensación de nerviosismo y miedo se aparte de mi lado. “no debo recordar, no debo
pensar” digo mi mantra en mi cabeza, mientras respiro hondo. ¿Cuándo será el día que deje
de sentirme tan miserable? ¿Tan pequeña? ¿Cuándo podré seguir aguantando el peso de esta
mentira? Siento como se aprieta mi garganta de manera dolorosa, mi pecho se encoge y me
cuesta respirar…no…no puedo sentirme así, abro la ventana y el frio me llega de golpe al
rostro, respiro profundamente y cierro mis ojos, y lo veo a él, su mirada, siento su
despreciable aroma, un tirón en mi estómago me llega de repente y me produce unas
arcadas, me voy al baño y vómito, mientras mis lágrimas ya expertas en recorrer el camino
en mis mejillas. Lavo mi cara con abundante agua, con la esperanza que esta pudiera borrar
mi memoria. Miro a mi lado y veo mi kit de manicure…lo necesito. Saco la pequeña tijera y
rasgo mi piel, el dolor físico de mi cuerpo toma protagonismo de mi cerebro y todas esas
imágenes y recuerdos se evaporan, mientras hago un corte más profundo, la sangre corre
rápidamente cayendo al suelo. Cierro los ojos para absorber el dolor que me infligido,
calmándome de a poco, suelto la tijera manchada por mi sangre y esta cae inocentemente a
mi lado. No sé cuánto llevo encerrada en el baño, pero estoy entumecida de frio y mi cuerpo
duele, me levanto del suelo con dificultad y lavo mi nueva herida…no tengo animo de
curarla, solo me pongo una venda y me acuesto en mi cama, sintiéndome fría, sola y ansiosa.
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A la mañana siguiente despierto un poco más calmada, las cortinas están abiertas y me
muestran un hermoso día. Cuando me siento en la cama me llevo la sorpresa de que Noah
está en el umbral de la puerta mirándome, sus ojos se ven preocupados y sus facciones están
duras.
-Eso es lo que quiero preguntarte desde ayer Alice. ¿Puedo pasar?-Pregunta con una mirada
ya cálida y una pequeña sonrisa en sus bellos labios.-Te traje un té.
-Si puedes pasar-Digo con una voz casi inaudible, él asiente y camina hacia mi cama,
sentándose a un costado y me deja la taza de té en mis manos, el calor de la taza es bienvenida
para mis manos frías.
-Alice…ayer te escuché llorar y note que estabas enferma…por favor dime si puedo ayudarte
en algo.-Noah me mira fijamente a los ojos ¿Por qué se preocupa? No debería hacer parte de
esto a nadie…menos a él.
-Noah no te preocupes por mí, no…solo me enferme del estómago nada más.-Tomo un sobro
de té, para escapar de la mirada de Noah-Gracias por el Té, está justo como me gusta.
Las palabras de Noah me llegan directamente al corazón y unas terribles ganas de llorar me
envuelven. Trato de sonreír, pero mi barbilla comienzo a tiritar por el impulso de reprimir
un llanto. Noah saca de mis manos la taza de té y la deja en el velador, se acerca a mí y me
abraza, por segunda vez estoy cubierta por su aroma y su calidez, sus manos están en mis
cabellos y los acaricia delicadamente. ¿Por qué no me siento asustada a este acercamiento de
su parte? Siento que estar entre sus brazos es para lo que realmente nací. Mis manos se
manejan solas y lo abrazo de vuelta, mientras lloro silenciosamente. El me mese sutilmente
y me calma de apoco, su cabeza está apoyado en la mía y me siento tan a gusto. ¿Esto es lo
que necesito? ¿Afecto? Noah se separa lentamente y me mira a los ojos, mientras con sus
pulgares seca mis lágrimas.
-¿Te han hecho daño?-pregunta con un tono de voz bajito, mientras acaricia mis mejillas.
Asiento lentamente, porque las palabras no salen de mi boca.- ¿Quién puede hacerle daño a
una mujer como tú? Si eres como un bello Ángel.-Impresionada por tan bellas palabras que
me acaba de decir, quedo paralizada y maravillada. Nunca nadie me había dicho algo tan
hermoso en toda mi vida. Noah besa sus dos dedos y luego los posa en mis labios. Lo único
que puedo es sonreír y a sonrojarme descaradamente. Noah se levanta lentamente de la cama
con una bella sonrisa en su rostro y con una intensa mirada, de ese color miel que tanto me
gusta y se larga, dejándome con mi corazón latiendo a mil por horas, pero no por miedo, no
por dolor, sino un latido cálido y conmovedor.
Luego de ese sutil e inocente beso que me dio con sus dedos, me levanto con mucho más
ánimo, como si esa gran herida que tengo aquí adentro, recibió por primera vez una dulce
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caricia. Jamás me creí capaz de tener este tipo de sentimientos hacia un hombre, aunque no
puedo negar que capto mi atención desde el primer momento en que lo vi. Toco mis labios
para recordar sus dedos… ¿Me gustaría ser besada por Noah? Y mi respuesta esta vez, es un
rotundo, sí.
Cuando bajo las escaleras me encuentro con Ariella viendo una película con una mirada
conmovedora.
-Oh Alice, es una de las películas más hermosas que he visto, recién está comenzando- Me
siento a su lado y me percato que es una película de los años 80, donde un atractivo hombre
está en una sala llena de personas felicitándolo por algo, cuando una anciana le entrega un
reloj antiguo y le dice-Vuelve a mí- todos quedan contemplando al anciana al igual que el
hombre, de inmediato llama mi atención y la música de fondo me conmueve
profundamente. Jamás había oído tan bella melodía. Luego de casi de dos horas la película
termina, ambas estamos llorando por tan triste final y por la bella pieza musical.
-“Some where in time” Dios es tan hermosa. La música la hizo John Barry era británico, murió
hace unos años atrás. Era un genio.
-Alice me asombra que no hayas visto películas, pero cuando vuelva traeré todas las que
tengo, de seguro las amaras tanto como yo.
-Sí yo igual. Es una lástima que no vengas conmigo. ¿Por qué no te animas?
-¿Te trae malos recuerdos?- Me levanto del sillón y niego con la cabeza, Ari cierra sus ojos
como tratando de ver la verdad. No puedo decirla, sin hacer daño y sin huir otra vez.
-Ni idea, solo me dijo que saldría. Pero llegara para la cena.-Ari sale de su estado de calma y
me mira preocupada-¡Demonios! ¿Qué cenaremos?
-Ya hice las compras, en un rato más me pondré a cocinar. Así que no te preocupes.
-Oh genial, es que es primera vez que pasare una navidad que no sea en mi casa y sin mis
padres.
-Un poco, pero mis padres siempre han sido muy fríos. Me dolería mas no pasar la navidad
con Noah. Él siempre me ha cuidado, fue el quien estuvo a mi lado desde pequeña. Más que
mis padres.-Dice en un tono melancólico-Ellos siempre estaban de viaje, perfeccionándose
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en sus profesiones en otros países, era usual pasar los cumpleaños solos con Noah, ya que
Tom al ser mayor siempre tenía novias y amigos por todos lados, era raro verlo en casa, pero
Noah se preocupó por mí y nunca me dejo sola. Pero nadie se preocupó de él… al igual que
Tom.
-Pues no, creo que las personas que están a tu lado y permanecen por los años…son regalos
que te da la vida.
Regalos…jamás he tenido eso. Todas las personas que pasaron por mi vida se han ido en un
corto periodo de tiempo, pero es primera vez que alguien como Ari y Noah me ofrecen todo,
sin nada a cambio. Sin duda ellos son mis regalos y anhelo con la vida que permanezca en
mi vida por muchos años más, porque quiero ser parte de algo, no quiero ser solo un nombre,
un número más en este mundo. Este debe ser un buen indicio, tiene que serlo.
Luego de un par de horas tengo todo bajo control en la cocina, solo falta el postre que Ariella
está preparando en este momento. Noah aun no llega y por alguna razón me tiene nerviosa,
quiero verlo y la vez no. Sé que lo que sucedió entre nosotros esta mañana es nada para el
común de las personas, pero para mí ha significado mucho, más de lo que quisiera.
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¿Qué le han hecho? ¿Cuán grande fue el daño para que ella este así? Solo una bestia
podría haberle hecho daño a esa hermosa mujer. Miro el asiento del copiloto y veo los regalos
que he comprado para Arcoíris y Alice. Y por algún estúpido motivo Stella aparece en mi
mente, esta fecha siempre fue muy especial para nosotros. ¿Qué habrá escrito es sus correos
electrónicos? Bueno ya nunca lo sabré, los borre todos. Cuando entro a la casa, me voy
directamente a mi habitación y dejo los regalos encima de la cama…el aroma que proviene
del horno hace agua mi boca. Miro mi reloj y me doy cuenta que ya son las 20:45 de la noche,
me demore siglos en comprar regalos, debo aprender a no dejar todo a última hora. Me saco
la ropa y me meto a la ducha, el agua tibia cae sobre mi cuerpo y mi rostro… ¿Por qué
demonios me siento tan angustiado? Esas enormes ganas de llorar, hacen que mi pecho y
garganta se aprieten, pero no lo haré…he logrado hasta ahora no desperdiciar una lagrima
por ellos y eso no cambiara ahora. Respiro hondo y salgo rápidamente de la ducha,
extrañamente hoy me siento claustrofóbico.
Me pongo una camisa negra y unos pantalones color crema, me recorto un poco la barba
para no verme tan indecente, hace mucho tiempo que no tenía la barba tan larga, Stella lo
odiaba, pero ahora soy libre de hacerlo y el frio de este inverno mi cara lo agradece. Cuando
bajo Ariella está dando los últimos toques a la mesa, un mantel rojo y velas doradas, al igual
que las servilletas de tela. Realmente se ve lindo, al parecer mi hermanita tiene talento en
todo.
-Te vez muy guapo Noah. Hace tiempo que no te veía tan-Dice mirando al techo, como si ahí
encontrara la palabra que busca.
-¿Decente?-Agrego.
-Pues sí, estaba acostumbra de verte con trajes y corbata todo el tiempo. La cena esta lista,
solo falta Alice que fue a preparase.
-A las 3 de la tarde pero me iré a primera hora a la casa de nuestros padres, a empacar algunas
cosas que me harán falta y volveré después de año nuevo, mis amigas ya me están
esperando.-Dice sonriendo.
-Eso es genial. ¿Iras con tu cabeza de arcoíris?-Le pregunto mientras me sirvo un vaso de vino
blanco y con miedo que me arroje un plato. Ariella pone los ojos en blanco y sacude su
cabeza molesta.-Lo pregunto porque en esa área las impresiones son todo.
-Lo sé-Dice resignada-Volveré a mi color natural. Por ahora-Agrega.- ¡Alice te vez tan
hermosa!-Dice cambiando su expresión de desagrado a gratamente sorprendida.
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Giro mi cabeza y la veo…se ve aún más hermosa, si es que eso es posible, lleva un vestido de
color turquesa oscuro, el escote es recto pero amplio, deja ver un poco sus angostos hombros,
las mangas son largas cubriendo sus brazos por completo, el vestido es cortísimo pero abajo
lleva unas calzas negras y una botas del mismo color. Su cabello rojo está completamente
tomado con una cola, la cual cae deliciosamente sobre su delicada espalda. Dios…el color de
su vestido hace resaltar aún más sus cabellos, sus ojos…sus bellos rasgos angelicales.
-Noah cierra la boca o te van a entrar moscas.-Dice Ariella alzando una ceja. La fulmino con
la mirada y ella sonríe maliciosamente. Oh genial ahora mi hermana se dio cuanta.
-Wow…no tengo palabras, hace año que no comía tanto, esto esta simplemente delicioso.-
Digo echándome hacia atrás, completamente satisfecho.
-¡Oh Noah eres un cerdo! ¿Qué va a pensar Alice de ti ahora?-Miro a Alice y ella está
sonriendo dulcemente tapándose la boca con sus pequeñas manos.
-¿Dejaste espacio para el postre?-Me pregunta Alice con una sonrisa burlona.
-Me haces recordar a Joey Tribianni1-Dice Ariella, y los tres nos largamos a reír sonoramente.
-Noah no seas estúpido. ¡Alice sácate una foto con mi hermano!-Dice entusiasmada. Alice
tuerce su boca y luego asiente. Ella se pone a mi lado y su cabeza llega más abajo de mis
hombros.
-Eres muy pequeña hámster-Le digo entre dientes, mientras me pierdo en su mirada, ella me
sonríe de vuelta y ambos sentimos el flash proviniendo de la cámara.
1
Joey Tribianni es un personaje de la exitosa serie Norteamericana “Friends” Joey se caracteriza por ser
un mujeriego pero de buen carácter y buen amigo y una de sus grandes debilidades es la comida.
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-¡Que foto tan hermosa acabo de sacar! Ahora la pondré en el trípode y nos sacaremos unos
los tres-Luego de varios intentos fracasados de Ariella, al fin logramos salir todos en una foto
decente.
-Bueno como me iré a primera hora mañana, me saldré las tradiciones y les daré mis regalos
ahora.-Ariella saca una bolsa detrás del sillón y saca dos paquetes, uno me lo entrega a mí y
me da un beso en la mejilla y otro se lo entrega a Alice donde le da un afectuoso abrazo. Esa
noche nos intercambiamos regalos con Ariella, yo le compre unos aros de oro que ha me
había pedido con anterioridad y Alice le regalo un bolso de lana tejido por ella misma. Ariella
quedo completamente fascinada. Cuando abro mi regalo me encuentro con la grata sorpresa
de unos pinceles nuevos y profesionales, acompañado por oleo. Ari le regalo a Alice 3 libros
de Jane Austen, en el momento que los abrió Alice sonríe como una niña pequeña y abraza
a sus nuevos libros. Nunca entenderé porque las mujeres adoran tanto a esa escritora.
A la mañana siguiente despierto, por unos golpes que provienen de alado, me levanto y me
dirijo hacia allá y veo a mi hermana, la cual encuentro saltando arriba de su gran maleta
con cara de frustración.
-Ariella, debes doblar tu ropa, si las hechas todo tan desordenado jamás lo vas a lograr. ¡No
cambias nunca!-Me acerco a ella y la hago bajarse de su maleta mientras comienzo a doblar
su ropa.
-Noah ¿Qué pasa entre tú y Alice?- Pregunta sin rodeos y con sus ojos azules muy abiertos
analizándome.
-Alice es…algo delicada Noah, sé que tú eres un buen hombre, pero ella es…extraña, no de
una mala manera…creo que sabes a que me refiero.
-Claro que no, me di cuenta que la única manera de establecer una amistad con Alice es no
preguntar nada de su pasado. Te gusta Noah ¿Verdad?
-Si. Aunque es muy joven para mí, no la siento de esa manera, es bastante madura y centrada.
Pero…hay algo en ella que me tiene siempre en estado de alerta, es como si tuvieras una
mariposa en tus manos y debes estar atenta a sus movientes o se te va escapar.
Ariella asiente pensativa y luego mira por su ventana, con el ceño fruncido.
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-Tiene…unas heridas en su brazo izquierda como un corte, y al costado de esa misma, me
percate que tiene varias cicatrices más, unas aun rosadas y otras más claras, como si fueran
ya de hace un tiempo largo.
-Claro que no. Muero por hacerlo, pero veo en sus ojos una real agonía, alguien le hizo eso o
peor… ella se hace así misma. Alice parecer ser muy normal…pero no lo es.
-No digas eso Ariella, ella es normal, de seguro le hicieron mucho daño, varias veces la he
visto llorar con tanta agonía que, me pone la piel fría…no creo que se haga daño…pero lo
único que tengo claro que alguien se lo hizo a ella.
-Si…ella está escapando de algo…y tengo miedo de que se vaya y te deje, es por eso trata de
no encariñarte tanto por ella.
-No hermano, es mejor que no lo hagas, además no sabes con quien te puedes encontrar allí,
he pedido un taxi, debe estar por llegar. Iré a despedirme de Alice.
Bajo las escaleras con las maletas de Ariella y las dejo junto a la puerta. Tomo la gran bolsa
que tengo escondida en un mueble y saco los regalos de Alice y los dejo debajo de árbol,
cuando me percato que hay paquete que tiene mi nombre y proviene de ella, la sonrisa en
mi cara es automática y lo abro, me encuentro con una bufanda de lana de color miel oscuro,
la enrollo alrededor de mi cuello, la textura es suave y cálida. De pronto escucho una bocina
de un automóvil, me asomo por la ventana y me percato de que es el auto de Ari.
-¡Ari tu auto está aquí!-De inmediato escucho los pasos apresurados de mi hermana bajando
las escaleras. Me da un abrazo fuerte mientras se cuelga de mis hombros.
-Lo es porque es muy parecido al color de tus ojos, aunque los tuyos son aún más claros.-Me
quedo mirándola sin poder decir ni una palabra por tan bello detalle.
-Pues los tuyos están en bajo el árbol-Alice se acerca y se pone de rodillas frente a sus regalos,
yo la imito y me pongo a su lado, ella me mira expectante y le entrego el regalo más grande,
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Alice lo abre y saca un abrigo largo de color morado oscuro. Ya que he notado que es su
color favorito.
-Pero este es realmente mi regalo-Digo tomando una caja mediana de color dorado-Espero
que te guste. -Alice lo abre rápidamente y saca la esfera de cristal, donde adentro hay un
ángel, ella lo agita y los pequeños puntitos blancos que representan la nieve, caen
delicadamente sobre el ángel. La mirada de Alice se ilumina por completo al igual que su
bello rostro.
-Pero no es todo lo que hace, debes ponerlo boca abajo y darle cuerda.-Ella obedece
rápidamente y luego una bella melodía de Debussy comienza a sonar, la melodía es Claro
de Luna acompañado por el sutil giro del ángel. Alice sonríe y mi corazón martillea contra
mi pecho. ¡Demonios me gusta tanto!
-Es el regalo más bello que he recibido jamás.- Ella me mira a los ojos y como si tuviera una
pelea interna y luego de unos segundos, pone su mano sobre la mía y me da una sutil y
cálida caricia -Gracias.
Nos quedamos mirando por varios segundos, mis impulso por tenerla en los brazos lo freno
de inmediato, lo contado por Ariella no me ha dejado indiferente, porque no tengo nada
claro que es lo realmente le han hecho y aprendido durante estos años que acercarse a
personas que han sufrido algún tipo de trauma hay que respetar su espacio, lo que me hace
arrepentirme por haberla abrazado un par de veces. Alice levanta su mano y comienza a
mirar la esfera y mientras el ángel gira al compás de la melodía, sus ojos celestes claros están
perdidos en la nada, la luz que proviene de la ventana ilumina su bello perfil, su cabello
ondulado y rojo se ve aún más claro, un mechón de sus cabellos cae cubre su rostro y mi
mano se maneja sola y corro el mechón de su cabello y lo pongo detrás de su oreja, ella me
regala una mirada nerviosa acompaña con su sonrisa tímida. ¿Cómo puede existir un ser tan
hermoso? Muero por retratarla de todo las perspectivas posibles. ¿Aceptaría? Justo cuando
abro mi boca para preguntarle, un sonido de un automóvil proviniendo de afuera nos llama
la atención. Alice asustada se para y mira temerosa, pero mis ojos no dan crédito a lo que
veo, una mujer sale del auto acompaño por un hombre…Tom y Stella. Mierda.
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-Es mejor que suba a mi habitación. ¿Estás bien Noah? Te vez algo pálido.
- Stella mi ex novia me engaño con él y no sé qué demonios hacen aquí los dos juntos.
-¿Con...te engaño con tu hermano? Oh Noah eso es horrible.-Alice hace una mueca en sus
labios. Yo solo asiento y respiro hondo.
Abro la puerta, y ambos me quedan mirando, ni uno de los dos dice nada, pero los ojos verdes
de Stella están hinchados y húmedos. Con un gesto de mano les indico que pasen, ambos lo
hacen de inmediato, Stella se para en seco cuando ve la bella pelirroja con ojos celestes claros
que está parada frente a ella. Mi hermano la mira de pies a cabeza y un sentimiento de celos
me invade por completo. Había olvidado de que Tom le gustan las chicas con ese color de
cabello. Empuño mi mano y trato de control las ganas de golpearlo por lo descarado que es,
él nota que lo estoy fulminando y le quita los ojos de encima y se sienta en el sillón junto a
Stella. Me acerco a Alice y ella se pone sus pies en punta y se acerca a mi oído.
-Estaré arriba, cualquier cosa que necesites, solo llámame.- Sin controlar mis deseos la beso
en la mejilla, ella me regala esa bendita sonrisa tímida y se larga. La miro largándose,
mientras me preparo para lo que sea que se venga. Me siento frente a ellos y millones de
sentimientos me desbordan uno tras otro, ira, rabia, dolor…respiro hondo y logro decir.
- Ahora díganme porque están aquí, ya que considero que ha quedado bastante claro la
última vez que los vi.-Digo molesto.
-Hermano, yo personalmente te debo una disculpa. Tengo muy claro que, lo que hice fue…el
error más grande de mi vida.-Miro a la cara de mi hermano y noto que ha bajado algo de
peso, sus ojos azules no tienen esa chispa usual, tiene hasta barba, lo cual nunca había
sucedido.
-¿De verdad han venido a interrumpir mi día por obtener su perdón?-Rio irónicamente,
negando con la cabeza.
-Hace tiempo que necesitábamos esta conversación Noah-Dice Stella, mientras alza su ceja
rubia-Han pasado varios acontecimientos desde que te fuiste y…no podemos seguir dejando
pasar más tiempo -Los ojos verdes de Stella se plantan en sus uñas nuevamente, Tom la mira
de reojo y ella le devuelve la mirada como tratando de pedirle algo, el asiente y luego me
observa impasible. La conexión que hay entre ellos es irritante.
-Hermano lo diré rápido sin tantos rodeos-Tom toma una corta bocanada de aire y luego me
mira nervioso.-Stella está embarazada.
Oh rayos, mi vista queda clavada en el rostro de Stella, siento como mi corazón se paraliza y
mi garganta se seca, un calor en el estómago acompañado por un frio en la espino dorsal.
¿Embarazada? Oh mierda, mil veces mierda.
-¿Quién es el padre?- Ninguno de los dos responde mi pregunta, empuño mi mano tratando
de controlar las ganas de tirar todo por encima de sus cabezas.- ¿Quién es él padre? ¡Maldita
sea!
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-¡No lo sé!-Grita Stella descontrolada mientras se levanta del sillón y yo la imito, ella se
abalanza sobre mí y llora en mi brazos, la tomo de los hombros para alejarla.
-¿No lo sabes? ¿Qué clase de mujer eres?-Stella niega con la cabeza sin parar de llorar, veo
como Tom está ya de pie junto a nosotros, atento a cualquier movimiento mío. Me alejo de
ambos dándoles la espalda, unas incontrolables ganas de llorar me envuelven. ¿Por qué
demonios tenía que pasar esto? ¿Un hijo? De pronto esa disyuntiva cruel sumerge en mi
cabeza, me doy media vuelta y me los quedo mirando.
-¿hace cuánto exactamente ustedes están juntos?-Tom aprieta su boca formando una línea.
-¿Hace cuánto tiempo te follas a Stella?-Le digo entre dientes y sumamente alterado. Tom
traga saliva con dificultad y mira a Stella luego a mí.
-¿Un año?-No puedo creerlo…tanto tiempo ¿Cómo no me di cuenta?- Supongo que ahora
siguen juntos.-Les digo en un tono sarcástico.
-Noah, se nos fue de las manos…no queríamos.-Tom respira hondo y mira al cielo y luego a
mí-hacerte daño.
-¿Daño? ¿Estas enfermo? ¿Qué clase de hermano eres? -Pregunto furibundo. Tom niega con
una expresión de dolor en su mirada y estallo, en solo dos pasos estoy al frente de él y lo
golpeó con el puño justo en la cara y este cae al suelo, me abalanzo sobre él y lo golpeo un
par de veces más. ¿Un año con mi novia? Siento las manos de Stella en mi espalda tratando
sin éxito sacarme encima de él. Cuando estoy por dar el último gran golpe veo cabellos rojos
frente de mí, enfoco mi vista en ella…en esos ojos claros y cálidos.
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-¡Vete! ¡Váyanse los dos!-Les grito a ambos, siento como mi sangre corre por mi cuerpo
vertiginosamente. Tom se levanta apenas, sin decir nada, la hace un pequeño gesto a Stella
y ella asiente y ambos se largan.
Me siento en el suelo y trato de respirar pero no puedo, siento que tengo un elefante sobre
mi pecho…demonios esto es desesperante. Alice se pone frente mío sobre sus rodillas y posa
ambas manos en mi rostro.
-Respira por la nariz y luego bota por la boca, lento hazlo, lento.-Le obedezco y luego de
varios intentos puedo respirar normalmente, pero de manera incontrolable y después de
tantas semanas… comienzo a llorar.
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Su llanto es una explosión de amargura, de dolor y de tristeza, sentimientos tan
familiarizados en mí. Sin darle una segunda vuelta en mi cabeza, lo abrazo, tal como lo ha
hecho él, cuándo me ha visto en mis peores momentos, su dolor no me es indiferente, lo
siento en lo más profundo de mí ser. Acaricio sus cabellos y me sorprende lo suaves que son,
al igual que su barba de días. Todo está en silencio, solo el llanto de Noah llena la habitación,
sé que decir algo en estos momentos no sirve de nada…está roto, quebrado y no puede volver
hacer como era antes. Luego de unos minutos Noah se calma, sus manos tapan su rostro por
completo. Me pongo de pie y me voy a la cocina y le sirvo un vaso de agua. Cuando vuelvo
a la sala Noah está sentado en el sofá con la cabeza hacia atrás. Me acerco a él y toco su mano.
-Gracias.-Dice en un tono bajo casi inaudible.- Toma el vaso y se toma el agua en menos de
cinco segundos.
-¿Quieres más?-El niega con la cabeza lentamente-¿Tienes frio? ¿Quieres acostarte un rato?
-Si…estoy agotado.
-Tranquilo Noah, es comprensible…no debió haber sido nada fácil enterarte de esas cosas.
-Es una pesadilla-Noah levanta su mirada y se queda pegada a la mía, luego levanta su mano
y me acaricia el rostro.-Eres tan hermosa Alice…tanto por dentro como por fuera.
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-Y yo contigo.-Respondo de inmediato, ambos nos miramos a los ojos sonriéndonos, yo toda
sonrojada y el sumamente atractivo. Sus ojos color miel me transporta a un atardecer frente
al mar. -¿No es extraño sentirse así con alguien?
