Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ten paciencia y no temas sufrir vergüenza al creer y luchar por alcanzar las
promesas del Señor.
julio 24, 2012 Por: Pastor Cash Luna
Dios nos ha dado una medida de fe única para que, en primer lugar, creamos en
nosotros mismos y en las capacidades que nos ha dado 1. Para ejercer nuestra fe
con valor debemos convencernos de que Dios nos creó únicos y que estamos
hechos a la medida de los retos que enfrentaremos. No hay problema que no
puedas enfrentar porque nuestro Padre te ha dotado de la medida de fe exacta
para salir adelante.
En la Biblia leemos que Jesús le habló a Simón sobre la tentación que este
discípulo enfrentaría2. Le dijo que sería zarandeado, por eso, Él rogaba porque la
fe del discípulo no faltara, ya que era esa medida única de fe la que lo ayudaría a
superar el reto. Cuando se tiene fe ni el pecado puede detenerte. ¡Sigue adelante!
Confía en Jesucristo quien no te condena, sino que te perdona y ruega para que tu
fe no falte.
Todos los hombres y mujeres de los que habla la Biblia tuvieron la fe exacta para
superar sus propios desafíos. Noé tuvo fe para construir un arca, no para tener un
hijo como sucedió con Abraham. Solamente David necesitó la fe específica para
vencer a Goliat. Tú necesitas tu propia fe para ese desafío personal. Actívala y
descubrirás cómo resolver cada situación. Quienes tienen fe son más creativos y
exitosos ya que piensan de forma distinta, retan a la razón y se enfocan en
encontrar soluciones para lograr lo que visualizan. ¡La fe es energía pura que
debemos usar para alcanzar nuestras metas!
La Biblia dice que Abraham creyó, incluso cuando ya no había esperanza, porque
era imposible que él y Sara tuvieran hijos4. Esto nos hace pensar que la sazón de
la fe es la paciencia y el riesgo es la vergüenza. A veces, no te arriesgas a tener fe
por evitar la vergüenza, pero en la Escritura, la gente que creyó, se arriesgó. ¿Qué
hubiera hecho Josué si luego de ordenar que le dieran la vuelta a Jericó durante
siete días, los muros no caen? ¿Qué hubiera pasado con Abraham si después de
anunciarlo tanto, no llega el hijo que anhelaba? Seguro hubieran hecho el ridículo,
pero se arriesgaron por fe. Jesucristo sufrió la vergüenza y el oprobio en la cruz
para salvarnos. Y al tercer día, ¡se acabó la humillación y vino la gloria! Se levantó
victorioso de la tumba y tomó Su lugar a la derecha del Padre. Por eso, ¡Él es el
autor y consumador de la fe!
Cuando usas tu fe y tu paciencia, te arriesgas a pasar vergüenza, pero debes
intentarlo porque el riesgo vale la pena. Ten paciencia y no sientas pena de ser
avergonzado por tu fe. Cuando organizamos las cruzadas de sanidad no pensamos
en la vergüenza que sufriremos si los milagros no suceden, porque confiamos en la
promesa del Señor, quien no dejará avergonzados a aquellos que confían en Él.
¡Asume tus riesgos! Dios no te dejará solo, siempre estará contigo. Nuestro Padre
quiso contar la historia de las personas que creyeron en Él para que nosotros
tomáramos ejemplo y confiáramos de la misma forma. Cree y ten paciencia porque
tu historia se contará como ejemplo de la fe que logra proezas en el Señor.
1
Romanos 12:3 aconseja: Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual
que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe
tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno.
2
Lucas 22:31-32 relata: Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os
ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no
falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
3
Hebreos 6:11-12 explica: Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la
misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os
hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan
las promesas.
4
Romanos 4:17-19, versión Dios habla hoy, dice: Te he puesto por padre de
muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y
llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra
esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le
había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su
cuerpo, que estaba ya como muerto, siendo de casi cien años, o la esterilidad de
la matriz de Sara.
