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Una vez terminados los alegatos finales de las partes confrontadas (adversariales) en el
juzgamiento, los vocales de la Sala Penal ingresarán a una etapa de deliberaciones por las
cuales se analizará punto por punto las incidencias у las cuestiones de hecho, que directa e
indirectamente servirán como sostén argumentativo para la exposición factual que servirá de
contenido de la resolución final.
De igual manera, esta etapa permitirá a la Sala reconocer e identificar a las pruebas con que se
cuenta hasta este nivel; todo el material probatorio actuado en sede de juzgamiento será objeto
de valoración, el cual permitirá a los miembros del Tribunal contar con un conocimiento holgado
y concienzudo de thema probandum.
La valoración de la prueba implica toda una actividad intelectiva y cognoscitiva a la vez, dirigida
a tomar una determinada postura, sobre las posiciones argumentadas por las partes; al final de
su libre valoración, de común idea con el criterio de conciencia, la Sala Penal resolverá la
causa bajo un enlace argumentativo con las pruebas actuadas en el juzgamiento. Si bien existe
un sistema libre de valoración, los magistrados no podrán sustentar la sentencia final en
hechos y pruebas que no han sido objeto de actuación y de oralización en el juicio oral.
CUESTIONES DE HECHO
Las cuestiones de hecho consisten en el análisis detallado que deberá realizar cada uno de los
miembros de la Sala Penal, sobre determinados puntos controversiales, afirmándolo o en su
defecto negándolo.
Cuando el que juzga es un juez monocrático, la discusión adopta un criterio personal, que
procura ver la verdad de las partes para declarar una sola verdad, que se halle más allá de la
visión de los intereses privados del proceso.
Cuando el juez es colegiado, el problema adquiere un sesgo más complejo, siempre que
exista autonomía en los jueces. La Sala Penal para fallar en un determinado sentido planteará
y votará previamente cada una de las cuestiones de hecho, teniendo en consideración, para
formularlas, las conclusiones escritas del Fiscal, del defensor y de la parte civil. Seguidamente
se votará la pena, ambas resoluciones se harán constar en la sentencia.
LA SENTENCIA
Constituye la plasmación de la decisión final a la cual arriba el Tribunal, sobre la res iudicanda;
importa una decisión de pura actividad intelectiva, donde los miembros de la Sala penal aplican
finalmente sus conocimientos de logicidad y de juridicidad para resolver la causa petendi en un
determinado sentido.
La sentencia implica una respuesta jurisdiccional que debe ser fiel reflejo de la actividad
probatoria desarrollada en el juzgamiento. El superior colegiado debe sostener su decisión, con
base en los debates contradictorios, que de forma oral han tomado lugar en la audiencia, no
pudiendo introducir hechos que no se encuentran contenidos en el escrito de acusación fiscal.
Deberá fijar para ello el valor probatorio de los medios probatorios actuados en el juicio; tanto
en lo que respecta a los hechos probados como al silogismo, en virtud del cual llega a la
conclusión de que la conducta incriminada al acusado se adecua firmemente a los alcances
normativos del tipo penal, contenido en la acusación de acuerdo a sus aspectos subjetivos y
objetivos, así como la concurrencia de circunstancias agravantes y/o atenuantes.
Conforme con lo anotado, la decisión judicial final (sentencia) debe expresar un alto grado de
razonabilidad, de objetividad y de que sus partes integrantes se encuentran vinculadas en base
a una correlación lógica-jurídica. La sentencia es toda una elaboración y raciocinio que resulta
de la comparación de todas las pruebas aportadas al proceso". No olvidemos ni por un instante
que la debida motivación de las resoluciones configura un mandato constitucional ineludible,
que recae sobre la judicatura. Máxime si de sus efectos, puede desencadenarse el mayor de
los sufrimientos para un ser humano: la pérdida de su libertad.
La sentencia es, pues, aquella resolución que pone fin al proceso resolviendo sobre la
pretensión penal y emitiendo un juicio acerca de la culpabilidad o inocencia del acusado.
