Está en la página 1de 12

Bloque I.

El poema que he seleccionado se titula Pandémica y Celeste, el autor de este poema es


Jaime Gil de Biedma, este poema lo encontramos en la obra Moralidades, publicada en
1966.

En primer lugar, nos debemos de detener en el título del poema. El poema como ya
hemos dicho anteriormente se titula Pandémica y Celeste, debemos de saber que es una
evidencia que este poema parte de un pasaje de Platón de la obra El banquete de Platón,
concretamente al fragmento donde encontramos el discurso de Pausanias sobre las dos
Afroditas y los dos Eros. El título del poema hace referencia a las dos Afroditas, por un
lado tenemos a la Afrodita Urania o también llamada Celeste, esta presenta la dimensión
espiritual y el amor, por otro lado tenemos a Afrodita Pandemos la cual hace referencia
a la dimensión terrenal y placer sexual. Debemos de saber que Pandemos es un
sobrenombre de Eros.

Por lo tanto deducimos que el título de este poema hace referencia a las dos Afroditas.
Tenemos Pandémica, que hace referencia a la Afrodita Pandemos, y por otro lado
tenemos Celeste que haría referencia a la Afrodita Urania o también conocida en griego
antiguo como Celeste. Como conclusión, a la relación del poema con Platón, sacamos
que Jaime Gil de Biedma había leído la obra El banquete de Platón.

Si seguimos leyendo, después del título encontramos una cita. Esta cita que encabeza al
poema pertenece al poema de Catulo el Carmen VII. En este poema de Catulo,
principalmente, aparece el tema del número de besos que tendría que darle Lesbia para
saciar al poeta. Puede ser que Jaime Gil de Biedma eligiera esta cita por el motivo del
número de los besos, un número de besos infinitos, ya que dice tantos besos como arena
hay en la playa de Libia o estrellas en el cielo, este número de besos se puede relacionar
con el número de amantes que tuvo el poeta, un número, prácticamente, incontable.
También podemos ver una asociación del poema Pandémica con el poema Carmen VII,
en ambos tenemos un escenario nocturno o en el caso de Carmen VII remite a la noche.
Con esta cita se piensa que el poeta nos habla de los amores furtivos ya que en el poema
Pandémica nos habla de lo mismo, pero frente a estos amores furtivos vemos como el
poeta reclama esos besos infinitos, probablemente esto sea una declaración de Gil de
Biedma a su novio.
Una vez que hemos leído la cita, nos adentramos en el cuerpo del poema. Si hacemos
una primera lectura del poema intuimos que el tema principal del poema es el amor.

Si nos detenemos en los primeros versos, podemos apreciar como el poeta se dirige a
alguien, debido a que utiliza el pronombre de segunda persona “tú” y también podemos
observar que usa el pronombre de primera persona “yo”, podemos entender que el poeta
se dirige al lector, y más concretamente ese receptor sea la pareja de Gil de Biedma. En
cuanto al yo, hay algunos que lo identifican con el yo, desdoblado, del poeta. Podemos
leer también como nos describe una escena en la que el poeta habla con este tú, en un
escenario nocturno mientras ambos beben, fuman y hablan sobre la vida.

Más adelante el poeta nos dice que después de la escena descrita anteriormente, nos va a
enseñar el corazón desnudo, y el siguiente verso nos dice “un corazón infiel”. Cuando
nos habla de desnudar el corazón de cintura para abajo estaría haciendo referencia a al
amor y sexo, ambas cosas de la mano. Como hemos mencionado, nos describe su propio
corazón como un corazón infiel. Luego también vemos hipócrita lector, con esto lo que
busca Gil de Biedma es que el lector se identifique con lo que el poeta aquí está
mostrando, que vea en estas líneas reflejada su experiencia, pretende que el lector
reconozca que él ha tenido experiencias similares a la que cuenta aquí el poeta.

Las dos siguientes estrofas marcan la tónica del poema. En estas dos estrofas nos habla
de amor y sexo como algo necesario o complementario, es decir se necesita amor para
tener sexo y sexo para haya amor, esta idea la encontramos a lo largo de todo el poema,
esa especie de lucha que tiene el poeta con querer mostrar a los lectores su forma de
concebir el amor y el sexo, él lo concibe como algo complementario. El poeta nos dice
que para conocer el amor verdadero es necesario haber conocido cuatrocientos cuerpos.

