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ESTUDIANTE:
CÓDIGO:
201350484
Licenciado en Literatura
INSTITUCIÓN:
2018
TÍTULO DE LA MONOGRAFÍA:
ESTUDIANTE:
CÓDIGO:
201350484
DIRECTOR:
Licenciado en Literatura
INSTITUCIÓN:
2018
NOTA DE APROBACIÓN
__________APROBADO____________
____________APROBADO__________
__________APROBADO____________
A mis compañeros de curso con quienes caminé durante estos cinco años y
aprendí a ver la literatura como el propósito más grande de mi existencia.
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN ......................................................................................................... 1
PRESENTACIÓN ............................................................................................... 2
CAPÍTULO 1 – APROXIMACIONES TEÓRICAS HACIA LA MARGINALIDAD Y
LA FEALDAD ..................................................................................................... 4
1.1. La marginalidad social .............................................................................. 4
1.1.1. El concepto de marginalidad por Gino Germani ............................. 4
1.1.2. Concepto de marginación social por Pilar Moreno .............................. 12
1.1.3. Una noción de la marginalidad social desde la teoría latinoamericana
por Andrea Delfino ........................................................................................... 15
1.2. La fealdad ............................................................................................... 20
1.2.1. Lo feo en el mundo clásico ........................................................... 23
1.2.2. La pasión, la muerte y el martirio .................................................. 25
1.2.3. El apocalipsis, el infierno y el diablo ............................................. 26
1.2.4. Monstruos y portentos .................................................................. 28
1.2.5. Lo feo, lo cómico y lo obsceno...................................................... 28
1.2.6. La fealdad de la mujer entre la Antigüedad y el barroco ............... 30
1.2.7. El diablo en el mundo moderno .................................................... 31
1.2.8. Brujería, satanismo, sadismo. ...................................................... 32
1.2.9. Physica curiosa............................................................................. 32
1.2.10. La redención romántica de lo feo .............................................. 33
1.2.11. Lo siniestro ................................................................................ 34
1.2.12. Torres de hierro y torres de marfil ............................................. 35
1.2.13. La vanguardia y el triunfo de lo feo ........................................... 36
1.2.14. La fealdad ajena, lo kitsch y lo camp ......................................... 37
1.2.15. Lo feo hoy.................................................................................. 38
CAPÍTULO 2 – ANÁLISIS LITERARIO DE TRES CUENTOS DE ROBERTO
ARLT ................................................................................................................ 41
2.1. Roberto Arlt como escritor de la marginalidad en la literatura
latinoamericana del siglo XX ............................................................................ 41
2.2. El jorobadito .................................................................................. 46
2.3. Extraordinaria historia de dos tuertos ........................................... 56
2.4. La luna roja ................................................................................... 64
CAPÍTULO 3 – REFLEXIONES GENERALES EN TORNO AL TROPO
LITERARIO MARGINALIDAD/FEALDAD ......................................................... 74
CONCLUSIONES............................................................................................. 80
REFERENCIAS ................................................................................................ 83
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ 85
RESUMEN
1
PRESENTACIÓN
2
parodia en el relato. El segundo cuento llamado Extraordinaria historia de dos
tuertos nos permite comprender cómo a través de una metáfora del tuerto se
representa las clases bajas que carecen de una visión total, que no les deja ver
con claridad el abuso social que tienen hacia ellos, dado a sus carencias
económicas, Finalmente, el tercer cuento se titula La luna roja y en este se
analiza una variante estética de la fealdad: lo siniestro, donde Arlt propone una
situación misteriosa en la que aparentemente se aprecia una atmósfera
apocalíptica, y toda la sociedad se reúne, rompiendo de esta forma todo
esquematismo que se ve mediado por la estratificación social.
3
CAPÍTULO 1 – APROXIMACIONES TEÓRICAS HACIA LA MARGINALIDAD
Y LA FEALDAD
4
razón, es pertinente citar el orden sobre el cuál Germani trabajará en su
propuesta. En primer lugar, ejecutará un análisis bibliográfico que dé cuenta
cómo se encuentra hasta el momento las valoraciones conceptuales, históricas
y críticas sobre la marginalidad; para después, presentarnos los precedentes
que consigo traen todo este intento por aterrizar el concepto desde una manera
mucho más objetiva.
El nivel descriptivo
Así fue como la noción marginal fue adoptando una orientación semántica
en relación a las condiciones de trabajo y al nivel de vida de un determinado
sector de la población. La marginalidad funciona como un sistema regulador del
consumo de bienes y servicios, por ende obedece a un sistema económico.
1
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 12
5
Asimismo se fue erigiendo otra idea que iba adhiriéndose al concepto, Germani
mencionaba que la marginalidad podía verse también representada en otros
escenarios tales como la política:
[…] tal estado marginal alcanza otros aspectos esenciales, tales como la
participación política, la sindical la participación formal e informal y en general
la ausencia o exclusión de la toma de decisiones, ya sea al nivel de comunidad
local, de la situación en el trabajo, o en el orden de instituciones y estructuras
más amplias, estaduales y nacionales.2
Los sectores que no pronunciaban sus ideas frente al sistema nacional eran
considerados sujetos marginados. Dado a que carecían de una voz
participativa que los tuviera presente al momento de la toma de decisiones para
el beneficio de todo el pueblo. Es así como Germani habla acerca de la
existencia de unos patrones sociales que están puestos en la comunidad, por
ejemplo los centros dominantes y los grupos hegemónicos que fueron forjando
unas normas y unos valores que constituían una tradición e identidad nacional,
de la cual no estaban presentes en los marginados.
2
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 13
6
dominación no solo cultural sino también política y económica de parte de los
sectores elitistas sobre el sector étnico, puesto que estos en la mayoría de la
casos no se les brindan un tipo de participación y desde el plano de la lengua
también difieren en términos comunicativos.
3
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 14
4
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 15
7
La yuxtaposición entre áreas arcaicas y áreas modernas establecen una
manera de percibir la marginalidad. Entre más cerca se esté de la centralidad
puedo acceder al poder, lugar donde se toman las decisiones y da paso a la
participación. Las áreas ubicadas en la periferia están completamente aisladas
y por ende, se generan la no participación social. La distinción entre ciudad y
campo se representa no sólo en términos de distancia sino también en el orden
mundial, Germani ejemplifica lo anterior diciendo que en la connotación
universal y en términos sociales los países subdesarrollados encaran el modelo
de marginal, mientras que los países desarrollados son aquellos que poseen el
poder.
El nivel explicativo
5
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 22
8
una incapacidad de absorción general, es decir, en un orden socioeconómico
no se tiene las posibilidades para pertenecer al círculo de poder y por lo tanto,
su voz no cuenta porque carece de prestigio social.
