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No lo llames apropiación cultural,

llámalo cultura
Daniel Gascón

Hace unas semanas [8 de septiembre de la libertad de escribir sobre gente de otras


2016], la novelista Lionel Shriver dio un identidades étnicas o nacionalidades debería
discurso en un festival de Brisbane. En él ser ampliamente respetada. (Yo mismo soy
un estadounidense que ha escrito dos libros
defendió la apropiación cultural:
ambientados en Rusia). La ruidosa defen-
sa de Shriver contra acusaciones imaginarias
mi discurso sostenía que los escritores debe-
de apropiación cultural pretende ocultar lo
rían poder escribir ficción. No deberíamos
ofensivo de sus caracterizaciones raciales.
permitir que las preocupaciones por la ‘apro-
piación cultural’ restrinjan nuestra creación
de personajes de orígenes distintos a los nues- Cuando veo a un escritor adoptar estas po-
tros. Defendí la ficción como un vehículo vital siciones, siempre me parece enternecedor.
para la empatía. Si solo tenemos permiso para Me recuerda a quienes defienden más vigi-
escribir sobre nuestra experiencia personal, lancia porque, a fin de cuentas, ellos nunca
4 no hay ficción, solo memorias. hacen nada malo. A menudo es al revés:
deja que aumente la vigilancia, ya se encar-
Citaba algunos ejemplos, como la indigna- garán de que lo que hagas esté mal.
ción por el uso de sombreros mexicanos en
una fiesta o la protesta, a la que se sumó En realidad, la cultura en sí no existe: de
Lena Dunham, porque en la cantina de una la novela a la tortilla de patata, todo lo que
universidad se sirvieran comidas como el merece la pena es apropiación cultural. Las
sushi, cuya falta de “autenticidad” revela- tradiciones artísticas y filosóficas son im-
ba una carencia de sensibilidad hacia los pensables sin el robo, y ningún plato típico
estudiantes japoneses. Es posible que el está hecho solo de ingredientes autóctonos.
objetivo de estas anécdotas extremas fuera
dar un poco de color: “Mi tesis parecía tan Nunca hay escasez de tendencias censo-
evidente que me preocupaba que el discur- ras, y la denuncia de esta versión extrema
so resultara insulso”. y ñoña de la corrección política no debería
ocultar los esfuerzos represores, más anti-
No lo fue. Su intervención provocó respues- guos pero siempre activos, de otros árbi-
tas indignadas, en el momento y después, tros de la moral. Por razones históricas, es
cuando The Guardian reprodujo el discurso. difícil compartir el punto de vista que se
The New Republic publicó un artículo titula- opone a que los escritores escriban de gente
do “Lionel Shriver no debería escribir sobre en peores condiciones (y que muestren los
minorías”. En The Washington Post el nove- defectos), que nos dejaría sin El Lazarillo de
lista Ken Kalfus señaló que Tormes, dos tercios de La Celestina, buena

Julio | 2022
parte de Mark Twain, Los olvidados de Bu- La tendencia a igualar la microagresión o
ñuel, casi todo Dickens y tres cuartas partes códigos culturales ajenos, y probablemente
de la historia de la literatura. No sé ni si- reprobables, con las agresiones y las exclu-
quiera si un periodista debería informar de siones reales acaba siendo contraproducen-
un grupo de gente que no sea el suyo. Pa- te para la defensa de las causas más nobles
rece tan obvio que da un poco de vergüen- y ofrece un camuflaje a las peores actitudes.
za tener que señalarlo. Pero estos días han
salido artículos que se preguntan si Elena El mundo que se acaba postulando es mu-
Ferrante tiene derecho a escribir sobre na- cho más pobre. Es un mundo encerrado en
politanas de clase baja, puesto que al pare- culturas que no se comunican entre sí, don-
cer no es napolitana ni de clase baja. de se cree que la experiencia es intransfe-
rible. La conciencia de la desigualdad y la
Es un fallo de comprensión: interpretar la explotación, y el deseo de acabar con ellas,
creación artística, que tiene algo de expe- pueden desembocar en un racismo de las
rimento mental y se basa en una combina- buenas intenciones, que paradójicamente
ción de experiencia y libertad, no siempre acaba reforzando a los racistas de toda la
es fácil, aunque vivamos rodeados de rela- vida: no hay una comunidad, solo grupos
tos. No todos los personajes son una repre- aislados y obsesionados porque no se hiera
sentación de toda su raza, sexo o grupo en su identidad colectiva.
una ficción realista, en una obra que aspire
a cierta verosimilitud y no a ser una alego- Muchas veces lo más admirable de los libros
ría: un personaje es un caso particular. o las películas –pero también lo más útil de 5
los reportajes, los testimonios y los ensayos
Y ese caso particular tiene que ver con otra que leemos– es precisamente lo contrario:
convicción: aunque tengamos unos oríge- una experiencia diferente a la nuestra, pero
nes y unas experiencias comunes con al- con la que nos podemos relacionar; una vi-
gunas personas, eso no es una explicación sión discordante, que hace que nos cuestio-
completa. El hombre que te trata mal (o nemos nuestras convicciones más firmes.
bien) no son todos los hombres: no somos La cultura es una conversación. Se basa en
nuestra tribu en todo lo que hacemos. la idea de que la experiencia es particular,
única, siempre distinta, y al mismo tiempo
La condena a la apropiación cultural encie- comunicable, comprensible, universal. Esa
rra a las personas en una sola identidad, en idea tiene que ver con algo más importante
un solo plano. Si fuera una postura cohe- que el arte: con la convicción de una huma-
rente, uno no podría alejarse de su ambien- nidad común. La condena a la apropiación
te inicial. Vislumbrar esa escapatoria es, cultural es una pérdida cultural, pero tam-
precisamente, una de las mayores virtudes bién una pérdida moral.
de la cultura.
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor
Iguala las agresiones simbólicas con las y editor de Letras Libres. Es autor de El gol-
agresiones reales. Existen en el mundo ra- pe posmoderno (Debate, 2018). Publicó esta
columna en Letras Libres el 6 de octubre
cistas de verdad. Colocarlo todo al mismo
de 2016. © Letras Libres / Daniel Gascón.
nivel es injusto y, lo que es peor, ineficaz.

2022 | Julio

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