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14 DE MARZO 2024

Amanecí cansada. Realmente no he tenido la oportunidad de reponer mis fuerzas desde


aquella fatídica conjunción de eventos en el fin del mes de febrero. Esto, sumado al ritmo de
vida que llevo, la forma de ser de mis hijas, y la forma de ser de Memo, más mi forma de
ser, me están llevando al límite, estoy empezando a reaccionar desreguladamente con las
niñas y con Memo. No sé ni por dónde empezar.

Desde hace dos semanas ya, he intentado recuperar mis hábitos de autocuidado al cocinar
mis alimentos y hacer por lo menos 15 minutos de ejercicio por lo menos 3 veces a la
semana. Esto me hace sentir muy bien. Sin embargo, no he hecho mis páginas matutinas
desde hace mucho, porque verdaderamente se me dificulta muchísimo despertarme. Para
llegar más o menos a tiempo a la escuela, requiero levantarme a las 6 de la mañana. Para
hacer las páginas matutinas, tendría que hacerlo a las 05:30; pero actualmente me está
costando mucho trabajo levantarme a las 6 y termino durmiendo después de la alarma,
despertándome nuevamente entre las 6:15 y las 07:00 dependiendo de mi nivel de
cansancio. Luego, me dedico a despertar a los demás. Con las niñas todavía entiendo que
se les dificulte un poco y tengo que despertarlas entre 1 y 3 veces dependiendo también de
su cansancio. El que me da coraje es Memo, que escucha la alarma y no se levanta, solo lo
hace hasta que yo le digo, y después de decirle, se vuelve a dormir y tengo que volver a
despertarlo, o cuando ve que ya regreso al cuarto toda enojada, ya se levanta antes de que
le diga algo. Desde ahí se me empieza a acumular el enojo con él; pero es algo de años
esto que ocurre, y aún no consigo entender como manejar la situación, me frustra mucho.
Él dice que yo solita me cargo de muchas cosas y quiere que delegue lo que no puedo
delegar. Pero si yo pudiera delegarle algo a él, eso sería que él se levantara solito cuando
suena la alarma. Ya lo hemos hablado, solo lo ha hecho, si acaso 2 veces. Después solo
son pretextos: es que me dio un calambre y me estaba estirando, es que pasé mala noche,
es que me está escribiendo el papá, la mamá, la maestra, mi hermano, etc etc etc…
Solamente cuando hay citas importantes a las 08:00 se levanta y se apura.
En el pasado lo resolví yéndonos cada quien en un vehículo, pero comenzamos a llevar
vidas diferentes, él llegaba cada vez más tarde a la escuela y a la casa; y yo, como ya
estaba cansada a la hora que él llegaba a casa, ya no quería ni platicar. Sé que la solución
más sensata sería volver a hacerlo así; cada quien en un vehículo para no comprometer la
llegada de las niñas a la escuela; pero tengo mucho miedo de que eso vuelva a pasar, y de
que él vuelva a engañarme. Y me da mucho coraje porque yo sé que aunque no soportaría
otra infidelidad, tampoco me siento lista para separarme de él.

Luego, Renata ha estado exagerando por todo. Yo sé que es su forma de expresarse y que
necesita validación; pero esta forma de expresarse es muy cansada y exasperante. Por
ejemplo, el martes tuvo práctica de soccer y voley; así que era normal que se cansara, pero
llegó diciéndome que estaba mareada, que no soportaba el dolor de su cuerpo, que se
moría de sed (todo esto entre lágrimas), y pues yo me molesté porque todas las mañanas le
recuerdo de su bote de agua y nunca me hace caso, y se lo dije. La mandé a que se
sentara y que comiera para ver si se sentía mejor; y como a los 10 minutos ya andaba como
si nada. Luego, las llevamos a la clase de pesca, ella eligió el Kindle para leer mientras
tanto, y Oihane el celular, pero Renata tenía mocos, y en vez de ir conmigo (ya lo ha hecho)
a pedirme clinex, le pidió el celular a Oihane para proceder a mandarme miles de mensajes
como si se tratara de una emergencia, le dije que fuera por los clinex, y si fue, pero no le
regresó el celular a Oihane, entonces hubo conflicto, Oihane le arrebató el teléfono, y ella
lloró a un volumen muy alto quejándose de que estaba súper herida y lastimada por Oihane.
En otra ocasión al darles el beso de las buenas noches, Oihane me pidió que encendiera su
ventilador y así lo hice; a los dos minutos de que salí de su cuarto, escuché a Renata
llorando en volumen alto; cuando entré a ver qué sucedía, me dijo que la corriente del
ventilador de Oihane desviaba la de su ventilador, y ESA ERA LA RAZÓN DE SU LLANTO.
Me enojé dije en un tono bastante feroz que todo tenía solución, entonces cambié de lugar
el ventilador de Oihane pero de modo que le diera a Oihane; antes de que terminara de
acomodarlo, Oihane se quejó y yo vociferé: AY, NADA LES PARECE, A USTEDES NO SE
LES DA GUSTO CON NADA. Y ya cuando Oihane vio cómo había quedado el ventilador,
dijo que pensaba que ya no le iba a dar y por eso se había quejado. Fui al cuarto
sintiéndome molesta y miserable; Memo preguntó la razón de tanto escándalo; le dije lo que
pasó pero no entendió que ya estaba solucionado el tema, así que dijo “A ver, deja voy.”, y
yo me exasperé, pero modulando mi voz, le dije: “no es necesario, te digo que ya lo
arreglé”. Luego, sentí mucha culpa por haber tratado así a las niñas, me fui a disculpar pero
ya estaban dormidas, así que me quedé un ratito en su cuarto viéndolas y entonces pensé
que necesito enseñar a Renata a regularse, pero que a través de perder la calma no lo voy
a lograr, recordé varias estrategias y me prometí a mi misma hacerlo así en adelante; se lo
compartí a Memo y me dijo que sonaba bien.

