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CAPITULO 3: El desarrollo económico en la Europa medieval. LA ECONOMÍA MEDIEVAL.

Edad media fue considerada como un periodo de estancamiento cultural y económico, aunque en realidad no fue así,
dado que muchas instituciones creadas por la edad media sirvieron como base de la actividad económica hasta la llegada
de la era industrial.
Forma de supervivencia medievales existen hoy en áreas rurales y en las economías socialistas de Europa del este.

1. La base agraria:
Hasta la llegada de la era industrial (Siglo XIX), siempre la agricultura fue en todas partes el sector más importante de la
actividad económica comparando la Europa medieval en otras civilizaciones desarrolladas, es en la Europa medieval
donde la orientación agraria sobresale.
Para comprender el carácter distintivo de la economía medieval hay que tener en cuenta las condiciones sociales y
políticas que había en sus orígenes:
- Impuestos cada vez más altos.
- Creciente ineficacia y corrupción del imperio romano.
- Final de la autoridad central y la anarquía resultante.
- Crecimiento de las haciendas autosuficientes.
- Final de las ciudades y del comercio interregional.
En el siglo IX gran parte de Europa estaba dominada por tribus magiares quienes imponían tributos a sus habitantes para
hacer frente a esto los reyes francos idearon un sistema de relaciones políticas y militares que fue insertado en el sistema
económico en desarrollo, naciendo así el FEUDALISMO.
La situación de la época requería tropas a caballo y funcionarios locales administrativos para mantener el orden. Como
faltaba un sistema fiscal efectivo, el estado no podía hacer frente a estos gastos.
La situación consistió en darle a los guerreros a cambio de sus servicios las rentas de las grandes haciendas (muchas de
las cuales habían sido confiscadas a la iglesia). Los guerreros quedaron encargados también de mantener el orden y
administrar justicia en sus tierras los nobles (duques, condes y marqueses) poseían gran cantidad de tierras que
abarcaban muchas aldeas y concedieron algunas de estas a señores o caballeros de inferior categoría que eran sus
vasallos, a cambio de ello existía un juramento de homenaje y fidelidad similar al que el rey recibía de estos nobles a este
procedimiento se lo llamo SUBINFEUDACION.
Sosteniendo el sistema feudal, pero con distinto origen estaba la forma de organización económica y social basada en el
MANOR que comenzó al final del imperio romano. El manor fue modificándose a través del tiempo hasta que en los
siglos VIII y IX se convirtió en la base económica del sistema feudal. De acuerdo con la época y a la geografía el Manor
variaba, con lo cual no existía un Manor típico.
Para darnos una idea podemos decir que el Manor consistía en:
UNIDAD ADMINISTRATIVA: tierra y edificios, y la gente que vivía allí y cultivaba esas tierras
PUNTO DE VISTA FUNCIONAL: la tierra se dividía en Tierra de cultivo, tierra de pasto, Prados, Monte, Bosque y tierra
baldía.
PUNTO DE VISTA LEGAL: la tierra se dividía en:
- Desminé del señor: a veces estaba cercado o separado de la tierra de los campesinos era el 25% o 30% de la
tierra cultivable del manor, incluía la manor´s house, los graneros, los establos, la franja y huertas y viñedos.
- Tierra de los campesinos: la labraban para sí y estaba situadas en campos abiertos que rodeaban la manor´s
house y el pueblo; la tierra se dividía en franjas o parcelas pequeñas y cada colono tenía derecho a 2
docenas o más de parcelas diseminadas por los campos del manor.
- Tierra común

2. La sociedad rural
La teoría del feudalismo dividía la sociedad en 3 órdenes y asignaba un deber a cada uno
- Señores: proporcionaban protección y mantenían el orden.
- Clérigos: cuidaban del bien estar espiritual de la sociedad.
- Campesinos: trabajaban para mantener a las órdenes superiores.
Los señores peleaban, el clero rezaba y los campesinos trabajaban
3. Formas de estabilidad
La organización del trabajo del Manor se regía por la costumbre era un sistema de cooperación con poco lugar para la
iniciativa individual. Las operaciones más importantes eran: arar, segar y cosechar; estas tareas las realizaban todos los
habitantes del pueblo de forma comunitaria, debido a la distribución de las parcelas y la necesidad de utilizar muchos
bueyes (los campesinos tenían 2, 1 o ninguno).
El papel del ganado en esta economía variaba de una región a otra. la función más importante era la de servir de
animales de tiro. El buey era el más común y se lo encontraba en toda Europa. El caballo era utilizado en el noroeste de
Europa y Rusia.
En las principales áreas basadas en el Manor se criaba ganado vacuno y ovino, por su carne y por su lana, además por el
abono de producción.
La ganadería ocupaba un segundo lugar en comparación a la agricultura. Los campesinos debían labrar principalmente
las tierras del señor y luego sus tierras. Las mujeres hilaban y tejían en sus cabañas o en los talleres del señor. Los niños
eran el servicio doméstico del señor. Además de los servicios de trabajo la mayoría de los campesinos estaban sometidos
a otros deberes pagos y prestaciones en dinero y en especie.
También se los obligaba por un pago a utilizar el molino y horno del señor. Estaban sometidos a la justicia del señor que
por lo general era el pago de multas.
Tenían a que pagar el diezmo a la iglesia y a veces al señor.
El sistema Manorial fue desarrollándose a través de los siglos, en tiempos de violencia, incertidumbre política técnicas de
producción primitivas a pesar de la imposibilidad de la iniciativa individual y por tanto de la innovación el sistema
evoluciono como respuesta a la existencia de instituciones y recursos, dando lugar a cambios tecnológicos que
aumentaron la producción y el crecimiento demográfico.

4. Fuerzas de cambio
La innovación más importante de la agricultura medieval fue la sustitución de la rotación de dos hojas por la de tres
hojas, otras 2 muy importantes fue la introducción del arado de ruedas y el uso del caballo como animal de tiro.
La rotación doble consiste en cultivar y dejar en barbecho los campos alternativamente para mantener la fertilidad del
suelo y acumular humedad.
La rotación triple tenía la ventaja de aumentar la productividad del suelo dado que se podía plantar 1/3 más. Otra
ventaja era que reduce el riesgo de hombre si se perdía la cosecha, pues de ser necesaria podía plantarse trigo o
centeno en primavera y como había más tierras disponibles se podían introducir mayor variedad de plantas lo que
favorecía la nutrición.
Arado de ruedas podía remover la tierra compacta brindando a sus usuarios nuevos recursos.
Antes del siglo X los caballos casi no se usaban para arar, porque criarlo resultaba más caro en comparación con los
bueyes, además eran más demandados para usarlos en la guerra y como medio de transporte.
El caballo era utilizado como animal de tiro, en zonas donde hubiera provisión de avena a bajo costo para su
alimentación, y a su vez el lugar a explotar tenía que ser lo suficientemente amplio como para que se justificara su uso.
Se aprovechaba también el estiércol como fertilizante.
Existieron también innovaciones en el crecimiento de cultivos y animales, dentro de los cultivos se introdujo el centeno y
la avena y se expandió el cultivo de guisantes, judías y lentejas también se introdujeron variedad de frutos y hortalizas.
La prueba más evidente del desarrollo fue el crecimiento demográfico y sus consecuencias, el ascenso de las ciudades y
la expansión física de la civilización europea.

5. La expansión de Europa
Alrededor del año 1000 en Europa occidental habitaban alrededor de 12 a 15 millones de personas.
A principios del siglo XIV la población se incrementó casi por entero al crecimiento natural, en el resto de Europa, a las
migraciones provenientes del oeste y a la conquista de pueblos no cristianos.
Las causas del aumento demográfico los podemos encontrar en el descenso de la tasa de mortalidad, debido a una
mejor alimentación, debido a los cambios en la tecnología agrícola.
De la práctica de la medicina y hábitos sanitarios no se tiene mucha información, pero sí que la fabricación y el uso del
jabón comenzó a incrementarse del siglo XIII.
También puede considerarse la posibilidad de que el clima en el norte de Europa mejorara entre los siglos X y XIV
influenciando en una mayor productividad de la agricultura.
Las mejoras tecnológicas fueron las principales responsables del aumento de la producción lo que impacto en el
crecimiento demográfico.
A partir de siglo X comienza la expansión demográfica por toda Europa, los resultados económicos, globales de esta
expansión se pueden resumir en: difusión de una tecnología más avanzada, importante incremento de la población
debido a un aumento natural y a la emigración, gran aplicación de la tierra de cultivo e intensificación de la actividad
económica. A mediados del siglo XIII los barcos transportaban cereales a través del mar Báltico y el mar del Norte.
De forma significativa la era de las cruzadas acabo con la prologada depresión del siglo XIV. Del mismo modo que una
economía creciente hizo posible que los europeos emprendieran las cruzadas, estas estimularon el comercio y la
producción.

6. La tecnología industrial y los orígenes de la energía mecánica.


Aunque muy inferior a la agricultura en términos numéricos, la industria no fue un sector insignificante en la economía
medieval.
Desde el punto de vista de la tecnología no existe interrupción entre la época medieval y la moderna.
La industria más importante era sin duda la textil, aunque la construcción, tomada en su conjunto, debía seguirle de
cerca.
La materia más importante era sin ninguna duda la lana, y el producto, a su vez el paño.
La producción de seda y algodón se limitaba a Italia y a la España Musulmana, los trabajadores más especializados, como
tintoreros, bataneros, esquiladores e incluso tejedores, se organizaban en gremios, la industria estaba dominada por los
comerciantes, también organizados en gremios, que compraban la materia prima y vendían el producto final.
La productividad laboral, comparada con la de la Antigüedad, experimento un gran aumento gracias a un trío de
innovaciones técnicas relacionadas entre sí, el telar a pedal, que sustituyó al simple bastidor, el torno de hilar que
reemplazo a su vez a la rueca y el batán; se extendieron por toda Europa a principios del siglo XII con una rapidez
sorprendente. Disminución de los costes de producción, pero también se redujo la pesadez del trabajo.
La industria metalúrgica y sus auxiliares experimentaron un proceso notable en la Baja Edad Media.
En la edad de hierro (1200 a.c.) los objetos y útiles de hierros eran caros y raros, durante la edad media cambio la
relación entre los precios convirtiéndose el hierro en el metal más barato y se pasó a usar además de en armas y
armaduras para una variedad más amplia de útiles y herramientas. Su mayor abundancia y menor precio era debido a
que en el norte de los Alpes el mineral de hierro y el carbón resultaban más accesibles, también tuvo mucha importancia
las mejoras tecnológicas especialmente la energía hidráulica aplicada a fuelles y martillos de fragua grandes. A principios
del siglo XIV hicieron su aparición los primeros precursores de los hornos altos que sustituyeron a la fragua catalana.
Otra industria de formidable uso práctico que sobrepaso sus dimensiones clásicas fue la del curtido y el trabajo del
cuero.
La carpintería y la cerámica pasaron a ocupar en la industria medieval un espacio proporcionalmente mayor del que
habían tenido en la antigüedad.
El uso del astrolabio y la brújula para navegar, del mismo modo la pólvora y las armas de fuego fueron inventos
medievales, la fabricación de jabón, sin ser del todo una novedad se extendió de forma considerable, y la de papel
constituyó una nueva industria cuya importancia cultural fue mucho mayor que su peso económico; y la imprenta de
caracteres móviles al final de la Edad Media.
A principios del siglo XIV la energía hidráulica tenía muchos usos; no solo moler grano, si no para moler triturar y mezclar
otras sustancias, hacer papel, cerrar madera, etc.
Pese a su gran utilidad los molinos de agua tenían muchas limitaciones dado que necesitaba un caudal de agua o una
cascada para funcionar.
En el siglo XII se inventa el molino de viento, el que con un poco de viento podía realizar todas las tareas del molino de
agua, por lo que se expandieron en las llenuras del norte de Europa donde los vientos eran más constantes.

7. La crisis de la economía medieval


En 1348 una epidemia de peste bubónica, la terrible peste negra, llego a Europa procedente de Asia. Extendiéndose
rápidamente a través de las principales rutas comerciales, durante dos años asolo a toda Europa, cobrándose el mayor
número de víctimas en ciudades y pueblos grandes.
Con toda probabilidad la población total europea se redujo a menos de dos terceras partes, además se hizo endémica, al
surgir nuevos brotes cada diez o quince años durante el resto del siglo.
Aparte de la miseria que engendró la peste, en los siglos XIV y XV una serie de guerras, tanto civiles como entre naciones
alcanzaron gran intensidad y violencia.
La Peste Negra constituyo el episodio más dramático de la crisis de la economía medieval, pero de ningún modo fue el
origen o la causa de tal crisis.
A finales del siglo XIII concluyo el aumento demográfico de los 2 o 3 siglos anteriores. En la primera mitad del siglo XIV se
hicieron cada vez más frecuentes las pérdidas de las cosechas y más severas las hambrunas.
La Hambruna de 1315-1317 afecto a todo el norte de Europa. La creciente precariedad del suministro de alimentos,
junto con la congestión de las ciudades y los pueblos y unos servicios sanitarios insuficientes, hicieron sus habitantes
mucho más vulnerables a las epidemias, de las cuales la peor fue la Peste Negra.
En el siglo XIV se produjo un deterioro climatológico, en el norte de Europa, al menos, los inviernos se hicieron más
largos, fríos y húmedos. En Inglaterra desapareció el cultivo de la vid, en Noruega los cereales dejaron de madurar. El
Mar Báltico se congelo por entero tres veces y en Alemania y los Países Bajos aumento la frecuencia de las inundaciones.
Una explicación más general sería que la población era excesiva para los recursos y la tecnología disponible.
La escasez de fertilizante había sido uno de los problemas constantes en la economía feudal, y la disminución del ganado
lo agravo. Las cosechas disminuyeron en la misma proporción en que aumentaban las tierras de cultivo.
Mientras continuo el crecimiento urbano y demográfico, los precios de la mayoría de los productos agrícolas subieron al
mismo tiempo que bajaron los salarios.
Para sacar ventaja de esa situación los señores retomaron el cultivo de sus propios demesne, a veces aumentándolo,
tomando tierras de los campesinos, esto produjo fuerte resistencia.
La constante caída de los salarios hizo que a los señores le resultara rentable cultivar sus tierras con asalariados.
En parte por esta razón, y también por el aumento de impuestos que recaudaban reyes y señores locales, se produjo un
incremento de las tenciones sociales con brotes ocasionales de violencia.
La Peste Negra intensifico mucho las tensiones y conflictos sociales. La relación Precio Salarios invirtió bruscamente con
la fuerte caída de la población y la demanda urbana, cayo también el precio de los cereales y otros productos
alimentarios, mientras aumentaban los salarios por la escasez de mano de obra. La primera reacción de las autoridades
fue establecer un control de salarios; pero con ello solo lograron exacerbar la hostilidad de los campesinos y los
trabajadores.
En la segunda mitad del Siglo XIV, en Europa se produjeron insurrecciones, sublevaciones y guerras civiles.
En 1358, los campesinos franceses se levantaron espontáneamente contra sus señores y gobernantes. En Inglaterra una
gran sublevación campesina de 1381.
En Italia, en 1378 los trabajadores de la industria de Florencia lograron temporalmente el control de la ciudad,
expulsando a sus patronos.
Todas estas insurrecciones fueron sin excepción sofocadas brutalmente por la nobleza feudal, los gobiernos urbanos o las
nacientes monarquías nacionales.
En Inglaterra en el siglo XV, denominada la edad de oro de los trabajadores agrícolas ingleses. Los salarios reales, es
decir, la proporción entre los salarios monetarios y los precios de los bienes de consumo, fueron más altos de lo que
nunca lo habían sido o lo serían luego hasta el siglo XIX.
La Gran Peste y las calamidades del siglo XIV a ella asociadas bien espantosas, representaron un fuerte purgante que
abrió camino a periodo de crecimiento y desarrollo renovados que se inició el en siglo XV.
Después de la Gran Peste, la vida urbana prácticamente se marchito, los mercados decayeron y la economía retrocedió
un nivel de subsistencia.
Capítulo 5: Segunda logística de Europa.

