Está en la página 1de 9

EFECTOS ADVERSOS DEL TRATAMIENTO TRANSFUSIONAL

La administración de una transfusión sanguínea siempre implica un riesgo para la salud del
receptor de la misma. A pesar de todas las precauciones que se toman, tanto en la selección
de los donantes como en la detección de elementos potencialmente peligrosos, existe aún la
posibilidad de aparición de efectos indeseables que, en algunos casos, pueden ser fatales.

Para minimizar este riesgo, antes de proceder a la administración de una transfusión


sanguínea se deben observar unas medidas de seguridad imprescindibles, entre las que cabe
destacar las siguientes:

 Comprobar la identidad del paciente. Esto puede hacerse preguntándole su nombre y


fecha de nacimiento o leyendo estos datos en la pulsera identificativa que porta.
 Comprobar la coincidencia entre el grupo sanguíneo del paciente y el indicado en la
etiqueta de la unidad de sangre.
 Comprobar que la fecha de caducidad de la unidad de sangre no ha sido excedida.
 No añadir ningún fármaco o solución terapéutica a la sangre, a menos que se haya
demostrado que la adición no produce daños en los componentes sanguíneos.
 Administrar todos los hemocomponentes con filtros que retienen los macroagregados.
Normalmente se usan filtros estándar de 170-200µ.
 Aunque en una transfusión a un ritmo normal no es necesario calentar la sangre, en
determinadas circunstancias (transfusión rápida de sangre fría, pacientes con
crioaglutininas activas a 37ºC, etcétera), debe hacerse. Esto se realiza mediante
calentadores específicamente diseñados para ello (de serpentín o de plato) que
constan de sistemas de control de la temperatura y de alarma. En cualquier caso, la
sangre no debe calentarse por encima de los 40ºC, pues se hemoliza.

Una vez revisadas estas medidas de seguridad, el personal de enfermería que realiza la
transfusión ha de tomar las constantes vitales del paciente. A continuación, se procede a la
infusión del hemocomponente, iniciándola lentamente y observando al paciente durante los
primeros 5-10 minutos de esta, con objeto de detectar las reacciones adversas que pudieran
aparecer durante la misma. Por último, se programa la infusión en un plazo que, como norma
general, no debe superar las 4 horas. Así pues, por ejemplo, la duración normal de una
transfusión de un concentrado de hematíes suele ser de unos 90 minutos.

Las reacciones transfusionales son aquellos efectos indeseables que pueden aparecer en el
paciente durante o después de la transfusión del algún hemocomponente.

Las reacciones tranfusionales pueden ser inmediatas, si aparecen durante la transfusión


sanguínea o en las 24 horas que siguen a la misma, o retardadas, si afloran tras la misma al
cabo de días, semanas o meses. A su vez, ambos tipos de reacciones se pueden clasificar,
según su mecanismo de producción en inmunes y no inmunes.

1
Si la reacción se produce durante la transfusión se ha de suspender la misma y practicar una
serie de medidas, entre las que cabe destacar las siguientes:

 Mantener la vía venosa permeable, sustituyendo el que equipo de transfusión por otro
con una solución salina al 0,9%.
 Comprobar que el paciente y el componente sanguíneo son los correctos.
 Tomar los signos vitales del paciente y avisar al médico del mismo o, en su defecto al
de guardia.
 Extraer muestras de sangre al paciente (un tubo de sangre sin anticoagulante y otro
con sangre anticoagulada con EDTA), por una vía distinta a la que se estaba utilizando
para transfusión, y enviarlas al banco de sangre junto con la unidad transfundida, para
comprobar la compatibilidad entre las sangres.
 Remitir también al banco de sangre una hoja de notificación de reacción transfusional,
correctamente cumplimentada.
 Recoger una muestra de la primera orina emitida por el paciente tras la reacción
transfusional y remitirla al banco de sangre, con objeto de observar su coloración y
evaluar la posibilidad de existencia de hemólisis.

REACCIONES TRANSFUSIONALES INMEDIATAS INMUNES


En algunas ocasiones las reacciones transfusionales aparecen tempranamente (durante la
transfusión sanguínea o en las 24 horas que siguen a las misma) y son debidas a reacciones
inmunes dirigidas contra alguno de los componentes de la sangre.

