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Carrera: Tecnicatura en Seguridad Pública y Ciudadana Orientada a

la Formación Policial
Escuela Superior de Oficiales “Dr. Salvador Maciá”. Policía de Entre
Ríos

CÁTEDRA: Psicología Social

PROFESOR RESPONSABLE: Lic. Maslein, Rita A.

AÑO ACADÉMICO: 2024


UNIDAD I
DEFINICIÓN DE PSICOLOGÍA
Psicología significa ‘estudio del alma’ y proviene de la unión de dos vocablos
griegos: «ψυχή» (psykhé), que significa ‘alma’; y «λογία» (-logia), que significa ‘habla’
o ‘tratado’.
La psicología es la ciencia que busca comprender y saber del ser humano, de su
vida interior y de cómo esta interacciona con el mundo en toda su magnitud: el amor, la
familia, el trabajo, la empresa, el deporte, el are, etc.
La psicología es la ciencia que estudia la conducta, los procesos mentales y
emocionales, así como su interacción, de modo que abarca todos los aspectos de la
experiencia humana. Trata de describir y explicar todos los aspectos del pensamiento, de
los sentimientos, de las percepciones y de las acciones humanas.
Es una ciencia natural y social, teórica y aplicada, en continua transformación
gracias a la investigación e íntimamente relacionada con otras ramas del conocimiento,
como la medicina, la biología y la filosofía.
RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PSICOLOGÍA
La psicología es casi tan antigua como el ser humano, pero durante siglos vivió
sumergida dentro de la filosofía.
Fue a finales del siglo XIX cuando comenzó su andadura científica.
A lo largo de los años se ha definido como el estudio de la psique o de la mente,
del espíritu, de la consciencia y, más recientemente, como el estudio de la conducta.
Los clásicos: de la Antigüedad al siglo XVII
Durante la Antigüedad, en la Grecia clásica, Platón (c. 427-347 a. C.) tenía una
concepción dualista del ser humano, distinguía el cuerpo del alma, y establecía una
relación de oposición entre ambos: «El cuerpo es una cárcel para el alma».
Para Platón el cuerpo era material e imperfecto, y la mente, contenedora del
conocimiento puro y, además, inmortal. Las ideas o formas eran la realidad última y se
podían conocer solo a través de la razón. Creía que las fuerzas racionales de la mente se
debían dirigir hacia dentro (introspección) para descubrir las ideas que estaban presentes
desde el nacimiento.
Su discípulo Aristóteles (384-322 a. C.) recorrió un largo camino modificando la
postura de Platón. Según él, se accedía al conocimiento a través de la experiencia
sensorial.
Para Aristóteles, los principios y leyes se derivaban de una cuidadosa observación
de los fenómenos de la naturaleza. Así, llegó a la conclusión de que todas las cosas tienen
una razón para existir (teleología).
Para Aristóteles había tres tipos de organismos vivos: los que poseen un alma
vegetativa, los que poseen un alma sensorial y los que poseen un alma racional. Solo los
seres humanos poseen un alma racional.
Después de Aristóteles, se desarrollaron múltiples corrientes que reflexionaban
sobre el sentido de la existencia y buscaban vivir de acuerdo con sus ideas.
Algunos seguidores de estas corrientes fueron los escépticos, los cínicos, los
epicúreos, los estoicos… Más adelante, los neoplatónicos prepararon el camino para la
síntesis de la filosofía y el cristianismo, que elaboró san Agustín (354-430).
La predominancia religiosa impuesta desde el Imperio romano perduró en la Edad
Media. La fe en Dios era considerada la actividad principal del alma.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) relacionó la filosofía aristotélica con la
religión cristiana. Planteó que tanto la razón como la fe permitían acceder a la verdad,
abriendo la puerta al Renacimiento.

Descartes decía que la función propia del alma era pensar, y este hecho distinguía a los
humanos de los animales en lo que se refiere a la experiencia, el comportamiento y el
lenguaje. Planteaba que los animales sí tenían conciencia, pero carecían de
autoconciencia, es decir, la capacidad para reflexionar sobre su propia conciencia. Añadió
que el pensamiento era el que hacía que el comportamiento humano fuera más flexible
que el comportamiento animal, ya que los animales eran como máquinas que siempre
respondían de manera refleja. Los humanos, en cambio, podían responder de forma
diferente a situaciones nuevas. Descartes llamó espíritus animales a las sustancias que
supuso se localizaban en las cavidades del cerebro. Cuando estas sustancias se movían a
través de los nervios, estos se abultaban e incitaban la conducta.

LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
El siglo XVII fue un periodo revolucionario en lo científico, ya que se sustituyó
la concepción del mundo espiritual de la Edad Media y del Renacimiento por una visión
científica, matemática y mecánica.
Las importantes aportaciones de astrónomos como el precursor Nicolás Copérnico
(1473- 1543) o Tycho Brahe (1546-1601), Galileo Galilei (1564-1642) y Johanes Kepler
(1571-1630), así como del físico Isaac Newton (1643-1727), hicieron que las ciencias de
la naturaleza fueran extendiendo su método a todos los asuntos humanos, incluida la
psicología.
Los seres humanos podían mejorar su destino mediante la razón y la
experimentación.
René Descartes (1596-1650) abogaba por un método de investigación que llegara
a un conocimiento más allá de toda duda, siendo la propia existencia como ser pensante
el único hecho incuestionable.
Descartes concluyó que el intelecto o la razón (racionalismo) eran algo innato y
que la introspección era el método efectivo para buscar la verdad.
Muchas conductas animales y humanas venían ya establecidas de forma mecánica.
La mente y el cuerpo estaban separados, pero interactuaban influyéndose
mutuamente (interaccionismo). Para él, la glándula pineal era la parte más importante del
cerebro, porque allí el alma y el cuerpo se conectaban. Descartes también estudió
introspectivamente los procesos de la mente, impulsó la investigación animal y, por tanto,
la psicología fisiológica y comparativa, y fue el primero en describir el reflejo.
El empirismo de David Hume (1711-1776), por su parte, planteaba que solo la
observación y la experimentación eran métodos válidos para alcanzar el conocimiento. El
conocimiento proviene de la experiencia.
John Locke (1632-1704), también empirista, postulaba que la mente humana era
una tabula rasa, una especie de hoja en blanco con la que se nace y en la que se graban
las experiencias a medida que se vive. Tanto el racionalismo como el empirismo han
permanecido presentes en la historia científica de la psicología, dando lugar a escuelas y
métodos de investigación diferentes.
Por un lado, la psicología del aprendizaje, ligada a la tradición empirista, y por
otro, la psicología cognitiva, ligada a la tradición racionalista. En otros casos, los saberes
se han hecho complementarios, como son los del psicoanálisis y la neurociencia.

