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caritu lo ¥ IGUAL PROTECCION DE LOS DERECHOS Aunque relacionada y complementaria de la isonomia en la ley, esta especie de igualdad es distinta de aquella, pues se refiere a la interpretacion y aplicaci6n, uniforme o sin diferencias arbitrarias, por los érganos estatales y los particula- res del ordenamuento juridico vigente en casos o situaciones concretas, espe- cialmente cuando son semejantes, mas todavia en el extremo de ser idénticas, Tritase de una novedad de la Carta Politica en vigor, atin no suficientemente desarrollada por la doctrina, menos todavia en la jurisprudencia Nos parece necesario distinguir dos aspectos en esta materia. Uno es el mas simple y se refiere a que tal igualdad es de indole tutelar, defensiva o protec- tora del ejercicio legitimo de los derechos fundamentales cuando se hallan amenazados 0 han sido ya conculcados. Como tal, ella configura el nticleo de las garantias constitucionales y se erige en elemento capital de la certe- 72 0 seguridad juridica. Aqui se visualiza el rol preventivo que, cada dia mis, deben cumplir el Derecho y los drganos encargados de Mevarlo a la préctica, Sin embargo, visualizamos un segundo aspecto, focalizado en que la tutela de la dignidad y de los derechos esenciales asume, ademas, un rol de fomento, estimulo 0 promocién del ejercicio legitimo de aquel valor y de los atributos que fluyen de él. En este segundo sentido, la igualdad protectora se nivela con la isonomfa de promocién, una y otra basadas en textos explicitos del Codigo Politico. Obviamente, el sentido del numeral que examinaremos, sobre todo del inci- so inicial, se cumple mejor en una cultura de reconocimiento generalizado del significado del garantismo, disponiéndose todos los involucrados a servir cuanto emana de la normativa suprema. Esa actitud civicamente madura se torna decisiva para infundir eficacia a disposiciones que, de lo contratio, pue- den permanecer en el nivel de las declamaciones. Gabe destacar que la proteccién que asegura la Constitucién se exige de la ley, pero actaramos que con esta remisién genérica el Poder Constituyente ha decidido abarcar a todos los érganos piiblicos instituidos, como asimismo, a los particulares, sin excepcién, siempre que sean sujetos de los derechos y obligaciones que exijan amparo legal. Al fin y al cabo, la Carta Politica es vinculante, por igual, para gobernantes y gobernados, siendo menester desta- car que, entre estos tiltimos, resulta improcedente estipular la desaplicacién 182 Derecho CoxsniTUcionAl chILENO Tomo IL / Jose Lois Cea Bawa de los principios y disposiciones constitucionales porque son irrenunciables. Derecho publico y orden puiblico se hallan comprometidos en estipulaciones que, como las aludidas, son nulas, y sin valor alguno. Por ultimo, el derecho mencionado debe ser coordinado con las disposiciones constitucionales siguientes: articulo 1 inciso 1° y 5° inciso 2°, articulo 19 N° 26 y articulo 45 inciso 1°. LaextensiGn del numeral 3° del articulo 19 del Codigo Politico, unida a la complejidad de los con- ceptos contemplados en él, justifica su andlisis en diversas secciones. Seccién Primera Justificacién y amplitud del principio 79. Historia fidedigna. Sobre la finalidad de la expresién del inciso 1° del N° 3 del articulo 19, se afirmé en la Comision de Estudio de la Nueva Constitucién que ella busca lograr la eficacia real en el goce de los derechos esenciales. En punto a la extensién del principio, qued6 absorbido en él todo derecho asegurado en el Cédigo Politico, siendo obligacién de los Srganos estatales en general, y no sélo de los jueces, esmerarse porque llegue a ser eficaz el ejercicio de tales derechos cuando son amenazados o han sido transgredidos, quien sea el ofensor: El seftor Silva Bascuridn (...) Cree que lo que se pretende otorgar al precepto es un sentido que no solo se refiera a la tramitacién ante los tribunales, sino a toda la vivencia del ejercicio de los derechos consagrados en la Carta Fundamental, Seiiala que dlesea precisar que de ninguna manera ha pretendido que se entregue al Poder Judicial la resolucion de todos los conflictos, pues estima que s6lo el ordenamiento juridico debe tener tal previsién, que procure proporcionar siempre un nstrumento juridico para resolver esos conflictos (..). El sefior Bvans (...) agrega que, respecto det inciso 19, el sefior Guzman ha propuesto la sustitucion de dicho precepto, refiriéndolo a la Administracién de Justicia yal igual acceso a ella, con lo cual cree que la norma se restringe, porque, como lo acaba de recordar el sefior Silva Bascurian, el hom- bre no sélo ejercita los derechos frente alos tribunales sino, también, frente a diversos organismos del Estado, paraestatales, semi estatales, o atin frente a otros entes que funcionan en la comunidad. Considera, por lo anterior, que es mds rica la expresi6n “... proteccién en el ejercicio de sus dere- cchos “, pues se ampara, a través del texto constitucional, el ejercicio de todos los derechos que el ‘ordenamiento juridico concede a las personas o grupos, ya sea ante la Administracién de Justicia, fa Contraloria General de la Republica, el Servicio del Seguro Social o ante quien deba conocer 0 resolver una situaci6n en que esté involucrado un problema de vigencia de derechos, razén por la cual prefiere la redaccién propuesta por el sefior Silva Bascunin™ El sefior Guzman (...) seftala, en primer lugar, respecto del encabezamiento del precepto en es- tudio y del contenido sustancial que tiene o que desea que tenga, debe precisar cuales el sentido que él le atribuye a la expresion “igualdad ante la administraci6n de justiciay el libre acceso a ella’ Cree que, en verdad, la igualdad de los ciudadanos frente a la ley ya ha quedado consagrada por el precepto que se estudi6 en la sesién anterior, titulado genéricamente “igualdad ante la ley", y que ahora se trata de declarar la igualdad de los ciudadanos frente ala aplicacién de la ley. Estima que dicha aplicacién puede ser de naturaleza jurisdiccional -y a ese aspecto apuntaba su expresin de “Administracién de Justicia” pero no sOlo referida a la jurisdiccién que ¢jercen los tribunales que integran el Poder Judicial, sino también a la jurisdiccién que ejercen entidades de la 198 Actas Oficiales de la Comisién de Estudio, sesién 100, pp. 15-16. Segunda Parte: DIGNIDAD Y DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCION, ‘Administracién Publica u otra, pues, en definitiva, no debe olvidarse que la funcién judicial del pais, la funcién jurisdiccional, esta preferentemente encargada a los tribunales de justicia, pero no en forma exclusiva a ellos, ya que el Ejecutivo ejerce la funcién jurisdiccional en diversos casos, como, por ejemplo, cuando se instruye un sumario, de modo que su expresi6n estaba referida a algo mas amplio, es decir, a cualquier forma de aplicaci6n de la ley por la via jurisdiccional ™. (El sefior Guzmén)... al decir la ley no se refiere s6lo al cuerpo 0 Ja norma juridica que, en el orden jerarquico de las normas de Derecho, recibe el nombre de ley comin, sino que se refiere a la ley en el sentido general y amplio de la expresiOn, como todo el ordenamiento juridico que rige a la "Nacién entera. Porque no sélo pueden los derechos ser consagrados por la Constituci6n y las leyes; también pueden ser consagrados por un decreto o por las distintas normas emanadas de la potes- tad reglamentaria del Jefe de Estado. De manera que se trata de que si cualquier derecho de este ‘género es violado, puede recurrirse en su defensa a los tribunales de justicia™®. 