El papel causal de los factores político-sociales puede quizás encararse desde tres
perspectivas principales. La primera es de carácter general y se refiere al hecho de
la interrelación e interdependencia entre orden político y orden económico. […]
Estas variables políticas se hallan obviamente relacionadas con una de las
categorías de causas incluidas al comienzo de esta sección, a saber, las causas
de tipo cultural. Es necesario no olvidar uno de los factores de marginalización que
ha tenido y tiene expresión universal: la limitación de la participación política.6
6
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 25
7
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 27
9
En este caso hablar de cultura desde el binóculo de la marginalidad implica
atender a las pequeñas minorías que pertenecen a los grupos étnicos que
cohabitan en una determinada región. Por ejemplo, en los países de América
Latina aún se conservan ciertos resguardos indígenas que son soslayados y no
tenidos en cuenta al momento de la toma de decisiones sociales. Si bien se
han buscado mecanismos que logren la integración, no han sido factibles
debido a la distancia desde el plano territorial, y a esto se le agrega un valor
adicional y es el tema dialectal, no cuentan con una participación efectiva
porque están emancipados por la voz dominante de los grandes círculos. Por lo
tanto, la marginalidad se concibe desde el ámbito cultural como una
superposición
Definición
Después de llevar a cabo toda una lista de enumeraciones que van dando
cuenta de los antecedentes y la problemática del concepto, Germani propone
8
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 29
10
dos ideas claves en las que mencionará en qué consiste el significado del
término marginalidad desde su construcción crítica:
9
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 35
11
plano de la exterioridad, eso significa que está por fuera de una centralidad y
por ende no tiene una forma fija de participación.
10
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 37
12
de vida existente en un grupo determinado. Por su parte, ante la inadaptación
menciona que:
Moreno dice que la inadaptación social parte de una situación conflictiva que
se da entre el individuo y el entorno. Dicha coyuntura puede darse a partir de
diversas razones; por ejemplo desde una mirada académica donde el hombre
no tiene los conocimientos suficientes para proponer cambios a nivel social,
mientras que por parte hay personas que pertenecen a círculos de
investigación que hacen uso de sus saberes para gobernar. Esta inadaptación
hace que se dé el fenómeno de la marginación.
13
pertenecientes a la esfera social que abala dichas expresiones y quienes por el
contrario son aisladas debido a prácticas culturales diferentes.
Es marginal con respecto a un grupo todo el que de una u otra manera, por
algún motivo y en un área más o menos concreta, se encuentra situado al
margen de la normalidad de ese grupo (Valverde,1988). Esta última definición
tiene en cuenta una serie de observaciones. En primer lugar, la marginación
exige la referencia a un grupo concreto cuyas características e incidencia social
son esenciales para la definición de las personas marginadas. En segundo
lugar, ese grupo de referencia al que se comparan los demás es el agrupo
13
Moreno , P. (2001). El concepto de marginación social. Ediciones Aljibe. Pág. 5
14
normativo, en tercer lugar, este grupo se convierte en normativo en función de
una determinada estructura de poder.14
14
Moreno , P. (2001). El concepto de marginación social. Ediciones Aljibe. Págs. 14 - 15
15
aportes al esclarecer el concepto. Por eso, para ir hilvanando las
características propias de la noción es imprescindible adherir a la exposición de
Delfino las propuestas también señaladas por autores como José Nun y Miguel
Murmis quienes dan unas características particulares de la marginalidad. De
esta manera, se pueden establecer relaciones y proponer una teoría propia,
dado a que, en ambas investigaciones subyacen dos ideas que concentrarán
gran parte de la solidez teórica de Defino: una tomada desde una teoría de la
modernización y otra desde la teoría económica. Sin embargo, antes de
presentar tales apreciaciones será necesario dar a conocer cuáles son las
implicaciones que se fundamentan para entender la noción marginal desde
este tratado sociológico.
15
Defino, A. (2012). La noción de marginalidad en la teoría social latinoamericana: surgimiento y
actualidad. Universidad Nacional de Rosario, Pág. 18
16
la década del 50, y al tipo de vivienda existente en esos asentamientos. Lo
periférico o marginal se definía en relación con un centro urbano y era respecto
a las condiciones habitacionales medias existentes en ese centro como se
juzgaban las carencias.16
16
Defino, A. (2012). La noción de marginalidad en la teoría social latinoamericana: surgimiento y actualidad.
Universidad Nacional de Rosario, Pág. 18
17
esta teoría se presenta como el anexo al planteamiento de una propuesta
analítica de la marginalidad. Porque si por un lado aparece todo lo relacionado
con la separación geográfica e ideológica que propiciaba la modernidad; el
aspecto económico también defendía quién hacia parte de ese poder que se
concentra en las grandes esferas, y sobre todo, quienes se mantenían al
margen. El espacio y el dinero al unirse dieron como origen en Latinoamérica a
la marginalidad. Más exactamente, la separación del poder y la carencia de
dinero formaron un híbrido que llamaron sujeto marginal.
17
Defino, A. (2012). La noción de marginalidad en la teoría social latinoamericana: surgimiento y
actualidad. Universidad Nacional de Rosario, Pág. 22
18
vida. Ideas que giran en torno a la desigualdad y desbalance social que se
evidencian en la adquisición de bienes que representan el poder económico. La
pobreza que ya no es únicamente del área limítrofe o de la periferia, sino que,
ha ido instalándose también en la urbe y con la que convivimos diariamente. Ya
es una nueva noción marginal aquel sujeto que estando en el centro es
ignorado. Se desdibuja esa idea de separación físico-- espacial de distancia
para convertirse más en una distancia interna del hombre que pese a que esté
expuesto ante todo la sociedad de poder es invisible porque ya no importa el
nivel de inferioridad espacial, sino que tomó fuerza el poder económico-
político.
18
Defino, A. (2012). La noción de marginalidad en la teoría social latinoamericana: surgimiento y
actualidad. Universidad Nacional de Rosario, Pág. 32
19
1.2. La fealdad
Umberto Eco siendo uno de los teóricos prolíficos en los estudios culturales,
artísticos y filosóficos se instaura como una voz fuerte y audible en todo lo que
concierne a los estudios literarios. En el año 2005 escribe un estudio sobre el
concepto de belleza. Dos años más tarde se dedica a rastrear
historiográficamente el concepto opuesto: la fealdad en un texto titulado
Historia de la fealdad. Aquí se abordará la noción de lo feo desde las
diferentes perspectivas del arte, trayendo a colación toda una oleada de
referencias culturales, económicas, filosóficas y literarias que permiten ver
representados cada uno de sus planteamientos.