1.1 Línea de tiempo Historia de la Psicología


LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA
El ser humano siempre ha buscado respuestas a sus dudas trascendentales. Todas
las culturas han encontrado maneras de darle sentido a la existencia humana y a las
experiencias de la naturaleza. Pero el saber popular se diferencia del conocimiento
científico en que este último utiliza herramientas metodológicas para ampliar el saber
sobre el universo, el mundo y el ser humano, de forma clara y fiable.
La psicología empezó a ser objeto de estudio científico a finales del siglo XIX.
Fue entonces cuando se comenzó a hablar de ella como un saber independiente de
la filosofía.
En 1878, Wilhelm Wundt (1832-1920), catedrático de Filosofía en la Universidad
de Leipzig (Alemania), creó el primer laboratorio de psicología. Planteó el nacimiento de
una nueva ciencia que debería investigar los contenidos mentales mediante la
introspección y la experimentación (llamó a su método introspección experimental).
Wundt estaba influido por los avances en psicofísica y psicofisiología y por la
teoría de la evolución: La psicofísica: es el área de la psicología que estudia la relación
entre las medidas del mundo físico y el mundo subjetivo. Los psicofísicos buscan
identificar leyes para explicar el funcionamiento del sistema sensorial humano. Son de
subrayar los trabajos de Gustav Fechner (1801-1887) y Ernst Heinrich Weber (1795-
1878).
La psicofisiología: es la disciplina de la psicología que estudia los mecanismos
orgánicos que están en la base del comportamiento y de la cognición.
Destacan las investigaciones de Charles Bell (1774-1842) y François Magendie (1783-
1855), Johannes Müller (1801-1858), Hermann von Helmholtz (1821-1894), Ewald
Hering (1834-1918) y Franz Joseph Gall (1758-1828), entre muchos otros.
La teoría de la evolución: la obra de Charles Darwin (1809-1882) supuso una
revolución en todas las áreas del conocimiento.
En 1859 publicó El origen de las especies y sus aportaciones más relevantes
fueron: – El ser humano forma parte de la naturaleza y está sujeto a sus leyes. –
El proceso de selección natural: en la lucha por la supervivencia, gana el que tiene
mayor capacidad de adaptación a las circunstancias concretas de un entorno. – A lo largo
de la evolución, las aptitudes humanas (como las de otros seres) se han transformando
gradualmente mediante el proceso de selección natural.
Para Darwin, la función de un rasgo o una capacidad era la clave para comprender
su evolución. – El proceso evolutivo se aplica a todos los organismos vivientes y es
posible plantear una continuidad evolutiva entre diferentes especies: a este proceso se le
conoce con el nombre de filogenia (no confundir con la ontogenia).
La psicología se sitúa en un punto intermedio entre las ciencias naturales y las
ciencias sociales o humanas, participando de los métodos de ambas aunque
aproximándose más a unas que a otras en función de su objeto de estudio o de la escuela
psicológica.
RAMAS O CAMPOS DE LA PSICOLOGÍA
La psicología presenta una enorme cantidad de ramas y divisiones, que pueden
agruparse en dos conjuntos de acuerdo a sus características comunes, de esta manera:

 Psicología básica. Ubicada como un campo del saber entre lo biológico del hombre
y lo social o lo humano, se centra en el entendimiento y la recopilación
de información sobre los procesos básicos del pensamiento humano. Comprende las
siguientes subramas:
 Psicología cognitiva. Estudia los procesos mentales que permiten el
conocimiento, es decir, la experiencia. La percepción, la memoria, el lenguaje y
el pensamiento son sus áreas de interés.
 Psicología del aprendizaje. Se dedica al estudio de los procesos de adaptación y
cambio más o menos permanente en el individuo, es decir, al modo en que el ser
humano aprende.
 Psicología evolutiva. Estudia las distintas etapas del crecimiento y desarrollo de
la psique humana a lo largo de su vida.
 Psicopatología. El estudio de las “anormalidades” o trastornos de la psique, desde
un método eminentemente descriptivo.
 Psicología del arte. Estudia los fenómenos de la creatividad, la creación y la
expresión artística desde el punto de vista de la mente humana.
 Psicología de la personalidad. Intenta construir modelos de comprensión de la
personalidad humana.