-No lo es Alice, pero si es algo único cuando es mutuo, eso no suele suceder siempre.
-Me tiene enfermo.-Dice mirando al techo-Pensé que lo peor ya había pasado, pero me
equivoque.-Noah gira su cabeza y se queda mirando la ventana.-Si ese bebe llegará ser mi
hijo, tendría que volver a hacer un hombre trajeado, viviendo en el centro de Londres,
llevando la empresa de abogados de la familia.
-No entiendo…un niño puede perfectamente vivir aquí, una vida austera y tranquila. ¿Acaso
fuiste feliz cuando niño teniendo esa clase de vida?-Noah gira rápidamente su cabeza y me
queda mirando fijamente, mientras una mueca se dibuja en sus labios.
-Si es verdad, tenía todas las comodidades pero siempre estábamos solos. Eres muy madura
para ser tan joven Alice-Dice riendo.
-He aprendido que la felicidad está en las pequeñas cosas y que duran muy poco.-Suspiro
sonoramente y me levanto de la cama-Es mejor que duermas, te hará bien.
Bajo al primer piso y comienzo a ordenar, mientras en mi cabeza repasa todo lo que acaba
de suceder hace un momento atrás. ¿Cómo es posible que tu propio hermano te haga tanto
daño? No puedo ni imaginar cómo se debió sentirse al enterarse de algo tan impactante
como un engaño y lo peor de todo que ella está esperando un hijo. Y el solo hecho de pensarlo
se me aprieta el estómago y sé que no debería sentirme así, Noah no es nada mío y tampoco
quiero que lo sea…aunque luche contra mis propios ganas de querer estar a su lado, el no
sería capaz de quererme tal cual como soy ¿Quién podría? Él no sabe quién soy, ni yo tengo
claro que tipo de chica soy… ¿Debería irme de este lugar? Me acuesto en el sillón con unas
enormes ganas de llorar, pero me las trago, el sabor amargo de mis lágrimas, me traen los
peores recuerdos de mi vida, odio llorar, odio sentirme así…odio ser quien soy. Cierro mis
ojos y comienzo a respirar hondo, tratando de apaciguar las ganas de hacerme daño, mi piel
comienza a sudar y sentirse fría, deseando sentir algo filoso sobre ella…no debo hacerlo…no
más, ya agotada por mi lucha interna, finalmente caigo dormida.
Siento un agradable calor sobre mí fría piel, algo suave y acogedor, me acurruco y siento
una manta sobre mí, cuando abro los ojos, Noah está sentado en el suelo mirándome, sus
ojos están justo a la altura de los míos…que ojos tan hermosos. Le sonrió tímidamente y
siento como mis mejillas se tornan rojas.
-Te ves tan hermosa durmiendo.-Dice mientras toma unos de mis cabellos que caen sobre el
sofá y lo acaricia con sus dedos.-Me encantaría retratarte.
-Claro que sí. Así podría mirarte cuando yo quiera sin que pienses que estoy loco o algo peor.
¿Me dejarías hacerlo?
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-¿Qué específicamente quieres retratar?-Le pregunto nerviosa.
-Tu rostro…es la cosa más bella que he visto en mi vida.-Trago saliva y mi corazón se
dispara…oh rayos ¿Por qué me dice esas cosas tan bonitas? Humedezco mis labios y asiento
débilmente, con una leve sonrisa en mi rostro.
-¿Ahora?-Dice Noah, sus ojos se ven brillantes y entusiasmado, su perfecta sonrisa ilumina
todo su dorado rostro. ¿Por qué me gusta tanto? Hace todo tan malditamente complicado.
-Si ahora.-Me siento nuevamente y sin entender muy bien el porqué, me siento tan feliz. Noah
me ofrece su mano y sin dudar tomo la suya, su mano es cálida y grande, me siento tan a
salvo cuando lo tengo cerca. Ambos subimos las escalaras hasta el tercer piso con las manos
entrelazadas, cuando llegamos, Noah mira todo el lugar como si estuviera analizándolo. Sin
soltarme mi mano, corre una silla mecedora y la pone frente la ventana y me sienta.
-Tal y como lo soñé-Murmura sonriendo, mira mi mano que aún está dentro de la suya y
besa mis dedos.-Gracias. -Noah me suelta y pone su atril frente mío y comienza a ordenar sus
pinceles y mesclar pintura. La expresión en su rostro me conmueve y me hace sentir tan
feliz.
-Pon algunos de tus cabellos encima de tus hombros, como es ondulado y tiene volumen
solo se verá tu cuello y rostro. Solo te pido que no dejes de mirarme-Obedezco
inmediatamente y lo miro, esperando su aprobación, Noah asiente y comienza a trabajar.
-Claro que no, cuando esté terminado te lo mostrare. ¿Vamos a comer algo? Muero de
hambre.
A pesar de que esa mañana fue difícil para Noah, por alguna extraña razón esta alegre, y me
he percatado que el motivo de ese sentimiento es porque ha pintado ¡Qué fácil es hacerlo
feliz! Esta tarde hablamos sobre su pasión por la pintura y de sus artistas favoritos.
Navegamos por internet y me mostró las obras maestras que idolatra. El cielo comienza a
oscurecerse rápidamente, los copos de nieve comienzan a caer y el frio se hace sentir. Noah
enciende la chimenea y nos quedamos viendo una película. La palabra “hogar” se presenta
en mi cabeza, ese sentimiento tan lejano, tan extraño que lo he sentido solo aquí, en este
lugar, miro a lado izquierdo y veo a este hombre luciendo divino y tranquilo, la miel de sus
ojos están más oscuros pero aun así su mirada esta iluminada, me sonrió y me sorprende que
mis sentimientos por él son tan grandes, tan reales y desconocidos para mí. Mis ojos se
pierden en su perfil, su nariz es sin duda la más bella que he visto en un hombre, es recta y
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respingada pero aun así masculina, su cabello color miel cae sobre su frente deliciosamente,
haciendo un bello marco para tan bellas facciones…Si tuviera su talento también lo
retrataría.
-No…lo siento.-Dije mientras me cubría con la manta las piernas, tratando de disimular la
vergüenza que siento en este momento.
-No gracias Noah…creo que mejor me iré a dormir, me siento algo cansada.-Me levanto de
del sofá y el me imita, miro hacia arriba y veo su hermosa sonrisa.-Fue un lindo día…a pesar
de todo.
-Eso mismo te iba a comentar. Gracias por todo Alice. Que duermas bien.-Dice mientras se
inclina y besa mi frente.
-Buen día Alice.-Noah me sorprende desprevenida y hace quemarme con el agua caliente, el
dolor intenso sobre mi piel, toma protagonismo y dejo de pensar en él. Noah se acerca
rápidamente y toma mi mano y la pone bajo el grifo de agua, a pesar de que quiero sentir
como mi piel se quema, cedo a los cuidados de Noah.
-No muy bien. Deberíamos ir al doctor, esto está muy enrojecido, te debe arder mucho.
-Es la lluvia, no me gusta…me pone nerviosa.-Digo mirando mis pies-Es una ridiculez lo sé,
pero, no puedo evitarlo. Te serviré café.
Mientras tomo las tazas, Noah se dirige a la sala de estar y enciende la chimenea, acto seguido
se acerca al gran ventanal y abre las cortinas, la débil luz del día entra por la ventana y él se
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queda observando hacia afuera, ambas manos están en sus bolsillos. ¡Demonios, debe estar
pensando que soy una desquiciada mental!
-Umm…sí. Por favor no le des vuelta a eso. No tiene relevancia.-Le digo nerviosa, miro mí
mano enrojecida y me concentro en el ardor. ¡No debí decirle nada! Mentalmente me reto a
mí misma por ser tan descuidada.
-Tomemos desayuno entonces.-Dice sonriéndome, sus ojos de color miel, están cálidos otra
vez. Luego de terminar el desayuno, me preparo para lavar las tasas, pero Noah me toma de
las manos y me acerca a la puerta, saca del perchero mi bufanda y la rodea sobre mi cuello,
luego saca mi nuevo abrigo y me alienta para ponérmelo, obedezco confundida, mientras
me abotono, Noah se alista también. Cuando abre la puerta nos quedamos un momento
mirando el día gris, mientras la lluvia no deja de caer, mi garganta se aprieta y me siento
triste. Noah toma mi mano y bajamos, el gotas de lluvia comienza a mojar de inmediato.
-No entiendo que hacemos aquí-Le digo con algo de dificultad, porque mi garganta cada vez
se siente más apretada. Noah mira al cielo y las gotas caen directamente a su rostro y
comienza a reír sonoramente-¿A caso estás loco?-Le pregunto. Haciendo caso omiso a mi
pregunta, Noah me mira con una extraña expresión en sus ojos.
-¿Eres cosquillosa?
-No.-Le respondo con una sonrisa. Sin duda esta es una loca situación.
-Pues corre o te hare cosquillas hasta que llores de risa.-Noah da un paso adelante, sonriendo,
sus ojos color miel se ven luminosos y felices yo no puedo evitar sentirme de igual manera.
Instintivamente doy un paso hacia atrás y comienzo a correr como una pequeña niña por
todo el inmenso jardín, que está lleno de hojas secas y nieve. Mientras corro una risa nerviosa
sale de mí, miro hacia atrás y veo a Noah estirando sus brazos sobre mí, trato de correr aún
más rápido, pero no puedo, Noah con sus infinitas piernas me alcanza casi de inmediato y
comienza hacerme cosquillas y rio incontrolablemente, rio tanto que me siento débil y
estúpida. Jamás en toda mi vida me había sentido una niña, me inclino entre sus brazo y
tomo un poco de nieve y se la arrojo sobre los cabellos de Noah.
-Oh bueno, si eso es lo que quieres.-Noah me suelta y toma la nieve algo derretida y comienza
tirarla sobre mis cabellos y mi cara, con mis manos trato de zafar pero no lo logro, escucho
su risa y la mía, luego de luchar, ambos caímos rendido sobre la nieve boca arriba y siento
como la lluvia cae sobre mi rostro. Mi estómago duele de tanto reír y me siento cansada pero
con energía, es todo tan extraño.
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-¿Ahora recordaras esto en un día de lluvia?-Dice Noah, mirándome fijamente a los ojos.
-Vamos, no quiero que te enfermes.-Dice levantándose, una vez ya sobre sus pies, me ofrece
su mano, la tomo de inmediato, cuando lo tengo frente mío, sin saber muy bien porque, lo
abrazo fuerte. El rápidamente me abraza de vuelta y apoya su cabeza sobre la mía.
-Gracias Noah.
-¿A mí?-Le pregunto mientras miro sus ojos, la lluvia aun cae sobre nosotros y su pelo está
completamente mojado y se ve tan atractivo. Noah sonríe sutilmente, mientras toma mi
rostro con sus manos.
-Gracias por existir y estar aquí junto a mi.-Sus palabras son como un bálsamo, algo tibio y
limpio siento en mi alma. Mis ojos se humedecen de inmediatos y las lágrimas se mesclan
con la lluvia.
-¿Estaría mal decirte que me gustas mucho?-asombrada y anonadada por este tan inusual y
bello momento, niego con la cabeza. - ¿Estaría mal decirle que muero por besarte?
Siento como mi boca y garganta se secan, niego con la cabeza y la lluvia deja de resonar en
mis oídos, solo siento mi respiración y la suya cada vez más cerca, inclina su cuerpo para
besarme y yo cierro los ojos instintivamente, el miedo me frena a todo un dulce sentimiento
de deseo, mi corazón late tan fuerte que duele. Cuando miro hacia su rostro Noah está
observándome con una pequeña mueca en su rostro.
-¿A qué temes Alice? Yo no te hare daño, jamás podría hacerlo. ¿No confías en mí?
-Eres un hermoso desastre.-Me dice, mientras toma con su mano mi barbilla. Sonrío
levemente y me concentro en su mirada, pongo mis pies en puntas, mientras él me toma de
la cintura y me besa, sus labios devoran los míos con devoción pero a la vez con delicadeza,
pongo mis manos alrededor su cuello y siento como mis pies ya no tocan el suelo, mi corazón
late tan fuerte que lo siento por todo mi cuerpo. No sabía que un beso podía ser tan, intenso,
tan húmedo, tan excitante. Jamás pensé en que yo pudiera perderme en los besos de alguien,
así me siento, perdida, maravillosamente perdida.
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Ella está en mis brazos, la sostengo con firmeza mientras siento su boca pequeña dentro
de mi beso. Realmente está pasando, estoy besando literalmente la mujer de mis sueños.
Alice corta el beso y respira agitada, sus mejillas están de ese tono rosa, me alegra no ver
miedo, ni tristeza, su mirada es diferente…jamás la había visto así. Mientras me pierdo en
sus ojos ella curva sus labios en una sonrisa tímida. Esa sonrisa tímida que me tiene vuelto
loco.
-Me quita el aliento verte.-Le digo mientras aun la sostenga en mis brazos.- ¿Entremos?
-Si-Dice sonriéndome-Tomo sus piernas y ella apoya su cabeza en mi pecho, entramos a casa
y la subo las escaleras, la puerta de su habitación está abierta y entro dejándola encima de la
cama. Ella luce nerviosa pero aún tiene ese brillo en sus ojos.
-Te dejare para que te des un baño y te cambines de ropa. Iremos a Liverpool a cenar.
-¿Liverpool?-Pregunta sorprendida.
-¿Prefieres Londres?
-No, donde sea está bien para mí. ¿Es… esta una cita?-Me pregunta con sus mejillas
sonrosadas.
-Sí, pasare por usted señorita Sullivan en una hora.-Alice sonríe y asiente alegremente.
-Somos ingleses, la puntualidad lo es todo. Nos vemos-Le digo mientras le giño el ojo y cierro
la puerta. Entro a mi habitación y me saco la ropa que esta toda mojada, la dejo en el suelo
y me doy una ducha rápida, me siento como si tuviera 15 años por lo feliz y ansioso que me
siento por tener una cita con Alice. Cuando salgo de la ducha me miro al espejo y tengo una
ridícula sonrisa en mi rostro. ¡Maldita sea! Tengo miedo de que mis sentimientos por ella
estén fluyendo tan rápido. ¿Debería contarle que sueño con ella incluso antes de conocerla?
Quizás más adelante. Busco en mi armario, sweater negro, pantalones de color claro y
obviamente usare la bufanda que ella me hizo, bajo al primer piso y miro el reloj, ya es hora,
me pongo el abrigo y rodeo la bufanda color miel alrededor de mi cuello, subo nuevamente
y toco la puerta de su habitación. La puerta se abre de inmediato…se ve tan hermosa, su
cabello esta suelto, cae deliciosamente sobre su espalda hasta llegar a sus caderas, lleva
puesta la misma ropa que uso en la noche de navidad…se ve perfecta.
-Lo siento no tengo más que esto.-Dice Alice avergonzada, mirando su ropa.
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-Te vez hermosa Alice. ¿Nos vamos?-Le digo ofreciéndole mi brazo, ella lo toma de inmediato
y bajamos las escaleras, cuando llegamos a la puerta le pongo su abrigo, y salimos, ha dejado
llover por completo, el sol se deja ver en el cielo con resplandor, solo unas pocas nubes lo
opacan. Le abro la puerta de auto y ella se sienta, trata de ponerse el cinturón de seguridad
pero no puede, sus manos están tiritando, no sé si es de frio o nervios.
-Déjame hacerlo yo por ti Alice.-Ella me sonríe y yo le giño el ojo. Una vez ya adentro nos
dirigimos a Liverpool a un restorán llamado “Panaramic 34” siempre quise ir, pero nunca lo
hice, desde que me gradué mi vida ha sido una locura y rara vez tuve tiempo de hacer otra
cosa que no sea trabajar, ahora tengo tiempo…que bien se siente eso.
Camino por la calle Brook Street nos estacionamos dentro del edificio West Tower donde se
encuentra este restaurant. Alice se ve realmente feliz y yo embobado por lo hermosa que se
ve y no soy el único, muchos quedan mirándola como si fuera una muñeca de porcelana,
pero ella no se percata de lo que produce. Tomamos en ascensor y apretó el número 34.
-La vista será espectacular, ya verás. ¿Le temes a las alturas?-Le pregunto preocupado.
Las puertas del ascensor se abren y nos recibe un señor delgado, formalmente vestido. Nos
da la bienvenida y nos lleva a una mesa para dos, justo alado de la ventana, la vista es
espectacular. Alice queda mirando todo a su alrededor, mirando la vista de un Liverpool
nevado y ya oscureciendo.
-Sí que lo es -le digo mirándola, ella se percata que estoy observándola y sonríe tímidamente,
sus mejillas están sonrosadas otra vez. ¡Dios ya quiero besarla de nuevo! Un nuevo joven
trajeado se nos acerca, ofreciéndonos la carta de vino, mientras elegimos lo que beberemos
me percato que este hombre no es ajeno a la ninfa que tengo al frente, pero allá está mirando
atentamente la carta, ignorando todo a su alrededor, su cabello cae gloriosamente sobre sus
hombros, ese color rojizo oscuro hace ver su piel más clara he inmaculada.
-Yo igual.
-Excelente elección señor. Con su permiso.-Dice el joven mientras se retira con las cartas ya
en su mano.
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-¿Has venido antes aquí?
-No, es mi primera vez. Es fabuloso. Sobre todo ahora que las luces ya se están encendiendo
en la cuidad.
-Nunca había venido a Liverpool. Se mucho de la cuidad por su historia, pero no había tenido
la oportunidad de estar aquí.
-Suerte, supongo…una señora me hablo de lo bello y pacifico que era el pueblo…y era
justamente lo que estaba buscando.
-Me alegro que hayas llegado aquí.-Alice me sonríe mientras juega con su servilleta de tela,
luego de un rato me mira directamente a los ojos.
La confesión de Alice me toma por sorpresa. Recuerdo ese día perfectamente...me sentía
completamente miserable y roto.
-Ese día deje todo lo que tenía…Fue todo tan doloroso Alice.
-¿Por qué?
-Porque pude escapar de la mediocre vida que llevaba. De algún modo sentía que mi vida ya
la había vivido. Renegué contra mi juicio y seguí con el estilo de vida que “tenía que seguir”.
Fui un cobarde Alice, a tal extremo que casi cometo el peor error de mi vida.
-Iba a pedirle a Stella ser mi esposa. A pesar de que no la amaba lo suficiente para
hacerlo…estaba dispuesto a tener una vida con ella. ¿Te das cuenta lo que tuvo que pasar
para yo dejarlo todo?
-Es difícil ver una salida cuando te sientes tan atrapado. Estas tan enceguecido en tu agobio
que no vez mas allá. Tu misma mente te limita de tal modo que no ves otro modo de vivir la
vida. Te conviertes en tu propia prisión.
-Tienes razón.-El joven mozo nos interrumpe sirviéndonos nuestras copas de vino blanco.
Tomo la copa y la alzo-Por los nuevos comienzos.
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-Por los nuevos comienzos-Dice Alice sonriendo, nuestras copas chocan delicadamente y
ambos bebemos sin quitarnos los ojos de encima.
-No se bailar.
-De verdad no creo ser buena para esto-Dice Alice preocupada. Cuando la tengo frente mío,
la tomo de su pequeña cintura y la levanto dejando sus pies sobre los míos.
-¿Mejor?-Le pregunto sonriendo, Alice sonríe mientras asiente con la cabeza, pone sus brazos
alrededor de mi cuello, la tengo tan cerca que puedo ver unas pequeñas pecas que están en
sus mejillas.-Eres tan hermosa Alice.
-Nunca nadie me había dicho eso.-Le digo con una sonrisa nerviosa. Alice con una mano
acaricia mi barba que he notado que le gusta y cierra los ojos, la imito, mientras giramos
sobre mis pies, disfruto sus caricias, su mano cálida, suave y pequeña sobre mi mis mejillas,
cabello y barba. Cuando abro mis ojos nuevamente veo sus ojos grandes y almendrados, su
boca pequeña me cautiva, no puedo resistirme y la beso, consciente de que no estamos solo,
lo hago de una manera más suave y delicada. Ella recibe el beso, dándole la bienvenida a
mis labios y mi lengua y me siento fuera de mi orbita…sus besos son deliciosos como lo es
ella. Contra mi voluntad paro el beso y ella apoya su cabeza en mis hombros, aprovecho esa
posición y huelo su cabello. Tengo tantas sensaciones dentro de mí y todas son magníficas.
Jamás había experimentado algo como esto, no quiero perderla, la quiero para mí y solo para
mí. ¿Cómo es posible que la quiera tanto cuando la conozco hace tan poco tiempo?
Cuando la pieza termina, Alice se baja de mis pies y toma mi mano. Ambos tomamos rumbo
a nuestra mesa, mientras Alice se toma un vaso de agua, pago la cuenta.
-¿Estas lista?
-Es un honor para mí que hayas aceptado esta cita.-Ambos nos sonreímos y nos largamos. El
camino de vuelta a casa, fue igual de grandioso como lo ha sido todo este día, escuchamos
música, hasta contamos varias canciones, pero como tengo cero oído musical Alice no hizo
más que reírse de mí. Verla así es algo único e inusual, y estaría dispuesto de hacerla feliz
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por mucho tiempo más, aunque vaya contra mis temores y miedos de caer entre precipicio
de sentimientos y quedar completamente vulnerable una vez más.
Cuando llegamos a casa nos percatamos que hay un auto estacionado en las afueras. El rostro
de Alice pasó de relajo y tranquilad a alerta. ¿Qué oculta es chica? Una vez detenidos, tomo
la mano de Alice y le beso los nudillos.
-Quédate tranquila Alice, todo está bien.-Alice sonríe y asiente débilmente, el auto que está
a menos de un metro se abre y sale Stella, de inmediato mi estómago se tuerce.
-Yo subiré a mi habitación para que estén más tranquilos.-Alice a toda velocidad se baja del
auto, y cuando pasa por el lado de Stella, ella le hace un gesto de saludo que Stella ignora
por completo. Me bajo del auto ya completamente molesto y curioso. Me acerco a ella y la
miro a sus ojos verdes.
-¿No me dejaras entrar? Hace un frio horrible.-Asiento y le hago un gesto con la mano para
que entre, las luces de la sala ya están encendidas, Stella se saca el abrigo y se sienta en el
sillón de tres cuerpos. Enciendo rápidamente la chimenea, el calor del fuego casi de
inmediato hace más cálido el lugar.
-No. Por favor siéntate a mi lado.-Dudo un momento pero me apiado por la mirada de dolor
que hay en sus ojos. Me siento a su costado y ella de manera casi inmediata me toma la mano.
Trato de zafarme pero ella hace más presión.
-¿Hay algo más? ¿Me dirás ahora que son trillizos?-Le digo mientras retiro mis manos de las
suyas.
-Noah…todos cometemos errores, tú sabes que yo te amo, pero, fui deshonesta en tantos
sentidos, no quería hacerte daño y termine haciéndotelo de la peor forma. Ahora seremos
padres. –murmura.
-Hice cálculos y sé que es tuyo.-Dice con mucha convicción, lo cual me pone nervioso.-Tiene
que ser tuyo.
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-¿Tiene que serlo? ¿No sería mejor que fuera de Tom así viven su vida tranquilos?
-Él no me ama.
Stella cierra sus ojos, como si mis palabras le dolerían, de sus mejillas caen una y otra vez
lágrimas, se las seca rápidamente. Stella le detesta que la vean frágil.
- Los amo a los dos, no sabes todo lo que he sufrido, después de lo que hiciste por mí…no me
sentí con el valor de decirte que me estaba enamorando de tu hermano.
-No, yo te amé, realmente lo hice…pero…Me confundí. Odio haberte hecho tanto daño. Tú
sabes lo importante que eres para mí, hemos sido amigos toda la vida, fuiste un novio
excepcional, me diste parte de tu cuerpo para yo seguir con vida.-Stella comienza a llorar
con mayor intensidad, mientras un dolor amargo recorre todo mi cuerpo.
-¿Ambos?-pregunta extrañada.
-Sí, jamás te dije que odiaba mi vida, mi trabajo, mi casa, mi rutina…me sentía tan prisionero
y lo más irónico que es una prisión que yo mismo construí, todo por creer que estás haciendo
lo correcto.
-Wow.-Dice mientras se seca nuevamente sus lágrimas con un pañuelo- ¿Es decir que tú ya
no me amabas?
-A mi manera te amé y mucho Stella, pero no me sentía vivo, como que todo a mi alrededor
perdía el color y yo no hacía nada para solucionarlo, fui un cobarde, porque solo verte a ti
con Tom, me dio el coraje de largarme de esa vida mediocre que tenía.
-¿Ahora tu vida tiene más color?-Me pregunta con una mirada suspicaz.- ¿Esa chica, la
pelirroja tiene algo que ver con el brillo en tus ojos?
-Oh por Dios Noah…se nota en tu mirada que sientes algo muy fuerte por ella, tienes su
nombre escrito en tus ojos.
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-En ese entonces no saco nada con negártelo.-Stella me mira y sonríe mientras niega con su
cabeza.
-Tom es único en su clase.-Dice con un tono triste.- Se odia por lo que te hizo y me odia por
lo que hicimos…No sabes lo mal que ha estado por…todo esto.
-No puedo sentir lastima por ti, ni por él…veras perdí a mi hermano y a mi amiga.-Stella se
larga a llorar nuevamente y siento como mi garganta se aprieta.
-Debes comprarte un celular nuevo Noah. El señor York necesita comunicarse contigo para
ver el tema de tus acciones, negocios y otras cosas. Sé que te largaste de Londres pero aun
tienes cosas pendientes allí.
-Ya veo.-Digo simplemente, tratando de que la ira que me produce ese nombre no me altere.
-Sé que el daño que te hice no tiene perdón…pero fuiste lo mejor de mi vida y siempre estaré
agradecida por todo lo que hiciste por mí-Stella me mira con una melancolía y nostalgia.-
Fueron buenos ¿no?
-Si.-Dice mientras ella acaricia su plano vientre.-Cuando le haga el examen te hare saber los
resultados.
-Adiós Noah.- Stella levanta su rostro y me besa la comisura de los labios. Y me asombra no
sentir nada, ni odio, ni amor, ni rencor…nada más que un cariño fraternal y alivio.