REACCIONES FEBRILES NO HEMOLÍTICAS


Este tipo de reacciones se caracteriza por la aparición de hipertermia y escalofríos.

Algunas de ellas están causadas por anticuerpos antileucocitarios o antiplaquetarios


presentes en pacientes sensibilizados a antígenos del sistema HLA, generalmente por
embarazos o transfusiones previas.

La aparición de estas reacciones puede prevenirse mediante la utilización de concentrados de


hematíes pobres en leucocitos, en el caso de que se produzcan por anticuerpos
antileucocitarios, y mediante el empleo de las plaquetas de un único donante seleccionado,
haciendo un estudio de histocompatibilidad, en el caso de que estén originadas por
anticuerpos antiplaquetarios.

En cualquier caso, no suelen ser graves y se controlas con antipiréticos (paracetamol).

2
REACCIÓN HEMOLÍTICA AGUDA ERITROCITARIA
Se debe a una destrucción de los hematíes del donante ocasionada por la acción de
anticuerpos del receptor dirigidos contra ellos (incompatibilidad mayor); aunque,
excepcionalmente, también puede consistir en una destrucción de los hematíes del receptor
generada por anticuerpos del donante (incompatibilidad menor).

La mayor o menor gravedad de esta clase de reacciones depende de la cantidad de sangre


transfundida, de la velocidad de infusión y del tipo y la tasa de anticuerpos que intervengan en
la misma.

El caso más grave es el que cursa con hemólisis intravascular. Esta suele producirse por
anticuerpos de tipo IgM, en casos de incompatibilidad del sistema ABO. Generalmente se debe
a un error en la administración de la sangre, por identificación incorrecta.

En ella, la hemólisis intravascular puede causar una liberación de enzimas vasoactivas que da
lugar a un colapso cardiopulmonar, a una coagulación intravascular diseminada y a un fracaso
renal agudo.

Aparece de forma inmediata, ya que unos pocos mililitros de sangre bastan para que
aparezcan los síntomas. Estos consisten en sensación de quemadura en la vena de perfusión,
rubor facial, dolor retroesternal y lumbar, escalofríos, etc. En el paciente anestesiado puede
ser detectada por la aparición de hipotensión y sangrado.

Los casos menos graves se producen por una destrucción extravascular de los hematíes, por
las células del sistema mononuclear fagocítico. Los anticuerpos implicados en estas
reacciones son de tipo IgG. Generalmente, están dirigidos contra antígenos de los sistemas Rh,
Kell, Duffy y Kidd. Estas reacciones son menos agudas y solo suelen dar lugar a fiebre con
anemia y aumento de la bilirrubina. Además, en ellas es positiva la prueba de la antiglobulina
humana (test de Coombs) directa.

DESTRUCCIÓN AGUDA PLAQUETARIA


En algunos casos se produce un cuadro conocido como refractariedad plaquetar. Consiste en
una falta de rendimiento plaquetario en más de dos transfusiones seguidas, y se debe a la
presencia de anticuerpos antiplaquetarios en la sangre del receptor, dirigidos contra antígenos
plaquetarios del donante (del sistema HLA o propios de las plaquetas). La destrucción de las
plaquetas se produce, generalmente, por eliminación extravascular de las mismas por las
células del sistema mononuclear fagocítico.

3
En otras ocasiones se produce una trombocitopenia aloinmune pasiva. Esta se caracteriza por
una trombopenia de aparición brusca, en un paciente con un número de plaquetas
previamente normal, en las horas siguientes a la transfusión de un componente sanguíneo
(generalmente, concentrado de hematíes o plasma fresco congelado). Se debe a la presencia
en el hemocomponente transfundido de anticuerpos dirigidos contra antígenos plaquetarios
del receptor. Para la prevención futura de esta reacción transfusional es necesario localizar al
donante del componente sanguíneo y retirarlo de la donación.

REACCIONES ALÉRGICAS
Son las reacciones transfusionales más frecuentes y se deben a la presencia en la sangre del
receptor, de anticuerpos dirigidos contra las proteínas plasmáticas del donante. Aparecen de
forma inmediata durante la transfusión.

