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Título: Estándares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre derechos de las mujeres
Autor: Kemelmajer de Carlucci, Aída
Publicado en: RDF 90, 15/07/2019, 19
Cita Online: AR/DOC/1694/2019
"Mujer, si te han crecido las ideas, de ti van a decir cosas muy feas: que no eres buena, que si tal cosa;que
cuando callas te ves mucho más hermosa
Mujer, semilla, fruto, flor, camino, pensar es altamente femenino" (*)
I. Preliminares
Hace algo más de un quinquenio analicé la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(de ahora en adelante, Corte IDH) sobre la situación de la mujer (1); un artículo posterior se concentró en las
decisiones de ese tribunal sobre la violencia contra la mujer (2), tema que lamentablemente todavía no logra
encontrar soluciones eficaces; otros trabajos analizaron las sentencias relativas a la situación de los niños, niñas
y adolescentes (en adelante, "NNA" (3)) y de la familia (4); también he publicado algunas reflexiones sobre la
interpretación de la Convención Internacional de no discriminación contra la mujer (CEDAW) (5). Estas páginas
son una actualización de aquellos trabajos, razón por la que omito la jurisprudencia y la doctrina que ellos
contienen.
En esta oportunidad, me valgo de sentencias posteriores a 2013 (6), sus comentarios (7) y trabajos de
recopilación realizados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (8) (de ahora en adelante, CIDH),
por la Corte IDH (9) y por otros organismos del sistema regional (10).
Como en ocasiones anteriores, limito el campo de estudio; no trato el tema "género" en toda su dimensión
(11);
el análisis versa sobre los derechos de las mujeres, sin perjuicio de hacer alguna mención a decisiones sobre
temáticas más amplias, que tienen referencias concretas a las mujeres. Entre ellas, las pertenecientes a los
grupos originarios continúan teniendo un papel protagónico (12).
II. Algunos estándares surgidos de la jurisprudencia relativa a los derechos de las mujeres anterior a 2013.
Síntesis
La continuidad pretendida con los trabajos anteriores me exige enumerar, sintéticamente, a manera de
recordatorio, los estándares o reglas surgidos de la jurisprudencia de la Corte IDH anterior a 2013. Ellos son:
a) El andamiaje jurídico del orden público nacional e internacional de los derechos humanos descansa sobre
el principio imperativo de la protección igualitaria y efectiva de la ley y de la no discriminación.
b) No toda diferencia de trato es discriminatoria, sino sólo aquella que se basa en criterios que no pueden ser
racionalmente apreciados como objetivos y razonables; los criterios específicos según los cuales está prohibido
discriminar (art. 1.1 de la Convención Americana) no constituyen un listado taxativo o limitativo sino
meramente enunciativo. Además, el principio de igualdad y no discriminación no sufre lesión o merma cuando
se brinda trato diferente a personas cuya situación lo justifica, precisamente para colocarlas en posición de
ejercer verdaderamente los derechos y aprovechar auténticamente las garantías que la ley reconoce a todas las
personas. La desigualdad real, la marginación, la vulnerabilidad, la debilidad deben ser compensadas con
medidas razonables y suficientes que generen o auspicien condiciones de igualdad y ahuyenten la
discriminación, en la mayor medida posible.
c) El derecho a la salud de la mujer presenta peculiaridades por su capacidad reproductora. La mujer no es
un útero, pero tiene útero, por lo que ser mujer tiene implicaciones especiales en materia de salud.
Independientemente de su salud reproductiva, no puede negarse que el cuerpo de la mujer presenta
peculiaridades con amplia incidencia en el ámbito de la salud.
d) Los derechos reproductivos integran los derechos humanos: hay un derecho a procrear y un derecho a no
procrear.
e) Las leyes que regulan la interrupción del embarazo tienen que ser coherentes con la regla de que el
embrión no tiene derechos absolutos; de allí que viola la Convención una prohibición total y absoluta de la
interrupción del embarazo que no atienda a otros derechos en conflicto titularizados por la mujer.
f) La extrema pobreza y la falta de adecuada atención médica a mujeres en estado de embarazo o
post-embarazo son causas de alta mortalidad y morbilidad materna. Por eso los Estados deben brindar políticas
de salud adecuadas que, como mínimo:
(i) ofrezcan asistencia con personal entrenado adecuadamente;
(ii) prevengan la mortalidad materna a través de controles prenatales y posparto adecuados;
que mujer y mujeres aportan una imagen y una idea aceptablemente claras. De allí que mencionar violencia
contra las mujeres parecería alcanzar, no para evitarla, como sería deseable, pero para escribir cada vez más
acerca de ella. Para crear nuevos foros, nuevos grupos, nuevos círculos, nuevas cátedras, una pléyade venturosa
de personas ocupadas en pensar en las violencias de género. Porque la atención viró hacia el género como una
posición desde donde intervenir políticamente". "El género es un hacedor político necesario, un recurso útil para
debatir e incorporar matices y pliegues en las teorías que lo proponen y reclama una formalización de sus
contenidos y métodos de análisis. Pero, cuando se mata a una mujer, a una adolescente o a una niña se trata de
un femicidio y no un genericidio" (15).
La expresión "género" comenzó a utilizarse en el ámbito del derecho internacional recién en 1980, en
diversas conferencias internacionales en las que se habló de los derechos de la mujer. Recién en 2004 el Comité
de la CEDAW definió el género como "los significados sociales asignados a las diferencias biológicas entre los
sexos" y explicó que "se trata de una construcción ideológica y cultural, aunque también se reproduce dentro del
ámbito de las prácticas físicas y, a su vez, influye en los resultados de tales prácticas. Afecta la distribución de
los recursos, la riqueza, el trabajo, el poder político y la adopción de decisiones, el goce de los derechos dentro
de la familia y en la vida pública. A pesar de las variantes en las diferentes culturas y épocas, las relaciones de
género en todo el mundo suponen una asimetría de poder entre el hombre y la mujer como características
profundas. De esta manera, el género es un estratificado social y, en este sentido, se asemeja a otras fuentes de
estratos como la raza, la clase, la etnia, la sexualidad y la edad. Nos ayuda a comprender la estructura social de
la identidad sexual y la estructura desigual de poder vinculada a la relación entre los sexos" (16).
El Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su observación general 20 dice:
"20. Desde la aprobación del Pacto, el concepto de 'sexo' como causa prohibida ha evolucionado
considerablemente para abarcar no sólo las características fisiológicas sino también la creación social de
estereotipos, prejuicios y funciones basadas en el género que han dificultado el ejercicio de los derechos
económicos, sociales y culturales en igualdad de condiciones.
"De este modo, constituirían discriminación la negativa a contratar a una mujer porque pueda quedar
embarazada o asignar predominantemente empleos de bajo nivel o a tiempo parcial a mujeres por considerar, de
forma estereotipada, que no están dispuestas a consagrarse a su trabajo como se consagraría un hombre. La
denegación de la licencia de paternidad también puede constituir discriminación respecto de los hombres".
IV.2. La cuestión terminológica en la Corte IDH
La opinión consultiva OC-24/17 de 24/11/2017 dice:
"32. A mero título ilustrativo e incluso demostrativo de la dificultad antes señalada —e insistiendo en que no
los asume como propios en esta opinión— la Corte recuerda que los siguientes conceptos, tomados de diferentes
fuentes orgánicas internacionales, al parecer son los más corrientes en el plano internacional:
"a) Sexo: En un sentido estricto, el término sexo se refiere a las diferencias biológicas entre el hombre y la
mujer, a sus características fisiológicas, a la suma de las características biológicas que define el espectro de las
personas como mujeres y hombres o a la construcción biológica que se refiere a las características genéticas,
hormonales, anatómicas y fisiológicas sobre cuya base una persona es clasificada como macho o hembra al
nacer. En ese sentido, puesto que este término únicamente establece subdivisiones entre hombres y mujeres, no
reconoce la existencia de otras categorías que no encajan dentro del binario mujer/hombre.
"b) Sexo asignado al nacer: Esta idea trasciende el concepto de sexo como masculino o femenino y está
asociado a la determinación del sexo como una construcción social. La asignación del sexo no es un hecho
biológico innato; más bien, el sexo se asigna al nacer con base en la percepción que otros tienen sobre los
genitales. La mayoría de las personas son fácilmente clasificadas pero algunas personas no encajan en el binario
mujer/hombre.
"...
"n) Persona Heterosexual: Mujeres que se sienten emocional, afectiva y sexualmente atraídas por hombres;
u hombres que se sienten emocional, afectiva y sexualmente atraídos por mujeres.
"...
"o) Lesbiana: Mujer que es atraída emocional, afectiva y sexualmente de manera perdurable por otras
mujeres".
V. La igualdad y no discriminación, principio liminar derivado de la dignidad
La Corte IDH ratifica constantemente que la "noción de igualdad se desprende directamente de la unidad de
naturaleza del género humano y es inseparable de la dignidad esencial de la persona, frente a la cual es
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incompatible toda situación que, por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con
privilegio; o que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con hostilidad o de cualquier forma lo
discrimine del goce de derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran incursos en tal situación. En la
actual etapa de la evolución del derecho internacional, el principio fundamental de igualdad y no discriminación
ha ingresado en el dominio del ius cogens. Sobre él descansa el andamiaje jurídico del orden público nacional e
internacional y permea todo el ordenamiento jurídico. Los Estados deben abstenerse de realizar acciones que de
cualquier manera vayan dirigidas, directa o indirectamente, a crear situaciones de discriminación de iure o de
facto (17).
VI. Discriminación contra la mujer. Noción
La nota 148 de la opinión consultiva OC-24/17, de 24/11/2017, transcribe el art. 1º de la CEDAW según el
cual:
"La expresión discriminación contra la mujer denota toda distinción, exclusión o restricción basada en el
sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos
humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier
otra esfera".
VII. Carácter mutable de la noción "vida familiar". El reconocimiento de que la familia fue un "instrumento"
de desigualdades que perjudicaron a la mujer
Sobre el tema del epígrafe, la opinión consultiva OC-24/17, del 24/11/2017, explica:
"176. La existencia de la familia no ha estado al margen del desarrollo de las sociedades. Su
conceptualización ha variado y evolucionado conforme al cambio de los tiempos. Por ejemplo, hasta hace
algunas décadas, todavía se consideraba legítimo distinguir entre hijos nacidos dentro o fuera de un matrimonio.
Asimismo, las sociedades contemporáneas se han desprendido de nociones estereotipadas respecto de los roles
que los integrantes de una familia deben asumir, muy presentes en las sociedades de la región al momento de la
creación de la Convención. En ocasiones, la evolución de estas nociones ha ocurrido mucho antes que la
legislación de un Estado se adapte a las mismas".