1. Población y niveles de vida


Como consecuencia de la peste negra, la guerra y las hambrunas, a mediados del siglo XV en Europa había un total de 45
a 50 millones de personas. Ha mediado del siglo XVII se estima que la población estaba cerca de los 100 millones, esta
población debería haber sido mayor: ¿Cuáles fueron las causas de este crecimiento y de los nuevos estancamiento y
decadencia?
La peste y otras enfermedades epidémicas disminuyeron gradualmente, el clima mejoro ligeramente, los salarios reales
eran más altos y se estimularon los matrimonios más tempranos.
Gracias a la combinación de tasa de mortalidad reducidas y tasa de natalidad más altas, la población de Europa comenzó
un crecimiento sostenido que continuo a lo largo del siglo XVI, incluso después de que hubieran cambiado las
condiciones favorables señaladas.
La densidad de la población variaba en los distintos países de Europa, esta densidad estaba estrechamente ligada con la
productividad de la agricultura. Sin embargo, se puede decir que había superpoblación incluso en las regiones
montañosas y poco fértiles en la segunda mitad del siglo XVI.
Desde estas zonas salían grandes corrientes migratorias a las regiones más densamente pobladas y más prosperas,
llanuras y tierras bajas. Como estas llanuras estabas superpobladas en algunas zonas los terrenos se ibas dividiendo a
medida que cada vez más gente intentaba extraer su mera subsistencia.
En otras zonas el excedente de población dejaba el campo, ya sea por su voluntad o por la fuerza.
Surge en esta época los pendencieros mendigos que caminaban por los caminos y las calles de las ciudades, mendigos
cuya pobreza los llevaba con frecuencia a la delincuencia.
España y Portugal al tener imperios coloniales envían el exceso de población a esas zonas, y en el norte de Europa se
fomentaba la adquisición de colonias como forma de solucionar el exceso de población. Para Europa en su totalidad la
emigración a ultramar fue insignificante, la mayoría de las migraciones eran locales.
Una consecuencia de estas migraciones fue que la población urbana creció más rápidamente que el total, este
crecimiento fue más importante en el norte de Europa que en las tierras mediterráneas.
En algunos casos el crecimiento de la población urbana puede considerarse como un indicador favorable del desarrollo
económico, pero en el siglo XVI esto no fue necesariamente así, en esa época las ciudades funcionaban básicamente
como centros comerciales y administrativos más que industriales.
En las ciudades existían artesanías que solían estar organizadas en gremios, estas requerían largos aprendizajes e
imponían otras restricciones para entrar.
Los emigrantes rurales carecían de la habilidad para los trabajos de la ciudad estos emigrantes formaban en las ciudades
un conjunto de mano de obra no calificada y eventual (lumpenproletariat), con frecuencia desempleada que
complementaba sus escasos ingresos mendigando y con pequeños robos; vivían en la miseria acinados y en suciedad,
esto ponía en peligro a la comunidad haciéndola más vulnerable a una enfermedad endémica.
En el campo se establecieron muchas actividades manufactureras, como las industrias textil y metalúrgica.
La situación de los pobres de la ciudad y del campo se vio agravada por una prolongada caída de los salarios reales. Al
crecer la población más rápidamente que la producción agrícola, el precio de los comestibles del cereal en especial se
elevó con más rapidez que los salarios.
A fines del siglo XVI la presión de la población sobre los recursos se hizo extrema, y en la primera mitad del siglo XVII una
serie de malas cosechas, nuevos brotes de peste bubónica y otras enfermedades epidémicas, así también la mayor
incidencia de las guerras paró la expansión de la población.

2. Exploración y Descubrimiento
Si bien los nuevos descubrimientos de territorio no incluyeron en los fenómenos demográficos en Europa si lo hicieron
en el curso del cambio de su economía.
En la Baja Edad Media tuvo lugar un notable progreso tecnológico en el diseño y la construcción de barcos y en los
instrumentos de navegación.
Barcos con varios mástiles y combinaciones de velas capaces de navegar con vientos en contra sustituyeron a las galeras
de remos del comercio medieval, el timo de popa de bisagras sustituyo al remo de dirección otorgando más
posibilidades de maniobrar y control de la dirección, pudiéndose prescindir de los remeros. Los barcos se hicieron más
grandes, más manejables, con mejores condiciones para navegar y con mayor capacidad de carga.
La brújula magnética redujo el trabajo adivinatorio de la navegación, el desarrollo de la cartografía proporciono mapas y
cartas enormemente mejoradas.
Los italianos fueron pioneros en el arte de la navegación (Colon, Caboto, Vespucio y otros). Ya en 1291 una expedición
genovesa había comenzado a descender por la costa oeste de áfrica intentando alcanzar la india por mar.
Eran conservadores en el diseño de sus barcos con lo cual otros países que navegaban los superaron en diseños.
Enrique (1393-1460, hijo del rey de Portugal) se dedicó a la exploración de la costa africana con el objeto de llegar al
océano indico. Al sur de Portugal estableció un instituto de estudio avanzados al que llevo astrónomos, geógrafos,
cartógrafos y navegantes de todas las nacionalidades enviando expediciones casi anualmente hasta su muerte.
Sus marineros hicieron cartas de las costas y corrientes, descubrieron y colonizaron islas del atlántico y establecieron
relaciones con los jefes nativos de la costa africana. Tras la muerte de Enrique disminuyo la actividad exploradora, un
poco por la falta del patrocinio real y otra a causa del lucrativo comercio de marfil, oro y esclavos que los mercaderes
portugueses realizaban con el reino de Ghana. En 1481 el rey Juan II retomo las exploraciones llegando en pocos años
sus navegantes casi hasta el extremo de África. Viendo la posibilidad de éxito envió sus expediciones costa abajo.
 Por mar llego hasta el cabo de buena esperanza
 Por el mediterráneo y por tierra hasta el mar rojo que reconoció el borde occidental del océano indico desde
Mozambique en África gasta la costa en india.
Esto dio lugar para el siguiente gran viaje que haría Vasco de Gama desde 1497 a 1499, bordearon África y llegaron hasta
Calcuta en india.
Como resultado de motines, enfermedades, tormentas, etc. esta expedición perdió 2 de sus 4 naves y casi 2/3 de su
tripulación, pero la carga de especias con la que volvió fue suficiente para pagar varias veces el costo de ese viaje.
Viejo esos beneficios los portugueses no perdieron tiempo en capitalizar su ventaja en una docena de años había barrido
a los árabes del océano indico y establecidos puestos de comercio fortificados desde Mozambique y el golfo pérsico
hasta las fabulosas especies Omolucas.
En 1513 uno de sus barcos se plantó en cantón al sur de china y para mediados del siglo había abierto relaciones
comerciales y diplomáticas con Japón.
1483 o 1484 un genovés casado con una portuguesa le pidió a Juan II que financiara un viaje a través del atlántico para
alcanzar el oriente navegando por el oeste. En ese momento en el que la creencia de que la tierra era una esfera ya
estaba generalizada, si bien Colon pensaba que era posible el peso de la opinión estaba en su contra.
Ante esta negativa Colon se dirigió a los monarcas españoles quienes al estar en guerra en ese momento no disponían de
dinero para un plan tan arriesgado. Colon intento antes los reyes de Inglaterra y Francia sin resultado positivo. En 1492
los monarcas españoles conquistaron granada y con una especie de celebración, Isabel acordó financiar la expedición. El
12 de octubre de ese año avisto lo que en ese momento seria conocido como las indias occidentales pensando que
realmente había llegado a las indias. Volvió a España y al año siguiente volvió con 17 barcos, 1500 hombres y suficiente
equipamiento para establecer un asentamiento permanente. Colon hizo 4 viajes a los
mares occidentales y murió creyendo que había descubierto una ruta directa a Asia.
Los reyes de España pidieron al Papa una línea de “demarcación” para confirmar el título de españolas a las tierras recién
descubiertas.
Esta línea dividía al mundo no cristiano en dos mitades, con propósitos de exploración posterior, la mitad occidental
quedaba para los españoles y la orientes para los portugueses. En 1494 se firma el tratado de Tordesillas, el rey
portugués convence a los reyes españoles para modificar el trazado de la línea.

3. La exploración en ultramar y sus consecuencias en Europa


El primer siglo (XVI) de la expansión europea en ultramar y conquista colonial perteneció exclusivamente a España y
Portugal, estos países fueron los pioneros del descubrimiento, exploración y explotación del mundo no europeo; sus
dominios eran los más extensos y su riqueza y poder los más grandes del mundo. Mas tarde su poder y prestigio
decayeron rápidamente hasta llegar al comienzo del siglo XIX a su final.
Para 1515 los portugueses se habían hecho los dueños del océano indico. En 1501 Vasco de Gama regresa a la india con
el fin de detener el comercio árabe con el mar rojo y Egipto, por medio del cual los venecianos obtenían las especies que
distribuían por Europa. Si bien durante un gran tiempo pudieron controlar el comercio de las especies, no lo pudieron
mantener en el tiempo. Los portugueses también establecieron relaciones comerciales con Sian y Japón.
El imperio español frustrado por la búsqueda de las especies, pero estimulados por lo que encontraron en las islas del
caribe, volvieron rápidamente en busca de oro y plata. Sus esfuerzos por encontrar un paso a la india los llevaron a
descubrir la existencia de ricas civilizaciones en el interior de México y el norte de Sudamérica. Entre 1519 y 1521 Hernán
Cortes llevo a cabo la conquista del imperio azteca en México. Pizarro conquisto el imperio inca en Perú en 1530.
A fines del siglo XVII los españoles ejercían un poder efectivo sobre todo el hemisferio, desde florida y el sur de california
en el norte, hasta chile y el rio de la plata en el sur, con la excepción de Brasil que era de los portugueses.
Al principio arrebataban a los nativos las riquezas que pudieran llevar consigo cuando esta fuente se agotó, introdujeron
métodos de minería europeos en las ricas minas de plata de México y de los andes.
Al contrario de los europeos los españoles comenzaron desde el principio la colonización de las zonas conquistadas y su
asentamiento en ellas, llevaron desde Europa técnicas equipamientos e instituciones (incluyendo la religión) que
impusieron por la fuerza a la población india. Además de la cultura y manufacturas europeas los españoles introdujeron
productos naturales que eran desconocidos en el hemisferio occidental entre ellos el trigo y otros cereales. A si mismo
introdujeron caballos, ganado vacuno, ovejas, asnos, cabras, cerdos, y la mayoría de las aves de corral.
Otros rasgos de la civilización europea que también entraron en América, tales como las armas de fuego, el alcohol y las
enfermedades europeas: viruela, sarampión y tifus; se expandieron rápidamente con efectos mortales, reduciendo de
esta forma la población nativa.
En 1501 los españoles habían introducido los esclavos africanos en el hemisferio occidental para remediar la escasez de
mano de obra.
La expansión europea produjo el trasplante de la cultura europea junto a la modificación y ocasional extinción de
culturas no occidentales, provocando también en la propia cultura europea modificaciones sustanciales.
Económicamente la expansión trajo como consecuencia un gran aumento en el volumen y variedad de los objetos de
comercio, en el siglo XVI las especies de oriente y los lingotes de occidente eran la mayor proporción de las
importaciones del mundo colonial.
Así mismo en la corriente del comercio ingresaron otras mercancías cuyo volumen fue aumentado gradualmente en los
siglos XVII y XVIII, opacando las exportaciones originales de ultramar Europa.
Tintes exóticos dieron color a los tejidos europeos y los hicieron más fáciles de vender tanto en Europa como en
ultramar. El café de África, el cacao de América, y el té de la Asia se convirtieron en bebidas europeas corrientes. Cuando
la caña de azúcar fue trasplantada a América su producción aumento enormemente y paso estar al alcance del
presupuesto de los europeos corrientes. El algodón si bien era conocido en Europa nunca había sido producido,
comercializado a gran escala hasta que fue producido en las nuevas colonias y dejo de ser un lujo reservado a los ricos,
llegando finalmente a ser una de las industrias europeas más importantes dependiendo de la materia prima importada
de América y su gran abastecedora. El tabaco otra contribución americana a la civilización, adquirió popularidad en
Europa a pesar de los esfuerzos del estado y de la iglesia para erradicarlo.

4. La revolución de los precios


Durante el siglo XVI se triplicaron (como mínimo) las reservas europeas de los metales monetarios, debido a la entrada
de oro y sobre todo de plata, proveniente de las colonias españolas. El gobierno español intento prohibir la exportación
de lingotes, pero resultaba imposible. El gobierno fue peor infractor, ya que enviaba enormes cantidades a Italia,
Alemania y los países bajos, para pagar sus deudas y financiar sus guerras.
Desde estos países y desde España se contrabandeaban estos metales, los que se extendieron por toda Europa, como
resultado se produjo un alza muy alta en los precios y prolongada.
A fines del siglo XVI, los precios eran 3 o 4 veces más altos que a principios del siglo.
Estas alzas de precios variaban de una región a otra y también de acuerdo con la mercancía. Los precios subieron antes y
más en Andalucía, cuyos puertos no eran los únicos puertos francos legales, para el oro y la plata de América, en tanto en
Rusia llegaba más tarde al alza de los precios.
El precio que más subió fue el de los alimentos, especialmente el grano, la harina y el pan, esto subieron más que el de
otras mercancías. Los salarios no subían de acuerdo con la subida del precio de los alimentos, con lo cual se produjo un
severo deceso de los salarios reales.
Esta revolución de los precios dio lugar a innumerables discusiones respecto a sus mecanismos, consecuencias y causas.
Una posición señala que esta revolución se debió a que la mayor producción de plata en la Europa central, las
importaciones de oro de África por parte de los portugueses se sumaron a la existencia de dinero e hicieron subir los
precios. Otra postura manifiesta que soberanos sin dinero, ni escrúpulos, realizaban devoluciones monetarias,
produciendo la subida de precios. Las consecuencias atribuidas a la revolución de los precios van desde el
empobrecimiento del campesinado y la nobleza del nacimiento del capitalismo.
Esta revolución de los precios, como cualquier inflación, redistribución los ingresos y la riqueza, tanto los individuos
como de los grupos sociales. Se beneficiaron los mercaderes, artesanos, y aquellos que cultivan sus propias tierras y que
producían para el mercado, a costo de los asalariados, cuyos ingresos eran fijos o cambiaban lentamente.
El crecimiento de la población no causo el crecimiento de los precios, pero fue importante para el retraso de los salarios
ya que la agricultura y la industria, no pudieron absorber el excedente de mano de obra.
Pero la causa radical de la situación no fue un problema monetario, fue más bien el resultado de las interrelaciones entre
el comportamiento demográfico y la productividad agrícola