20
determinada), la historia de la fealdad por lo general deberá ir a buscar los
documentos en las representaciones visuales o verbales de cosas o personas
consideradas en cierto modo <feas>.19
El autor sabe que para proponer una teoría sobre la fealdad debe apelar a
los estudios que actualmente se han erigido en torno a lo belleza. También,
expone que la fealdad –al igual que la belleza- es un concepto relativo que
varía de acuerdo al contexto cultural en el que se dé. Por ejemplo, el hombre
occidental desde su tradición clásica ha pensado en unos arquetipos que
modelan la fealdad en oposición a la belleza, y estas formas de representación
no se pueden analogar a las nociones estéticas que se aprecian en oriente. De
acuerdo con esto, el autor dice:
19
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 8
20
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 16
21
La noción de fealdad siempre fue entendida como una oposición al concepto
de belleza. Sin embargo, Eco aquí propone evidenciar cómo se puede generar
una posible autonomía de lo feo, es decir, cómo se erigen unas
caracterizaciones propias que obedecen desde una estética de la idea de
fealdad:
21
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 16
22
aterrador, desgraciado, lamentable, enojoso, indecente, deforme, disforme,
desfigurado…22
22
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 16
23
[..] pero admitía que en el fondo existía un grado de belleza propio de todas las
cosas, en la medida en que se adecuaban a la idea correspondiente; de ahí
que pudieran considerarse bellas una muchacha, una yegua, una olla, aunque
estas cosas podían ser feas respecto a la anterior.23
23
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 30
24
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 34
24
La mitología clásica es un catálogo de crueldades inenarrables: Saturno devora
a sus hijos, Medea mata a los suyos para vengarse del marido infiel; Tántalo
cuece a si hijo Pélope y se lo ofrece en un banquete a los dioses para probar
su perspicacia; Agamenón no duda en sacrificar a su hija Ifigenia para aplacar
la ira de los dioses, Atreo ofrece a carne de sus hijos a su hermano Tiestes:
Egisto mata a Agamenón para quitarle su esposa, Clitemnestra, a la que luego
matará su hijo Orestes; Edipo, aunque sin saberlo, comete parricidio e
incesto… Es un mundo dominado por el mal, donde seres sumamente bellos
cometen acciones <feamente> atroces.
Los aportes de la sociedad griega son el primer encuentro que tiene el autor
para designar la noción de fealdad en la historia. Por ello, cada una de estas
premisas serán referentes en la consolidación de una idea mucho más
robustecida y que será retomada más adelante.
25
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 43
25
comunión; dejándolo sólo y desprotegido. Aquí es donde comienza a verse el
hombre afectado y la divinidad es aparta. Cuando Dios es alejado del hombre
se va consigo la belleza y deja ver los rasgos feos representados por el castigo:
26
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 45
26
bastante genérica los sufrimientos de los pecadores (llanto y crujir de dientes,
fuego eterno), pero nunca se ofrecerá una imagen viva y evidente.27
27
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 73
28
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 82
27
1.2.4. Monstruos y portentos
29
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 107
28
Después, con el fin del periodo del oscurantismo, el hombre puede
desprenderse del pudor que no le permitía la libertad, y en ese mismo sentido
comienza a provocar actos cómicos a través del juego con el cuerpo. En este
caso un cuerpo desnudo, los genitales o el mismo excremento servían de
motivos para expresar a la sociedad lo feo del hombre, lo que provoca pena y
asco.
30
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 131
31
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 140
29
1.2.6. La fealdad de la mujer entre la Antigüedad y el barroco
Entre la Edad Media y la época barroca, prospera el tema del vituperio contra la
mujer, cuya fealdad manifiesta la maldad interior y el nefasto poder de
seducción. Ya en la literatura clásica, Horacio, Catulo y Marcial nos
proporcionaban desagradables relatos femeninos, y ferozmente mosógina era
la Sátira sexta de Juvenal.32
32
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 159
30
1.2.7. El diablo en el mundo moderno
Si en el Dr. Fausto de Mrlowe (1604) Mefistófeles era todavía feo y si, todavía en el
siglo XVIII, en el Diablo enamorado de Cazotte, aparece bajo la forma de un
camello, en el Fausto de Goethe se muestra como un señor correctamente vestido.
Es cierto que se aproxima a Fausto encarnado en un perro negro que luego
comienza una transformación inquietante, adoptando la forma de un hipopótamo
con mirada ardiente y terribles colmillos, pero finalmente se manifiesta vestido de
clérigo errante, de intelectual honesto.34
33
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 179
34
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 182
31
1.2.8. Brujería, satanismo, sadismo.
35
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 203
36
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 2016
32
Después de haber transcurrido la edad media, el hombre dejó de confiar
exclusivamente en la religión y la superstición, logrando así apoyarse en la
ciencia y el intelecto como medios explicativos de lo que ocurría en el mundo.
Durante la revolución de la ciencia, un escritor llamado Gaspar Schott escribe
una obra titulada Physica curiosa en la que mezcla la fantasía con los alcances
científicos. Esta obra es una enciclopedia en la que se describen monstruos
que son creados a partir de un mundo natural y uno fantástico. Allí aparecen
figuras como siameses, centauros, arpías, sátiros, entre otras.
Desde la Edad Media, se había discutido acerca de la diferencia entre dos tipos de
monstruosidad que, prescindiendo de muchas variantes terminológicas, podemos
caracterizar como portentos y monstruos. Los portentos eran acontecimientos
prodigiosos y sorprendentes pero naturales (como el nacimiento de niños
hermafroditas o con dos cabezas). […] En la antigüedad y en la Edad Media los
monstruos auténticos eran, en cambio, individuos de raza no humana, nacidos por
lo general de padre iguales a ellos y permitidos o queridos por Dios como signos
de su lenguaje alegórico.37
37
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 241
38
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 242
33
En este capítulo acerca de la redención romántica de lo feo, Eco inicia
hablando sobre una reflexión a la que lleva cuando trata de abordar
nuevamente lo feo desde un punto de vista estético. Para ello, introduce una
nueva categoría de análisis tomada de Lessing: lo sublime. Para este autor lo
sublime impone un cambio radical a la forma de considerar lo feo, lo
desagradable e incluso lo horrendo.
1.2.11. Lo siniestro
39
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 272
40
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 311
34
cuando escribe una obra titulada Unheimliche41, diciendo allí que, este
concepto existía desde hacía algún tiempo en la cultura alemana. Tanto así
que, Shelling habría dicho que lo siniestro es aquello que debía permanecerse
oculto y que no salía a la luz.
Este tipo de fealdad de la que nos habla el autor como una que logra causar
un efecto en el lector, es la materia prima que hoy los teóricos latinoamericanos
están buscando cuando intentan explicar la categorización que existe en la
literatura fantástica. No dista mucho los análisis que Eco hace de Freud a toda
una teoría sobre lo fantástico que esboza Todorov y otros autores, los cuales –
al igual que lo dice Eco- aseguran que la taxonomía de lo fantástico en la
literatura y más en la literatura latinoamericana del siglo XX, obedece a un
asunto estructural que construye una atmósfera en la que los personajes
operan bajo una suspensión al orden natural. Todo aquello que causa asombro
y tiene una receptividad en la lectura del texto.
41
Es una obra del psicoanalista Sigmund Freud en la que fundamenta su idea de lo siniestro.
42
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 311
35
autores, un desorden en la consolidación de un nuevo orden en la edificación
de los territorios. Las fábricas y la ciudad fueron adquiriendo nuevas maneras
de presentación en términos arquitectónicos, se levantan edificios y se
construyen vías de transito comercial para el mejoramiento de las
negociaciones entre unos pueblos y otros.