Generalmente no son graves, ya que suelen consistir en reacciones urticariformes,


caracterizadas por la aparición de un eritema cutáneo con habones, al principio localizados y
que luego tienden a extenderse por todo el cuerpo, y prurito. Se tratan con antihistamínicos y,
en casos graves, con corticoides (por ejemplo, hidrocortisona).

Las más graves se producen en raras ocasiones y consisten en reacciones anafilácticas. Estas
ocurren en pacientes con deficiencia congénita de IgA, que poseen anticuerpos antiIgA
dirigidos contra la IgA presente en el plasma del donante.

Las reacciones anafilácticas son cuadros clínicos muy graves, incluso mortales, que se
caracterizan por opresión torácica, edema de laringe e hipotensión. Requieren un tratamiento
inmediato con adrenalina, hidrocortisona, broncodilatodores y oxigenoterapia. A los pacientes
susceptible de padecerla se les debe transfundir concentrados de hematíe lavaos, totalmente
libre de plasma.

EDEMA PULMONAR NO CARDIOGÉNICO


Esta reacción transfusional también se conoce como TRALI, por las siglas de su denominación
en inglés: transfusión-related acute lung injury.

Consiste en la aparición de un edema pulmonar, de mecanismo no cardiogénico, que se


ocasiona de manera brusca tras el inicio de la transfusión.

Se han descrito distintos mecanismos de producción de esta reacción transfusional, pero el


TRALI inmunológico parece originarse por la presencia en el plasma del donante de
anticuerpos antileucocitarios dirigidos contra antígenos granulictarios del receptor (del sistema
HLA o propios de los neutrófilos). Estos anticuerpos son capaces de activar el complemento y
producen un secuestro de los neutrófilos del paciente en el lecho pulmonar, con liberación de
citoquinas productoras de edema.

El edema pulmonar que caracteriza esta reacción transfusional origina un cuadro muy grave de
insuficiencia respiratoria aguda, caracterizado por disnea, cianosis, tos no productiva y, a
veces, tiritona.

4
Los componentes sanguíneos implicados en casos de TRALI inmunológico suelen proceder de
mujeres multíparas, a consecuencia de la exposición de estas durante sus embarazos a
antígenos leucocitarios paternos presentes en el feto.

Para la prevención de esta reacción transfusional es importante la exclusión de la donación de


individuos potencialmente inmunizados contra los leucocitos (especialmente, las mujeres
multíparas).

REACCIONES TRANSFUSIONALES INMEDIATAS NO


INMUNES
En otras ocasiones, las reacciones transfusionales, aunque de aparición temprana, nose
generan por un mecanismo inmune, sino que se deben a otro tipo de causas.

REACCIONES FEBRILES
Algunas reacciones transfusionales se caracterizan exclusivamente por la aparición de
hipertermia y escalofríos pero en su génesis no interviene un mecanismo inmunológico.

Estas suelen deberse a la presencia de pirógenos en la bolsa de almacenamiento de la sangre o


a la inyección durante la transfusión de sustancias bioactivas, generalmente citoquinas,
liberadas por los leucocitos durante el almacenamiento y que se acumulan en el sobrenadante
de los componentes sanguíneos.

REACCIÓN HEMOLÍTICA DE CAUSA NO INMUNE


Hay distintas causas que pueden ocasionar una destrucción no inmunológica de los hematíes.
Entre ellas cabe destacar las siguientes:

 Congelación inadvertida de los hematíes por almacenamiento inadecuado del


concentrado de hematíes a una temperatura inferior a los 0ºC.
 Sobrecalentamiento del concentrado de hematíes a una temperatura superior a los
50ºC.
 Adición al concentrado de hematíes de sustancias hipertónicas (solución salina
hipertónica) o hipotónica (agua destilada).
 Infusión del concentrado de hematíes a través de vías muy estrechas o con bombas a
elevada presión para acelerar la transfusión

CONTAMINACIÓN BACTERIANA
Ocurre por contaminación del hemoderivado durante su almacenamiento. Es más frecuente
en los concentrados de plaquetas, ya que estas deben conservarse a 22±2ºC para mantener su
viabilidad. Las bacterias contaminantes suelen ser productoras de poderosas endotoxinas.