5. Tecnología y productividad agrícolas


En el siglo XVII, cesa el crecimiento de la población, ya que no existe la posibilidad de alimentarse adecuadamente, esta
es una explicación simple, lo cierto es que fracasaba la tecnología agrícola, con lo cual se producía un estancamiento o
un probable declive de la productividad agrícola media.
Este concepto es una generalización sobre la agricultura europea, pero no es totalmente válida, debido a la diversidad
regional, o sea que ese concepto está sujeto a modificaciones, particularmente con respecto a los Países Bajos
holandeses.
Igualmente pueden hacerse algunas generalizaciones con ciertas reservas:
Primero para Europa en su conjunto, y para cada subdivisión geográfica importante, la agricultura era todavía la principal
actividad económica, ocupando dos tercios de la población activa en los Países Bajos holandeses y un 90 o 95 % en el
norte y este de Europa.
Segundo desde el punto de vista humano y social, el trabajo manual era el factor de producción más importante. Desde
ya que era esencial contar también con un buen suelo, semillas, humedad, así también con animales de tiro y
fertilizantes – estos últimos – eran muy apreciados. Los arados, de diversas variedades, de acuerdo con el tipo de suelo y
cultivo, junto con las hoces eran el equipo fundamental, pero la mano de obra humana era la inversión central.
Menos segura y sujeta a más excepciones regionales, es la siguiente generalización final. Para Europa en su conjunto, la
productividad agrícola media en el siglo XVI no fue seguramente mayor que el siglo XII, y decayó sin duda en alguna
forma en el siglo XVII. Esto se estima en base a los testimonios de las proporciones de cosecha por semilla.
El ganado era probablemente más pequeño que el ganado actual, pero en las áreas más avanzadas podía ser más
grande. La producción de leche era comparable.
Debido al crecimiento de la población, se amplía la zona de cultivo roturando nuevas tierras tomando para ello sectores
de pastoreo de ganado, esta reducción de la tierra de pasto trajo consecuencias favorables como ser la reducción del
ganado, sobre todo bovino. Hay pruebas de una caída del consumo de carne en el siglo XVI con consecuencias adversas
para la nutrición y salud de la población. Esta disminución del ganado también significo una disminución en la cantidad
de abono para fertilizar una tierra ya muy cultivada, era aparentemente un círculo vicioso.
Las situaciones variaban según las regiones de Europa, ya que influían factores como la geografía, la densidad de
población, las técnicas de cultivo, la organización social y las distintas variedades de cultivo. Por ejemplo, Italia tenía la
agricultura más diversa Europa, se cultivaba menos cereales que otros lugares, el arroz producía más que los cereales
convencionales. La vid y el olivo eran especialmente importantes en Italia que también cultivaba frutas, verduras,
forrajes y cultivos industriales como planta para teñir, utilizadas en la industria textil.
A pesar de su diversificación la producción agrícola en Italia no pudo aguantar el ritmo de crecimiento de la población, el
cultivo y pastoreo excesivo se cobraron su precio con deforestación y la erosión del suelo.
La zona agrícola más avanzada de Europa eran los países bajos, especialmente Holanda. A finales del siglo XV la
agricultura holandesa era ya más productiva que la media europea, durante los siglos XVI y XVII la agricultura holandesa
experimento un cambio impresionante con lo que se la considera la primera economía agrícola “moderna”. Está
modernización de la agricultura estuvo ligada íntimamente al igual impresionante nacimiento de la superioridad
comercial holandesa. La clave del éxito de la agricultura de este país fue la especialización, esta especialización hizo
posible primero la demanda de las prósperas y creciente ciudades holandesas, pero que con el tiempo dio lugar a que
por ejemplo los quesos holandeses pudieran venderse en los mercados de España e Italia. En lugar de intentar producir
lo máximo posible en mercancía agrícolas y no agrícolas necesarias para el propio consumo como se hacía en el resto de
Europa los granjeros holandeses intentaban producir lo máximo posible para el mercado, comprando a través de estos
muchos bienes de consumo, así como bienes intermedios y de capital.
6. Tecnología y productividad industriales
Al igual que en agricultura tampoco se produjo en la industria un corte brusco entre la edad media y el inicio de la era
moderna, sin embargo, la diferencia de aquella en esta las innovaciones tuvieron lugar más o menos continuamente.
¿Cómo se puede medir la innovación y sus efectos?, una forma sería contar el número de inventos, no obstante, esto no
es muy satisfactoria, no sólo porque las diferentes innovaciones tienen efectos muy distintos si no también, por la
dificultad de definirlas. La mayoría de las innovaciones de los siglos XVI y XVII supusieron mejoras relativamente
pequeñas en técnicas ya establecidas.
El invento más importante del siglo XV: la imprenta de caracteres móviles aumento enormemente la productividad en el
comercio de libros, pero su impacto económico en términos de valor de beneficios o cantidad de gente empleada fue
minúsculo. Otros inventos de la época en los campos de los instrumentos de navegación, las armas de fuego y la
artillería, y la relojería, tuvieron una importancia económica menor pero una significación enorme a nivel político y
cultural y de esta forma indirectamente también económico.
La orientación comercial de la economía europea animo los empresarios que pudieron reducir los costos de producción y
responder rápidamente a la demanda del consumidor. Las innovaciones tuvieron algunos obstáculos, uno de los más
extendidos era la oposición de las autoridades que temían el desempleo como resultado de la mano de obra que
suponían las innovaciones y otro eran los gremios, compañías monopolistas que temían la competencia.
El telar de lanzadera que permitía tejer una gran cantidad de tejido en forma simultánea fue prohibido en Inglaterra en
1638, pero extendió de todas formas en Manchester y sus alrededores, donde su utilización creo un gran número de
expertos operarios a la espera de las grandes innovaciones que revolucionarían la industria del algodón.
Las deficiencias en las fuentes de energía y en materiales de construcción (principalmente madera y piedra) eran
obstáculos naturales para una mayor productividad industrial.
Los molinos de agua y de viento que ya habían alcanzado un alto grado de mejoras, pero tenían limitaciones claras. En el
siglo XVII los molinos movidos por agua para hilar seda proliferaron en el Valle de Po y Venecia, y hacia finales del siglo se
habían extendido por el Valle de Ródano, el gran tamaño y la complejidad de la maquinaria exigió su instalación en
edificios tipo fábrica haciendo de ellos uno de los precursores más importantes del sistema industrial moderno.
Las ocupaciones textiles fueron en conjunto mayores proveedoras de empleos industriales, así también como las
relacionadas con la construcción. La industria textil era muy dispersa, gran parte de la producción se efectuaba en las
casas y para la familia, así también como para los mercados locales. En algunas regiones también especializaron su
producción para la exportación.
La industria italiana tuvo gran competencia y de a poco fueron perdiendo sus mercados de productos de lana, a manos
de productores holandeses, ingleses y franceses. La organización de las industrias textiles no tuvo un gran cambio
respecto la baja edad media. El empresario característico era el mercader-fabricante que compraba las materias primas,
las daba a hiladores, tejedores y otros artesanos que trabajaban en su casa y el comerciaba el producto final.
En la edad media la lana en bruto era la principal exportación de Inglaterra, en el siglo XVI se exportaba paños sin acabar,
a fines del siglo XVII prácticamente todo el paño se exportaba teñido y acabado. Mucho antes del nacimiento de la
industria moderna Inglaterra era el mayor exportador de la industria más importante de Europa.
En el ámbito de la construcción se destaca la industria de la construcción naval, los constructores de barcos holandeses
realizaron sus astilleros e introdujeron técnicas de producción en masa, gracias a esto abastecieron a la flota de su país y
también a todos sus rivales. El tamaño de los barcos para el comercio aumento de 200 a 600 toneladas durante el siglo
XVI.
Las industrias metalúrgicas, aunque de importancia menor en términos de empleo y producción adquirieron una
importancia estratégica primordial debido a la creciente importancia de las armas de fuego ir artillería de la guerra.
En los siglos XVI y XVII por la creciente demanda se mejoraron las técnicas de la minería, se realizaron posos más
profundos, mejor ventilación y máquinas de bombeo.
Existía una gran demanda de madera era indispensable para la construcción tanto de edificación como de barcos y
también para la calefacción doméstica. Hubo una gran escasez de madera, lo cual llevo a la búsqueda de materiales y
combustibles alternativos: ladrillo y piedra para la construcción, turba y carbón para el combustible.
Los descubrimientos en ultramar que proporcionaron nuevas materias primas estimularon directamente nuevas
industrias: las refinerías de azúcar y las fábricas de tabaco fueron las más importantes.
Respecto de los trabajadores de la industria, especialmente de la textil, trabajaban parte de su tiempo en el campo, y la
mayoría de los trabajadores agrícolas también tenían otras ocupaciones, como por ejemplo la carpintería y el trabajo del
cuero
7. El comercio, las rutas comerciales y la organización comercial
De todos los sectores de la economía europea el comercio fue el más dinámico entre los siglos XV y XVIII, época
denominada era de revolución comercial.
El comercio de larga distancia experimentó un gran crecimiento. El comercio fuera de Europa contribución a él y también
estimulo parte del crecimiento en el interior de Europa. El comercio con Asia y América no es más que una pequeña
parte el total, el comercio habría crecido aún si los descubrimientos.
La mayor parte del intercambio comercial era local. La ciudad recibía el grueso de suministros de alimentos de las tierras
del interior y a cambio les proporcionaban bienes manufacturados y servicios.
Holanda manejaba la mayoría del comercio dentro del continente. A pesar de la guerra de independencia que tuvieron
en esa época ellos nunca dejaron de comercializar con Portugal a través del puerto de Lisboa. Cuando Portugal paso a
depender de la corono de España, estos cerraron el puerto de Lisboa y los barcos holandeses no podían entrar más. En
consecuencia, de esto los holandeses que eran dependientes del comercio marítimo comenzaron a construir barcos
capaces de hacer viajes de varios meses rodeando África hasta océano indico.
Tuvieron tanto éxito con esta construcción que en 1602 el gobierno de las provincias unidas, la ciudad de Ámsterdam y
varias compañías comerciales privadas, formaron la Compañía Holandesa de las Indias orientales que monopolizó
legalmente el comercio entre las Indias y los países bajos.
En la primera mitad del siglo XVII, los ingleses fundaron en Norteamérica colonias en Virginia, Nueva Inglaterra y
Maryland; así como en las islas tomadas a los españoles en las Indias occidentales. Todas se convirtieron en importantes
mercados para las industrias inglesas y también en fuentes de suministro de materia prima y bienes de consumo.
Si bien el comercio marítimo constituía el segmento más importante del comercio internacional, el comercio terrestre
especialmente el tráfico fluvial, no era despreciable, era utilizado por el comercio local y la mayor parte de las
mercancías para el comercio internacional comenzaba su viaje en carretera o en barcazas rio abajo.
Los metales y algunos tejidos de lujo podían soportar el gasto y el desgaste que suponían los largos viajes por tierra. Poca
mercadería podían hacerlo, a no ser que fueran auto propulsadas, como en el caso del ganado.
El comercio de productos voluminosos se hizo posible principalmente gracias a las mejoras en el diseño y construcción
de los barcos, lo que bajo los costos de transporte.
A medida que la importancia de los metales preciosos fue decreciendo durante el siglo XVII y más países fueron
adquiriendo colonias en el hemisferio occidental, el azúcar, el tabaco, las pieles y la madera adquirieron cada vez más
preponderancia entre las importaciones europeas.
Las exportaciones a las colonias consistían principalmente en bienes manufacturados, estos no eran voluminosos, pero el
espacio disponible que sobraba se rellenaba con emigrantes.
La situación del comercio oriental era muy distinta, ya que desde el comienzo los europeos habían tenido dificultad en
encontrar mercancías para intercambiar por las especies y otras mercancías. Los asiáticos aceptaban armas de fuego y
municiones, pero generalmente pedían oro y plata que acumulaban o convertían en joyas.
Una rama muy especial del comercio trataba como seres humanos: el tráfico de esclavos. Entre los mayores compradores
de esclavos se encontraban las colonias españolas. Un barco europeo intercambiaba su cargamento (armas de fuego,
cuchillo, objetos de metal, etc.) con algún caudillo local africano por esclavos. Cuando el traficante de esclavos había
cargado tantos africanos como su barco podía llevar se dirigía a las Indias occidentales o a la tierra firme del norte o sur
de América y allí intercambiaba su carga humana por azúcar, tabaco u otros productos del hemisferio occidental, con los
que volvía a Europa.
La organización del comercio variaba de un país a otro de acuerdo con la naturaleza de lo traficado, el comercio
intraeuropeo heredó la organización desarrollada por los mercaderes italianos en la baja edad media.
En el siglo XV podía encontrarse colonias de mercaderes italianos en distintos centros comerciales: Génova, Barcelona,
Brujas, y especialmente Amberes, que en la primera mitad del siglo XVI se convirtió en el centro distribuidor más
importante del mundo. Los mercaderes del país como los extranjeros aprendieron la técnica del negocio italiano, tales
como la contabilidad de doble entrada y la utilización del crédito.
La dinastía financiera más importante del siglo XVI fue la familia Fugger que tenía sus oficinas principales al sur de
Alemania. Los Fugger fueron los mercaderes más importantes del siglo XVI. El tipo de organización que preferían era la
sociedad, formalizada en contratos por escrito, especificando los derechos y obligaciones de cada socio. La organización
comercial de Inglaterra primitiva en el siglo XV hizo rápido progreso y para finales del siglo XVII era una de las más
avanzadas.
Capítulo 7: El nacimiento de la industria moderna.

A comienzos el siglo XVIII, en Europa, existían concentraciones de industria rural, aunque no exclusivamente textil, en los
años setenta, a ese proceso de expansión y ocasional transformación de esas industrias, se lo denominó
protoindustrialización, término empleado por primera vez para referirse a la industria del lino de Flandes.
Las características de una economía protoindustrial son: trabajadores dispersos- generalmente rurales, organizados por
empresarios urbanos (mercaderes-manufactureros) que les proporcionan las materias primas y venden la producción en
mercados lejanos. Los trabajadores, debían comprarse los medios para su subsistencia.
La protoindustrialización se diferencia de con la industria a domicilio o doméstica, en que ésta solo abastecía a los
mercados locales.
Antes de la implementación del sistema fabril textil, existían ya otras industrias que producían bienes de capital o
intermedios. Generalmente se instalaban en grandes estructuras tipo fábricas y ahí artesanos cualificados trabajaban
bajo la supervisión de un capataz empresario, pero sin máquinas, esto se daba en Francia y también en el imperio
austríaco.
Los grandes terratenientes, eran empresarios en la industria del carbón, y explotaban las minas ubicadas en sus fincas.

1. Características de la industria moderna


Una de las diferencias más evidentes, entre la sociedad preindustrial y la moderna, es el papel relativo de la agricultura,
que se ve muy disminuido en la última.
Su contrapartida es el enorme aumento de la producción de la agricultura moderna, que permite alimentar a un gran
número de población no agrícola.
Otra diferencia es la elevada proporción de mano de obra moderna ocupada en el sector terciario o de servicios:
especialmente servicios profesionales, en oposición a los servicios domésticos.
Durante el período de industrialización propiamente dicho, que se extiende más o menos desde el comienzo del siglo
XVIII – en Gran Bretaña- hasta la primera mitad del siglo XX, la principal característica de la transformación estructural de
la economía fue el nacimiento del sector secundario (minería, manufacturas y construcción) que se puede observar en la
proporción tanto de mano de obra especializada como de producción.
Esta transformación se hizo patente por primera vez en Inglaterra y luego en Escocia, por lo que se ha definido a Gran
Bretaña como la primera nación industrial. Durante las últimas décadas del siglo VIII las primeras del siglo XIX, también
se ha utilizado el término de Revolución industrial.
Al proceso de industrialización, que se inició en Gran Bretaña en el siglo XVIII, se lo puede designar como el “nacimiento
de la industria moderna”. Durante esta transformación fueron surgiendo gradualmente algunas características que
distinguen claramente la industria “moderna” de la “premoderna”, estas son:
- El uso extensivo de la maquinaria mecánica
- La introducción de nuevas fuentes de energía inanimadas, especialmente combustibles fósiles
- Uso generalizado de materias que normalmente no se encuentran en la naturaleza
Las reformas más significativas en la tecnología tuvieron que ver, con el uso de maquinaria y energía
mecánica, para realizar tareas que anteriormente se habían hecho en forma más lenta, con energía
humana o animal, o no se habían realizado en ab
La aplicación de energía en los primeros pasos de la industrialización supuso la sustitución de la madera y el carbón
vegetal, por el carbón de piedra como combustible y la introducción de la máquina de vapor en la minería, la
manufactura y el transporte.

2. La “Revolución Industrial”: termino incorrecto


El término en sí mismo no tiene categoría científica y transmite una impresión sumamente engañosa de la naturaleza de
la naturaleza del cambio económico. Se ha usado durante más de un siglo para describir el periodo de la historia
británica que fue testigo de la aplicación de la maquinaria mecánica en las industrias textiles, de la introducción de la
maquinaria de vapor de Watt y del “triunfo” del sistema de producción fabril. El término se ha aplicado también al
comienzo de la industrialización en otros países, aunque sin acuerdo general en las fechas.
La expresión de revolución industrial se utilizó en 1820, cuando escritores franceses que querían destacar la importancia
de la mecanización de la industria del algodón francesa que estaba teniendo lugar en Normandía y en el norte.
Las primeras descripciones del fenómeno hacían hincapié en los “grandes inventos” y a la dramática naturaleza de los
cambios. “El cambio fue repentino y violento. Los grandes inventos se crearon en un espacio relativamente corto. En
poco más de veinte años todos los grandes inventos de Watt, Arkwright y Boulton se habían concluido, el vapor se había
aplicado a los nuevos telares y el sistema fabril moderno había comenzado”. Se reconocía el crecimiento de la
productividad como resultado del uso de energía mecánica y maquinaria, la mayoría de los informes destacaban el uso
de mano de obra infantil, la desaparición de oficios tradicionales reemplazados por la maquinaria y las
insalubres condiciones de vida de las nuevas ciudades fabriles. El término “revolución industrial” ha tenido una
connotación peyorativa.
Lo inadecuado del término fue reconocido por importantes especialistas que objetaron a su uso, pero fue en vano. En
1919 Usher profetizo: “el termino ha conquistado la imaginación y, a pesar de sus connotaciones equivocas ocupara” y
“pero interpretarlo se hace cada vez más necesario”. En 1924 Unwin escribió “cuando, al mirar hacia atrás, vemos que la
revolución ha continuado durante dos siglos y que se estuvo preparado durante otros dos. Podemos empezar a
preguntarnos si el termino, aunque bastante útil cuando fue adoptado por primera vez, ha resultado el más
adecuado”.
Algunos estudiosos, conscientes de que la rapidez del cambio había sido exagerada en los tratamientos convencionales,
propusieron un periodo más largo para la “revolución”. Neef, califico la idea de revolución industrial como
“esencialmente falsa”, hallo, sin embargo, que una “aceleración sin precedentes del progreso industrial comenzó, no en
1750 o 1760, sino en el decenio de 1780.
Ashton veía el resultado del periodo como un “logro” más que como una “catástrofe”, y por otra parte no tenía una
predilección especial por el término. Este escribió “Los cambios no fueron solo industriales, sino también sociales e
intelectuales. La palabra revolución implica una brusquedad en el cambio que no es, característica de los procesos
económicos. El sistema de relaciones humanas que en ocasiones recibe el nombre de capitalismo tuvo sus orígenes
mucho antes de 1760 y alcanzo su completo desarrollo mucho después de 1830: existe el peligro de pasar por alto el
hecho esencial de la comunidad”.

