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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE HIDALGO

INSTITUTO DE CIENCIAS BÁSICAS E INGENIERÍA


ÁREA CADÉMICA DE INGERNIERÍA Y ARQUITECTURA

LICENCIATURA EN INGENIERÍA CIVIL

URBANISMO:
ENCARGADO DE MATERIA:
DR. OSCAR SAÚL HERNÁNDEZ BARRERA.
4° SEMESTRE GRUPO 2

MUERTE Y VIDA DE LAS GRANDES CIUDADES


(ENSAYO)

PRESENTA:

TONANTZI RICARDO MAXIMINO.


INTRODUCCIÓN:

El presente ensayo expondrá mis puntos de vista en contraste o acuerdo a lo que


Jane Jacobs plasma en su libro Muerte y Vida de las grandes ciudades. Durante
el desarrollo, se hará énfasis a los puntos más importantes de cada una de las
cuatro partes expuestas por Jane en su libro, de modo que resulte relativamente
sencillo para el lector entender el contexto sobre el cual manifestaré mis ideas y
puntos de vista. Además, cabe mencionar que la mayor parte de los argumentos
aquí expuestos por mi persona, estarán principalmente basados en mi
experiencia personal y en lo que sé con certeza que la mayoría de las personas
hemos experimentado más de alguna vez.

Finalmente haré una recapitulación argumentativa de las opiniones personales


emitidas previamente en el desarrollo de este ensayo; Dicha conclusión va a hacer
referencia a cómo funciona la ciudad en la vida real desde mi perspectiva.

DESARROLLO:

Quizá es poco probable que en algún momento nos detengamos a pensar qué
es realmente el asentamiento humano sobre el que vivimos, por qué surge o de
quién nace la idea y por qué tiene tales características con patrones repetidos
aquí y en otros lugares. Jane Jacobs fue una de las pocas personas que sí se tomo
el tiempo de meditarlo. Su libro plantea principalmente un manifiesto contra los
principios y los fines que modelaron en aquel entonces (En la década de los 50)
e incluso en la actualidad el moderno y ortodoxo urbanismo y la reconstrucción
urbana.

Jacobs hace una analogía de las ciudades como un inmenso laboratorio de


ensayo y error. Y efectivamente, debería serlo. Pero si analizamos bien las cosas,
el objetivo de un laboratorio de ensayo y error sería precisamente darnos cuenta
del error y adaptar lo que sea necesario adaptar para finalmente llegar a un
resultado esperado y favorable. La ciudad no funciona así. No creo que después
de hacer ciudad en algún lugar exista la posibilidad de revertir el efecto
simplemente haciendo un borrón y cuenta nueva, probablemente podamos
hacer pequeñas adaptaciones a puntos muy particulares, pero tomaría años ver
un cambio significativo.
Surge así un gran e importante cuestionamiento: En el entendido de que
difícilmente podemos corregir a una ciudad una vez que ya está asentada como
tal, ¿Puede evitarse un mal desarrollo urbano tomando como ejemplo a algunas
otras ciudades con errores previamente detectados? En mi opinión: Sí y no. No
podríamos evitar por ejemplo una mala distribución urbana de una ciudad
tomando como referencia a otra, si tuviesen tal vez características geográficas
muy particulares y diferentes la una de la otra. Pero sí podríamos establecer quizá
una serie de características que sean fundamento para una buena ordenación
urbana. Jane, sin establecer estas características como “fundamentos básicos”,
exprime en sus páginas los problemas principales a los que se enfrentan las
grandes ciudades americanas, y alguna otra mente brillante podría tomar la
enmienda de empezar a estudiar estos casos que se han suscitado en la vida real
en una ciudad.

