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GERSON CHAVERRA CASTRO

Magistrado Ponente

AP442-2023
Radicación No. 61277
Acta No. 020

Bogotá, D. C., ocho (08) de febrero de dos mil


veintitrés (2023).

ASUNTO

La Sala de Casación Penal resuelve el recurso de


apelación interpuesto por el apoderado de las víctimas,
contra la preclusión de la indagación dispuesta a favor de los
Generales (R) de la Policía Nacional Rodolfo Bautista
Palomino López, Carlos Ramiro Mena Bravo y Édgar Sánchez
Morales, por los punibles de constreñimiento ilegal y abuso
de autoridad por acto arbitrario e injusto, en providencia
del 22 de febrero de 2022.
CUI: 11001600010220150047005
N.I.: 61277
Segunda Instancia
Rodolfo Bautista Palomino López y otros

HECHOS

Fueron consignados en el auto impugnado, así:

«La presente indagación tuvo origen en la compulsación de copias que


ordenó la Fiscalía Séptima Delegada ante la Corte dentro del radicado
110016000102201500164, en las que el Coronel ® MARIO AURELIO
PEDROZA SANDOVAL instauró denuncia contra la Revista Semana y
el periódico El Tiempo por incurrir en los presuntos punibles de injuria
y calumnia.

En dicha compulsación se puso en conocimiento de la Fiscalía Quinta


Delegada la posible comisión de los delitos de constreñimiento ilegal y
abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto que se atribuye
cometieron los Generales en ® PALOMINO LÓPEZ, MENA BRAVO y
SÁNCHEZ MORALES, por los siguientes hechos:

Sostuvo el Coronel ® PEDROZA SANDOVAL que el 28 de septiembre de


2012, ante la Junta Asesora de Generales y el Ministro de Defensa,
manifestó su inconformidad al no haber sido llamado a curso para el
grado de Brigadier General, pese a su excelente trayectoria
profesional, lo que “desató una persecución” en contra de él y su
familia “con excesivo uso de poder y autoridad, acoso laboral, etc.”.

A raíz de ese suceso el 1º de octubre de 2012, en ejercicio del derecho


de petición expuso su situación al otrora Ministro de Defensa, Juan
Carlos Pinzón Bueno, además de referirse a su hoja de vida y a las
razones por las que consideró debió ser elegido para el ascenso a
Brigadier General, empero, el 8 de octubre del mismo año, con
fundamento en dicho documento se inició en su contra acción
disciplinaria por “los términos en que se refiere a sus superiores y a la
institución”.

Afirmó que dos días después, esto es, el 3 de octubre de 2012,


mientras se encontraba disfrutando de sus vacaciones se le convocó a
una reunión en la oficina del General RODOLFO BAUTISTA PALOMINO
LÓPEZ, para entonces Subdirector de la Policía Nacional (E); a la que
también asistió el General CARLOS RAMIRO MENA BRAVO, Director
de la DIJIN, un psicólogo de la institución, su esposa Gloria Rocio
Vargas Pulgarín y su hija, Viviana Marcela Pedroza Vargas,
Subteniente adscrita a la DIJIN y, a la que no pudo llegar a tiempo su
hijo, Carlos Mario Pedroza Vargas, Alférez de la Escuela General
Santander, quien recibió orden directa de presentarse en dicho lugar.

Señaló que dicha convocatoria tenía como propósito presionarlo o


intimidarlo, a través de su familia para que desistiera de su derecho a

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reclamar sobre el ascenso, y evitar que el asunto trascendiera a los


medios de comunicación, máxime cuando pretendía denunciar
probables hechos corruptos relacionados con esas promociones y
“seguimientos ilegales” de los que venía siendo víctima desde el 2 de
octubre de 2012.

Amén a lo anterior, sindicó al General ® ÉDGAR SÁNCHEZ MORALES,


Director de la Escuela General Santander, el 4 de octubre de 2012, de
presionar a su hijo Carlos Mario Pedroza Vargas, para que asistiera a
la reunión con la finalidad de que lo convenciera de levantar las
reclamaciones contra la institución, por lo que tres días después el
Brigadier General le concedió 5 días de permiso 1, a efecto de que “le
ayudara a su padre a pensar mejor las cosas”.

Aseguró que tales retaliaciones se vieron reflejadas, el 11 de octubre


de 2012, cuando la Junta Asesora del Ministerio de Defensa en el Acta
No. 011 recomendó llamarlo a calificar servicios, de suerte que
mediante el Decreto 2543 de 23 de diciembre del mismo año, fue
retirado del servicio activo de la Policía Nacional. A lo que se suma que
su hijo luego de graduarse de oficial de la Escuela de Cadetes General
Santander, en el año 2013 fue trasladado al Departamento de Policía
del Amazonas.»

ANTECEDENTES PROCESALES

1. El 26 de febrero de 2019, la Sala Especial de


Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia precluyó
la indagación que se adelantaba contra los Generales (R) de
la Policía Nacional Rodolfo Bautista Palomino López, Carlos
Ramiro Mena Bravo y Édgar Sánchez Morales, por atipicidad
objetiva de los delitos de constreñimiento ilegal y abuso de
autoridad por acto arbitrario e injusto.

2. Interpuesto recurso de apelación en contra de la


anterior determinación por el apoderado de víctimas y la
Representante del Ministerio Público, en providencia CSJ

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Así lo mencionó la Fiscalía cuando elevo la solicitud, pero al contrastar los EMP, se
advierte que, el permiso al que se refiere, lo fue por 3 días.

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SP916-20202, del 18 de marzo de 2020, esta Corporación la


revocó.

3. Retomada la actuación por la Fiscalía General de la


Nación, el Fiscal Quinto Delegado ante la Corte Suprema de
Justicia, radicó solicitud de audiencia de preclusión el 13
de octubre de 2021.

Esa diligencia se cumplió los días 26 de enero y 22 de


marzo de 2022, ante la Sala Especial de Primera Instancia
de la Corte Suprema de Justicia.

En la última sesión se dio lectura al auto AEP 014-


2022 del 22 de febrero de 2022, por el cual se decidió
precluir la indagación que por los punibles de
constreñimiento ilegal y abuso de autoridad por acto
arbitrario e injusto, se adelantaba en contra de Generales
(R) de la Policía Nacional Rodolfo Bautista Palomino López,
Carlos Ramiro Mena Bravo y Édgar Sánchez Morales.

4. Dicha determinación, fue objeto de apelación por


uno de los apoderados de víctimas.

5. Concedido el recurso ante la Sala de Casación


Penal de esta Corporación, por providencia AP4078-2022,
del 7 de septiembre de 2022, declaró fundados los
impedimentos manifestados por los Magistrados Myriam
Ávila Roldán y Fernando León Bolaños Palacios.

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Rad. 55629

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DE LA SOLICITUD DE PRECLUSIÓN

La Fiscalía Quinta Delegada ante la Corte Suprema de


Justicia, solicitó la preclusión de la investigación al amparo
de la casual 1ª del artículo 332 del Código de Procedimiento
Penal, en concordancia con lo señalado en el artículo 82,
inciso 4º, del Código Penal.

En respaldo de ello, evocó los hechos denunciados por


el Coronel (R) Mario Aurelio Pedroza Sandoval, para
sostener que, si bien las acciones persecutorias pueden
ubicarse en diferentes fechas, así, iniciando el 1º de
octubre de 2012 y hasta el 8 de octubre de la misma
anualidad, todas ellas deben ser entendidas como un solo
suceso que culminó el 8 de ese mes, dada la unidad de
designio que las precedió.

Consecuente con ello, consideró que el último acto


que se habría ejecutado con el fin de obtener que el citado
Coronel cesara en sus reclamaciones públicas por ser
excluido del curso de ascenso a Brigadier General, se
remontaría al 8 de octubre de 2012, cuando se envió la
solicitud de investigación disciplinaria en su contra con
sustentó en la petición que él radicó exponiendo su
desacuerdo el 1º de ese mismo mes.

Sin que pueda, extenderse la acción penal, hasta el


momento en que se recomendó llamar al Coronel a calificar
servicios o el instante en que se produjo el retiro de la

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institución el 23 de diciembre de 2012, por cuanto, tales


actos obedecieron a terceros no involucrados en la presente
investigación.

De modo que, entendiéndose que los delitos de


constreñimiento ilegal (artículo 182 del Código Penal) y
abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto (canon 416
ejusdem) son de ejecución instantánea, el término
dispuesto en el artículo 83 del estatuto sustancial penal
para la extinción de la acción penal se configuró por ambas
conductas, el 7 de abril de 2020.

A esa conclusión llegó al verificar que, por el delito de


constreñimiento ilegal, el término de prescripción es de 7
años y 6 meses, ello, dado que la pena privativa de la
libertad, con el incremento de la Ley 890 de 2005, sería
entre 16 y 36 meses de prisión, lo cual, ajustado al límite
mínimo que dispone el artículo 83 ejusdem, arrojan 5 años,
mismos que se aumentan en la mitad, de acuerdo con lo
señalado en la Ley 1474 de 2011, debido a que la conducta
se habría ejecutado por un servidor público en ejercicio de
sus funciones.

