DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 1

DIOS SE PROVEERÁ:
Un Milagro de Provisión

Por el Misionero Internacional

Miguel Bermúdez Marín
2 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 43
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¿Se dan cuenta que con incredulidad no hubiera podido
recibir nada? Pero Él la reprendió, para que ella botara esa
incredulidad.
Y ya en el capítulo 11 de Hebreos, vean que nos muestra
que por la fe Sara creyó para recibir al hijo en un tiempo en que
humanamente no podía tener hijos. ¿Por qué? Porque Dios en Su
Misericordia tuvo que sacar esa incredulidad de ella para poderla
bendecir. Pero si ella seguía confesando que era imposible tener
un hijo, y seguía siendo incrédula, Dios no puede bendecir a
los incrédulos. ¿Ven? Tuvo que echar fuera esa incredulidad, y
hablar positivamente; para que Dios le pudiera conceder lo que
ella estaba buscando.
Damos gracias a nuestro Señor Jesucristo por esta Palabra
tan hermosa que nos ha dado a través de Su Ángel Mensajero,
por este Mensaje positivo que nos da fuerza y nos ayuda a ob-
tener todo lo que necesitamos para seguir adelante en la obra
del Señor Jesucristo. El Mensaje que Dios ha dado a través del
Ángel Mensajero es un mensaje positivo. Y es a través de este
Mensaje que Dios está haciendo toda la obra que corresponde
a este tiempo final. Tenemos que llenarnos de este Mensaje, de
esta Palabra. Dele esta Palabra al pueblo, porque esta Palabra
es la que hará la obra de Dios hoy.
Todos somos personas positivas. Y si había algún negativo
aquí, ya desde hoy en adelante, quedó fuera lo negativo. Y des-
de hoy en adelante vamos de fe en fe (como dice Pablo), y de
gloria en gloria, y de victoria en victoria, hasta que entremos a
la transformación y al Rapto.
¡Que Dios sea glorificado!
Pedimos a nuestro amado Señor Jesucristo que bendiga a
nuestro hermano William Soto Santiago, y que lo use gran-
demente en todas las actividades. En el Nombre del Señor
Jesucristo, que así sea. Amén y amén.
Dios me les bendiga grandemente.
“LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS.”
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 3
DIOS SE PROVEERÁ: Un Milagro de Provisión
Por el Misionero
Miguel Bermúdez Marín
Venezuela
Génesis 22:5-8: “5Entonces dijo Abraham a sus siervos:
Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta
allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6Y tomó Abraham
la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó
en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. 7En-
tonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y
él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego
y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8Y
respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el ho-
locausto, hijo mío. E iban juntos.”
En el Nombre de nuestro amado Señor Jesucristo. Glorifica-
mos el Nombre del Señor Jesucristo, porque dependemos de Él.
Todo lo que somos y tenemos se debe a la Gracia y Misericordia
de Jesucristo para con nosotros.
Y le agradecemos también a nuestro Señor Jesucristo que
haya enviado a nuestro hermano William Soto Santiago en este
tiempo con este Mensaje que tanto nos ha ayudado. Y le pedimos
al Señor Jesucristo que lo bendiga en donde quiera que él esté:
que Dios lo guarde de todo peligro a él y a su familia; y que lo
use, lo siga usando en la Obra, como lo ha hecho hasta ahora; y
que Dios continúe con esa bendición: bendiciéndonos a través
de Su santa Palabra. Jesucristo sea glorificado.
En esta hora quiero utilizar estos minutos para, primeramen-
te, después de agradecerle a Cristo Su bondad para con nosotros
y a Su Ángel Mensajero también, agradecerle también a todas
las congregaciones aquí en Venezuela la ayuda y el respaldo tan
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decidido que nos han dado, y a los pastores junto con sus con-
gregaciones; porque todos los pastores han colaborado de una
manera muy amplia y muy decidida con este trabajo que se está
haciendo aquí en Venezuela. Y especialmente les agradecemos
a estos hermanos promotores, que se han movido para darnos
este respaldo tan gran que nos han dado.
Yo pido a Dios que bendiga a todos estos promotores, que
los mantenga en ese espíritu de ánimo, de seguir creciendo en
esta Obra que están haciendo, que el Señor los recompense
grandemente; porque no solamente estamos trabajando en la
construcción del Auditorio de “Fe Viva,” lo cual es un trabajo
prioritario para nosotros... Hay ciertas razones por las cuales yo
pudiera decirles porqué este trabajo tiene para nosotros una gran
prioridad y una gran importancia; pero dejemos que Dios más
adelante se los muestre, en un futuro no muy lejano: el porqué
de este trabajo de esta Obra, y el porqué estamos empeñados
en luchar por esto.
Pero tampoco podemos dejar las demás cosas que son im-
prescindibles, como la imprenta, que es la que provee la literatu-
ra. Y nos sentimos contentos en que se provea literatura; aunque
quizás no estamos proveyendo la cantidad total que se debiera
de proveer; pero Dios está levantando otras imprentas también
aquí en Venezuela: tenemos la imprenta de San Felipe; que esa
imprenta está trabajando continuamente también en la produc-
ción de literatura; y también la imprenta que nuestro hermano
Jairo Ordóñez está promoviendo, empezando. El todavía está
trabajando en esto, porque apenas está reparando estas máquinas
que nosotros le dimos; eran unas máquinas muy usadas, en muy
mal estado; pero ya él las tiene todas chequeadas, controladas,
y está ultimando los detalles para empezar a producir literatura,
y ayudarnos también. (Nota: En la fecha de la impresión de este
folleto, la imprenta del Hno. Jairo Ordoñez, de Maracaibo, ya
ha impreso millares de folletos).
Creo que también nuestro hermano José Pineda ha estado
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 41
Entonces el Mensajero nos lo dice aquí:
“Recordemos que lo que la persona habla es de acuerdo
a lo que está en el corazón, porque del corazón es que salen
esas palabras, son los pensamientos que hay en el corazón, los
pensamientos son la palabra que es hablada.”
Vean ustedes que él nos dice que primero son los pensa-
mientos, pero después cuando lo habla, entonces es la Palabra
hablada. Dice el hermano William:
“Porque el pensamiento y el hablar es lo mismo: el hablar
para el cuerpo físico, y el pensamiento para el espíritu.”
Entonces él dice acá:
“Ahora, vean aquí que dice: ‘Se rió, pues, Sara entre sí...’
O sea, dentro de ella. Por cuanto Dios juzga, ve y juzga el co-
razón, y discierne los pensamientos del corazón y del espíritu,
Dios vio lo que ella estaba pensando; y eso es el alma de la
persona hablando en y a través de su espíritu. Aunque no esté
usando el cuerpo, pero está usando el espíritu para hablar a
través del espíritu; y esos son los pensamientos.”
¿Pero se fijan ustedes la bondad de nuestro Señor? Como
dice el hermano Branham: “Dios no mató a Sara porque era
parte de Abraham.”
Génesis 18: 13-15: “Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por
qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz
siendo ya vieja? 14¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo
señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá
un hijo. 15Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo
miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.”
En su corazón ella dudó; y con duda, con incredulidad, no se
puede recibir ninguna bendición de Dios. Por lo tanto, Dios la
reprendió para ayudarla, para sacar de ella esa incredulidad.
Y en el capítulo 11, verso 11, del libro de Hebreos, dice que
Sara creyó a Dios, y por cuanto creyó, Dios cumplió lo que le
prometió.
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yo voy en una misión del Señor Jesucristo; dame permiso para
pasar que voy a orar por un enfermo.” Y aquel toro bravo dobló
las patas delanteras, se arrodilló; cambió de actitud; y dejó que
el Hno. Branham pasara a cumplir su misión. Lo dominó (dice
el hermano Branham) con el amor.
Por eso es que Pablo, dice: “No maldigáis, sino bendecid.”
Porque nosotros somos hijos de bendición.
Allá nos llegó en la reunión de pastores en Brasil (el sábado
pasado) un hombre que quería entrar a pelear con nosotros.
Bueno, el hombre parece que ya tiene costumbre de hacer
eso en los cultos en ese salón; porque vive por ahí cerca. Y él
llegó a buscar pleito allí; pero él no sabía que ahí estaban unos
muchachos que son policías; y los muchachos cuando lo vieron
que él quería pasar al frente a pelear conmigo, los muchachos
lo dominaron, y le pusieron unas esposas, y lo sacaron fuera;
y cuando él se vio ya esposado, y vio también a la policía que
llegó en ese momento, entonces se calmó y pidió disculpa, y
dijo: “Es que yo no sabía que era un culto privado.”
Entonces el hermano Oswaldo Natale le habló con amor:
“No queremos hacerte ningún daño; pues tuvimos que pararte
porque tú tenías ganas de pelear; pero nosotros no estamos aquí
para pelear. Te perdonamos. Vete tranquilo.”