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Ellos hacen una bonita pareja…bueno alado de él ¿Quién no? Me acuesto en la cama y
comienzo a pensar en bello e idílico día que pasé hoy….tuve mi primera cita y mi primer
beso, no pensé que un beso podía transportarte al cielo y sentirte tan viva…además el hecho
de que me haya gustado tanto me ha sorprendido demasiado.
Un dolor en mi vientre bajo me saca de mi sueño romántico, ¿maldita sea y ahora qué? Miro
mi calendario y una gran x esta justo en la fecha de hoy….mi periodo ¡Genial! digo en mi
cabeza. Me voy al baño y me preparo, tomando las precauciones y poniéndome un pijama de
algodón que me cubre por completa, me miro al espejo y parezco un copo de nieve. Me
acuesto bajo las frazadas y el dolor comienza ¡Odio ser mujer! Mi vida hubiese sido tan fácil
si fuera hombre. Me retuerzo bajo la ropa de cama…y me reprendo por no haber comprado
ningún tipo de analgésico. Siento un pequeño golpe en la puerta y entra Noah.
-Si… ¿todo bien? –pregunto relajada aunque por dentro estoy temerosa y nerviosa.
-Si todo bien-dice, mientras se sienta a mi lado- Su visita solo fue para decirme lo
mismo…que la perdonase, que fue un error...ya sabes.-Dice en tono frustrado.
-No, esperara unos meses más creo. ¿Te sientes bien?, tu rostro esta algo pálido.
-Si…estoy en esos días, que te hacen a odiar a Eva-Noah sonríe con su cabeza hacia atrás,
luciendo su bella dentadura….Es tan guapo.
-Te traeré una manta que tengo que es muy calientita, además hace un frio horrible esta
noche, pronto comenzara a nevar.-Noah se levanta y se dirige a su habitación que está al
frente de la mía luego de unos segundos aparece con una manta en sus manos. Me saca la
ropa de cama y me pone su manta encima, luego sobre ellas la ropa de mi cama.
-Así sentirás más calor, pero si sigues así, puedo ir a comprarte algo.
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-Te traeré un té entonces…ahora que recuerda Ariella siempre tomaba algo caliente en esos
días.
Noah desaparece nuevamente y me acurro como un feto, su manta huele a él…lo cual es
perfecto. El me gusta demasiado…más de lo que yo quisiera y eso me asusta…porque no
sabe quién soy, bueno ni yo sé quién soy. ¿Seré capaz de decirle la verdad a Noah? De contarle
de dónde vengo, lo que he hecho y de que estoy psicológicamente estropeada. ¿Quisiera el
estar con alguien así? Y un rotundo- No- aparece en mi cabeza. ¿Quién quisiera estar con una
mujer que le asustan los hombres, que se hace daño a sí misma y que ha mentido
deliberadamente? Soy un caos. No entiendo que ve el en mí, me ha dado tanto sin apenas
conocerme ni presionarme en nada.
-Aquí está tú te- Dice Noah, entrando a mi habitación con dos tazones en sus manos. Me
siento mientras Noah lo hace también a mi lado, y apoyo mi cabeza en su hombro mientras
caliento mis manos con el tazón en mis manos.
-Gracias.
-Y yo la manta-Le digo con una gran y boba sonrisa en mi rostro, mientras mi corazón se
acelera.
Nos quedamos haciendo compañía en silencio, luego de un rato Noah abre su brazo y me
hace apoyarme sobre su pecho, donde pude sentir ese aroma tan agradable. Esto es bueno,
me siento tan segura con el aquí. Luego de terminar yo mi té y el su café, Noah saca mi libro
que está en el velador y comienza a leerlo en voz alta desde donde lo tengo marcado. Su voz
vibra sobre su cuerpo y hace vibrar el mío, instintivamente le cubro sus largas piernas con
mi ropa de cama, hace demasiado frio para que esté así. Este momento me parece robado de
alguna novela romántica o película, yo en sus brazos mientras me lee mi libro favorito,
mientras con su otra mano acaricia mi hombro, haciendo círculos. Su suave y sutil toque
comienza a ponerme ansiosa, subo la mirada y veo su perfecto perfil…su barba de días, tan
suave como su cabello, Noah detiene su lectura y me mira a los ojos.
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A la maña siguiente despierto en los brazos de Noah, su respiración es profunda y está en el
tercer sueño, el libro yace sobre su pecho que se mueve con cada respiración que da. Miro
de reojo mi reloj y ya son las diez de la mañana. La mano de Noah me sigue rodeando por
completa solo que ahora está en mi cintura, estoy tan apegada a él, que siento algo de calor.
Noah se remueve y abre sus bellos ojos color miel, mirando a su alrededor, quizás
preguntándose donde está.
-Bueno días.
-Maravillosamente ¿tu?
-Ídem.
-Eres tan bella Alice, incluso recién despertando…lo cual me hace recordar que tenemos
trabajo que hacer en el tercer piso.
*** ***
-No, cuando esté terminado, pero entre más te muevas es más difícil para mí.
-¿A tus novias?-Le pregunto curiosa. Noah deja de posar sus bellos ojos en su pintura para
para posarlo en mí.
-No lo sé…quizás nunca me inspiraron hacerlo. Eres la primera-Dice con un brillo en sus
ojos y una insinuante sonrisa. Su respuesta me asombra y me hace atragantarte con mi
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propia saliva y comienzo a toser como una estúpida. Noah se pone a mi lado y comienza a
dar suaves golpes sobre mi espalda.
-¿Estas bien? Puedo hacerte maniobra de Heimlich-Dice mientras me sube los brazos, con
una gran sonrisa en su rostro.
-¿El flautista de los ratones?-Le pregunto con la voz rasposa. Noah comienza a reír y me besa
la mejilla.
-No ya estoy bien.-Noah deja de sonreír y me mira intensamente a los ojos, luego con sus
nudillos comienza acariciar mi rostro.
-No siento nada por ella, hace mucho tiempo no lo hacía y ayer me di cuenta que le guardo
mucho cariño porque fue mi mejor amiga y muchas cosas nos unieron pero…Alice lo que
siento por ti es tan grande e intenso, que no concibo la idea de no proponerte esto. Sé que es
demasiado pronto, pero es lo que siento. Quiero estar contigo, quiero cuidarte, quererte.
-Nunca nadie me había dicho algo así.-Le digo con un nudo en la garganta.-El problema es
que…no creo que sea una buena novia…sé que no podré llenar tus expectativas.
-¿De qué hablas? Si las has llenado desde hace tanto tiempo. Hay algo que quiero mostrarte.-
Dice de pronto con una expresión seria en su rostro. Noah toma mi mano y bajamos a su
habitación, la cual no había entrado antes. Su habitación es igual a la mía, pero tiene una
ventana el doble de grande que da vista a una colina alta y hermosa llena de nieve y árboles.
Noah comienza sacar unas carpetas de un mueble y comienza buscar algo, lo cual me pone
sumamente nerviosa. ¿Quizás ya sabe quién soy y lo que hice? De pronto saca unas hojas y
me mira nervioso.
-Alice sé que lo que te mostrare es poco usual y ojala puedas creerme. Hace meses he soñado
con una mujer…sueño con sus ojos, su rostro, su cabello y muchas veces desperté haciendo
un bosquejo de lo que soñaba.-Noah mira nuevamente las hojas y luego a mi.-Siempre has
sido tú Alice.
Tomo los bosquejos y siento como mi corazón se me va a la boca… ¡Dios mío soy yo! ¿Cómo
es eso posible? Hay más de 10 dibujos, algunos son solo mis ojos y cabellos, mi nariz sin
terminar o mi boca borrosa.
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me corresponde son sus labios suaves y su beso intenso. Luego de unos minutos me baja y
me acaricia el rostro y me sonríe de esa manera que me siento tan segura y querida…como
nunca antes en mi vida.
-¿Eso es un sí?
-Es un sí…Nunca soñé contigo, pero siempre quise a alguien como tú.
-¿Por qué lloras Alice? Dime lo que te sucede ¿Por qué no confías en mí?-Dice mientras se
sienta en su cama y yo lo hago a su lado.
-Nunca he tenido una familia real…me he sentido sola desde… que tengo uso de razón.
-No lo sé…nunca quise saberlo. Solo sé que nunca tuve una madre…o padre. Crecí en un
orfanato casi toda mi vida y créeme que la vida ahí es tan…dura.-Cuando me atrevo a mirar
a los ojos a Noah, su expresión me causa más tristeza…su boca está ligeramente abierta y
sus labios secos y su mirada expresa mucho dolor, como si se lo hubiera trasmitido el mío.
-Ya no estarás más sola Alice.-Dice con un tono de voz bajo-Lamento tanto por lo que has
pasado.-Como una niña pequeña me cobijo en los brazos de Noah y el me abraza y lloro…sin
tapujos, como tantas veces llore en ese orfanato, como tantas veces llore en esa casa donde
me adoptaron e hicieron mi vida aún más miserable, solo que esta vez, alguien está conmigo,
siento su amor, su preocupación y me hace sentir tan bien. Luego de unos minutos, ambos
estamos acostados en su cama, cubiertos con la manta favorita de Noah, mientras el me lee
un libro, yo estoy apoyada en su pecho, entre sus brazos…estoy en el cielo.
La mañana está más nublada que nunca, cuando miro el reloj ya son las nueve, ayer junto a
Noah celebramos el año nuevo en casa, cenamos, bailamos y vimos una película antigua en
blanco y negro. Aun no puedo creer que tenga una pareja, están irreal. Un ruido en el primer
piso me pone en alerta, pongo atención y me doy cuenta que es la puerta. ¿Acaso Noah salió
de la casa? ¿En qué momento? Me levanto y rápidamente y bajo las escaleras despacio.
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-¡Alice!-Aparece Ariella con su gran sonrisa, sus ojos azules brillantes y su cabello
completamente rosado. Ariella y yo nos abrazamos efusivamente.
-¡Quería darles una sorpresa! Les traje muchos regalos, sobre todo a ti.
-¿Mi hermano?
-Duerme, creo que anoche se quedó pintando hasta tarde. ¿Cuéntame cómo te fue?
-La decoración no es lo mío, es gente muy estirada, pero con mis amigas las pase
espectacular, ellas son modelos y en uno de los eventos les regalaron mucha ropa, asique
traje para ti y para mí.
-Tú estás radiante ¿a qué se debe?-Pregunta mientras entrecierra sus ojos inspeccionándome
la cara.
-Nada…bueno…Noah y yo…ya sabes.-Ariella abre sus grandes ojos azules y me abraza tan
efusivamente como si se hubiese ganado un premio multimillonario.
-No sabes lo feliz que me hace Alice, tú eres perfecta para él.-Le sonrió de vuelta pero, esa
frase me desanimo, ¿Cómo voy hacer perfecta cuando estoy estropeada y le he mentido desde
el primer día que lo conocí? Mis pensamientos oscuros son interrumpidos por otro grito
agudo de Ariella la cual abraza a su hermano, como si no lo hubiera visto en siglos, es tan
hermoso el cariño que existe entre ellos.
-Ya no soy arcoíris Noah, ¿no vez que ahora es solo rosado?-Noah pone los ojos en blanco y
sonríe, luego se acerca a mí y me da un casto beso en la boca.
-Buenos días.-Le digo tímidamente. A pesar de que llevamos una semana siendo novios, me
siento nerviosa cada vez que estamos cerca y trato de mantener el contacto físico en lo
mínimo y creo que él lo está notando y aun así no me dice nada. ¿Cuánto más aguantara?
¿Cuánto más lo hare yo sin hacerle ver lo que realmente me aterra? Nunca debí decirle que
sí, pero cuando me mira de esa forma no logro resistirme, me hace sentir que soy la única
mujer en su mundo y el hecho de perderlo me duele y angustia con solo pensarlo.
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A la mañana siguiente me preparo para ir a la pastelería, Noah me ira a dejar en el auto y el
después se irá a Londres arreglar unos asuntos. Ariella duerme profundamente con los
audífonos puestos, su pieza está llena de ropa por todos lados.
-Pretendo hacerlo todo hoy. No quiero estar en Londres por mucho tiempo. ¿Me extrañaras
si me quedo más días?
-Tengo que trabajar. Rita ya me llamo anoche para que me presentara hoy.-Noah hace una
mueca y luego continua devorándose su pan.
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Entro a mi departamento y está todo polvoriento, vacío y triste, mientras pongo algo de
música comienzo a ordenar y pensar qué demonios hare con todo lo que tengo en este lugar,
el cual me doy cuento que no le tengo ningún apego. Tomo mi nuevo celular y llamo al
Rupert York que es el que se encarga de todos nuestros bienes.
-Claro señor Evans, estoy en la empresa de su padre en este momento, así que no demorare
mucho en llegar.
Miro por la ventana el paisaje de un Londres lluvioso y frio pero sumamente hermoso y aun
así no me da nostalgia, Oldham lo he sentido más como mi hogar que esta antigua cuidad,
además Alice está allí, es una mujer tan dulce y hermosa y me estoy enamorando
perdidamente de ella y lo cual me tiene, asustado y las razones son obvias. ¿Qué sé
exactamente de ella? Nada, solo sé que su pasado fue sumamente doloroso, lo cual me hace
dar una vaga idea de lo que realmente le duele, pero ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar
para que me cuente su historia? ¿A que le teme? Ahora es mi novia por dios santo, y no he
podido tocarle ni un pelo. Pero no me importa…no quiero perderla eso dolería más que mis
frustrados deseos hacia ella.
A los minutos llega Rupert, es un hombre de 55 años, alto y sumamente obseso, tanto que le
cuesta un poco entrar por la puerta, pero todo eso se te olvida con su carismático rostro y
forma de ser.
-Al fin te veo la cara Noah. ¿Cómo has estado?-Dice mientras me estrecha la mano con
entusiasmo.
-Mejor que nunca Rupert. ¿Cuándo nacen los trillizos?-le pregunto bromeando. Rupert se
toma la barriga y comienza a reír.
-No tranquilo, ya asalte la cocina de Evans Lawyers. ¡Vamos al grano! ¿Qué pasara con tus
negocios, posesiones, bienes? ¿Piensas regresar a trabajar con tu padre y tomar el cargo como
director?
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-No volveré a esa empresa. Eso ya está decidido. En cuanto a mis bienes, quiero que vendas
este departamento, con todo lo que está aquí adentro. Contrata una agencia de corredores de
propiedades y que se hagan cargo.
-Muy bien.-Dice mientras va apuntado lo que le digo en su celular- ¿tus acciones las
dejaremos activas como siempre?
-Si, como siempre al igual que las dos sucursales de los restoranes que poseo aquí. ¿Cómo va
eso?
-Increíble, la joven Lilian Morse está estudiando en abrir otro restaurant más. Pero para eso
necesita hablarte directamente. Me ha pedido una reunión contigo.
-Solo puedo hoy. Quiero irme lo más pronto posible de Londres. Pregúntale si quiere que
vaya hoy al restaurant.
-Ya lo hice-Dice sonriendo-Te está esperando en este momento. Eres el dueño debe estar a su
merced.-Dice en un tono sugerente, ruedo mis ojos, mientras niego con la cabeza. -Eres
soltero y esa chica es hermosa sin mencionar que te adora.
Luego de revisar sus informes, y ver cómo ha evolucionado mis negocios el comercio, me
despido de Rupert.
-Te mantendré informado una vez al mes como va tus negocios y acciones cualquier
anomalía también te mantendré al tanto.
-Hay mucho dinero invertido aquí, créame que lo hare-Dice sonriendo mientras me guiña
un ojo.
Ya son los 5 de la tarde y muero por escuchar la voz de Alice, pero me percato que no tiene
celular, asique antes de ir al restaurant compro otro celular igual al mío. Me encamino a
juntarme con Lilian para ver si hay una real posibilidad de expandirnos, lo cual es una buena
opción ya que el negocio prácticamente se maneja solo.
Cuando entro me percato que es restaurant está lleno, el ambiente es agradable y el joven
violinista que una vez encontré en la calle tocando por propinas ahora deleita con su talento
en mi restorán, claro que ahora veo dos miembros nuevos. Al verme me hace un pequeño
gesto a modo de saludo el cual le responde de igual manera.
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-¡Señor Evans, agradable verlo! Dice Lilian, mientras me besa la mejilla, lo cual me toma por
sorpresa y le respondo torpemente con otro.
-Si vamos.
-No, gracias. Debo irme pronto.-Entramos a la pequeña y femenina oficina y nos sentamos
en una mesa redonda, Lilian saca algunos documentos y los pone encima de la mesa, sus
ojos marrones me miran directamente a los ojos y me sonríe, sus mejillas se sonrojan
profusamente, mientras se arregla su largo cabello rubio.
-Señor Evans, estos últimos dos años nos ha ido de maravilla en ambos restaurantes. Las
ganancias han aumentado un 67% y me gustaría saber si le gustaría la idea de abrir otro
restaurant en Kingstone. Ya tengo a la vista del lugar, es amplio y está a la venta y su locación
está cerca de hoteles y centros comerciales.
-Ya veo-Digo mientras miro el dinero que hemos ganado y el valor del lugar en Kingstone-
¿Quién se haría cargo de esa restaurant? Sé que apenas estás viendo los dos, y ayuda el hecho
que ambos están aquí en Londres muy cerca del otro, pero este te quedara algo más alejado.
Además viendo las dimensiones físicas del lugar es mucho más grande que este.
-Lo es señor Evans, es mucho más grande, tiene un segundo piso, lo cual es excelente dado
que tenemos una larga lista de espera.
-Tendríamos que contratar a dos personas más, para que se encarguen de los restaurantes
que estén aquí y tú tendrías que encargarte el de Kingstone, pero siempre supervisando los
tres. Tendrías un nuevo cargo por supuesto.
-Seria grandioso señor Evans. ¿Le parece que mañana vayamos a ver el lugar en Kingstone?
-Lo siento Lilian, ya debo irme, tu quedas a cargo. En cuanto tengas todo listo nos volvemos
a juntar para cerrar el negocio y compra del lugar. Confió plenamente en tu juicio, por algo
estamos teniendo tanto éxito.
-Dime Noah me haces sentir viejo y solo te gano por unos cuantos años.
-Lo siento siempre olvido que no te gusta que te digan así. ¿Quieres cenar conmigo?
-Debo regresar. Cualquier cosa me llamas a mi celular, este es el numero- Le digo mientras
se lo apunto en una hoja de papel.
-Perfecto. Espero verte pronto por aquí-Dice con una gran sonrisa coqueta.
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Salgo del restaurant rápidamente para largarme lo más pronto de Londres, cuando a lo lejos
veo a Colin Fisher que me hace señas con la mano, para llamar mi atención, rápidamente
comienza hacerse camino contra la espesa multitud de la calle. Colin es detective, ya a sus
treinta ha sido reconocido por su excelente trabajo, hace unos años la compañía de mi padre
se vio envuelto en un caso bastante espeluznante y él era el jefe, en esa época nos hicimos
por así decirlo, buenos amigos.
-No seas ridículo Colin-Le digo sonriendo.- ¿Por qué me estás buscando?
-Ya veo, entremos al restaurant y pediré una oficina-Colin asiente enérgicamente, mientras
bota a un pequeño basurero una colilla de cigarro.-Tuviste suerte ya me estaba largando de
aquí.
-No me detestes pero tengo este lugar en la mira, tenía la esperanza que te aparecieras por
aquí algún día.
-Demonios, ya me estas asustando.-Le digo, mientras le hago señas a Lilian que ocupare
nuevamente su oficina.
Una vez adentro, ambos nos sentamos en la pequeña mesa redonda de reuniones. Colin se
saca su chaqueta y sus guantes de cuero negro y luego comienza a sacar una carpeta que
está lleno de papeles.
-¿Has leído el periódico o has visto las noticias?-Me pregunta con un tono de voz de entrevista
policial.
-No realmente. Me he desconectado por completo de la realidad. ¿De qué se trata todo esto?
Dime ya, me tienes nervioso.-Colin remueve unos papeles y pone en frente mío, una
fotografía de Sean Kamble.
-Estas abusando de nuestra amistad Colin. Si quieres una declaración mía esta no es la forma.
-Lo se Noah, solo quiero saber qué fue lo último que hablaron. Tú podrías ser la llave que
abra la puerta de este embrollo.
-El año pasado, el 3 de Diciembre, una chica desapareció. Amy Kamble, la hija adoptiva de
Gillian Kamble y Drake Kamble, padres de Sean. Esta chica fue adoptada cuando ella tenía
12 años de edad, provenía de un pequeño y pobre orfanato. Sean vivió aproximadamente casi
toda su vida en New York y cuando cumplió 17 años regreso a Londres ya que fue expulsado
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de un prestigioso colegio en el cual estudiaba. Fue ahí cuando conoció a su hermana y
comenzó una relación de abuso hacia ella, muchas discusiones, y maltrato psicológico,
además bien sabes tú, que Sean Kamble comenzó a consumir drogas lo cual, lo hizo ser aún
más agresivo, tanto como con su propia madre y Amy.
-No, tanto como el Sr Drake Kamble y ella se negaron hacerlo, pero lo llevo al psiquiatra ya
que tenía arranques de ira y alucinaciones, además intento matar a su madre, ahorcándola.
Todo esto fue oculto por esta familia dado al cargo político de este hombre. Pero todo se fue
de las manos luego que la señora Kamble vio como Sean violaba a Amy. Pero nuevamente
oculto este hecho y decidieron internar a Sean en un centro mental, estuvo un año en
tratamiento y alejado de toda la familia, solo Drake Kamble, el padre iba a visitarlo. Cuando
Sean sale del tratamiento regresó a vivir con su familia, según la señora Kamble todos los
abusos cesaron, pero dado a la desaparición de esta chica obviamente no sucedió.
-¿Tienes alguna fotografía de esta chica?-Pregunto con el corazón acelerado, siento como
golpea fuertemente sobre mi pecho.
-¿Ella tiene hermanas biológicas?-Pregunto, anhelando que ella pueda ser una hermana
gemela.
-Lo que pude investigar tiene un hermano, 6 años mayor que ella y su madre biológica está
muerta hace unos 15 años, ella se vendía por drogas y no se sabe quién puede ser el padre.
-No lo sabemos, pero hace unas semanas hemos encontrados 3 jóvenes mujeres muertas,
todas casi de la misma edad de Amy y similares físicamente, ojos claros, pelirroja, atractivas.
-¿Cómo sabes que es él? ¿Por qué haces este tipo de conexión?
-El día que desapareció Amy Kamble, encontramos sangre en su habitación, cabellos de ella
en el suelo y rastros de fluidos seminales. Alguien abusó sexualmente de Amy y no sabíamos
si la habían matado y escondieron su cuerpo o esta chica logro escapar.
-Algunos empleados que trabajaban para esa familia y Sean por supuesto, el señor Drake
Kamble llevaba casi 4 semanas fuera del país así es que era imposible que el haya sido el
autor de este delito. Todos los empleados aceptaron a darnos pruebas de ADN pero menos
Sean ya había desaparecido. Tuvimos que esperar una orden judicial para tomar la prueba,
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una vez que ya la obtuvimos fuimos a la casa y con su cepillo dental tomamos muestras de
su ADN, el cual culpo a Sean Kamble de los abusos sexuales y fue ahí cuando la señora
Kamble declaro que esto ya había pasado antes. Ahora los señores Kamble serán procesados
por cómplices de abuso. Necesito tu ayuda, entre más información tenga, más testigos, más
declaraciones, hará que se pudra en la cárcel. ¿Me podrías dar tu declaración?
-Lo sé. Sacare mi grabadora. ¿Está bien?-Asiento enérgicamente y le cuento todo, con lujo de
detalles lo que me confeso este gusano las dos últimas visitas que hizo en mi oficina. Lo
único que omití fue Amy Kamble es Alice mi novia, si Alice escapó y cambio su nombre es
por algo y tengo que respetarla y protegerla. ¡Demonios ahora entiendo tantas cosas!
-En Rochdale. Tenía 19 años, su nombre era Mary Hamilton. ¿Vez el parecido que tiene con
Amy? Mira las otras víctimas, Jenny Rice 20 años y Francis Wallace 21 años.-Colin deja todas
las fotografías sobre la mesa y mi estómago se cierra a golpe y comienzo a sudar frio, estas
chichas son perturbadoramente muy parecidas a Alice.
-Todas, las viola, las golpea ferozmente tanto que sus rostros son irreconocibles, Francis su
primera víctima la dejo en un bosque, las otras dos, las arrojo a un lago. Siempre es el mismo
tipo de crimen, todos están realizados con el mismo patrón. Hay otra chica de las mismas
características físicas ha desaparecido hace dos días, llamada Karen Carrington apenas tiene
21 años y tengo la sospecha que fue asesinada por Sean.
-Este gusano no es tan estúpido, solo usa dinero en efectivo por lo cual no hemos podido
rastrear movimiento alguno en sus cuentas bancarias, y lo más probable que haya cambiado
de nombre y apariencia física, si no fuera porque por el ADN, no sabría quién demonios hace
estas atrocidades.-Asiento con pesar, mientras un peso cae sobre mis hombros. Sean me
confesó su crimen y yo no hice nada. Alice me va a odiar.
-Perfecto. Gracias, tu declaración ha sido de mucha ayuda. Estoy seguro que Sean tarde o
temprano va a caer, solo me tiene enfermo no saber nada de Amy, tengo miedo de que aun
la esté buscando y no podremos protegerla.
-Ya veo-Digo simplemente.-Trato de que el aire salga con la mayor normalidad posible de
mis pulmones, no quiero delatarme.-Debo irme. Tengo muchas cosas que hacer.
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-No hay de qué.-Le sonrió falsamente. Salgo a paso apresurado, me subo al auto y me voy
camino a Oldham, con mi cabeza llena de información por procesar y millones de preguntas
sin formular, mis tripas se remueven vertiginosamente. Dios mío el último ataque fue en
Rochdale a pocos kilómetros de Oldham. Alice está en un peor peligro de lo que se pueda
imaginar. ¿Cómo debo decirle todo lo que sé? ¿Y se vuelve a escapar? No puedo perderla,
ella es todo lo que quiero.
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Cuando regreso a casa mi ánimo decae al notar que Noah aún no llega, subo al segundo
piso y noto que Ariella está llorando silenciosamente dentro de su habitación, toco la puerta
pero ella no responde.
-Ariella ¿Puedo entrar?- Con un agudo sollozo ella me dice que sí, entro rápidamente y me
siento en el suelo junto a ella.- ¿Qué paso Ariella?
-Me acabo de enterar de algo espantoso, una amiga…murió, acaban de encontrar su cuerpo.
