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EFEMÉRIDES Nº 11
12 DE OCTUBRE DE 1492
DOCE DE OCTUBRE
DE LA HISPANIDAD
A LA IBEROSFERA
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P
arece que las polé- al continente, la percepción se de una nueva aristocracia como gente mediterránea, de origen
micas sobre térmi- complicó. Algunas de aquellas aquella cuyo poder político los latino, por tanto, una tupida
nos como “conquis- poblaciones cometían atrocida- Reyes acababan de anular en red de ciudades que represen-
ta” fueran recientes, des sin cuento, sin duda, pero la la península. Sin olvidar, claro taban aún mejor que las de la
propias del activismo postcolo- sofisticación de la cultura, las está, los debates acerca de la península la idea que tenían los
nial o del nuevo anti imperia- ciudades, las comunicaciones, legitimidad de esa misma con- españoles de la sociedad en la
lismo de moda en tantos círcu- los sistemas complejos de po- quista y la protección de las po- que querían vivir. Si en algún
los académicos, intelectuales y der y de relaciones sociales ha- blaciones americanas ante los sitio se encuentra plasmada la
políticos. En realidad, la pala- cían innegable que las Indias, mismos conquistadores, rasgos idea que de España se hacían
bra “conquista” suscitó pronto o América, no eran sólo el te- propios de la presencia españo- los españoles, es en las ciuda-
algunos problemas. Ya en 1573 rritorio donde reinaba un buen la en el Nuevo Mundo y que la des americanas donde hay que
la Corona prefiere hablar de salvaje, incapaz de defenderse distinguen de otros procesos de buscarla.
“pacificaciones”. No se que- de aquellos occidentales recién expansión. Y junto al esfuerzo de la
ría dar pábulo a la propaganda venidos de uno de los reinos La empresa política esta- Corona y sus funcionarios,
antiespañola, pero también se más poderosos y avanzados de ba encaminada a incorporar el el proyecto se complementa-
trataba de algo más, desde el Europa. continente recién descubierto ba con la evangelización. La
estatuto de los territorios que Por eso las precauciones a la Corona española. Por ello evangelización significaba re-
habían sido incorporados a la sobre la utilización de un térmi- pronto se consideró a los habi- conocer la humanidad de las
Corona española desde 1492 no como “conquista” van más tantes de estos territorios como poblaciones del Nuevo Mundo
hasta la posición de los espa- allá de lo que hoy se llamaría súbditos de la Corona, con el y otorgarles una dignidad pro-
ñoles allí instalados y, tam- una cuestión de comunicación. mismo estatus que los nacidos pia, que la nueva autoridad es-
bién, la situación de los seres Tienen consecuencias, y vie- en la España peninsular. Se pañola debía respetar.
humanos que poblaban aquella nen precedidas de acciones y introdujeron leyes españolas El continente americano
gigantesca extensión de más de disputas bien conocidas: desde y se creó un corpus jurídico se incorporaba a la humanidad
2.500.000 km2 ya en el siglo la obsesión de la Corona espa- específico, inspirado del es- por medio de una religión de
XVI. ñola por obtener la mejor infor- pañol y adaptado a las nuevas alcance universal, que iguala a
Cuando la llegada a mación acerca de los nuevos circunstancias. Se llevaron todos los seres humanos en una
las islas del Caribe, el asunto no territorios y sus poblaciones, instituciones políticas y cultu- comunidad fraternal. Como en
planteó demasiados problemas, hasta la afirmación del poder rales, como el sistema de justi- todas partes, la llegada del cris-
salvo para algunos religiosos de la Corona –es decir, del Es- cia y los virreinatos, y se creó, tianismo, de mano de los espa-
exigentes. Cuando se alcanzó tado- frente al establecimiento como no podía ser menos en ñoles, significó un cambio muy
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de la presencia española, la
recuperación por los propios
criollos de su historia prehis-
pánica, un orgullo patriótico
basado en una realidad social y
económica brillante, con inte-
reses propios y una configura-
ción social sin parangón. Tam-
bién con sus santos y sus cultos
propios, como santa Rosa de
Lima, san Pedro Claver, que
dedicó su vida a socorrer a los
esclavos traídos de África, o la
Virgen de Guadalupe.
Así es como cuaja una
unidad política extraordinaria,
una España al mismo tiempo
europea y americana, con ex-
tensiones en África y en Asia.
Desde el primer momento,
poco después de que llegaran
las noticias del primer viaje
de Colón, fue concebida como
una unidad a escala planetaria:
la primera de la historia de la
humanidad, en términos polí- Colón llega a América. Gergio Deluci.
ticos, culturales, comerciales
y económicos. Nunca se ha- como Humboldt, que con su fue organizar unas elecciones los españoles de cuatro conti-
bía llevado a cabo tal empresa Viaje -que seguía el ejemplo de planetarias, para que el con- nentes, como va detallado en
y nunca se volvería a llevar a otras expediciones científicas junto de la población española el Título II. La Guerra de la
cabo, porque nunca nadie po- patrocinadas por la Corona-, estuviera presente en el de- Independencia restó brillantez
dría igualar la originalidad contribuyó a fijar la imagen de bate y la promulgación de la al intento, pero no ambición,
hispánica de tener en cuenta al un continente unificado y con Constitución de 1812. Fue la ni generosidad: entonces los
mismo tiempo la conciencia de conciencia de su singularidad. primera Constitución españo- españoles seguían pensando en
la unidad (“Porque siendo de La última gran originalidad la, pero también la primera -y grande.
