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CUESTIONES ACTUALES

DEL

SOCIALISMO
REVISTA MENSUAL YUGOSLAVA

EN ESTE NUMERO

JOSIP BROZ TITO /QUEJUZGUEN


LA HISTORIA Y LAS FUTURAS GENERACIONES
EDVARD KARDELJ/ EL SOCIALISMO COMO
UNICA SALIDA DE LA CRISIS DEL CAPITALISMO
B UDISLAV SOSKIC / CONCEPCION DE TITO
DE LA ORGANIZACION DE LAS MASAS
POPULARES
SLOBODAN NESOVIC /ESTADISTAS
EXTRANJEROS ACERCA DE TITO
THEOTONIO DOS SANTOS / BRASIL: LA CRISIS
DE LA DICTADURA

OCTUBRE 1977
CUESTIONES ACTUALES
DEL SOCIALISMO
Revista teórica, política y de información

publica artículos sobre los problemas teóricos


de la edificación socialista en Yugoslavia;
informa sobre las actividades de la Liga de
los Comunistas, de la Alianza Socialista del
Pueblo Trabajador y de las otras organiza-
ciones y organismos del sistema socialista
autogestionario de Yugoslavia;
publica las informaciones sobre la vida po-
litica, económica, social y cultural;
trata de los acontecimientos internacionales
e informa sobre la actividad internacional de
Yugoslavia.
La revista «Cuestiones Actuales del Socialis-
mo» publica textos originales y reproduce
artículos y documentos ya aparecidos.
COMITE DE REDACCION:
Todo Kurtovie, presidente del Comité, Zivan
Berisavljevid, Muhamed Berberovie, Cedomir
Cvetkovie, Faik Dizdarevie, Svetozar Duruto-
vie, Stipe Duievie, Aslan Fazlija, Mitladin
Korae, Predrag Matvejevie, Vladislav Obra-
dovie, Milan Rakas, Georgi Stardelov, Dra-
gutin Solajie y Beno Zupaneie.

Redactor-Jefe
Stipe DUZEVIC
Redactor:
Dragutin SOLAJIC
Redacción: 11000 Beograd, Trg Marksa i
Engelsa 11 — Pogtanski fah 576.
Revista mensual yugoslava
CUESTIONES ACTUALES
DEL

SOCIALISMO
XII año 1977 Ns 10

Indice
Josip BROZ TITO Que juzguen la historia y
las futuras generaciones . 3
Edvard KARDELJ El socialismo como única
salida de la crisis del capi-
talismo 11
Budislav SOSKIC Concepción de Tito de la
organización de las masas
populares 20
Stanislav STOJANOVIC Tito y las relaciones en el
movimiento obrero interna-
cional 64
Milan M. MILADINOVIC . Tito sobre la moral de los
comunistas de Yugoslavia . 84
Slobodan NESOVIC . Estadistas extranjeros acer-
ca de Tito 109
Theotonio DOS SANTOS Brasil: la crisis de la dic-
tadura 129
Reseña de libros
Vitomir SUDARSKI . Josip Broz Tito: «La LCY
en la nueva etapa de desa-
rrollo de la autogestión so-
cialista» 152
Izdaje—Edita: NIP « KOMUNIST», « AKTUELNA PITANJA SO-
CIJALIZMA», Trg Marksa i Engelsa 11, po g t. fah 576, 11000 Beograd.
Imprenta — Stampa « KULTURA», XIV vojvodanske
slovaeke udarne brigade 4 6, 21470 Baeki Petrovac.
Josip BROZ TITO

Que juzguen la historia y las futuras


generaciones

«A propósito de la edición de mis obras completas


desearía decir algo sobre eso bajo cuáles condiciones
fueron escritos los trabajos y cómo surgieron.*
Como obrero en Kraljevica, y después en Smede-
revska Palanka, sintiendo la gravedad de la posición de la
clase obrera, comencé a escribir en la prensa obrera y par-
tidaria de entonces. Enviaba artículos en los cuales expo-
nía mis observaciones sobre las circunstancias en las que
vivía y luchaba la clase obrera y de cómo veía yo la salida
de aquella situación.
Con mi pronta incorporación en la labor partidaria
y sindical en Zagreb, uno de los centros proletarios más
formidables de nuestro país, mis escritos comenzaron a ser
más variados. Además de artículos, informes y proclamas
que tenía que escribir a esa sazón en nombre de los cuer-
pos directrices urbanos y regionales con ocasión de deter-
minadas fechas históricas o de acontecimientos políticos
capitales, tuve que dedicarme a uno de los problemas más
graves que en ese entonces tenía que resolver el Partido:
la lucha por su unidad, porque amenazaba el peligro de
que las luchas fraccionarias incapacitaran al Partido para

* Publicamos íntegramente el Prólogo que el Presidente Tito


escribió a pedido del Comité y de la Redacción para la publica-
ción de Obras Escogidas de Josip BROZ TITO. Este Pró-
logo ha sido publicado en serbo-croata en el I Tomo de las
Obras Escogidas que hace poco aparecieron en edición del
Centro editorial «Komunist» de Belgrado, del Instituto gráfico-edi-
torial de Belgrado (BIGZ) y de la Empresa de libros y ediciones
«Naprijed» de Zagreb. El título del Prólogo lo ha dado la Re-
dacción de esta revista. En el número pasado de la misma dimos
una reseña de los primeros cuatro tomos. La Redacción.
4 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

la acción y que echaron por los suelos su prestigio en el


pueblo. Los documentos de la Octava Conferencia parti-
daria local de la organización de Zagreb que tuvo lugar
en febrero de 1928, fueron simultáneamente intento de
erigir tal plataforma de lucha revolucionaria sobre cuya
base la clase obrera pudiera crecer en fuerza rectora de
la sociedad.
Y en el presidio escribí una que otra cosa, pero no
estoy seguro que se haya conservado todo.
Desde que fui cooptado para miembro del Buró Po-
lítico del CC del PCY, a mediados de 1934, mi trabajo es-
tuvo relacionado directamente con la dirección del Parti-
do y la edificación de su política. Mis trabajos de ese perío-
do llevan un fuerte cuño de las condiciones en las que
actuaban entonces los comunistas yugoslavos. Era este el
tiempo cuando en la lucha contra la dictadura absolutista
del Rey Aleksandar crecían nuevas generaciones de revo-
lucionarios que comenzaban a restaurar exitosamente las
organizaciones partidarias casi rotas.
La plataforma del movimiento obrero revolucionario
en esas circunstancias, expresando los problemas canden-
tes de la vida popular, debía colocar los cimientos para la
solución de la cuestión nacional en Yugoslavia, para la
salida de la grave situación del campesinado proletario,
y contra el sistema de sojuzgamiento, de la política des-
nacionalizadora y la ilegitimidad política. A la par era
menester inaugurar una perspectiva a la juventud; y debía
advertirse particularmente de cuál peligro llevaba al mun-
do el fascismo con su obscurantismo y política bélica.
Viniendo a menudo al país por Viena, donde se en-
contraba la sede del Comité Central de nuestro Partido,
tuve muchos encuentros y conversaciones con los cuadros
partidarios de entonces en el país y podía observar de
manera inmediata la seriedad con la que estos revolucio-
narios por lo general jóvenes comprendían los problemas
del movimiento y de cómo en ellos maduraba cada vez
más la conciencia sobre la indispensabilidad de formar un
Partido unido y fuerte que fuera capaz de superar las di-
fíciles condiciones de la ilegalidad, del terror policíaco
cruel y de la persecución por parte del régimen. Maduraba
por aquel entonces el conocimiento de la indispensabilidad
de superar el sectarismo en nuestras propias concepciones
y métodos de trabajo, porque el sectarismo obstruía, como
TITO: PROLOGO A LAS ..OBRAS ESCOGIDAS.‘ 5

lo hacía de manera similar el fraccionalismo, también el


progreso de nuestro movimiento comunista. De todos estos
problemas se ocuparon las conferencias partidarias cele-
bradas a esa sazón, y de ellos hablan también los docu-
mentos de la Cuarta Conferencia del PCY.
con
Cuando en otoño de 1936 retorné de la Comintern
autorizaciones especiales para dirigir el trabajo del Par-
tido en el país, y mucho más cuando en agosto de 1937
llegué a la cabeza del Partido, se fueron ampliando más
el volumen y el tipo de mis actividades. Por ese entonces
tomé a mi cargo la correspondenc i a con el Comité Eje-
cutivo de la Comintern, especialmente con
Wilhelm Pieck
y Jorge Dimitrov. De ese tiempo es también una serie de
mis artículos publicados en los órganos de nuestro Partido
, diversos boletines), como
(«Proleter » , «Hoz y Martillo »
asimismo en algunos de la Comintern («Rundschau » , «Die
Welt», «Voix européennes»).
Entre lo demás, por aquellas alturas escribí en nom-
bre del CC del PCY la carta abierta a los comunistas
de Yugoslavia, el informe a la Reunión Consultiva Nacio-
nal de junio de 1939, el informe a la Quinta Conferencia
Nacional del PCY, muchas proclamas en nombre y por
orden del CC del PCY sobre acontecimientos políticos im-
portantes de esa época en el país y en el mundo, etcétera.
La mayoría de los textos de ese período se refieren
a la solución del llamado «asunto del PCY», cuando a
nuestro Partido amenazaba el peligro de ser disuelto por
la Comintern junto al nuevo enardecimiento de las luchas
fraccionarias y de corrillos. En ese entonces tenía yo que
escribir una serie de informes, cartas, apelaciones para
defender la causa de nuestro Partido, para defenderle de
las acusaciones sobre espías policíacos y extranjeros en sus
filas, para demostrar que las luchas fraccionarias libradas
en la cima del Partido en algunos de sus centros (por
ejemplo en el presidio) no habían comprendido a esa mili-
tancia leal y fogueada que en condiciones difíciles en el país
del movimiento revoluciona-
luchaba por la vigorización
rio y por los ideales de la clase obrera y del comunismo.
En repetidas ocasiones he destacado que nunca para mí,
y también para los compañeros que entonces trabajaban
conmigo, nos fue tan difícil como precisamente en esos
tiempos.
6 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

La guerra de liberación popular y la revolución so-


cialista constituyen capítulo aparte en la historia de nues-
tro Partido y, claro está, en mi vida y trabajo.
Una vez que con la ocupación fascista de nuestro
país fue amenazada la existencia y puesto en peligro el
destino de nuestros pueblos, lo elemental era organizar y
movilizar al pueblo en la lucha y demostrar que cada
pueblo y nacionalidad únicamente por lucha propia y en
cooperación fraternal con todos los pueblos de Yugoslavia
podían liberar a su Patria, y cada pueblo en particular
lograr también su liberación nacional, tomando el destino
en sus manos. A esa sazón nos encontrábamos en condi-
ciones complejas y en lucha sangrienta con el ocupante
fascista armado hasta los dientes y que nos rebasaba so-
bremanera, y la contrarrevolución nativa al servicio del
ocupante.
Pero, conscientes de la magnitud de la lucha y de lo
elevado de los objetivos que teníamos al frente, nos ha-
llábamos imbuidos de una energía increible. Como miem-
bros del movimiento revolucionario nos encontramos en-
tonces en una de las pruebas históricas más difíciles: de
cuánto éramos capaces como fuerza de vanguardia de la
clase obrera de convertirnos con nuestras obras y lucha
en partido popular genuino.
Fue entonces que se demostró cuál era la importancia
de haber ido preparados a la lucha, con planes claros de
qué perseguíamos, de qué podíamos y qué debíamos al-
canzar.
En esas circunstancias bélicas excepcionales, llenas de
incertidumbres, de diferentes sorpresas y repentinos cam-
bios de situaciones, hubimos de reaccionar rápidamente.
A veces era necesario dar indicaciones y directivas breves,
y en ciertos momentos ejecutar profundísimo análisis del
camino recorrido para seguir adelante con más éxito.
A menudo no se disponía de informaciones completas so-
bre diversos fenómenos, como igualmente de las fuerzas
o intenciones del enemigo, lo que con todo influyó sobre
el carácter de nuestras decisiones, y también sobre los
documentos de ese período.
Los trabajos del período de la posguerra llevan tam-
bién todas las características del ritmo dinámico en la
edificación de nuestra sociedad socialista autogestora, con
todas las dificultades y contradicciones que hubimos de
TITO: PROLOGO A LAS «OBRAS ESCOGIDAS« 7

resolver y superar. En todo esto estuvimos a menudo


expuestos a diversas presiones externas. Primeramente
eran cuestionados nuestros derechos como país aliado por
parte de algunos círculos en Occidente; y en 1948 nos con-
frontamos con el hegemonismo de Stalin y los ataques de
la Cominform a nuestro Partido y a nuestro país socia-
lista.
Nuestra enérgica oposición a la campaña staliniana
durante una serie de arios imprimió el curio fundamental
a todo nuestro desarrollo y trabajo. Había que defender
la revolución, había que aclarar sus peculiaridades, las
raíces de su autenticidad y autonomía, como también lo
inexorable del choque con la presión hegemonista, ajena
al socialismo, tal cual experimentamos nosotros en 1948 y
en el transcurso de los años siguientes, hasta que sufrió
su hundimiento tal política hegemonista de Stalin. Pero,
defendiendo la verdad acerca de nuestro país y de nuestra
revolución, expuestos a ataques infundamentados y calum-
niantes no permitimos jamás llegar a posiciones de anti-
sovietismo, de lo que nos acusaba Stalin.
Además de la compleja problemática de la edificación
de la sociedad socialista, y particularmente del desarrollo
de la autogestión, de lo cual me ocupaba ininterrumpida-
mente, también la problemática de la política externa, que
llenaba gran parte de mi actividad, está representada
considerablemente en mis trabajos.
No está en mí evaluar el valor de estos trabajos. La
historia y la ciencia habrán de dar su evaluación. Lo que
desearía yo decir aquí es sí que nuestra relación hacia las
tareas que la historia había planteado a nosotros y nuestro
respaldo en el marxismo como teoría revolucionaria, nues-
tra comprensión de la realidad social en la que actuábamos,
la fuente de las correspondientes formas de organización
de las fuerzas revolucionarias y de los métodos de lucha:
— es, en conjunto, lo que posibilitó a nuestro Partido
ser el organizador de la guerra de liberación popular y de
la revolución socialista victoriosa y de la edificación de la
sociedad socialista. Todo esto nos posibilitó superar las
diversas dificultades, desarrollar nuestra revolución, pro-
fundizar nuestra esenoia liberadora y humana.
Estos trabajos son también testimonio histórico de
nuestras cogniciones y posibilidades de acción en cada
fase de nuestra lucha revolucionaria. Son ellos la imagen
8 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

de nuestro propio crecimiento y de lo que hemos hecho y


de cómo lo hicimos, algunas veces con unilateralidades en
nuestras cogniciones y evaluaciones, y también con erro-
res.
He considerado, sin embargo, que no tengo derecho
a modificar nada en estos trabajos, como testimonios, para
que hoy algunas cosas tuvieran, quizás, otra apariencia.
No; considero que no nos es menester ningún arreglo de
este tipo. Que la historia y las generaciones futuras juz-
guen a nosotros tales cuales éramos, cómo nos desarrolla-
mos y en cuál dirección nos movimos.
Quisiera detenerme también en algunas posiciones y
evaluaciones expuestas en mis trabajos. Dije ya que sobre
todos estos trabajos influyeron las condiciones inmediatas
y las circunstancias específicas en las cuales actuábamos
y librábamos nuestra lucha. Pero sobre nuestras posiciones
ejercieron influencia también algunos factores más. Entre
otros, poderosa influencia tenía la Comintern como centro
internacional del movimiento comunista mundial con
enorme autoridad.
Considerando el carácter de las relaciones creadas en
la Cornintern, cuya sección era también el PCY, su in-
fluencia se reflejaba igualmente sobre nuestras evaluacio-
nes y posiciones particulares acerca de algunos aconteci-
mientos en las relaciones internacionales y en el movi-
miento comunista internacional, como también acerca de
algunos problemas en nuestro Partido y en nuestro país.
Se entiende que la injerencia no autorizada cíe la
Comintern en la vida de los partidos comunistas tuvo
consecuencias muy perjudiciales. Así, por ejemplo, en re-
lación con los procesos montados a los viejos revoluciona-
rios en la URSS, nosotros aceptábamos en principio, sin
objeciones la interpretación tal cual nos presentaban so-
bre éstos los órganos soviéticos oficiales. En ese entonces
perecieron en las purgas de Stalin también muchos
comunistas yugoslavos que habían dedicado su vida
entera a la revolución. Nosotros debemos rehabilitar
totalmente a estas gentes, iluminar su trayectoria, com-
prender su puesto en nuestro movimiento revolucionario.
Para muchos ya lo hemos hecho. Pero también a tales
personas como son, por ejemplo, Milan Gorkié, Ivan
Grzetié, Antun Mavrak y otras debemos darles su puesto
correspondiente en la historia de nuestro movimiento re-
TITO: PROLOGO A LAS «OBRAS ESCOGIDAS« 9

volucionario. Porque es totalmente claro que Gorkie no


era ningún espía extranjero, como se le acusaba.
Cuando se llevaron a cabo estos procesos en la Unión
Soviética, a mediados de los arios treinta, algunos círculos
principalmente intelectuales, no sólo que condenaban este
infortunio de los revolucionarios y criticaban a la Unión
Soviética, sino también algunas gentes progresistas se des-
ilusionaron incluso del socialismo y comenzaron a difun-
dir desconfianza en su sentido humano y objetivos libera-
dores.
A esa sazón el trotskismo se impuso también al movi-
miento comunista mundial como uno de los temas. Al res-
pecto se escribió mucho en nuestras publicaciones parti-
darias, y yo me ocupé también de ello. Por aquellas altu-
ras algunos fenómenos en nuestro movimiento los califi-
cábamos de trotskismo, y algunas veces proclamábamos
trotskistas a los portadores de tales fenómenos.
Para nuestro Partido, que por aquel entonces se en-
contraba en medio de reñidos choques clasistas y luchas
sociales, lo elemental era vigorizar la unidad del movi-
miento obrero revolucionario, robustecer el papel y la
autoridad del Partido como fuerza de vanguardia. Y nos-
otros edificamos todo esto en buena medida defendiendo
y popularizando a la URSS como país del socialismo. De-
fendiendo la necesidad de unidad del movimiento y defen-
diendo la línea de la revolución, golpeábamos justificada-
mente contra todo aquello que debilitaba esta unidad, sin
considerar las intenciones subjetivas de algunas gentes.
En interés de la verdad histórica, no se pueden hacer
ningunos arreglos en los documentos, ni en relación a esto.
A sugerencia de la Redacción, he acompañado únicamente
algunos sitios en mis textos con anotaciones mías, acla-
rando las circunstancias en las cuales habían surgido algu-
nas de nuestras evaluaciones, por qué fueron motivadas y
cuál era su sentido.
Hubo naturalmente casos contrarios. Ciertas gentes en
su tiempo actuaron como revolucionarios auténticos, y
más tarde abandonaron el movimiento. Ni en tales casos
he conaiderado que los documentos al respecto puedan
ser omitidos o que sea preciso modificar algo en ellos.
Por ejemplo, un tiempo colaboré cercamente con Andrija
Hebrang. El fue conmigo esa minoría del Comité Local de
Zagreb que salió al frente enérgicamente contra ambas
10 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

fracciones. Pero Hebrang más tarde, hallándose en el pre-


sidio largo tiempo, comenzó a ceder, y especialmente se
sometió en la prisión ustacha. Teniendo en cuenta preci-
samente esa su caída, en el momento del ataque de Stalin
a nosotros ciertos órganos soviéticos intentaron utilizarle
en la lucha contra nuestro Partido.
Caso similar fue también el de Milovan Djilas. Du-
rante un tiempo él fue destacado representante de la di-
rección partidaria de Serbia, y después entró en la direc-
ción provisional del PCY que yo había formado en el país
a principios de mayo de 1938. Pero desilusionado por las
dificultades y contradicciones de nuestro desarrollo socia-
lista, y probablemente también por debilidad de carácter,
él se puso al servicio del extranjero y se convirtió en
renegado del movimiento comunista. Portándose como una
eminencia ofendida, él ni ahora para mientes en hacer
maldades a su Patria en la cual goza de todos los derechos
de ex dirigente.
En estos mis trabajos hay también aquellos, como son
algunas proclamas, resoluciones, informes y cosas simila-
res, que algunas veces llevan el carácter de creación colec-
tiva. En su elaboración participaron también mis colabora-
dores. Pero, puesto que a menudo yo daba la base, escribía
los borradores o preparaba más o menos los documentos
completos, la Redacción tomó la posición de incluir estos
trabajos igualmente en esta edición. Estuve de acuerdo
con eso, pero considero que en cada uno de estos casos es
preciso decir que son trabajo colectivo.
Gustosamente atendí la solicitud de la Junta y de la
Redacción editora de estas obras para que ayudara en la
autorización de algunos de mis textos, tanto más en vista
a que en las condiciones ilegales muchos de mis trabajos
fueron firmados con diversos seudónimos, y algunos pu-
blicados sin firma alguna. La extensa investigación que
hizo el Instituto de Historia Contemporánea ha demostrado
que el número de trabajos conservados es superior de
lo que yo suponía, de ahí que la identificación de la auto-
ría fue tanto más necesaria. Se entiende que en el em-
pleo futuro estos trabajos míos se tomarán en esta forma
autorizada, auténtica».
(Traducción: F. Sotelo)
El socialismo como única salida
de la crisis del capitalismo

La crisis del capitalismo contemporáneo es un proceso que


dura ya medio siglo y que se está convirtiendo lentamente
ya en la crisis del mundo. Sus fuentes son claras para noso-
tros, los marxistas-comunis t as así que no hablaría mucho
de ello*. Pero se me hace realmente justificada la cuestión
sobre lo que esta crisis, vinculada a todos los demás factores
del desarrollo económico y social, ha hecho del mundo capita-
lista, de su estructura económica y social y qué influjo tienen
estos cambios sobre la posición y la política de la clase obrera.
Es un hecho, efectivamente, que el mundo capitalista,
particularmente en los últimos decenios, es decir después de
la Segunda Guerra Mundial, había logrado evitar agrava-
mientos marcados, o sea algunas formas clásicas de mani-
festación de esa crisis. Esto resulta válido por lo menos para
la parte más desarrollada del mundo capitalista. Me refiero
aquí en primer lugar a las crisis económicas cíclicas, carac-
terísticas en el pasado, acompañadas de graves conflictos so-
ciales y difíciles crisis políticas.
Naturalmente, el desarrollo mismo de las fuerzas de pro-
ducción y una mayor capacidad de las potencias dominantes
del capitalismo para satisfacer en una mayor medida las ne-
cesidades económicas y sociales de la clase obrera ha influido
en este desarrollo. Pero el factor principal en este desarrollo,
en mi opinión, lo representan los importantes cambios estruc-
turales en el sistema capitalista. Estos cambios son tales que
por una parte, casi en forma sorprendente, demuestran la

* Extractos
de la entrevista de Edvard Kardelj al órgano teóri-
co del Partido Comunista de Italia «Rinascita » . El titulo ha sido
puesto por la redacción de CAS. — nota de la redacción.
12 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

necesidad del socialismo y facilitan el paso al socialismo mien-


tras que por otra parte hacen posible que el sistema capita-
lista prolongue su existencia histórica.
Pienso que el factor principal que ha actuado en esa di-
rección y ha influido también sobre los cambios estructurales
del mundo capitalista es el desarrollo paralelo y el entrecru-
zamiento de procesos como lo son: la enorme centralización
nacional y supranacional del capital y el crecimiento incon-
tenible de la fuerza económica y política de los centros de
monopolio del capital, hasta la dominación absoluta de las
fuerzas crecientes de la capa dirigente-tecnocrática en la
estructura del capitalismo, el vinculamiento cada vez más
amplío y directo de esa capa con la estructura del poder eje-
cutivo estatal, la cada vez mayor dependencia del Estado de
los intereses de las cimas monopolistas de la sociedad capi-
talista y —en relación con todo eso— el cada vez mayor papel
del Estado en la economía como exponente de los intereses del
sistema capitalista, formados de esa manera.
Este desarrollo de la estructura del capitalismo ha causado
no sólo el surgimiento de monopolios nacionales sino también
transnacionales, habiendo crecido al mismo tiempo la fuerza
de la estructura tecnocrática, gerentista en el mundo capi-
talista. La clásica propiedad capitalista familiar de hecho ha
sido relegada a la periferia. Los accionistas tienen un influjo
cada vez menor sobre la política de las compañías capitalistas
pero la tecnocracia de los gerentes está obteniendo en la tota-
lidad del sistema de propiedad capitalista un papel enorme y
con un poder tecnocrátice, monopolista administra, por cierto,
no sólo su propio capital sino también el ajeno. Esta tecnocra-
cia gerentista depende de la ciencia, de las capacidades técni-
cas y por ello trata de subordinar a las fuerzas sociales más
creadoras. El capitalismo monopolista y la tecnocracia geren-
tista requiere ante todo de un determinado grado y forma de
planificación estatal más amplia puesto que es capaz de pla-
nificar en una medida determinada dentro de los marcos tanto
nacionales cuanto internacionales. Para alcanzarlo la tecno-
cracia, o sea el monopolio subordinan al Estado y lo transfor-
man en su instrumento.
La competencia entre los monopolios, que a pesar de su
gran concentración aún actúa, como temor ante las crisis eco-
nómicas y políticas y una serie de otros factores similares obli-
gan a las cimas tecnocrático-gerentistas del monopolio a lu-
char por el incremento de la productividad del trabajo y de
9

EL SOCIALISMO: UNICA SALIDA 13

la producción. Por eso precisamente las compañías monopolis-


tas han dado en los últimos decenios importantes pasos en la
así llamada revolución tecnológica.
Además de ello, el capitalismo monopolista se ha hecho
también más capaz para adoptar determinadas formas de pla-
nificación y se interesa también por este tipo de planificación
pues hace posible que se impidan las más graves crisis econó-
micas y políticas.
Marx mencionaba en el «Capital» la posibilidad de que
el sistema capitalista evite las crisis cíclicas bajo determinadas
condiciones, eso es si los capitalistas son capaces de ponerse
de acuerdo sobre una determinada política económica. Marx
mencionaba esta posibilidad como hipótesis, en cuya reali-
dad no creía, pues consideraba que los capitalistas a causa de
sus conflictos de competencia y de otro tipo no podrán ponerse
de acuerdo sobre esta política económica común. Pero precisa-
mente es lo que en cierta medida está sucediendo ahora, exac-
tamente de la manera en la que lo había previsto Marx hipo-
téticamente.
La solución, tal como es, naturalmente no es compleja.
El factor principal en el desarrollo de estas tendencias es el
Estado, o sea su papel en la economía. Aún el hecho de que el
Estado se está convirtiendo en un capitalista cada vez mayor
y más poderoso no constituye un temor para la sociedad capita-
lista pues con esa posición desempeña un papel muy impor-
tante en la armonización del desarrollo material. De esta ma-
nera surge una estructura especifica del capitalismo estatal-
monopolista. Y todo eso refuerza indudablemente las premisas
objetivas para un paso pacífico a determinadas formas de pro-
piedad estatal de las relaciones de producción socialistas.
Este desarrollo lleva en sí también consecuencias políti-
cas. El monopolio siempre aspira al poder autoritario. Respal-
da el sistema parlamentario mientras éste vaya de acuerdo con
sus intereses, pero renuncia a él fácilmente, cuando éste ya
no puede defender sus intereses. Por eso anhela el fortaleci-
miento del papel del sistema ejecutivo del Estado, y en el
caso extremo se protege también con golpes militares, los
diferentes regímenes autoritarios y hasta con el fascismo.
Además de eso, este anhelo de un sistema político auto-
ritario no se limita solamente a las fronteras nacionales sino
que se hace internacional.
Hoy en día, efectivamente, las cimas del capital mono-
polista no se vinculan solamente al aparato estatal dentro
14 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

de las fronteras nacionales, sino que surgen ya los así llama-


dos «cárteles políticos», distintos «clubes» etc, en dimensiones
transnacionales. Se vinculan en ellos políticos, gerentes, pro-
fesores etc, en una especie de organizaciones semi-públicas
que tienen gran influjo sobre los gobiernos de los países capi-
talistas. En primer lugar, actúan en esa dirección distintas
organizaciones e instituciones públicas internacionales, que
se han convertido en factor importante de la estructura con-
temporánea del capitalismo. Y por último, actúa en esa di-
rección también el desarrollo de la estructura política del mun-
do contemporáneo en el que la división en bloques y las con-
trariedades bloquistas afianzan la fuerza de las superpotencias
y su influjo sobre el desarrollo político dentro de los sistemas
bloquistas.
Todas estas tendencias y las similares, organizaciones
e instituciones, estimulan la adopción de distintos acuerdos
internacionales que atenúan las crisis económicas e influyen
también sobre los acontecimientos políticos en todo el mundo.
De esta manera los gobiernos también se hacen más capaces
para una determinada planificación internacional o por lo
menos para la solución de los problemas más graves de la
crisis, lo que, naturalmente, significa la transferencia de sus
consecuencias sobre la clase obrera, sobre el pueblo y sobre
los países subdesarrollados, y también sobre la parte de la
economía capitalista que con la productividad del trabajo
no puede ir al paso con los monopolios.
Al mismo tiempo en dependencia recíproca de estos fenó-
menos se manifiesta la tendencia por la reducción del papel
del parlamento, o sea hay una tendencia de limitar en forma
cada vez más marcada el papel del parlamento en la toma de
decisiones. El Estado, o sea su poder ejecutivo, ciertamente
desempeña un determinado papel positivo en la atenuación
de los fenómenos de crisis, pero al mismo tiempo se está con-
virtiendo, en una medida cada vez mayor, en instrumento
directo de la tecnocracia capitalista, o sea monopolista. Surge
e incrementa cada vez más la enajenación de las masas de
todas las formas de gestión, tanto del Estado, como también
de la sociedad y del trabajo. Aún ayer, cuando el capitalista
era propietario de la fábrica, había, a pesar del antagonismo
entre él y los obreros, cierto tipo de contacto directo, mientras
que en la actualidad los centros gerentistas de las grandes
compañías nacionales y transnacionales, están precisamente
alejados en forma mística y eso no sólo del trabajador manual,
EL SOCIALISMO: UNICA SALIDA 15

sino también del ingeniero, del intelectual, y hasta del parla-


mento en la medida en la que el parlamento pierde el papel
real en la sociedad y en la que incrementa la fuerza del poder
extra-parlamentario del capital monopolista y de distintas es-
tructuras estatales relativamente estrechas.
Sin embargo, estas tendencias de desarrollo del sistema
capitalista entran en contradicciones cada vez mayores ' con
los intereses de la clase obrera, de las masas populares y del
pueblo, pero también con partes de la burguesía nacional. Las
resistencias que se manifiestan, causan nuevas formas de pre-
sentación de la crisis del capitalismo. En las resistencias en
contra de tales tendencias de enajenación del hombre del in-
flujo directo sobre la gestión del trabajo, la sociedad y hasta
de su vida, surge un movimiento específico de las masas que
exigen convertirse en sujeto político, social, económico y cul-
tural en la sociedad. La presión aumentada de las masas, se
expresa, por una parte, en las demandas de un mayor influjo
en los partidos políticos y el parlamento, así como también
por un mayor papel social del parlamento y por la limitación
del poder extra-parlamentario del capital, y por la otra, en
las exigencias por distintas formas de autogestión o de parti-
cipación directa de los obreros, trabajadores y ciudadanos en
la solución de las cuestiones por las que tienen intereses vita-
les elementales, ante todo en la esfera de las relaciones socio-
económicas, en el autogobierno local, en los deseos de una
mayor autonomía, descentralización etc. Esta es de hecho una
rebelión espontánea de las masas en la que solamente un
movimiento obrero organizado puede introducir la conciencia,
la orientación consciente — una rebelión espontánea en contra
del proceso —característico de nuestra época— de enajenación
del hombre de todas las formas de gestión de la sociedad.
Pienso que en cierto sentido figuran aquí algunos fenó-
menos marginales, o sea acompañantes, negativos de este pro-
ceso, como lo son las distintas formas de ultrarradicalismo,
terrorismo, los lemas ultraizquierdistas etc. Lo característico
es que el protagonista de estos fenómenos no es la clase obre-
ra, a diferencia, digamos, del siglo XIX en el que el anarquis-
mo fue un fenómeno marcadamente obrero, sino la intelectua-
lidad, así que en algunos países se vincula a capas semi-
campesinas, semi-proletarias más pauperrizadas.
La posición social de la intelectualidad se ha hecho espe-
cífica y al mismo tiempo un problema muy grave de la socie-
dad contemporánea. Este problema no resulta característico
16 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

solamente para el mundo capitalista, sino a su manera tam-


bién para la sociedad socialista de nuestra época. El número
de personas educadas, o sea instruidas ha incrementado enor-
memente. Pero al mismo tiempo la enorme mayoría de estas
personas instruidas ha perdido la posición, que tenia antes, de
capa entre la clase obrera y la burguesía y se ha encontrado
en las mismas posiciones de asalariado como el obrero manual.
Se ha convertido en parte integrante de la clase obrera en
el sentido auténtico de esta palabra. En breve, la intelectuali-
dad se ha encontrado en la posición de tener que cumplir me-
cánicamente las tareas de trabajo que dicta un centro lejano,
sobre el cual ya no tiene ningun influjo directo. La inte-
lectualidad se opone a esa posición. En esa oposición a la re-
lación de asalariado, a la explotación capitalista y a la enaje-
nación del hombre de la gestión de su propio trabajo y sus
intereses sociales, hay mucho de lo que es progresista y todo
eso vincula a la intelectualidad al movimiento obrero. Pero en
ello puede haber también mucho de lo reaccionario, ante todo
cuando la intelectualidad trata de apartarse de la clase obrera
y del movimiento obrero y cuando trata de volver a conquistar
una posición social especial entre la clase obrera y la burgue-
sía, lo que de hecho es totalmente irreal. Precisamente esta
mezcla de unas y otras tendencias crea en el mundo contem-
poráneo movimientos específicos de intelectuales que se ma-
nifiestan o bien bajo distintas formas de ultrarradicalismo, sea
social o liberal, o bien en el así llamado «elitismo» intelectual,
o sea en las demandas del papel rector de la intelectualidad
en la sociedad.
Creo que este fenómeno es de importancia transitoria.
Este aspecto reaccionario en el movimiento de la intelectuali-
dad, no cabe duda, irá entrando en confrontación cada vez
más grave con la realidad social e irá perdiendo fuerza. Y
eso orientará esta resistencia específica de la intelectualidad
a la vinculación con el movimiento obrero. Estos procesos
entre la intelectualidad vuelven a probar en forma elocuente
cuán irreales resultan todas las teorías sobre el papel crecien-
te de la así llamada «clase media».
Así se expresa en forma marcada de modo político el
grado actual de crisis del mundo capitalista. La política del
así llamado «eurocomunismo» en la época actual y sobre todo
en las circunstancias de Europa Occidental por ello es mar-
cadamente necesaria, es una política indispensable. Efecti-
vamente, el partido comunista y el movimiento obrero en
EL SOCIALISMO: UNICA SALIDA 17

general podrán convertirse en factor político y en fuerza


rectora de esta presión únicamente en el caso de que sepan
incorporarse a tiempo a esta presión. Lo que en mi opinión
resulta deficiente en la política del eurocomunismo es la falta
de empeño en el desarrollo de otras formas de lucha de las
masas para la penetración en la totalidad del sistema social y
no sólo en el parlamento. Me refiero ante todo a las distintas
formas de lucha de la clase obrera y de las masas obreras
por la democratización y con ello por la aplicación del siste-
ma de relaciones socio-económicas, o sea por la autogestión
en las fábricas, regiones, municipios, las comunidades locales
etc. Dicho en breve, en los sectores de la vida social que real-
mente se hallan fuera del sistema parlamentario, bajo el poder
directo extra-parlamentario del capitalismo monopolista.
La crisis del mundo capitalista se ha agravado con el
derrumbe del sistema colonial. El sistema colonial se ha de-
rrumbado en un lapso relativamente breve, o sea en poco
tiempo, lo que demuestra evidentemente que su liquidación se
ha convertido esencialmente ya en necesidad a largo plazo
del capitalismo monopolista contemporáneo.
El sistema colonial se ha convertido ante todo en difícil
carga política para las metrópolis coloniales, pues la lucha de
los pueblos por la liberación les cargaba demasiado no sólo
política sino también económicamente. Además de ello los
imperios coloniales parcelados se han convertido en obstáculo
para las tendencias del capitalismo monopolista moderno que
requiere de un mercado mundial libre, amplio, de mercancía
y de capital.
Sin embargo este proceso no se realiza tampoco de acuer-
do con los intereses del capital monopolista. Los países subdes-
arrollados, las colonias de ayer, resisten a convertirse en
anexo del mercado de los países desarrollados y resisten a las
formas clásicas de importación de capital extranjero que signi-
fica la explotación marcada de estos países. Esta es una de las
fuentes de los conflictos «Norte-Sur», conflictos entre los
países avanzados y los países subdesarrollados.
El mencionado conflicto no es solamente económico sino
también político y representa una de las fuentes de la política
y del movimiento de los países no alineados. Ciertamente no
es el único pues el movimiento de los países no alineados es
al mismo tiempo la expresión de la resistencia en contra del
hegemonismo de las grandes fuerzas de todo tipo y en contra
de la división bloquista del mundo. Pero la lucha por la re-
18 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

ducción de la brecha entre los países desarrollados y sub-


desarrollados y por la liberación de los pueblos de todas las
formas de dependencia económica y política, ciertamente es
una de las principales fuerzas motrices del movimiento.
Los países subdesarrollados no alineados plantean la de-
manda de un nuevo orden económico en el mundo. Este es,
naturalmente su objetivo a largo plazo. Pero este objetivo
muestra la dirección de la lucha de los países subdesarrollados
y no alineados. Enfrentadas con esta situación nueva, las
fuerzas dominantes en los países avanzados aún vacilan entre
la confrontación con estas demandas y la disposición a la
concertación, o sea la solución concertada de los problemas de
las relaciones económicas mundiales. Hasta los países socialis-
tas no tienen plena conciencia de la importancia histórica
de este conflicto mundial.
Esta vacilación tiene consecuencias negativas, tanto para
los países subdesarrollados cuanto también para los desarro-
llados. La totalidad del proceso de circulación del capital y
la mercancía internacional ciertamente está deformado. La
exportación del capital de países desarrollados al resto del
mundo es relativamente reducida, lo que ciertamente frena
sustancialmente el incremento de la capacidad de consumo de
los países insuficientemente desarrollados, y con ello la pro-
ductividad de una parte de los países avanzados que por sus
capacidades de producción están en posición de cubrir merca-
dos más extensos del que están cubriendo.
Precisamente esta es la razón por la cual los países desa-
rrollados están relativamente sobrealimentados de capital y
por la cual se orientan, ante todo, al incremento paulatino de
su propio consumo. Hoy en día muchos critican la así llamada
sociedad de consumo. Sin embargo, la sociedad de consumo es
un producto legítimo del estado de las actuales relaciones
socio-económicas en el mundo.
Por lo tanto podemos decir que el conflicto entre los
países avanzados y los subdesarrollados y la lucha por el
nuevo orden económico internacional representa también una
expresión de la crisis del capitalismo contemporáneo y al
mismo tiempo un factor que ahonda esta crisis. De todas estas
razones, al igual que de una serie de otras, y sobre todo a
causa de las contradicciones en la estructura interna, el capi-
talismo contemporáneo —a pesar del empeño del Estado y de
otros métodos de conciliación de los intereses de la burguesía
en poder— tampoco ha logrado superar las fuentes económi-

nnM
EL SOCIALISMO: UNICA SALIDA 19

cas de la crisis. Ciertamente, ya no se dan más las crisis


cíclicas, clásicas, pero por eso las así llamadas «recesiones»
se han convertido en fenómeno permanente.
Por lo consiguiente todas estas formas de manifestación
de crisis del capitalismo contemporáneo orientan la conciencia
de las masas populares hacia el socialismo como única salida
de esta crisis. Pero este desarrollo abre al movimiento obrero
la perspectiva de su vinculación con las fuerzas democráticas
más amplias, lo que incrementa aún más la riqueza de las
vías hacia el socialismo. Pienso que precisamente en la apre-
ciación de esta verdad consiste la fuerza del así llamado
«eurocomunismo».
Edvard KARDELJ
(Traducción : D. Soldatie)
Concepción de Tito de la organización
de las masas populares

Enfoques del compañero Tito sobre el papel de las


organizaciones socio-políticas de masas en la revolución
y en la construcción de la sociedad socialista

Las ideas llegan a ser fuerza material recién cuando prenden


en las masas. Este pensamiento de Marx se ha confirmado y
realizado ininterrumpidamente en la concepción y en la prác-
tica de la revolución, en todas las etapas del desarrollo de la
autogestión socialista, en la política y en todos los cometidos
históricos del Partido Comunista, o sea de la Liga de los Co-
munistas de Yugoslavia. La articulación de la teoría marxista
revolucionaria con el movimiento revolucionario de la clase
obrera y de los estratos básicos del pueblo — ha sido el hilo
rojo en la obra creadora y revolucionaria de Tito.
Portador social fundamental y fuerza social conductora
en la preparación y en el desarrollo de la revolución ha sido
y hoy lo es la clase obrera. Ella pudo realizar con éxito su pa-
pel histórico de sujeto básico de la revolución y de la cons-
trucción de la sociedad socialista recién cuando devino pivote
del aunamiento y columna vertebral del vasto movimiento po-
pular, democrático, de liberación popular y revolucionario
— del frente combativo de las masas populares. Así la pla-
taforma política del movimiento obrero llegó a ser plataforma
y propiedad de todos los estratos básicos de cada uno de nues-
tros pueblos y nacionalidades. La realización de los nexos vi-
vos, duraderos y de la firme alianza de la clase obrera con el
campesinado trabajador, con la mayor parte de la intelec-
tualidad y las demás gentes trabajadoras — ha sido la gran
obra de la vanguardia obrera con el compañero Tito a la ca-
beza.
Tuvo esto importancia decisiva para el carácter y la mar-
cha victoriosa de nuestra revolución socialista. Por el conte-
nido y la amplitud de su plataforma y por su base social de
masas ella tuvo todas las características de una manifiesta

1••n
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 21

revolución popular. Por los mismos motivos se puede aclarar


el hecho de que la edificación de la sociedad socialista sobre
los cimientos de la autogestión sobrevino asunto de la práctica
de millones de personas. Vinculando en proceso revolucio-
nario único la lucha de la clase obrera con la lucha de todos
los demás estratos laborales y de los pueblos y nacionalida-
des privados de derecho en el plano nacional, el PCY se des-
arrollaba y vigorizaba como núcleo conductor ideológico-polí-
tico revolucionario del amplio frente de las masas populares.
Como vanguardia obrera, el PCY es aceptado y reconocido
en el seno de cada uno de nuestros pueblos en su calidad de
fuerza nacional guía. Como partido de la revolución deviene
partido de las masas. El curio principal a la modelación de
esta concepción sobre el papel de la vanguardia obrera lo dio
el compañero Tito.
De las obligaciones y responsabilidades de los comunistas
frente a los intereses existenciales del pueblo y de la vincu-
lación de su lucha de clase con las aspiraciones y la lucha
del pueblo hablan también las palabras que Josip Broz Tito
pronunció en mayo de 1939:
«Trabajando en interés del pueblo: en interés de la paz, de
la democratización, de la emancipación nacional y de la in-
dependencia de Yugoslavia, nosotros, los comunistas, no desis-
timos un ápice de nuestros principios; al contrario, es el úni-
co camino por el que la vanguardia de la clase obrera debe
marchar. Unicarnente la articulación más estrecha con el
pueblo, con las masas, la lucha mancomún por el bien gene-
ral del pueblo es garantía a la victoria del mejor futuro, por
el cual luchamos nosotros los comunistas. Pero ni bien par-
tiéramos nosotros, los comunistas, por otro camino, por el ca-
mino del aislamiento respecto a las amplias masas populares,
nuestra madre, estaríamos condenados al fracaso.»'
La realización de la ligazón política y de acción de la
clase obrera con el resto de los estratos laborales de la socie-
dad y con la lucha de liberación de las naciones privadas de
derecho, y el crecimiento de la vanguardia obrera en partido
de las masas fueron factibles una vez que el Partido Comu-
nista de Yugoslavia, a despecho de las duras condiciones de
la ilegalidad, logró arrinconar y superar en sus filas diversas
formas de sectarismo que conducía a enclaustrar, volver
absorto y a separar al Partido de las masas obreras y popula-
res. Así como el sectarismo y el fraccionalismo debilitan la ca-
pacidad del Partido para movilizar, organizar y conducir las
acciones revolucionarias de los obreros y de otros estratos
laborales, de la misma manera —según lo puntualizaba el

1 Carta abierta a la militancia del POY, .Proleter, , mayo de


1939
22 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

compañero Tito ya en 1928 en la conocida conferencia parti-


daria de Zagreb— «el fraccionalismo, el sectarismo y el pan-
dillaje se rompen sólo con el trabajo práctico en las masas,
con la vinculación... del Partido con las amplias masas de
los trabajadores industriales y elevando el nivel ideológico de
la militancia partidaria». Pensamientos de Tito que tuvieron
significado duradero en todas las fases de la lucha, y que no
han perdido ni ahora actualidad.
En su práctica revolucionaria Tito se atuvo a la premisa
marxista, la cual puntualizaba y elaboraba creadoramente en
diferentes situaciones, de que el partido obrero no es fin a sí
mismo, ni es suficiente a sí mismo. El partido es parte or-
gánica de su clase y de su pueblo, la conciencia socialista y
la fuerza guía de ellos. El puede existir y vigorizarse sólo a
través de la acción de las masas obreras y populares en las
primeras filas de su lucha. La fuerza de la organización co-
munista no radica tanto en el número de miembros, y tampo-
co sólo en lo progresista de su ideología y fines programá-
ticos. La fuerza de ella se manifiesta y confirma ante todo en
la fuerza de las masas obreras, en la energía, iniciativa y
creatividad revolucionarias de ellas. El sentido del papel de
vanguardia de la organización comunista descansa primordial-
mente en que moviliza las energías revolucionarias de los
estratos laborales, en que da sentido, organiza y orienta sus
acciones.
La fe en el poder de Promete° de las masas populares des-
pertadas, revolucionarias y organizadas; la lucha por las masas
en base a la política revolucionaria claramente definida que
con fidelidad expresa sus anhelos e intereses duraderos y
reales; la creación y la vigorización del amplio frente comba-
tivo y único de la acción liberadora, democrático-revoluciona-
ria y socialista, cuya columna vertebral la conforma la clase
obrera en alianza con el campesinado, y la organización co-
munista su fuerza ideológico-política conductora; la acción
diaria de los comunistas en el seno de las masas, juntamente
con ellas y siempre en su avanzada — es la médula de los
enfoques de Tito del papel de los comunistas y de las masas
en los acontecimientos revolucionarios y de la interrelación
de la vanguardia obrera, clase y pueblo. Enfoques que ya du-
rante cuatro decenios son orientación y práctica dominantes
de la organización de los comunistas yugoslavos. Y en la ac-
tualidad son también puntos básicos de partida y denomina-
dor común en el desarrollo y ejecución práctica de la con-
cepción del puesto, de la esencia y de las funciones de las
organizaciones socio-políticas de las masas obreras y popu-
lares.
En la revolución, que es —expresándonos con palabras de
Lenin— «la manifestación suprema de la lucha popular por
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 23

la libertad» 2, las masas populares que suman millones en-


tran en la escena histórica, devienen fuerza viva y activa, crea-
doras de su futuro.
Señalando la gran influencia de toda revolución pro-
funda en el sentido de la activación del pueblo y del desper-
tar de sus energías creadoras, el compañero Tito puntualizaba
la fuerza de nuestra revolución, que descansa en primer lu-
gar en que las vastas masas laborales en la gran guerra de
liberación llegaron a tener noción de su fuerza y valores, en
que llegaron a ser conscientes de que el asunto de la creación
de una mejor vida para ellas, de relaciones sociales mejores
y justas, era cosa de ellas y que únicamente ellas solas podían
resolverlo con sus fuerzas propias...»3
Esto determinaba el sentido e imprimía su curio a la orga-
nización socio-política de las masas laborales.

