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Ervin Goffman.
Goffman se centra en analizar la vida cotidiana como una representación teatral,
donde las personas actúan ante los demás, gestionando impresiones y siguiendo
normas sociales. Su obra principal, "Frame Analysis", se enfoca en la organización
de la experiencia individual, no en la estructura social en sí misma.
El concepto clave en la teoría de Goffman es el de "marco", que se refiere al
sistema de premisas que permite dar sentido al flujo de eventos en la interacción
social. Los participantes en una interacción cooperan para definir la situación y
esperan comportamientos apropiados dentro de ese marco.
Goffman también examina la construcción de la identidad y los signos de estigma
en la sociedad, así como la representación de género en la publicidad. Su enfoque
metodológico se encuentra entre lo cualitativo y la intuición personal, y se
distancia de los análisis sociales cuantitativos tradicionales
Aunque su trabajo no se centra principalmente en este tema, él también exploró
cómo se representan ciertos aspectos en los medios. Por ejemplo, examinó la
imagen de la mujer en la publicidad y cómo se ritualiza la feminidad en estos
contextos. Goffman argumenta que los publicistas no crean expresiones rituales
nuevas, sino que utilizan el mismo repertorio de exhibiciones y lenguaje ritual que
todos nosotros en situaciones sociales, con el objetivo de hacer interpretable un
acto previsto.
Además, el texto menciona un estudio de Goffman sobre la radio y cómo los
oyentes deben aceptar ciertas reglas para comprender los mensajes radiofónicos.
Aunque este tema no constituye una gran parte de su obra, demuestra su interés
en cómo se comunican y perciben los mensajes en diferentes contextos sociales.
El construccionismo
La Escuela de Fráncfort
fundada en el período de entreguerras, se destacó por su enfoque crítico hacia los
medios de comunicación y la cultura de masas. En un principio, los miembros de
esta escuela tenían la esperanza de que los nuevos medios, como el cine y la
radio, pudieran ser instrumentos revolucionarios para permitir la participación de
las masas en la cultura y la política. Sin embargo, se desilusionaron al observar
cómo estos medios eran cooptados por intereses políticos y comerciales,
convirtiéndose en herramientas de manipulación ideológica y control social.
Uno de los conceptos clave desarrollados por la Escuela de Fráncfort es el de la
"industria de la cultura", propuesto por Adorno y Horkheimer. Este concepto
sugiere que la cultura se ha convertido en una mercancía más en la sociedad
capitalista, donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la
producción y distribución de esta cultura estandarizada. En lugar de fomentar la
creatividad y la diversidad cultural, los medios contribuyen a la homogeneización
de la sociedad al promover valores y normas que refuerzan el status quo.
La noción de "pseudocultura" también es fundamental en el análisis de la Escuela
de Fráncfort. Se refiere a una forma de cultura que, en lugar de enriquecer y
ampliar las facultades intelectuales y sensibles de las personas, se convierte en
una herramienta de manipulación ideológica destinada a mantener el sistema de
producción y los intereses comerciales dominantes. La pseudocultura promueve
una visión superficial y estandarizada del mundo, reforzando valores y
comportamientos que benefician al sistema capitalista.
El texto también aborda cómo los medios de comunicación contribuyen a la
fragmentación y uniformidad de los mensajes, la homogeneización de los públicos
y la selección de valores que caracterizan a la sociedad de masas. Esto conduce a
una sociedad unidimensional, donde se niegan las alternativas y se impone una
única visión del mundo, alineada con los intereses del poder dominante.
La fragmentación de los mensajes se refiere al hecho de que, a pesar de la
aparente multiplicidad de contenidos en los medios de comunicación, estos
tienden a seguir patrones repetitivos y superficiales. Esto se debe a que los
medios, tanto por motivos económicos como ideológicos, tienden a producir una
limitada variedad de mensajes que se ajusten a las demandas del mercado y
reflejen los intereses dominantes. Además, la repetición constante de estos
mensajes contribuye a la persuasión acrítica de la audiencia, ya que el receptor
puede recibir más información de la que puede asimilar y la asimila de manera
pasiva.
La uniformidad de los mensajes es un fenómeno relacionado, donde, a pesar de la
aparente diversidad de contenidos, los mensajes tienden a seguir prototipos
preestablecidos. Esto se debe a la estructura productiva de la industria de la
cultura, que impone limitaciones en la variedad de producciones culturales.