Entonces le pidió a la policía que lo llevara a su casa; y lo
invitó para el culto público del día siguiente: “Pero ma-
ñana hay culto, vente para acá mañana que tenemos un culto de
salvación, y aquí estamos predicando es la Palabra del Señor.
Suéltenlo y vete tranquilo. Queremos que tú recibas al Señor
Jesucristo y seas bendecido.”
Pues al otro día nos tocó la bendición de bautizarlo; porque
el hombre vino (creo que con algunos familiares), escuchó la
Palabra de Dios, y se entregó al Señor Jesucristo, y fue bauti-
zado.
¿Ven? “No maldigáis, sino bendecid.” Y Dios puede obrar
milagros. Nosotros somos hijos de bendición.
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 5
con el propósito de establecer una imprenta, que nos va a ayudar
muchísimo.
Así que tenemos... quizás haya algunas otras imprentitas
pequeñas acá en Venezuela en el Oriente (en otras partes de
Venezuela creo que hay) que están produciendo por lo menos
para la literatura que ellos consumen; y eso es un trabajo im-
prescindible. No podemos parar ese trabajo.
Sabemos que el trabajo número uno, fundamental, es esa
construcción; porque eso tiene un propósito muy importante;
pero no podemos descuidar la producción de la literatura, porque
ésta es la manera como vamos difundiendo el Mensaje, como
estamos apoyando la evangelización; hasta que alcancemos al
último escogido.
Entendemos que no estamos haciendo todo lo que quisiéra-
mos, pero con lo que Dios nos está proveyendo es un milagro
lo que Dios está haciendo aquí: que Dios nos permita mantener
esa construcción como están hoy de costosos todos los materia-
les de construcción; y que además Dios nos permita producir
literatura, poca que sea, ya eso es un milagro.
Y también se están enviado videos; porque cada vez que
yo hago un viaje y traemos videos acá, que los pastores no
los tienen en otras regiones de la América Latina, se les envía
gratuitamente a la América Latina, fuera de los que se les graba
aquí a los pastores de Venezuela; los cuales ellos nos colaboran
para que siempre haya videos y nunca falte el material.
Entonces esta colaboración de los pastores ha sido muy am-
plia; y yo se lo agradezco; y ellos sin dejar de dar sus diezmos,
sin dejar de cumplir con todo eso; que es algo fundamental,
porque los diezmos son básicos para esa bendición que Dios
habló: “Traed los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa;
y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no
os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendiciones hasta que sobreabunde.” [Malaquías 3:10].
Los pastores sin descuidar esa parte tan importante, que
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es una puerta de bendición que Dios ha prometido; el cual no
puede mentir, ni puede fallar; si nosotros lo estamos haciendo
de corazón, con Amor Divino, Él cumplirá lo que ha prometido;
entonces sin dejar de hacer eso, estamos viendo este trabajo que
se está haciendo aquí en el Centro Misionero. Y aún encontra-
mos pastores que están construyendo sus auditorios, pastores
que están comprando sus terrenos, pastores que están haciendo
obras evangelísticas, las invasiones espirituales, comprando
equipos, etc. se han mantenido colaborando con nosotros sin
detener los trabajos que ellos están haciendo, sin abandonar sus
planes. Eso es un milagro de provisión.
Es decir que es un milagro lo que nosotros estamos viendo
aquí en Venezuela: que sin parar una cosa, se está haciendo está
construcción, que hasta el momento no se ha detenido.
Dios ha hecho milagros, y no nos ha faltado hasta el mo-
mento para continuar con el trabajo; ni nos va a faltar; porque
confiamos que el Señor nos va a seguir bendiciendo.
Yo le pido al Señor Jesucristo con todo mi corazón, con toda
la fe de mi alma, que Él bendiga a cada persona que de buen
corazón, con Amor Divino, ha estado cooperando con estos
promotores, para que se lleve a cabo este trabajo.
Es maravilloso: Nosotros ponemos a veces una meta, y aún
en la condición económica en que pueda estar el país a causa
de las situaciones que hay actualmente dentro de la nación, esta
inestabilidad económica, toda esta lucha que se está teniendo
interna; sin embargo, a pesar de eso, el Señor ha hecho mila-
gros, maravillas; en medio de una situación como esa no nos
ha faltado nada.
Yo creo que ha sido la Gracia de Dios, primeramente, la
Misericordia de Dios con nosotros, y el esfuerzo y la fe de estos
promotores que han estado unidos con estos ministros de todo
Venezuela, y estos ministros con estas congregaciones; hasta
los hermanos más sencillitos, hasta los hermanos más humildes,
han estado colaborando.
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 39
recibir.
Esto es lo que nos dice aquí el hermano William:
“Ahora, recordemos que lo que la persona habla es de
acuerdo a lo que está en el corazón, porque del corazón es
que salen esas palabras, son los pensamientos que hay en el
corazón; los pensamientos son la palabra que es hablada, pero
que está en forma de pensamiento. Por eso algunas personas
hablan consigo mismo dentro, pero no están hablando, están
pensando (pero están hablando consigo, porque están hablando
en su espíritu).”
¿Ven? Yo estoy aquí viéndolos a ustedes. Vamos a poner por
ejemplo a una persona que viene a hablarle a usted, y la persona
viene de una manera agresiva; y usted se queda viéndolo, y en
su mente usted comienza a hablarle a esa persona; y la persona
está hablando mal, pero usted le está hablando bien; porque
usted sabe que la Biblia dice: “No maldigáis, sino bendecid.”
[Romanos 12:14] Y la Biblia dice: “No paguéis mal por mal.”
[Romanos 12:17]
Entonces, usted en su mente está hablándole bendiciones:
“Dios te bendiga, el Señor te controle. El Señor me va a dar el
dominio, me va a dar la victoria sobre ti y sobre todo lo que tú
estás hablando; y yo voy a ser más bien una bendición para ti,
y te voy a ayudar.”
Y la boca de la persona sigue expulsando sólo basura;
pero usted en su mente sigue dando bendiciones, bendiciones
y bendiciones. ¿Quién va a prevalecer? ¿Ven? Usted lo va a
dominar, usted lo vencerá; porque eso que usted está haciendo
tiene el respaldo de la Palabra de Dios; pero lo que la persona
está hablando es contrario a la Palabra de Dios.
Como el hermano Branham cuenta que atravesaba un terreno
para orar por un enfermo, y se encontró con un toro bravo en ese
terreno. Y quería embestirle. El toro estaba pensando mal. ¿No
creen ustedes? Estaba pensando mal ahí. Y él le habló con amor:
“Animal, criatura de Dios, yo sé que tú estas en tu terreno, pero
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“Jesús dijo: Tened fe en Dios.
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este
monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón
(no dudare), sino creyere que será hecho lo que dice, lo que
diga le será hecho.”
Jesús no habla tonterías, no habla cosas vanas, no habla
cosas bobas.
“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed
que lo recibiréis, y os vendrá.” [San Marcos 11:22-24]
Dice el hermano William:
“Aquí tenemos la clave de creer, y luego de orar, hablar,
hablar la palabra a Dios cuando estamos orando, creyendo
en lo que estamos pidiendo y creyendo que Dios lo va a dar.
Y pidiendo bien, no pidiendo incorrectamente, sino pidiendo
bien, y pidiendo de acuerdo al tiempo en que estamos viviendo
(de acuerdo al Programa de Dios y a la voluntad de Dios).”
Usted no va a pedir una cosa que sea contraria a Su voluntad;
porque Él no va a obrar jamás contra Su propia voluntad.
Miren esta parte tan importante, dice que aquí tenemos la
clave: “LUEGO DE ORAR, HABLAR, HABLAR LA PALA-
BRA A DIOS CUANDO ESTAMOS ORANDO.”
Usted no está hablando con cualquier persona, está hablando
con el Creador, está hablando con el que está sentado en el Trono
donde está todo el poder. Usted tiene que hablar la palabra co-
rrecta en la presencia de Dios. No puede hablar cualquier cosa,
porque eso desagradaría a Dios. El mismo Espíritu Santo nos
ayudará para hablarlo que conviene, para pedir lo que conviene.
(Romanos 8:26-27).
Entonces, hable la Palabra positiva, cuando habla a Dios
mientras está orando; entonces crea que recibirá lo que está
pidiendo. No hablando allí cosas vanas, hablando por hablar,
sino pidiendo lo que usted necesita. Y usted sabe que para Dios
es posible dárselo; porque para Dios no hay nada imposible.
Eso se necesita para la Obra de Dios. Y usted sabe que lo va a
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 7
Que el Señor les recompense, que el Señor les bendiga
grandemente.
Dice acá en el libro de Génesis, capítulo 22, verso 5 (esta
escritura que me gusta mucho):
“Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con
el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y
volveremos a vosotros.
Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre
Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y
fueron ambos juntos.
Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío.
Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego
y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el
holocausto, hijo mío.”
Esto es algo muy hermoso: es la fe de Abraham: “Dios se
proveerá de cordero.” Y no había ningún cordero, el cordero
estaba siendo el mismo Isaac; pero él tenía que ser sustituido
para que pudiera ser hecho el sacrificio expiatorio, el sacrificio
sustitutorio de Jesucristo, representativo en un cordero.
Pero Abraham llevaba la fe de que él iba a cumplir un man-
damiento que el Señor le ordenó; y lo estaba haciendo con amor,
con fe, con abnegación, con entrega; entregándole al Señor lo
más grande de su vida, que era su hijo. En ese hijo él tenía todas
las esperanzas, porque ese era el hijo de las promesas; o sea,
él sabía que de allí era de donde iban a venir las bendiciones;
porque Él le dijo que a través de su simiente serían benditas
todas las familias de la Tierra. Toda bendición que viniera para
la raza humana, tenía que venir por ese hijo. No era Isaac pro-
piamente, sino aquel a quien Isaac estaba representando: Cristo
era esa simiente de Abraham por lo cual serían benditas todas
las familias de la tierra (Gálatas 3:13-16).
Por lo tanto, es una gran cosa lo que vemos cuando Abraham
tiene esta fe; y él dice: “Dios se proveerá de Cordero.” Él sabía
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que Dios no puede fallar.
Dios es el que ha provisto todo para Su Obra desde el prin-
cipio hasta nuestro tiempo. Dios es el que ha ido proveyendo
desde que comenzó la Obra en el principio con los patriarcas.
El que ha hecho esa provisión es Dios: Proveyó a los patriarcas
para en su tiempo vivir la parte de la Palabra que les correspondía
vivir a ellos.
Y luego de eso vienen los Profetas: Dios les proveyó a esos
Profetas todo lo que necesitaban; el que ha provisto todo es Dios,
para que Su Obra fuera llevada a cabo y fuera hecha. Y a cada
hijo Suyo, en cada tiempo, Dios le ha provisto. Y luego cuando
vienen los Apóstoles, Dios proveyó a los Apóstoles para que
cumplieran el mandamiento que Él les encomendó: de ir por
todo el mundo a predicar el Evangelio; Dios fue proveyendo lo
necesario.
Y a los Mensajeros, empezando por Pablo, le proveyó lo ne-
cesario para que él pudiera abrir todas esas obras que se abrieron
allí en el Asia menor, y fueron muchísimas congregaciones.
¿Cómo proveyó el lugar de reunión? ¿Cómo proveyó la
gente? ¿Cómo proveyó el respaldo económico? Para que estas
personas como ministros se pudieran sostener y pudieran llevar
adelante el Evangelio. ¿Cómo Pablo pudo cubrir, llenar, toda esa
región? Andando en esa manera antigua del burro o del caballo,
del barco, del remo; y logró llenar esa región con el Evangelio
de Cristo. Fue una provisión de Dios, Dios fue proveyendo lo
necesario; y nada les faltó.
Lucas 22:35-36: “Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa,
sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada.
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Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también
la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre
una.”
Y es lo mismo que sucedió con cada Mensajero: como le
proveyó a Lutero, como le proveyó a Wesley, como le pro-
veyó al hermano Branham para dar todas las vueltas que dio
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 37
Profeta no viene, y toda esa gente se me está desertando, ya no
me queda casi ejército; voy a perder la batalla, me van a matar
aquí; no puedo esperar más, vamos a hacer el sacrificio.”
¿Ven? Ya estaba pensando negativamente. Y fue derrotado
porque el Señor lo desechó, lo descartó, para que no fuera el
rey de Israel. ¿Ven la gran derrota que tuvo? La derrota la tuvo
en el campo espiritual; pues Dios lo desechó. Por cuanto no
guardó la Palabra del profeta, no creyó la Palabra. Samuel le
dijo: “...ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel
para siempre. [Primera de Samuel 13:13]
Entonces, es lo que dice el hermano William acá: No piense
negativo, piense positivo; porque la victoria que Cristo nos ha
dado es una victoria completa, y Su Victoria ya está a favor de
nosotros. Dice acá el hermano William:
“Por lo tanto, los que hablan negativamente, siempre van a
encontrar en sus vidas que se le van a estar materializando las
cosas negativas, las cosas que ellos hablan; porque eso es lo
que está dentro de su alma, y dentro de su espíritu; de su alma
pasa al espíritu, y del espíritu pasa al cuerpo, a la boca, lo cual
habla; y luego se quejan de que siempre tienen problemas.”
A las personas negativas siempre les oímos decir: “En todo
tiempo me están saliendo todas las cosas mal, todo me sale al
revés. Por dondequiera que meto la cabeza, lo que recibo son
trastazos. No me sale nada bien.”
Pues claro: si tu pensamiento todo el tiempo es que te va
salir mal, pues lógicamente eso es lo que tú estás esperando:
que te salga mal. Entonces él dice allí:
“¿Por qué? Porque están hablando palabras negativas; y
por consiguiente se le están materializando las cosas negativas
en su vida.”
Porque eso es lo que está hablando, y eso es lo que tiene
en su pensamiento. Cuando están acostados están pensando
en que pueden fracasar, que pueden tener problemas en el día
siguiente.
36 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
se enfrente a ese hombre, pierde la batalla. Si yo me enfrento y
pierdo la batalla, entonces todo el pueblo va a sujetarse a esta
gente; así que es un desastre.” Ya están pensando mal.
Pero David cuando llegó y dijo: “Pero ¿Cómo es posible
que dejen a este blasfemo maldecir el Nombre del Dios que
abrió el mar Rojo, que pasó el pueblo en seco por medio del
mar, al Dios que hizo ese milagro? ¿Cómo es posible que dejen
maldecir al Dios que abrió el río Jordán? ¿Cómo es posible que
dejen maldecir al Dios que paró el sol? ¿Pero qué pasa? ¿Dónde
está la fe? Déjenme ir a mí; yo regreso con la cabeza de este
hombre colgando por allí.”
¿Ven ya cómo iba pensando? Ya de una vez pensando en la
Escritura, pensando en las victorias del Señor, pensando en las
grandes batallas de Dios. Ya tenía la victoria por dentro; él iba
ya asegurado, llevaba la victoria por dentro.
Y entonces cuando lo traen a Saúl, y él ve ese jovencito,
dijo: “No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él;
porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su
juventud.”(1 Samuel 17:33).
Aquel gigante venía confiado en su fuerza, en su experien-
cia de guerra, en sus armas: pero David venía en el Nombre de
Jehová de los Ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel,
el Dios que puede abrir el mar, el Dios que puede parar el sol,
el Dios que puede hacer milagros. David venía en el Nombre
del que nunca ha perdido una batalla. David iba en busca de
un milagro, iba esperando un milagro. ¿No espera usted ver un
milagro? Pues nosotros esperamos un milagro de provisión. Y
eso es lo que vamos a obtener.
¿Ven? David iba ya pensando en la victoria. ¿Regresó con
la victoria? Regresó con la victoria.
Vean ustedes, si ponemos un contraste en el caso de Saúl
cuando iba a aquella batalla y el Profeta le dijo: “Espérame hasta
que yo llegue para hacer el sacrificio.” Y esperó el primer día
hasta el séptimo día; pero no terminó el día. Y dijo: “No, ya el
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por el mundo. Y como le ha provisto al Ángel Mensajero de
este tiempo, que empezó también de la nada y sin nada, para
hacer todos estos recorridos que él ha hecho mundialmente, y
también a las personas que lo acompañan; y luego ver en cada
país todas estas congregaciones levantarse: Dios proveyendo
terrenos, Dios proveyendo salones, Dios proveyendo vehículos
para podernos transportar, Dios proveyendo equipos de sonido,
equipos de video, equipos de imprenta. Dios proveyendo todo
esto, y proveyendo las personas adecuadas para que lleven
este Mensaje hacia adelante. Esta Obra ha sido realmente una
provisión de Dios.
Así que cuando Él dice allí: “Dios se proveerá de Cordero,”
se proveyó de Cordero; y luego se ha provisto de todo lo que el
pueblo ha necesitado. Dice acá:
“Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó
allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo,
y lo puso en el altar sobre la leña.
Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para dego-
llar a su hijo.
Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y
dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas
nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me
rehusaste tu hijo, tu único.”
Es algo muy tremendo: si Dios le hubiera pedido a Abraham
todo el ganado que tenía y todas las cosas materiales que él tenía,
no hubiera sido nada para él; pero pedirle a su hijo, su único,
donde estaba la promesa, donde él tenía su amor, su cariño,
su afecto; eso era algo sumamente grande para Abraham; sin
embargo él lo hizo para el Señor, le dio al Señor lo mejor que
tenía; y eso le agradó a Dios.
“Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus
espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y
fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en
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lugar de su hijo.
Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá.
Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.”