ORIGINALIDAD DE LA REVOLUCION EN YUGOSLAVIA


Y CAMINOS PROPIOS DE ORGANIZACION POLITICA
DE LAS MASAS POPULARES

Son el curso y el resultado de la guerra de liberación


popular y el desarrollo de la revolución en Yugoslavia for-
midable testimonio de lo correcto de la premisa teórica de los
clásicos del marxismo de que cada revolución socialista autén-
tica es original y específica. Todo lo que es general y común
en ellas, se realiza en los objetivos y en la esencia clasista, y
ello necesariamente de modo concreto, singular — por dife-
rentes caminos y con diferente ritmo, con la aplicación de
diversas formas y medios de lucha revolucionaria. Así como
no puede haber un camino de validez general de revolución
y de desarrollo socialista, camino que rigiera para todos los
países y para todas las circunstancias socio-históricas, así no
puede haber tampoco un «modelo universal» para la organi-
zación política de las masas obreras y populares. Todo injerto
artificial de esquemas ajenos y de moldes listos tiene necesa-
riamente por consecuencia la obstrucción y la paralización de
las fuerzas vivas e impulsos internos del movimiento revo-
lucionario y la separación de las fuerzas conductoras del mo-
vimiento revolucionario de su clase y pueblo.
En cuanto a la determinación del curso general y de la
línea política correcta en la organización y en la conducción
de la guerra de liberación popular y de la revolución, el com-
pañero Tito puntualiza este pensamiento:

• V. I. Lenin, Obras Escogidas, ii.iKulturwi. , vol. 14, pág. 52


• Tito, Discursos y Artículos, .in Napriject-, Zagreb, vol. IV, pag. 33
24 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

«...Esto significa de que en base a las posiciones gene-


rales de la teoría revolucionaria se debería estudiar las con-
diciones específicas de nuestra realidad social, descubrir en
esta realidad todos los elementos motores y todas las fuerzas
potenciales y, partiendo de esta realidad nacional nuestra en
las condiciones que se formaron con la ampliación de la Se-
gunda Guerra mundial, determinar la dirección del des-
arrollo de nuestra guerra de liberación popular y de la re-
volución».4
La revolución socialista yugoslava con éxito movilizó
para la lucha a las masas de millones de gentes trabajadoras
y logró victorias de significado memorable en gran parte por-
que se desarrolló por un camino autónomo, específico.
La participación en masa de todos los estratos laborales
básicos de la sociedad y de todos nuestros pueblos y nacio-
nalidades en la revolución y su organización política sobre la
plataforma y en el marco del Frente de Liberación Popular
'Pueden aclararse, ante todo, por estas circunstancias:
Primero. Yugoslavia esperó la guerra cargada de revolu-
ción, que era la única salida de los antagonismos agravados
en extremo —clasistas, nacionales, económicos y políticos—
que se habían entretejido en un nudo; antagonismos que po-
dían resolver sólo las fuerzas revolucionarias internas.
La impotencia de la burguesía para abrir por las vías y
medios clásicos del desarrollo capitalista una solución a los
antagonismos clasistas y nacionales acumulados, condujo a la
crisis económica y política permanente del sistema burgués,
que confirmaba cada vez más su falta de expediente. Los an-
tagonismos sociales tenían raíces tan profundas, y el sistema
capitalista era tan inestable que la burguesía no podía, ni es-
taba preparada, para aplicar las formas de gobierno burgués.
Casi durante todo el tiempo entre las dos guerras su gobierno
descansaba en la violencia bruta y el terror político. Esto no
podía estabilizar el régimen, sino llevó a una tensión
extrema todos los antagonismos de clase, nacionales y políti-
cos en la sociedad.
En el ejemplo de Yugoslavia quedó confirmada la noción
de que el país que es muy atrasado no debe por eso estar a
mayor distancia de la revolución socialista de lo que lo están
los países económicamente más desarrollados, con fuerzas
productivas más poderosas, con mayor concentración del ca-
pital y una clase obrera más numerosa. En determinado con-
junto de circunstancias, el subdesarrollo económico puede ace-
lerar y hacer inaplazable el giro revolucionario no sólo por la

Tito: Informe -Cuarenta años de lucha revolucionaria del Partido


Comunista de Yugoslavia, Discursos y Artículos, .nNaprijed-, Zagreb vol. 1,
pág. xxrx
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 25
agudeza de los conflictos sociales que hacen la situación ex-
plosiva, sino también para abrir el único camino posible para
sacar al país del atraso. La burguesía en Yugoslavia, como
igualmente en algunos otros países subdesarrollados, no era
capaz de garantizar esto en base a las relaciones de la pro-
piedad privada y por las vías probadas del desarrollo capita-
lista. La salida se encontraba sólo en los cambios revoluciona-
rios radicales de las relaciones sociales básicas y del sistema
del poder. Esto lo podía realizar únicamente el movimiento
obrero revolucionario, así tenga que confrontarse más tarde
con enormes dificultades y problemas complejos que habrá
de dominar para arrancar al país del atraso y crear con ello
las premisas materiales para el desarrollo de las relaciones
sociales socialistas.
Tomados en su totalidad e interrelación mutua, los facto-
res mencionados iban condicionando la radicalización revo-
lucionaria creciente de la clase obrera y de la juventud, del
campesinado trabajador y de la intelectualidad progresista,
como asimismo la lucha cada vez más enérgica de las nacio-
nes privadas de derecho por la libertad e igualdad naciona-
les. Esto condujo a la situación revolucionaria en la que
--haciendo nuestras las palabras de Lenin— los «estratos ba-
jos» no querían más lo viejo, y los «estratos superiores» no
podían gobernar a la antigua. La revolución era inexorable.
Y se llegó a ella cuando maduraron todas las condiciones
objetivas y subjetivas necesarias.
Las características de tal estado se manifestaron en for-
ma condensada el 27 de marzo de 1941, cuando —según se es-
timó en el Programa de la LCY— se hizo la «primera brecha
revolucionaria al viejo sistema político». El estado de ánimo
revolucionario de las masas recibió formas más acusadas y
nueva cualidad cuando el rápido derrumbamiento del Reino
de Yugoslavia mostró como en la palma de la mano toda la
podredumbre, incapacidad y falta de perspectiva del sistema
burgués y el espíritu capitulante de la burguesía, que no po-
día más ocultar su servidumbre a los intereses capitalistas
extranjeros y la traición nacional.
La ocupación fascista y la desmembración de Yugoslavia,
la agresión de Alemania a la Unión Soviética y el papel de-
cisivo de la Unión Soviética en la coalición antihitlerista
aumentaron las posibilidades a la plena victoria de la lucha
liberadora y revolucionaria en Yugoslavia e influyeron esen-
cialmente sobre la creación de las condiciones y la elección
del momento para el inicio de la insurrección armada, sobre
el curso, las formas y la dinámica de su desarrollo. Pero —se-
gún puntualiza el compañero Tito en el pensamiento ya ci-
tado— todos los elementos motores y las fuerzas potenciales
de la revolución existían y estaban maduros en nuestra reali-
26 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

dad. Los descubrió, unificó y orientó en dirección revolucio-


naria el Partido Comunista de Yugoslavia, junto al papel crea-
dor decisivo del compañero Tito. Se puede aclarar con ello el
porqué en las condiciones de la Segunda Guerra mundial y
de la ocupación de nuestro país la lucha de nuestros pueblos
recibió características, dimensiones y el ímpetu no sólo de
una guerra liberadora omnipopular sino también de revo-
lución socialista.
Segundo. Para la participación multitudinaria de las
masas en la revolución y los caminos originales de su desarro-
llo fue muy importante el que ya en los arios antes de la guerra
el Partido Comunista había logrado colocar los cimientos al
amplio frente combativo de las masas labora/es —democráti-
co, antifascista y liberador— cuya armazón y fuerza de choque
componía el movimiento obrero revolucionario. Para que di-
cho curso se consolidara, fue indispensable que el PCY —por
dilucidación, unificación y desarrollo ininterrumpido de los
enfoques de las cuestiones básicas de la lucha revolucionaria—
elabore tal política principista que contenga respuestas a las
interrogantes candentes de la sociedad y articule los intereses
de todos los estratos básicos del pueblo. En ello tuvieron espe-
cial importancia: la vinculación de las acciones sindicales
cotidianas y otras de la clase obrera con los objetivos revolu-
cionarios a largo plazo; la modelación de una política integral
y consecuente en el campo de las relaciones intranacionales y
la vinculación del movimiento obrero con los movimientos de
liberación nacional; la definición de la política partidaria
sobre la cuestión campesina; la elaboración de la plataforma
para actuar entre la juventud; la lucha contra el peligro del
fascismo, peligro que amenazaba cada vez más y de forma
inminente la independencia del país, y la elaboración de la
concepción sobre el papel, la estrategia, táctica y métodos de
trabajo del PCY en las condiciones de la ilegalidad y de la
radicalización política de las masas.
Sólo en base a la orientación programática clara y la ac-
ción resuelta para defender y realizar los intereses vitales
de todos los estratos laborales, acción basada en una polí-
tica elaborada y principista, el Partido Comunista de Yugosla-
via logró vincular el movimiento obrero con el vasto movi-
miento democrático y revolucionario — con la lucha de las
naciones privadas de derecho, con el movimiento campesino
masivo, con la lucha y el ímpetu revolucionario de la juven-
tud, con las acciones de la intelectualidad progresista, con la
lucha de las fuerzas democráticas contra el régimen
reaccionario, por la democratización del país y la defensa de
su independencia. Para la victoria de tal orientación en la po-
lítica y actividad del PCY, para la consolidación de su uni-
dad en los enfoques en la acción en este curso y, por tanto,
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 27

para el preparativo de las decisivas batallas revolucionarias


que se avecinaban, significado perentorio tiene la llegada del
compañero Tito a la cabeza del PCY en 1937.
Y Bajo la dirección de Tito el Partido Comunista de Yugos-
E
lavia creció en factor revolucionario y político autónomo, que
su línea política, estrategia y táctica edificaba en base al pro-
pio análisis marxista de las circunstancias reales, condiciones
y posibilidades revolucionarias en el país, articulado orgánica-
S
mente con su propia clase y masas trabajadoras, con los in-
tereses y lucha de éstas. Sin ello, el PCY no hubiera podido
3
devenir fuerza motora, conductora en el vasto frente de la
lucha de las masas obreras, campesinas y juveniles y de las
aspiraciones y acciones revolucionario-liberadoras de los pue-
blos privados de derecho.
Sobre la esencia de este cambio el compañero Tito dio
la siguiente evaluación:
«Aleccionado por los acontecimientos pretéritos, la nueva
dirección del PCY, formada en 1937, aprobó la decisión de
liquidar totalmente la emigración política y de que la direc-
ción del Partido esté con todo el Partido en el país, de que
no reciba ayuda material alguna de fuera, de que esté bajo el
3
control constante de la militancia partidaria, de la clase obrera
1 y de las gentes trabajadoras, y que se vuelva hacia los pro-
blemas del país y que, resolviendo estos problemas, ejerza
su deber ante su pueblo, cumpliendo al mismo tiempo su
deuda internacionalista para con el movimiento obrero inter-
nacional.»5
Y a continuación:
«...Nuestro Partido no fue fin para sí mismo, sino fuer-
za revolucionaria organizada y organizadora de clase al ser-
vicio del pueblo. Apoyándose ante todo en las demandas y an-
helos de las masas trabajadoras del país, en nuestras condi-
ciones históricas concretas, nuestro Partido por la aplicación
creadora del marxismo-leninismo llegó a ser factor político
autónomo, capaz de asumir la responsabilidad por el destino
del país en los días más difíciles y tenebrosos de su histo-
ria».6
Al arraigarse cada vez más hondo en su propia clase y
al extraer su fuerza de la energía revolucionaria de las masas,
el PCY en la misma medida creaba la resistencia a los esque-
mas sin vida y los moldes listos y desarrollaba la capacidad de
edificar de manera autónoma, creadora su propia política y de

Tito, Informe Cuarenta años de lucha revolucionaria del Partido


Comunista de Yugoslavia . . Discursos y Articulas, •n Naprijed-, Zagreb, vol,
pág. XXII
Ibídem, pág. XXIV
28 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

encontrar tales formas y medios de lucha ajustados a las con-


diciones histórico-concretas del país. Con ello se vigorizó la
confianza de las vastas capas laborales de todos nuestros pue-
blos en la vanguardia obrera.
Al superar las tesis sectarias, en esencia oportunistas,
sobre el retiro a la «mera lucha clasista», el PCY después de
la Cuarta conferencia nacional y del Séptimo congreso de la
Komintern edificaba y aplicaba cada vez más la política de
Frente Popular. Pero recién con la llegada del compañero
Tito a la cabeza del PCY esta orientación deviene punto de
partida y medula de toda la política y práctica del Partido
Comunista. No obstante las condiciones duras de la ilegalidad
y las bárbaras persecuciones, el PCY encuentra y desarrolla
múltiples formas legales y semilegales de articulación con
todos los estratos laborales, actúa en las organizaciones sindi-
cales, juveniles, agrícolas, femeninas, culturales, deportivas
y otras y lucha — juntamente con las masas, por los intereses
nacionales y políticos, económicos y sociales diarios y durade-
ros de ellas. Con la lucha en el seno de las masas y por las
masas, el PCY rompe fácticamente el cerco de la ilegalidad,
se desarrolla como «partido de masas» y llega a ser factor po-
lítico omnisocial de primer orden, cuya influencia sobre los
estratos básicos de todos nuestros pueblos crece de manera
constante.
El Partido confería también determinada importancia a
la realización de la colaboración con determinadas corrientes y
grupos de las direcciones de los partidos burgueses opositores
sí ellos estaban dispuestos a aceptar la plataforma política del
Frente Popular y a participar en las acciones comunes. Pero
el Frente Popular no se creaba y desarrollaba como coalición
de las cimas de los partidos políticos, sino como movimiento
democrático, antifascista, liberador y revolucionario de las
masas populares, cuya unidad política y de acción sobre la
plataforma del Frente Popular se creaba «desde abajo», por
acción propia de ellas, junto al papel organizativo y orienta-
dor del PCY. Tal vasta reunión de las masas trabajadoras
en torno al movimiento obrero revolucionario y su vanguardia
tuvo significado esencial para la realización de la base mul-
titudinaria de la guerra de liberación popular, para la orga-
nización política de las masas populares en la revolución y
para la realización exitosa de sus objetivos.
Sobre los enfoques de Tito, la forma de opinar y la acti-
vidad política en el sentido de la movilización política más
amplia posible de las masas y el obrar de los comunistas en
el seno de las masas, testimonia también el contenido de su
artículo La LICY en su camino, que él escribió en mayo de
1937. Manifestando reconocimiento a la Liga de la Juventud
Comunista por los «numerosos ejemplos de heroísmo y auto-
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 29

sacrificio que despiertan admiración», Tito, de manera abierta


la e inmediata peculiar de él, critica la posición política habida
ue- y la forma de trabajo de la LJCY con las siguientes palabras:
«Pero la LJCY no era una organización de masas.
as, La LJCY era sólo una copia del Partido. No estaba
de articulada con las vastas masas de la juventud, sino aislada de
la estas masas libraba la lucha que admiraban las masas juve-
de niles, pero sin participar en ella. La LJCY era, pues, sólo un
ro tipo de juventud de vanguardia, que vivía y luchaba sepära-
de damente de las amplias masas juveniles. La LJCY ignoraba
[do las cuestiones que interesan a los más vastos estratos juveniles.
ad Ella no comprendía las necesidades cotidianas de la juventud.
lla Los jóvenes comunistas eran jóvenes viejos, que tenían una
on actitud despreciativa frente a todo lo que no era 100% revo-
di- lucionario y altamente político y de esa manera creaban un
ras abismo entre ellos y las masas juveniles».7
;es Señalando la necesidad de que los jóvenes comunistas
le- marchen por «nuevo camino, por el camino del acercamiento
:as e incorporación a las organizaciones juveniles», el compañero
id, Tito hace ver las tareas prioritarias de la LJCY: «1. trabajo
)o- en el desarrollo y consolidación de todas las organizaciones
[os democráticas, progresistas y culturales; 2. actividad a favor
Ta de la colaboración de todas las organizaciones juveniles pro-
gresistas; 3. educar la juventud en el espíritu de la lucha con-
a tra el fascismo, por la democracia, el progreso y la paz; 4.
,y preservación de la ilegalidad de todas las organizaciones ju-
es veniles».8
:el Tal acceso, enfoques y práctica el compañero Tito defen-
ro día consecuentemente y aplicaba de modo creador en todos
in los demás campos de la actividad del Partido en el seno de las
to masas.
as En qué medida el PCY había consolidado ya en los he-
la chos la autonomía en la concepción y realización de su política,
or lo muestra también su posición política después de la firma
a- del pacto entre la Unión Soviética y Alemania en 1939, que
as en el seno de muchos partidos comunistas suscitó equívocos
ia y desorientación ideológica. En algunos partidos se habían
1- extendido las opiniones de que después de dicho pacto había
a- que abandonar la línea del vasto aunamiento de las fuerzas
y antifascistas, fijado en el Séptimo congreso de la Komintern .
En relación a esto, en la dirección del PCY no hubo vacilacio-
nes de ninguna índole. Evaluando el mencionado pacto como
is oportuno en la constelación dada de las relaciones internacio-
nales, el PCY no sacó de ello la conclusión de modificar su
;u
le
n• Proletex,• , Mayo de 1937, No. 5
[d
)- Ibídem
30 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

política de frente popular. El permaneció firme en la plata-


forma de la vigorización del frente de las fuerzas obreras
populares para la defensa de la independencia amenazada pory
el peligro que, en forma de agresión fascista, se cernía sobre
nuestro país. Lo justificado y la importancia a largo plazo de
tal posición del PCY será en breve confirmado en los aconteci-
mientos que comenzaron en 1941.
Refiriéndose a los resultados que después de 1937, con
la contribución creadora decisiva del compañero Tito, el PCY
logró en la elaboración y en la realización de la plataforma po-
lítica del Frente Popular, Edvard Kardelj dio la siguiente
evaluación:
«Con su política de tal naturaleza el Partido Comunista
de Yugoslavia preparó la plataforma en torno a la que mas
tarde pudieron aunarse las fuerzas del Frente Popular para la
batalla decisiva con el fascismo y sus coadjutores nativos.
A la par, justamente esta política fue el único camino posible
y medio de aunamiento de las masas trabajadoras y populares
en las posiciones revolucionarias desde las cuales fue posible
garantizar la victoria de la revolución socialista».9
Tercero. En el Estado multinacional, y además expresa-
mente centralista, basado en la hegemonía de la burguesía
gran serbia y en el sojuzgamiento nacional, como era Yugos-
lavia entre las dos guerras, la relación frente a la cuestión
nacional era la piedra de prueba para el PCY.
El Partido Comunista de Yugoslavia había recorrido el
largo camino de la maduración ideológica, de luchas internas
y de experiencias propias pagadas a precio elevado, hasta lo-
grar construir una concepción ideológica clara y una práctica
política en el campo de las relaciones nacionales. En esta
trayectoria hubo de superar en sus filas la relación nihilista
y subestimante frente a la cuestión nacional, que había sur-
gido bajo la influencia de la ideología unitarista del «pueblo
de tres nombres», de la política de las burguesías nacionales,
de los remanentes ideológicos del ilirismo y del austromar-
xismo. Hubo de superar los equívocos ideológicos manifestados
en el trato de la cuestión nacional como causa de las bur-
guesías nacionales y de su lucha competitiva o su reducción
a la cuestión campesina. Hasta que en el Partido no predomi-
nó este acceso, él no pudo echar profundas raíces en su pueblo
y devenir partido de las masas.
Significativos cambios en la política del PCY frente a la
cuestión nacional sobrevienen después de la Cuarta conferen-
cia (1934), en la cual se adopta la decisión sobre la fundación

Tito y la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, -Radnielca Atampa»


(Prensa Obrera), Belgrado, pág. 21
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 31

ata- del PC de Croacia y del PC de Eslovenia, y del PC de Mace-


as y donia en el futuro más cercano. Verdadero giro en este im-
por portantísimo campo de la actividad política y revolucionaria
obre tiene lugar con la llegada de la nueva dirección partidaria con
o de el compañero Tito al frente. Desde entonces la cuestión na-
teci- cional se trata como uno de los asuntos fundamentales de la
revolución; recibe destacado puesto en la acción política dia-
Con ria y concreta en las masas.
?CY Abandonando la consigna anterior sobre el rompimie.nto
po- de Yugoslavia en cuanto Estado, partiendo de los puntos de
ente vista marxista-leninistas sobre el derecho de cada pueblo
nuestro a la autodeterminación y la secesión, el PCY lucha
ista por el cambio revolucionario de las relaciones sociales y na-
más cionales y por la creación de todas las premisas necesarias pa-
a la ra la posición igual en derechos y el libre desarrollo de las
ros. naciones en el marco de Yugoslavia, en el nuevo Estado
ible común.
ares
ible En cuanto a esto merece la mayor atención la carta que
el compañero Tito envió a principios de noviembre de 1936
a Belgrado, y en la que ahoga «por la libre comunidad de to-
esa- dos los pueblos de Yugoslavia en las fronteras actuales, arre-
esía glada sobre base federal, y contra toda sojuzgación y hegemo-
;os- nía de cualquier pueblo respecto a otro. El pueblo croata,
tión esloveno, serbio, macedonio y montenegrino han de definirse,
pues, de manera democrática de cómo desean arreglar sus re-
el laciones recíprocas en el Estado común. Igualmente, el pueblo
nas A en Vojvodina, Bosnia y Herzegovina tiene el derecho de defi-
lo- nirse sobre su actitud en la comunidad estatal».1°
tica Precisamente porque fundió en su actividad revoluciona-
eta ria el papel y las tareas clasistas con las fuerzas nacionales,
ista el PCY fue y continuó siendo en todas las etapas de la revo-
ur- lución el único partido omniyugoslavo, en el que cada pueblo
bio nuestro y todos juntos vieron su propia fuerza conductora.
les, La lucha por la emancipación económica y social de la
sr- clase obrera y del hombre trabajador y la lucha por el libre
los desarrollo y la igualdad de las naciones devienen dos compo-
ur- nentes esenciales, articuladas indivisiblemente, de la estrate-
ión gia, de la política y práctica de nuestro movimiento revolu-
ni- cionario. Esto tuvo influencia decisiva sobre el carácter, la
blo base multitudinaria y los logros de la revolución yugoslava.
Acerca de la articulación indivisible de la lucha de libe-
la ración nacional y la cuestión nacional, el compañero Tito expu-
n- so a finales de 1942 los siguientes enfoques:
bn
l ° Se trata de la -Carta para Serbia- de Tito, cuyo fragmento citamos
pw. aquí según el libro de Pero Damjanovié: Tito ante temas de la historia,
Instituto de Historia Contemporánea, Belgrado, pág. 271
32 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

«Nuestra lucha de liberación popular no hubiera sido así


tenaz y así exitosa si los pueblos de Yugoslavia no hubieran
visto en ella, además de la victoria sobre el fascismo, tam-
bién la victoria sobre eso que fue en los regímenes pasados,
la victoria sobre los que sojuzgaron y que tienden al ulterior
sojuzgamiento de los pueblos de Yugoslavia. La palabra lucha
de liberación popular — sería tan sólo una frase, y también
engaño, si ella, además de sentido omniyugoslavo, no tuviera
también sentido nacional para cada pueblo en particular, es
decir, si ella, además de la liberación de Yugoslavia, no sig-
nificara al mismo tiempo la liberación de los croatas, eslo-
venos, serbios, macedonios, arnautes, musulmanes, etc., si la
lucha de liberación popular no tuviera el contenido de por-
tar verdaderamente libertad, igualdad y hermandad a todos
los pueblos de Yugoslavia. En ello descansa pues la esencia
de la lucha de liberación popular».11
Observadas en su interrelación, estas tres circunstancias
que trajimos a colación remiten a la conclusión de que la li-
gazón de la lucha de liberación popular y la revolución socia-
lista estuvo condicionada por la naturaleza y la agudización
de los antagonismos internos en la Yugoslavia burguesa, por
los intereses vitales interrelacionados de la clase obrera y de
todos los demás estratos laborales y los intereses de todas
nuestras naciones, como también por la distribución y la rela-
ción de las fuerzas clasistas y políticas. Todas las fuerzas mo-
toras de la revolución actuaron a plenitud.
En las condiciones de la Segunda Guerra mundial, des-
pués de la agresión hitlerista, en los tiempos de la ocupación
— los objetivos sociales y de liberación nacional de la revo-
lución pudieron ser realizados únicamente por la guerra de
liberación popular contra ei ocupante y sus coadjutores, por
la libertad de los pueblos, contra el retorno a lo viejo. Era
ésta la vía principal de la lucha mientras durara la guerra.
Era ésta la base del aunamiento en torno a la clase obrera y
su vanguardia de los estratos más vastos del campesinado, de
la mayor parte de la intelectualidad y de otras fuerzas patrió-
ticas de todos nuestros pueblos y nacionalidades. Arrojar al
ocupante, garantizar la libertad y la igualdad a todos nuestros
pueblos, el rompimiento decisivo con el viejo sistema y la
creación de las bases al nuevo Estado común en el que juga-
rán papel dominante los intereses de esas fuerzas sociales que
dieron la lucha — todos estos intereses, anhelos y demandas
afluían a un curso revolucionario liberador. Esto componía la
médula de la plataforma política del Frente de Liberación Po-

11 Tito, La cuestión nacional en Yugoslavia a la luz de la lucha de


liberación popular, Discursos y Articulos, -Naprije&›, Zagreb, vol. I,
pág. 131
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 33

) así pular, determinaba su vasta base social y la estructura de las


eran fuerzas clasistas y políticas en su seno, con el papel conductor
tam- innegable del PCY, para garantizar en conjunto que la lucha
ados, por lo nacional y la lucha por la emancipación social se reali-
erior cen como proceso único. Por eso nuestra revolución ha sido al
ucha mismo tiempo de liberación popular y socialista.
¡bien En la concepción creadora, en la elaboración y aplicación
riera de los caminos originales de la revolución yugoslava, el com-
r, es pañero Tito insistió ininterrumpidamente en la extensión de
sig- la plataforma política del Frente de Liberación Popular, así
eslo- como se oponía a cada tendencia de actividad sectaria que
si la condujera a reducir la base social y política del movimiento
por- de liberación popular. Por eso estaban en la mira de su crítica
)dos las tesis sobre las «dos etapas de la revolución», las tendencias
ncía a dogmatizar y aplicar mecánicamente las experiencias de la
Revolución de Octubre, los intentos aquí y allá de convertir
icias las unidades partisanas de órganos de la lucha liberadora en
a li- órganos del Partido, las consignas —raras en verdad— sobre
)cia- la implantación del poder soviético, etc.
.ción Ya en el primer número del «Boletín» del Estado Mayor
por de los destacamentos de liberación popular, publicado el 10
y de de agosto de 1941, con estas palabras Tito define las tareas de
odas los destacamentos partisanos y la extensión de la plataforma
da- política del Frente de Liberación Popular:
MO- «Los destacamentos partisanos se llaman de liberación
popular porque no son formaciones combativas de cualquier
des- partido o grupo —en el caso concreto, ni del Partido Comu-
ción nista, si bien los comunistas luchan en las primeras filas—sino
evo- filas combativas de los pueblos de Yugoslavia, en las cuales
de deben de luchar todos los patriotas capaces para la lucha ar-
por mada contra el ocupante, sin importar la convicción políti-
Era ca.»12
rra. Llama la atención también el siguiente fragmento de la
ay carta del Comité Central del PCY, dirigida el 10 de noviembre
de de 1941 al Comité Regional para Montenegro y Boka:
rió- «Ustedes se meten demasiado en consideraciones abstrac-
r al tas que les llevan a conclusiones erróneas. Tengan en cuenta
tros el hecho de que nuestra lucha se desarrolla en condiciones to-
7 la talmente específicas y por eso marcha pues por sus caminos
1ga- originales. No dejen ustedes que les estorben aquí diversas
que analogías, etc.»I3
idas La revolución en Yugoslavia se realizó en la forma de
a la guerra de liberación popular. Ella tuvo una plataforma políti-
Po-
Tito, Discursos y Artículos, .1,Japrijed-, Zagreb, vol. I, pág. 1
de
" Véase: Compilación de documentos y datos sobre la GLP, Instituto
Histórico-Militar del EPY, tomo III, vol. 1
34 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

ca y una base social multitudinaria considerables; lo que re-


cibió su expresión política y organizativa en el Frente de
Liberación Popular, que se fundamentaba en la firme alian-
za de la clase obrera, como fuerza social conductora, con el
campesinado, la intelectualidad progresista y otros estratos
laborales. Esta orientación no estaba dirigida sólo al campe-
sinado pobre sino a todo el campesinado trabajador quien en
su mayor proporción participó en el movimiento de liberación
popular o lo apoyó de diversas formas.
Contrariamente a la política del Frente de Liberación
Popular — el ocupante y la burguesía nativa, incluyendo sus
formaciones políticas y militares, hicieron todo a su alcance
para suscitar la guerra civil con el designio de detener el
curso impetuoso, combatir las bases y disminuir las fuerzas
del movimiento liberador y revolucionario. Enceguecida por
sus estrechos intereses de clase y atemorizada por la lucha ar-
mada de las masas trabajadoras, la burguesía, excepto raros
casos, agarró el compás de la traición nacional y devino mera
herramienta del ocupante y de otros intereses imperialistas
extranjeros.
La plataforma política del Frente de Liberación Popular
y la necesidad de realizar sus vastas bases sociales influyeron
esencialmente también sobre la elección de las formas de lucha
liberadora y revolucionaria en las condiciones de superioridad
técnica y numérica del ocupante.
El centro de gravedad de la lucha no pudo estar en las
ciudades y en medio de los centros obreros, donde era mayor
la concentración del enemigo. Pocas o portunidades ofrecían
recursos de lucha como son las huelgas, manifestaciones o
asaltos de corta duración a los principales enclaves enemigos.
No se podía reducir la lucha ni a la « guerrilla» clásica, ni a
movimiento de resistencia. En todas estas variantes hubieran
quedado al margen las luchas revol ucionario-liberadoras de
los amplios estratos populares, p articularmente del campesi-
nado. Tales formas y recursos de lucha no hubieran posibili-
tado la realización de la p lataforma política y de la base
multitudinaria del Frente de Liberación Popular, ni que la
revolución de liberación nacional, omnipopular y socialista
tomara vuelo.
A la luz de los enfoques del compañero Tito y en base a
los análisis del proceso revolucionario en nuestro país, la esen-
cia socio-política, las funciones y las características elementa-
les del Frente de Liberación Popular en el período de la
guerra liberadora revolucionaria podrían expresarse de la
siguiente forma sintética;
(1) Fue ésta la base política de la lucha armada y una
amplia organización política omnipopular de la insurrección,
o sea, un movimiento revolucionario democrático único con
1

Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 35

ue re- orientación de liberación nacional y socialista, cuya columna


te de vertebral social la compuso la clase obrera, y su núcleo ideo-
alian- lógico-político revolucionario el Partido Comunista de Yu-
con el goslavia. Sobre esta base, el Frente de Liberación Popular fue
tratos el marco más amplio del aunamiento político y de la alianza
Impe- combativa de la clase obrera, de los estratos más vastos del
en en campesinado, de la intelectualidad progresista, de todas las
[ación fuerzas antifascistas y patrióticas. Las organizaciones juveniles,
femeninas, de propios y otras antifascistas daban al Frente
ación de Liberación Popular expreso carácter de masas y gran
o SUS fuerza influyente y de choque.
cance La plataforma política así conformada del FLP, las fuer-
ter el zas motoras de la revolución que en ella se aunaban y se
lerzas unían desde el punto de vista político y de acción, como tarn-
3 por bien la estructura y las relaciones internas de dichas fuerzas
la ar- eran garantía para que la clase obrera en alianza democrática
raros con el campesinado y con otros estratos laborales asegure el
mera papel conductor en la lucha de liberación nacional y su com-
[istas penetración y fusión con la revolución socialista. En esto
nuestra revolución se diferencia cualitativamente de todos
pular los movimientos de resistencia en la Europa esclavizada de
7 eron ese entonces.
ucha (2) El Frente de Liberación Popular se creó y vigorizó
ri da d no por medio de acuerdos y conchabamientos con las cimas de
los partidos burgueses, sino «desde abajo», en las masas, en
las el fuego de la lucha liberadora, a menudo contra la voluntad
ayor de las regencias de dichos partidos. Evaluación general que no
cían pone en tela de juicio el hecho de que en algunas regiones del
es o país, y ello preponderantemente en la fase inicial de la insu-
Egos. rrección, hubo elementos de colaboración de determinadas
ni a organizaciones del PCY con ciertas otras agrupaciones poli-
eran ticas que manifestaban disposición a participar en la lucha
s de común contra el ocupante.
aesi- Esta forma de constitución y de desarrollo del FLP ga-
rantizaba la vigorización de la unidad política de las masas
base populares, y al Frente mismo la solidez indispensable y el
e la crecimiento en fuerza organizada y única de acción. Y en
lista este sentido nuestro Frente de Liberación Po pular se diferen-
ciaba esencialmente de diversas coaliciones de frente popular
se a en otros países, en los cuales a menudo los partidos burgueses
sen- aseguraban el papel decisivo.
la (3) Del Frente de Liberación Popular emergía un poder
(3)
la nuevo, el popular. Ya desde el comienzo, por donde abría
surcos y echaba raíces, la insurrección popular armada des-
una trufa la vieja máquina estatal como sistema de instituciones
ión, y en lo que concierne a la composición de los cuadros. Crea-
con das en calidad de órganos de la lucha liberadora, las juntas de
36 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

liberación popular ya en los primeros meses de la insurrección


llegaron a ser órganos del poder revolucionario. En el curso
de la lucha de liberación se edificó un sistema integral y único
de poder. La nueva organización estatal era no sólo formi-
dable recurso de la guerra de liberación popular sino tam-
bién de la revolución socialista.
Por su esencia clasista, fue ésta una forma peculiar de
dictadura del proletariado en el sentido del papel rector de la
clase obrera y en el sentido de su sólida alianza con el cam-
pesinado y otros estratos laborales. Por el carácter mismo y
la solidez de la base social y política del Frente de Libera-
ción Popular, la dictadura de clase obtuvo la forma de la
más amplia democracia para el pueblo. Fue democracia po-
pular en el verdadero sentido. En el fragor de la lucha ar-
mada los estratos más vastos del pueblo comenzaron a ges-
tionar de forma inmediata los asuntos sociales y estatales.
Con ello se colocaron los cimientos a la democracia socialista
inmediata.
(4) Su carácter de liberación popular el Frente lo manifes-
taba y confirmaba no sólo en la lucha por arrojar al ocupan-
te y la liberación del país sino también en la creación de las
premisas políticas y sociales para resolver la cuestión nacional
— para garantizar el libre desarrollo y la igualdad de cada
uno de nuestros pueblos y de todos ellos juntos en la nueva
comunidad estatal. Por eso el Frente de Liberación Popular
significó la base política para la vinculación y unificación de
todos nuestros pueblos en la lucha común por la libertad y las
transformaciones sociales radicales — por la nueva Yugosla-
via como comunidad federativa libre de pueblos y nacionali-
dades iguales en derecho.
Contrariamente a los afanes persistentes del ocupante y
de sus coadjutores en la persona de las formaciones políticas
y militares de la burguesía de soliviantar el odio nacional y
de aguijonear la guerra fratricida, la consigna de Tito de
hermandad y unidad devino idea guía, política consecuente
y práctica del movimiento de liberación popular.
Con la creación de organizaciones y focos nacionales del
Frente de Liberación Popular, de alianzas nacionales de otras
organizaciones de masas, de comandancias nacionales y de
órganos representativos nacionales del poder revolucionario,
ya en el curso de la guerra liberadora y revolucionaría se
constituyeron las estructuras políticas y estatales de las fu-
turas repúblicas y regiones autónomas; hecho que arraigaba
la política y la lucha del Frente de Liberación Popular cada
vez más hondo en cada pueblo y nacionalidad y les unía aún
más en la lucha común.
Cuando en 1948 Stalin se arrojó contra nuestra revolu-
ción y el Partido Comunista de Yugoslavia, una de sus acusa-
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 37

2ión ciones más graves era que nuestro Partido se diluía en las
uso masas y se desfiguraba en el Frente de Liberación Popular.
ruco Con ello Stalin manifestó su inconformidad con la revolución
mi- que había escapado a su control, que se abría paso y se desa-
am- rrollaba de manera propia, específica y que con ello trazaba
el camino autónomo a la edificación del socialismo, diferente
de al «modelo de validez universal». Atacando al FLP, que sig-
e la nificaba fuente inagotable de fuerzas para nuestra revolución,
am- Stalin manifestó una actitud ignorante frente al papel de las
oy masas trabajadoras revolucionarias y una actitud inconcilia-
ra- ble frente a la esencia y la forma de la realización del papel
la del PCY, quien, como fuerza conductora del FLP — se había
PO- desarrollado en «partido de masas». Estas acusaciones de Sta-
ar- lin hicieron patente a todas luces el conflicto de dos concep-
;es- ciones de la revolución, de dos concepciones sobre la esencia
Lles. de la dictadura del proletariado, de dos concepciones sobre
sta el papel del partido comunista, de dos concepciones sobre los
caminos para la creación de la sociedad socialista.
es-
las DEMOCRACIA SOCIALISTA INMEDIATA, POSICION DE
,nal LA VANGUARDIA OBRERA Y PAPEL DE LAS
ada ORGANIZACIONES SOCIO-POLITICAS DE MASAS
eva En su calidad de marxista, de creador revolucionario, a
Llar quien fue siempre ajena la manera dogmática de pensar, el
de compañero Tito abogó de forma imperturbable por la convic-
las
da-
ción de que la revolución especifica, original como era la
ah- yugoslava exige necesariamente su camino propio, autónomo
en el desarrollo ulterior en el curso de la creación de la
sociedad socialista.
cas
Ya en 1947 el compañero Tito define tal orientación con
1y estas palabras:
de «El nuevo camino para lograr este objetivo no debe ni
nte puede ser en todos los países igual al registrado en la gran
Revolución de Octubre. Plantear esta cuestión de forma dog-
del mática, sería no marxista y no dialéctico. Estos caminos pue-
ras den tener muchos puntos tangenciales, y los tienen; pero las
de condiciones especificas y el carácter del desarrollo interno
rio, en cada país determinan también la especificidad del camino
se para lograr y realizar un mejor sistema social, en el caso con-
fu- creto, como en nuestro medio, para lograr la democracia
Iba popular auténtica».14
ida Las fuerzas que libraron la lucha armada llegaron a ser
k Úfl portadores de la edificación de la sociedad socialista, del
poder material, del sistema socio-económico y político de
lu-
sa- " Véase el libro Tito y La revolución, pág. 187-18 8.
38 CUESTIONES ACT(JALES DEL SOCIALISMO

ella. Se trata de la firme alianza de la clase trabajadora, del


campesinado y de la intelectualidad progresista, bajo la direc-
ción del PCY, o sea del p apel del Frente Popular y de otras
organizaciones socio-políticas de masas.
En la iniciativa y en la creatividad de las masas y de sus
organizaciones socio-políticas en la solución de los problemas
del desarrollo socialista, el compañero Tito vio también la
fuente inagotable de la fuerza de nuestra joven sociedad so-
cialista. Combatiendo toda tendencia sectaria, Tito se empeñó
incesantemente por la ampliación de la base social y política
de la democracia socialista, con lo cual ella profundizaba su
carácter popular.
Al elaborar esta concepción Tito se apoyó en los análisis
y puntos de vista de los clásicos del marxismo sobre el papel
de las masas en la transformación revolucionaria de la socie-
dad.
En cuanto a esto atrae la atención también el siguiente
pensamiento de Engels:
«Allí donde se trate de una transformación completa de
la organización social tienen que intervenir directamente las
masas, tienen que haber comprendido ya por si mismas de
qué se trata, por qué dan su sangre y su vida. Esto nos lo
ha enseriado la historia de los últimos cincuenta años. Y para
que las masas comprendan lo que hay que hacer, hace falta
una labor larga y perseverante...»I5
Y sobre el significado de las experiencias de las masas de
millones en el descubrimiento y el moldeamiento de los cami-
nos concretos del desarrollo socialista, Lenin destacó:
«Nosotros no pretendemos que Marx o los marxistas
sepan el camino al socialismo en su concreción. Eso es una
insensatez. Nosotros sabemos la dirección de ese camino,
nosotros sabemos qué fuerzas sociales llevan por ese camino;
y concretamente, en la práctica lo mostrará sólo la experiencia
de millones cuando ellos emprendan esta obra.»16
Sobre el importante papel del factor subjetivo en la ilu-
minación de las necesidades objetivas y en la mitigación de
los «dolores del parto» en la transformación de la sociedad,
Marx escribió:
«Aunque una sociedad haya encontrado el rastro de la
ley natura/ con arreglo a la cual se mueve... no podrá saltar
ni descartar por decretos las fases de su desarrollo natural.
Pero podrá acordar y mitigar las dolores del parto.»17

Marx-Engels: Obras Escogidas, tomo I, -Kultura,-, Belgrado, 1149,


pág. 113
Obras, edición III, tomo XXI, pág. 113
17 C. Marx, Capital, tomo I, prólogo a la primera edición, «Kultura»,
Belgrado, 1947, pág. XLVI
DE LAS MASAS POPULA RES 39
TITO Y ORGANIZACION

Tales «dolores del parto» hubieron de ser muy difíciles


en el país como era el nuestro, que entró en el camino de la
transformación socialista en condiciones de subdesarrol l o eco-
nómico y después de terribles destrucciones bélicas, y además
expuesto a fortísimas presiones económicas y políticas del ex-
tranjero. Confirmando su fe en la energía revolucionaria de la
clase obrera y en la fuerza del pueblo, Tito sacó la conclusión
que en tal conjunto de circunstancias socio-históricas sólo
crece el significado del factor subjetivo, el papel de las masas
en la construcción del socialismo y en la gestión de la sociedad
y el papel de las fuerzas organizadas de la conciencia socia-
lista. Ni en circunstancias tales el aparato estatal apuede
arrogarse
el papel que pertenece a la clase trabajado r corno
sujeto básico de la edificación del socialismo y al pueblo en
tanto creador de su futuro. En tal situación —por la ini-
ciativa revolucionaria del compañero Tito— fue aceptado el
curso para desarrollar la autcgestión socialista.
«Nosotros somos conscientes » , dijo el compañero Tito
la Ley sobre la gestión obre-
al argumentar en julio de 1950
ra de las empresas económicas, «de que vamos a tener hartos
inconvenien t e s hasta que nuestros obreros dominen todas las
dificultades que provienen de nuestro atraso; pero estemos
convencidos de que nuestros trabajadores pasarán victoriosa-
mente por todas estas dificultades porque son conscientes de
que la construcción del socialismo es causa de ellos, de que
esto puede ser realizado únicamente con su entusiasmo tenaz,
sacrificado y creador».18
En esa ocasión Tito comentó de la siguiente manera las
opiniones de que la autogestión obrera era prematura en las
condiciones de ese entonces en las cuales se encontraba nues-
tro país:
«Quien así piense, se engaña; y tal forma de ver esta
cuestión significaría no ver cuán enormes fuerzas creadoras
desarrollará justamente esta gestión en nuestros trabajadores,
porque esta Ley inaugurará a nuestras gentes trabajadoras
aún más la perspectiva de su futuro, del futuro de toda nues-
tra comunidad. Esto, no sólo que no es pues prematuro, sino
que ha llegado con cierto retraso».0
Señalando los puntos de partida, las fuerzas motoras yen- el
sentido de este acto histórico, el compañe r o Tito en
1968
fatizaba: «Partiendo de las características de nuestra revolu-
ción —en la cual están colocados los cimientos de la socie-
s , de las
dad socialista democrática — , de sus regularidaden del país
experiencias de los primeros arios de la restauració

pág. 252
Tito, Discurs os y Artículos. •,Naprijecl-, Zagreb, vol. y ,
". Ibídem, pág. 221
40 CUESTIONES A CTUALES DEL SOCIALISMO

arrasado y de la construcción planificada y, especialmente,


de nuestras aspiraciones a encontrar los caminos y las formas
de desarrollo socialista autónomo que nos convendrían de la
mejor manera, en nuestro medio maduraba la conciencia so-
bre la necesidad de realizar en la práctica la idea de Marx
de entregar las fábricas a la gestión de los obreros y la crea-
ción de tal sistema so
debe de llegar a sercio-económico en el cual la autogestión
la práctica inmediata de millones de
personas. En este cometido partimos del hecho de que no puede
ser sujeto de la edificación del socialismo el aparato estatal,
sino la clase obrera y toda la gente trabajadora, asociados so-
bre los medios sociales de producción» 211
A continuación:
«... Estábamos c
onvencidos, lo que nuestra práctica más
tarde confirmó, que era esto el camino para la afirmación del
papel creador de la clase obrera y de todas las gentes traba-
jadoras y, al mismo tiempo, garantía para la realización de sus
intereses auténticos. Fue esto, i g
ualmente, expresión del ca-
rácter democrático y humano de nuestra revolución en su
continuidad, considerando que desde el comienzo el hombre
estuvo en primer plano y que en nuestro medio jamás predo-
minó la posición de que los intereses de él tenían que deter-
minarlos ciertos «objetivos elevados».21
Al garantizar la realización de la concepción mencionada
de que la clase trabajadora y todas las gentes
t rabajadoras
devengan sujeto básico de la construcción del socialismo, y
la creación de relaciones sociales autónomas
mediata de millones de personas», sobrevino la« práctica in-
de la iniciativa de todas las fuerzas creadoras que liberación
«
movilizó
y emancipó la revolución».22
Con esto la visión de Lenin sobre la conversión del «po-
der en nombre de la clase en poder de la clase obrera mis-
ma» comenzó a ejecutarse en la práctica. Las premisas
tas sobre la desaparición del Estado no son aplazadas para marxis-
un
futuro lejano. Su realización sobrevino asunto de la práctica
cotidiana.
ta significóCada paso en el desarrollo de la autogestión socialis-
también un paso en la t ransformación del Estado
de poder por encima de la sociedad en instrumento de /a
autogestión obrera y social, en función del trabajo autogestor
asociado.

" Discurso de T. B. Tito en los festejos en


de noviembre de 1968 Jajce, p ronunciado el 29
1. Ibídem

n Véase el Informe que J.


