NIÑOS
1. Elogiarlo: de forma frecuente y sincera. Es importante decir al niño lo que hace bien,
en ese momento, e intentar conocerlo a fondo para darnos cuenta de lo que piensa de
sí mismo, las virtudes y defectos que cree poseer, y ayudarle a reestructurar los
pensamientos considerados negativos.
5. Dificultades para dormir: realizar pautas de higiene del sueño: mantener un horario
fijo para dormir, en el cual las horas de sueño sean las recomendadas, realizar con él
actividades relajantes y que le gusten (como pueden ser leer o escuchar música suave).
Es recomendable terminar el día con un comentario positivo.
1. Ejercicio físico: Anda a paso ligero de 15 a 30 minutos cada día, o baila, corre o monta
en bicicleta, si lo prefieres. A las personas deprimidas no les suele apetecer estar
activas. Pero, de todos modos, oblígate a hacerlo (pídele a un amigo que te acompañe si
lo necesitas para estar motivado). En cuanto hagas del ejercicio un hábito, no tardarás
mucho en percibir un cambio positivo en tu estado de ánimo.
2. Las posturas de yoga: Prueba la postura del perro con la cabeza hacia abajo o la de
piernas arriba contra la pared (puedes encontrar estas dos posturas en sitios de
Internet sobre yoga). Hay otros dos aspectos del yoga: los ejercicios de respiración y la
meditación, que también pueden ayudar a encontrarse mejor a la gente deprimida.
4. Exprésate. Cuando una persona está deprimida, puede tener bloqueadas la creatividad
y la capacidad para disfrutar de las cosas. Ejercita tu imaginación (pintando, dibujando,
haciendo garabatos, cosiendo, escribiendo, bailando, componiendo música, etc.) y no
sólo conseguirás que fluyan tus jugos creativos sino que es posible que también
experimentes emociones positivas. Dedica tiempo a jugar con un amigo o con tu
mascota o haz algo divertido a solas. Encuentra algo de qué reírte; como una comedia,
por ejemplo. La risa ayuda a levantar el ánimo.
5. Intenta fijarte en el lado positivo de las cosas. La depresión repercute sobre los
pensamientos de las personas, haciendo que todo parezca negro, desastroso, triste y
negativo. Si la depresión te está haciendo fijarte solo en lo negativo, haz un esfuerzo
para fijarte en las cosas buenas de la vida. Primero intenta identificar una cosa
positiva, luego intenta buscar otra más. Considera tus puntos fuertes, tus dones y lo
afortunado que eres. Y, sobre todo, no te olvides de tener paciencia contigo mismo. La
depresión requiere tiempo para curarse.
1. Explícale lo que está sintiendo, sin censurar o minimizar lo que te comenta. Una vez que
lo escuchas puedes entonces explicarle lo que le está pasando. Tan básico como “estás
creciendo”, “te sientes con miedo porque no sabes lo que va a pasar”, etc.
Explicar lo que le está pasando a través de ejemplos con uno mismo es de gran ayuda.
Lo que sea que tú percibas que está sintiendo, refléjaselo, pues él o ella no sabe lo que
siente y el descubrirlo y ponerle palabras ayuda mucho para empezar a gestionarlo.
Imagínate la angustia de sentir una cantidad de cosas dentro y no saber qué es eso.
2. Ayudarle a manejar sus emociones. Entonces, ya lo escuchaste, ya le explicaste qué le
pasa, y ahora se trata de ayudarle a manejar lo que siente. Esto lo puedes hacer con
una hoja y colores, diciéndole que dibuje lo que siente. También puede ser que se
vayan a un lugar donde pueda gritar con todas sus fuerzas la frustración, el enojo o el
miedo, si tiene algún miedo a fantasmas o monstruos, puedes acompañarlo a abrir la
puerta del clóset y enfrentar.
Se trata de que canalice lo que siente y enfrente eso que siente, para que pueda
también relajarse e inclusive llorar. Si ya tiene mucho lenguaje y puede expresar eso
que siente con sus propias palabras… pues mejor, pero a veces necesitan de otros
recursos para hacerlo.
Aquí necesitarás aplicar tu creatividad, pero por ejemplo, si te dice que tiene miedo a
que alguno de sus padres muera, le puedes preguntar “qué sientes que pasaría si
alguno de tus padres muere?”, la respuesta más común es “me quedaría sólo” y
entonces, sería ayudarle a descubrir que puede estar sólo y que no hay peligro en eso,
puedes ayudarle a ver cuáles son sus fortalezas y por qué podría disfrutar de estar con
él mismo.
La idea es que más que decirle, lo acompañes en descubrir la verdad más allá de lo que
piensa que puede pasar, y que llegue a pensamientos más realistas y flexibles, a que
descubra la realidad sin aumentar de proporción los miedos.
4. Establecer horarios ayudara en la confianza de los niños y establecer rutinas de sueño
es muy favorable. Dormir para los niños es igual de importante que comer, y cuando
no obtienen el sueño suficiente, su cerebro dejara de trabajar adecuadamente y se
pone muy difícil la situación.
Entonces, dale importancia a que tenga un horario para irse a dormir, con una rutina
previa para que sea lo más predecible posible, y que esté durmiendo las suficientes
horas. Puedes revisar esta tabla para ver si estás mas o menos en lo que se necesita.
3. Planificar: Hoy en día tenemos múltiples actividades y tareas que compaginar. A veces
este exceso de responsabilidades ocasiona niveles altos de estrés.
Una de las estrategias que podemos llevar a cabo es tratar de planificarnos el día con
antelación intentando que dé tiempo a todo lo que tenemos que hacer.
Puedes utilizar la agenda, aplicaciones del teléfono como Google Calendar, etc., donde
tu día quedará estructurado y no tendrás que estar pensando qué hacer a
continuación, dejando así que tu mente se ocupe de otras responsabilidades.
4. Haz ejercicio físico: La actividad física es un buen aliado contra los niveles altos de
estrés y ayuda también a afrontar la depresión. Hay estudios que demuestran que la
práctica de ejercicio físico reduce los niveles de ansiedad y depresión.
Además, será mucho mejor si lo haces acompañado, dado que te beneficiarás de
compartir el deporte con otras personas y tu motivación se verá incrementada.
Debes realizar ejercicio al menos 3-4 veces a la semana, aunque lo ideal es que se
realice ejercicio 5 días a la semana durante alrededor de 45-60 minutos.
Recuerda no hacerlo en horas próximas al sueño dado que el ejercicio físico activa, por
lo que es mejor que lo hagas por la mañana o a lo largo de la tarde.