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Tema: Dislexia.
Estudios realizados con técnicas que registran los campos electromagnéticos generados en el
cerebro:
Los estudios con técnicas de Electroencefalograma (EEG) han mostrado que, al realizar tareas
léxicas, el patrón de actividad eléctrica que muestran los disléxicos es diferente al que
muestra el grupo control. Sobre todo se aprecia una falta de activación de regiones
perisilvianas izquierdas y una sobreactivación de otras regiones que no parecen estar
implicadas con el procesamiento lingüístico, las cuales podrían actuar por compensación.
(Klimesch, Doppelmayr, Wimmer, Gruber, Röhm, Schwaiger y Hutzler, 2001).
Los estudios realizados con Magnetoencefalografía, (EEG), indican que cuando los sujetos
disléxicos son expuestos a tareas fonológicas, como la lectura de palabras y pseudopalabras,
muestran una menor activación en las regiones témporoparietales del hemisferio izquierdo.
(Simos, Breier, Fletcher, Foorman, Bergman, Fishbeck y Papanicolau, 2000).
Estudios realizados con técnicas de neuroimagen funcional que registran el flujo sanguíneo o
metabolismo cerebral.
Los estudios realizados con técnicas de neuroimagen funcional como la Tomografía por
Emisión de Positrones (TEP) o la Resonancia Magnética Funcional, (RMF), han dado resultados
similares a los demás estudios, ya que en ellos se aprecia menor actividad en las regiones
perisilvianas posteriores del hemisferio izquierdo en sujetos disléxicos cuando realizan
actividades que demandan procesamiento fonológico. (Shaywitz, Pugh, Mencl, Fulbright,
Skudlarski, Constable, Marchione, Fletcher, Lyon y Gore, 2002).
Por ejemplo, con técnicas de Resonancia Magnética, se ha observado que sólo el 10% de los
niños disléxicos muestran la habitual asimetría interhemisférica del Planun Temporale mayor
en el hemisferio izquierdo que en el derecho, mientras que esta se encuentra en un 70% de la
población general, (Hynd, Semrud-Clikeman, Lorys, Novey y Eliopoulos, 1990; Larsen, Hoien,
Lundberg y Odegaard, 1990). Datos que han sido replicados por otros estudios posteriores que
hipotetizan sobre la presencia de anomalías estructurales en otras regiones, más relacionadas
con la habilidad lectora que el Planun Temporale, como el opérculo parietal, más pequeño en
disléxicos que en controles, (Habib y Robinchon, 1996), la aparición de un surco extra en la
región frontal inferior, (Clark y Plante, 1998) o anomalías en el cerebelo y en las comisuras
cerebrales, especialmente en el cuerpo calloso.
El equipo de investigación de Eraldo Paulesu, de la Universidad de Milán, ha observado que la
actividad cerebral de los disléxicos es muy débil en tres áreas del hemisferio izquierdo; en la
circunvolución frontal inferior, en el área occipital y en el área parieto-temporal, todas ellas
implicadas en los procesos lectores.
La reducción de la actividad cerebral que se observa en estas zonas de los cerebros de sujetos
disléxicos, especialmente en las áreas parieto-temporal y circunvolución frontal inferior
izquierdas, ubicadas en torno a la cisura de Silvio izquierda, estaría provocada porque las
ectopias causan un subdesarrollo de la sustancia gris, reduciendose el volumen de la misma, lo
que ha llevado a postular que las perturbaciones durante la migración neuronal provocarían
tanto las ectopias de la capa superficial de la corteza como una inferior densidad de sustancia
gris, lo que se traduciría en una menor conectividad de la sustancia blanca, aunque a pesar de
estas hipótesis aún no se han confirmado ninguna teoría concreta, y en el caso de ser así
habría que plantearse el por qué se produce la perturbación neuronal, por lo que tendríamos
que volver a la base genética de la dislexia.