una Corona los Reyes de Cas- política de aquella construcción la última- de la que se dotaron La forma en la que desapa-
tilla y de las Indias las leyes y reció la España de la Monarquía
orden de gobierno de los unos hispana impidió que ese mundo
y de los otros deben ser lo más conservara los lazos políticos
semejantes y conformes que que hasta ahí lo habían unido,
ser pueda”) y lo que ese mismo siempre bajo la guía de la Coro-
texto llamaba “la diversidad y na. Ahora bien, de todo aquello
diferencia de las tierras y na- queda hoy mucho más que un
ciones”. (Recopilación de In- recuerdo. La nueva España si-
dias, libro 12, título 2, ley 13) gue viva en el idioma, las cos-
El equilibrio era mucho tumbres, en las mentalidades y,
más sólido de lo que a veces a veces, en la religión. Nos legó
se pensó, y la Monarquía es- una comunidad cultural que re-
pañola acabó por constituir, en cibió su nombre hace un siglo y
el siglo XVIII, un ejemplo de que hoy, superadas las polémi-
integración, prosperidad, orden cas, recordamos como merece
y buen gobierno, con ciudades serlo: la Hispanidad.
que estaban entre las más ri- La Hispanidad va mucho
cas y cultas del mundo, como más allá de cualquier rasgo de
Buenos Aires, Lima y México, carácter, de cualquier peculia-
universidades de primera ca- ridad cultural. Alcanza a ser,
tegoría y grandes empresas de en realidad, una forma de ser
alcance global. El éxito español occidental: la forma en la que
no gustaba mucho a algunos los hispanos hacen suyo Occi-
ilustrados europeos, siempre dente y lo reinventan desde su
obsesionados con la homoge- perspectiva propia. Son muy
neidad cultural, aunque fasci- pocos los países que presentan,
nó a otros, grandes científicos Cristobal Colón. Sebastiano del Piombo (1519). incorporada a su propia idea
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Mapa de Waldseemüller (1507). Primer mapa que incluye el nombre América y el primero en representar las Américas separado de Asia.
nacional, una dimensión como suponer. Nunca hemos dejado a todos los iberoamericanos, encontrado en la reivindica-
esta, propiamente mundial. de ser Europa y lo hemos sido, incluidos aquí portugueses, ción identitaria contra Espa-
Y si la obra de españoles de de hecho, tanto o más que cual- españoles (y andorranos). La ña una fuente de legitimación
uno y otro lado del Atlántico quier otro país europeo. Ahora fórmula en la que esta comu- propagandística.
ancló al continente americano bien, en el momento preciso en nidad de naciones se institu- En buena medida, esta nue-
en Occidente, también propor- el que se constituía el Estado cionalizó en los años 90 -las va oleada del ya bien conocido
cionó un carácter peculiar a la español y se abría paso la Na- Cumbres Iberoamericanas de indigenismo, esta vez post-
cultura y a la nación española. ción española, el Nuevo Mun- Jefes de Estado y de Gobierno- moderno y neocomunista, es
Ahora lo empezamos a vivir de do introducía una proyección han sido un buen instrumento un ataque a la occidentalidad
nuevas gracias a la incorpora- distinta y propia, que convirtió de diálogo mientras Latinoa- de Iberoamérica. En el nuevo
ción a la sociedad española de escenario geoestratégico, Ibe-
americanos que son tan espa- roamérica, con buena parte de
ñoles como los nacidos aquí. los países que la componen, en
Siempre ha estado presente, en
realidad. Para un español, la
La Iberosfera viene a ser plena crisis económica e ins-
titucional, corre el riesgo de
Hispanidad refleja la naturale-
za americana de su propio país.
la continuación del perpetuo alejarse de los valores que la
fundan e iniciar un experimen-
Naturaleza que no se limita a
lo que llamamos Iberoamérica,
intercambio de intereses to nuevo. De ser así, se produ-
ciría una deriva de consecuen-
y que también está presente en y valores que constituye cias imprevisibles.
los Estados Unidos de América Es en este punto donde la
del Norte, allí donde la presen- la Hispanidad Hispanidad merece ser resca-
cia española aún se percibe en tada, a ambos lados del At-
nombres, en costumbres, en lántico, y donde cobra todo
tradiciones locales. También su sentido lo que es su pro-
allí ha sido renovada por la a España en una nación euro- mérica mantenía una cierta longación natural, como es
presencia de hispanos o latinos pea y americana a la vez. capacidad para aunar voces e la Iberoesfera. La Iberosfera
que, integrados en su nuevo Por eso, aunque sepamos intereses. Hoy sigue siendo útil viene a ser la continuación, en
país, no renuncian del todo a distinguir Hispanoamérica de como lugar de encuentro, aun- términos de cooperación e in-
su propia identidad cultural. nuestra propia realidad nacio- que la nueva situación de frag- tercambio, no estatal ni guber-
La naturaleza europea de nal, y aunque España no tenga mentación política en América namental, formada de actores
nuestro país está fuera de cual- la menor aspiración de ocupar Latina les ha restado operati- políticos y culturales, del per-
quier duda. Va mucho más allá, ningún rango superior ni es- vidad. Y esta fragmentación petuo intercambio de intere-
y es más profunda, de lo que el pecial en la región, podemos está relacionada con un resur- ses y valores que constituye
consenso europeísta de las eli- hablar de Hispanidad como gimiento de movimientos, a la Hispanidad. Se trata de ela-
tes de las últimas décadas deja de una unidad que nos reúne veces neocomunistas, que han borar posiciones comunes en
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