Situación similar expuso respecto del comportamiento


de abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto, al tener
este delito sanción de multa; lo cual conlleva, a efectuar las
cuentas, siguiendo el mismo derrotero del inciso 1° del
artículo 83 del Código Penal, según el cual, el plazo de
prescripción no puede ser inferior a 5 años, periodo que

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también incremento en la mitad por la calidad de


servidores públicos de los denunciados.

De modo que, señaló, frente a los dos ilícitos, de forma


objetiva el referido lapso se cumplió el 7 de abril de 2020,
cuando las diligencias estaban en la secretaria común de la
Unidad de Fiscalías Delegadas ante la Corte Suprema de
Justicia, una vez fueron devueltas de esta Corporación
cuando se decidió el recurso de apelación contra el auto de
preclusión que inicialmente se había adoptado por
atipicidad de las conductas.

EL AUTO RECURRIDO

La Sala Especial de Primera Instancia de la Corte


Suprema de Justicia señaló que, entre otras causales
establecidas en el artículo 332 del Código de Procedimiento
Penal, la primera establece la imposibilidad de iniciar o
continuar con el ejercicio de la acción penal por haber
operado el fenómeno de la prescripción, como circunstancia
eminentemente objetiva.

Dicho instituto, explicó, se configura en un tiempo


igual al máximo de la pena privativa de la libertad prevista
para el delito investigado, sin que en ningún caso pueda
ser inferior de 5 años ni superior a 20, salvo que se trate de
los delitos enunciados de forma taxativa en el artículo 83
del Código Penal o, devenga un incremento especial, por
ejemplo, por la condición de servidor público en ejercicio de

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sus funciones; y se ve interrumpido por la formulación de


imputación para asuntos tramitados por la Ley 906 de
2004.

Posteriormente, reseñó los hechos expuestos por el


denunciante, y el contenido de los dos tipos penales
investigados, destacando sus características esenciales
para conducir su argumentación, al análisis de la causal de
preclusión incoada.

Frente a ella, inicialmente destacó que no le era dable


hacer valoraciones sobre las acciones que pudieron haber
desplegado los indiciados, sino constatar si, en efecto, se
extinguió la acción penal por prescripción en los términos
establecidos en los artículos 82 y 83 de la Ley 599 de 2000.

Punto frente al cual, en coincidencia con la parte


peticionaria, encontró que el término prescriptivo de cada
conducta era de 7 años y 6 meses, el cual no se vio
interrumpido, en tanto no se formuló imputación.

Acto seguido, se ocupó de los hechos jurídicamente


relevantes atribuidos a los indiciados y los ajustó a cada
una de los delitos denunciados. Así, frente al punible de
constreñimiento ilegal, destacó como situación fáctica, la
siguiente:

«i) 3 de octubre de 2012, correspondiente a la reunión en la


Dirección General de la Policía Nacional, a la que fueron
indebidamente convocados el denunciante Marco Aurelio

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Pedroza Sandoval y sus hijos Viviana Marcela y Carlos Mario


Pedroza Vargas, endilgados a los altos oficiales BAUTISTA
PALOMINO y CARLOS RAMIRO MESA BRAVO.

ii) 4 y 7 de octubre de 2012, que atañen a dos reuniones a


las que fue citado el Cadete Carlos Mario Pedroza Vargas, la
primera, para hablar del padre de este y advertirle las
consecuencias que traerían las denuncias, la segunda, a efecto
de persuadirlo con la misma finalidad y calmar los ánimos,
amén al permiso especial de 3 días, a efecto de convencerlo de
no hablar del tema con los medios, actos que se atribuyen al
General ÉDGAR SÁNCHEZ MORALES.»

Mientras que por el de abuso de autoridad por acto


arbitrario e injusto, sostuvo:

«i) 2 de octubre de 2012, en razón a los supuestos


seguimientos ilegales efectuados por un vehículo automotor y
una moto en el entorno de la residencia del quejoso.

ii) 3 de octubre de 2012, relacionado con la orden al Coronel


Pedroza Sandoval de practicarse unos exámenes de rutina en el
Hospital Central de la institución y, la revisión de la comisión
que le fue otorgada en Francia en vista a su conducta
insubordinada frente a la Junta.

iii) 8 de octubre de 2012, en atención a la orden de investigar


disciplinariamente al denunciante, por las observaciones que
hizo en el derecho de petición que presentó. Tanto este acto,
como los anteriores se atribuyen al General RODOLFO
PALOMINO LÓPEZ, para entonces Director de Seguridad
Ciudadana.»

Para señalar que se estaba frente a delitos de


ejecución instantánea, donde se verifica una pluralidad de
actos prolongados en el tiempo con unidad de designio o
acción, en cuyo marco, el momento de consumación se
determina, como ocurre con los delitos continuados, con el

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último acto realizado por los indiciados, es decir, el


ejecutado el 8 de octubre de 2012.
Anotó la Sala Especial que las acciones que
presuntamente desplegaron los indiciados con
posterioridad al 28 de septiembre de 2012, habrían
trascurrido desde el 2 de octubre de esa anualidad, cuando
se dispuso, supuestamente, adelantar seguimientos en
contra del denunciante, hasta el 8 de octubre siguiente,
con la compulsa de copias disciplinarias contra el Coronel
(R) Pedroza, incluyéndose en ese periodo los actos del 3, 4
y 7 del mismo mes, referidos a las convocatorias tanto al
Coronel Pedroza Sandoval como a su familia, el permiso
concedido a su descendiente para que persuadiera a su
padre de no seguir con su denuncia y la remisión del
afectado para la práctica obligada de exámenes médicos.

Identificándose en todos estos acontecimientos, una


única finalidad, esto es, según la denuncia, la de presionar
al Coronel (R) Mario Aurelio Pedroza Sandoval o
convencerlo de admitir el resultado del proceso de selección
para el curso de ascenso a Brigadier General y evitar que
continuara haciendo públicas reclamaciones por posibles
actos de corrupción en dicho proceso, so pena de posibles
retaliaciones.

Contexto que, llevaba así a concluir que, si el último


acto acaeció el 8 de octubre de 2012, los 7 años y 6 meses
se vencieron el 7 de abril de 2020.

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Agregó que, si bien se podría tener por configurada la


causal de agravación descrita en el artículo 183, numeral
3, del Código Penal, esto es, «cuando el agente abuse de la
superioridad docente, laboral o similar», que permite el
aumento de pena hasta la mitad, aun en ese caso, la acción
penal estaría prescrita deviniendo por ello su
intrascendencia.

Y no se ocupó de la alegación del apoderado de


víctimas, según la cual, los hechos de persecución contra el
Coronel Pedroza Sandoval y su familiar, no terminaron ni
siquiera el 10 de diciembre de 2012, cuando fue retirado
del servicio, sino que se han desarrollado a lo largo de los
años 2013, 2014, 2015 y 2016, porque aquellos no fueron
enrostrados por la Fiscalía en su solicitud preclusiva, lo
que le impide pronunciarse sobre aquellos.

EL RECURSO

El representante judicial de las víctimas, sustento su


inconformidad, en que, los hechos denunciados no
culminaron en la fecha referida en la decisión, por cuanto,
deben integrarse sucesos posteriores a aquellos y sus
efectos en el tiempo.

En tal senda, alegó la no consideración como hechos


relevantes (i) la negativa a la vinculación al Club de
Oficiales de la Policía Nacional al Coronel (R) Pedroza
Vargas, (ii) la desvinculación como oficial activo de la

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institución y, (iii) el proceso disciplinario que en su contra


se adelantó y culminó con decisión absolutoria de la
Procuraduría General de la Nación del 24 de junio de 2015.

Solicitando por las dos primeras situaciones, la


consideración de los delitos como de ejecución permanente
al persistir sus efectos y, frente al último, que solo cesó con
la culminación de la investigación.

Acotó que la Sala de Casación Penal, al conocer de la


anterior petición de preclusión, consideró tales supuestos
fácticos ante la petición que en su momento hiciera la
delegada del Ministerio Público y ordenó continuar las
actividades investigativas al observar deficiencias en tal
labor, incluyendo que el ente investigador no se interesó en
escuchar al directo afectado.

Consecuente con lo anterior, solicitó la revocatoria de


la providencia adoptada.

NO RECURRENTES

1. La delegada de la Fiscalía General de la Nación


solicitó mantener la preclusión de la investigación,
haciendo eco en que, de forma expresa descartó como
hechos con trascendencia jurídica los aludidos por el
recurrente, al no existir nexo causal con acciones de los
denunciados.

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Refirió que como lo explicó al sustentar su solicitud de


preclusión, la no admisión del Coronel (R) Mario Aurelio
Pedroza Sandoval al Club de Oficiales de la Policía
Nacional, su desvinculación del servicio activo y el trámite
del proceso disciplinario, no son actos imputables a los
indiciados, así porque, los dos primeros responden a
acciones de órganos colectivos en los que no participaron
los denunciados y, el tercero, corresponde a la actuación
seguida por una autoridad ajena a la institución policial,
por lo cual, insiste, solo podía considerarse en punto a esta
actuación, como último acto atribuido a los implicados, la
compulsa de copias efectuada el 8 de octubre de 2012.