Vean ustedes que Abraham habló la Palabra positiva: “Dios
se proveerá de Cordero.” Y Dios se proveyó de Cordero. Esto
es lo que tienen que hacer también los promotores: hablar la
Palabra positiva, y los ministros y los que están interesados en
ayudar en esta Obra de Dios aquí en Venezuela, sabiendo que
esta Obra que estamos haciendo tiene un gran significado. No-
sotros tenemos que confesar lo mismo que Abraham: “DIOS
SE PROVEERÁ, DIOS HARÁ UN MILAGRO DE PRO-
VISIÓN.”
Dios va a proveer todo lo necesario, va a proveer todo lo
que se necesite para terminar este Auditorio, y va a quedar per-
fectamente terminado, y va a quedar funcionando ese Centro
Misionero. Eso será un milagro de provisión.
Nosotros estamos viendo que si Dios nos ha ayudado hasta
aquí y nos ha provisto hasta aquí, pues nos va a seguir prove-
yendo. Cuando empezamos acá en Valencia, no teníamos nada;
y vean, ahora tenemos todo lo que tenemos, porque Dios nos
lo ha provisto; y lo que estamos haciendo también, también el
Señor se proveerá de lo necesario para terminar esa labor. Que
los promotores tengan esa fe, esa confianza, que sean personas
de mente positiva; y también todos nosotros como creyentes
del Mensaje de este tiempo final. Que todos confesemos: Dios
hará un milagro de provisión.
Dice el Apóstol Pablo en esa Escritura, que ya ustedes co-
nocen de memoria, en Romanos 8, lo cual pues para mí siempre
es un placer citarla, y un estímulo para mí citar esta Escritura
de Romanos, capítulo 8, porque allí nos muestra una lógica
espiritual muy determinante. Veamos lo que dice el Apóstol
Pablo, empezando en el verso 31:
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién
contra nosotros?
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 35
positivas y de las palabras negativas, y de que las palabras
positivas prevalecen sobre las negativas, necesitamos ver a
través de la historia bíblica todos los que han tenido palabras
positivas siendo habladas, las cuales han sido nada menos que
lo que hubo en el corazón de ellos; o sea, que las palabras que se
hablan son habladas de acuerdo a lo que hay en el corazón.
O sea, que en palabras más claras, las palabras son el pen-
samiento expresado, es lo que la persona piensa y lo expresa
hablando esas palabras (es un pensamiento expresado). La
persona que habla negativamente, pues, eso es lo que tiene en
su alma, en su alma y en su espíritu, en su mente. Y el que habla
positivamente, eso es lo que tiene allá dentro de su alma.”
La persona que tiene palabras positivas, cree que va a tener
la victoria, cree lo que Jesucristo dijo: “Somos vencedores, más
que vencedores.” La persona cree, dice: “Yo creo lo que dice el
Señor: ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!” Esa persona
tiene eso adentro, tiene la Palabra adentro. Y cuando tú lo oyes
hablando, siempre estará citando la Palabra de Dios: “Mi Dios
pues suplirá todo lo que os falta conforme a Sus riquezas en
Gloria en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Bueno, el hermano William dice que si eso es lo que tiene en
el alma, eso es lo que va a hablar; pero si lo que tiene en el alma
son palabras negativas, todo el tiempo estará hablando palabras
negativas. Y lo que le va venir, es eso que está hablando. ¿Ven?
Entonces Él dice: lo primero que tenemos que hacer es ver en
la Biblia las personas que han hablado palabras positivas. Eso
lo tiene que tener en el corazón, y eso se le va a materializar;
eso va a producir milagros, va producir la Obra de Dios.
Si quieres ver los que fracasaron, entonces busca los que pen-
saron negativamente, y automáticamente fracasaron. ¿Ven? Por
ejemplo, cuando David llegó allá y los demás veían ese gigante
tan tremendo: “Oye, ¿quién le mete mano a ese gigante? ¡Es
demasiado grande! ¡Bárbaro! ¡Y además un hombre de guerra!”
Era un hombre que era bien entrenado para una batalla. “Y el que
34 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
¿Quiere usted hacer la Voluntad de Dios? ¿No ven ustedes
lo que dijo Jesús? La gente tenían muchas ideas, pero vean lo
que dijo Jesús en el capítulo 6, verso 27 en adelante [de San
Juan], donde Él dice:
“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida
que a vida eterna permanece.”
Ellos le preguntaron: “Señor, ¿cómo debemos hacer las obras
de Dios?” Les dijo Jesús: “¿Ustedes quieren hacer las obras de
Dios? ¿Quieren ustedes hacer la voluntad de Dios?” Él les dijo:
“Esta es la Obra de Dios: que crean en el que Dios ha enviado.”
Bien sencillo.
Y ustedes hoy, ¿quieren hacer la voluntad de Dios? No hay
otra forma, es la misma respuesta. ¿Queremos hoy hacer la
voluntad de Dios? Es la misma respuesta: crean en el que Dios
ha enviado, como dice el Señor.
San Juan 13:20: “De cierto, de cierto os digo: El que re-
cibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí,
recibe al que me envió.”
¿Ven? Esa es la Voluntad de Dios. Y eso fue lo que Jesús
les dijo a ellos también: “¿Quieren hacer la voluntad de Dios?
Que crean en el que el Señor ha enviado.” Él trae la voluntad
de Dios, Él trae el Programa de Dios, Él trae la Obra de Dios.
No pierdan tiempo oyendo otras voces; porque otras voces
les harán perder tiempo, y también bendiciones; y bajarán de
espiritualidad y se meterán en problemas; pero oír la Voz de
Dios le levanta la fe; oír la Voz de Dios lo pone en el Camino
de Dios y en la Voluntad de Dios; y eso sí le trae bendiciones.
Entonces oigamos la Voz de Dios a través de Su Ángel. Ahí está
la clave.
Leamos un extracto del Mensaje del Angel del Señor Je-
sucristo:
“Las palabras positivas prevalecen sobre las palabras ne-
gativas,” dice el hermano William:
“Para poder comprender este misterio de las palabras
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 11
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas?”
¿Se dan ustedes cuenta? Si no escatimó ni a Su propio Hijo,
sino que lo dio por todos nosotros; dio lo más grande del Cielo,
lo más amado, del cual Dios testificó: “Este es mi Hijo amado
en el cual tengo mi complacencia.” Y eso tan grande fue lo que
Dios nos dio.
Así que lo que estaba Dios mostrando allá en tipo con
Abraham, pidiéndole lo máximo; fue lo mismo que Él hizo acá:
cuando de tal manera nos amó Dios, que dio a Su Hijo unigénito,
para que todo aquél que en el cree, no se pierda, mas tenga Vida
eterna.
Entonces dice Pablo: “Si no escatimó ni a su propio Hijo, y
lo dio por nosotros, ¿cómo no nos va a dar también las demás
cosas?” Nos va a dar todo lo que se necesita; porque ya nos
probó que nos ha dado lo más grande; pues nos dará también
las demás cosas que son para la glorificación de Su Hijo, para
glorificar Su Obra, para desarrollar el trabajo y la Obra que Él
mismo nos ha encomendado que se haga en esta Tierra, hasta
que todos los escogidos sean juntados, y el Cuerpo Místico de
Cristo sea completado.
Entonces, vean lo que él dice: “Si no escatimó ni a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros;” entonces tengamos
confianza y confesemos que así como Él nos ha dado a Su Hijo
unigénito, que es lo más grande para Dios, nos va a dar todo lo
necesario para que se concluya esa Obra, donde el Nombre de
Su Hijo Jesucristo será glorificado. Dice:
“¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que
justifica.
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más
aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra
de Dios, el que también intercede por nosotros.”
Entonces, mis palabras para los promotores, para las congre-
12 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
gaciones y para los ministros, es que confiesen eso que confesó
Abraham: “Dios se proveerá de Cordero.” Y Dios se proveyó
allá; y eso mostró que iba a proveer a Su Hijo. Y es un hecho
ya cumplido.
Ya nosotros no estamos viviendo en la época de los pa-
triarcas, ni allá en la época de los Apóstoles; nosotros estamos
viviendo en una época más allá de las edades, donde hemos visto
que fue un hecho que Dios proveyó desde el Cielo ese Cordero;
y luego ha provisto a todos nuestros hermanos ministros y cola-
boradores, hombres que se han esforzado con Amor divino para
hacer la Obra en el tiempo en que a ellos les ha correspondido
vivir; y también a nosotros que nos ha provisto hasta ahora aquí
lo que hemos necesitado: le ha provisto a todos los hermanos
en México, y en Colombia, y en Chile, y en Guatemala, y en
Perú, y en Brasil, y en todos los países se ha provisto todo lo
que han necesitado para la obra de Dios.
Tengan confianza que el Señor va a proveer todo lo necesa-
rio. Y Él dice que Él lo proveerá de acuerdo a Sus riquezas en
gloria. Eso está en el libro de Filipenses, capítulo 4, el verso 19.