3. Requisitos y concomitantes de la revolución industrial


Según Ashton los cambios no solo fueron industriales, sino también sociales e intelectuales, comerciales, financieros,
agrícolas e incluso políticos. Se puede decir que fueron los cambios intelectuales los fundamentales, en el sentido de que
permitieron o fundamentaron los demás, por ello algunos estudiosos contemplan la aplicación de la ciencia a la industria
como la característica que distingue a la industria moderna, aunque esta visión tiene sus inconvenientes, ya que, a
principios del siglo XVII, el saber científico era pequeño para ser aplicado directamente al proceso industrial.
Hasta la mitad del siglo XIX con el florecimiento de las ciencias química y eléctrica, las teorías científicas no aportaron los
conocimientos de los nuevos procesos y las nuevas industrias.
De igual forma que Inglaterra fue una de las primeras en industrializarse a gran escala, también fue una de las primeras
en incrementar su producción agrícola. Los medios que utilizó para aumentar esta producción están relacionados con la
experimentación de prueba y error, con nuevos cultivos y rotaciones de cultivos. Probablemente la innovación agrícola
más importante antes de que en el siglo XIX se introdujera la agricultura científica fue el desarrollo de la llamada
agricultura convertible, que implica la alternancia de cultivos agrícolas y pastos temporales, en lugar de tener siempre
unos mismos tierra cultivable y pastos. Esto tenía una ventaja doble, por un lado, restauraba la fertilidad del suelo gracias
a las rotaciones mejoradas que incluían el cultivo de leguminosas, y de permitir un número mayor de ganado que
producía así, al tiempo que más carne, leche y lana, más abono para fertilizar. Muchos terratenientes y agricultores
experimentaron la cría selectiva de ganado.
Una condición importante para las rotaciones mejoradas y la cría selectiva fue el cercado y la consolidación de
explotaciones dispersas, ya que era muy difícil lograrlo con el sistema tradicional de campo abierto. Estas nuevas técnicas
de cultivos aumentaron la demanda de mano de obra, recién comenzó a disminuir la mano de obra agrícola a mitad del
siglo XIX, con la incorporación de maquinaria agrícola como trilladoras, cosechadoras y arados de vapor.
Esta creciente productividad de la agricultura inglesa le permitió alimentar correctamente a una población que ascendía
de forma constante.
Asimismo, produjo un excedente para la exportación antes que la tasa de crecimiento de la población superara la tasa de
aumento de la productividad.
La próspera población rural inglesa se orientaba hacia el comercio, y proporcionó un mercado dispuesto a recibir bienes
manufacturados, ej.: aperos agrícolas, ropa, objetos de peltre y porcelana.
La comercialización de la agricultura reflejaba un proceso general de comercialización que se daba en toda la nación.
Desde el siglo XVI como un polo de crecimiento para la economía inglesa. Sus ventajas eran tanto geográficas como
políticas.
Comercialización y desarrollo de la organización financiera de la nación se influyeron entre sí. A partir de 1660 varios
orfebres importantes de Londres empezaron a funcionar como banqueros.
Emiten recibos de depósito que circulaban como billetes de banco, y concedían préstamos a empresarios solventes, la
fundación del banco de Inglaterra en 1694, con su monopolio legal de banco de capital conjunto forzó a los banqueros
privados a abandonar sus emisiones de billetes de banco, pero continuaron funcionando como banco de depósito
aceptando y descontando letras de cambio. El banco de Inglaterra no abrió sucursales y sus billetes de banco de gran
valor no circulaban fuera de Londres.
La real casa de la moneda emitía monedas de oro de gran valor que no resultaban útiles para pagar salarios o
comercializar al menor. Esta ausencia de moneda pequeña motivo a la empresa privada a llenar este vacío: industriales,
mercaderes, e incluso taberneros emitieron vales y monedas que cubrían las necesidades de la circulación monetaria
local. De estos diversos orígenes surgió la institución de los “bancos rurales” (cualquier banco que no estuviera localizado
en Londres), su crecimiento fue sumamente rápido durante la segunda mitad del siglo XVIII.
Durante el diseño de 1690 se crearon varias sociedades anónimas, algunas de ellas con estatutos reales y concesión de
monopolio. En 1711 a la compañía del más del sur se le concedió el monopolio del comercio con el imperio español, en
1720 el parlamento a requerimiento de la compañía del mar del sur aprobó el Acta de la Burbuja. Este Acta prohibía la
formación de sociedades anónimas sin la autorización del parlamento. Como resultado Inglaterra entro en su
“Revolución Industrial” con una barrera legal contra la forma de organizar los negocios con capital común, condenando a
la mayoría de sus iniciativas industriales y de otros tipos a ser asociaciones simples o empresas.
El Acta de la Burbuja fue revocada en 1825. El emplazamiento definitivo de las finanzas públicas del reino en manos del
parlamento redujo significativamente el costo de la deuda pública, y por tanto libero capital para la inversión privada.
El sistema de impuestos grababa proporcionalmente más a la población de ingresos bajos que a los ricos, esto permitió
la acumulación de capital para invertir. Esto no significa que esa acumulación fuera directamente a la industria, ya que la
mayoría de las empresas industriales fueron creciendo poco a poco por medio de la reinversión de beneficios.
Indirectamente sin embargo por medio de las inversiones en infraestructura, especialmente en transporte, el capital
contribuyo de forma importante a proceso de industrialización.
El movimiento de grandes mercancías voluminosas y de bajo valor como el del grano desde el campo hasta lo crecientes
mercados urbanos, el de la madera para la construcción y el del carbón y lo minerales desde las minas hasta las
fundiciones, requería una transporte barato y fiable. Antes de la era del ferrocarril fueron las rutas fluviales las que
proporcionaron las arterias de transporte más económicas y eficaces.
Gran Bretaña debió gran parte de los comercios de su prosperidad y supremacía en la industria moderna a su condición
de isla, que no solamente le concedió una protección contra los trastornos de las guerras continentales, sino que
también le proporcionó un transporte barato. Sales y las excelentes corrientes navegables eliminaron en gran parte la
necesidad el transporte terrestre. Este tipo de transporte obstaculizaba el crecimiento del comercio y la industria en el
continente. Aparte en 1750 fue la puta de los canales durante la cual se construyeron vías me hable para conectar Ríos
entre sí o minas con sus mercados. Por medio de estos canales y ríos navegables conectaron entre sí, y también con
todos los puertos principales todos los centros de producción y consumo.

4. Tecnología e innovación industriales


Los historiadores referencia a la rápida mecanización y el crecimiento de la industria del algodón en las dos últimas
décadas del siglo XVIII. Casi un siglo atrás se habían hecho dos innovaciones cuyo impacto podrían considerarse todavía
más fundamental para la industrialización.
Estas innovaciones fueron el proceso para fundir el hierro con coque, lo cual liberó a la industria del hierro de la
dependencia exclusiva del cardo vegetal, y la intervención de la máquina de vapor atmosférico, una nueva y poderosa
máquina motriz que primero complemento y que luego reemplazó a los molinos de viento y de agua como si como
fuentes de energía inanimada.
La fundición del hierro con coque se difundió lentamente todavía en 1750 solamente un 5% del hierro en lingotes
británico se producía con este compatible.
Pero la continua alza del precio del carbón vegetal junto con otras innovaciones, como la del proceso de pudelación y
laminación, acabaron liberando la producción del hierro de la dependencia de combustible del carbón vegetal. Para
finales del siglo la producción de hierro había aumentado a más de 200000 toneladas prácticamente todo fundido con
coque y GB se había convertido en el principal exportador de hierro y productos de hierro
La energía de vapor se empleó por primera vez en la industria de la minería, como la demanda de carbón y metales se
incrementaba se intensificaron los esfuerzos para extraerlos, aunque fuera profundizando en las minas más que nunca.
Aunque se inventan dispositivos para eliminar el agua de las minas, la inundación siempre constituyó el mayor problema,
así como el obstáculo principal para la expansión de la producción.
Existió un antecedente de la bomba de vapor, pero la misma estallaba, con lo cual no era muy apropiada. Thomas
Newcomen mediante el proceso de prueba y error logró elevar su primera bomba de vapor atmosférico en una mina de
hulla.
La máquina de vapor era grande, incómoda y cara, pero también efectiva; para el final del siglo se habían puesto
centenares en GB y también varias en el continente.
Se emplearon sobre todo en minas de carbón donde el combustible era barato, pero también se emplearon en otras
industrias mineras. La principal deficiencia de esta máquina era su enorme consumo de combustible en proporción con
el trabajo que producía.
En 1760 se le encargó a James Wat que preparara un pequeño modelo de la máquina de Newcomen para ser empleada
en una demostración en el curso de filosofía natural, Wat empezó a experimentar y en 1769 sacó una patente para un
condensador separado eliminaba la necesidad de alternar el calentamiento y el enfriamiento del cilindro de la máquina.
Se le presentaron varias dificultades técnicas. Wat formo una sociedad con Mathew Boulton que le proporcionó el
tiempo y los medios necesarios para seguir experimentando, en 1775 Boulton y Wat comenzaron la
producción comercial de máquinas de vapor, uno de sus primeros clientes fue John Wilkinson que la empleo para
accionar los fuelles de su alto horno. La mayoría de las primeras máquinas de Boulton y Wat se utilizaron para bombear
las minas, especialmente las de estaño de Cornualles, donde el carbón era caro y por lo tanto el ahorro de combustible
comparada con la máquina original.
Wat hizo nuevas mejoras que abrió la posibilidad de una multitud de nuevas aplicaciones para la máquina de vapor,
como los molinos de harina y en el hilado de algodón.
En 1785 empezó su producción la primera fábrica de hilado movida directamente por una máquina de vapor,
precipitando de forma decisiva un proceso de cambio que ya estaba en marcha.
La industria textil había adquirido importancia en GB ya en la era preindustrial. La manufactura de bienes de lana y de
estambre era la de la mayor importancia. La industria de seda introducida en las primeras décadas del siglo XVIII empleo
fábricas y maquinaria accionada por energía hidráulica. Al igual que la de la seda, la manufactura del paño de algodón
era una industria relativamente nueva en GB. Al principio esta industria empleo los procesos manuales utilizados en lo de
la lana y el lino.
Al ser nueva la manufactura del algodón estuvo menos sujeta que otras industrias a las restricciones impuestas por la
legislación estatal a los reglamentos gremiales y a las prácticas tradicionales que obstruían los cambios técnicos.
En la década de 1730 se intentó inventar una máquina que ahorrase mano de obra tanto en el hilado como en el tejido.
Las primeras máquinas de hilar no tuvieron éxito, pero en 1733 John Kay, invento la lanzadera volante que permitía a un
solo tejedor hacer el trabajo de dos, lo que aumento la demanda de hilo.
En 1764 se inventó la Jenny, que era una máquina de hilar de usos múltiples, esta máquina era relativamente simple, no
requería energía mecánica y podía manejarse en una cabaña, pero permitía a una persona hacer el trabajo de varias.
En 1769 se creó el bastidor de agua que era una máquina de hilar que funcionaba con energía hidráulica, lo cual
condicionaba a que las fábricas que la tuvieran debían estar cerca de corrientes de agua en el campo o en pueblos
pequeños.
El más importante de los inventos relacionados con el hilado fue la mula, la que combinaba elementos de la Jenny y el
bastidor, fue perfeccionada entre 1774 y 1779 pero nunca fue patentada.
Esta máquina podía hilar un hilo más fino y resistente que otra máquina o hilador manual. En 1790 fue adaptada a la
energía de vapor convirtiéndose en el instrumento predilecto para el hilado de algodón. Esta máquina permitía el
empleo a gran escala de mujeres y niños, favorecía la construcción de enormes fábricas en ciudades donde el carbón era
barato y la mano de obra abundante. En 1782 Manchester tenía solamente 2 hiladoras de algodón y en 1792 tenía 52.
Las innovaciones técnicas produjeron un aumento de la demanda de algodón, como GB no cultivaba algodón las cifras de
las importaciones de algodón en bruto daba idea del ritmo al que la industria se iba desarrollando. India y oriente eran
las principales fuentes de abastecimiento, pero como no alcanzaba para la creciente demanda, se empezó a producir
algodón en las islas caribeñas de GB y en el sur de Norte América, esto ocasionaba un costo muy alto que desalentó esta
producción. En 1793 se inventó la maquina desmontadora mecánica de algodón. Esta máquina provocó que los estados
del sur de los EEUU no tardaron en convertirse en el principal proveedor de materia prima de lo que sería la primera
industria británica.
Las innovaciones en el hilado y el tejido junto con la desmontadora fueron las innovaciones más importantes en la
industria del algodón.
La medula de la llamada revolución en GB está relacionada con los cambios técnicos en los textiles de algodón, la
industria del hierro y la introducción de la energía a vapor.
Otra industria representativa fue la manufactura de la cerámica, la introducción de la porcelana de china desemboco en
que se pusiera de moda entre los ricos para sustituir a la vajilla de oro y plata.
El creciente precio del carbón vegetal indujo a la industria de la cerámica a concentrarse en áreas bien provistas de
carbón de piedra.
También la industria química experimento una expansión y diversificación importante. Algunos de los avances fueron
consecuencia del progreso de las ciencias químicas, siendo un ejemplo el ácido sulfúrico una de las sustancias químicas
más versátiles y ampliamente utilizada. En principio su producción era tan cara como peligrosa, pero en 1746 se ideo un
proceso de producción económico que posibilito la producción de ácido sulfúrico a escala comercial.
Las minas de carbón fueron las responsables de los primeros ferrocarriles en GB. Las minas eran muy profundas con
túneles subterráneos, mujeres o niños llevaban el carbón a rastras hasta la galería principal para allí subirlo, en 1760 se
usaron ponys y estos no tardaron en tirar de carro con ruedas sobre vías de chapas metálica y por último railes de hierro
fundido o forjado.
En las grandes regiones mineras, los raíles se extendieron desde las minas hasta los embarcaderos que había a lo largo
del rio o del mar, hacia los cuales descendía las carretillas de carbón por su propio peso, una vez vacías volvían a las
minas tiradas por caballos y en los primeros años del siglo XIX por medio de máquinas de vapor fojas tiraban de ellas
mediante cables. Cuando se utilizó con éxito la primera locomotora en GB ya había varios de cientos de millas de vías
férreas.
Aunque muchos ingenieros contribuyeron al desarrollo de la locomotora fue George Stephenson el que alcanzo el éxito
más notable.
La primera línea de ferrocarril de transporte se inauguró en 1830 ibas desde Liverpool a Manchester.

5. Diversidades regionales
La mayoría de los primeros estudios de la llamada Revolución industrial se concentraban solamente en Inglaterra. Sin
embargo, dentro de la misma Inglaterra hubo grandes variaciones regionales de la industrialización.
Dentro de Inglaterra, el ritmo de cambio diferencial vino claramente marcado desde el principio por la importancia de las
cuencas mineras, localizadas en el noroeste. Lancashire, tenía importantes yacimientos, industrias de vidrio y productos
químicos, que se convirtió prácticamente en sinónimo de algodón.
La industria del hierro y sus diferentes ramas de producción se encontraron en las Midland. Las industrias laneras
tendieron a concentrarse en Yorkshire. Staffordshire monopolizo la industria de la cerámica e importantes fundiciones de
hierro. Cornualles era la fuente más importante de estaño y cobre.
En la segunda mitad del siglo XVIII las cuencas mineras del sur de Gales sentaron las bases de una gran industria de
hierro que en 1800 producía un cuarto de la producción británica; como esta industria estaba orientada al comercio de
exportaciones apenas dio lugar a industrias dedicadas a procesos derivados.
El noroeste del país pudo aprovechar ligeramente la abundancia de sus industriales, la mayor parte del interior
montañoso y poco fértil permaneció pobre y delicado al pastoreo, Escocia mantuvo su independencia de Inglaterra. Ha
mediado del siglo XVIII Escocia eran un país pobre y atrasado, la mayoría de su dispersa población se dedicaba todavía a
una agricultura casi de subsistencia.
En menos de un siglo Escocia se puso junto con Inglaterra al frente de las naciones del mundo, producía más que de una
quinta parte del valor de los tejidos de algodón y más de una cuarta parte de hierro de lingotes.
Muchos de los más importantes innovadores y empresarios de las industrias químicas y de maquinarias fueron escoces.
En resumen, Escocia paso de ser una economía doméstica atrasada a convertirse en una de las primeras economías
industriales, la integración de Escocia en el imperio británico en 1707 le dio acceso en adelante no solo a los mercados
ingleses sino también a los de las colonias inglesas de Norteamérica y otros lugares, lo cual contribuyo a la aceleración
del ritmo de la vida económica.
El sistema educativo con cuatro universidades creo una población desacostumbradamente instruida para la época. Su
sistema bancario distinto al de Inglaterra y prácticamente libre de la regulación de gobierno les permitió a los
empresarios escoceses un acceso relativamente fácil al crédito y al capital.
Irlanda, a pesar consiguió industrializarse, los ingleses trataron a Irlanda como una provincia conquistada. La población
irlandesa se multiplico por algo más de 2 entremediado del siglo XVIII y 1840, pero sin una urbanización o
industrialización apreciable.

6. Aspectos sociales de los principios de la industrialización


Durante las primeras etapas de la industrialización se produjo un rápido aumento de la población, esta comenzó a crecer
a partir de la década de 1740, tras haber permanecido estancada en la primera mitad del siglo, la tasa de crecimiento se
aceleró en la década de 1780, y alcanzó su máximo en la década de 1811-20 para declinar ligeramente hacia 1850.
Que el crecimiento de la relación no estuvo relacionado únicamente con el proceso de industrialización se basa en el
hecho de que fue un fenómeno general en Europa no solo reducido a GB y otras naciones industrializadas. Por otra
parte, sería incorrecto decir que no hubo relación, los destinos opuestos de GB e Irlanda en las décadas de mediado del
siglo XIX sugieren que la industrialización, fue al menos un factor que permitió el crecimiento sostenido de la población.
Los motivos del crecimiento que tuvieron lugar en el siglo XVII no se conocen bien del todo, es posible que las tasas de
natalidad se elevasen gracias a la disminución de la tardanza en contraer matrimonio, a medida que el crecimiento de las
industrias de talles y fabricas fue permitiendo a las parejas jóvenes establecer sus hogares sin tener que esperar a poseer
una granja o terminar un aprendizaje. Mas probablemente aun es que la tasa de mortalidad decreciera a causa de varios
factores.
Capítulo 9: Modelos de desarrollo: los primeros países industrializados.

Desde cierta perspectiva, el proceso de industrialización del siglo XIX fue un fenómeno meramente europeo.
Desde otra perspectiva, la industrialización fue un fenómeno regional, las regiones podían estar situadas dentro del
mismo país o comprender varios países.