B. Tito p resentó, con ocasión del Cincuen-
tenario de la LCY, el 11 de marzo
congreso de la LCY de 1969 en la sesión solemne del Noveno
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 41

La orientación hacia la autogestión exigía necesaria-


mente dar la batalla a la burocracia estatista y tecnocrática,
cuya fuente de poder y de esencia social están en el mono-
polio del poder y en el monopolio de la propiedad. En esto
el burocratismo —tanto estatista como tecnocrático— basa su
dominio sobre la clase obrera y el hombre trabajador. Signi-
ficando la autogestión superación y negación de todo mono-
polio de poder y de cada monopolio de propiedad, ella inau-
gura verdaderos caminos y encuentra verdaderos medios .para
cortar de raíces el burocratismo. Por eso los comunistas yu-
goslavos y nuestra sociedad se confrontaron abiertamente,
con más energía y antes que cualquier otro con el fenómeno
del burocratismo que —como lo advertía Lenin— significa
uno de los mayores peligros para la clase obrera en sus pri-
meros pasos hacia el socialismo.
Sobre la articulación cl;. la lucha por la autogestión con
la lucha contra el burocratismo, el compañero Tito en opor-
tunidad de la aprobación de la Ley sobre la gestión obrera
de las empresas económicas apostrofó el siguiente pensa-
miento:
«La entrega de las fábricas, minas, etc, en administración
a los colectivos laborales imposibilitara que se anide en nues-
tra economía una enfermedad contagiosa que lleva el nom-
bre de burocratismo. Esta enfermedad se transmite con extra-
ordinaria facilidad y velocidad de la sociedad burguesa y es
peligrosa en el período de transición, por cuanto como pulpo
con sus miles de tentáculos obstruye y dificulta el rápido y
correcto proceso del desarrollo. El burocratismo recae entre
los mayores enemigos del socialismo justamente porque se
intoduce imperceptiblemente en todos los poros de la activi-
dad social, sin que la gente sea consciente desde el comienzo
de esto. Sería erróneo pensar que el burocratismo no haya co-
menzado a echar raíces también en nuestro medio. Y en nues-
tro medio él ha comenzado ya a introducirse en diferentes
instituciones, en el aparato estatal y en la economía; pero
nosotros somos conscientes de ello y por eso hemos tomado
ya una serie de medidas para imposibilitarlo. No son suficien-
tes aquí medidas de campaña, sino la lucha y educación inin-
terrumpidas de la gente». z
Con estas palabras formuló de manera concisa el compa-
ñero Tito la esencia de la lucha contra el tecnocratismo:
«La lucha contra el tecnocratismo en nuestras condiciones
deviene cada vez más importante y de igual significado como
la lucha contra el estatismo. Lo nutren tanto las fuerzas del
primitivismo y del atraso que tienden a conservar el estado

r, Tito, Discursos y Artículos, •n Naprijed-, Zagreb, vol. V, pág. 246


42 CUESTIONES A CTUALES DEL SOCIALISMO

de cosas, como también ésos que en realidad no creen en la


autogestión o en la clase obrera como factor p
tra sociedad socialista. Contra el tecnocratismo rincipal de nues-
luchar ve rbalmente, sólo con dispositivos no podemos
das adm inistrativas, sino en primer lugar con p olíticos o medi-
/a vigorización
de la práctica autogestora
del t ecnocratismo y de su base material. El p eligro
crece por el hecho de aparecer él no sólo
en las organizaciones económicas sino también en las comuni-
dades y organizaciones so cio-políticas, en los mismos órganos
políticos. V i
damente pornculándose
el poder y con el estatismo, él lucha encarniza-
p articularmente por la vía del capital
altera las relaciones autogestoras».2''
Ligado al burocratismo político, el
tecnocratismo
contra la autogestión y el papel rector de la Liga de se loslanza
Co-
munistas. La expresión ideológica y política del tecnocratismo
y sus c onjugaciones con el burocratismo
do: el nacionalismo en la forma separatista político son a menu-
tarista, y c e n tralista-uni-
el liberalismo burgués y pequeño burgués, la lucha de
camarilla por el poder y, basado en esto, el fr accionalismo.
El compañero Tito a menudo advertía tales fenómenos y exi-
gía una lucha enérgica contra ellos. Sobre el particular él,
en su Informe al Décimo congreso de la LCY,
siguiente evaluación: formuló la
«Las raíces sociales de los ataques más recientes a la auto-
gestión y a la unidad de la Liga de los Comunistas se hallaban,
como lo dije ya, en el f o rtalecimiento del
su conjugación con el burocratismo tecnocratismo y en
político y en la actuación
reforzada del enemigo de clase, cuya actividad hemos omitido
bastante. A ello favorecían también las concepciones miopes
y egoístas que pierden de vista el interés de la clase y de la
sociedad en su conjunto. La omisión de la unidad de los inte-
reses de la clase obrera ponía en peligro el papel rector de
la LCY y posibilitaba la p
nalistas y t e cnoliberalistasroliferación de los enfoques nacio-
en la Liga de los Comunistas».25
Dondequiera que echan anclas y se atrincheran, el tecno-
cratismo y el burocratismo estatista
rompen los vivos nexos
entre las fuerzas conductoras del movimiento socialista y las
masas obreras, socavan el papel social dominante de la clase
obrera, hacen formal y tergiversan la esencia clasista y de-
mocrática de la autogestión e intentan alterar la igualdad y
la unidad de nuestros p ueblos y nacionalidades.
Del ser monopolista y antidemocrático del burocratismo
y del tecnocratismo proviene su actitud
recusante frente a la

" Discurso en la Asamblea Federa/ con ocasión de la elección para


Presidente de la República, 29 de julio de 1971
Décimo Congreso de la LCY ( do
nist ,•, Belgrado, pág. 61 cumentos). Centro Editor . 1Comu-
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 43

a participación directa de las masas en el decidir autogestor


y en la gestión de los asuntos sociales y en la realización del
control de ellas sobre el trabajo de los órganos estatales,
autogestores y directrices y de los portadores de las funciones
operativo-administrativas y de otra índole. Por los mismos
o motivos los centros burocráticos y tecnocráticos del poder
ci económico, social y político en todas partes intentaron echar
a un lado, a la vía secundaria, las organizaciones socio-políti-
cas masivas al no poderlas convertir en su brazo alargado,. en
su instrumento. Por eso la lucha tenaz contra el burocratismo
estatista y tecnocrático es la otra vertiente de la misma lucha
por la autogestión, por la democracia socialista inmediata y la
vigorización del papel rector de la clase obrera en todos los
campos de la vida social.
Tito siempre ha manifestado un sentido desarrollado en
el descubrimiento y la clara definición de la articulación
dialéctica entre la espontaneidad en la manifestación de los
intereses, en la actividad de las masas y en la indispensabi-
lidad de la orientación organizada y consciente de la acción de
ellas. Con la realización de esta articulación, los estados de
ánimo espontáneos, los intereses y demandas de las masas
se transforman en su creatividad socialista.
Partiendo del convencimiento de que la autogestión es
la autoactividad revolucionaria de la clase obrera y de la
gente trabajadora y de que en las relaciones autogestoras se
expresan libremente, se articulan y armonizan a menudo in-
tereses diferentes de todas las partes del trabajo asociado, el
compañero Tito —al evaluar los resultados obtenidos y gene-
ralizando las experiencias ganadas— puntualizaba que «nues-
tra práctica prueba que el mayor poder de la autogestión radi-
ca en que emancipa la iniciativa creadora de las masas más
amplias e inaugura caminos a la emancipación del trabajo y
de la personalidad del hombre, lo que acelera la creación de
la conciencia y eleva la dignidad de las gentes trabajadoras
como portadores de lo creativo y el progreso».2fi
Igualmente, en todas las fases de desarrollo de la lucha
por la autogestión socialista, en los enfoques y el obrar del
compañero Tito hay un espíritu consecuente total y continui-
dad en los siguientes accesos y puntos de vista:
I tiónepu
<< dlialuacuidtoageiisn
(1) eqa ue d lasedecoenxtirstaidricycivonige:riszoacrisaeleslló r
mo práctica social consciente, que no se puede abandonar a la
autocorriente — ni a la acción espontánea del mercado, ni
a la libre competencia de intereses contrapuestos, ni a la es-
pont(á por
cuanto la «teoría del automatismo» y la inclinación ante la

" Discurso en el Segundo congreso de los


autogestores en Sarajevo,
5 de mayo de 1971
44 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

espontaneidad llevarían a la tergiversación de la esencia so-


cialista de las relaciones en la producción y en la distribución,
trazarían el camino a la restauración y el fortalecimiento del
monopolio de todo tipo, del «derecho del más fuerte» y del he-
gemonismo en las relaciones socio-económicas e intranacio-
nales, como también pondrían en peligro el papel social rec-
tor de la clase obrera;
(2) que la lucha por la autogestión es forma peculiar de la
lucha de clase, no dependiendo su evolución sólo de lo correc-
to de la orientación general, de las normas constitucionales y
legales y de las soluciones institucionales, sino ante todo de la
correlación de poder de las fuerzas clasistas y políticas, del
desarrollo de la conciencia socialista autogestora de clase de
la clase obrera y de la acción socialista organizada —autoges-
tora y política— de la gente trabajadora;
(3) que la autogestión no significa sólo derechos sino tam-
bién deberes en la misma medida, obligaciones y gran res-
ponsabilidad de cada hombre trabajador y colectivo laboral
para con los intereses de la clase en cuanto conjunto y para
con los intereses duraderos del desarrollo de toda la comu-
nidad socialista autogestora; que todos los trabajadores-auto-
gestores han de luchar por el orden y la disciplina autoges-
tores; que las ventajas del sistema de la autogestión socialis-
ta, respecto a otros sistemas, deben confirmarse constante-
mente con logros cada vez mayores en el aumento de la pro-
ductividad del trabajo y del ingreso, en la actividad económica
eficaz y en la disponibilidad racional de los recursos de pro-
piedad social;
(4) que, en razón a todo esto, la autogestión no puede
desarrollarse y consolidarse en cuanto sistema integral y re-
lación productiva gobernante en toda la sociedad sin el papel
ideológico-político rector cl2 la Liga de los Comunistas de
Yugoslavia, como factor insustituible de la integración ideo-
lógica y política de la clase obrera, de todos los estratos labo-
rales y de nuestra comunidad multinacional, y sin el obrar
activo y diario de las organizaciones socio-políticas masivas
como factor de la conciencia y acción socialistas; que todo
cuestionamiento, dilución o intentos de burocratizar las fun-
ciones de las fuerzas socialistas organizadas, con la Liga de
los Comunistas a la cabeza, entraña amenaza para las bases
mismas de la autogestión, o sea, tergiversación de su esencia
socialista, democrática y humanista.
Estos mensajes y premisas teóricas y políticas conforman
el hilo rojo único en la obra creadora y revolucionaria del
compañero Tito. Ellas manifiestan también las determinacio-
nes fundamentales respecto al significado, puesto y cursos
prioritarios de la actividad de las organizaciones socio-políticas
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 45

)- masivas y del papel de la organización comunista en ellas en


1, las condiciones de la lucha por la autogestión socialista.
Organizaciones socio-políticas como instrumento de la de-
mocracia inmediata — Debido a las condiciones histórico-
objetivas en las cuales se realizó la Revolución de Octubre, y
particularmente a causa de las relaciones de las fuerzas de
clases en su seno, los bolcheviques —como lo dijo Lenin—
«hubieron de realizar la dictadura del proletariado en su for-
a ma más cruda». Sobre el particular, él a menudo destacaba
que tal experiencia no debía de repetirse en otros países,
y que la «transición del capitalismo al comunismo se caracteri-
a zará, naturalmente, por una enorme abundada y variedad de
formas políticas, pero la esencia será en ello inexorablemente
la misma: la dictadura del proletariado». 27 Al mismo tiempo,
Lenin abogaba por la incesante profundización de la esencia
y el desarrollo de las formas de la democracia socialista en
la URSS. Porque —subrayaba él— «quien quiera ir al socia-
lismo por otro camino, al margen del democratismo político,
1 llegará inexorablemente a conclusiones absurdas y reaccio-
narias, tanto en el sentido económico como político.»28
En la práctica y concepciones burocrático-estatistas, que
Stalin llevó hasta sus últimas consecuencias, la dictadura del
proletariado se ve en la omnipotencia monopolista de la cima
partidaria y del aparato estatal respecto a toda la sociedad, y
también a la misma clase trabajadora, lo que conlleva a li-
mitar y ahogar la democracia socialista y al dominio del abso-
lutismo político.
Según opinión de Stalin, «la dictadura del proletariado
se compone de las directivas guías del Partido, más la ejecu-
ción de estas directivas por las organizaciones masivas del
proletariado, más su conversión en práctica por la población».
En tales relaciones burocrático-jerárquicas el poder de de-
cisión y autoritario está concentrado en el círculo más estre-
cho de la dirección partidaria, que se funde con el ejecutivo
estatal y el aparato estatal. El papel de las organizaciones
masivas se reduce a transmisiones mecánicas que se dedican
a la «ejecución de las directivas» consignadas por la omni-
potente cima partidario-estatal. Y se deja a la población que
sea mero ejecutor de las órdenes recibidas «desde arriba».
Obviamente, queda aquí poco espacio para la participación
democrática de las masas en el decidir sobre los asuntos so-
ciales y para el papel creador de sus organizaciones.

V. I. Lenin, El Estado ti la Revolución, -Kultura ». , Belgrado, 1947,


pág. 33
V. I. Lenin, Obras Escogidas, tomo I. vol. 2, n<1.Cultura”. , Beograd,
1949, pág. 17
46 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

Inspirados en los enfoques del compañero Tito, los comu-


nistas yugoslavos enérgicamente deslindaron las concepciones
burocrático-estatistas de la dictadura del proletariado ya en la
guerra revolucionaria de liberación, confirmándolas con nue-
vos logros y cualidades durante todo el tiempo del desarrollo
de las relaciones socialistas autogestoras.
Siguiendo la lógica de los enfoques de Tito, expresados en
el Programa de la LCY, se puede decir que la dictadura del
proletariado en nuestro país es el gobierno de la misma clase
trabajadora y de sus fuerzas socialistas rectoras en alianza
con el campesinado y otras capas laborales, y no la dictadura
del Partido y del aparato estatal. Su esencia está en el papel
social rector de la clase obrera, en la dominación de sus in-
tereses en las relaciones de la producción y de la distribución,
en todo el sistema socio-económico y político, en toda la polí-
tica y la práctica del desarrollo social, en todos los ámbitos
de la vida de la sociedad socialista autogestora. La clase obre-
ra realiza su papel rector también con ayuda de su Estado,
pero simultáneamente cada vez más a través del sistema in-
tegral del trabajo autogestor asociado, a través del sistema
delegatorio, a través de las organizaciones socio-políticas masi-
vas y de otras formas de democracia inmediata, junto al pa-
pel ideológico-político rector de la Liga de los Comunistas. En
realidad, el sistema entero de la autogestión socialista es una
forma peculiar de la dictadura del proletariado. Dicho de otra
manera, la democracia socialista inmediata es la forma de la
realización del contenido clasista y político de la dictadura del
proletariado.
Sobre la esencia democrática y los métodos del desarrollo
socialista de nuestra sociedad los siguientes pensamientos de
Tito tienen un significado actual permanente:
«El socialismo en tanto sistema social supone como fun-
damento el desarrollo democrático y demanda métodos y for-
mas democráticas de administración del Estado. La experien-
cia del pasado reciente nos enserió que el socialismo no se
puede realizar por métodos coercitivos y por eso nosotros ele-
gimos nuestro camino al socialismo, renunciando a los métodos
stalinistas. Por la fuerza se puede liquidar el viejo sistema,
lo que es caduco; pero por la fuerza no se puede desarrollar y
realizar el nuevo sistema social, más democrático — el socia-
lismo. Aquí son necesarios métodos progresistas, lo mas de-
mocráticos posible.»29
Sobre el amplio significado internacional de esta orien-
tación, el compañero Tito dijo lo siguiente:

Informe sobre la labor del Consejo Ejecutivo Federal, 29 de enero


de 1954
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 47

«Cuanto éxito tengamos en el nuevo camino de la cons-


trucción socialista, no por la vía del terror, no por la vía de la
a retención de todas las funciones en las manos de un pequeño
grupo de personas, sino con la ayuda de una amplia demo-
o cratización y descentralización, tanto mayor será la influen-
cia de nuestro ejemplo».30
Y en qué medida la burocratización de las relaciones so-
cio-políticas puede romper los nexos entre las fuerzas conduc-
E toras del movimiento socialista y las masas, habla también
1 esta observación de Tito:
3 «El burocratismo en absoluto se preocupa del estado de
ánimo de las gentes, del estado de ánimo del pueblo, el pueblo
es para el una masa incolora; el burocratismo lo resuelve todo
por decretos, él no se empapa de la vida y del espíritu del
pueblo, sino impone lo que él piensa que es correcto. El buro-
cratismo es incompatible con la regularidad socialista; él no
opera con la realidad, convierte las leyes y dispositivos más
progresistas en documentos muertos, ineficaces y procura sos-
layarlos y recortarlos todas las veces donde puede hacerlo. El
burocratismo no aprende del pueblo, sino piensa que para eso
está ahí: sólo para enseriar al pueblo. Y aquel que se mete en
la cabeza de que es capaz de enseriar constantemente al pue-
blo sin aprender él mismo del pueblo, ese no es ningún diri-
gente, y mucho menos socialista.»31
Las relaciones socio-económicas que se basan en la auto-
gestión exigen un desarrollo ininterrumpido de la democracia
inmediata. En la base de la sociedad, en la relación de pro-
ducción misma, la autogestión articula las esferas antes sepa-
radas y enajenadas del trabajador: la productivo-económica y
la política. En lugar de la representación política general y
de la mediación entre el hombre trabajador y la autoridad,
se halla en los hechos el proceso de la vinculación del trabajo
asociado y la política, de la autogestión en la base de la socie-
dad y de la autoridad política a todos los niveles. Se realiza
esto por la participación inmediata de los trabajadores y de
las demás gentes trabajadoras en la gestión de los asuntos so-
ciales y estatales. La socialización de la política deviene ca-
racterística esencial de la democracia socialista inmediata.
Esto ha sobrevenido movimiento incontenible, a despecho de
la fuerza de la inercia, de las resistencias burocráticas y tec-
nocráticas y de la acción de la espontaneidad de la pequeña
propiedad.
En la conversión de la democracia político-representativa
en democracia inmediata, un papel insustituible y sobrema-
Tito, Lucha por la democracia socialista, vol. V, «Kultura-, Belgrado,
1953, pág. 436
" «Front-, 5 de mayo de 1972
48 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

nera significativo tienen la Alianza Socialista del Pueblo


Trabajador, los Sindicatos, las organizaciones juveniles y otras
socio-políticas. La Alianza Socialista, como forma institucio-
nalizada de aunamiento y de articulación política y de acción
de todas las fuerzas socialistas organizadas, se desarrolla como
base política, como el marco político más vasto e instrumento
de todo el sistema de la democracia inmediata. En este camino
la Alianza Socialista ha recorrido un proceso de desarrollo re-
lativamente largo y ha experimentado profundas transforma-
ciones.
Inmediatamente después de finalizar la guerra de libera-
ción, el compañero Tito abogó enérgicamente por los enfoques
de que el Frente Popular no había terminado su misión, de
que no era una organización provisional, de que no podía
substituirlo ninguna coalición de partidos, de que la amplia-
ción y la consolidación de esta alianza combativa del pueblo
era necesidad imprescindible de la revolución en su ulterior
movimiento. Tito se empeñó también en que el Frente Popu-
lar oriente su actividad a la solución de las cuestiones de las
que dependía la exitosa restauración y la construcción so-
cialista de Yugoslavia, la defensa y el subsiguiente desarrollo
de las conquistas de la revolución, la consolidación y la in-
cesante democratización de los órganos del poder revolucio-
nario, la ímposibilitación y el aniquilamiento de todas las ac-
ciones del enemigo interno y la defensa de la independencia
y de la soberanía de nuestro país.
La esencia de la concepción de Tito sobre el carácter y
el papel del Frente Popular en las condiciones de la construc-
ción socialista estuvo —dicho de la manera más concisa— en
lo siguiente:
primer o, que el Frente Popular se desarrolle como orga-
nización política omnipopuiar permanente con orientación so-
cialista, cuya fuerza motora y guia la conforma el PCY;
segun d o, que con su política, estructura social, contenido
y forma de trabajo profundice constantemente y vigorice la
unidad política de todas las gentes trabajadoras: de los obre-
ros, campesinos, intelectualidad popular, de la juventud, de
las mujeres y otros ciudadanos que están dispuesto a contri-
buir con su celo al desarrollo de la nueva Yugoslavia; que
la columna principal de esa unidad la conforme la alianza de la
clase obrera, como fuerza social conductora, con el campesi-
nado; que no hay que reducir la base masiva del Frente Po-
pular, sino ampliarla;
tercer o, que el Frente Popular debe de desarrollarse
como organización común de todos nuestros pueblos para los
efectos de la vigorización de su hermandad y unidad sobre los
cimientos de la igualdad;
1
TITO Y ORGANIZACION DE LAS 1VIASAS
POPULARES 49

o cuar t o, que organización omnipopular conforme la base


política más amplia de todo el sistema de poder y de demo-
cracia inmediata, por cuanto —subrayaba el compañero Tito—
rl
«nuestro Frente Popular — es democracia de nuevo tipo, de-
mocracia popular auténtica. Tal es la característica política del
O
Frente Popular en Yugoslavia, tal es la característica política
o de las autoridades populares en Yugoslavia, que se apoyan en
o
el Frente Popular y derivan de él».32
Siendo prosecución y elaboración del norte que había
experimentado plena confirmación en la guerra liberadora po-
pular, esta concepción de Tito tuvo significado duradero no
sólo para asegurar el impetuoso ritmo en la vigorización de
; la base material del socialismo y en la estabilización de la jo-
E
a ven sociedad revolucionaria sino también en cuanto al desa-
rrollo de la democracia inmediata. Expresando y convirtiendo
en acción social consciente el júbilo laboral, la iniciativa polí-
tica y la creatividad de las masas, el Frente Popular —al reali-
zar los vivos nexos del Partido y de los órganos del poder con
el pueblo— fue una formidable represa para la burocratiza-
ción de las funciones de gestión y de la vida política.
Sobreviene la •subestimación del trabajo en las masas,
la limitación de la iniciativa de ellas y la degradación del
papel del Frente Popular en el período del fortalecimiento del
centralismo administrativo, en el período característico por
a la enorme concentración del poder económico y político en los
órganos centrales estatales y de la independización de los
centros del poder político respecto a las masas trabajadoras.
Mayormente, sobrevino tal vigorización del poder del aparato
ejecutivo central de la autoridad estatal por la fuerza de las
conocidas circunstancias, que aquí no es necesario analizar.
En la organización administrativo-centralista de la sociedad,
el PCY ejercía inmediatamente el poder como representante
político general de la clase obrera, actuaba como núcleo rector
del poder estatal y tema en sus manos las palancas más im-
portantes de la decisión política.
3 Al vigorizarse el monopolio de propiedad estatal y el mo-
nopolio en la decisión política se opera cada vez más con la
fuerza de los decretos y de las medidas administrativas, y me-
nos con la fuerza y la acción consciente de las masas popula-
res organizadas en las estructuras socio-políticas. Así sobre-
a viene la crisis temporal en el trabajo y en el desarrollo del
Frente Popular, cuyo papel se empobrece y a menudo se re-
duce a la organización de trabajos voluntarios, de campañas
políticas para elecciones y a prestar apoyo político a las me-

3 Informe al Segundo congreso del Frente Popular de Yugoslavia.


-Sorba », 27 de septiembre de 1947.
50 CUESTIONES ACT TJALES DEL SOCIALISMO

didas administrativas de la autoridad como son el acopio,


cobro de impuestos y el cumplimiento de otras obligaciones
para con el Estado. En la práctica era poderosa la tendencia
de convertir las organizaciones del Frente Popular y otras so-
cio-políticas en transmisiones de la ejecución de las decisiones
de los órganos estatales y directivas partidarias.
Sobre la influencia del centralismo estatista en la vida
política en dicho período, el compañero Tito dio la siguiente
evaluación:
«Paralelamente con el fortalecimiento del estatismo en
las relaciones socio-políticas tenía lugar el proceso de la buro-
cratización de las relaciones políticas. En el estilo democrá-
tico de trabajo y de dirección comenzaron a introducirse gra-
dualmente los métodos bur3cráticos de dirigir a las gentes,
se desarrollaban las relaciones jerárquicas, acontecía la apli-
cación de la coerción y auturitarismo en lugar de la práctica
y la aclaración democráticas. Se entiende, la burooratización
hizo presa también del cuadro dirigente. La estructura multi-
nacional de Yugoslavia y la forma en que con la Constitución
de 1946 fue resuelta la cuestión nacional entraban cada vez más
en conflicto con el estatismo El sistema centralista de gestión
del excedente de trabalo conducía a la agudización de las re-
laciones entre las repúblicas y otras comunidades socio-polí-
ticas, como también al enturbiamiento de las relaciones mu-
tuas reales.»33
Hace la suerte que este período fue de corta duración, si
bien las fuentes de lcs fenómenos y tendencias de los que
habla el compañero Tito pueden eliminarse sólo en un pro-
ceso a largo plazo. Pero lo que es más importante: el curso
del movimiento de las relaciones socio-económicas y políticas
es cambiado con la aprobación y realización del curso de la
autogestión socialista. La descentralización y la democratiza-
ción recibieron fuerza aceleradora y nuevas cualidades al
constituirse los consejos obreros, al evolucionar las relaciones
y formas de la autogestión social en todos los campos de la vi-
da, al limitarse y superarse gradualmente el monopolio de
propiedad estatal, con la constitución y el desarrollo del siste-
ma comunal, con la vigorización del papel y de la responsabi-
lidad de las repúblicas y regiones autónomas y la torna de
otras medidas para cortar de tajo el burocratismo. Esto abrió
amplío espacio al aumento de la movilización política de las
masas trabajadoras y al cobrar vigor la influencia de sus or-
ganizaciones socio-poncas sobre los cursos del desarrollo so-
cial y de la decisión política.

-T. Informe a propósito del Cincuentenario de la LCY. presentado el


11 de marzo de 1969 en la sesión solemne del-Noveno congreso de la LCY.
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 51

Para la ampliación del campo de actividad y el enrique-


cimiento del contenido del trabajo de las organizaciones socio-
políticas masivas fue de importancia esencial el proceso de
la transformación de la vanguardia obrera de partido gober-
nante clásico en Liga de los Comunistas, cuyos puntos de par-
tida y sentido definió el compañero Tito en el Sexto congreso
de la LCY (1952). En armonía con la naturaleza y los requeri-
mientos del desarrollo de las relaciones sociales autogestoras,
la vanguardia obrera transfiere el centro de gravedad de sus
actividades del campo de la administración estatal a la esfera
de la autogestión y de la democracia inmediata.
Al abandonar la anterior posición social de gobernar in-
mediatamente «en nombre de la clase obrera» y de administrar
operativamente los asuntos estatales y sociales, la LCY se de-
terminó por crear para ello condiciones sociales y políticas y
ampliar de manera incesante espacio para el fortalecimiento
del papel, de la autonomía en el decidir y de la responsabi-
lidad inmediata de l a clase obrera y de las gentes trabajado-
ras, de sus organizaciones y comunidades autogestoras, de las
organizaciones socio-políticas, de las asambleas de las comu-
nidades socio-políticas y otras instituciones democráticas. Esto
dio fortísimos alicientes a la conversión de la democracia
político-representativa en democracia inmediata. En el mismo
sentido, la «desestatización» de la vanguardia obrera significó
también la superación exitosa de las relaciones de transmisión
entre la organización comunista y las instituciones masivas.
Subrayando que en las condiciones modificadas los «co-
munistas hubieron de abandonar los métodos autoritarios», el
compañero Tito dijo lo siguiente sobre la esencia de los cam-
bios de la posición sJcial y de la forma de trabajo de la Liga
de los Comunistas:
«Los comunistas hubieron de reorientarse de las formas
anteriores y métodos de trabajo a nuevas formas que requería
la gestión social descentralizada, vale decir, la participación de
las masas cada vez más vastas de productores y trabajadores
en la gestión. Tal cambio en el trabajo requirió el desarrollo
de la democracia socialista en nuestro país».34
Con ello las obliga,iones de los comunistas no disminuyen,
sino devienen más complejas y se realizan de una nueva for-
ma, de lo cual hablan también estos pensamientos de Tito:
«Tomar juntamente con las gentes trabajadoras posiciones
y resolver problemas allí donde aparecen, ayudar en la for-
mulación práctica de sus opiniones y mociones, transmitirlas
de la empresa e instituciones al municipio y armonizarlas en el
terreno de su vida socio-política, participar en la edificación

" Informe al Séptimo congreso de la LCY


52 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

de la política de la Liga de los Comunistas — exige más cono-


cimientos y autonomía de los comunistas,
El establecimiento y la ^onstrucción de las relaciones so-
cio-económicas autogestoras, como también los cambios en
la posición social y en la forma de realizar el papel ideológi-
co-político de la Liga de los Comunistas posibilitaron y deman-
daron la esencial transformación del carácter y del papel del
Frente Popular y otras o rg anizaciones socio-políticas masivas.
La iniciativa y la argumentación para ello las dio el compa-
ñero Tito en el Sexto congreso de la LCY, mientras que el
contenido y los cursos básicos de estos cambios fueron elabo-
rados en el Cuarto congreso del Frente Popular de Yugosla-
via (febrero de 1953), cuando esta organización recibió nuevo
nombre — Alianza Socialista del Pueblo Trabajador de Yugos-
lavia.
Constatando que la transformación social socialista había
entrado en una nueva fase, en la fase que caracteriza el desa-
rrollo de la autogestión, el compañero Tito señaló la necesidad
de que «debe poseerse también nuevas formas de fuerza polí-
tica organizada, masiva como lo es en nuestro medio el Fren-
te Popular, cuya forma organizativa y destino son ya cadu-
cos...»36
La participación más vasta e inmediata de las gentes tra-
bajadoras en el decidir sobre sus asuntos y los sociales y en
la gestión del Estado — era la premisa elemental en la defini-
ción del nuevo papel de la Alianza Socialista y de la esen-
cia de su reorganización. Esto se manifestó también en sus ob-
jetivos programáticos, que complementaron la orientación ge-
neral con las tareas relacionadas con el desarrollo de la auto-
gestión. La Alianza Socialista se transformaba —haciendo
nuestras las palabras del compañero Tito— «en una organiza-
ción política integral y permanente de todas las fuerzas socialis-
tas de nuestro país», «en asociación política de nuestras or-
ganizaciones sociales y ciudadanos socialistas».
Por las formas y la modalidad de su actividad, la ASPTY
se desarrolla como parlamento socialista omnipopular,
en el
que las gentes trabajado' as y todos los sujetos colectivos de
su acción autogestora promueven libremente iniciativa, mani-
fiestan sus intereses, demandas y críticas guiados por la aspi-
ración a influir inmediatamente sobre la modelación de la po-
lítica, a armonizar las necesidades con las posibilidades reales,
a encontrar las mejores soluciones, socialistas. Es éste el cami-

Discurso a p ropósito del C uadragésimo aniversario de la


rencia de la organización p artidaria VIII confe-
de Zagreb, 20 de marzo de 1968
Informe al Sexto congreso del PCY, Sexto congreso de la
« lCultura., Belgrado, 1953 LCY,
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 53

no por el que se realiza el control de las masas sobre el fun-


cionamiento de los óiganos estatales y sociales autogestores,
cuya base política es la Alianza Socialista. Realizada esta
orientación, la Alianza õocialista deviene «tribuna política
omnigaopular en el verdadero sentido, organismo de autoges-
tión social en la vida política, en el que los comunistas con-
forman su médula, su parte más consciente y activa y, por el
carácter persuasivo y la fuerza de los argumentos, se em-
peñan por las posiciones i-nás progresistas, por el democratis-
mo, por la vigorización y el fomento del trabajo de los órga-
nos de la autogestión y de la democracia socialista inmedia-
ta...»37
Corroborada y nnfirmada en la práctica social autoges-
tora, esta concepción sobre el carácter y el papel de la Alianza
iba abriéndose paso y consolidando, no obstante las resisten-
cias burocráticas y te2 p ocráticas y las fatigas y vacilaciones
temporales. En las fases ulteriores del desarrollo del sistema
de autogestión, hasta naestros días, junto a la contribución
activa y creadora dol c:,mpafiero Tito, esta concepción se ha
ido enriqueciendo, elaborando y convirtiéndose cada vez más
en soluciones prácticas. El desarrollo del sistema integral del
trabajo asociado y del sistema delegatorio, sobre los funda-
mentos de la nueva Constitución, demanda el logro de nuevas
cualidades en el camino del fortalecimiento del papel de la
Alianza Socialista como frente único de todas las fuerzas so-
cialistas organizadas.
Con el desarrollo del sistema de la autogestión socialista
necesariamente cambiaron el carácter, el papel y las tareas de
la Confederación de Sindicatos. A esta organización socio-po-
lítica voluntaria, única y amplísima de la clase obrera, el
compañero Tito confiere «insigne puesto en la construcción
de las relaciones socialistas autogestoras y en la realización
del papel decisivo de la clase obrera en la sociedad.'
En las condiciones do la autogestión, la clase obrera no
necesita ya de una organización protectora de tipo clasista,
porque los trabajadores asociados deciden cada vez más —en
sus organizaciones del trabajo asociado y en las comunidades
socio-políticas— solos de las condiciones de su trabajo, vida
y desarrollo. La función protectora de los sindicatos continúa,
pero cambia esencialmente su esencia. Se trata, ante todo, de
la protección de la posición socio-económica autogestora, fija-
da por la Constitución y las leyes, de los trabajadores en la

.7 Informe de J. B. Tito al Octavo congreso de la LCY, 7 de diciem-


bre de 1964
Informe al Décimo congreso de la LCY, Décimo Congreso de la LCY
(documentos), Centro Editor «Komunist s , Belgrado, 1914
54 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

organización básica y en la totalidad de la reproducción so-


cial y de la protección de los derechos autogestores de los tra-
bajadores; o sea, de la luLha organizada contra todas las for-
mas de ilegalidad e injusticia de la arbitrariedad burocrática,
de las usurpaciones tecnocrätico-monopolistas, de los fenóme-
nos de eludir las decisiones y convenios autogestores, de pri-
vatización y otras formas de desintegración de la propiedad
social, del ahogamiento de la crítica obrera y de limitación
del control obrero, etc.
El empeño infatigaole en asegurar todas las premisas
socio-económicas y políticas necesarias para realizar la esen-
cia y el desarrollo incesante de las relaciones socio-económi-
cas autogestoras y la activación de los trabajadores en el pro-
ceso del decidir autogestor y político — es la tarea más im-
portante de los sindicatos en la etapa actual. Con miras a es-
to, las organizaciones y direcciones de los sindicatos partici-
pan de forma inmediata en la actividad legislativa, en la
construcción del sistema económico y político, en los asuntos
de fijar y ejecutar las medidas de la política económica, en la
confección de regulaciones y documentos normativos autoges-
tores con los que se regula la posición, los derechos y obliga-
ciones de los trabajadores. El papel de ellos crece cada vez
más en toda la vida económica y social, particularmente en la
lucha por elevar la productividad del trabajo, en la creación
de condiciones más estables a las actividades económicas, en
el desarrollo del nuevo sistema de planificación autogestora,
en la lucha de los colectivos laborales por lograr el mayor in-
greso y en la elaboración de las medidas para la aplicación
consecuente de los principios de la distribución según el tra-
bajo, en el empeño por el mejoramiento de las condiciones de
trabajo y de vida de los trabajadores, en el fomento de los
procesos de asociación de trabajo y medios sobre cimientos
autogestores, etcétera.
Considerable terreno de las actividades de los sindicatos
atañe a la dilucidación de las contradicciones y a la armoni-
zación de los intereses en el seno de la clase obrera, entre
cada uno de los segmentos del trabajo asociado. Ellos devienen
cada vez más en portadores de las iniciativas, factor motriz
y uno de los instrumentos insustituibles de la concertación
autogestora y del acuerdo social. Con todo los sindicatos asu-
men su parte de las responsabilidades por el contenido, por la
conversión en práctica y en efectos reales de las soluciones
acordadas por vía autogestora.
Por todo ello, en el centro de la actividad de la Confede-
ración de Sindicatos se halla la labor organizada e infati-
gable para elevar la conciencia clasista autogestora-socialis-
ta de los trabajadores, para desarrollar la solidaridad socia-
lista y para promover la formación socio-económica, ideoló-
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 55

gico-política, técnica y de cultura general de los trabajadores


para capacitarlos de la forma más vasta y universal para la
autogestión y un trabajo más productivo.
Son éstos los pensamientos fundamentales en los enfo-
ques del compañero Tito del papel y las tareas más importan-
tes de la Confederación de los Sindicatos en las condiciones
contemporáneas.
«El papel de esta naturaleza de los sindicatos», subrayaba
el compañero Tito en su Informe al Décimo congreso de la
LCY, «demanda necesariamente que ellos, por su organización
y forma de labores, se adecuen a los cambios en la organiza-
ción autogestora del trabajo asociado y a las nuevas rela-
ciones socio-económicas en su conjunto».
Frente único de las fuerzas socialistas — En base al aná-
lisis del curso de la revolución, de los requerimientos de su
ulterior movimiento y de la estructura económica, social y
política en nuestro país, el compañero Tito inmediatamente
después de terminada la guerra de liberación popular sacó
la conclusión de que la restauración de los viejos partidos y el
establecimiento del sistema pluripartidario tendría significado
reaccionario. En la revolución así sin compromisos, en la que
se realizó una expresa polarización de las fuerzas clasistas y
políticas, el liderazgo de los partidas burgueses de todos los
colores —excepto raros individuos— se había puesto al servi-
cio del ocupante y había sido portador de la contrarrevolu-
ción, había perdido la confianza del pueblo, y sus partidos en
general se habían descompuesto. La restauración de estos parti-
dos o la creación de similares, que expresarían los intereses
de la burguesía vencida, significaría dar «carta de ciudadanía»
a la reacción burguesa para que socave de forma organizada
el joven sistema socialista y ponga en peligro las conquistas
de la revolución, que habían sido ya ganadas en la lucha ar-
mada. Simultáneamente, con ello se pondría en tela de juicio
la lograda unidad política de las masas, y ello en el país que
se podía arrancar del atraso y preservar su independencia
sólo partiendo del programa único de desarrollo económico y
social y de los esfuerzos creadores únicos de todos los estratos
laborales y de todos nuestros pueblos y nacionalidades.
«¡Que verdadera y consecuente revolución en la historia
ha puesto de nuevo las armas en manos del enemigo vencido,
para que luche contra los éxitos de la revolución? ¡Ningu-
na!»39
Desde luego, Tito estuvo siempre en contra de la absolu-
tización de las formas del sistema político en el socialismo,
que pueden ser y por lo común son diferentes en períodos par-

'° Informe de J. B. Tito al Sexto congreso de la LCY


56 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

ticulares y en diferentes paises, lo que s


completamente reales las p osibilidades obreentiende y hace
de que en algunos
spaíses —en dependencia de todo el conjunto de circunstancias
ocio-históricas— las formas iniciales de la democracia socia-
lista sean el sistema p luripartidario o unipartidario.
La cuestión clave —tal como está definido en el Progra-
ma de la LCY— estriba en «¡qué nuevas formas de democra-
cia debe aportar el desarrollo socialista, qué nuevas formas
requieren esas relaciones sociales que se basan en la propie-
dad social sobre los medios de producción?» Nuestro pensa-
miento marxista revolucionario y práctica socialista han dado
ya —para las necesidades del movimiento del socialismo en
Yugoslavia— la respuesta a esta pregunta: la democracia
autogestora del trabajo asociado, la democracia socialista in-
mediata.
Para realizarse a plenitud, la democracia inmediata tien-
de inexorablemente a arrinconar y negar todo sistema de go-
bierno partidario y de representación omnipolítica, toda me-
diación (de uno o más partidos, da lo mismo) entre el hombre
trabajador y el poder, entre el hombre trabajador y la po-
lítica.
Gracias a la participación activa de las masas en la vida
política dentro del marco del Frente Popular, o sea de la
Alianza Socialista, y en el desarrollo de la autogestión, «nues-
tro sistema político», escribió Edvard Kardelj hacia 1953, «no
sobrevino jamás un llamado sistema unipartidario. El siem-
pre fue en esencia gobierno del pueblo trabajador en el ver-
dadero sentido de este término».40
Por la naturaleza de las cosas, en el sistema del trabajo
autogestor asociado se manifiestan y confrontan libremente
los intereses de todas las partes del trabajo asociado, de las
diferentes categorías sociales, de los vastos y estrechos medios
sociales. Se respeta el pluralismo de intereses. Igualmente, en
cada célula de la sociedad, en cada forma de organización
autogestora del trabajo social, las gentes trabajadoras aprue-
ban importantísimas decisiones sobre todos los asuntos de la
vida cotidiana. Existe, pues, el pluralismo en lo que respecta
a los sujetos del decidir sobre los asuntos sociales. Pero este
pluralismo es por su contenido y cualidad algo completamente
diferente del pluralismo político-partidario, en el que tienen
la palabra decisiva los representantes generales en nombre y
en lugar de los trabajadores y demás ciudadanos. El pluralis-
mo político-partidario es opuesto al ser de la democracia so-
cialista inmediata.

Edvard Kardelj, Problemi na g e socijalistiake izgradnje


la edificación socialista yugoslava). .Kultura›>, Belgrado, 1960.(Problemas de
336 vol. 2. pág.
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 57

Deslindándose —en las concepciones y en la práctica—


del parlamentarismo de la política burgués del Estado, y tam-
bién de su variante unipartidaria, la Liga de los Comunis-
tas —orientada por el pensamiento creador del compañero
Tito— se empeña enérgica y persistentemente por el desarro-
llo de la democracia autogestora del trabajo asociado, basado
en el sistema delegatorío, que garantiza el papel decisivo de
la clase obrera y del hombre trabajador en la gestión inme-
diata de la sociedad y de los asuntos sociales. La Liga dg los
Comunistas, la Alianza Socialista, la Confederación de los
Sindicatos, las organizaciones juveniles y de combatientes y
otros factores de la conciencia social socialista organizada
actúan como parte orgánica creadora de esta democracia auto-
gestora del trabajo asociado, como fuerza motora interna de
su desarrollo.
Sería contrario a la naturaleza del sistema de la demo-
cracia socialista inmediata si cualquier organización socio-
política —por el contenido y forma de actividad y por su prác-
tica total— desarrollara características de representante omni-
político de determinados estratos o parte de la sociedad. Si
ellas se comportaran como instituciones políticas independiza-
das, que tienen su programa político especial, que se arroguen
el derecho monopólico de representar determinados intereses
parciales en calidad de representante político y que entre
ellas compitan en torno a la división del poder y la influen-
cia — entonces esto significaría, si bien en nueva forma, el
revivimiento del pluralismo político-partidario, la eliminación
de las gentes trabajadoras y de los ciudadanos de los cursos
del decidir político y autogestor y el trasvase de la unidad
política y de acción de ellos. Sería esto negación de la esencia
de la democracia autogestora del trabajo asociado.
Por eso la Alianza de la Juventud Socialista, por ejemplo
no desarrolla y no debe de desarrollar características de algún
«partido de los jóvenes», o sea, de representante omnipolítico
de la juventud. Ni la Federación de ex combatientes no es
cierto «partido» especial «de veteranos». Ni la Confederación
de los Sindicatos no es representante omnipolítico de la clase
obrera, que estuviera en relación de sociedad con la Liga
de los Comunistas. En total de cuentas, como sabemos, la Liga
de los Comunistas supera las características del partido polí-
tico clásico, desarrollándose como fuerza interna de las rela-
ciones sociales autogestoras, que no actúa fuera y por encima
de la clase, sino a través de la acción autogestora de ésta.
La retención de elementos de representación omnipolítica
en cualquier organización socio-política masiva y los fenó-
menos de sociedad política entre ellas sería terreno apropiado
para que brote el pluralismo político-partidario.
58 CUESTIONES AC TUALES DEL SOC/AL/SMO

Sobre el papel específico de cada organización socio-polí-


tica y sobre la naturaleza de las relaciones entre ellas, el com-
pañero Tito dice:
«Las organizaciones so cio-políticas no son
t ransmisiones
del papel social de la Liga de los Comunistas. Pero, ellas no
pueden ser tampoco ciertas o rg
anizaciones políticas paralelas
que luchan por el poder o por alguna influencia especial sobre
la conciencia de las gentes. Cada una de ellas tiene su papel
específico, sus tareas en determinado campo de la vida social
y por ello asumen la resp onsabilidad ante su militancia. Justa-
mente por esto es in d i spensable el papel ideológico y polí-
tico unificador de la Liga de los Comunistas» 41
Señalando la necesidad de la « articulación democrática
y de la actividad común de las organizaciones socio-políticas
en la iluminación creadora y en la realización de las tareas
corrientes de nuestro desarrollo social», el Compañero Tito
subraya:
«En esto son esenciales dos cosas: primero, la unidad ideo-
l ógico-política y de acción de todas las organizaciones en el
marco de la Alianza Socialista, como frente de las fuerzas so-
cialistas con la Liga de los Comunistas a la cabeza y organiza-
ción política vastísima de los autogestores, y, segundo, la
autonomía de acción de cada una de estas or ganizacionets en
los sectores de sus actividades».42
La autonomía de cada organización
sentido organizativo y de la acción es in so cio-política en el
para el desarrollo de la a dispensable premisa
espíritu creador de sus m utoactividad, de la iniciativa y del
iembros, o sea, de las gentes traba-
jadoras y ciudadanos en la lucha por la promoción de las re-
laciones sociales socialistas y autogestoras y
ción de la propia resp por la confirma-
onsabilidad inmediata por los resultados
de la lucha. Su vinculación democrática y unificación en el
marco de la Alianza Socialista debe asegurar —por la armo-
nización democrática de intereses y posiciones— la modela-
ción de la política común que expresa los intereses del tra-
bajo asociado como conjunto y los intereses g enerales y a
largo plazo del progreso socialista. Así en base a los impulsos
vitales que vienen de la base social autogestora, partiendo de
la opinión, demandas y propuestas de las gentes trabajadoras
y junto a su p
in dispensable y articipación inmediata, sobreviene la síntesis
los acuerdos políticos de mocráticos, los pro-
gramas comunes de acción, soluciones mejores y más reales.
Sin tal papel de cada o rganización socio-política en espe-
cial y de la Alianza Socialista, como frente unido de todas

Informe al Décimo congreso de la LCY


Ibídem
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 59

las fuerzas socialistas organizadas, en la regulación política


armonizada y consciente de las relaciones sociales y en la
orientación de la acción social, el sistema de la democracia
inmediata no sería capaz de dilucidar las contradicciones en
la sociedad. Sin esto ganarían fuerza las tendencias a la im-
plantación del absolutismo político o del sistema pluriparti-
dario.
En razón a todo esto, en la organización política de nues-
tra sociedad socialista autogestora significativo e insustituible
papel tiene la Alianza Socialista del Pueblo Trabajador 'co-
mo la base más amplia del sistema socio-político. La Alianza
Socialista es la expresión política e institucional de la demo-
cracia socialista inmediata en la vida política y en el campo
del decidir político.
Al sistema del trabajo asociado, en el cual se articulan
orgánicamente e integran todos los sectores del trabajo y de
la creación sociales, conviene la organización política de la
sociedad en la que, en el marco de la Alianza Socialista, se
realiza la vinculación política y de acción de los productores
inmediatos en la esfera de la producción material y los traba-
jadores de las actividades sociales, la alianza específica de la
clase obrera con el campesinado y otros estratos laborales, la
integración política de todas las fuerzas productoras y crea-
doras de la sociedad. La Alianza Socialista puede por eso rea-
lizar exitosamente su función constitucional si se desarrolla
y actúa como el marco político más vasto y el marco del auna-
miento organizado de todos los combatientes por la autogestión
socialista, de todas las organizaciones socio-políticas y otras
instituciones sociales con la Liga de los Comunistas a la ca-
beza.
El papel ideológico-político conductor de la Liga de los
Comunistas garantiza la seguridad de la orientación socialista
y autogestora de todas las fuerzas reunidas en la Alianza So-
cialista. La posición activa en el seno de la Alianza Socia-
lista significa para la Liga de los Comunistas actividad
diaria en las masas, vinculación inmediata con todos los es-
tratos laborales de la sociedad y realización de influencia in-
cesante sobre su conciencia; determinación y orientación de
sus acciones socio-políticas y autogestoras. A la par, para la
Liga de los Comunistas esto significa también la corrobo-
ración constante de las propias posiciones y de la práctica
ideológico-política, expuestas a diario al juicio público y
crítico y a la evaluación por parte de las gentes trabajadoras.
Combatiendo enérgicamente toda concepción sectaria del
papel de la Alianza Socialista, el compañero Tito apostrofa
este pensamiento:
«Justamente con el desarrollo de la actividad política so-
cialista de las gentes trabajadoras y ciudadanos en el mar-
60 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

co de la Alianza Socialista, o sea, de las organizaciones socio-


políticas asociadas en ella — la Liga de los Comunistas se
verificara a sí misma y ganará la confianza de las gentes
trabajadoras y ciudadanos. Todo hermetismo sectario de la
Liga de los Comunistas en sus propias organizaciones sólo
rompería los nexos de ella con la clase obrera y las gentes
trabajadoras y ciudadanos y debilitaría su capacidad de acción
y la posibilidad de influir sobre la conciencia de las gen-
tes».'3
Organizaciones socio-políticas y sistema de/egatorio —
En su Informe al Décimo congreso de la LCY el compañero
Tito formuló la evaluación de que la implantación del sistema
delegatorio significa el cambio más importante en el sistema
político.
«Este sistema», dice el compañero Tito, «brinda a la clase
obrera, a las gentes trabajadoras y ciudadanos tal libertad y
posibilidad de influencia sobre las condiciones de la propia vi-
da y trabajo como jamás tuvieron en la larga historia de su
lucha por el poder. Las gentes trabajadoras devienen porta-
dores directos del desarrollo de la sociedad socialista, for-
jadores de su presente y futuro. Con ello nuestra sociedad en-
tra en la era en la que —como decía Lenin— «toda la pobla-
ción aprende realmente a administrar y comienza a adminis-
trar».“
Con la realización de la esencia del sistema delegatorio
se rompe radicalmente con el sistema político-representativo.
Se realiza la vinculación y fusión inmediatas de la clase obre-
ra y de las gentes trabajadoras, o sea de la autogestión en la
base social con el poder político. Organizadas autogestora
y políticamente, las gentes trabajadoras reciben la posibilidad
real de dominar el poder político y de ejercer control sobre
él. Como marco institucional y forma de organización y de
participación directa de la clase obrera y de todas las gentes
trabajadoras en el ejercicio del poder y en la administración
de los asuntos sociales, el sistema delegatorio sobreviene base
de la democracia autogestora del trabajo asociado.
El sistema delegatorio no se puede abandonar a un desa-
rrollo espontáneo. No es él gobierno espontáneo de las masas,
sino ha de ser su práctica consciente y organizada. De ahí que
la realización de la esencia clasista y socio-política del sistema
delegatorio y su funcionamiento exitoso no puede imaginarse
sin la actividad de las organizaciones socio-políticas, integra-
das en la Alianza Socialista, y sin el papel rector ideológico-
político de la Liga de los Comunistas.

Informe al Décimo congreso de la LCY


" Ibídem
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 61

jo- El sistema delegatorio ofrece el mayor grado posible de


se libertad para la expresión y la articulación de los intereses,
tes necesidades, opiniones y crítica de las gentes trabajadoras.
la Pero este sistema, hasta ahora el más democrático, posibilitaba
ólo la acción de esos grupos formales e informales, o sea, las cimas
tes tecnocráticas, cuyos intereses son contrapuestos a la clase
Lón obrera y al hombre trabajador, quienes buscan las soluciones
fuera y en oposición a la autogestión socialista y que intenta-
rán —abusando del sistema delegatorio— imponer sus inte-
reses y dominio sobre el hombre trabajador. Mediante la
?ro
acción consciente, las organizaciones socio-políticas deben de
rna imposibilitar todos estos intentos.
rna Como se sabe, las decisiones de los órganos autogestores y
de las asambleas de las comunidades socio-políticas no pueden
tse ser mera suma de los intereses de todos los segmentos del
.y trabajo asociado y de todas las partes de la sociedad. De la
vi- misma manera, ellas no pueden ser resultado de la imposición
su de los intereses de una parte del trabajo asociado en detri-
ta- mento de las otras. Cada decisión ha de ser fruto de la con-
Dr- certación y acuerdo autogestores de sujetos iguales en dere-
chos y de la armonización de sus intereses; esto es, síntesis
la- de eso que expresa a la comunidad de intereses del trabajo
is- asociado como totalidad y de los intereses a largo plazo del
progreso socialista. Por ello es insustituible el papel de las
rio fuerzas organizadas de la conciencia y acción socialistas, con
ro. la Liga de los Comunistas a la cabeza, en el desarrollo de la
re- capacidad del sistema delegatorio de armonizar exitosamente
la los intereses individuales y colectivos, los especiales y comu-
n ra nes, los inmediatos y duraderos de la clase obrera, de todos
ad los segmentos del trabajo asociado y de todas las partes de la
>re sociedad, de garantizar la orientación socialista de las decisio-
de nes, como también la eficacia en el decidir y en la ejecución
tes de la política adoptada.
ón El decidir delegatorio no se puede reducir a la actividad
tse empírica de las gentes trabajadoras y al juicio práctico «de
un día para otro». Por lo que es insustituible el papel de las
;R-
organizaciones socio-políticas en vincular los intereses, expe-
as,
riencias y conocimientos de las masas con la ciencia, el conoci-
ue miento técnico y la clara perspectiva socialista. En la medida
na que el papel de los factores subjetivos conscientes se mani-
-se fieste en mayor grado, de la misma manera serán arrinco-
-a- nadas con eficacia diferentes tendencias particularistas y lo-
ro- calistas, como también la imposición burocrático-administrati-
va de las decisiones en nombre de los intereses comunes y ge-
nerales.
Respecto a las asambleas de las comunidades socio-polí-
ticas, la Alianza Socialista tiene una doble función.
62 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

EI primer papel, y el más amplio, se expresa en el hecho


de que la Alianza Socialista conforma la base política de todo
el sistema de asamblea. Prácticamente, esto significa que las
fuerzas socialistas organizadas —por su acción dentro de las
organizaciones autogestoras básicas, comunidades y sus dele-
gaciones— deben de realizar una influencia sobre la orienta-
ción y el contenido de las decisiones que se aprueban en to-
dos los consejos de la asamblea de cada comunidad socio-po-
lítica.
La segunda función deriva del hecho de que los consejos
socio-políticos son una forma organizada y duradera de la
participación de las organizaciones socio-políticas en el traba-
jo y en la toma de decisiones dentro de las asambleas, parti-
cularmente sobre las cuestiones que atañen a la estabilidad y
al desarrollo del sistema socialista autogestor y a la supera-
ción del choque de intereses entre las diversas partes de la
sociedad. Con ello las organizaciones socio-políticas asumen
la responsabilidad pública y directa por el contenido de las
leyes sistemáticas y otras, de los documentos del plan, de las
decisiones y medidas que se aprueban en las asambleas. Y
en este aspecto la Alianza Socialista obra como frente demo-
crático unido de las fuerzas socialistas organizadas, con la Li-
ga de los Comunistas a la cabeza, por cuanto las delegaciones
de las organizaciones socio-políticas, en oportunidad de dis-
cutir y de ponerse de acuerdo sobre las cuestiones de las que
se deciden en las asambleas, no actúan cada una por sí mis-
ma, separadamente, sino de forma común y como totalidad.
Sus complejas y responsables obligaciones en el sistema
delegatorio las organizaciones socio-políticas pueden realizar
exitosamente sólo si transmiten el centro de gravedad de su
trabajo a la base social autogestora, a las organizaciones bási-
cas y de otra índole del trabajo asociado, a las comunidades
locales, a las delegaciones — allí donde se puede realizar úni-
camente la participación inmediata de las gentes trabajado-
ras y ciudadanos en el decidir autogestor y político. La activi-
dad entre las gentes trabajadoras y juntamente con ellas —
debe de sobrevenir característica esencial de cada organiza-
ción socio-política. Por eso el compañero Tito subraya a me-
nudo la necesidad de superar la forma de trabajo por foros,
con la que los problemas del desarrollo social, las discusiones
y la toma de decisiones sobre ellos se separan de las gentes
trabajadoras.
En el mismo sentido el compañero Tito habla sobre el
puesto y el papel de la Liga de los Comunistas en el sistema
delegatorio con las siguientes palabras:
«De esta manera, la Liga de los Comunistas se hallará en
el centro de la actividad política y de la lucha ideológica dia-
ria, asegurando su influencia sobre toda la práctica autogesto-
TITO Y ORGANIZACION DE LAS MASAS POPULARES 63

ra. Es ésta al mismo tiempo la mejor manera para que la Liga


de los Comunistas verifique su actividad y su política y para
que, luchando por la realización consecuente de los intereses
inmediatos y a largo plazo de la clase trabajadora, asegure
su papel de vanguardia».45 SOSKIC
Budislav

(Traducción: F. Sotelo)

is
Y

a
u

Informe al Décimo congreso de la LCY


Tito y las relaciones en el movimiento
obrero internacional

« Parece ser que la historia nos ha fijado tal camino


que el desarrollo del socialismo solo se p para
neración y para que roteja de la dege-
del caos actual que g obierna en el mun-
do el socialismo salga con tal fuerza moral que
un camino victorioso le p osibilite
pr onunciado en el mitin
en el
dedesarrollo ulterior» (Tito, Discurso
Labin el 15 de junio de 1958).