Cuando él dice (Pablo dice)... Y estás son palabras inspiradas
por el Espíritu Santo:
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a
sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Y Dios suplirá, Dios
proveerá.
En el tiempo de nuestro amado Señor Jesucristo, ustedes
ven que las necesidades que había, Dios las proveyó. Allí por
lo menos en el capítulo 6 de San Juan, cuando tenían necesidad
aquel grupo de gente que se habían acercado al Señor, y tenían
hambre, tenían necesidad; y nos dice aquí la Escritura en el
capítulo 6, verso 5:
“Cuando alzo Jesús los ojos y vio que había venido a él
gran multitud, le dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos que
coman éstos?
Pero esto decía para probarle; porque el sabía lo que había
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 33
cogidos, tenemos que apurarnos. No podemos estar inactivos,
no podemos tener los brazos cruzados; tenemos que usar todos
los medios que Dios nos da; y con prontitud, con diligencia.
Por lo tanto, no debemos estar perdiendo tiempo, yendo
con lentitud, con pereza; porque el diablo muchas veces le hace
perder tiempo a la gente: los pone a pelear unos contra otros,
y siembra inconformidad: y no están conformes con el pastor,
y no están conformes con el hermanito tal y con la hermanita;
y viene el enemigo y trata de meterse en alguien para hacer de
esa persona un problema, para hacer que los demás en vez de
poner su mente en el trabajo, en Cristo, en lo que está hablando
el Ángel (que el Ángel nos está diciendo que el tiempo está
corto, que ya estamos en la parte final, que debemos recoger
los últimos, que debemos apurarnos, que del Cielo nos están
apurando; ya nos están apurando del Cielo, porque el tiempo
está corto), entonces usted en vez de mantener su mente en todo
eso, viene el enemigo y le mete alguna cosa, y entonces para
que los demás pongan la atención en usted, y pierdan tiempo. Es
un tiempo perdido cuando estamos luchando por cosas tontas.
No se dejen engañar por el enemigo. Mantengan su mente
en Jesucristo, mantengan sus oídos oyendo lo que dice el Án-
gel del Señor Jesucristo. No se pongan a perder el tiempo con
otras cosas; oigan lo que el Ángel dice; porque es a través del
Ángel del Señor Jesucristo que conoceremos hoy la Voluntad de
Dios; a través del Ángel es que viene la Palabra, es que viene
la Voluntad de Dios.
Eso es bien importante: que ustedes entiendan que es a través
del Ángel que viene todo lo que usted y yo necesitamos. Eso
es la Verdad de Dios. Y pongan oído a lo que dice el Ángel del
Señor Jesucristo; no se ponga a ponerle oído a lo que el enemi-
go está diciendo de fulano o de zutano. Eso no le traerá ningún
provecho; pero manteniendo su oído en lo que dice el Ángel del
Señor Jesucristo, está conociendo la Voluntad de Dios; porque
Dios expresa Su voluntad a través de Su Ángel.
32 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
una ciudad, ¿quiere usted saber si ahí hay simiente? Reparta el
Mensaje, la literatura, deje esa Palabra viva allí, y ahí usted va
ver si allí hay simiente.”
Y ya ustedes oraron: “Señor, sabemos que es Tu Voluntad
que llevemos la Palabra; esta ciudad no tiene el Mensaje, y allí
hay familiares de nosotros.” Y el hermano Jorge dijo: “Aquí hay
una familia mía, y si yo he creído, pues seguramente...” Eso es
como en esas matas de plátano, ¿ustedes conocen la mata de
plátano? Aquí no es muy conocida esa mata: El banano. Usted
no puede agarrar un banano y sembrarlo, porque no le nace
nada. Pero el banano nace del mismo tronco, empiezan a salir
los hijos, los vástagos. ¿Ven? Y si de esta base para ese tronco
salió uno, casi seguro que de ahí hay otro que también son buen
plátano.
Entonces ya tú ves, ahí es lo que él pensó: “Pues si de ahí
salí yo, de ahí debe haber más de esa macolla (macolla llamamos
nosotros la base), de ahí debe haber más, vamos a buscarlos.”
¿Entonces cómo vino? Con el Mensaje, dando los folletos;
y miren ustedes, ¿ya ve cuántos han aparecido? Y ahora van
a aparecer muchos más; y esta noche, con la ayuda de Dios,
vamos a ver muchísimos más.
Así es la Obra del Señor: “Id y predicad el Evangelio a toda
criatura, el que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Esa es la
forma: ir llevando la Palabra, el Mensaje.
Eso que ustedes han hecho en venir hasta acá, y luego la
congregación de Olavarría en venir a respaldarlos; eso es lo
mejor que han hecho.
Y en este tiempo estamos nosotros llevando el Mensaje, y
debemos apurarnos; porque ya nosotros no estamos en la edad
de Pablo, ni en la edad de Lutero, ni en la edad de Wesley; y
aun la edad del hermano Branham, la edad de Laodicea, quedó
atrás. Todo eso quedó atrás; estamos en el recogimiento de los
últimos escogidos de Dios.
Entonces si estamos en el recogimiento de los últimos es-
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 13
de hacer.”
¿Ven? Ya Él sabe, ya Dios sabe lo que va a suceder, como
nos dice Isaías 65, verso 24: “Que antes de que clamen, ya Yo
responderé.” Ya antes que nosotros clamemos, en el camino
ya viene la respuesta de lo que nosotros estamos necesitando;
porque Él conoce, dice aquí que Él ya sabía lo que iba a hacer.
Él sabe lo que se necesita y sabe también cómo suplirlo; y ya
eso viene en camino, ya eso viene andando. Tenemos que tener
esa confianza.
“Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bas-
tarían para que cada uno de ellos tomase un poco.
Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro,
le dijo:
Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y
dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?”
Vean ustedes, siempre tiene que haber un instrumento, al-
guien que tenga algo. Esos panes en las manos de este muchacho
no hacían mucho: alimentarían a él y a una o dos personas más;
pero poniéndolos, como el muchacho los puso, en las Manos de
Jesús... Cuando los puso en las Manos de Dios, estos poquiticos
panes fue suficiente para alimentar cinco mil personas, cinco mil
varones, dice: sin contar las mujeres y los niños; podían haber
sido diez mil ó quizás más. Y vean ustedes, dice que sobró.
Cuando terminaron de alimentar esta gente, había mucho más
que cuando ellos empezaron a alimentarlos.
Y eso es lo que va a acontecer con nosotros: cuando ya la
Obra sea terminada, y el último de los escogidos llegue, y sea
completado, con toda seguridad que vamos a tener muchísimo
más que cuando empezamos, que estábamos empezando con
casi nada; pero había que empezar con lo que había.
Cuando empezamos aquí en Venezuela con este Mensaje del
Ángel, era con un mimeógrafo donde yo tenía que darle vuelta
así, manualmente, poniéndole un esténsil para sacar copias de
mensajes. Y después Dios me proveyó una maquinita offset de
14 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
mesa. Y miren ustedes cuantas imprentas ha provisto en toda la
América Latina. Esas fueron las primeras que nos proveyó. Y
fue la que le regalé a don Andrés Cruz cuando vino a Venezuela;
pues ya yo tenía una más grandecita. Y miren ustedes cómo ha
ido Dios proveyendo imprentas por todas partes.
Entonces, cuando termine el trabajo, y el último de los es-
cogidos aparezca, y sea colocado posicionalmente en el Cuerpo
Místico de Cristo, y limpiado por el cloro de Dios, la Sangre
de Cristo, vamos a tener muchísimo más de lo que teníamos
cuando empezamos. Y esto es lo que vemos allí, esto mismo
que acontece: el Señor proveyendo alimento, proveyendo lo
que necesitaban, es el mismo Dios que hoy está con nosotros
proveyendo de forma milagrosa.
Por lo tanto es una Obra sobrenatural. Que los hermanos
promotores, y los ministros, y las congregaciones y todo creyen-
te espiritual sepa que la Obra de Cristo no es una obra carnal,
no es una obra que depende del esfuerzo humano nada más,
sino que depende del Espíritu del Señor. Él es el que hace Su
Obra: “Si Jehová no edifica la casa, los edificadores trabajaran
en vano.” [Salmo 127:1] Porque no es con un ejército humano,
ni con fuerza humana, sino con Su Espíritu. Ese es el que es
importante y fundamental en la Obra de Dios. Nosotros tenemos
que estar sujetos a Su Espíritu, y depender de Su Espíritu. Este
muchachito tomó estos panes y los entregó al Señor:
“Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había
mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número
de cinco mil varones.
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los
repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que es-
taban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían…”
“Cuanto querían.” Vemos que no comieron con limitación.
Habrá alimento en abundancia: Dios proveerá.
“Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Reco-
ged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.”