1. Gran Bretaña
“la primera nación industrial”. Al término de las guerras napoleónicas, GB era el principal país industrial del mundo,
produciendo una cuarta parte de la producción total industrial del mundo.
Durante la década de 1880, EEUU la sobrepaso en producción industrial total, y Alemania lo hizo en la primera década
del siglo XX.
El tejido, el carbón, el hierro y la ingeniera, las bases de la temprana prosperidad de GB seguían siendo los pilares de su
economía. En 1880 la producción de hilos y tejidos de algodón superaba a la del conjunto del resto de Europa.
Con respecto a la metalúrgica GB producía en 1870, más de la mitad de hierro crudo mundial.
En relación con la industria del carbón, GB mantuvo su liderazgo en Europa y producía para su exportación. La rápida
industrialización de los países vecinos, pobres en carbón aumento en gran medida las exportaciones de este.
La industria tecnológica surgida a fines del siglo XIX fue aplicada, a las industrias propias del país.
La industria textil requería la construcción de maquinaria y también de quien la reparase.
La metalúrgica producía su propia tecnología.
La industria del carbón requería bombas de extracción eficaz y transporte barato, y lo trajo como resultado de desarrollo
de ferrocarril y de la máquina de vapor.
El ferrocarril fue la más importante de las industrias del siglo XIX. Y en su carácter de pionera en el desarrollo del
ferrocarril, tuvo demanda extranjera de expertos, equipos y capital británico, esto proporciono un fuerte estímulo a su
economía.
Otro gran estimulo lo brindo la evolución de la industria de la construcción naval, ya que se pasó de las velas al vapor, y
también de emplear madera en la construcción de los barcos a usar: primero hierro y luego acero. En los primeros años
del siglo XX, GB producía el 60% de la construcción naval mundial.
El censo de 1851 arroja esta información:
La agricultura era aún la actividad que empleaba la mayor cantidad de mano de obra y el servicio doméstico la segunda.
La industria textil, ocupaba menos del 8% de la mano de obra total, y había más herreros que obreros de la metalurgia.
GB alcanzo la cima de supremacía industrial, desde 1850 a 1870. Inglaterra no podía mantener su superioridad,
indefinidamente al empezar a industrializarse naciones menos desarrolladas, pero bien provistas de recursos.
Teniendo en cuenta los vastos recursos y el rápido crecimiento demográfico de EEUU y de Rusia, no resulta sorprendente
que terminaran sobrepasando la producción total de GB que era un territorio muy pequeño.
Desde 1873 a 1913 se produce una gran baja de la tasa de crecimiento, producto de varios factores, entre ellos que el
empresariado adquirió un estilo de vida acomodado, dejando el manejo de las empresas en manos de administradores
asalariados.
Asimismo, influyo la incorporación tardía, de las nuevas industrias de alta tecnología (para la época) como eran las de
química organiza, electricidad, óptica y aluminio.
La industria textil, se resistió a la introducción de unas máquinas de hilar y tejer muy superiores que habían sido
inventadas en la Europa Continental y en América.
El sistema educativo de GB pudo tener parte de la culpa del retraso industrial y de las deficiencias empresariales, fue el
último de los grandes países occidentales en adoptar la escolarización elemental publica obligatoria, fundamental en la
formación de una mano de obra cualificada. Y las universidades inglesas importantes no le daban importancia a la
ingeniería ni a la ciencia.
Era la nación que más dependía tanto de las exportaciones como de las importaciones para su bienestar material, por lo
tanto, las políticas comerciales en especial arancelarias, de las otras naciones repercutían en ella de forma notable.
Aunque en 1914 el británico medio disfrutaba del mayor nivel de vida de Europa.
2. EEUU
EEUU es el ejemplo más espectacular de un rápido desarrollo económico nacional en el siglo XIX.
Desde la época colonial, la escasez .de mano de obra en relación con la tierra y otros recursos había supuestos unos
salarios y un nivel de vida más altos que en Europa. Fue ese factor, junto con otras oportunidades de éxito individual y las
libertades religiosas y políticas de las que disfrutaban los ciudadanos americanos, lo que atrajo a los inmigrantes
europeos. El número de inmigrantes anuales aumento rápidamente, llegando a más de un millón en los primeros años
del siglo XX.
La abundancia de tierra y la riqueza de los recursos naturales ayudan a explicar porque EEUU tenía mayor renta per
cápita que Europa, pero no lo explican por si solas la mayor tasa de crecimiento, sino que las razones al igual que en
Europa se debía a: el rápido progreso tecnológico y la creciente especialización regional.
En EEUU existían factores laborales especiales, por ejemplo, tanto en la agricultura como en la industria, siempre había
escasez de mano de obra, lo que hacía que esta tuviera un costo muy alto, con lo cual se le daba mucha importancia a las
maquinas que ahorraban mano de obra.
Otra ventaja del gran tamaño de EEUU, con variedad de climas y recursos, permitieron un gran de especialización
regional, mayor a la que era posible en cada país europeo.
En 1789 (año que entró en vigencia la constitución) se estableció la primera industrial fabril en América, con una
sociedad integrada por un inglés y comerciantes estadounidenses.
Poco después, el invento de la desmontadora de algodón marco el rumbo que tomaría el sur de los EEUU como principal
proveedor de materia prima de la industria.
Otra ventaja era ofrecer un gran mercado doméstico en potencia, prácticamente libre de barreras comerciales
artificiales, para lo cual era necesario una gran red de transporte. Para ello los estados y municipios, junto a inversores
privados emprendieron un gran plan de mejoras internas, que pretendía la construcción de canales y caminos de peajes,
los que se fueron construyendo a través de los años. Hubo una gran inversión de fondo público, y los inversionistas
privados en algunos casos obtuvieron un gran éxito y en otros no recuperaron el dinero invertido.
Una razón fundamental del decepcionante rendimiento económico de los canales fue la llegada de un nuevo
competidor: el ferrocarril- la era del ferrocarril empezó casi simultáneamente en GB y EEUU, si bien durante muchos
años, EEUU dependió de la tecnología, equipo y capital británico.
Al igual que en GB, el ferrocarril en América por sus eslabonamientos hacia atrás en otras industrias sobre todo
siderurgia.
En1890 EEUU, se había convertido en la primera nación industrial del mundo.

3. Bélgica
La primera región de Europa continental que adopto plenamente el modo industrial británico el área que en 1830 se
convirtió en el reino de Bélgica, con anterioridad había formado parte de distintos reinos, pero a pesar de estos cambios
políticos mantuvo un notable nivel de crecimiento económico.
Su proximidad a Inglaterra, le posibilito imitar la industrialización británica, pero también hubo otras razones más
fundamentales:
a. La región tenía una larga tradición industrial (Flandes, fue un importante centro de producción de tejidos
en la Edad Media)
b. Bélgica contaba con recursos naturales muy similares a Inglaterra, tenía buenos yacimientos de carbón,
los que eran de fácil acceso, contaban también con minas de hierro, de plomo y zinc.
Debido a su ubicación geográfica y a otros factores, la región recibió importantes contribuciones de tecnología,
empresariado y capital extranjeros, y disfrutaba de una situación privilegiada en ciertos mercados foráneos, sobre todo
en Francia.
Su industrialización comienza en el ámbito textil, con la industria de la lana, esta va creciendo a través del tiempo, con el
aporte de técnicos y mecanismos que venían de distintos lugares. Se fundaron varias fábricas de paño de lana, que
empleaban muchos trabajadores y cuyas máquinas de hilar funcionaban con energía hidráulica.
Las minas de carbón utilizaban motores de vapor, y atrajeron empresarios y capital francés.
Cuando Bélgica estaba bajo el dominio de Francia, se produjo un tráfico importante entre la industria belga del carbón y
la industria francesa en general. La industria del algodón que no utilizaba energía mecánica.
Se trajeron de Inglaterra (de contrabando) unos mules, un motor de vapor y trabajadores cualificados, que manejaron las
máquinas y contribuyeron otras, que se instalaron en un convento abandonado, comenzando así la moderna industria
belga del algodón.
La revolución belga dio lugar, a una depresión económica, que no duro mucho, produciéndose luego una fuerte alza
industrial.
Ambas de las condiciones económicas internacionales, el desarrollo económico de Bélgica se debió a:
- La decisión del gobierno de construir una red ferroviaria a expensas del estado, lo cual beneficio mucho a las
industrias del carbón, hierro e ingeniería.
- A una innovación institucional en el campo de la banca y las finanzas, como fue la creación de una sociedad
anónima bancaria, que con el tiempo estimulo una gran alza de la inversión.
1840 Bélgica era el país más industrializado de la Europa continental, lo cual también se daba en 1914.
A lo largo de todo el siglo, siguieron siendo causa de su prosperidad, las industrias que habían dado origen a su
crecimiento: el carbón, el hierro, los metales no ferrosos, la ingeniería y la textil.

4. Francia
De los primeros países industrializados, Francia fue el que tuvo un modelo de crecimiento no tan típico, ya que se fue
desarrollando en medio de conflictos políticos, lo que no permitió una industrialización del tipo de GB u otros países del
continente europeo. En el aspecto tecnológico Francia no estaba rezagada, al contrario, poseía excelentes científicos,
innovadores e inventores, pero era complicado el contexto político.
El crecimiento económico de Francia comenzó en el siglo XVIII, tomando al siglo en su totalidad, el crecimiento
económico per cápita fue similar al de Inglaterra, aunque Francia termino con un producto per cápita menor. A fines del
siglo, GB experimento una revolución industrial, mientras que Francia estaba inmersa en un terremoto político “La
Revolución Francesa”, esta es la diferencia que produjo los distintos tipos de rendimientos económicos.
En Francia, gran cantidad de mano de obra no estaba disponible para la producción, ya que obligatoriamente debía
integrarse a las filas del ejército.
Después de la posguerra que afecto a todo Europa, la economía francesa reanudo su crecimiento con indicies más altos
que los del siglo XVIII.
Su tasa de crecimiento fue variando durante las distintas épocas por las que atravesó el país. En 1882 se produce una
gran recesión que fue complicada además por factores que la prolongaron, plagas que afectaron la industria del vino y de
la seda durante 20 años, perdidas de inversión en el extranjero y quiebras de ferrocarriles. El comercio exterior perdió
fuerzas y quedo estancado. Justo antes de que el ciclo terminara volvió la prosperidad con la ampliación de las minas de
Lorena, la llegada de nuevas industrias, como la electricidad, el aluminio y los automóviles. En 1913 el francés disfruto de
un nivel de vida tan alto o más que otro cualquier ciudadano de la Europa continental.
Francia conto con índices de urbanización más bajos que en las demás naciones industriales. La causa fue el lento
crecimiento de su población, la mano de obra ocupada en la agricultura y la estructura de la empresa industrial. Francia
ocupo la mayor cantidad de mano de obra en la agricultura, y era la única de las naciones industriales que era
autosuficiente en alimentos y que además producía excedentes para la exportación.
Con respecto a la estructura de la empresa, Francia era conocida por la pequeña escala de sus firmas, muchas de sus
empresas industriales carecían de asalariados, los trabajadores eran los propietarios y miembros de las familias.
Francia era un país pobre en carbón, con lo cual debía utilizar energía hidráulica.

5. Alemania
Fue el último de los países industrializado, hasta la mitad del siglo XIX era sobre todo rural y agraria. En vísperas de la
PGM, el imperio unificado alemán era la nación industrial más poderosa de
Europa. Poseía las industrias para la producción de hierro y acero y sus productos (incluyendo municiones y material
bélico), energía eléctrica y maquinaria, y químicas más modernas y mayores del continente. Su producción de carbón de
piedra solo era superada por GB y era un importante fabricante de cristal, instrumentos ópticos, metales no ferrosos,
tejidos y otros bienes manufacturados; poseía una de las redes de ferrocarril más densas y un alto de urbanización.
Esto se da porque, Alemania toma conciencia de los cambios económicos que tenían lugar en GB, Francia y Bélgica, y de
la creación de las condiciones jurídicas e intelectuales que eran necesarias para llegar al orden industrial moderno.
También hubo un periodo de imitación que duro hasta 1870 donde se pusieron los cimientos de la industria, las finanzas
y los transportes modernos.
La clave de la rápida industrialización de Alemania fue el rápido crecimiento de la industria del carbón.
Los sectores más dinámicos de la economía alemana fueron aquellos que producían bienes de capital o productos
intermedios para el consumo industrial. Si bien la producción de carbón, hierro y acero era notable lo fueron aún más las
industrias de la química y eléctrica. La industria eléctrica creció más rápido que la industria química. La característica
común a todas sus empresas era su gran tamaño y contaban con miles de trabajadores. Otra característica de la
estructura industrial fue la frecuencia de “carteles” que eran convenios entre empresas nominalmente independientes
para fijar precios, limitar la producción, repartirse los mercados o dedicarse a prácticas monopolísticas y
respectivas de la competencia.
Capítulo 12: El crecimiento de la economía mundial.

Si bien el comercio a larga distancia ha existido desde los comienzos de la civilización, es en el siglo XIX cuando crece en
cantidad y muy rápidamente. Durante ese siglo, fue en Europa donde se produjo el 60 % del total de las importaciones y
exportaciones realizadas a nivel mundial.
También se aceleró el movimiento internacional de población - migración- y la inversión de capital en el extranjero.
A principios del siglo XX, ya se puede hablar de una economía a nivel mundial, de la que formaba parte todo territorio
habitado, siendo Europa el más importante y de hecho era el centro que estimulaba el todo.
En esa época existían dos tipos de obstáculos que dificultaban el flujo del comercio internacional, uno era el alto costo
del transporte, especialmente por tierra, este obstáculo fue desapareciendo, con la aparición del ferrocarril y los avances
en la navegación que culminó con la aparición del barco a vapor, que permitía el comercio a través de los mares.
El otro obstáculo eran los aranceles a la importación y a la exportación, y también algunas prohibiciones absolutas
respecto de algunos productos, estos aranceles fueron reduciéndose e incluso desaparecieron, aunque a fines de siglo
una vuelta a la “protección” dio lugar a la imposición de aranceles a la importación muy altos, en varios países.

1. Gran Bretaña opta por el libre comercio


A fines del siglo XVIII, el contrabando era una actividad muy lucrativa, y reducía tanto los ingresos fiscales del gobierno,
como los beneficios empresariales. Esta situación hizo reconsiderar a los gobiernos su posición y debieron apartarse de
los altos aranceles y de las prohibiciones de importación de algunos productos.
A fines de ese siglo Gran Bretaña había comenzado a apartarse de su postura proteccionista, pero el estallido de la
Revolución francesa y las guerras napoleónicas la obligaron a aplazar esa tentativa.
De hecho, el bloqueo británico y el sistema continental representaban las formas extremas de interferir en el comercio
internacional.
En su obra “La riqueza de las naciones”, Adam Smith destaca el beneficio del “Libre comercio internacional”, y lo hace
habiendo analizado los beneficios de la especialización y de la división del trabajo, tanto entre las naciones como entre
los individuos. Él se basaba en los costos de producción absolutos, comparaba lo que le costaba a cada país producir el
mismo producto, por ej. El vino, y sostenía que el país al que le costara menos producirlo era el que lo tenía que producir,
y comprarle a otro país lo que a éste le resultara más barato de producir.
Las teorías de Smith y Ricardo se fundaban en la lógica, pero para tener efecto práctico en la política, estos argumentos
tenían que convencer a los grandes grupos de empresarios, que el libre comercio los iba a favorecer. Uno de estos grupos
estaba formado por los mercaderes dedicados al comercio internacional.
En 1820 un grupo de mercaderes de Londres solicitó al Parlamento que permitiera el libre comercio internacional, si bien
no tuvo un efecto inmediato, si provocó una nueva tendencia en la opinión pública.
Más o menos al mismo tiempo, hombres relativamente jóvenes y atentos a la modernización y simplificación de viejos
procedimientos del gobierno, pasaron a ocupar en el gobierno, algunos de los puestos importantes del partido tory.
Entre ellos estaba Roberto Peel, quien, como ministro del Interior, redujo enormemente el número de delitos castigados
con pena capital, también creó la Fuerza de Policía Metropolitana.
Otro liberal Tory, era William Huskisson, que fue presidente de la Cámara de Comercio, él simplificó y redujo las
restricciones e impuestos que entorpecían el desarrollo del comercio internacional.
Una reforma parlamentaria, otorgó el derecho a votar a las clases medias urbanas, las que en su
mayoría eran partidarias de un comercio más libre.
El símbolo del sistema proteccionista del Reino Unido (incluía a Irlanda) eran las llamadas “Leyes del Grano”, (Corn Laws)
que establecían los aranceles sobre el grano importado. Estas leyes tenían una larga historia, pero se fortalecieron al final
de las guerras napoleónicas, para favorecer a los hacendados, quienes estaban fuertemente representados en el
Parlamento. Estas leyes promovían la autosuficiencia alimenticia.
El aumento de la población y la creciente urbanización, hicieron que fuera imposible la autosuficiencia en alimentos,
pero el Parlamento se resistía fuertemente a alterar las Leyes del grano.
En 1839 Richard Cobden, un industrial de Manchester formó la Liga Anti-Corn Law, y organizó una campaña - fuerte y
eficaz - para influir en la opinión pública.
En 1841, en el gobierno estaban los whigs, y ellos propusieron reducciones en los aranceles del trigo y del azúcar, estas
medidas fueron rechazadas y se convocaron a elecciones generales.
Tanto las Leyes del Grano, como el proteccionismo, no habían sido nunca una cuestión de partido, ya que tanto los whigs
como los tories, eran los terratenientes que formaban el grueso de ambos partidos.
En la campaña electoral, los whigs, aprovechando la existencia de un sentimiento anti Corn Law, propusieron una
reducción de los aranceles, y los tories no querían modificar los aranceles existentes. Ganaron los tories.
Pero el primer ministro Pell, ya había decidido:
- la revisión a fondo del sistema fiscal, que incluía la abolición de los impuestos a la exportación.
- la eliminación o la reducción de varios aranceles de importación, aunque no los derechos de aduanas sobre
el trigo.
- Imposición de un impuesto sobre la renta, para sustituir los ingresos fiscales que se perdían con las medidas
adoptadas.
Algunas de estas medidas, ya se habían efectivizado, cuando una en 1845, la desastrosa plaga de la patata atacó a
Irlanda, condenando a su población al hambre. Entonces Peel, presentó un proyecto para revocar las Leyes del Grano,
que fue aprobado en 1846, con el apoyo de la mayoría de los whigs que superó a la oposición de los de su propio
partido. Como consecuencia de esta revocación comenzó a tomar forma el sistema político británico moderno –al menos
hasta 1914.
Peel, fue repudiado por su partido, y se retiró de la política.
Un torie llamado Gladstone, que era uno de los pocos que había apoyado a Peel en la revocación de la ley, se unió a los
whigs y llegó a ser ministro de Hacienda.
Los whigs – a los que luego se llamó liberales- se convirtieron en el partido del libre comercio y la manufactura.
Los tories – conocidos como conservadores, quedaron como el partido de los hacendados y finalmente del imperialismo.
Otra consecuencia, fue que el Parlamento, suprimió gran parte de la vieja legislación “mercantilista”, por ej. Las Actas de
Navegación.
En las décadas de 1850 y 1860, Gladstone fue casi siempre ministro de Hacienda, y se estableció una política
incondicional de libre comercio. Después de 1860, solo quedaban algunos derechos de aduana en importaciones, y eran
exclusivamente para obtener ganancias en productos no británicos, como el brandy, el vino, tabaco, café, té y la
pimienta. Aunque la mayoría de los aranceles fueron eliminados por completo o en los que no lo fueron, se redujo la
tasa impositiva, el aumento del comercio, fue tan notable, que los beneficios de la aduana en 1860 fueron mayores que
en 1842.