 Psicología aplicada. También llamada psicología profesional, es el conocimiento


básico psicológico puesto al servicio de la resolución de problemas puntuales de la
sociedad. Comprende las siguientes subramas:
 Psicología clínica. Es la que lidia con pacientes, atendiendo sus sufrimientos
mentales y emocionales y permitiéndoles llevar una vida lo más funcional posible
según el caso.
 Psicología educativa. Centrada en el aprendizaje y en el crecimiento del
individuo, colabora con la construcción de hábitos y entornos escolares más
propicios para formar las generaciones venideras.
 Psicología infantil. Junto con la infanto-juvenil, se especializan en los problemas
emocionales o mentales durante las primeras etapas de la vida humana.
 Psicología social. Se centra en los grupos humanos y en las interacciones
humanas, haciendo énfasis en la importancia del entorno en la configuración de
la psique.
 Psicología laboral. Similar a la social, pero aplicada a los diversos ambientes
laborales y a las situaciones mentales involucradas en el trabajo.
 Psicología forense. Colabora con la justicia en la comprensión mental de
criminales, homicidios y otras situaciones límite.
 Psicología del deporte. Aplica sus conocimientos al campo atlético y deportivo,
para comprender lo que allí ocurre mental y emocionalmente.
ESCUELAS PSICOLÓGICAS
Hasta ahora hemos ido construyendo el concepto de psicología, desde sus orígenes
históricos hasta su definición como ciencia de la conducta y los procesos mentales. A
partir de este momento, empezaremos a introducirnos en la psicología como disciplina
académica, ramificada en diversas teorías y escuelas de pensamiento. Al igual que ocurre
en otras áreas del conocimiento, las diferentes escuelas pueden tener mucho en común,
pero en otros casos llegar a rivalizar. Aunque las teorías psicológicas son numerosas y
muchas de ellas no continúan en activo en la actualidad, se pueden identificar las escuelas
principales.
Estructuralismo
Wilhelm Wundt quería descubrir la estructura de la mente partiendo del estudio
de sus procesos psicológicos básicos: las sensaciones, las percepciones, las emociones.
El estructuralismo se centraba en el contenido y la estructura del pensamiento,
dejando a un lado su aplicación. Para ello, Wundt propuso la introspección y la
experimentación como métodos para alcanzar este conocimiento.
Para la medición de los procesos mentales se inventaron múltiples artilugios
mecánicos, como el cronoscopio de Hipp. Su discípulo Edward Bradford Titchener
(1867-1927) llevó el estructuralismo a Estados Unidos. Más adelante veremos una
evolución más actual de la escuela estructuralista en la psicología cognitiva de Jean Piaget
(1896-1980), que defendió que las estructuras estaban genéticamente determinadas y que
cambiaban al pasar de una etapa a otra del desarrollo intelectual. Por su parte, el famoso
lingüista Noam Chomsky (nacido en 1928) sostiene que existen determinadas estructuras
universales innatas para la adquisición del lenguaje.
Funcionalismo
Esta escuela se centra en la actividad o propósito de las estructuras o procesos
psicológicos, es decir, en la función adaptativa y las aplicaciones prácticas de la conducta
y de la mente humana.
Siguiendo a Darwin, el médico estadounidense William James (1842-1910)
pensaba que los sucesos mentales eran un fenómeno combinado cuyo propósito era
permitir a la persona adecuarse al entorno. Creía en el instinto, pero también en el
aprendizaje.
Rechazó el estructuralismo porque creía que no era posible medir la vida mental
con aparatos mecánicos.
Para él, la conciencia era como una corriente, dinámica y en continuo cambio.
Para los funcionalistas, por tanto, la psicología es una ciencia que debe ayudar a
las personas a adaptarse a su medio y alcanzar éxito en la vida. Sostenían una postura
pragmática y plural de la verdad.
Utilizaban cuestionarios y test para medir las diferencias psicológicas
individuales.
John Dewey (1859-1952) fue uno de sus principales representantes y un gran
defensor de la enseñanza experiencial, es decir, del aprendizaje basado en la acción.
Gestalt
La psicología de la Gestalt o psicología de la forma (la palabra gestalt puede
traducirse por ‘configuración’ o ‘todo’) surgió en Alemania en 1912, antes de la Primera
Guerra Mundial, de la mano de los psicólogos Max Wertheimer (1880-1943), Kurt Kofka
(1886-1941) y Wolfgang Köhler (1887-1967).
Los psicólogos de la Gestalt estudiaban la percepción y la cognición. Defendían
la idea de que los fenómenos psíquicos solo podían comprenderse si se observan en su
globalidad y en su relación, y no como partes más pequeñas independientes.
La Gestalt introdujo el concepto de insight para referirse a los procesos de
comprensión súbita en la solución de problemas.
Sus aportaciones más relevantes se realizaron en los campos de la percepción, el
pensamiento, la memoria, la motivación y la psicología social. La finalidad de su trabajo
era ayudar a resolver problemas filosóficos, especialmente en teoría de la ciencia, y la
cognición.
Psicoanálisis
La teoría del psicoanálisis, formulada por Sigmund Freud (1856-1939), describe
un conjunto de ideas acerca de la naturaleza humana y el desarrollo de la personalidad.
Ha tenido mucha influencia en nuestra cultura y en la psicología, principalmente
en la psicopatología y en la psicoterapia.
Freud estaba en desacuerdo con la idea de mente racional y planteaba que en la
mente tiene lugar un juego de fuerzas (deseos, motivaciones y pulsiones) que están en
continuo dinamismo.
La mente estaría organizada en tres estructuras o almacenes:
 El consciente es lo que ocurre en el momento actual y de lo que nos damos cuenta.
 El preconsciente es el conjunto de recuerdos y sensaciones del pasado que no están
accesibles a la conciencia, pero a los que podemos acceder si lo deseamos.
 El inconsciente es el almacén más inaccesible y más importante para la
configuración de nuestra personalidad.
Desde el psicoanálisis se mantiene que para conocer la personalidad de un sujeto o
tratar su trastorno, se deben conocer las motivaciones y fuerzas inconscientes y su
dinámica. A partir del psicoanálisis se han originado un gran número de teorías agrupadas
bajo el nombre de psicodinámicas.
Psicodrama
El psicodrama es un planteamiento global que integra el cuerpo, las emociones y
el pensamiento.
Fue creado por Jacob Levy Moreno (1889-1974), filósofo y médico rumano que
concluyó que los niños jugaban a roles familiares y culturales para expresar sus
necesidades o frustraciones.
El psicodrama ponía el énfasis en la acción corporal para resolver conflictos
emocionales. Su herramienta era la dramatización de escenas y creó el llamado teatro de
la espontaneidad. La dramatización y la experiencia grupal podían devolver a la persona
el sentimiento de ser el protagonista de su propia vida y no solo un narrador de su historia.
Conductismo
Esta corriente psicológica mantiene que el único objeto de estudio válido para la
psicología es la conducta observable. Los pensamientos, sensaciones, intenciones y, en
general, cualquier proceso mental no pueden medirse.
El conductismo surgió como reacción a la introspección, y buscó caminos más
objetivos para el saber psicológico.
John B. Watson (1878-1958) fue el padre del conductismo radical, que está basado
en los estudios sobre el condicionamiento clásico de Iván Pávlov (1849-1936). Estos
estudios dieron lugar a la teoría del aprendizaje conocida como condicionamiento clásico.
Esta teoría plantea que la conducta se divide en estímulos y respuestas. Dicho
esquema conductual es igual para animales y humanos, y podía estudiarse mediante el
método experimental.
Más adelante, Burrhus Frederic Skinner (1904-1991) plantearía la teoría del
aprendizaje mediante el condicionamiento operante, para el cual las conductas aparecen
en mayor o menor medida en función de sus consecuencias.
Posteriormente, Albert Bandura (nacido en 1925) formuló la teoría del aprendizaje
social. Para el conductismo, la psicología es una rama experimental de las ciencias
naturales cuyo objetivo teórico es predecir y modificar la conducta.
Psicología Sistémica
El enfoque sistémico nació en Estados Unidos en la década de 1950.
Esta escuela sitúa la familia como objeto de estudio de la psicología. Para los
sistémicos, la familia es el sistema fundamental, debido a que en ella se desarrolla el ser
humano.
Desde esta orientación, las familias son organizaciones con sus miembros
interconectados, influyéndose constantemente. De esta manera, las relaciones humanas