80. Eficacia del ordenamiento juridico. El inciso 1° del numeral 3° asegura a todas las personas “La igual proteccién de la ley en el ejercicio de sus derechos”. He aqu{ otra novedad, y sin duda positiva, de la Constituci6n en vigor. Cabe agregar que esta dis- posicién se conjuga con elarticulo 20, sobre el recurso de proteccién. Bfectivamente, nos hallamos ante el precepto que reiine o condensa el sentido cautelar, garantista o tutelar del sistema juridico, de modo que las proclamaciones 0 declaraciones de derechos no queden en los libros sino, por e} contrario, que lleguen a ser realidad por su goce efectivo**: que el deber ser del paradlignta Cons titucional se convierta en ser del Derecho irradiado por él Esta eficacia, sin embargo, tiene que ser igual, o sea, otorgada u obtenida sin diferencias arbitrarias centre los titulares de los atributos piiblicos subjetivos. Para que tal isonomfa se cumpla agregamos que los Srganos estatales se hallan en la obligacién de obrar sin espiritu de favor ni de perjuicio, cualquiera sea el sujeto titular del derecho subjetivo afectado o en peligro de serio. El cambio sus- tancial de criterio, entonces, més todavia si no se halla razonadamente demostrado, se torna por principio insostenible. La disposicidn versa, como hemos dicho, sobre la igualdad ante la ley. Fsto significa que la Consti- tucién asegura a todas las personas la igualdad en la interpretacion y aplicacion del ordenamiento juridico, pues no basta que se dectaren los derechos si se carece de las vias, idéneas y expeditas, para reclamar su cumplimiento y, a través de ellas, lograr resultados semejantes en casos cuyos hechos son parecidos 0 incluso, por excepcién muy rara idénticas. A diferencia de la igualdad en la ley, esta nueva especie de isonomia se refiere a la igualdad mas que nada procesal y, por ende, muy cercana a la judicatura, pero no exclusiva de ésta. Cuando se la restringe al amparo judicial, entonces merece llamdrsela derecho a la tutela judicial efectiva o, mas clisica ¢ inexactamente, derecho a la accion. Para aplicar la norma de una manera igual es necesario que haya, previamente, comprensién 0 en- tendimiento de las normas correspondientes y, sobre esa base, la igual interpretacién del sentido y alcance del ordenamiento juridico. Y cuando se cumplen uno y otro requisito, entonces se obtiene el valor de la certeza legitima o seguridad juridica La igual aplicacién de la ley se relaciona también con la igual defensa o proteccién de los derechos, ya que una de las formas de aplicar las leyes es protegiendo y amparando esos atributos esenciales. 189 Id. sesién 100", p. 25. 200 Id. sesidn 101%, p.21 201 Luigi Ferrajoli: Garantismo. Una discusién sobre Derecho y Democracia (Madrid, Ed. Trotta, 2006), pp. 17 ss 153 154 Derecuo Constr cionat cumteno Tomo IL J José Luts Cea Boava Pero no olvidemos que esta norma exige del legislador que siempre contemple acciones y recur- sos jurisdiccionales, eficaces y efectivos, para que sea realidad el conjunto de derechos y deberes asegurados en la Carta Fundamental. En otras palabras, la igual proteccién de la ley en el disfrute de los derechos no es un asunto que se resuelva tinicamente con reglas formales de acceso a los <érganos piiblicos, porque presupone, ademas, que la gente, en especial la de modestos recursos 0 de los grupos infraprotegidos, disponga, en la realidad, de medios adecuados para lograr que sus derechos sean legalmente cautelados. Ambos elementos tienen que concurrir para que alcance vigencia lo postulado en el Codigo Politico. Debe hacerse hincapié en que el derecho comentado excede, ampliamente, su ejercicio ante la Magistratura, No es, por ende, sindnimo de igualdad sdlo ante la justicia en la implementacién del ordenamiento juridico, Esta aplicacién, muy acotada o restringida, aparece asegurada, espe- Gialmente, en los incisos 4° y 5° del numeral 3 en estudio. Sin embargo, a tal isonomia de frente a la judicatura, le son también aplicables los dems principios contemplados en dicho numeral. Lo relevante esté, por consiguiente, en que no puede ser citcunscrita tal normativa a su comprensién, interpretaci6n y aplicacion nada mas que por los tribunales, sean ordinarios o especiales, como ocurria en la Constitucién de 1925. Es la proteccién y promocién de los derechos esenciales, don- de estén amenazados o sean vulnerados, cualquiera sea el sujeto infractor, la que debe siempre entenderse procedente como tutela del ordenamiento juridico. 81. Jurisprudencia. Incertamos a contnuaciGn un fallo denso en ideas afines a las comentadas. Nos referimos al requerimiento de inaplicabilidad, deducido por Arco Arquitectura y Construcci6n Limitada respecto del inciso 1° del articulo 171 del Cédigo Sanitario, en la causa Rol N° 3.240-2008, seguida en el Tercer Juzgado Civil de Valparaiso™™, G) Que, como ha quedadlo dicho ya en la parte expositiva y en considerandos anteriores, la resolucion de la presente accién de inaplicabilidad exige examinar si las expresiones “Para dar curso a ellos se exigird que el infractor acomparie el comprobante de haber pagado la muita", contenidas en el articulo 171 del Cédigo Sanitario, que establecen una exigencia para admitir a tramitacién un reclamo en contra de una sancién aplicada por la Secretaria Regional Ministerial de Valparaiso, resultan contrarias a la Carta Fundamental, en caso de aplicarse en los autos sobre reclamaciGn de ‘multa en juicio sumario, caratulados “ARCO ARQUITECTURA Y CONSTRUCCION LIMITADA CON SECRETARIA REGIONAL MINISTERIAL DE SALUD DE VALPARAISO”, Rol 3.240-2008, de los que conoce el Tercer Juzgado Civil de Valparaiso. G) Que, en lo que respecta al derecho aplicable, esta Magistratura ha declarado ya en miltiples sen- tencias que la Constituci6n si incluye el derecho de acceso a la justicia entre las garantias de igual protecciGn de la ley en el ejercicio de los derechos, consagradas en el numeral 3° de su articulo 19. Desde luego, porque es uno de los mecanismos que deben contemplar las reglas procesales para garantizar un justo y racional procedimiento; porque constituye una condicién necesaria de ‘otras garantias explicitas, como lo son el derecho a la defensa o al juez natural, y porque ella es tun supuesto de la proteccién de la ley en el ejercicio de los derechos que se consagra en el inciso primero de la norma en comento. (Asi, por ejemplo, en sentencias de fechas 7 de marzo de 1994, Rol N° 184; 1° de febrero de 1995, Rol N° 205; 28 de octubre de 2003, Rol N° 389; 17 de junio de 2003, Rol N° 376; 8 de agosto de 2006, Rol N° 478; 4 de junio de 2006, Rol N° 481; 30 de agosto 202 Sentencia Rol N° 1.253, pronunciada por el Tribunal Constitucional el 27 de enero de 2009, (Considerandos 13°, 14°, 22°, 24 y 25°), Segunda Parte: DIGNIDAD Y DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCION de 2006, Rol N° 536; 17 de noviembre de 2006, Rol N° 546; 3 de enero de 2008, Rol N° 792; 1° de julio de 2008, Rol N° 946; 22 de julio de 2008, Rol N° 1.046; 28 de agosto de 2008, Rol N° 1,061). No se repetitn aqui los razonamientos que han fundado tal conclusién, la que ya parece evidente: cl derecho de acceso a la justicia forma parte de la igual proteccién de la ley en el ejercicio de los derechos, consagrada por la Constitucién, G) Que, en consecuencia, no puede aceptarse que, en la especie, el particular modo en que, supuesta- mente, se ha procurado el fin de balancear el derecho de acceso a la justicia con otros derechos 0 fines constitucionalmente