Por ello, asume que la posición del apelante es


meramente especulativa y no tiene suficiencia para
descartar el análisis de la Sala Especial de Primera
Instancia.

2. El apoderado de la Policía Nacional.

Mostró su conformidad con los argumentos de la


decisión refutada y destacó que los actos que reprocha el
censor, son los mismos que ha llevado al conocimiento de
la jurisdicción contenciosa administrativa. En esa línea,
informó que frente al retiro del Coronel, esa jurisdicción
determinó la legalidad del procedimiento y, por el rechazo
de la afiliación a Club, la actuación está en curso.

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Finalmente, agregó que los sucesos enunciados en el


recurso no tienen un vínculo con acciones desplegadas por
los implicados.
3. Ministerio Público.

Aun cuando interviene como no recurrente, decidió


coadyuvar el recurso del apoderado de la víctima, con el fin
de que se revisen sus argumentos en garantía de los
derechos que le asisten.

En tal senda, sostuvo que la preclusión como acto que


termina el proceso con efectos de cosa juzgada, debe ser
cuidadosamente analizada, incluso, examinando el análisis
que hizo la Sala de Casación al negar una petición de
preclusión en otrora oportunidad y si es del caso,
verificando la adecuación jurídica que de los hechos hizo la
fiscalía, en la medida que, en su exposición no explicó la
selección de tipos penales subsidiarios (sentencia CC C464-
2014) sobre delitos principales, como, por ejemplo, el delito
de violencia contra servidor público.

Conforme con lo anterior, indicó que dada importancia


de la preclusión, la judicatura debe hacer un control
material a la solicitud, ante los efectos que emana en los
derechos de las víctimas, de modo que el proceso debe
estar rodeado de las mayores garantías.

4. El defensor del General (R) de la Policía Nacional


Rodolfo Bautista Palomino López.

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Acompañó la petición de la Fiscalía, e hizo ver que esta


determinación preclusiva tiene como antecedente otra en la
que se demandó la misma figura por atipicidad de la
conducta, luego de una actividad investigativa suficiente y
rigurosa.

Invocó que ninguna relevancia penal tienen los sucesos


alegados por el recurrente y menos, se acreditó en ellos,
vínculo de los indagados en la adopción de las
determinaciones enunciadas, dado que tienen su origen en
terceros e, incluso, órganos colectivos sin relación de
dependencia de los implicados.

Igualmente, llamó la atención frente a las deficiencias


investigativas que la víctima enuncia, dado que dicho
interviniente estaba en la capacidad de aportar elementos de
prueba a fin de hacer variar el criterio que se estaba
construyendo.

5. El General (R) de la Policía Nacional Rodolfo Bautista


Palomino López.

Simplemente refirió que las decisiones censuradas por


el apelante, estas son, las relacionadas con su admisión al
Club de Oficiales y retiro del servicio activo, obedecen a un
marco normativo e institucional especial, respecto del cual,
no tenía capacidad para interferir.

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6. El defensor del General (R) Carlos Ramiro Mena


Bravo.

De manera principal abogó por la declaratoria de


desierto del recurso de apelación, conforme con el artículo
179A del Código de Procedimiento Penal, al estimar que no
se controvirtieron los argumentos de la Sala Especial de
Primera Instancia, sino que se antepusieron planteamientos
de índole personal.

Subsidiariamente, reclamó la falta de aptitud de la


alzada, al desconocer que en las medidas que reprocha no
intervinieron los indiciados.

Y concluye, que no es oportuno analizar una nueva


denominación típica como lo sugiere el representante del
Ministerio Público.

7. El General (R) Carlos Ramiro Mena Bravo.

Coadyuvó la intervención de su apoderado.

8. Defensor del General (R) Édgar Sánchez Morales.

Acogió el planteamiento del abogado antecesor frente a


la indebida sustentación del recurso de apelación y,
descartó, la postura del Delegado de la Procuraduría de la
Nación, debido a que si no se mostraba de acuerdo con la

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determinación de preclusión, debió promover la alzada de


forma directa.

Superado ello, hizo mención a que, como bien se


destaca en el auto objetado, a la Corte, en su Sala Especial
de Primera Instancia, únicamente le correspondía el análisis
de los hechos jurídicamente presentados por la Fiscalía
como marco factual de su solicitud.

Al igual que destaca la naturaleza del derecho penal


como ultima ratio, dado que entender, como lo hace el
recurrente, que toda desavenencia con acciones de
servidores públicos debe ser desatada por la vía penal,
extralimita su marco de acción y desquicia el sistema, lo que
se hace más evidente, cuando por similares hechos se han
presentado acciones ante la jurisdicción contenciosa
administrativa.

VI. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

1. Competencia

1.1. La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema


de Justicia es competente para resolver los recursos de
apelación interpuestos contra las decisiones que profiera la
Sala Especial de Primera Instancia de esta Corporación,
conforme a lo establecido en el numeral 6º del artículo 235
de la Constitución Política, como ocurre en este caso,
donde se recurre la decisión por la cual se dispuso la

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preclusión de la indagación seguida en contra de los


Generales (R) de la Policía Nacional Rodolfo Bautista
Palomino López, Carlos Ramiro Mena Bravo y Édgar Sánchez
Morales.

Alzada que se resolverá, no obstante el pedido de los


defensores de los Generales (R) Carlos Ramiro Mena Bravo y
Édgar Sánchez Morales, quienes apuntan a que se declare
desierto por indebida sustentación, en la medida que, esta
Colegiatura ha venido considerando que dicha carga está
desprovista de fórmulas sacramentales o solemnidades, en
cualquiera de sus modalidades, sea oral o escrita.

Y por ello, basta con que el recurrente presente los


fundamentos de hecho y derecho, si se quiere, de manera
breve y sencilla, pero clara, por los cuales se muestra
inconforme con la decisión. En ese sentido, se ha
explicado:

«uniformar el discurso, reclamando del recurrente una específica


técnica o el seguimiento estricto de líneas argumentales.

Pero, cuando menos, para que se entienda una verdadera


controversia, al apelante le corre la obligación de señalar en
concreto las razones del disenso con lo decidido, para cuyo efecto,
huelga anotar, el objeto sobre el cual debe recaer su discurso no
puede ser otro diferente a la providencia misma.

No sobra recordar, en este sentido, que independientemente de la


mayor o menor formación jurídica del apelante, lo exigido es
establecer con claridad, a través de la correspondiente exposición
de premisas fácticas y jurídicas, una mejor solución a la

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planteada por el funcionario, o determinar el yerro en el que


incurrió este»3.

Bajo esa perspectiva, la Sala considera que el


apoderado de víctimas manifestó su desacuerdo con la
contabilización del término prescriptivo, al asumir, desde
su posición, que el mismo debe realizarse desde otros
puntuales sucesos que puede ver extendida la ejecución de
las conductas penales atribuidas, y no, como lo entiende la
Sala, desde el 8 de octubre de 2012; aspecto tratado en el
auto impugnado y por el cual expresa su desacuerdo.

En consecuencia, como el recurrente expuso de


manera comprensible los motivos de inconformidad, la
pretensión de los no recurrentes relativa a que se declare
desierto el recurso de apelación, no está llamada a
prosperar.

2. De la preclusión de la investigación

El artículo 250 de la Constitución Política prevé que la


Fiscalía General de la Nación está obligada a adelantar el
ejercicio de la acción penal y realizar la investigación de los
hechos que revistan las características de delito, conocidos
a través de denuncia, petición especial, querella o de oficio,
siempre y cuando medien suficientes motivos y
circunstancias fácticas que indiquen la posible existencia
del mismo. De otra parte, la Ley 906 de 2004 prevé que

3
CSJ AP, 15 feb. 2017, rad. 49479; CSJ SP, 20 mar. 2019, rad. 50396; CSJ AP, 12
may. 2021, rad. 58193, reiterada en CSJ SP3641-2022, Rad. 57869

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cuando la Fiscalía no encuentre mérito para acusar, podrá


pedir ante al juez de conocimiento la preclusión de la
investigación, de conformidad con las causales
taxativamente señaladas en la ley.

Los artículos 331 y 332 prevén dos oportunidades


para realizar tal solicitud: (i) en los periodos de indagación
o investigación, únicamente el representante del ente
acusador está facultado para solicitar al juez de
conocimiento la preclusión de la investigación por
cualquiera de las causales previstas en la referida norma. Y
(ii) en la etapa de juzgamiento, la petición puede ser elevada
por la Fiscalía, el Ministerio Público y el defensor, pero sólo
cuando se trate de las causales previstas en los numerales
1° y 3° del artículo 332 de la Ley 906 de 2004.

Concretamente, el artículo 331 de la Ley 906 de 2004,


dispone que “en cualquier momento, el fiscal solicitará al
juez de conocimiento la preclusión, si no existiere mérito
para acusar”. Entendiendo, entonces, que esa posibilidad se
extiende a la fase de indagación, como quiera que a partir de
la Sentencia C-591 de 2005 proferida por la Corte
Constitucional, se declaró inexequible la frase «a partir de la
formulación de imputación».

