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La alegoría de Platón

APUNTES: La responsabilidad del conocimiento


Javier Hernand Garcés
15 de abril de 2023
La caverna de Platón
El tema de la caverna de Platón “alegoría de Platón” se hace vigente
todos los días. Este mito hace parte del libro VII de “La República”
de Platón, tiene que ver con la ruptura de la ignorancia y la
responsabilidad que se alcanza al momento de adquirir el
conocimiento, la interpretación de la historia, la relación con la
naturaleza, los efectos y fenómenos sociales, naturales y la
interpretación de los mismos, al igual que la responsabilidad que el
conocimiento implica.
Un grupo de esclavos prisioneros que han pasado toda su existencia
dentro de una caverna, sin conocimiento alguno del mundo exterior
o de lo que pasa afuera son los protagonistas. Lo único que ven es la
proyección de unas sombras que se producen desde atrás de un muro
dentro de esa caverna. Una hoguera ilumina el otro lado del muro y
produce ese efecto. Lo que ven los esclavos es la manipulación que
ejercen otros que pasan por detrás, esas sombras serán la verdad de
dónde se desprenderán todas sus enseñanzas y conocimiento, será
“la realidad, la verdad”, luego entonces, la apariencia será esa
verdad.
En un momento dado uno de los esclavos se libera de sus vínculos o
cadenas, por tanto, empieza a ascender, se entera de la existencia de
la hoguera que está atrás del muro, la primera reacción frente a la luz
que produce el resplandor del fuego afecta su visión y por poco
termina con su esfuerzo de salir de la oscuridad.
En poco tiempo el hombre se va acostumbrando al resplandor del
fuego, entonces continúa con su intención. Inmediatamente frente a
sus ojos se presentan efectos desconocidos, pudo ver los reflejos y
las sombras de los objetos, luego pudo ver con toda claridad a las
personas, las cosas y las sombras que éstas producen. Después, el
hombre observa el sol, la luna, las estrellas.
A su regreso a la caverna comparte lo visto con sus pares, les
describe el mundo exterior, con ello el hombre cumple con el interés
de ayudar a conocer el mundo extrínseco, el “mundo real”.
Los efectos de su experiencia se hacen presentes, primero le es muy
difícil ver con claridad el interior de la caverna y lo que ahí pasa. La
luz exterior se ha vuelto parte de su conocimiento y de su historia
personal. Los compañeros dudan de su testimonio, culpan al haber
salido su incapacidad para ver con claridad en una oscuridad
permanente. Sus compañeros se declaran adversarios ya que
prefieren “conservar” sus valores. Sus propios compañeros, podrían
incluir el desaparecer o matar al hombre, pues no podrían lograr
entender la liberación y la responsabilidad del conocimiento.
La alegoría de la caverna tiene que ver con el estado de
conocimiento con respecto a la educación y el pensamiento en
relación a nuestras vidas, el conocimiento colectivo, la verdad, la
verdad de cada quien y la ignorancia que se hace presente o ausente
durante el proceso educativo y después, cuando el ser humano hace
sus propias conclusiones sobre la vida, su entorno, su paradigma.
Las interpretaciones de esta alegoría, hoy por hoy, se diseminan en
tres grandes aspectos multidimensionales, a saber, la dimensión
antropológica, ésta se refiere a la naturaleza humana misma, en el
mundo platónico el cuerpo y el alma son dimensiones diferentes,
esto es, el cuerpo físico habita en un mundo sensible, mismo que es
corruptible, cambiante, al tanto, que el alma está en el mundo de las
ideas, es perfecto, es cambiante sólo por el proceso crítico, por lo
tanto, este mito se versa al estado humano y su parte cognoscitiva, o
capacidad de aprender transformarse, conocer y adquirir una
responsabilidad de enseñar lo aprendido para que los humanos
vivamos en armonía. Aquí vemos al esclavo y su cuerpo físico con
su dependencia a la caverna o el área de un cierto confort miserable.
El mundo exterior o el conocimiento, el mundo de las ideas, la
liberación del alma es peligrosa y desconocida para los oprimidos.
El esclavo prisionero representa las limitaciones, las cadenas que
nos unen a ideas que no han sido cuestionadas por miedo o por
comodidad. Lo que observan es un pálido reflejo de una realidad
inventada por intereses sagaces que se lucran de esa situación. El
escape de uno de los esclavos representa el incansable y único deseo
humano por la curiosidad y la incesante búsqueda de la felicidad. El
conocimiento está disponible, pero para alcanzarlo se requiere de un
esfuerzo, sin ello no será posible unir dos puntos para poder deducir
el tercero. Cobra vigencia el llamado “método dialéctico” del mismo
Platón. La ascensión, en sí, que hace el esclavo prisionero representa
precisamente, la ruptura de la falsedad con la que hayamos vivido y
el descubrimiento de nuestra responsabilidad frente al conocimiento.
Conocernos a nosotros mismos, nuestra historia, lo que somos, las
causas y efectos.
La dimensión ontológica que presenta esta alegoría tiene que ver con
la naturaleza del ser humano, al tanto que la parte epistemológica, se
refiere al origen y a la validez del resultado del análisis del
pensamiento crítico. En este mito hay dos niveles uno superior y
otro inferior. El primero lo representa el ser libre, sin ataduras y el
segundo el hombre preso, en esa dualidad perversa de un mundo
manipulado por el poderoso frente al que no se le permite el acceso
al conocimiento o en su estado más perverso, ese ser humano que se
auto censura a la verdad para seguir en su miseria.
La tercera vertiente, corresponde a la dimensión moral y política, el
mundo de las ideas es donde el ser humano se encuentra con el
conocimiento. El esclavo liberado no sólo aprende lo que hay en el
exterior, su experiencia lo transforma y lo libera, se concientiza de la
responsabilidad de divulgar lo vivido con sus pares, se presenta la
posibilidad de entender el bien. La caverna en sí, es la aparente
prisión, se presenta como el reflejo de una realidad manipulada, la
ruptura con ese paradigma lleva al ser humano a concebir el bien,
ese es el verdadero conocimiento según Platón. El regreso del preso,
es la ruptura con la ignorancia, es el nacimiento de la
responsabilidad de enseñar y publicar el camino recorrido.
Javier Hernand Garcés es Licenciado en Derecho, Maestro en Derecho
Ambiental y Licenciado en Naturopatía.

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