licitos, como puede ser el de evitar la litigacién infundada o puramente dilatoria, resulte idéneo y proporcional y, por ende, justificado. Ia barrera de acceso a la justicia, consistente en la obligacién de consignar para reclamar, agrega poco, como se ha razonado, ala ef cacia y oportunidad en el cumplimiento de la sanci6n. Ese marginal de eficacia lo logra al incentivar cl pago voluntario y evitar otros modos compulsivos de cumplimiento. Sin embargo, ese margen ‘que agrega a la eficacia y oportunidad es a costa de limitar severamente el acceso a la justicia, el que constituye una garantia constitucional esencial para el ejercicio de los derechos. G) Que la conclusién necesaria de lo razonado en los considerandos precedentes es que, de aplicarse en el juicio individualizado en el considerando primero las expresiones legales impugnadas en cate caso. “Dera dar curso a ellos se axigind que ol infractor acompatie ol comprohante de haher ‘pagado la multa”, constituye una barrera injustificada y carente de razonabilidad al derecho de ‘acceso a la justicia, que forma parte de la garantia de la igual proteccidn de la ley en el ejercicio de los derechos y del derecho a defensa en un procedimiento racional y justo, que consagea la Carta Fundamental en el numeral 3° de su articulo 19, y asi se declarara, Seccién Segunda Derecho a defensa juridica 82. Historia fidedigna. interesante y til es recordar el debate sobre la naturaleza y amplitud de la intervencién del letrado. Al respecto, el sefor Silva Bascufn afirmé (.-) quela intervenci6n del letrado que se quiere consagrar es toda la asistencia juridica en la viven- cia de la ley: no s6lo en relacién al proceso, sino en relacién a todas las consultas, a toda la labor propia del abogado, a la actividad administrativa™. O) Prosigue el sefior Evans diciendo que en el inciso segundo empled la expresion defensa y aseso- ramiento y el sefior Silva Bascufin propone las palabras asesoramiento y asistencia. Agrega que tiene la impresion de que el concepto defensa es mas amplio y que permitira o puede permitir una intervencién mas eficaz del letrado, porque asistir y asesorar son términos sinénimos segiin el diccionario. En cambio, el concepto defensa implica una labor activa del abogado, que requiere compenetrarse de los antecedentes; entrevistarse y estar en contacto con su defendido y hacer valer los derecho de éste. I senor Diez acota que el concepto de defensa requicre asumic la represcntacién del defendido. Por eso le agrada esta expresién ya que lo importante es que el defendido pueda ser representado por el abogado™. 29514, sesién 107 p.26. 204 Id, sesion 103%, p.4 155 156 Darien Consrivcionat cHILsNo ToMo I / Jose Luis Cea cana Por otra parte, sobre la expresién debida intervencién que se emplea en la Constitucién, quedé constancia de su sentido y alcance en el acta oficial respectiva, A tal consenso se lleg6 después del debate siguiente: El sefior Ovalle (...) esta de acuerdo en que la redacci6n de este precepto, como la de otros exclu- sivamente reglamentarios, adolece, por el affin de quitarle reglamentariedad, de vicios y defectos que perturban su claridad. Y por eso la redaccién de este inciso puede llamar la atencién, Porque bien podria entenderse que la referencia ala autoridad comprende al legislador. No es su opinion, pero podria entenderse asi, pues no esta dicho que el legislador tiene la facultad de regular los derechos del abogado. Pero, en su concepto, es el esfuerzo que se hace por adaptar estas disposiciones tan especificas a la normatividad constitucional y al lenguaje que las caracteriza, en el afin de reducir la redaccién, Gree que, de todas maneras, se subentiende que la expresiGn debida implica que el legislador sera quien regulara la participacién del abogado en el proceso. El sefior Silva Bascuridn deja constancia de que es el autor de la indicacién para agregar la palabra debida en este inciso y que la entiende en el sentido indicado por el sefior Ovalle y que nunca le ha cabido duda de ninguna especie. El sefior Ortiizar (Presidente) seftala que si le parece a la Comisién, el sentido del precepto del inciso 2° del N° 3 seria el seftalado por la mayoria de los miembros de la Comisién, ya que el senor Silva Bascufn, en minoria, sefal6 que la expresion autoridad comprendia al legislador. El sefior Silva Bascuridn explica que su posicidn es que el primer capitulo debe referirse a todos Jos érganos de la Constitucién, como principio inspirador, pero que en ningén instante ha afirma- do que en este inciso la palabra autoridad esté referida al legistador. Su exposicién anterior estaba dlirigida a evitar que se mencionara a cada momento al legislador en este capitulo. El sefior Ortiizar (Presidente) sefiala que queda por resolver si es necesario 0 no en estas condi- ciones hacer referencia a la ley. El seftor Diez piensa que no. Pero que quede muy claro, en el establecimiento fidedigno de la ley, que la debida intervencin Ja fijard el legislador *. 83. Proteccién y defensa juridica. El inciso 2° del numeral 3 sefiala que: ‘Toda persona tiene derecho a defensa juridica en la forma que la ley sefiale y ninguna autoridad o individuo podré impedir, restringir 0 perturbar la debida intervencién del letrado si hubiere sido requerida, Tratindose de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Publica, este derecho se regira, en lo concerniente a lo administrativo y disciplinario, por las normas perti- nentes de sus respectivs estatutos. Debemos analizar, por separado, las diversas materias reunidas en el inciso transcrito, A. _Imperio del derecho y proscripcién de vias de hecho. Un rasgo caracteristico de la sociedad civilizada es que en ella rige el Derecho para la soluci6n de los conflictos. Consecuentemente, el recurso a la accién directa, sea 0 no con fuerza, menos con violencia, esti erradicado en las comu- nidades que han logrado institucionalizar los drganos encargados de dictar, interpretar y aplicar, con rigor ¢ imparcialidad, los principios y preceptos del sistema juridico. 205 Id. sesién 112%, pp. 9-10, Segunda Parte: DIGMIDAD ¥ DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCION En esa perspectiva se comprende bien la trascendencia que encierra la igual proteccién de la ley en la defensa de los derechos, cualquiera sea el titular de ellos, incluidas las personas juridicas y los entes morales. La autotutela y la composicién privada quedan, por ende, eliminadas. La norma en examen se refiere, como hemos dicho, a la defensa juridica. Esta es mas amplia que la defensa judicial. En efecto, aquella se actualiza no s6lo ante el Poder Judicial, sino que de frente a cualquier Organo que ejerza jurisdiccién, sea o no un magistrado, y, también, de cara a autoridades piiblicas carentes de potestad jurisdiccional, Mas todavia: para invocar y obtener el reconocimiento del derecho a defensa cn estudio no es menester que ello se haga dentro de un proceso cefido alos trdmites, plazos, pruebas, recursos, requisitos y otros elementos caracteristicos del procedi- miento que ha de seguirse ante ellos. Queremos manifestar, en otras palabras, nuestra conviccién en el sentido que el constitucionalismo exige infundir maxima amplitud y eficacia a este derecho fundamental, haciendo aplicable en el derecho administrativo, en especial el de indole sanciona- dora, cuanto el proceso justo y con procedimiento racional, reclamen que sea respetado con la cualidad de garantia suprema para precaver toda arbitrariedad, preventivamente 0 ex post ®* sa defensa