A continuación se produce una descripción de varias escenas, podemos pensar que aquí
el autor lo que intento es describir o hablarnos de lo que se acuerda de esos
cuatrocientos cuerpos con los que dice que ha probado. En primer lugar, nos va a hablar
de unas anécdotas concretas como podemos leer, más adelante nos habla de los
diferentes lugares en los que ha estado, y finalmente nos habla de las experiencias de
promiscuidad.

Finalmente, tenemos las dos últimas estrofas nos habla de la aparición del tiempo en el
amor. Nos dice que la vejez se palpa con el paso de las manos por el cuerpo, esto parece
que no le gusta al poeta, el poeta como ya nos dice anteriormente prefiere un cuerpo
joven, también nos habla de muslos hermosos, tanto le gusta al poeta el cuerpo joven
que dice que al ser mayor quiere aplastar sus labios sobre su pareja e invocar el cuerpo
que tenía de joven que es lo que le gusta al poeta. Podemos ver que durante todo el
poema el poeta nos habla de las experiencias sexuales que ha tenido, de lo que ha
disfrutado, frente a esto nos muestra al final del poema la realidad del amor, que es que
algún día ese cuerpo esplendido del que tanto disfrutaba se ha perdido.

En este poema se pueden observar características propias de la denominada “generación


del 50”. En primer lugar podemos destacar como se ha llevado a cabo un cambio en la
perspectiva con respecto a los poetas anteriores. Antes la poesía tenía una perspectiva
social, principalmente, trataban los temas sociales y daban voz a la sociedad, en la
generación del 50 vemos como se ha producido un cambio, este cambio se ve en este
poema que aquí tenemos, aquí no nos habla de la guerra, ni de sus consecuencias y
tampoco toma la voz de la sociedad para denunciar ciertos problemas, aquí podemos
observar como el autor trata el tema del amor basado en su experiencia personal. En esta
poesía lo que importa es el qué y el cómo, vamos a presenciar un cambio, tenemos la
sustitución del “yo” por el “nosotros”. Ese “yo” muestra individualismo, se va a utilizar
porque se va a utilizar para hablar de la infancia, del origen de su mundo y patria…etc.

Como ya hemos comentado, tenemos un cambio en cuanto a los temas que se van a
tratar en la poesía. En la poesía de los 50 los temas más frecuentes son: mira
transcendental sobre el amor y por otro lado tenemos indicios apoyados en el erotismo.
Esto se ve claramente aquí, aparte del amor vemos, erotismo y sexualidad.

Como tópicos presentes en el poema podemos ver varios, podemos encontrar el tópico
“amor mixtus” este tópico recoge la mezcla del tópico “amor bonus” y “amor ferus”, lo
que viene siendo una mezcla de amor bueno y amor pasional, salvaje, esto se puede ver
en el poema con claridad, el autor nos habla de un amor bueno, no tan salvaje y por otro
lado ese amor salvaje que es el que dice que tiene siempre que mantiene relaciones, él
dice que no lo hace por impulso que siempre hay amor. Por otro lado, podemos tratar el
tópico “collige” que viene a representar la fugacidad de la juventud, de la belleza, esto
también aparece en el poema cuando nos habla de los cuerpos jóvenes y de las
aventuras que ha tenido y nos habla luego de que esos cuerpos se volverán debido al
tiempo en cuerpos envejecidos, con esto se puede entender que el autor incita a que se
disfrute del cuerpo joven mientras se pueda, ya que después aparece el tiempo y lo
cambia todo.

Bloque II

El poema que he seleccionado se titula Mandorla, el autor de este poema es José Ángel
Valente, este poema lo encontramos dentro de la obra Mandorla, publicada en 1982.

El título del libro, al igual que el del poema que hemos seleccionado, es Mandorla, el
propio poeta dijo una palabra explicando el por qué decidió llamar así a la obra:

La mandorla simboliza la intersección de los mundos visible e invisible, el espacio donde lo uno
y lo múltiple inciden, donde la separación de la materia y el espíritu no existe o ha dejado de
existir (2007: 33).

Como bien podemos observar en las propias palabras del autor, el título Mandorla
supone la ampliación y reconocimiento de la frontera entre lo visible y lo invisible.

