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OGM. Incertidumbre y
prevención.
TRABAJO DE DEBATES DE LA CIENCIA CONTEMPORANEA
BORJA SANCHEZ PECHE
Índice
1. Introducción. ............................................................................................. 2
5. Las Conclusiones..................................................................................... 10
Bibliografía: ............................................................................................... 12
1. Introducción.
Este panorama es que dio lugar, dentro del marco del “Convenio sobre Diversidad
Genética” ya aludido, al Principio de Prevención. Según este principio, los países debían
comprometerse a que, en caso de existir riesgo de reducción de la diversidad biológica,
debían interponerse medidas para paliar dicho peligro, aún cuando no existieran pruebas
científicas inequívocas de ello. El principio de prevención requeriría de la aplicación de
una EIA (evaluación de impacto ambiental) "caso por caso y paso a paso" (Alicia
Bárcena, Jorge Katz, César Morales, Marianne Schaper. 2004. 122).
Una evaluación de riesgos debería contener consideraciones sobre los principales peligros
de las plantas transgénicas. De modo que se consideran aspectos como:
Está podría medirse en base a una matriz que realizaría sus valoraciones en dos escalas.
Una escala espacial (la planta, parcela, etc) y, por otro lado, la escala de los efectos
indirectos ecosistémicos, económicos, etc... (idem. 115). Sin embargo, el aumento de la
complejidad conlleva un aumento de la incertidumbre en la predicción de los riesgos. Por
ejemplo, a mayor superficie de cultivo, mayor número de factores que desencadenan
etiologías impredecibles. Esto supone importantes dificultades y explica la controversia
entre ambientalistas y biólogos moleculares como se verá. Así mismo, el análisis del
riesgo implica tres etapas: evaluación, gestión y comunicación (idem. 114).
Es aquí donde reside la clave del problema; si bien, la validez científica desde los marcos
de la biología molecular (genética) parece que tradicionalmente apuesta por marcos
epistemológicos y ontológicos deterministas y reduccionistas, otros marcos teóricos que
devienen de ámbitos de la biología y las ciencias naturales -ámbitos que estudian niveles
de organización biológica superiores- mantienen posiciones cercanas al cálculo
probabilístico o el paradigma de la complejidad y consideran la variabilidad de los
resultados y la indeterminación gnosológica que eso puede provocar (Guillermo
Folguera, Erica Carrizo y Alicia Massarini. 2014). Además, se da una cierta exclusión de
estas últimas perspectivas debido a las expectativas epistémicas generales de la
comunidad científica y a los valores que, creen, salvaguardan su estatuto de ciencia. Todo
ello abre la posibilidad a percibir un espectro de posibilidades alternas y a la situación
como dudosa y esto, a su vez, genera una cierta flexibilidad en la aplicación del principio.
La situación de discenso y el rango de incertidumbre a la que la cuestión esta sometida
produce interpretaciones variables del principio, -aun cuando se acepta-.
En base a estas consideraciones se entenderá que sea legitimo especular que la aplicación
del principio, en mayor o menor medida, dependerá de la percepción social y política que
se tenga de los OGM. Un apoyo social mayoritario facilitará un uso flojo del principio,
mientras que una percepción social más negativa de los OGM´s favorecerá un uso más
seguro del principio.
Concluyeron que, para generar esta situación, interactuaron varios supuestos ontológicos,
sumados a los epistemológicos heredados (Guillermo Folguera, Erica Carrizo y Alicia
Massarini. 2014. pp.99). Según la creencia común del discurso científico, el valor
fundamental de las entidades “inferiores” (moléculas, genes) se reflejaría en presupuestos
metafísicos reduccionistas que otorgarían un mayor valor ontológico a dichas entidades.
Se diría que los genes son más “lo que es” que los organismos complejos o los
ecosistemas. Por otro lado, se observa un "realismo fuerte”: la posición según la cual los
objetos existen con independencia de nuestro conocimiento y constituyen una "totalidad"
única, por lo que solo habría una descripción verdadera y completa del mundo. Así
mismo, el discurso vinculado con las OGM corresponde a un reduccionismo ontológico
según el cual un sistema biológico particular solo es un conjunto de moléculas y sus
interacciones. Según (idem) estos compromisos ontológicos estarían apoyando las
investigaciones.
4. Los Intereses.
Sin embargo, la validez de este tipo de patentes también ha sido puesto en cuestión debido
a la propia definición de patente (Rodriguez Yunka, Eduardo. 2010. P.6) y (Alicia
Bárcena, Jorge Katz, César Morales, Marianne Schaper. 2004. pp.273-338). Se considera
una patente como valida cuando: 1. es novedosa; 2. es una novedad no obvia; 3. debe
poder ser reproducible; 4. debe tener alguna utilidad, de manera que sea susceptible de
aplicación industrial (Rodriguez Yunka, Eduardo. 2010. P.6). Las críticas al estatuto de
patente aplicado a las OGM vienen de dos tipos (idem). Primero, se cuestiona que se
pueda considerar a una manipulación genética, una innovación. Se considera que algo
constituye una innovación cuando no está entendida dentro del estado de la técnica. "El
estado de la técnica comprende todo lo que haya sido divulgado o hecho accesible al
público en cualquier lugar del mundo, mediante una publicación en forma tangible, la
venta o comercialización, el uso o cualquier otro medio antes de la fecha de presentación
de la solicitud de patente" (idem). Pero la técnica utilizada para la manipulación de
organismos ha sido muy divulgada, la única diferencia que se da es en el producto de la
técnica, no en la propia técnica. Por otro lado, se considera problemático la patente sobre
un ser vivo. Que un ente privado pueda adueñarse de una cualidad de la naturaleza, no se
ve ético.
5. Las Conclusiones.
Además, la incertidumbre que parece reconocerse, cada vez más, en los sistemas
complejos, nos deja pocas dudas. Sin embargo, reconocer estos grados de incertidumbre,
significa en buena medida abandonar algunos de los objetivos científicos y modernos más
fundamentales: “El Progreso”. Se hace necesario una reinterpretación de nuestra relación
con el conocimiento y quizá de lo que esperamos de él. Las expectativas epistémicas de
aquella ciencia que lo podía todo, quizá deban dejar paso a validaciones menos exigentes,
u exigentes de otro modo, que no requieran de la determinación ineludible y predecible
del mundo bajo un mismo modelo perfectamente cuantificado y medido. Este modelo
viejo de ciencia -y de mundo- se muestra cada vez menos realista y posible.
- Alicia Bárcenas, Jorge Katz, César Morales, Marianne Schaper. “Los trangénicos
en América Latina y el Caribe: un debate abierto” Santiago de Chile, junio de
2004. Naciones Unidas. Cepal.
- Fuster, J.M. “Cortex and Mind: Unifying Cognition” Nueva York, Oxford
University Press.