En nota 344 ejemplifica sobre la desigualdad de la mujer en el ámbito familiar:
"En Guatemala, para el año 1998, aún se encontraban vigentes normas del Código Civil que disponían que
una mujer casada sólo podía ejercer una profesión o tener un empleo cuando ello no perjudicase 'sus funciones
de madre y ama de casa' (Código Civil, dec.-ley 106, de 14 de septiembre de 1963, arts. 113 y 114). Asimismo,
el art. 109 del Cód. Civil confería al marido la representación conyugal, y el art. 131 facultaba al esposo para
administrar el patrimonio conyugal. Además, el art. 110 se refería a las responsabilidades dentro del
matrimonio, confiriéndole a la esposa 'el derecho y la obligación' especial de cuidar de los hijos menores y del
hogar. Estas disposiciones fueron derogadas o reformadas por los decs. 80/1998 del Congreso de 23 de
diciembre de 1998, y 27/1999 del Congreso de la República de 30 de agosto de 1999.
"De la misma manera, en Nicaragua, el art. 151 del Cód. Civil establecía que '(e)l marido es el representante
de la familia, y en su defecto la mujer'; además, el art. 152 indicaba que '(e)l marido está obligado a vivir con su
mujer y esta a vivir con su marido y a seguirle donde quiera que traslade su residencia'. Estas normas fueron
derogadas por los arts. 79 a 82 y 671 del Código de Familia, ley 870 del 26 de agosto de 2014.
"Por su parte, el Código Civil paraguayo ley 1183/1985, 18 de diciembre de 1985 determinaba en su art. 158
que '(s)erá necesaria la conformidad de ambos cónyuges para que la mujer pueda realizar válidamente los actos
siguientes: a) ejercer profesión, industria o comercio por cuenta propia, o efectuar trabajos fuera de la casa; b)
dar sus servicios en locación; c) constituir sociedades colectivas, de capital e industria, o en comandita, simple o
por acciones; d) aceptar donaciones; e) renunciar a título gratuito por actos entre vivos, de los bienes que ella
administre. En todos los supuestos en que se exija el acuerdo del marido, si este lo negare, o no pudiere
prestarlo, podrá la mujer requerir al juez la debida autorización, quien la concederá cuando la petición
respondiere a las necesidades o intereses del hogar', adicionalmente el art. 195 establecía que '(e)l marido es el
administrador de los bienes de la comunidad, salvo las excepciones previstas en este capítulo'. Las anteriores
disposiciones fueron derogadas a través de la ley 1/1992 del 25 de junio de 1992, art. 98".
VIII. Los estereotipos, sus causas y efectos negativos en la tarea de investigación de los ataques a los
derechos humanos
En diversas decisiones, la Corte IDH reitera, machacona, pero necesariamente, sobre los efectos perniciosos
de los estereotipos (18).
La insistencia parece necesaria por la dificultad en eliminarlos. Una autora española recuerda que, en
Profesión para mujeres, Virginia Woolf relata sobre el Ángel de la casa, un fantasma que le ha perseguido
durante una etapa de su vida como escritora. "Ese ángel, una mujer que cumplía con los atributos que le eran
prescriptos (empática, entregada a la familia y simpática con los deseos y opiniones de los otros), la
acompañaba y le decía que las mujeres "deben ser encantadoras, deben conciliar, deben (...) mentir para tener
éxito". El ángel le recordaba cómo debería ser y qué debería decir para cumplir con su papel de mujer y contar
con la aprobación de los demás; ella tuvo que luchar arduamente contra ese fantasma hasta haberse "deshecho
de una falsedad", pero advirtió: "Es mucho más difícil matar un fantasma que algo real. Siempre vuelve
disimuladamente cuando se cree haberlo despachado" (19).
Véase:
a) Caso "Ramírez Escobar y otros v. Guatemala", 09/03/2018
Recordó el concepto de estereotipo:
"Nro. 294. Los estereotipos de género se refieren a una preconcepción de atributos, conductas o
características poseídas o papeles que son o deberían ser ejecutados por hombres y mujeres respectivamente,
cuya creación y uso es particularmente grave cuando se reflejan, implícita o explícitamente, en políticas y
prácticas, particularmente en el razonamiento y el lenguaje de las autoridades estatales. La Corte ha
identificado, reconocido, visibilizado y rechazado estereotipos de género que son incompatibles con el derecho
internacional de los derechos humanos y respecto de los cuales los Estados deben tomar medidas para
erradicarlos, en circunstancias en las que han sido utilizados para justificar la violencia contra la mujer o su
impunidad, la violación de sus garantías judiciales, o la afectación diferenciada de acciones o decisiones del
Estado" (20).
Constató el uso de estereotipos en cuanto a los roles de género asignados a la madre y el padre en diversos
informes y decisiones judiciales que usan un lenguaje que manifiestan tales preconceptos.
"Nro. 296. En este sentido, por un lado, distintos informes estudiaron si la señora Ramírez Escobar podía o
no asumir su 'rol maternal' o 'rol de madre', sin que quede claro qué características le atribuyen a ese rol;
analizaron si 'aceptaba su rol femenino' y 'el modelo sexual' que atribuyen a dicho rol; basaron sus
consideraciones en testimonios según los cuales la señora Ramírez Escobar era una madre irresponsable porque,
inter alia, 'abandona(ba) a (sus hijos) cuando se va a trabajar', y que por estas razones, entre otras, 'observaba
una conducta irregular'".
"Nro. 297. Por otra parte, a lo largo de todo el proceso de declaratoria de abandono en ningún momento se
trató de localizar al señor Gustavo Tobar Fajardo, padre de Osmín, o a la persona que aparecía como padre de J.
R. en su partida de nacimiento. Toda la averiguación realizada por los juzgados de menores y los informes y
dictámenes de la Procuraduría General de la Nación se referían al alegado abandono de la madre, reflejando una
idea preconcebida del reparto de roles entre padres, por los cuales sólo la madre era responsable del cuidado de
sus hijos.
"Este tipo de estereotipos en cuanto al rol de una madre implica utilizar una concepción 'tradicional' sobre el
rol social de las mujeres como madres, según la cual socialmente se espera que lleven la responsabilidad
principal en la crianza de sus hijas e hijos".
"Nro. 298. Esta asignación de roles no sólo actuó en perjuicio de la señora Ramírez Escobar sino también
del señor Tobar Fajardo. Nunca se intentó ni consideró ubicar a Gustavo Tobar Fajardo, padre de Osmín Tobar
Ramírez, para investigar la posibilidad de concederle el cuidado de su hijo". "Si bien vivía en otro país, él
mantenía una relación familiar con su hijo y no había desatendido sus responsabilidades. Una vez enterado de lo
sucedido... intentó por todos los medios legales a su alcance recuperar a su hijo y al hermano de este, a pesar de
que las diferentes autoridades estatales que intervinieron en el caso jamás lo consideraron al separar a su hijo de
su familia, entregarlo en adopción internacional y removerlo del país.
"Por tanto, los estereotipos sobre la distribución de roles parentales no sólo se basaron en una idea
preconcebida sobre el rol de la madre, sino también en un estereotipo machista sobre el rol del padre que asignó
nulo valor al afecto y cuidado que el señor Tobar Fajardo podía ofrecer a Osmín Tobar Ramírez como su padre.
De esta manera, se privó al señor Tobar Fajardo de sus derechos parentales, en cierta medida presumiendo e
insinuando que un padre no tiene las mismas obligaciones o derechos que una madre, ni el mismo interés, amor
y capacidad para bridar cuidado y protección a sus hijos".
b) Caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014
Derivó la existencia de prejuicios y estereotipos sobre el rol social de las mujeres de informes de
funcionarios que hacían referencia explícita a la forma de vestir de la víctima, su vida social y nocturna, sus
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creencias religiosas, así como a la falta de preocupación o vigilancia por parte de su familia (nro. 212) (21).
Señaló que los estereotipos de género tienen una influencia negativa en la investigación, en la medida en que
trasladan la culpa de lo acontecido a la víctima y a sus familiares, cerrando otras líneas posibles de búsqueda
sobre las circunstancias del caso e identificación de los autores. De allí que la creación y uso de estereotipos se
convierte en una de las causas y consecuencias de la violencia de género en contra de la mujer (nro. 213).
c) Caso "Velásquez Paiz y otros vs. Guatemala", 19/11/2015
En el parágrafo 187, la Corte IDH valora la declaración de un perito que afirma:
"El concepto de crimen pasional es parte de un estereotipo que justifica la violencia contra la mujer. El
calificativo pasional pone el acento en justificar la conducta del agresor. Por ejemplo, la mató por celos, en un
ataque de furia, son expresiones que promueven la condena a la mujer que sufrió violencia. Se culpabiliza a la
víctima y se respalda la acción violenta del agresor. En este sentido, prejuzga sobre el móvil, atenuando la
responsabilidad del posible autor y minimizando la necesidad de protección de la víctima" (22).
El pasaje resulta muy interesante porque pone de manifiesto cómo expresiones del uso cotidiano manifiestan
estereotipos discriminadores que perjudican la investigación de los delitos.
d) En el mismo sentido, sobre el lenguaje discriminador en caso "Mujeres víctimas de tortura sexual en
Atenco vs. México", 28/11/2018, nro. 216, valoró:
"Las formas altamente groseras y sexistas en que los policías se dirigieron a las víctimas, con palabras
obscenas, haciendo alusiones a su imaginada vida sexual y al supuesto incumplimiento de sus roles en el hogar,
así como a su supuesta necesidad de domesticación, es evidencia de estereotipos profundamente machistas, que
buscaban reducir a las mujeres a una función sexual o doméstica, y donde el salir de estos roles, para manifestar,
protestar, estudiar o documentar lo que estaba pasando en Texcoco y San Salvador de Atenco, es decir, su
simple presencia y actuación en la esfera pública, era motivo suficiente para castigarlas con distintas formas de
abuso".
Agregó:
"En aras de garantizar a las mujeres una igualdad real y efectiva y, particularmente, teniendo en cuenta las
circunstancias de este caso, a efectos de garantizar a las mujeres la posibilidad de participar en la vida pública
en las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano, los Estados deben adoptar medidas activas y positivas
para combatir actitudes estereotipadas y discriminatorias. En la medida en que estas conductas se basan en
prejuicios y patrones socioculturales profundamente arraigados, no basta una actitud pasiva por parte del Estado
o la simple sanción posterior, lo cual ni siquiera ha ocurrido en este caso. Es necesario que el Estado
implemente programas, políticas o mecanismos para activamente luchar contra estos prejuicios y garantizar a
las mujeres una igualdad real. Cuando el Estado no desarrolla acciones concretas para erradicarlos, los refuerza
e institucionaliza, lo cual genera y reproduce violencia contra la mujer".
e) Caso "Gutiérrez Hernández y otros vs. Guatemala", 24/08/2017, nro. 173
La Corte insiste lo siguiente:
"Los prejuicios personales y los estereotipos de género afectan la objetividad de los funcionarios estatales
encargados de investigar las denuncias que se les presentan, influyendo en su percepción para determinar si
ocurrió´ o no un hecho de violencia, en su evaluación de la credibilidad de los testigos y de la propia víctima.