Este poema abre el libro y pone título a este. La mandorla es el término que se utiliza
para designar un espacio sagrado, donde se sitúa la virgen y el cristo. Con este título lo
que se pretende es situar al lector en el contexto. Debemos destacar que la mística en
esta obra Mandorla tiene gran importancia, al igual que también tiene en otra de sus
obras denominada Material Memoria. Valente no es un místico, él no busca la
iluminación de Dios, él observa que cuando se introduce para buscar la palabra poética,
se produce una iluminación, en la oscuridad dónde se introduce para salir con la luz de
la palabra.

Una vez que nos introducimos en el contenido del poema, podemos observar que no hay
un sujeto explícito en el poema, sino que está omitido o implícito. Para saber qué sujeto
es, debemos de mirar a los verbos “estás”, “acaricié” y “me entraste”, observando a los
verbos podemos deducir que tenemos un “tú” y un “yo”, no sabemos si ese tú hace
referencia a un ente femenino o masculino, y en cuanto al yo podemos imaginar que
sería el propio poeta por lo que haría referencia a un ente masculino.
Si nos centramos en los tres primeros versos del poema, debemos de fijarnos en la
descripción de sujeto “tú”, que es a la que hace referencia esta parte del poema, aquí el
“yo” no lo tenemos. Podemos observar que al “tú” lo acompaña “oscura”, gracias al
adjetivo “oscura” sabemos que es un ente femenino, en el caso que el ente al que hace
referencia fuera masculino encontraríamos: “Estás oscuro en tu concavidad”. La palabra
concavidad nos da información sobre la forma, que como nos dice es cóncava, pero si
seguimos leyendo nos dice que la mandorla está inscrita en sí misma, es decir tiene
identidad propia. Esta descripción, será la que va a dar paso al concepto, al poema, que
se elabora a partir de esto.

Luego tenemos un solo verso que ocupa una estrofa y se sitúa en la parte central del
poema. El hecho de tener un verso en la parte central del poema y de forma “aislada” a
los demás puede ser para destacar ese verso con del resto, puede ser el verso que dé
sentido a todo o el verso principal, en torno al cual giran los demás. Desde mi punto de
vista, creo que ese verso está de forma aislada y en la parte central, debido a su
importancia, porque en la primera estrofa no nos deja claro sí tiene vida propia o no, nos
lo deja en el aire, a merced del lector, y con este verso nos está confirmando que al ente
que está haciendo referencia tiene autoridad, tiene vida, lo sabemos porque nos habla de
la sangre. Hay algunos críticos que han considerado que con esto estaría haciendo
referencia a la vulva femenina. Personalmente, creo que si puede hacer referencia a los
genitales femeninos, la mandorla si lo pensamos tiene una forma similar a la vulva, y da
una seria de rasgos que nos puede hacer pensar en esto, puede ser que el hecho de
llamar Mandorla (que puede tener una referencia religiosa) y luego hablar de la
sexualidad, es con la intención de “mezclar” o de “relacionar” dos aspectos muy
distantes, por un lado la religiosidad y por otro lado la sexualidad. Aquí es cuando se
introduce el “yo”, nos dice “acaricié tu sangre”, mediante el verbo ya sabemos el sujeto.
Podemos ver que el yo va a actuar, concretamente realiza la acción de acariciar, y no
acaricia la superficie, sino que se introduce en el interior, porque acaricia la sangre. La
sangre no es un elemento del ser humano que este superficial, todo lo contrario, la
sangre se encuentra en el interior del cuerpo, para poder llegar a la sangre hay que
“introducirse en el cuerpo”.

Si continuamos leyendo el final del poema, encontramos “me entraste”, aquí tenemos la
voluntad del yo suspendida y la mandorla es la que tiene el control, el yo poeta aquí no
tiene una actitud dominante, su intención no cuenta, ahora el poder lo tiene la palabra.
Aquí se describe una especie de rapto por parte del tú hacia el yo. Podemos observar
como el “tú” introduce al “yo” en su interior, en la oscuridad, esto le hace abandonar la
claridad de la que procedía. Podemos relacionar la oscuridad con la noche y la sombra
con la interioridad, lo profundo, que suele estar oscuro, el poeta se introduce en lo más
profundo, para encontrar conocimiento. La mandorla, el “tú” arrastra al “yo” a la noche,
un “yo” que se encuentra ebrio de claridad, la luz es el símbolo de la poesía, entonces el
poeta se introduce en la oscuridad, para así poder encontrar una nueva luz, un nuevo
conocimiento.

