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TECNICA ALEXANDER

La técnica Alexander es un método práctico desarrollado por FM Alexander (1869


- 1955) que ayuda a mejorar el "uso que hacemos de nosotros mismos", es decir a
tratar mejor nuestro cuerpo.

Se trata de poder usar nuestro cuerpo de una forma nueva: en las actividades de
la vida diaria, en casa, en la escuela en el trabajo, en el deporte, etc., reduciendo
las tensiones excesivas y mejorando la coordinación, la fluidez en el movimiento,
el equilibrio y la respiración.

Un viaje apasionante hacia nuestro interior que nos ayudará a deshacernos poco a
poco de los hábitos y tensiones que nos provocan desasosiego y malestar.

Está basada en el principio de que cada uno de nosotros funcionamos como un


todo. El profesor enseña cómo aprender conscientemente a prevenir los hábitos
que nos perjudican (como por ejemplo: excesiva tensión muscular y esfuerzo a la
hora de realizar nuestra actividad diaria).

Como estas tensiones o "agarrotamientos" se producen repetidamente a lo largo


de nuestra vida, poco a poco los vamos incorporando y se convierten en parte de
ella, los hacemos inconscientemente; es decir: nos perjudicamos sin que nos
demos cuenta.

Mucha gente acude a un profesor de técnica Alexander por problemas físicos:


dolor de espalda, cervicales, escoliosis, tartamudez, afonía o desordenes en la
respiración, sólo por nombrar unos pocos; pero otras personas acuden por simple
curiosidad, para descubrir algo de ellos mismos en un deseo de desarrollo
personal.

Se imparte regularmente en Escuelas de teatro y conservatorios de música en


todo el mundo y se considera esencial en el aprendizaje de las artes escénicas y a
la hora de hacer presentaciones en público.

En deporte se utiliza para aprender a tener mayor consciencia de lo que se


denomina "reposo en actividad" y las mujeres embarazadas la usan como ayuda a
asimilar los cambios que se producen durante el embarazo.

ORIGEN E HISTORIA DE LA TÉCNICA ALEXANDER

FREDERICK MATHIAS ALEXANDER (Tasmania - Australia 1869 - 1955)


F. M. (como cariñosamente se le denomina) era un actor que se especializó en dar
recitales teatrales en solitario (disciplina muy popular en la década de los 80 en
Australia). Al cabo de unos años de actuar con cierto éxito empezó a tener
problemas con su voz.

Visitó foniatras y médicos de la época pero nunca obtuvo un remedio duradero.


Finalmente, desesperado, cuando le ofrecieron actuar en un recital especialmente
importante acudió una vez más a su médico. Éste le recomendó que no hablara en
absoluto durante los quince días anteriores al recital.

Era una manera de asegurar el reposo total de las cuerdas vocales tan dañadas
por el esfuerzo por hablar. Así lo hizo. Cuando llegó la noche del recital, al
principio todo fue muy bien, pero poco a poco la ronquera fue apareciendo y al
final del recital se había quedado completamente sin voz.

Lejos de desanimarse, el problema le dio fuerzas para investigar qué le había


pasado. Concluyó que si había estado dos semanas sin hablar "antes" del recital
la causa de la ronquera podía estar solamente en algo que debía haber hecho con
su voz "durante" el recital.

Con la ayuda de un espejo empezó a observar qué hacía a la hora de recitar. Se


dio cuenta que antes incluso de empezar a hablar su cabeza tendía a irse hacia
atrás provocando una gran tensión en los músculos del cuello, deprimía la laringe,
el pecho se encorvaba hacia delante, tensionaba la espalda y hasta se ponía de
puntillas.

En este punto llegó a la conclusión que cambiaría su vida: lo que debía hacer era
precisamente "dejar de hacer". Dejar de producir esas tensiones que le
provocaban la pérdida de la voz y que afectaban no sólo a su aparato vocal sino a
todo su cuerpo.