1. Es difícil evaluar el papel de una


rica c o ntemporánea en los procesos p ersonalidad histó-
so ci o-históricos
duran, es decir, de la p ersonalidad que actúa todavía. que aún
Tanto
más difícil cuando se trata no sólo del re volucionario
también del estadista cuya actividad se sino
desenvuelve en conti-
nuidad por un período más largo que la mitad de un inquie-
to y borrascoso siglo en el cual el desarrollo económico,
social y político llevó a la m
odificación radical de la imagen
del mundo. Se trata, pues, de Josip Broz Tito.
en el Por
granotra parte, justamente este hecho facilita penetrar
papel histórico del Presidente y
procesos s ocio-históricos de nuestra época, en su ugoslavo en los
arrollo del p ensamiento marxista aporte al des-
re volucionario de nuestros
tiempos, es decir, de la práctica social socialista, y especial-
mente al desarrollo de las relaciones entre los países y movi-
mientos obreros socialistas. Porque mucho de lo que es obra
o iniciativa suya ha devenido ya historia, realidad del mundo
en el que vivimos. Tito ha sido partícipe en todas las fases
del desarrollo del movimiento obrero revolucionario después
de la Revolución de Octubre, y la magnitud de su contribu-
ción a ese desarrollo está determinada por el hecho de que
—él p ersonalmente y el Partido que le
c orrespondió tomar
su dirección— en el curso de todos estos
decenios obró acti-
vamente en el rumbo que, entre las tendencias contradicto-
rias del desarrollo del
guraba pe rspectivas a la movimiento obrero y comunista, inau-
di lucidación p rogresista de las con-
tradicciones y al crecimiento de las fuerzas socialistas.
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 65

En realidad, el aporte personal de Tito y la contribu-


ción del partido, cuya dirección ocupaba, al desarrollo de las
relaciones en el movimiento obrero internacional en armonía
con las condiciones en las cuales este movimiento actuaba
en el período entre las dos guerras, y especialmente después
de la Segunda Guerra mundial, están articulados —como lo
destaca con razón Edvard Kardelj i— ante todo con el proceso
de la transformación del Partido Comunista de Yugoslavia
en fuerza política nacional auténticamente revolucionaria, la
cual será capaz de absorber las aspiraciones e impulsos pro-
gresistas y revolucionarios de la clase obrera de su país y,
sobre esta base, conducir la acción revolucionaria exitosa en
las condiciones histórico-concretas en las que esta clase vive,
es decir, hacerse factor político real en la sociedad yugoslava.
La concepción de Tito, del partido obrero revolucionario,
sobreentendió, en primer lugar, la lucha contra el oportu-
nismo, el fraccionalismo y el sectarismo en el movimiento
comunista yugoslavo que él la había iniciado mucho antes
de devenir secretario general del Partido, cuando pone fin
a esta lucha. Esto representó a su vez también la base de su
lucha, vale decir, de la lucha de los comunistas yugoslavos
contra el dogmatismo y el sectarismo en el movimiento co-
munista internacional.
Igualmente, la exigencia de Tito para el retorno del
CC del PCY al país y para que el Partido se haga capaz de
autofinanciarse, planteada y realizada en la segunda mitad
de los arios treinta —y el mismo sentido tuvo también la
decisión sobre la fundación del PC de Eslovenia y del PC de
Croacia— estuvo motivada por el deseo y la necesidad de re-
forzar la influencia y fuerza políticas del Partido; que éste
se vincule estrechamente y se «familiarice» con las condicio-
nes y problemas vitales de su propia clase obrera y de sus
propios pueblos. Unicamente sobre esta base era pues po-
sible crear el vasto frente de las fuerzas antifascistas y demo-
cráticas en torno al Partido, quien pudo constituir el cimiento
político a la exitosa lucha de liberación popular y a la autén-
tica revolución socialista en Yugoslavia en las condiciones
de tal lucha. La decisión de suprimir la emigración política
partidaria y de «acercar» la dirección a la militancia, o sea,
colocarla bajo el control de la militancia del Partido, de la
clase obrera y de las gentes trabajadoras de su país, significó
capacitar al Partido para que se confronte en serio con los
problemas de su país y para que con la dilucidación exitosa

E. Kardelj, Tito y el PCY (Discurso en la sesión solemne del CC de


la LCY del 28 de diciembre de 1967, en el libro Nuestro Camino, IC n•Ko-
munist-, Belgrado 1969; E. Kardelj y M. Krleia: Tito y la LCY, -42adnióka
Stampa», Belgrado 1972.
66 CUESTIONES AC TUALES DEL SOCIALISMO

de estos problemas ( n
acionales) dé su contribución interna-
cionalista al desarrollo del socialismo en el mundo. Esta deci-
sión significó la prep
aración, iniciada algunos arios antes, de
la fase armada de la revolución socialista y
el PCY. ugoslava, que hizo
Y justamente con su i nsurrección de
de las más vastas d l iberación popular
imensiones en la Yugoslavia ocupada, es-
clavizada al igual que otros países de Europa, y
si multánea-
mente con la revolución socialista, como asimismo
desarrollo con el
p osterior y actual de la p
ráctica social socialista auto-
gestora y del pensamiento socialista, y en la misma
con su dinamismo, con su actividad internacional medida
el movimiento c omunista y progresista,
cia Tosip Broz Tito, quien ugoslavo
encabeza—yeste
esto significa en esen-
sig mo vimiento— dio
nificativo aporte creador a la experiencia histórica y a la
teoría del socialismo internacional.2
Desde el aspecto históri
del partido re co-concreto, la concepción de Tito
tiempo « volucionario de vanguardia que es al mismo
de la inde partido de las masas» hubo de realizarse en el proceso
p endización de la or ganización partidaria
a la Internacional c respecto
omunista, porque la aspiración a la auto-
nomía política manifestaba la necesidad de que
l ucionaria de los c la
omunistas yugoslavos se d acción revo-
todo lo que le dificultaba descubrir los esprendiera de
más adecuados para la acción política revométodos y recursos
do tuvo la forma de lucha por la realización lucionaria.
de las Y cuan-
del entonces centro in decisiones
decisiones del Séptimo ternacional
congreso(en especial y ante todo las
de la K omintern que tuvo
lugar el ario 1935), era ésta, en realidad, obje tivamente la
lucha por la autonomía política del Partido respecto a este
centro. Así la estrategia política an ti
congreso de la Komintern , en cuya sectarista del Séptimo
profundamente c onvencido, fue e j fr uctificación Tito estaba
p ropósito del Pacto sovi ecutada y cuando ella —a
fue abandonada y omitidaético-alemán
por muchos. de 1939, por ejemplo
El mismo sentido tuvo también la lucha contra el
cionalismo en el Partido Co frac-
munista de Yugoslavia que se pro-
longaba más de lo que hubiera sido el caso si la
no se hubiera mezclado en el desarrollo político Komintern
interno del PCY, es decir, si en general no hubieran-organizativo
tenido
en ese tiempo las organizaciones p
i artidarias en el país menos
senfluencia
creaba sobre la dirección del Partido que la situación que
gr adualmente en la Int
ernacional comunista, de
suerte que el Partido se desarrollaba —y aquí fue extraordi-
nario el papel de Tito— «no con la ayuda sino opuestamente

E. Kordel), Ibídem,
pg . 13.
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 67

a la actividad de la dirección de aquel entonces» 3. Por eso


la independización del Partido Comunista de Yugoslavia en
E la formulación de su estrategia y táctica de lucha revolucio-
o naria respecto a la Komintern fue igualmente la base de la
lucha antifraccionaria exitosa y de la consolidación de la uni-
dad revolucionaria del Partido: como también, por otra parte,
el éxito en esa lucha contra el fraccionalismo tuvo el signifi-
cado de una de las precondiciones de la independización po-
lítica del PCY, de su conversión en fuerza política nacional
auténtica que —deviniendo fuerte y unida-- pudo tomar una
posición comunista crítica asimismo en cuanto a la Ko-
mintern.
Con todo, en nada cambia las cosas el hecho de que en
la lucha por la nueva concepción del Partido se hubiera res-
petado las realidades: de que esta lucha tenía lugar en el
marco de la Komintern, cuya «sección» constituía el PCY;
de que guardaba correspondencia con la Komintern como
centro (presentación de informes; recibimiento de directivas
y cosas similares); es decir el hecho de que la lucha por la
independización política del PCY se libró en forma de lucha
por la transformación progresista de las relaciones en la In-
ternacional comunista (se entiende, ante todo en lo que ata-
ñe al status fáctico del PCY), y no por el retiro de esta orga-
nización, por la escisión en el movimiento comunista inter-
nacional, vale decir por la propia separación de este movi-
miento.
En realidad, la lucha de Tito para que el Partido de-
venga fuerza nacional auténtica no sobreentendió orienta-
ción política hacia cierta hermetización nacionalista. Al contra-
rio, las perspectivas revolucionarias del movimiento comunista
yugoslavo Tito las vio —en aquel entonces, y más tarde, y
hoy— justamente en la articulación internacional más es-
trecha con otros movimientos tales. La posición crítica suya
—tanto frente a su propio Partido como también ante los de-
más— sobreentendió la resolución a establecer una colabora-
ción igualitaria y constructiva y la solidaridad internacionalis-
ta concreta — y entonces cuando, por circunstancias históri-
cas, sobrevenían serios litigios, conflictos y escisiones en el
movimiento comunista internacional, en los cuales la posición
revolucionaria auténtica del Partido comunista, vale decir de
la Liga de los Comunistas de Yugoslavia era causa o motivo
para los litigios y conflictos. En otras palabras, jamás Tito
se plantó en posiciones nacionalistas, ni contrapuso la auto-

Tito, Informe en la sesión solemne del CC de la LCY con ocasión


de los festejos del cuadragésimo aniversario de la fundación y trabajo del
PCY, 19 de abril de 1959 (Discursos y Artículos, vol, I, ..Naprijed-,
Zagreb, pág. XX).
68 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

nomía del Partido a la necesidad de su vinculación interna-


cional. Al contrario, él mismo contribuyó esencialmente a que
la solidaridad internacionalista fuera siempre una de las
componentes fundamentales de la orientación ideológico-po-
lítica del movimiento comunista yugoslavo; pero vio la pre-
condición elemental para la verdadera solidaridad en que to-
dos los partidos tengan el status de sujetos autónomos en las
relaciones recíprocas.
Por lo tanto, con su insistencia y práctica de acercamiento
a las condiciones y necesidades de su país, con la abolición
de la emigración política partidaria y con la independización
financiera, el PCY ya antes de la Segunda Guerra mundial
se orienta a la creación de las premisas para la estrategia
y táctica autónomas de lucha por el socialismo.
Esto dio por resultado el incremento de la responsabilidad
del movimiento por el éxito de esta estrategia y táctica, y en
el aspecto histórico concreto la revolución socialista exitosa
en las condiciones de la lucha de liberación popular que libra
un partido revolucionario relativamente poco numeroso pero
conducido autónomamente.
Esto resultó, luego, en el sistema político específico apo-
yado políticamente y articulado en forma estrecha no sólo con
la clase obrera (que representaba un porcentaje menor de
la estructura social de la sociedad) sino también con otros
estratos sociales, ante todo con el campesinado (el frente po-
pular), que constituía asimismo una base social considerable
a la lucha de liberación popular en la Yugoslavia agraria.
De esto fluía la aspiración del PC de Yugoslavia a relaciones
igualitarias en el movimiento comunista internacional, como
asimismo en las relaciones internacionales en general, en las re-
laciones entre las grandes potencias y los países pequeños en
particular, la oposición a la política de esferas de influencia;
la posición extrabloquista, en principio; y más tarde la polí-
tica de la no alineación. Esta aspiración está expresada en el
curso de la fase armada de la revolución; luego en el conflicto

• E. Kardelj con razón destaca que . <Tito, como también la dirección


partidaria a cuya cabeza se encontraba, eran permanentemente conscientes
de que la clase obrera de Yugoslavia no podía librar la batalla exitosa por
sus intereses si en esa lucha no se respaldaba en todas esas fuerzas y
procesos en los acontecimientos mundiales que significaban el progreso de
la sociedad humana, y en especial si no se vinculaba con la acción revo-
lucionaria del movimiento obrero mundial y si no se apoyaba en el papel
político de la Unión Soviética en el mundo. Empero, nuestro Partido con
Tito a la cabeza no se incorporó a ese movimiento como ejecutor mecá-
nico de la doctrina de un movimiento ideológico mundial, sino como factor
revolucionario autónomo y creador, que exraia su fuerza política de la
articulación con su clase obrera y pueblos en general, y su capacidad de
acción — tanto de su vinculación nacional como también de la internacio-
na li sta. Sólo con tales fuentes autónomas de su fuerza el Partido pudo a
la vez dar contribución real al movimiento obrero revolucionario mundial»
(E. Kardelj, ibídem, pág. 29-30).
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRER O 69

de 1948; en la base principista de la normalización de las rela-


ciones del PCUS y otros partidos comunistas (la Declaración
de Belgrado y de Moscú), que significó — la retención de la
plena autonomía de la LCY respecto a otros partidos comunis-
tas, vale decir de la Yugoslavia socialista frente a los blo-
ques político-militares; respecto a las reuniones consultivas
de partidos comunistas con intenciones y elementos de foros
internacionales para la conducción del movimiento comunis-
ta; respecto a los litigios y conflictos en el movimient9 co-
; en la deter-
munista internacional y entre países socialista s
minación t a por el desarrollo de la colaboración bila-
teral más principis
vasta en pie de iguales condiciones y de otra índole
en el movimiento obrero sin considerar las diferencias ideoló-
gico-políticas y, se entiende, en el desarrollo concreto de tal
colaboración con otros partidos comunistas y obreros, movi-
mientos de liberación nacional y otros progresistas, que la
Liga de los Comunistas de Yugoslavia ha desarrollado —en
el curso de los arios cincuenta y más tarde, y hoy— sobre las
mismas bases y con las mismas intenciones.
Es tema aparte especialmente el gran aporte de Tito
2.
al desarrollo de relaciones iguales en derecho entre los países
socialistas y los movimientos obreros en las condiciones
contemporáneas, es decir, después de la Segunda Guerra
mundial.
En la lucha por relaciones (socialistas) iguales en derecho
entre los Estados socialistas y los partidos comunistas el mo-
vimiento comunista yugoslavo no está hoy, se entiende, ais-
lado. Al contrario, es ésta una de las tendencias fundamen-
en el movimiento obre-
tales del desarrollo de las relacione s
ro contemporáneo. Pero el gran aporte yugoslavo —y esto
significa, ante todo, el aporte de Tito— a esta tendencia está
determinado por el papel pionero qu en ese aspecto le confi-
rió la historia, por cosas de las circunstancias, a los comu-
nistas yugoslavos; como igualmente por el precio que tal papel
—salido de la batalla por la defensa de la propia autonomía
a rasgo peculiar— sobreentendió. No hace mucho el Partido
Comunista de Yugoslavia, en el conflicto con J. V. Stalin y
el Buró de Información (1948), quedó justamente en el movi-
miento comunista internacional totalmente aislado — hasta
el desenlace de este conflicto, si bien no era ésta sólo su ba-
talla por la autonomía nacional elemental de la Yugoslavia
socialista, sino ante todo la batalla por relaciones iguales
en derechos en este movimiento en su conjunto. a (Liga
En realidad, en lo que atañe al Partido comunis t
de los Comunistas) y a la Yugoslavia socialista, el problema de
las relaciones entre los Estados socialistas comenzó a vislum-
brarse ya en el proceso de la creación de la nueva Yugos-
lavia, y afloró a primer plano como una de las cuestiones exis,
n•••

70 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

tenciales de la independencia nacional y del desarrollo socia-


lista de Yugoslavia ya en los primeros arios posbélicos. Im-
puesto a ella con el conflicto con J. V. Stalin de 1948 este
problema se planteó en su conjunto no sólo para la Yugos-
lavia socialista.
Con ello correspondió al Partido Comunista de Yugosla-
via con Tito a la cabeza el papel histórico en la oposición a los
fenómenos negativos que se amontonaron en el desarrollo
del socialismo a través de la práctica y teoría estalinistas,
es decir, en la oposición a los fenómenos que produjeron gran-
des daños al movimiento obrero internacional y que tuvieron
que confrontarse con la realidad social y las necesidades del
desarrollo del socialismo en las condiciones contemporáneas.
Este conflicto fue durísima prueba para la clase obrera
yugoslava, para el movimiento comunista yugoslavo, para los
pueblos yugoslavos en su conjunto, y por la naturaleza de las
cosas, debido a la posición que como dirigente del Partido
y Presidente de Gobierno tenia, la decisión para aceptar es-
ta prueba fue, ante todo, decisión personal de Tito. El mis-
mo Tito varias veces ha destacado que esta decisión fue uno
de los momentos más difíciles de su vida. Pero de todos mo-
dos, consciente del significado de tal decisión, se determinó
sin vacilación por la defensa de la independencia en el deci-
dir del PCY sobre las cuestiones que atañen a la clase obrera
y pueblos de Yugoslavia, porque estaba convencido de que
la aceptación de las concepciones de Stalin conduciría a la
pérdida del vasto apoyo político al Partido en la lucha por
la construcción del socialismo en Yugoslavia y que llevaría
a serias alteraciones políticas internas. Ya por esos años Tito
evaluará este conflicto como histórico, enfatizando que «re-
presenta causa tan grande como fue también nuestra lucha
de liberación. Esto lo sabrán estimar las generaciones futuras,
esto sera registrado en la historia como uno de los actos his-
tóricos más formidables que nuestros pueblos hicieron»5.
Con este conflicto se anunció dramáticamente la necesi-
dad del paso a nuevas relaciones entre los movimientos y Es-
tados socialistas, basadas en la plena igualdad, y fue éste el
inicio real del proceso de la llamada desestalinización en el
movimiento comunista internacional, es decir, de la reafir-
mación del contenido socialista en dichas relaciones. Oponién-
dose a la presión de Stalin y luchando por la independencia
de su país, los comunistas yugoslavos y los pueblos de Yu-
goslavia —como lo evaluará también el Programa de la LCY
diez años más tarde— «no combatieron sólo por el derecho
a su libre desarrollo socialista, sino dieron igualmente su

Tito, Discurso en Krapina, 10 de mayo de 1952 (Discursos y Artí-


culos, vol. VII, « Naprijed-, Zagreb, pág. 59).

n11.
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 71

aporte a la indispensable lucha contra las deformaciones bu-


rocrático-estatistas y otras antisocialistas en el desarrollo del
socialismo y en las relaciones entre los pueblos que partie-
ron por el camino socialista. Por eso esta resistencia fue so-
cialista y progresista consecuentemente, y por ello también
ó a la vigorización y al progreso del socialismo»6.
contribu
Titoyestimaba que la cuestión de las relaciones entre los
paises socialistas «es de enorme importancia desde el punta de
vista internacional», porque «estas relaciones deben ser ejem-
plo o, mejor dicho, estímulo al ulterior desarrollo del socia-
lismo en el mundo, y no que sean freno para dicho des-
. En otras palabras, «las relaciones entre países que
arrollo »
construyen el socialismo deben estar ordenadas de suerte que
den coraje a todos, y especialmente a los pequeños pueblos en
la lucha por su libertad e igualdad nacionales y sociales».7
La evaluación de Tito era, en rigor, clarísima ya por esos
años: «En el principio del marxismo-leninismo está que el
socialismo significa en primer lugar igualdad, no sólo entre las
gentes sino también entre los Estados socialistas, grandes y
pequeños. Si nosotros no vamos a cultivar esta igualdad desde
el comienzo mismo en base a estos principios, entonces tal so-
cialismo no podrá jamás alcanzar el objetivo por que marcha-
mos, y más tarde, querámoslo o no, se puede convertir en im-
perialismo... Las cifras aquí, el número de la población no
puede ser el principio que decide, sino sólo el principio socia-
lista y la moral socialista»s.
En otras palabras, Tito era consciente de las causas reales li n,
yo de la importanci a de largo alcance de la resistencia a Sta
sea del hecho de que esto no era sólo lucha del Partido Co-
munista de Yugoslavia y de la Yugoslavia socialista, sino la
apertura de un proceso mucho más vasto, duradero y difícil
e de lucha por la superación de
pero históricamente inexorab l
todo lo negativo que se había acumulado en la práctica socio-
política socialista, sin lo cual no era posible el progreso ulte-
rior del socialismo como proceso mundial.
Los dilemas ante los cuales, en este conflicto y después
de él, se encontraron los comunistas yugoslavos eran dile-
mas del ulterior desarrollo del socialismo en general — y en
Yugoslavia y en el mundo. Con el ataque de Stalin a Yugos-
lavia se anunció, en realidad, un conflicto histórico inexorable

LCY, «Kultura», Belgrado, 1958, pág. 224.


séptimo congreso de ta
Tito, Discurso en el acto solemne de la Academia Eslovena
y Artícu/os, de
vol. IV,
y Artes, 16 de noviembre de 1948 (Discurso s
Ciencia s pág. 49-50).
-Naprijed», Zagreb,
Sto/ice, 26 de septiembre de 1949 (Discursos y
Tito, Discurso en pág. 303).
Artículos, vol. IV, ..Naprijeci», Zagreb,
72 CUESTIONES A CTUALES DEL SOCIALISMO
en el movimiento comunista int
dogmátic ernacional entre la concepción
con o-burocrática de Stalin sobre el Estado socialista,
secuencia, sobre los caminos del desarrollo del socialismo en
en el mundo, y la concepción antidogmática,
humana de la sociedad socialista como habíadec mocrática y
des arrollarse en Yugoslavi5.9 omenzado a
El conflicto con Stalin y la resistencia a su presión des-
cubrió totalmente a la dirección y
ligro de la bur ugoslava el sentido y el pe-
ocratización de la sociedad s ocialista, justa-
ymente por el hecho de que Stalin se oponía a los contenidos
esp ecificidades del desarrollo socialista de Y
«d ugoslavia como
esviación» del marxismo-leninismo, arg
la motivación «antisoviética» y umentando esto con
«anti socialista» de la direc-
ción del PCY en los tiempos cuando pre
ción d esarrollaba de manera cisamente esta direc-
co nsciente la co
estrecha con la URSS y todo el desarrollo e laboración más
país lo cimentaba en la p conómico de su
colaboración. erspectiva a largo plazo de dicha

En el Sexto
e valuación congreso
de que «la i mde la LCY (1952) Tito repetirá la
portancia del conflicto entre Yu-
goslavia y la URSS rebasa las f
ronteras de ambos países»,
porque el partido yugoslavo, defendiendo los i
su país socialista que coinciden con las ntereses de
p remisas del marxis-
mo científico, se había levantado en defensa de esa teoría
y posibilitado
to con ello el ulterior desarrollo del
evolucionario en el mundo. El PCY planteó, enpensamien-
r
. te ese rigor, an-
mundo «la cuestión de las formas y c
ulterior movimiento de la sociedad socialista, ondiciones del
las leyes objetivas del desarrollo del socialismo la cuestión de
en las nue-
vas condiciones actuales en el mundo, e ig
condiciones específicas de cada país en ualmente de las
p articular. Planteó y
demostró en la práctica la p
osibilidad del desarrollo del so-
cialismo en un país pequeño e incluso atrasado. Planteó en
la práctica la eficacia de los métodos humanos en el
de la tr ansformación social»,10 proceso
El desarrollo histórico que sobrevino confirmó la jus-
tificación de estas ev aluaciones. El
conflicto fue zanjado
con la aprobación de los documentos yugosla
Declaración de Belgrado (1955) y la de Moscú vo-soviéticos (la
(1956) en las
cuales serán definidos conj untamente /os
p rincipios de las

Tito,
cin cuentenario
Informe
de laa la sesión solemne del Noveno congreso d edicada ai
LCY, 11 de marzo de 1969 (Noveno Congreso de
LCY, Centro Editor -Komunist-, Belgrado, 1969, pág. 29), la
Tito, Informe al Sexto congreso del
(LCY), Belgrado, 1952). PCY (Sexto Congreso del PCY
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 73

ción relaciones internacionales» cuyo cuestionamiento respecto a


en Yugoslavia en 1948 fue precisamente el motivo para el «le-
SITIO vantamiento» yugoslavo.
ay El significado de estos principios está determinado no
D a sólo por el hecho de que en dicho sentido por primera vez se
definen las relaciones entre dos países socialistas sino ante
es- todo por el que estos principios habrán de resistir la prue-
De- ba del tiempo y devenir base duradera a la colaboración so-
ta- viético-yugoslava exitosa en todos los campos de la vida
los económica, política y cultural, no obstante las contradicciones
mo que experimentaron estas relaciones. Además, estos principios
on llegarán a ser, en realidad, uno de los armazones del proceso
Eie- de la llamada desestalinización de las relaciones en el movi-
miento comunista internacional y de las relaciones entre los
ás países socialistas.
3U De esta manera, entre lo demás merced también a la
Da posición activa del PCY (LCY) frente a los problemas con los
que se confrontaba el movimiento obrero internacional y el
la 1 desarrollo del socialismo en las condiciones contemporáneas,
- • como asimismo su contribución a la solución de estos proble-
mas,
mas, se desarrollaron los procesos del renacimiento en el mo-
e vimiento comunista internacional en el período postestalinista.
s- Extraordinaria importancia en este aspecto tuvo el afron-
la tamiento consecuente de Tito con las concepciones y rela-
ciones heredadas que por el desarrollo socio-político objetivo
tanto del mundo contemporáneo como también del socialis-
1 mo estaban superadas; pero igualmente en la misma medida
fueron significativas sus concepciones, formuladas positiva-
mente, de política exterior que maduraron en estas confron-
S taciones con las contradicciones de la práctica social con-
temporánea.
Es más, quizá también con más claridad que en parte al-
guna, en la esfera de las relaciones en el movimiento obrero
internacional, incluyendo aquí las relaciones entre los países
socialistas, Tito manifestó visión de revolucionario y clari-
videncia de estadista. Si bien tenía motivos serios para sen-
tirse herido personalmente (porque los ataques estaban di-
rigidos, ante todo, contra él personalmente) y para elevar el

" En la Declaración de Belgrado sera, entre lo demás, consignado


también el principio -del acatamiento del respeto mutuo y de la no inje-
rencia en los asuntos internos por los motivos que sean -de naturaleza
económica, política o ideológica- toda vez que las cuestiones del orden
interno, de los diversos sistemas sociales y de las diversas formas de
desarrollo del socialismo son asunto exclusivo de los pueblos de cada uno
de los países .. (d:Oorba » , 3 de junio de 1955). De manera similar quede
definida también la colaboración interpartidaria en la Declaracion
Moscú, en la cual se destaca que esta colaboración -debe de cimentarse en
la plena voluntariedad e igualdad, en la Crítica amistosa y en el carácter
camaraderil del intercambio de opiniones » (....Borba-, 21 de junio de 1956).
74 CUESTIONES AC TUALES DEL SOCIALISMO

tono, él insistió en la calma p


la Yugoslavia s rincipista y realista: y cuando
flicto, para ellaocialista se encontró en el centro del con-
ex istencial, con Stalin y el Buró de
mación
dadanosenno 1948 (insistiendo en sus discursos que nuestrosInfor- ciu-
i dentifiquen la relación de la dirección de los
países socialistas de Europa Oriental con la actitud de los
pueblos de estos países respecto a Yug
finales de los años c incuenta el l oslavia); y cuando a
l amado revisionismo yugosla-
vo constituía uno de los temas prop
agandísticos de mayor ti-
raje en el movimiento comunista internacional (destacando
que el «desarrollo inexorable de los aco
ntecimientos pone las
cosas en
menos su lugar y da la evaluación meritoria de los
y acontec imientos» 12 , y más tarde en diferentes opor- fenó-
tunidades.
Las co
sus con ncepciones de Tito en política exterior en general,
cepciones de las relaciones entre los m
obreros y, en extensión, entre todos los mo ovimientos
sistas, serán modeladas int vimientos progre-
egralmente en p articular en el
Séptimo y en el Octavo congreso de la LCY (1958, 1964), y
más
tarde en el Noveno y en el Décimo congreso (1969, 1974),
vale decir, en una serie de reuniones inte
últimos decenios. rnacionales de los
En consonancia con estas con
laboración int cepciones, la LCY en su co-
c ontenidos deernacional y en la lucha por nuevas formas y
la vinculación int ernacional de los movimien-
tos socialistas y otros pr
ogresistas parte de la evaluación de
quec el socialismo después de la Segunda Guerra mundial se
ha onvertido en proceso m
lismo y el movimiento socialista undial,mundial
y que la lucha por el socia-
ca cont emporáneo está
deracterizada
portadores,por la gran diversidad de caminos,
lo que es reflejo de la c
de formas y
tuales c ondiciones sociales. omplejidad de las ac-
Se trata en realidad de la p osición —
ralización de las experiencias histór basada en la gene-
llo socialista habido-- de que la lucha ico-concretas
por del desarro-
el
desarrolla en diferentes formas, y ello no sólosocialismo en se
países sino también en diversos periodos de tiempo — diversos
en de-
p
endencia de la correlación general de las fuerzas sociales en
e/ mundo y de las condiciones materiales c
la posición económica y social concretaoncretas y de la y otras, de
de la clase obrera y de otros estratos de gentes conciencia
tr abajadoras
en la sociedad. A la vez, /a lucha por el socialismo no se libra
en país alguno de forma aislada del desarrollo del
en el mundo. socialismo

" Tito, Informe al Quinto c


(Discursos y Artículos, vol, XV, ongreso de la ASPTY, 18 de abril de 1960
-Naprijed,. Zagreb).
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 75
o Por eso Tito considera una de las tareas elementales de
las fuerzas socialistas que, independientemente de las diferen-
cias ideológicas entre ellas, luchen por las relaciones que posi-
bilitarán diferentes formas de acción común y de apoyo
S mutuo, y múltiples formas de colaboración y de vinculación
3
entre los movimientos obreros, de liberación nacional y otros
a progresistas, procurando apoyar todas las formas de movi-
miento real hacia el socialismo y todas las formas y caminos
de desarrollo de relaciones sociales socialistas y de vigoriza-
ción de las fuerzas socialistas.
Ya en el Sexto congreso de la LCY (1952) Tito insisti-
rá en que hemos «partido por la línea del establecimiento de
vínculos y de colaboración con todo movimiento y organi-
zación progresistas en el mundo que desean esto, sin consi-
derar el que quizás en muchas cuestiones divergimos en opi-
niones». Rechazando la posibilidad de acceso formal al movi-
miento socialista internacional, él evaluó que «en muchas
cuestiones de carácter internacional es factible la colabora-
ción de nuestro Partido con el movimiento socialista», en
especial a través del Frente Popular, o sea de la Alianza So-
cialista del Pueblo Trabajador de Yugoslavia, quien con el
tiempo desarrollará una vasta colaboración con el movi-
miento socialista, los de liberación nacional y otros progre-
sistas en el mundo.
En este espíritu se enfatiza también en el Programa de
la LCY (1958) que los comunistas yugoslavos se «empeñarán
infatigablemente en la vigorización y ampliación de la colabo-
ración en el movimiento obrero, como asimismo de la colabo-
ración internacional en general, por el conocimiento y com-
prensión recíprocos mejores y más profundos, por el inter-
cambio de opiniones y experiencias más vasto y libre»; que
«aceptarán y estimularán las diversas formas de colaboración
en pie de iguales derechos no sólo con los comunistas de otros
países sino también con los partidos socialistas de diversos
cursos y con otros partidos y movimientos progresistas — con
cada uno de ellos o con todos ellos en conjunto, toda vez que
consideren que esta colaboración puede coadyuvar a conso-
lidar la paz, al acercamiento entre los pueblos y los movi-
mientos progresistas y al progreso del socialismo'>.'3
En otras palabras, Tito en sus concepciones partió de
la convicción en que lo justificado y lo progresista de una
ideología o de determinadas formas de edificación socialista
depende únicamente de la fuerza vital y de la corroboración
de dicha ideología en la práctica social, y no de su aproba-
ción por cualquier foro internacional. De ahí pues el signi-

', Séptimo Congreso de la LCY, nn Kultura-, Belgrado, 1958, pág. 237.


76 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

ficado primario que tiene la responsabilidad de cada movi-


miento para con su propia clase obrera y pueblo; y habida
cuenta la condicionalidad objetiva primordial de las exis-
tentes diferencias ideológico-políticas en el movimiento obre-
ro, cada forma de monopolismo ideológico que obstruyera el
libre desarrollo socialista constituiría freno para el desarrollo
del socialismo como proceso mundial.
Los principios básicos de las relaciones entre los países y
movimientos socialistas deberían, por eso, según concepción
de Tito, sobreentender la libertad del desarrollo socialista
interno y la ausencia de toda imposición de fuera, la no inje-
rencia en la vida y el desarrollo internos de los movimientos
en particular, el intercambio libre e igual de experiencias
y de pensamiento teórico socialista.
En el mismo sentido Tito en el Octavo congreso de la
LCY (l964)" formulará los elementos esenciales de la pla-
taforma para la política externa y las relaciones entre los
países socialistas y los partidos comunistas: reconocimiento
de los caminos diversos al socialismo y el derecho de cada
partido de fijar sus tareas conforme a sus propias condiciones
y en consonancia con el principio de plena responsabilidad
de cada movimiento por el desarrollo social progresista en
su país y en el mundo ante su propia clase obrera y pueblo;
rechazo de la existencia e imposición de cualquier centro in-
ternacional para dirigir el movimiento obrero, porque ello
estaría en contradicción con las necesidades reales del movi-
miento en su conjunto, con la autonomía e independencia
reales de cada partido y país.
Las diferencias en el movimiento obrero internacional,
que reflejan el desarrollo desigual del socialismo, son fenó-
menos normales. La exposición de puntos de vista diferentes,
la discusión y la crítica constructiva entre los partidos son
inexorables y pueden sólo ayudar a la colaboración igual en
derechos y a la solución mancomunada de los complejos y
múltiples problemas con los que se confronta el movimiento
obrero — a condición de que sean abiertas, objetivas y ajusta-
das a los principios, que no contengan elementos de injeren-
cia en los asuntos internos de otros movimientos y que no
estén inspiradas en la intención de imponer a otros los puntos
de vista propios; es decir, bajo la condición de que estén fun-
damentadas en la plena igualdad en derechos. El internacio-
nalismo no se contrapone a las diferencias que emanan de
las condiciones específicas internas en las que actúa cada
partido. El no comienza allí donde terminan la autonomía y
la independencia, sino puede únicamente cimentarse en ellas.

" Tito, Informe al Octavo congreso de la LCY, 7 de diciembre de 1964


(Discursos y Artículos, vol. XIX. ••n Naprijed-. Zagreb).
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 77

Al movimiento obrero internacional no es menester la unidad


a que encubre sino la que respeta las diferencias.
Tito considera, pues, que el socialismo puede mostrar sus
;- ventajas sólo si respeta la necesidad de la diversidad del
e- desarrollo socialista de los países; y la enorme fuerza movili-
el zadora de las ideas y de la realización del socialismo puede
lo llegar a expresarse tan sólo si a los pueblos esclavizados se
inauguran perspectiva de libertad y de igualdad. Las fuerzas
revolucionarias coadyuvarán tanto más al rápido desarrollo
del socialismo como proceso mundial cuando congreguen ma-
yormente todos los anhelos progresistas y socialistas demo-
cráticos en la lucha por la paz, la libertad, la independen-
cia, la igualdad en derechos y el desarrollo autónomo de cada
pueblo.15
En los principios de la independencia, de la igualdad en
derechos, del respeto mutuo de los intereses, de la no injeren-
cia, de la responsabilida d ante el propio pueblo y clase obrera,
Tito insistirá también en el Décimo congreso de la LCY (1974),
como en los principios fundamentales de las relaciones entre
los movimientos socialistas y progresistas en general y los
Estados socialistas, destacando que los paises socialistas, junto
«de-
ben luchar por eliminar al máximo los litigios mutuos »
al respeto de las diferencias y especificidades recíprocas».
El reiterará la resolución de la LCY de continuar apoyando
todas las acciones que son significativas para la paz, el pro-
y el socialismo en el
greso social, la libertad, la independen cia
mundo, oponiéndose a todas las formas de agresión impe-
a
rialista, a las modalidades neocoloniali stas y otras de subor-
1 dinación)6
En realidad, tales relaciones están contenidas en el sis-
tema federativo interno de la Yugoslavia socialista y auto-
gestora. Por ello el contenido internacionalista de la colabo-
ración internacional de la LCY, de las relaciones internacio-
Y nales y de la política externa de la Yugoslavia no alineada
o — es expresión natural del sistema socio-político de esta na-
turaleza. Como lo destacará Tito en el Décimo Congreso de
la LCY «la política exterior de Yugoslavia está cimentada en
o los mismos principios sobre los que descansa también nuestro
sistema autogestor. Ella es única, porque expresa los intereses
de todas nuestras gentes trabajadoras . En su creación y eje-
cución toman parte todas nuestras repúblicas y regiones y
e todos los demás sujetos de nuestra sociedad».17
y
de la LCY, 12 de marzo de 1969
Tito, Inform e a/ Noveno congreso
(Noveno Congreso de la LCY, pág. 109-112).
la LCY (Documentos), Centro Editor «Komu-
Décimo Congreso de
nist» , Belgrado, 1975, pág. 13-14.
Idem, pág. 18.
el/

78 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

La vivificación de estas concepciones está confirmada


con el hecho de que no son hoy ellas sólo concepciones yugos-
lavas; de que hoy la discusión sobre las relaciones entre los
partidos comunistas tiene lugar en las condiciones de la lega-
lidad de las diferencias ideológico-políticas entre ellos; de
que las aspiraciones a la plena autonomía política de los
partidas se expresan en la constitución cada vez más vasta e
integral de estrategias y tácticas nacionales autónomas de la
lucha por el socialismo en armonía con las especificidades
de las condiciones socio-económicas en las que esta lucha
tiene lugar; de que, sobre esta base, crece significativamente
la influencia política de partidos; de que también en el Do-
cumento Final de la Conferencia de partidos comunistas y
obreros de Europa, celebrada en Berlín en 1976, se introdujo
la nueva formulación de los contenidos de la solidaridad in-
ternacionalista, como colaboración y solidaridad voluntaria,
de compañeros e igual en derechos; en que la misma Confe-
rencia constituyó un intercambio democrático de opiniones
entre los partícipes sobre las cuestiones a las cuales fue dedi-
cada esta reunión.
Todo esto, se entiende, es resultado de los esfuerzos y
contribuciones de cada partido que participa en la búsqueda
de nuevas formas de vinculación y de colaboración interna-
cionales. Pero no es inmodestia si se constata que el aporte
de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, en especial de
su Presidente, es acentuada ya por el hecho mismo de que
está tejida en la continuidad de varios decenios.
Evaluando que en el movimiento comunista se afirman
cada vez más los caminos diferentes de lucha por el socialis-
mo y las formas noveles de colaboraciones de las fuerzas
revolucionarias y democráticas, basadas en los principios de
la independencia, de la igualdad en derechos, de la autono-
mía y de la no injerencia, Tito destacará en la mencionada
Conferencia de partidos comunistas y obreros de Europa que
la Liga de los Comunistas de Yugoslavia se «empeñará igual-
mente en lo futuro por la afirmación de estos principios, par-
tiendo de que la colaboración entre todas las fuerzas pro-
gresistas y democráticas sobre este cimiento está en interés
del ulterior desarrollo exitoso del socialismo como proceso
mundial»; que a ello «puede en especial contribuir el inter-
cambio libre e igual de opiniones con la finalidad de enfocar
de manera real las relaciones internacionales y los problemas
actuales de la lucha por el socialismo y el progreso; y que el
diálogo sobre las diferencias, que son objetivas y regulares es
«una de las condiciones indispensables para superar todo lo
que obstruye el desarrollo del movimiento obrero y por con-
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 79

siguiente representa aporte al desarrollo del pensamiento y


práctica socialistas».18
3. Expresión de tal posición ideológico-política princi-
pista representó no sólo el planteamiento crítico de la
LCY ante formas particulares de la vinculación interna-
cional o algunas actividades en el movimiento obrero sino
igualmente su resolución de participar en las formas corres-
pondientes de la colaboración multilateral, en dependencia
de sus objetivos, contenido y resultados concretos (como fue
el caso con la indicada Conferencia de Berlín en 1976). Expre-
sión de esa posición es también la colaboración de un dina-
mismo extraordinario y de un desarrollo muy variado de la
LCY y de otras organizaciones socio-políticas de la Yugoslavia
socialista y no alineada con gran número de movimientos co-
munistas, socialistas, socialdemócratas, de liberación nacional
y otros progresistas en el mundo; vale decir, los nuevos con-
tenidos históricos de la solidaridad internacionalista en la
práctica de la política exterior yugoslava.
El aporte de Tito al desarrollo de la concepción leninista
de la relación entre lo clasista y lo nacional se ha compuesto
de eso que él, y cuando no negaba pertenencia a una organi-
zación internacional (la Komintern), entendió que sólo con
el crecimiento del «arraigo» en el propio suelo nacional,
con el incremento de la influencia política en la propia na-
ción, crece también la importancia internacional de un par-
tido obrero y la posibilidad y la forma de manifestar su so-
lidaridad internacional con los demás movimientos. Esta con-
cepción será totalmente desarrollada en el aspecto ideológi-
co y político en el Programa de la LCY (1958), en consecuen-
cia en los Informes de Tito al Séptimo y Octavo congreso de
la LCY (1958; 1964); pero ella fue asimismo la base de la
práctica vital del movimiento obrero revolucionario yugosla-
vo ya a mediados y en la segunda mitad de los arios treinta
(razones y sentido de la fundación del PC de Eslovenia y del
PC de Croacia); aún más — de la práctica corroborada en el
resultado de la insurrección antifascista omnipopular que pu-
so en marcha y condujo el PCY y que tuvo a la par contenido
y sentido de revolución socialista auténtica.
La más significativa, la más grande contribución inter-
nacionalista de un movimiento al desarrollo del socialismo en
el mundo es, según entiende Tito, el éxito y la eficacia de
la lucha por el socialismo y la construcción del socialismo
en el país de uno, de ahí que, por consiguiente, las respon-
sabilidades internacionales por el desarrollo del socialismo

n8 Conferencia de Partidos Comunistas y Obreros de Europa, -Komu-


nist. - TANJUG, 1976, pág. 139-140.
Belgrado,
80 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

se agotan en la responsabilidad ante la propia clase trabaja-


dora y el pueblo de uno y en la solidaridad internacional vo-
luntaria con las aspiraciones y lucha progresistas de otros
movimientos. Por eso no hay internacionalismo sin la plena au-
tonomía de cada movimiento en la determinación de la propia
estrategia y práctica de la lucha por el socialismo y la com-
pleta igualdad en derechos, la colaboración voluntaria y la
solidaridad con otros movimientos.
El internacionalismo es, según concepción de Tito, «an-
te todo reflejo de la conciencia y del conocimiento de cada par-
tido sobre la articulación de sus intereses con la lucha in-
ternacional contra la reacción y el imperialismo». Es por eso
incongruente el imponer obligaciones a los partidos, la arti-
culación con centros internacionales para dirigir el movimien-
to obrero o para algunas «líneas generales».
En otras palabras, rechazando la oposición de los inte-
reses del socialismo en el mundo a los intereses nacionales
auténticos como dilema artificial (sea en forma de oposición
de los intereses nacionales al clasista e internacional, sea
en la forma de intentos de oponer el clasista e internacional
—como prefijados y dados— a los intereses nacionales), Tito
considera que «la fuerza del socialismo descansa en que
respeta y, dilucidando democráticamente, vincula intereses di-
ferentes y contradictorios que emanan de las múltiples condi-
ciones y de la riqueza de los caminos y formas nacionales de
la práctica y procesos socialistas en los países y regiones
del mundo. Sobre esta base se edifica el internacionalismo so-
cialista que sobreentiende también el apoyo y ayuda recípro-
cos de las fuerzas socialistas revolucionarias y progresistas
en el mundo, como también su solidaridad mutua y la unidad
de acción en la lucha por el ulterior desarrollo, por el progre-
so y el socialismo. Toda injerencia en los asuntos internos de
otros países y toda imposición de soluciones o de «modelos»
desde fuera, puede sólo aminorar la transformación socialista
del mundo y, por lo tanto, está en contraposición con los ob-
jetivos del internacionalismo socialista».19
El internacionalismo es pues «solidaridad con los movi-
mientos obreros y progresistas en el sentido universal», cons-
trucción del socialismo de la manera que vigoriza las ideas
socialistas no sólo en el país propio sino también en el mundo
en general. En realidad, la solidaridad internacional, según
entender de Tito, no se puede limitar sólo a las relaciones
en el movimiento comunista internacional, o, en amplitud,
en el movimiento obrero internacional. Ella sobreentiende
solidaridad entre las fuerzas sociales progresistas de las na-

Tito, Informe ca Noveno congreso de lo LCY, 12 de marzo de 11439,


pig. 111.
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 81

ciones, abarca la esfera de las relaciones entre las clases obre-


ras y otros estratos sociales progresistas y sus movimientos.
Ella atañe hoy a las esferas de las relaciones entre las na-
ciones en general, expresa la tendencia objetivamente condi-
cionada de la vinculación cada vez más estrecha y del acer-
camiento de las naciones en general. Por eso el internacio-
nalismo —sus principios— no puede ser exceptuado, separado
del conjunto de las relaciones entre los pueblos — como es-
fera geográfica particular o en otro sentido, sino ella debe
significar el enriquecimien t o y profundización del contenido
de dichas relaciones.2°
Suscintamente, el rasero elemental del genuino interna-
cionalismo de la LCY es — «el aporte creador a la práctica
y pensamiento internacionales del socialismo » , a la lucha
real contra el imperialismo y por la paz y la independencia21
de los pueblos, por la emancipación auténtica del trabajo.
Estas ideas de Tito derivan de la concepción de que el
socialismo ha devenido proceso mundial y que por eso la
solidaridad internaciona l ista debe extenderse en la misma
medida y en el mismo sentido a las relaciones entre todas las
fuerzas políticas y sociales progresistas del mundo contempo-
ráneo, y no sólo entre algunos movimientos políticos de la
clase obrera de orientación ideológico-polí tic a idéntica. La
realidad del mundo contemporáne o es la diversidad ideológico-
política en el movimiento obrero en general, en el marco de
cada una de las corrientes tradicionales del movimiento obre-
ro y entre otras fuerzas y movimientos de liberación nacional
y progresistas. El internacionalism o , por eso, no se puede
hoy basar en el monolitismo ideológico-polí t ico (de la unifor-
midad). No se puede condicionar la solidaridad internacio-
nalista borrando las diferencias ideológico-polí ticas , sino puede
crecer únicamente sobre la premisa del respeto político de las
diferencias como expresión natural de la diversidad de condi-
ciones en que actúan los movimientos (unidad en la diversi-
dad).
En la lógica de tal interpretación ideológico-polít ica de
los problemas claves del desarrollo del socialismo en el mun-
do contemporáne o , la determinación de Tito, o sea, yugosla-
va por la política de la no alineación y el aporte al surgi-
miento y al desarrollo de esta política en realidad son la
expresión de la más vasta solidaridad internacionalista del
movimiento comunista yugoslavo y de la Yugoslavia socialis-

Informe a/ Séptimo congreso de


la LCY, 22 de abril de 1958
" Tito,y Artículos,
(Discursos vol. XIII, •Naprijecl-, Zagreb),
la sesión solemne del
Noveno congreso dedicada
" Tito, Informe aLCY, 11 de marzo de 1969 (.Noveno Congreso de la
a/ 50 aniversario de la
LCY, pág. 33).
82 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

ta con todas las fuerzas sociales y políticas que luchan hoy


por la abolición del peligro y posibilidad de conflictos bélicos
entre los pueblos, por la democratización de las relaciones
internacionales y la cooperación económica igual en derechos
y de otra índole, por la vinculación y acercamiento de lo;
pueblos.
4. En pocas palabras, las concepciones en política exte-
rior de Tito y la práctica en este campo que ellas inician, vale
decir, generalizan — sobreentiende la lucha por un mundo
más justo, contra el colonialismo, el neocolonialismo y, en
general, contra el sojuzgamiento nacional. Ellas rechazan
la separación sectaria del movimiento obrero internacio-
nal de otras fuerzas antiimperialistas y democráticas y ofre-
cen la alternativa socialista de las relaciones entre los pueblos
y las fuerzas sociales progresistas en concordancia con las
condiciones socio-históricas en el mundo contemporáneo,
cada vez más interdependiente y a la vez profundamente
dividido, y confrontado con los peligros fatales de la era nu-
clear.
Ya inmediatamente después de la guerra Tito destacó
que la política exterior de un país socialista como es Yu-
goslavia no puede ser pragmática, sino principista, y debe
tener en cuenta la totalidad de los procesos antiimperialistas,
democráticos y progresistas en el mundo. 22 El y el Partido
que dirigía siempre partieron de la concepción del socialismo
como proceso mundial, que sobreentiende no sólo la lucha del
movimiento obrero internacional por los intereses históricos
de la clase obrera sino también en extensión — la lucha de
las fuerzas democráticas, progresistas y socialistas por la paz
y la coexistencia pacífica entre los pueblos y los Estados, por
relaciones democráticas y la colaboración igual en derechos
entre los pueblos, por la lucha anticolonial de los pueblos,
por la emancipación política y económica y el rápido desarro-
llo económico. Las fuerzas socialistas, según concepción de
Tito, deben de ser capaces de presentarse y actuar en nombre
del conjunto de este proceso y movimiento, y no de herme-
tizarse ideológicamente. Por ello la Liga de los Comunistas
de Yugoslavia y la Yugoslavia socialista y no alineada ven su
interés duradero en la articulación y en la colaboración con
todas las fuerzas internacionales que en determinado momen-
to histórico pueden coadyuvar a la dilucidación progresista de
los problemas internacionales concretos.

