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ebbinghaus

1.-¿Qué ocurre en la psicología en el contexto histórico en el que vivió Ebbingaus (S. XIX)?

A) El estructuralismo y el intento de convertir a la psicología en ciencia

FECHNER: La psicología como ciencia surgió de manos de fisiólogos interesados en estudiar


con el método científico el cerebro, los nervios, los órganos de los sentidos y su repercusión en
la conducta. Un claro precedente, ya en el S. XIX, fue Fechner, interesado en la relación entre
la estimulación física de los sentidos y la sensación que esa estimulación provoca. F se planteó
cuestiones relacionadas con el umbral de estimulación –la mínima cantidad de estímulo-
necesaria para “activar” los sentidos en seres humanos, con otras palabras, intentó responder
a preguntas como esta: ¿cuánto debe brillar un objeto para que lo veamos? ¿qué intensidad
tiene que tener un ruido para ser oído, o una caricia para ser sentida?, intentando asociar a sus
investigaciones procesos experimentales y matemáticos de medida.

En la misma línea que Fechner trabajaron otros psicólogos que formaron parte de la gran
primera corriente de la psicología científica que se denominó el estructuralismo (movimiento
del que, el representante más significativo es Wundt)

El nombre estructuralismo procede de su pretensión de estudiar la estructura de la mente


humana, a partir de los elementos básicos que la componen y que se articulan y ensamblan,
intentando además cuantificar éstos. La tarea del psicólogo es, en cierto modo, parecida a la
del químico: si este último debe estudiar los elementos últimos que componen la realidad y
cómo se combinan y recombinan, el psicólogo estudiará los elementos básicos de la mente, sus
relaciones y combinaciones. Las mediciones objetivas de los tiempos de reacción frente a
asociaciones de palabras, la percepción (más o menos intensa) de las tonalidades de color o la
luminosidad, la duración de los estímulos y el modo en que se percibían (calidad, claridad o,
para las sensaciones la dimensión agradable-desagradable) formaban también parte de los
datos que interesan a estos primeros psicólogos.

Una de las grandes limitaciones de este enfoque, es que, si bien permite el estudio de procesos
mentales sencillos, como la percepción o la sensación, no da cabida al estudio de procesos
mentales más complejos (memoria, aprendizaje, inteligencia etc.)

Precisamente un importante mérito de Ebbingaus consistió en dar un paso más y adentrarse


en el estudio científico (cuantificado) de un proceso complejo como la memoria.

B) La aportación de Ebbingaus (memoria y olvido)

Con su pionera investigación sobre la memoria, la figura de Ebbinghaus marca el comienzo del
estudio experimental de los procesos mentales superiores, que hasta entonces se habían
considerado demasiado complejos, subjetivos y fugaces como para ser objeto de examen en el
marco del laboratorio.

Emprender un estudio de naturaleza experimental sobre la memoria en 1879 no era sencillo,


considerando que no existía ningún precedente parecido.
Los nuevos materiales que ideó Ebbinghaus para llevar a cabo su investigación fueron las
conocidas como “sílabas sin sentido”, esto es, unas sílabas carentes de todo significado que
obtenía intercalando un sonido vocálico entre dos consonánticos. De este modo construyó
unas 2300 sílabas (como gam, nol, dük o buf) que luego mezclaba al azar para formar las series
de longitud variable que iban a servirle de referencia para cada prueba.

Aunque también realizó algunas experiencias con material significativo, es decir, con palabras,
y comparó los resultados entre ambas experiencias (memorización de sílabas sin sentido y
memorización de palabras), la mayor parte de sus investigaciones las realiza con material no
significativo -sílabas-.

Al comparar los tiempos de memorización de materiales con y sin sentido, pudo determinar
con exactitud la ventaja de los primeros sobre los segundos: mientras que para la reproducción
sin errores de 6 estrofas de un poema de lord Byron, de unas 80 sílabas de extensión, solo
necesitó 8 repeticiones o lecturas, para memorizar una cantidad equivalente de sílabas sin
sentido habría necesitado entre 70 y 80 repeticiones. Sin duda el lenguaje significativo
empleado en el poema, así como su ritmo y su rima eran factores que favorecían y facilitaban
la memorización.

Trabajar con material carente de significado (sílabas) tenía para Ebbinghaus ventajas
considerables. Por lo pronto, permitía neutralizar la influencia de otro modo incontrolable de
numerosos factores, como el interés, la belleza o las múltiples asociaciones que puede
despertar en el sujeto el material significativo interfiriendo en el proceso rememorativo en
cuanto tal. Por último, el material sin sentido podía ser sometido a variaciones cuantitativas
precisas (por ejemplo, memorizar series compuestas por 3 letras, u otras cuyas unidades
mínimas tenían 5 letras) sin sufrir los efectos perturbadores que aparecían irremediablemente
cuando se alteraba el sentido del material significativo al acortarlo artificialmente, bien
empezándola a medias o interrumpiéndolo antes de finalizar la palabra original.

