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Hechos
1. Los accionantes deciden interponer una demanda en contra del la Corporación Club el Nogal
para que se declare la responsabilidad civil extracontractual por el deceso de su esposo y
padre, Gustavo Adolfo Rubio, debido al acto terrorista que se dio en las instalaciones de este
Club en el año 2003, para ello desean que se les reconozca un lucro cesante de
537’088.385,43, dividido en $418’312.634,71 para María Clemencia y los restantes
$118’775.750,72 en favor de María Fernanda, además del resarcimiento de los daños morales
causados a los demandantes.
2. Sustentaron que el vehículo que contenía los explosivos para el atentado ingresaron por
medio de un beneficiario de una acción empresarial y por ende sobrepasaron los lineamientos
de seguridad del lugar, además de mencionar que esta Corporación podía prevenir tal suceso y
actuar con diligencia para velar por la seguridad de las personas que se encontraban en el
establecimiento.
3. La Corporación se opuso y excepcionó la inexistencia de la obligación de responsabilidad
4. En el transcurso de la primera instancia se informó el fallecimiento de Gustavo Adolfo Forero
Hernández, por lo que se tuvo a la progenitora como sucesora procesal de aquel.
5. El 30 de mayo de 2013, el Juzgado Sexto Civil del Circuito de Bogotá negó las suplicas de los
demandantes debido a que consideran que esta Corporación fue diligente al custodiar las
instalaciones y que dicho acontecimiento era imprevisible.
6. El superior revocó esa determinación y declaró civilmente responsable a la Corporación Club El
Nogal, por lo que le impuso la condena de pagar un lucro cesante de $148’448.637 a María
Fernanda Forero Hernández; un valor de $557’129.278 por igual concepto a María Clemencia
del Socorro Hernández de Forero, así como $50’000.000 a título de perjuicios morales y por
ultimo $30’000.000 para cada uno de los hijos sobrevivientes del causante.
III. Consideraciones
1. La corte opta por constatar la existencia de una obligación de seguridad de las personas que
visitaban el club, también procedió a desvirtuar las causales exonerativas de responsabilidad
de fuerza mayor o caso fortuito y el hecho de un tercero, también tuvo en cuenta la respuesta
del Jefe de la Unidad Nacional contra el Terrorismo de la Fiscalía General de la Nación.
Con respecto a la irresistibilidad del hecho mencionó que la responsabilidad se dio por varias
irregularidades que fueron determinantes en la ocurrencia del hecho generador del daño
sobre todo por el hecho de no haber impedido el ingreso del vehículo al Club.
Sumado a lo anterior concreta que este tipo de actos de terrorismo no pueden ser catalogados
como caso fortuito o de fuerza mayor, por lo cual en el momento en el que ocurrió esta
situación las medidas de seguridad no fueron lo suficientemente efectivas para evitar la
infiltración de un vehículo que tenía una carga de explosivos.
2. En segundo lugar, la corte se expresa a través de siete literales en los cuales inicia con el a) En
este se dice que el Club debe velar por la seguridad de las personas que hay en él en el
entendido de que estén libres de daños, pero también se debe tener en cuenta que dentro de
este lugar los socios realizan actividades que pueden de alguna forma tener un riesgo y estos
van por su cuenta siendo así que el Club se exime de responsabilidad por caso fortuito o fuerza
mayor.
b) Desde mucho tiempo atrás movimientos guerrilleros abaten al país y en esos tiempos se
generalizó una sensación de inseguridad pues como bien lo había mencionado el Jefe de la
Unidad Nacional en esos tiempos ocurrieron varios atentados y un lugar como este Club tan
concurrido por altos funcionarios no estaba exento de ser víctima de estos actos terroristas y
la previsibilidad de este tipo atentados no era tan ajena a esta Corporación puesto que en la
póliza de seguros que manejaban estaba incluido el terrorismo y la de vigilancia de guía con
perro entrenado en antiexplosivos.
c) Se dio a conocer una prueba documental al tribunal y el casacionista alega que dichos
documentos se agregaron de forma inoportuna, sin embargo, se consideró que esos medios
de convicción fueron allegados de forma oportuna al proceso con el pleno conocimiento de las
partes, además de ser valioso en cuanto al puto de vista probatorio y de esa forma tomar
fundamentos en ellos para tomar una decisión.