Por su parte, el artículo 332 ibídem, señala las


causales que permiten la preclusión de la investigación:

1. Imposibilidad de iniciar o continuar el ejercicio de la acción


penal.

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N.I.: 61277
Segunda Instancia
Rodolfo Bautista Palomino López y otros

2. Existencia de una causal que excluya la responsabilidad, de


acuerdo con el Código Penal.

3. Inexistencia del hecho investigado.

4. Atipicidad del hecho investigado.

5. Ausencia de intervención del imputado en el hecho investigado.

6. Imposibilidad de desvirtuar la presunción de inocencia.

7. Vencimiento del término máximo previsto en el inciso segundo


del artículo 294 de este código.

PARÁGRAFO. Durante el juzgamiento, de sobrevenir las causales


contempladas en los numerales 1 y 3, el fiscal, el Ministerio
Público o la defensa, podrán solicitar al juez de conocimiento la
preclusión.

Cabe anotar que una decisión de ese tenor sólo es


posible cuando la investigación se ha adelantado con la
acuciosidad y rigor que demanda el esclarecimiento de la
verdad de lo ocurrido, cometido para el cual la Fiscalía
deberá actuar con apego al principio de objetividad
contemplado en el artículo 115 del ordenamiento
procedimental penal.

Lo anterior para significar que la preclusión de la


investigación solamente procede cuando la causal invocada
se encuentra debidamente demostrada.

3. De la prescripción de la acción penal

Frente a la causal contenida en el numeral 1° del


canon 332 de la Ley 906 de 2004, esta Corporación ha
determinado lo siguiente:

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Rodolfo Bautista Palomino López y otros

[…] “1. Imposibilidad de iniciar o continuar el ejercicio de la


acción penal”.

Dicha causal se refiere a los eventos donde concurre alguno de


los supuestos fácticos de extinción de la acción, pues son ellos
los que impiden el ejercicio de la potestad punitiva del Estado.
Por tanto, ese preceptivo remite a los artículos 77 de la Ley 906
de 2004 y 82 del Código Penal por tratarse de las normas que
establecen los motivos por los cuales, en un evento particular,
fenece el ius puniendi.4

En ese orden, la referida causal tiene como eje


fundamental la determinación de una circunstancia que
impida al Estado continuar con la pretensión punitiva, y de
contera, exonera al sujeto pasivo de la acción, de sufrir la
imposición de una sanción, al tener efectos de cosa juzgada.

Ahora, algunas de esas circunstancias se encuentran


enlistadas en los artículos 77 de la Ley 906 y 82 de la Ley
599 de 2000, al determinar las causales de extinción de la
acción penal.

El primero de aquellos, señala:

«ARTÍCULO 77. EXTINCIÓN. La acción penal se extingue por


muerte del imputado o acusado, prescripción, aplicación del
principio de oportunidad, amnistía, oblación, caducidad de la
querella, desistimiento, y en los demás casos contemplados por la
ley.»

Mientras el segundo:

«ARTÍCULO 82. EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. Son causales


de extinción de la acción penal:

4
CSJ, AP oct. 17 2012, rad. 39679, regla reiterada en CSJ AP5478-2017, rad.
49378; CSJ AP2737-2018, rad. 51888.

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1. La muerte del procesado.


2. El desistimiento.
3. La amnistía propia.
4. La prescripción.
5. La oblación.
6. El pago en los casos previstos en la ley.
7. La indemnización integral en los casos previstos en la ley.
8. La retractación en los casos previstos en la ley.
9. Las demás que consagre la ley.»

Como se ve, en ambos preceptos, una de las formas de


extinción de la acción penal es su prescripción, la que, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 83 del Código Penal,
durante la etapa de indagación, acaece en un tiempo igual
al máximo de la pena establecida en la ley para el delito
endilgado, sin que dicho término pueda, en ningún caso,
ser inferior a 5 años y su límite superior, exceder, en
principio, de 20 años, a excepción de las conductas
punibles de desaparición forzada, tortura, homicidio de
miembro de una organización sindical, homicidio de
defensor de Derechos Humanos, homicidio de periodista o
desplazamiento forzado que será de 30 años 5, o para los
delitos de genocidio, lesa humanidad y crímenes de guerra 6,
conductas contra la libertad, integridad y formación
sexuales, incesto u homicidio agravado del artículo 103A
del Código Penal, cometidos contra niños, niñas y
adolescentes, que serán imprescriptibles7.

Asimismo, ese plazo se ve incrementado en la mitad,


al servidor público que en ejercicio de sus funciones o con
5
Código Penal, articulo 83, inciso 2.
6
Código Penal, articulo 83, inciso 2.
7
Código Penal, articulo 83, inciso 3.

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ocasión de ellas, cometa o participe en una conducta


punible, acorde con lo señalado en el inciso 6, del canon 83
del estatuto sustancial, que indica:

«Artículo 838. TÉRMINO DE PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. La


acción penal prescribirá en un tiempo igual al máximo de la pena
fijada en la ley, si fuere privativa de la libertad, pero en ningún caso
será inferior a cinco (5) años, ni excederá de veinte (20), salvo lo
dispuesto en el inciso siguiente de este artículo.
(…)
Al servidor público que en ejercicio de las funciones de su cargo o con
ocasión de ellas realice una conducta punible o participe en ella, el
término de prescripción se aumentará en la mitad. Lo anterior se
aplicará también en relación con los particulares que ejerzan funciones
públicas en forma permanente o transitoria y de quienes obren como
agentes retenedores o recaudadores.»

Ahora, el artículo 182 del Código Penal, establece


como pena de prisión para el delito de constreñimiento
ilegal, de 16 a 36 meses9, lo cual significa que, en principio,
la acción penal prescribe en el término de 5 años.

Ese lapso, en lo que interesa al presente asunto, debe


incrementarse según el derrotero fijado en el inciso 6 del
canon 83 trascrito, en 2 años y 6 meses, debido a que los
indagados en esta actuación, Generales en su momento de
la Policía Nacional, se le sindica de haber cometido la
referida conducta en ejercicio de funciones como miembros
de esa institución; lo que arroja un total de 7 años y 6
meses, tiempo que, de verificarse, impide continuar con el
ejercicio de la acción penal.
8
Texto original de la Ley 599 de 2000, adicionado por la Ley 1564 de 2007,
parcialmente modificada por la Ley 1309 de 2009, la Ley 1426 de 2010 y la Ley
1474 de 2011, última que entró a regir el 12 de julio de ese año, fecha en la cual fue
promulgada en el Diario Oficial n° 48.128.
9
Penas aumentadas por el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de
enero de 2005.

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Segunda Instancia
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De forma similar se puede contabilizar el término


prescriptivo de la acción penal para el comportamiento
punible de abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto 10,
debido a que, su pena principal es de multa, luego
aplicando las ecuaciones realizadas anteriormente, la
acción por este ilícito prescribe, durante la investigación, en
7 años y 6 meses.
Plazo que de acuerdo con el artículo 84 del Código
Penal, tratándose de conductas de ejecución instantánea,
comienza a correr desde el día de su consumación.

4. De los elementos de las conductas descritas en


los cánones 182 y 416 del Código Penal.

4.1. Del constreñimiento ilegal.

El artículo 182 del Código Penal tipifica el delito de


constreñimiento ilegal, así: «El que, fuera de los casos
especialmente previstos como delito, constriña a otro a
hacer, tolerar u omitir alguna cosa, incurrirá en prisión…».

La Corte ha dicho que constreñir es «obligar, compeler


o forzar a alguien para que haga algo. Es ejercitar con
violencia o amenazas presión sobre una persona alterando
el proceso de formación de su voluntad, sin eliminarla,

10
ARTÍCULO 416. ABUSO DE AUTORIDAD POR ACTO ARBITRARIO E INJUSTO. El
Servidor público que fuera de los casos especialmente previstos como conductas
punibles, con ocasión de sus funciones o excediéndose en el ejercicio de ellas,
cometa acto arbitrario e injusto, incurrirá en multa y pérdida del empleo o cargo
público.

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determinándola a hacer u omitir una acción distinta a la que


hubiese realizado en condiciones diversas» (CSJ SP7830-
2017, Rad. 46165; CSJ SP14623-2014, Rad. 34282; CSJ
SP621-2018, Rad. 51482).

Entonces, el constreñimiento tiene lugar por el uso de


medios coactivos que subyuguen el consentimiento del
sujeto pasivo, o con el uso de amenazas que intimiden a
alguien con el anuncio de la provocación de un daño o mal
futuro, que, en todo caso, no deba soportar11.
Así ha sido decantado la Corte:

“El constreñimiento ilegal aplicado sobre una persona con el


propósito de obtener provecho ilícito para sí o para un tercero,
exige ese propósito definido, con capacidad de doblegar la
voluntad de quien lo padece, hasta llevarlo a tolerar u omitir
aquello que para el sujeto activo se traduce en un provecho, a
condición de que ese provecho o utilidad sea de estirpe distinta
a la económica; puesto que la consagración de esta conducta
punible protege esencialmente la autonomía personal, según la
ubicación de este tipo en el Código Penal.