-Las cuestiones de la política exterior no son cuestiones de un corto


período « , dijo Tito, por ejemplo, el 18 de febrero de 1950. « Son estas para
nosotros cuestiones históricas, porque ellas atañen a un país socialista...
Los dirigentes estatales de tal Estado no pueden vender sus principios...
Todo proceder diferente se volvería contra nosotros.. (Del discurso en
Titovo 1.12ice: Discursos y Artículos, vol. 5, pág. 22-23).

.-J
e
TITO Y EL MOVIMIENTO OBRERO 83

El aporte de Josip Broz Tito al enfoque de los problemas


contemporáneos de la lucha antiimperialista y anticolonial,
de la lucha contra todo hegemonismo en las relaciones inter-
nacionales, y también de la lucha por relaciones democráti-
cas, vale decir, socialistas en el movimiento obrero, está con-
tenido, entre lo demás, en su contribución al desarrollo de
nuevas formas de articulación estrecha de los intereses his-
tóricos de la clase obrera con todas las modalidades de la
lucha antiimperialista de los pueblos, es decir, de la compe-
netración de los procesos de la emancipación social y nacio-
nal. Este aporte está contenido en el papel personal de Tito
en la iniciación, en la creación y el desarrollo del movimiento
de la no alineación y en su lucha por la coexistencia pacífica
activa, la paz, la democratización de las relaciones interna-
cionales, por la solución progresista de los considerables pro-
blemas internacionales que multiplica la creciente brecha
entre los países y regiones avanzadas y atrasadas del mundo,
por el establecimiento del nuevo orden económico mundial,
por la superación de las relaciones políticas y económicas
entre las naciones de la época imperialista.
Stanislav STOJANOVIC
(Traducción: F. Sotelo)
Tito sobre la moral de los comunistas
de Yugoslavia

El Partido Comunista de Yugoslavia ha dedicado siempre


gran atención a la formación de los militantes, a su edu-
cación, al fortalecimiento de la moral proletaria, del huma-
nismo y a la modelación de la imagen del comunista. Cada
período en el desarrollo del Partido y de la revolución, en
dependencia de las tareas que se resolvían, ha exigido tam-
bién las correspondientes características de los comunistas
que se manifestaban más que las restantes en oportunidad del
cumplimiento de las tareas revolucionarias. La cuestión de
la imagen y de la moral del comunista, sin embargo, se ha
planteado p ermanentemente como una necesidad en la forma-
ción de la moral proletaria y del humanismo.
Partiendo de este hecho, Tito en el curso de toda su
vida revolucionaria trabaja en la educación y desarrollo de
las características político-morales de los comunistas. Simul-
táneamente, en las palabras y en los hechos demuestra cómo
debe de ser el comunista en cuanto hombre — combatiente
per condiciones más humanas de vida, por la libertad y el
socialismo. Vinculaba Tito los objetivos por los cuales el
movimiento comunista lucha con la moral y la imagen del
comunista. «Los objetivos que nos hemos planteado los vamos
a realizar con tanto mayor éxito cuando los comunistas posean
—subraya Tito— todas esas virtudes por las cuales ellos se
han destacado en todos los períodos de nuestro movimiento
revolucionario. Son éstas, sobre todo, la combatividad y leal-
tad a los objetivos de la revolución, la franqueza y la auto-
crítica, el espíritu principista y de resolución en la lucha por
los intereses del hombre trabajador, la modestia y sencillez
en el trato con las personas, etc». 1 Señala él también otros
rasgos fundamentales del comunista. «Lo revolucionario y
la capacidad creadora de cada comunista —dice Tito— se

J. B. Tito; « Entrevista- al periódico « Komunist”,


XXXII, 896. pág. 5 (del 20, 05. 1974) Belgrado, año
S TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 85

mide por la contribución al enfoque crítico de los problemas


y fenómenos negativos y a la solución creativa y superación
de éstos» 2 . Aquí están también otras características morales
que conforman la personalidad integral de los comunistas y
la totalidad del acceso a su moral.
En los tiempos de la lucha contra el fraccionalismo en el
Partido, Tito hace ver la necesidad de la unidad y de la
pureza de las filas del Partido para los efectos de la reali-
zación de su papel revolucionario y del desarrollo de las vir-
tudes positivas del comunista-revolucionario y de la forma-
ción de la moral del comunista. Trabaja activamente a la par
en la difusión de la moral del comunista y en cultivar los ras-
gos de modestia, compañerismo, amor a la verdad, del espíritu
principista, valentía, de lo revolucionario y otras característi-
cas. Todo el tiempo procura él que los militantes del Partido se
emancipen de la influencia de la moral burguesa y que en
ellos desaparezcan: la hipocresía, el arribismo, la pusilanimi-
dad, la propensión a formar grupillos, el oportunismo y otras
cosas más — que eran alimentados por las luchas fracciona-
rias dentro del Partido. «Encontrándose en la dirección, una
u otra camarilla fraccionaria —dice Tito— colocaban en pues-
to de responsabilidad a su gente fraccionariamente determi-
uada. De esta manera educábanse fraccionarios mordaces y
no gentes leales al Partido»3.
Durante el juicio de 1928 defiende el el honor del Partido
y del comunista, no reconoce la corte burguesa y señala las
falsedades e imputaciones de las que los capitalistas se sirven
en la lucha contra el movimiento obrero. En la corte él desen-
mascara la moral burguesa y la ilegitimidad, y en el presidio
introduce nuevas relaciones entre los revolucionarios condena-
dos y difunde la moral comunista, Por ejemplo personal, Tito
influye sobre la valiente postura de los demás revoluciona-
rios ante el enemigo de clase, lucha contra la influencia de
las controversias fraccionarias sobre los comunistas condena-
dos por actividad revolucionaria y es activísimo en la exposi-
ción de los valores elementales de la moral de los comunistas
en la lucha de clases.
Con su llegada a la cabeza del PCY, frito prosigue con
mayor energía aún la lucha en todos los campos por la ima-
gen de los comunistas, por la moral de los comunistas, en pro
del desarrollo de los rasgos morales del revolucionario eman-
cipado de la influencia burguesa, que en las palabras y en
los hechos habrá de luchar por nuevas relaciones sociales

, J. B. Tito: Discurso en sesión del Consejo de la Federación, «Ro-


munist, Belgrado, 1973, pág. 9
nn Proleter 1929-1942,, IMP Beograd, 1968, pag. 636
86 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

— sin explotación e ilegalidad, en pro del hombre privado


de egoísmo, de pasión de poseer y sojuzgar. Escribe él sobre
la necesidad del trato correcto entre la militancia y las di-
recciones partidarias, y critica a esos que intencionalmente
y sin argumentos quebrantan la autoridad de los foros y di-
rigentes del Partido: «La disciplina y autoridad se arruinan
también de esta manera —lo que es fenómeno frecuente en
nuestro medio— en que mucha de nuestra gente, particular-
mente esos que no hacen nada y siempre critican todo, con
harta facilidad e irresponsabilidad, así porque así solamente
de «casualidad», lanzan acusaciones contra algunos compa-
ñeros que son activos y ejercen tareas de responsabilidad,
pero tienen deficiencias» 4. A la par, dirigiéndose a los comu-
nistas jóvenes, les enseña a ser humanistas, escribiendo: «No
siembra de odio, queremos sí amor y fraternidad. No guerra
y matanza, sino paz, pan y libertad»6.
Desde 1937 el compañero Tito se empeña en relaciones
más humanas aún entre los comunistas y enérgicamente lucha
por el restablecimiento del Partido y su habilitación para el
papel de vanguardia de la clase obrera de Yugoslavia. Aco-
mete esta tarea también desde el punto de vista del desarrollo
de los rasgos morales y de la moral de los comunistas. Sin
considerar los anteriores conflictos en la dirección del Partido,
destaca él que en el tiempo de la lucha contra la dictadura
fascista-monárquica del seis de Enero de 1929 la militancia
había mostrado gran coraje y lealtad, su moral de comunis-
tas, porque a esa sazón quedó «demostrado que nuestro Par-
tido tenía en su medio militantes fieles y leales, dispuestos
por decirlo asi a asaltar el cielo y que perecieron consciente-
mente por la idea, por la victoria del socialismo, por la victo-
ria del comunismo» 6. Sobre este sano núcleo revolucionario
Tito habrá de apoyarse también con ocasión del restableci-
miento del Partido, habrá de trabajar en el desarrollo de nue-
vas virtudes y de la moral de los comunistas y de capacitarlos
conscientemente para la lucha de clases. Esto habrá de con-
tribuir a la vigorización de la unidad de pensamiento y acción
y de la influencia sobre el cumplimiento con responsabilidad y
disciplina de las tareas, sobre la lucha todavía más enérgica
contra usos ajenos, burgueses, pequeño burgueses y otras in-
fluencias.
Tito pone de relieve que la parte componente de la moral
del comunista es su vida personal. Lucha él contra el asce-

° ídem, pág. 523


Idem, pág. 524
° Tito, Discursos y Articulos, Naprijed, Zagreb, 1960, pág, 339-340

11.111111n11
TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 87

lo tismo, pero también contra el libertinaje. Según su opinión,


re el comunista debe ser ejemplar también en su vida personal,
y con ello demostrar cómo lucha en pro de las nuevas rela-
;e ciones entre las gentes, por la dignidad del individuo, la
i- igualdad en derechos en la familia y en la sociedad, en una
n palabra, en pro de la nueva moral comunista. Al respecto
critica él a esos que no llevan cuenta del comportamiento co-
r- munista. El se empeña en el trato entre la gente basado en
In los principios de la moral proletaria y del humanismo; en el
te respeto de las normas revolucionarias en el comportamiento
a- y la vida privada. En mayo de 1939 Tito escribió: «De cada
d, militante del Partido se exige en primer lugar impecabilidad
1-- en su vida personal. No se puede separar la labor política del
fo militante del Parlido de su vida personal. Es esta pues la
7a
primera condición para que el comunista obtenga la confianza
de las masas» 7 . De la vida personal de los comunistas habló
el también en la Quinta Conferencia Nacional del PCY.
22,S La moral del comunista, su comportamiento revoluciona-
la rio, su vida personal comunista y humanismo es lo funda-
el mental para que los militantes gocen de prestigio en el pueblo
y la clase obrera. Considera él que la vinculación con las
Lo masas es la «mejor carta de presentación para entrar en el
Partido» 8 , porque el comunista debe de establecer sus lazos
con la gente, difundir la influencia del Partido y las ideas
a entre los estratos trabajadores, debe organizarlos, vincularlos
a y comprometerlos en la lucha revolucionaria. El comunista
debe servir de ejemplo positivo en todo que influya sobre la
gente para que le sigan en la lucha clasista.
Acompañando el comportamiento de los comunistas, Tito
exige que sean modestos y leales, porque para los «arribistas
y ambiciones malsanas no hay cabida en el Partido Comunis-
o ta» 8 . El arribismo no es peculiar al revolucionario porque con
ello se pone en peligro el valor de la moral comunista. Rechaza
la moral de los comunistas el arribismo, porque hace peligrar
los principios del movimiento revolucionario. El arribista su-
bordina los intereses del movimiento a los intereses del arri-
bismo. En consecución de la carrera el arribista no tiene mo-
Y ral, convierte a la gente en instrumento, está dispuesto a los
compromisos, es vacilante en la toma de posiciones. Cuando
no logra sus objetivos arribistas entonces abandona la lucha
y parte allí donde los puede lograr. Por eso en el Partido
1

Tito, Preocupación por Los cuadros, «Proleter» , órgano del CC del


PCY dc mayo de 1939
° «Proleter 1929-1942-, pág. 63G
' Idem
88 CUESTIONES AC TUALES DEL SOCIALISMO

Comunista no hay y no puede haber cabida para los arribistas


y las ambiciones malsanas.
Tito hace ver la importancia de la disciplina partidaria,
porque sin « disciplina y
vertebración interna el Partido Co-
munista no puede vencer» 1 °.
en las que actuaba el Habida cuenta las condiciones
Partido, muestra él en los ejemplos la
necesidad de larga c o
rroboración de la lealtad y sinceridad
para ser admitido en el Partido; influye sobre el despliegue
de la vigilancia respecto al enemigo de clase que intenta in-
troducir en las filas del movimiento revolucionario provoca-
dores y soplones. Las experiencias de la lucha por la unidad
del Partido impuso vigilancia redoblada, aunque esto en algu-
nos casos llevó al sectarismo en oportunidad de admitir nuevos
militantes. Sin embargo, esto fue inexorable y necesario. Por
la conducta traidora de algunos funcionarios partidarios se
produjo enorme daño al Partido y al movimiento obrero,
s
obrevino el arresto de comunistas leales y que se descu-
briera algunas organizaciones partidarias y el cese de la labor
de éstas»11.
En el informe en la Quinta Conferencia Nacional del
PCY, el secretario general, partiendo de la moral de los co-
munistas, pone de relieve que es « importantísimo cuál es el
¡ rato entre los compañeros, tanto entre los compañeros en
la dirección, corno también entre
los militantes de base», con-
cluyendo de que «de estas relaciones depende el éxito del
trabajo del Partido», porque no puede «ser que alguien odie
a su compañero y al mismo tiempo ame sinceramente la
causa por que lucha» 12 .
Al respecto destaca la necesidad
de mejores relaciones en las direcciones partidarias 13
giendo que el trato de los «
, exi-
compañeros de foros superiores
partidarios con los compañeros de foros subordinados o con
los militantes de base no puede ser autoritario; no se debe
p roceder de manera administrativa, sino en camaradería in-
dicar a los compañeros los errores o aclararles con paciencia
las cosas» 14 . Hace obligación de los comunistas en los puestos
directrices en el Partido ser modestos, no darse ínfulas ante
los militantes y otros, « pensando que así van a reforzar su
autoridad o la autoridad de los foros, y p recisamente tales
compañeros hacen el ridículo y de poco serios» .15 .
Enfatizar

'° Idem
Tito, Caso del traidor Adolf Muko y ••n Una
11
de Muko»; ••Proleter 1929-1942-, págs. 613 y 627 vez más sobre el traidor
« Komunist•n, órgano del CC del PCY, No. 1146, pág. 93-94
Idem, pág. 92
Idem, pág. 94
Idem
TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 89

1S sus valores y ufanarse de sus capacidades no está en armonía


e on la moral de comunista. Es asunto de la militancia y de la
a, gente trabajadora evaluar el valor verdadero del comunista
en base al trabajo y comportamiento de éste. La autoridad
se obtiene con lucha y postura moral, por empleo de las capa-
a colades en beneficio de la revolución y la emancipación de las
gentes de la explotación y sojuzgamiento, elevando el cono-
cimiento marxista, comprendiendo correctamente la situación
dada y participando en su dilucidación.
La unidad del internacionalismo proletario y del patriotis-
mo revolucionario yugoslavo en la actividad de la militancia
del Partido es considerada por Tito como característica im-
portantísima y parte integrante de la moral del comunista.
Bajo su dirección los comunistas de Yugoslavia han manifes-
t9do su internacionalismo proletario participando en la guerra
española, en la preparación de voluntarios para la defensa
de Checoslovaquia contra la agresión fascista y en oportuni-
dad de resolver la cuestión nacional en Yugoslavia. Tito como
patriota invita a los comunistas a luchar contra la invasión
fascista a Yugoslavia, pero también que prosigan la lucha
contra la burguesía yugoslava, quien por sojuzgamiento na-
cional y social debilita el poder defensivo del país. Al mismo
tiempo lucha él por mayores derechos de los obreros, por la
solución de laß relaciones intranacionales sobre la base de la
igualdad en derechos y por la limpieza del aparato estatal de
quintacolumnistas. A la par los comunistas en el país prosi-
guien la actividad en la elevación de la conciencia patriótica
y del ánimo antifascista de los soldados y del pueblo y de
esta manera vigorizan la resolución de defender el país. Tra-
bajando así, demostraron ellos su patriotismo en la guerra
de abril de 1941 y el internacionalismo proletario — comba-
tiendo contra el peligro fascista internacional.
Inmediatamente tras la ocupación del país y al comienzo
de las labores en los preparativos para la insurrección, Tito
refuerza la actividad del Partido en la formación de la imagen
del comunista, en la admisión de nuevos militantes y en la
difusión de la moral comunista. Acentúa el trabajo en la edu-
cación de los militantes del Partido en el espíritu de la moral
comunista y de esta manera influye en el ulterior desarrollo
de las virtudes de los comunistas. Ayuda a los militantes del
Partido; 1) a prepararse mejor para los combates próximos;
2) a vincularse con más facilidad y rapidez con las masas po-
pulares y 3) a elevar el orgullo nacional en el pueblo después
de la traición y la capitulación. Junto a esto, destaca la im-
portancia de lo revolucionario y de la disciplina, de la auda-
cia en la creación de bases del Partido entre los patriotas y
gentes trabajadoras, de la tenacidad en la ampliación de las
organizaciones de la LJCY y a prepararlas para la insurrec-
90 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

non. Orienta también la actividad del Partido para que los


jóvenes comunistas y la juventud adopten la moral del co-
munista, para que adopten el humanismo revolucionario y
así cultiven las características del comunista como esenciales
para la victoria en la lucha clasista y antifascista de libera-
ción.
En la reunión consultiva del PCY de mayo de 1941, Tito
plantea ante los comunistas la tarea de: a) confirmarse en
los hechos y probar el valor del pensamiento y moral revolu-
cionarios; b) trabajar en la armonización de los antagonismos
intranacionales y e) elaborar la política nacional marxista en
las condiciones del preparativo para la insurrección y afir-
mar aquí el internacionalismo proletario. En esta reunión
consultiva sienta sus bases la política de fraternidad y unidad
que los comunistas habrán de realizar y la cual jugará desta-
cado papel en la superación de las luchas fratricidas. Los
comunistas estuvieron en las primeras filas de los comba-
tientes por la fraternidad entre los pueblos y nacionalidades
de Yugoslavia y con su ejemplo en las relaciones mutuas
demostraron su internacionalismo. Además de la labor en la
difusión de la fraternidad y de la unidad, Tito plantea tareas
de que «los comunistas deben ser capaces de actuar en todo
tiempo y situación, y si lo exigen las circunstancias, de ma-
nera autónoma, rápida y con arrojo»16.
En el curso de la GLP y de la revolución, el secretario
general del PCY y Comandante Supremo del EPL y de los
DPY con énfasis aún más rotundo destaca los deberes de los
comunistas de trabajar en: 1) la formación de la personalidad
propia, 2) elevar la conciencia revolucionaria, 3) divulgar
la moral proletaria y el marxismo, 4) crear estado de ánimo
revolucionario y patriótico, 5) organizar y conducir la lucha
armada y 6) divulgar la moral comunista y el humanismo;
exigiendo de los comunistas «que estén siempre allí donde es
más difícil, que muestren a los demás ejemplo de compañe-
rismo, de autosacrificio y coraje» 17 . Más tarde al ir dando for-
ma a las experiencias revolucionarias él constata: «A través
de esta grandiosa lucha de liberación los pueblos de Yugosla-
via se han convencido de que los comunistas son los hijos más
leales de su pueblo, siempre dispuestos a los máximos sacrifi-
cios por el destino del pueblo»lg.
Tito no descuida en momento alguno la moral de los co-
munistas y escribe de la necesidad de lo humano, del amor a

Archivo histórico del PCY, tomo I, pág. 147, editado por el Dpto.
de historia del CC del PCY. Belgrado. 1949
'7 IRP, Belgrado, 404/V-1 (41)4

Tito, Discursos y Artículos, vol. I, pág. 159


TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 91

la verdad, del compañerismo, internacionalism o , honestidad,


del trato correcto con el pueblo y los partisanos, de la re-
solución a la autoabnegación, de la responsabilida d , lealtad
y la tenacidad. En la instrucción del CC del PCY de mayo
de 1942, el Secretario General del PC?, Tito, dice: «Como
criterio para ser admitido en el Partido hay que tomar la
honradez personal, el carácter, el coraje y la adhesión al
Partido, rechazando toda familiaridad »I9 . En la carta al CR
del PC? para Serbia de diciembre de 1941 plantea claramente
la tarea: «Hay que admitir en el Partido a buenos, honestos
y leales combatientes y elevarlos politicamente »20. Señalando
el criterio para admisión en el Partido, Tito exige el desarro-
llo de las cualidades morales y la opción de la moral comu-
nista y del humanismo. Partiendo de las experiencias del pri-
roer ario insurreccional y de la actividad de los comunistas,
en la directiva del CC del PCY se hace ver cómo debe ser
el comunista en su calidad de partisano, cuál ha de ser su
moral: «... ejemplo de coraje, autosacrificio, de desinterés,
de disciplina, de tino en el cuidado de la gente, de sobriedad;
buen compañero, pleno de optimismo, combatiente contra el
pánico y el desánimo; siempre listo a cumplir las tareas más
dificiles »21 . Está aquí definida diáfanamente la imagen y mo-
ral del comunista. Aquí se hizo enorme esfuerzo para dar
teóricamente forma a las cualidades morales, a la moral del
comunista y a la actividad de los militantes del Partido. Está
constantemente presente en Tito la búsqueda de la unidad de
la disciplina y la autoiniciativa . Según él, la autoiniciativa,
pero la responsable y que afirma la disciplina comunista, da
posibilidad para el desarrollo de la personalidad de los mili-
tantes del Partido y de la LJCY. Escribió él que aquí «en el
campo de batalla se desplegaron sus capacidades porque ellos
no estaban limitados, porque tenían plena posibilidad de auto-
:piciativa»22.
Estima Tito una de las cualidades fundamentales de la
moral del comunista el desarrollo de la conciencia y de la
responsabilida d por el cuidado de la gente, de velar por su
alojamiento, alimentación, descanso, educación, preservación
de la salud y de la mitigación de las adversidades bélicas, etc.
La moral de los comunistas contiene de modo fundamenta-
lísimo lo humano. El comunista es sobre todo humanista y re-

GLP, tomo II, 4, documento 31


Compilación de documentos de la
Compilación de documentos de la GLP, tomo IX, pág.
64
"
Instituto de Historia Militar, No. de Re-
" Docum. en el Archivo del
gistro 211., c. 1978
" Tito, Obras, tomo I, pág. 46
92 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

volucionario. No puede luchar él por la realización del huma-


nismo revolucionario sin ser el mismo humanista. Partiendo
de los valores revolucionarios humanista libra combate cla-
sista y de liberación. Por eso él debe demostrarse como revo-
lucionario humanista, afirmar el nuevo humanismo, contri-
buir a la humanización del hombre y de las relaciones socia-
l es. Forma parte de la imagen del comunista, por eso, el hu-
manismo. El comunista desarrolla el humanismo también en-
tre los combatientes de la revolución. «Para ser buen comu-
nista —dice Tito— no es suficiente ser personalmente arroja-
do y disciplinado, sino es menester elevar la escuadra de uno,
el pelotón, la gente que nos rodea, a un grado superior de
valentía y de disciplina» 23. Preocupándose por los cuadros
partidarios, Tito plantea la tarea de que, así sufra por ello
la labor partidaria, no hay que enviar a los cuadros allí donde
no es seguro que pueden realizar sus tareas. En la carta del
CC de PC de Eslovenia de enero de 1942, Tito subraya: «En
una de las cartas anteriores los habíamos aconsejado proteger
a los cuadros comprometidos» 23. Dirigiéndose al CC del PC
de Croacia a propósito de la muerte de Marko Oregkovie
Krntija, Tito dice: «El caso de Krntija también demuestra
que es menester prohibir terminantemente a nuestros com-
pañeros dirigentes que se jueguen con sus vidas, que ahora
son más necesarias que nunca al Partido» 25. Al mismo tiempo
1 orienta la actividad de los comunistas a elevar el honor
y la dignidad, a formar una nueva personalidad y desarrollar
sus valores fundamentales encaminados a la victoria de la
revolución. El Comandante Supremo del ELP y de los DPY
c3mbate los fenómenos de venganza sobre el enemigo hecho
prisionero, ordenando que se proceda humanamente n con los
prisioneros, como igualmente con los embaucados, a quienes
hay que ayudar a que retornen al buen camino.
Acompañando el desarrollo de la moral y de la imagen
del comunista, de su comportamiento, actividad combativa
y relaciones, Tito nota ciertas tendencias de separación del
cuadro partidario dirigente y de encerramiento en foros. Al
respecto tiene posición critica frente a estos fenómenos y
exige de los cuadros partidarios que sean más modestos, que

" Compilación de documentos de la GLP, tomo II, 4, documento No. 3


Archivo IRP, Belgrado, 135/ II , 5-3142/1
Idem, 1666/1V, 1d-13/42/36
En la carta dirigida a Ft. Romar el 12. 11. 1941 se plantea la tarea
de « colocar en los puestos directrices a gente nueva, joven, que también en
estos momentos se muestra leal, valiente y disciplinada- (SRP. Belgrado,
11720-3/4104)
Compilación de la GLP, tomo I. 2, págs. 223-224
nn••n.MMIN,

TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 93

tengan trato humano y de compañeros con la militancia del


Partido, con los combatientes y la población, que se eduquen
en el espíritu del marxismo-leninismo, que lleven cuenta de
los intereses del Partido y de la clase obrera en todos los
campos de la actividad y de la conducta. A la par destaca la
capacidad y cualidades de éstos, exige de los dirigentes, a
través de la crítica de compañeros, que ayuden a los militantes
en el trabajo y el mejor comportamiento, desarrollando en
ellos el optimismo y la fe en las propias fuerzas. Gracia a
rito, la preocupación por la gente jugó papel positivo en la
elevación de la imagen del comunista a un grado superior.
e De los militantes dirigentes en el ELP y los DPY exige labor
constante y obras con las que demostrarán de la mejor forma
o la fidelidad, la conducción exitosa de las unidades y el trato
humano para con los compañeros heridos. Mediante la edu-
1 cación, la crítica y la actividad Tito combate los fenómenos
de arribismo, burocratismo en las direcciones del Partido, en
los estados mayores y en los máximos órganos del poder de
liberación nacional. Paralelamente exige redoblada autocrí-
tica a fin de que reconozcan sus propios errores y de esa ma-
a nera se comprometan públicamente a realizar una labor
partidaria mejor, más moral y disciplinada.
Merced a la imagen y moral altamente desarrolladas de
o los comunistas, los militantes del Partido consiguieron reunir
1 en torno a ellos a la gente, de conducirla de lucha en lucha,
de victoria en victoria, desarrollar la moral proletaria que
a llegó a ser casi modo omnivigente de relaciones interperso-
nales dentro del movimiento revolucionario y de liberación.
Los comunistas desplegaron la moral comunista. Por eso no
es raro que los combatientes de la revolución, que no eran
militantes del Partido ni de la LJCY, se consideraran comu-
nistas por convicción, por la forma de batallar, por los obje-
tivos que perseguían, por la manera de comportarse, por la
adopción de la moral comunista, por la conducta humana.
Tales concepciones y comportamientos de los combatientes
ilustra de la mejor forma en qué medida los comunistas y
jóvenes comunistas habían logrado formar su personalidad y
la personalidad de otros en el espíritu de los valores morales
y humanos del comunismo y del marxismo-leninismo. Con
estos valores capitales los comunistas y los jóvenes comunistas
entran en el período de la lucha por la edificación del socia-
lismo en el país liberado.
Y en la fase de la edificación del país, partiendo del sig-
nificativo papel de la fisonomía y moral del comunista en
la lucha revolucionaria y en la guerra de liberación, Tito
plantea ante los militantes del Partido la tarea de continuar
cultivando las cualidades y rasgos de comunistas y que así
muestren su valor real. En relación con esto él dice que:

_J
94 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

«la lucha por la fisonomía digna de militante del Partido cons-


tituye también en la fase ulterior del desarrollo, en el camino
de la construcción del socialismo (en lo cual hemos de cuidar-
nos de todo Escila y Caribdis) una de las principales tareas
de nuestro Partido, porque solamente la conducta impecable
de los comunistas, su elevación permanente, su disciplina y
autotsacrificio, la lealtad al pueblo y al Partido — les hace
dignos de ser los inspiradores ideológicos y políticos de la
creación de la nueva sociedad socialista». En lo que a esto
atañe destaca siempre que el comunista «ha de ser autodis-
ciplinado, autocrítico, tenaz; él no debe temer aceptar la res-
ponsabilidad por lo grave que sea, debe tener trato de com-
p p ñero con todos, debe tener comprensión para cualesquiera
contratiempos. En una palabra: el comunista debe sintetizar
todas las cualidades más positivas del hombre que se han
creado en la sociedad humana desde que ella existe». En el
Informe al Décimo Congreso de la LCY define las cualidades
morales que deben tener los comunistas. «Sobre todo, es la
actitud de vanguardia en la lucha por la autogestión socialis-
ta —destaca Tito— en la comprensión de las condiciones, de la
esencia y de los cursos reales de nuestros movimientos revo-
lucionarios. Al mismo tiempo esto sobreentiende cultivar las
cualidades personales por las cuales los comunistas se han
distinguido siempre, como son la modestia, la autoabnega-
ción, el desinterés, el empeño en la victoria de todo aquello
que es progresista y humano. Debe ser también cualidad de
los comunistas la autocrítica y la participación principista en
la confrontación de opiniones. Sus palabras debe él confir-
marlas con obras»39.
Combate Tito los fenómenos del respaldo excesivo en
el poder político y exige que continúe siendo Método de ac-
tividad para los comunistas la persuasión y no el mando.
En el Congreso de los comunistas de Serbia declara: «En cali-
dad de dirigentes ustedes deben tener cuidado de cómo se
conducen con el pueblo. El trato de ustedes no debe ser el
trato de aquellos que ordenan, sino el de aquellos que aclaran
pacientemente y ayudan al pueblo» 31 . Invitando a los comu-
nistas a que dejen de mandar, Tito dice: «... es menester
que continuemos trabajando tesoneramente como comunistas
leales e hijos leales de nuestro pueblo, que entendamos ciertos
fenómenos negativos que provienen de gente aún insuficien-

" Tito, Discursos y Articulos, vol. VTI, pág. 258


Tito, Discursos y Articulos, vol. IV, pág. 201
“ Décimo Congreso de /a LCY, « Komunist e , Belgrado 1974, pág. 63
Idem, vol. IV, pág. 123

11Zum.
1
TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 95

s- temente consciente, y que vayamos adelante aprovechando


rio más la persuasión que el camino administrativo». Además de
r- esto, él critica el comportamiento de algunos miembros del
as Partido que se separan de la gente trabajadora, porque los
le comunistas deben continuar siendo ejemplo de lo consciente,
y de laboriosidad, de compañerismo, de respeto, disciplina, de mo-
ce destia y de responsabilidad. Ellos deben ser los primeros en
[a el desarrollo de la autogestión socialista y del humanismo
lo socialista.
S- En la actividad de los comunistas, como en otras oca-
siones, exige que sus palabras y obras coincidan, destacando
n- que «con nuestras obras hemos demostrado y justificado nues-
ra tras palabras» 33 . Tito se dirige a los militantes del Partido
ar Comunista de Yugoslavia y dice «que den ejemplo de su te-
In nacidad y autosacrificio» 34 . El Secretario General de la LCY
el exige de los comunistas que deben ser «iguales en todo con
es nuestras gentes salvo en el trabajo y la lucha, donde habrán
la de ser siempre los primeros» 35 . Al exigir de los comunistas di-
5- rigentes que «deben ser hoy, como ayer, ejemplo para los
la demás» 36 , él señala: «No en todas partes, pero hubo sí algunos
3- comunistas que en las palabras estaban en pro y que en los
as hechos permanecían pasivos o hacían lo que era opuesto a los
In objetivos de la ejecución de la reforma económica» 37 . Dice él
a- que no tiene por comunista «a ese que en las palabras está
to de acuerdo con las decisiones y que en los hechos obra contra-
le riamente, como hubo bastante casos en cierto tiempo en nues-
tro medio»38.
Tito es categórico en que se deben armonizar las pala-
bras y los hechos, porque «en nuestra vida partidaria hemos
rì llegado a la situación cuando no se puede hablar no más, sino
p asar a los hechos» 39 . En la carta del Presidente de la LCY
9. y del Buró Ejecutivo de la Presidencia de la LCY
se destaca que la clase obrera y la gente trabajadora «no
e evalúan la actividad de los comunistas y de sus organizacio-
nes por las declaraciones, sino por el comportamiento polí-
tico y social reales en la práctica, por los resultados de su
aución» 40 . «Hoy debemos nosotros puntualizar —dice Tito-

Idem, vol. XV, pág. 128


» Tito, Discursos y Articules, vol. IV, pág. 23
e' Idem, pág. 119
Idem, vol. VIII, pág. 326
'e Idem, vol. XV, rte. 92
» Palabras introductorlas en la III sesión plenaria del CC de la LCY,
25. 03. 1966
ee Décimo congreso de La LCY, pág. 63
ee Entrevista a «Vjesnik» , Zagreb, 7. 10. 1972
e" Carta del Presidente de la LCY y del Buró Ejecutivo
96 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

que la adhesión a los intereses de la clase obrera se confirma


por las obras y no por las palabras. El comunista no puede
decir una cosa y hacer otra» 41 . Luego manifiesta que el «co-
munista no puede hallarse en una posición clave, sea en el
sector que sea, y que no cumpla las decisiones que se aprue-
ban en la Liga de los Comunistas. No puede él votar por
estas decisiones y después proceder a su antojo» 43. En el Dé-
cimo Congreso de la LCY dice: «Aquí, en la práctica misma,
los obreros sienten mejor en qué medida la Liga de los Co-
munistas es realmente su organización política. Ellos compa-
ran concretamente las palabras con los hechos» 43 . Todo desfa-
se entre las palabras y los hechos, rehuir las tareas difíciles,
la tendencia a los privilegios y la captación del excedente del
trabajo de otros conduce a la hipocresía, a la demagogia, poli-
tiquería, a las promesas irreales y al engaño político, con lo
que se pierde la confianza de la gente trabajadora de ese
medio en el cual actúa tal militante de la Liga de los Co-
munistas.
Tito exige de los comunistas también cierto sacrificio y
dice explícitamente: «El sacrificio es una de las cualidades de
los comunistas». No piensa él que ese sacrificio entrañe
renunciar al derecho a la vida, el rechazo de los valores de
la vida, de la preocupación por uno mismo y por su persona-
lidad — sino solamente esto de que uno con su ejemplo de-
muestre su lealtad, resolución a soportar los mayores sacrifi-
cios por la causa de la clase obrera. El sacrificio por la causa
de la revolución y por la realización del humanismo socialista
en esencia niega el egoísmo, el arribismo, los anhelos de pri-
vilegios, la mentalidad calculadora, rehuir las situaciones di-
fíciles que son inexorables en la lucha clasista entre el trabajo
y el capital. En este sentido considera él el sacrificio cualidad
propia del comunista.
En la imagen y en la moral del comunista está contenida
la unidad de lo nacional y de lo internacional. Por eso el
comunista actúa como el único representante auténtico pro-
gresista de su propia nación, pero también como internacio-
nalista que actúa en interés del progreso de otras naciones
también. Se empeña en el desarrollo de la conciencia nacional
positiva de su nación y por la afirmación de los valores na-
cionales de otras naciones. Señalando la unidad de lo nacional
y de lo internacional a los trabajadores del Astillero «3 de

" Komunist, Belgrado, XXXII, 896 del 20. 05. 1974. pág. 5
" Discurso al activo político de Macedonia, Politika , Belgrado, LXXII,
22088, pág. 1 (del 3. 04. 1975)
Décimo Congreso de la LCY, pág. 59
". Tito, Discursos y Artículos, libro VII, pág. 23
TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 97

ma Mayo» en Rijeka, Tito dijo claramente: «Nosotros no nega-


de mos lo nacional. Al contrario, nosotros deseamos que todas las
co- conquistas positivas de la historia de nuestros pueblos se cul-
el tiven y que continúen siendo aporte a las conquistas colectivas
te- del desarrollo socialista»". Los comunistas combaten única-
or mente a esos que interpretan incorrectamente la historia
j e- nacional para desarrollar el nacionalismo y el odio nacional
na, entre los pueblos. Los comunistas «no deben perder de vista
jamás en la función que desempeñen esa su tarea fundamen-
)a- tal —destaca Tito— actuar en cuanto comunistas, actuar como
f a- iaternacionalistas, con concepciones internacionalistas de todo
es, el acontecer»". Actuando como revolucionarios e internacio-
del nalistas, los comunistas luchan por la Yugoslavia socialista
unida, comunidad de pueblos y nacionalidades iguales en de-
lo recho. Considera él que la tarea principal de los comunistas
Se ha sido «y continúa siendo la preservación y vigorización de
o- la fraternidad y unidad de los pueblos y nacionalidades en
Kosoyo» 47 . Luego él critica duramente los fenómenos de na-
y cionalismo, patrioterismo, particularismo y localismo por ser
de esto conciencia burguesa y postura política de las fuerzas
ne contrarrevolucionarios." Criticando el particularismo, Tito di-
de jo: «Todo comunista debe tener siempre ante los ojos el con-
la- junto». Este ver perspicaz del conjunto de los intereses de
je- Yugoslavia no hace peligrar sino supone la afirmación del
fi- interés nacional. Indicó él que hay aún casos en los cuales
usa «la república procura cerrarse cuanto puede en su círculo,
;ta como si la Liga de los Comunistas de Yugoslavia fuese tam-
ri- bién cierta Federación y, por tanto, en cada república el
li- Partido pudiese laborar de forma completamente autónoma,
do sin acuerdos, sin directivas que no son del agrado de algunos.
ad Empero, así no se puede, porque la orientación ideológico-po-
lítica debe ser única para todo el país» 50 . Dirigiéndose al
activo político de Serbia Tito dijo con toda precisión: «Es
:más fácil hablar de la lucha contra el hegemonismo y el na-
cionalismo que ocuparse de la intrincada tarea, pero la única
pisible, de cambiar esta fuente de las relaciones caducas que,

-,nKomunist-, Belgrado, año XXX, No. 808, pág. 3


o Tito. Discursos y Artículos vol. XI, pág. 21
o Discurso en la reunión del activo político de Kosovo, Politika, Bel-
grado LXXII, 22090 del 5. 04. 1975
" En la XXI sesión de la Presidencia de la LCY en oportunidad de
los discursos en Rijeka y en Prijedor; en la entrevista concedida a -,Vjes-
nik- y en el discurso al activo político de Serbia en su Carta, Tito subrayó
claramente la esencia contrarrevolucionaria del nacionalismo, del patrio-
[I, terismo y del etatismo: que son expresiones indudables de conciencia bur-
guesa.
o Tito, Discursos y Artículos, vol. XV, pág. 76
Entrevista a «Vjesnik » del 7. 10. 1972
98 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

edemas, alimenta el nacionalismo y el hegemonismo» 51. A la


par, objetando a los comunistas el fenómeno del localismo,
señala: «Pienso yo de que el localismo de ustedes es un enfoque
estrecho de los intereses de lo que se administra directamente
y no de los intereses de toda la comunidad» 52. Tito se empeña
en el desarrollo del patriotismo socialista yugoslavo y exige
de los comunistas desplegar entre «nuestros jóvenes comu-
nistas el sano patriotismo socialista, y patriotismo socialista es
en su esencia internacionalismo» 53 . Paralelamente, luchando
el nacionalismo, el localismo y el particularismo, los comu-
nistas deben batallar también contra el etatismo, el centra-
lismo burocrático y el unitarismo porque esto obstruye el
desarrollo libre y armonioso de cada nación y de cada nacio-
nalidad sobre los cimientos de la autogestión socialista por no
estar en concordancia con la solución marxista de la cuestión
nacional y de la relación entre lo nacional y lo clasista.
EI Presidente de la LCY es también muy enérgico en la
exigencia de que los comunistas deben estar en la primera
fila de los combatientes por el desarrollo de la autogestión.
Demanda de ellos luchar contra todos los fenómenos de privar
de autoridad a la clase obrera, contra las resistencias que im-
posibilitan al hombre trabajador realizar sus derechos auto-
gestores y de producción. Al respecto señala a los comunistas
y gente trabajadora que la esencia de la autogestión «está
en que la voluntad de la mayoría de los obreros llega a ma-
nifestarse y en que se hacen imposibles ciertos fenómenos
que son resultado de las deficiencias humanas y de cosas pa-
recidas» 54 , para destacar claramente en la Carta: «La etapa
actual de la revolución tiene importancia decisiva para los
cursos del desarrollo y el destino del socialismo en Yugosla-
via. La esencia de la cuestión estriba en que si la clase obrera
va a disponer o no de toda la reproducción social y asegurar
el papel decisivo en el decidir político y social o si van a
fortalecerse esas relaciones y fuerzas que son antagónicas a
los intereses de la clase obrera, al socialismo y a la autoges-
tón»55 . Tito hace obligación de los comunistas luchar por el
papel decisivo de la clase obrera en la sociedad y critica a
algunos militantes de la Liga que con su comportamiento
obstruyen los esfuerzos de la gente trabajadora por realizar
sus derechos autogestores y hacer más humanas las relaciones

.Komunist», Belgrado, año XXX. No. 814, pág. 4


Tito, Discursos y Articuios, vol. XV, pág. 71
Idem, vol. IV, pág. 45
" Tito, Discursos y Artículos, vol. XVII, pág. 129
" Carta del Presidente de la LCY y del Buró Ejecutivo
TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 99

autogestoras en la organización laboral. Los comunistas deben


batallar «por lo inajenable del ingreso de los trabajadores,
por su papel decisivo en la disponibilidad de este ingreso»56.
Tito hace ver a los comunistas, principalmente a los que
ocupan puestos laborales directrices, el peligro del burocra-
tismo, del tecnocratismo, de la jactancia, dilapidación, del no
auscultar la voz de los trabajadores y de los ciudadanos.
Observa que en el curso de los «últimos arios en algunos co-
munistas y en primer lugar en algunos que ocupan puestos
directrices, se ha embotado la militancia y la responsabilidad
por la conducta» 57 . Enérgicamente se opone a la existencia
de dos raseros y criterios «en la Liga de los Comunistas: uno
para aquellos que están arriba y otro para los que están abajo.
Bien entendido, en nuestra Liga de los Comunistas debe haber
un solo criterio, igual para los dirigentes y para todos los
militantes de la Liga de los Comunistas. El error del dirigente
a es mucho más peligroso y grave que el del militante de ba-
a se» 58 , de ahí que su responsabilidad por el trabajo y conducta
1. sea mayor. De algunos comunistas Tito considera que son
portadores del etatismo y que esto es incompatible con la po-
1Wca de la LC. De los comunistas exige que deben combatir
de cualquier manera «el proceso de la etatización de la socie-
dad, porque él amenaza socavar la autoridad de la clase obre-
ra y obstruye el desarrollo socialista genuino del país».
Las organizaciones de la LC deben liberarse con más ra-
pidez de los portadores de las concepciones anarcoliberales,
del etatismo, del nacionalismo y de otras concepciones y fenó-
a menos ajenos al socialismo y al marxismo. «En la Liga de los
Comunistas —dice Tito— todos debemos ser irreconciliables
frente a diversos oportunistas, liberales y demás enemigos de
a nuestro sistema socialista autogestor»60.
Tito hace obligación de los comunistas batallar contra
a todos los remanentes de la conciencia y moral burguesas,
a guiarse por la moral socialista en sus relaciones comerciales.
La imagen y moral del comunista es incompatible con la
1 aceptación de soborno, con el anhelo de privilegios, de pro-
a tección, enriquecimiento y con la realización de objetivos
3

" Entrevista concedida al periódico .iiKomunistii, Belgrado, ailo XXXII,


896, pág. 5 del 20. 05. 1974. Tito destacó que los comunistas deben ser enér-
gicos en la lucha por la erradicación de las concepciones tecnoburocráti-
cas.
Tito, Discursos y Animaos, libro XVII, pág. 152-153
Tercer Sesión Plenaria de la LCY, Kultur«, Belgrado, 1966, pág. 12
" Noveno Congreso de la LCY, pág. 29
" Discurso al activo político de Kosovo, Polltika, Belgrado LXXII,
21:90, pág. 2, del 5. 04. 1975
100 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

personales egoístas, con los que se hace peligrar el interés


de la comunidad particular y de la general. Crítica él parti-
cularmente los fenómenos de protección, porque «con la pro-
tección y la corrupción no se puede marchar lejos», conclu-
yendo que esto nos ha «demostrado el pasado» 61 . Tito deja
é n claro que ciertos militantes de la LC confieren primacía
al interés personal por sobre los sociales; él destaca: «Nosotros
leconocemos el interés personal y el interés de colectivos par-
ticulares como fuerza motriz importante de las actividades
económicas, pero tenemos simultáneamente el deber de conso-
lidar la propiedad social como bien general y causa de todos
nosotros» 62 . En la Carta se plantean tareas de remover de la
Liga de los Comunistas a todos aquellos que «colocan su in-
terés egoísta estrecho y el interés de grupo por encima de los
intereses de la clase obrera y de la comunidad socialista auto-
gestora — a individuos corruptos, pequeño burgueses, portado-
res de la arbitrariedad burocrática, a los oportunistas, arri-
bistas y demás personas que con su conducta alteran el pres-
tigio de la Liga de los Comunistas» 63 . Los comunistas deben
empeñarse en desarrollar y fortalecer la propiedad social;
ellos deben ser /a personificación de la honestidad y del
desinterés.
Tarea de los comunistas es elevar constantemente la
productividad del trabajo y servir de ejemplo en ello, de-
mostrando sus valores reales como también la lealtad a la
causa del socialismo, porque «la dignidad del hombre ha de
basarse en lo que éste aporta a la comunidad con su trabajo
manual e intelectual» 64 . En la entrevista concedida al perió-
dico «Komunist», el Presidente de la LCY subraya expresa-
mente: «De los comunistas hoy se exige también una nueva
relación frente al trabajo. No puede alguien ser comunista si
su desvelo es únicamente la distribución, y no la producción
sobre todo de lo que es menester distribuir»».
Los comunistas en el período del desarrollo del socialis-
mo autogestor deben ser también humanistas, porque luchan
por relaciones sociales más humanas, y, por lo tanto, deben
ser humanos en su trato, concepciones y también en el tra-
bajo. Deber de «todos los dirigentes y de todos los comunis-
tas —dijo Tito— es acompañar la vida de la gente. Hay que
saber entrar en la vida personal de cada hombre y compren-

Tito, Discursos y Artículos, vol. I, pág. 306


" Tito, Discursos y Articu/os, vol. XIII, pág. 81
« Komunist-, Belgrado, año XXX, No. 814, pág. 6
Tito, Discursos y Articu/os, vol. XIV, pág. 262
« Komunist-, Belgrado, XXXII, 896, pág. 5

Isma, _J
TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 101

der sus dificultades, porque cada hombre es todo un mun-


do en sí, un ser que tiene momentos alegres y aciagos en la
vida. Para eso no es necesario ser sicólogo, es suficiente ser
hombre, tener corazón y sentir a esa gente. No somos, se
entiende, samaritanos, pero somos comunistas, y los comu-
nistas deben en primer lugar ser humanistas» 66 . En otra
oportunidad Tito dijo: «Ustedes son comunistas, y no olviden
jamás que deben también ahora, como lo hicieron antes de la
guerra y en la guerra misma, preocuparse en primer lugar
del hombre y tener trato correcto con él» 67 . Solamente la
gente noble puede combatir por los ideales de la revolución
socialista; y los comunistas están a la cabeza de esta lucha,
y por eso deben ser humanistas y demostrar esto en los hechos.
La esencia de la cuestión por la cual combaten los comunis-
tas «continúa siendo la lucha por la emancipación del trabajo
y del hombre y por la plena emancipación de su personali-
dad »68.
En su calidad de comunista y de revolucionario, Tito se
ha servido de la verdad y de la justicia, y, pues, se exige que
procedan así también los militantes, porque es la cualidad
mas hermosa «ser amante de la verdad y de la justicia». 69 El
arma más potente de los comunistas es «la verdad, porque
únicamente con ella podemos vencer y seguir adelante»76.
Y la autocrítica es considerada por Tito como el mejor
rasgo del comunista, porque esto significa «severidad para
consigo mismo, ante los errores propios, pero también la acep-
tación de la crítica de otros si ella tiene cabida, es decir, si
deriva de causa» 71 . En la XXI sesión de la Presidencia de la
LCY abordó en forma crítica el comportamiento «de los com-
pañeros dirigentes; que, en realidad, hubo poca autocrítica,
particularmente la comunista que es necesaria para que las
cosas marchen correctamente y se gane confianza» 72 , También
er. la reunión del activo político de Serbia puntualiza con
soda claridad la importancia de la autocrítica: «Al tratarse
de que la gente debe abordar críticamente las deficiencias de
las que hablé de manera suscinta en mis palabras introducto-

