Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y
échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será
hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo
recibiréis, y os vendrá.
“3
Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones,
para satisfacer sus propias pasiones”.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Santiago 4:3-5 (NVI)
“3
Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para
satisfacer sus propias pasiones”.
Cuando hacemos nuestra petición u oración ES NECESARIO
REFLEXIONAR:
¿piense y sienta si esa petición glorificará al Señor?
¿piense y sienta cómo está su vida delante de Él?
¿piense y sienta cuál es su verdadera motivación?
Hay quien se acerca a Dios solo por tener una opción que influya en
su beneficio propio y conseguir sus propios intereses, la forma de
vida de estas personas se caracteriza entonces porque está guiada
por sí mismos.
Hay quien se acerca a Dios cuando las cosas se tuercen, y es
entonces cuando ponen más atención a su vida espiritual, la forma de
vida de estas personas se caracteriza por estar guiada según su
propia conveniencia.
Se encomiendan por un tiempo para que Dios en este periodo les
resuelva el problema pero luego poco a poco continúan viviendo
según convenga.
Y hay quienes se acercan a Dios rogando y pidiendo por su vida y por
la de los demás, la vida de estas personas esta siempre sujeta a la
voluntad de Dios y a su palabra, no dependen de las circunstancias
de la vida.
Todo lo que le pidamos a Dios tiene que ser con una actitud de siervo, con
un corazón dispuesto a hacer cualquier cosa que Dios nos pida.
LA FE Y LA ORACIÓN AUTENTICA
"Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis,
y os vendrá" (Mr. 11:24).
El Señor tuvo cuidado del bienestar del alma de Pedro y su determinación fue
fortalecer la fe de Pedro mediante su propio poder en la oración.
Pedro, en su segunda epístola, tiene esta idea en mente cuando habla del
crecimiento en la gracia como una medida de seguridad en la vida cristiana y
como un medio de llevar fruto: "Vosotros también, poniendo toda diligencia por
esto mismo, añadid a vuestra fe, virtud, a la virtud, conocimiento, al
conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia,
piedad, a la piedad afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas
cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni sin fruto en
cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo" (2 P. 1:5-8).
Esa fe se mantiene viva por medio de la oración, y cada paso que se toma en
este proceso de añadir a la gracia es acompañado por la oración.
En este caso, vemos una fe centrada únicamente en el poder del Señor para
obrar y, como consecuencia, la manifestación de su poder sanador.
Precisamente, tratando sobre este mismo punto de la fe, el Señor hizo aquella
pregunta a los ciegos que vinieron a Él para ser sanos:
Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los
ojos de ellos fueron abiertos" (Mt. 9:28-30).