La norma sustancial que consagra el constreñimiento ilegal


contempla la acción a constreñir, esto es, de obligar o compeler
al sujeto pasivo por cualquier medio que esté al alcance del
autor, cuyo propósito consistirá en alcanzar un provecho ilícito
para sí o para un tercero”.12

Así mismo este ilícito se clasifica como un delito (i) de


mera conducta, debido a que no requiere un resultado, (ii)
de lesión, por cuanto exige el menoscabo efectivo de los
bienes jurídicos tutelados, en este caso, la libre
autodeterminación del sujeto, (iii) de tipo subsidiario, en

11
Cfr. CSJ AP911-2019, Rad. 53159.
12
CSJ SP, 25 may. 2005, rad. 17666

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cuanto solo será reprimido con la consecuencia punitiva


fijada para él en la ley, siempre que la conducta no
constituya delito sancionado con pena mayor y (iv) de
ejecución instantánea, esto es, que en principio, se inicia,
realiza y consuma en una acción que abarca un solo
momento y ocurre en un único lugar.

Ahora, esta última característica, no impide que se


acuda al concepto de unidad de acción o unidad de
conducta, que remite a la realización de comportamientos
con un «dolo unitario, no renovado, con un planteamiento único
que implica la unidad de resolución y de propósito criminal, es
decir, un dolo global o de conjunto como consecuencia de la
unidad de intención…» (CSJ AP, 20 feb. 2008, rad. 28880).

Sobre esta noción, ha explicado la Sala:

«Al respecto se debe indicar que la causalidad como ejercicio


para explicar los comportamientos humanos, concibió la acción
como una transformación del mundo exterior perceptible
sensorialmente. Bajo esa idea, hoy superada, cada acto se
consideraba desde el punto de vista naturalístico como una
conducta autónoma que se valoraba independientemente. En ese
giro, la unidad de acción de varios actos que conforman una sola
conducta era vista como una ficción y no como realidad.

La unidad de designio, muy afín con el concepto de finalidad,


permitió modular esa corriente, abriendo espacio a conceptos
como el de unidad de acción, según el cual, varios actos ideados
y ejecutados con el mismo propósito bajo la identidad de tipo
penal, conforman una única conducta penal; y al contrario, un
solo acto puede implicar la lesión de varios bienes jurídicos e
involucrar la comisión de varios delitos. Eso demuestra que la
expresión óntica de la conducta es un elemento, pero no el único
ni el definitivo, para definir cuándo se está frente a una sola

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conducta y cuándo frente a varios comportamientos típicos.

En esta línea, aceptada la idea que el concepto de unidad de


acción es un criterio valorativo, la reflexión gira en torno a los
elementos que lo configuran. Según ese punto de partida, la
unidad de acción requiere de (i) Un componente subjetivo
identificable por la finalidad, (ii) el despliegue de pluralidad de
comportamientos de acción u omisión y (iii) la identidad del tipo
penal afectado con los tales actos, lo cual supone un
enjuiciamiento normativo social jurídico en razón de los tipos
penales.13

13
Cfr. SP del 25 de enero de 2017, rad. 47.586 y SP del 8 febrero de 2017, rad.
46.893, y doctrina, Velásquez Velásquez, Fernando, Derecho Penal General, pág.
986.

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En este lenguaje con claro acento valorativo, se ha indicado


también como presupuesto de la unidad de acción, que la
infracción del bien jurídico mediante la múltiple repetición del
tipo penal, experimente solo un aumento cuantitativo (injusto
unitario) y que el hecho descanse sobre una situación
motivacional unitaria (culpabilidad unitaria) 14» (CSJ SP049-
2021, Rad. 54646)

Figura a la cual la Corte, ha acudido en algunas


ocasiones, para sancionar un único injusto a partir del
contexto fáctico dilucidado, de modo que, a pesar de que se
pueden identificar multiplicidad de actos, si se verifica que
todos ellos se desarrollaron en una relación inescindible
bajo un único propósito se tendrá una única conducta a
reprobar, así, por ejemplo, ha ocurrido en casos de delitos
de prevaricato por acción (SP20073-2017, 41198),
enriquecimiento ilícito (CSJ SP, 27 Sep. 2012, Rad. 37322)
y violencia intrafamiliar (CSJ SP3274-2020, Rad. 50587).

En tal línea, solo a modo ilustrativo, tratándose del


delito de prevaricato por acción, se dijo:

«Así, en el proceso CSJ AP, 25 nov. 2015 rad. 46934, por


ejemplo, la Corte estudió un caso de prevaricato por acción en el
que se dio aplicación al concepto de unidad de conducta o de
acción. Allí se dijo que, al margen de que en estricto sentido la
jurisprudencia aceptaba su aplicación cuando se trataba de
delitos cometidos en contra del patrimonio económico y en los
delitos continuados, la existencia de una unidad de delito «no
opera [de manera] apenas teleológica, esto es, porque se tenga
una idea criminal general y ella abarque todas las conductas
(…), sino en virtud de que pese a poder diferenciarse como
efectivamente delictuosa cada conducta individualizada, todas
ellas se atan por ocasión del querer criminal común o inicial».
14
Cfr. Jescheck Hans Heinrich, Tomas Weigend. Tratado de derecho Penal, Parte
General, Pag 768

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De ahí que a partir de dicho criterio jurisprudencial, en un


asunto en el que la defensa alegaba la existencia de una unidad
de conducta en relación con la sentencia de tutela y los autos
proferidos en el curso del incidente de desacato señalados como
manifiestamente contrarios a la ley, la Sala advirtió que, en los
casos en que existen varias decisiones que se tildan de
prevaricadoras, en cuanto a su comprensión como una unidad,
será necesario el análisis de cada una para determinar en ellas
los componentes de tipicidad objetiva y subjetiva, pues dicho
delito se considera dogmáticamente como de ejecución
instantánea (CSJ SP, 13 jun. 2018, rad. 52321).

Pero el estudio de unidad de conducta para punibles de


ejecución instantánea como el prevaricato por acción no ha sido
solo recientemente. En providencia CSJ SP, 6 mar. 2003, rad.
18021, sustentada en la tesis de la unidad de acción
desarrollada desde esa época15, esta Corporación analizó un
concurso de prevaricatos por acción atribuidos a un juez laboral
por el conocido desfalco a FOLCONPUERTOS dentro de tres
procesos laborales independientes.

En esa oportunidad se advirtió que, pese a que en cada proceso


laboral el funcionario emitió varios autos ilegales infringiendo
diversas disposiciones del procedimiento laboral, no hay lugar
para deducir un delito de prevaricato por cada norma
trasgredida, «por cuanto se advierte que hacen parte de un
contexto de acción más amplio, encaminado a crear ilícitamente
un título ejecutivo a cargo de un ente oficial». Por tanto, se
concluyó que cada irregularidad, cada ilicitud recorrida en la
dinámica establecida con el propósito de elaborar un proceso
que le diera sustento formal a la determinación perseguida, está
integrada en una sola acción prevaricadora.

Ahora, en relación con el concepto y requisitos del delito


continuado, pertinente la ya invocada decisión CSJ AP, 20 feb.
2008, rad. 28880, en la que la Sala precisó:

El legislador considera la existencia de un solo delito cuando


un mismo sujeto dentro de un propósito único comete

15
CSJ SP, 15 nov. 2000, rad. 14815.

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sucesivamente varias infracciones entre las cuales existe


homogeneidad.

De tal manera, el delito continuado es aquel en el que se


produce una pluralidad de acciones u omisiones de hechos
típicos diferenciados que no precisan ser singularizados en
su exacta dimensión, las cuales se desarrollan con un dolo
unitario, no renovado, con un planteamiento único que
implica la unidad de resolución y de propósito criminal, es
decir, un dolo global o de conjunto como consecuencia de la
unidad de intención, y que fácticamente se caracterizan por
la homogeneidad del modus operandi en las diversas
acciones, lo que significa la uniformidad entre las técnicas
operativas desplegadas o las modalidades delictivas
puestas a la contribución del fin ilícito, siendo preciso una
homogeneidad normativa, lo que impone que la continuidad
delictiva requiera que el autor conculque preceptos penales
iguales o semejantes, que tengan como substrato la misma
norma y que ésta tutele el mismo bien jurídico; y se exige la
identidad de sujeto activo en tanto que el dolo unitario
requiere un mismo portador.
(…)
Para que exista delito continuado no basta con la pluralidad
de acciones u omisiones que infrinjan el mismo precepto
penal o preceptos de igual o semejante naturaleza, sino que
es imprescindible el dolo unitario, ya que éste es el que
permite reconducir la pluralidad a la unidad. Por tanto, sin
este dolo específico, que se debe analizar en cada caso
concreto con suma atención, no existe delito continuado sino
que se está en presencia de alguna de las diferentes clases
de concurso. (Subrayado fuera de texto)

Y aunque el delito de prevaricato por acción se consuma cuando


el servidor público profiere la decisión contraria a derecho, esta
Corporación ha precisado que de ninguna manera los institutos o
fenómenos del delito de ejecución instantánea y el delito
continuado son antinómicos o se repelen, vale decir, el que la
ilicitud se repute de inmediata consumación, no obsta para que
pueda asumirse materializado, en un caso concreto, un delito
continuado respecto de esa misma conducta típica.»

