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MINISTERIOS EBENEZER IGLESIA DE CRISTO “JUDÁ” ESCUELA DE CORDERITOS

SANTA CENA
04
“53Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en
el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi
carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el
Padre, así el que me come, él también vivirá por mí. 58 Éste es el pan que descendió del cielo: No como vuestros
padres que comieron el maná, y murieron; el que come de este pan vivirá eternamente.” (Juan 6:53-58 RVG)

INTRODUCCIÓN

La frase “de cierto, de cierto”, nos deja ver el mensaje encriptado en el libro de Juan, de aquellas cosas que son
necesarias para nuestra vida. Una de ellas, es la ministración de la Santa Cena. Este es un regalo maravilloso que
Dios nos ha concedido, a quienes creemos en Él.

DESARROLLO

Este acto fue instituido por El Señor Jesús: Lucas 22:19-20 “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo:
Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo
cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” También
es remarcado por el apóstol Pablo: 1 Co. 11:23-25 “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que
el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed,
esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo, tomó también la copa,
después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de mí.”

La Santa Cena es un medio que Dios utiliza, para que cada uno puedo examinar su propia vida: 1 Co. 11:28-30 “Por
tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin
discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. Por esta razón hay muchos débiles y
enfermos entre vosotros, y muchos duermen.”

El vino representa la sangre del Señor Jesús, y el pan, su cuerpo molido por nuestros pecados. La Biblia explica que
Jesús es el pan de vida, y el pan vivo que descendió del cielo. Por ello, los que comemos de Él, no morimos, sino
que vivimos para siempre (Juan 6:48: 6:50-51, 58). La sangre a su vez fue derramada para perdón de pecados, para
darnos vida y paz para con Dios (He. 9:22; Col. 1:20).

Para gozar de las bendiciones de la Santa Cena, es necesario observar algunos requisitos bíblicos:

• Tomarla dignamente (1 Co. 11-27-28): Es preciso que reconozcamos nuestra condición, y nos pongamos a
cuentas con Dios, para que su misericordia se manifieste en nuestra vida.

• Hacerlo periódicamente (1 Co. 11:26): Debemos tomarla recurrentemente y cada vez que podamos, pero
no por religiosidad.
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• Mantener el Orden (1Co, 11: 21 – 22, 33-34): Hay que respetar al Señor y a los miembros de la
congregación al momento de realizarlo.

• Participar dando gracias por los elementos (1 Co. 11:24).

El tomar la Cena del Señor, nos permite alcanzar varios beneficios Dentro de ellos se :encuentra:

• Acceder a la vida eterna y la resurrección (Juan


6:54).
• Permanecer en Él (Juan 6:56).

• Se abren nuestros ojos del espíritu (Lucas


24: 30 – 31).
• Recibir fuerzas, sanidad y vida (1 Co. 11:30).

• No ser juzgados (1 Co. 11:31)

• No ser condenados (1Co 11:32).

En la Biblia, podemos ver muchos pasajes relacionados a la Santa Cena. Uno de ellos se encuentra en el
libro de Éxodo, capítulo 12. Allí, se narra cómo Dios le dio instrucciones a Moisés para que el pueblo
celebrara la pascua, sacrificando un cordero, comiéndolo y rociando la sangre. A nosotros, en este
tiempo nos ha alcanzado el sacrificio del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este sacrifico
perfecto, nos permite comer del cordero (Santa Cena), para nuestros pecados sean borrados y nuestros
enemigos sean derrotados, guardando así en nuestro corazón, la promesa de salir de esta tierra para
encontrarnos con Él.

Mateo 26:30, nos enseña que el Señor Jesús, después de haber compartido el pan y el vino, cantó un
himno con sus apóstoles. La Santa Cena entonces, cambiará nuestro corazón, y producirá un gozo tan
grande, que tendremos cantos nuevos para Él.

Apocalipsis 3:20 nos declara “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, y si alguno oye mi voz abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.”

CONCLUSION
La voz de Dios se levanta en este tiempo para hablarnos por medio de sus siervos, quienes nos invitan
a abrir nuestro corazón y reconocer que nos es necesario participar de la Santa Cena. Si por algún motivo
te habías alejado del Señor, hoy Él te está llamando, y te da la oportunidad de ponerte a cuentas para
restablecer la comunicación con Él. Permite que Él entre en tu corazón, y participa de la Santa Cena
cuantas veces puedas, no pierdas ese precioso reglado de que Dios nos da.

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