juridica se reconoce, pero en la forma que sefale la ley. Se remite la disposicién cons- titucional, por ende, a las normas que establezca el legislador, trazando una reserva legal fuerte pero que, en definitiva, tiene que respetar la esencia del derecho. ‘ales normas se encuentran en €l Cédigo de Procedimiento Civil y en el Cédigo Procesal Penal, especialmente La mejor protecridin dle los derechos humanos, sin embargo, esti en la eficacia del sistema. o sea, eel acceso a una justicia répida y efectiva, lo que pone de relieve la importancia del derecho pro- cesal, pues un derecho sin accion deja de ser tal y no itega siquiera a ser programético. Pero lo escrito no puede llevar a pensar que se contemplen multiples acciones y recursos, ya que entonces puede promoverse el abuso, facilitar la lentitud o la obstruccién e inducir la ineficacia que, que por supuesto, equivale a denegacién de la justicia impetrada. EI exceso de garantismo puede, entonces, derivar en inseguridad jurfdica. Es por eso que el derecho en comentario no se reconoce de manera absoluta, sino en la forma y en los términos que la ley sefiale. Atendido el objeto tutelar del derecho, sin embargo, para servir de real o verdadera garantia en el ejercicio legitimo de los demas derechos, o para prevenir o sancionar los excesos, el legislador debe estar siempre atento y dispuesto a introducir las reformas que infundan cualidad practica al acceso a la justicia, a la defensa ame ella, ala investigacién acuciosa e imparcial de los hechos y ala ejecuci6n expedita de las resoluciones judiciales. A tales efectos y atin més, la legislatura y el Ministerio Pa- blico cuentan con la facultad de imperio. La defensa juridica cabe en los cuatro dmbitos expuestos, que son las fases de investigacién y de desempeiio de la jurisdiccién, como también en un quinto sentido, cual es la jurisdiccién protec- tora que se ejerce con cardcter cautelar o preventivo, para evitar lesiones a los derechos humanos. Lo dispuesto en el articulo 19 N° 3 inciso 1° debe ser coordinado, por ende, con el articulo 20, el articulo 76, el articulo 77 inciso 1°, y el articulo 83 de la Constitucién. B. Secreto de las investigaciones. Prosigue el precepto en examen manifestando que “ninguna autoridad o individuo podra impedir, restringir 0 perturbar la debida intervencién del letrado si hubiere sido requerida.” El derecho a la defensa juridica no puede ser impedido, esto es, estorbado ni, menos todavia, de- jado de antemano sin posibilidad de ser ejercido, surtiendo el efecto que sc espera de tal actitud 206 Vase Celso Antonio Bandera de Mello: Curso de Derecho Administrativo (México Df, Ei. Porn, 2006), pp. 713 59, 9 Juan Carlos Cassagne: “La Justicia Administrativa en Iberoamérica’, en Juan Carlos Rerrada Borquez (coordinador): La Justicia Administrativa (Santiago, Ed. Lexis Nexis, 2005), pp. 19s 157 158 Denscro Constirycionat cHiteNo Tomo IL / Jose Luis Cea EcAns de facto. Tampoco cabe que searestringido, o sea, reducido a limites menores de los habituales © corrientes y que sean suficientes para que produzca el desenlace que de él se espera. En fin, este derecho no puede ser perturbado, es decir, obstruido 0 dificultado, diferido u obstaculizado, molestando 0 incomodando asf a su titular, haciéndole mds aleatorio u oneroso el ejercicio de la accién 0 recurso pertinente. Util es advertir que la triple prohibicién explicada se refiere a todo 6rgano estatal, aunque no ejerza jurisdicci6n, y a cualquier persona o grupo particular, sea 0 no una entidad juridica, y no sélo al primero. Correlativamente, titulares del derecho explicado son quienes sufran las conductas des critas, debiendo ser reconocida también aqui la amplitud expuesta a propésito de tal prohibicién. CC. Una exigencia superada. La disposicion trata de la debida intervencién del letrado 0 abogado. Bsta norma fue introducida por la Comisién de Estudio, como se ha visto, a proposicién de don Enrique Evans de la Cuadra para darle rango constitucional a la etapa del sumario en el antiguo proceso penal, la cual era secreta. Con el objeto de proteger la confidencialidad del sumario, en efecto, se acordé reconocer en la Constitucién algunos limites a la defensa juridica. Era fuerte de- cir, sin embargo, secreto del sumario en la propia Carta Fundamental, peor todavia si se recuerdan, las caracteristicas deplorables que tenia el proceso penal en Chile. Hubo consenso, entonces, en, emplear el eufemismo “debida intervencién del letrado”. El secreto del sumario tiene, por ende, apoyo en esta norma constitucional. Se encuentra todavia regulado en los articulos 78, 80 y 104 del Codigo de Procedimiento Penal, aunque hoy ha de ser encuadrado en los principios de transpa- rencia y publicidad previstus en el articulo 8 inciso 2° de la Consutucion y en el articulo 1 inciso 1° del Cédigo Procesal Penal. En ese nuevo Cédigo Procesal, por el contrario, no se alude al sumario, entre otras razones, por ser incompatible con la estructura, métodos y objetivos de la reforma en el rubro. Sin embargo, los articulos 19, 135, 136 y, en especial, el articulo 182 de ese Cadigo mantienen el secreto de las investigaciones y, por consiguiente, la idea que se tuvo presente en la Comisién de Estudio ha perdido por entero su sentido. Dice el articulo 78 del antiguo Cédigo, aun por excepcidn parcialmente en vigor", que el suma- rio es secreto. Esto significa que ninguno de los abogados, sea el letrado del querellante o el del querellado, estan facultados para conocer lo que los fiscales del Ministerio Pablico estan decidien- do, ni las diligencias que han ditigido, las evidencias que han ya recogido o las resoluciones que proyectan dictar y la manera de levarlas a la prictica. Esta disposicién, unida a la del articulo 80, corrige al antiguo articulo 104 de ese mismo Codigo, criticado porque los tratados internacionales establecen que el periodo de instruccién debe ser publico, salvo las excepciones que la ley sefiale expresamente y cuya duracién sea muy limitada en el tiempo. Ala situaci6n hoy vigente en nuestra legislacién hemos llegado al cabo de una trayectoria dificil y prolongada. Asi es, porque a raiz de la discusién constitucional recordada, la ley N° 19.047, 0 segunda de las conociclas como Leyes Cumplido, y una serie de cuerpos legales que las siguieron, dispusieron las reformas siguientes: A. Sihabian transcurrido més de cuarenta dias desde que se inicié el sumario, el procesado tiene derecho a que se pusieraen su conocimiento todo lo obrado en el proceso. Sin embargo, tal soli tud era susceptible de ser denegada por el juez, mediante resolucién fundadas y B. Si habjan transcurrido ciento veinte dias y el juez no cerraba atin el sumario, entonces el pro- cesadlo tenia siempre derecho al conocimiento del mismo, sin que el juez pudiera negarselo. 