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Gabriela Prieto Arista

Caso: Gestión de Patrimonio Arqueológico en Zona Urbana


G.P.A. Mérida
Se enfoca en un ejercer un control con la finalidad de regular los cambios de uso
del suelo en áreas con vestigios prehispánicos, además de establecer la
zonificación arqueológica del municipio. “Antes de la fundación del DPANM el
Ayuntamiento de Mérida otorgaba los permisos de uso del suelo sin considerar el
factor de la presencia de tales vestigios y, desde luego, sin llevar a cabo estudios
de impacto.” (Calasanz, 2013). Por ejemplo, el sitio arqueológico de Xoclán que
desde 1998 cuenta con mantenimiento mínimo constante, “permitió cierto control y
vigilancia en las áreas más críticas que rodean a los dos conjuntos arqueológicos
principales, y se gestionaron diversos proyectos que presentaremos a
continuación.” (Calasanz, 2013).
En el año 2004 “DPANM gestionó recursos del programa federal Hábitat de la
SEDESOL para una primera fase de rehabilitación de Xoclán como futuro parque
arqueo-ecológico” (Calasanz, 2013), el cual contó con una limpieza, delimitación
del conjunto norte, establecimiento de redes peatonales-ecológicos de dos metros
de ancho; además de agregaron una cilcopista, un muro perimétrico,
estacionamiento, pozos, miradores, baños públicos, zona de juegos infantiles,
iluminación para los senderos, acceso de riego para áreas reforestadas.
“el financiamiento no permitió llevar a cabo su realización en esa etapa, colocar
del lado interior del sendero que circunda la zona de protección arqueológica
(ZPA) una herreria de acero de diseño orgánico que tendría cuatro portones de
entrada al conjunto arqueológico desde las cuatro plazoletas del sendero
perimetral.” (Calasanz, 2013).
La finalidad de este muro perimétrico era controlar el ingreso y las actividades
dentro de la parte central del sitio arqueológico, para poder ser restaurado con
mayor facilidad, rapidez y eficacia, así podría ser abierto a los visitantes.
Otro ejemplo dentro del estado de Mérida realizó programas de seguimiento a las
obras urbanas para cuidar y preservar mediante prospección geofísica el Centro
Histórico de Mérida del DPANM, las consecuencias positivas fueron que el sitio
arqueológico de THó ubicado en el centro histórico, fuera mencionado en los
documentos históricos como parte de la cultura Maya.
Gabriela Prieto Arista

“La construcción de "cerros" en T'Hó del tamaño que se describen en los


documentos históricos denota la presencia de un control político que permitió gran
concentración de mano de obra y abundante producción de materiales
constructivos. Este tipo de estructuras arquitectónicas de gran volumen se dieron
en los sitios mayas del Preclásico Tardio (300 a.C.- 300 d.C.) y Clásico Temprano
(300-550 d.C.). La mayor cantidad de cerámica recuperada en el subsuelo del
Centro Histórico de Mérida nos refiere precisamente a estos periodos, por lo que
podemos afirmar que THó gozó de una preeminencia política en la región noroeste
peninsular durante esos tiempos” (Calasanz, 2013)
Como dato interesante tenemos que mediante DPANM se creó la primera
aproximación “al ordenamiento territorial del patrimonio arqueológico del municipio
de Mérida” (Calasanz, 2013) por lo que se pudo gestionar su protección, estudio e
integración al momento de ser incorporado al programa de Desarrollo Urbano
2003; así mismo la ya mencionada entidad, está avocada a una constante
actualización en la base de datos arqueológicos de Yucatán, dentro del municipio
de Mérida.
La dirección de Desarrollo Urbano del Municipio es la encargada de normar el
crecimiento urbano de la ciudad, además de ser la encargada de tramitar los
permisos del uso del suelo y construcción. Por su parte DPANM propuso en 2003
normas para el uso del suelo, con la principal finalidad de proteger el patrimonio
arqueológico y ecológico de Mérida. Finalmente se entienden todas estas
gestiones como políticas y acciones en función de la protección del patrimonio
arqueológico, sustentadas desde el área municipal y en conjunto con la norma
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federal de prevenir afectaciones, a su vez favorecer a la integración urbana en


colaboración del INAH.
“En el DPANM se han establecido procedimientos y se han elaborado programas
para darle eficiencia y agilidad a los procedimientos, en las solicitudes de
factibilidad o permiso de uso del suelo. La información disponible, adquirida a
partir de los programas de ordenamiento arqueo-territorial, y los diagnósticos
particulares cuando resultan pertinentes, permiten condicionar el permiso de uso
del suelo de los terrenos en los que se encuentran vestigios” (Calasanz, 2013).
Es mediante el mismo organismo, se mandó una solicitud de propietarios y
constructoras para solicitar propuestas con medidas enfocadas a destinar
“espacios arqueológicos del terreno a las áreas de donación en su proyecto de
urbanización, como parques públicos y zonas de protección arqueológica, o
incluso como reserva arqueológica de investigación futura” (Calasanz, 2013) de
las cuales 130 H. con esas características han sido otorgadas entre el 2003 al
2013.

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