[…] lo feo de hoy es signo de grandes transformaciones futuras. Esto significa que
lo que mañana será apreciado como gran arte podría parecer hoy desagradable, y
que el gusta va por detrás de la aparición de lo nuevo. (Eco, 2007, pág. 365)
Esta idea que acaba de exponer el autor puede ser valorada en cualquier
época. Sin embargo, parece que es especialmente adecuada para describir las
obras que se gestaron en los movimientos llamados vanguardia, en las
primeras décadas del siglo XX. En la introducción pudimos hablar sobre una
taxonomía de la fealdad, que según Eco puede ser: fealdad en sí misma,
fealdad formas o fealdad artística. Para este periodo, los artistas tomaban sus
43
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 333
36
obras de arte y lograban deformarlas a tal punto de querer mostrar un trabajo
feo en sí mismo o feo desde el plano de la forma. La receptividad sorprendía y
por ello, se le debe el gran triunfo y es que la sociedad observó este tipo de
obras como una fealdad artística, el público no buscaba representaciones
bellas, sino que deseaban interpretar la realidad a través de descomposiciones.
44
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 391
37
La palabra kitchs se remonta a la segunda mitad del siglo XX, cuando los turistas
americanos en Múnich querían comprar un cuadro barato y pedían un esbozo
(sketch), De ahí procedía el término para indicar vulgar pacotilla para compradores
deseosos de experiencias estéticas fáciles. […] el kitchs fue el arte conmemorativo
(que pretendía ser popular) de las dictaduras estaliniana, hitleriana o mussoliana,
que calificaban de <degenerado> el arte contemporáneo.45
Lo camp es una forma de sensibilidad que, más que transformar lo frívolo en serio
(como podría haber ocurrido con la canonización del jazz, nacido como música de
prostíbulo), transforma lo serio en frívolo. […] Lo camp no se mide por la belleza de
algo sino por su grado de artificio y de estilización, y más que como estilo se define
como capacidad de mirar el estilo de otro.46
La fealdad depende de las épocas y de las culturas, lo que era inaceptable ayer
puede convertirse en lo aceptado mañana, y lo que se considera feo puede
contribuir, en un contexto adecuado, a la belleza del conjunto.47
45
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 394
46
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 408
47
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 421
38
Lo feo hoy presupone una pregunta ¿El recurso a lo feo es, por tanto, un
medio para denunciar la presencia del Mal? Por supuesto que sí, pero no en el
sentido en el que lo analizamos en la edad media, sino en que el mal produce
horror y terror y en la actualidad está siendo usada como una estrategia
comercial para vender. Por ejemplo, la fealdad en nuestros días atrae a un
público que ansía con curiosidad sorprenderse de ver algo desproporcionado o
mal formado. Esta visión fue moldeada en el siglo XX y se erigió en el siglo
XXI, porque el impacto de la fealdad en otros momentos históricos provenía
con un carácter mucho más sagrado y más sensible que en nuestros días. No
quiero decir con esto que, exista una fascinación por despertar una sensibilidad
hacia lo que causa terror, sino que se ha convertido en un mecanismo para
representar el decaimiento del mundo.
48
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 423
39
ha caducado. La fealdad no es más que una belleza camuflada o la belleza
siempre ha sido lo feo bien ordenado.
40
CAPÍTULO 2 – ANÁLISIS LITERARIO DE TRES CUENTOS DE ROBERTO
ARLT
41
reconocimiento no sólo desde el punto de vista de su vida, sino también en una
caracterización que se ve impregnada en toda su literatura: Roberto Artl como
un autor de la marginalidad. Este texto fue publicado en la revista Islas y en él
se exponen varias ideas, entre ellas ver al escritor argentino como la
representación de la palabra marginal en la edificación de una literatura que
denuncia socialmente a todo el que usa el poder para marginal (separar) a una
parte de su todo.
49
Se le considera al trabajo periodístico elaborado por Roberto Arlt cuando trabaja para el diario El
Mundo. Allí se concentra gran parte de su riqueza literaria en la que solo necesitaba de la observación de
lo que estaba pasando en la ciudad para dar cuenta de la realidad misma de la Argentina la época.
Cuenta su hija Mirta Arlt que su padre era un hombre de la calle, y no desde la significación despectiva,
por el contrario, era un hombre que le gustaba hacer parte del pueblo, en conclusión, era un hombre que
vivía como observador.
50
Castro, N., & González Bolaños, A. (2000). Centenario de Roberto Arlt, narrador de la marginalidad.
Revista ISLAS, Pág. 5
42
expone, da luces para comprender que la noción sociológica no es de hecho
una simple conclusión de lectura al haber leído la obra de Arlt, sino que ya
desde los estudios críticos latinoamericanos han señalado la presencia del
concepto en la literatura argentina y en especial en la de Roberto. Dejando así,
algunas pistas para comprender que la vida del autor parece que termina
siendo refractada al momento de la construcción literaria de sus crónicas,
cuentos y novelas.
51
Goloboff, M. (2002). Roberto Arlt: la máquina literaria. Revista de Literaturas Modernas, Pág. 107
43
tarde, se retomará para buscar el verdadero valor literario que al parecer dicho
desde los estudiosos de la década de los treinta carecía el autor. Goloboff
afirma que la literatura de Arlt se suscribía a una literatura que cuestionaba a la
sociedad, siendo un irreverente se define como un autor apurado, ansioso y
sobre todo, un autor que busca todo el tiempo en decirnos algo, hacer una
denuncia sobre una coyuntura social.
Proponer toda una teoría de la disonancia es una apuesta propia del nuevo
estilo que llama Rose Corral a la obra del escritor argentino. A lo largo de este
texto se logra evidenciar cómo la autora hace un rastreo minucioso de los
comentarios críticos y aportes literarios en cuanto a la estilización y uso
figurado discursivo que configuran a Roberto Arlt. Para realizar este
seguimiento evoca las voces de varios comentaristas literarios en los que
descarga las visiones más indecorosas de la producción literaria de Arlt; para
así, lograr condensar una apuesta crítica propia en la que revindica la labor del
52
Corral, R. (2010). Roberto Arlt: una poética de la disonancia. Revista Signos literarios, Pág. 110
44
autor de Los siete locos como un adelantado a la apuesta literaria de la novela
moderna en Argentina, ofreciendo de esta manera, una mirada menos sesgada
a lo que ella llama un nuevo estilo.
Parece ser que Arlt tenía una necesidad impulsiva por entrelazar la literatura
con la cotidianidad social, la historia con el periodismo, y combinar nuevas
formas para que se dejen a un lado todos los esquematismos que se venían
erigiendo en los quehaceres literarios. Corral sugiere que el paso que ofrece la
distorsión de la obra arltiana permite el juego con una nueva posibilidad de
invención ficticia y literaria. Aspectos que no sólo se ven en su vida como
hombre real, sino también, como lo expresan cada uno de los personajes, sino
fíjese usted en Erdosain en Los siete locos.
Una vez más se puede encontrar cómo el estilo del autor ha de provenir
sustancialmente de su vida como sujeto irreverente en la sociedad. Adjunto un
análisis que si bien propende en atisbar un calificativo más a la producción de
Roberto Arlt como disonante, también se le atañe a la ratificación crítica y
analítica de un autor que, escribiendo sobre cuestiones marginales, fue así
mismo un marginal en su época.