207 Con sujecién a la octava disposici6n transitoria de la Constitucién y al articulo 483 del Codigo. Segunda Parte: DIGNIDAD Y DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCION la situacién descrita ha cambiado, afortunada y sustancialmente, con el nuevo Cédigo Procesal Penal, contenido en la ley N° 19.696 de 2000 y sus reformas. En sintesis, se advierte asi mas ade- cuacin a las reglas, universalmente aceptadas, de lo que es y debe ser un proceso penal debido o justo. Hoy, en efecto, por virtud de la ley citada, segan un calendario de aplicacién progresiva, se ha suprimido el sumario. En la actualidad, la investigacién de los hechos constitutivos del delito yee ejercicio de la accién penal piblica son competencia, entre otras materias, del Ministerio Pa- blico y no de los jueces que integran el Poder Judicial. Chile goza hoy, por ende, de los beneficios del proceso penal acusatorio y publico, en lugat del antiguo, anacronico, secreto y muchas veces injusto, llamado proceso inquisitive y secreto™. Volviendo a la norma constitucional, leemos en ella que la intervencién del letrado debe ser respe- tada, pero si hubiere sido requerida, No dice la disposicién quién debe pedir dicha intervencién, de lo que se deduce que la Constitucién deja abierta la posibilidad que cualquier sujeto cap: pueda defendera un tercero, oal imputado, abriendo asi, como es razonable entender, la accién popular o pblica en defensa, especialmente, de la dignidad y de los derechos humanos. Entender la disposicibn en términos distintos, culminantes en que la intervencién del letrado debe ser res- petada nada mds que sila requiere el querellante o el inculpado, llevaria a la condicionalidad de tun derecho que no puede quedar en tal precariedad, Se violaria con esa hermenéutica, ademés, el derecho a la seguridad juridica, consagrado en el articulo 19 N° 26 de la Constitucién. D. Justicia militar, Finaliza el inciso 2° con una disposici6n algo ajena a su contenido y que puede entenderse incluida, en la aplicacién razonable del principio general de isonomia en y ante la ley. Bfectivamente, dice aquella oracion que, “Tratandose de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y de Seguridad Publica, este derecho se regird, en lo concerniente a lo administrativo y disciplinario, por las normas pertinentes de sus respectivos estatutos.” ‘Tal norma es nueva, pues no existia en Constituciones chilenas anteriores, Establece una desigual- dad, por lo que se ha planteado duda con respecto a si configura una discriminaci6n, o sea, una diferencia injusta, la cual puede ser, sin embargo, un privilegio o un perjuicio. En nuestra opinion, tritase de una disposicién que, en un andlisis finalista, ¢s susceptible de reputarse justa. Ello por varias razones, entre las cuales sefialamos las dos siguientes: a. Se refiere a los estatutos propios de las cinco instituciones uniformadas, tres de ellas depen- dientes del Ministerio de Defensa Nacional, y las dos restantes dependientes del Ministerio del Interior y Seguridad publica, debiendo entenderse que esos estatutos, aunque hoy puedan hallarse atin contenidos en reglamentos, son normas de jerarquia legal. Siendo y entendién- dose asi, entonces se cumple el principio de reserva legal previsto en la primera frase de este mismo inciso 2°. De lo contrario, estariamos ante una infraccién de tal principio que rige en Ja materia, pues cuanto se refiere al proceso y al procedimiento, incluida la defensa, es y tiene que entenderse que constituye una materia de reserva legal; y b. La naturaleza propia, peculiar o diferente que tienen las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile e Investigaciones exige, para regirlas en lo administrativo y disciplinario, normas espe- ales, La caracteristica expuesta justifica que a esas Instituciones no se les puedan aplicar, sin adecuaciones y salvedades, las normas del Codigo de Procedimiento Civil o Procesal Penal. Ast se desprende del articulo 101 inciso final de la Constituci6n””. 288 Guillermo Piedrabuena Richard: Introduccién a la Reforma Procesal Penal (Santiago, Ed. allos del Mes, 2000), pp. 1005s, 28 Coincide con esta argumentacién Alejandro Silva Bascudn: XI Tratado de Derecho Constitucional (Santiago, Ed, Juridica de Chile, 2006), pp. 150-151 159 160 Deazcno Consriructovat chitsno Tomo IL / José Luvs Gea Boas En la medida que tales Instituciones se vayan integrando més a la Sociedad Civil, sin embargo, ‘menores serdn las diferencias en esta materia o ervotras andloga, evolucidn que ha de recoger 1 legislador. En todo caso, imperativo resulta interpretar restrictivamente el sentido del pre- cepto examinado y siempre con respeto de la reserva legal, como ha sido destacado. 84. Defensoria Penal Pablica. Es un servicio piblico descentralizado funcionalmente y des- concentrado en el aspecto territorial, dotado de personalidad juridica y patrimonio propios. Se halla sometido a la supervigilancia del Presidente de la Repblica a través del Ministerio del Jus- ticia®, Correctamente se ha planteado, sin embargo, que la instituciGn fortaleceria la autonomia que requiere para servir sus funciones si gozara de un régimen juridico semejante al de! Ministerio Publica, a Defensoria tiene por finalidad proporcionar defensa penal a los imputados 0 acusados por un crimen, simple delito o falta que sea de competencia de un juzgado de garantia o de un tribunal de juicio oral en lo penal y de las respectivas Cortes, en su caso, y que carezcan de abogado®" Son beneficiarios de la defensa penal piblica, por consiguiente, todos los imputados 0 acusados que carezcan de letrado y que lo requieran. Tal defensa es siempre gratuita, salvo que el servicio cobre, total 0 parcialmente, la que haya prestado a beneficiarios que disponen de recursos para financiarlos por si mismos 2". El Defensor Piblico es el jefe superior del Servicio. Su nombramiento y remocién lo decide el Presidente de la Republica, puesto que se trata de un tuncionario que es de su connanza exclu- siva®, La Defensoria esta organizada en una Defensoria Nacional y en Defensorias Regionales ?¥. Ademés, existen las Defensorias Locales, esto es, las unidades operativas en las que se desempefian los Defensores Locales de cada Regién?"*. La ley contempla la existencia de hasta ochenta Defensores Locales en el pais". Un vistazo a las estadisticas oficiales de este servicio permite resumirlas en los términos siguientes: 33.318 de j6venes menores de 18 aftos fueron atendidos durante el 2009 por la Defensoria Penal Publica cifta que representa el 10,3% del total de 323.826 personas que recibieron tal servicio. Por otra parte, 665.330 denuncias de delitos ingresaron a la Defensoria Penal Publica en 2009. El delito de lesiones es el mas recurrente en las causas atendidas, seguido por el hurto, A mayor abunda- miento, 6.562 imputados tuvieron asistencia de la Defensoria, habiendo enfrentado juicios orales en 2009, Del total de sentencias dictadas en procesos en los cuales intervino la defensorfa, un 76,9 fueron condenatorias y 20,6% absolutorias 85. Defensa de las victimas. Largamente se ha debatido si el articulo 83 inciso 1° de la Constitu- cin es suficiente para imponer al Ministerio Publico la obligacion de proteger a las victimas de los 210 Articulo 1 de la Ley N° 19.718, publicada en el Diario Oficial el 10 de marzo de 2001. Constitese la Resolucién N° 396 exenta, dictada por el Defensor Nacional, publicada en el Diario Oficial el 17 de abril de 2003, que Aprueba Entndares Basicos para el Bjercicio de la Defensa Penal Piblica, 241 1d. articulo 2, 22 Id. articulos 2 y 35. 218, Id_articulo 5, en relacion con el articulo 49 de la ley N° 18.575. 20 Id. articulo 4 215 Id. anticulo 23. 