Ariella se acurruca en mis brazos, mientras acaricio su cabello rosado y trato de calmarla, el
dolor de Ariella es desgarrador y me estremece por completo. -¿Cómo fue, que paso? ¿Ella
se suicidó o tuvo un accidente?
-Alguien la mato Alice, la encontraron en el rio Mersey muy cerca de Warringtone…era tan
bella, tan buena…esto es horrible Alice, no puedo creer que Karen este muerta.
Abrazo a mi amiga fuertemente, porque las palabras no salen de mi boca, ¿Qué se puede
decir en estos casos? Es una tragedia una espantosa tragedia, luego de unos minutos el
celular de Ariella comienza a sonar y ella contesta rápidamente.
-Si…es ella, su madre ya reconoció el cuerpo. ¿Irán ahora a Rochdale? Claro que voy,
debemos acompañar a su familia, estaré pronto allí.-Ariella tira el celular a la cama y
comienza abrigarse y prepara una mochila, sus ojos están hinchados y nariz roja e irritada.
-Ari, ¿no crees que es mejor que esperes a tu hermano para que él te lleve? No creo que sea
bueno que conduzcas de esta manera.
-No Alice, debo irme ahora, no te preocupes estaré bien, además no sabemos cuánto más
demorara Noah.
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“Todo indica que esta sería la cuarta víctima de este asesino en serie que ha estado rondando
la cuidad, todas estas jóvenes mujeres poseen la mismas características físicas, de un rango
de edad que no supera los 22 años, ojos claros, colorinas y muy atractivas. El asesino de estas
chicas aún no ha sido atrapado lo cual aterroriza a toda la población. Karen Carrington
proveniente de Rochdale fue desaparecida tan solo hace dos días atrás y hoy fue encontrado
su cuerpo en las orillas del rio Mersey”
Subo a mi habitación con la piel erizada y con mi corazón golpeando fuerte contra mi pecho,
siento el sudor frio y escalofriante en todo mi cuerpo, mi vista nublosa me impide ver y
rompo a llorar, me siento sobre mis talones esperando hacerme tan pequeña y de una vez
por todas desaparecer de este mundo en el cual me he sentido tan ajena y fuera de lugar.
Miro con un inusual sentimiento de melancolía mi habitación, un lugar donde guardo mis
más preciados recuerdos junto a Noah, me levanto rápidamente y sacudo mi cabeza
esperando que mis pensamientos se despiden, empaco algo de mis cosas y me percato a un
costado de la cama hay una gran bolsa de cartón donde hay ropa nueva y costosa-De seguro
es lo que me trajo de su viaje a New York, pero algo llama mi atención, es un sobre blanco y
cuando lo abro mi corazón se acongoja al ver una fotografía de nosotros tres sonriendo a la
cámara, recuerdo tan detallado ese día como si hubiese sido ayer, la cena navideña, las risas,
el cariño fraterno, la siguiente fotografía de Noah y mía, ambos estamos perdidos en nuestras
miradas con una boba sonrisa en nuestros rostros, mientras las lágrimas no cesan de caer
sobre mis mejillas empaco mi ropa, mis libros, mi esfera de cristal que me regalo Noah esa
mañana y mis nuevos tesoros, las fotos. Una vez ya todo listo y empacado bajo las escaleras
sin antes dejarle una pequeña nota a Noah en su habitación.
El dolor crece mientras me alejo de la hermosa casa en la colina, donde las dos personas que
más he querido en mi vida no las volveré a ver, trato de enfocarme en mi destino, pero no
puedo, solo los ojos color miel me siguen en mis recuerdos y no puedo dejar de verlo, ni de
pensarlo, cuando corrimos como niños en el jardín, mi primer beso, mi primera cita, mi
primer amor…todo está allí y no puedo creer el valor que tengo de que cuando miro atrás
la casa está lejos de mi vista.
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Miro el cielo gris, las calles están iluminadas por los focos y el frio me transporta e la realidad
de que estoy escapando. Miro mi billetera y me percato que tengo el dinero suficiente para
sobrevivir 3 semanas a lo mucho. ¿Dónde demonios iré ahora? Respiro hondo mientras mis
lágrimas caen dejando un sabor amargo en mi garganta, sin darme cuenta estoy en la
estación de tren, me acerco a la cabina y con mis manos temblorosas le entrego el dinero al
joven, el perdido en su mundo y sin mirarme a los ojos me entrega el boleto. Mientras espero
el tren, saco la fotografía donde sale Noah ¡Dios como lo extraño! No quiero perderlo, pero
no puedo quedarme aquí…tendré que escapar, hasta que el deje de existir, no puedo
permanecer en un solo lugar, no cuando él está ahí, esperando por mí, para finalmente
matarme. El sonido del tren me despierta de mis oscuros pensamientos y me subo
rápidamente, el agradable calor al interior me tranquiliza un poco, respiro hondo una y otra
vez, esperando calmar mis ganas de gritar, de llorar, de hacerme daño, y que toda esta
tormenta se apacigüe un poco por el dolor físico…me quedo parada en una esquina mirando
el paisaje verde cubierto por la blanca nieve. El vagón está casi vacío, solo hay una pareja de
ancianos sentados dándome la espalda, una joven mujer perdida en su música y un hombre
sentado a un costado de ella mirándola fijamente de una manera descara e invasiva, sin que
ella se percate, cuando de pronto me doy cuenta que el rostro de este hombre se me hace
muy familiar y un escalofrió siento en columna vertebral. Respiro hondo y repito en mi
mente –Cálmate estas siendo paranoica-justo cuando voy a darle la espalda para no mirar a
este hombre él se gira y me mira directamente a los ojos y mi corazón da un brinco, es
Marcus Mc Adams amigo de Sean, en menos de un segundo él está al frente mío, y
simplemente me paralizo, bajo la vista y miro mis pies.
-Wow Amy…que increíble coincidencia.-Lo miro a los ojos y trato de lucir calmada y segura.
-Tu bien sabes de lo que hablo. No te hagas la idiota, Sean ha estado buscándote como un
enfermo. Es mi día de suerte.-Dice mientras me toma uno de mis cabellos y lo huele.
Instintivamente empuño mi mano para golpearlo y salir escapando, en menos de dos
minutos las puertas se abrirían y saldría corriendo. Pero Marcus me da una mirada oscura al
igual que sus ojos negros, mientras niega con la cabeza, como si hubiese leído mis
pensamientos.
-No pierdas el tiempo en eso bonita. Ahora harás todo lo que yo te diga si no quieres que use
esto.-Dice levantándose su jersey negro y veo un arma metida entre sus pantalones. -Nos
bajaremos en la siguiente estación-Él me toma del brazo y me acerca a su cuerpo, el olor a
licor me revuelve el estómago. Las puertas se abren y mi miedo es tan grande que mi cerebro
se niega a dar la orden a mis piernas para que se muevan. Marcus me empuja y me saca del
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tren, y el andén está vacío, esta todo malditamente vacío, no hay nadie. ¡Dios mío ayúdame!
Una vez fuera me encamina hacia un callejón oscuro y solitario. Saca su teléfono celular de
su bolsillo y hace una llamada.
-Hey! ¿Dónde estás amigo? Tengo tú presa Sean…está aquí junto a mí. Estoy a 20 minutos.
Ya sabes lo que quiero, si quiero toda esa mercancía para mí. Nos vemos.-Dice con una sonrisa
de satisfacción. Mientras Marcus guarda su teléfono, aprovecho ese momento y me escapo
de su agarre y comienzo a correr sin mirar atrás, de inmediato siento las zancadas y en menos
de 10 segundos me agarra por el pelo y me tapa la boca para que no grite.
-Amy no me hagas enojar. Ahora ven aquí- Dice mientras me hace caminar por la oscura
calle que dirige al callejón donde hay un auto de color azul oscuro. Trato se zafarme, pero
es fuerte y macizo, ahora recuerdo que el juagaba rugby con Sean, por lo que luchar contra
él, era una pérdida de tiempo, le ruego que me deje libre, pero es como si no existiera, ni
siquiera me mira a los ojos. Abre la maletera y me empuja hacia adentro, y por primera vez
mi voz toma fuerza y grito a todo pulmón, pero el dolor sordo en mi cabeza me noquea y
siento algo líquido en mi cabeza. Veo el arma de Marcus manchado con mi sangre, la vista
se nubla, de pronto tengo un pañuelo en mi boca, pero ya no tengo energías, yo no veo bien,
todo se vuelve negro.
Me siento mareada, con ganas de vomitar, la cabeza me bombea con fuerza, mira a mi
alrededor y me doy cuenta que estoy en la maletera del auto…trato de golpear con fuerza el
metal, pero no pasa nada, el movimiento y los pequeños saltos me hacen percatar que
estamos en un camino de tierra, el sonido de las ruedas contra las piedras del camino, hacen
mi corazón martillar fuertemente contra mi pecho. ¿Dónde demonios me lleva? Luego de
un rato el auto se detiene, el sonido de motor se apaga y escucho la bocina del auto, luego
oigo la puerta delantera abrirse y unas voces, no logro distinguir lo que dicen, pero lo siento,
el sudor frio en mi cuerpo, el ahogo, el dolor…su repugnante olor, cierro los ojos mientras
la maletera se abre. Unas manos me toman del rostro y me levantan.
-Es ella…Oh Amy, no sabes cuánto te he buscado.-Abro mis ojos, y veo Sean, son su sonrisa
maligna y su mirada azulina oscura y fría. Su cabello rubio está más largo y tiene una barba
incipiente. Sean saca el paño que rodea mi boca y lo tira al suelo.
-¿Irme? Pensé que nos íbamos a divertir con ella.-Sean lo miro con desprecio alzando una
ceja.
-Ella es mía…ahora vete no quiero verte.-Dice con un tono duro y seco. Marcus se va de mi
campo visual y escucho sus pasos alejarse.
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-Shh-Dice mientras pone su dedo índice en mi boca-Amy no supliques, sabes que eso no me
detiene, solo me excita más. -Sean me toma del brazo y me hace bajar de la maletera del
auto, miro a mi alrededor y el silencio del lugar me pone nerviosa, no hay casas vecinas, solo
árboles y mucha maleza, Sean me lleva hacia una casa de madera pequeña, cuando entro,
veo a su amigo guardando la droga en una bolsa de plástico. Sean me toma de la cintura y
trata de arrastrarme hacia la cama que está a una esquina de la pequeña casa. Trato de
resistirme mientras pateo sus canillas. Sean maldice y me pega una cachetada.
-Hey ayúdame con esta perra, quiero esposarla.-Marcus rápidamente obedece y ambos me
toman y me arrogan a la cama, la lucha pierde sentido, son dos hombres contra mí, mientras
Marcus me afirma las piernas, Sean se sienta sobre mí y esposa mis manos en el dosel de la
cama.
-Bueno mi trabajo aquí ha terminado.-Dice su amigo sonriendo- Sabes que me debes una
muy grande amigo.
-Vete al carajo, dile a los demás que no se aparezcan por aquí hasta que yo lo diga.
¿Entendiste?
-Como quieras. El bolso de ella esta alado del refrigerador. Ahora me largo.-Acto seguido él
se da media vuelta y se larga, el sonido del arrancar del auto, me llena aún más de temor,
estoy sola, en medio de la nada con este monstruo. Miro todo a mí alrededor y noto que la
casa no tiene habitaciones, todo está unido, la única puerta que veo, aparte de la salida, debe
ser la del baño. Hay solo dos pequeñas ventanas, las cortinas verdes desgastadas no dejan ver
la oscuridad de la noche. Sean toma mi bolso y lo abre, dando vuelta su contenido sobre la
cama, veo mi ropa, mis libros nuevos, mi billetera, la bola de cristal y las fotografía. Sean
abre mi billetera y saca mi dinero y lo guarda en su bolsillo, luego saca mi identificación con
el ceño fruncido y luego a mí.
-¿Alice Sullivan? ¿Qué mierda esto? ¿Te cambiante el nombre?-Sean hace un soplido y se ríe
de forma burlona. Luego toma mis libros y los tira al suelo y toma la bola de cristal, hace un
gesto de no darle importancia y lo deja sobre la cama nuevamente, luego toma las fotografías
y veo el asombro en sus ojos.
-¿Qué demonios haces con Evans aquí?-Me pregunta con los ojos desorbitados y una ira
inexplicable brota por sus poros.
-Es mi abogado. ¿Qué haces tú con mi abogado? ¿Es tu novio? ¿Tuviste sexo con él? ¿Qué
mierda significa esto?-Dice indicándome la fotografía donde Noah y yo nos miramos a los
ojos sonrientes. Sin poder evitarlo comienzo a llorar.
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-¿Amigo? No me vengas con estupideces perra, no soy idiota y lo sabes. ¡Maldita sea él lo
sabe todo!
-Yo le confesé todo lo que hice contigo. ¡Maldita sea!-Dice arrojando la bola de cristal sobre
la pared la cual deja un agujero y esta cae intacta el suelo rodando hasta detenerse contra
una silla.
-Noah…él sabe…-Dios mío eso no puedo ser cierto, me cuesta respirar, me siento mareada y
fuera de mí, como si mi cuerpo no encajara con mi cerebro. ¿Él lo supo todo este tiempo? De
pronto siento a Sean sobre mí y comienza a sacarme la ropa a tiros, me asusta y me sorprende
el odio que expresan sus ojos. Me escupe en la cara mientras me golpea fuerte en el
estómago, por momento se corta la respiración y soy incapaz de gesticular un palabra. Sean
aprovecha el momento donde mis fuerzas se desvanecen y comienza a sacarme los
pantalones y la ropa interior. Cierro los ojos y escucho el sonido metálico de su cinturón, el
sonido del cierre de sus pantalones abrirse, y millones de amargos recuerdos me sofocan y
me hacen desear morir. Sean abre mis piernas y comienza a violarme, mientras pone sus
manos en boca y nariz, trato de pensar en otra cosa, de poner toda mi atención en el exterior,
pero afuera es todo tan silencioso, que sus jadeos, sus palabras sucias, su aliento…solo me
mortifican una vez más y es lo único que mi mente retiene. Luego de un rato Sean termina
conmigo y se va al baño completamente desnudo. Me duele todo, hace tanto frio que mi
cuerpo tirita por completo, las lágrimas no dejan de caer sobre mis mejillas, mis muñecas
duelen y mis brazos ya están cansados y entumecidos. Luego de un rato Sean vuelve a salir
y se viste de inmediato, hace mucho frio, la casa esta tan helada, que no puedo pensar con
coherencia.
-Sean…por favor déjame ponerme algo de ropa tengo mucho frio.-Le digo con un tono de
súplica y temor.
-Cállate.-Dice de golpe, veo que saca un algo de su bolsillo y pone un polvillo blanco sobre
su mano y lo aspira con su nariz, el resto lo unta con sus dedos y lo pone en su boca.-Estuve
mucho tiempo buscándote Amy, hasta en un momento pensé que estabas muerta.
-¡Eres una maldita perra!-dice entre dientes. Furioso mira a su alrededor y su vista se detiene
en seco en un bate de béisbol que está encima de una pequeña mesa de comedor. Sean mira
el bate con satisfacción y odio, posa su frenética mirada en mí, su respiración se hace más
fuerte y el temor llega como un tirón fuerte en mi estómago. Trato de protegerme pero no
puedo, como tengo las manos esposadas sé que el bate me golpeara de lleno, intento de
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ponerme en posición fetal, tomo una bocanada de aire, esperando el primer golpe, cierro los
ojos y con un grito desquiciado Sean me golpea en mi muslo, el dolor es ensordecedor, luego
casi de inmediato viene el segundo golpe en mi pantorrilla y escucho como el hueso de mi
pierna se quiebra al igual que el bate que se parte en dos, grito tan fuerte que mi garganta
se desgarra. Solo escucho el jadeo de Sean mientras me retuerzo de dolor y lloro
amargamente. –quiero morir-digo una y otra vez en mi cabeza, ya no quiero respirar más.
-Sean por favor acaba con esto… Solo mátame y ya.- Digo entre sollozos.
¿Amarme? Este hombre esta demente, intento debatirle su estúpida confesión pero, el dolor
es tan grande que ya no puedo hablar. Luego de unos minutos Sean me desata los brazos, los
cuales caen estrepitosamente a mi lado, luego me cubre con una manta, trato de no cerrar
los ojos quedarme atenta a cualquier movimiento de Sean, pero el cansancio me gana y me
quedo dormida.
-¿Cómo iras si apenas puedes caminar idiota?-Dice mientras me agarra con más fuerza del
pelo y me tira hacia atrás donde me besa, intento esquivarlo, su olor me repugna y me
produce náuseas.
-No te hagas la santurrona, sé que te gusta.-Sean pone una de sus manos en mi cuello y
comienza asfixiarme, trato de empujarlo con mis manos, con mi pie sano lo golpeo, pero el
solo me agarra con más fuerza y el dolor de no poder respirar comienza, mi cuerpo se debilita
y ya no puedo moverme, me siento mareada, débil, mi corazón late lentamente, mi vista se
nubla, veo la sonrisa triunfante de Sean, y noto como mis lágrimas caen sobre mis mejillas,
luego me suelta, siento el sonido de sus jeans, el de su cinturón caer y sé que mi pesadilla
vuelve a comenzar, me viola una vez más, me siento tan débil que apenas me puedo mover,
Sean me agarra de las manos y las deja sobre mi cabeza, nunca me suelta, cierro mis ojos
pero Sean me da una bofetada.
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-¡Mírame, me gusta que me mires!-No puedo, odio esa mirada que tiene cuando abusa de mí,
es esa mirada la que me sigue en mis pesadillas recurrentes, comienzo a llorar sin poder
controlarlo. Sean enfurece por no obedecerlo pero esta vez me golpea con su puño en el
rostro y todo se vuelve negro.
El dolor en todos mis huesos me hace consiente de que los poseo, tengo la boca y garganta
tan seca que duele, intento tragar de mi propia saliva para calmar mi sed, sin tener éxito,
miro a mi lado y veo a Sean durmiendo con un arma metida entre sus pantalones. Me levanto
y me cubro con la manta, ayudándome en la pared para caminar, mientras arrastro mi pierna
rota. Ignoro el dolor físico, que me produce el simple hecho de respirar, luego de varios
minutos logro llegar a la cocina y abro el grifo y bebo agua. Abro la cortina que está al frente
mío y me percato que ya es de día y está lloviendo, Noah llega a mis recuerdos, su mirada
color miel, su sonrisa dulce que me deja sin aliento…la que no volveré a ver. Tomo una
boconada de aire para calmar la angustia que tengo en mi pecho y no llorar, me trago mis
lágrimas y comienzo a mirar a mí alrededor. A unos cinco pasos de mi veo mi jersey y mis
pantalones, cuando me apoyo nuevamente a la pared para ayudarme, me percato que en la
mesa hay una navaja de no más de 6 cm de largo. La tomo y la miro fijamente esperando
que algo me dé el valor de acabar con él y luego conmigo. Con dificultad siento a los pies de
la cama y me pongo el jersey, cuando siento que Sean comienza a moverse, de inmediato mi
corazón comienza a latir fuerte y el miedo me paraliza, tomo la navaja con fuerza, esperando
que mis manos dejen de moverse por sí solas, mi respiración es fuerte, siento que algo va
explotar dentro de mí, tengo la vista borrosa, Sean gime y dice algo que no logro entender,
me acerco a él lentamente, y con ambos manos comienzo apuñarlo en el estómago. Los ojos
de Sean están abiertos, mirando como la sangre sale de su cuerpo, Sean con una mano me
empuja y la navaja sale volando por encima de nosotros cayendo cerca de la puerta. La ira
de Sean es susceptible, tiene una mano presionada contra su estómago y con la otra saca su
arma y me apunta, directo a la cabeza, y lo siento, como mi vida se acaba a manos de este
monstruo, no puedo creer que la última persona que vea sea él, el sonido metálico del arma
me estremece, Sean con dificultad sonríe y dispara.
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Al fin estoy en Oldham, miro la hora y son las 8:15 de la noche, veo la pastelería y ya está
cerrada, cuando llego a casa, el miedo hace poner mis vellos de punta, la chimenea no está
encendida, no hay humo saliendo de ella y el auto de Ariella no estacionado afuera de la
casa. Salgo del auto sin ni siquiera apagarlo, la casa está vacía, subo al segundo piso y no hay
rastro de ninguna de ellas.
-Desapareció, Alice se fue…Ariella no te muevas de allí por favor, no regreses a casa, quédate
donde estas o vuelve a Londres. Llama a Tom o nuestros padres.
-¡Solo hazme caso maldita sea!, envíame la dirección de donde estas a este teléfono.
-Bien- Corto el teléfono y llamo a Colin, y le cuento absolutamente todo, ahora sin omitir
ningún detalle.
-Debiste habérmelo dicho Noah-Me dice con voz ofuscada.-Me iré inmediatamente para allá,
quédate donde estas, estoy cerca.
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Entro a la habitación de Alice y noto que sus cosas no están, solo esta su bufanda color
morado y la huelo, su ahorma suave y dulce me estremece, es el mismo aroma que tienen
sus cabellos, al de su cuello…me levanto rápidamente y me dirijo a mi habitación, dando
vueltas como un león enjaulado, cuando veo una hoja de papel encima de mi almohada. Mi
corazón se acelera y mis manos por primera vez tiemblan… tomo la hoja y veo la pequeña
letra de mi Alice;
“Noah,
Te amo.
A.”
¿Me ama? Alice yo también te amo…mierda…ahora está sola, está en mayor peligro,
necesito encontrarla antes que ese maldito bastardo. A lo lejos escucho las sirenas de la
policía y tres automóviles entran rápidamente al jardín de mi casa, me guardo la nota en mi
bolsillo y bajo las escaleras rápidamente. Colin es el primero en salir y le vuelvo a contar
todo nuevamente mientras un joven policía apunta todo en su libreta.
-Es decir que Amy sabe que Sean está en su búsqueda, es por eso que escapo. ¿En qué crees
que se habrá ido? ¿Tiene automóvil?
-Warren y Harrison vayan al a estación de tren y pidan la grabación del día de hoy y avísenme
si ven algo.-Dice Colin a dos jóvenes policías, estos rápidamente se largan del lugar mientras
otros dos policías se quedan en la casa mirando el lugar.
-Colin Alice es lo único que tengo, no puede caer en las garras de ese imbécil.
-¿Alice?
-Sí, Alice yo la conozco como Alice Sullivan, ella cambio su nombre. Cuando tú me contabas
sobre los asesinatos que cometía Sean y que todo se debía a Amy me sentí preocupado con
un presentimiento extraño, pero cuando me mostraste su foto, caí en cuenta que Amy es
Alice, son la misma persona.
-Ya veo, pobre chica. Ese tipo es macabro Noah… tenemos que encontrarla lo antes posible.
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Veinte minutos después el teléfono de Colin comienza a sonar, mientras le dan una
información veo algo de alivio en su rostro pero luego baja la mirada y empuña su mano y
me da la espalda.
Asiento a lo que me dice, pero en instante todo se pone en silencio a mí alrededor, y el temor,
de perder a mi amada Alice es incontrolable.
-¡Hey Evans! Vamos no tenemos tiempo que perder.-Me dice mientras, chispea sus dedos
frente de mí. Colin se sube a su automóvil y yo al mío para así mostrarle el camino, en menos
de cinco minutos ambos estamos viendo el video, puedo ver a Alice entrar al tren y en
siguiente estación baja con un hombre que no logro identificar quien es, él está muy cerca
de ella y están completamente solos, ambos salen de la estación y desaparecen.
-Mierda Colin, ¿Quién carajo es ese hombre? Ese no es Sean, ¿Quién es ese hombre?-Digo
mientras golpeo la mesa, y sin poder controlarlo comienzo a sollozar.
-Detective Colin, hemos captado unas señal de una llamada telefónica en las cercanías de
Westwood, la central en este momento le está siendo un seguimiento.
Manejo por inercia, siguiendo a la flota policial que esta adelante mío, si yo hubiese llamado
a la policía cuando me confesó su crimen mientras era su abogado ninguna de esas chicas
estaría muerta y Alice estaría a mi lado, a salvo.
Cuando llegamos a lugar, los policías ya están interrogando a la gente, yo me quedo adentro
del auto, esperando un milagro, de que ella este nuevamente en mis brazos, ni si quiera le
he dicho que la amo también… ¿Podrá ella perdonarme por esto? Miro por la ventana y veo
a policías con mapas en las manos, hablando con gente, anotando…y me siento tan
impotente por no poder hacer nada más que esperar. Miro el reloj y ya son las 10 de la noche,
esta tan oscuro y frio, ¿Dónde estás Alice? Por favor se fuerte. A lo lejos veo a Colin que se
acerca dónde estoy y salgo a encontrarlo.
-¿La encontraron?
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-No, pero un Señor vio a un joven golpear a una chica y la metió a un automóvil azul antiguo,
gracias a Dios anotó la patente, pero el dueño que figura en no es Sean si no un tal Marcus
Coleman ¿Te suena es nombre?
-Creo que si, en juicio de Sean habían dos amigos, recuerdo que uno se tenía el apellido
Foster y si Coleman, ambos estaban metidos en esa pelea del bar.
-Me imagine, dos oficiales van en busca de Marcus ahora, lo haremos hablar a ese bastardo.
-Lo sé amigo…pero no creo que Sean la mate de inmediato…no como a las otras.
Siete horas más tarde el cielo esta oscuro y comienza a llover, las gotas caen sobre el vidrio
de mi auto y perdió la visión por completo, el sonido apaga mi llanto y no hago otra cosa
que recordarla a ella, su rostro, su mirada, su voz, su sonrisa…esto es peor que una pesadilla.
Un golpe en el vidrio me pone alerta y me seco las lágrimas, Colin entra a mi automóvil y
se sienta a mi lado mientras me pasa un café.
-Sí, ya lo están interrogando, costo mucho encontrar el idiota, tuvimos que esperar porque
estaba muy drogada penas articulaba las palabras el imbécil.
-No es tu culpa Noah, no digas esas cosas, al ser abogado uno tiene que omitir cosas y a veces
defender lo indefendible. Yo he matado personas Noah, todos son personas malvadas que
han causado daño pero personas al fin. Ella va entender, en su nota dijo que te amaba, ella
te perdonara.
-Espero que así sea…no puedo vivir sin ella. La conozco hace tan poco pero la amo como a
nadie.