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 31
Y un versículo muy importante es la última parte del ver-
sículo 29 del capítulo 8 de Juan, donde Él dice: “porque Yo
siempre hago lo que agrada a Mi Padre.” Y ahí tienes tú la
victoria asegurada. Esa es la clave del éxito: Hacer siempre lo
que agrada al Padre Celestial.
“Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado
solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.” Esa
es la clave del éxito.
San Juan 34:4: “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la
voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”
¿Ven? Eso debiera también ser nuestra comida: hacer la
voluntad de Dios. Eso es lo primero que hay que hacer: Buscar
la voluntad de Dios.
San Juan 6:38: “Porque he descendido del cielo, no para
hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de
todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite
en el día postrero.”
¿Ven? Lo primero que hay que hacer es buscar la Voluntad
del Señor. Si tú estas en la Voluntad de Él, y estás haciendo lo
que agrada al Señor, no importa que tú vayas solito, porque el
Señor va contigo. ¿Y qué va acontecer? Vas a tener éxito. Si el
Señor está conmigo, seguro que tendrás éxito. Entonces ahí es
donde está la clave de todo.
¿Es la voluntad de Dios que se predique la Palabra? Esa es
la voluntad de Dios.
¿Es la voluntad de Dios que se lleve el Mensaje por todas
partes? Esa es la voluntad de Dios. ¿Cómo lo sabemos? Hemos
oído la Voz del Mensajero que nos ha mandado a llevar el Men-
saje por todos los pueblos, por todas las ciudades, por todos los
lugares. Esa es la Voluntad de Dios.
Entonces hay muchísimas ciudades aquí; pero Dios sabe
dónde es que está la simiente; pues dice el hermano William
en un Mensaje que predicó en Brasil hace tiempo: “Vaya a
30 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
veinte mil maneras para hacerlo. Deje que Él lo haga como Él
quiere. El Señor dice: “Pedid, y se os dará.” Después de pedir,
¿cuál es el otro paso? Buscad. Si tú ya pediste, y tú crees que
Dios te lo va a dar, empieza a buscar. “Ya yo lo pedí a mi Padre,
ya sé que Él me lo va a dar; ya empiezo a arreglar todo, porque
yo sé que Él me lo va a dar.”
Después que pedimos, comenzamos a buscar, y después
comienzas a llamar; y se te abrirá. Comienzas a llamar, y ahí
se te van a abrir las puertas; y Él va a cumplir eso que Él pro-
metió; porque jamás ha prometido algo que no lo ha podido
cumplir. ¿Podrá Dios cumplirlo? [La congregación responde:
“¡Amén!”]
Lo primero es, ¿qué dijo Él? Pedirlo. ¿A quién se lo vamos
a pedir? Al Dueño, al Dueño de todo, se lo pedimos al Dueño
del cielo y de la tierra. Y después empezamos con los demás
pasos que Él nos dijo. Y así será.
Bueno, estamos muy agradecidos de tener a nuestro hermano
William aquí con nosotros, y es una bendición muy grande que él
haya aceptado esta invitación para venir a abrir esta obra nueva
acá. Ya ustedes hicieron lo que tenían que hacer: primeramente
oraron. ¿Verdad? Para empezar estas actividades ustedes pri-
meramente oraron a Dios para que les dirigiera en lo que iban
a hacer. Eso es lo primero.
¿Usted quiere tener éxito en algo? Primeramente ore bus-
cando si eso es la voluntad del Señor. Eso es lo primero. Nunca
haga nada contra Su Voluntad, porque no va a prosperar; y si
prospera, es una prosperidad temporal y dañina.
Cuando usted va a hacer algo, pues lo primero es orar y
buscar Su Voluntad de Dios. Allí se va a encontrar lo que dijo
el Señor Jesucristo: “Yo he descendido del Cielo, no para hacer
mi voluntad, sino la Voluntad del que me envió.” (Juan 6:38).
Ahí van a encontrar también a Juan 4:34: “Mi comida es
que haga la voluntad del que me envió (esa es mi comida), y
que acabe la Obra que Él me ha encomendado.”
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 15
Pues Él quiere que no se pierda nada de lo que Él provee;
sino que nosotros seamos cuidadosos con todas las cosas: un
equipo que se dañó, mandarlo a arreglar; no tirarlo a la basu-
ra. Claro, si nos cuesta más mandar a arreglar el equipo que
comprar uno nuevo, pues compramos el nuevo, pero el que se
ha dañado lo usaremos para repuesto o para un propósito que
glorifique a Dios; pero no debemos despilfarrar lo que Dios nos
ha provisto.
Entonces tenemos nosotros que hacer esto que dice el Señor:
que no se pierda nada de lo que Él proveyó. ¿Para qué mando Él
a recoger esos pedazos de pan? Para que más adelante lo utili-
zaran, más adelante lo usaran. No es como en esos restaurantes
que recogen todo lo que sobra y lo echan a la basura. Nosotros
no podemos hacer eso, nosotros tenemos que, lo que Dios nos
provee, cuidarlo y utilizarlo bien. Entonces dice:
“Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Re-
coged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de
los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.
Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había
hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de
venir al mundo.”
¿Por qué? Porque ese Profeta que vino a este mundo, habló
palabras de bendición; y éstas se cumplieron. Y eso es lo que
nosotros estamos viendo hoy: la Palabra de Dios cumplida, la
Palabra de Dios materializada; esa Palabra es la que está hacien-
do la Obra de Dios en este tiempo en el cual nosotros estamos
viviendo.
Debemos ser muy cuidadosos con esa Palabra que Dios nos
está trayendo hoy a través de su Ángel Mensajero: que no se
pierda nada.
Hay una Escritura que estoy recordando, en el capítulo 17
de Mateo, verso 24:
“Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que
16 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no
paga las dos dracmas?
El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero
(antes que Pedro le preguntara), diciendo: ¿Qué te parece, Si-
món? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o
los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?
Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego
los hijos están exentos.
Sin embargo, para no ofenderles, vé al mar, y echa el an-
zuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca,
hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.”
¿Ven ustedes cómo proveyó Dios? A través de un pez. Le dijo
a Pedro: “¡Vaya!” Dios tiene veinte mil maneras de proveer las
cosas. Y los peces también se refieren a hijos de Dios, porque
los peces también son tipos de los hijos de Dios. Y Dios puede
tener un hijo por el cual proveer lo que se necesita: Él toca el
corazón de esa persona, y ya Él le ha provisto anticipadamente
a esa persona; y la persona no sabe porqué Dios se lo ha pro-
visto; pero va a llegar el momento en que va a ver porqué se
lo proveyó Dios: y es para suplir una necesidad que el mismo
Maestro tenía en ese momento, de pagar esos impuestos que
les cobraba el gobierno romano.
Entonces, vemos nosotros que Dios utiliza a Sus mismos
hijos, como nos dice acá en el Libro de Crónicas. ¿Quién fue el
que proveyó allí, como dice David? Vean ustedes, el corazón de
este hombre, que es conforme al corazón de Dios, es algo muy
tremendo. Dice David en Primera de Crónicas, capítulo 29.
“Después dijo el rey David a toda la asamblea: Solamente
a Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno de edad,
y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para
Jehová Dios.
Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi
Dios.”
Esto es importante: cuando una persona tiene el entendi-
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 29
queremos nosotros. ¿Ven?
Recuerdan lo que dice el hermano William, que es como una
persona que llega y compra una hacienda; y en esa hacienda
compra el ganado, compra todo lo que hay ahí: las vacas, la
siembra, los frutos, árboles frutales, y todo eso; pero también
compra todas las cucarachas, todos los ratones, ratas, todos los
insectos, todo lo que está ahí también; todo eso es de aquel que
compró esa propiedad.
Viene una persona y dice: “Mire, yo vengo aquí para tratar
de matar todos los ratones, ratas y todos los insectos. Quiero
echar veneno por todo este campo.”Pero el dueño le dirá: “Un
momentico, usted no se puede meter aquí a hacer eso; eso lo
voy a hacer yo cuando vea que eso me conviene.” El dueño no
le permitirá a una persona extraña que se meta a su propiedad
para hacer lo que quiera. ¿Ven? Que no puede una persona venir
y hacer lo que quiere en una propiedad ajena.
Jesucristo, dice la Biblia, que en la Cruz del Calvario compró
todo: en la Cruz del Calvario Él adquirió todo. Ahí nos compró
a nosotros, pero a la vez adquirió todo. Ya Él se encargará de
limpiar y de preparar su campo en el tiempo en que Él lo tenga
que hacer, pero nadie puede venir a hacer eso antes de tiem-
po.
Entonces es normal que ustedes si necesitan algo, digan:
“Padre, necesitamos un lugarcito dónde reunirnos para glorificar
Tu Nombre. Si éste es el lugar, pues te pedimos que Tú nos lo
des conforme a Tu santa voluntad. Y sabemos que somos los
herederos de toda América: Centro y Sur América y Norteamé-
rica también, y de todo el mundo; pues, Padre, anticípanos un
pedacito acá, que necesitamos para alabarte y glorificarte.” Y
el Señor se los va a dar.