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Conforme con lo dicho, se tiene que, incluso


tratándose de delitos de ejecución instantánea, la Corte ha
admitido que puede acudirse al concepto de unidad de
conducta. En tal sentido, reflexionó la Sala:

«Sin embargo, en la decisión CSJ SP, 9 mar. 2016, rad. 39464,


se dijo que en los delitos de ejecución instantánea se puede
acudir al concepto de unidad de conducta, cuando los mismos se
realizan «mediante actos diversos prolongados en el tiempo», a
efectos de determinar «cuándo opera su consumación y de ahí el
momento a partir del cual empieza a correr el término de
prescripción de la acción penal (…), pues es claro que, frente a
tal supuesto, tendría la connotación de un verdadero delito
continuado».

(…) Esto, por cuanto el llamado delito continuado, instituido en


su forma de punición por el parágrafo del artículo 31 del C.P.,
corresponde a una ficción jurídica que busca delimitar en un solo
objeto de persecución penal lo que ontológicamente corresponde
a varias y separables ejecuciones punibles que se ligan, en
calidad de factor común aglutinante, por el propósito que desde
el inicio animó al autor (CSJ AP, 28 may. 2014, rad. 43803).»
(CSJ SP467-2020, Rad. 55368)

4.2. Del delito de abuso de autoridad por acto


arbitrario e injusto

Describe el artículo 416 del Código Penal:

«ARTÍCULO 416. ABUSO DE AUTORIDAD POR ACTO


ARBITRARIO E INJUSTO. El Servidor público que fuera de los
casos especialmente previstos como conductas punibles, con
ocasión de sus funciones o excediéndose en el ejercicio de ellas,
cometa acto arbitrario e injusto, incurrirá en multa y pérdida del
empleo o cargo público.»

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Tal y como lo explicara esta Sala, al conocer la


anterior petición de preclusión16, el delito en comento se
determina por la concurrencia de los siguientes elementos:
(i) un sujeto activo calificado -servidor público-; (ii) el titular
del bien jurídico es la administración pública; (iii) el objeto
jurídico protege el normal funcionamiento y desarrollo de la
administración pública, la cual es perturbada en su
componente de legalidad; (iv) el objeto material puede ser
real o personal, atendiendo si la acción recae en una cosa o
persona, y fenomenológico si se vincula con un acto
jurídico; y, (v) la conducta consiste en cometer un acto
arbitrario e injusto de manera acumulativa y no alternativa
[como antes se requería]. (CSJ AP 11 Sep. 2013, rad. 41297;

CSJ SP 12 nov. 2014, rad. 40458; CSJ AP368-2018, rad.


51049).

Este último puede ser jurídico o material en atención


a que, de una parte, puede comprender la manifestación de
la voluntad de un servidor público con alcance jurídico; y,
de otra, expresar un hecho material.

El término «arbitrario» es aquello realizado sin sustento


en un marco legal, en el cual la voluntad del servidor se
sobrepone al deber de actuar conforme a derecho. Lo
injusto es lo que va directamente contra la ley y la razón.
(CSJ AP 11 Sep. 2013, rad. 41297; CSJ SP 12 nov. 2014,
rad. 40458; CSJ AP368-2018, rad. 51049).

16
CSJ AP916-2020, Rad. 55629

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En esa línea, la Sala ha definido el acto arbitrario


como:

[…] el realizado por el servidor público haciendo prevalecer su


propia voluntad sobre la de la ley con el fin de procurar objetivos
personales y no el interés público, el cual se manifiesta como
extralimitación de las facultades o el desvío de su ejercicio hacia
propósitos distintos a los previstos en la ley. Y, la injusticia,
como la disconformidad entre los efectos producidos por el acto
oficial y los que debió causar de haberse ejecutado con arreglo al
orden jurídico. La injusticia debe buscarse en la afectación
ocasionada en el acto caprichoso. (CSJ AP 11 Sep. 2013,
rad. 41297; CSJ SP 12 nov. 2014, rad. 40458; CSJ
AP368-2018, rad. 51049).

El tipo penal exige la concurrencia de un elemento


normativo, es decir, la acción debe realizarse con motivo de
las funciones o excediéndose en el ejercicio de ellas, pues
los conceptos de arbitrariedad e injusticia no tienen sentido
sino dentro del ejercicio de la función pública. (CSJ AP 11
Sep. 2013, rad. 41297; CSJ SP 12 nov. 2014, rad. 40458;
CSJ AP368-2018, rad. 51049).

Ahora, al igual que el anterior delito, también se


puede clasificar como de lesión, subsidiario y conducta
instantánea, de allí que, para no tornarse repetitiva la Sala,
baste decir que se aplican los mismos considerandos frente
a la unidad de acción previamente explicados.

4. Del caso concreto.

Para la resolución del presente asunto, necesario es


tener en cuenta los hechos reseñados por el ente

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investigador en su solicitud, debido a que este es el marco


factual que convoca la atención de la Sala.

(i) Conforme con la denuncia presentada por el


Coronel (R) Marco Aurelio Pedroza Sandoval, se tiene que el
día 28 de septiembre de 2012, la Junta Asesora del
Ministerio de Defensa Nacional para la Policía Nacional,
conformada entre otros, por el MG Rodolfo Bautista
Palomino López -Director de Seguridad Ciudadana-, BG Carlos
Ramiro Mena Bravo -Director Investigación Criminal e Interpol Dijin- y
el BG Édgar Sánchez Morales -Director de la Escuela de Cadetes

General Francisco de Paula Santander-, determinó la convocatoria a


curso de ascensos al grado de Brigadier General, como
consta en Acta 009.

En el listado de los 10 seleccionados, no se incluyó el


nombre del entonces Coronel activo Marco Aurelio Pedroza
Sandoval.

(ii) Ante esa exclusión, el denunciante, en la misma


reunión, expresó a la Junta su inconformidad con tal
decisión, al considerar, básicamente, que su hoja de vida
reflejaba un mejor perfil profesional que los elegidos, y que
la escogencia se hizo para favorecer a unos en detrimento
de otros, lo que trasgrede el Decreto 1791 de 2000. Estos
hechos los denominó «rosca en los ascensos de la Policía».

(iii) Comunicó el Coronel en su denuncia que con


ocasión de tal manifestación, en su contra se generaron

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una serie de episodios con el fin de persuadirlo de no


continuar con la exposición pública de las irregularidades
anotadas17.

(iv) Así indicó que, el 1º de octubre de 2012, en


petición dirigida al Director General de la Policía, MG José
Roberto León Riaño18, solicitó la revisión de su hoja de vida
y la reconsideración de la no convocatoria para el curso de
ascenso a Brigadier General o, en su defecto, la revocatoria
del acto administrativo por el cual se tomó dicha
determinación. La cual envió con copia al Ministro de
Defensa, Juan Carlos Pinzón y al MG Rodolfo Palomino, sin
obtener respuesta.

(v) No obstante, el 3 de octubre de 2012, a pesar de


que se encontraba disfrutando de vacaciones, fue
convocado el Coronel Pedroza Sandoval a una reunión en la
oficina del General Rodolfo Palomino López, quien se
desempeñaba como Subdirector de la Policía Nacional (e), a
la que también asistió el General Carlos Ramiro Mena
Bravo, Director de la Dijin, un psicólogo de la institución, la
esposa del denunciante, Gloria Rocío Vargas Pulgarín 19 y,
su hija, Viviana Marcela Pedroza Vargas20, Subintendente
adscrita a la Dijin, y estaba citado, su otro descendiente,

17
Páginas 15 y ss. Cuaderno anexo 4. Folios 1-17.pdf y, 1, Cuaderno anexo 4. Folios
18-35.pdf
18
Páginas 3 y ss. Cuaderno anexo 4. Folios 18-35.pdf
19
Cfr. Entrevista del 4 de marzo de 2016. Pág. 5 y ss. Cuaderno anexo 5. Folios 53-
63.pdf
20
Cfr. Entrevista del 14 de marzo de 2016. Pág. 7 y ss. Cuaderno anexo 5. Folios 53-
63.pdf y, entrevista del 21 de septiembre de 2016, Pág. 11 Cuaderno anexo 5. Folios
53-63.pdf y pág. 12 y ss. Cuaderno anexo 5. Folios 64-83.pdf. y declaración jurada
del 19 de diciembre de 2017. Pág. 6 y ss. Cuaderno anexo 5. Folios 64-83.pdf.

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Carlos Mario Pedroza Vargas, Alférez de la Escuela General


Santander.

Encuentro del que reseña, además de ser sorpresivo,


tuvo como finalidad presionarlo e intimidarlo, a través de
su familia, para que cesara en la queja que efectuaba por
su no convocatoria al curso de ascenso y malos manejos en
los ascensos en la institución y evitar que de aquella
tuviera conocimiento la opinión pública a través de los
medios de comunicación.