45
2.2. El jorobadito
46
estando en un café, cerca de él a unas dos cuartas se hallaba sentado el
jorobadito con los pies descubiertos y con unas mangas de camisa, le llamaba
tanto la atención que se quedó observándolo fijamente.
En este punto del relato, aparece una segunda disertación del narrador,
ubicando el centro de la historia, en el amor que tiene por su novia. Después
del dialogo que tuvo con Rigoletto le suscita una duda que lo ha acompañado
desde siempre, pues no cree que su novia lo quiera de verdad, ni tampoco con
la mayor fuerza con que él la ama. Asimismo, cuenta cómo desde el primer día
47
en que se conocieron notó una frialdad sonriente, una mujer inexpresiva y de
clase. Frente a ella él se sentía ridículo e inferior. Nunca se atrevió a besarla
porque pensaba que lo podría tomar como ofensa y ultraje. Por otra parte, en
su cabeza habitaba el caos de pensar que esas caricias que no recibía por
parte de él podrían proveerse de otro hombre. Esto, despertó una gran
impotencia e ira hacia ella y su madre. La señora X siempre buscaba la manera
de decirle que hasta cuándo iban a esperar la fecha de la boda. El rostro del
hombre temblaba cada vez que ella profería estas palabras. Se sentía
amarrado y no sabía cómo escapar ante tal presión que estaba viviendo.
En el café, el hombre acude ante Rigoletto para señalarle el deseo que tiene
de que no solo su novia le compruebe el amor que tiene hacia él, sino que
también por primera vez en su vida reciba un tipo de afecto como este a través
de un beso de una mujer hermosa. El jorobadito se niega en principio, porque
reconoce el mal trato que recibirá. Rigoletto le menciona que también tiene
sentimientos y que no le agrada la idea. El narrador estalla en ira y le dice que
antes debe ser agradecido del favor que le está haciendo, porque aparte de
que alguien lo besará, le quedará en su memoria un grato recuerdo. El
jorobadito se obceca y le dice que no lo llame Rigoletto porque ese no es su
nombre. El narrador implora al jorobado que le ayude ante tal situación. Este
termina por aceptar recibiendo una paga de veinte pesos. Así, se ponen de
acuerdo para que al día siguiente lleven a cabo el plan. El hombre le da diez
pesos para que se corte el cabello y se corte las uñas, debe presentarse como
todo un caballero.
A las nueve de la noche del día siguiente sale el hombre con Rigoletto hacia
la casa de la señora X. El jorobadito se había ido perfumado y bien vestido. En
48
las calles de la ciudad no se observaba ningún alma viviente. El narrador afirma
estar triste por tener que acudir ante tales actos para recibir la aceptación de
una mujer. Además, sabía que este ultraje la separaría para siempre de ella. Al
llegar a casa, el jorobado se arregla el moño de la corbata y entran. En la sala
aparece la señorita Elsa muy sonriente; sin embargo, cuando avanza se
detiene al fijar su mirada en el acompañante de su novio. El narrador no
espera ni un segundo más, pues le menciona a Elsa que duda mucho del amor
que le tiene y la única forma de créele es a través de una prueba. Él menciona
que si supera esta prueba de amor se convertirá en su eterno esclavo. Acto
seguido, señala a Rigoletto y le dice que le demuestre su amor dándole un
beso a ese jorobado. Elsa solamente le pide que se retire.
49
Demos inicio ante el tema de la corporalidad. Las descripciones que hace el
narrador del jorobadito parecen ser similares a las de un animal, su joroba
como señal de desproporción representa el concepto estético de la fealdad
elaborada por Eco. De esta manera, observemos cuáles son los adjetivos
exactos que se usan para referirse a Rigoletto:
53
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Págs 25 -26
50
Paralelamente, el narrador lo llama sapo como símbolo del deprecio. Aquí
se nota el hombre (narrador) desde una mirada altiva, propia de la clase
dominante. El rechazo que siente hacia el jorobadito se aprecia en el primer
encuentro que tienen. La condición física del personaje y la manera en que el
narrador lo observa es una representación de las diferentes clases sociales a
las que pertenecen. Dos sujetos que comparten la misma mesa, pero que
corresponden a dos esferas sociales diferentes.
-No sé por qué se me ocurre que usted es de la estofa con que se fabrican
excelentes cornudos.
51
una prueba de su amor hacia mí… y esa prueba consistirá en que lo bese a
usted. ¿Está conforme?55
-¿Del betún?
55
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Pág. 33
52
Indudablemente, era aquél el pillete más divertido que había encontrado en mi
vida.
-Levanto quinielas entre mis favorecedores, señor. No dudo que usted será mi
cliente. Pida informes...56
-¡Yo he venido a cumplir una alta misión filantrópica! Y es necesario que Elsa
me dé un beso para que yo le perdone a la humanidad mi corcova. A cuenta
del beso, sírvanme un té con coñac. ¡Es una vergüenza cómo ustedes atienden
a las visitas! ¡No tuerza la nariz, señora, que para eso me he perfumado! ¡Y
tráigame el té!
¡Ah, inefable Rigoletto! Dicen que estoy loco, pero jamás un cuerdo se ha reído
con tus insolencias como yo, que no estaba en mis cabales.57
El discurso de Rigoletto evidencia la inconformidad que tiene con el mundo
por su condición física, tal vez representando esa misma inconformidad de la
que muchos se cuestionan al nacer en una determinada escala social. 58 La
metáfora que construye Arlt es que sólo existe una manera de perdonarle al
mundo la condición física, social, económica y política en la que hemos nacido,
56
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Pág. 27
57
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Pág. 38
58
El discurso que encarna Rigoletto, el jorobado de Arlt, hace remembrar el discurso proferido por
Tersites en el canto II de La Ilíada de Homero. Allí, este se menciona que tiene un aspecto feo; puesto
que es cojo, hombros curvados, casi no tiene pelo y patizambo. Es un personaje ridículo dentro del
poema. Sin embargo, no le importa su condición y asimismo, manifiesta lo que piensa sobre la guerra de
Troya.
53
esta se da a través de la aceptación social. La otredad debería asumir que
cada hombre es diferente, y por lo tanto, no debe darse el fenómeno de
asilamiento separación, al que nosotros llamamos marginalidad. La furia que
desencadena Rigoletto es la voz de los marginados, de los hombres y mujeres
que han vivido las violencias internas de su país, las injusticias de las que son
víctimas todos los días, y de las que nadie se toma el tiempo de denunciar.
El sentir de Arlt evoca mucho la obra del poeta español Pedro Calderón de
la Barca titulada El gran teatro del mundo, donde aleatoriamente cada hombre,
cada mujer expone lo que se siente y se vive desde la posición social en la que
se encuentra ubicado. La crítica del escritor español va en función de la
incomprensibilidad que existe al nacer sin decisión alguna en una determinada
escala social, el hombre que es puesto en el mundo, arrojado al vacío, donde
no tiene elección y debe pasar el resto de su vida bajo las condiciones
naturales y sociales le fueron dadas.