Los estereotipos 'distorsionan las percepciones y dan lugar a decisiones basadas en creencias preconcebidas y
mitos, en lugar de hechos', lo que a su vez puede dar lugar a la denegación de justicia, incluida la
revictimización de las denunciantes. Cuando se utilizan estereotipos en las investigaciones de violencia contra la
mujer se afecta el derecho a una vida libre de violencia, más aún en los casos en que estos estereotipos por parte
de los operadores jurídicos impiden el desarrollo de investigaciones apropiadas, denegándose, además, el
derecho al acceso a la justicia de las mujeres. A su vez, cuando el Estado no desarrolla acciones concretas para
erradicarlos, los refuerza e institucionaliza, lo cual genera y reproduce violencia contra la mujer".
IX. Situaciones de especial vulnerabilidad de la mujer
La Corte IDH, al igual que otros organismos internacionales, como son los diversos Comités creados en los
tratados y convenciones de derecho humanos, se han encargado de señalar situaciones que generan especiales
condiciones de vulnerabilidad de mujeres (cualquiera sea su edad). Véanse los siguientes casos.
IX.1. Mujeres migrantes (23)
La opinión consultiva OC-21/14 de 19/08/2014 sobre derechos y garantías de niñas y niños en el contexto
de la migración y/o en necesidad de protección internacional se ha detenido en la especial situación de
personalidad de las mujeres. Por consiguiente, la decisión de ser o no ser madre o padre pertenece a la esfera de
las decisiones autónomas de los individuos respecto a su vida privada y familiar".
"154. Existe una intrínseca vinculación entre los derechos a la vida privada y a la integridad personal con la
salud humana; la falta de atención médica adecuada puede conllevar la vulneración del art. 5.1 de la
Convención".
"155. La salud, como parte integrante del derecho a la integridad personal, no sólo abarca el acceso a
servicios de atención en salud en que las personas gocen de oportunidades iguales para disfrutar del más alto
nivel posible de salud, sino también la libertad de cada individuo de controlar su salud y su cuerpo y el derecho
a no padecer injerencias, tales como no ser sometido a torturas ni a tratamientos y experimentos médicos no
consentidos".
"157. La salud sexual y reproductiva constituye ciertamente una expresión de la salud que tiene particulares
implicancias para las mujeres debido a su capacidad biológica de embarazo y parto. Se relaciona, por una parte,
con la autonomía y la libertad reproductiva, en cuanto al derecho a tomar decisiones autónomas sobre su plan de
vida, su cuerpo y su salud sexual y reproductiva, libre de toda violencia, coacción y discriminación. Por el otro
lado, se refiere al acceso tanto a servicios de salud reproductiva como a la información, la educación y los
medios que les permitan ejercer su derecho a decidir de forma libre y responsable el número de hijos que desean
tener y el intervalo de nacimientos".
"185. El elemento de la libertad de una mujer para decidir y adoptar decisiones responsables sobre su cuerpo
y su salud reproductiva, sobre todo en casos de esterilizaciones, puede verse socavado por motivos de
discriminación en el acceso a la salud; por las diferencias en las relaciones de poder, respecto del esposo, de la
familia, de la comunidad y del personal médico; por la existencia de factores de vulnerabilidad adicionales, y
debido a la existencia de estereotipos de género y de otro tipo en los proveedores de salud. Factores tales como
la raza, discapacidad, posición socioeconómica, no pueden ser un fundamento para limitar la libre elección de la
paciente sobre la esterilización ni obviar la obtención de su consentimiento".
"186. La relación de poder entre el médico y la paciente puede verse exacerbada por las relaciones
desiguales de poder que históricamente han caracterizado a hombres y mujeres, así como por los estereotipos de
género socialmente dominantes y persistentes que constituyen de forma consciente o inconsciente la base de
prácticas que refuerzan la posición de las mujeres como dependientes y subordinadas".
"187. Los estereotipos de género negativos o perjudiciales pueden impactar y afectar el acceso a la
información de las mujeres en materia de salud sexual y reproductiva, así como el proceso y la forma en que se
obtiene el consentimiento. Una mujer que no tiene conocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos
puede ser propensa a adoptar una actitud menos asertiva respecto a sus derechos. Esto puede conllevar a que
deposite mayor confianza en el criterio de su médico, o que profesionales de la salud adopten una posición
paternalista respecto a su paciente. Ambas condiciones pueden abrir la puerta a una situación de ejercicio del
poder donde profesionales de la salud tomen decisiones sin tomar en cuenta la autonomía y voluntad de su
paciente".
La Corte visibiliza algunos estereotipos de género frecuentemente aplicados a mujeres en el sector salud que
generan efectos graves sobre la autonomía de las mujeres y su poder decisorio:
i) las mujeres son identificadas como seres vulnerables e incapaces de tomar decisiones confiables o
consistentes, lo que conlleva a que profesionales de la salud nieguen la información necesaria para que las
mujeres puedan dar su consentimiento informado;
ii) las mujeres son consideradas como seres impulsivos y volubles, por lo que requieren de la dirección de
una persona más estable y con mejor criterio, usualmente un hombre protector, y
iii) las mujeres deben ser quienes deben llevar la responsabilidad de la salud sexual de la pareja, de modo tal
que es la mujer quien dentro de una relación tiene la tarea de elegir y usar un método anticonceptivo.
De la prueba rendida, el tribunal concluye que
"232. La información brindada a I. V. fue presentada en un momento indebido y de manera inoportuna,
cuando se encontraba en la mesa de operaciones luego de haber sido sometida a una cesárea. Si bien el personal
médico brindó información básica a la señora I. V. respecto del procedimiento de ligadura de las trompas, las
circunstancias del caso no permitieron que esta fuera completa y adecuada, ni que abarcara temas fundamentales
y necesarios como la explicación clara de métodos anticonceptivos alternativos y menos intrusivos para lograr
el objetivo de impedir un embarazo futuro de riesgo. Debido a que la esterilización de I. V. consistió en una
intervención quirúrgica que pudo ser pospuesta, se debió esperar a que ella tomara una decisión plena a este
respecto, en circunstancias distintas, luego de habérsele brindado mayor información, en particular sobre
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decisiones que confirman la jurisprudencia anterior y que, incluso, fijan nuevos estándares. Me detengo en
varios de ellos a fin de informar sobre la diligencia que el Estado debe asumir para no ser condenado por el
sistema interamericano.
XI.1. La violencia como forma de discriminación y la ineficacia estatal
En algunos casos contenciosos (31) la Corte IDH insiste en que
(i) "la violencia basada en el género, es decir la violencia dirigida contra una mujer por ser mujer o la
violencia que afecta a la mujer de manera desproporcionada, es una forma de discriminación, tal como han
señalado otros organismos internacionales de protección de derechos humanos;
(ii) la ineficacia judicial frente a casos individuales de violencia contra las mujeres propicia un ambiente de
impunidad que facilita y promueve la repetición de los hechos de violencia en general y envía un mensaje según
el cual la violencia contra las mujeres puede ser tolerada y aceptada, lo que favorece su perpetuación y la
aceptación social del fenómeno, el sentimiento y la sensación de inseguridad de las mujeres, así como una
persistente desconfianza de estas en el sistema de administración de justicia.
(iii) Dicha ineficacia o indiferencia constituye en sí misma una discriminación (de la mujer) en el acceso a la
justicia.
(iv) Por eso, cuando existan indicios o sospechas concretas de violencia de género, la falta de investigación
por parte de las autoridades de los posibles móviles discriminatorios que tuvo un acto de violencia contra la
mujer puede constituir en sí misma una forma de discriminación basada en el género.
Esa ineficacia no sólo es atribuible al Poder Judicial. La Corte IDH, en numerosas decisiones, critica
fuertemente los organismos creados para combatir estas discriminaciones que fracasan al convertirse en meros
instrumentos de la burocracia estatal, en ocasiones, por la falta de presupuesto o de personas competentes o con
sensibilidad suficiente para ejercer estos cargos (32).
XI.2. Concepto de violencia sexual y dificultad de prueba
En "Contreras y otros vs. El Salvador", sentencia de 31/08/2011, el tribunal señaló que
"101. (...) La violencia sexual se configura con acciones de naturaleza sexual que se cometen en una persona
sin su consentimiento, que además de comprender la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir actos
que no involucren penetración o incluso contacto físico alguno".
En "Mujeres víctimas de tortura sexual en Atenco vs. México", 28/11/2018, nros. 179, 183 y 200, insistió en
que
"La violencia sexual vulnera valores y aspectos esenciales de la vida privada de las personas, supone una
intromisión en su vida sexual y anula su derecho a tomar libremente las decisiones respecto a con quien tener
relaciones sexuales, perdiendo de forma completa el control sobre sus decisiones más personales e íntimas, y
sobre las funciones corporales básicas"; y "constituye una forma paradigmática de violencia contra las mujeres
cuyas consecuencias, incluso, trascienden a la persona de la víctima". En el caso, la gravedad de la violencia
sexual surge del hecho que se utilizó como una forma intencional y dirigida de control social "destinada a
humillar, dominar, atemorizar, dispersar o reasentar por la fuerza a miembros civiles de una comunidad o grupo
étnico".
Años antes, el 25/10/2012, en "Masacres de El Mozote y lugares aledaños vs. El Salvador", el tribunal
recordó que
"163. La violación sexual es un tipo particular de agresión que, en general, se caracteriza por producirse en
ausencia de otras personas más allá de la víctima y el agresor o los agresores".
Más recientemente, en "Favela Nova Brasilia vs. Brasil", 12/02/2017, nro.
252. insistió en que, conforme su jurisprudencia:
"en numerosos casos que la violación sexual es una forma de tortura. En ese sentido, la obligación de
investigar se ve reforzada por lo dispuesto en los arts. 1º, 6º y 8º de la Convención Interamericana para Prevenir
y Sancionar la Tortura que obligan al Estado a 'toma(r) medidas efectivas para prevenir y sancionar la tortura en
el ámbito de su jurisdicción', así como a 'prevenir y sancionar (...) otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes'".
XI.3. El necesario enfoque interseccional (33)
El enfoque inter seccional o transversal ha sido expresamente requerido por la Corte Interamericana. Así, en
el caso "Ramírez Escobar y otros vs. Guatemala", 09/03/2018, señala:
"276. Este tribunal advierte que, de verificarse los distintos motivos de discriminación alegados en este caso,
particularmente en el supuesto de la señora Flor de María Ramírez Escobar habrían confluido en forma inter
seccional distintos factores de vulnerabilidad o fuentes de discriminación asociados a su condición de madre
soltera en situación de pobreza, con una madre lesbiana, ya que la discriminación experimentada por la señora
Ramírez Escobar sería el resultado del actuar entrecruzado de todas las razones por las que habría sido
discriminada".