2. La era del libre cambio


El siguiente avance fundamental, en el movimiento del librecambio, fue el Tratado Cobden-Chevalier, o tratado anglo
francés de 1860.
Francia, había seguido por tradición una política de protección, en especial hasta la primera mitad del siglo XIX, cuando
el gobierno, a instancias de los propietarios de fábricas textiles del algodón, trató de proteger esta industria de la
competencia británica. Esta política proteccionista francesa consistía en la prohibición de importar cualquier tejido de
algodón o lana, y altísimos aranceles sobre otras mercancías, que incluían materias primas y bienes intermedios. Si bien
prestigiosos economistas, subrayaron lo absurdo de esa política, eran más poderosos los intereses creados en el cuerpo
legislativo francés, que los argumentos racionales.
En 1851-mediante un golpe de estado - toma el poder Napoleón II, quien para conseguir aceptación política y respeto
diplomático- ya que se cuestionaba la legitimidad de su gobierno- decide una política de amistad con Gran Bretaña,
aprovechando para ello que habían sido aliados en la guerra de Crimea.
Francia, había seguido tradicionalmente una política de proteccionismo, pero para esa época una fuerte corriente de
pensamiento favorecía el liberalismo económico.
Uno de los líderes de este pensamiento era el economista Michel Chevalier, quien como profesor de economía política,
había enseñado los principios de liberalismo económico y librecambio, habiendo sido designado por Napoleón en el
senado, lo convenció sobre lo importante que sería un tratado comercial con Gran Bretaña, para lo cual no necesitaba el
acuerdo de las dos cámaras, ya que el emperador – de acuerdo a la Constitución francesa - tenía la facultad de negociar
tratados con las potencias extranjeras, cuyas disposiciones tenían fuerza de ley. Napoleón había intentado apartarse de
la política proteccionista, pero no había podido hacerlo, a causa de la oposición del legislativo.
Chevalier era amigo de Richard Cobden (conocido por oponerse a la ley de Granos) y por mediación suya, convenció al
ministro de hacienda británico Gladstone, de la conveniencia de un tratado entre ambos países.
Inglaterra, ya conocía las ventajas del librecambio y entendía que obviamente los demás países se volcarían a ese
sistema, pero debido a los intereses proteccionistas no fue así.
En 1859, se firma el tratado negociado por Cobden y Chevalier.
El tratado disponía que Gran Bretaña eliminaría todos los aranceles contra las importaciones de bienes franceses, con
excepción del vino y el brandy – que eran considerados productos de lujo por los consumidores ingleses- por lo que Gran
Bretaña, solo mantuvo un pequeño arancel, para obtener algún ingreso fiscal. Además, gran Bretaña cuidó de proteger la
preferencia portuguesa en el mercado británico respecto al vino, dado que mantenía con Portugal un vínculo económico
ya tradicional.
Francia por su parte, elimino la prohibición de importar productos textiles británicos y redujo los aranceles sobre una
amplia gama de productos británicos a un máximo de un 30 %. Francia pasó de un proteccionismo entero a uno
moderado.
La característica importante del tratado era la inclusión de una cláusula de “nación más favorecida”, esto significaba, que,
si una de las partes negociaba un tratado con un tercer país, la otra parte del tratado se beneficiaría automáticamente de
cualquier arancel más bajo concedido al tercer país. O sea que ambas partes del tratado anglo francés se beneficiarían
del tratamiento concedido a la “nación más favorecida”.
Gran Bretaña, en esa época se manejaba con total otros tratados que lo beneficiaran.
A principios de la década de 1860 Francia negoció contratados con Bélgica, el Zollverein, Italia, Suiza, otros países
europeos excepto Rusia.
El resultado de estos tratados fue, que cuando Francia estableció una tasa de aduana más baja, por ej. Para las
importaciones de hierro del Zollverein, los productores de hierro británicos se beneficiaron automáticamente de estas
tarifas más bajas.
Además de todos los tratados que Francia negoció por toda Europa, los otros países europeos, también negociaron
tratados unos con otros conteniendo la cláusula de “nación más favorecida”.
Como consecuencia, siempre que entraba en vigencia un nuevo tratado, tenía lugar una reducción de aranceles. Durante
la década de 1860y 1870, Europa estuvo más cerca del librecambio completo de lo que nunca estaría hasta después de la
Segunda Guerra Mundial.
Las consecuencias de esa cantidad de tratados comerciales fueron espectaculares, ya que produjo durante varios años
un fuerte aumento del comercio internacional. La mayor parte de este aumento se dio entre los países europeos, pero
también participaron las naciones de ultramar.
Otra consecuencia de los tratados, sobre todo en Francia – pero también en otros países- fue la reorganización de la
industria, esto obligado por la mayor competencia. Las empresas ineficaces que se habían beneficiado con el
proteccionismo debieron modernizarse y mejorar su tecnología.
Los tratados promovieron de esta forma la eficacia técnica y aumentaron la productividad.

3. La gran Depresión y la vuelta al proteccionismo.


La integración de la economía internacional producida por un comercio más libre trajo como consecuencia la
sincronización de los movimientos de los precios a través de las fronteras nacionales.
En la economía preindustrial, la fluctuación brusca de los precios era generalmente locales o regionales, y producidas por
causas naturales (sequías, inundaciones etc.).
Con el aumento de la industrialización y del comercio internacional, estas variaciones de los precios pasaron a
relacionarse con el “estado del comercio” (o sea las variables de la demanda), se hicieron cíclicas y se transmitían de país
a país a través de los canales comerciales. La naturaleza cíclica de los movimientos fue aumentando a medida que
avanzaba el siglo.
De acuerdo a las estadísticas efectuadas, se distinguieron diversas estadísticas de “ciclos comerciales”:
- Ciclos de inventario - relativamente suaves a corto plazo (dos o tres años)
- Movimientos a más largo plazo (nueve o diez años), estos movimientos terminaban con frecuencia, a grandes
plazos con crisis financieras seguidas de depresiones (1825-1826) (1837-1838) 1846/47- 1857-1866-1873-1882-
1893-1900/01 y 1907.
- Tendencias seculares, a plazos muy largos (de veinte a cuarenta años)
La inestabilidad en la producción solía acompañar a las fluctuaciones en los precios, aunque los analistas desconocen las
causas al respecto.
Una caída en los precios podía prolongarse durante varios años, pero la caída en la producción era generalmente breve.
En todos los países de Europa y también en los EEUU los precios alcanzaron su punto máximo a principios del siglo, poco
antes del final de las Guerras Napoleónicas, las causas eran reales: la escasez propia de los tiempos de guerra, y
monetarias: las exigencias de financiación de la guerra.
Los precios experimentaron un alza en la década de 1850, sobre todo como resultado de los descubrimientos de oro en
California en 1849 y en Australia en 1851, y después fluctuaron durante un par de décadas, sin una tendencia
comprensible.
En 1873, luego de una expansión de varios años, se produjo un pánico financiero en –Viena y Nueva York, que se
extendió a la mayoría de las naciones industrializadas o en vías de industrialización. La constante caída de los precios
duró hasta mediados o finales de la década de 1890 y fue conocida en Gran Bretaña como “la Gran Depresión”.
Finalmente, los descubrimientos de oro en Sudáfrica, Alaska, Canadá y Siberia invirtieron la tendencia descendiente de
los precios y los empujaron de nuevo, despacio hacia arriba. Esto hasta la Primera Guerra Mundial, que dio lugar a una
gran inflación.
La depresión que siguió al pánico de 1873 fue probablemente la más aguda y generalizada de la era industrial hasta esa
fecha. Los industriales culparon equivocadamente al aumento de la competencia internacional, que se produjo como
resultado de los tratados comerciales, lo que tuvo como resultado peticiones más insistentes de volver a la protección, a
este pedido se unieron los agricultores – tanto terratenientes como campesinos-.
Los agricultores anteriormente no se habían sentido amenazados por la competencia de ultramar, ya que el alto costo
del transporte por mar, de mercaderías de gran volumen y bajo valor como el trigo y el centeno, los protegía, dado que
no era conveniente importar este tipo de mercadería.
Pero en la década de 1870, el costo del transporte por mar disminuye por las mejoras en la navegación a vapor y por otra
parte también se produjo una baja en el costo del transporte de esta mercadería, dado el desarrollo del ferrocarril en los
estados norteamericanos del Medio Oeste y las llanuras, y después en Ucrania, Argentina, Australia y Canadá, lo que hizo
incorporar a la producción grandes áreas de nuevas praderas vírgenes. Por primera vez, los agricultores europeos tenían
que enfrentarse a una tenaz competencia en sus propios mercados, por ello le convenía la vuelta al proteccionismo, con
sus aranceles a la importación.
Alemania, fue unos de los países cuya agricultura vivía una situación crítica, en esa época estaba dividida en un oeste –
en vías de industrialización – y un este –agrario-. Los Junkers de Prusia Oriental (terratenientes, miembros de la antigua
nobleza de Prusia. Prusia era dominada por Alemania) eran poseedores de grandes fincas y se habían dedicado a la
exportación de grano a la Europa occidental, incluido al oeste de Alemania, constituyendo la excepción más importante
al hecho de que los costes del transporte hacían poco rentable al transporte de grano a larga distancia antes de los años
1870. Así, los Junkers aristócratas habían favorecido al librecambio, porque ellos eran exportadores. Cuando comenzaron
a sufrir la caída del precio del grano como resultado de las grandes importaciones de América y Rusia, pidieron
protección. La población alemana estaba creciendo rápidamente y con la industrialización también crecían las ciudades,
esto hacía que el mercado alemán fuera grande y creciente, entonces los Junkers querían abastecerlo en exclusiva y esto
lo lograrían con la vuelta al proteccionismo, ya que se volverían a arancelar las importaciones y se frenaría el ingreso de
mercadería del exterior.
Otto Von Bismark, terrateniente Junkers y creador y canciller del nuevo Imperio Alemán, aprovechó que, al pedido de los
agricultores del este, se sumaba el de los Junkers y “accedió” a sus demandas.
Denunció los tratados comerciales del Zollverein con Francia y otras naciones, y dio su aprobación en 1879, para una
nueva ley arancelaria, que introdujo el proteccionismo en la industria y en la agricultura. Este fue el primer paso de la
vuelta al proteccionismo.
(Denunciar un tratado significa: que una de las partes en forma unilateral, o sea sin el consentimiento de la otra parte,
deja de cumplir con las obligaciones del tratado.)
En Francia, la derrota en la guerra franco-prusiana y también el arancel alemán de 1879, motivaron que los
proteccionistas que nunca habían aceptado el tratado de Cobden- Chevalier, consiguieron en 1881 obtener una nueva ley
arancelaria que reintroducía el principio del proteccionismo, pero el arancel no atendió a las demandas de
proteccionismo los agricultores.
Aun así, los partidarios del libre comercio conservaban una gran influencia política, y en 1882 firmaron tratados con siete
países del continente, que respetaban los principios del tratado Cobden Chevalier.
La agricultura francesa era manejada por pequeños campesinos propietarios, que tenían derecho a voto y poder político.
En las elecciones de 1889 los proteccionistas ganaron la mayoría en la Cámara de Diputados y lograron aprobar en 1892
el arancel Meline. El arancel fue considerado como extremadamente proteccionista, pero el término más adecuado para
él sería el de “proteccionismo refinado”. Este arancel otorgó protección a alguna de las ramas de la agricultura y mantuvo
la protección industrial del arancel de 1881, también tenía algunos rasgos que favorecían a los librecambistas.
Italia, siguió a Alemania en la vuelta a la protección, y por razones políticas, decidió discriminar – no muy acertadamente
-las importaciones francesas en particular, siendo Francia el mayor mercado de Italia en el extranjero. Francia por su
parte tomó represalias con aranceles discriminatorios y durante más de una década el comercio entre ambos países
decayó a menos de la mitad de la cifra normal.
Otros países siguieron los ejemplos alemán y francés elevando los aranceles. Austria-Hungría, que tenía una larga
trayectoria de proteccionismo, entró en tratos con Francia y otros países, pero mantuvo un grado más alto de protección
que la mayoría y no tardó en volver al ultra proteccionismo
Rusia, nunca entró en la red de tratados comerciales de acuerdo al tratado de Cobbden Chevalier, y en 1891, decretó un
arancel, prácticamente prohibitivo.
EEUU, con anterioridad a la Guerra de Secesión, había oscilado entre aranceles muy altos o muy bajos, pero por la
influencia de la aristocracia de las plantaciones del sur, que dependía de las exportaciones de algodón, había seguido una
política de bajos aranceles. Después de la guerra, disminuye la influencia sureña y con el alza de los intereses de los
fabricantes del Noreste y Medio Oeste, EEUU se convirtió en uno de los países más proteccionistas.
Durante esta vuelta a la protección, hubo países librecambistas resistentes, como por ej. Gran Bretaña, también se
mantuvieron en esa política Los Países Bajos, Bélgica y Dinamarca.
Aunque la tasa de crecimiento del comercio internacional tuvo sus variables, fue mayormente positiva. Las naciones del
mundo y especialmente Europa, dependían del comercio internacional

4. El patrón oro internacional


Para los expertos, el alto grado de integración conseguido en la economía mundial a finales del siglo XIX, dependía
fundamentalmente de la adhesión al patrón oro internacional.
A través de la historia, la tierra, el ganado y el trigo, han servido como patrón monetario, pero el oro y la plata siempre
han sido los patrones más importantes.
La función de un patrón monetario es definir la unidad de valor de un sistema monetario, la unidad en la cual son
convertibles todas las demás formas de moneda.
En la Inglaterra medieval, la “libra esterlina” se definía legalmente como “una libra de peso de plata de ley”- Inglaterra en
esa época tenía el patrón plata, en el que se mantuvo hasta las Guerras Napoleónicas.
En los siglos XVII y XVIII, las monedas de oro (guineas – se llamaban así por la región de África de la que provenía el oro
con el que estaban hechas) sustituyeron en gran medida a las de plata.
Durante las guerras, el banco de Inglaterra se negó a pagar en oro o plata a cambio de sus billetes de banco. Tras las
guerras el gobierno decidió volver al patrón metálico, pero eligió el oro, el patrón de facto del siglo XVIII, no eligió la
plata. La moneda de cuenta (patrón de valor) era el soberano de oro o libra de oro según los términos del Parlamento
que instituyó el patrón oro, tenían que cumplirse tres condiciones:
a. La Real Casa de la Moneda venía obligada a comprar y vender cantidades ilimitadas de oro a un precio fijo.
b. el Banco de Inglaterra y todos los demás bancos venía obligado a cambiar sus compromisos monetarios
(billetes de banco – depósitos) en oro si se lo pedían.
c. no podían ponerse restricciones en la importación o la exportación de oro.
Esto significaba que el oro servía como la última base de la reserva de toda la oferta monetaria del país. La cantidad de
oro que guardaba en sus arcas el Banco de Inglaterra determinaba la cantidad de crédito que podía extenderse en forma
de billete de banco y depósitos, éstos a su vez (guardados como reservas en otros bancos de emisión y depósito)

