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Lubricación:
• Reducción de la fricción: La fricción entre la
herramienta de corte y la pieza de trabajo puede causar un
desgaste excesivo de las herramientas, lo que disminuye su
vida útil y afecta la calidad del mecanizado. La lubricación
proporcionada por los líquidos de corte reduce la fricción,
permitiendo que la herramienta se desplace suavemente
sobre la superficie de la pieza sin generar calor excesivo.
• Prevención del desgaste: Los líquidos de corte reducen
el desgaste abrasivo y adhesivo en las herramientas y las
piezas de trabajo. Al crear una capa lubricante entre las
superficies en contacto, los líquidos minimizan el contacto
metal-metal, lo que evita daños y prolonga la vida útil de las
herramientas.
• Mejora de la calidad superficial: La lubricación
adecuada durante el mecanizado ayuda a prevenir la
formación de surcos, marcas y defectos en la superficie de
las piezas mecanizadas. Esto se traduce en una mayor
calidad superficial y dimensiones más precisas en las piezas.
Enfriamiento:
• Control de la temperatura: Los procesos de
mecanizado generan calor debido a la fricción entre la
herramienta y la pieza. Este calor puede causar
deformaciones, cambios en la dureza del material y afectar
la precisión dimensional. Los líquidos de corte disipan el
calor, evitando que las temperaturas alcancen niveles
críticos y manteniendo la estabilidad de las piezas y
herramientas.
• Prevención de daños térmicos: El exceso de calor
puede dañar las herramientas de corte y causar
deformaciones en las piezas mecanizadas, lo que afecta la
calidad y la precisión. La refrigeración proporcionada por los
líquidos de corte evita estos daños térmicos y ayuda a
mantener la integridad de las piezas y herramientas.
• Mejora del rendimiento de corte: El enfriamiento
eficaz permite aumentar las velocidades de corte y las tasas
de remoción de material, lo que mejora la eficiencia de las
operaciones de mecanizado y aumenta la productividad.
Película polar:
Una película polar se refiere a una capa de óxidos o
productos de corrosión que se forma naturalmente en la
superficie de metales, como el hierro o el acero, cuando
entran en contacto con el aire y la humedad. Esta película
generalmente es delgada y puede variar en composición
según el metal y las condiciones ambientales. La película
polar tiene una naturaleza inestable y puede ser porosa, lo
que significa que no proporciona una protección completa
contra la corrosión. Sin embargo, en algunos casos, esta
película puede ayudar a retrasar el proceso de corrosión
inicial al crear una barrera física entre el metal y el
ambiente.
El hierro, por ejemplo, desarrolla una película polar que es
principalmente óxido de hierro (Fe2O3), también conocido
como herrumbre. Aunque la herrumbre puede ser
indeseable en muchas aplicaciones debido a su apariencia y
a la pérdida de resistencia del metal, en otros casos, puede
formarse deliberadamente para proporcionar un aspecto
rústico en ciertos productos o elementos de diseño.
Película de pasivación:
La película de pasivación, por otro lado, es una capa
protectora que se forma intencionalmente en la superficie
del metal mediante tratamientos químicos o procesos
electroquímicos. El objetivo principal de la pasivación es
mejorar la resistencia del metal a la corrosión y prolongar su
vida útil. A través de la formación de una película de
pasivación, el metal se vuelve más resistente a la acción del
entorno corrosivo.
Un ejemplo común de pasivación se encuentra en el acero
inoxidable. Al exponer el acero inoxidable a ácidos u otros
tratamientos químicos, se puede formar una película de
óxidos protectores en su superficie. Esta película es
generalmente delgada y adherente, y se compone
principalmente de óxido de cromo. Esta capa de óxido
ayuda a prevenir la corrosión al actuar como una barrera
protectora que bloquea el acceso del oxígeno y la humedad
a la superficie del metal subyacente.