-Puedo notarlo, no hay que perder la esperanza, en este trabajo no puedo perder la esperanza.-
Colin pone su manos sobre mi hombro y yo asiento con la cabeza.-Ahora tomate el café
idiota, hay que estar alerta.-
-Aquí control, Marcus Coleman declara que Kamble está situado en Heghts Ln. salida
izquierda es un camino de tierra y angosto, ahí se encuentra una pequeña cabaña, donde
estaría Kamble.-Dice una voz de mujer que sale de la radio.
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-Solicito ayuda área y envía resguardos, hay que rodear el lugar. Nos dirigimos hacia allá. -
Es mejor que te quedes aquí.-Me dice Colin mientras se baja de mi auto.
Voy a 160 km por hora, la lluvia no deja de caer y las calles están casi despejadas, luego de
10 minutos siento el sonido de un helicóptero sobrevolándonos. Un destello de esperanza
crece en mi pecho, ella tiene que estar bien, tiene que sobrevivir, ella merece ser feliz en lo
que resta sus días de vida.
Luego varios minutos manejando sobre un angosto camino de tierra, finalmente llegamos a
un lugar notoriamente abandonado donde hay una diminuta casa de madera, se ve oscura y
tenebrosa, la lluvia no deja de caer y dejan charcos en el suelo infértil del lugar. Cuando me
bajo del mi auto, seis oficiales incluyendo Colin están rodeando el lugar ya armados, cuando
de pronto se escuchan dos disparos, por un instante no puedo respirar, el temor de que ella
está muerta me mortifica aún más, me acerco corriendo al lugar pero un oficial me detiene
en seco.
-Joven debe quedarse aquí, nosotros nos encargaremos.- al instante Colin y un joven policía
entran a la casa y se escuchan tres disparos más. ¿Demonios que está pasando? De la radio
de los automóviles se escucha la voz de Colin.
-Necesitamos ayuda aérea. Hay herido a muerte y la otra persona herido de gravedad.-De
manera casi inmediata empujo al oficial y corro hacia la casa, Colin se hace a un lado y miro
a Sean lleno de sangre y a un costado esta Alice, en los brazos de un oficial.
-La estamos perdiendo.-Dice el oficial con cara de horror. El rostro de Alice esta irreconocible,
hinchado y demacrado, está casi desnuda cubierta de sangre, me siento sobre mis rodillas y
le tomo su pequeña y fría mano.
-Alice amor, por favor resiste.-Digo entre llanto.-El fuerte sonido del helicóptero me hace dar
cuenta que esto no es un mal sueño, es real, Alice está a mi lado perdiendo su vida.
Colin me saca de la casa y entran dos paramédicos y sacan a Alice en una camilla y la suben
al helicóptero.-Déjame ir con ella por favor Colin.
-Si sube, yo debo quedarme aquí.-Subo rápidamente y Alice ya está recibiendo ayuda,
poniendo oxígeno y cubriéndola con un plástico ya que está demasiado fría. En menos de 10
minutos ya estamos en el hospital, rápidamente es ingresada y atendida por los médicos y
yo me quedo como un loco dando vueltas por todo la sala esperando un milagro. De pronto
mi celular suena y es Ariella, a duras penas le cuento lo que sucedió y donde estoy, pero no
soy capaz de seguir hablando, esta agonía es desesperante y apenas me deja respirar. ¡Dios
mío por favor ayúdala! Luego de una hora ya me he vuelto oficialmente un demente, a cada
rato me acerco a la enfermera preguntando sobre Alice y ella me da misma enervante
respuesta “Debe esperar”
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-¡Noah!- Giro la cabeza y veo a mi hermana.
-No lo sé, solo sé que están haciéndole una cirugía, nada más. Estoy desesperado.
-Dios mío Noah, no puedo creer que ese asesino también haya atacado a Alice…es el mismo
que ataco a Karen mi amiga.
-Entiendo.-Dice con el ceño fruncido. Me siento nuevamente en la silla por millonésima vez,
mirando en suelo mientras me como las uñas. Nunca en toda mi vida había estado tan
desesperado como ahora.
-¿El señor Noah Evans?-Escucho a lo lejos, cuando alzo la vista veo finalmente al doctor.
-Está estable, tenía una fractura muy grande es su pierna, logramos salvarla, tiene algunos
golpes en su rostro, y espalda, además una bala rozo su brazo, pero ella está fuera de peligro.
-¿Puedo verla?
-Aun no, ahora la está revisando doctores que pertenecen a la policía señor.
-Entiendo. Gracias doctor.-La mirada del doctor es de consternación, no debe fácil para el ver
este tipo de cosas. Ariella queda como un bloque en la sala y su rostro se empalidece, de sus
ojos azules brillantes salen lágrimas, de inmediato la abrazo y nos hacemos compañía. Al
fondo del camino aparece Colín, a pasos firmes y apresurados se acerca donde nosotros
estamos.
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-Es un caos allá afuera, esta toda la prensa del reino unido.-Dice cuando está a dos pasos
nuestros, de inmediato Ariella sale de mi agarre y mira hacia atrás y ve al joven detective
Colín.
-Ariella Evans.-Ambos se sonríen de una manera que me hace sentir incómodo y algo
irritable.
-Está muerto, Amy lo estaba apuñalando y el alcanzo a sacar su arma y dio dos disparos
fallidos. Cuando entré con los otros oficiales disparamos y finalmente murió. Este fue un
caso exitoso-Dice con una sonrisa sincera en su rostro.
-¿Exitoso? ¿De qué mierda estás hablando Colín? Amy estuvo a punto de morir y ese gusano
está muerto cuando debería estar siendo procesado por sus crimines. Así que no digas que
esto es exitoso.-Digo furibundo.
-Claro que lo fue Noah, no sabes cuantos casos tengo de mujeres desaparecidas, que pasan
los días sin pistas de ellas y cuando finalmente las encontramos están muertas. Ella está viva
y en menos de 24 horas la localizamos. Sé que esto es difícil Noah, pero hicimos un buen
trabajo.
-Tranquilo amigo, estas alterado y nervioso, no te disculpes. Ahora me juntare con mis
médicos para que me den el informe policial de cómo se encuentra ella.
Colín entra al área restringida sin antes mostrar su placa al guardia y desaparece atrás de las
puertas dobles.
-Amy Kamble es su verdadero nombre, ella cambio su identidad para escapar de Sean
Kamble.
-Es su hermana adoptiva, ese tipo abuso de ella por mucho tiempo y ella espero ser mayor
de edad para dejar su casa. Fue ahí cuando Sean se volvió en el monstruo que es, violaba y
mataba a chicas que le hacían recordad a Amy.
-Dios mío, pobre Alice o Amy ya no sé cómo llamarla.-Dice confundida-Hay algo que no
entiendo, porque cuando ella se escapó de Sean la policía no la busco.
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-Porque ella dejo una nota de despida a su madre adoptiva, y era mayor de edad, la policía
no podía hacer mucho dado a esa situación, fue cuando Colin tomo el caso y vio cosas que
le llamaron la atención y dieron en cuenta que Sean abusaba de ella.
-Por eso ella es así…nunca imagine que iba hacer algo tan horrendo. Esto es nefasto…ese
hombre es maldad pura. Karen y Alice…hace poco leí los periódicos, ha matado a varias
mujeres…
-Lo sé-Le digo interrumpiéndola-Ariella por favor no quiero hablar de Sean, lo único que me
importa es Alice, nadie más.
-Ella es fuerte hermano, ella a va resistir esto, ella es la mujer más valiente que he conocido.
A los quince minutos vuelve salir Colin con una carpeta en su mano, debe ser informe
médico legal, cuando se acerca a mi trata de sonreír pero no puede.
-Igual, tranquilo. Ya tengo el informe, sé que te dije que te iba a mantener informado Noah,
y esto debería ser confidencial…
-Somos amigos, ella es la mujer de mi vida, necesito saber todo, para después ayudarla.
-Ya tengo veintiún años detective Fisher.-Dice mi hermana con su rubia ceja alzada. Colin le
sonríe en modo de disculpas.
-De igual forma hablemos solos los dos.-Le digo a Colin, ambos nos alejamos de mi hermana
y nos sentamos en la otra esquina de la sala.
-Tengo entendido que el doctor ya te dijo más o menos el estado en que Amy se encuentra.
-Tiene varios golpes en su cuerpo, espalda, estomago, cabeza, rostro, la bala destrozó su brazo
pero con la cirugía todo estará bien.
-¿La violó?
-Sí la violó.-Colin respira hondo, y niega con la cabeza, se ve algo conmocionado y triste, mi
cerebro no funciona ya que no puedo pronunciar ninguna palabra, el peso de la culpabilidad
apenas me deja respirar y me siento ahogado.-Todo esto es mi culpa.
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-No lo es Evans, déjate de decir esa estupidez.-Colin suspira y luego niega con la cabeza- He
visto tanta maldad en este trabajo y no se a quien realmente culpar ¿A la vida? ¿A Dios? ¿A
los padres por no haberlos criado con principios y amor? Es difícil amigo, lo sé, pero ella se
va a recuperar, te lo aseguro.
-Sí, eso es un hecho, además han descubierto que ella se auto-flagela, hay muchos cortes en
su ante brazo, quizás lo hacía como un modo de escape. Ambos quedamos en silencio, las
palabras están atragantadas en mi garganta, Colin me da unas palmadas en mi hombro y
me da algo parecido a una sonrisa- Debo irme Noah, tengo muchos informes que llenar.
Cualquier cosa que necesites me llamas.
Ha pasado una hora y veintitrés minutos con cinco segundos, y aun no sé nada de ella, no he
podido verla, esta agonía me está matando, siento que en cualquier momento voy a explotar,
cuando miro al pasillo mis ojos no dan crédito a lo que veo, mis padres y Tom están
caminando hacia nosotros, rápidamente me levanto y me acerco a ellos.
-Hijo, te vimos en la televisión vinculado aparentemente con este asesino y nos preocupamos-
Dice mi madre- ¿Estas bien?
-Yo estoy bien. Pudiste llamar, es innecesario que estén aquí.-Digo en un tono frio,
característico del gen Evans, presumo.
-Hijo-Dice mi padre-Sean Kamble es…no puedo creer que el.-Por primera vez veo a mi padre,
desconcertado, sus labios están secos y su mirada perdida.
-Sí, fue el mismo Sean a quien yo defendí para que lo dejaran libre, al mismo que me confeso
que violó a Amy y yo no hice nada, el mismo hombre que luego mato a cuatro mujeres y la
quinta está viva de milagro y no me dejan ver.-Seco mis lágrimas y les doy la espalda, cierro
los ojos y me imagino la mirada dulce de Alice, a sus ojos bellos y luminosos, respiro hondo
por la nariz y boto por la boca, tal como me lo dijo ella, aquella vez que perdí los estribos.
-¿Hijo que tienes tu que ver con esta jovencita Amy?-Pregunta mi madre con un tono de voz
inusualmente dulce y algo temeroso.
-Iré hablar con el doctor que está atendiendo a tu novia, lo conozco, fue mi profesor, le pediré
que te deje entrar.-Dice Tom mientras me doy la vuelta para mirarlo.
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-Tenía tanto miedo que te hubiera pasado algo.
-Hubiese preferido que me pasara a mí antes que a ella. No se merece eso, nadie se merece
algo así.
-Suena bien.-Cuando miro hacia atrás, veo a Ariella en los brazos de mi padre, ella está
llorando seguramente por la pérdida de una de sus amigas y ahora por cómo se encuentra
Alice.
En menos de cinco minutos Tom vuelve a salir y me indica que puedo pasar a verla, y en
menos de un minuto finalmente la tengo frente a mí. La cama es amplia y ancha, se ve tan
pequeña y triste, Alice esta con oxígeno y varias máquinas más que no entiendo que
funciones tienen y hacen pequeños bip, su cabeza está cubierta con vendas y aun así es la
criatura más bella que he visto en mi vida ¿Cómo alguien pudo hacerle tanto daño? Tomo
su pequeña mano y acaricio sus dedos, finalmente veo su antebrazo y veo las cicatrices que
una vez Ariella me conto.
-Alice, por favor vuelve, por favor se fuerte y vuelve a mi.-lloro silenciosamente cuando
escucho un sonido atrás de mí, y veo a Tom entrar.
-Hermano, he visto el informe, por lo que veo, ya le transfundieron sangre y está un poco
más estable, la operación de su pierna fue un éxito al igual que la de su brazo. Ahora la han
puesto dormir.
-No, no lo está, cuando le hicieron unos exámenes de sangre, no salió nada de un embarazo,
pero quizás sea bueno pedir otro en un par de días ahí sabremos con mayor precisión.
-¿Crees que pueda perdonarme? Tuve a ese hombre tantas veces frente mío y no hice nada…
-Noah, se cómo te sientes, pero ya está…no hay nada más que hacer. –Tom se toma un poco
de sus cabellos rubios y resopla fuerte.-Ahora ya sabes todo sobre ella, todo está más claro,
podrán comenzar de nuevo.-Tom hace una mueca y veo como sus ojos se llenan de lágrimas-
Detesto verte sufrir Noah, no sabes cuánto me duele que estés en esta situación.-En menos
de cinco segundos ambos estamos abrazados, ambos llorando, un torbellino de sentimientos
vertiginosos hacen mi entrañas retorcerse.
100
Una semana después.
-Bueno hay que esperar, si la psicóloga la persuade podremos hacerlo. Ya que esa estúpida
psiquiatra solo la hace dormir.
-Ya no sé qué es realmente bueno para ella, que duerma y descanse sin tener crisis de pánico
y pesadillas o soportar la realidad. A veces pienso que soy un egoísta por solo desear verla
despierta.
-No lo eres, pero Alice no puede estar así de por vida. Ojala la psicóloga que nos recomendó
Tom pueda hacer que Alice quiera verte.
Pero no fue así, pasaron más de 6 días y nada, todos los días le llevaba flores, tarjetas, cartas,
pero no había ninguna respuesta, este hospital ya se había convertido en mi casa y me había
ganado el cariño de muchas enfermeras, que me decían cualquier detalle o información de
cómo estaba Alice, que siempre le sale una ínfima sonrisa cada vez que recibe mis regalos, y
que la fractura de su pierna ya está cada día mejor y ya está caminando con una bota
ortopédica. ¿Pero porque demonios no quiere verme? ¿Por qué sigue con la estúpida idea de
encerrarse en su mundo oscuro? Cuando lo único que quiero es cuidarla y decirle lo mucho
que la amo.
-La señorita Kamble desea verlo, la psicóloga la señora Maya Brown me pedio que se lo
informara.-Y por primera vez en dos semanas respirar no es tan doloroso.
-Así es, sígame por favor.-Antes de que la joven enfermera terminara la frase yo ya estaba
caminado hacia las puertas dobles.-La habitación de ella es la última del pasillo, puede pasar.-
Sin exagerar corrí hasta final del pasillo y abrí la puerta, ahí estaban esos benditos ojos
101
luminoso y claros con esa sonrisa tímida en esos hermosos labios, ahí está mi Alice. Sonrió
de oreja a oreja y me acerca a ella, sentándome en la cama a su lado mientras beso sus manos.
-Alice, no sabes cuánto te extrañado. ¿Cómo te sientes?-Le digo mirándola a sus ojos.-Alice
asiente sutilmente con su cabeza mientras una lagrima cae sobre su pálida mejilla. Con mi
nudillo seco su lágrima y la abrazo, mientras beso sus cabellos y su dulce aroma me
embriaga.
-¿Noah?-Dice Alice con una débil voz, la suelto de mi agarre y tomo su rostro con mis manos,
tratando de absorber lo que más pueda de ella en este momento.-Tú ahora sabes quién
soy…te mentí y no sabes cómo me duele haberlo hecho…
-Alice, eso no me importa, yo entiendo tus razones y no tienes por qué sentirte mal por ello.-
Alice gira un poco su rostro y besa mi dedo pulgar.-Te amo Alice, no sabes cuánto te amo.
-¿Me amas? -Alice cierra sus ojos y su mentón comienza a tiritar, y las lágrimas caen
incontrolablemente sobre su rostro. Comienzo acariciarla y la rodeo con mis brazos
nuevamente, donde su llanto es tan triste, con tanto dolor, que me rompe, pero no puedo
quebrarme tengo que ser fuerte para ella, solo para ella.
-Yo no sé si pueda...-Alice se aleja de mí y pone un poco de sus cabellos rojos atrás de su oreja-
No sé si pueda estar con alguien. Tengo tanto miedo.-Dice mientras su mano se agarra fuerte
de las mantas de su cama.
-El murió Alice. Me encantaría prometerte que nada más en la vida te hará daño, pero no
puedo hacerlo, pero si puedo prometerte que si algo malo viene, yo estaré contigo.
-Alice mírame.-Lo hace, me da esa mirada luminosa que me deja sin aliento y estúpido.-
Tienes razón, no entiendo, no tengo idea de qué carajo pasara ahora, de lo que sucederá en
los próximos días, pero déjame amarte, déjame cuidarte…he querido hacerlo desde el primer
momento en que te vi, quiero darte todo de mí. Acéptame, hagamos esto juntos.-Le digo
tomando sus manos.-Te amo, y cuando uno ama a una persona, se da todo.
-¿Así es el amor?-Asiento con una sonrisa en mi rostro. –Yo también quiero darte mi todo,
pero ahora no sé que soy.
102
Tres días después Alice se le dio de alta, debe tomar pastillas para dormir, porque tiene
muchas pesadillas, y otras pastillas para bajarle la ansiedad, y otras para el dolor…son tantas,
y ella las mira con repudio, todo lo mira con repudio, menos a mí, y eso me reconforta de
cierto modo. Ariella redecoró la habitación de Alice por completo para darle una bienvenida,
ella dio una débil sonrisa y le tomo la mano a mi hermana en modo de agradecimiento,
porque Alice solo hace gesto, no habla mucho, solo mira, nada en concreto, cada minuto que
pasa la siento más alejada de la realidad.
Al cuarto día Alice está en su habitación, es maravilloso tenerla ahí nuevamente, su aroma
invade todo el lugar y me hace sentir completo, perlo la luz de sus ojos se esfuman con el
pasar de las horas, y no tengo idea de cómo ayudarla o sacarla de donde quiera que esté.
Son las nueve de la noche y Alice duerme, esa pastilla la hace dormir en cuestión de
segundos, aunque según la doctora es fuerte, Alice igual llora en sus sueños, me quedo
mirándola, cuando se mueve o la veo fruncir el ceño, la acaricio y le beso la frente, ella se
calma. Siento los pasos de mi hermana subiendo las escaleras y luego entrando a la
habitación.
-Supongo.-Le digo mientras alzo una ceja. Iré abajo quédate aquí.-Mi hermana asiente con la
cabeza y se sienta en una sillón que está a un costado de la cama de Alice y se pone a leer un
libro. Bajo las escaleras y Colin esta con los brazos cruzados mirando el fuego de la chimenea.
-Estoy fuera de servicio, así es que si tienes algo más fuerte.-Me voy a la cocina y saco unas
botellas de cerveza y se las llevo.
-Tranquilo, es perfecto.- Bonito lugar, me gusta esta casa, esta tan alejado de todo.-Dice
mientras se sienta en el sillón grande dónde lo sigo.
-Lo es.
-¿No beberás?
-Alice, dile Alice. Ella esta…mal, creo que se aguanta sus penas o rabias y no las deja escapar
y eso me tiene nervioso.
103
-¿Seguirá viendo a un psicólogo verdad? Yo le ofrecí cuando tuve que tomar sus
declaraciones.
-No hemos hablado de eso, la verdad no hemos hablado de nada. No sé cómo actuar, no sé
qué decir…me siento un inútil y detesto sentirme así.
-Te tengo una buena noticia, Marcus ha sido procesado y fue culpado por secuestro y
cómplice de violación. ¡30 años!.- Asiento con la cabeza mientras miro él fue como hace su
baile.
-Debería podrirse en la cárcel, como debió podrirse Sean, ahora el imbécil está muerto sin
pagar lo que hizo.
-¿Qué pasa?
-Alice despertó, quiere hablar contigo Colin.-Al igual que yo Colin frunce el ceño, luego
asiente enérgicamente y camina hacia la escalera, yo lo sigo pero mi hermana me detiene
en seco.-Solo con Colin, hermano.
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El detective Fisher entra a mi habitación y me sonríe mostrando toda su dentadura
perfecta, sus ojos marrones hacen juego con sus cabellos cortos, es alto, no tanto como Noah,
nadie es tan alto como Noah. Se sienta en el sillón que está a un costado de mi cama.
-Su muerte… ¿Yo lo mate?-Le digo mirando a los ojos, él hace una mueca y pasa su mano
por su mentón.
-Así es.
El maldito ni siquiera sufrió, ahora duerme para siempre, no tiene pesadillas, no tiene
marcas, no tiene una pierna rota, no tiene cicatrices, no tiene que lidiar con el odio que yo
siento contra él, contra todo el mundo.
-Marcus Coleman, hoy fue procesado, ya está en la cárcel.-Dice el detective Fisher como si
eso me aliviara un poco.
-El señor Kamble se retiró de la política y la señora Kamble…bueno ella ahora está
internada…atentó contra su vida, solo lleva un par de días.
-Todo se acabó Amy…ahora debes comenzar de nuevo, tienes personas que te aman mucho
en esta casa y un nuevo amigo, si quieres, que puede noquear a cualquier hombre.-Trato de
sonreírle pero no lo logro, El detective Fisher se levanta y me da las buenas noches, cerrando
la puerta detrás de él.
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¿Todo se acabó? ¿Realmente es así? Si, él está muerto ¿Por qué me sigo sintiendo una miseria?
¿Por qué no siento alivio? Necesito escapar, es el único pensamiento claro que tengo dentro
de mí atormentada cabeza, pero no puedo con esta estúpida pierna, en una semana más,
tendría que ya recuperarme, pero escapar significa no volver a ver a lo único bueno que me
ha pasado en la vida. Aun él tiene sentido para mí, aun lo quiero cerca de mí, ¿Pero será
siempre así? Ese es mi mayor temor, porque algo está creciendo dentro de mí y es tanto odio
algo que no me había pasado antes. Siento dos suaves golpes en la puerta, luego veo que se
asoma Noah.
-Está con Ariella, creo que se gustan y me hacen sentir incómodo.-Dice Noah mientras
entorna los ojos.- ¿Puedo estar a tu lado?
-Claro.-Noah se sienta en el sillón y me toma la mano.- ¿No sientes sueño? ¿La pastilla no te
hizo efecto?
-Hay algo que quiero preguntarte.-Noah me mira fijo a los ojos y veo que se remueve un
poco del asiento, y lo noto nervioso, lo cual me hace ponerme aún más ansiosa.
-Cuando estaba…con Sean, él tomo mis cosas y las revisó, ahí encontró una fotografía
nuestra que Ariella me había dejado el día anterior, creo. Y él…te reconoció, me dijo tu
nombre y que…tú sabias todo acerca de lo que me hizo. ¿Es eso cierto?
Silencio… Noah no dice nada, cada segundo que pasa veo como la expresión de su rostro
cambia y se ponen rígidas, como sus ojos grandes de color miel se nublan, cada segundo que
pasa me vuelvo a romper. Es verdad.
-Sí, lo conozco, fui su abogado. Pero yo no sabía que tú eras Amy.-Dice mirando al suelo.
-¿A qué te refieres con eso? ¿Entonces es verdad que él te conto sobre mí?
-Sí, yo lo estaba ayudando por una demanda contra él…Y me confesó que había tenido una
discusión contigo, que te había golpeado y…bueno.
-Dilo.
-Violado. Él me dijo que solo lo había hecho una sola vez, Alice te juro por…
-Oh Dios mío.-Digo cubriendo mi rostro con mis manos, siento que todo a mí alrededor da
vueltas.
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-Créeme yo quise hacer algo al respecto pero…
-¡No! ¡No!
-Alice, debes entenderme por favor, uno al ser abogado debemos callar muchas cosas, hay
contratos de confidencialidad. No sabes lo culpable que me siento por esto…Alice
perdóname por favor.-Dice con un tono de voz quebrado.
No puedo mirarlo, tengo miedo de que si lo hago, sentiré esa rabia, ese odio contra él, y no
quiero, él es la única luz de mi alma.
-Alice te lo ruego, por favor.- Noah saca mis manos de mi rostro y me hace mirarlo, de sus
ojos caen lágrimas, está destrozado, lo siento y lo veo, pero no me importa, solo quiero que
desaparezca.
-¡Vete! ¡Solo vete!- Le digo mientras de un tirón saco sus manos de mi rostro, no quiero que
me toque, Noah se muerde el labio inferior, mientras cierra sus ojos en signo de dolor, luego
de unos eternos segundo se larga, el sonido de la puerta cerrarse, me avisa de que no está y
rompo a llorar, esto no puede ser cierto. ¡Maldita sea! Ya no tiene sentido, nada de esto tiene
sentido Quiero desaparecer, ya no quiero seguir respirando…duele tanto respirar, me duele
tragar esta vida tan amarga, la única luz de mi vida fue apagada, estoy a oscuras, estoy
perdida…ya no tengo nada.
Con dificultad me levanto y me dirijo al baño, mi kit de manicure ya no está, ahora todo
saben lo que hago y no tengo con que lidiar todo lo que siento ahora, y ese sentimiento, de
finalmente acabar con mi vida, es tan latente, tan fuerte, que por primera vez, siento el valor
hacerlo. Miro a mi alrededor buscando opciones, de una vez por todas terminar con mi vida,
que desde un comienzo nunca tuvo sentido. En la puerta esta una bata de color blanco de
algodón donde el lazo del mismo material lo rodea inocentemente, me levanto nuevamente
y camino hacia la puerta y saco el lazo de la bata, es fuerte, debería resistir, hago un nudo y
lo pongo alrededor de mi cuello, las lágrimas en mis ojos no me dejan ver claramente, me
limpio con la muñeca y trato de apagar mi llanto. –Debo hacerlo rápido, debo hacerlo ahora,
ya nada tiene sentido-Me saco la bota ortopédica y la dejo a un lado, me subo con mucha
dificultad a la superficie de la tina y ato el otro extremo en la viga que está en el techo, y con
toda mis ganas, con toda mi rabia, con toda mi tristeza la amarro tan fuerte que mis manos
llegan a doler y ponerse rojas. Tomo la última bocanada de aire y me dejo caer, el dolor en
mi garganta es más potente de lo que imagine, siento como el aire de mis pulmones se va,
duele…duele…es desesperante, mi vista se vuelve difusa, todo se apaga, mis sentidos se
desvanecen uno por uno, mis brazos caen a mi lado porque no tengo la fuerza de mantenerlo
arriba, ya no logro ver nada, ya está…se está acabando…finalmente lo he logrado, escuchó
un sonido a lo lejos, no logro distinguir que es, pero ya no importa, ya todo acabo.
