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Para que el Padre sea glorificado en el Hijo

Juan 14: 12-14


12
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también;
y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi
nombre, yo lo haré.

En esta revelación tan importante que hace nuestro Señor Jesus acerca de la oración;
encontramos elementos indispensables que tenemos que incorporar en nuestra vida de
oración. Encontramos que hay un motivo principal por el que pedir (orar), hay una llave
que el creyente debe usar y hay un equipo en el que se tiene que integrar.

Jesus dijo que si algo pidiéramos en su nombre esto nos será hecho – pero entonces
porque hay oraciones que no están siendo contestadas. El mismo versículo nos ofrece
la respuesta y esto es porque lo que pedimos no glorifica al Padre. Santiago advierte y
dice que pedimos mal, porque pedimos para nuestros deleites.

- Para no batallar con los hijos, con el esposo, con el trabajo


- Para tener algo que quiero
- Para que Dios castigue a alguien que me ofendió

Como alineamos nuestra oración para que lo que hablemos con Dios sea para Glorificar
al padre.

Jesus también dijo el que cree, en las obras que hago él también las hará. La oración
tiene que venir acompañada de acción, que haces mas además de presentarle la petición
al Señor.

- Mi hijo es rebelde (orando y hablando)


- Mi patrón es (orando y modelando)
- Mi carácter es tremendo (orando y cambiando)
- Tengo necesidad de esto (salud, trabajo, etc. – orando y buscando) La escritura
dice que el que pide, recibe, el busca, halla y al que llama se le abre – pero
tiene que haber FE, la fe en que Dios honrara el nombre de Jesus.

Testimonio # 1

El hijo de un empresario en el Este de los USA se enlisto en la 1era guerra mundial. Con
gran patriotismo el empresario se organizó con otros varones esforzados y establecieron
una asociación llamada el Hogar del Soldado para ayudar aquellos veteranos que
regresaran y que necesitaban ayuda para reintegrarse a su vida normal. Al cabo de un
tiempo, este empresario le dice a su esposa: «He dedicado tanto tiempo a estos soldados
que estoy descuidando mis negocios», así que se fue a su oficina con la decisión de que
los soldados no iban a estorbarle aquel día. Al poco se abrió la puerta y entró un soldado.
El hombre no le hizo caso, sino que continuó escribiendo; y el pobre soldado se estuvo
allí algún tiempo esperando. Al fin el soldado sacó un papel sucio en el cual había algo
escrito. El hombre observó que era la letra de su hijo, por lo que cogió el papel y se puso
a leerlo. Decía más o menos:

«Querido padre, este soldado pertenece a mi compañía. Ha perdido la salud en defensa


de su país, y va camino a su casa para ver a su madre que se está muriendo. Trátalo con
cariño por amor a... Charlie» (el nombre de su hijo).

El hombre dejó al punto su trabajo y se llevó al soldado a su casa, y lo atendido con cariño
hasta que pudo partir hacia su hogar, para estar con su madre. Cuando le despidió con
un «¡Dios te bendiga, por amor a Charlie!».

El padre quiere ser glorificado a través del HIJO.

Si éste es el motivo, nuestras oraciones serán contestadas. Si Dios entregó a Cristo para
el mundo, ¿qué no nos dará? Si Dios dio a Cristo por amor a los rebeldes, los que yacen
en el pecado y la maldad, los ladrones, los que matan, ¿qué no dará a quienes van a Él
por amor a Cristo? Que nuestra oración sea que Dios haga progresar su obra, no
nuestra gloria, no por amor a nosotros, sino por amor a su querido Hijo a quien ha
enviado. Pero orando y accionando.

Esto me lleva a la tercer parte – tenemos que hacer equipo… con quien… con el
Espíritu Santo.
Juan 16: 7-8, 13-14
7
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 8 Y cuando él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
13
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas
que habrán de venir. 14 Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Nuestro trabajo es Creer, Orar, Accionar y dejar que el Espíritu Santo haga la obra –
porque El Glorificara al Hijo.

- Nosotros no podemos cambiar ninguna cosa sin el Espíritu Santo

Él es el que convence – pero usa sus labios, usa sus rodillas, usa sus obras.

Testimonio # 2

En una reunión evangelística un hombre se acerca al predicador después del servicio


llorando y temblando. El predicador comenta que pensó que el mensaje le había dejado
muy conmovido y le pregunta «Amigo», le dije, ¿«qué le pasa?» El hombre sacó una
carta, sucia, como si hubieran caído lágrimas en ella de su bolsillo y le dijo: «Recibí esta
carta de mi hermana anoche», me dijo, «dice que cada noche se arrodilla y ora por
mí. Creo que soy el peor de los hombres. He tenido un día terrible hoy».

La hermana estaba a seiscientas millas de distancia, pero a través de su oración en equipo


con el Espíritu Santo habían llevado a su hermano a la convicción de pecado por medio
de su oración sincera y de fe. Era un caso difícil, pero Dios oyó y contestó la oración de
una buena hermana, de modo que el hombre era como arcilla en las manos del alfarero.
Pronto entró en el Reino de Dios, todo por las oraciones de la hermana.

No se olvide de la indispensable necesidad de hacer equipo con el Espíritu Santo.

-Hagalo su amigo

- Pidale consejo
- Pidale estrategias

- Confie en que el lograra lo que usted no puede lograr

Testimonio # 3

Un hombre contaba que a pesar de haber crecido en un hogar cristiano en su juventud


se había apartado del Señor, sin embargo, su madre siempre le decía que todos los días
oraba a Dios por El. Para que Dios le regresara de nuevo al camino y que pudiera restaurar
su relación con Dios. Al pasar el tiempo, este hombre termino perdiendo todo y hasta
había perdido el contacto con su familia y un día sintió necesidad de leer la biblia, busco
una y cuando la abrió vio el versículo Salmo 84:11 (LBLA) Porque sol y escudo es
el SEÑOR Dios; gracia y gloria da el SEÑOR; nada bueno niega a los que andan en
integridad.

Cerró la Biblia, se puso de rodillas y dijo: «Oh, Señor, estoy tratando de andar rectamente
desde hace meses; por favor ayúdame a hallar a mi madre». Habían pasado 19 años desde
que ese joven había salido de su hogar.

Menciono este incidente para mostrar la forma en que Dios contesta la oración. Esta
madre había orado a Dios durante diecinueve años. Debe de haber parecido, a veces, que
Dios no tenía intención de concederle el deseo de su corazón; pero siguió orando, y al fin
llegó la respuesta. La oración en fe, persistente y diseñada para Glorificar al Padre por
medio del Hijo. Siempre es respondida.

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