Llegamos al final del poema, donde encontramos nuevamente un único verso que repite
la palabra del título del poema y el título de la obra. Este verso nos reafirma a la idea del
principio. Dice mandorla como término que encierra el poema que tiene vida en sí
mismo, tal vez el aquí mandorla tiene un sentido diferente, el autor pone aquí mandorla,
al final, para que el lector llegue a la conclusión que la mandorla de la que habla en el
poema no es la mandorla religiosa que aparece al principio, sino que con este término
está haciendo referencia a la sexualidad. Me gustaría destacar la posición de mandorla
que aparece al inicio y al final, en el lugar opuesto, puede estar conectado con la
oposición de los dos significados del término en el poema, en un principio el lector tiene
una idea de mandorla religiosa y conforme a leído el poema ha llegado a la conclusión
que está haciendo referencia a otro tema “distinto” u “opuesto”.

Como característica tenemos la poesía que está basada en el explicar la propia poesía,
era uno de los temas recurrentes de esta generación, al igual que tratar temas de la
infancia y recuerdos. Se abandona la poesía social de la generación anterior, como ya
dijimos anteriormente. En este poema podemos ver un carácter reflexivo por parte de
autor, esto no es característico de este autor, es algo característico de la generación.
Estos autores conciben el poema como un proceso de descubrimiento y no como
resultado, es decir el lector debe de interpretar este poema, y esto se puede ver
claramente en el poema, el autor deja en el aire al ente al cual está haciendo referencia,
no sabemos si realmente es una vulva femenina o no, esa es la conclusión que nosotros
hemos obtenido, pero no sabemos si el poeta realmente escribe este poema con ese
sentido. Aquí tenemos un estilo antiretórico, no vemos el uso de figuras retóricas.

Sobre los símbolos que aquí aparecen podemos destacar la mandorla, es el símbolo más
importante del poema, sobre esta podemos dar varios apuntes: La mandorla se realiza
haciendo resbalar un símbolo sobre sí mismo, la mandorla puede ser entendida como
unidad y también se puede relacionar con el sexo femenino, con la vulva.

Finalmente, debemos hablar sobre la métrica en este poema, tenemos poco que
comentar, en este poema tenemos una rima libre, en cuanto a la estrofa, el poema no
está sujeto a un tipo de estrofa determinado y los versos tienen diferentes números de
sílabas.

BLOQUE III.

El poema que he seleccionado es el poema VIII, el autor de este poema es Claudio


Rodríguez, este poema lo encontramos en el libro III de la obra Don de la ebriedad,
publicada en 1953.

De este libro debemos conocer algunos datos, como los que dijo el poeta en Desde mis
poemas:

Cuando comencé a escribir Don de la ebriedad tenía diecisiete años. Dos datos suficientes para
orientar al lector. Poesía –adolescencia- como un don; y ebriedad como un estado de
entusiasmo, en el sentido platónico, de inspiración, de rapto, de éxtasis, o, en terminología
cristiana, de fervor.

Aquí el lector explica el motivo del título que decidió poner a este libro. Como podemos
observar en esta cita, vemos que nos dice que es un libro que se elabora a los diecisiete
años de edad, sobre la edad el poeta también comento:

No era consciente, repito, de que la contemplación viva entraña un acercamiento y un


alejamiento ante el misterio de la realidad y de la posibilidad, digámoslo así, del conocimiento
intuitivo de ella. De aquí, que la ignorancia, en el sentido más revelador, informe e invente estos
poemas […] (Desde mis poemas, pág. 14)
El autor no parte de un modelo de poética en concreto, estos poemas como el propio
autor dice fueron el resultado de la aventura, él debido a la edad que tenía partía de la
ignorancia.

Si nos adentramos en el poema que hemos seleccionado para el análisis, debemos de


comentar que con este poema se cierra Don de la ebriedad, esto seguramente sea por
algo en concreto, al igual que coloca el poema I en primer lugar. Posiblemente este
poema se ha colocado en último lugar porque en este poema podemos ver cómo esa
ebriedad de la que habla a lo largo de la obra, y que también podemos ver en este poema
se va terminando, esto lo podemos ver en los últimos tres últimos versos:

¿Es que voy a vivir? ¿Tan pronto acaba

la ebriedad? Ay, y cómo veo ahora

los árboles, qué pocos días faltan...

En estos tres versos podemos ver como la ebriedad está llegando a su fin. Debemos de
saber que la ebriedad se entiende consiste en una perturbación pasajera producida por
las bebidas alcohólicas. Como vemos la propia definición de ebriedad, nos habla de algo
pasajero, algo que no perdura de forma infinita, y eso lo que vemos en el poema que
esta ebriedad está llegando a su fin.