La homogeneización de los públicos se refiere al fenómeno por el cual los medios
de comunicación promueven una identificación colectiva con los modelos de
consumo y comportamiento de las clases dominantes. Aunque el poder adquisitivo
debería ser un factor de diferenciación social, los medios fomentan la identificación
con los bienes y comportamientos asociados con las clases dominantes, lo que
contribuye a la uniformidad de los deseos de la audiencia.
Finalmente, la selección de valores es un proceso mediante el cual los medios de
comunicación promueven ciertos valores que son compatibles con los intereses
del sistema dominante. Esto se traduce en la reproducción constante de
estereotipos y narrativas que refuerzan el status quo y desalientan la reflexión
crítica sobre las estructuras sociales existentes. En conjunto, estos aspectos
contribuyen a la creación de una sociedad unidimensional, donde se impone una
única visión del mundo y se rechazan las alternativas alineadas con los intereses
del poder dominante.
El texto aborda dos corrientes importantes en el estudio de los medios de
comunicación: la economía política y los estudios culturales.
En cuanto a la economía política, se realiza una reflexión crítica sobre el papel de
los medios de comunicación de masas desde una perspectiva económica. Esta
corriente analiza cómo los intereses económicos influyen en el funcionamiento de
los medios y cómo construyen una ideología a partir de sus discursos, lo que
impacta en la sociedad. Se critica la Mass Communication Research,
considerando que está influenciada por los intereses capitalistas en el uso de los
medios de comunicación de masas.
Los estudios de la economía política se dividen en tres campos de estudio según
Montero (1994): el análisis de la propiedad de los medios, los análisis de
contenido para mostrar la manipulación ideológica, y la circulación de la
información y su influencia en la sociedad. Estos estudios buscan descubrir las
relaciones de poder económico que controlan los medios de comunicación, tanto a
nivel nacional como internacional, donde se destaca la hegemonía comunicativa
de Estados Unidos.
1. Análisis de la propiedad de los medios: Este campo se enfoca en
investigar quiénes son los propietarios de los medios de comunicación y
cómo influyen en su funcionamiento y en la información que se produce. Se
busca entender cómo la concentración de la propiedad de los medios en
manos de unos pocos puede afectar la diversidad de voces y la pluralidad
de opiniones en la sociedad. Además, se investiga cómo los intereses
económicos de los propietarios pueden influir en la agenda informativa y en
la forma en que se presentan los acontecimientos.
2. Análisis de contenido para mostrar la manipulación ideológica: En este
campo, se examinan los contenidos de los medios de comunicación para
identificar patrones de manipulación ideológica. Se busca evidenciar cómo
ciertos discursos, temas o enfoques se presentan de manera sesgada para
promover ciertos valores o intereses. Esto implica analizar tanto el
contenido explícito como implícito de los mensajes mediáticos y cómo estos
pueden influir en la percepción de la realidad por parte del público.
3. Circulación de la información y su influencia en la sociedad: Este
campo se centra en estudiar cómo se distribuye la información a través de
los medios de comunicación y cómo esta circulación afecta a la sociedad en
términos de opinión pública, comportamiento social y estructura de poder.
Se investiga cómo los mensajes mediáticos pueden influir en la formación
de la opinión pública, en la conformación de identidades colectivas y en la
reproducción de relaciones de poder en la sociedad. Además, se analiza
cómo la circulación de la información puede estar condicionada por
intereses políticos, económicos y culturales.
Por otro lado, los estudios culturales británicos se centran en los cambios
culturales surgidos después de la Segunda Guerra Mundial. Estos estudios, de
raíz marxista, consideran que la sociedad está influenciada por su estructura de
clase y por las instituciones político-económicas. Ven a los medios de
comunicación como textos que reflejan los valores culturales emergentes y los
significados en un período histórico determinado.
Los estudios culturales británicos critican la teoría de la cultura marxista clásica y
plantean que la cultura dominante establece formas preferentes de lectura de los
medios, que son asumidas consciente o inconscientemente por la audiencia.
También destacan la polisemia de los mensajes mediáticos y cómo diferentes
grupos sociales desarrollan distintos sistemas de interpretación de la cultura de
masas.
Por último, se critica desde una perspectiva positivista la fiabilidad de los métodos
de análisis de la perspectiva crítica, argumentando que no permiten la
cuantificación y que sus conclusiones no pueden generalizarse. Esto lleva a
replantear muchas de las características atribuidas a la cultura de masas y a
cuestionar la visión tradicional de los efectos de los medios de comunicación.