" Tito, Discursos y Articutos, vol. XIII, pág. 397


.7 Idem, vol. XV, pág. 29
, Belgrado LXXII,
" Palabras en la Universidad de Priätina, -Politika .
22090, pág. 2 (del 5. 04. 1975)
Décimo Congreso cle
" Tito, Discursos y Articidos, vol. XI, pág. 118, y
la LCY, pág. 53
7. Idem, vol. IV, pág. 25
Idem, vol. IV, pág. 124
" n•Komunist n. , Belgrado, año XXIX, No. 796, pág. 4
102 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

rias, ya al comienzó noté que la discusión tomaba un curso


completamente diferente de lo que yo deseaba y pensaba que
debía ser respuesta a mis críticas manifestadas también antes
de esta reunión y en mi introito», y subraya que se ha mos-
trado «que hay un número no pequeño de compañeros, pienso
en primer lugar en los dirigentes, a quienes he escuchado,
que son inmunes a tales cualidades como es la autocrítica».
Tito hace ver «que la crítica y la autocrítica en nuestro Par-
tido siempre fueron factor decisivo», y que la autocrítica
«educa y consolida la imagen del comunista, la imagen del
revolucionario», dando a saber a las personas que el temor
a la «autocrítica, como también a la crítica son características
pequeño burguesas y los comunistas deben dominar en sí
mismos estos defectos» 73. Teniendo en alto la importancia de
ia autocrítica para la formación de la fisonomía y de la moral
del comunista, para su actividad revolucionaria, para la vin-
culación con los trabajadores — autogestores y con la juven-
tud, para la actividad en la comprensión de las contradiccio-
nes sociales, para la afirmación de los valores morales de
todos los comunistas, para la superación de las deficiencias
y errores propios, Tito subraya que es tarea permanente de
los militantes de la LC cultivar la crítica y la autocrítica y la
relación en la ejecución de las cuestiones fundamentales de
la Constitución, de la Ley sobre el trabajo asociado y de las
decisiones del Décimo Congreso de la LCY. Por eso precisa-
mente en la entrevista a «Vjesnik» él dice que autocrítica
«no hay suficiente en nuestra Liga de los Comunistas, y el
buen comunista debe ser autocrítico respecto a sus fallas y
errores porque con ello va a incrementar solamente su pres-
Vgio y, claro está, también el prestigio de la LCY» 74. Al mis-
mo tiempo Tito se empeña en que la crítica sea principista
y bien intencionada para que sea comprendida correctamente
y aceptada por aquel a quien va dirigida, para que el comu-
nista pueda corregirse y desarrollar cualidades positivas para
el trabajo. «Sin una crítica sana y constructiva los comunis-
tas no pueden ejercer correctamente sus deberes» 75. Con todo
se señala también lo perjudicial del criticismo que desvalorí-
za la personalidad, la organización de la LC, los resultados
autogestores, siembra la duda y la desconfianza en la posibi-
lidad de realizar los objetivos planteados. No está de acuer-
do él «con el criticismo; y hay gente que para todo tienen
ana postura criticista, que no desean ver lo que es la reali-

Komunist-, año XXX, No. 814, pág. 3

Conversaciones del Presidente Tito con Dara Janekovie,


Belgrado, 1976, pág. 8
Tito, Discursos j Artículos, vol. XIII, pág. 183
1

TITO Y LA MORAL DE, LOS COMUNISTAS 103

dad y critican con mala intención» 76 , y objeta a esos que se


oponen a la crítica y se enfadan. El comunista «debe estar
preparado para recibir la crítica y, en tanto la crítica no sea
correcta, para responder y demostrar que ésta no es cierta»77.
Por lo tanto, el desarrollo de la crítica y de la autocrítica,
Tito exige que sea una actividad consciente y voluntaria.
Tal autocrítica, que es resultado de la necesidad interna y
del conocimiento, tiene recién contenido revolucionario y hu-
mano, llega a ser auténticamente comunista. Tito se ha em-
peñado porque la crítica tenga carácter agitado. Ella debe
preservar la dignidad humana, estimular una mayor actividad
de trabajo y el crecimiento de las capacidades y de los cono-
cimientos, ayudar en la superación de los errores y de las
deficiencias. Por medio de la crítica y de la autocrítica la
gente se ayuda mutuamente y a sí misma. Por eso la crítica
y la autocrítica deben tener contenido revolucionario y hu-
mano, rebasar los atrasos en el desarrollo de la personalidad
y en los cursos sociales. Deben ser ellas sinceras, conscientes
y orientadas de manera socialista.
Acompañando el comportamiento de los comunistas, Tito
cbserva que ha palidecido la fisonomía y se ha producido el
distanciamiento de algunos militantes de la LC de la moral
comunista y que destacan que tal «imagen hoy no es lo que
era. Algunos piensan que no es ni necesaria. Si alguien es co-
munista y revolucionario auténtico, en una situación inter-
nacional así tan compleja y en el curso de nuestro agita-
do desarrollo interno — su imagen debe ser tal que le
respeten, que le estimen, que obra y procede así como
habla» 78 . El comunista es soldado de la revolución y debe
mantener el paso con ella, resolviendo las correspondientes
tareas revolucionarias . Todo atraso significa abandono de las
ideas de la revolución, significa pérdida de las cualidades de
comunista, obscurecimiento de la propia imagen. El descuido
de la fisonomía del comunista ha conllevado la pérdida de
la autoridad y de la influencia de la Liga de los Comunistas
en la sociedad, cierta separación de los militantes de la Liga
de la clase trabajadora y de los ciudadanos. Tito lamenta
«que hoy la imagen de algunos comunistas no es tal cual era
antes de la guerra y en el curso de ella». Una de las causas
de esto es naturalmente que «en nuestro Partido, en la Liga de

" Idem, vol. XIII, pág. 56-57


" Idem, vol. XVIII, pág. 107
Vjesnik-, Zagreb, el 7 de Octubre de 1972
" Entrevista concedida a •n
VIII, pág. 22
" Tito, Discursos y Artículos, vol.
104 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

los Comunistas ha entrado cierto número de gente que no tie-


nen relación con ella. No estoy yo por la purga, pero tampoco
estoy porque haya arribistas en la Liga de los Comunistas,
que van a aprovechar esto para sus fines personales» 80 . Otro
motivo para esto Tito ve en el trabajo insuficiente en la pro-
pia formación marxista, en el decaimiento de la actividad
laboral y en la burocratización de algunos militantes de la Li-
ga. Desde luego que ha influido en esto también la substitu-
ción del método de persuasión de la gente trabajadora por el
de los intentos de mando, donde no se tuvo en cuenta los ar-
gumentos, es decir, eran impuestas soluciones que no estaban
en la via de los intereses de la clase obrera y de la autoges-
tión. Uno de los motivos Tito lo ve también en la disciplina
y responsabilidad insuficientes por la realización de la políti-
ca adoptada para determinado periodo revolucionario de la
LC. Claramente hace él saber que los comunistas son res-
ponsables también hoy «por el proceso subsiguiente de nues-
tro desarrollo interno y transformación», considerando que
«corresponde a los comunistas enorme responsabilidad 81 por el
futuro del socialismo en Yugoslavia. En realidad, no se rea-
lizan consecuentemente y de forma principista las posiciones
adoptadas, no se dan cumplimiento a las tareas en las cuales
está contenido el interés de la clase obrera y del ulterior des-
crrollo de la sociedad socialista. De «las posiciones aceptadas
y de las conclusiones se pasa lentamente a la acción. En este
asunto, es evidente de que también en las filas de la Liga de
los Comunistas hay tendencias a embotar el filo de las posi-
ciones aprobadas, a diluirlas y marginarlas, y los cometidos
p rácticos son aplazados y neutralizados» 82 , como es destacado
en la Carta.
Tito procura de los comunistas «obtener en base a la dis-
c:plina la verdadera fisonomía del verdadero comunista».83
Considera la disciplina una de las cualidades fundamentales
.le los comunistas; la enfoca en cuanto categoría moral y exi-
ge la disciplina comunista consciente. Acompañando el com-
portamiento de los comunistas en los últimos tiempos conside-
ra él que ha decaído la disciplina. «Lo que falta todavía más
en la Liga de los Comunistas es disciplina — dijo el Presi-
dente Tito m . Cualquier otro comportamiento e inconsecuencia

e * Idem, vol. XVIII, pág. 101

el Entrevista concedida a -AIjesnik.., Zagreb, el 7. 10. 1972


e * Carta del Presidente de la LCY y del Buró Ejecutivo

ee Tito, Discursos y Artículos, vol. V. pág. 351


ee Discurso en el activo político de Macedonia, -Politika- del 3. 04. 1975,
pág. 1
1

TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 105

en la realización de las conclusiones y objetivos por parte de


los comunistas, y particularmente de esos en puestos directri-
pone en duda la acción misma y disminuye la confianza
de la gente trabajadora en la posibilidad de que los problemas
sean resueltos. De esta manera se disminuye la confianza en
la línea general de la LCY que en sí contiene los intereses vi-
tales del hombre trabajador, pero que en la práctica se reali-
za lentamente.
Para que los comunistas ejecuten sus tareas y cultiven la
imagen del comunista deben trabajar constantemente en la
formación marxista y comprometerse en la lucha ideológico-
política. Observando en profundidad el importantísimo papel
de la conciencia revolucionaria en la actividad de los comu-
nistas y en la formación de la fisonomía y moral, el Presiden-
te de la LCY puntualiza de manera constante el trabajo en la
educación marxista. El comunista actúa partiendo del conoci-
miento del marxismo-leninismo. El toma conocimiento de los
caminos revolucionarios del desarrollo, de la autogestión so-
cialista. En la realización de sus tareas libra también lucha
ideológica contra las concepciones ideológico-políticas anti-
marxistas y acientíficas. Todo esto exige dedicar mayor aten-
ción a la formación ideológico-política «de la Liga de los Co-
munistas y a la educación de la mi1itancia» 88. En este sentido
el Presidente de la LCY plantea a los militantes de la Liga,
como tarea permanente, seguir el desarrollo de la ciencia,
el comportamiento de la gente, que examinen las causas de los
fenómenos y cursos de la acción ideológico-política y revolu-
cionaria. Los comunistas «deben estudiar constantemente, de-
ben aprender en la práctica diaria y llevar esta práctica a una
armonía con la ciencia del marxismo-leninismo, pero no deben
proceder esquemáticamente en ello» 88 . De los «comunistas se
exige que trabajen mucho en su elevación personal, que piensen
mucho, que entren en esencia en todos los problemas »87, si
&sean ejecutar exitosamente sus tareas y tener influencia
sobre la gente trabajadora. Es claro que los comunistas «no
pueden ser educadores de las masas si ellos mismos no están
formados, si no están a la suficiente altura teórica y políti-
ca>. Solamente el comunista formado puede velar por «el
desarrollo de la conciencia socialista» 89 como momento im-

Discurso en la Segunda sesión del CC de la LCY, ,Komunist-,


Belgrado 1975, pág. 16
Tito, Discursos u Articutos, vol. XI, pág. 10
Idem, vol. IX, pág. 137
Idem, vol. XI, pág. 20
» Idem, vol. XX, pág. 57
106 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

portante de la mayor participación activa de la gente en el


desarrollo del socialismo autogestor. Tito señaló de manera
critica el trabajo insuficiente en la formación marxista de los
comunistas, de la juventud y de la gente trabajadora, los fe-
nómenos de concepciones ideológicas ajenas en algunos mili-
antes de la Liga, el hecho de «que no es casual que el mar-
xismo casi haya desaparecido de los programas de enseñanza
3e nuestras universidades y de otras instituciones docentes»,
que se haya trabajado poco también en la formación marxista
de la militancia de la LCY.
En toda la actividad revolucionaria, Tito se ha preocupado
en las etapas de la revolución socialista yugoslava de la ima-
gen y de la moral del comunista. Con su actuación revolucio-
naria, con el ejemplo propio, las palabras y los hechos, por
medio de la palabra escrita y en conversación con los comu-
ristas — ha influido en la elevación de lo militante, de la mo-
ralidad, humanismo, de la responsabilidad de los miembros del
PC, esto es de la LC.
Concluyamos: primero; Tito ha señalado constantemente
la importancia de la formación de la imagen y de la moral
del comunista. Se ha empeñado en que el comunista sea una
personalidad libre, creadora, integralmente desarrollada, mo-
ral, humana, culta, que posea autoiniciativa, coraje y res-
ponsabilidad. Se ha preocupado él del desarrollo integral del co-
munista. Ha tendido a que el comunista sea ejemplo cual
habrá de ser la personalidad comunista en lo futuro. Ha en-
focado con realidad las posibilidades de la formación de la
personalidad comunista, que posee un alto grado de moral y
es rica en valores y cualidades morales.
Segundo; el revolucionario cual es Tito ha visto la impor-
tancia de la formación de la imagen y de la moral del co-
munista. Con hechos de la experiencia histórica ha manifesta-
do que cuando la imagen y la moral del comunista estaba a
un grado superior, crecía también el prestigio y fuerza de éste
en lo que se refiere a la influencia práctica. En rigor, con su
obrar, con su trabajo, conccimiento y firmeza el comunista di-
fundía la moral comunista, el humanismo y las ideas del mar-
xismo-leninismo. EI comunista lograba entonces reunir en tor-
no suyo a la gente 'y hacer de ella sujetos de la acción revo-
lucionaria. Al contrario, conforme iba decayendo la imagen
y la moral del comunista así decaía también su prestigio y
poder de influencia. De esto nos habla mejor el periodo de la
lucha fraccionaria antes de la guerra y de la definición anar-
copequerio burguesa, burocrático-etatista, nacionalista y tec-
nocrática.

" Discurso en el activo político de Serbia, -Komunist-, ano XXX,


No. 814. pg. 4
TITO Y LA MORAL DE LOS COMUNISTAS 107

el Tercero; el Presidente de la LCY ha trabajado en la for-


ra mación de la nueva personalidad cualitativamente nueva del
DS comunista. El ha exigido que se trabaje en la formación de la
e- personalidad que vive en el presente, y vuelta toda hacia el
futuro, que supera lo presente en nombre del futuro comu-
r- nista, que no está limitada por el espacio del presente sino
ia que empuja el presente y inaugura el horizonte al futuro y
que toda ella está en el futuro con su actividad práctica,
concepciones y comportamento. De esta manera el comunista
llega a ser personalidad real de lo presente que obra en nom-
lo bre del futuro, porta en sí al hombre del futuro y así se rea-
liza como revolucionario y creador de nuevos valores.
Cuarto; comprendiendo la importancia de la actividad en
)r formar la imagen y moral del comunista, Tito ha venido se-
1- fialando el largo proceso de trabajo en la emancipación del
hombre actual de los cúmulos del pasado. Para superar los
remanentes de la personalidad clasista, el cúmulo de lo viejo
y para adoptar un nuevo enfoque y moral es necesaria una
e labor harto compleja. El comunista mismo en ello debe ma-
nifestar decisión, coraje y tenacidad.
a Quinto; Tito ha exigido del comunista que comprenda
en la unidad dialéctica la parte y el todo de los intereses del
;- inovimiento, de la revolución y de la comunidad socialista.
Sin tal enfoque el comunista no actúa como personalidad in-
tl tegral, porque ora predominan en él los intereses personales,
- ora particulares o bien los intereses generales, que al no estar
a armonizados no son intereses auténticamente personales, ni
y particulares ni generales. El comunista en todo esto debe ver la
re.alización del interés clasista histórico de la clase obrera y
comprender los problemas centrales con cuya solución son
dilucidadas las demás cuestiones del movimiento revolucio-
nario. Además, el comunista tiene el deber de penetrar en las
a leyes sociales para conocer las determinantes que precisan de
e ft rma decisiva un fenómeno social tan fundamental para la
1.
solución de las relaciones entre la parte y el todo. Esto da po-
der al comunista para que realice los intereses personales, co-
lectivos y generales, para que se confirme en los hechos co-
mo comunista.
Sexto; el comunista al desarrollar su imagen, adoptando
la moral comunista y comportándose en consonancia con
ella prueba a si mismo en tanto nueva personalidad. El per-
manece totalmente comprometido en la realización de las ta-
reas de una forma moral y humana. Pleno de optimismo vital
acomete las tareas y enfoca e/ movimiento ulterior de la re-
volución socialista.
Séptimo; Tito ha exigido de los comunistas que den
muestras de lo que en realidad son con tendencia permanen-
te a ser más morales y humanos. Les enseña él que crean pro-
108 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

fundamente en el poder social de la clase obrera de cambiar


sus propias relaciones sociales y de realizar sus objetivos re-
volucionarios y humanos, los valores ideológico-políticos y hu-
mano-morales fundamentales de la autogestión socialista.
Octavo; bajo la dirección de Tito los comunistas han esta-
do llevados por la magnitud de la obra que han creado y de
lo nuevo que crean. Esto los ha comprometido a acciones re-
volucionarias ulteriores para sobredificar y desarrollar la obra
de la revolución. Ellos han permanecido reales, gracias a la
preocupación de los valores creados, de sus capacidades y
del valor de los objetivos que realizan.
Noveno; Tito ha imbuido la imagen y la moral del co-
riunista de los máximos valores de la moral comunista y del
humanismo. Desarrolla el sentido de los valores del sacrifi-
cio, de la actividad, lel coraje, los valores de la vida y de la
autoabnegación para realizar mejores condiciones de vida.
Les orientaba a que luchen por la consecución de mejores
medios sociales en el cual puedan probarse, afirmarse, lograr
nuevos conocimientos y experimentar la propia realización y
alcances en el desarrollo. Desarrollaba él el sentido de la lucha
por la formación del ambiente social para la confirmación
revolucionaria y el despliegue de la personalidad.
Décimo; con la preocupación de Tito, con su actividad y
hamanismo se ha ido formando la nueva personalidad del co-
munista y su moral tan esencial para la actividad revoluciona-
ria y la realizaz:ún de los objetivos humanos de la revolución
socialista.
Undécimo; precisamente porque la imagen y moral del
comunista jugaron p apel principalísimo en la vinculación del
Partido y la clase obrera, del Partido y de toda la gente tra-
bajadora, Tito destaca también hoy la obligación de los mili-
tantes de la Liga de los Comunistas de cultivar las cualida-
des comunistas, de difundir la moral y humanismo socialistas
entre la gente trabajadora y así contribuir a la solución de las
r ontradicciones sociales y a la edificación del nuevo hombre
de la sociedad socialista.
Milan M. MILADINOVIC
(Traducción: F. Sotelo)
Estadistas extranjeros acerca de Tito

a
IT

Todo lo que hasta ahora se ha dicho o escrito acerca de Josip


3
Broz Tito en tanto que revolucionario, jefe de ejército, estadis-
ta o político, es testimonio de una época tumultuosa en la
que también se ven envueltos los destinos de varias genera-
ciones de yugoslavos. Es testimonio de la época en que surgió
el territorio libre de los guerrilleros de un nuevo Estado que
fue naciendo en medio de la Europa oprimida. Es el recono-
cimiento a una época en que la conciencia humana estuvo an-
te la prueba más grave de la historia y en la que esa prueba
se pasó como por milagro.
Las palabras sobre Tit.) —las palabras de la gente común
y de los estadistas más destacados del mundo de los días de
guerra y de la época de paz— quedarán escritas en los anales
de la historia contemporánea; pero esas palabras no hablan
sólo de él, de Tito, s'no también del honor y del heroismo
de un país que nunca quiso comprar la libertad y la paz, de
las cuales tampoco quiso desistir. Todo lo que los pueblos de
Yugoslavia han logrado en los tres decenios y medios de di-
námico ascenso, transcurridos en los extraordinarios esfuerzos
de la edificación socialista, está inseparablemente vinculado a
las singulares características del Presidente yugoslavo como
revolucionario, estadirta y defensor de la paz mundial. Pre-
cisamente a causa de esta estrecha relación entre las naciones
nacionalidades de Yugoslavia y su líder revolucionario, los
numerosos reconocimientos que de todo el mundo llegan al
presidente Tito constituyen al mismo tiempo un reconoci-
miento de la madurez política de las naciones y nacionali-
dades de Yugoslavia.
Es al mismo tiempo lo que los extranjeros refieren acer-
ca de los pueblos yugoslavos en aquellos instantes históricos
en los que no sólo bastaba tener fuerza, sino que también era
preciso tener audacia moral y perspicacia intelectual para en-
contrar el verdadero camino en el caos del pillaje y de las
devastaciones de la guerra, cuando en algún instante sombrío
110 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

incluso parecía que el porvenir de la comunidad plurinacional


yugoslava sería inevitablemente trágico. En esos instantes
p iensan muchas personas de otros países cuando hablan de la
Yugoslavia actual, de nuestro Partido Comunista, esto es,
de la Liga de los Comunistas, y de su Presidente, los cuales
supieron hallar el sendero de la salvación en el naufragio
de la guerra. Las declaraciones de los demás sobre Tito y los
yugoslavos son parte de los testimonios y reconocimientos de
las proezas en días en que todas las penurias de la guerra y
la supremacía numérica de los agresores fascistas no lograron
quebrantar la voluntad y la fuerza de los combatientes que
sabían porqué y en nombre de qué luchaban.
Hay que tener en cuenta que también en la opinión mun-
dial Tito fue una inspiración para el porfiado desafío de una
generación cuyo cálido y noble corazón consideraba que su
sacrificio era la mayor cualidad humana; para el porfiado
desafío a la invasión fascista. Bajo la conducción de Tito esa
generación justificó las tradiciones históricas y revoluciona-
rias de sus antepasados y abrió ante las nuevas generaciones
que recién nacían un amplio camino hacia la libertad y una
vida más humana.
IndependientemeAte de la imagen del mundo en esa épo-
ca de guerra, Tito edificaba sus conceptos políticos a partir
de bases profundamente humanas, de las cuales el pesimismo
no era propio.
Incluso en los instantes más difíciles el pesimismo quedó
ajeno a las reflexiones de Tito. Hubo, cierto, instantes en
que graves preocupaciones afligían sus pensamientos, pero ni
siquiera entonces Tito se dejó llevar por ellas, sino que buscó
aliados entre aquellos que ven la misión de la paz en la pa-
ciente labor de aproxlmar políticamente a los pueblos y a la
gente. Por lo demás, solamente una misión tal puede ser visa-
da para pasar sin inconvenientes por la estrecha puerta de la
historia. Por eso tampoco ese rasgo tan profundamente hu-
mano del carácter de Tito permaneció desapercibido ante la
vista de los extranjeros.
Tito es un hombre de la época contemporánea en la po-
lítica mundial y el constructor de la edificación socialista de
Yugoslavia. El inspiró la instauración de la amplia democra-
cia socialista de los productores directos, la autogestión de la
gente de trabajo, coino base de la sociedad socialista yugos-
lava, fundamentada en la fraternidad y unidad, en la igual-
dad de sus naciones y nacionalidades. Por esto Tito es hoy
uno de los raros estadStas del mundo cuya palabra se escucha
con atención en todos los continentes. Para muchos él no es
sólo un personaje legcndario de la Segunda Guerra Mundial
3!no también un símbolo de la justicia, de la honestidad y
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 111

de la sinceridad, un infatigable luchador por la paz y el pro-


greso en el mundo.
a Estos son los motivos principales por los cuales en el
mundo se rinde homenaje a Tito no tan sólo en tanto que
combatiente y constructor de una nueva comunidad social
democrática y autogestora entre naciones y nacionalidades,
sino también por el papel histórico que desempeña en la ac-
e tualidad como partidario consecuente y decidido de la paz.
Y A Tito se rinde homenaje asimismo porque en toda oportuni-
o dad ha soportado el punto de vista de que la política no ali-
neada equivale a la política de la paz ya que se opone a la
guerra fría y a la aplicación de la fuerza, y se empeña por el
principio de la no intervención, respeta el derecho de cada
a pueblo a la autodeterminación y a su propio sendero de desa -
Li rollo, y fortalece la responsabilidad internacional por un
o adelanto económico más rápido de los países subdesarrollados
a y en desarrollo. Este concepto político, que hoy en todas par-
tes del mundo se vincula en primer término con el presidente
Tito, es una práctica política internacional que ya se ha acep-
tado. Un creciente número de personas se fue dando cuenta
de que es posible oponerse a la guerra fria, ante todo gracias
al desarrollo cada vez más vigoroso de la no alineación, que
hoy ha pasado a ser la practica de la mayoría de los Estados
3
miembros de la Organización de las Naciones Unidas, cuyos
protagonistas son justamente los países insuficientemente des-
arrollados o recientemente liberados. Tan sólo en esta polí-
tica esos países vieron el camino de su desarrollo, la garantía
de un desenvolvimiento sin dificultades y la posibilidad de
crear una atmósfera más favorable para una amplia y fértil
colaboración internacional en interés de la salvaguardia de
la paz.
a
La política de no alinearse en bloque se ha aceptado co-
mo una ley insubstituible de los desplazamientos políticos de
la actualidad, a lo cual también el Presidente Tito a consagra-
do gran parte de sus actividades de estadista. Su idea de que
no hay libertad sin paz, ni paz sin libertad, y de que el pro-
greso de la humanidad no se puede imaginar sin la coexis-
tencia pacífica activa, se ha visto confirmada por el pensa-
miento político mundial y por la practica de las encuentros
internacionales de mayor envergadura, y sobre todo en las
Conferencias de Jefes de Estado o de Gobierno de los países
no alineados, celebradas er. Belgrado, El Cairo, Argel, Lusaka
y Colombo.
El alegato humanitario de Tito en favor de la coexisten-
cia pacífica fue acepado en el foro internacional supremo,
en el palacio de las Naciones Unidas en Nueva York, en octu-
bre de 1963, por aprobación casi unánime.
112 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

«En condiciones mejoradas, cuando las fuerzas de la paz


han aumentado considerablemente», dijo Tito en esa oportu-
nidad, «nosotros somos testigos de que hoy toda política se
evalúa, ante todo, de acuerdo a su actitud ante los actuales
procesos y cambios, a saber ante la coexistencia pacífica. Los
hombres y los países del mundo contemporáneo determinan
su postura cada vez más según esta cuestión esencial, y cada
vez menos según la pertenencia formal a este o aquel bando
de la guerra fría, la cual se va atenuando, lenta pero gradual-
mente, debiendo concluir cuanto antes...»
Planteando ante las Naciones Unidas la propuesta que
no deja lugar a dudas de que los principios de la coexistencia
pacífica activa deben ser establecidos corno un códice inter-
nacional del comportainienlo mutuo en las relaciones mundia-
les, el presidente Tito formuló de la siguiente manera el sen--
tido de esta política que en el momento actual es la única
política positiva factible: «Lograr la igualdad económica y
asegurar un progreso sin obstáculos para todos los países y
pueblos constituye la base material de la coexistencia y su
indispensable contenido económico-social. La política de la
coexistencia se fundamenta precisamente en el desarrollo de
una amplia colaboración económica internacional sin difi-
cultades».
Al adoptar los pzinciplos de la política no alineada, un
número creciente de Estados observa el socialismo cual sen-
dero inevitable que conduce al progreso general de todos los
pueblos y cual salida de sus problemas económicos y sociales.
Son indiscutibles los grandes méritos del presidente Tito en
cuanto al afianzamiento y éxito de esta política.
Tito ha sido ampliamente reconocido en el mundo por su
política, y algunos autores extranjeros ven en él a un David
que al luchar por la libertad y la independencia se opuso a
dos Goliats: Hitler (1941) y Stalin (1948).
Todos los que 'o acusaron de «deviación» o de cualquier
otra cosa fueron desmentidos por el tiempo o bien ellos mis-
mos fueron retrocediendo, abandonando las armas ante la in-
tegridad de Tito en defensa de sus principios supremos sobre
la colaboración internacional y sobre los senderos particulares
de cada país en la edificación del socialismo.
Desde su aparición en la escena política de Yugoslavia
(1928) y en la escena mundial (1941), Tito también fue adqui-
riendo enemigos, ideológicos y políticos. Algunos no estuvie-
ron de acuerdo con la política del Partido y de Tito, en primer
término aquellos que por razones de clase ni siquiera hubieran
podido estar de su lado; aquellos que con sus intereses gran-
estatales o mezquinamente nacionalistas no estaban de
acuerdo con las opciones internacionalistas marxista-leninistas
de Tito. De esos medios provenían desconfianzas, recelos e
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 113

incluso golpes bajos que se asestaban a Tito y a nuestros


pueblos. Pero en su mayor parte hoy esto ha quedado supe-
rado en el mundo, todas esas insinuaciones políticas se fueron
desvaneciendo ante la obra creadora de Josip Broz Tito.

JEFE DE EJERCITO Y LIDER DE LOS PUEBLOS


SUBLEVADOS CONTRA EL FASCISMO

1 El levantamiento armado de los pueblos yugoslavos con-


tra el ocupante fascista en medio de la llamada fortaleza
europea de Hitler, la organización de los destacamentos de
guerrilleros y su transformación en un heroico Ejército de
Liberación Popular de Yugoslavia excelentemente guiado, que
representaba una singular potencia militar con gran poder
de ataque, fueron alentando al mundo. En las arduas batallas
contra ejércitos numérica y técnicamente mucho más pode-
rosos, y contra las agrupaciones de colaboracionistas, se fue-
ron logrando victorias históricas.
Tito y sus guerrilleros admiraron y entusiasmaron a todo
el mundo cuando la v,2rdad sobre la gloriosa epopeya de nues-
tros pueblos por fin se abrió paso hasta el público mundial.
En efecto, hasta entonces, durante dos arios y medio, el mundo
había sido sistemáticamente engañado: todos los éxitos del
Ejército de Liberación Popular de Yugoslavia se habían atri-
buido a los chetniks de Draia Mihailovie. En la historia de
las guerras acaso este sea el mayor engaño de la opinión
pública mundial.
En su táctica con los grandes aliados Roosevelt y Chur-
chill, tampoco Stalin quiso empeñarse a fin de aclarar al
mundo «uno de los mayores misterios de la guerra»: ;.Quién
es Tito y que había hecho hasta entonces por la causa de la
coalición antifascista?
Pero cuando un día, a principios de 1943, en amplio pú-
blico mundial se enteró de todos los éxitos heroicos del Ejér-
cito de Liberación Popular de Yugoslavia y de Josip Broz
Tito, el comandante supremo de los guerrilleros, el «jefe de
ejército sin escuela militar», el único general aliado «sin es-
trellas y galones» en el «rango de comandante en jefe», Tito
obtuvo el reconocimiento que merecía como jefe de ejercito.
Por el inundo empezó a difundirse la leyenda de Tito.
Esta leyenda fue aceptada por todos, tanto por los alia-
dos como por los enemigos, si bien, claro está, cada uno a
partir de sus intereses por lo que se refiere a la realización
de sus propios planes.
Los estadistas más destacados de entonces, a los cuales
la historia les había conferido el privilegio de decidir acerca
del destino de la humanidad —Roosevelt, Churchill, Stalin-
114 cUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

admitieron que Tito era no sólo un extraordinario jefe de


ejército sino también un político de singulares capacidades.
Así se reconoció el nuevo Estado, surgido en la revolución,
la Yugoslavia Federativa Democrática.
De la cantidad de o p iniones formuladas en el mundo con
respecto a este terna, me parece que vale la pena señalar es-
tas filas: «Conducidos con suma habilidad, organizados según
el principio de la guerrilla», dijo Winston Churchill en la
Cámara de los Comunes el 23 de febrero de 1944, «los guerri-
lleros son al mismo tiempo inatrapables y mortalmente peli-
grosos. Ora se encuentran aquí, ora allí, ellos están por todas
partes y en cada lugar. Los alemanes organizaron contra ellos
ofensivas de grandes dimensiones, y sin embargo cada vez los
guerrilleros, incluso cuando estaban cercados, supieron desli-
zarse ocasionando graves daños y problemas al enemigo. El
movimiento guerrillero superó numéricamente en poco tiem-
po a las fuerzas del general Mihailovie. No solamente los
croatas y los eslovenos sino también muchos serbios se ad-
hirieron al mariscal Tito, de manera que en este instante él
cuenta con más de 250.000 personas y dispone de abundantes
armas tomadas del enemigo o de los italianos; esta gente está
organizada en un considerable número de divisiones y cuer-
pos.
«Todo el movimiento comporta su sello y tiene su forma
sin haber perdido la característica de guerrilla, sin la cual
por cierto no podría tener éxito. En torno de estas fuerzas
heroicas y dentro de su seno se ha ido desarrollando un mo-
vimiento de unificación nacional. Los comunistas tienen el
honor de ser quienes lo han puesto en marcha; pero a medida
que este movimiento se ha ido haciendo cada vez más multi-
tudinario y vigoroso, se fue llevando a cabo un proceso de
modificación y unificucion al cual se sumaron los conceptos
nacionales. En el mariscal Tito los guerrilleros han encon-
trado a un destacado líder que se ha hecho célebre en la lucha
por la libertad. Lamentablemente, y quizá sin que pudiera
ser de otra manera, estas nuevas fuerzas entraron en conflicto
con las fuerzas dirigidos por el general Mihailovie. Las activi-
dades de las fuerzas de Tito alteraban los negocios de los
comandantes de Mihailovi . con el enemigo. El trató de domi-
narlos y así tuvieron lugar muchas batallas trágicas y amargas
discusiones entre gente de una misma rasa y de un mismo
país, y el único culpble de estas desgracias es nuestro ene-
migo común0.
No diferían mu2ho ct2 estos conceptos de los aliados los
puntos de vista de los enemigos de la guerra.

Winston Churchill, Draga svetski rat, tomo V, «Prosveta ,.. , Belgrado


2961, págs. 454-455.
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 115

«Tito luchó tenazmente y sin compromisos por la victo-


ria desde 1941», dice Hermann Neubacher. «En esa guerra
nada le era propicio. Con graves pérdidas humanas, y bajo
inconcebibles dificultades sus guerrilleros libraron una fan-
tástica y sacrificada lucha...
«Este hecho resulta sumamente importante para explicar
el conflicto entre Moscú y Belgrado, que tuvo lugar en 1948,
al cabo de un período de relaciones tensas, corroídas ya du-
rante la guerra...
«EI Kremlin subestimó la posición de este hombre del
mismo modo en que lo hizo el Estado Mayor alemán, que du-
rante arios no se pudo deshacer de la acostumbrada tesis so-
bre las «pandillas balcánicas». El Estado Mayor de la Wehr-
macht fue el partidaria principal de dicha tesis. Himmler, que
en base a los datos de su policía estaba más al tanto del pro-
blema político de Tito, fue el primero que se dio cuenta entre
los dirigentes supremos del significado de la personalidad de
Tito. En una oportunidad me dijo:
«Es un combatiente inquebrantable. Ojalá nosotros tuvié-
ramos una docena de combatientes tales en nuestras filas».
«Hitler empezó a desconfiar con retraso de los informes
acerca de los presuntos exitos logrados con el propósito de
liquidar los grupos de Tito. En 1944 me dijo una vez:
«Y bueno, nuevamente circundaremos seis divisiones de
Tilo, como en una caldera. Pero desde ya sé cómo irán las
cosas. En pocos días quedarán sólo tres, y luego una, y cuan-
do finalmente ataquemos con nuestras fuerzas, en la caldera
habrá apenas unos cuantos italianos con vendajes en las pier-
nas y varios asnos enfermos...»
«Hoy, al cabo de la guerra y de conmovedoras crisis, Tito
lleva la única armadura que puede proteger a un revolucio-
nario del odio de sus contemporáneos. Esta armadura se
llama: éxito»2.
Lo que la lucha de los pueblos de Yugoslavia significó
para los demás países fue señalado, además del historiador
soviético V. T. Fomin, por G. Emery Shipler. Fomin es-
cribió que los acontecimientos del 27 de marzo de 1941 en
Yugoslavia obligaron a los dirigentes de la Alemania fascista
y al Estado Mayor de la Wehrmacht a postergar al ataque
a la Unión Soviética del 15 de mayo al 22 de junio de 1941,3
en tanto que Shipler, lo mismo Anthony Eden 4 , confirmó

Hermann Neubacher, Sonderaufrag Sudost 1940-1945, Bericht eines


Fliegenden Diplomaten, Berlin 1954.
»Voprosi istorli » , Akademia nauk SSSR, Otdelenie istorieheskij
nauk, Moscú, No. 6, junio de 1957.
The Eden Mernoirs; The reckoning, Cassell, Londres
1965, pág. 238.
116 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

que la decisión de Yugoslavia de luchar contra los nazis ha-


bía sido adoptada anteriormente, de lo cual resultó la demora
de la invasión de Hitler a la Unión Soviética, lo cual a su vez
quizá evitara la caída de Stalingrado y la aniquilación de los
EE.UU. y sus aliados. Esa decisión fue, como dijo el Presi-
dente Roosevelt, «una encrucijada de la historia»5.
A partir de med'ados de 1943 el público británico, norte-
americano y soviético mostraron el mayor interés por la lucha
armada de los pueblos dc Yugoslavia encabezados por Tito.
El Parlamento británico a menudo discutió con énfasis acer-
ca del tema «Tito». Y la verdad es que el tono lo daba el
propio premier Churchili.
«Considero», dijo el Dr. Hayden Guest, diputado de Ins-
lington, «que al apoyar a Tito por fin hemos acertado el ca-
mino. Es evidente que Tito tiene de su lado a la mayoría de
los pueblos de Yugoslavia... y que en su movimiento de re-
sistencia llevan a cabo muchas cosas que son dignas de ad-
miración. Empero, tal como un respetable miembro de esta
Cámara hoy notó, ... allí existe algo que se parece a la
guerra civil, y que sin embargo no lo es... Es algo que tam-
bién se presentará en los demás países de Europa no bien
se vean liberados, porque en todas partes hay dos tendencias
—una reaccionaria y otra de cara a una Europa libre—, y
esas dos tendencias deben encontrarse en un grave conflicto.
¿De qué lado tenemos que estar nosotros?
«Espero que con la aprobación de esta Cámara puedo de-
cir que como principio de nuestra política exterior hay que
adoptar definitivamente la necesidad de ponernos del lado de
las tendencias demolráticas y libertadoras de Europa, inde-
pendientemente de su ptoveniencia, y de ningún otro lado».6
A este punto de vista se adhirió el brigadier Sir Archibald
Southby, diputado de Epson: «Tito ve que el pueblo yugos-
lavo no quiere el viejo ordenamiento, que el pueblo desea
nuevas condiciones de vida en Yugoslavia. Mihailovie desea
las viejas condiciones y por eso paso del lado de los alemanes
con la esperanza de que ellos serían capaces de preservar el
antiguo régimen...»7.
Acerca del aporte de Tito a la lucha contra el fascismo
en el mundo se registraron opiniones idénticas:
D. Monin escribió en el «Bolchevique» de Moscú: «En los
Balcanes, en Yugoslavia, lucha con éxito contra los invasores
el Ejército de Liberac:ón Popular bajo el comando del maris-

«Política Internacional-, Belgrado, 1° de enero de 1951.


Partiamentary Debates, House of Commons, Offlatal report. Vol. 399,
No. 34. Londres, 22 de febrero de 1944.
Idem.
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 117

cal Tito. Ya ha fracasado la sexta ofensiva hitleriana contra


los patriotas yugoslavos. En la ofensiva tomaron parte unas
25 divisiones alemana;. húngaras, búlgaras y de los ejércitos
de pacotilla de Pavelie, Nedie, Mihailovie y otros»8.
También Josif Visarionovich Stalin comprendió en 1944
cuál era la importancia que asumía para todos los pueblos
oprimidos la pugna entablada por Tito contra Hitler8 : «La lu-
cha heroica de los pueblos hermanos de Yugoslavia y de su
glorioso Ejército de Liberación Popular contra los agresores
alemanes despierta la profunda simpatía de la Unión Sovié-
tica y sirve de ejemplo que inspira a todos los pueblos opri-
midos de Europa»1°.
El discurso de Winston Churchill, lleno de optimismo y
simpatía por el maris rial Tito y sus combatientes, fue comen-
tado casi por todas las agencias de prensa de envergadura del
mundo libre, tanto en d. Este como en el Oeste; el «New York
Times» de los EE.UU. escribió, verbigracia, lo siguiente: «Tito
us el centro de la resistencia en los Balcanes, él representa una
garantía de la política constructiva de los pueblos balcánicos
en el futuro... El Sr. Churchill, en su último discurso pronun-
ciado en la Cámara de los Comunes, demuestra gran interés
por Yugoslavia. En dicha ocasión habló con inesperada calidez
de la obra realizada por el mariscal Tito, alentándolo en nom-
bre de Gran Bretaña por los extraordinarios esfuerzos que ha-
ce ese líder de los pairiotas»il.
El presidente de Nueva York Fíorello Laguardia se dirigió
por la radio a sus cmciudadanos y a todos los norteamerica-
nos: «De veras, no hay conflicto que la gente razonable no
pueda resolver. Motivo de este pensamiento es un hombre que
enciende la imaginación cíe todo niño norteamericano. Este
hombre se llama Tito. Tito es un gran hombre... Su desafor-
tunado pueblo no tenía con qué luchar, realmente no tenía con
qué. Y entonces este hombre, Tito, se entregó a la tarea de
formar un ejército. Pero eso no es una cosa fácil. Nosotros tu-
vimos que gastar miles de millones de dólares para ello, y
además nos requirió mucho tiempo, pero Tito dijo que debía
tener cationes y fusiles y que los conseguiría. Dijo que se los
sacaría a los alemanes ¿Saben Uds. que Tito y sus hombres

°-Bolchevique». No. 6, Moscú, marzo de 1944.


• Congressionat Record, proceedings and debates of the 78th Congress,
Second Session, Washington, 13 de marzo de 1944.
Mensaje del mariscal Stalin enviado a Tito el 7 de marzo de 1944 con
motivo de su visita a Yugoslavia y del acogimiento de la primera misión
militar de la URSS en el Estado Mayor del Ejército de Liberación Popular
de Yugoslavia. — «Nova Jugoslavija ,, , 15 de marzo de 1944.
1 « The New York Times» , Nueva York,
27 de febrero de 1944.
118 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

no sólo debieron apoderarse de las armas y de las municiones


del enemigo para poder luchar, sino que dos años enteros
lucharon —e incluso ahora siguen luchando— sin hospitales
y material sanitario? ¿Saben Uds. que sus pérdidas de guerra
son mayores que las de cualquier otro ejército? Cuando la
guerra termine, nosotros no podemos olvidarnos de quien
ha luchado. Además de haber creado un ejército de la na-
da, Tito ha establecido una nueva manera de guerrear, to-
mando las armas y maniciones del enemigo. Tito ha creado al-
go que yo considero que vivirá eternamente. El ha reunido en
torno suyo a todas las corrientes de Yugoslavia»12.
El escritor progresista norteamericano Howard Fast tam-
bién compartió estas opiniones: «Tito ha salido a la superfi-
cie desde el fondo del deseo incontenible de Yugoslavia en
pos de la libertad, del seno de su conmovedora historia col-
mada de luchas, de explotación nacional, de litigios internos,
a fin de unificar su pueblo y conducirlo a la gloria»13.
Howard Fast, Josif Visarionovich Stalin, Vernon Bartlett,
Luj Adamie, Berta Gaster, Fiorello Laguardia, Leo Sultzber-
ger, Walter Bernstein, Rolland Robinson, Ilya Ehrenburg,
Winston Churchill... hablaron con optimismo sensato y con-
fianza en Tito mucho antes de que el Comandante Supremo
de los aliados en el Mediterráneo e Italia, el feldmariscal Ale-
xander, pronunciara su especial reconocimiento a Tito como
jefe de ejército militar: «El Ejército de Liberación Popular de
Yugoslavia es el únic 3 ejército aliado de Europa al cual se ha
confiado un frente aparte y que despliega operaciones inde-
pendientes bajo el c3mando de su jefe supremo el mariscal
Tito»".
Con rapidez de meteoro Tito adquirió un enorme presti-
gio en el mundo. Por eso en el público de los demás paises
resonó en forma muy negativa el que se hubiera prohibido la
entrevista otorgada pnr Tilo en Drvar a los periodistas alia-
dos, el Dr. Stojan Pribieevie y John Talbot: «Tito es el reco-
nocido jefe de ejércit3 de los pueblos yugoslavos. Prohibir su
declaración para la prensa es lo mismo que si se prohibiera
una declaración de Stalin, De Gaulle, Churchill o Roose-
velt...»15
A ello el vicepresidente de los EE.UU. Henry Wallas aña-
dió: «Hoy las naciones democráticas del mundo tienen dos ca-

Radio Nueva York, 12 de marzo de 1949.


" Howard Past, Tito and People, Contemporary Publishers,
nipeg (Canadá), 1944.
" .'Politika .', Belgrado, 28 de febrero de 1945.
.The Reynolds News ., Londres, 16 de mayo de 1944.

Wn
1
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 119

zones especiales para expresar su admiración a los gloriosos


maridos y mujeres de Yugoslavia. Este día, que señala el cuar-
to aniversario de su r e sistencia contra los nazifascistas, es algo
más que un simple aniversario, aunque ya ello constituya mo-
tivo suficiente para Que todos los pueblos del mundo amantes
de la libertad rindan lmmenaje a su valentía y disciplina. Pe-
ro hay algo más importante todavía. Y es que en este ani-
versario los pueblos yugoslavos empiezan a gozar los frutos
de su lucha por la libertad. En su país hoy existe un sólido
Gobierno democrático que corresponde a los intereses y an-
helos populares. Los pueblos heroicos de Yugoslavia ocupa-
rán su merecido puesto en el mundo democrático por el cual
han sufrido tantas penunas en los cuatro años transcurridos.
Por eso digo que los heroicos yugoslavos ya han conseguido la
mayor victoria de su liistoria»16.
El general de Hitler Lothar Rendulic, que comandó el des-
censo en paracaídas sobre el Drvar (25 de mayo de 1944),
transmitió lo que el comandante en jefe de las tropas ale-
manas en ios Balcanes pensaba de Tito: «Lehr tenía muchos
elogios para la capacclad de Tito en cuanto a sentido de orga-
nización y comando. Sea como fuere, ni los chetniks serbios ni
los guerrilleros griegos pcdian compararse con la organización
de Tito. Para poder comandarlas, él formó sus fuerzas como
brigadas independientes pero también en divisiones. Las bri-
gadas y las divisiones constituían los cuerpos»11.
Josip Broz Tito —como si el brasileño Jorge Jobet hubie-
ra deseado explicar ese fenómeno— en 1942 «pasó a ser el
verdadero símbolodt-_, la honestidad doctrinaria en el amor
por la causa popular. Si figura creció todavía más a lo largo
de la lucha de resistencia y en las batallas finales contra el
nazifascismo, ese forüncule ponzoñoso que Europa tuvo para
vergüenza de su civilización»18.
Philip Jordan redondeó este pensamiento de Jobet: «To-
dos los que conocen bien el Ejército de Liberación Popular
convienen que su disciplina es extraordinaria, y que también
lo son las relaciones entre los oficiales, los comisarios políticos
y los combatientes. Dfflie que el Ejército de Liberación Po-
pular empezó a crecer los alemanes llevaron a cabo seis gran-
des ofensivas contra dicho Ejército y todas fracasaron... To-
do esto fue organizado y realizado bajo la conducción de Josip

Radio Nueva York, 27 de marzo de 1945; «Borbaii, Belgrado, 28 de


marzo de 1945.
" Lothar Rendulic, Gekärrift Gesiegt Geschlagen, Welw-Heidelberg,
Verlag «Welsermuhlii, 1952.
-Las Noticias de Ultima Hora-, Santiago de Chile, 15 de junio de
1960.
120 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

Broz Tito, el antiguo obrero del metal de Zagreb. Por lo que


se sabe, antes él no había tenido experiencias militares sino
tan sólo en la organización política. Ahora encauzó su talento
a fin de conducir la guerra y si bien está rodeado de gente
capaz, él es el único diiigente de verdad, y en esto todos es-
tán de acuerdo. Cuando Yugoslavia esté liberada, ante todo
será gracias a él»19.
1
CONSTRUCTOR DE LA NUEVA YUGOSLAVIA

Lo mismo que en la guerra, los pensamientos y las pala-


bras de Tito también en la paz infundieron seguridad, coraje,
heroísmo; acciones masivas de esmero se transpusieron en la
actividad creadora de las masas populares encabezadas por la
clase obrera y la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, con-
virtiéndose en la baso material del poderoso desarrollo social,
económico y cultural y uel ascenso de los pueblos yugoslavos.
Con el apoyo, el entusiasmo y la confianza de las naciones
y nacionalidades de Yugoslavia Tito señaló los senderos de
nuestro desarrollo democrático, libre y socialista. El es el
constructor principal de la actual comunidad social socialista
y autogestora de naciones y nacionalidades yugoslavas con
igualdad en derechos.
Yugoslavia se ha ganado un gran prestigio en el mundo
por ser el primer país que en su desarrollo y robustecimiento
puso en práctica la consigna de Marx: ¡Las fábricas a los obre-
ros! Asimismo, desde hace rato es sabido que no caben dudas
en cuanto al papel edificante de Tito, y eso nadie sensato
lo pone en cuestión. Hemos dejado atrás decenios desde que en
la opinión pública mitildia) prevaleciera la cognición de que
'filo ha dado al mundo la actual Yugoslavia socialista y no
alineada, y de que Yugoslavia ha dado al mundo un Tito.
Así lo atestiguan las numerosas opiniones, ideas y eva-
luaciones que han prevalecido en la opinión pública mundial
en cuanto al papel de Tito como constructor de la nueva Yu-
goslavia.
«La vida de Tito está tan estrechamente vinculada con la
lucha de los pueblos yugoslavos por un futuro más luminoso, y
está tan al servicio de esos objetivos, que escribir de él sig-
nifica escribir de la historia de Yugoslavia. El es para los
yugoslavos lo mismo qae Washington para los norteamerica-
nos. El primero en la paz, el primero en la guerra y el primero
en los corazones de sus compatriotas»20.

" «The News Chroniele«, Londres, 28 de junio 1944.