REQUISITOS DE LA SENTENCIA
El artículo 394 del Código Procesal Penal establece los requisitos de la sentencia, los cuales
son:
REDACCIÓN DE LA SENTENCIA
ESTRUCTURA DE LA SENTENCIA
PARTE EXPOSITIVA
En aquella se consignarán todos los datos relacionados con el hecho punible mediante una
narración sucinta y detallada, insertándose la fecha y lugar de los hechos materia de
imputación, el nombre y apodo del acusado, sus generales de ley (edad, lugar de nacimiento,
status civil, profesión u oficio, religión, etc.) y demás datos particulares que sean de importancia
para su debida individualización e identificación.
En esta parte se agrega todo el material fáctico y discursivo, está constituido por el
comportamiento que es materia de acusación y objeto de la sentencia, previo esclarecimiento
durante el debate oral habido. Es de suma importancia detallar exhaustivamente el
comportamiento, objeto de imputación delictiva, pues de este se derivará la inferencia lógico-
jurídica, de la siguiente parte.
PARTE CONSIDERATIVA
PARTE RESOLUTIVA
En aquella se plasmará la decisión final: absolución o condena de cada uno de los acusados
en relación con cada uno de los delitos objeto de acusación fiscal. Es la cristalización de la
decisión jurisdiccional que da fin al objeto del proceso penal. La formación interna o producción
de la sentencia recibe el nombre de "génesis lógica de la sentencia". Esta génesis, se articula
como un silogismo, en el que la premisa mayor son las normas jurídico-penales (es decir, los
extremos que se hacen constar en los fundamentos de Derecho), la premisa menor son los
hechos que, alegados por las partes, se estiman probados (es decir, los extremos que constan
en el apartado de los hechos probados), y en el que la conclusión es el fallo o parte dispositiva
de la sentencia. Se habla así de un “juicio histórico" para referirse a la premisa menor o
hechos, y de un "juicio jurídico" para la premisa mayor o fundamentos de Derecho.
Sin embargo, no puede ser un silogismo puro, porque eso significaría desconocer los hechos
humanos y sociales; así como la culpabilidad que no es un concepto que pueda medirse de
forma matemática, pues requiere de una valoración racional, bajo el tamiz de que se trata de
una persona y no de un objeto, cuya medición entonces importa entrañar en aspectos
metajurídicos.
La sentencia será firmada por los tres miembros de la Sala Penal. Si hay votos singulares, se
dejará constancia a continuación. Como corolario de la audiencia o dígase del juicio oral, la
sentencia deberá ser leída con la concurrencia obligatoria de los sujetos procesales, luego de
su lectura el Director de Debates preguntará primero al acusado y posteriormente al agente
fiscal, si desean o no interponer el recurso impugnativo de Nulidad, la respuesta que diera lugar
se hará constar en el acta respectiva, ambos sujetos tienen la facultad de reservarse el
derecho, para luego tomar una decisión final en el plazo previsto por la Ley.
LECTURA DE LA SENTENCIA
La sentencia no podrá tener por acreditados hechos u otras circunstancias que los descritos en
la acusación y, en su caso, en la acusación ampliatoria, salvo cuando favorezcan al imputado.
En la condena, no se podrá modificar la calificación jurídica del hecho objeto de la acusación o
su ampliatoria, salvo que el juez penal haya dado cumplimiento al numeral 1 del artículo 374. El
juez penal no podrá aplicar pena más grave que la requerida por el fiscal, salvo que se solicite
una por debajo del mínimo legal sin causa justificada de atenuación.
SUBJETIVA
OBJETIVA
El derecho del acusado a conocer la acusación formulada contra él reclama también, no solo
su determinación, sino también la información del hecho punible, cuya comisión se le atribuye,
a fin de que pueda exculparse de él, articulando la correspondiente actividad probatoria,
ejercitando, en definitiva, su derecho de defensa. Por esa razón, la referida norma fundamental,
vulneraría este derecho, si el tribunal pudiera extender su actividad cognoscitiva y decisora a
otros hechos distintos a los narrados en los escritos de acusación o a calificaciones distintas,
con respecto a los cuales no pudo el abogado articular su defensa.