54
representación de Bajtín sobre el dialogismo interno que vive el narrador de la
novela polifónica en Dostoievski59.
59
Bajtín elabora un trabajo donde analiza la novela polifónica. Se vale de la obra de Dostoievski para
representar la pluralidad de voces que cohabitan en el texto literario. Adicionalmente, cómo operan en la
margen del discurso.
60
Ruíz Barrionuevo, C. (1988). Doble y parodia en "El Jorobadito" de Roberto Arlt. Source:
Hispanoamérica, Pag. 4
55
2.3. Extraordinaria historia de dos tuertos
56
y dejarlo sobre un vaso de agua. Días después, el tuerto se dirige por las calles
donde se encuentra el Mont Parnasse donde ve a Monsieur Lambet. Tal
encuentro ocasiona reacciones inesperadas. Monsieur Lambet dice ver en el
tuerto a su hijo muerto y le pidió que se fuera a vivir a su casa. Apenas el tuerto
acepta con algo de desconfianza, aunque con el pasar del tiempo termina
viendo todo con normalidad. Pasado el tiempo, Lambet le propone un trabajo
como vendedor de ojos de vidrio que le ofreció Tricot, donde recibiría un buen
sueldo y podría costearse sus propios gastos.
A la mañana siguiente, el tuerto nota todo con cierta normalidad. Sale del
hotel y se dirige a su trabajo. No había montado bien su auto de segunda
cuando se topa con un viejo amigo de la infancia. Aquí se introduce al
personaje Hortensio Lafre, después de abrazarse fervientemente y entablar un
diálogo inmediato. En primer lugar, se aprecian ambos que usan ojos de vidrio,
y al mismo tiempo que trabajan para una compañía que comercializa ojos de
vidrio. Algo bastante sorprendente para ambos. Cuando el tuerto le pide a
Hortensio que le cuente su historia corrobora que es la misma situación por la
que él pasó. Un viejo bondadoso les hace creer ver en ellos a su hijo muerto y
les proporciona ayudas mientras los convence para trabajar para él como
vendedores. Adicionalmente, notan que las características del hombre que
mencionan del hombre que los persuadió son las mismas, y confirmar cuando
aprecian que, Monsieur Tricot es quien les da sus ojos de vidrio al igual que
sus empleos. El tuerto lo conoce como Lambert, mientras que Hortensio como
Gervasio Turlot.
57
Finalmente, ambos tuertos van donde el comisario de Saint Denis y
después de narrar lo acontecido, toman sus ojos de vidrio y se dan cuenta que
dentro de ellos, en una franja pequeña hay una franja pequeña de tela de seda
con una letra en miniatura. En el ojo del tuerto se encuentra una información
sobre un exonerado del ejército que custodiaban. Al parecer eran una cadena
de espías, todos. Tanto Lambert, como Tricot y el dueño del hotel. En el ojo de
Hortensio había una orden para Turlot de asesinar al agente 23 culpable de
proporcionar datos falsos. El cuento termina cuando se conoce quién era
Monsieur Lambet en realidad; puesto que era un bribón perteneciente a una
cadena de espías, siendo capturado por las autoridades. El tuerto por su parte
alza su voz diciendo que ya no volverá a creer en la bondad de los protectores
desconocidos.
58
hombre. Así, extrapolando lo mencionado puede llevarse a otro escenario casi
similar como lo es el rostro de una persona tuerta. El tuerto carece de una total
visibilidad debido al vacío de uno de sus ojos. Este es el caso del protagonista
de este cuento de Arlt. Se podría aplicar la categoría estética de feo a un tuerto
porque es asimétrico y viola la normalidad del conjunto de partes que
configuran el rostro.
Dudo que tuerto alguno pueda contar otra maravillosa historia semejante a la
que nos ocurrió a mí y a Hortensio Lafre, tuerto también como yo. Y ahora
tomáos el trabajo de leerme.
-Mi querido joven: si vos usarais un ojo de vidrio os sería mucho más fácil
conseguir un puesto honorable.
63
Arlt, R. (s.f.). Ciudad Seva. Recuperado el 04 de 11 de 2017, de Ciudad Seva:
http://ciudadseva.com/texto/la-luna-roja/
59
Monsieur Lambet guardó un prudente silencio y continuó caminando en
silencio a mi lado. Luego me dijo:
64
-Vaya si lo sé -repuse yo, suspirando tristemente.
La sociedad está dividida por aquellos que tienen el poder y los que no. Por
lo general, aquellos que tienen el poder, de igual forma, tienen posibilidades de
una mejor economía y solvencia bajo el manejo de sus recursos; mientras que,
los que no tienen el poder: primero, están aislados y separados, y segundo, no
64
Arlt,
R. (s.f.). Ciudad Seva. Recuperado el 04 de 11 de 2017, de Ciudad Seva:
http://ciudadseva.com/texto/la-luna-roja/
65
Germani, G. (1972). El concepto de marginalidad. Buenos Aires: Nueva visión. Pág. 18
60
cuentan con un baluarte financiero que les permita por lo menos no pertenecer
a las minorías que carecen de todo un poco. La descripción que hace el tuerto
al inicio del cuento sobre el contexto en el que habita:
[…] La ruina sobrevenida a éste (el papá) poco tiempo después, por ser más
aficionado a los deportes cinegéticos que al cuidado de su molino y campos,
nos arrastró a todos hasta ese refugio de fracasados que es el Barrio Latino de
París.66
Allí menciona el lugar donde vive con su mamá y hermana. El barrio latino
en París es descrito como un refugio de fracasados. También, señala que su
condición se debió al descuido de su padre por el trabajo en el campo, lo cual
les trajo grandes dificultades. La ausencia de un trabajo es sinónimo de la idea
marginal, no tener con qué ser un ciudadano ordinario que pueda solventar sus
necesidades.
66
Arlt, R. (s.f.). Ciudad Seva. Recuperado el 04 de 11 de 2017, de Ciudad Seva:
http://ciudadseva.com/texto/la-luna-roja/
61
de su agrado, debido a que con el dinero que ganaba no lograba solventar
todos sus gastos. Pese a esto, la vida pareció sonreírle cuando el tuerto se
topa con Monsieur Lambet y le ofrece su ayuda para cambiar de imagen,
puesto que un sentimiento del pasado le hizo identificarlo como si fuese su hijo.
67
Arlt, R. (s.f.). Ciudad Seva. Recuperado el 04 de 11 de 2017, de Ciudad Seva: http://ciudadseva.com/texto/la-luna-
roja/
62
marginalidad se encontraría en la creciente inhabilidad del proceso de
industrialización sustitutiva para absorber la creciente fuerza de trabajo.68
68
Defino, A. (2012). La noción de marginalidad en la teoría social latinoamericana: surgimiento.
Universidad Nacional de Rosario, Pag. 23
63
-Lo mismo me ha ocurrido a mí, Hortensio. Exactamente lo mismo.69
69
Arlt, R. (s.f.). Ciudad Seva. Recuperado el 04 de 11 de 2017, de Ciudad Seva:
http://ciudadseva.com/texto/la-luna-roja/
70
Arlt, R. (s.f.). Ciudad Seva. Recuperado el 04 de 11 de 2017, de Ciudad Seva:
http://ciudadseva.com/texto/la-luna-roja/
64
del consumo. La intriga continúa cuando el narrador sigue creando en el
ambiente la incertidumbre sobre un supuesto anuncio que nadie esperaba.