Al respecto, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer ha destacado que la
interseccionalidad es un concepto básico para comprender el alcance de las obligaciones generales de los
Estados partes en virtud del art. 2º. "La discriminación de la mujer por motivos de sexo y género está unida de
manera indivisible a otros factores que afectan a la mujer (...). La discriminación por motivos de sexo o género
puede afectar a las mujeres de algunos grupos en diferente medida o forma que a los hombres. Los Estados
partes deben reconocer y prohibir en sus instrumentos jurídicos estas formas entrecruzadas de discriminación y
su impacto negativo combinado en las mujeres afectadas (así como) aprobar y poner en práctica políticas y
programas para eliminar estas situaciones".
También se visualiza en el caso "V. R. P., V. P. C. y otros vs. Nicaragua", de 08/03/2018, ya citado, en tanto
tuvo en cuenta que la víctima era femenina, de escasa edad y el ataque a su integridad se había consumado en el
ámbito familiar o de confianza.
En este sentido, dijo:
"Nro. 155. Sin perjuicio de los estándares establecidos en casos de violencia y violación sexual contra
mujeres adultas, los Estados deben adoptar, en el marco del acatamiento del art. 19 de la Convención
Americana, medidas particularizadas y especiales en casos donde la víctima es una niña, niño o adolescente,
sobre todo ante la ocurrencia de un acto de violencia sexual y, más aún, en casos de violación sexual. En
consecuencia, el tribunal analizará las presuntas violaciones a derechos en perjuicio de una niña, no sólo con
base en los instrumentos internacionales de violencia contra la mujer, sino que también los examinará 'a la luz
del corpus iuris internacional de protección de los niños y las niñas', el cual debe servir para definir el contenido
y los alcances de las obligaciones que ha asumido el Estado cuando se analizan los derechos de las niñas, niños
y adolescentes y, en el caso particular, de la obligación estatal reforzada de debida diligencia. Asimismo, la
Corte dará aplicación concreta a los cuatro principios rectores de la Convención sobre los Derechos del Niño,
esto es el principio de no discriminación, el principio del interés superior de la niña, el principio de respeto al
derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, y el principio de respeto a la opinión de la niña en todo
procedimiento que la afecte, de modo que se garantice su participación".
"156. Las medidas especiales de protección que el Estado debe adoptar se basan en el hecho de que las
niñas, niños y adolescentes se consideran más vulnerables a violaciones de derechos humanos, lo que además
estará determinado por distintos factores, como la edad, las condiciones particulares de cada uno, su grado de
desarrollo y madurez, entre otros. En el caso de las niñas, dicha vulnerabilidad a violaciones de derechos
humanos puede verse enmarcada y potenciada, debido a factores de discriminación histórica que han
contribuido a que las mujeres y niñas sufran mayores índices de violencia sexual, especialmente en la esfera
familiar".
"En lo que se refiere a la respuesta institucional con miras a garantizar el acceso a la justicia para víctimas
de violencia sexual, este tribunal nota que las niñas, niños y adolescentes pueden enfrentarse a diversos
obstáculos y barreras de índole jurídico y económico que menoscaban el principio de su autonomía progresiva,
como sujetos de derechos, o que no garantizan una asistencia técnica jurídica que permita hacer valer sus
derechos e intereses en los procesos que los conciernen. Estos obstáculos no sólo contribuyen a la denegación
de justicia, sino que resultan discriminatorios, puesto que no permiten que se ejerza el derecho de acceso a la
justicia en condiciones de igualdad. De lo anterior se colige que el deber de garantía adquiere especial
intensidad cuando las niñas son víctimas de un delito de violencia sexual y participan en las investigaciones y
procesos penales, como en el presente caso".
"290. La Corte ya resaltó la especial vulnerabilidad de las niñas a la violencia sexual, especialmente en la
esfera familiar, así como los obstáculos y factores que pueden afrontar en su búsqueda de justicia".
Lamentablemente, algunos integrantes de la justicia penal argentina parece que hacen análisis inter seccional
a la inversa, o sea, toman los distintos condicionamientos de vulnerabilidad para culpar a la víctima. El
paradigma, quizás, sea la sentencia absolutoria de tres jóvenes que, en 2003, tomaron por la fuerza a una niña
perteneciente a la comunidad quom y la llevaron a la parte posterior de una iglesia; uno la violó mientras le
tapaba la boca y los otros dos cubrieron con sus remeras lo que estaba sucediendo. La sentencia, repleta de
criterios discriminatorios, alude a que la niña víctima pertenece a un pueblo indígena y a su presunta carencia de
virginidad y remata en que, "si bien los informes médicos constataron que el acceso carnal había sido con
violencia, porque la niña presentaba lesiones, no debe confundirse la violación con la violencia propia de un
acto sexual; las heridas que sufrió la víctima fueron el producto del ímpetu con que se intenta la penetración y la
juventud del sujeto activo, edad en que la excitación sexual suele ser mucho más impetuosa, más aún ante la
ingesta alcohólica, que suele producir mayor desenfreno" (34).
XI.4. La obligación reforzada de los Estados. La debida diligencia
En "V. R. P., V. P. C. y otros vs. Nicaragua, 08/03/2018, terrible caso relacionado a una niña presuntamente
violada por su padre, un político influyente en el país denunciado, la Corte mantuvo el criterio según el cual:
"El art. 12 de la Convención de Belém do Pará concede competencia a la Corte, al no exceptuar de su
aplicación ninguna de las normas y requisitos de procedimiento para las comunicaciones individuales". Además,
el art. 7º de esa Convención presenta una estrecha vinculación con los derechos a la vida y a la integridad
personal, plasmados en los arts. 4º y 5º de la Convención Americana. Por ello coadyuva a lo afirmado sobre la
competencia de la Corte lo referido antes por el tribunal con relación al principio pro persona (35).
Como consecuencia de la competencia mencionada en el párrafo anterior, en esa misma decisión, la Corte
ratificó lo siguiente:
"Nro. 152 en casos de violencia contra la mujer, las obligaciones generales establecidas en los arts. 8º y 25
de la Convención Americana se complementan y refuerzan para aquellos Estados que son Parte, con las
obligaciones derivadas del tratado interamericano específico, la Convención de Belém do Pará. En su art. 7º.b),
dicha Convención obliga de manera específica a los Estados Partes a utilizar la debida diligencia (36) para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. De este modo, ante un acto de violencia contra una
mujer, sea cometida por un agente estatal o por un particular, resulta especialmente importante que las
autoridades a cargo de la investigación la lleven adelante con determinación y eficacia, teniendo en cuenta el
deber de la sociedad de rechazar la violencia contra las mujeres y las obligaciones del Estado de erradicarla y de
brindar confianza a las víctimas en las instituciones estatales para su protección".
Esa debida diligencia es mayor aún en los casos en los cuales las víctimas de violaciones a derechos
humanos son niños, niñas o adolescentes,
"en tanto por su nivel de desarrollo y vulnerabilidad, estas personas requieren protección especial que
garantice el ejercicio de sus derechos dentro de la familia, de la sociedad y con respecto al Estado. De esto
colige que el deber de garantía en relación con la violencia contra la mujer adquiere especial intensidad en
relación con niñas, debido a que la vulnerabilidad consustancial a la niñez puede verse enmarcada y potenciada
debido a la condición de ser mujer" (37).
XI.5. La debida diligencia y el deber de prevenir. Su análisis en dos momentos
Es doctrina reiterada de la Corte IDH y de su par europeo que "no basta que los Estados se abstengan de
violar los derechos, sino que es imperativa la adopción de medidas positivas, determinables en función de las
particulares necesidades de protección del sujeto de derecho, ya sea por su condición personal o por la situación
específica en que se encuentre".
Una manifestación de ese deber de garantía es el de prevención, que abarca, según numerosos precedentes
de la Corte, "todas las medidas de carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan la
salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las eventuales violaciones sean efectivamente
consideradas y tratadas como un hecho ilícito que, como tal, es susceptible de acarrear sanciones para quien las
cometa, así como la obligación de indemnizar a las víctimas por sus consecuencias perjudiciales".
Es cierto que la obligación de prevenir es de medios, y su incumplimiento no se demuestra por el mero
hecho de que un derecho fue violado, pero hay que tener en consideración que, respecto de mujeres y niñas, la
estrategia de prevención debe ser integral, es decir, debe: (i) prevenir los factores de riesgo; (ii) fortalecer las
instituciones para que puedan proporcionar una respuesta efectiva a los casos de violencia; (iii) adoptar medidas
preventivas en casos específicos en los que es evidente que determinadas mujeres y niñas pueden ser víctimas
de violencia (38).
El deber de prevención debe ser analizado en dos momentos claves: antes de la desaparición de la presunta
víctima y antes de la localización de su cuerpo sin vida.
Antes de la desaparición, la eventual falta de prevención de la desaparición no conlleva per se la
responsabilidad internacional del Estado si, a pesar de que este conocía o debía conocer una situación de
incremento de actos violentos que involucraba actos cometidos contra mujeres, inclusive niñas, no se ha
probado que tenía conocimiento de un riesgo real e inmediato para la víctima del caso. "Aunque las
obligaciones internacionales imponen al Estado una responsabilidad reforzada con respecto a la protección de
mujeres, en especial las niñas, no le imponen una responsabilidad ilimitada frente a cualquier hecho ilícito en
contra de ellas.
Antes de la localización del cuerpo sin vida corresponde dilucidar si, "dadas las circunstancias particulares
del caso y el contexto en que se inserta, el Estado tuvo conocimiento de que existía un riesgo real e inmediato de
que la persona fuera agredida y si, dado lo anterior, surgió un deber de debida diligencia que, al ser más estricta,
exige la realización exhaustiva de actividades de búsqueda. En particular, es imprescindible la actuación pronta
e inmediata de las autoridades policiales, fiscales y judiciales ordenando medidas oportunas y necesarias
dirigidas a la determinación del paradero de la víctima. Deben existir procedimientos adecuados para las
denuncias y que éstas conlleven una investigación efectiva desde las primeras horas. Las autoridades deben
presumir que la persona desaparecida sigue con vida hasta que se ponga fin a la incertidumbre sobre la suerte
que ha corrido. La falta de certeza sobre si la víctima adolescente estaba o no con vida cuando la denuncia se
hizo es atribuible al Estado si luego de recibida tal denuncia, y hasta el hallazgo del cuerpo, el Estado no siguió
ninguna acción sustantiva tendiente a investigar lo sucedido o evitar eventuales vulneraciones de derechos de la
niña. Dada la incertidumbre existente, resulta imperioso obrar diligentemente para garantizar sus derechos desde
que, normalmente, el incumplimiento de las obligaciones procesales relativas al acceso a la justicia deriva en la
impunidad de los hechos" (39).
Después de localizado el cuerpo, en casos de sospecha de homicidio por razón de género, la obligación
estatal de investigar con la debida diligencia incluye el deber de ordenar de oficio los exámenes y pericias
correspondientes tendientes a verificar si el homicidio tuvo un móvil sexual o si se produjo algún tipo de
violencia sexual. En este sentido, la investigación sobre un supuesto homicidio por razón de género no debe
limitarse a la muerte de la víctima, sino que debe abarcar otras afectaciones específicas contra la integridad
personal, tales como torturas y actos de violencia sexual (40).