El Señor dijo: 7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá. 8Porque todo aquel que pide, recibe; y el
que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mateo 7:7-8).
Es una cosa sencilla. ¿Cómo lo va a hacer el Señor? Él tiene
28 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
ellos iban y recogían normalmente el pan necesario. Debe ser
normal (dice el Hermano Branham) los milagros en la vida
de nosotros; porque nosotros somos un pueblo milagroso, un
pueblo de milagros, somos un pueblo celestial, un pueblo so-
brenatural.
La Iglesia no es un cuerpo natural, como una empresa, como
la ha tratado de hacer el hombre: una organización humana,
sino que es sobrenatural, es una obra de Dios; y por lo tanto en
la Iglesia está la presencia del Señor Jesucristo todo el tiempo.
Y eso es un milagro. Es el Espíritu Santo el que está haciendo
esa obra.
¿No han visto ustedes que Él dice que donde están dos o
tres reunidos en Su Nombre, ahí está Él en medio de ellos? Y
donde está el Señor, eso es un milagro. La presencia del Señor
es un milagro.
Eso es un milagro continuo. Que no hay agua; y una roca
da agua, y sale un río; y la gente iba con sus baldes a llenarlos
de agua y a recoger agua para tomar y bañarse (agua bastante).
Entonces dice: “Es un milagro que en un desierto haya agua.”
Sí, pero para ellos era natural ir a sacar agua. Debe ser así:
natural; porque Cristo es la Fuente del Agua de la Vida eterna;
y el Agua, nos ha dicho el Mensajero, es el Espíritu Santo. Y
eso es la promesa del Señor: que nos da de Su Espíritu Santo.
Y eso es un milagro.
Es algo normal que ustedes necesiten un salón, un terreno,
y se lo pidan al Dueño de todas las cosas. Él es el dueño de
la Tierra. ¿No dijo Él: “Mía es la Tierra y Su plenitud.”? Y si
usted le dice: “Pues, Padre, yo sé que yo soy heredero Tuyo.”
¿Verdad? Somos herederos y coherederos con Cristo.
El hermano William nos dice: “No somos herederos indepen-
dientes de Cristo, sino herederos con Cristo. Si Cristo hereda,
nosotros heredamos; si Cristo no hereda, tampoco nosotros
heredamos. Todo lo que Él hereda, nosotros lo heredamos; pero
las cosas que Él no quiere dentro de Su Herencia, tampoco las
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 17
miento del Programa que Dios está haciendo en el tiempo en
que vive. ¿Cuál era la Obra de Dios en ese tiempo? Construir
ese templo, porque ese templo tenía una tipología, tenía un
propósito, una representación; y ese templo tenía un motivo
por el cuál Dios lo ordenó hacer.
Y entonces, ya que en ese templo había algo, este hombre
puso todo su corazón, toda su mente, todo su esfuerzo en rea-
lizar esa Obra del Señor en ese tiempo; y por eso este hombre
fue contado como un hombre conforme al corazón de Dios. Y
por eso es que Dios lo bendijo, no le faltó nada para otra cosa,
porque él puso a Dios primero, como dice el Señor Jesucristo:
“Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y las de-
más cosas serán dadas por añadidura.” Mateo 6:33. Y también
hay muchas otras Escrituras donde Él nos da a entender que
tenemos que poner a Dios primero. Dice:
“Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi
Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata,
bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera
para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas,
piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de
piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.
Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de
mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que,
además de todas las cosas que he preparado para la casa del
santuario, he dado para la casa de mi Dios.”
Él dijo: “Además de todo lo que yo he buscando y he lucha-
do, lo que tengo en mi propia cuenta está a disposición para ese
propósito, que es el cumplimiento de ése deseo de Dios: que
ese lugar estuviera listo.”
“Tres mil talentos de oro (todo eso lo tenía él), de oro de Ofir,
y siete mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de
las casas;
oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las cosas de
plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Y quién
18 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
quiere…? (dice, pregunta el profeta David): ¿Y quién quiere
hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová?”
Es una pregunta. ¿Por qué? Sabemos que Dios es el dueño
del oro, de la plata, y Él puede hacer un templo sin necesidad de
pedirle a nadie; pero la manera para Dios proveer las cosas es a
través de Sus hijos: usó a David para proveer todo lo necesario
para esa casa; y lo que faltaba, David preguntó: “¿Quién quiere
hacer hoy una ofrenda voluntaria a Dios?”
Porque no se puede hacer una cosa forzada. Y esto es lo
que les he dicho a los promotores, y les vuelvo a repetir: toda
ofrenda que una persona dé, debe ser voluntariamente, debe
ser de corazón, debe ser con Amor; no debe ser porque alguien
los presione. No es necesario, ni conveniente, que un ministro
presione a su congregación para dar una ofrenda. Deje que sea el
Espíritu Santo el que ponga el deseo en el corazón de la persona,
para que cada uno dé conforme a la intención de su corazón.
Una persona que da obligadamente o por presión del minis-
tro, eso no es conforme a la voluntad de Dios, ni es agradable
a Dios. No deben hacerlo, eso no lo deben hacer.
Recuerden que Dios es el que va a proveer. ¿A través de
quién va a proveer? A través de sus hijos, a través de aquellos
a quien Él toca el corazón para que den voluntariamente, para
que Dios los pueda bendecir; porque cuando una persona da
forzada, obligada, o porque la presionan, esa persona no tiene
ninguna bendición, ni tampoco Dios acepta esa ofrenda; tiene
que ser una cosa de corazón. Como dice Pablo: “Que lo que
hagas, hazlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres.” (Colosenses 3:23).
Tiene que ser hecho así, para que los promotores y los cola-
boradores sepan que esa es la manera que ellos tienen que hacer,
y los ministros también. Es decir, no debe nadie presionar, sino
dar la oportunidad, y decir la bendición que hay, mostrar lo que
dice el Mensajero sobre la bendición de cooperar. La manera
como el Mensajero nos ha enseñado es que cuando una persona
LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 27
“LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS”
Por el Misionero Miguel Bermúdez Marín
Viernes, 29 de Abril de 2005
Rosario, Argentina
Hebreos 11:1-6: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve. 2Porque por ella alcanzaron
buen testimonio los antiguos. 3Por la fe entendemos haber sido
constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo
que se ve fue hecho de lo que no se veía.
4
Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín,
por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios tes-
timonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 5Por la fe
Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque
lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio
de haber agradado a Dios. 6Pero sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Sin fe es imposible recibir nada de Dios. Ningún incrédulo
ha recibido nada hasta ahora, sino juicios; pero los creyentes
pueden recibir milagros, recibir bendiciones, por la fe.
Nosotros somos de la gente que, como dice el hermano
Branham: “Los milagros deben ser una cosa normal, natural,
en la vida del creyente.” A la gente le parece el milagro una
cosa muy extraña; es extrañísimo un milagro en la vida de una
persona; pero en la vida nuestra los milagros deberían ser algo
natural; debería ser normal que Dios haga milagros en nuestras
vidas.
Como el pueblo de Israel en el desierto, era normal que se
levantaran en la mañana y fueran con una vasija para llenarla
de pan para comer. La gente dice: “Oye, pero eso es un milagro
tremendo, que del Cielo venga pan para la gente.” Pero vean,
26 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 19

da una ofrenda para Dios, debe darla con amor, voluntariamente,

no bajo ninguna presión.
También el Mensajero nos dice que hay una gran bendición
en cooperar con la obra de Dios. Entonces, esto es algo muy
importante.
“¿Quién, quiere hacer hoy ofrenda voluntaria al Señor?”
Esa fue la pregunta que hizo David.
“Entonces los jefes de familia, y los príncipes de las tribus
de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administra-
dores de la hacienda del rey, ofrecieron voluntariamente (al
Señor).”
¿Ve? Tenía que ser voluntariamente.
“Y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil
talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata,
dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos de hierro
(para que no faltara nada).
Y todo el que tenía piedras preciosas las dio para el tesoro
de la casa de Jehová, en mano de Jehiel gersonita.
Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamen-
te; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamen-
te.”
Miren esa ofrenda cómo la ofrecían: de todo corazón, volun-
tariamente. ¿Qué trajo eso? Alegría, gozo, trae una bendición,
una satisfacción de saber que de lo que Dios te ha dado, tú le
estás dando para lo que está necesitando el cumplimiento y el
desarrollo de la Obra de Dios para el día en que tú estás vivien-
do. Eso es una satisfacción grande para un creyente verdadero,
cuando todo lo hace con amor, cuando lo hace de ésa manera
en que dice la Escritura que debe ser hecho. Dice que ofrecieron
de todo corazón, voluntariamente. Y dice: “Y de todo corazón
ofrecieron está ofrenda a Jehová.”