Incluso, disponiendo la realización de unos exámenes


médicos de rutina, entre ellos, por psicología, lo que, en su
criterio se quería, para dar cuenta de una presunta falta de
aptitud mental.21

E incluso, la recomendación que dio el BG Palomino


López, para que se diera por finalizada la comisión en el
exterior como agregado de la Policía22.

(vi) Que fue objeto de seguimientos ilegales, a partir


del 2 de octubre de 2012.

(v) Se refirió que los días 4 y 7 de octubre de ese año,


fue convocado, Carlos Mario Pedroza Vargas23 –hijo del

21
Orden del 3 de octubre, para la realización de un examen ejecutivo.; no obstante,
en cumplimiento de ésta, el Coronel no se practicó la valoración por psicología.
Páginas 13 y 16, Cuaderno anexo 4. Folios 18-35.pdf
22
Cfr. Pág. 12, Cuaderno anexo 4. Folios 36-54.pdf Oficio dirigido al Mayor General
José Roberto León Riaño, calendado 3 de octubre de 2012.
23
Cfr. Entrevista del 31 de marzo de 2016. Pág. 10 y ss. Cuaderno anexo 5. Folios
53-63.pdf y, entrevista del 28 de septiembre de 2016, pág. 3 y ss. Cuaderno anexo
5. Folios 64-83.pdf, y declaración jurada del 13 de diciembre de 2017. Pág. 13 y ss.

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denunciante- a reuniones con el Brigadier General Édgar


Sánchez Morales, en las que éste, le puso de presente que
su carrera y la de su familia, podían verse afectadas por las
acciones del Coronel (R) Pedroza Sandoval, invitándolo así,
a que intercediera ante él para cesar en sus reclamos y no
hablara con medios de comunicación.

Para lo cual, incluso, se le concedió 5 días de permiso,


para que aprovechara ese tiempo para que ayudara al
Coronel Pedroza a pensar mejor las cosas.

(vi) Y que el 8 de octubre, la petición que radicó el 1º


de ese mes, fue remitida24 al Inspector General de la Policía
Nacional, BG Santiago Parra Rubiano, para darle
tratamiento disciplinario; proceder que igualmente cumplió
el MG Rodolfo Palomino López, Director de Seguridad
Ciudadana, por considerar “sus actos desobligantes ante la
junta de generales y demás hechos que pudieran afectar la
imagen institucional; relacionados con su amenaza de
proferir declaraciones denigrantes en contra de la
institución” 25.

(vii) De otro lado que, con Acta 011 del 11 de octubre


de 2012, la Junta Asesora del Ministerio de Defensa
Nacional recomendó al Gobierno Nacional llamar a calificar
servicios al Coronel Pedroza Sandoval, por tal razón el 23
de diciembre de 2012, por medio de Decreto 2543, el
Cuaderno anexo 5. Folios 64-83.pdf.
24
Página 2, Cuaderno anexo 4. Folios 18-35.pdf. Comunicación suscrita por BG
Miguel Ángel Bojaca Rojas, Director de Talento Humano
25
Página 17, Cuaderno anexo 4. Folios 18-35.pdf

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Coronel Pedroza Sandoval fue retirado de la Policía


Nacional.

(viii) Por último, luego de graduarse el hijo de Coronel


en comento, Carlos Mario Pedroza Vargas, fue enviado al
Departamento de Policía del Amazonas, en lo que
considera, el denunciante, fue una retaliación por las
denuncias que se hizo en contra de la institución.

Ahora, revisados esos hechos, la Fiscalía convocó la


audiencia de preclusión, al considerar que se había
superado el plazo máximo para ejercer la acción penal
conforme con las normas que regulan el instituto de la
prescripción frente a las conductas denunciadas, esto es,
constreñimiento ilegal y abuso de autoridad por acto
arbitrario e injusto.

Dejando claro, en la reconstrucción que hizo de los


hechos que eventualmente podían ser atribuidos a los
Generales Rodolfo Bautista Palomino López, Carlos Ramiro
Mena Bravo y Édgar Sánchez Morales, que el último acto a
ellos reprobado sería el acaecido el 8 de octubre de 2012,
cuando se dispuso la remisión de la petición radicada el 1º
de ese mismo mes, a efectos de que se ejecutara acción
disciplinaria en contra del Coronel Pedroza Sandoval;
quedando en consecuencia, comprendidos los hechos
cometidos con anterioridad y que denominó “intermedios”,
bajo la tesis de todos aquellos tenían una finalidad común,
esto es persuadirlo de que no continuara con sus

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reclamaciones públicas por su no convocatoria a curso de


ascenso a General.

Para así descartar, de forma expresa y por no guardar


un nexo causal con la situación del Coronel (R), la
separación del cargo ocurrida el 10 de diciembre de 2012, a
través del Decreto 0254326, por obedecer a una decisión
adoptada por un órgano colectivo del cual no participaron
los denunciados.

Ni realizar una sindicación concreta, por otros sucesos


narrados por el Coronel Pedroza en su denuncia, tales
como (i) publicaciones en medios de comunicación del 9 y
18 de noviembre de 2012, que dice, los implicados
emplearon para desprestigiarlo y presionarlo a través de
información falaz relacionada con nexos con un testaferro
del narcotráfico, (ii) el retiro de él y su núcleo familiar de las
bases de datos del sistema de salud, (iii) la no aceptación de
su afiliación al Club de Oficiales de la Policía 27, y (iv) el
traslado de Carlos Mario Pedroza Vargas, que ocurrió una
vez graduado de oficial, el 29 de noviembre de 2013, al
Departamento de Policía del Amazonas.

Frente a los cuales, en rigor, el apelante no efectuó un


ejercicio de contradicción que denotara la necesidad de que
fueran incorporados como hechos con relevancia jurídica a
fin de que se considera que, debido a ellos, se extendía la
posibilidad de continuar con la persecución penal.
26
Páginas 1 y ss. Cuaderno anexo 4. Folios 71-83.pdf
27
Página 5. Cuaderno anexo 4. Folios 71-83.pdf

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En efecto, véase frente a los actos que el Coronel (R)


Pedraza Sandoval calificó en su denuncia de retaliación, y
en particular, el consistente en el traslado de su hijo,
Carlos Mario Pedroza Vargas, a un departamento alejado,
no explicitó en el recurso ninguna razón para que se
incorporara como hecho constitutivo de alguna de las
conductas penales denunciadas, ya fuera, la de
constreñimiento ilegal o, la de abuso de autoridad por acto
arbitrario e injusto.

Para de alguna manera demostrar que dicha omisión


de la Fiscalía conllevaría a una fecha de consumación de
las conductas punibles, más reciente, por ejemplo, 29 de
noviembre de 2013, y de allí revelar que la acción no estaba
prescrita28.

Situación en la cual no se pudo perfeccionar la


actuación investigativa, a pesar de que, en decisión de esta
Corte se dejó la preocupación de que podrían tener
incidencia con el reclamo de fecha 28 de septiembre de
2012 efectuado por el Coronel denunciante, lo que
imposibilita considerar ese hecho como variable para la
revisión de la causal de preclusión peticionada.

Y, de modo disímil, se remitió a alegar la verificación


de otros sucesos de persecución, en particular, (i) la
negativa a la vinculación al Club de Oficiales de la Policía

28
Es más, aún tomando dicha fecha, la acción penal prescribió el 29 de mayo del 2021.

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Nacional al Coronel (R) Pedroza Vargas, (ii) la


desvinculación como oficial activo de la institución y, (iii) la
culminación del proceso disciplinario que en su contra se
adelantó en el año 2015, los cuales, los dos iniciales, no
hicieron parte del contexto presentado por la Fiscalía y, el
último, estaría sentado sobre la reflexión de que las
conductas investigadas son de ejecución permanente.

Así, de cara a los primeros dos escenarios, sea


necesario precisar que la Fiscalía no ahondo en la
investigación con el fin de verificar su conexión con los acá
implicados, a pesar de que en decisión adoptada por esta
Sala al descartar la preclusión por atipicidad se precisó la
necesidad de perfeccionar la investigación respecto de ellos
y otros29, por la sencilla razón de que, el fenómeno extintivo
de la acción, como lo explicó la Fiscalía General, se
configuró cuando las diligencias estaban pendiente de ser
reasignadas al interior de la Unidad Delegada de Fiscalías
ante esta Corporación.

Lo que descarta un análisis de estos eventos diverso


al presentado por órgano persecutor, según el cual, no
guarda una relación de conexidad con los indiciados, por
cuanto no existe elemento que permita sostener su
injerencia en tales determinaciones.

29
Así se indicó en esa decisión «(i) la exclusión de la base de datos de la entidad
respecto de su familia; (ii) la sorpresiva supresión de su membresía al Club Militar; y,
(iii) el no otorgamiento de un permiso solicitado por el denunciante a un debate en la
Comisión 2ª del Senado de la República.»

42
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Así, se recuerda que la delegada peticionaria descartó


injerencia de los denunciados en la decisión de
llamamiento a calificar servicios del Coronel, que se
concretó en Decreto 2543 del 10 de diciembre de 2012,
pues este acto fue suscrito por el Ministro de Defensa,
previo concepto de la Junta Asesora del Ministerio de
Defensa para la Policía Nacional, sin que se tenga noticia
de allí intervino alguno de los indiciados.