Es una complicación rara pero grave, ya que conduce a una invasión del sistema circulatorio
por bacterias (sepsis), que puede seguirse de un shock séptico con hipotensión, fracaso renal,
CID y muerte. Exige, por tanto, un tratamiento inmediato con antibióticos.

5
SOBRECARGA CIRCULATORIA
Consiste en una expansión del volumen sanguíneo rápida y de larga duración. Generalmente,
aparece en ancianos con anemia crónica y con reserva cardíaca disminuida.

Se produce tras una transfusión sanguínea demasiado rápida o de demasiado volumen, que no
permite la acomodación de la función cardiorrespiratoria del paciente. Debido a ello, puede
ser causa de insuficiencia cardíaca y de edema pulmonar basal.

ALTERACIONES METABÓLICAS RELACIONADAS CON LA TRANSFUSIÓN MASIVA


Se conoce como transfusión masiva a aquella en la que se administran al paciente más de 10
unidades de sangre en 24 horas. Esta puede dar lugar a algunas alteraciones metabólicas, a
consecuencia de su propio efecto dilucional, pero también a causa de los cambios producidos
en la sangre durante su almacenamiento y de las soluciones anticoagulantes/conservantes
añadidas a la misma. Entre estas alteraciones metabólicas cabe destacar las siguientes:

 Hipotermia que, si es intensa, puede ocasionar arritmias y parada cardíaca. Se evita


con un calentamiento adecuado de la sangre transfundida.
 Alteraciones de la coagulación por dilución de las plaquetas y de los factores de la
coagulación.
 Aumento de la concentración plasmática de potasio (hipercaliemia) ocasionado por la
cantidad de este electrolito que está presente en las unidades de sangre. Esta se eleva
a medida que se alarga el almacenamiento de la sangre, al irse destruyendo los
hematíes que contiene y salir el potasio que está en su interior.
 Hipocalcemia por sobrecarga de citrato sódico.
 Oxigenación tisular empobrecida debida a una caída de enzimas (2,3 BPG y ATP) que
acarrea una alteración funcional de los hematíes y un descenso de la liberación de
oxígeno a los tejidos.

REACCION HIPOTENSIVA
Es un cuadro de hipotensión que acontece durante la transfusión sanguínea y que se asocia
exclusivamente a síntomas de mareo, sudoración fría y desasosiego.

En él la presión arterial del paciente, tanto la sistólica como la diastólica, desciende, al menos,
10 mm de Hg en relación a la pretransfusional.

Suele producirse en transfusiones de concentrados de hematíes o de plaquetas y se piensa que


puede deberse a la liberación de bradiquininas, a través de la vía intrínseca de la coagulación,
desencadenada por el uso a pie de cama de filtros de leucorreducción de carga eléctrica
negativa.

Generalmente se resuelve espontáneamente en unos 30 minutos.

6
EMBOLIA PRODUCIDA POR BURBUJAS DE AIRE
Consiste en la entrada de aire en el interior del sistema venoso, que puede producir una
burbujeo de la sangre en el corazón y la consiguiente ineficacia de bombeo del mismo.

Puede originarse se el que efectúa la transfusión no es suficiente cuidadoso y hábil.

REACCIONES TRANSFUSIONALES RETARDADAS INMUNES


También existen reacciones transfusionales que aparecen de una forma retardada (al cabo de
días, semanas o meses). Una parte de ellas se debe a reacciones inmunes dirigidas contra la
sangre del donante o contra elementos celulares del receptor.

REACCIÓN HEMOLÍTICA RETARDADA


Consiste en la aparición de una hemólisis al cabo de unos días de la transfusión. Está causada
por la producción rápida de anticuerpos, generalmente de tipo IgG, frente a antígenos de los
hematíes transfundidos. Frecuentemente se produce en pacientes politransfundidos o con
embarazos previos que han desarrollado este tipo de anticuerpos, pero a un título tan bajo
que no son detectables mediante las pruebas pretransfusionales de detección de anticuerpos
irregulares.

Se manifiesta con anemia, ictericia y coluria. Normalmente no requiere tratamiento.

PÚRPURA TRANSFUSIONAL
Esta reacción consiste en la aparición de una trombopenia considerable al cabo de,
aproximadamente, una semana tras la transfusión, que se acompaña de un cuadro
hemorrágico de diversa gravedad.