“Así mismo se alegró mucho el rey David (no solamente
el pueblo, el rey también se sintió alegre), y bendijo a Jehová
delante de toda la congregación.”
20 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN LA FE QUE ALCANZA LO QUE BUSCAMOS 25

Empezó a alabarle. Eso se produce cuando es una ofrenda

hecha de esa manera voluntariamente, con gozo, con alegría;
eso, no solamente produce alegría en el pueblo, sino también
en los líderes, en el guía. El pueblo empezó a alabar a Dios:
produce alabanzas, acciones de gracias a Dios, porque es una
cosa que es hecha con el Espíritu del Señor.
“Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová
delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú,
oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta
el siglo.
Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria,
la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los
cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y
tú eres excelso sobre todos.
LA FE QUE ALCANZA LO
Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre
todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer
QUE BUSCAMOS
grande y el dar poder a todos.
Por el Misionero
Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu
Miguel Bermúdez Marín
glorioso nombre.
Viernes, 29 de Abril de 2005
Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pu-
Rosario, Argentina
diésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo
es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.”
Vean, ¿de dónde usted lo va dar? ¿Quién e lo ha dado? Dios
te ha dado la vida, Dios te ha dado un hogar, te ha dado hijos,
te ha dado salud, te ha dado la revelación, la fe. El hermano
William dice que ya eso es un tesoro: la revelación él dice que
es un talento que Dios te da para que tú lo multipliques. Dios te
da todas esas bendiciones; porque toda bendición, toda dádiva
y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces,
en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación (Santiago
1:17).
Entonces la bendición de Jehová (como dice el Proverbio
10:22), la bendición de Jehová es la que enriquece.
Entonces Dios ha dado bendición: nos ha dado salud, nos ha
24 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
Que Dios nos continúe bendiciendo. Y le digo a los pro-
motores que no mermen. Sería triste ver que algunos en vez de
crecer, merman; eso indicaría que el enemigo está engañándoles.
Como sucedió con el hombre del talento: El Señor se lo dio para
que lo trabajara, para que lo multiplicara; para que se hiciera
millonario; pero aquel hombre no quiso trabajar para el Señor;
entonces fue y enterró el talento; pero cuando vino con sus
excusas, el Señor lo echó fuera; en cambio a los que trabajaron
les dijo: “Bien, buen siervo y fiel, entra en el gozo de tu Señor.
Estas son las palabras que nosotros vamos a oír, porque todo lo
estamos haciendo de corazón para el Señor Jesucristo.
Porque dice el hermano William que todo eso que tú estás
trabajando, en aquel día Él nos va a pagar es conforme a la obra
de cada uno.
Entonces, no estás perdiendo, sino estás ganando; porque al
tú estar trabajando en el Reino de Dios, y en la Obra de Dios,
esa Herencia de Dios, esa Herencia es tuya también; porque tú
y yo somos herederos y coherederos del Señor Jesucristo.
Que Dios me los bendiga, que sigan adelante, que no des-
mayen, que sigan creciendo y sabiendo que es una Obra so-
brenatural la que nuestro Padre Celestial está haciendo en este
tiempo en el cual nos ha tocado vivir.
Y oremos por nuestro hermano William, que Dios lo siga
usando grandemente, que Dios lo guíe en todos los pasos que
él tenga que dar.
Mientras que yo voy por el África, al venir quiero ver du-
plicada esa meta que les puse.
Que Dios les ayude a duplicar la meta que les he puesto,
a triplicarla, a cuadruplicarla. Y que les mantenga sanos a
todos, y los guarde de todo peligro. En el Nombre de nuestro
amado Señor Jesucristo, así lo pedimos. Y que Dios bendiga
a nuestro hermano William Soto Santiago.
“DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVI-
SIÓN.”
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 21
dado hijos, nos ha dado la vida, nos ha dado la oportunidad de
servirle. Entonces nosotros de lo mismo que Él nos da, de eso
dice aquí: Te estamos dando, Señor, de lo mismo que Tú nos
has dado. Y eso es así de esa manera, ayer y hoy y siempre: De
lo que hemos recibido de las manos de Dios, es que nosotros le
damos a Él.
“Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.
Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de
ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra,
cual sombra que no dura.
Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos
preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano
es, y todo es tuyo.”
Miren: “Todo esto que Te estamos dando, todo esto es Tuyo.
Estamos dándote un poquito de lo mucho que Tú nos das; de
toda la abundante bendición que nos das, Te estamos dando un
pedacito; porque las bendiciones espirituales valen más que
las bendiciones materiales, valen más que lo terrenal, que lo
temporal.
“Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que
la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón
voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con
alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti
espontáneamente.
Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel nuestros
padres, conserva perpetuamente esta voluntad del corazón de
tu pueblo, y encamina su corazón a ti.”
Qué precioso es poder ver la manera cómo Dios proveyó a
través de los mismos hermanos, de los mismos hijos de Dios.
¿Cómo proveyó a través del pueblo? De lo mismo que Dios
nos da. Dios nos da abundantes bendiciones para que seamos
liberales en su obra.
Por eso es que dice en el Libro de Deuteronomio 16:16, que
cuando llegues a la presencia del Señor, nunca te presentes con
22 por MIGUEL BERMUDEZ MARÍN
las manos vacías. ¿Por qué? Porque una persona que se presenta
con las manos vacías ante Dios, está dando testimonio que Dios
nunca lo ha bendecido en nada. No tiene nada, no recibe nada
de Dios; parece que todo lo tiene que recibir de otro lado, no
del Señor; entonces tampoco tiene nada que darle a Dios.
Usted nunca se presente delante de Dios con las manos
vacías, porque usted tiene muchas bendiciones de Dios. Pues
sea agradecido, sea una persona que participe con alegría, con
gozo, de lo tanto que Dios nos da; pero délo con Amor, délo
con agradecimiento. Dios es el proveedor de todo. No nos va a
faltar nada.
Le estoy dando estas palabras a los promotores para que
no se desanimen: No nos va a faltar, Dios va a proveer, Dios
proveerá. Este puede ser el tema de este consejo que les estoy
dando: “DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PRO-
VISIÓN.”
Él ya tiene provisto todo (como dice allí): ya Él sabe qué es
lo que nosotros necesitamos, y ya sabe cómo lo va a proveer.
Entonces los hermanos lo único que tienen que hacer es darle
la oportunidad a las personas que cooperen con este trabajo y
con esta Obra, pero que lo hagan con amor, que lo hagan vo-
luntariamente; que nadie dé una ofrenda obligado o presionado;
sino que lo haga con alegría, con amor, con gozo.
Como dice San Pablo en Segunda de Corintios 9:6:
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también
segará escasamente; y el que siembra generosamente, gene-
rosamente también segará (o sea, el que siembra escasamente,
escasamente segará, y el que siembra en abundancia, en abun-
dancia segará).
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni
por necesidad (no por presiones), porque Dios ama (¿a quién?)
al dador alegre.”
Eso es lo que dice la Escritura, lo que dice el Espíritu San-
to.
DIOS SE PROVEERÁ: UN MILAGRO DE PROVISIÓN 23
“Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios, para hacer
que abunde en nosotros toda gracia.”
No se presente con las manos vacías; porque la Biblia lo
dice ahí; y también en el Libro del Éxodo lo dijo, en el capí-
tulo 23, verso 15. Él le dijo a Moisés: “que ningún varón se
presente delante de mí con las manos vacías, sino de acuerdo
a la bendición que Yo le he dado.” Eso indica que Él bendice
a Sus hijos, bendice a Su pueblo. Usted tiene que tener alguna
bendición de Dios. No puede ser una persona a quien Dios no
bendiga; de alguna manera Dios tiene que bendecirte; porque
Dios bendice a todos sus hijos.
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros
toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas
todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
como está escrito: Repartió, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, pro-
veerá y multiplicará vuestra sementera.”
¿Puede Dios hacerlo? ¿Habrá alguna cosa imposible para
Dios? No la hay. Todo es posible para Dios; y para el que cree,
todo es posible también.
“... y aumentara el Señor los frutos de vuestra justicia,
Para que seáis enriquecidos en todo para toda liberali-
dad.”
Él quiere que seamos ricos en fe, en bendiciones, como dijo
el hermano William en un mensaje allá en Lota, Chile, hace
muchos años: que Él nos da los talentos para que nos hagamos
multimillonarios, billonarios. Para eso nos los da: para que
pongamos esos talentos en acción, a trabajar; y vayamos acu-
mulando tesoros en el Cielo, donde los tesoros no merman, más
bien van creciendo en bendiciones cada día. Entonces dice:
“…para que estéis enriquecidos para toda liberalidad,
la cual produce por medio de nosotros acciones de gracias a
Dios.”