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**** ****
Pensé que mi vida había finalizado, creí que los sentimientos y deseos, ya no serían parte de
mi ser, que mis pensamientos ya no atormentarían mi cabeza, pensé que no sentiría nada,
que mi vida por había llegado a su fin, pero no fue así. Quien sea que domine esta vida, se
burla de mí y no pude lograrlo, abro mis ojos y las saldas lagrimas me acompañan, estoy
internada, han pasado dos meses y estoy encerrada en un lugar donde siempre hay ojos
observando cada movimiento que hago. Detesto a Noah por salvarme mi vida y no respetar
mi decisión, odio el aire que entra por mil pulmones que me permite vivir. Llevo tantas
semanas este lugar y es agonizante, mi terapeuta me pide que hable, que me exprese ¿Para
qué? ¿Acaso eso me hará olvidar? ¿Me hará creer que de pronto la vida es maravillosa y vale
la pena estar en ella? Sólo guardo silencio, me quedo quieta, inerte y fría como un mueble.
Al frente de mi vista se posa mi terapeuta, chasquea sus dedos para llamar mi atención, veo
su boca moverse pero no la escucho, y no me importa, no deseo oír nada. Vuelvo a posar mi
vista en la pared blanca y me pierdo el vacío.
Ya estoy en mi habitación, no recuerdo como llegue aquí, la enfermera pone unas pastillas
en mi mano y un vaso de agua en la otra, me las tomo y trago, saco la lengua para mostrarle
que ya no están, todos los días son iguales, es mecánico, si tomo estas pastillas, nadie me
molesta. Me acuesto y me arropo, hace frío, siempre esta helado, hace tanto tiempo que no
siento calor, es como si mis huesos estuvieran hechos de hielo. Luego de unos segundos, las
pastillas hacen efecto y me duermo.
Hay sol, veo mar, siento el viento como hace bailar mis cabellos, siento cada grano de arena
en mis pies descalzos, estoy sonriendo, estoy corriendo, libre, tranquila y feliz, miro hacia
atrás y veo a Noah corriendo tras de mí, el me atrapa y me abraza, mientras me gira, veo sus
ojos color miel, su sonrisa amplia y cálida, estiro los brazos porque deseo tocarlo, deseo sentir
su aroma y su calor. Estoy en sus brazos, mi nariz está en su cuello y puedo olerlo…estoy en
cielo, estoy feliz, completa, me agarro tan fuerte de él que me siento segura, estoy salvo.
Noah me deja en el suelo y miro su rostro perfecto, el me acaricia el rostro y me dice que
me ama. Sus palabras me derriten y lo vuelvo abrazar con fuerza, pero una punzada de
angustia y realidad me atraviesa, porque sé que estoy soñando, cuando despierto me percato
que me estoy abrazando a mí misma, que alrededor de mis brazos solo un cruel vacío y solo
estoy yo. Un llanto el cual no logro contener sale de mi garganta, siento unas manos sobre
mí y me percato que es una de las enfermeras.
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-¿Estas bien? ¿Sucede algo?-Pregunta con sus ojos grandes y preocupados. Niego con la
cabeza, mientras seco mis ojos, la claridad de la habitación me indica que ya es de día. La
enfermera me da un vaso con agua y me la bebo, esperando que con ella pueda tragar esta
horrible angustia.
-Mi niña, cuando te sientas más tranquila, vístete para ir a desayunar. Ya está todo listo.-La
enfermera me regala una sonrisa y se larga. Nunca había soñado con Noah, nunca había
tenido un sueño tan dulce y amargo a la vez. Me visto y me voy al comedor común, miro las
caras de las chicas que están a mi alrededor y se les ve entusiasmadas, algunas alegres. Luego
de hacer la fila, para recibir un té, fruta y unas rebanadas de pan, me siento en la mesa junto
a la ventana que da a un gran jardín interior, Sophie una chica más o menos de mi edad se
sienta a mi lado, lleva tres meses en este lugar y pronto la dejaran libre, he sido testigo de lo
mucho que avanzado, ahora sonríe, habla, pinta, toca la guitarra…está bien, se ve tan
saludable.
-Hoy es día de visitas. Ojala mi madre venga, la extraño tanto.-Me dice Sophie.
Por eso hay una atmosfera de emoción hoy en este lugar, nunca sabré si alguien viene a
visitarme, ya que lo únicas palabras que he podido decir a mi terapeuta que no deseo ver a
nadie, menos recibir correos, así es que cada día de visitas o cuando llega la recepcionista a
entregar las cartas o regalos no sabré si realmente algo llega para mí y nunca realmente me
ha importado…hasta ahora. Este sueño me afectado más de lo que puedo controlar, me ha
hecho retroceder. Cuando poso mis ojos en el asiento de mi compañera me percato que ella
ya se ha ido, miro hacia los lados y ya no hay nadie ¿Cuánto tiempo ya ha pasado? el jardín
interior está cada vez más lleno de personas que no he visto, me levanto rápidamente y me
voy a mi habitación, miro por la ventana que da vista a la entrada y me quedo mirando por
un largo rato, cada persona que entra, mi corazón da un brinco y mi estómago se tuerce,
pero nada es realmente comparable como todo dentro de mí se remueve, cuando veo la alta
figura de Noah entrar, de pronto siento que no hay el suficiente oxígeno en la habitación y
un oleada de sentimientos me invaden y no me da tiempo de descifrarlos. Sus cabellos están
más largos, lleva una chaqueta de color azul y una polera gris, trato de ver su rostro pero no
puedo, estoy demasiado lejos para poder deleitarme con el color miel de sus ojos. El hombre
que está en la puerta de la entrada no lo deja pasar, Noah le entrega algo, como un sobre y
el anciano hombre lo recibe y Noah se larga, la distancia entre nosotros es tan corta y la vez
tan larga. No puedo verlo, nada cambia en mí, solo le haría daño y no quiero hacerlo, quiero
quedarme con su recuerdo, con su luz y calidez, es lo único que puedo tener de él, solo su
recuerdo plasmado en mi memoria, como son las cicatrices de mi cuerpo.
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Nada, nuevamente no pude verla, deseo tanto mirarla, deseo tanto tenerla cerca que me
enferma ¿Cómo es posible que la conozco hace tan poco tiempo y la ame tanto? Debo estar
loco, esto simplemente no es normal, quizás debería dejarla tranquila, si tanto solo me
perdonara, me alejaría de su vida. Con desgano Me subo al auto y me dirijo a Oldham, mis
esperanzas de que estaré junto a ella, se esfuman cada vez más y es doloroso, me siento tan
vacío que no logro pensar con claridad. Luego de casi una hora de viaje finalmente llego a
casa, y empiezan mis movimientos mecánicos, me preparo un café y enciendo la televisión,
para no sentirme tan solo, para engañar el vacío y a mi cabeza que se idiotiza con el contenido
de la televisión. El teléfono suena, escucho el irritante sonido de la vibración sobre la mesa,
pero me siento cansado y desganado, no quiero hablar con nadie, no quiero ver a nadie, hoy
por primera vez me he percatado que Alice se aleja de mi vida, lentamente y que ya no es
solo un miedo, una corazonada, es algo que se acerca y me niego aceptar. Cierro los ojos y
comienzo a llorar, como suelo hacerlo todas las tardes de regreso cuando no logro verla.
Trato de focalizarme, trato de poner en mi mente mis nuevos proyectos, en lo que haré con
mi vida, pero esos ojos claros me siguen a todas partes, veo Alice sonreírme, sonrojarse,
humedeciendo sus labios, dándome esa sonrisa tímida, el recuerdo de su aroma perdido en
su almohada…pero mi mente juega conmigo, y de manera inmediata veo a Alice colgada,
pálida, fría, muriendo en mis brazos. Esa imagen está plasmada en mi cabeza, siempre tengo
pesadillas sobre esa fatídica noche… ella está colgando y no puedo alcanzarla, no puedo
llegar a ella para salvarla. Respiro hondo y trago, esperando que el nudo de mi garganta
desaparezca. El sonido del celular me vuelve sonar y me irritar. Será mejor que conteste.
-Muy bien Noah, te llamaba para informarte que están listos los papeles para firmar la
compra en Kensington.
-Perfecto, mañana iré para allá, estaré como a las diez en tu oficina.
-Adiós.
Corto la llamada telefónica y mi celular me notifica que tengo un correo de Tom y otro de
Ariella. ¿Qué demonios pasará ahora? Abro el primero correo que tiene fecha de ayer.
110
Para: Noah Evans
De: Ariella Evans
Fecha: 26 de febrero 2015 21:53 pm
Hola
Hermano me gustaría que nos viéramos pronto, se acerca el cumpleaños de nuestra madre, y ella
desea que estemos todos reunidos. Quizás la edad le ablandado un poco el corazón.
Te amo hermano.
Ari.
¿Todos reunidos? ¡Dios! mi madre es una soñadora. No me siento listo para algo así. Muchas
preguntas me harán y no quiero responder ni una de ellas. Abro el segundo correo de mi
hermano.
Noah,
Me gustaría que nos juntáramos, Stella se ha hecho finalmente el examen de ADN fetal y los
resultados estarán mañana. Si deseas te la puedo enviar o nos podemos juntar y hablar. Me gustaría
saber si estás bien, me tienes preocupado.
Respóndeme.
Cuídate.
Es verdad no veo a Tom desde esa vez en la clínica, no porque no hayamos abrazado, significa
que mi dolor se haya esfumado mágicamente, su traición fue demasiado grande como para
olvidarlo, y no puedo perdonarlo, no sería honesto de mi parte cuando no he podido olvidar
lo que sucedió, menos cuando mañana sabré si soy el padre o tío del bebe de Stella. ¡Dios! Mi
estómago se tuerce cada vez que lo pienso.
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El doble golpe de la puerta de mi casa, me sorprende, ya que nadie viene a visitarme, y he
mentido descaradamente diciéndoles a mi familia y amigos que me he ido de Oldham, bueno
solo Ariella sabe la verdad, pero sé que no es ella ya que ahora está viviendo con unas amigas
en Manchester donde estudiará finalmente actuación. Me levanto de la silla y abro la puerta
y veo a mi amigo Colin, sus ojos marrones brillantes igual que su cabello resplandece con el
sol que está en su espalda, no lleva puesto su uniforme, sino un jeans y polera de color gris
con letras blancas que dice “Look up”
-Puede que si.-Dice con una sonrisa torcida mientras inspecciona el lugar.
-No, ¿Hay algún lugar por aquí para almorzar? Estoy hambriento.
-Si hay un lugar muy bueno a unos cinco minutos de aquí. ¿Vamos?
-Si vamos.-Dice Colin sonriendo, mientras tomo las llaves del auto.
En menos de cinco minutos nos adentramos al restaurant que tiene una bella vista al Boating
Lake donde hay muchos botes coloridos, en forma de cisnes, autos y dragones, es un día
soleado y hay muchas familias y parejas en el lugar. Ambos pedimos patatas fritas, pollo y
cerveza.
-¿Hay algo entre mi hermana y tú?-Le pregunto a Colin, el cual queda con una patata en el
aire y con la boca abierta.
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-Ella es mi hermana pequeña.-Digo molesto.
-Bueno pero no es la mía. Noah tranquilo, ella de verdad me gusta, es alegre, chispeante. Me
hace reír como nadie…
-Ya no sigas.-Lo interrumpo.-Ambos son adultos, pero le haces algo y te golpeo, sabes que
tengo fuerza.
-No. Ayer me tome unos días descanso y quería saber cómo estabas, Ariella me comento que
estas recluido de todo, ella está muy preocupada. ¿Aún no has podido ver a Alice?
-No, hace dos meses que no la veo, no quiere ver a nadie. Y en el centro no me dan
información de ella ya que no tengo ningún parentesco, es frustrante.
-Noah quizás es tiempo que comiences tu vida, y dejarla ir, es estúpido retener algo que solo
te hace daño.
-Sí, lo he pensado. Es solo que no me conformo con el hecho de que todo haya acabado así.
Ya me siento cansado. Quizás debería rendirme y ya.
-Me temo que si.-Dice Colin con una mueca en su boca.- De igual forma no sabemos cuánto
más tiempo le queda ella en ese lugar, no tiene caso esperar amigo. Comienza tu vida, eres
joven y nunca te ha ido mal con las chicas.
-Pero la amo Colin, ese es el maldito problema y a pesar de que no la he podido ver la sigo
amando.
-Lo sé, yo siempre amaré a mi difunta esposa, pero debo continuar con mi vida.-Dice Colin
con una expresión en sus ojos de melancolía, ya que hace tres años su mujer, la novia de toda
la vida, había muerto en un accidente automovilístico.
-Tienes razón. ¿Podemos cambiar de tema? ¿Viste el juego de Manchester United ayer?
113
Al día siguiente.
Son las diez treinta de la mañana, Lilian está preparando un café mientras leo los
documentos, ella me sonríe, yo le doy una sonrisa de vuelta, hoy luce muy bella con un
vestido ajustado y escotado, se ve nerviosa y eso me hace sentir incómodo.
-Gracias.
-¿Iremos a ver el lugar? Me gustaría que me acompañara para ver el tema de la remodelación
y le presupuesto.
-Creo que trabajaremos con el mismo contratista de la otra vez, hizo un excelente trabajo en
el restaurant anterior.
-Me parece bien. ¿Nos vamos? Quiero terminar luego con esto.
-Claro.-Lilian toma su cartera y una chaqueta, mientras yo le abro la puerta para salir.
El camino se hace largo, y tedioso, Lilian me sonríe y me habla de su vida, hago como que
la escucho, solo asiento y le sonrió, a veces digo uno monosílabo…soy un cretino, lo sé, quizás
al ver tanto auto, tantas personas, tanto sonidos me pone de mal humor. Luego de varios
minutos entramos al lugar, es bastante amplio y tiene una gran cocina, pero Lilian quiere
ampliar aún más, lo cual acato, ella sabrá.
-No necesitara mucho trabajo, el segundo piso esta impecable, ese lugar solo habrán mesas
y baños, pero el primer piso debo arreglarlo por completo sobre todo el piso y los baños y
bueno las paredes.
-Sí, este lugar es mucho más grande que los otros de restaurantes, recuerda que debe haber
un tipo de escenario para los músicos.
-Si lo tengo en mente, será en ese rincón-Dice mientras apunta con su mano donde hay un
gran ventanal curvo.
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-Se verá bien. Me agrada la idea. Cuando te contactes con los contratistas me envías el
presupuesto para darle el visto bueno.
-¿Así?-Vaya esta mujer se adelanta a todo.- ¿A qué hora estarán por aquí?
-Noah solo eran un par de horas, pasaran volando no te darás ni cuenta. ¡Vamos!-Lilian me
toma del brazo y salimos del lugar. Me siento un extranjero, como ella me muestra los
alrededores, de vez en cuando saca una pequeña libreta de cuero rojo y anota algunas cosas.
Luego de caminar, nos sentamos en cafetería, ella pide un té con miel y yo un café amargo,
como yo lo estoy en este momento, comenzamos hablar del clima, de su familia y de los
negocios, mientras Lilian juega con su pelo constantemente ¿Por qué lo hace? ¿Por qué no
se lo amarra y ya? Es irritante.
-¿Y qué dices?-La pregunta de Lilian me toma por sorpresa porque no tengo idea a qué carajo
se refiere.
-Me temía que no me estabas escuchando. Es como si estuvieras en cualquier lugar menos
aquí.
-¿Y qué podemos hacer para regreses a la tierra, a Inglaterra, a Kensington a este café
conmigo?-Dice inclinado su cabeza hacia un lado, mientras posa una mano sobre la mía.
-Estas muy estresado Noah, te hace falta liberarte de lo que sea que te esté sucediendo y vivir
la vida.
-Bueno, por algo será ¿no? -Lilian me sonríe y luego me acaricia con sus dedos la superficie
de mi mano. Esta chica quiere algo conmigo, pero no puedo la primera razón es Alice y la
segunda es mi empleada y jamás nunca se deben mesclar esas cosas. De manera discreta
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retiro mi mano y le doy una sonrisa fría. Ella se percata de inmediato y retoma una postura
más distante y profesional. Ella es sin duda una mujer atractiva, pero debo acatar el único
consejo que me dio mi padre, es de no mesclar el negocio con el placer.
Horas después, ya estoy aparcando fuera de su departamento, me despido de ella dentro del
auto y ella despide con un apretón de manos y no con su usual beso en la mejilla y se aleja
rápidamente y entra al edificio en el cual vive.
-En mi departamento.
-Iré para allá, estoy como a una hora, hay mucho tráfico.
-Ahora tranquilízate por favor. Respira hondo, voy en camino.-El trafico esta imposible, y mi
paciencia se va de mi rápidamente y mi mal humor aumenta. Es increíble como esta cuidad
me afecta negativamente a un nivel que ni yo mismo puedo comprender, luego de una hora
y quince minutos ya estoy afuera de su casa, toco la puerta y en menos de cinco segundos
tengo a Stella abrazándome fuertemente, colgada de mi cuello, mientras dice algo en su
llanto ahogado que me cuesta entender. La acojo en entre mis brazo y entro a la casa.
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-¿Y qué es eso?-Le digo mientras la acuno su rostro pequeño y sus ojos verdes están rojos y
llenos de angustia.
-Un problema al riñón.-Stella cubre su rostro con sus manos y se sienta en el suelo y llorada
desconsoladamente, de inmediato me siento sobre mis rodillas y acaricio sus cabellos rubios
y suaves.
-¿Tom está al tanto de esto?-Stella niega con la cabeza.- ¿Por qué no?
-Voy a llamarlo, el merece saberlo además es doctor y nos puede decir de que se trata esto.
Vamos levántate el suelo esta frio.-Siento a Stella en su sillón y luego le sirvo un vaso de
agua. Tomo mi celular y llamo de inmediato.
-Lo haré, pediré que alguien me remplace. Tengo los resultados del ADN, los llevare
conmigo.-Dios esa palabra me retuerce el estómago cada vez que la oigo.
-¿Por qué Tom y tú no están juntos? Simplemente no lo entiendo. Si es por mí, deberían
dejar eso.
-Hablare con él. ¿Has comido algo hoy?-Stella me sonríe y niega con la cabeza.
-Te preparare algo entonces. Bebe tu agua y trata de calmarte, todo saldrá bien.
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Una hora después Tom ya está en la casa, me impresiona lo delgado que esta, y como ha
perdido musculatura, ya no es cómo ese gorila que una vez fue, se nota que ha dejado de
hacer ejercicios. Ambos nos damos un extraño apretón de mano, luego mira a Stella y su
expresión cambia rápidamente, se acerca a ella la toma de la mano, Stella comienza a llorar
y Tom me mira a mi, como pidiendo mi aprobación para que pueda consolarla. ¡Que ridículo!
Con gesto de mano le animo que la abrace de vuelta, lo cual él hace de inmediato.
Luego de un rato, Tom mira los exámenes que Stella se realizó, el silencio me tiene
altamente nervioso y ofuscado. Luego mi hermano deja los exámenes sobre la mesa y
comienza a explicarnos.
-Bueno, Ectasia piélica, es una ectasia o dilatación en alguna zona por donde pasa la orina,
en este caso es una dilatación es la pelvis renal.
-¿Qué significa pelvis renal?-Pregunta Stella con los ojos llorosos y la voz quebrada.
-Es la orina se forma en el riñón. Desde que se produce hasta que sale al exterior sigue el
siguiente camino: cálices renales - pelvis - uréter - vejiga – uretra, ahí es donde hay una
dilatación en este caso es en el lado izquierdo, pero la mayoría de estas dilataciones son
transitorias y casi todas se resuelven solas en los primeros años de vida. Quédate tranquila
Stella el niño estará bien.
-¿Niño?
-No me percate de eso.-Dice Stella con una sonrisa en sus labios.-Es un niño, no puedo creerlo.
-Qué bueno que no sea nada grave.-Agrego- Ahora Tom, creo que es tiempo de que nos digas
quien es el padre.-Stella gira su cabeza y me mira nerviosa, de inmediato comienza a
morderse la uña de su dedo índice. Tom humedece sus labios porque con el nerviosismo que
siente se le han puesto secos.
-El bebé es…yo soy su padre. Aquí están los resultados.-Dice pasándome un papel que dice
que las probabilidades de que él sea el progenitor son de un 99,9% de posibilidades. Dios mío,
no soy el padre, un gran alivio me invade por completo, lo siento en todo mi cuerpo, que
fluye rápidamente dejándome más liviano. Ser padre con una mujer que ya no amo no sería
nada bueno en este momento.
-Bien entonces, ya está todo claro ahora.-Digo casi a mí mismo-- Debo irme. Antes de eso, me
gustaría hablar contigo Tom a solas, me acompañas a mi auto.
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-Claro.-Tom se levanta de su asiento, al mismo tiempo que yo lo hago. Le doy un beso en la
mejilla a Stella y le digo que se cuide y que todo saldrá bien. Luego ambos salimos de la casa
y caminos hacia mi auto.
-No sé cómo decirte esto, dado todo lo que ha pasado, pero Tom ¿Qué sientes realmente por
Stella?-Tom me queda mirando como si tuviera cinco ojos y dos cabezas, abre su boca luego
vuelve a cerrarla, siento como se balancea sobre una palabra que no logra decir.-Tom,
respóndeme maldita sea.
-¿La estimas? ¿Hablas enserio?-Le pregunto molesto.-Tom tu sabes que yo no amo a Stella, y
ahora ya no tengo nada que me una a ella más que una amistad de antaño y cariño, pero si
sientes algo más fuerte por ella, solo estén juntos, serás padre.
-Sé que ya no sientes nada por Stella. Pero…me siento tan basura por todo lo que hice, tanto
a ti, como a ella y no sé qué demonios hacer.
-Rayos Tom, eso ya es parte del pasado. ¿Dime qué demonios te sirve seguir lamentándote
por lo que sucedió? Ya está hecho.
-Lo sé, pero te perdí hermano, te fuiste, dejaste tu trabajo, tu departamento, tu vida, todo…y
me siento tan miserable por todo lo que dejaste ir, por mi culpa.
-Tom, nunca pensé que te diría esto, pero, lo que vi ese día en tu gimnasio me dio el coraje
de dejar un estilo de vida que odiaba con todas mis entrañas. A pesar de del dolor, me sentí
liberado.-Tom niega con la cabeza con una sonrisa incrédula.
-Creme Tom, no tengo ningún interés de hacerte sentir mejor. Te vuelvo a preguntar. ¿Qué
sientes por Stella?-Tom respira hondo, luego pone ambas manos en la profundidad de sus
bolsillos. ¿Por qué esta tan asustado? - ¿La amas verdad?
-Si la amo, y estoy aterrado porque jamás creí que me iba a sentir así.
-Si tampoco creí que te pasaría, pero Tom ya tienes el medio camino hecho. Stella te ama,
déjense de esta estupidez y estén juntos.
-Ni yo, solo no me pidas ser el padrino si casan. No abuses.-Tom sonríe de una manera
relajada, de hecho todo su cuerpo esta relajado, sus ojos azules brillan ya no están apagados
como antes.
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-No lo hare.-Dice sonriendo- Tom me toma por sorpresa y me abraza, lo cual le respondo con
sinceridad. Esto se acabó, no puedo odiarlo, ni siquiera odio a Stella, ellos comenzaran su
vida, como se supone que debo comenzar con la mía.
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Tres meses después me han dado de alta, puedo irme finalmente de este lugar, aunque
debo seguir con terapia, soy libre de ir donde yo estime conveniente. Guardo mis ropas en
mi bolso mientras sé que afuera me está esperando la señora Gillian Kamble, lo cual me
tiene tan nerviosa y sumamente ansiosa. Trato de respirar hondo y calmarme, debo aprender
a controlar esto. Bajo las escaleras y me despedido de las enfermeras que tanto me han
cuidado, recibo muchos abrazos afectuosos y algunos regalos. Al salir me doy cuenta de que
es un día soleado y cálido. Justo en la puerta que da la salida esta ella. Luce pequeña y
acabada, a medida que me acerco noto una débil sonrisa en su rostro.
-Bien gracias. Para serle sincera, no pensé que la vería en este lugar.
-Eres mi única familia ahora. Me gustaría invitarte almorzar, hay tantas cosas que debemos
hablar. Por favor Amy, solo dame esta oportunidad.
-Está bien. Hablemos.-Ambas nos dirigimos al automóvil de color negro y elegante que está
aparcado a pocos metros, el chofer nos abre la puertas y amabas nos sentamos en la parte
trasera. Luego de veinte silenciosos minutos llegamos a un hermoso restorán a los pies de
una solitaria y rocosa playa. El mesero nos sienta en una mesa con vista al mar. ¡Qué lugar
tan hermoso!
-Me temo que es Heysham. Es un lugar muy tranquilo, vi este restaurant camino a la clínica,
por eso te he traído aquí.-El mesero se acerca y toma nuestro pedido, mientras esperamos las
ensaladas en silencio, me tomo el tiempo de contemplar tan bello lugar, además así evito
mirarla a los ojos, ya que son los mismo ojos azules y pequeños que me torturan todas las
noches de mi vida.
-Amy querida.-Dice la señora Kamble con un tímido tono de voz.-No hay forma de expresar
realmente lo dañada que me siento por lo que sucedió con nuestra familia. No sé si sabes,
pero mi esposo se ha quietado su vida.-La señora Kamble toma un sorbo de agua luego se
vuelve a recomponer.
-Sí, ya lo sabía.
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-Amy, vine a ofrecerte a comenzar una vida nueva, tu y yo.
-¿Una vida nueva? No creo que eso sea factible, señora Kamble.
-Es tuyo. Es lo que te pertenece. Es el suficiente dinero para que puedas vivir tranquila por
mucho tiempo.
-No lo quiero.
-Amy por favor, no me hagas esto, eres nuestra hija y es la herencia que te pertenece, cariño
sé que no tienes nada y mereces por lo menos no tener preocupaciones económicas.
Acéptalo, dentro de este sobre esta las claves, tu número de cuenta bancaria. Además la
librería café que está en Edimburgo, la he puesto a tu nombre, es un lugar de muy grande
de cuatro pisos y justo en los dos de arriba hay un departamento.