5. Migración e inversión internacionales


En el siglo XIX se dio un gran aumento en el movimiento internacional de población y de capital.
Hubo una cierta migración internacional dentro de Europa, pero el movimiento más importante fue transoceánico.
Durante el siglo aproximadamente 60 millones de personas dejaron Europa para irse a países con tierra abundante.
Esta vasta migración tuvo efectos beneficiosos, alivió las presiones demográficas de los países de los que provenían los
emigrantes, disminuyendo así la presión en los salarios reales y benefició a los países ricos en recursos, pero escasos en
mano de obra. Los emigrantes conseguían en esos países, salarios más altos de los que lograban en su país.
Por medios de los lazos humanos y culturales y también económicos, se promovió la integración de la economía
internacional.
La exportación de capital, o inversión extranjera, fortaleció la integración de la economía internacional. Si bien la
inversión extranjera, ya había comenzado en el siglo XVIII, es en los siglos XIX y XX, cuando alcanza el mayor volumen.
El examen de la inversión extranjera se hace teniendo en cuenta, las fuentes o recursos, y los motivos y mecanismos.
En general, los recursos disponibles para la inversión en el extranjero, igual que para la inversión nacional, eran el
resultado de enormes aumentos de riquezas e ingresos, generados por el uso de las nuevas tecnologías.
Pero a diferencia de la inversión nacional, la inversión extranjera necesita fuentes especiales de fondos, generados por el
comercio y los pagos exteriores.
Existen dos categorías de fondos (oro o divisas) que pueden emplearse en la inversión internacional: los que provienen
de una balanza favorable de comercio, y aquellos que provienen de exportaciones “invisibles”, como el transporte
marítimo, las ganancias de la banca y los seguros internacionales, la remesa (creo que se refiera a el dinero) de los
emigrantes y el interés y dividendos de inversiones previas en el extranjero. Estas fuentes pueden operar combinadas.
El principal motivo para la inversión extranjera es la esperanza, por parte del inversor de una ganancia más alta en el
extranjero que en su país.
Los mecanismos de inversión extranjera consisten en toda una serie de medios institucionales para transferir fondos de
un país a otro: mercados de divisa, mercados de acciones y obligaciones, bancos de inversión privados y de capital
conjunto y muchos otros. La mayoría de estas instituciones, si bien existían anteriormente, crecieron enormemente
durante el siglo XIX.
Antes de 1914, los inversores privados de Gran Bretaña eran los mayores inversores en el extranjero. Para Gran Bretaña,
las fuentes de sus inversiones extranjeras consistían en exportaciones invisibles. A principios de siglo, los ingresos de su
marina mercante eran la mayor parte de su favorable balanza de pagos (no de comercio), para lo cual continuaron siendo
muy importantes.
Los ingresos de los Bancos y seguros internacionales y especialmente los de las inversiones previas, contribuyeron de
forma creciente al excedente. A partir de 1870, las ganancias por inversiones previas aportaron fondos para financiar el
déficit en la balanza comercial de mercancías.
Durante la primera mitad del siglo los inversores británicos compraban obligaciones públicas de diversos países europeos
e invertían en empresas privadas, sobre todo en los primeros ferrocarriles franceses. Asimismo, compraban efectos
públicos de estados americanos dedicados a la construcción a gran escala de canales y ferrocarriles, y también deuda
pública de los países hispanoamericanos.
Las revoluciones de 1848 en el continente europeo hicieron que los inversores británicos, dejaran de invertir allí e
invirtieran en ferrocarriles, minas y ranchos americanos.
Los inversores franceses, ocupaban el segundo lugar de las inversiones en el extranjero.
Francia comenzó el siglo pidiendo préstamos al extranjero - principalmente a Gran Bretaña y a Holanda - para pagar las
onerosas indemnizaciones impuestas por los aliados tras la derrota de Napoleón, pero, luego no tardó en alcanzar una
situación excedentaria en su balanza comercial, lo cual aportó el grueso de los recursos para la inversión extranjera hasta
los años 1870. Después al igual que ocurriera con los británicos, los ingresos por las inversiones previas financiaron las
nuevas inversiones.
En la primera mitad del siglo, los franceses invirtieron principalmente en los países vecinos: las deudas de los gobiernos
revolucionarios de España, Portugal y los diversos estados italianos.
Obligaciones del nuevo gobierno de Bélgica, minas y otras empresas en Bélgica, e inversiones similares, en Suiza Austria
y los estados alemanes.
Entre 1850 y 1880, los inversores e ingenieros franceses se ocuparon de la construcción de redes ferroviarias, en gran
parte del este y sur de Europa. También invirtieron en empresas industriales en esos países y financiaron los sus déficits
públicos.
En conjunto la contribución francesa al desarrollo económico de Europa fue fundamental, pero como resultado de las
revoluciones, desastres naturales y guerras (en especial la primera guerra Mundial), los inversores y sus herederos,
sufrieron grandes pérdidas.
Alemania, fue una nación que pasó de ser deudora neta a acreedora neta en el curso del siglo. A principios del siglo, los
estados alemanes estaban pobres y desunidos, tenían poca deuda externa y casi nada de crédito extranjero. En las
décadas centrales del siglo, las provincias occidentales fueron beneficiadas con la afluencia de capital francés, belga y
británico, este capital ayudó a desarrollar poderosas industrias y un pujante excedente de exportación, que proporcionó
los fondos con los que Alemania devolvió el capital extranjero y acumuló inversiones en el extranjero: la mayoría de estas
inversiones se realizaron en los países vecinos más pobres, aunque los alemanes también tenían inversiones dispersas en
los EE UU, Iberoamérica y otros lugares.
El gobierno alemán, igual que el francés intentó en ocasiones utilizar la inversión privada como arma de política exterior;
en 1887, cerró la Bolsa de Berlín a los efectos y valores rusos, y más tarde instó al Deutsche Bank a emprender el
ferrocarril de Anatolia, conocido como Berlín Bagdad.
Las pequeñas naciones desarrolladas de Europa – Bélgica, los Países Bajos y Suiza – las cuales se habían beneficiado –
durante el transcurso del siglo - de la inversión extranjera en sus respectivas economías, se habían convertido en
acreedoras a fin del siglo.

6. Receptores de inversión extranjera.


EEUU, fue el país con mayor inversión extranjera, el capital extranjero principalmente el británico ayudó a construir
ferrocarriles, a explotar recursos minerales, a financia ranchos y a apoyar otras empresas.
Después de la Guerra de Secesión, especialmente en los fines de la década de 1890, los inversores americanos
empezaron a comprar valores extranjeros y, lo que es más importante las empresas americanas empezaron a invertir
directamente en el extranjero en una gran diversidad de operaciones industriales, comerciales y agrícolas .Cuando el
total de las inversiones extranjeras en los Estados Unidos, alcanzaron, más de los 7 mil millones de dólares, los inversores
americanos, habían invertido casi la mitad de esa cantidad en el extranjero. Luego de la Primera Guerra Mundial, como
resultado de los préstamos americanos a los aliados, EEUU era la nación más acreedora.
En Europa, el mayor receptor de inversión extranjera era Rusia, la red de ferrocarriles rusa, se había construido
mayormente con capital extranjero, que fue canalizado tanto a través de valores privados y estatales, como de bonos del
estado o garantizados por éste.
Los bancos extranjeros también invirtieron en capital bancario ruso y en las grandes empresas metalúrgicas. Sin
embargo, el mayor deudor era el gobierno ruso, que utilizó el dinero, no solo para construir ferrocarriles, sino para
financiar su ejército y su marina.
En Rusia, los mayores inversores fueron los franceses, pero también invirtieron, los alemanes, belgas, holandeses y otros.
Tras 1917, los inversores perdieron todo.
La mayoría de las naciones de Europa, pidieron prestado en un momento u otro a lo largo del siglo XIX. Alemania y
alguna de las pequeñas naciones desarrolladas pasaron de deudoras a acreedoras.
Los que no consiguieron esta transición, están los países mediterráneos y los del sudeste de Europa, porque hicieron un
uso menos productivo de los fondos, por tanto, su devolución fue más difícil. A menudo los fondos provenientes de las
inversiones privadas y de los préstamos del gobierno, fueron malgastados y a veces de forma corrupta.
Para contribuir al desarrollo económico, una inversión nacional o una inversión extranjera, debe generar una corriente de
ingresos suficientes para rendir una tasa positiva de beneficio y acabar devolviendo la inversión original.
Inversiones que no fueron aprovechadas, se dieron en el sur y este de Europa, en el Imperio turco, Egipto y el norte de
África.
Todo lo contrario, ocurrió con los países escandinavos, ya que las inversiones realizadas en ellos no solo contribuyeron
positivamente al desarrollo de las economías, sino que también financiaron su devolución.
De hecho, aunque las cantidades prestadas fueron relativamente pequeñas, en términos per cápita, las inversiones en
Suecia Dinamarca y Noruega fueron las mayores de Europa. Las cantidades prestadas fueron utilizadas de forma
inteligente y junto con los logros en materia de educación, esos países fueron el motivo principal del gran desarrollo
escandinavo de finales del siglo XIX.
Australia, Nueva Zelanda y Canadá, recibieron también grandes inversiones extranjeras, en relación al tamaño de su
población, esto explica sus altas tasas de crecimiento y sus altos niveles de vida a principios del siglo XX. Estos países
recibieron las inversiones principalmente de Gran Bretaña, y en los tres casos, la mayor parte de los fondos, se invirtieron
en valores públicos y se destinaron a financiar ferrocarriles, puertos, obras públicas etc. En Australia y Canadá se
destinaron grandes sumas a la minería.
Este patrón de inversión exterior permitió a la inversión interior, dedicarse a actividades productivas en los sectores más
prometedores de la economía. Los tres países tenían un gran territorio y poca población, con lo cual se especializaron en
la producción de bienes que requerían poca mano de obra en proporción con la tierra, En Australia y Nueva Zelanda, se
dedicaron a la cría de ganado ovino, con lo cual obtenían dos productos lana y carne de cordero. Australia también
exportaba algo de trigo y metales en bruto
En Canadá se dedicaron al cultivo del trigo y también exportaba, metales, madera y otros productos forestales
Estos productos encontraron mercados ya existentes en Europa, sobre todo Gran Bretaña y consistieron en la mayor
parte de sus exportaciones.
Con rentas per cápita relativamente altas, desarrollaron industrias nacionales de servicios y algo de manufactura, pero
siguieron dependiendo de Europa primero y luego de EEUU para la mayoría de los bienes de consumo manufacturados y
especialmente de capital.
Las inversiones en Asia y en Iberoamérica, aunque importantes en su totalidad, fueron mucho menores en relación a la
población de las naciones receptoras, en comparación a la realizada en otros países. Además, carecían de la inmensa
cantidad de capital humano que tenían aquellos otros y la estructura institucional de su economía (menos Japón) no
propiciaba el desarrollo económico.
En estas áreas y en África, el principal resultado de la inversión extranjera, fu el desarrollo de fuentes de materias primas
para las industrias europeas. ¿, sin que se diera la modificación de la estructura interna de su economía.
En Iberoamérica, Gran Bretaña fue el mayor aporte de inversión extranjera, Argentina, era el mayor receptor, seguido por
Brasil y México. Chile, Uruguay, Cuba, Colombia y otros, recibieron cantidades menores, pero no hubo un solo país que
no recibiera inversión británica. La mayor parte de estos fondos fueron destinados a la construcción de ferrocarriles y
otras inversiones de infraestructura.
De las inversiones extranjeras directas, o sea aquellas que el inversor controlaba el empleo de los fondos, también la
mayor parte fue el ferrocarril, seguido por las obras públicas (gas, electricidad, distribución de agua, teléfono y telégrafo,
tranvías etc.) instituciones financieras (bancos y Cias de Seguros), producción de materias primas: café, caucho,
minerales, y nitratos), una gran variedad de empresas comerciales e industriales y compañías navieras.
Salvo las pequeñas cantidades invertidas en materia prima, la inversión extranjera aportó una infraestructura y
supraestructura para permitir a las economías dependientes participar en la economía internacional.
La producción de artículos de consumo doméstico (principalmente alimentos) y para la exportación (sobre todo materias
primas, pero también alimentos) se dejó a la población locas de propietarios y campesinos o trabajadores sin tierra.
Así es que los países de Hispanoamérica intercambiaron sus productos primarios por las manufacturas europeas y
americanas, y al hacerlo, la mayoría de ellos pasaron a depender de uno o varios productos primarios: Argentina, del
trigo, la carne, el cuero y la lana. Brasil del café y el caucho. Chile de los nitratos y el cobre. Bolivia del estaño, Colombia y
Centroamérica del café.
No comenzaron como los países escandinavos a procesar sus propias materias primas y así poder exportar un producto
de valor añadido superior.
Las critica culpaban a los inversores extranjeros y sus gobiernos, la realidad es que la mayor parte de la culpa, la tuvieron
las viejas estructuras sociales y sistemas políticos de los propios países.