El miércoles me vine a la escuela y Memo se quedó en la casa por problemas estomacales.


Una de las maestras me reportó una chapa defectuosa en el baño de los niños. Se supone
que Memo se encarga de esas cuestiones pero no estaba, además, las maestras ya se la
habían reportado anteriormente, y el se enojaba y en vez de darle solución, se quejaba de
que eran los niños que la dejan cerrada con seguro y que es falso que fallara. Así que
cuando yo recibí, la queja, fui a verificar y me percaté de que en efecto, la chapa se atora
aunque no tenga el seguro y que la dificultad es para abrirla desde adentro del baño, no
desde afuera. Entonces, le llamé para informarle de la situación; lo primero que me dijo fue
lo mismo que le dice a las demás: “Es que los niños la cierran con el seguro puesto…”, lo
interrumpí y le volví a repetir la exposición de lo sucedido, pues me pareció que no entendía
la situación porque me volvía a esgrimir el argumento ese. Él se molestó y me dijo que no
era un imbécil para que le hablara así; la verdad de las cosas, es que yo sí pensé que se
estaba comportando como un imbécil, y más porque conocía el antecedente y sí le hablé
como si fuera un imbécil. Pero sucede que ese tono que yo empleé, es el mismo que él
maneja para explicarme las cosas; así que salió un coraje largamente guardado y le dije:
“Ah mira, pues fíjate que es exactamente la misma manera en la que tú me explicas las
cosas, y yo también me siento como una imbécil cuando me tratas así, pero si llego a
decírtelo tú dices que exagero. Sin embargo, ahora que tú estás en esa postura, me doy
cuenta de que es normal sentirse así cuando te hablan de ese modo.” Entonces él me dijo
que él me repetía las cosas cuando yo no entendía; y yo le dije, el problema es que sí te
entiendo, pero si hago una pregunta relacionada o derivada del tema principal, tú no me
escuchas o no comprendes mi pregunta y piensas que sigo sin entender nada y me vuelves
a repetir las cosas exactamente igual pero en un volumen más alto. Entonces, me dijo que a
veces yo no hablo bien y que a veces ando más sensible y que para él es difícil saber cómo
hablarme. Yo pensé que estábamos conversando en círculos, pero al final acordamos que
cuando nos digamos YA ENTENDÍ, ya no vamos a repetir las cosas. Me preguntó qué más
me molesta de él y ME CAIGO TAN GORDA porque en ese momento no se me vino nada
a la mente. Después nos fuimos a la clase de pesca.
El jueves llegamos tarde a la escuela porque las niñas amanecieron con conjuntivitis, así
que yo me dediqué a hacerles el desayuno antes de salir, y él a contestar el teléfono como
siempre. Mientras tanto, un maestro me marcó por una mamá que iba a hacer un pago y el
maestro lo recibió. El manejo del efectivo ha sido otro tema delicado en nuestra relación. Él
dice que confía en mí, pero a menudo me pregunta cuánto tengo y siempre que sabe que
recibí algún pago, me pide dinero aunque él sí tenga, El mes pasado, yo tenía dinero de
pagos de papás que recibí mientras el estaba en Querétaro, a su regreso, él tomó todo el
efectivo que encontró en mi cartera y me dejó con el puro cambio. Su argumento: que yo
dejo mi bolsa sola y me pueden robar y más si yo no sé exactamente cuanto dinero traigo.
Lo verdad, tiene razón. No suelo contar cuanto dinero traigo, de manera que si alguien me
quitara un billete o dos, yo no me daría cuenta; y también es cierto que dejo mi mochila en
la dirección, que es un espacio compartido en el que todo el tiempo la gente entra y sale.
Pero no se lo admito a Memo, siempre que me plantea el tema de que dejé abandonada mi
mochila, o que me pregunta cuánto dinero traigo, me ENFUREZCO y me indigno. Así que el
jueves, el maestro me dio el dinero, yo registré el pago y guardé el dinero en mi cartera y
memo se percató.
Primero, me pidió 20 pesos para completar un pago de una maestra, le dije que no tenía
esa cantidad; el comentó que entonces qué pasaba con el dinero que recibí del maestro