Y la no vinculación al club, sería una determinación


adoptada por el Consejo Asesor del Centro Social de
Oficiales de la Policía30, habilitado en la discrecionalidad
establecida en la Resolución 00747 del 12 de marzo de
2012.

Por modo que, en esas condiciones no puede


atribuirse un nexo entre supuestas labores de instigación o
amedrentamiento o de abuso de poder, de parte de los
indagados, que hayan concluido en las acciones reseñadas
por el apoderado de la víctima recurrente.

Ahora bien, tampoco logra derruir el criterio fijado por


la Sala Especial de Primera Instancia en su providencia del
26 de enero de 2022, el alegato del censor, según el cual, la
fecha de consumación de los delitos denunciados
corresponde con la culminación del proceso disciplinario
que se adelantó contra el Coronel (R) Pedraza Sandoval, con
ocasión del traslado que se hiciera de la petición que elevó

30
Cfr. Página 5, cuaderno anexo 4. Folios 71-83.pdf

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el 1º de octubre de 2012, por el BG Rodolfo Bautista


Palomino López, el 8 de ese mismo mes.

Ya que, como se precisó en el acápite correspondiente


al numeral 4 de esta decisión -De los elementos de las conductas

descritas en los cánones 182 y 416 del Código Penal-; los dos delitos
investigados, son de ejecución instantánea, lo que supone
la contabilización de su ejecución desde el día de su
consumación y no, de los efectos que pueda generar en el
futuro, como lo propuso el recurrente en su intervención.

Y el hecho de que se admita que en delitos de tal


categorización puede aplicarse la tesis de unidad de
conducta o de designo, como fuera expuesto con
antelación, no significa dilatar la ejecución del hecho
denunciado hasta que se cesen las consecuencias que
pudieron devenir por razón de las acciones que se
atribuyan a los implicados.

Por ello, no aparece certero traer a colación la


actuación que se cumplió por razón de ese traslado para
entender que la acción se extendió hasta la definición del
asunto por la Procuraduría en el año 2015, con la decisión
favorable que se dictó a favor del disciplinado, y mucho
menos, cuando el devenir de ese proceso y su resultado
escapaba a la órbita de acción de los acá implicados,
quienes no tuvieron injerencia en esa actuación como que
nada de ello se dijo en la indagación cumplida.

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De modo que, analizando los hechos jurídicamente


relevantes que consideró la parte peticionaria, es decir, el
ente investigador, la Sala, no advierte falta de corrección en
la determinación de la Sala Especial de Primera Instancia.
Así:

(i) Frente al delito de constreñimiento ilegal.


Destacó el a quo que este delito se puede identificar a
partir de los siguientes eventos:

a. La reunión celebrada el 3 de octubre de 2012, en la


Dirección General de la Policía Nacional, a la que asistió el
denunciante y fue convocado su núcleo familiar,
obteniéndose la efectiva presencia de su cónyuge, Gloria
Rocío Vargas Pulgarín y su hija Viviana Marcela Pedroza
Vargas. Reunión presidida por el General Rodolfo Palomino
López, con la asistencia del General Carlos Ramiro Mesa
Bravo.

b. Citas del 4 y 7 de octubre, en las que participó el


cadete Carlos Mario Pedroza Vargas y el General Édgar
Sánchez Morales, en las que se cuenta, fue invitado a servir
de enlace para que su padre cesara en sus denuncias, y
advertido de las consecuencias nocivas que podían devenir
sobre él. Incluso concediéndosele un permiso de 5 días
para procurar dicho fin.

De modo que, esta conducta, acogiendo el criterio


antes explicado de la unidad de designio, en la que

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identificamos varios actos entre sí concatenados y ligados,


en procura de un único fin, se tendría por ejecutada el 7 de
octubre de 2012.

Consecuente con lo anterior, advertido que el término


de prescripción para esta conducta es de 7 años y 6 meses,
encontramos que, en efecto, la acción se extinguió el 7 de
abril de 2020.
Sin que haya lugar en esta oportunidad, a considerar
una modulación o variación del ilícito al que adecuó su
tesis investigativa el ente acusador, como lo propone en su
intervención como no recurrente el Ministerio Público,
cuando alude al delito de violencia contra servidor público,
ya que éste demanda una finalidad específica dirigida que
el funcionario compelido ejecute u omita un acto propio de
su cargo o realice uno contrario a sus deberes oficiales,
supuestos que no se habrían identificado en este asunto.

Sobre este delito, de antaño tiene dicho la Corte:

«Se trata de un tipo penal de sujeto activo indeterminado y en el


cual el sujeto pasivo es el funcionario del Estado; que exige para
su configuración un medio específico, a saber, el ejercicio de
violencia en cualquiera de sus dos modalidades, esto es, física -
entendida como la energía material aplicada a una persona con
el fin de someter su voluntad- o moral -consistente en la promesa
real de un mal futuro dirigido contra una persona o alguna
estrechamente vinculada a ella-; con el propósito de obligar al
servidor público a la realización u omisión de un acto propio de
su cargo, o para que lleve a cabo una conducta contraria a los
deberes oficialmente asignados.

Busca el legislador a través de la consagración del mencionado


delito proteger la autonomía de los servidores estatales
investidos de autoridad pública con el fin de que cumplan a

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cabalidad con las funciones inherentes a su cargo, luego es


indispensable la afectación de dicho interés jurídico.

Es una conducta esencialmente dolosa pues debe ser realizada


deliberadamente al margen de la ley.»

Y a partir de los elementos presentados, no se dejó


sentado de manera expresa o encubierta, cual serían esas
funciones respecto de las cuales se estaría buscando su
cumplimiento o separación bajo por un acto de violencia
cometido contra el servidor público.

En ese sentido, no sobra recordar que si bien el delito


de constreñimiento ilegal eventualmente puede ser
subsidiario del injusto penal de violencia contra servidor
público, en cuanto existe coincidencia en varios de sus
elementos estructurales, realizado el ejercicio de
adecuación típica en relación con éste, cuya riqueza
descriptiva es mayor que la del constreñimiento ilegal, no
se pueden identificar todos sus ingredientes esenciales de
modo que no se aviene procedente la readecuación de la
tesis jurídica plasmada por la Fiscalía frente a este
específico asunto.

Quedándose así vigente el análisis por el delito


subsidiario, pues se repite, los hechos denunciados no se
ajustan a otro delito en el que hubiere podido incurrir el
sujeto activo.

(ii) del abuso de autoridad por acto arbitrario e


injusto.

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Frente a este ilícito podemos advertir los siguientes


sucesos:

a. Los seguimientos que se habrían ordenado el 2 de


octubre de 2012 en contra del Coronel en su residencia,
con personal que se desplazaba en vehículos tipo carro y
motocicleta.

b. La orden del 3 de octubre de 2012, dirigida a que el


Coronel (R) Pedraza, se practicara exámenes de rutina en el
Hospital Central de la institución, y la revisión de la
comisión que le fue concedida como agregado en Francia,
bajo la tesis de una conducta insubordinada de su parte.

c. La determinación de disponer el traslado de su


petición calendada 1º de octubre de 2012, en oficio del 8
del mismo mes y año, para ser investigada como falta
disciplinaria.

En ese orden, empleando la misma dinámica que se


abordó con anterior ilícito, tendríamos que la última de las
acciones que se sindican por este comportamiento ilegal,
sería el dispuesto el 8 de octubre de 2012, al cual,
agregados los 7 años y 6 meses que se enunciaron como
término prescriptivo, nos arroja que la acción se extinguió
el 8 de abril de 2020.

Así las cosas, no hay duda que por las dos referidas
ilicitudes el Estado perdió la posibilidad de seguir con el

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ejercicio de la acción penal, justamente, cuando el proceso


se encontraba en la Unidad de Fiscalías Delegadas ante
esta Corporación.

En síntesis, colige la Corte que ningún argumento


ofreció el apelante para derruir el fundamento fáctico de la
decisión de preclusión y al estar probado que las conductas
por la que fueron denunciados los Generales (R) de la
Policía Nacional Rodolfo Bautista Palomino López, Carlos
Ramiro Mena Bravo y Édgar Sánchez Morales, se encuentran
prescritas, se confirmará la decisión de preclusión dictada
por la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte
Suprema de Justicia.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Penal,

RESUELVE

Primero.- Confirmar el auto proferido el 22 de febrero


de 2022 por la Sala Especial de Primera Instancia de la
Corte Suprema de Justicia, en cuanto dispuso la preclusión
de la indagación seguida contra los Generales (R) de la
Policía Nacional Rodolfo Bautista Palomino López, Carlos
Ramiro Mena Bravo y Édgar Sánchez Morales, por los
punibles de constreñimiento ilegal y abuso de autoridad por
acto arbitrario e injusto.

Contra esa decisión no procede recurso alguno.

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Cópiese, comuníquese y cúmplase.

HUGO QUINTERO BERNATE


Presidente

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

GERSON CHAVERRA CASTRO

DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

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LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

FABIO OSPITIA GARZÓN

Nubia Yolanda Nova García


Secretaria

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