e) Uno de los socios dio una respuesta que dio a lugar a cuestionamientos, pues según él
resulta extraño el hecho de que aunque se prestara el servicio de seguridad, vigilancia y
asistencia canina, la portería por la que ingresó el vehículo precisamente no tenía la compañía
convencional de uno de estos animales, en base a eso se investigó acerca del horario en el que
los perros se encontraban en el lugar y pese a que en el lugar de los hechos no estuvo la
presencia de un canino no fue suficiente una revisión general del vehículo ni la apertura del
baúl pues era necesario el complemento de que el animal lo examinara.
f) Resulta desafortunado para el ad quem el hecho de que aún con lo que evidentemente se
ha presentado como la declaración de Jairo Arturo Parra Cuadrado, el contrato suscrito con
caninos Profesionales Limitada y los restantes documentos aportados son insuficientes para
demostrar por parte del tribunal las conclusiones acerca de la obligación de seguridad.
g) En este apartado se dan a entender alrededor de tres circunstancias esenciales que son el
hecho generador del daño, la primera es no verificar la calidad de socio de una persona que
ingresó con carné provisional, la ausencia de perro antiexplosivos en la portería de acceso
vehicular y la falta de escogencia en sus accionistas y beneficiarios.
3. En esta consideración se menciona que este pleito entre las partes se inició a partir de la
responsabilidad extracontractual lo cual está en buenos términos, empero, no se encontraron
razones de presunción de culpabilidad conforme al art 2356 CC, se procedió a examinar si se
daba lo estipulado en el art 2341 y tampoco se encontró factible.
5. Conforme al inciso final del artículo 375 del Código de Procedimiento Civil y de la misma forma
con el artículo 19 de la Ley 1395 de 2010, se le impone a la recurrente el pago de las costas en
el trámite de la impugnación extraordinaria.
IV. Decisión
Considero que desde mi punto de vista la decisión tomada por la corte tiene una parte objetiva la
cual considero correcta en cuanto su decisión final teniendo en cuenta que quien propició
inicialmente este atentado fue la guerrilla y por causa de ellos terceras personas tuvieron que
pagar por sus actos, finalmente tanto los accionados como los accionantes tienen que sufrir daños
ya sea daños patrimoniales o extrapatrimoniales.
A pesar de esto, durante la investigación de esta sentencia quedó demostrado que de alguna
forma esta Corporación pudo haber evitado que ocurriera un hecho tan infortunado como este, se
determinó que era imprescindible la presencia de un canino en el acceso vehicular para realizar
una examinación complementada y que es de carácter primordial tener en cuenta la clase de
socios, beneficiarios y accionistas que podían asistir a este lugar porque finalmente estas
situaciones se convirtieron en un factor determinante para que ocurriera este hecho.
De manera que, en base a lo anterior este Club tuvo una culpa sin representación debido a que no
obró diligentemente sabiendo que podría causar un daño y como se expresa en el 1art 23 del CP,
es una situación que era previsible y por ende pudo evitarse.
Vale la pena resaltar que en situaciones como estas ocurre un daño inmaterial que se da por
sufrimientos y aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, además de “el
menoscabo de valores muy significativos para las personas, así como alteraciones de carácter no
pecuniario en las condiciones de existencia de la victima o su familia”, esta definición basada en
los elementos de la reparación a victimas según jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en la 2Sentencia C-344 de 2017.
También considero que de alguna forma la Corporación Club El Nogal tuvo una responsabilidad
extracontractual y las personas que perdieron a sus familiares tienen una privación de alegrías de
vida porque dentro de sí tienen un daño moral y es un detrimento en el que las personas tienen
una necesidad de ser indemnizadas y es allí cuando debe haber un avalúo por la perdida de una
vida humana, que en el caso del 3CP en su art 97 estipula que la indemnización por daños se puede
llegar a dar incluso hasta por una suma hasta de mil salarios mínimos legales mensuales por
afectado.
Para finalizar con respecto a lo mencionado anteriormente puedo decir que cuando se tiene una
relación directa afecto con una persona ni si quiera la cantidad de dinero más grande puede
resarcir el daño de esa pérdida. Es importante admitir e indemnizar por los perjuicios causados
que estén dentro del rango de su responsabilidad, pero también es fundamental que los
demandantes no aprovechen la situación para cobrar elevadas sumas de dinero para sentir una
sensación de compensación que evidentemente no cambiará lo sucedido.
CSJ-SC 17117-2014
VII. Referencias