Por fe, no por vista
La Palabra dice que por la fe creemos que fue hecho lo que no se veía, ya que fe
es la convicción de lo que no se ve 2. Todo lo creado surgió de la Palabra de Dios
cuando no existía nada. Así que nadie puede decir que vive por fe si no cree lo que
no ve. Además, la fe debe estar conectada a la boca, porque la Biblia dice que si
confesamos lo que creemos, lo que confesamos será hecho. Debemos hablar con
fe de lo que no tenemos pero tendremos, de lo que no hemos logrado, pero
lograremos.
Si quieres dejar de afanarte por tus necesidades ten fe, piensa en un sueño grande
y enfócate en lograrlo. No significa que las dificultades desaparecerán, pero al
concentrarte en objetivos más altos, lo urgente será más fácil de alcanzar. Lo
vemos con Erick Barrondo, marchista guatemalteco, quien a pesar de sus escasas
posibilidades económicas logró entrenar para los Juegos Olímpicos. Si se hubiera
concentrado en conseguir recursos para subsistir, estaría en su pueblo trabajando
en alguna tarea de supervivencia, pero vio más allá y logró ser campeón. Además,
él dijo que iba por la medalla de oro y se cubrió de gloria al conseguir la de plata.
Su fe era tan grande que antes de irse a la competencia en Londres, ¡le compró a
su familia un televisor de pantalla plana para que pudieran verlo ganar! Si hubiera
llegado con la limitada aspiración de lograr “aunque fuera la medalla de bronce”
quizá no logra la hazaña que conmovió a todo el mundo, especialmente a los
guatemaltecos. Si quieres pegarle a las estrellas debes apuntar a la luna. Si le
apuntas a las estrellas, tal vez, con suerte, le pegas al bombillo de tu casa. Es más
fácil soportar la adversidad y salir adelante cuando tienes un sueño y con fe,
luchas por hacerlo realidad. Necesitamos caminar por fe y no por vista 3.
Testimonios como este me hacen pensar que acaso nuestra abundancia de
recursos es el estorbo para tu fe. Por eso, cuando venga la escasez debemos dar
gracias, porque quizá ese problema se convierta en nuestra mayor oportunidad
para realizar los sueños que anhelamos.
Al leer el pasaje de los ciegos que siguieron a Jesús me cuestiono porque es una
pena que ellos, sin ver, lo siguieran, y nosotros que podemos ver, a veces no lo
hacemos. Esos ciegos demostraron su fe con hechos y acciones 4, tal como
debemos hacer nosotros. Caminar por fe y no por vista significa recibir tu cheque
de quincena y decirle al Señor: “Sé que este dinero no me alcanza, pero tengo fe
en que Tú me proveerás ”. Cuando hagas eso, tu vida cambiará y estarás en
camino a ver grandes prodigios. La mujer con flujo de sangre 5 y el centurión6 se
acercaron a Jesús y recibieron lo que buscaban porque escucharon sobre Él y lo
buscaron. Mantengámonos atentos a Su voz para que nuestra fe crezca y nos lleve
a obtener Sus promesas.
La Palabra nos cuenta la historia de Ana, madre del profeta Samuel 7, quien sufría
por ser estéril. Entonces, leemos que Elí se le acercó y le dijo que fuera en paz y
que recibiera lo que había pedido. Luego, ella hizo tres cosas que nos enseñan
muchísimo sobre nuestra correcta actitud de fe.
1
Juan 20:26-31 cuenta sobre Tomás: Ocho días después, estaban otra vez sus
discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y
se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu
dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios
mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que
no vieron, y creyeron. Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de
sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito
para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre.
2
Hebreos 11: 1 nos enseña: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve.
3
2 Corintios 5:7 asegura: Porque por fe andamos, no por vista.
4
Mateo 9:27-27 cuenta: Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando
voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! Y llegado a la casa,
vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos
dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os
sea hecho.
5
Marcos 5:27-29 relata: Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la
multitud, y tocó su manto.
6
Lucas 7:3 dice: Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos
de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.
7
1 Samuel 1:17-18 relata: Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te
otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de
tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.