XI.6. La debida diligencia y el deber de investigar y sancionar. Pautas generales respecto de la víctima
La Corte IDH (41) ha establecido una serie de pautas que los Estados deben seguir para que las
investigaciones y procesos penales incoados por violencia sexual en contra de mujeres sean sustanciados con la
debida diligencia.
Entre otros, es necesario lo siguiente:
i) la declaración de la víctima se realice en un ambiente cómodo y seguro, que le brinde privacidad y
confianza y se registre de forma tal que se evite o limite la necesidad de su repetición;
ii) se le brinde atención médica, sanitaria y psicológica, tanto de emergencia como de forma continuada si
así se requiere, mediante un protocolo de atención cuyo objetivo sea reducir las consecuencias de la violencia;
iii) se realice inmediatamente un examen médico y psicológico completo y detallado por personal idóneo y
capacitado, en lo posible del sexo que la víctima indique, ofreciéndole que sea acompañada por alguien de su
confianza si así lo desea;
iv) se documenten y coordinen los actos investigativos y se maneje diligentemente la prueba, tomando
muestras suficientes, realizando estudios para determinar la posible autoría del hecho, asegurando otras pruebas
como la ropa de la víctima, investigando de forma inmediata el lugar de los hechos y garantizando la correcta
cadena de custodia;
v) se le brinde acceso a la asistencia jurídica gratuita durante todas las etapas del proceso, y
vi) se realice por funcionarios capacitados en casos similares, que tengan especialización en perspectiva de
género.
XI.7. La debida diligencia y el deber de investigar y sancionar. Otras cuestiones
XI.7.a. Tribunales especializados
Aunque no es requisito ineludible, la Corte IDH valora positivamente que el Estado cree tribunales
especializados para investigar los actos de violencia contra la mujer (42).
XI.7.b. Valoración del contexto fáctico en el que los ataques a los derechos ocurrieron
La Corte IDH insiste en que el tribunal debe tener en cuenta el contexto general en el que los hechos
ocurrieron.
Así, en "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014 (43), el tribunal dice:
"Nro. 67. La Corte se referirá a aspectos relativos a la prueba del contexto y a la situación en Guatemala
relativa a homicidios por razón de género, actos violentos contra mujeres e impunidad en la investigación, y la
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eventual sanción. Previo a abordar estas materias hará alusión a la invisibilidad de la violencia contra la mujer
en el caso de Guatemala, pues esta situación, por una parte, permite entender la ausencia de datos estadísticos
oficiales respecto de los delitos por razón de género, pero además constituye un elemento del contexto de la
violencia homicida que afecta de manera específica a las víctimas mujeres...".
"69. Esta situación ha persistido con posterioridad a la finalización del conflicto armado, y se ve reflejada
actualmente en una cultura de violencia que continúa con los años, dentro de la cual hay un sustrato propio de
violencia que afecta especialmente a mujeres. Pese a ello, esta violencia ha pasado desapercibida, entre otras
razones, por la falta de cuantificación oficial hasta fechas recientes, de manera que resulta particularmente
difícil contar con estadísticas fiables que proporcionen datos ciertos sobre la magnitud de la violencia
perpetrada contra las mujeres en Guatemala".
"73. La Corte advierte que para diciembre de 2001 Guatemala atravesaba una escalada de violencia
homicida, y que la misma presentaba índices altos en comparación con otros países. En ese marco, hubo, al
menos a partir del año 2000 o del año 2001, un crecimiento numérico de homicidios en general, y con ello, un
aumento proporcionalmente significativo de los homicidios de mujeres. Asimismo, hay datos indicativos de que
cierta parte de los atentados sufridos por mujeres, inclusive en 2001, serían homicidios por razones de género.
Las aseveraciones antedichas tienen por base la información que se refiere seguidamente".
"76. La Comisión Interamericana aseveró que fuentes estatales confirmaron que 'desde el año 2001 al 2004
se registraron 1188 asesinatos de mujeres, (y que) distintas fuentes confirmaron que (...) también se (...)
agrav(ó) el grado de violencia y ensañamiento".
"77. Más allá del aumento numérico de homicidios de mujeres, se ha allegado al tribunal información
distinta en cuanto a la proporción de homicidios de mujeres en comparación con la de hombres, y sobre el
crecimiento de esa proporción".
"83. Para diciembre de 2001, así como en los años siguientes, Guatemala presentaba un alto índice de
impunidad general; la mayoría de los actos violentos que conllevaban la muerte de mujeres quedaban impunes".
"178. si bien no puede aseverarse que todos los homicidios de mujeres sucedidos en la época de los hechos
fueran por razones de género, resulta verosímil que denunciado lo fuera, por el modo cómo se encontró el
cuerpo de la niña. En efecto, se ha indicado que las mujeres víctimas de homicidios por razones de género con
frecuencia presentaban signos de brutalidad en la violencia ejercida contra ellas, así como signos de violencia
sexual o la mutilación de los cuerpos, lo que ocurre en el caso".
XI.7.c. El punto de partida de la investigación no debe ser la presunción de que la mujer miente
En caso "J. vs. Perú", 27/11/2013, nro. 352, el tribunal recordó que, con frecuencia, el Estado se defiende
diciendo que es "usual que las procesadas por terrorismo aleguen indebidamente haber sido víctimas de
violaciones sexuales u otros actos de contenido sexual, a pesar de que dichas aseveraciones no se corroboran
con los certificados médicos legales que se les practicaron, teniendo como única finalidad cuestionar la
legalidad del proceso penal".
La Corte observa que dicho alegato evidencia una concepción que
— asume automáticamente que las denuncias de violencia sexual son falsas, contrario al deber de iniciar una
investigación de oficio cada vez que se presente una denuncia o existan indicios de su ocurrencia;
— es contraria al contexto de violencia sexual existente en la época de los hechos;
— desconoce que no todos los casos de violación y/o violación sexual ocasionan lesiones físicas verificables
a través de un examen médico y
— muestra un criterio discrecional y discriminatorio con base en la situación procesal de las mujeres para no
iniciar una investigación por una alegada violación o violencia sexual. Al respecto, la Corte recuerda que la
investigación que debe iniciar el Estado una vez que las autoridades estatales tengan conocimiento del hecho
debe ser una investigación seria, imparcial y efectiva. Por tanto, el inicio de la investigación no puede estar
condicionado por quien realiza la denuncia ni por la creencia de las autoridades, antes de iniciar la
investigación, de que las alegaciones realizadas son falsas.
XI.7.d. Sobre el encuentro entre víctima y victimario
La Corte IDH señala que el encuentro entre víctima y victimario, sin tomar las medidas del caso, puede
resultar altamente revictimizante.
Así, en "V. R. P., V. P. C. y otros vs. Nicaragua", de 08/03/2018, la Corte valoró:
"181. Los dos peritos que declararon en la audiencia pública coincidieron en señalar que las autoridades a
nivel interno, en este caso concreto, la jueza a cargo de la investigación, debieron haber adoptado las medidas de
protección necesarias para evitar que la víctima tenga cualquier tipo de contacto con su perpetrador, por ser
revictimizante. Específicamente, el perito Enrique Oscar Stola señaló que (...) nunca ni niños, ni niñas abusadas,
ni mujeres que están sufriendo violencia de género extrema se tienen que encontrar con sus agresores, jamás.
Cuando eso se produce, lo único que puede registrar la víctima es el inmenso poder que tiene el agresor, es una
cuestión de poder que se está jugando (...). Entonces, tiene que ser citado otro día, las víctimas tienen que ir al
espacio judicial sabiendo que cuentan con todas las seguridades, que no se van a encontrar con el agresor nunca.
El solo hecho que conozcan que está en un piso superior ya produce angustia, inquietud y muchísima tensión.
Eso es revictimizante, cualquiera sea la edad de la persona".
XI.8. El incumplimiento del deber de diligencia y la violencia institucional
El incumplimiento de los deberes del Estado puede llegar a configurar un supuesto de violencia
institucional, tal como ha sido claramente señalado por la Corte IDH. Así, en el caso "V. R. P., V. P. C. y otros
vs. Nicaragua", de 08/03/2018, ya citado, dijo:
"298. En conclusión, la Corte considera que la niña sufrió una doble violencia: por un lado, la violencia
sexual por parte de un agente no estatal; y, por el otro, la violencia institucional durante el procedimiento
judicial, en particular, a raíz del examen médico forense y la reconstrucción de los hechos. La niña y su familia
acudieron al sistema judicial en busca de protección y para obtener la restitución de sus derechos vulnerados.
Sin embargo, el Estado no sólo no cumplió con la debida diligencia reforzada y protección especial requerida en
el proceso judicial donde se investigaba una situación de violencia sexual, sino que respondió con una nueva
forma de violencia. En este sentido, además de la vulneración del derecho de acceso a la justicia sin
discriminación, la Corte considera que el Estado ejerció violencia institucional, causándole una mayor
afectación y multiplicando la vivencia traumática sufrida por V. R. P".
XI.9. El jurado y los juicios de violencia
La Corte IDH señala que, más allá de las ventajas que puede presentar el juicio por jurados, no es un
instrumento idóneo para juzgar actos de violencia contra niñas y adolescentes.
Se lee en "V. R. P., V. P. C. y otros vs. Nicaragua", de 08/03/2018:
"399. La Corte comprueba que la ley 779, 'Ley Integral Contra la Violencia hacia las Mujeres y de Reformas
a la ley 641, Código Penal', aprobada en el mes de enero del año 2012 y publicada el 22 de febrero de 2012,
implementa un sistema de enjuiciamiento de casos de violencia de género y, en particular, casos de violencia
sexual, distinto al vigente en la época de los hechos del presente caso. Dicha ley dispone la creación de
tribunales de primera y segunda instancia especializados en la materia, integrados por una jueza o un juez
técnico. Se excluye así la posibilidad de que un caso de violencia sexual contra mujeres, niñas, niños y
adolescentes sea juzgado por un jurado popular. De este modo, la Corte considera que no es necesario ordenar
una medida de reparación adicional a este respecto, ya que, con base en el cambio legislativo indicado, los
delitos de violencia sexual, incluidos los de violación sexual cometidos en contra de mujeres, niñas, niños y
adolescentes, ya no son juzgados por un jurado popular, sino por un juez especializado".