216 Id. anticulo 24 217 Cuenta Piblica de la Defensoria Penal Publica: Defensoria en Cifras (2008) Segunda Parte: DIGNIDAD Y DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCION hechos constitutivos de delito. Por supuesto, admitir esa obligaci6n supone aumentar considera- blemente las ya recargadas funciones que la Carta Politica yla ley incorpora a esa institucién. Secue- Jade la situacién descrita ha sido un desequilibrio ostensible entre la defensa de los imputados, por un lado, y la homénima de las victimas, de otro, desigualdad que se torna evidente en el proceso y que lesiona principios claros del texto constitucional, v. gr., de lo asegurado en el articulo 19 N° 7 Tetra e) inciso 1° de la Ley Suprema, ‘Afortunadamente, el debate aludido tiene que entenderse clausurado por la reforma constitucional contenida en la ley N° 20.516, publicada en el Diario Oficial el 11 de julio de 2011. Bfectivamente, alli se preceptia, como seccién nueva del articulo 19 N° 3 inciso 3°, que “La ley seftalara los casos y establecerd la forma en que las personas naturales victimas de delitos dispondrin de asesoria y defensa juridica gratuitas, a efecto de ejercer la accién penal reconocida por esta Constitucién y las leyes’ Sensible resulta terminar este niimero realzando que, hasta la fecha, no ha sido siquiera iniciada la legislaci6n que el Cédigo Politico impone dictar para la proteccién de las victimas de conductas delictivas Seccién Tercera Servicios de asesoria y defensa juridica 86. Historia fidedigna. Sobre la distincién, de real importancia, entre los términos asesoramiento y defensa juridica, el sefior Diez afirm6, en la Comision de Estudio, que: (..) le interesa precisar el concepto del ejercicio de las funciones que le corresponden al abogado defensor, mas que la asistencia, ya que ésta puede interpretarse como un consejo, recomendacién, © informe que se entrega a una persona para que haga valer sus derechos. Recuerda que existen muchos casos de asistencia en que s6lo se dan consejos, como las de jurisdiccién voluntaria 0 adopcién; pero hay muchos otros que son de defensa, en que se asume el patrocinio y la represen- tacién del ofendido.™* A propésito de quién debe otorgar los medios para el debido asesoramiento y defensa juridica, el sefior Orttzar sugirié ampliar los margenes de la ayuda estatal, sosteniendo que: (..) hay una razén que le parece fundamental, y és la que dio el seitor Evans, en el sentido de que seria extraordinariamente grave que en una materia tan delicada pudiera la autoridad administrati- vva arbitrar estos medios y, con cardcter obligatorio, para la asistencia juridica a quienes no puedan procurirsela por si mismos. En cambio, no cree que haya ningin inconveniente para que, con la re- daccién propuesta por el sefior Evans, puedan el dia de mafiana, por propia iniciativa, organismos particulares, organizaciones intermedias, crear sistemas de asistencia juridica como los que existen actualmente, pero que no tendrian, naturalmente, el carécter de obligatorios, sino de voluntarios para quienes deseen hacer uso de los mismos.?” 87. Privilegio de pobreza. El tema debe ser abordado en relacién con el inciso 3° del articulo 19 N° 3, cuya oracién final es la que nos interesa comentar. Léese en esa disposicidn que: 14a ley arbitrard los medios para otorgar asesoramiento y defensa juridica a quienes no puedan procurirselos por si mismos. 28 Actas Oficiales, sesiGn 103%, p. 5. 219 1d, sesion 103%, p. 9 161 162 Derecno Consriruictonat cntsyo Tomo Il / José Luus Cea Beas Hemos ya destacado que la norma se vincula no s6lo a la defensa juridica, pues antes que ésta se halla, como etapa preparatoria, el derecho a asesorfa en la misma materia, Nos referimos a que tal actividad, que es de consejo, lustracidn y orientaciGn, se sitiia en la fase preliminar del proceso. En ella se estudian los antecedentes que llevan o no a plantear una accién, o la defensa correcta, sea en sede judicial o de otra naturaleza. La asesoria es, por ende, la etapa previa a la defensa, Facil es com- prender que ella resulta, casi siempre, decisiva para el éxito o fracaso de la fase siguiente, es decir, la que se desenvuelve ya en el proceso propiamente tal o en la gestién pblica de que se trate. 1a disposicién en examen tiene el sentido de un derecho social, referente al acceso a la justicia de las personas que carecen de los recursos econémicos suficientes para contar con profesionales idéneos que hagan respetar sus atributos esenciales amenazados 0 conculcados. El asunto se rela- ciona con el privilegio de pobreza, pero advertimos que no se agota en éste. Dicho privilegio es el beneficio que, cumpliendo la ley, los tribunales otorgan a las personas que no tienen medios para cubrir 0 sufragar los honorarios de un abogado, o las costas procesales del juicio en que se hallen involucrados. Obviamente, el privilegio consiste en la gratuidad de tales actuaciones, dispuesta por resolucién judicial El privilegio esta regulado en los articulos 129 a 137 del Cédigo de Procedimiento Civil y en los articulos 591° y siguientes del Cédigo Organico de Tribunales. Alli se aclara que tal beneficio debe pedirse al tribunal que conoce, en nica o primera instancia, del asunto en que haya de surtir efee- to. Se lo otorga a través de la respectiva resolucién judicial Pues bien, el derecho a recibir ayuda econdmica del Estado para costear la asesoria y defensa juridi- casupone un grado o nivel relativo de pobreza. En efecto, él significa, por un lado, que la ley debe ayudar al indigente, es decir, a quien no tiene medios suficientes para preparar y sostener su accion © los recursos procesales; pero también quiere decir, por otro lado, que dicho privilegio se debe otorgar igualmente a quienes, disponiendo de algunos recursos, carecen de estos en cantidad ade- cuada, por lo cual tampoco pueden contar con medios para pagar un abogado, receptor o perito. No se trata, en suma, de ayudar sdlo a desvalidos o menesterosos, carentes absolutamente del ero con el cual sufragar su asesoria 0 defensa juridica, sino que, ademds, a quienes, por ne- inevitables de indole familiar, social o personal se hallan en posicién vulnerable para cesidades defender su dignidad y derechos esenciales amenazados o vulnerados. En el fondo, la Constitucién reitera aqui el principio de isonomia o igualdad, aplicandolo en el campo de la asesoria y defensa juridica™™ 88. Asistencia judicial. Debe relacionarse la norma del inciso 4° en estudio con las Corporaciones de Asistencia Judicial. Estas son cuatro personas juridicas de derecho piblico descentralizadas, sin fines de lucro y con patrimonio propio. Su finalidad es atender gratuitamente causas civiles, penales y laborales de los litigantes de escasos recursos a través de los 230 consultorios y oficinas que funcionan a lo largo del pais #" 20 tiles tener presente ls estadisticas oficiales siguientes: en 2002 huibo 32.862 ingresos legales ala Corporacién de Asistencia Judicial en la Region Metropolitana, ciffa que legé a 13.537 ingresos en el primer semestre «le 2003, Asimisnio, en 2002 s¢ elev6 a 31.287 el niimero de causas terminadas en dicha Cosporacion, guatismo que aleanzé a 13.340 causas de esa indole en el primer semestre de 2003. Por tiimo, las cifras son de 46.324 causas pendientes y 43.609 causas de idéntica naturaleza para 2002 y el primer semestre de 2003, respectivamente. 