Un violinista que tocaba para una banda recibe un sobre por parte de un
camarero. El sobre contenía una información que no nos es revelada. Lo que si
cita el narrador es el efecto que causó la lectura de lo que allí se contenía;
dado a que, el violinista abandona la orquesta y sale a la calle, no sin antes
entregarle dicho sobre al clarinetista. El ascensor no funcionó aquella noche.
Después de la salida del violinista, cada uno de los integrantes del grupo fue
saliendo sin mencionar una sola palabra. Todos salían pálidos como si
hubiesen recibido una noticia que los dejó estupefactos.
65
Posteriormente, aparece en la inmensidad del cielo una luna roja. Esta luna
roja impregnaba de su color a toda la ciudad. Tal como un ojo de sangre. No
había ningún sonido, como si la gente fuese sorda. Todos marchaban hacia
una dirección, adormecidos e hipnotizados por la luna. Todo esto hasta que un
hombre desafió el silencio y se paró sobre un auto e increpó a todos los
hombres y mujeres allí presentes diciéndoles que él no sabía hablar, pero que
deberían ponerse de acuerdo.
66
explicarla, nos resulta angustiosa o, según la resistencia de nuestros nervios,
terrorífica. […] Ernst Jentsch había escrito Sobe la psicología de lo siniestro,
donde lo definía como algo inusual, que provoca incertidumbre intelectual y que
no se logra comprender. […] Freud admitía con Jentsch que sin duda lo
siniestro se presenta como antítesis de todo lo que es confortable y tranquilo,
pero observaba que no todo lo inusual es siniestro…71
Nada lo anunciaba.
71
Eco, U. (2007). Historia de la fealdad. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A. Pág. 311
72
Caracteres es la denominación aristotélica de personajes.
Aristóteles. (1996). La Poética (3ª. Edición) Ciudad de México: Editores Mexicanos Unidos, S.A.
67
cuidadosamente los zócalos de puertas y ventanas, no hubiera allí abandonada
una máquina infernal. En otros puntos se divisaban las siluetas sombrías de la
policía montada, teniendo del cabestro a sus caballos y armados de carabinas
enfundadas y pistolas para disparar gases lacrimógenos.73
Desde las terrazas elevadas, al punto que desde allí parecía que se podían
tocar las estrellas con la mano, el viento desprendía franjas de músicas, blues
oblicuamente recortados por la dirección de la racha de aire. Focos de
porcelana iluminaban jardines aéreos. Confundidos entre el follaje de costosas
vegetaciones, controlados por la respetuosa y vigilante mirada de los
camareros, danzaban los desocupados elegantes de la ciudad, hombres y
mujeres jóvenes, elásticos por la práctica de los deportes e indiferentes por el
conocimiento de los placeres.74
68
Fue entonces cuando ocurrió el suceso extraño.
75
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Pág. 95
76
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Pág. 96
69
El elemento sonoro en el cuento obedece más a acciones producidas por el
roce, actos inconscientes y movimientos, aspectos que logran darle mucho más
realce de misterio y de intriga al texto.
Hasta el momento podemos pensar que, esta imagen que nos exhibe Arlt es
la de una sociedad contemporánea que está viviendo los cambios y las
transformaciones que le está imponiendo el desarrollo social y la idea de
progreso. La oscuridad latente, el silencio, el frío y el desconocimiento se
mezclan para formar kinestésicamente lo que ha de ser el hombre expuesto al
fin de un periodo e inicio de uno nuevo.
La luna roja es la metáfora del fin que está viviendo la sociedad. Desde las
nociones sobre marginalidad que hemos analizado, me atrevería a señalar que,
77
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Págs. 98 - 99
70
en este cuento se podría contraargumentar la idea de separación que existe
en las clases sociales que siempre retrató Arlt en sus cuentos. La luna roja
representando el fin es el único momento en el que no hay ningún tipo de
distinción y todos están bajo el mismo régimen. Tal vez Roberto desde su
idealismo reflexionó concienzudamente sobre la crítica que estaba siempre
latente en sus textos tanto literarios como periodísticos. Y así, llegó a la
conclusión de que sólo en la simulación de un juicio final se rompería la
categoría social de marginación. El pueblo entero estaría marchando y
desfilando al mismo paso, sin rehusarse y bajo su voluntad.
71
Comprendían esta vez que el incendio había estallado sobre todo el planeta, y
que nadie se salvaría.78
Sólo cuando las personas reconocen el significado de todo el misterio que
se entrejunta en la ciudad, comprenden el diálogo que están teniendo la guerra,
la muerte y la luna roja. La voz que al unísono se oye de los habitantes de la
ciudad es la misma voz de los personajes agonizantes y carentes de la palabra
que el autor retrata en sus textos. Son sujetos que reconocen el poder de la
destrucción.
El cuento, a partir del momento de la salida del satélite, conoce sólo dos
colores, el rojo y el negro. La extraña agitación de hombres y animales bajo la
propulsión de una amenaza no concretada hasta el final del texto, se refuerza
por el contraste entre el resplandor del rojo ígneo sobre un fondo de tinieblas y
el silencio absoluto hasta estallar finalmente en el grito <No queremos la
guerra!>. Es evidente la connotación del rojo como sangre por derramar: la
luna, los callejones, rascacielos, la ciudad y por fin toda la atmósfera adoptan
matices de rojos, bermejo y escarlata. 79
La autora aquí expresa que Roberto Arlt cuenta con la una sensibilidad
cromática que dota a sus textos de un significado que trasgrede el plano de la
literalidad. Adicionalmente, el color rojo en este cuento, al igual que el negro
configura la atmósfera y el escenario que adviene el paso de una guerra. Los
78
Arlt, R. (1981). El Jorobadito. Barcelona: Editorial Bruguera, S, A. Pág. 100
79
Gnutzmann, R. (1984). Roberto Arlt o el arte del caleidoscopio. Bilbao: Ed. Ellacuria Lab. S.A. Pág. 111
72
colores pues, son formas de representación y ayudan en la admisión de un
clima más siniestro, es decir, de una situación fea.
80
Gnutzmann, R. (1984). Roberto Arlt o el arte del caleidoscopio. Bilbao: Ed. Ellacuria Lab. S.A. Págs.
107 y 111
73
CAPÍTULO 3 – REFLEXIONES GENERALES EN TORNO AL TROPO
LITERARIO MARGINALIDAD/FEALDAD
74
recrear la imagen de la muerte también como una vida constante. El recuerdo y
la situación del personaje de Juan Preciado con el que se topa en su llegada a
Comala. Está bien reconocer que en la antigüedad hubo otros escritores que
trabajaron la idea de la muerte como tema literario. Sin embargo, el aporte de
Rulfo va más allá de un simple referente semántico. Desde la construcción
estructural puede apreciarse toda una significación mucho más válida para
efectos del relato. Así los autores latinoamericanos brindan al estudio de las
letras nuevas miradas temáticas y nuevos tropos literarios, que si bien se han
dado en la Historia de la Literatura, aquí su forma de presentación ofrece un
valor agregado que lo hace diferenciarse de otras expresiones pasadas.