-Sí, a ti te gustan los libros, yo soy escocesa y era el negocio familiar y mi madre me lo dejó
de herencia hace mucho tiempo y no tiene sangre Kamble, ha pertenecido a la mía por
décadas.
-Claro que puedes, ya que solo te dimos sufrimiento por parte de mi familia, lo minino que
puedo ofrecerte es un bien estar económico y sé que amaras ese lugar. Por favor Amy
acéptalo.-Dice mientras me deja en mis manos todos los documentos, comienzo a mirarlos
perpleja cuando, algo llama por completo la atención y me deja atónita. La cuenta bancaria,
la propiedad, todo está a nombre de Alice Sullivan.
-Así es, tú eres Alice, tú eres quien quieras ser. Me imagino que llevar este apellido te pesa
horriblemente como lo hace en mí ahora.-Por primera vez, veo a la señora Kamble quebrarse,
sus ojos azules están cristalizados por las lágrimas que se asoman.
122
-Me gustaría que trataras de por lo menos mantener el contacto, aunque sea una vez al mes,
no quiero perderte del todo.-Dice mientras dobla minuciosamente su servilleta y con un deje
de tristeza en sus ojos claros.
-Está bien, puedo tratar de hacer eso.-Justo en ese momento llega el mesero con nuestro
postre, necesitaba algo dulce en mi boca, mientras disfrutamos de nuestros helados, la señora
Kamble comienza hablarme de la librería-café que se encuentra en Edimburgo y que lleva
años abierta y funcionando de maravilla. Escocia… ¿Mi próximo destino? Dios es una
librería, podría manejarla, hacer mi vida allí y sanar, necesito sanar pero antes de hacer eso,
debo hablar con Noah, debo enfrentarlo, desatarlo de mí. Luego de un rato, la señora Kamble
me ofrece llevarme a Oldham, ella inteligentemente no me pregunta porque ni a quien voy
a ver y luego de unas horas ya me encuentro caminando por al amplio jardín, donde crecen
bellas flores silvestres, escucho atrás de mí el auto de ella marchándose. Justo cuando me
animo a subir las escaleras del pórtico la puerta se abre y veo a Noah, sus ojos color miel
están grandes y exorbitados, esta vestido con una polera color azul petróleo, y veo sus brazos
fuertes cubiertos por una leve mata de bellos color miel en su antebrazo. ¡Dios es tan guapo!
Ambos nos quedamos de pies, mirándonos el uno al otro sin moverse, luego de un rato me
animo a sonreírle y el de inmediato se acerca a mí, y me abraza tan fuerte, que mis pies ya
no tocan el suelo y su delicioso aroma lo siento en todas partes.
-Alice estas aquí, estas aquí.-Escucho su voz en mi oído y me quiebro…lo extrañe tanto, me
hizo tanta falta y el dolor que me causa que debo dejarlo ir hace mi corazón agonizar.
-Noah…tengo tanto que decir.-Le digo mientras acaricio cuello. Noah me baja y me toma de
la mano y entramos a la casa.
-Estoy bien.
-No puedo creer que estés realmente aquí. Me has hecho tanta falta amor.-Dice mientras
acaricia mi rostro.-Sus palabras me hacen temblar. Debo ser fuerte, no puedo flaquear ahora.
Me suelto de su agarre y me siento en el sillón, Noah de inmediato se sienta a mi lado,
mientras veo el miedo en sus expresiones.
-Noah, necesito sanar, hay tantas cosas oscuras aquí adentro, y sé, que terminare haciendo
daño si te pido que te quedes a mi lado… Necesito hacer esto sola.
123
-Alice, no…Yo quiero estar contigo, por favor no me apartes.-Noah me toma de las manos y
las besa, de inmediato lagrimas salen de mis ojos, porque sé que duele, ahora sé que dejar ir
a alguien a quien realmente amas duele y muere algo dentro de ti.
-Noah, por favor respeta mi decisión, si hago esto a tu lado te hare daño, y no puedo soportar
con la culpa… necesito hacer esto, libre y sola.
-¿Esperarme? No puedo pedirte eso, yo no sé cuánto tarde en sentirme bien conmigo misma
y preparada para hacer una vida junto a ti. Noah no quiero atarte a mí, quiero que hagas tu
vida, no puedo hacerte promesas, no puedo decirte que volveré porque yo no tengo claro que
va a suceder conmigo.
-No puedo creer que esto esté pasando.-Noah apoya sus codos en sus muslos y esconde su
cabeza entre sus manos.-Pensé que estaríamos juntos… ¿qué carajo hare con todo lo que
siento por ti? Me dejas…después de todo lo que pasamos juntos… ¿Me dejas?
-No me digas esas cosas Noah…yo no te haría feliz…no cuando tengo tanto que hacer por
mí. Créeme que si hago esto es porque te amo, pero estoy tan estropeada que no me deja
amarte como te lo mereces.-Aparto sus manos de su rostro para así poder mirarlo, su perfil
perfecto, su barba suave y sus ojos color miel…por última vez.
-No me hagas esto, Alice por favor, yo te amo.-De sus labios sale una voz dolida y triste, sus
bellos ojos se nublan de lágrimas las cuales seco con mis pulgares.- Me harás tanta falta.
-Y tú a mi.-Me levanto del sillón y apoyo mis rodillas en suelo y quedo frente a Noah y lo
abrazo. Trato de mezclarme en él y tratar de que su aroma quede impregnado en mi ropa,
en mi piel, en mi memoria. Siento como Noah besa mi cuello, luego mi mandíbula, acuna
mi rostro con sus manos, y comienza besarme la comisura de mis labios, todo mi cuerpo se
tensa, es una mescla de miedo y deseo. Cierro mis ojos y Noah posee mi boca con devoción,
me dejo querer por última vez, lucho con mi mente y cuerpo para mis demonios internos no
ganen y no estropeen este momento, pero no puedo, tantas imagines y recuerdos me
desbordan y salgo de su agarre. Ambos estamos con nuestras respiración agitada, pero ambos
por razones distintas, el por deseo y yo por temor.
-Ya lo estoy Alice, desde la primera vez que soñé contigo yo ya lo estoy.-Noah seca mis
lágrimas con sus largos dedos y me da un casto beso en los labios.
124
Edimburgo, Escocia.
Seis meses después.
Despierto con el aire entrecortado, todo mi cuerpo esta sudado, y el frio me invade
dolorosamente, desde lejos escucho la lluvia caer, y la sonrisa de Noah, su cabello mojado
por la lluvia, llegan a mi memoria. Lo extraño tanto que duele.
La luz que entra por la ventana me avisa que el día se hace presente, miro el cielo y está
despejado…Edimburgo es tan impredecible con su clima, a veces pienso que somos tan
precedidos, de un momento llueve como si se hubiese acabar el mundo luego sale el sol y
todo está calmo. Miro el reloj y ya son las siete de la mañana, rápidamente me meto a la
ducha esperando que el dolor, el miedo y la desesperación se vaya por el drenaje…como si
la vida fuera tan fácil.
Luego de terminar mi desayuno bajo al primer piso y abro mi librería, la cual se llama
“Thistle Coffe and Books” Thistle es el nombre de la flor nacional de escocia, es tan inusual
como su belleza, pero su significado tiene tanta historia como el país mismo. Abro las puertas
de madera y enciendo las luces y el calefactor ya que el frio lo siento en todos mis huesos. A
los pocos segundo aparece Philip Tiene 28 años, lleva trabajando aquí más de dos años junto
125
a su hermano mayor Rick que tiene ya cuarenta años, y diez trabajando aquí, para ellos fue
una sorpresa que viniera instalarme en este lugar, al principio tenían miedo de que les
quitara su trabajo, pero ¿Cómo hacerlo? Ellos manejan todo lo que yo tenía que aprender.
-Pues sí. Las ojeras te llegan al suelo. ¿Qué pasa Mérida?-Pregunta Philip entrecerrando sus
ojos mientras pone su mano sutilmente sobre mi hombro.
-¿Por qué lo sabes? -Le pregunto de repente, mis palabras quedan flotando en aire y Philip
me regala una sonrisa dolorosa.
-Tenemos 30 minutos, te invito un café.-Ambos nos preparamos un café con leche, y nos
sentamos en uno de los tantos sillones que se encuentran en el sector de la cafetería. Philip
mira su taza humeante y da un largo y sonoro suspiro, luego de un rato me regala una
sonrisa tan cálida como sus ojos pardos.
-Cuando tenía cuatro años fui abusado por primera vez, no me acuerdo mucho, mi mente ha
borrado varias cosas en mi cabeza, pero sé que duró hasta la edad de once años, fue cuando
mi hermano Rick lo descubrió…desde ese día toda mi familia se vino abajo y se quebró ya
que mi abusador era mi propio padre, el cual murió hace un par de años en la cárcel. La
adolescencia no fue fácil, sentía mucha rabia, dolor pero sobre todo miedo, ya que me percate
que me gustaban los hombres, algo que no entendía y me deteste por mucho tiempo, porque
me preguntaba ¿Cómo es posible que me guste alguien del mismo sexo después de lo que
me había pasado? Luche contra mí mismo, contra mis deseos, me forcé estar con mujeres,
me fui al mundo de las drogas y alcohol… cuando tenía 17 años ya no pude seguir con eso
y le confesé a mi familia sobre mis gustos, y esa fue la segunda vez que mi familia se volvió
a quebrar. Nadie lo acepto, todo me recriminaron y me trataron como un enfermo mental y
que necesitaba ayuda psicológica y que esa idea se me pasaría. Pero no fue así, me llene de
126
tanto odio que hice mucho daño a muchas personas y a mí mismo, hice cosas horribles por
drogas, que hasta el día de hoy me arrepiento…luchaba conmigo a diario para ser normal,
pero ¿Qué es normal? ¿Es lo que está ya escrito en la vida en las leyes, en la tradiciones, o
estereotipos de vida? Cuando estaba en la calle tirado, desorientado, sin recordar mucho que
me había pasado, conocí a mi amado Edward, el me ayudo, el me salvo, me saco de ese
mundo en cual me estaba matando e hizo aceptarme y a quererme tal cual soy, con mis
monstruos y todos, claro que tuve que ir la psiquiatra, no fue tarea fácil, pero sane, aprendí
que luchar contra el pasado de uno no sirve, debes aceptarlo y una vez que lo haces, hay que
las paces con él, tienes el camino a medio hacer para llevar una vida normal.
La historia de Philip me dejo pasmada por varios segundos, donde solo la sutil música de
fondo, hacia menos doloroso el momento.
-¿Por qué dices que somos parecidos? ¿Qué sabes de mí?-Philip me mira directo a los ojos
luego me sonríe.
-Porque yo tuve esa mirada que tienes justo ahora, por muchos años. Desde el primer
momento en que te vi, lo sentí y bueno además investigue. Lo lamento, pero se tu historia,
ese caso fue cadena nacional, no se lo he comentado a nadie…Lo lamento Alice…de verdad
lo lamento. Sé que no es fácil, pero no estás sola, yo estoy aquí, y puedo entenderte.
-Yo no, ya que al final tuve mi recompensa.-Philip sonríe mientras gira su cabeza mirando
hacia la ventana.
-¿Edward?
-Sí, él es mi ángel. ¿Tú tienes el tuyo?-Asiento con la cabeza con un nudo en la garganta.-
¿Dónde está?
-Lo tuve que dejar ir, era lo más sano para él y sobre todo para mí. Hay mucho…odio aquí
adentro.-Digo mientras pongo mi mano en mi pecho y las lágrimas amargas salen de mis
ojos.-Sé que me arriesgo a no verlo más y perderlo, pero el merece ser feliz y sé que a mi
lado…jamás podrá serlo, no ahora.
-¿Cómo se llama? ¿Cómo es el y dónde está?-Pregunta Philip con un tono de voz pausado y
tranquilizador, mientras acaricia mi mano.
-Puedo notarlo. ¿Por qué no te quedas en casa hoy? Ya sabes que me puedo hacer cargo, te
haría bien descansar.
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-No, cuando estoy sola tengo mucho tiempo para pensar estupideces, aquí las horas pasan
más rápido. ¿Comencemos a trabajar? Ya estaré bien. Gracias por compartir tu historia
conmigo.
-No hay de que, así se comienzan las amistades.-Dice mientras me guiña un ojo. Y así fue ese
día gane un amigo un gran amigo.
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Con mi pincel teñido con pintura roja, doy los últimos detalles en el cabello de Alice,
finalmente lo he terminado, su mirada clara y dulce me observan y me estremezco por
dentro, su sonrisa tímida la cual tantas veces me llevo a la más tierna locura. ¡Dios la extraño
tanto! Y el hecho de no saber dónde carajo está, me tiene enfermo. ¿Cómo saber si está bien?
¿Ha decidido terminar con su vida? Y esa imagen de Alice colgando me acelera el corazón y
hace mis pulmones doler.
-Noah ¿Todo bien?-Cuando miro hacia atrás veo a mi hermana en la entrada de la habitación.
-Nada, te traje comida, no comes desde ayer y me tienes preocupada.-Ariella entra de lleno
y deja sobre la cama una bandeja con comida y algo de fruta.
-No tengo hambre ¿Por qué insistes en darme algo que no quiero?
-Noah ya basta. Me tienes preocupada hermano. Alice decidió esto, ya acéptalo, eres un
hombre joven, exitoso…
-No puedo hacerlo, estas más delgado, lloras casi todos los días ¿Cómo se supone que debo
pasar por alto algo así? Acéptalo y ya, ella se fue y no va a volver.
-Lo sé, maldita sea, lo sé.-Miro el retrato de Alice y unas enormes ganas de romperlo en mil
pedazos me invaden, pero las reprimo sé que me arrepentiré si lo hago. ¿Por qué me dejo?
¿Después de todo lo que hice por ella? Y de lo que estaba dispuesto hacer y dar. No entiendo
una mierda. Me siento en el suelo y las lágrimas llenas de rabia brotan mi rostro y Ariella se
abalanza sobre mí y me abraza.
-Odio verte así hermano, ella solo te ha causo dolor. Déjala ir por favor.-Las palabras de mi
pequeña hermana no me pesan, ya que no son reales. Ella me dio más motivos para vivir
como nadie en el mundo, de ella me enamore de la manera más intensa que jamás nunca
sentí y me hizo feliz con solo su presencia. Pero ella no lo sabe, ella no lo entiende, así que
me quedo en silencio. Me trago mis lágrimas y ms ganas de romper todo a mí alrededor y
largarme de aquí. Sé que debo esperar…algo que quizás nunca va a llegar, porque Alice, no
se ha dado cuenta que se robó todo de mí y que me siento una vez más, completamente
perdido y vacío.
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Los meses siguieron pasando, llene mis espacios en trabajo, en nuevos proyectos, para llenar
las horas de mi vida mediocre. Aunque tengo días que me siento equilibrado y a veces
optimista, hay días que son simplemente insoportables, por el solo hecho saber que Alice
está en algún lugar y no poder verla, ni abrazarla, ni besarla, me desespera. Ya han pasado
más 16 meses desde la última vez que la vi en Oldham en casa llena de recuerdos guardados
en los rincones de mi cabeza. Hace ya cinco meses he decido largarme de ahí, mis esperanzas
se fueron con el última primavera y no podía seguir esperando algo que no llegará. Liverpool
es mi nuevo hogar, he comprado una pequeño departamento en el corazón de la cuidad cerca
de una galería que también he adquirido, donde le doy la oportunidad a Artistas nuevos de
mostrar y vender sus obras. Esto me ha mantenido a flote y vivo.
-Noah, ya se están sacando los cuadros que se vendieron en la última exposición y aun no
has visto quien hará la siguiente exposición.-Dice Ariella, que se auto delegado mi asistente.
-Sí, te traje una opción.-Dice Ariella mientras entra a mi oficina, que está en el segundo piso
de la galería.-Aquí te traje unas muestras, son bastante buenas y llena los requisitos.
Ariella me deja la carpeta, en ellas hay varias fotografías de cuadros y algunas esculturas,
bastante interesantes.
-Si lo es.- Leo la información de la artista.-Helen White, treinta años y estudió Arte en Italia.-
Digo gratamente sorprendido.
-Sí, llámala dile que venga para así darle conocer como trabajamos y nuestras reglas.
-Ella ya está aquí, vino personalmente a dejar muestra de su trabajo.-Pongo los ojos en blanco
y mi hermana sonríe.
-Dile que pasé.-Ariella sale de la oficina mientras repaso nuevamente la carpeta parar mirar
más de lleno sus obras. Luego de unos minutos tocan la puerta y aparece una mujer alta,
delgada, sus cabellos largos son de color marrón al igual que sus ojos, lleva puesto un vestido
floral y suelto. Es bastante atractiva. Ella me sonríe confiada y tranquila mientras me
estrecha su mano pequeña y cálida.
-Dime Noah, toma asiento por favor.-Ella se sienta mientras mi hermana me guiña el ojo y
se retira.-Estaba mirando tu trabajo, es increíble.
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-Muchas gracias. Estoy ansiosa de mostrar mi trabajo en Liverpool y este lugar cada día se
hace más famoso.
-Pues nos ha ido bien. Mira nosotros exponemos tu trabajo por dos semanas, si hay buena
recepción se aplaza por otros 7 días.
-¿Cuál es el costo?
-Solo debes pagar el 10% de las obras vendidas, si no vendes nada no se paga nada. Así de
simple.
-Que caritativo es.-Dice con una amplia sonrisa en su rostro.-Me parece perfecto ¿Cuándo
cree que pueda empezar?
-Mañana la galería estará vacía y tienes dos días para montar todo. Debemos hacerlo rápido.
¿Te complica eso?
-No, además al postular aquí, sé que debe tener mis obras a mano y las tengo, por lo cual no
me complica en lo absoluto.
-Perfecto entonces.-Digo mientras del cajón saco un contrato.-Lee este documento y si estás
de acuerdo firma las dos copias, dentro del día debes enviarnos los nombres y el valor de las
obras y que vas exponer para ingresarla a nuestros sistemas y tener un registro.
-Muy bien. Muchas gracias por la oportunidad.-Helen me estrecha su mano y luego se larga
y a los pocos segundos entra Ariella.
-Ya te dije que sus obras son buenas. Debes estar atenta al correo nos enviara el listado…
-No me refiero a eso Noah.-Dice mientras pone los ojos en blanco.- ¿No es una belleza?
-¿Te has vuelto lesbiana?-Le digo mientras le sonrió, Ariella entra de lleno a la oficina y se
sienta arriba de mi escritorio con cara de pocos amigos.-Si es guapa. Aunque no sé porque
eso es relevante.
-No sé, algo me dice que harían una linda pareja. Creo que ya es tiempo de comenzar de
nuevo.
-Eso intento Ariella. ¿Por qué crees que hago todo esto? Aunque este nuevo proyecto no me
da muchas ganancias me hace feliz.
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-Lo sé, pero ¿Qué hay con tener una nueva pareja? No sé si será con Helen pero conocer a
otra mujer te puede ayudar a olvidar o hacer más llevadero la pérdida de Alice.
-Hermanita déjate de preocuparte tanto por mí, yo estoy bien.-Ariella asiente mientras me
da una mirada de resignación.
La galería está repleta, por lo que de seguro tendremos una semana más la exposición, esta
chica sin duda en muy talentosa y el hecho de ser atractiva muchos hombres la abordan
constantemente. Me siento en el mesón registrando ya las obras vendidas, mientras Ariella
hace de anfitriona, miro el reloj que está colgado en una de las paredes y me percato que ya
son las diez de la noche y que en media hora más podré largarme finalmente de aquí. Mi
vista se va rápidamente a una cabellera roja entre la multitud y mi corazón se dispara a mil
por horas, me levanto de mi silla y comienzo a seguirla, tratando de ver su rostro, pero no
puedo, es frustrante, a paso decidido me dirijo hacia ella, cuando estoy a dos pasos esa mujer,
la joven se gira y mi decepción es tan grande como el dolor en el pecho que siento ahora,
sus ojos son apagados y pequeños, no como los grandes ojos claros de Alice, trago el sabor
amargo y me doy media vuelta con la mirada perdida en el suelo, cuando me percato que
tengo mis manos mojadas al igual que mi camisa blanca, ahí caigo en cuenta que Helen ha
rebalsado su copa de vino blanco en mí.
-Te arruine tu camisa.-Dice mientras pasa su mano sobre mi vientre, cuando la miro su rostro
me percato que sus mejillas están teñidas por un leve rubor ¿Sera el licor, la vergonzosa
situación o yo la que le produzco esto?
-Tengo más camisas Helen, pierde cuidado. Me iré a casa y me cambiare, vivo cerca de todos
modos.
-¿Volverás?
-No lo sé.
-Me gustaría invitarte a cenar una vez que todo termine, en forma de agradecimiento.-Helen
sonríe sensualmente mientras acaricia mi mano de una manera sutil, mi boca se seca y el
deseo de sentir una compañía femenina me envuelven por completo. Sin pensar la acerco a
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mí y espero a ver cómo reacciona, Helen cierra sus ojos y levanta su mentón esperando un
beso, y lo hago, la beso con una pasión primitiva y vacía, ella abre su boca y recibe mi lengua
y comienza a pasar sus manos por todo mi cuerpo y yo hago lo mismo.
-No deberíamos hacer esto aquí.-Digo tomando sus manos, su respiración esta acelerada al
igual que la mía.
-Si. Me iré ahora.-Salgo del baño y me acomodo la ropa y rápidamente me largo de la galería,
y en menos de diez minutos ya estoy en mi departamento confuso, excitado y molesto. Entro
a mi habitación y veo en la esquina el cuadro de Alice y mi corazón se tuerce. Me saco la
camisa y cubro el cuadro con ella. Me desnudo y me doy una ducha fría, esperando que el
dolor que quema por dentro se apague.-Debo olvidarla- como si esas palabras que resuenan
a diario en mi cabeza ayudaran. ¿Tendré que aprender a vivir con el vacío de su ausencia? La
quiero tanto que me lleno de rabia por dentro, si pudiera derribar todas las paredes hasta
encontrarla a ella lo haría.
Salgo de la ducha y me pongo ropa cómoda, a pies descalzos me voy a la cocina y me preparo
una taza de café tan cargado y amargo como me siento ahora. Dos golpes en la puerta me
percata que Helen ya está aquí, abro la puerta y ella me da una sonrisa sensual y entra a mi
departamento, justo cuando la cierro ella se abalanza sobre mí, nuestras ropas salen volando
mientras la tomo y la llevo al cuarto y la hago mía.
-¿Qué haces?-Helen me mira con sus ojos color chocolate y luego se arregla el cabello y
sonríe.
-Miraba tu cuadro. No sabía que pintabas. Este cuadro es realmente bello. ¿Es un retrato o es
una mujer que solo vive en tu cabeza?
-Ambas.
-Es una hermosa mujer. ¿Es por ella que estas tan roto?-No respondo, solo doy un largo
suspiro y mientras busco ropa para ponerme. ¿Cómo le digo que se vaya sin ser un patán?
¿Cómo carajos lo hacía Tom en sus años de Don Juan?
-Te traeré tu ropa y te pediré un taxi.-Le digo con una sonrisa fingida. El rostro de Helen es
de dolidamente sorprendida, pero no puedo estar con ella, no quiero hablarla ni tenerla
133
cerca. Salgo de la habitación y comienzo a recoger todas nuestras ropas que yacen en el suelo,
sintiendo culpable y vacío. Ni siquiera sirvo para esto. Entro a la habitación y me percato que
Helen se está duchando, dejo su ropa sobre la cama y me voy a la sala de estar y pongo algo
de música para llenar el vacío y apagar las voces de alarmas de mi cabeza.
-¿Noah?
-Que rápido te quieres deshacer de mí, pensé que la habíamos pasado genial. Yo la
pase…increíble.
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Sanar no ha sido fácil, aceptarme a mí misma y a mi pasado ha sido un trago amargamente
lento, ya van casi tres años desde que deje a Noah en Oldham, no puedo decir que sane, que
no tengo pesadillas con Sean, de esa casa de madera, del dolor, todo sigue allí pero más tenue,
mi terapista me ayudado mucho, ha sido un gran apoyo, y mi mayor avance es que llevo más
de dos años sin hacerme daño a mí misma.
Pero soy una cobarde, ha pasado tanto tiempo que considero que volver aparecerme en la
vida de Noah sería algo tan irracional y egoísta de mi parte. De seguro ya está con alguien,
siendo feliz como lo merece. Aunque los años que han pasado, las cicatrices han curado, las
penas y rabias han disipado, mi amor por Noah sigue intacto, porque lo amo con toda mi
fuerza, con todo mi ser y no hay día en que no piense en sus ojos color miel, es su sonrisa
cálida y dulce, en su aroma, en el sonido grave de su voz y en sus deliciosos besos.
Mis sueños últimamente tienen dueño y es el, por lo cual irónicamente lo único que deseo
es dormir para verlo, pero cuando la mañana cae, el vacío llega con ella, pensé que el tiempo
podría hacerme olvidarlo, pero, estaba tristemente equivocada.
Abro las cortinas de mi habitación y hace un día precioso, hay un sol radiante, ojala duré
todo el día, aunque en estos años en Edimburgo he aprendido que puedes tener todas las
estaciones del año en un solo día. Ya son las 7:00 am, tengo media hora para abrir la librería-
café, gracias a los cielos que esta se encuentra abajo, aun me cuesta creer que este edificio
de cuatro pisos es mío. Tomo la carta que le escribí a la señora Kamble, que actualmente
vive lejos de la cuidad en compañía de su hermana y sobrinos, he cumplido mi promesa y
una vez al mes le escribo a ella, contándole cómo va el negocio y mi vida, la cual ha cambiado
mesurablemente para bien.
Mientras tomo mi vaso de leche, y bajo las escaleras, en el segundo piso están todos nuestros
estantes repletos de libros, y unos cuantos sillones para que nuestros clientes puedan leer
plácidamente sin ser molestado. A los minutos aparece Philip, con una larga pila del diario
local, cuando entra los deja sin ningún cuidado sobre el mesón y hace mi leche tambalearse
un poco.
-Si ojala dure. ¿Este milagro que has llegado tan temprano?
-Es que mi dulce novio me llevo desayuno en la cama el día de hoy. ¿No es eso divino?
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-Claro que lo es.
-Bueno lo hubiese sido más, si fuera más tarde, pero como Ed se levanta a las cinco de la
mañana todos los días, no me quedo otra que recibir sus mimos.-Dice con un brillo en sus
ojos pardos y llenos de amor.