221 Consaltese la ley N° 17.995, publicada en el Diario Oficial el 8 de mayo de 1981, que transformé los Consultorios del Colegio de Abogados en Corporaciones de Asistencia Judicial ce la Regién Metropolitana, de la Regién de Valparaiso y de la Region del Biobio. Mis tarde, fue creada la Corporacion de Tarapaci y Antofagasta. Revisese, ademas, el DS (Ministerio de Justicia) N® 995, publicado en el Diario Oficial el 21 de septiembre de 1981, que prob e! Estatuto de la Corporacién de Asistencia Judicial de la Regién Metropolitana de Santiago, Segunda Parte: DIGNIDAD Y DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCION Una imagen cuantitativa de la labor cumplida por tales Corporaciones se condensa en las cifras oficiales siguientes: Durante 2009, el registro de casos ingresados a la Oficina de Informacién de la Corporacién de Asistencia Judical, leg6 a 218.856, cifra de la cual el 69% correspondié a casos de justicia de fami lia, 19% civil, 7% laboral, 3% penal y 2% a otros. Al término del afio 2009 hay un total de 70.295 casos ingresados a la seccién judicial y 62.593 lo habjan hecho a tribunales, constaténdose un incremento de 35% en comparacién al afio 2008. Las materias de familia concentran el 75% de las ccausas ingresadas a tribunales; luego vienen las causas civiles con 11,3%, seguida por las laborales con 10%. De las causas de familia, el 38% corresponde a alimentos, el 33% a divorcio, 7% filiacién, 4% a cuidado personal, 4% a relacién directa y regular, y 14% a otros asuntos. Al término del aio 2009, la CorporaciGn de Asistencia Judicial acumul6 59, 163 causas terminadas, de las cuales un 77% correspondieron a litigios de familia Procede finalizar este comentario sefialando que el gobierno del presidente Piflera anuncid, a fines de diciembre de 2011, la creacién del Servicio Nacional de Asistencia Juridica, reorganizando las Corporaciones respectivas y suprimiendo la prictica, gratuitamente servida en ellas, por los egre- sados de las escuelas de derecho, 89. Asistencia juridica de victimas. Nuestro ordenamiento juridico es desigual en la defensa del inculpado, por un lado, y de las victimas de la conducta delictiva, de otro, porque ya hemos visto que se contempla la defensa penal publica para el primero, no asi tratindose de las segundas.. Pudo sostenerse, con base al articulo 83 inciso 1° de la Constitucién, que en el Minsiterio Publico recaia la obligacién de adoptar medidas para proteger a las victimas y, en efecto, aquel organo es- tatal cred unidades especializadas con tal objetivo. Pero, también con argumentacidn atendible, la Fiscalia Nacional sostuvo que sus funciones primordiales eran las demds indicadas en el precepto mencionado, de modo que, slo incidental o secundariamente, se hallaba obligada a cumplir la misiGn destacada. Secuela de ese debate, suscitado desde la instalacién del Ministerio Publico, fue una desigualdad os- tensible en la defensa del inculpado, por un lado, comparada con la de las victimas, de otro, Esta asi metria se torné todavia més criticable ante la jurisprudencia sentada por numerosos jueces de garan- tia, imbuidos de una concepci6n del principio de inocencia ampliamente favorable al imputado = El asunto escalé al punto de que se comenz6 a cuestionar la legitimidad de la reforma procesal penal en el rubro, visualizindose como solucién una modificaciGn a la Carta Fundamental, Precis mente, mediante la ley N° 20,516, publicada en el Diario Oficial el 11 de julio de 2011, fue enmer dado el articulo 19 N° 3 inciso tercero, agregindole el parrafo siguiente **: Ja ley sefialard los casos y establecera Ia forma en que las personas naturales victimas de delitos dispondrin de asesoria y defensa juridica gratuitas a efecto de ejercer la accién penal reconocida por esta Constitucién y las leyes. Ha quedado asi superado el diferendo y habilitado el legistador para dictar las disposiciones que permitan a las victimas, muchas veces de recursos econémicos modestos, gozar de asesoria y de- fensa juridica gratuita en términos equivalentes a los que se proporcionan a los imputados, 22 Vedse Informe Estadistico Institucional del Centro de Atencién Juridico. Departamento de Planificacién, Estudios yy Control de Gestién Corporacion de Asistencia Judicial correspondiente a 2009. 225. Véase Cristién Maturana Miquel y Ratil Montero Lépez: I Derecho Procesal Penal (Santiago, ed. Abeledo Perrot, 2010), pp. 254s. 224 Constltese El Mercurio, de Santiago (12, 13 y 16 de junio de 2011). 163 164 Dsrecio Coxsrirucioxal cxiisso Tomo Il / Jose Luts Cea casa La reforma en andlisis va més alld de imponer la isonomia en el tema comentado. Asi es porque se abre y traza el camino para que el legislador reorganice las corporaciones de asistencia judicial, reservando sélo a los abogados la ejecucién de los dos servicios que hemos mencionado, Conse- cuentemente, si el anuncio hecho por el Ministerio de Justicia se conereta, la nueva ley excluiré a los estudiantes de derecho de esos servicios, liberando a més de dos mil personas de tal carga publica personal, la cual los obliga a tramitar actualmente sobre cincuenta mil causas cada afto, Por tiltimo, la reforma puntualiza, en el siguiente nuevo inciso cuarto del numeral 3 del articulo 19 del Cédigo Politico, el reconocimiento de un derecho indubitado, en la practica ya en aplica- cion: Toda persona imputada de delito tiene derechos irrenunciables a ser asistida por un abogado de- fensor proporcionado por el Estado si no nombrase uno en lz oportunidad establecida por la ley. Cabe esperar que la legislacién que ha de ser dictada infunda la cualidad de érgano auténomo a la defensoria de victimas. Coherente con tal premisa, pensamos que el Defensor Nacional debe ser designado en términos semejantes a los previstos en el articulo 85 de la Carta Politica y removido segin lo prescrito en el articulo 89 de ella. En iguales términos tiene que ser reorganizada la de- fensorfa de imputados. 90. Oteas vias de acceso a la justicia. Fl esfuerzo, piblico y privado, por asegurar tal acceso cuenta con opartunidades adicinnales a las descritas, generalmente més especificas. Por ejemplo, el arti culo 595 del Codigo Orginico de ‘Tibunales contempla el abogado de turno, designado por el juez de letras respectivo, para que defienda a las personas con privilegio de pobreza; los mediadores familiares pueden ayudar a las partes en juicios de familia, gratuitamente, en las condiciones pre- vistas en el articulo 113 de la ley N° 19.968 de 2004, sobre Tibunales de Familia; y una oportunidad semejante se halla prevista en el articulo 79 la Ley de Matrimonio Civil. A propésito de la primera de las vias planteadas resulta necesario tener presente que, la sentencia rol N? 1254, fechada el 27 de julio de 2009, el Tribunal Constitucional dectaré contraria a la Carta Politica la expresion gratuitamente que aparecia en el articulo 595 citado, En concreto el funda- ‘mento de tal fallo se halla en los considerandos siguientes: SEXAGESIMOQUINTO: Que, como puede apreciarse, el fin perseguido por el legislador de dar asistencia juridica gratuita no solo resulta constitucionalmente licito sino también debido. Por su parte, el instrumento, consistente en establecer una carga, es idéneo para cumplir dichos fines. Sin embargo, si se impone gratuitamente, se transforma irremediablemente en un medio despropor- cionadamente gravoso, desde el momento que el fin perseguido no exige ni supone que el aboga- do deba desempefiarse sin retribucién alguna, Y ello, porque la obligacién se radica en el Estado y 10 en los abogados. El Estado, entonces, puede satisfacerla transfiriéndola a los abogados (bajo el sistema de defensorias ¢ incluso del turno, como en la especie), pero no es necesario ni licito desde tun punto de vista constitucional que se les imponga sin retribucién, tal como lo sefiala el inciso primero del articulo 595 del Codigo Orginico de ‘ribunales; SEXAGESIMOSEXTO: Que de todo lo sefialado se desprende que la gratuidad del turno establecida nel inciso primero del articulo 595 del Cédigo Orginico de Tribunales, considerada en abstracto, infringe objetivamente la igualdad ante la ley y en particular la prohibicién de discriminar arbitra- riamente, en los términos que reconoce y ampara el articulo 