" « Hindustan Standard«, Nueva Delhi, 25 de mayo de 1954.
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 121

El ingenioso Jawahu l al Nehru, Premier de la India, agre-


gó su parecer al tema: »El mariscal Tito logró en su país un
tipo de socialismo que difiere de lo que se está llevando a ca-
bo en la Unión Soviética»21.
Según el concepto de Georgi Dimitrov, el hijo más cé-
lebre de la actualidad búlgara: «Lo mayor y lo más impor-
tante que se ha logrado en Yugoslavia es la fraternidad y la
unidad entre los serbios, los croatas, los eslovenos, los mace-
donios y los montenegrinos. El mérito histórico de esta gran
obra lo tiene nuestro amigo y compañero el mariscal Tito y el
Partido Comunista de Yugoslavia. La consecución de esta gran
obra fue factible sólo porque en ello se empeñaron genuinos
combatientes del pueblo, en primer término los comunistas.
Sin los comunistas cual principales dirigentes de la lucha li-
bertadora de Yugoslavia, la unidad de los pueblos de Yugosla-
via no hubiera sido posible»22.
La «Pravda» de Moscú, órgano central del CC PCUS, afir-
maba al público soviético que: «La nueva Yugoslavia, que va
hacia el socialismo por su sendero especifico, ha pasado a ser
el mayor factor de la paz en los Balcanes. Yugoslavia ha
resuelto con sumo éxito, merced a la teoría leninista-stalinis-
la, la cuestión más actual de los Balcanes, la cuestión nacio-
nal. Yugoslavia se ha deshecho del cerco capitalista. Antes de
la guerra ella era una semicolonia de los grandes Estados ca-
pitalistas, a los capitalistas extranjeros pertenecía alrededor
de la mitad de los Bancos, de las minas y de las empresas in-
dustriales. Ahora se han liquidado todas las posiciones del
capital extranjero en Yugoslavia»23.
Acerca de Tito como leyenda de los pueblos yugoslavos
también escribió Vladimir Potpomov, pero en la época de Ti-
to-Dimitrov, una era de relaciones estrechas entre los pue-
blos de Yugoslavia y el pueblo búlgaro: «Tito supo levantar a
las armas a los pueblos yugoslavos con corazon y voluntad.
El fue el organizador de talento y el dirigente y comandante
supremo de esa lucha legendaria. Tito también ha sido el
padre espiritual, el creador de la actual Yugoslavia democráti-
ca y federativa. El mariscal Tito es asimismo algo más, lo que
nosotros en lengua popular decimos un líder del pueblo, esto
es, un dirigente político conocido por todos. Y Tito es también
un líder popular en el sentido tradicional del término: él es
un héroe popular. Tito es el ídolo de todo el pueblo, de los
más vastos estratos populares, de todos los campesinos y

»The Hindustan Times» , Nueva Delhi, 28 de noviembre de 1954.


Tanjug (Bled), 2 de agosto de 1947.
»Pravda » , Moscú, noviembre de 1947.
122 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

obreros yugoslavos. Raras son las veces, muy raras, en que en


la historia se encuentra un ejemplo de popularidad como la
del legendario mariscal Tito en Yugoslavia. «Nosotros somos
de Tito, Tito es de nosotros»: esta es la consigna que del modo
más conciso y más claro caracteriza la unidad lograda entre
los pueblos yugoslavos, una unidad que ya nadie es capaz de
romper»24.
Franz Thierfelder trató de esclarecer el modo en que Ti-
to logró introducir a nuestro país en el mundo: «Encabezada
por el presidente Tito Yugoslavia sale definitivamente de su
medio balcánico y entra en la vida internacional como factor
independiente y con influjo... Aunque ello se deba en parte
a la posición geográfica de Yugoslavia, para un paso tal es
menester la calidad del hombre, del estadista y del político que
tiene Tito, que sabe evaluar el equilibrio de las fuerzas en el
mundo y su peso específico»25.
A este tema se dedicaron muchos estadistas, politicólogos
y publicistas, entre los cuales figura George W. Hoffman así
como el Dr. Fred W. Neil: «Como resultado de la búsqueda de
alternativas positivas tanto para las cuestiones sociales como
para la aplicación de dichas alternativas en la práctica, en
Yugoslavia ha surgido el titoismo. En su esencia significa la
armoniosa compenetración de los siguientes elementos de en-
cauzamiento social: descentralización de la administración,
autogestión obrera, sistema económico complementario, fin
de la colectivización obligatoria e instauración del principio
democrático en todo el sistema... El sendero yugoslavo se ha
convertido de esta manera en el salto cualitativo más impor-
tante de la evolución del marxismo después de la Revolución
de Octubre».
Y para finalizar este capítulo, lo cual estamos obligados
a hacer por razones de espacio, mencionaremos las palabras
del estadista italiano Aldo Moro: «Yugoslavia supo en las ho-
ras difíciles convertirse en partidario del juicio independiente
que corresponde a la dignidad del pueblo, pero que, como ya
hemos destacado, también resulta provechoso para su com-
prensión mutua. Es natural que un país como el nuestro, que
se atiene a los ideales de la libertad y de la democracia, haya
encontrado en esa experiencia un estímulo y que haya estable-
cido un fértil diálogo con su pueblo»27.

Nikola Lenkov, Tito, Sofia. Bugarsko-iugoslaviansko druzhestvo,


1947.
• Franz Thierfelder, Manner am Balkan, Von Alexander dem Grossen
bis Josip Tito, Graz, Viena, Colonia, Styria. 1961.
George W. Hoffman, Fred W. Neal, Yugoslavia ami the New Corn-
munism, Nueva York, Twentieth Century Fund, 1962.
• -Politika-, Belgrado, ario LI, 10 de noviembre de 1905.
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 123

PORTADOR DE LA IDEA DE LA INDEPENDENCIA


NACIONAL Y DEL CAMINO AUTONOMO AL SOCIALISMO
Tito siguió siendo un íntegro defensor de la independen-
cia nacional incluso cuando en 1948 la Yugoslavia socialista
se vio expuesta a una formidable presión política y al bloqueo
económico, ocasionado por los admiradores stalinistas del culto
a la personalidad. Esos fueron los días en que la resolución
de Tito y su concepto de que el derecho de cada pueblo a
su libre vida y desarrollo tiene que defenderse a toda costa,
vencieron las presiones y amenazas de los secuaces del régi-
men stalinista.
La responsabilidad ante la historia, ante la clase obrera
del propio país y ante la clase obrera del mundo, ante nues-
tros pueblos, que junto a él consiguieron su libertad a cam-
bio de enormes sacrificios y sufrimientos a fin de desarro-
llarse en la independencia y edificar una vida mejor y más di-
chosa, es la única responsabilidad histórica que inspiró a Tito
a tomar las audaces e intrépidas decisiones políticas y estata-
les en esa época ardua. Esas acciones, tal como ocurriera tan-
tas veces en la guerra, infundían esperanza, estimulaban y en-
tusiasmaban al mundo.
Hubo entonces bastantes personas que no creían que Tito,
al luchar por la independencia y la libertad de los pueblos
de Yugoslavia y por su derecho a una vida libre, luchaba asi-
mismo por la causa del movimiento obrero internacional, por
su porvenir y por perspectivas más claras.
La lucha fue luenga y difícil, incluso adquirió dimensio-
nes monstruosas, pero Tito, junto con el Comité Central de la
Liga de los Comunistas de Yugoslavia, con la clase obrera y
con todos nuestros pueblos, evitó la derrota, esquivó las
presiones, los bloqueos, todas las tentaciones y amenazas, ele-
vándose siempre por encima de las calumnias y de las intri-
gas, lo cual, naturalmente, contribuyó más aún a afianzar la
reputación internacional de su singular personalidad.
De este período tumultuoso y amenazante del desarrollo
de Yugoslavia en la posguerra se discutió mucho y hubo nu-
merosas polémicas acerca de la relación entre el Komm-
form y Tito. De ese arsenal de opiniones sobre Tito y su de-
terminación de estadista también hablan las siguientes pa-
labras:
«Ya al principio, inmediatamente después de la guerra,
Yugoslavia difirió de los demás países de Europa Oriental
puesto que el Partido Comunista de Yugoslavia asumió el po-
der sin la ayuda de la Unión Soviética y puesto que Tito fue
el verdadero líder nacional».
' Dr. Fred Warner Neal, Titoisni in Action, Berkeley and Los Ange-
les, University of California Press, 1958.
124 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

O bien:
«Sería incorrecto no notar la diferencia de posiciones en-
tre determinados países liberados. En Yugoslavia, por ejem-
plo, en la cual empezaron a operarse cambios democráticos
ya durante el período del movimiento de liberación, la obra
de democratización ha ido más allá que en los demás países».
Dado que Tito se opuso a Stalin y que valerosamente dijo
«NO», se avalancharon sobre él, hasta entonces elogiado en
los países de Europa Oriental, cantidades de mentiras y em-
bustes políticos y comenzaron las graves represalias económi-
cas.
«Arrebatada de la Unión Soviética y de los países de la
democracia popular, Yugoslavia se convierte cada día más en
colonia del imperialismo internacional, en primer término nor-
teamericano» —se alarmaba el «Rabotnichesko delo» de So-
fía3°, mientras que Vlko Chervenkov, secretario del CC
FOB(c), tuvo el valor «moral» de fabricar otro invento en coro
con otros dirigentes políticos y estatales de los países de la de-
mocracia popular: «Los dirigentes... yugoslavos, que han con-
vertido a su país en base de los imperialistas angloamericanos,
han echado a los pueblos serbio, croata, esloveno, macedonio
y montenegrino no sólo en las zarpas de un despiadado terror
e injusticia sino también en la explotación más recalcitrante
a fin de acomodarse a los objetivos de los iniciadores imperia-
listas de una nueva guerra»31.
Después del trágico error que ya hace parte del prover-
bio, cuando en 1948 Stalin exclamó: «Basta con que mueva un
dedo y Tito desaparecerá» 32, el mariscal Sokolovski repitió tres
arios después en Sofía esa amenaza inimaginable: «Tito caerá
pronto. Tito desea hacer estallar una nueva guerra, él ha en-
venenado la atmósfera de los Balcanes, ocasionando provocacio-
nes en las fronteras de los Estados vecinos».
La verdadera respuesta a ello fue dada por Jean Cassou:
«Para el coraje hace falta imaginación, y para tener imagina-
ción hay que amar la vida y querer vivir. Por eso el hombre
debe observar en torno suyo y buscar un ejemplo que confiera
fuerza a una confianza pura y de principio, categórica, para
darle asimismo una forma concreta. Sin duda alguna, en el
mundo de los partidos hay naciones que en determinadas cir-
cunstancias aspiran a la independencia y así expresan su vo-

-Bolchevique-, Moscú, No. 6, marzo de 1946.


-Rabotniehesko dejo», Sofía. 11 de septiembre de 1949.
Idem, 13 de junio de 1950.
-The Sunday Times-, Londres, 14 de septiembre de 1948.
Tanjug, Sofía, 9 de septiembre de 1951.
1
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 125

',untad. Esas son experiencias de las cuales se podría sacar una


lección provechosa. Prueba de vitalidad tal nos la ha dado
Yugoslavia despertando alentadoras esperanzas: un pueblo pe-
queño, que con su lucha de liberación popular y su revolución
social ha tomado el destino en sus manos, no obstante las ame-
nazas más brutales, ha querido permanecer dueño de su des-
tino. Al hombre siempre le es posible actuar sobre su destino,
por más pobre y debilitado que este, tal como el pueblo tiene
la posibilidad de crear su historia. Este acto de Yugoslavia,
este acto de no sumisión, este acto tan viril, he sido yo el pri-
mero en celebrarlo».
También el laburista británico Aneurin Bevan rindió
por ello homenaje a Tito y a Yugoslavia: «Rara vez ha existi-
d 9 en el mundo un grupo de hombres dirigentes tan conscien-
tes de su actitud y de su relación tanto ante su pueblo y ante
los demás pueblos, como es el caso de Tito y de la gente en
torno suyo... Yugoslavia ha recibido ayuda de Occidente pe-
ro ha conservado su independencia, y hoy va por su camino...
Dado que ha salido victoriosa del conflicto con la Unión So-
viética, Yugoslavia goza de los frutos de su libertad intelec-
tual, pero al mismo tiempo desea compartirlos con los demás
pueblos»35.
Y al final de este trágico período de relaciones no socia-
listas entre los países socialistas, llegó el reconocimiento. Sta-
lin no sólo cometió un error sino que se equivocó tremenda-
mente: causó un daño inconmensurable al movimiento obrero
y comunista internacional. «La decisión errónea (del IB) res-
pecto a Yugoslavia abrió una grieta en el bando socialista».
Pero no hay mal que por bien no venga. La campaña del In-
Iormburó contra Yugoslavia y la decidida resistencia de Tito,
del PCY y de los pueblos de Yugoslavia abrieron nuevas pá-
ginas de la historia política del movimiento obrero y comu-
nisía internacional. Relaciones cualitativamente nuevas entre
105 partidos comunistas en base a la igualdad en derechos y
al reconocimiento del derecho a caminos particulares en la
edificación del socialismo empezaron a desarrollarse poco
después de la solemne declaración y del reconocimiento de
Nikita Kruschev: «Nosotros lamentamos sinceramente todo lo
que ha ocurrido y rechazamos resueltamente todo lo acumu-
lado en ese período. Por nuestra parte no hay duda alguna que
entre ello contamos el papel provocador que en las relaciones
entre Yugoslavia y la Unión Soviética desempeñaron los ene-
migos descubiertos del pueblo, Beria, Abakumov y otros.
Nosotros hemos estudiado detenidamente el material en el

Jean Cassou, La mémoire Courte. Les Editions de Minuit, París 1953.


«Indian Express«, Nueva Delhi, 17 de septiembre de 1959.
126 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

cual se basaban las graves acusaciones y ofensas contra los


dirigentes de Yugoslavia. Los hechos dicen que este material
fue inventado por enemigos del pueblo, por aborrecidos agen-
tes del imperialismo, que con engaño se infiltraron en las filas
de nuestro Partido. Nosotros estamos profundamente conven-
cidos de que el período del empeoramiento de nuestras rela-
ciones ha quedado muy lejos detrás nuestro... El afán de
Yugoslavia por desarrollar relaciones con todos los Estados,
tanto en Occidente como en Oriente, es para nosotros total-
mente comprensible»36.
A Josip Broz Tito se atribuyó el mérito de ello. Pierre
Mandes-France declaró: «El Jefe del Estado yugoslavo, ma-
riscal Tito, se ha merecido el respeto más profundo de todos,
incluso de los que no comparten sus opiniones políticas, an-
tes que nada por su firmeza y aferramiento a los ideales pro-
pios... Es un hombre que sistemática y decididamente se atie-
ne al principio de la independencia de su país. Cuando un
país pequeño se niega a ser el esclavo de otro, de una nación
múltiplemente más poderosa, con ello da un ejemplo digno
de admiración. Esta es la razón por la cual tengo por el ma-
riscal Tito la mayor admiración, si bien nuestros pareceres
Joctrinarios no son identicos»37.
«Tito representa un ejemplo de cómo se puede estar vin-
culado con ambas coaliciones, de cómo se puede ser neutra-
lista, y sin embargo estar vinculado por alianzas. Considero que
nadie que hoy conozca Europa Occidental puede dudar del
atractivo del ejemplo de Tito... No es de extrañar que Moscú
se esmere tanto por engrandecer el renombre de Tito. Noso-
tros mismos podríamos preguntarnos fácilmente si acaso, te-
niendo en cuenta que se está desistiendo del comunismo exis-
tente en la Unión Soviética, Tito está por pasar a ser el misio-
nario más importante del comunismo»38.
Por lo demás, todo este penoso período de la pugna de
Tito por preservar la independencia de Yugoslavia oponién-
dose a las presiones estalinistas, quedó resumido en la lacóni-
ca conclusión del diario más importante de Méjico: «El tiempo
ha desmentido a Stalin y ha dado la razón a Tito».

UNO DE LOS FUNDADORES DEL MOVIMIENTO


NO ALINEADO

A Tito se ha rendido el homenaje que merece también


por el noble y audaz afán de hacer saltar chispas de optimis-
« Borba » , Belgrado, 27 de mayo de 1955.
Tanjug, Belgrado, 4 de octubre de 1955.
" «New York Herald Tribune » , 5 de junio de 1956.
.• «El Exceisior » , Ciudad de México, 27 de diciembre de 1964.
ESTADISTAS EXTRANJEROS ACERCA DE TITO 127

mo en los arduos días de la guerra fría, para despertar las con-


ciencias de aquellos en cuyas manos el destino había deposita-
do un poder tan ingente que podrían dar una forma más hu-
mana aún a este mundo y elevarlo a alturas inauditas, pero
que también lo pueden desbarrancar por el abismo de la ca-
tástrofe total.
Hace rato que se ha dicho que es una insensatez esperar
slluciones rápidas y fáciles para los conflictos mundiales, pero
que todavía más insensato es no hacer nada, quedarse senta-
do de brazos cruzados o responder con cohetes a los cohetes,
con agravios a los agravios, con prohibiciones a la prohibición.
Gracias, entre otras cosas, a la actividad del presidente Tito
en la política mundial, a su persistente lucha por la afirmación
del principio de la política no alineada, el concepto de la po-
lítica de la fuerza poco a poco fue llegando a su ocaso polí-
tico. Se está yendo para no volver más un tiempo en que las
grandes potencias de la actualidad podían negociar en base a
la supremacía, o cuando el culto a la personalidad se conside-
raba como ley intangible. Si la gente desea no ser la víctima
de sus descubrimientos científicos y permanecer en vida en la
época que se está iniciando, sólo tiene una posibilidad: vivir
en paz unos junto a otros y resolver sus conflictos y malen-
tendidos por medios pacíficos y de mutuo acuerdo. Esta es la
esencia del concepto de la no alineación, del concepto que en
el presidente de Yugoslavia Josip Broz Tito tiene a uno de
sus protagonistas más destacados.
Acerca de esta filosofía política y de este papel de misio-
nario estadista de Tito en los acontecimientos mundiales de
mayor alcance, quizá el «Tribune» de Londres fuera el órgano
que se expresara del modo más adecuado: «Tito es uno de los
grandes impulsos de nuestra época, porque en un mundo en el
que van quedando atrás muchos países que antes compren-
4 dían y gozaban de la libertad, él descubre nuevos senderos
que conducen al progreso»4°.
Con ello convino Winston Churchill: «Grande es el apor-
te del presidente Tito en el plano de la colaboración y enten-
dimiento internacionales, y también por lo que se refiere a la
causa general de la paz»41.
En cuanto a la difusión de la idea de la coexistencia pací-
fica activa que se ha convertido en una política de no alinea-
ción, a Yugoslavia y a India se atribuyeron los méritos histó-
ricos, porque estos dos países «simbolizan la alternativa a la
guerra». Este es el punto de vista expuesto, entre otros, por
el diario «Dünya» de Istanbul: «El mariscal Tito y el Presi-

-The Tribune-, Londres, 13 de marzo de 1333.

1 ADally Telegraph . , 3 de abril de 1953.


e
128 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

dente Nehru son partidarios de una idea que va ganando


mayor espacio en Europa y Asia. Se trata de la colaboración
entre sistemas diferentes a fin de preservar y defender la
paz»42.
Estos nobles anhelos de Tito tampoco pasaron desaperci-
bidos por los estadistas del Lejano Oriente. Así, Chu En Lay
declaró al corresponsal especial del diario «Politika» de Bel-
grado, ZivIco Milie: «La política yugoslava de promover la
coexistencia pacífica goza nuestro apoyo... Agradecemos a
Yugoslavia su actitud y apoyo por lo que se refiere al reco-
nocimiento de los legítimos derechos chinos en las Naciones
Unidas así como por la actitud de que China tiene que estable-
cer su soberanía en Taiwán»43.
Conectando la política no alineada a sus protagonistas
—Tito . Nehru, y Nasser— de todas maneras el papel de Tito,
por su continuo empeño por su ensanchamiento y afirmación
en el mundo, las más de las veces se resalta en especial, y se
sublima en los siguientes pensamientos lapidarios: «Con razón
se ha dicho que Tito es el abogado de la paz de nuestro
De los incontables encuentros con los políticos y estadistas
más destacados de todas partes del mundo ha surgido una ver-
dadera leyenda de Tito. Al cabo de la visita que efectuó a
Tito el ministro Louis Joxe de la época de De Gaulle, el
funcionario dijo: «Estoy empresionado por la forma en que
él domina los grandes problemas mundiales. Diría incluso que
el Presidente lo hace al nivel de nuestro planeta»45.
Slobodan NESOVIe
(Traducción: S. Monrós-StojakoviC)

. «Danya-, Istanbul, 8 de diciembre de 1954.


. «Politika-, Belgrado. 12 de noviembre de 1955.
Farach Gubran, Yugos/avía (en ärabe), El Cairo, 1960.
Extractos de la declaración dada en la conferencia de prensa con
motivo de la visita oficial del Ministro Joxe a Belgrado («Politika.,
Belgrado, 23 de junio de 1964).
1

Brasil: la crisis de la dictadura

1. LA IMPORTANCIA DEL TEMA


La dictadura militar que se instauró en Brasil en 1964 en
consecuencia del golpe militar en contra de Joáo Goulart
inició un ciclo de golpes militares de contenido similar en el
resto de América Latina.* Este ciclo empezó como un enfren-
tamiento entre nacionalistas y liberales de derecha en Brasil,
en su proceso de radicalización, pasó por un intento de cor-
porativismo derechista y parafascista en Argentina en 1966
con Ongania y culminó en la concepción pinochetista fascista
del Estado. La crisis que vive el régimen brasileño en el
momento actual es al mismo tiempo la de la dictadura en
general que entra en contradicción con la mayoría del pueblo
brasileño y la de su versión inicial no explícitamente fascista
que se hace insostenible debido a sus debilidades para repri-
mir la creciente oposición popular. De creador del movimiento
golpista latinoamericano de nuevo tipo, la dictadura brasileña
pasó hoy día a una posición defensiva y decadente y viene
siendo superada por los nuevos modelos fascistas más conse-
cuentes como el chileno. Al mismo tiempo, se desarrollan en
su seno aquellos sectores radicales de derecha que explican la
crisis en curso por el hecho de no haberse completado el ciclo
de terror y totalitarismo. La crisis de la dictadura brasileña
es pues un momento decisivo del proceso de derechización
que se inició en América Latina y en Asia (con Indonesia)
en la década del 60 y que tiende a servir de laboratorio para
una radicalización derechista internacional que pretende ser

* Ponencia presentada a la Mesa Redonda de Cavtat. Parte


de esta ponencia está basada en materiales anteriormente publi-
cados en el periódico El Sol de México.
nM•119

130 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

una respuesta a la fase depresiva del capitalismo internacional


que se inició en 1967. La dictadura está en su momento más
bajo en Brasil: completado el «test» de su modelo económico
cuyos resultados negativos son hoy patentes para las grandes
masas; agotadas las razones invocadas para la represión polí-
tica generalizada; exaurídos todos los argumentos que ponían
en las espaldas gruesas del pasado la culpa de los problemas
irresueltos; abierta la lucha entre las facciones de la clase do-
minante, algunas de ellas víctimas — también de un desarro-
llo económico concentrador y excluyente de las masas y de
amplias capas de la burguesía; hechas claras las confronta-
ciones dentro del aparato privilegiado de poder que son las
fuerzas armadas las que introyectaron las divergencias polí-
ticas nacionales; acumulados pues este conjunto de factores
disgregadores la dictadura entra en crisis en una coyuntura
internacional marcada por una reorientación de la política
externa norteamericana y la superación del reciente auge del
golpismo probrasilerio en América Latina.
Por todas estas circunstancias, el análisis de la experien-
cia de trece arios de dictadura en Brasil, de la crisis en curso
y de sus perspectivas es — una tarea necesaria para ayudar
a establecer las perspectivas de la couyuntura latinoameri-
cana y las formas de actuación popular que permitan alcanzar
una salida progresista de la situación actual.

2. TRECE AÑOS DE DICTADURA MILITAR

El día primero de abril de 1977 se cumplieron 13 arios de


dictadura militar en Brasil. El golpe realizado en contra de
Joäo Goulart el 31 de marzo de 1964 obtuvo su victoria el
día siguiente. ¿Cómo fue posible derrocar tan rápidamente
un gobierno que había resultado victorioso pocos meses antes
en un plebiscito nacional para recuperar los poderes pre-
sidenciales y realizar las reformas de base con cerca de 700/o
de los votos depositados en las urnas en un momento de gran
movilización nacional? El hecho parece aún más insólito si
se considera que Goulart contaba con el apoyo de una parte
importante de la oficialidad reunida en torno del movimiento
de oficiales nacionalistas, de los sargentos agrupados en la
Asociación Nacional de Sargentos, de una fuerte mayoría
parlamentaria agrupada en el frente parlamentario naciona-
lista, contaba aún con el apoyo de la Central Unica de Tra-
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 131

bajadores, de las asociaciones campesinas y de las ligas cam-


pesinas, de la Unión Nacional de Estudiantes, de importantes
gobiernos provinciales, etc. Todo este vasto movimiento social
¿sería un fantasma político, un conjunto de siglas sin conte-
nido?
No, no era así. De hecho, entre 1961 y 1964, período en
que gobernó Goulart en sustitución a Janio Quadros, cuya
demisión inesperada produjo una gran conmoción en el país,
se desarrolló un fuerte y poderoso movimiento popular que
impregnó todo el aparato institucional brasileño. Pero, ¿por
qué este movimiento no podía parar el golpe de Estado? Las
revelaciones recientes sobre los acontecimientos de 1964
muestran inclusive que la relación de fuerzas militares no
era favorable para los golpistas. Y era por esta razón que la
marina norteamericana aguardaba el desarrollo de los acon-
tecimientos en las costas de Brasil lista para intervenir, como
lo sabemos hoy día por las revelaciones contenidas en los
papeles recién divulgados del entonces embajador en Brasil,
Lincoln Gordon. La debilidad de un movimiento social no es
esencialmente el resultado de su organización. Por el con-
trario, el mayor o menor desarrollo de ésta depende del desa-
rrollo de su conciencia política y de la corrección de sus posi-
ciones tácticas.
El movimiento popular brasileño de 1961-64 carecía de
una visión política capaz de enfrentarse al desafío golpista. Este
movimiento se había formado dentro de la perspectiva nacio-
nalista democrática que Goulart expresaba como heredero
de Vargas. Y entre 1961 y 1964 el programa nacionalista y
democrático no tenía condiciones de ofrecer una salida para
la crisis del capitalismo brasileño. Esa era la cuestión esencial
que impedía la victoria del movimiento popular sobre los
golpistas. De hecho, las masas ya habían percibido empírica-
mente las limitaciones de ese programa, y por ello radicali-
zaron consciente o inconscientemente las demandas económi-
cas y politicas por un capitalismo de Estado que rebasara
los límites aceptables para la supervivencia del capitalismo.
Pero ¿serían Goulart y las fuerzas políticas que lo apoyaban
los dirigentes adecuados para cumplir los pasos necesarios
para sintetizar este nuevo programa revolucionario de carác-
ter socializante que nacía desde las bases y que no había
adquirido la coherencia suficiente para unificar un movimien-
to popular capaz de resistir el desafío golpista? Era evidente
que no. Goulart no estaba dispuesto a acompañar esta radi-
AIMn11.

132 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

calización que surgía de la propia situación revolucionaria y


que no encontraba aún una forma de expresión consecuente.
Esta debilidad interna del movimiento popular era pues su
talón de Aquiles. Cuando se levanta la ola golpista no hay
una respuesta integrada y coherente. Goulart busca hasta el
último momento utilizar el poder de negociación que le daba
su apoyo de masas y sus bases militares. Pero este poder de
negociación era inútil frente a un enemigo que no estaba dis-
puesto a negociar y que tenía el claro objetivo de impedir
este proceso de radicalización política en curso a través de
los métodos más violentos y radicales que la situación exigía.
Por esto algunos dirigentes del golpe lo calificaron muy cer-
teramente como una « contrarrevolución preventiva».
¿En que consistía esta contrarrevolución? Son por demás
conocidos los mecanismos generales de la dictadura brasileña
que resumiremos en pocas líneas. En lo político, se trataba de
romper la amplia alianza entre las asociaciones de masa y el
aparato político nacionalista popular a través de la expulsión
del parlamento de los parlamentarios más radicalizados, la
intervención en los sindicatos y asociaciones campesinas, la
ilegalización de la Unión Nacional de los Estudiantes. Militar-
mente, se realizó una «limpieza» del aparato represivo ex-
pulsando y enjuiciando a millares de militares progresistas y
se transformó las fuerzas armadas en el partido que garanti-
zaba la institucionalidad del régimen y le entregaba sus cua-
dros más importantes. En la propaganda, se actuó radicalmen-
te cerrando los periódicos de izquierda imponiendo la censura
sobre toda la prensa y se estableció la ideología de la seguri-
dad nacional como principio rector de la vida ciudadana.
Constitucionalmente, se estableció el régimen de las Actas
Institucionales que se sobreponen al funcionamiento consti-
tucional y anulan los mecanismos jurídicos de defensa ciuda-
dana y personal, institucionalizando el arbitrio presidencial-
militar como sistema jurídico.
Los pasos señalados anteriormente servían de apoyo y
condición para una política económica que rompía los equili-
brios de fuerza logrados anteriormente entre el capital inter-
nacional y nacional, la grande y la mediana y pequeña em-
presa y radicalizaba al mismo tiempo las contradicciones
entre el capital y el trabajo. Se desarrolló una política eco-
nómica abiertamente favorable al gran capital internacional
considerado el único técnicamente eficiente para desarrollar
el país. Para atraerlo había que asegurar las condiciones de
BRASIL : LA CRISIS DE LA DICTADURA 133

una concentración económica y una centralización de capita-


les capaz de soportar los grandes saltos cualitativos en tecno-
logía, métodos de gestión, inversión y especulación que sig-
nificaba la apertura total de país al capital internacional. La
rebaja salarial, la quiebra de las empresas medias y pequeñas
no asociadas al gran capital, la restricción del crédito a este
sector y su canalización hacia las grandes inversiones, la in-
tervención masiva del Estado para asegurar estas condiciones
extremadas de acumulación formaron un conjunto articulado
de medidas económicas que asimilaban y perfeccionaban las
exigencias que desde los arios 50 venía haciendo el Fondo
Monetario Internacional en América Latina y en otras re-
giones.
El reino del gran capital internacional no resultaba sin
embargo en ningún paraíso liberal. Por el contrario, aumen-
taba las tensiones sociales y obligaba a recurrir a una dosis
creciente de fuerza para garantizar las condiciones de su
funcionamiento antipopular.
Este hecho marcó los distintos períodos presidenciales. El
primer presidente, el Mariscal Castelo Branco, (1964-66) era
un liberal conservador que creía en el establecimiento de
un régimen constitucional autoritario que excluyese los co-
munistas e izquierdistas de la vida política nacional. De 1964
a 1966 intentó establecer condiciones políticas para restable-
cer la legalidad pero tuvo de proscribir los partidos políticos
de la vida nacional, en 1966, después de una aplastante derrota
electoral infligida por las fuerzas progresistas en Rio de
Janeiro. Dejó al fin de su gobierno una constitución profun-
damente autoritaria que oreaba dos partidos políticos, uno de
gobierno y otro de oposición consentida. Parecía que el país
podría retomar los cauces liberales aunque sensiblemente
pisoteados. Su sucesor, el General Costa e Silva (1966-1969) re-
presentaba un intento de restablecer en el poder parte de las
fuerzas civiles desplazadas por el golpe así como los sectores
golpistas que habían sido desplazados por el grupo de Cas-
telo Branco. En consecuencia, prometía un restablecimiento
democrático aunque dentro de los moldes autoritarios esta-
blecidos por Castelo. Su gobierno fue caracterizado por vio-
lentas manifestaciones de masa y una confrontación creciente
de éstas con la dictadura y termina con la decretación de la
Acta Institucional Número Cinco que suspendía la vigencia
de la constitución otorgada por los mismos militares y fue
considerada «un golpe dentro del golpe». Después de un triun-
134 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

virato que sustituyó a Costa e Silva se impuso en el poder


el nuevo dictador Garrastazú Médici — (1969-72) que se bene-
fició del auge económico conocido como el «milagro brasile-
ño» y que prometió restablecer las condiciones de vida demo-
cráticas. Sin embargo, su gobierno se caracterizó por la más
violenta represión sobre el movimiento popular y particular-
mente sobre el movimiento de guerrilla urbana. Se anularon
Jas mínimas condiciones de vida política y de difusión de
ideas, se cerraron universidades y se despidieron profesores,
SC expulsaron parlamentarios y se anuló la acción del parla-
mento y de los partidos creados por el gobierno militar en
1966. Otra vez la radicalización derechista represiva coronaba
la obra del presidente militar en turno a pesar de sus prome-
sas liberalizantes. La gestión de Garrastazú Médici dió origen,
incluso a un intento de continuismo en torno de su figura que
intentaba explorar los aparentes éxitos económicos del mila-
gro brasileño para crear el mito del jefe que había logrado
materializar la consigna de «seguridad y desarrollo». Bloquea-
das sus aspiraciones continuistas, sube en el poder el General
Ernesto Geisel, hombre del viejo esquema de Castelo Branco,
con una alianza de fuerzas militares y civiles y con un pro-
grama de apertura política que prometía establecer las condi-
ciones de funcionamiento liberal autoritarias que se había
imaginado Castelo Branco. Su experiencia de gobierno fue
marcada por la misma contradicción de sus antecesores: al
iniciar su período presidencial permite un proceso electoral
relativamente liberal que tiene como consecuencia la derrota
aplastante del partido presidencial en 1974. Sorprendido por
la extensión de la repulsa popular a los autores del milagro
económico que empezaba a manifestar su crisis con una re-
baja del crecimiento del producto nacional del 10% al 4%
y un aumento de la inflación del 16% al 40% Geisel inicia
un nuevo ciclo represivo que empieza por la expulsión de
los diputados de oposición más progresistas y la liquidación
de la dirección clandestina del Partido Comunista Brasileño
y que continuó posteriormente con la prohibición de reali-
zación de propaganda política en las elecciones de 1976, nue-
vas prisiones y expulsiones de parlamentarios así como la
recesión del parlamento en abril de 1977 y la promulgación
autoritaria de un conjunto de reformas políticas que impiden
el acceso del partido de oposición al gobierno (hecho que se
haría evidente en las anunciadas elecciones de 1978 debido
a sus victorias en las elecciones parciales de 1974 y 1976).
1
BRASIL : LA crasis DE LA DICTADURA 135

¿Como se explica esta dialéctica de hierro que destruyó


las ilusiones planteadas al principio de los sucesivos períodos
presidenciales? Todos empiezan por declaraciones liberales y
terminan por un refuerzamiento de las medidas de fuerza y
por el establecimiento de una institucionalización crecien-
te de los procedimientos totalitarios a principio entendidos
como excepcionales. ¿Se trataría de una táctica demagógica
que buscaría aliviar las presionas democráticas para aplastar-
las en seguida? No. No se trata de una táctica consciente sino
de una dinámica objetiva de la lucha de clases. La dictadura
existe para imponer un tipo de acumulación del capital que
excluye sectores masivos de la población y acentúa la contra-
dicción entre el capital y el trabajo así como entre el gran
capital monopólico extranjero y local y el pequeño capital.
Asimismo, este modelo de crecimiento genera grandes masas
de subempleados y desempleados y mantiene y amplía las con-
diciones de explotación sobre los campesinos, al mismo tiempo
que crea grandes masas de asalariados agrícolas temporarios.
Las condiciones sociales generadas por tal modelo de acumu-
lación son pues explosivas y no son compatibles con una di-
rección democrática del Estado. Por fin, la necesidad crecien-
te de la intervención del Estado para asegurar el funciona-
miento de tal modelo económico obliga a restringir los meca-
nismos de funcionamiento democrático para asegurar la he-
gemonía del gran capital internacional no sólo sobre sus
acciones legislativas como también sobre la gestión cotidiana
de la economía. El Estado brasileño, como el de muchos países
latinoamericanos es una fuerza económica demasiado po-
derosa. El es propietario de las principales empresas del país,
que ocupan posiciones claves en el proceso de desarrollo eco-
nómico, él posee mecanismos de fuerte intervención en el
comercio exterior (monopolio de las divisas entre otros), en
el mercado financiero y monetario y en el sistema fiscal
entre otros. En consecuencia se hace necesario un fierro con-
trol sobre el Estado para impedir su manipulación por fuerzas
opositoras al gran capital. Un pequeño desplazamiento de
la correlación de fuerzas dentro del Estado puede tener conse-
cuencias económicas muy importantes para los grupos econó-
micos y grandes empresas que utilizan el aparato estatal co-
mo condición esencial para sus negocios. Sea por las condicio-
nes generales de la lucha de clases señaladas, sea por la nece-
sidad más concreta de control del aparato estatal, las posibi-
lidades democráticas se encuentran constantemente restringi-

A
-1111n39

136 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

das. Sin embargo, por una cuestión de sobrevivencia del ré-


gimen, mil veces señalada por sus analistas políticos, hay que
garantizar un mínimo de legitimidad al Estado so pena de
no asegurar su mantención. De ahí los intentos constantes de
buscar esta legitimidad por la vía liberal. Sin embargo, no
se debe despreciar el hecho de que la doctrina política de la
dictadura, se hace cada vez más clara en su sentido totali-
tario. En el primer momento, la intervención de la fuerza se
hace legítima para restaurar el imperio del orden roto por el
ascenso de masas de 1961-64. En seguida, su legitimidad está
dada por una doctrina de seguridad nacional que establece
de manera permanente el principio de la suplantación de los
derechos ciudadanos por las exigencias de la seguridad na-
cional que se sobrepone a todo el cuerpo social. En seguida,
se busca demostrar la necesidad de esta seguridad para ase-
gurar el desarrollo. En la etapa actual la seguridad pierde
su legitimidad frente a la evidencia del descontento popular
con la dictadura derrotada en las elecciones de 1974 y 1976.
Se hará necesario un paso ideológico aún más claramente to-
talitario y fascista para asegurar la sobrevivencia del régimen.
La generación de militares conservadores liberales que diri-
gió sus primeras etapas vacila antes de dar el salto definitivo
hacia un intento de legitimar el régimen de fuerza como un
sistema permanente de poder totalitario — es decir, la versión
acabada y constitucional del fascismo en América Latina
bajo su nueva cara militarista y sin expresiones organizadas
de masa. La Acta Institucional Número Cinco de 1968 anun-
ciaba este régimen pero su carácter excepcional muestra que
aún faltan algunos pasos en el proceso de fascistización.
Pero mientras se crean las condiciones políticas para
realizar tales pasos la lucha de clases se radicaliza y la crisis
del régimen se profundiza.

3. CARACTERISTICAS DE LA CRISIS DEL REGIMEN


DICTATORIAL

Después de 13 arios del golpe, el pueblo brasileño se en-


cuentra extenuado y exasperado. Su única aspiración en el
momento actual es la de sacarse de encima este peso que
ya dura más de una década. Los mismos militares ya se sien-
ten cansados de vigilar policialmente y torturar un pueblo
que todos los días demuestra su odio a esos defensores del
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 137

orden que el pueblo no desea. Pero la situación es difícil. El


pueblo brasileño teme exasperar a los militares y acepta las
reglas del juego que ellos le imponen en nombre de un pro-
ceso gradual de apertura política. Los militares por su lado
temen exasperar el sentimiento popular y provocar una caída
revolucionaria de la dictadura que provocaría un movimiento
de venganzas y cobro de cuentas que ellos temen más que to-
do, como lo revelaron en una reciente encuesta realizada con
significativos sectores de la oficialidad.
¿Esto significa que la situación de 1964 fue superada?
¿, Que el pueblo brasileño abandonó sus aspiraciones de refor-
ma de base cuyo contenido socializante se desbordó en un
confuso pero enriquecedor proceso de masas? No. Las masas
tienen instintos políticos poco conocidos. Ellas están siempre
buscando los caminos prácticos que las situaciones les ofre-
cen. Cada problema tiene su hora. Y es evidente que la lucha
social en Brasil está en segundo plano en el momento actual.
Pero nadie debe dudar que es la lucha social que mueve a
este pueblo en su odio a la dictadura. El pueblo brasileño
no quiere derrumbar el régimen militar por ser una dictadura
sino por ser la dictadura de su gran enemigo, el gran capital.
Ella significa para el los bajos salarios, el hambre, la falta
de escuelas, la falta de perspectivas para millones de brasile-
ños condenados a la más violenta explotación. Por esto hay
que esperar grandes acontecimientos en la medida en que las
masas vayan conquistando un espacio político perdido y pe-
leado en esos 13 arios de duras luchas. La lucha democrática
encontrará su culminación en la lucha por el socialismo por
más lejana que esta perspectiva pueda parecer en el momento
actual. Esto se puede indicar al analizar los elementos centra-
les de esta crisis.
Uno de los más importantes representantes civiles del
régimen militar brasileño, Luis Vianna Filho, ex-jefe de la
Casa Civil del Presidente Castelo Branco (correspondiente a
la Secretaría de la Presidencia) y hombre profundamente li-
gado al actual jefe de la Casa Civil de Geisel, general Golbery
de Couto y Silva (que además es miembro de la dirección
de la Dow Chemical en Brasil) y al propio presidente, ha
realizado un planteamiento político espectacular. En él se
desnuda la situación política del país y particularmente el
carácter artificial de su sistema partidario en el cual el parti-
do del gobierno representa una minoría social y no tiene
ninguna capacidad de influenciar la acción del ejecutivo, y
138 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

el partido ne la oposición representa una mayoría social pero


«tiene vedado el acceso al poder». Este pronunciamiento de
un hombre tan ligado a Geisel viene a coronar un conjunto
de planteamientos que forman parte de una ofensiva libera-
lizadora de la Iglesia, sectores empresariales, intelectuales,
políticos y militares, que se articulan abierta o tácitamente
con los pronunciamientos del gobierno norteamericano en
favor de los derechos humanos en Brasil y que han conduci-
do a un grave deterioro de las relaciones entre el gobierno
militar brasileño y su patrón norteamericano.
La situación difícil que vive en este momento el régimen
militar brasileño no es, sin embargo, un fenómeno superficial
surgido de la nada. Tiene profundas raíces que podríamos
resumir en los siguientes puntos:
En primer lugar es un reflejo de la crisis del modelo
económico brasileño que ya se anunciaba a fines de 1973. La
aventura del expansionismo económico en base a un clima
artificial de optimismo financiero, a la entrada masiva de ca-
pitales internacionales, a un aumento de las exportaciones
subvencionadas por el Estado, a un estímulo desproporcionado
a las altas tasas de ganancia y a la concentración y centrali-
zación del capital ya empezaba a mostrar sus límites en aquel
año. El aumento de la tasa inflacionaria, el déficit creciente
de la balanza de pagos, el endeudamiento internacional, la
crisis social provocada por los bajos niveles salariales, la
desnacionalización de la economía, la fuerte presión sobre el
Estado para intervenir más y más en favor de la mantención
artificial de los negocios y de las altas tasas de ganancia, la
encrme y brutal corrupción administrativa, todos estos fenó-
menos eran ya perceptibles para una elite política, empresa-
rial y militar que veía los límites de un poder autoritario
que no lograba legitimarse socialmente y que tendría que en-
frentar una crisis económica, política y social a medio plazo.
En 1974, 1975 y 1976 esa crisis se hizo patente y fue más
agravada aún por las importaciones de petróleo a precios
más elevados y por la crisis capitalista internacional de
1974-1975, que dramatizó la inevitable crisis económica.
En segundo lugar, la crisis actual refleja también una
crisis social muy aguda que es en gran medida consecuencia
de la crisis de un modelo económico que ha favorecido de
manera demasiado descarada los intereses del gran capital,
en detrimento de todos los otros sectores de la sociedad. La
única posibilidad de disminuir esa crisis era mantener un
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 139

crecimiento económico acelerado que permitiese «aumentar


la torta» en tal magnitud que siempre pudiese llegar un
aumento absoluto del consumo a los sectores sociales mayori-
tarios que, relativamente, se veían cada vez más desfavoreci-
dos por el modelo. En la medida que se pierde la ilusión de
mantener indefinidamente el crecimiento acelerado se mani-
fiestan los efectos absolutos de la pauperización relativa de
aquellos sectores sociales mayoritarios afectados por el pro-
ceso económico de expansión y hegemonía del gran capital
nacional y, sobre todo, internacional. Después de las pro-
mesas de convertirse en potencia económica, Brasil se en-
cuentra con su triste realidad: analfabetismo masivo, altas
tasas de mortalidad infantil, hambre crónica de las grandes
masas, instituciones atrasadas, relaciones sociales arcaicas,
frustración y odio social, y cualquier militar inteligente sabe
que miles de soldados son impotentes frente a un pueblo
de millones, por más bien armados que estén. La protesta
social asume en Brasil dimensiones gigantescas. Los mínimos
incidentes se transforman en fenómenos de protesta social, las
masas hambrientas del nordeste invaden ciudades para buscar
alimento, los campesinos se enfrentan a policías y militares
para garantizar sus tierras, los usuarios de las líneas de ferro-
carriles urbanos destruyen los trenes, los obreros se niegan
a seguir extenuándose con la práctica generalizada de las
horas extra de trabajo, la gente empieza a protestar en todas
las oportunidades, la insatisfacción es generalizada y cre-
ciente.
En tercer lugar, está la crisis ideológica. Después de un
intento desesperado y dispendioso de crear un clima de opti-
mismo nacional («Brasil Grande»; «Brasil ámalo o déjalo»,
etc.) a través de una publicidad avasalladora en los medios
de comunicación políticamente enmudecidos por la censura, se
descubre la falta de profundidad de estas consignas frente
a la dura realidad. La dictadura no alcanza la deseada legi-
timidad social. La verdadera cultura nacional se filtra por las
frases simbólicas de los compositores de protesta, por las pu-
blicaciones de tipo «underground» y clandestinas, por el desa-
rrollo de un cáustico humor de crítica social y política, por
un cine y un teatro de protesta y denuncia. Por todas las
partes del cuerpo social, por todos sus poros, se escapa el olor
vivo y fuerte de la insatisfacción social, de la protesta y la
denuncia. La convergencia de la crisis económica con esta
falta de legitimidad lleva a los políticos a buscar formas de
140 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

expresión y canalización de tal situación. Por oportunis-


mo y raramente por convicción, los políticos encargados por
el propio gobierno de representar la farsa de una oposición,
empiezan a tomar en serio su papel y a alimentar sueños de
poder por la vía de representar esta inmensa protesta social.
Las organizaciones de izquierda, golpeadas por una represión
violenta, empiezan a encontrar otra vez un espacio de acción
aún restringido pero potencialmente importante. La dictadura
ve enfrentada con una división interna de sus cuadros mili-
tares, empresariales y políticos amedrentados por las conse-
cuencias de una represión constante sobre unas masas cada
vez menos controlables política e ideológicamente. Empie-
zan las divisiones dentro del grupo más selecto del poder.
Empiezan las maniobras por la «descompresión» política, por
las reformas liberales controladas. El régimen desea, muy
sabiamente, asumir él mismo la dirección del proceso de su
liberalización, siempre buscando sin embargo contener ese
proceso dentro de sus límites autoritarios. El gobierno Geisel
es una expresión de esta maniobra táctica anunciada cuando
tomó posesión de la presidencia.
Pero, como vimos, entre los deseos de legitimidad del ré-
gimen y la dura realidad hay una barrera intransponible.
Las elecciones de 1974 empezaron a romper este esquema
aperturista. La crisis más reciente iniciada por las elecciones
de 1976 nos ilustra claramente las limitaciones de esta aper-
tura y la crisis en que se encuentra la dictadura.