(enfoque relacional) y los procesos mentales ocurren circularmente.
Los sistemas humanos se configuran en busca de equilibrio, adaptación y cambio.
Sus bases teóricas fueron: La teoría general de sistemas, del biólogo y pensador
de origen austriaco Ludwig von Bertalanffy (1901-1972), propone entender la naturaleza
como un gran sistema organizado en totalidades jerárquicas e interrelacionadas, en el que
todos sus componentes interactúan y se influyen entre sí.
Su funcionamiento está basado en principios y leyes aplicables a otros sistemas
naturales.
En psicología, los sistemas más estudiados han sido la familia, las organizaciones,
las empresas o los equipos deportivos.
En el trabajo terapéutico, el progreso se lograba cuando mejora el funcionamiento
del sistema, es decir, su comunicación y sus relaciones.
Murray Bowen (1913-1990) y Nathan Ackerman (1908- 1971) fueron dos figuras
clave en el desarrollo de la terapia familiar.
Psicología humanista
La psicología humanista surgió a finales de la década de 1950. Por aquel
entonces, solo el conductismo y el psicoanálisis permanecían como escuelas influyentes.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos se redactaba en respuesta a
las aberraciones de la Segunda Guerra Mundial.
En la década de 1960, la guerra de Vietnam removía conciencias y daba
argumentos al movimiento hippie, y J. F. Kennedy y Martin Luther King eran asesinados.
El encarcelamiento de Mandela en Sudáfrica daba la vuelta al mundo. Fue en aquel
contexto donde se desarrolló la llamada corriente humanista o tercera ola de la psicología,
fundada por Abraham Maslow (1908-1970).
Maslow planteó que la motivación está relacionada con la satisfacción de
necesidades y que estas se ordenan jerárquicamente en forma piramidal.
En la base se encuentran las necesidades fisiológicas, y en la cima, las necesidades
de autorrealización (de ser todo aquello que se es capaz de ser).
La corriente humanista de la psicología pretende que individuos sanos alcancen
todo su potencial. Para ello hay que resaltar el lado positivo de la naturaleza humana,
creativa y emocional.
Los psicólogos humanistas piensan que el ser humano es esencialmente bueno y
que sus necesidades están dispuestas de forma jerárquica. De tal forma que si se satisfacen
las necesidades más básicas, es posible buscar la autorrealización y el sentido de la
existencia.
El otro gran psicólogo humanista es Carl Rogers (1902-1987), quien elaboró el
enfoque de terapia centrada en el cliente (más tarde, centrada en la persona), la primera y
gran alternativa terapéutica al psicoanálisis.
Rogers aportó mucha información sobre cómo tiene que actuar el terapeuta para
favorecer el pleno desarrollo de su paciente: mostrar empatía, ser congruente, auténtico y
mostrar apoyo incondicional. En la actualidad, la investigación ha revelado que para que
una terapia funcione, tienen que darse esos factores.
Psicología cognitiva
La revolución cognitiva surge en la década de 1950 en reacción al conductismo y
a las teorías del aprendizaje.
Por psicología cognitiva se entiende el conjunto de perspectivas psicológicas que
se enfocan en aspectos no observables de la conducta humana: los procesos mentales
(percepción, memoria, aprendizaje, lenguaje, solución de problemas…). No se niega la
influencia del contexto en la conducta, pero, a diferencia del conductismo, se tiene en
cuenta qué hace el sujeto con la información que recibe de los diferentes ambientes en los
que actúa. Es decir, los procesos mentales median entre el estímulo que recibe un sujeto
en un contexto y la respuesta que da el sujeto en esa situación.
La psicología cognitiva se centra en los conceptos de representación y de
procesamiento de la información.
El biólogo y filósofo suizo Jean Piaget (1896-1980) influyó enormemente en
nuestra comprensión de la forma en que el ser humano piensa y razona. Según Piaget, el
patrón de desarrollo tiene una base genética y otra que se desarrolla mediante la
experiencia.
Herbert Alexander Simon (1916-2001), premio Nobel de Economía en 1978, creó
la idea fundamental de la ciencia cognitiva: la metáfora del ordenador. Simon planteaba
que la mente humana funcionaba mediante un código similar al de un programa
informático.
En 1960, Jerome Bruner (nacido en 1915) y George Miller (1920-2012) fundaron
el Centro de Estudios Cognitivos de Harvard. La mayor contribución de este centro fue
devolver la psicología al estudio de la mente.
El lingüista Noam Chomsky (nacido en 1928) planteó que la adquisición del
lenguaje no era solo cuestión de aprendizaje mediante refuerzo, sino que los seres
humanos nacen con estructuras innatas para su aprendizaje.
¿QUÉ ES LA PSICOLOGÍA SOCIAL?
La psicología social es una reflexión acerca del sujeto y su comportamiento. Pero
es una reflexión particular: se entiende al sujeto desde sus vínculos.
El vínculo, es decir, la relación con el otro, me liga, me ata de tal modo a los otros
que no se puede entender al hombre sin otros hombres en convivencia y relación estrecha
con él.
El vínculo condiciona, determina mi existencia. Este modo de ver al hombre y de
entenderlo nos marca una perspectiva, un horizonte; orienta el estilo de aprendizaje de
este curso: sólo en el interior de la red vincular, el hombre podrá satisfacer sus
necesidades más elementales.
De allí la importancia de lo grupal: el escenario en que se desenvuelve el hombre
es no sólo su lugar y espacio de crecimiento; lo grupal, es además, un instrumento clave
para la constitución del sujeto como tal.
La persona, ¿es modificada por los pensamientos, sentimientos y conductas de los
demás?
Abordemos una característica del hombre: constantemente, voluntaria o
involuntariamente, está siendo modificado por todo lo que lo rodea como así también él
modifica su entorno.
Esta cualidad de dinamismo y modificabilidad que tiene el sujeto, como la
relación del hombre con el mundo se caracteriza justamente, por la relación de ser
mutuamente modificado el uno por el otro.
El carácter social del hombre es lo que estamos destacando cuando hablamos de
psicología social.
Decimos que el hombre es un ser social.
La psicología social tiene como objeto central de estudio al hombre y su medio,
ya que no hay nada en él que pueda verse, leerse, estudiarse, entenderse, sin pensarlo
como sujeto situado, esto es, en un lugar, en un espacio, en un tiempo, en condiciones
determinadas, en situaciones concretas.
Una parte importante de la psicología social es el estudio de los vínculos que tiene
el ser humano con otros seres humanos, con el medio que lo rodea o sea, con el mundo.
El ser humano es parte de un todo y el objeto de estudio de la psicología social
son las relaciones vinculares.
D. Cartwright intenta una definición de la psicología que sintetice sus dos
orientaciones: “La psicología social es una rama de las ciencias sociales que intenta
explicar cómo la sociedad influyó en la cognición, la motivación, el desarrollo y el
comportamiento de individuos y es influida por ellos”. El autor destaca las relaciones
recíprocas entre sociedad e individuos a través de dos constructos básicos, el ambiente 6
social (normas, roles, grupos, organizaciones, redes sociales) y comportamiento social
(enactuar un rol, ejercer poder, votar, liderar).
TEMAS QUE ABORDA LA PSICOLOGÍA SOCIAL
La psicología social tiene como objeto el estudio del hombre en relación con el
medio que lo rodea y las distintas modalidades que adquiere esa relación.
Así vemos que el hombre se relaciona con el medio en distintos escenarios, a
través de los cuales establece vínculos.
Algunos de estos escenarios pueden ser:
• La familia
• El trabajo
• La escuela
• Ámbitos de esparcimiento
• Diferentes instituciones
• Su medio natural.
Para poder analizar la modalidad del vínculo, su calidad y su alcance, partiremos
del estudio de la comunicación y el aprendizaje.
La psicología social hace del estudio del hombre en su medio y los vínculos que
éste establece, el fundamento de su existencia.
La psicología social va a decir que el hombre se modifica constantemente, porque
no hay nada estático en él. Aunque los análisis que se puedan hacer sobre el desarrollo
del hombre tengan un carácter lineal, en realidad, en la vida humana todo tiene un
desarrollo de permanente ida y vuelta, avance y retroceso.
Por esto, la psicología social va a estudiar la complejidad de los vínculos y de las
relaciones con el medio, concibiéndolos de manera dinámica y no estática.
HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL
En Estados Unidos la Psicología Social hace su aparición en 1908, con la