XI.10. Medidas de reparación tendientes a la no repetición. La capacitación de los operadores
En diversas sentencias por actos de violencia contra las mujeres, la Corte IDH sigue condenando al Estado
denunciado a:
"adoptar e implementar capacitaciones y cursos, de carácter permanente, para funcionarios públicos que por
su función en el sistema de administración de justicia trabajen con temáticas de violencia sexual; en particular,
los funcionarios pertenecientes al Poder Judicial, Ministerio Público y Policía Nacional. Dichas capacitaciones y
cursos deben versar sobre estándares de debida diligencia en la investigación de casos de violencia sexual contra
niñas, niños y adolescentes, así como su erradicación y las medidas de protección a adoptar. Las capacitaciones
deben impartirse desde una perspectiva de género y de protección de la niñez, tendente a la deconstrucción de
estereotipos de género y falsas creencias en torno a la violencia sexual, para asegurar que las investigaciones y
enjuiciamientos de estos hechos se realicen conforme con los más estrictos estándares de debida diligencia" (44).
En ocasiones, los cursos van dirigidos a otro tipo de funcionarios. En "I. V. vs. Bolivia", 30/11/2016, la
Corte condenó a "adoptar programas de educación y formación permanentes dirigidos a los estudiantes de
medicina y profesionales médicos, así como a todo el personal que conforma el sistema de salud y seguridad
social, sobre temas de consentimiento informado, discriminación basada en género y estereotipos, y violencia de
género".
Otras sentencias señalan la insuficiencia de algunas medidas de este tipo y la necesidad de que sean
concretas y eficaces. Así, por ejemplo, en caso "Velásquez Paiz y otros vs. Guatemala", 19/11/2015, se lee:
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Documento
"248. Si bien Guatemala ha indicado que ya cuenta con programas educativos dirigidos a promover el
respeto de los derechos de las mujeres, la Corte nota que, de los programas descritos por Guatemala, sólo uno
estaría dirigido a la prevención de la violencia contra la mujer: la 'estrategia' de 'Prevención de la Violencia'
presuntamente realizado por las Direcciones Generales y Departamentales con apoyo y acompañamiento de la
Unidad de Equidad de Género con Pertinencia Étnica adscrita a la Dirección de Planificación Educativa. Sin
embargo, el Estado no proporcionó información alguna respecto del contenido, alcance o implementación de
dicha 'estrategia'. En consecuencia, teniendo en cuenta la situación de discriminación y violencia en contra de la
mujer constatada, la Corte ordena al Estado, en un plazo razonable, incorporar al currículo del Sistema
Educativo Nacional, en todos los niveles educativos, un programa de educación permanente sobre la necesidad
de erradicar la discriminación de género, los estereotipos de género y la violencia contra la mujer en Guatemala,
a la luz de la normativa internacional en la materia y la jurisprudencia de este tribunal. A tal efecto, el Estado
deberá presentar un informe anual por tres años, en el que indique las acciones que se han realizado para tal fin.
La Corte no considera necesario ordenar, adicionalmente, la cátedra sobre derechos de las mujeres solicitada por
los representantes".
XI.11. Otras medidas de reparación
Las víctimas (directas e indirectas) de la violencia contra la mujer sufren terribles daños a la salud por lo
que, generalmente, las condenas comprenden la obligación de prestarles asistencia médica, física y psicológica
(45).
atenciones de la salud de alta calidad y al alcance de ella, incluidos los servicios en materia sexual y
reproductiva. Un objetivo importante deberá consistir en la reducción de los riesgos que afectan a la salud de la
mujer, en particular la reducción de las tasas de mortalidad materna y la protección de la mujer contra la
violencia en el hogar. El ejercicio del derecho de la mujer a la salud requiere que se supriman todas las barreras
que se oponen al acceso de la mujer a los servicios de salud, educación e información, en particular en la esfera
de la salud sexual y reproductiva. También es importante adoptar medidas preventivas, promocionales y
correctivas para proteger a la mujer contra las prácticas y normas culturales tradicionales perniciosas que le
deniegan sus derechos genésicos.
XII.2. Observación general 16
"4. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha tomado en especial nota de los factores
que influyen negativamente en la igualdad de derechos del hombre y la mujer al disfrute de los derechos
económicos, sociales y culturales en muchas de sus observaciones generales, incluidas las relativas al derecho a
una vivienda adecuada (§176), el derecho a una alimentación adecuada (§177), el derecho a la educación
(§178), el derecho al más alto nivel posible de salud (§179) y el derecho al agua (§180). El Comité solicita
también sistemáticamente información sobre la igualdad de disfrute por el hombre y la mujer de los derechos
garantizados en el Pacto en la lista de cuestiones que prepara en relación con los informes de los Estados Partes
y en el curso de su diálogo con estos".
"7. El disfrute de los derechos humanos sobre la base de la igualdad entre hombres y mujeres debe
entenderse en sentido lato. Las garantías de no discriminación e igualdad en los instrumentos internacionales de
derechos humanos prevén la igualdad tanto de facto como de iure. La igualdad de iure (o formal) y de facto (o
sustantiva) son conceptos diferentes pero conectados entre sí. La igualdad formal presupone que se logra la
igualdad si las normas jurídicas o de otra naturaleza tratan a hombres y mujeres de una manera neutra. Por su
parte, la igualdad sustantiva se ocupa de los efectos de las normas jurídicas y otras y de la práctica y trata de
conseguir no que mantengan, sino que alivien la situación desfavorable de suyo que sufren ciertos grupos".
"14. El género afecta al derecho igual del hombre y la mujer a disfrutar de sus derechos. El género alude a
las expectativas y presupuestos culturales en torno al comportamiento, las actitudes, las cualidades personales y
las capacidades físicas e intelectuales del hombre y la mujer sobre la base exclusiva de su identidad como tales.
Las hipótesis y las expectativas basadas en el género suelen situar a la mujer en situación desfavorable con
respecto al disfrute sustantivo de derechos, como el de actuar y ser reconocida como un adulto autónomo y con
plena capacidad, participar plenamente en el desarrollo económico, social y político y tomar decisiones sobre
sus circunstancias y condiciones propias. Las ideas preconcebidas sobre el papel económico, social y cultural en
función del género impiden que el hombre y la mujer compartan responsabilidades en todas las esferas en que lo
exige la igualdad".
"32. La manera más adecuada de hacer efectivo el derecho previsto en el art. 3º del Pacto variará de un
Estado a otro. Cada Estado Parte tiene un margen discrecional a la hora de adoptar los métodos para cumplir su
obligación primordial e inmediata de garantizar la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer al goce de
todos sus derechos económicos, sociales y culturales. Entre otras cosas, los Estados Partes debe integrar en los
planes nacionales de acción a favor de los derechos humanos estrategias adecuadas para garantizar la igualdad
de derechos del hombre y la mujer al goce de los derechos económicos, sociales y culturales".
XII.3. Observación general 18. El derecho al trabajo (art. 6º)
"13. El Comité subraya la necesidad de contar con un sistema global de protección para luchar contra la
discriminación de género y garantizar igualdad de oportunidades y de trato entre hombres y mujeres en relación
con su derecho al trabajo, asegurando igual salario por trabajo de igual valor (§231). En particular, los
embarazos no deben constituir un obstáculo para el empleo ni una justificación para su pérdida. Finalmente, hay
que resaltar la vinculación existente entre el hecho de que las mujeres tengan menos acceso a la educación que
los hombres y ciertas culturas tradicionales que menoscaban las oportunidades de empleo y de adelanto de la
mujer".
"14. El acceso a un primer trabajo constituye una ocasión para obtener autonomía y, en muchos casos,
escapar de la pobreza. Las personas jóvenes, especialmente las mujeres jóvenes, tienen en general grandes
dificultades para encontrar un primer empleo. Deben adoptarse y aplicarse políticas nacionales relativas a la
educación y formación profesional adecuadas, para promover y apoyar el acceso a oportunidades de empleo de
personas jóvenes, en particular mujeres jóvenes".
XII.4. Observación general 19. El derecho a la seguridad social (art. 9º)
"32. En la observación general 16 (2005) sobre la igualdad de derechos del hombre y la mujer al disfrute de
los derechos económicos, sociales y culturales (art. 3º), el Comité tomó nota de que la aplicación del art. 3º en
relación con el art. 9º exige, entre otras cosas, que la edad de jubilación obligatoria sea la misma para hombres y
mujeres; que se garantice que las mujeres reciben las mismas prestaciones de los planes de pensiones, tanto
públicos como privados; y que se garantice la correspondiente licencia de maternidad para las mujeres, una
licencia de paternidad para los hombres y una licencia parental para ambos (§274). En los planes de seguridad
social que condicionan las prestaciones a las cotizaciones, los Estados Partes deben adoptar medidas para
eliminar los factores que impiden a las mujeres cotizar a esos planes en pie de igualdad (por ejemplo, la
participación intermitente en la fuerza de trabajo debido a las responsabilidades familiares y las diferencias de
sueldos) o asegurar que los planes tengan en cuenta esos factores en la elaboración de las fórmulas de
prestaciones (por ejemplo, teniendo en cuenta a los efectos de los derechos de pensión los períodos dedicados a
criar a los hijos y a atender a los adultos a cargo). Las diferencias en la esperanza media de vida de hombres y
mujeres también pueden llevar, directa o indirectamente, a la discriminación en las prestaciones (en particular
en el caso de las pensiones), por lo que deben tenerse en cuenta en la formulación de los planes. En los planes
no contributivos, también debe tenerse en cuenta el hecho de que las mujeres tienen más probabilidades de vivir
en la pobreza que los hombres y que a menudo son las únicas responsables del cuidado de los hijos.
XII.5. Observación general 20
Hace referencia al estado civil y la situación familiar como factores condicionantes para el ejercicio de los
DESC y dice:
"31. El estado civil y la situación familiar pueden establecer distinciones entre individuos por el hecho, entre
otras cosas, de estar casados o no, de estar casados en un determinado régimen, de formar parte de una pareja de
hecho o tener una relación no reconocida por la ley, de ser divorciados o viudos, de vivir con más parientes que
los estrictamente pertenecientes al núcleo familiar o de tener distintos tipos de responsabilidades con hijos y
personas a cargo o un cierto número de hijos. La diferencia de trato en el acceso a las prestaciones de la
seguridad social en función de si una persona está casada o no debe justificarse con criterios razonables y
objetivos. También puede producirse discriminación cuando una persona no puede ejercer un derecho
consagrado en el Pacto como consecuencia de su situación familiar, o sólo puede hacerlo con el consentimiento
del cónyuge o el consentimiento o el aval de un pariente".
XIII. Por qué seguir insistiendo en estos temas
Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, presidente de la Corte IDH, al abrir el 59 Período Extraordinario de
Sesiones el 27 de agosto de 2018 dijo (49):
"El Período Extraordinario de Sesiones que celebramos aquí en San Salvador, debe ser considerado como
parte de la conmemoración del 40 Aniversario de la entrada en vigor de la Convención Americana y de la
creación de la Corte Interamericana y, fundamentalmente, como parte de los esfuerzos compartidos entre las
instancias nacionales e internacionales para la protección, de manera integrada, de los derechos humanos de
todas las personas.
