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La sensación de atragantamiento es un síntoma de ansiedad que puede ser difícil de tratar, pero ¡tranquilo!
Hay formas de reducirlo.
El atragantamiento es la respuesta natural del cuerpo para evitar comer algo dañino o tóxico. Cuando nos
sentimos ansiosos, se producen estos síntomas físicos y nuestra respiración se vuelve restringida y rápida.
A continuación te hablaremos al respecto.
La sensación de que no puedes respirar o tienes ganas de respirar muy rápido y superficialmente
cuando experimentas ataques de ansiedad.
Hay muchos factores que explicarían el atragantamiento como síntoma de ansiedad. El más común es la
tensión de los músculos de la garganta.
El atragantamiento por ansiedad tiene mucho que ver con las emociones que sientes cuando comes o
bebes (o incluso cuando piensas en ello). Esto suele ocurrir también en las personas que sufren ataques de
pánico, porque suelen estar asociados a determinados desencadenantes, como el miedo a los síntomas, la
hipervigilancia de las funciones de tu cuerpo, la hipocondría, así también como socializar o estar fuera de
tu zona de confort.
Puede ser útil saber que esto no es peligroso en absoluto. Sí, se siente como si no pudieras respirar y
tuvieras la garganta cerrada, pero recuerda que sólo son los músculos que se tensan en el cuello.
No olvides que cuando alguien se atraganta con comida o agua, es porque no puede tragar correctamente
(debido a los músculos de la boca), por lo que intentar despejar sus vías respiratorias no funcionará en
estos casos. Pero en el caso de la sensación de atragantamiento por ansiedad, aclarar la garganta sería
suficiente porque no hay nada que bloquee las vías respiratorias.
Si el atragantamiento es algo que te molesta mucho, habla de ello con algún profesional de la salud y
busca formas de reducir la ansiedad mediante la liberación física o emocional.
Las respiraciones profundas pueden ayudar a relajar tu cuerpo y evitar que la garganta se contraiga tanto
durante un episodio de ansiedad. Además, tomarte un descanso o alejarte de lo que te estresa ayuda a
despejar las vías respiratorias para que te resulte más fácil volver a respirar con normalidad. Una vez que
los síntomas remitan, intenta comer algo pequeño, como galletas saladas, o beber un poco de agua para
deshacerte de la mucosidad acumulada en la garganta.
También ayuda practicar el mindfulness o atención plena a la hora de comer, esto es ser consciente de las
sensaciones fisiológicas y emocionales:
1. Antes de ingerir una bebida o alimento practica la respiración diafragmática, abriendo el pecho y
aflojando músculos sobre todo del pecho y garganta.
3. Mastica despacio. Saborea los alimentos y siente la textura de los mismos, así serás consciente de lo
que comes.
A continuación, te compartimos 8 ejercicios que
puedes hacer para desatorar tu garganta
2. Aaaaah al cielo
Para este ejercicio vas a escoger un momento tranquilo de tu día y te vas a sentar en un lugar con
privacidad. Vas a contactar con todas las emociones que traes acumuladas, desde tus frustraciones,
corajes, enojos y tensiones, hasta tus tristezas, desesperanzas y desilusiones. Una vez que las identifiques,
vas a abrir tu boca hacia el cielo y vas a decir “aaaaaah”. Pero cuando lo hagas tienes que estar consciente
de que con ese “aaaaah” estarás expulsando de tu cuerpo todas esas emociones, por lo que el tono, la
duración y la intensidad debe ser congruente con la emoción que estás sacando. Hazlo hasta que sientas
que ya te depuraste.
3. Habla en alemán
Si son demasiados los corajes y enojos que traes acumulados, entonces es momento de recordar esas
películas en alemán que has visto y convertirte en uno de los actores principales. ¡Se trata de escupir en
alemán lo que sientes! Obviamente no vas a hablar el idioma tal cual (si sabes hablarlo elige otro idioma o
invéntate uno sólo para esto), la idea es que emitas sonidos sin sentido que te ayuden a liberar tus
emociones.
6. Mindfulness
También te sugerimos hacer un ejercicio de mindfulness: Te vas a sentar en un lugar tranquilo, ya sea en
el piso sobre un cojín o en una silla, el punto es que te sientas cómodo. Primero vas a sentir tu respiración
por unos 5 minutos y vas a observar que tu mente tiene pensamientos. No luches contra ellos y no los
quieras quitar, simplemente vuelve a poner atención a tu respiración. Paso seguido, vas a poner toda tu
atención en sentir tu garganta; al sentirla, le vas a mandar oxígeno cada vez que inhalas y vas a liberar la
tensión que encuentres ahí al exhalar. Observa las sensaciones que tienes en tu garganta sin juicio y sin
etiqueta, simplemente siéntelas. El simple hecho de hacer esto te dará mucha luz sobre lo que te está
pasando.
8. Sonríe
Está comprobado que sonreír relaja los músculos de tu cara y cuello, además de los beneficios a nivel de
hormonas en tu cuerpo. Si no te nace sonreír, ponte un lápiz horizontal de tal forma que lo muerdes, al
tiempo que lo haces intenta masticar como camello y verás si no te ríes. Si esto no te da resultado,
entonces pon tu serie favorita en la computadora o llénate de vídeos. Yo sé que a veces todo lo que “da
risa” puede resultar ilógico o sin sentido para ti, pero insiste en volver a activar tu sentido del humor que
seguramente es muy bueno, nada más que está apagado.
A veces sólo tienes que forzar la sonrisa para que se convierta en genuina. ¡Hazlo ahorita y compruébalo!
En Conclusión
Como puedes ver, esa sensación de que tienes algo atorado en la garganta puede originarse por causas
físicas debidas a la tensión. Y sí, genera malestar, pero no es peligroso. Recuerda que no te atragantarás a
la hora de comer, beber o ingerir alguna pastilla. Tu cuerpo y garganta son muy sabios y saben deglutir
los alimentos correctamente, pues lo han estado haciendo durante mucho tiempo.
Ten en cuenta que para desatorar la garganta es necesario identificar tanto las causas físicas como las
emocionales. Así que intenta responder las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que te está costando trabajo
tragar en tu vida en estos momentos? ¿Qué es lo que quieres hablar o expresar y sientes que tienes atorado
entre tu pecho y tu boca? Si piensas que es necesario hablarlo, pero no sabes por dónde empezar o con
quién hacerlo, recuerda que la terapia es un espacio para poder identificar esos sentimientos atorados y
encontrar los recursos para superarlos.