7. El renacimiento del imperio occidental


Asia y África, participaron mínimamente de la expansión comercial del siglo XIX, hasta que tuvieron que hacerlo debido
al poder militar de occidente.
Partes de Asia, sobre todo India e Indonesia, se habían abierto a la influencia y conquista europeas desde los inicios del
siglo XVI, gran parte del continente se mantenía aislado. El extenso y antiguo imperio de china, así como Japón, Corea y
los principados del sudeste de Asia, intentaron mantenerse alejados de la civilización occidental, a la que consideraban
inferior a la suya. Se negaron a aceptar representantes diplomáticos occidentales, expulsaron o persiguieron a los
misioneros cristianos y aceptaron un pequeñísimo volumen de comercio con Occidente.
África, en su mayor parte tenía un clima opresivo para los europeos, también enfermedades desconocidas y muchas
veces mortales. Al tener pocos ríos navegables, su interior era mayormente inaccesible. Casi no había estados
organizados a la manera europea y el bajo nivel de desarrollo económico no lo hacían atractivo para los mercaderes y
empresarios europeos.
Una serie de acontecimientos concatenados, llevaron inexorablemente a la participación de Asia y África en la evolución
de la economía mundial antes de que terminara el siglo XIX África
A mediados del siglo XVII, los holandeses establecieron en el extremo sur de África, la Colonia del Cabo. Había sido
establecida como puesto de aprovisionamiento para los hombres de la Compañía de las Indias Orientales que iban o
venían de Indonesia. Durante las guerras napoleónicas fueron conquistadas por los ingleses y fomentaron el
asentamiento allí. La política británica, especialmente la abolición de la esclavitud en todo el imperio en 1834, y sus
intentos de dar un trato más humano a los nativos, molestó a los bóers o afrikaaners (descendientes de los colonos
holandeses), para librarse de los británicos, los bóers, comenzaron en 1835 su gran migración hacia el norte, y crearon
nuevos asentamientos en la región entre los ríos Orange y VAAl (que se convirtió en el estado libre de Orange, al norte
del Vaal (el Transvaal, que se convirtió en la República de Sudáfrica en 1856) y en la costa sureste (Natal), pero a pesar de
los intentos de los bóers de aislarse de los británicos, el conflicto siguió a lo largo de todo el siglo. Además de las peleas
entre sí, los británicos y bóers, tuvieron que enfrentarse con tribus africanas, las que a la larga fueron sometidas a la
servidumbre o exterminadas.
Al principio los asentamientos de los bóers y de los británicos eran principalmente agrícolas, pero en 1867, el
descubrimiento de diamantes atrajo un gran caudal de buscadores de tesoros de todo el mundo. En 1866, se descubrió
oro en Transvaal. Estos acontecimientos cambiaron completamente las bases económicas de las colonias e intensificaron
las rivalidades políticas. A ello se le sumó la subida al poder de Cecil Rhodes, quien era de nacionalidad inglesa. Llegó
muy joven a África y pronto hizo fortuna en las minas de diamantes. En 1887 organizó la Compañía británica de Sudáfrica
y luego obtuvo una concesión del gobierno británico sobre el territorio que luego sería Rhodesia.
Rhodes, tomó parte activa en la política, siendo un gran defensor de la política imperialista, primero formó parte del
cuerpo legislativo de la colonia del Cabo y diez años después era su primer ministro.
Su mayor ambición era construir un ferrocarril “del Cabo al Cairo”, todo por territorio británico. El presidente Kruger de la
República de Sudáfrica, no quiso formar parte de una Unión Africana, y negó el permiso para que el ferrocarril cruzara el
Transvaal. Rhodes tramó un complot para eliminar a Kruger y anexar su país. El complot falló y Rhodes fue obligado a
renunciar por el gobierno británico que negó su participación. Con esto el gobierno británico, quería evitar la guerra con
lo bóers, pero los extremistas de ambos bandos acentuaron la situación y en octubre de 1899 empezó la guerra con los
bóers o guerra de Sudáfrica.
Al principio los británicos sufrieron varias derrotas, pero al recibir refuerzos de soldados, invadieron y anexionaron al
Transvaal y al Estado libre de Orange. Poco después el gobierno británico cambió su política de represión por la de la
reconciliación, restauró el autogobierno y fomentó la unión con la Colonia del Cabo y Nadal.
En1910, la Unión Sudafricana, pasó a ser, como Canadá, Australia y Nueva Zelanda, un dominio autónomo dentro del
Imperio Británico.
Antes de 1880, la posesión de Francia en África era la Argelia francesa a finales del siglo, habían conquistado
anexionándolo un inmenso y poco poblado territorio (comprendía la mayor parte del desierto de Sahara) al que llamaron
áfrica occidental francesa. En 1181, como respuesta a las invasiones hechas a Argelia por tribus de Túnez, lo invadieron y
establecieron un protectorado.
Los franceses formalizaron su imperio norteafricano en 1912, estableciendo un protectorado sobre la mayor parte de
Marruecos (España tenía una pequeña parte), luego de interminables negociaciones diplomáticas, en especial con
Alemania.
En el extremo oriental del África islámica, en 1869, los franceses realizan la apertura del Canal de Suez, esto, revolucionó
al mundo del comercio y también puso en peligro la línea fundamental de comunicación entre gran Bretaña y la India, así
les parecía a los británicos, que no habían participado en la construcción del canal y se habían opuesto a ello.
Pero una vez abierto, los británicos, buscaron como parte primordial de su política exterior, tomar el control del canal y
sus proximidades para evitar que cayera en manos de una potencia extranjera.
Este propósito, se vio favorecido por las dificultades financieras del rey de Egipto. Éste y sus antecesores, en su intento
de convertir a Egipto en una gran potencia, habían contraído enormes deudas con inversores europeos (sobre todo
franceses y británicos). Esos fondos fueron destinados, a la construcción del Canal y a dos intentos fallidos: uno la
industrialización del país y el otro la conquista del Sudán.
Esta situación, le permitió a finales de 1875 al primer ministro británico, comprar a favor de su gobierno, las acciones que
el Rey de Egipto tenía en la Compañía.
Con el objeto de ordenar las finanzas del país, los gobiernos inglés y francés enviaron consejeros financieros que pronto
constituyeron un gobierno efectivo. El resentimiento egipcio por la dominación extranjera dio lugar a violentos disturbios
y a la pérdida de vidas y propiedades europeas. Para restaurar el orden y proteger el canal, los británicos bombardearon
Alejandría en 1882 y desembarcaron una fuerza expedicionaria.
El que era de nuevo el primer ministro británico: Gadstone, aseguró a los egipcios y al resto de las grandes potencias,
que no quisieron intervenir, que la ocupación sería temporal, sin embargo, una vez allí, los británicos se dieron cuenta
que no sería posible retirarse rápidamente. Primero porque continuaba la agitación nacionalista y luego, porque los
británicos heredaron del gobierno del rey, la conquista sin acabar del Sudán.
Esta conquista, parecía estar justificada por la importancia del Alto Nilo para la economía egipcia, en el logro de ese
objetivo, los británicos se encontraron con los franceses que se estaban expandiendo, gracias a las negociaciones
efectuadas precipitadamente en Londres y Paris, no se llegó al enfrentamiento armado. Los franceses se retiraron,
abriendo paso al dominio británico sobre lo que luego se conoció como el Sudán anglo egipcio.
Trìpoli era un estado vasallo del sultán turco, ubicado en la costa norteafricana, Italia –su vecino europeo- desarrollo
tardemente su imperialismo, y había tomado algunas franjas de tierra en la costa oriental y no logró conquistar Etiopía
como se lo había propuesto en 1986. Solo fue espectador de como otras naciones recogían los frutos de su imperialismo.
En 1911, luego de acordar con las grandes naciones para actuar con libertad, provoca una pelea con Turquía y ocupa
Trípoli. La guerra fue una farsa ya que nadie tenía fuerza como para vencer al otro. La amenaza de
una insurrección en los Balcanes persuade a los turcos, hace la paz con Italia y le cede Trìpoli, a la que los italianos le dan
el nombre de Libia.
El África central, no era una zona muy codiciada, dado que no era de fácil acceso y además su clima era inhóspito, por lo
cual fue la última zona que fue tomada por los europeos. Con anterioridad al siglo XIX, los únicos que pretendían algo en
la zona central eran los portugueses: Angola en la costa oeste y Mozambique en la este. El Rey Leopoldo de Bélgica,
organizó en 1876, la Asociación Internacional para la Exploración y Civilización del África Central y contrató al periodista
Stanley para que estableciera asentamientos en el Congo.
Al descubrirse diamantes en Sudáfrica, se estimuló la exploración del África central con la esperanza de descubrirlos
también en esa zona.
La ocupación francesa de Túnez en 1881 y la ocupación británica de Egipto, dieron lugar a un montón de reivindicaciones
y concesiones. Esto provocó fricciones que pudieron terminar en guerra, pero para impedirla y también para frenar las
demandas británicas y portuguesas, los gobiernos de Alemania y Francia llamaron a una conferencia internacional sobre
asuntos africanos, que se realizó en Berlín en 1884. Enviaron representantes 14 naciones entre las que se encontraba
EE.UU. Allí acordaron la supresión del comercio de esclavo y la esclavitud, reconocieron al Estado libre del Congo y
sentaron las bases para futuras anexiones, la norma más importante disponía que una nación debía ocupar de forma
efectiva el territorio para que su reivindicación fuera reconocida.
Antes del estallido de la Primera Guerra Mundial solo Etiopia y Liberia, fundadas por esclavos americanos emancipados
en la década de 1830, conservaban su independencia.
Asia
La decadencia interna había debilitado la dinastía Manchú que había gobernado China desde mediados del siglo XVII,
esto brindo a los occidentales la oportunidad de ingresar en ese imperio.
Los intereses comerciales británicos proporcionaron la primera ocasión para intervenir. El té y las sedas chinas
encontraron un mercado activo en Europa, pero los comerciantes británicos no tenían mucho que ofrecer hasta que
descubrieron el gusto de los chinos por el opio, El gobierno chino prohibió su importación, pero contrabandistas y
funcionarios corruptos, hicieron que su comercio prosperara. Un funcionario honrado de Cantón incautó y quemó un
cargamento grande de opio, entonces lo comerciantes británicos pidieron una compensación. El gobierno británico
manifestó que no podía intervenir a fin de permitir a sus súbitos británicos violar las leyes del país con el que
comerciaban, los representantes militares y diplomáticos que estaban en China no hicieron caso e iniciaron acciones de
represalia contra los chinos, comenzando así la guerra del opio (1839/42) que finalizó con el Tratado de Nankín que
China tuvo que aceptar.
De acuerdo a este tratado, China daba a Gran Bretaña la isla de Hong Kong, autorizaba abrir cinco puertos más para
comerciar bajo supervisión consular, y establecía un arancel uniforme de importación. Además, pagaba una
indemnización sustancial. El comercio del opio continuó.
Viendo lo logrado fácilmente por los británicos, otras naciones buscaron tratados igualmente favorables, que también
fueron suscriptos.
Esta debilidad del gobierno chino dio lugar a manifestaciones en contra del gobierno y de los extranjeros, dando origen a
la rebelión Taiping (1850-64). El gobierno derrotó a los rebeldes, pero mientras tanto este desorden dio a las potencias
occidentales otra excusa para intervenir. En 1857/58 una fuerza conjunta anglo francesa ocupó varias ciudades
importantes y obligó a que se les otorgaran más concesiones, en las que también participaron, Rusia y Estados Unidos.
Durante el resto del siglo XIX, China siguió un patrón similar, violencia, desorden, represalias que finalmente
terminaban con concesiones.
China se libró de su división completa por parte de las grandes potencias, gracias a la rivalidad entre ellas, en lugar de un
reparto en toda regla, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia, los EEUU y Japón se contentaron con tratados especiales
sobre puertos, esferas de influencia y arriendo a largo plazo de territorio chino.
Como consecuencia de esto, se produjo un estallido final de violencia xenófoba, conocida como la rebelión de los bóxers
(1900/01). Bóxers, era el nombre que se les daba a los miembros de una sociedad secreta, cuyo propósito era expulsar a
todos los extranjeros de China. En levantamientos en diversas partes del país atacaron a chinos convertidos al
cristianismo, asesinaron a cientos de misioneros, trabajadores del ferrocarril, hombres de negocios y al ministro alemán
en Pekín. Los primeros intentos de los británicos y otras fuerzas militares para ocupar Pekín fueron rechazados.
Una segunda expedición conjunta y más grande tomó la capital, llevó a cabo severas represalias y exigió más
indemnizaciones y concesiones. Después de esto, el imperio chino entró en un estado de decadencia más evidente. El
imperio cayó por una revolución dirigida por el Dr. Sun Yat-sen, médico de formación occidental, cuyo programa era
“nacionalismo, democracia y socialismo”, las potencias no se atrevieron a intervenir en la revolución, pero a ninguna le
preocupaba. La nueva república China, siguió débil y dividida.
Corea
En el siglo XIX, era un reino semiautónomo bajo el dominio teórico de China, pero hacía tiempo, que Japón la
reivindicaba. La rivalidad entre China y Japón por su dominio, junto a la pobreza general del país, desalentó a los
comerciantes y diplomáticos occidentales. Corea fue la causa principal de la guerra entre China y Japón en 1894, pero el
tratado de 1895 no finalizó con la anexión a Japón, este se contentó con el reconocimiento por parte de China de la
independencia coreana. Tras la derrota de Rusia en 1905 y una serie de rebeliones contra los gobiernos títeres impuestos
por los japoneses, al final éstos se anexionaron formalmente Corea en 1910.
Indochina
A la vasta península ubicada en el sudeste de Asia, se le llama Indochina, porque la cultura de esta área es esencialmente
una mezcla de las civilizaciones india y china. Durante el siglo XIX los británicos operando desde India, pasaron a
controlar los estados de Birmania y Malasia, que acabaron incorporándose al imperio británico.
En cuanto a la mitad oriental de la península, desde el siglo XVII, misioneros franceses desarrollaban ahí su actividad,
pero en la primera mitad del siglo XIX fueron objeto de persecuciones en forma creciente, lo que le proporcionó al
gobierno francés un pretexto para intervenir. En 1858 una expedición francesa ocupó la ciudad de Saigón y cuatro años
después, Francia se anexionó toda esta región. Una vez establecidos en la península, los franceses se vieron implicados
en un conflicto con los nativos, lo que los obligó a extender su “protección” sobre áreas casa vez mayores, En la década
de 1880 organizaron la Unión de la Indochina Francesa.
Tailandia o Siam, como la llamaban los europeos, entre Birmania al oeste y la Indochina francesa al este, tuvo la suerte
de poder permanecer como reino independiente, gracias a una serie de reyes capaces e ilustrados, y a su posición de
amortiguador entre las esferas de influencia británica y francesa. Aunque se abrió a la influencia occidental por medio de
tratados coloniales impuestos por la fuerza, como la mayoría de Asia, sus gobernantes reaccionaron con gestos
conciliadores y al mismo tiempo intentaron aprender de Occidente y modernizar su reino.

8. Razones del Imperialismo


Asia y África, no fueron las únicas en ser explotadas por el imperialismo, y tampoco solo fueron las naciones europeas las
únicas en desarrollarlo, Japón, una vez que adoptó la tecnología occidental, siguió una política imperialista. EEUU,
también a pesar de las críticas dentro de su propio país, tuvo una política imperialista antes de que finalizara
el siglo XIX.
Se ha hecho una distinción entre imperialismo y colonialismo, según esta distinción, ni Rusia ni Austria-Hungría, tenían
colonias en ultramar, pero ambos eran claramente imperios, en el sentido de que gobernaban sobre suelos ajenos sin su
consentimiento. Las potencias imperiales, no establecieron colonias en China, pero China estuvo igualmente sometida al
control imperial.
Los países de Iberoamérica no sufrieron nuevas tentativas de conquista por parte de potencias externas, pero muchas
veces se las consideró parte de imperios informales de Gran Bretaña y EEUU, como resultado de la dependencia
económica y el control financiero.
Las causas del imperialismo fueron varias y complejas, no hay una teoría única para explicar todos los casos.
Una de las explicaciones más comunes del imperialismo moderno, lo relaciona con la necesidad económica. De hecho, el
imperialismo moderno ha sido llamado “imperialismo económico”, como si las anteriores formas del imperialismo no
hubieran poseído este contenido.
Una de tales explicaciones es como sigue:
a) la competencia del mundo capitalista se hace más intensa, dando lugar a la formación de empresas a
gran escala y la eliminación de las más pequeñas.
b) El capital se acumula en las grandes empresas cada vez con mayor rapidez y, como el poder adquisitivo
de las masas es insuficiente para para comprar todos los productos de la industria a gran escala, los
beneficios disminuyen.
c) Como el capital se acumula y la producción de las industrias capitalistas no se vende, los capitalistas
recurren al imperialismo para hacerse con el control político en lugares en los que pueden invertir su
capital excedente y vender sus productos excedentes.
Esta es la esencia de la teoría que inició Marx y continuó Lenin, quien, fundándose en Marx, publicó en 1915 “El
imperialismo, fase superior del capitalismo”.
Los partidarios del imperialismo argumentaban, que además de ofrecer colonias proporcionarían nuevas fuentes de
materias primas y servirían como válvulas para la creciente población de las naciones industriales. Este argumento es
una falacia, ya que las mayorías de las colonias estaban situadas en climas que los europeos encontraban opresivos y la
mayoría de los emigrantes preferían ir a países independientes, como Estados unidos o Argentina; o a los territorios
autónomos del imperio británico.
Respecto a que las colonias, podían ser una nueva fuente de materias primas, y era cierto, pero no era necesario tener el
control político para acceder a ellas o a cualquier mercancía.
En verdad, los mayores proveedores de ultramar de materias primas fueron América del norte y del Sur y los dominios
autogobernados de Australasia.
También era una falacia, justificar a las colonias como mercados para los excedentes de manufacturas, ya que las
colonias no eran necesarias para ello y tampoco fueron utilizadas así una vez obtenidas.
La población de las colonias estaba demasiado dispersa y era demasiado pobre para constituir un mercado importante.
Por otra parte, e igual que con las materias primas, tampoco era necesario tener el control político para colocar el
excedente.
La india británica si fue un gran mercado, ya que a pesar de su pobreza compraba grandes cantidades de productos
europeos, y no solamente de Gran Bretaña; los alemanes vendieron mucho más en la India que en todas sus colonias
juntas, y Francia vendió más en India que en Argelia.
A pesar de sus aranceles, las naciones industriales e imperialistas de Europa continuaron comerciando
predominantemente unas con otras. El mayor mercado exterior para la industria alemana era gran Bretaña, y uno de los
mayores mercados para la industria británica era Alemania.
Francia era el mayor abastecedor y el mayor cliente de Gran Bretaña y Alemania. EEUU era también un gran cliente y
abastecedor de los países europeos.
Quizá el argumento más importante para el imperialismo como un fenómeno económico tenía que ver con la inversión
del excedente de capital, al menos según la teoría marxista, pero los hechos no respaldan la lógica.
Gran Bretaña tenía el imperio más grande y las mayores inversiones en el extranjero, pero la mitad de las inversiones en
el extranjero las hacía en países independientes y territorios autogobernados.
Francia, la mayor parte de sus inversiones no eran para sus colonias, sino que eran en países extranjeros, por ejemplo, en
Rusia. Lo mismo hizo Alemania, invirtió más en países extranjeros que en sus colonias.
Algunas de las naciones imperialistas, eran además deudoras; además de Rusia, lo eran también: Italia, España, Portugal,
Japón y los EEUU.
Vemos, que la interpretación económica del imperialismo no puede explicar su irrupción a finales del siglo XIX.
¿Entonces que lo explica? La mayor responsabilidad reside en el más puro oportunismo político combinado con el
crecimiento de un nacionalismo agresivo.
La conversión de Disraelí (fue Primer Ministro Británico) al imperialismo (al comienzo de su carrera política había sido
antiimperialista) estuvo motivada principalmente por la necesidad de oponerse al liberal Gladstone (también fue Primer
Ministro)
Bismark alentó el imperialismo francés, como un modo de desviar las ideas de desquite francesas contra Alemania,
cuando al fin se dejó convencer lo hizo para fortalecer su propia posición política y desviar la atención sobre las
cuestiones sociales de Alemania.
El poder político y la conveniencia militar también tuvieron un papel importante. La política imperial británica a lo largo
del siglo fue sostenida principalmente por la supuesta necesidad de proteger las fronteras de India y la conexión de éste
con gran Bretaña (ver más Pag. 348)
También el clima intelectual de finales del siglo XIX fuertemente influido por darwinismo social favoreció la expansión
europea. Aunque H. Spencer el máximo exponente del darwinismo, fue un notorio antiimperialismo, otros aplicaron sus
argumentos de la “supervivencia de los mejores” a la lucha imperialista.
Roosevelt, habló solemnemente del “destino manifiesto” y la frase de Kipling “las razas inferiores sin ley ni orden”
reflejan la típica actitud europea y americana, hacia las razas que no fuera la blanca.
La misma actividad cristiana misionera, era una expresión de la vieja creencia de la superioridad moral y cultural europea
u occidental.
Europeos y cristianos han sido expansionistas y evangelizadores a lo largo de toda su historia, al menos hasta mediados
del siglo XIX.
En último término, el imperialismo moderno debe considerarse como un fenómeno psicológico y cultural tanto como
político o económico.

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