Si comenzamos a ver el texto desde el principio, lo primero que nos llama la atención es
la primera palabra que aparece en mayúsculas, este tipo de palabras al inicio del texto y
en mayúsculas se conoce como versales, era costumbre antes, a día de hoy no se utiliza.

En las primeras diez líneas el poeta nos está describiendo la forma en la que ve las
cosas, la forma en la que ve el mundo, todo lo ve en su máximo esplendor. El poeta nos
dice “cómo veo los árboles ahora” cuando usa el adverbio de tiempo “ahora” nos está
mostrando que es en este momento cuando todo lo ve de esta forma que nos describe,
esto nos hace intuir que en un momento pasado tenía la visión que tiene en este
momento. Cuando nos habla de “no con hojas caedizas” podemos pensar que el árbol
está en plena primavera donde brotan las hojas o en periodo donde las hojas no brotan,
pero lucen en buen estado, el momento en el que las hojas caen de los árboles
entendemos que es en otoño, por lo que el poema no nos habla de esta estación.
En este poema podemos observar que el autor tiene una visión epifánica. En el poema
contemplamos la naturaleza trasfigurada, los elementos descritos están en un estado de
plenitud.

Si continuamos con los siguientes versos 10 versos. Aquí vamos a encontrar que el
autor se hace varias preguntas, podemos intuir que él está asombrado de lo que está
viendo porque pregunta: ¿Qué me han hecho en la mirada? Posteriormente tenemos dos
preguntas más: ¿Es que voy a morir? ¿Cómo veis a los hombres, a sus obras, almas
inmortales? El poeta piensa que va a morir porque está viendo cosas que no ha visto
antes y esto puede ser por el estado de embriaguez en el que se encuentra, como bien lo
dice en la siguiente línea. También podemos observar como lo que él nos describe es
una naturaleza eterna, por lo tanto no podemos situarlo en un momento determinado, ya
que es eterna.

En el poema también podemos ver en los versos 19 hasta el 22, no habla de la claridad
que goza toda creación es un don. Ya en el final del poema podemos ver como ese
estado de embriaguez se va acabando como ya comentamos al inicio de este análisis.

En este poema podemos destacar algunos símbolos que van a aparecer a lo largo de la
obra:

En primer lugar podemos ver el símbolo de la claridad que se representa en el poema


como “luz”, la claridad al igual que la ebriedad son los símbolos centrales del libro. La
claridad la podemos relacionar estrechamente con la verdad, con el conocimiento, es lo
que intenta conseguir el poeta. Vemos que aparece el símbolo apuesto a la claridad que
es la sombra, esta tiene connotaciones negativas. Esta oposición de luz y sombra nos
puede llevar a recordar el mito de caverna de Platón, donde la luz era la realidad, la
verdad, mientras que la sombra era lo imaginario, lo ficticio.

Otro de los símbolos que aparece es la ebriedad que aparece en este poema como
“ebrio” y “ebriedad”, hace referencia al fervor, es la parte inconsciente de la creación,
aquí podemos hablar también de la ignorancia como verdadera sabiduría.

En este poema podemos ver varios elementos opuestos en el poema, lo que más me ha
llamado la atención es la oposición que hay en las preguntas, concretamente en las
siguientes: ¿Es que voy a morir? / ¿Es que voy a vivir?, tenemos dos preguntas que
siguen una misma estructura, con una sola diferencia que cambia el verbo, y tenemos
dos verbos opuestos vivir y morir, con esto podemos observar en el poema que hay
cambios de dirección, en un primer momento el poeta piensa que va a morir y apenas
unas líneas más abajo vemos que ya piensa que va a vivir, esto puede estar marcado por
el estado de embriaguez en el que se encuentra en el momento en el que realiza cada
una de las preguntas. También podemos ver la oposición de sustantivos como montaña
y llanura o fuego y agua e incluso podríamos oponer campo y mar, podemos observar
una continua oposición entre elementos.

Este poema, al igual que los poemas anteriores, la principal característica con la poesía
anterior, es que no hay denuncia social ni se trata el tema de la guerra. En este caso el
poeta va describiendo la naturaleza, lo que él va viendo con sus propios ojos y describe
cómo lo ve. El poeta en una de sus entrevistas decía que esta obra había sido elaborada
mientras paseaba por el campo y a la misma vez iba con una libreta escribiendo, por lo
tanto de ahí podemos deducir que nos hable de la naturaleza y de lo que él veía.