19, N° 2°, de la Carta Fundamental y asi se declararé; 91. Subsidiariedad y solidaridad. Debe advertirse que ambos principios rigen en los ambitos mas diversos y no tinicamente en ligamen, como con frecuencia se entiende, con la actividad empre- sarial del Estado y en situaciones de pobreza o menesterosidad, respectivamente. En la asesoria y defensa juridicas encontramos una concrecién de lo aseverado. ‘Segunda Parte: DIGNIDAD Y DERECHOS i MANOS EN LA CONSTITUCION En efecto, hay Facultades y Escuelas de Derecho de numerosas universidades que mantienen, a través de sus clinicas juridicas, programas de servicios gratuitos para sujetos que carecen de me- dios con los cuales preparar y llevar adelante la defensa de sus derechos. Tales programas clinicos sirven, asimismo, a la capacitacién 0 adiestramiento de los futuros abogados, infundiéndoles la visiGn y destreza prictica que no obtienen en las aulas. ‘Tal misiOn pedagdgica se conjuga asi con la prestacién de un servicio a la comunidad. En ella se percibe, adicionalmente, la misién de extensién del conocimiento y vivencia del Derecho que in- ‘cumbe cumplir a esas unidades académicas, Seccidn Cuarta Proceso justo He aqui una de las innovaciones mas trascendentales de la Constitucién de 1980. Aunque implicita- mente, la idea de un proceso previo a la sentencia, tramitado con sujeci6n a la ley por magistrados imparciales estaba presente, de manera inequivoca, en los articulos 11 y 12 de la Carta Fundamen- tal de 1925. Sin embargo, la hermenéutica exegética que ha imperado en Chile, reacia a exprimir cl sentido y alcance de las normas en busqueda de su espiritu, es decir, su finalidad centrada en valores y principios, no habia ido mas allé de desprender del enunciado lingiifstico de aquellas dis- posiciones constitucionales, que en una de ellas tenia que hallarse el derecho a la accién procesal Estébamos lejos, por ende, de la rica densidad normativa del proceso justo. 92. Historia fidedigna. Con la asistencia del profesor José Bernales Pereira, se discutié el sentido de varias expresiones que aparecen en el numeral 3° en estudio, Una de ellas es la que exige que el tribunal se encuentre establecido con anterioridad por la ley. Comentando los que ahora son incisos 4° y 5° de aquel numeral, en la Comision de Estudio se manifesté lo siguiente: El sefior Bernales sefiala que, en cuanto al tiltimo inciso de la indicacién propuesta por el sefior Silva Bascufién, segin la cual “Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tri bbunal que sefala la ley y que se halle establecido con anterioridad por ésta’, le parece impecable su formulacién porque expresa el principio de legalidad de los tribunaies y la anterioridad del derecho que se va a aplicar. El sefior Silva Bascuridn sefala que el problema que ha surgido respecto de esta disposicién, es el de saber a qué anterioridad se refiere. ‘Sia la del hecho, a la del proceso oa la de la sentencia? Porque alguien podria argitir que es con anterioridad a la sentencia; otros, que es con anterioridad alos hechos, y hay quienes podrian opinar ~en una posicién intermedia que es con anterioridad a la iniciaci6n del proceso. El senior Ortiizar (Presidente) hace presente que la tilkima es la idea que ha prevalecido en la Co- misi6n, El sefior Bernales manifiesta que, en materia penal, como dijo el sefior Guzman debe mantenerse el concepto de que debe ser con anterioridad al hecho, En materia civil, le parece correcta la posi- ciGn intermedia; es decir, que debe ser con anterioridad al proceso. El sefior Silva Bascuridn senala que ahi se estaria distinguiendo la ley aplicable por parte del tri- bunal; aqui se habla nada mas que del establecimiento del tribunal, que es distinto de la ley apli cable ® 285 Id, sesidn 1014, pp. 27-28, 165 166 Derecko Goxstirucionat eniuexo Too IL J Jost Lens Cea Rosa Go) El sefior Diez solicita dejar constancia de que si no existe el érgano competente para resolver sobre el atropello de un derecho, corresponde decidir a los tribunales ordinarios de justicia. ¥ la fuente de su competencia y de su jurisdiccién esté en el inciso cuarto del N°3 del articulo 17 (hoy 19) de Ja Constitucion ™, 93. Igualdad ante la justicia. Se halla prevista en el inciso 4°, cuyo texto, reformado en 2005, es el siguiente: Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que le sefiale la ley y que se halle establecido por ésta con anterioridad a la perpetracion del hecho. La norma transcrita tiene larga historia en nuestros anales constitucionales. Con redaccién casi idéntica aparecia como articulo 134 de la Carta Fundamental de 1833, repetida en el articulo 12 de Ja Constitucién de 1925. Se la ensefiaba, a ella sola, como equivalente a todo lo que hoy se examina bajo el titulo de igualdad ante la justicia. Indudablemente, tal especie de isonomia es un elemento capital del proceso justo o debido, pero dista de agotar tan complejo y rico concepto. 94. Comisiones especiales. El principal problema hermenéutico estriba en aclarar el concepto de comisiones especiales. Iniciando el andlisis del asunto, puede afirmarse que se entiende por tales aquellas entidades fnrmadas por un individuo 0 grupo que, do facto, ejercen juriediccién. Pues bien, la jurisdicci6n es, con sujecién al articulo 76 inciso 1°, una funcién exclusiva de los tribunales establecidos por la ley con anterioridad al asunto que juzgan, concepto que resulta incompatible con aquellas entidades, reales usurpadoras de la misi6n que incumbe a la Magistratura, ordinaria o especial 1a definicion precedente merece ser realzada en dos de sus elementos, Primeramente, porque la i6n no es sélo una pluralidad de miembros, puesto que un individuo también puede serio; y segundo, en atencidn a que esa comisién se aboca, de facto, al ejercicio de la jurisdiccién, en términos amplios y que, por lo mismo, van mds alla de la funci6n Gnicamente judicial Conviene agregar que la jurisdiccién se despliega en tres ambitos: conocer el asunto controverti- do, interiorizandose de los hechos; juzgarlo, decidiendo cual es la normativa vigente aplicable, in- terpretdndola y aclarando las dudas o salvando los vacios, hasta pronunciar la resoluci6n de rigor; y hacer ejecutar lo decidido 0 juzgado para lo cual cuenta con imperio. Pues bien, las comisiones especiales existen y obran en cualquiera de los tres ambitos mencionados y no sélo en alguno de ellos. Grupos o individuos aislados operan en uno o mas de esos momentos de la jurisdiccién, sin ser tribunales ni érganos legalmente competentes para ello. Siempre carecen de imparcialidad e independencia, o mas exactamente, nunca dejar de obrar con prejuicio, razones que las vuelven ilegitimas. El inciso comentado ha suscitado duda respecto de cudl es el momento en que debe encontrarse creado e instalado el tribunal por la ley para que no se convierta en comision especial. éCuando cl 6rgano jurisdiccional es tal y no puede ser calificado de comisién especial? La historia fidedigna no era prolija en el punto, habiéndose suscitado controversias nunca definitivamente apaciguadas. a jurisprudencia tampoco resultaba convincente, pues fue vacilante al respecto. Efectivamente, hubo sentencias que sostuvieron la anterioridad referida al momento de iniciarse el juicio, es de- Gir, al presentarse la demanda, interponer la querella o al instante de ser una y otra notificadas. Otros fallos sefialaron que tal antelacién decfa relacién con que el tribunal se hallara constituido 226 Td, sesidn 1034, p. 10,

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