publicación de dos manuales: Edward Ross (Social Psychology) y William Mc.Dougall
(Introduction to Social Psychology).
Edward Ross recibe la influencia de Gabriel Tarde y de la psicología colectiva
europea y postula una psicología social que estudia las conductas resultantes de las
influencias interindividuales, de las interacciones sociales, tales como se dan en las
situaciones de invención – combinación original de ideas en la mente individual – y
sugestión e imitación – acción de unas mentes sobre otras -.
Ross inscribe así a la psicología social como parte de la sociología, estudiando las
uniformidades en la conducta humana debidas a causas sociales, tales como el lenguaje,
los mitos, las costumbres, una psicología de las modas colectivas.
Ross destaca la imitación como explicación de la conducta. Si bien las ideas de
Ross se enlazan a desarrollos posteriores sobre comunicación persuasiva (Hovland,
Janis), su psicología social fue soslayada debido a la fuerza que cobró la tradición de la
psicología social psicológica.
William Mc. Dougall (1871-1938) desarrolló inicialmente una psicología
individual (Introduction to Social Psychology, 1908). Considera a los instintos como
origen o causa de la conducta humana individual o social. Cada instinto se corresponde
con una conducta específica a la que explica y su correspondiente expresión emocional,
como, por ejemplo, el instinto de huída se corresponde con el temor. La influencia social
tiene una importancia secundaria en este período de su desarrollo teórico, ya que los
componentes emocionales de los instintos son inmutables.
Para Mc. Dougall existen instintos sociales que determinan la conducta social.
Sin embargo, la producción posterior de Mc. Dougall (The Group Mind, 1920)
incursiona en la psicología colectiva, con una perspectiva genética y más social de la
mente humana que “está moldeada por la sociedad en la que se desarrolla”, siendo el
producto de la interacción humana. El grupo tiene un poder de influencia sobre las
conciencias individuales. Aboga por la existencia de una conciencia colectiva, un espíritu
de grupo que se impone sobre las conciencias individuales a través de la sugestión. Con
este planteo Mc. Dougall pega un viraje desde su primitiva concepción instintivista e
individualista hacia un énfasis prioritario en los procesos sociales. Aborda temas como la
moral de los ejércitos, las iglesias, el nacionalismo como sentimiento moral y el carácter
nacional, la desorganización de las multitudes.
Habrá que esperar aún los planteos de George Mead para integrar en un proceso
único lo individual y lo social.
En la historia de la Psicología Social prevalecieron dos corrientes: la Psicología
Social Psicológica y la Psicología Social Sociológica, cada una como derivación de una
tradición de pensamiento.
La Psicología Social Psicológica deriva de la psicología general y surgió a
principios del siglo XX, fundamentalmente en Estados Unidos, vinculada al conductismo,
- escuela dominante en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX – en tanto éste
fue una reacción al introspeccionismo – de Wundt -, al instintivismo y a las teorías sobre
la mente de grupo – de los dos períodos de Mc. Dougall.
La psicología dejó de ser la ciencia de la mente para transformarse en ciencia de
la conducta. Desde esta posición epistemológica (positivismo lógico) se enfatizó la
posibilidad de estudiar la conducta observable, desde una aproximación externa a la
gente.
Se utilizó básicamente el método experimental en el trabajo en los laboratorios,
intentando formular 12 leyes generales sobre la conducta social. Desde esta perspectiva,
la psicología social se desarrolló como una disciplina empírica y experimental, en abierta
oposición a los métodos academicistas de la filosofía social de fines del siglo XIX.
Los cambios históricos y sociales constituyeron los basamentos para el
surgimiento de un nuevo paradigma – en el sentido de T. Kuhn - de un nuevo abordaje
teórico y metodológico en la consideración de los problemas de interacción
hombre/medio. Lo importante era observar y medir lo que la gente hacía, desatendiendo,
a veces, a lo que pensaban, como en los planteos radicales de Watson.
La unidad de estudio y conceptualización fue el individuo y su forma de
relacionarse con el medio circundante.
Floyd Allport (Social Psychology, 1924) definirá la Psicología Social como el
estudio de la conducta social, “estimulaciones y reacciones que surgen entre los
individuos y la parte social de su medio”. Si bien su planteo deriva de los postulados del
conductismo, también incorpora a la conciencia como parte del estudio de la conducta.
La conciencia es una respuesta individual, de índole fisiológica, frente a estímulos
del medio social, no una explicación de la conducta.
La posición de F. Allport, en psicología social, es de corte individualista,
biologista, incluso para la explicación de fenómenos grupales. Plantea que los
mecanismos comportamentales y la conciencia son un fenómeno individual,
fundamentales para la comprensión de la interacción entre individuos. No existiría una
psicología de grupos que no fuera esencial y completamente una psicología de individuos.
Son muchos los nombres que podemos mencionar en este grupo, muchos de ellos
corresponden a los padres fundadores de la Psicología Social, algunos de ellos emigrados
de Europa, luego del ascenso de Hitler al poder y la consiguiente persecución nazi: Sheriff
(estudio experimental sobre formación de normas –efecto autokinético, 1936 -), Theodore
Newcomb (estudio longitudinal de cambio de actitudes por influencia del grupo de
referencia en estudiantes del Bennington College, 1943), Gordon Allport (La naturaleza
del prejuicio, 1954) y su clásica definición de la psicología social como el intento de
comprender y explicar cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos
individuales son influídos por la presencia real o imaginaria de los otros (The historical
background of modern social psychology, 1968) , Michael Argyle, E. Hollander,
Solomon Asch (estudios sobre conformidad y formación de impresiones), Leon Festinger
(estudios de cambio de actitudes –teoría de la disonancia cognitiva-), para sólo nombrar
a algunos.
Buscaron describir procesos psicológicos en términos de interacción entre sujetos
individuales, actitudes consideradas como representaciones individuales, motivación,
conformidad, liderazgo, la comunicación persuasiva, los 13 conflictos raciales. Hicieron
desarrollos metodológicos y técnicos para poder medir, controlar y modificar problemas
cotidianos, tales como el desarrollo de escalas para la medición de las actitudes
(Bogardus, 1926; Thurstone, 11929; Likert, 1932).
Uno de los trabajos más descollantes en la historia de la Psicología Social
Psicológica fue la investigación experimental de Stanley Milgram (universidad de Yale,
1960-63) que puede considerarse un experimento crucial en la historia de la disciplina
sobre la Segunda Guerra Mundial. Milgram, en su interés por estudiar las razones por las
cuales la gente obedece a órdenes criminales emitidas por una autoridad legítima. Evaluó
la obediencia, es decir la compulsión a hacer el mal, como resultado de factores
contextuales: la presencia de una autoridad legítima que se hace cargo de las decisiones,
el alejamiento de la víctima y el procedimiento escalonado, por etapas en el cumplimiento
de órdenes criminales. Con esta experiencia, Milgram intentó explicar cómo desde el
comportamiento de personas que individualmente eran “buenos ciudadanos” se llegó a
un programa de exterminio masivo: el Holocausto.
La Psicología Social Sociológica, más emparentada con la sociología, estuvo
vinculada con el interaccionismo simbólico, escuela que se desarrolló en la universidad
de Chicago, a principios del siglo XX.
Para este grupo de pensadores, entre quienes se encuentran Charles Cooley, W.
Thomas y una de las figuras más relevantes de la Psicología Social, George H. Mead, las
influencias más importantes sobre la conducta son las simbólicas, que derivan del uso del
lenguaje en la interacción y que impregnan de significado la conducta social. La persona
se va conformando a través de la internalización de los significados plasmados en la
interacción social e incorporada al sí mismo. Esto le posibilita ver el mundo tal como lo
ven los demás.
El proceso de convertirse en “persona” implica, de este modo, un desarrollo
evolutivo. Algunos de los desarrollos salientes de este grupo fueron referidos a los
pequeños grupos, el grupo de referencia y la teoría de los roles. (Seidman, S.)