4. LA PROFUNDIZACION DE LA CRISIS

El 15 de noviembre de 1976 se realizaron elecciones en


casi todos los municipios brasileños. A pesar del fuerte conte-
nido localista de que ellas se revisten, el partido del gobierno
las presentó como un plebiscito sobre la «revolución» brasi-
leña, es decir sobre el régimen militar creado por el golpe de
1964. El partido del gobierno tenía mucha razón en plantear
así las cosas. Después de su flagrante derrota en 1974, las elec-
ciones municipales le ofrecían un buen campo para ree.stable-
cer su imagen frente al país. En los 3,968 municipios brasile-
ños involucrados, el partido de oposición «consentida» no tenía
organizaciones y candidatos en cerca de 1,600. Por otro lado,
el ministro de justicia prohibió el uso de los medios masivos
de comunicación para la campaña electoral. Los candidatos
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 141

podrían solamente publicar su nombre o presentar en la tele-


visión su foto y el número electoral correspondiente. Al mis-
mo tiempo el presidente Geisel y sus ministros desarrollaron
una enorme campaña electoral por todo el país apoyando el
partido del gobierno y así los gobernadores de los Estados
pudieron utilizar ampliamente los medios de comunicación
para apoyar el partido oficial.
Asimismo, el gobierno dió un aumento salarial superior
al recomendado por el Fondo Monetario Internacional y retu-
vo en carpeta varias medidas económicas impopulares para
asegurar apoyo electoral.
No faltaron incluso las amenazas de que una victoria
aplastante del MDB (partido de oposición «consentida») sig-
nificaría el fin de los procesos electorales en el país. Amena-
za particularmente significativa por el hecho de que en 1978
se renuevan las cámaras legislativas y los gobiernos estatales.
El MDB se vió así en la difícil situación de que una victoria
electoral a nivel municipal significaría una amenaza a las
elecciones estatales de mucho mayor importancia. En tal cli-
ma electoral, todo indicaba que el ARENA (partido gobernista)
tendría posibilidad de alcanzar el margen para una victoria
electoral bastante amplia sobre el MDB que no podría re-
montar su debilidad organizativa a nivel municipal, la fuerza
de los intereses locales canalizados por los candidatos vincu-
lados al aparato de gobierno y la tendencia natural de gran
parte de los electores más radicalizados o descontentos con el
régimen de votar en blanco o anular sus votos.
El resultado de las elecciones mostró sin embargo que
el desprestigio del gobierno militar era suficientemente am-
plio para permitir al mismo tiempo una elevada votación
para el MDB y un amplio margen de votos blancos y nulos, a
lo que se suma un gran número de municipios sin participa-
ción electoral del MDB (cerca del 400/o), la ausencia de medios
de comunicación para la oposición, etc.
Es necesario señalar la verdadera naturaleza del partido
de oposición «consentida». Lo dirigen en general, viejos polí-
ticos aceptados por la dictadura que forman una amplia fac-
ción conocida por los «adesistas», es decir, los que apoyan de
hecho el gobierno militar pretendiendo realizar una oposición
«constructiva». Sin embargo, en los últimos años este partido
ha logrado canalizar la participación de sectores jóvenes que
han renovado su actitud política pasiva y han puesto en pri-
mer plano un programa de democratización del país, de crí-
142 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

tica al modelo económico concentrador y proimperialista, y de


proposición de defensa de la intervención estatal, de la em-
presa nacional y de la redistribución del ingreso. En este con-
texto, el MDB logró canalizar en las elecciones de 1974 una
buena parte de los votos blancos y nulos que manifestaban
la protesta de la población políticamente consciente del país.
Al no saber utilizar la aplastante victoria electoral alcanzada
en 1974, al intimidarse frente a las presiones del partido
oficial y del propio gobierno que pasó a reprimir sus militan-
tes, destruir secciones enteras del partido, anular el mandato
de varios diputados, vincular sus dirigentes más avanzados
con el clandestino Partido Comunista Brasileño sobre el cual
cayó una violenta ola represiva, al ponerse por lo tanto en
una posición defensiva y bajar sus banderas democráticas el
1VIDB vió disminuir inevitablemente su apoyo electoral.
A pesar de todos estos factores desfavorables para cual-
quier proceso electoral, los resultados fueron indicadores de
un gran descontento popular. Ellos indicaban el 18 de no-
viembre una aplastante victoria del MDB en los principales
centros urbanos del país: S. Paulo (1,500,000 votos para el
MDB, contra 1,000,000 para el ARENA), Río de Janeiro
(950,000 a 420,000), Porto Alegre (276,000 a 147,000) y Belo
Horizonte (138,000 a 113,000). Por otro lado, la victoria del
MDB fue aplastante en los principales centros obreros del país,
particularmente en los municipios vecinos a la ciudad de
S. Paulo (el llamado ABC) o en la ciudad industrial de Contagen,
cerca de Belo Horizonte, donde el MDB ganó con 12,466 votos
en contra de 816 votos del ARENA. De esta manera, los resul-
tados parciales entregaban al MDB 3,407,000 votos en las ca-
pitales de los 21 Estados y territorios brasileños en contra de
2,271,000 para el ARENA. De esta manera, el partido de oposi-
ción lograba neutralizar la enorme ventaja del partido del go-
bierno en los 1,600 municipios en que no competía y también
hay que tomar en consideración los innúmeros votos en blan-
co y cuyo carácter militante en contra de la dictadura es in-
cuestionable. Por la debilidad de ciertos candidatos, el MDB
fue derrotado por ejemplo en Recife, tradicional centro de iz-
quierda en el país, donde los votos blancos y nulos fueron
muy altos y disminuyeron significativamente su expresión co-
mo canalizador del sentimiento opositor. En plano nacional,
el ARENA conseguía 8,955,000 votos en contra de 8,051,000
del MDB. Ventaja inexpresiva que no garantiza de ninguna
manera una victoria electoral en una contienda de carácter

1
1
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 143

político en plano nacional, sobre todo si se suman a la oposi-


ción cerca de 1,600,000 votos en blanco y nulos que no refle-
jan en general una tendencia abstencionista sino una protesta
Niva con palabras de orden reivindicativas y de protesta.
Es así que la dictadura se vió otra vez frente a un claro re-
chazo popular y no podría aceptar la contingencia de una
derrota electoral aplastante en las elecciones estatales de
1978. Se inició en consecuencia, una nueva etapa de golpes
«blancos» que buscaron «reformar» el cuadro partidario por
parte de un gobierno que se ve obligado a mantener una fa-
chada electoral debido a las presiones internacionales que
se ejercen sobre un país que ostenta la mayor deuda externa
del mundo. La situación se hace aun más grave porque la dic-
tadura deberá iniciar una serie de medidas de contención del
crecimiento económico, paralizadas antes de las elecciones pa-
ra obtener los votos necesarios para este «plebiscito» fracasa-
do. Después de 13 arios en el poder, los militares se encuen-
tran en un callejón sin salida; o reforzar aun más la dicta-
dura o aceptar el rechazo electoral, masivo y aplastante.
Después de intentar las más distintas maniobras políticas
para involucrar la oposición consentida, el MDB, en la par-
ticipación de su propio suicidio político, el presidente Geisel
asume la responsabilidad de impedir el acceso de la oposición
al poder estatal y nacional. El presidente del partido del go-
bierno, el ARENA, había propuesto al MDB un acuerdo na-
cional en el cual este partido aceptaría votar una reforma elec-
toral que terminaría con las elecciones directas para gober-
nador de Estado y, en cambio, se crearía un consejo de seguri-
dad que pondría «en reposo» la Acta Institucional No. 5 y po-
dría eventualmente sustituirla si probase su eficacia... Co-
mo el MDB está lleno de hombres del gobierno disfrazados en
oposición tales propuestas fueron manipuladas y defendidas
dentro de este partido hasta que la mayoría de congresistas
democráticos y una fuerte presión de las bases del partido
y de la opinión pública hizo trizas de estos intentos de acuer-
do, que liquidaban la posibilidad de una estrategia oposicio-
nizta coherente en Brasil.
El punto de partida de la nueva crisis fue la reforma ju-
dicial que consagra la dependencia del judicial al ejecutivo
y la falta de garantías constitucionales para los presos polí-
ticos. Utilizando el gran peso obtenido en el parlamento en
las elecciones de 1974, cuando se pudo respirar un mínimo
de ambiente electoral en el país, el MDB rechazó la reforma
144 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

judicial propuesta por el ejecutivo, impidiendo su aprobación


que necesitaría los dos tercios del parlamento. La respuesta
de Geisel era inevitable para una dictadura que sabe ser una
minoría electoral en el país. Utilizando los poderes entre-
gados por la Acta Institucional No. 5, estableció el receso del
Congreso y asumió los poderes legislativos para decretar no
sólo esta reforma judicial sino también aquellas reformas po-
líticas que la oposición se negó a apoyar.
¿Qué puede hacer una dictadura cuando permite la exis-
tencia de un partido de oposición y éste demuestra en dos
elecciones que tiene la mayoría de los votos del electorado?
Quitarse la máscara... Pero las condiciones políticas inter-
nacionales no son favorables a la existencia de una dictadura
abierta. En consecuencia hay que mantener una cierta facha-
da. ¿Cómo resolver este rompecabezas? El general Ernesto
Geisel, su jefe de la presidencia, Golberi de Couto e Silva y
su ministro del Interior, Armando Falcáo se retiraron a su
granja para arreglar el rompecabezas. ¿Y cuáles fueron los
resultados?
Como el partido de la oposición salió del control de los
hombres de paja del gobierno, hay que impedir a toda costa
que pueda llegar al gobierno en los principales Estados de la
federación en las próximas elecciones de 1978. En conse-
cuencia se establecen las elecciones indirectas para goberna-
dor, en las cuales participan no sólo los diputados de las cá-
maras estatales sino también los alcaldes y consejeros muni-
cipales, donde hay mayoría del gobierno por la importancia
de las pequeñas aldeas en tal colegio electoral.
Pero a nivel nacional podría crearse una mayoría parla-
mentaria en el Senado contraria al gobierno, como lo indican
los resultados electorales. En consecuencia el ejecutivo se
reserva el derecho de indicar los senadores en la cantidad su-
ficientemente decisiva de un tercio por cada Estado de la fe-
deración, para ser elegidos indirectamente por el mismo cole-
gio electoral señalado.
Pero esto podría ser aun insuficiente y no asegurar la
mayoría gubernamental. En consecuencia se anticipa la elec-
ción presidencial, votada por un colegio electoral compuesto
por diputados y senadores, gobernadores y diputados de los
Estados para antes de las elecciones estatales de 1978 y se pro-
longa el período de gobierno del próximo presidente. Esto
asegura que éste será elegido por la actual mayoría.
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 145

Y para coronar este minigolpe se impide la propaganda


electoral sin prohibir evidentemente que el gobierno haga su
rrcpaganda por medios masivos de comunicación. Y por si
fuera poco, se refuerzan los dispositivos de censura y la ley de
prensa así como la ley de seguridad nacional que entrega al
gobierno las más amplias prerrogativas para perseguir a sus
c,positores políticos en nombre de la seguridad del Estado. Y
a pesar de todo esto, el gobierno conserva los dispositivos del
Acta Institucional Número 5 que le permiten retirar del
parlamento y del servicio público a quien le parezca, además
de suspender el funcionamiento del congreso y del poder ju-
dicial cuando considere necesario, para ejercer tales poderes
por el ejecutivo. Es exactamente por este procedimiento que
e1 llamado «triunvirato» de Geisel y sus dos ministros preferi-
dos pudo dictar tales «leyes» para ser cumplidas por el pue-
blo brasileño.
De asta manera llegamos a una extraña democracia en la
cual al único partido de oposición, creado por el gobierno, se
le impide ejercer el poder, cuando es más que reconocido su
carácter mayoritario electoralmente, Quizás, para completar
estas «reformas» políticas se proceda a dividir este partido de
manera de asegurar que no pueda convertirse definitiva-
mente en mayoría.
¿Cómo es posible una farsa tan gigantesca? ¿Cómo es
posible que el pueblo brasileño acepte tal humillación? ¿Cuán-
to tiempo puede durar una situación de este tipo? ¿Por cuánto
tiempo la opinión pública mundial permitirá que un gobierno
tan espurio represente frente a los demás gobiernos del mundo
al pueblo brasileño? Para responder a esta pregunta vamos
a recoger una cita del periódico más conservador de Brasil.
Se trata de un editorial del «Estado de Sao Paulo», órgano
de la oligarquía del café, la cual participó activamente en el
golpe de Estado de 1964 y se rebeló en seguida contra los mili-
tares que usurparon el poder que ella siempre creyó que debe
ser devuelto a los civiles. Dice el editorial del 1 de abril de
1977, que comenta el cierre del parlamento y la imposición,
después de 13 arios de poder, de una situación de excepción
para resolver una crisis política que de hecho es permanente:
«No piensen el señor Presidente de la República, ni tam-
poco el poder revolucionario que vuelve a la escena, haber
resuelto los problemas nacionales al imponer la Acta Institu-
cional sobre la Constitución. Como lo hemos dicho en 1968
(cuando se dictó la Acta Institucional Número Cinco), gober-
146 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

liar a una nación de más de 100 millones de habitantes es algo


muy diferente del comando de una división o de un ejército.
Son fuerzas sociales imprevisibles en su comportamiento
muchas veces inconsciente, que se aproximan, coaligan o se
apartan regidas por leyes distintas que las de la maniobra.
Y no podemos dejar de decir, como lo hicimos en las víspe-
ras de sufrir la violencia del arbitrio: ¿Qué es lo que resultará
.le un estado de cosas que tanto se asemeja al desmantela-
miento total del régimen que el señor Presidente de la Re-
pública juzgaba Ger el más conveniente para aquel delica-
dísimo y frágil archipiélago de grupos sociales cuya integri-
dad es necesario mantener? La respuesta errada de 1968 con-
dujo a 1977. El ario 14 de la Revolución se inicia dominado
por las decisiones que vienen de un pasado mal comprendido
y gobierna un futuro incierto».
Y esto es lo que le duele a una oligarquía cuatro veces
centenaria como la de Sao Paulo: los arribistas militares y
los nuevos burgueses aliados a los empresarios internacionales
prepotentes están conduciendo «su» país a lo desconocido, a la
incertidumbre...

5. LAS PERSPECTIVAS DE LA CRISIS

Muchos lectores podrían preguntar: ¿por qué tiene que


recurrir a subterfugios tan complicados una dictadura que
se ha mantenido 13 arios en el poder, sin encontrar una resis-
tencia suficientemente grande para cuestionar su sobreviven-
c:a? Esta es una apariencia de la realidad. En verdad, la dic-
tadura militar brasileña ha sido siempre inestable y su sobre-
vivencia ha sido difícil y costosa. Y las razones son evidentes:
En primer lugar, la dictadura militar nunca consiguió un
apoyo político mayoritario en el país, particularmente en los
principales centros urbanos. Todas las veces que recurrió a
elecciones para consolidar su poder recibió una respuesta ne-
gativa en las urnas. Y esto es verdad aun en el favorable ario
de 1972 cuando estaba en su auge el «milagro brasileño» y la
oposición del MDB completamente desacreditada, pues en este
ario los votos nulos y blancos representaron un porcentaje su-
ficientemente significativo del rechazo popular a la dictadu-
ra. En consecuencia, la dictadura ha sido obligada a recurrir
a nuevas fórmulas de fuerza para borrar los resultados de las
pcqueñas aperturas electorales por ella realizadas. Después de
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 147

3cis elecciones de 1966 tuvo que disolver los partidos políticos,


después de la apertura de 1967-68 tuvo que recurrir a la Acta
Institucional No. 5 para recuperar su equilibrio. Después de la
apertura de 1974-76 tiene que recurrir a la suspensión de fun-
ciones del congreso y a las reformas políticas que impiden el
acceso eminente de la oposición al poder si se mantuviera el
juego electoral. Estos momentos límites fueron siempre pre-
cedidos por intentos de una liberalización controlada y suce-
didos por nuevas y violentas olas represivas. El régimen se
ve así obligado a cerrarse progresivamente imponiéndose su
ala de ultraderecha como resultado de su falta de legitimidad
popular. La dialéctica apertura-represión creciente conduce al
régimen a un callejón sin salida que sus líderes más lucidos
han intentado evitar sin conseguirlo.
En segundo lugar, la falta de legitimidad no es una conse-
cuencia de ningún fenómeno pasajero y controlable por la
dictadura. Ella es la consecuencia de una política del gran ca-
pital cuyo carácter impopular y opresivo no puede tener otra
correspondencia política que la dictadura creciente. No hay
compatibilidad entre las altas tasas de explotación a que están
sometidos los trabajadores brasileños y la expropiación a que
está sometida la mayoría de la pequeña burguesía urbana y
rural y un régimen democrático.
En tercer lugar, en consecuencia de esta ilegitimidad y de
las contradicciones económicas que la generan el régimen
?stä consumido constantemente por disenciones internas entre
las fuerzas que lo sostienen. Y siempre está amenazado por
una posible rebelión de las amplias fuerzas sociales que opri-
me. En este marco de inseguridad, sólo la fuerza y el volunta-
rismo de unas facciones militares y empresariales permiten res-
tablecer la seguridad perdida. Pero el costo de tales actos de
fuerza es el aislamiento progresivo del régimen de la sociedad,
su conversión paulatina en un Vietnam del Sur de Diem, en
una Cuba de Batista, en una Rusia de Nicolás III.
Esta situación empieza a provocar reacciones demasiado
optimistas y no serán pocos los que busquen en los ejemplos
recientes de Grecia, Portugal y España, los posibles modelos
de resolución de la crisis en perspectiva. Para analizar este
problema hay que discutir, en primer lugar, los límites de la
apertura política que el propio régimen viene intentando po-
ner en práctica.
Los hechos demuestran los limites de la apertura a me-
dias y controlada. A cada concesión política, Geisel tiene co-
148 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

mo respuesta una demostración de protesta e irritación po-


pular (la victoria del partido de oposición en 1974, las exigen-
cias salariales obreras de 1975-76, la consolidación de la oposi-
ción en las elecciones de 1976) y en consecuencia tiene que dar
nuevas demostraciones de fuerza por la única vía que le
queda, es decir, la represión (prisión y muerte de casi toda la
dirección del clandestino pero electoralmente actuante Par-
tido Comunista Brasileño después de las elecciones de 1974,
expulsión del Congreso de los diputados más combativos de la
oposición, nuevas prisiones de militantes de izquierda y asesi-
nato de otros, amenazas de cierre de las concesiones realizadas
etc.). La dialéctica entre apertura y represión continúa siendo,
pues, la lógica necesaria de un sistema político con una mí-
nima base social activa, inmerso en una crisis económico-so-
cial, política e ideológica que perjudica su eficacia y empieza
a preocupar a las mismas fuerzas que le dieron origen. Naci-
do de la unión de la gran burguesía internacional y local, con
el apoyo de importantes sectores de las clases medias asusta-
das con el ascenso de los trabajadores y la siempre utilizada
«amenaza comunista», apoyados por la iglesia y montados en
un fuerte dispositivo militar nacional e internacional (las re-
cientes revelaciones de los papeles del embajador norteame-
ricano en Brasil en 1964, pusieron al desnudo la participación
norteamericana en el golpe, incluso con su marina de guerra
en las costas brasileñas preparadas para un desembarco en
apoyo de los rebeldes en contra de Goulart), el régimen mili-
tar encuentra hoy la oposición abierta de la Iglesia, de los
empresarios y del gobierno norteamericano. Y hasta los ban-
queros norteamericanos aseguran su disposición de disminuir
los créditos a un país cuya economía no garantiza los medios
cte pagarlos. Tales actitudes reflejan una preocupación crecien-
te de los creadores con su propia criatura. Pero, ¿poseen ellos
15s elementos para generar una alternativa?
Los ejemplos de Grecia, Portugal y España son impor-
tantes. En estos países, la crisis social y política demostraba
la debilidad del esquema dictatorial. El imperialismo y las
f uerzas dominantes locales buscaron crear los instrumentos
de reemplazo y a través de ellos lograron controlar hasta el
momento las oleadas democráticas que sucedieron a la caída
del viejo régimen. El susto con la experiencia portuguesa les
ha demostrado que hay que armar estas alternativas cuanto
antes y no dejarse sorprender por las masas. Pero la resis-
tencia de los aparatos de poder es un fenómeno importante y
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 149

los obstáculos que levantan los grupos más identificados con


el aparato represivo no pueden ser despreciados. Asimismo,
las clases dominantes no pueden despreciar también la ne-
cesidad de disponer de instrumentos de fuerza para contener
una insatisfacción social cuyos orígenes ellas no pueden erra-
dicar, pues son una consecuencia de la conservación del pro-
pio sistema económico-social en que se apoyan. Por esto, es
natural que estos esquemas liberalizadores se queden en tími-
das manifestaciones de presión, las que sólo pueden asumir un
carácter efectivo cuando son acompañadas de movimientos
de masa suficientemente fuertes y de demostraciones de ca-
pacidad de actuación autónoma de las masas. Sólo en circuns-
tancias de clara demostración de una capacidad de contesta-
ción popular significativa e incontrolable es cuando la oposi-
ción liberal se anima a participar en una presión más decisiva
sobre las fuerzas cuya ceguera política impide abrir un cauce
para la protesta al interior del sistema económico-social exis-
tente.
La ausencia de un movimiento de masas políticamente
autónomo en Brasil es, pues, el factor que más favorece la
conservación del régimen represivo e incita la oposición libe -
r1 a la negociación con el régimen aceptando una «apertura
controlada » , dirigida por el propio Geisel, mientras, de otro
;ado, las fuerzas abiertamente fascistas se reagrupan y presio-
nan en contra de las concesiones liberales. Estos hechos indi-
can que la actual ofensiva liberal en Brasil no tiene el aliento
suficiente para producir una apertura política profunda in-
mediata. Pero éste puede ser el comienzo de una nueva etapa
de la lucha política en Brasil en la cual deberán renacer mu-
chos elementos políticos de situaciones anteriores, que a pesar
de sus fracasos, fueron históricamente comprobados en
31.1
capacidad organizativa del movimiento popular brasileño.
La situación brasileña no es aún aquella que llevó a la
caída de las dictaduras griega y portuguesa y la que está con-
duciendo en España a una apertura política de amplias conse-
cuencias históricas. Pero ¿no será exactamente esta dialécti-
ca entre la profundidad de la crisis brasileña, los esquemas de
reforma desde arriba de la clase dominante, las vacilaciones de
este esquema y el fortalecimiento de tendencias de derecha, la
'ncapacidad de encontrar una canalización política inmediata
para la inquietud popular, en fin, esta contradicción entre la
profundidad de las aspiraciones de transformación social del
pueblo brasileño, su impotencia política actual, y la consecuen-
150 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

te vacilación, morosidad, limitación de la política de apertura


de la clase dominante, no será la maduración de esa contra-
dicción un factor explosivo en la realidad brasileña? ¿No será
:a maduración de esa contradicción la base de la originalidad
de la caída futura de la dictadura brasileña? ¿Y no será en
consecuencia una caída mucho más ruidosa que los modelos
señalados? El tiempo es buen consejero, dice el didho popular.
Pero — ¿quien aprovechará sus consejos en Brasil?
Los recientes movimientos estudiantiles en S. Paulo, Rio
y otras ciudades importantes del país indican el renaci-
miento del movimiento popular. El planteamiento por el par-
tido de oposición de la convocación de una constituyente pre-
cedida por una amnistía general y la eliminación de la Acta
Institucional Número Cinco y la creación de condiciones demo-
cráticas para las elecciones constituyentes indican un cre-
ciente sentimiento ofensivo del movimiento democrático. La
concentración táctica de los esfuerzos de casi todos los parti-
dos y organizaciones populares en la lucha democrática por
la derrumbada de la dictadura es una demostración de madu-
ración política que está de acuerdo con el sentimiento general
de las grandes masas. El surgimiento de un documento de 110
coroneles democráticos exigiendo una Asamblea Constituyente
y la democratización del país, revela que la lucha democrática
penetra en el interior de las Fuerzas Armadas. Y asimismo la
aparición pública de varios pre-candidatos militares y civiles
a la presidencia indica la intensidad de la lucha interna en las
Fuerzas Armadas y en la clase dominante. Pero no hay que
.superestimar las fuerzas democráticas que recién retornan la
ofensiva y se encuentran débilmente organizadas ni se debe
tampoco subestimar la capacidad de resistencia de la derecha
militar y sus bases económicas y sociales.
Pero los hechos parecen indicar que el pueblo no se de-
jará intimidar por nuevos pasos derechistas. Al cierre político
efectuado por Geisel al clausurar provisoriamente el parla-
mento y establecer sus «reformas políticas» ha seguido una
nueva oleada de protestas populares. Los nuevos actos de fuer-
za podrán ser igualmente ineficaces en sus objetivos de intimi-
dación y significar de hecho nuevas demostraciones de debili-
dad real y estimular en consecuencia un nuevo crecimiento
del movimiento popular. De esta dialéctica podrá resultar a
mediano plazo una caída violenta y ruidosa del pilar de las
BRASIL: LA CRISIS DE LA DICTADURA 151

dictaduras latinoamericanas actuales que posee además fuer-


tes ramificaciones en Africa. La importancia de esos aconte-
cimientos debería mantener vivo el interäs de las fuerzas po-
pulares y de la opinión pública internacionales.
Theotonio DOS SANTOS
RESEÑA DE LIBROS

Josip Broz Tito: La LCY en la nueva etapa de


desarrollo de la autogestión
socialista

«No somos un Partido que se impone a la sociedad, que


quiere mandar. Somos un Partido que escucha y que tiene que
escuchar el pulso del p ueblo, que tiene que sentir lo que desea
el pueblo, pero también ver más allá, como fuerza ideológi-
co-política rectora. Tiene que participar en la praxis cotidia-
na.Los comunistas no pueden dedicarse solamente a la ideolo-
gía sino que tienen que dedicarse también a la praxis, tienen
que comprobar todo eso en la práctica>,.
Josip Broz Tito

El primer libro de la colección « Teoría y praxis política» ini-


ciada por el Centro de Estudios Políticos y Educación Marxista
del Comité de la Provincia de la Liga de los Comunistas de Voj-
vodina /leva por título »La LCY en la nueva etapa de desarrollo
de la autogestión socialista». Se trata de una antología de textos
de Josip Broz Tito del periodo entre el IX Congreso de la LCY
hasta fines de 1976. Los textos fueron seleccionados y clasificados
en cinco partes temáticas por dr Aleksandar Sekulovie.
En la primera parte introductoria del libro figuran los textos
de los trabajos, discursos y entrevistas relativos al 50 aniversario
de lucha revolucionaria del Partido Comunista, o sea de la Liga
de los Comunistas de Yugoslavia. Se trata, efectivamente del testi-
monio de Tito sobre la rica historia de nuestro Partido.
La segunda parte del libro »La lucha por el papel revolucio-
nario de la Liga de los Comunistas», contiene los discursos de Tito
sostenidos entre el Noveno y el Décimo Congreso de la LCY.
En la parte intitulada »La lucha por el ulterior desarrollo de
la autogestión socialista en nuestro país y el papel de la Liga de
1

RESEÑA DE LIBROS 153

los Comunistas de Yugoslavia» contiene la ponencia del compa-


ñero Tito en el Décimo Congreso de la LCY.
La cuarta parte del libro «Realización de las decisiones del
Décimo Congreso» contiene quince discursos del Presidente soste-
nidos desde el Décimo Congreso hasta fines de 1976.
En la última parte, intitulada «Contribuciones a la paz, la
igualdad de derechos entre las naciones y al progreso social» se
publican los discursos de Tito en Helsinki, Berlín y Colombo.
La parte central en este libro de trabajos de Josip Broz Tito
está dedicada a sus ideas sobre la posición revolucionaria de la
Liga de los Comunistas en nuestra sociedad en nuevas condiciones,
sobre la necesidad de una diferenciación permanente en la LCY y
consolidación de las filas del Partido, o sea de su depuración de
individuos que no actúan sobre la línea del Partido como un pro-
ceso duradero. En ese período histórico de desarrollo de nuestra
sociedad socialista autogestora (del Noveno Congreso de la LCY
hasta fines de 1976) ésta ha sido, como siempre, una necesidad y
condición previa para que la clase obrera de Yugoslavia se capa-
cite para dar un nuevo salto cualitativo a una fase superior de
relaciones sociales socialistas autogestoras señalada por la nueva
Constitución de la RSFY y el Décimo Congreso de la LCY. La
lucha que ha encabezado y sigue encabezando Josip Broz Tito al
frente de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia por esa socie-
dad nueva, y con ello mismo en contra de las distintas tendencias
negativas que se hallan sobre la vía del desarrollo de nuestras re-
laciones sociales no podía terminarse «de la noche a la mañana».
Se trata de un proceso de larga duración. Sus inicios se hallan ya
en los discursos del Presidente inmediatamente posteriores al No-
veno Congreso, Esa acción recibe su pleno impulso y adquiere
rasgos ideológico-políticos y de acción claros después de la co-
nocida 21. Reunión de la Presidencia del CC de la LCY y de la
Carta de Josip Broz Tito y del Buró Ejecutivo de la Presiden-
cia de la LCY.
De un texto a otro el lector de este libro advierte en forma
cada vez más clara las relaciones en nuestra comunidad social y
las fuerzas sociales organizadas, ante todo en la Liga de los Co-
munistas después del Noveno Congreso. La «distribución» de los
oponentes de la autogestión, empeñada al comienzo por las nume-
rosas «tesis» relativas a la autogestión y la posición de inmovili-
dad de la Liga de los Comunistas, se hace cada vez más evidente
y se revela en toda su fisonomía. Las «tesis» relativas a la auto-
gestión con una Liga de los Comunistas que se mantendría apar-
tada, vivieron —en una u otra forma— casi por dos decenios; gra-
cias a ellas, aprovechando la cada vez más fuerte democratización
de las relaciones dentro de nuestra sociedad, las fuerzas antiauto-
gestoras ofrecían en lugar de la autogestión otros conceptos — des-
de los estatistas hasta los anarcoliberalistas. Pero no podía
pasarse con tales ideas frente a una Liga de los Comunistas fuer-
te en materia de ideología y de acción. Por eso la Liga de los Co-
munistas se convierte en la meta principal de sus ataques con los
que tratan de diluirla por dentro. Todas esas anti-fuerzas tra-
taban en realidad de afianzar sus posiciones dentro de ella, todas
se declaraban verbalmente a favor de los intereses de la clase
obrera mientras que cada una trataban de desarrollar su concepto,
154 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

bloquear el movimiento social autogestor y de llevar a cabo una


lucha encubierta por el poder. Y puesto que la acción de la Liga
de los Comunistas fue apaciguada lo demás en nuestra sociedad
llevaba también a la inercia. La prensa publicaba numerosos dis-
cursos, se amontonaban análisis y ponencias «cada una mejor que
otra», se determinaban las coordenadas de la situación social, eco-
nómica y política, en todas partes resultaba claro qué es lo que se
necesita y qué es lo que no está bien, pero no había acción. Frente
a esa situación Tito levanta la voz y dice: «En los últimos años la
Liga de los Comunistas ha sido bastante inerte»; exige la unidad
en las filas de los comunistas, la disciplina, el respeto estricto del
principio del centralismo democrático, demanda la acción de la
Liga de los Comunistas y la superación de la praxis de discusio-
nes largas sin conclusiones. Esta fue una nueva invitación a la
lucha en contra de la enfermedad que había comenzado a intro-
ducirse en la Liga de los Comunistas por la puerta lateral y que
había sido vencida por la acción enérgica de Tito en los años
treinta — la enfermedad del fraccionismo. Al hablar de ello en la
ponencia en el Décimo Congreso, el compañero Tito dijo que
«...después del Noveno Congreso había surgido la amenaza de que
las fracciones se consoliden en forma organizada en las filas de la
Liga de los Comunistas, en algunas direcciones, que impongan
su plataforma. El nacionalismo, el unitarismo y el liberalismo se
han convertido en sus expresiones ideológicas. Las fracciones tra-
taron luego de introducir en la LCY la lucha política por el
poder y de transponerla, recurriendo a lemas demagógicos entre
las extensas masas populares, particularmente entre la juventud.
Los fraccionistas trataron de manipular con algunos organismos
de la dirección y particularmente con los medios de información
pública, privatizar la política de cuadros. Calumiaban a distin-
guidos combatientes de nuestra revolución utilizando desinfor-
maciones y distintas intrigas» (p. 432).
Naturalmente, en tales condiciones la autogestión también te-
nía que estancarse. Sus oponentes reales seguían jurándole lealtad
en forma verbal mientras que trabajaban cada vez más como si la
autogestión tuviera que esperar el desarrollo de las fuerzas de
producción para progresar ;más rápido supuestamente! Si se
mencionaba en esos círculos el objetivo de que la clase obrera en
su totalidad domine el proceso de la reproducción social y que la
autogestión abarque todas las esferas de la vida social — en la
praxis se hacía lo contrario. Surgía la conocida «autogestión» de
determinadas estructuras «en nombre de la clase», en realidad a
costa suya. Al debilitar la posición de la clase obrera dentro de la
sociedad se debilitaba también su papel.
Se habían abierto las puertas para muchas penetraciones ne-
gativas. «Tomaban vuelo muchas diferencias sociales injustifica-
bles, los fenómenos de enriquecimiento y de privatización, hasta
los distintos tipos de abuso y de crimen. La inestabilidad en la
economía empezó a reflejarse no sólo sobre la situación econó-
mica y el nivel de vida sino también en el estado de ánimo polí-
tico en el país. Esto se reflejaba también sobre las distintas esfe-
ras de superestructura social, donde sobre todo tomaban vuelo las
tendencias negativas, en sustancia antisocialistas. Todo esto co-
menzó a amenazar el curso de nuestro desarrollo socio-político y
RESEÑA DE LIBROS 155

1 empañar los enormes resultados que han alcanzado hasta ahora


nuestros trabajadores y que están alcanzando cotidianamente con
sus esfuerzos creadores » (pág. 335).
Y es lo que de hecho las fuerzas antiautogestoras estaban tra-
tando de obtener. Su objetivo era causar las mayores dificultades
posibles, acompañadas de conflictos, para poder presentarse como
protectoras sea de una nación, sea de determinada s estructuras de
la clase obrera. Tito desenmascara todo eso en forma resuelta y lo
advierte ya en esa época. He aquí algunas de esas advertencias
tomadas del libro:

SOBRE LA CRITIQUIZACION

«...hay bastante critiquización. Se critica todo. Pues bien, hay


que criticar lo que no está bien dentro de sus marcos y fuera de
ellos, y hay que contribuir también con algo positivo. Entre noso-
tros es muy frecuente el caso de que critiquen los que no asu-
men ninguna responsabilidad . Es fácil criticar cuando no se asu-
me la responsabilidad ». Sabac, el 23 de octubre de 1969. (pág. 124.).

SOBRE EL FENOMENO DE FRACCIONISMO


«Tengo que decirles, compañeras y compañeros, que he obser-
vado que hay individuos que juegan fácilmente con ataques, ora
sobre una ora sobre otra dirección. Esos ataques irresponsables
huelen a fraccionismo. » Zagreb, el 15 de diciembre de 1969. (pág.
144.).

SOBRE LA LENTITUD EN LA SOLUCION


DE LOS PROBLEMAS
«Quisiera hacer hincapié aquí en una seria tendencia negativa
en el pasado, es decir la lentitud en la solución de los problemas.
Nosotros nos hallamos en una fase de desarrollo en la que no te-
nemos suficiente tiempo. El tiempo no trabaja para nosotros sino
en contra de nosotros. » Belgrado, el 31 de octubre de 1970. (pág.
61).

SOBRE EL NACIONALISMO
«La situación en Croacia no es buena. Recibo informaciones
de ello de distintas partes. Croacia se ha convertido en el proble-
ma clave en el país también en lo que se refiere a los excesos del
nacionalismo . Los hay en todas las repúblicas pero lo peor se da
aquí. No basta atacar y responder en los mitines, amenazar con dis-
cursos en los initines no lleva a nin g una parte. Esta es una
cuestión de lucha de clases, si vencerá el socialismo o el naciona-
194).
lismo » . Zagreb, el 3 de julio de 1971 (pág.

-4
156 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

SOBRE LAS RESISTENCIAS DE LAS FUERZAS


ANTIAUTOGESTORAS
«Nos topamos con obstáculos y
tiautogestoras y a ntisocialistas, con relesistencias de las fuerzas an-
chauvinismo y el conserva-
durismo, con la espontaneidad a n arquizante p
equeño burguesa que
nos arrastra hacia atrás, con p osiciones del enemigo de clase derro-
tado. Esas fuerzas no son numerosas pero abusan de nuestra de-
mocracia, y de vez en cuando se manifiestan en voz alta.» Kar-
lovac, el 9 de octubre de 1971. (pág. 208).
La diferenciación ideológ ico-política culminó con la conocida
XXI Reunión de la Presidencia del CC de la LCY. El nacionalis-
mo era la meta. Pero también todas las demás tendencias antiau-
togestoras de nuestra sociedad. Esto se refiere ante todo al fenó-
meno del liberalismo — la causa de muchas ex p eriencias pagadas
a alto precio. En los discursos del presidente Tito, p ronunciados en
esa época, hay una idea conductora: los comunistas tienen que es-
tar unidos para tener la
unidad de nuestras naciones y nacionalida-
des. La unidad ideológica y de acción establecida de la Liga de los
Comunistas triunfó en el Décimo Congreso de la LCY.
Al calificar la acción resuelta de la Liga de los Comunistas
con motivo del Ah° Nuevo 1973, el compañero Tito declaró: «Con
ese fin, hemos identificado claramente y entrado en la lucha en
forma más resuelta con el enemigo de clase y con todos los con-
trarios de nuestro sistema autogestor. La batalla en contra del
nacionalismo, que hemos iniciado en forma más resuelta el año
anterior, ha sido proseguida con éxito el año pasado. Hemos ases-
tado también el golpe decisivo al liberalismo que debilitaba el
poder de acción de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia,
facilitando de esa manera la actividad y las p enetraciones del
enemigo de clase. Hemos reforzado la lucha contra el tecnocra-
tismo que amenazaba con imponerse a los p roductores directos,
infligiendo daño a la autogestión. Naturalmente, no han atenua-
do nuestros esfuerzos permanentes en la eliminación de las fuerzas
burocráticas, dogmáticas y otras fuerzas antiautogestoras». pág.
329).

El nuevo libro de Josip Broz Tito «La LCY en la nueva etapa


de desarrollo de la autogestión socialista» constituye ante todo el
testimonio auténtico del Presidente de la Liga de los Comtínistas
sobre la continuidad revolucionaria de la LCY en la lucha por
la realización de los objetivos históricos y de los intereses de la
clase obrera, sobre la fuerza de nuestro Partido para superar to-
dos los obstáculos y orientar la acción sobre la vía auténticamente
revolucionaria en la lucha por la transformación real de nuestra
sociedad. Al mismo tiempo este libro muestra que el compañero
Tito, como revolucionario y como marxista, inicia constantemente
también un gran número de cuestiones importantes de interés
para el ulterior desarrollo de la Liga de los Comunistas y de nues-
tra comunidad socialista. El pensamiento de Tito sobre la Liga
de los Comunistas y los problemas actuales de nuestro desarrollo
socio-económico y político, publicado de esta manera, representa
RESEÑA DE LIBROS 157

una lectura preciosa e indispensable para todos los miembros de


la Liga de los Comunistas y todos los jóvenes que adhieren cada
día a sus filas. Varias ideas de Tito tienen que recalcarse por eso:

NECESITAMOS UN PARTIDO DE VANGUARDIA

La Liga de los Comunistas —como la vio hace más de 40


años Tito— tiene que ser la vanguardia capaz, fuerte, resuelta
de la clase obrera para poder enfrentarse a los numerosos pro-
blemas vitales. De allí que «la Liga de los Comunistas es un ejér-
cito que ha de luchar, y no una organización en la que se conce-
den premios». (pág. 197).
En los discursos y las intervenciones de Josip Broz Tito rela-
tivos a la Liga de los Comunistas predominan las siguientes ideas
y posiciones:
La Liga de los Comunistas tiene que ser siempre una fuerza
vigorosa. No en número sino en calidad. Para serio, en la Liga
de los Comunistas debe darse la unidad de ideas y acciones. La
Liga de los Comunistas «tiene el derecho de injerir en todo y
siempre cuando veamos que algo no va de acuerdo con lo que
hemos fijado en nuestro Programa».
En la Liga de los Comunistas debe respetarse consecuente-
mente el principio del centralismo democrático. «Entre nosotros
podemos discutir, pero una vez que hayamos llegado a las con-
clusiones, cuando las acepte y apruebe la mayoría — entonces to-
dos tienen que realizarlas, satisfechos o no con ellas. Nosotros que-
remos una tal disciplina». (pág. 202).
En la Liga de los Comunistas no puede haber lugar para los
que no desean luchar y para los que no son capaces de actuar
en el pueblo con el propio ejemplo. De la misma manera que lo
hacían en el pasado los comunistas y los miembros de la Juven-
tud Comunista ! en la guerra de liberación. Este pensamiento de
Tito se halla en casi todos sus textos. En el momento de reite-
rarlo Tito añade: «Nuestra primera tarea es la de depurar nuestras
filas» (pág. 264). En Prijedor, en el discurso con motivo del tri-
gésimo aniversario de la batalla sobre el Kozara, el presidente
Tito habla claramente sobre la necesidad de que la Liga de los
Comunistas depure sus filas de los oportunistas de todo tipo.
«Nosotros necesitamos combatientes, revolucionarios, los que sabrán
luchar por un mejor mañana, y no los que ocupan cargos e im-
piden que vayamos hacia adelante con más rapidez.» (pág. 268).
Ser miembro del Partido para Tito no significa aún ser co-
munista. «Porque a los comunistas se les exige mucho». (pág. 253).
Por esas razones presta una gran atención a la admisión en la

Miembros de la juventud comunista — (miembros del SKOJ) Unión


de la Juventud Comunista de Yugoslavia. El SKOJ es la organización sur-
gida bajo el influjo de la creación del Partido Comunista de Yugoslavia
en las condiciones del incremento de la situación revolucionaria después
de la victoria de la Revolución de Octubre. La conferencia fundadora fue
celebrada en Zagreb en octubre de 1919. En diciembre de 1948 el SKOJ se
unió a la Juventud Popular de Yugoslavia, organización surgida durante
la Lucha de Liberación Nacional que reunía a las extensas masas de ju-
ventud de orientación antifascista. La organización unitaria recibió el
nombre de Juventud Popular de Yugoslavia (nota de la redacción).

A
158 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

Liga de los Comunistas y habla claramente sobre los criterios:


« ...primordialmente la pertenencia a la clase obrera, luego el cono-
cimiento del Programa de la Liga de los Comunistas y el atenerse
a ese Programa. La Liga de los Comunistas no necesita los que
no se hallan sobre ese curso» (pág. 198). Deben admitirse en la
Liga de los Comunistas los hombres de mayor confianza, los mejo-
res obreros. Jamás estuvo preocupado cuando se admitían am-
pliamente a las filas de la LC los obreros. Pero cuando se «ins-
cribía» en la Liga de los Comunistas Tito reaccionó y aclaró: «Este
tipo de admisión en la LC no es bueno, estas admisiones con cla-
veles, la creación de un Partido masivo. No somos un partido
social-demócrata, somos un partido revolucionario.» (pág. 195).
Con frecuencia habla Tito sobre la afiliación al Partido y las vir-
tudes indispensables de todo comunista. Para Tito la pertenen-
cia al Partido Comunista consiste en el respeto absoluto y el
cumplimiento de las decisiones del Partido, y en la vida privada, en
el comportamiento que sirve de ejemplo. Y al tratarse de las
virtudes de un comunista «ante todo, esto es figurar en las pri-
meras filas de la lucha por la autogestión socialista, del entendi-
miento de las condiciones, la esencia y los cursos reales de nues-
tros movimientos revolucionarios. Al mismo tiempo esto supone
el culto de cualidades personales que siempre han caracterizado
a los comunistas como lo son la modestia, la abnegación, el al-
truismo, el empeño por la victoria de lo que es progresista y
humano. La autocrítica y la participación fundada en los princi-
pios en la lucha de opiniones también tienen que caracterizar al
comunista. Con sus obras debe confirmar sus palabras. No consi-
dero comunista al que está verbalmente de acuerdo con las deci-
siones mientras que en la práctica hace lo contrario, como hemos
tenido en cierta época bastantes casos.» (pág. 435).
Una aclaración más de Tito es cristalmente precisa: «La Liga
de los Comunistas de Yugoslavia es una organización unitaria
no obstante haya ligas en las repúblicas.» (pág. 155). Conforme
a las palabras de Tito la actividad ideológico-política y el papel
ideológico-político cíe la Liga de los Comunistas no soporta límites
en las repúblicas, locales o de otro tipo. La Liga de los Comu-
nistas es, en una palabra, la organización unitaria de toda nues-
tra comunidad.

TITO EXIGE LA DISCIPLINA


En los discursos del presidente Tito contenidos en esta anto-
logía se ha pronunciado en un lenguaje claro, e/ de Tito, el pen-
samiento: /os comunistas tienen que ser disciplinados. Esta regla
resulta particularmente válida para los comunistas dirigentes. Si
no viven con el pueblo, no escuchan sus aspiraciones, no hacen
todo para resolver los problemas, los dirigentes simplemente no
pueden ser dirigentes. En el período anterior al Décimo Congreso
el compañero Tito ha advertido muchas veces: «...no hay suficiente
disciplina entre los comunistas y particularmente entre los co-
munistas dirigentes» (pág. 111).
Para que se afiance la disciplina entre los comunistas, la
responsabilidad debe recalcarse en forma permanente. «No puede
RESEÑA DE LIBROS
159
cederse o dejar que las cosas tomen su curso. La familiaridad es
inadmisible.» (pág. 108). Tito señala constantemente la impor-
tancia de la crítica social, particularmente de la autocrítica, como
componente que pueden afianzar la personalidad del comunista,
la personalidad del revolucionario. Los comunistas no pueden
comportarse burocráticamente y resolver con papeles los proble-
mas. Los papeles, como los llama Tito, deben escribirse. No se
puede sin ellos, pero hay que hacerlos de manera a que «conten-
gan nuestra praxis y nuestras decisiones y que estén escritos de
modo a que todo hombre pueda entenderlos. „» (pág. 115). Además,
todos los trabajos del presidente Tito contenidos en este libro
están escritos conforme a esta exigencia: clara, comprensible-
mente y entendible para todo hombre nuestro.
Tito advierte y llama la atención no sólo sobre los peligros
burocráticos sino también sobre los fenómenos de que en algunas
empresas nuestras el tecnocratismo y el gerentismo están amenazan-
do la autogestión. En estos fenómenos él ve la expresión de la
desconfianza en las capacidades de nuestra clase obrera y de los
trabajadores para dominar la totalidad de las relaciones de la
producción.

LA MULTINACIONALIDAD — NUESTRA VENTAJA

Un período, del cual también hay trabajos del compañero


Tito seleccionados para la antología, había sido caracterizado por
la ola de tendencias nacionalistas. Porque las fuerzas anti-
autogestoras precisamente sobre este terreno habían mostrado la
mayor tenacidad en los intentos de socavar la fraternidad y la
unidad de nuestras naciones y nacionalidades. Con ello anhelaban
poner en tela de juicio las conquistas fundamentales de nuestra
revolución; el presente y el futuro de Yugoslavia. De allí la ac-
ción resuelta de la Liga de los Comunistas sobre todo antes y
después de la XXI Reunión de la Presidencia del CC de la LCY
en el desenmascaramiento del nacionalismo, liberalismo y todas
las demás tendencias negativas. El pensamiento de Tito se ex-
presaba en palabras claras: «la composición multinacional de la
Yugoslavia socialista constituye nuestra ventaja». En la visión
de Tito de Yugoslavia todas las naciones y nacionalidades se
manifiestan libre y equitativamente. Pero al mismo tiempo éste
es un país en el que todos se sienten — yugoslavos. He aquí lo
que dice acerca de ello el compañero Tito en Ljubljana el 11 de
diciembre de 1969 al recibir el título de doctor honoris causa:
«Tenemos que recalcar con más fuerza Yugoslavia. Somos Eslo-
venos, Croatas, Serbios, Macedonios, Montenegrinos y otros, pero
al mismo tiempo todos somos yugoslavos, todos somos ciudadanos
de la Yugoslavia socialista. En ese sentido tenemos que fortalecer
el espíritu de pertenencia a la comunidad socialista yugoslava
de naciones y nacionalidades iguales en derechos. Así que no se
trata de lo yugoslavo bajo la acepción unitarista, que niega a
las naciones o trata de reducir su papel. En contra del espíritu
yugoslavo bajo la acepción unitarista hemos luchado enérgica-
mente y tenemos que luchar también en el futuro en contra de
toda y hasta la menor tendencia unitarista que lleve en sí el
160 CUESTIONES ACTUALES DEL SOCIALISMO

hegemonismo de cualquier nación. Se trata de la necesidad de


ahondar los conocimientos sobre la pertenencia a Yugoslavia, y
que el afianzamiento de nuestra comunidad yugoslava es asunto
de todas nuestras naciones y nacionalidades y que solamente como
tal es capaz de garantizarles la prosperidad y el futuro real.»

En la parte introductoria del libro de Josip Broz Tito «La


LCY en la nueva etapa de desarrollo de la autogestión socialista»
figuran cuatro ponencias suyas de gran importancia en el ario
de la celebración del 50 aniversario de la lucha revolucionaria de
la Liga de los Comunistas de Yugoslavia. Estas son: la ponencia
en la sesión solemne del Noveno Congreso dedicada al 50 aniversa-
rio de la LCY, la entrevista a la Radio-Televisión de Belgrado
en ocasión del 80 aniversario de vida y 35 aniversario de estar
a la cabeza del Partido, el discurso en la celebración del 30 ani-
versario del CALNY (Consejo Antifascista de Liberación Nacional
de Yugoslavia2) y la entrevista a la Radio-televisión Yugoslava
con motivo del 35 aniversario de la victoria sobre el fascismo.
Todos estos textos representan una importante lectura en
este año jubilar cuando toda nuestra comunidad celebra el 85
aniversario de vida y el 40 aniversario de la llegada del compa-
ñero Tito al frente del Partido. En la ponencia «Cincuenta años
de lucha revolucionaria de los comunistas de Yugoslavia», presen-
tada en la sesión solemne del Noveno Congreso, dedicada al cin-
cuentenario de la LCY, el compañero Tito ha bosquejado sobre
uno espacio reducido el difícil pero glorioso camino de desarrollo
de nuestro partido revolucionario obrero en las condiciones de
la incesante lucha por la libertad, independencia y transforma-
ción social socialista de Yugoslavia.
La última, quinta parte del libro, contiene tres trabajos signi-
ficativos relativos a la política exterior. Estos son: el discurso
en la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación Europea en
Helsinki («Un gran momento en la historia de Europa»), el dis-
curso en la Conferencia de los Partidos Comunistas y Obreros
de Europa de Berlín («La praxis del socialismo no dispone de
soluciones prontas y dadas para siempre») y el discurso en la
Quinta Conferencia de Países no alineados de Colombo («Una
visión del mundo cuya realización no puede impedirse»).
Aunque esta parte del libro es la más pequeña por su volu-
men, expone en forma extraordinariamente precisa todas las posi-
ciones básicas de la política yugoslava exterior y los puntos de
vista de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia sobre los prin-
cipios de las relaciones entre el movimiento obrero y comunista.
En la selección de textos se siente un cierto simbolismo y se ve
además la figura de Tito en el mundo: Tito — luchador consecuen-
, CALNY — AVNOJ (Consejo Antifascista de Liberación Nacional de
Yugoslavia) fundado en su primera Reunión en noviembre de 1942, en Bi-
haC. como organismo representativo popular más amplio de la Lucha de
Liberación Nacional y como forma inicial del organismo representativo
supremo de la nueva Yugoslavia. Este organismo celebró dos reuniones
más y eso: en Jajce, en noviembre de 1943, y en Belgrado, en agosto de
1945, cuando se transformó en la Asamblea Popular Provisoria (nota de la
redacción).
RESEÑA DE LIBROS 161

te por la paz; Tito — uno de los fundadores del movimiento de


no alineamiento; Tito — luchador tenaz por relaciones equitativas
en el movimiento obrero y comunista en el mundo.

Después de leer el libro de trabajos de Josip Broz Tito


«La LCY en la nueva etapa de desarrollo de la autogestión so-
cialista» el lector tiene que volverlo a abrir. De esa manera ten-
drá más facilidades en la acción, advertirá más pronto las defi-
ciencias y corregirá sus propios errores.
Y al pie de la página 39 probablemente observará una vez
más un recuerdo de Tito sobre 1936:
(...) «Le dije a Dimitrov que el partido yugoslavo corregiría
las deficiencias que tenía y que se convertiría en un auténtico
partido revolucionario.»
La Liga de los Comunistas lo ha hecho. Encabezada por
Josip Broz Tito. Cuatro decenios Tito y el Partido están firmes
sobre el auténtico curso revolucionario. Gracias a ello no sólo he-
mos obtenido y preservado la independencia sino que hemos rea-
lizado una radical transformación social, hemos asegurado un
desarrollo envidiable y obtenido un gran prestigio en todo el
mundo.
Vitomir Sudarski
(Traducción: D. Soldatie)
1P

EN LOS PROXIMOS NUMEROS

• Sobre algunas cuestiones fundamentales del


internacionalismo de la clase obrera hoy
• Raíces históricas y sentido de la autogestión
• Reflexiones sobre el nuevo orden económico
• La autogestión en la cultura

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