Para definir el concepto de tropo, me valdré de la idea dada por María del
Carmen Díaz Bautista en su texto titulado Gramática y estilística de los tropos:
“La definición más simple que podemos dar de los tropos es la de sustitución
de una(s) palabra(s) por otra(s). Es decir allí donde cabría esperar un término
(A) aparece un término (B), pero la simplicidad de este postulado tradicional no
debe ocultarnos las dificultades que tal presuposición encierra”81. Un tropo
entonces será la equivalencia de un concepto por otro; siempre y cuando
guarden una relación semántica y permita conectarse mutuamente.
81
Días Bautista, M. D. (1990). Gramática y estética de los tropos. E.L.U.A. , Pág. 153
75
habiendo mencionado panorámicamente la vida del autor y haber pasado por
un análisis cuidadoso de tres de sus cuentos; intentaré ejemplificar algunas
reflexiones que permitan dejar puesto en la palabra escrita, la posible
constitución de un nuevo tropo literario que permite establecer la sustitución de
los términos, sin dejar de proclamar la misma significación. En este caso, las
nociones de marginalidad y fealdad dan como producto la separación del
hombre a raíz de una coyuntura socio-estética.
82
Flâneur es aquel sujeto que pasa el tiempo paseando en las calles con el objetivo de cumplir una labor
de observador.
83
Machain, É. (2002). Una mirada benjaminiana sobre Roberto Arlt. Revista La trama de la comunicación,
Pág. 2
76
largo del tiempo sobre la autoría y legado del escritor argentino Roberto Arlt y
su literatura para posteriormente adentrarnos en un análisis conceptual un
tanto filosófico de la imagen del paseante o callejero.
84
Machain, É. (2002). Una mirada benjaminiana sobre Roberto Arlt. Revista La trama de la
comunicación, Pág. 1
85
Es un texto sencillo que describe la rutina diaria de un hombre que sentado junto a la orilla de la calle
vende y arregla relojes a los ciudadanos del centro de la ciudad. Nótese aquí el tono tan cotidiano y tan
verosímil en sus textos. Lo que hace más que exponer una realidad social es poner en manifiesto la
existencia de estos hombres que sobreviven desde la bajeza de la condición socioeconómica.
77
Lo mencionado hasta el momento referencia la vida que tuvo el escritor
cuando se dedicaba a publicar textos periodísticos. Señalando de esta forma,
cómo el trabajo de reportero lo llevó a encarar la sociedad desde lo más
cotidiano y popular. Ahora bien, pasemos a una segunda reflexión en la que ya
dejaremos a un lado la vida de comunicador de Arlt para centrarlo más como
literato. Su obra no sólo posa sobre el género narrativo de cuentos y novelas,
también crea textos dramáticos, fue escritor de obras de teatro y guiones. Sus
textos colisionan al reflejar las caracterizaciones de una sociedad que está en
transición. Un cambio social y una idea de progreso que se combina con la
demarcación social entre unas clases y otras. Formando imágenes excluyentes
de un determinado grupo de personas hacia otros. En Los siete locos el
personaje Erdosain que camina por la calle mientras en milésimas de segundos
pasan por su mente miles de variaciones atendiendo a la posibilidad de
conseguir dinero porque carece de él. Uniéndose así a una corporación secreta
que busca establecer un nuevo orden en la sociedad.
En Roberto Arlt hay una latencia que no permite separar las concepciones
de exclusión con las imágenes de desproporción y desigualdad. En sus textos
se forja la realidad baja y la necesidad social de aquellos que carecen; tanto de
nivel económico, como de nivel político. Arlt como autor de la marginalidad
muestra la cara oculta de la traición que vive el pueblo latinoamericano de sus
dirigentes. Puesto que, abandonan al otro que necesita de un pronto auxilio, y
por el contrario, se valen de estos para mantener en el poder y sobre todo, para
conseguir sus propios beneficios. Reconozco que en la tradición literaria ya
78
Mijaíl Bajtín había trabajado la idea de carnaval en relación a la obra de
Rebeláis. Asuntos a mi parecer similares al tropo que menciono en este
aparatado. Allí Bajtín mostraba también lo popular y lo grotesco; muy análogo a
lo estudiado por Arlt. La diferenciación entre lo anterior y mi apuesta es que en
Roberto Arlt y su obra existe una categoría social predominante en la cultura
latinoamericana sobre la idea de marginación desde lo entendido como el
rechazo social desde la actividad espacial y la manera enfática de mostrar esta
separación a partir de un realismo que evoca aspectos denigrantes del vivir
humano.
Ante ello, el recurso literario del que se vale Arlt para señalar la
marginalidad social es la metáfora, puesto que desde este uso del lenguaje
logra darle características propias de la noción de fealdad a sus personajes y
situaciones. Por ende, es posible apreciar cómo en este binomio no hay tal
diferenciación entre marginalidad y fealdad, ya que hablar de uno de estos
conceptos significa tomar el otro para su explicación. La construcción simbólica
y estética de los personajes obedecen a las representaciones sociales que
critica de la sociedad contemporánea. Así, se instaura una clave de lectura que
puede servir para favorecer la interpretación literaria no sólo de la obra de
Roberto Arlt, sino también de los autores latinoamericanos del siglo XX.
79
CONCLUSIONES
A manera de conclusión, quisiera señalar tres puntos claves que me deja como
resultado esta investigación:
80
acrecienta el valor de su literatura, puesto que la proyecta socialmente
como una realidad por la que pasaba Argentina en el siglo XX.
Adicionalmente, este tipo de construcciones literarias continúan siendo
vigentes en las relaciones sociales que se viven aún en nuestra
contemporaneidad. El Jorobadito no es solamente Rigoletto, sino que
también son todas las personas que, dado a su naturaleza biológica-
anatómica, son hoy en día rechazados, excluidos por estereotipos de
belleza. En la sociedad existen muchos jorobaditos que esperan besar a
la mujer más bella para perdonarle a la humanidad la concorva que les
ha dotado. Asimismo, los tuertos que son engañados por sujetos del
poder. Los cuentos de Arlt personifican el mundo marginal que se aísla
cada vez más hacia la periferia, dejando en lo más lejano el centro
donde operan la toma de decisiones, la no participación política.
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forjó un autor iconoclasta que rompió con el silencio de las minorías y
representó en sus textos la necesidad que tiene el pueblo por ser
escuchado y atendido ante los sistemas políticos y económicos. Ahora
es tiempo de que su lectura no se banalice, sino que por el contrario
engendre en cada uno de sus lectores ese deseo por el bienestar social.
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REFERENCIAS
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Goloboff, M. (2002). Roberto Arlt: la máquina literaria. Revista de Literaturas
Modernas, 107 - 115.
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BIBLIOGRAFÍA
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