Cuando volvió a los escenarios su presencia, su calidad de voz y de interpretación


dejó anonadados a sus compañeros. Pronto su fama se extendió por toda
Australia y, con la recomendación de un famoso médico de la época, se trasladó a
Londres donde impartió sus lecciones a una larga lista de actores, médicos y
gente de todo tipo que acudía a su consulta. Era conocido como "El hombre que
respira" (The breathing man)

A los 75 padeció un derrame cerebral que le paralizó medio cuerpo. Se pensó que
su fin estaba ya próximo. Al cabo de año y medio, "sorprendentemente" esta
condición era prácticamente inapreciable. Había recuperado la movilidad de su
cuerpo y la lucidez de sus ideas. Siguió dando lecciones hasta dos semanas antes
de morir, cuando contaba ya con 86 años.

Para el actor es muy importante analizar y entender qué posturas o movimientos


son innecesarios o lesivos para lograr inhibirlos y reeducarlos, y ese es el objetivo
de la técnica Alexander, una terapia que ayuda a la reeducación postural para
aprender a responder a los estímulos de una manera que no sea perjudicial para
el cuerpo, que ayude a reducir tensiones y dolores, y que permita mejorar la
coordinación, la flexibilidad y el equilibrio.

Este método se basa en mejorar la consciencia sobre el propio cuerpo para


reducir la tensión, tanto física como mental. Y esta parte es precisamente la mayor
dificultad a la que se enfrenta un educador en la técnica Alexander, ya que
interiorizar que algo se está haciendo incorrectamente cuando quizá la sensación
del cuerpo puede ser positiva porque se lleva haciendo así toda la vida, resulta
complicado. Por ejemplo, hay personas que andan forzando la postura, aunque no
lo aprecian porque no sienten ningún dolor o molestia, o al menos no lo relacionan
con ese hábito incorrecto.

EL MÉTODO FELDENKRAIS

En el Método Feldenkrais, el cuerpo humano es la herramienta fundamental para


llevar a cabo profundos procesos evolutivos. La esencia del método se encuentra
en la interacción entre series de movimientos coordinados y el aprendizaje
sensomotórico individual que va desarrollando la persona a través de una
profunda toma de conciencia de su propio cuerpo.

La práctica habitual del método consigue mejorar la conciencia individual sobre el


cuerpo mediante el movimiento y la atención consciente.

En este método buscamos investigar aquellos caminos olvidados de la percepción,


del pensamiento, de las emociones y del movimiento que nos hacen posible llevar
una vida plena según el potencial individual de cada persona.

El Método Feldenkrais es un proceso de aprendizaje somático que se transmite en


sesiones de grupo llamadas ATM (Toma de Conciencia a través del Movimiento,
por sus siglas en inglés – Awareness Through Movement), o en sesiones
individuales llamadas IF (Integración Funcional).

Es un método único, cuyo objetivo fundamental es mejorar la condición humana


en todos sus campos de actuación, ya sea en el mundo del deporte, en el ámbito
laboral o formativo, en la salud, o incluso la investigación científica.

En artes escénicas es importantísimo trabajar los ojos, son vuestras ventanas y si


amplías el sistema de visión ganas presencia escénica.

Somos en relación a un espacio (inteligencia hacia el espacio) pues cuando hay


un fuera significa que hay un dentro, membranas, vida, respiración. Cuando
inhalas atrapas algo del mundo exterior, pasa por ti y lo devuelves (tu aire es mi
aire y estamos conectados solo por estar compartiendo
sala/escenario/escena/patio de butacas/entrenamiento/set).

Cuidado con la tentación de retener. Es algo que puedes comprobar fácilmente


con el estado en que mantienes tu vientre: ¿apretado? barrera, distancia,
autosuficiencia. Blando: entrega, apertura.

Transmitiendo esa idea que “rehabilitar es en realidad rehabitar”. Que ningún


entrenamiento puede desenterrar algo que no traigas tú ya en tu interior.
Enseñando de una forma somática una minuciosa observación de ‘lo que hago y
cómo me relaciono con ello’ en medio de ese ‘caos sensible’ en el que no
generamos movimiento, somos movimiento.
TRABAJO DE CANTO

PROFESOR: MAURICIO BURGOS

ESTUDIANTE: CAROL OSPINO PLATA

INSTITUCION UNIVERSITARIA
BELLAS ARTES Y CIENCIAS DE BOLIVAR

ARTES ESCENICAS
V SEMESTRE

CARTAGENA DE INDIAS
27/03/19

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