La primera parte del libro: La peculiar


naturaleza de las ciudades; hace énfasis
al funcionamiento de las aceras
(Banquetas), parques vecinales y barrios,
todas estas de la mano para el buen
funcionamiento de las ciudades. Desde
mi perspectiva, las banquetas, tal y como
lo menciona Jane, son las que han
construido la identidad más completa de
algunas zonas. Transitar por una
banqueta siempre genera un sentir para
el peatón. Podemos hablar de seguridad
o inseguridad, comodidad, alegría,
emoción, etc. Todo lo que podemos
sentir cuando transitamos una banqueta
o cualquier otro sitio, se debe a la interacción de más individuos en el lugar. Jane
tiene toda la razón al hablar de la seguridad, por ejemplo, las mujeres
principalmente, no nos sentimos seguras de salir solas a algún sitio que sabemos
que es poco transitado. Y para que un sitio se vuelva poco transitado, algo debe
haber mal: Quizá las malas condiciones del tramo, pocas edificaciones habitadas,
áreas muy silvestres, etc. Mi postura ante lo expuesto en esa parte del libro, es
exactamente la misma. Podemos nosotros hacer cambios en calles poco
transitables para que se vuelvan amigables con el peatón, eso reduciría
congestiones en algunas otras calles y/o banquetas.

Luego, Jane Jacobs habla sobre Las condiciones para la diversidad urbana.
Pensemos en una ciudad promedio de México. En el centro de las ciudades,
mayormente encontramos tianguis y mercados, lo que hace que se reúna mucha
gente en esas zonas ya que saben que hay gran variedad de cosas y que no se
necesita dar muchas vueltas de un lado a otro para conseguir lo básico para el
hogar. Entonces, una ciudad con diversidad urbana, nace gracias a que hay
muchas personas juntas. Al haber muchas personas juntas, demandan a
necesidades, gustos y preferencias diversas que obligan a la ciudad a mutar de
forma diversa. Coincido mucho con que la base de la diversidad urbana siempre
va a ser la gente que la habita; Y si viéramos siempre al ser humano como
protagonista de la ciudad, la ciudad estaría repleta de diversidad, y
probablemente sea esta una buena característica de una ciudad muy funcional.

Dentro de este mismo orden de ideas, la tercera parte habla de las Fuerzas de
decadencia y fuerzas de regeneración. Si tomamos en cuenta lo planteado en la
sección anterior, una fuerza de regeneración podría ser precisamente la
diversidad (que haya muchos comercios, formas diferentes de las edificaciones,
la vegetación y/o usos de suelo incluso). Sin embargo, la diversidad puede ser un
arma de doble filo. Si ponemos un ejemplo a una de las calles que rodean a la
universidad; Esas calles estarían habitadas mayormente por estudiantes foráneos
que rentarían en esas zonas, precisamente por el tema de la seguridad y así evitar
recorrer largas distancias. Entonces seguramente a muchos residentes locales se
les ocurriría la brillante idea de abrir muchas fondas de comida para los foráneos,
todas distintas, pero al final la mayoría se quedaría solo con las que mejor
satisfagan sus gustos y su presupuesto. Provocando así que muchas se vayan a
la quiebra e incluso cierren. Quedando así muchos locales vacíos de que de nuevo
harían que esas zonas fueran inseguras ya que no habría tantos ojos sobre la línea
de tránsito peatonal.

Además, si hay mucho comercio de un solo tipo en una sola parte de la ciudad,
eso significaría que, en otro lado de la misma, hay la necesidad de tener que
transportarse hasta otro sitio para encontrar esos comercios ya que en esas zonas
no los hay.

¿Qué se puede hacer entonces para que una ciudad se revitalice? Jacobs titula a
esta última parte de su libro como Tácticas diferentes. En mi opinión, para que a
una ciudad le vaya bien o mal, influyen muchos factores. Por ejemplo, el contexto
político, social, geográfico, económico e incluso cultural. Para poder establecer
tácticas diferentes habría que analizar cada uno de estos casos y entender dónde
está el problema.

CONCLUSIÓN

En definitiva y como conclusión, vuelvo a reforzar que para que una ciudad
funcione no puede haber parámetros que rijan a todas las ciudades.
Probablemente los haya, pero muy generales y no van a ser los mismos
problemas urbanos los que se presenten en México como los que se vivan en
China. Hay que tener en cuenta siempre que el principal protagonista y la razón
de la ciudad siempre va a ser el ser humano y sus necesidades de desenvolverse
en un medio social para vivir plenamente.

Referencias Bibliográficas:
Jacobs, J., & Hernández, K. (2011). Muerte Y Vida de Las Grandes Ciudades: Vol.
Segunda Edición. Capitán Swing Libros. Madrid, España.

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