"Este 40 Aniversario nos encuentra en una época de crisis global profunda; realidad a la que,
desafortunadamente, no es ajena nuestra región. América Latina muestra una profunda inequidad social y se
perpetúa como la región más desigual del mundo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe
informa que, en este año, 187 millones de personas viven en condiciones de pobreza y 62 millones en
condiciones de pobreza extrema. Observamos con preocupación el crecimiento de diversas formas de
discriminación y violencia frente a las diversidades humanas. La violencia estructural contra la mujer se
evidencia día a día: una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual en nuestra región. La
corrupción y el crimen organizado que muestra su violencia en las calles desafían a nuestras instituciones y
democracias, como nunca antes. Estamos siendo testigos, además, de las severas afectaciones al medio ambiente
que provoca nuestro modo de vida y nuestro modelo de producción y consumo. Frente a esta profunda crisis
política, institucional, económica y social, es necesario fortalecer el diálogo entre los Estados y la Corte
Interamericana para trabajar juntos. Este es un esfuerzo común que debe de ser llevado adelante con dedicación
y compromiso para garantizar los derechos humanos de todas las personas y, muy especialmente, los de aquellas
que están en situación de vulnerabilidad y que han tenido que enfrentar a lo largo de su historia, exclusión y
discriminación".
Este llamado al trabajo conjunto debe ser escuchado, no se puede seguir haciendo oídos sordos.
Ojalá este informe sobre los derechos de la mujer en la jurisprudencia de la Corte IDH sea un punto de
apoyo para esa labor.
(*) Versos de la canción "Mujer" de Gloria Martín; aconsejo la versión de la cantante mexicana Amparo
Ochoa (www.youtube.com/watch?v=57neSrYUJpw).
(1) KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída, "La mujer en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos", RDF 2013-III-267, cita online: AP/DOC/909/2013.
(2) "La violencia contra la mujer en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", en
Ventana Jurídica, año VII, vol. 2, enero-junio 2014, Monográfico en Derecho de Familia y Derechos de la
Niñez-adolescencia, Vigésimo aniversario, Escuela de capacitación judicial "Dr. Arturo Zeledón Castrillo",
Consejo Nacional de la Judicatura de El Salvador, ps. 324-370.
(3) "Los derechos de los niños y adolescentes en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos", Revista de Derecho Familiar "Pater Familias", 1, México, 2013, año 1, 1, p. 1; "Los derechos del
niño en la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", publicación del Senado de la
Provincia de Buenos Aires, Primera Jornada de Reflexión a 10 años de la sanción de la ley de Promoción y
Protección Integral de los Derechos de los Niños (ley 13.298), Buenos Aires, 2014, ps. 49-79.
(4) "La familia en los precedentes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", en HERRERA,
Marisa — KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída — LLOVERAS, Nora (dirs.) — DE LA TORRE, Natalia
(coord.), Derecho de familia, máximos precedentes, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2014, t. I, ps. 229-874.
(5) RIVERO de ARHANCET, Mabel - RAMOS CABANELLAS, Beatriz (dirs.) - DE ROSA, Marta Hanna
(coord.) "Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Breve
análisis exegético", Anuario Uruguayo Crítico de Derecho de Familia y Sucesiones, Fundación de Cultura
Universitaria (FCU), Montevideo, Uruguay, 2015, t. III, ps. 7-67; SABSAY, Daniel, "Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer", en SABSAY, Daniel (dir.) - MANILI,
Pablo (coord.), Constitución de la Nación Argentina y normas complementarias, Ed. Hammurabi, Buenos Aires,
2016, t. V, ps. 484-562.
(6) Los párrafos pertinentes de estas sentencias se transcriben con letra más pequeña; en ocasiones agrego
cursivas para poner de relieve las partes que estimo más relevantes. Todas las decisiones pueden compulsarse en
www.corteidh.or.cr/.
(7) Ver, por ejemplo, ASSANDRI, Mónica - ROSSI, Julia, "La violencia de género como violación de los
DD.HH.", RDF 75-88/90; CLÉRICO, L. - NOVELLI, Celeste, "La inclusión de la cuestión social en la
perspectiva de género: notas para reescribir el caso 'Campo Algodonero' sobre violencia de género", RDF
74-5/23.
(8) Entre otros, "Las mujeres indígenas y los derechos humanos en las Américas", disponible en:
www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/ mujeresindigenas.pdf; "Estándares jurídicos; igualdad de género y
derechos de las mujeres, actualización del 2011-2014", disponible
en:www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/EstandaresJuridicos.pdf; Pobreza y derechos humanos, disponible en:
www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/PobrezaDDHH2017.pdf.
(9) "Cuadernillo de jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos nro. 4: género", 2017,
disponible en: www.corteidh.or.cr/sitios/libros/todos/ docs/ genero1.pdf.
(10) Ver, por ejemplo, SANTA CRUZ SAGASTUME, Wendy M. y otra (dirs.), "Derechos políticos de las
mujeres: Avances y buenas prácticas en Guatemala y Honduras", Instituto Interamericano de Derechos
Humanos, con el apoyo del gobierno australiano, 2018, disponible en:
www.iidh.ed.cr/capel/media/1544/derechos-pol%C3%ADticos-de-las-mujeres-guatemala-y-honduras.pdf.
(11) La lectura de la opinión consultiva OC-24/17, 24/11/2017 solicitada por la República de Costa Rica
sobre identidad de género e igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo es altamente relevante para
la comprensión de esta temática. Para comentarios más recientes los casos "Atala Riffo vs. Chile" y "Duque vs.
Colombia", ver BENÍTEZ PIRAINO, Dinka, "Filiación y mujeres lesbianas. Estándares, derecho comparado y
análisis del caso chileno", Ed. Rubicón, Santiago de Chile, 2018, ps. 83-94.
(12) Para la cuestión en Colombia, LANUTTI, Alejandro I., "Las mujeres indígenas frente al fenómeno del
desplazamiento forzado en Colombia. Un abordaje desde el género, la etnia y los derechos humanos", en
Derechos humanos, Reflexiones desde el sur, Ed. Infojus, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Buenos
Aires, 2012, p. 285.
(13) Para el tema, compulsar SCHERMAN, Ida, "Para qué sirven los estereotipos en la justicia", RDF
74-25/50.
(14) Ver, por ejemplo, opinión consultiva OC-24/17, 24/11/2017, solicitada por la República de Costa Rica
sobre identidad de género, e igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo, nro. 6; caso "Mujeres
víctimas de tortura sexual en Atenco vs. México", 28/11/2018, nro. 11; caso "Espinoza Gonzáles vs. Perú",
20/11/2014, nro. 13; caso "Favela Nova Brasilia vs. Brasil", 12/02/2017, nro. 11.
(15) GIBERTI, Eva, "Palabras, uso y abuso", Página 12, 04/07/2013.
(16) Recordado por ANZIT GUERRERO, Ramiro, "Violencia de género y responsabilidad del Estado: la
tutela de los derechos de las mujeres víctimas en la sociedad democrática y protectora de los derechos
humanos", Revista Derecho Penal y Criminología, 11, año V, dic. 2015, p. 51.
(17) Caso "Velásquez Paiz y otros vs. Guatemala", 19/11/2015, nro. 173; caso "Espinoza Gonzáles vs.
Perú", 20/11/2014, nro. 216.
(18) Los estereotipos de género también han sido abordados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
en algunas decisiones. Ver, entre otras, "Affaire Konstantin Markin vs. Russie" (Requête nro. 30078/06),
22/03/2002; "Affaire X vs. Lettonie" (Requête nro. 27853/09), 26/11/2013; en este último, en nota 10, se hace
mención del estereotipo del progenitor que contravenía la Convención de la Haya sobre Restitución
Internacional de Niños a la época de la sanción (normalmente el padre) y al que lo hace en el siglo XXI
(generalmente, la madre).
(19) Compulsar CARDOSO ONOFRE de ALENCAR, Emanuela, "Mujeres y estereotipos de género en la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad,
nro. 9, octubre 2015-marzo 2016, ps. 26/48.
(20) Reiteró el concepto en otros casos somos "Mujeres víctimas de tortura sexual en Atenco vs. México",
28/11/2018, nro. 213.
(21) El lenguaje estereotipado como manifestación de la discriminación es señalado en otras sentencias. P.
ej., en caso "Velásquez Paiz y otros vs. Guatemala", 19/11/2015, nro. 181, la Corte hace notar que los informes
locales mencionaban que el perfil de la víctima "correspondía al de las pandillas y al de una prostituta", "cuya
muerte, en consecuencia, no debía investigarse". En caso "Gutiérrez Hernández y otros vs. Guatemala",
24/08/2017, nro. 161, considera denigrantes las expresiones "se sospecha que la señora Gutiérrez se encontraría
en el lugar donde sostenía relaciones amorosas con sus amantes, siendo esta 'insaciable sexualmente'",
derivando la investigación a un presunto crimen pasional y abandonando otras posibles razones como su
actividad en contra de la trata de niños. En caso "Mujeres víctimas de tortura sexual en Atenco vs. México",
28/11/2018, nro. 212, la Corte vuelve a detenerse en el tema lenguaje: "no se debe invisibilizar la gravedad de la
violencia verbal y psicológica a la que también fueron reiteradamente sometidas, por medio de insultos y
amenazas con connotaciones altamente sexuales, machistas, discriminatorios y en algunos casos misóginos".
(22) El sentido discriminatorio de la expresión "crimen pasional" se reitera en caso "Gutiérrez Hernández y
otros v. Guatemala", 24/08/2017, nro. 171.
(23) Véase GONZÁLEZ MORALES, Felipe, "Los derechos de las mujeres migrantes: una perspectiva
desde el sistema interamericano", en PÉREZ GONZÁLEZ, Carmen (ed.), Derecho internacional y protección de
mujeres migrantes en situación de especial vulnerabilidad, Ed. Tirant, Madrid, 2014, ps. 75-90; ORDÓÑEZ,
Pablo — PUPPIO ZUBIRÍA, Tomás, "Una doble vulnerabilidad: género y migrante", Revista Derecho Penal y
Criminología, 6, año VI, julio 2016, ps. 158-168.
(24) www.documents-dds-ny.un.org/doc.UNDOC/GEN/N17/303/27/PDF/N1730327.pdf.
(25) OEA, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, "Pobreza y derechos humanos", Doc. 147, 7
septiembre 2017, www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/PobrezaDDHH2017.pdf. Para propuestas y soluciones,
ver obra colectiva publicada por la ONU, "El progreso de las mujeres en América latina y el caribe 2017.
Transformar las economías para realizar los derechos",
www.aecid.es/Centro-Documentacion/Documentos/Divulgaci%C3%B3n/Comunicaci%C3%B3n/11_17_UN16017_web.pdf.
(26) LA LEY 2018-C-1, AR/JUR/103232/2017, con nota de GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, "Hacia una teoría
normativa de los animales no humanos como titulares de derechos. La opinión consultiva 23/2017 de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos", cita online: AR/DOC/658/2018.
(27) La sentencia fue comentada, entre otros, por BASSET, Úrsula, "El consentimiento informado en el
ámbito reproductivo: la posición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en un fallo de notables
implicancias", Revista Responsabilidad Civil y Seguros, 10, año XX, octubre 2018, p. 3.