PROCESOS PSICOSOCIALES EN LA TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL


La Teoría de la identidad social la formuló inicialmente Tajfel en 1972.
Desde el principio, procuró establecer relaciones entre varios de los procesos
psicosociales y de interconectarlos entre sí.
La definición de identidad social aparece en el primer trabajo de Tajfel sobre este
asunto (1972, pp. 292-293) y es la que se presenta a continuación: “... la identidad social
de una persona está ligada al conocimiento de su pertenencia a ciertos grupos sociales y
al significado emocional y evaluativo que surge de esapertenencia. Es evidente que, en
cualquier sociedad compleja, una persona pertenece a un gran número de grupos sociales
y que la pertenencia a ciertos grupos será muy importante para ella, mientras que la
pertenencia a otros no lo será”.
La identidad social, por tanto, es la consecuencia de que una persona se defina a
sí misma a partir de su pertenencia a un cierto grupo social.
William Doise (1982) distingue los niveles cognitivos intrapersonales,
interpersonales, intragrupales e intergrupales.
Los procesos cognitivos intrapersonales
Los procesos cognitivos intrapersonales se refieren a la manera que se realiza el
procesamiento de la información por parte de las personas y cómo es utilizada esta
información por ellos (Fernandez, 2003). En general se incluyen aquí la Percepción
Social, la Atribución y la teoría de las Actitudes (Disonancia y Consistencia cognitiva).
Los procesos cognitivos interpersonales
Las relaciones interpersonales se pueden ver como formas de interacción que van
desde una relación simple de interacción entre dos o más personas que no se conocen
hasta relaciones estables e intensas tanto de amor-amistad como de agresividad
indiferencia, las cuales están mediadas generalmente por un proceso de influencia social
o poder a través de procesos de apego y comunicación. En general se encuentran en este
apartado la atracción interpersonal y apego, el altruismo, la agresión y la influencia social.
Procesos cognitivos intragrupales
En los procesos cognitivos intragrupales se hace necesario partir de una
concepción de grupo. En 1909, Cooley fue el primero en introducir el concepto de grupo
primario, a partir de las relaciones directas cara a cara, los vínculos personales y el fuerte
sentimiento de cohesión que allí se manifiesta (Fischer, 1992).
Procesos cognitivos intergrupales
La psicología social de las relaciones intergrupales es el área de la psicología que
estudia las causas y consecuencias de las acciones y percepciones que tienen los
individuos sobre sí mismos y los otros en calidad de miembros de diferentes grupos
sociales.
Sherif y Sherif (1979) definían este campo de investigación como el análisis de
aquellas conductas y actitudes que surgen de la pertenencia concreta o deseada a un grupo
humano. Esta línea de trabajo se ocupa entonces de las conductas intergrupales de los
sujetos, es decir, de las similitudes y uniformidades en los patrones comportamentales
que emergen de la percepción del sí mismo y de los otros en términos de su adscripción
a un grupo social (Palacio J. 2007)
RELACIÓN INDIVIDUO-SOCIEDAD: CONSTRUCCION DEL YO.
El hombre tiene contacto con la sociedad desde distintos lugares y de formas
diferentes: con personas de distintas edades, sexos, creencias, roles y grupos diferentes.
Según la época histórica en la cual ese hombre vivió sus experiencias, será la
importancia e impacto que provocaron esas relaciones en él. Es decir: no es lo mismo un
hombre de la edad media que un hombre de nuestros días.
Entre otras cosas, la época, el entorno social y geográfico diferentes (tanto de uno
como de otro) hace que las motivaciones y preocupaciones sean también diversas. El
hombre vive y se desarrolla en grupos. Interactúa constantemente en grupos; nace, se
desarrolla y muere en grupos.
El yo se ha convertido en un importante punto de interés psicosocial puesto que
ayuda a organizar nuestro pensamiento y a guiar nuestro comportamiento social.
La experiencia social es un factor que moldea nuestro autoconcepto. Dentro de las
influencias que podemos detectar están los roles que representamos, la comparación
social, las experiencias de éxitos y fracasos y el juicio/critica de los demás.
El Dr. E. Pichón Rivière decía que “... el hombre es un ser de necesidades, que
sólo se satisfacen socialmente, en relaciones que lo determinan. Nada hay en él que no
sea resultante de la interaccion entre individuos, grupos y clases”
Cuando hablamos del hombre, estamos hablando de un ser esencialmente social,
que va a ir creciendo y se va a ir modificando según las relaciones que establezca. Y estas
relaciones lo involucran desde distintos lugares donde conscientemente o no, se modifica
y modifica a los otros.
Vamos a decir entonces que este sujeto, este ser humano es protagonista, no es un
ser pasivo; y si bien las relaciones con los demás van a influir en su accionar, él a su vez
también es transformador de los otros. Por eso, decimos que la relación del hombre con
el medio es mutuamente modificante.
Podemos ver, entonces, cómo el ser humano se desarrolla teniendo en cuenta que
alrededor de él existe un entorno una sociedad que está conformada por otros sujetos, por
un sinfín de individuos que se relacionan entre sí formando grupos. El grupo familiar, el
laboral, el de estudio, el grupo de amigos; una infinidad de grupos por los que
"transitamos" y a los que pertenecemos en el transcurso de nuestras vidas.
Además de grupos, esta sociedad está conformada también por instituciones, que
son las que regulan la vida de estos grupos a través del establecimiento de pautas y normas
de conducta.
El hombre es productor de relaciones con los otros hombres y, a la vez, ha sido
producido por ellas. Este hombre es producido y productor de ideas, de sentimientos y de
acciones, en niveles conocidos y desconocidos por él. Este hombre vive en conexión con