Parece deberse al desarrollo de anticuerpos, generalmente del tipo IgG, que actúa contra el
antígeno HPA-1ª de las propias plaquetas del paciente. Tras ello, estas plaquetas sensibilizadas
son destruidas por el sistema mononuclear fagocítico.

Es más frecuente en mujeres multíparas.

REACCION TRANSFUSIONAL DE INJERTO CONTRA HUÉSPED


Es una reacción poco frecuente, pero muy grave, que es producida por los linfocitos del
donante al actuar contra diferentes órganos del receptor.

7
Para que esto suceda tiene que haber diferencias en los antígenos del sistema HLA del donante
y del receptor y, además, una falta de rechazo de los linfocitos transfundidos por parte del
receptor. Esto último sucede en pacientes con inmunosupresión grave o cuando el donante es
homocigótico para un determinado haplotipo HLA y el receptor es heterocigótico para ese
haplotipo.

Los órganos más afectados en esta reacción transfusional son la piel, el hígado, el intestino y
las células hematopoyéticas.

Se puede prevenir mediante la irradiación de los componentes sanguíneos, con objeto de


eliminar los linfocitos inmunocompetentes del donante. Se trata con fármacos
inmunosupresores.

REACCIONES TRANSFUSIONALES RETARDADAS NO


INMUNES
Las transfusiones de sangre también conllevan otros riesgos no inmunes, entre los que
destaca la transmisión de enfermedades infecciosas, que pueden ser consideradas como
reacciones transfusionales retardadas.

TRANSMISIÓN DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS


A pesar de todas las pruebas a las que se somete la sangre antes de ser considerada válida
para transfundir, es imposible descartar totalmente el riesgo de transmisión de ciertas
enfermedades infecciosas.

Los principales agentes infecciosos que pueden transmitirse por esta vía son los siguientes:

Virus de la hepatitis B (VHB)

El riesgo de transmisión de la hepatitis B por transfusión sanguínea es muy bajo, ya que la


prueba de detección del AgHBs es muy sensible y solo existe cuando el donante se encuentra
en una fase muy temprana de la enfermedad, en la que aún no se detecta el antígeno, pero sí
existe peligro infeccioso.

Virus de la hepatitis C (VHC)

Tradicionalmente, la hepatitis C ha sido el principal riesgo infecciosos relacionado con la


transfusión sanguínea. No obstante, las modernas técnicas de detección de anticuerpos
antiVHC y de amplificación genómica del ácido nucleico de la hepatitis C lo reducen
considerablemente.

8
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)

En los países en los que las donaciones son no remuneradas y se realiza una buena selección
de los donantes, y con las modernas técnicas de detección de anticuerpos anti-VIH I/II, el
riesgo de transmisión de este agente infeccioso es bajo. Este es aún menor si se realizan
pruebas de detección del material genético vírico (RNA del VIH) que reducen la posibilidad de
transmisión de esta infección durante su periodo ventana.

Citomegalovirus (CMV)

La importancia clínica de la transmisión de este virus por vía transfusional se reduce a los
pacientes inmunodeprimidos o trasplantados.

Virus de Epstein-Barr (EBV)

La transmisión de este virus por vía transfusional no tiene demasiada importancia clínica, ya
que la infección que produce suele evolucionar espontáneamente hacia la curación.

Treponema pallidum

Las pruebas serológicas de sífilis realizadas en la sangre del donante y la conservación en frío
de los hemocomponentes, que impide la viabilidad de este agente infeccioso, hacen que el
riesgo de trasnmisión transfusional de esta enfermedad sea casi nulo.

Plasmodium

La probabilidad de transmisión transfusional de paludismo es baja, ya que su incidencia en


nuestro entorno geopolítico es muy escasa. No obstante, es importante una buena selección
de los donantes, para excluir de la donación a aquellos con riesgo de haberlo adquirido, por
ejemplo, por haber visitado una zona endémica de paludismo o haber vivido en ella.

Hemosiderosis

Consiste en la acumulación de grandes cantidades de hierro en pacientes politransfundidos.


Para evitarla, se aconseja limitar el número de transfusiones al mínimo necesario y, en caso
necesario, la administración de desferroxiamina con objeto de reducir las reservas de hierro.

También podría gustarte