-¿Lo harás? En una semana están de aniversario ¿Le pedirás ser tu esposo?-Le pregunto
mientras comienzo a poner los diarios en los estantes.
-No sé cómo hacerlo. Me complica mucho, además su familia aun no acepta del todo que
Edward y yo somos pareja.
-Tienes razón.-Dice mientras se arregla sus lentes de marcos negros y anchos, los cuales no
tienen ni vidrios, solo los usa por estilo, según él.-De igual forma ya hice las reservaciones
en el restaurant y en ya compre los boletos para la ópera, la cual es su favorita y ayer me
llegaron los anillos.-Dice emocionado.
-¡Eso es genial! Déjate de ser tan cobarde entonces si ya tienes todo listo.
-No hablemos de cobardía querida, mira que tú tienes la corona puesta hace años ¿Cuándo
te dignaras de ir a Oldham y decirle a ese hombre que lo amas?
-¿Y estropearle la vida? Ha pasado mucho tiempo, no puedo hacerle algo así ¿Y si está casado
con hijos? ¿Y si tiene novia?
-Eso son solo supuestos Alice, debes averiguar, compra un pasaje para Oldham carajo y vete
que sucede allí. Además a semejante hombre mujeres no le deben de faltar, así que deberías
apresurarte. No le digas que dije eso a Ed.-Dice sonriendo.
-¿Qué no hay que decirle a Ed?-Pregunta Rick, que acaba de entrar, él es hermano mayor de
Philip.-Ya le estas hincando el diente a un tipo.
-No seas mal hablado Ricky. Le estaba hablando de que se anime de ir en busca de su amor
perdido.
-Ah eso.-Dice Rick mientras enciende la máquina de café. –Quizás sea mejor que te quedes
sola, Alice, estar en pareja apesta.
Philip niega con la cabeza exasperado y Rick solo sonríe, ambos son muy parecidos
físicamente, ambos de ojos pardos, sus cabellos son de color castaño claro medio rojizo, son
de tez blanca y delgados, bueno Rick no están delgado, este último año ha subido mucho de
peso.
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-No le hagas caso al amargado de mi hermano. No porque su vida marital es un infierno
significa que la tuya lo será. Además Noah esta para chuparse los dedos. Déjame ver esa foto
otra vez-Dice Philip mientras saca la fotografía que conservo de Noah y de mí en mi libro de
notas.
-¡Dios esos comentarios hacen mis bolas encogerse!-Dice Rick con una expresión de asco en
su rostro.
-Si es verdad.-Dice con una sonrisa de resignación.- Iré a la bodega, a ordenar y hacer espacio,
los nuevos libros que llegan hoy.-Rick se aleja de nosotros y desaparece al final del pasillo
donde está la bodega. Mientras mi amigo sé come con los ojos a Noah.
-Ya basta.-Le digo sonriendo y le quito la fotografía de sus manos y la vuelvo a guardar en
mi libro de notas.-Comencemos a movernos, hoy dos personas comienzan a trabajar con
nosotros para que nos ayude con la atención de la cafetería, así que debes enseñarles.
La tarde estuvo increíble, hemos tenido varias ventas y la cafetería se llenó rápidamente
cuando comenzó a llover, el clima es tan variable, pero a pesar de eso, adoro este lugar, por
primera vez me siento estable, aunque lo único que me atormenta es Noah, acapara mis
pensamientos a diario, y siempre termino llorando, por ser tan cobarde y no buscarlo, ¿Pero
decirle que? Él de seguro está rehaciendo su vida y merece hacerlo ¿Cómo no? Si es un
hombre tan increíblemente grandioso, es todo lo que única mujer pudiera querer o un
hombre según Philip.
-Alice, iré a reunirme con el Sr. Mac Murran y ver la opción de que ellos nos proveen de la
mercancía para cafetería, nos dan buenos precios.-Dice Rick
-Claro, suerte con eso. Sería una buena elección ya que nos está yendo demasiado bien.
-Así es, este último años has revolucionado el lugar.-Dice sonriendo.-Pasare a la oficina del
correo ¿Tienes algo para tu madre?
-Sí, habrá lluvia hasta mañana.-Dice asomándose por la gran ventana que da hacia el
exterior.-Hasta lunes Alice, que tengas un buen fin de semana.
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-Alice te tengo excelente noticias. Hay vuelo para hoy en la noche para Manchester, esa
cuidad queda cerca de Oldham ¿no?-Dice Philip entusiasmado mientras pone su
computadora portátil sobre el mesón.
-¿Quieres que vaya hoy?-Pregunto sorprendida. –Tu estas demente, no puedo además, el
negocio…
-Alice.-Dice Philip tomándome de los hombros.-La vida es efímera, pasa tan rápido que no te
das cuenta y te consume, ¿Por qué sigues boicoteándote tu propia felicidad? Búscalo, si esta
con alguien tú lo intentaste y no te quedarás con la duda. Si lo amas, de muéstralo, juégatela,
que la cobardía no te paralice.
-No seas ridícula, mi amado Edward nos espera abajo en su auto, aunque encuentro
inconcebible con todo lo que ganas no te hayas comprado un automóvil.
Philip toma mi maleta y ambos bajamos y nos subimos al auto que está aparcado afuera de
la cafetería. Luego de 35 minutos ya estamos en el aeropuerto, estoy tan nerviosa que mis
manos no dejan de tiritar.
-Esto es una locura.-Digo mientras los tres estamos en la fila para comprar el pasaje.
-Nunca lo hará.-Dice Ed mientras mira a Philip con amor.-Pero tiene razón, se valiente Alice,
no pierdes nada, solo salir de dudas.
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Luego de comprar el pasaje, Ed me da un fuerte abrazo y me besa la coronilla de la cabeza.
Philip me abraza fuerte y me da un beso grande y húmedo en la mejilla.
-Alice por favor llámame cualquier cosa. Estaré atento a mi teléfono. Todo saldrá bien.-Philip
me guiña el ojo y me largo. El avión está repleto y sofocante o quizás solo soy yo.
Dos horas después estoy en las afueras de la casa de Noah y está vacía, completamente vacía.
El jardín está repleto de flores silvestres creciendo libremente, camino de vuelta al pueblo,
sin rumbo fijo, mis piernas se manejan solas. Cuando miro al frente veo a la pastelería de
Rita y entro, el familiar olor me llena de dulces recuerdos.
-¡Alice! Que sorpresa tan bella. ¿Cómo estás?-Me dice Rita que sale del mostrador para darme
un gran abrazo.
-Rita-Le digo con cariño y aprecio mientras la abrazo de vuelta- Estoy bien ¿Cómo estás tú?
¿Cómo está tu hija la pequeña Dora?
-Ella está muy bien y sigue igual de traviesa. ¿Qué te trae de vuelta al pueblo querida?
-Se fueron hace mucho tiempo, a Liverpool, tengo entendido que el joven Evans tiene una
galería de arte, no estoy muy segura, pero Ariella estuvo por aquí y nos dejó unos folletos
hace poco.
-Creo que sí. Sabes que guardo todo. Dame un segundo.-Rita va al sector de la caja y comienza
a remover muchos papeles, mientras mi corazón se acelera y mis manos sudan.- ¡Aquí esta!
Esta chica vino a buscar unas cosas de esa casa y paso comprar pasteles y me dejo esto para
que fuera a verlos.
-Adiós Rita gracias por todo.-Salgo de la pastelería donde el familiar sonido de la campanilla
suena anunciando mi marcha, y me largo a la estación del tren.
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Atravieso la estrecha calle y veo el edificio rojo de cuatro pisos donde hay muchos locales, y
ahí en el primer piso veo la galería y mi corazón se dispara de tal modo, que tengo miedo de
salga por mi boca. Respiro hondo y tomo el valor necesario para afrontar lo que sea que se
venga, pero rogando a Dios que Noah este allí.
-Hola Ariella… ¿Cómo estás?-Ariella hace una pequeña mueca y luego sale detrás del mesón
y se pone afrente mío, ella esta con su cabello más corto, de color rubio natural pero con las
puntas rosas, aun no pierde su toque.
-Vine a ver a Noah, saber cómo está.-Ariella mira hacia arriba y luego niega con la cabeza.
-Alice, por favor deja mi hermano vivir su vida, él está rehaciendo la suya y no te imaginas
cuanto le ha costado, ha sufrido mucho y no quiero verlo así, nunca más.
-Lo sé Ariella…pero me gustaría hablar con él, pedirle perdón.-Digo con un nudo en la
garganta.
-Ya no viene el caso. Esta está rehaciendo su vida, es más está viéndose con alguien y de
hecho ahora esta con ella. Alice han pasado tres años. ¿No crees que ya es tiempo de terminar
esto?
-Sí. Tienes razón. Me alegro que Noah este bien, de verdad me alegra saber eso. Es mejor que
me vaya.-Digo con un fingido tono de voz de alegría.
-Lo siento Alice, pero es lo mejor.-Ariella me regala un frio abrazo, pero no puedo darle uno,
mis manos se rehúsan darle uno de vuelta. Con un dolor en el pecho me retiro de la galería
aguantando unas enormes ganas de llorar. ¡Maldición no debí nunca venir!
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Dos semana después.
El sol pega fuerte en mi rostro, escucho a lo lejos la dulce sonrisa de mi pequeño sobrino
Liam, todos estamos en casa de nuestros padres, celebrando el cumpleaños de Ariella, Tom
y Stella se casan este próximo mes.
-Noah la carne esta lista.-Dice Ariella que está cargando al sonriente y Liam en sus brazos.
Me levanto de mi silla y de manera inmediata Liam estira sus pequeños brazos para que lo
cargue y no puedo resistirme, lo hago, es adorable.
-¡Tío, Superman quiero ser Superman!-Dice Liam con su tierna voz. Lo alzo a lo alto estirando
mis brazos y Liam pone sus brazos como el héroe y lo hago volar por todo el patio mientras
el ríe sonoramente.
-Liam ¿Qué le haces a tu Tío?-Pregunta Ariella. El niño le sonríe y luego le muestra su lengua
lo cual Ariella le hace el mismo gesto.
-Debe estar por llegar, no puedo creer que ya llevemos 13 meses juntos.-Dice en un suspiro.
-Como un año. Todo sea por la obra de teatro.-Dice sonriendo. Nunca había visto a mi
pequeña hermana tan feliz, estable, satisfecha con su vida y tan enamorada. La envidio,
porque aunque desteto admitir que ella y Colin hacen una estupenda pareja, Ariella es toda
la alegría que mi amigo perdió hace tantos años. Justo atrás de las puertas dobles, Colin
aparece y Ariella sale corriendo y lo abraza como si no lo hubiese visto en años.
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-No iba a perderme esto por nada del mundo.-Dice mientas la besa castamente en los labios.-
Luego la suelta y se acerca a Liam y a mí.
-Hey Noah ¿Qué tal? Hace tiempo que no te veía. Wow este niño está cada día más grande.-
Dice mientras acaricia la rubia cabellera de Liam.
-Sí que lo está. ¿Alguna novedad?-Le pregunto. Él sabe que le estoy preguntando por Alice.
Me encantaría saber que está bien, solo eso. Colin sonríe nervioso, luego niega con la cabeza,
justo cuando le voy a preguntar algo más, Ariella aparece y lo abraza por detrás y le susurra
a Colin algo en el oído y ambos se van a la mesa. ¿Sabrá algo? O son mis estúpidas ansias
que me hacen ver cosas donde no las hay.
-Noah me pasas al niño, debo cambiarle los pañales, a pesar de que ya está bastante crecidito
aun no avisa.-Dice mi hermano mirando a su hijo en forma de reprimenda y Liam se ríe
travieso.
-¿Todo bien?-Me pregunta mientras Liam se acurra en los brazos de su padre que es el retrato
exacto de como Tom era cuando bebe.
-Lo es, pero Stella lo tiene muy consentido. Y sinceramente me importa un carajo no quiero
presionarlo en nada.-Dice sonriendo.
-Supongo que sí.-Digo mientras me dirijo a la ventana y miro hacia afuera, tratando de
reprimir una oleada de melancolía.
-¿Hermano cuando vas a dejar de estar así? Ya pasaron tres años. A todos nos tienes
preocupados.-Dice mientras saca pañales y toallas dentro de un bolso azul.- ¿Por qué no
intentas salir con mujeres, tener citas?
-¿Por qué? ¿Ya no te funciona?-Dice mi Tom con una sonrisa perversa en su rostro.
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-No seas retorcido Tom.-Le digo sonriendo- Simplemente, no me siento atraído, no como me
sentí con ella.
-Hermano, eso es obvio, no puedes esperar sentirte igual como te sentiste con Alice. Porque
si eso es lo que esperaras, morirás solo.
-¡Dios Liam mira que desastre tienes aquí adentro!-Mientras Tom comienza a limpiarlo Liam
se despierta y comienza a reírse y cantar una canción.
-No quiero ser como nuestro papá Noah, quiero aprovechar a mi hijo en todas las etapas de
su vida. Te haría bien tener una familia, Liam es la pieza que me faltaba.
-Stella, mi suegra y nuestra madre están viendo eso, yo solo acato y firmo los cheques.-Sonríe.
El almuerzo familiar fue estupendo, todos están tan cercanos y conectados como nunca
antes, mis padres están exaltados por Liam y orgullosos por Ariella que es una de las mejores
de su clase de actuación. Todo anda bien, y aunque más quiera yo estarlo, no puedo. Quizás
Tom tenga razón, jamás me volveré a sentirme como me sentí con ella, no puedo esperar lo
mismo. Mis expectativas son muy altas e irreales.
-Noah ¿Podemos hablar?-Me dice Colin con una mirada nerviosa. De inmediato Ariella toma
por el brazo a su novio y niega con la cabeza.-Merece saberlo Ariella.
-Muy bien ya tienen toda mi atención. Vamos a la oficina de mi padre, aquí hay mucha gente.-
Los tres nos dirigimos hacia allá, una vez ahí cierro la puerta. Ariella luce inquieta y con cara
de culpa.
-Si ella está bien. Ariella debe decirte algo.-Miro mi hermana que está mordiéndose las uñas,
luce muy nerviosa.
-Alice estuvo en la Galería hace dos semanas atrás. Preguntando por ti.
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-No quería que sufrieras…Noah te vi tan mal estos años…
-Lo siento tanto, pensé que sería lo mejor, pero cuando se lo comenté a Colin me dijo que
debías saberlo, que era tu decisión.-Dice en un tono afligido.
-Que estabas bien, haciendo tu vida, justo en ese entonces estabas saliendo con esa chica la
de la tienda de perfumes y bueno se lo comenté.
-Oh mierda.-Digo empuñando mis manos.- Con esa chica solo cenamos, no pasó nada ¿Por
qué carajo no me lo dijiste? No puedo creer que tú Ariella me hayas hecho esto.-Le digo
dándoles la espalda, mientras miro por la ventana y tomo una bocanada de aire.
-Noah, aquí está su dirección.-Dice Colin. Me giro sobre mis talones y le recibo el papel donde
está escrita la dirección de Alice. Leo el papel 79 Lothian Road, Edimburgo. Escocia.
-¿Como la obtuviste?
-Soy detective no lo olvides.-Dice sonriendo-No te molestes tanto con Ariella, sabes que ella
te ama y se preocupa mucho por ti.
-Hermano lo siento. Pero han pasado tres años y ella ni se ha dignado a buscarte, te dejó sin
más nada…
-Tú no entiendes nada Ariella, no se trata de mí, se trata de Alice…nadie sabe cómo ha sido
para ella lidiar con todo lo que le ha sucedido…no es fácil vivir con eso, hasta el día de hoy
tengo pesadillas de ella colgada en el baño, imagínate las que debe tener Alice. Aunque me
duela que se haya ido. Hoy la comprendo perfectamente, y este hecho solo me hace valorarla
aún más como persona.
-Perdón hermano, no lo vi desde ese punto de vista. Tienes toda la razón.-Dice Ariella con
lágrimas en sus ojos, lo cual me parte el corazón verla así, ella de inmediato me abraza y yo
lo hago de vuelta.-Lo siento Noah, por favor perdóname. Solo quiero que seas feliz.
-Si…tranquila.
-¿Iras a Escocia?
-Claro que iré. Quiero verla…no sé qué sucederá pero necesito verla.
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-De seguro estará feliz de verte-Agrega Colin que está al frente mío, mientras me guiña el
ojo.
Salgo de la casa de mis padres con un sentimiento de esperanza, algo que había perdido por
completo, y me hace sentir vivo, con una energía que había olvidado. ¡Dios, Alice vino por
mí! mi bella Alice. Siento como mi pecho por primera vez comienza a sentirse liviano,
palpitando por un motivo más que por vivir el día a día…había olvidado como era estar así.
Mientras manejo camino a Liverpool llamo al aeropuerto y compro un vuelo para Escocia.
Mañana en la tarde recién podré estar allá, pero no importa. Me dará tiempo, para hacer lo
que he tenido planeado todo este tiempo.
Son las nueve con cuarenta y cinco minutos y finalmente estoy en Edimburgo, una cuidad
increíblemente bella y de constricciones antiguas llenas de historia. Me bajo del taxi con mis
maletas a las afueras de un edificio de cuatro pisos que está en toda una esquina, hay una
librería pero está cerrada. Vuelvo a mirar la dirección en el papel para asegurarme de que
no estoy equivocado, pero es la correcta. ¿Cómo demonios entro? No puede ser aquí. Miro a
mi alrededor y un grupo de cuatro hombres pasa por mi lado, pero uno me queda observando
demasiado. Es alto delgado, con lentes de marco negro que sobresaltan a lo lejos.
-Buenas noches. ¿Me podrías ayudar con una dirección?-Le digo al joven hombre, que
inmediatamente se sonríe y se acerca mí.
-Me temo que no, acabo de llegar, vengo de Liverpool realmente. Soy Noah Evans. Mucho
gusto.-Le digo con una sonrisa mientras le estrecho mi mano. Philip abre tantos sus ojos que
me percato que los tiene de un color pardo, luego una gran sonrisa sale de su rostro.
-Claro que sí, es mi amiga. ¡Dios mío! No puedo creer que estés aquí. ¡Ed, amor es Noah!-Un
hombre como de mi edad se acerca dónde estamos nosotros y me estrecha la mano.
-Mucho gusto Sr. Evans, perdón pero Philip es muy entusiasta.-Dice con una media sonrisa.-
Ella vive en el tercer piso, debes entrar por la reja que esta al costado derecho.
-Te llevamos.-Ambos me ayudan con las maletas y caminamos hacia una portón pequeño
negro de fierro y Philip saca de sus bolsillos un llavero y la abre.-Debes subir la escalera, la
cual directamente te llevara al tercer piso donde esta Alice, es único departamento no te
perderás.-Dice Philip alegre.
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-Gracias. Supongo que nos veremos nuevamente.-Digo sonriendo.
-Claro que sí.-Los tres nos estrechamos la mano, mientras ambos hombres se unen a los otros
tipos y se pierden por las calles. Subo las escaleras tan rápido como pueda. Estoy tan
condenadamente nervioso que apenas sé que le diré cuando la vea. Aun no puedo creer que
después de tantos años, finalmente estoy a pasos de ella.
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Ya son las diez de la noche, me siento físicamente agotada, pero mi mente esta agitada,
pongo algo de música mientras me preparo algo para comer. El timbre de mi puerta suena
y mi corazón se dispara ya que nadie viene a visitarme excepto Philip pero hoy saldrá con
Edward y unos amigos. ¿A que le tengo medio carajo? Si Sean está bajo tierra. Apago el fuego
de la cocina y a pasos firme me acerco a la puerta y la abro.
Miel…todo se vuelve miel, sus ojos me observan, su aroma entra por mis fosas nasales y me
eleva al cielo. Quizás este es otro de mis sueños, esto no puede ser real.
-Hola-Noah inclina un poco sus piernas para ponerse a mi altura y luego sonríe y de manera
automática mis lágrimas estallan de mis ojos. –Hey, no llores bella.
-No, aunque lo parce, no lo es, estoy aquí.-Noah me baja de sus brazos y me planta en el suelo
con delicadeza, con sus nudillos acaricia mi mejilla y luego mis labios, mientras yo beso sus
dedos.
-Es mejor que pases.-Le digo sonriendo. Noah toma sus maletas y entra a mi departamento.
Con sus grandes ojos color miel inspecciona el lugar. Nunca imagine ver a Noah aquí.
-Si lo es, de hecho el cuarto piso lo tengo vacío.-Noah mira la escalera que da al cuarto piso
con una amplia sonrisa en su rostro. Es tan irresistiblemente atractivo que ya lo quiero de
nuevo en mis brazos.- ¿Quieres beber algo? ¿Café, jugo o agua?
-Estoy bien.-Noah toma mis manos y luego las besa.-Tenemos tanto de que hablar.
-Lo sé.-Ambos nos sentamos en mi gran sillón, tomados de la mano.- ¿Cómo supiste que
estaba aquí?
-Ariella me contó todo y Colin averiguó sobre ti, es detective no debió costarle mucho sacar
esa información y bueno aquí estoy.
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-Aquí estás. Aun no puedo creerlo, tengo tantas cosas que decirte, por tanto que pedirte
perdón. Sé que cuando te deje te hice sufrir, pero si me separe de ti, fue porque no quería
sentirme responsable de hacerte daño, cuando lo único que quería era tu felicidad…
-Lo sé, en ese entonces no lo entendí pero ahora sí y no te juzgare por eso. Eres la mujer más
asombrosa que me ha tocado conocer.-Noah me regala esa sonrisa que retratado en mi
cabeza a diario, es una utopía tenerla frente a mis ojos nuevamente.
-Noah yo aún te amo, siempre lo he hecho…tu eres lo mejor de mí.-Noah acuna mi rostro
con sus manos y me besa, una danza en nuestros labios y lengua, su beso es con devoción,
ternura y pasión…es la mescla perfecta. Y siento algo que jamás había sentido antes, como
si todas las partes rotas de mi alma se vuelven a unir, a encajar entre si y me siento completa.
Sin palabras, sin preguntas y sin miedos, nos entregamos el uno al otro, sentirme deseada
pero al mismo tiempo amada, hizo esa combinación algo sublime. Mi mente solo estuvo en
esa habitación, mi mirada solo está los ojos de Noah, sentí que no tenía pasado, no tenía
demonios internos torturándome, solo era yo…solo éramos él y yo, desnudos
demostrándonos, nuestro amor de deseos guardados y reprimidos por tantos años.
Nunca había disfrutado el silencio, sino hasta ahora, donde repaso con mi dedo el rostro de
Noah, mientras el me acaricia mis cabellos.
-¿Estás cansado? Son más de las tres de la mañana.-Le digo mientras me apoyo en su pecho
y el me abraza.
-Ahora me siento algo cansado. ¿Por qué será?-Pregunta en tono travieso, el cual también me
hace reír.-Duerme mi bella Alice, yo ya estoy aquí. Con el grave tono de su voz, con su aroma
impregnado en mí, con mi corazón palpitando fuertemente de la más bella felicidad, me
duermo en la más completa paz.
El olor del café me hace abrir mis ojos exhaustos, escucho a Noah removiendo algo en la
cocina, y una sonrisa sale de mis labios de manera automática…Él está aquí, conmigo. Me
repongo y me pongo un sweater de Noah que está en el suelo, su agradable aroma me hace
suspirar, nunca creí capas de enamorarme de alguien, menos del hecho de entregar mi
cuerpo, después de todo lo que me ha pasado…él me ha curado…no sé como pero me ha
curado, él es la luz al final del túnel. Mientras me visto algo llama mi atención en la pared
de al frente, veo colgado un cuadro…mi retrato, me levanto y me acerco a él,
completamente sorprendida. Es hermoso.
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-Buenos días amor.-Dice Noah al entrar a la habitación con una bandeja en sus manos, donde
hay café, fruta y cereales.
-Me tomo mucho tiempo terminarlo, pero te prometí que cuando lo hiciera te lo mostraría.
-Oh Noah.-Me acerco a él y pongo mis pies en punta para poder besar sus labios.-Eres un
sueño.
-Ve a la cama, necesitas comer. Mi ropa te queda muy bien. Aunque poniéndote un saco te
verías hermosa.
-Es mi aporte material a tu hogar. Toma tu café antes que se enfrié.-Dice ansioso, tomo la
pequeña taza de café y comienzo a beberla, cuando me percato que al final de la taza hay
algo escrito, miro de re ojo a Noah y él sonríe sutilmente, curiosa me bebo todo el café y mi
corazón se detiene al darme cuenta que la frase “Cásate conmigo” está escrita. Noah toma
mi mano y me mira a los ojos, su mirada es diferente una que no había visto antes, trato de
pronunciar alguna palabra pero nada sale. Mi cerebro simplemente no funciona.
-Sí.-Digo en un tono de voz bajo debido a la gran emoción que me embarga. Noah sonríe
nervioso y del bolsillo de su pantalón saca una pequeña caja de color blanco. Cuando la abre
veo un anillo único en su clase, una pequeña letra “A” decorada con diamantes de color
celeste que se entrelaza con otra pequeña letra “N” con incrustaciones de diamantes color
miel, los colores de nuestros ojos.
-La mande hacer especialmente para ti, la tengo hace dos años guardada, esperando el
momento correcto.-Noah toma mi mano y pone el anillo en mi dedo.
-Es hermoso…Has hecho tanto por mi…no sé cómo devolverte todo lo que me has dado.
-Con tu existencia me has retribuido.-Me lanzo a sus brazos y lo beso, al único hombre a
quien amado, al único hombre que me ha hecho sentir feliz y me completa, será mi futuro
esposo.
-Volvería a pasar una y otra vez todo lo que he vivido, solo para volver a encontrarme contigo.
Noah, tu eres mi premio, la luz al final del túnel, mi cura…Te amo tanto.-La emoción se me
desborda en todo mi cuerpo, mis ojos se humedecen por el más bello sentimiento que es el
amor.-Te amo Noah y por siempre lo hare.
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-Y yo a ti amor, y yo a ti.-Dice Noah sonriéndome, sus ojos iluminados y extasiados me elevan
una vez más a ese lugar que solo nosotros dos conocemos, a ese cielo que juntos hemos
creado cada vez que nos miramos y nos compenetramos, es nuestro universo paralelo.
Con el millonésimo beso de día sellamos nuestra promesa, está clara mañana, donde por
primera vez, todo encaja a la perfección y no hay miedos, no hay dolor, solo la emoción y la
esperanza de comenzar una nueva historia juntos.
Fin.
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