otros hombres y esta conexión supone un proceso de comunicación, de aprendizaje y de
transformación constante.
El ser humano posee un conjunto de conocimientos, de experiencias previas, de
vivencias y aprendizajes, que constituyen una plataforma que ha sido construida a lo largo
de toda su vida. A esta "plataforma" la vamos a llamar marco referencial.
Este marco referencial se fue construyendo en la relación individuo-sociedad. Esta
relación (estamos hablando de interacción) está planteada en cuatro ámbitos:
• El primer ámbito es el que vamos a denominar psicosocial: se refiere a los procesos
internos de cada sujeto, a lo que ocurre en el mundo interno de cada uno de los hombres
o mujeres, al relacionarse con otras personas.
• El segundo ámbito es el sociodinámico: se refiere a las relaciones vinculares, a los
grupos que constituimos y de los somos parte activa.
• El tercer ámbito es el institucional: corresponde a las instituciones y a las
organizaciones de un determinado sistema social.
• Y el cuarto ámbito es el comunitario: es el más abarcador, el más amplio, es el que
refiere a todas las relaciones sociales en general. Resulta necesario agregar que la relación
que se establece entre "sujeto" y "mundo" es una relación de aprendizaje, y que en este
aprendizaje, además de adquirir conocimientos, el sujeto se compromete emocional y
afectivamente, porque en cada relación que establece pone en juego su estabilidad, esto
es su identidad.
Cada nueva relación, le supone cuestionarse lo que él es y cada relación lo
modifica.
A este modo de entender a la persona le llamamos, en psicología social,
perspectiva psicosocial del sujeto.
Cada vez que hablemos del sujeto, nos estamos refiriendo a un ser de necesidades
que se satisfacen socialmente a través de relaciones vinculares que producen experiencias
de aprendizaje, experiencias que no sólo van logrando el desarrollo del hombre durante
su vida, sino que también producen modificaciones en esa sociedad con la que él
interactúa. (Rodriguez, Seydell, Osimani).
CONDUCTA SOCIAL
¿Qué es la conducta?
En la vida cotidiana, las personas realizamos múltiples actividades: caminamos,
comemos, nos trasladamos en colectivo, trabajamos, jugamos... entre otras tantas cosas.
Éstas múltiples actividades, en términos generales, podemos considerarlas conductas y
tienen que ver con todo lo que las personas "hacen".
Estas conductas pueden ser observadas. Pero existen, también, otros aspectos de
la conducta que no pueden ser del todo observables ya que no se ven. Estos se refieren a
los procesos de elaboración y planificación de la conducta, procesos que se realizan en la
mente (en el psiquismo) de cada persona.
Se llama Conducta tanto a los comportamientos observables (escribir, transpirar,
gritar), como a los comportamientos no observables (pensar, sufrir, recordar), es decir
todo lo que la persona hace, siente o piensa.
Entonces, el concepto de Conducta, supone que debemos considerarla siempre en
movimiento, cambiando, como un proceso dinámico, que se produce en un individuo que
tiene una personalidad y que está determinado por su medio ambiente.
Pero es necesario aclarar que, el estudio de la conducta se hace en función de la
personalidad y del inseparable contexto social, porque el ser humano es siempre
integrante de un entorno social.
Aquí nos interesa la conducta en calidad de proceso y no como "cosa".
Estudiamos la conducta para poder comprenderla y para ello, no podemos
estudiarla en forma aislada o recortada de las personas y de las condiciones que las
producen. Es decir de las causas o motivos que tiene una determinada persona para
realizarla, como tampoco de las condiciones existentes en su medio ambiente en el
momento en que se produjo esa conducta: su hábitat, su historia personal y familiar, el
momento actual, etc. Es por ello que decimos que para entender la conducta de una
persona es necesario contextualizarla.
La Conducta es el resultado o el producto final de una serie de procesos que no
ocurren en forma aislada sino en forma simultánea, es decir procesos y circunstancias que
se producen juntos.
Para eso debemos saber que la conducta no es un producto terminado, cerrado,
que no pueda cambiar. Al contrario, es un sistema abierto, que puede modificarse, que
nunca va a ser igual, porque cada conducta produce cambios, modificaciones, tanto en la
persona que la realiza, como en el medio externo.
Por esto Daniel Lagache, un médico psicoanalista francés, elaboró una definición
de conducta que es una de las más aceptadas y conocidas en psicología:
Conducta es el conjunto de OPERACIONES (fisiológicas, motrices, verbales y mentales)
por las cuales un ORGANISMO EN SITUACIÓN reduce las tensiones que lo motivan y
realiza sus posibilidades.
• Operaciones fisiológicas: transpirar, llorar.
• Operaciones motoras: caminar, comer.
• Operaciones verbales: gritar, hablar.
• Operaciones mentales: pensar, sentir, sufrir
¿Cuál es la finalidad de la conducta?
La finalidad de la conducta es reducir la tensión; es decir: satisfacer la necesidad
que produce una tensión, a fin de restablecer el equilibrio perdido.
Pero es importante tener en cuenta que la finalidad de la conducta no es eliminar
totalmente esa tensión, sino mantenerla en un nivel óptimo, constante, característico de
cada organismo, pues sin ese nivel de tensión óptimo, no hay movimiento, no hay
desarrollo.
Cierto nivel de ansiedad, por ejemplo, es necesaria para que no haya un
estancamiento psíquico, para que haya desarrollo.
Para poder satisfacer sus necesidades, el hombre tiene que relacionarse con la
naturaleza y con las otras personas. Por ello interactúa con otros, establece relaciones
vinculares con otros, ya que ésta es la única estrategia posible de satisfacción de las
necesidades.
La conducta constituye siempre una unidad que se manifiesta de distintas formas,
es decir, se expresa como fenómeno (como algo que sucede) en distintas áreas.
INTERNALIZACIÓN DE LA REALIDAD SUBJETIVA- OBJETIVA

