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Formula 1 a la mexicana

Héctor Rebaque, arquitecto de profesión y piloto automovilístico por amor. El nacido en


Ciudad de México soñaba estar dentro de una monoplaza, se le cumpliría por la cadena de
almacenes de su familia. Rebaque corrió en la fórmula uno y hasta hizo su propia
escudería, un arquitecto hasta con los neumáticos.

Hector debutó en la temporada de 1977, con la escudería británica Hesketh Racing, llegó
para sustituir al piloto Rupert Keegan. Ese año Frank Dernie y Nigel Stroud diseñaron la
monoplaza Hesketh 308E, un automóvil muy conservador que no innovó en realmente nada
y terminó por ser la última unidad que creó la escudería, después de sus malos resultados.

Rebaque solo participó en seis sesiones de calificación con los británicos, donde solo logró
clasificar en una ocasión, aunque terminó abandonando, por lo cual no fue renovado.
Hesketh no tuvo mucho futuro después de no renovar al mexicano, pues desaparecieron del
circuito en 1978, tras no sumar puntos en toda la temporada.

El fin de Hesketh dio inicio a una nueva historia, Héctor creó Team Rebaque, una nueva
escudería en la Fórmula Uno. Después de salir de la constructora de Alexander Hesketh y
no encontrar a ninguna otra, el mexicano decidió asociarse con su padre y un par de
pequeños patrocinadores para hacer historia en el máximo circuito, junto con la ayuda de
Peter Reinhart, el director general del proyecto.

Aunque la escudería tuviera raíces mexicanas, su principal sede era en el Reino Unido.
Team Rebaque estaba en la nación de la corona porque iban en busca de una joya, el Lotus
78. Llamaron la suficiente atención y la marca de autos deportivos apoyaron este proyecto
tan ambicioso, era un gran paso para el equipo de Héctor.

La primera temporada llegaba y team Rebaque se diferenciaba entre todas las escuderías,
Rebaque sólo contaba con un piloto y ese era Héctor, el Chilango por excelencia. Era
momento de sacar la casta, esa negatividad de nunca haber sobresalido en Hesketh, debía
transformarla para ser un piloto de excelencia en su equipo.

Rebaque mandó a hacer un casco especial para su único piloto, era negro con un diseño en
verde, blanco y rojo que rodeaba el área de la visera, simulando asi los colores de la
bandera mexicana.
Héctor estuvo al mando de la escudería como piloto en dos temporadas, donde pudo
enfrentarse a leyendas como Niki Lauda y James Hunt. En ninguna de las competiciones
logró destacar, su mayor resultado fue un sexto lugar en el Gran Premio de Alemania, que
se convirtió en apenas su primer punto en el gran circo.

Su hazaña más recordada fue en 1979, en Austria, donde logró remontar del último lugar
hasta la séptima posición. La grandiosa remontada la consiguió con el Lotus Ford 79, hace
un año esa monoplaza era conducida por Mario Andretti, quien fue campeón dentro de ese
carro inglés.

La escudería Rebaque cerraría sus operaciones ese mismo año, después del Gran Premio
de Estados Unidos, el capricho de Héctor había terminado. Aunque no fue su final como
piloto de la Fórmula 1, ya que Bernie Ecclestone lo contactó para formar parte de la
escudería Brabham, donde corrió dos años más sin conseguir nada, para así salir del Gran
Circo y no volver nunca más.

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