(28) En nro. 147, la Corte delimita el objeto central de la controversia en determinar "si la ligadura de las
trompas de Falopio practicada a la señora I. V. el 1/07/2000 en Bolivia por un funcionario público en un
hospital estatal fue contraria a las obligaciones internacionales del Estado".
(29) Lamentablemente, desde "González y otras ('Campo algodonero') vs. México", 16/11/2009, se ha
avanzado en la visualización del problema, pero no en encontrar soluciones eficaces. Este leading case conocido
en español como "Campo Algodonero" ha sido traducido al inglés como Cotton Field. GATÉ, Juliette —
ROMAN, Diane, "Droits des femmes et vulnérabilité. Une relation ambivalente", en PAILLET, E. (coord.),
Effectivité des droits et vulnérabilité de la personne, Bruylant, Bruxelles, 2014, p. 234). Ver, entre los
incontables comentarios de esta sentencia, FERNÁNDEZ LEYTON, Jorgelina, "Responsabilidad internacional
del Estado por la violencia familiar desde el sistema interamericano de derechos humanos", RDF 65-47;
ABRAMOVICH, Víctor, "Responsabilidad estatal por violencia de género: comentarios sobre el caso Campo
Algodonero", JA 2013-I-1148 y en wwwanuariodh.uchile.cl; FERRER MAC-GREGOR, Eduardo, en coautoría
con SILVA GARCÍA, Fernando, "Homicidios de mujeres por razón de género. El caso campo algodonero. Los
feminicidios de Ciudad Juárez", en Panorámica del derecho procesal constitucional y convencional, Ed. Marcial
Pons, Madrid, 2013, ps. 845/898; ELGUL, Gabriela N., "Reconocimiento de la Corte Interamericana de los
Derechos Humanos. Fallo en contra de la violencia de género", en LUQUE, Carlos (coord.), Derechos humanos
y constitución. A 20 años de la reforma constitucional de 1994, Ed. Contexto, Resistencia, 2014 p. 117;
VOGELFANGER, Alan D., El deber de prevención en casos de violencia de género: Desde 'Campo
Algodonero' hasta 'Veliz Franco'", Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad, nro. 9, octubre 2015-marzo
2016, ps. 49/66. Los esfuerzos doctrinales para lograr esa eficacia no faltan, pero son insuficientes (ver
CARCEDO, Ana, "Sistema de indicadores para evaluar desde la sociedad civil el cumplimiento estatal de la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Belém do Pará",
Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Panamá, 2010); MEDINA, Graciela, "El valor de la
jurisprudencia internacional para evitar la violencia contra la mujer. Decisiones de la ONU, de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y de la Comisión de Derechos Humanos", LA LEY 2016-C-780; de la
misma autora, "Sobre el papel de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el sistema
interamericano de protección de los derechos humanos vinculados con la igualdad de género y el derecho de las
mujeres", en Violencia de género y violencia doméstica, Ed. Rubinzal, Buenos Aires, 2013, ps. 401/439;
YUBA, Gabriela, "Un hito en la lucha contra la violencia de género hacia la mujer. La recomendación general
35 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer", LA LEY
2018-A-533; BARBERO, Natalia, "La violencia contra la mujer en derecho internacional según la Comisión
IDH y el Comité de la CEDAW", cita: RC D 1370/2018.
(30) BURGORGUE-LARSEN, Laurence, "La lutte contre la violence de genre dans le système
interaméricain de protection des droit s de l'homme. Décodage d'une évolution politique et juridique
d'envergure", en TOURME JOUANNET, E. (dir.), Féminisme (s) et droit international, Société de Législation
Comparée, París, ps. 113/140. La autora critica a la Comisión no haber sido "activista" en esta materia y señala
la paradoja de que mientras en 1994 se había creado la Relatoría Especial para los Derechos de las Mujeres, la
Comisión atravesó el Rubicón recién años más tarde, en 2006, al enviar el caso "Prisión Castro vs. Perú" a la
Corte IDH. Por otro lado, durante una conferencia pronunciada en la ciudad de Resistencia el 08/03/2019, la
profesora Laura Giosa sostuvo que la incorporación de la jueza costarricense Elizabeth Odio Benito en 2016 dio
a las sentencias de la Corte Interamericana una mayor perspectiva de género, desde que, en su opinión, antes de
esa incorporación, esa perspectiva era sensiblemente más débil.
(31) Caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014 nros. 207 y 208; caso "Velásquez Paiz y otros
vs. Guatemala", 19/11/2015, nro. 176; caso "Espinoza Gonzáles vs. Perú", 20/11/2014, nro. 221.
(32) Caso "Velásquez Paiz y otros vs. Guatemala", 19/11/2015, nro. 118 y nro. 133.
(33) Para este concepto y la lucha por la igualdad de los derechos de la mujer, compulsar
www.inmujeres.gub.uy/innovaportal/file/21639/1/2_awid_interseccionalidad.pdf.
(34) C. Crim. Roque Sáenz Peña, Chaco, 31/08/2004, cit. por CASAS, Laura, Nuevos estándares en
violencia de género y el deber de debida diligencia: perspectiva de género y derecho penal", Revista Derecho
Penal y Criminología, 1, año IX, febrero 2019, p. 9.
(35) Ver, en el mismo sentido, caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014, nros. 36 y 37 (un
resumen de la sentencia se encuentra en Revista Investigaciones, 2014/2, ps. 238/242); caso "Velásquez Paiz y
otros vs. Guatemala", 19/11/2015, nro. 19; "I. V. vs. Bolivia", 30/11/2016, nros. 251 y ss.; caso "Mujeres
víctimas de tortura sexual en Atenco vs. México", 28/11/2018, nros. 36 y ss.; caso "J. vs. Perú", 27/11/2013,
nro. 21; caso "Favela Nova Brasilia vs. Brasil", 12/02/2017, nro. 50 (se denuncian hechos de violenta represión
policial contra numerosas personas, hombres, mujeres, niños, etc., durante diversos años). En caso "Espinoza
Gonzáles vs. Perú", 20/11/2014, nro. 29, por razones temporales, la Corte sostuvo que no aplicaría la
convención Belém de Pará y sí la Convención Interamericana.
(36) Compulsar CASAS, Laura, "Nuevos estándares...", ob. cit., p. 3.
(37) Caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala, 19/05/2014", nros. 133 y 134.
(38) Ibidem, nro. 136; conf. caso "Velásquez Paiz y otros vs. Guatemala", 19/11/2015, nro. 109.
(39) Caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014, nros. 141, 155 y 157; conf. caso "Velásquez
Paiz y otros vs. Guatemala", 19/11/2015, nro. 50 (a la época de los hechos —año 2005—, Claudina Velázquez
era una joven de 19 años, que se encontraba cursando la Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales en la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala).
(40) Caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014, nro. 188; caso "Velásquez Paiz y otros vs.
Guatemala", 19/11/2015, nro. 118.
(41) Caso "V. R. P., V. P. C. y otros vs. Nicaragua", de 08/03/2018, nro. 147.
(42) Caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014, nro. 269.
(43) Ibidem, nros. 67, 69, 73, 76, 77, 83, 84 y 178. La víctima directa, María Isabel Veliz Franco, tenía 15
años, era estudiante y acababa de finalizar el tercer año básico; estaba en período de vacaciones y trabajaba
como dependiente temporal. Vivía con su madre y sus hermanos. Un día, fue asesinada mientras marchaba al
trabajo.Un análisis similar del contexto puede verse en "Masacres de El Mozote y lugares aledaños vs. El
Salvador", 25/10/2012: "[E]l tribunal hace notar el contexto en el que fueron perpetradas las violaciones
sexuales reconocidas por el Estado, esto es, en el transcurso de un operativo militar en el cual las mujeres se
hallaban sujetas al completo control del poder de agentes del Estado y en una situación de absoluta
indefensión". También en el caso "Mujeres víctimas de tortura sexual en Atenco vs. México", 28/11/2018, nros.
54 y ss. (detenidas en 2006, durante una revuelta, por fuerzas policiales que cometieron todo tipo de desmanes
con ellas. La primera reacción estatal fue que "el gobierno mexiquense no está en condiciones de iniciar una
investigación por las presuntas violaciones sexuales cometidas contra mujeres por parte de policías, ya que no
hay bases jurídicas para hacerlo, al no existir ni exámenes ginecológicos ni denuncias penales concretas"), y en
caso "J. vs. Perú", 27/11/2013, nros. 55 y ss.
(44) "V. R. P., V. P. C. y otros vs. Nicaragua", 08/03/2018, nro. 392; caso "Veliz Franco y otros vs.
Guatemala", 19/05/2014, nro. 275.
(45) Caso "Veliz Franco y otros vs. Guatemala", 19/05/2014, nro. 280.
(46) PARELLADA, Carlos, "La responsabilidad internacional del Estado por la violencia familiar. Visión
nacional", RDF 65-67.
(47) Ver, entre otros casos, C. 5ª Civ. y Com. Córdoba, 23/07/2014, Doc. Jud., año XXXI, nro. 5, febrero
2015, AR/JUR/34288/2014, Revista Responsabilidad Civil y Seguros, 10, año XVI, octubre 2014, p. 171, en
LLC, año 32, nro. 5, junio 2015, p. 487, con nota de DEZA, Soledad, "El rol facilitador del Estado en la muerte
violenta de una mujer", Revista Derecho de Familia y de las Personas, 1, año VII, enero-febrero 2015, p. 85, con
nota de DEZA, Soledad, "Dos caras de una misma moneda: falta de servicio y tolerancia pública a la violencia"
(en el caso se condenó reparar el 50% de los daños), y en RDF 2015-II-87, con nota DE CASEY, María I y otra,
"Violencia de género: convencionalidad y responsabilidad civil del Estado por omisión"; Juzg. Nac. Cont. Adm.
Fed. Nº 12, 19/10/2016, MJ-JU-M-101768-AR | MJJ101768, Revista Código Civil y Comercial, 1, año III,
febrero 2017, p. 215; Responsabilidad Civil y Seguros 2016-XII-127; JA 2017-I-198, cita online:
AR/JUR/70755/2016. La decisión fue confirmada por la CNFed. Cont. Adm., sala 2ª, 11/07/2017, Revista
Responsabilidad Civil y Seguros, 10, año XIX, octubre 2017, p. 57, con nota de MEDINA, Graciela, "La
responsabilidad del Estado por femicidio. Responsabilidad por omisión"; LA LEY 2017-D-503, con igual nota
de Graciela Medina, cita online: AR/JUR/41555/2017, etcétera.
(48) Ver, por ejemplo, para la salud reproductiva de la mujer caso "I. V. vs. Bolivia", 30/11/2016, nro. 158.
(49) Compulsar Corte Interamericana de Derechos Humanos nro. 18: Jurisprudencia Contenciosa sobre El
Salvador.