Iván, y le dije que no había billetes de 20 ahí. Luego, me pidió 100 para el electricista;
PERO cuando esto pasó, yo estaba dando mi clase de inglés a los de tercero de primaria.
Como ya sé que me saca el dinero de la cartera, le dije que lo tomara de ahí, así que lo
sacó, pero me preguntó que CUANTO DINERO SE SUPONÍA QUE DEBÍA TENER EN LA
CARTERA, y yo me enojé de inmediato y le dije que no sabía, pero que sí sabía que lo
tenía completo y que ya había registrado el pago y que ya había contado y que el maestro
Iván me lo dio bien, le dije que lo tomara todo que al fin que ya estaba acostumbrada a no
traer efectivo. Entonces me dijo que cuanto me dejaba, pero yo pensé que pasaría lo
mismmo de siempre, que si él sabía que yo tenía efectivo, me pediría “cambios” a cada rato
y cuando ya no traiga me pediría saber porqué; así que le dije ya con la vo quebrada y una
lágrima de frustración asomándose por ahí que mejor no me dejara nada; que si después yo
ocupaba, que mejor lo sacaba de mi quincena de la UC. Todo esto ocurrió frente a una
maestra auxiliar, entonces a él le tocó ponerse enojadísimo y regresó todo el dinero a mi
cartera y me dijo que si así me iba a poner que prefería no tomar nada y que ya no me iba a
preguntar nada nunca.
Yo me regresé a mi clase, y anduve un poco más severa de lo normal con los niños, tenía
muchas ganas de gritar y gritar y gritar y después acostarme a dormir. Al terminar mi clase,
fue Memo a decirme que ya se iba a la Fiscalía si es que eso no me hacía enojar (anda
apoyando a unos lancheros que le pidieron asesoría) y yo le di el dinero, le quise hacer el
desglose de lo que representaba, y me dijo que no, que no quería más desplantes de mi
parte y se fue.
Después tuvimos la siguiente conversación por Whatsapp.
En este punto, en verdad sentía ganas de irme y de dejarlos, no sólo a él; también a las
niñas. Quería dejarlos para no preocuparme de la manutención de nada, para no sostener
el negocio, ni preocuparme por hacer las cosas bien con las niñas, ni tener que trabajar en
una relación. A veces quisiera solamente dedicarme a trabajar para mí, no me importaría
subsistir si en cambio tengo tiempo para hacer lo que a mí me gusta y sin que nadie
dependa económicamente de mí.
A veces pienso que si él me dejara, yo lo tomaría con mucha calma. No sé porque eso sería
más fácil a que yo lo dejara a él, aunque lo sospecho.
Con todo esto me sentí muy frustrada, la verdad es que no quiero renunciar al estudio de la
licenciatura, ni a escribir; ni a aprender a escribir, adoro esos Talleres de literatura, pero es
innegable que necesito generar el ingreso extra con mis clases como maestra de la UC para
pagar todo eso; y que de momento el presupuesto de la escuela no da para contratar a
alguien más que haga lo que ya hago por la escuela. Y todo esto me tiene agotada. Sé que
soy inteligente y que hay una forma de solucionar todo este lío; pero mientras tanto, ya pasó
esto con Memo. Y tiene razón, hay muchas cosas de él que me molestan, solamente que ya
llevo semanas regulándome, pensando antes de reaccionar, etcétera; pero esta semana ya
no pude. Si vieras cuánto me esforcé ahora con su cumpleaños, la de detalles que he tenido
con él, y no puedo evitar pensar que ha sido una gran hipocresía porque él sólo espera lo
mismo que yo; que lo trate respetuosamente, que lo comprenda, que lo escuche, que sea
empática. Termino este guión sin saber cómo volver a hablarle.

ACTUALIZACIÓN Ya le notifiqué a la coordinadora de la UC que no cuenten conmigo para


el cuatrimestre de mayo - agosto

Actualización 2 él regresó más tranquilo, pero terminamos la jornada laboral con cierta
tensión. A la mañana siguiente me abrazó y yo lloré todo lo que me había aguantado de
llorar en la escuela, dijo que no era para que me pusiera triste, que ya había pasado, que
todo estaba bien. Me choca que me aterre perderlo.

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