En definitiva, lo que Ebbinghaus pretendía era a llevar a cabo con la memoria algo parecido a
lo que había hecho Fechner con la sensación; esto es, someterla a una medición exacta en
aplicación del llamado “método de la ciencia natural”, del que se manifestó como un defensor
acérrimo. Buscando dar a sus resultados la mayor objetividad y precisión posibles, impuso
además a sus experimentos condiciones extremadamente rigurosas que se esforzó por cumplir
escrupulosamente. Así, por ejemplo, las series de sílabas sin sentido debían leerse a una
velocidad constante (medida por un metrónomo o un reloj) y hacerlo siempre en su totalidad,
nunca por partes; entre el aprendizaje de una serie y el de la siguiente debía dejarse una pausa
de 15 segundos; las pruebas debían realizarse en distintos momentos del día; etc., etc. De este
modo aspiraba a neutralizar la influencia no deseada de factores ajenos a los problemas
estudiados.

Uno de estos problemas era el de la relación entre la cantidad de material a memorizar y la


rapidez de la memorización, y para su resolución ideó el llamado “método del aprendizaje”.
Consistía este en registrar el tiempo y número de lecturas requeridos para memorizar listas de
sílabas sin sentido de distinta longitud hasta lograr reproducirlas una vez sin titubeos ni
errores. Como era de esperar, cuanto mayor era la longitud de las listas, mayor tiempo y
esfuerzo exigía su memorización.
Ebbinghaus orientó su estudio de manera particular a la relación existente entre el recuerdo y
el paso del tiempo. Su más conocida aportación es la llamada curva del olvido (o curva de
Ebbingaus), donde estableció una relación cuantitativa entre el paso del tiempo y el porcentaje
de contenidos que se olvidan, a partir de un momento inicial donde se había producido un
aprendizaje eficiente de listas de sílabas (es decir, se habían hecho tantas lecturas como fuera
necesario para que el sujeto reproduzca esas listas sin cometer error alguno).

Esta es la curva del olvido que estableció Ebbinghaus a raíz de sus experimentos:

Ebbinghaus comprobó que la pérdida de información es mayor en las primeras horas y mucho
menos en las horas y días posteriores.

Fíjate que la pérdida de información es muy grande en la primera hora (pasados veinte
minutos, se recuerdan solo el 58,2 % de las listas memorizadas, y pasada una hora, solo el
44,2%), si bien la caída de la curva del olvido se va suavizando, sobre todo a partir de las 9
horas, y luego el olvido es más progresivo, sobreviene en intervalos mayores de tiempo.

Ebbinghaus también estudió la curva del olvido de contenido con sentido. La curva es similar,
pero la “caída” es mucho menor. Extrajo dos conclusiones: necesitaba de muchas menos
repeticiones para la memorización, como decíamos antes (10 frente a 1), y el recuerdo de lo
aprendido duraba más en el tiempo

Otras conclusiones a que llegó Ebbingaus en sus estudios experimentales de la memoria son
que:
1.-Cuanto más larga es la lista de elementos, mayor es el número de repeticiones que se
necesitan para recordarla.

2.- Cuantas más repeticiones se realizan, más tiempo permanece la lista en la memoria.

3.-Es más fácil recordar la lista de palabras si las repeticiones son espaciadas en el tiempo.

Fíjate que la gran aportación de Ebbingaus no son tanto las conclusiones de su estudio (que
pueden parecerte de sentido común) como el hecho que pudiera demostrarlas de manera
científica y cuantificable, dando un paso muy importante en el empeño de hacer de la
psicología una ciencia.

La curiosidad de E. fue más allá del estudio del olvido, y también estudió de manera
cuantitativa el tema de la rememoración, es decir, una vez que he retenido y olvidado un
conjunto de series de sílabas, si las volvemos a memorizar ¿Cuánto tiempo nos ahorramos, por
el hecho de haberlas ya memorizado previamente? Para no extendernos en exceso, no
entraremos en el pormenor de estos estudios.

2.-El olvido en el contexto de los datos que nos ofrece la psicología hoy

La psicología actual, nos ofrece datos complementarios a las conclusiones de Ebbingaus en


relación al tema del olvido. Hablar del olvido es también hacerlo de la consolidación de un
recuerdo memorizado -que es su opuesto-, es decir, la mayor consolidación de un recuerdo
implica que el olvido tarda más en producirse.

La siguiente representación gráfica, elaborada en 1990 por Salisbury, pone en relación el


olvido con la serie de repasos que hacemos para retener la información. Un gráfico muy a
tener en cuenta para cuando estudias para los exámenes:

Otros autores como Cull (1996) han demostrado que los repasos se pueden espaciar cada vez
más en el tiempo sin perder su eficacia (por ejemplo, si se hace el primer repaso un día
después del estudios, el segundo puede hacerse tres días después y el tercero 5, sin perder
eficacia).

¿Cómo podemos mejorar la memorización? (lo que nos dicen las investigaciones recientes)

A) Según investigaciones realizadas en 2005, el aprendizaje multisensorial, donde


hacemos intervenir el mayor número de sentidos posibles para retener los datos, es
más efectivo. Por otra parte, la memoria se mejora si creamos un entorno libre de
interferencias, donde la concentración sea fácil. Finalmente, el aprendizaje
significativo -que relaciona lo nuevo con la ya aprendido- es también un elemento que
potencia la memoria.
B) Ballarini (2015) ha descubierto que los aprendizajes que se producen durante una hora
antes o después de haber vivido un hecho novedoso o motivador, se recuerdan mejor
que el resto de los contenidos.

Si estás interesado en consultar técnicas de estudio elaboradas teniendo en cuenta


diferentes investigaciones sobre el aprendizaje y la memoria, puedes consultar este
enlace:

https://lecturaagil.com/que-es-la-curva-del-olvido/

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