Como consecuencia de esta poesía basada en experiencias personales, recuerdos o el


pensamiento vamos a tener el uso de la primera persona que esto lo podemos observar
en los verbos, en la poesía de la generación anterior veíamos el uso del nosotros y ahora
tenemos el uso del yo, se ha producido este cambio como consecuencia a la inmersión
en lo particular.

Otras de las características típicas de la generación del 50 y que podemos ver en este
poema son: Podemos ver que el ritmo tiene un papel muy importante en este tipo de
poesía, el ritmo en este poema se busca con los encabalgamientos, aquí tenemos varios
ejemplos de encabalgamiento como podemos ver en los versos 6 y 7, 11 y 12, 12 y 13,
etc. Tenemos un poema que tiene un estilo anti retórico, ya que tenemos escasez de
figuras retóricas. Y finalmente, también podemos destacar un tono conversacional, un
tono cercano, lo podemos ver con las preguntas que hace.

Comparación entre los 3 poemas analizados:

En cuanto al primer poema vamos a encontrar que tenemos un lenguaje coloquial y muy
cercano, esta característica también la podemos ver en el poema del tercer bloque, usa
un lenguaje coloquial. También entre entes dos poemas tenemos que comparte una
misma característica es que en ambos se nos sitúa en un lugar, o podemos intuir por la
descripción que estamos en un lugar concreto. En el poema de Gil de Biedma nos habla
de la playa y en el poema de Don de la Ebriedad por las descripciones que tenemos
podemos intuir que estamos en la montaña, en el campo, ya que nos habla de la forma
en la que ve los árboles y demás. En el poema del segundo bloque Mandorla, tenemos
un lenguaje más elaborado en comparación con los dos poemas restantes, y en este
poema no nos podemos ubicar en un lugar concreto, no tenemos escenario, solo nos
habla de la noche.

Los 3 poemas tratan temas que son propios de la denominada generación del 50, en el
poema de Gil de Biedma, claramente podemos observar que nos está hablando sobres
tus experiencias y recuerdos, además debemos de decirle en plural porque nos habla de
varios recuerdos, todas estas experiencias y recuerdos ligados al amor o a una reflexión
sobre el amor. En el poema Mandorla nos habla de la búsqueda de conocimientos y
también tenemos alguna referencia a aspectos de la sexualidad. Finalmente, en el último
poema nos habla de la naturaleza y de sus vivencias. Por lo tanto tienen en común que
ambos tratan temas propios de la generación a la que pertenecen.

Un aspecto que me gustaría destacar es que en el poema de Gil de Biedma tenemos una
entradilla, mientras que en los otros 2 poemas no tenemos. Esta entrada que tenemos en
Gil de Biedma hace referencia a Catulo, poeta latino, es decir hace referencia al mundo
clásico, mientras que en los demás poetas no hemos encontrado ninguna reflexión al
mundo clásico. Y también tenemos en Gil de Biedma una referencia en el título del
poema a figuras mitológicas, las dos Afroditas, mientras que en los demás poemas no.

En el poema del bloque 2 es un poema más abierto en cuanto a su interpretación, el


autor deja en manos del lector la interpretación de este poema, mientras que en los
poemas del bloque 1 y 2 son poemas más fáciles de entender, nos habla de la naturaleza
o de las propias experiencias que sirven para hacer reflexiones amorosas.

Otro rasgo que comparten los 3 poemas es que no tenemos en ambos un uso de la
primera persona del singular, en ninguno de los 3 poemas se usa la primera persona del
plural “nosotros”, este rasgo es también típico de la generación del 50.

Como conclusión, tenemos aquí tres poemas en los cuales se pueden observar de forma
clara las características propias de la generación a la que pertenecen sus autores. La
característica más importante de esta generación es, como ya hemos dicho varias veces,
el giro que da la poesía, pasamos de tener una poesía social, basada en la guerra y en los
problemas que generaba la guerra a tener una poesía basada en la experiencia, los
recuerdos y temas propios de la existencia del ser humano, como puede ser el amor.
Como hemos podido ver en la comparación que hemos realizado anteriormente, aunque
los autores pertenezcan a una misma generación o grupo poético hay diferencias entre
ellos, pero en definitiva son tres poemas que siguen la línea de poesía que se está
realizando en ese momento.

También podría gustarte