La realidad es una construcción tanto objetiva como subjetiva. Queda plasmado


que la sociedad es un proceso dialéctico compuesta en tres momentos, la externalización,
la objetivación y la internalización.

El ser humano no nace miembro de una sociedad, nace con una predisposición a
la socialidad, es inducido, con el tiempo y de acuerdo a su desarrollo pasa a ser miembro
de una sociedad.

La internalización se entiende como la manifestación de los procesos subjetivos de


otro que en consecuencia se vuelven subjetivamente significativos para mí, no así que la
entienda correctamente. La realidad del otro que se asume, en realidad lo que se asume
es la interpretación de ésta, por tanto puede ser interpretada forma correcta o incorrecta.

La aprehensión comienza cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven


otros, es entonces cuando se comprenden, comparten y construyen definiciones,
“participamos cada uno en el ser del otro” Únicamente el individuo que ha llegado a este
nivel de internalización puede considerarse miembro de la sociedad. Dicha
internalización sucede tanto por la socialización primaria y la socialización secundaria.
(Berger, Luckmann, 1986)

El punto de partida de este proceso de socialización lo constituye la


internalización: la aprehensión (incorporación) inmediata de un acontecimiento objetivo.
Por ejemplo, la risa de mi compañero de trabajo.
Es que este interjuego del que hablábamos antes entre realidad objetiva y
subjetiva, y entre mi subjetividad y la subjetividad del otro, produce un significado. Eso
no quiere decir que yo comprenda adecuadamente la risa de mi amigo, hasta incluso
puedo comprenderla erróneamente. Mi amigo puede estar riéndose de un ataque de
histeria por algo que le sucedió, mientras yo creo que esa risa expresa alegría. Sin
embargo, su reacción subjetiva (la risa) tiene para mí un significado en mi propia
subjetividad (el significado que yo le otorgo a la risa) y la interpreto entonces desde lo
que significa para mí reírse, haya o no congruencia (igualdad) entre sus procesos
subjetivos y los míos.
La internalización constituye la base para comprender a las otras personas
semejantes a mí y para comprender el significado que tiene todo cuanto existe en el
mundo. Porque para poder entender algo (comprensión que se produce adentro mío, yo
soy el que comprendo), tengo que poder meter ese algo adentro mío. Y para poder
comprender a alguien, tengo que buscar en mi interior los significados que tiene para mí
eso que a él le ocurre, y luego de haber reconocido dentro mío qué significa eso que le
sucede, recién ahí podré meterme adentro de mi amigo para saber qué sucede ahora
adentro de él. Parece un juego de palabras, pero tratemos de vivenciarlo al leerlo, para
poder entenderlo mejor.
A esto nos referimos cuando hablamos de socialización: a esta capacidad que
vamos desarrollando desde que nacemos para entender el significado de todo cuanto
ocurre en la sociedad en la que crecemos, capacidad que es el resultado de un largo
proceso de aprendizaje. Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de
internalización, sólo cuando ha logrado meter ese mundo que existe adentro suyo y
otorgarle un significado, recién ahí puede considerárselo un ser socializado.
SOCIALIZACIÓN PRIMARIA
La socialización primaria comienza con todo lo que le ocurre al bebé desde que
nace, que le permite entender y empezar a ser parte de esta sociedad en la que nace.
Socialización que para que se produzca necesita que al lado de esa criatura humana
haya un ser social que le enseñe. Por eso decimos, otra vez, que la naturaleza del hombre
es social, necesita de otro ser social para poder socializarse, y ese primer agente
socializador es su familia.
Pero, ¿qué es lo que le enseña este otro ser social al sujeto que nace?
Le enseña no sólo conocimientos sobre el significado de las cosas, sino también
le permite poder experimentarlas, sentirlas. Porque si el sujeto no logra experimentar
emocionalmente esa realidad, no logra entender qué significa.
Durante la socialización primaria, el niño va internalizando no sólo lo que se
refiere a lo que es él en el mundo, sino que también va incorporando las normas que
existen en esa sociedad en la que nació.
Los diferentes agentes socializadores: la familia, la escuela, los medios masivos
de comunicación, etc., son los encargados de indicar al niño qué es lo que está bien y lo
qué está mal, y cuáles son las normas y pautas de conducta que se deben utilizar en
distintas situaciones y momentos de su desempeño como ser en la sociedad en la que vive.
Esta incorporación de actitudes, normas y roles de los otros, que se produce
adentro del niño, le da la posibilidad de identificarse no sólo con esas personas concretas
que se lo transmiten, sino también con la sociedad misma.
Esta identificación con la sociedad en la que vive, que le permite meter adentro
suyo a la sociedad toda y sentirse parte de ella, constituye una fase decisiva de la
socialización.
Además de aspectos emocionales y afectivos, el niño internaliza también el
lenguaje verbal y gestual de los agentes socializadores y, a través del lenguaje, conoce las
motivaciones y la manera en que la sociedad interpreta las actitudes. Con ello aprende
todo un gran repertorio de actitudes que le sirven para manejarse en la vida cotidiana.
Así también, en la socialización primaria el niño aprende no sólo cómo debe
comportarse, cuáles son las normas de esa sociedad, sino también alguna noción de por
qué debe hacerlo. Por ejemplo: "hay que ser valiente, enfrentar la realidad".
Es decir, que la sociedad le transmite no sólo cómo debe ser ahora que es niño,
sino también actitudes vinculadas a su identidad de adulto: "los hombres adultos son
valientes".
En la socialización primaria se construye entonces, el primer mundo del niño.
La socialización primaria comporta secuencias de aprendizaje socialmente
definidas. A la edad de 6 años el niño debe aprender a leer y escribir, a los 8 a multiplicar,
y así sucesivamente.
Esta programación, además de implicar crecimiento psicológico y social, supone
también respetar la maduración biológica. Pero estas habilidades que se requiere adquirir
en diferentes edades, dependen de cada sociedad en particular y aun de cada sector social
de esa sociedad. Por ejemplo, la edad en la que los niños se incorporan al trabajo en
sectores sociales más desfavorecidos no es la misma (es más temprana) que la de sectores
con más recursos económicos.
Los conocimientos sobre ciertos temas que tienen los niños de un sector se
adquieren más tarde o más temprano, según el sector social al que pertenezca.
La socialización primaria finaliza cuando el niño incorporó (internalizó) el
conjunto de normas sociales que le permiten comportarse en la sociedad tal como ésta lo
permite, siendo necesario, para ello, que haya incorporado los mismos significados que
ella le otorga a cada cosa. Es decir, aprende a considerarlas en la misma forma que los
demás miembros de su sociedad, por lo que desarrolla actitudes que son parecidas a las
de aquellos. Responde a las mismas necesidades que las demás personas: a la comida, a
la ropa, la moda, etc.
La socialización primaria implica la incorporación del individuo a la sociedad.
SOCIALIZACIÓN SECUNDARIA
Luego de convertirse en miembro efectivo de la sociedad a través de la
socialización primaria, es necesario aún que la socialización continúe. Por lo tanto, la
socialización secundaria se hace absolutamente necesaria.
La socialización secundaria implica la incorporación del sujeto a la realidad
institucional a través del aprendizaje de roles.
Recordemos que la socialización es el recurso de la sociedad para que aceptemos
e internalicemos sus ideas, valores y pautas (instituciones) y lleguemos a producir
comportamientos aptos de acuerdo a lo que se espera de nosotros en tanto sus miembros.
En ese sentido, así como la familia es el agente de socialización primaria por excelencia,
la escuela es el agente de socialización secundaria más importante.
A través de la escuela, la sociedad no solo transmite conocimientos, sino también
un conjunto de normas referidas al comportamiento social apto para cada situación.
Estas normas son transmitidas con distintos grados de explicitación y parecen ser
tan obvias a los ojos de la institución, que resulta evidente la obligación de respetarlas.
Así, por ejemplo, los niños deben aprender en la escuela a moverse en un espacio
restringido, a quedarse inmovilizados por largo tiempo detrás de un banco, a evitar
interacciones entre pares a ciertas horas, a desarrollar sólo las tareas que propone el
maestro. La escuela clasifica cualquier transgresión a estas reglas dentro del ámbito de la
disciplina, y cuenta con los instrumentos necesarios para detectar y disuadir a los
transgresores (advertencias y sanciones). También la escuela regula la forma en que deben
realizarse las interacciones entre maestros y alumnos, indicando como debe ser esa
relación de poder en esas interacciones. El maestro representa a la institución, al
conocimiento, a la autoridad. El alumno acepta que no sabe, que se encuentra en una
posición sumisa frente a la autoridad.
Los diferentes actores tienen entonces, roles claramente definidos y resulta
extraño que se acepte un cuestionamiento de esos roles, roles que vienen ya
históricamente definidos de esa manera.
En contraste con la socialización primaria -en la que la identificación del niño con
sus semejantes se realiza con una gran carga emocional y personal- en la socialización
secundaria la identificación mutua que se produce en la comunicación entre los seres
humanos y entre los roles que éstos ejercen, es más anónima e impersonal. Es decir, se
separa el rol del sujeto que lo desempeña. Por ejemplo, el niño aprende cuál es el rol del
maestro y lo reconoce más allá de la persona que lo realiza.
El rol social existe más allá de quien lo desempeña (rol de padre, rol de hijo, de
alumno, de maestro, de presidente, de jefe, etc.).
En todas las sociedades, los roles preexisten a los sujetos a través de ciertas formas
de conducta que deben asumirse en función de la situación. A pesar de que el rol prescribe
(dirige) ciertas conductas, hay una libertad, una individualidad en el modo en que cada
sujeto desempeña ese rol.
Cada sujeto ocupa distintas posiciones y en cada una de esas posiciones hay una
expectativa del rol, debido a que existe un modelo de conducta culturalmente establecido
que lo induce a comportarse como tal.
Una vez que el individuo se convierte en un ser social, se produce en él una
tendencia casi innata a agruparse, a formar parte de grupos. Las personas se agrupan con
aquellas personas con las que sienten que tienen actitudes y valores en común, es decir,
con quienes se identifican.
Dentro de los grupos, existen también distintos roles que se adquieren a través de
acuerdos entre sus integrantes. Por ello, el grupo de pares (personas de una edad y/o
condición parecida e intereses comunes) constituye una agente de socialización
secundaria de gran importancia, ya que es un espacio donde se producen una amplia gama
de interacciones sociales.
Los medios de comunicación social son agentes socializadores que tienen la
particularidad de poder influir sobre un gran número de personas sin necesidad de que
estén físicamente cerca, de ahí la importancia en el alcance masivo que puede tener cada
posición que éstos manifiesten.
Los medios son educadores, son transmisores de información y también podemos
decir que "venden" una realidad que no es siempre verdadera, pero por su gran poder de
influencia, nos convencen haciéndonos sentir que lo que nos ofrecen es lo único posible
y que la realidad es tal como ellos la muestran.
El proceso de socialización no culmina nunca. Cada día aprendemos
conocimientos nuevos relacionados a los roles que ejercen las distintas personas según la
posición que ocupen, desde los roles más generales hasta los más especializados.

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