El principio acusatorio garantiza, en definitiva, en todas las instancias, incluida la casación que,
en todo proceso penal el acusado pueda conocer la pretensión punitiva que se articula contra
él para que pueda defenderse de forma contradictoria, así como que el órgano judicial se
pronuncie precisamente sobre los términos del debate conforme han sido formuladas
definitivamente las pretensiones de la acusación y la defensa, sin que el juez pueda intervenir
sucesivamente como acusador y como juzgador.
CLASES DE SENTENCIA
SENTENCIA ABSOLUTORIA
La sentencia absolutoria es aquella decisión judicial que resuelve absolver al acusado de los
cargos formulados por la fiscalía, pues no se ha podido acreditar de forma firme y fehaciente
que el acusado es responsable penalmente del delito atribuido o, en su defecto, el hecho
imputado no es constitutivo de un tipo penal. Así, la siguiente ejecutoria, Exp. N.° 775-87-La
Libertad expresa que: "Al no haberse probado que fuera el procesado, el autor de la nota
periodística, no que las hubiese mandado a publicar por interpósita persona, resulta que no se
dan los presupuestos de tipicidad que caracterizan a este tipo de infracciones legales". Aquella
resolución puede derivarse del silogismo acreditado, de que las pruebas de descargo han sido
lo suficiente convincentes e idóneas para refutar la acusación fiscal, por lo tanto, se ha
demostrado con suficiencia la inocencia del acusado, contrario sensu, las pruebas actuadas en
el juzgamiento no han podido acreditar su culpabilidad.
Por tanto, si las pruebas de cargo producidas y actuadas en el juzgamiento, no son suficientes
en su conjunto para enervar o destruir el principio de presunción de inocencia o aquellas no
ofrecen un alto grado de certeza y convicción a los miembros del Tribunal sobre la punibilidad y
la responsabilidad del acusado (in dubio pro reo) se deberá proceder a absolverlos de los
cargos fiscales imputados en su contra. La garantía de un Proceso Penal sujeto a los principios
del Estado de Derecho implica a veces sacrificios, y aquellos a veces significarán absolver al
acusado por falta o insuficiencia de pruebas de cargo. En tal sentido, se pronuncia la siguiente
ejecutoria suprema, R. N. N. 404-99-Lima: "Es evidente que no se ha desvirtuado la presunción
de inocencia que favorece al acusado, la que por ser un derecho fundamental vincula a los
poderes públicos y exige, para ser desvirtuada, una mínima actividad probatoria, por lo que
amerita absolver de la acusación fiscal en aplicación del principio universal del in dubio pro
reo".
• La exposición factual del hecho imputado como delictivo, la declaración de que este no
se ha realizado, de que las pruebas debidamente compulsadas han demostrado la
inocencia del acusado, o en su defecto de que ellas no han sido lo suficientemente
convincentes para determinar su culpabilidad.
SENTENCIA CONDENATORIA
Así, tomando en cuenta la siguiente ejecutoria, signada con el Exp. N.° 4911-99-Cuzco, la cual
refiere: “Certeza: Para dictar una sentencia condenatoria es preciso que el juzgador haya
llegado a la certeza respecto de la responsabilidad penal del encausado, lo cual solo puede ser
generada por una actuación probatoria suficiente que permita generar en él tal convicción de
culpabilidad, sin lo cual no es posible revertir la inicial condición de inocente que tiene todo
procesado”.
LA APELACIÓN
El derecho al recurso, y en este caso, la apelación, debe estar orientado, a proteger los
derechos humanos del individuo y entre ellos el derecho a no ser condenado si no se
establece suficientemente la realización del hecho punible y la responsabilidad penal del
sujeto, y no sólo de cuidar, en determinados extremos, la pulcritud del proceso o de la
sentencia.
Por lo tanto, ese recurso presentado ante juez o tribunal superior, que sería superior en
grado, dentro del orden competencial de los tribunales, debe ser uno que efectivamente
permita al superior entrar en el fondo de la controversia, examinar los hechos aducidos, las
defensas propuestas, las pruebas recibidas, la valoración de éstas, las normas invocadas y
la aplicación de ella.