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CARRERA DE TRABAJO SOCIAL

SEGUNDO CUATRIMESTRE 2021

TRABAJO PRÁCTICO Nº2

Materia: Taller IV

Profesora: Sandra González

Estudiantes: Micaela Diaz Navarro Coronel y Matías Prevosti

Fecha: 8 de noviembre de 2021.

1
Introducción:....................................................................................................................Pag. 3

Capítulo 1: Situación Problema…………………...…………………………………...Pág. 4

Capítulo 2: Abordaje de la situación problema desde AMMAR...…………………. Pág.6

Capítulo 3: Intervención desde el Trabajo Social…………………………………......Pág.8

Conclusiones: .................................................................................................................Pag: 11

Bibliografía consultada:.................................................................................................Pág: 13

Anexo: Informe Social…………………………………………………………………Pág. 14

2
INTRODUCCIÓN

Posicionarnos desde el marco teórico metodológico crítico nos permite comprender


a los sujetos desde una mirada amplia y compleja, para la cual, la perspectiva de la
totalidad1 nos ayuda a pensar a los hechos como parte de un todo, pero sin ser la suma de
cada uno la totalidad a la que nos referimos. “La totalidad no es la suma de las partes, sino
un gran complejo constituido de complejos menores. No existe en el ser social 2 el elemento
simple, todo es complejidad. Partiendo del individuo, que parece ser la unidad de la
totalidad social, se puede decir que es un complejo portador de variaciones infinitas, y por lo
tanto de gran complejidad” (Pontes, 1997).

Más bien, esta perspectiva invita a pensar y nos posibilita comprender que los
hechos y las situaciones que se dan al interior de este sistema social capitalista en el que
vivimos no están aislados uno de otros, sino que responden a estructuras socio históricas
reales, que atraviesan al ser social en sus múltiples dimensiones políticas, sociales,
económicas y culturales, y que de ninguna manera podrían ser escindidos para su análisis y
posterior intervención, sino que se manifiestan en los sujetos de manera total, compleja y en
constante movimiento.

Enfocar nuestra intervención desde esta perspectiva entonces, implica desestimar


las teorías eurocéntricas positivistas ligadas a las ciencias duras y naturales que
racionalizan sus explicaciones desde el método reduccionista (donde lo singular se
subsume en lo universal abstracto y crea dos polos entre los cuales no hay mediación) para
explicar las situaciones problemáticas que se desprenden de la cuestión social3.

En contraposición a esta perspectiva reduccionista entendemos que la realidad es


siempre compleja y está en constante movimiento producto de la “tensión entre fuerzas que
luchan por mantener el orden social y fuerzas que buscan desestructurarlo” (Pontes,
1997:4) por ello es que, para poder posicionarnos desde un marco crítico, debemos
nutrirnos de las herramientas que nos proporciona el pensamiento dialéctico 4, las cuales
nos permiten poder realizar un proceso de reconstrucción de mediaciones (Pontes, 1997)
(entendidas como la conjugación de experimentos ideales abstractos con observaciones
empíricas) necesarias para poder comprender y explicar las particularidades de las
situaciones problemáticas que los sujetos padecen y, a partir de ello, poder elaborar

1Lukács establece que totalidad es un complejo constituido de otros complejos subordinados, o sea, toda parte
también es un todo (…) un complejo de fuerzas con diversas relaciones que actúan en conjunto (Lucaks,
1979:39).

2Ser social como forma real de organizaciones humanas existentes a lo largo de la historia, en este caso
referido al ser social burgués.

3 “Término que alude a manifestaciones de desigualdades y antagonismos económicos, -culturales, políticos,


ideológicos, que dan cuenta de la dinámica histórica y expresan disyuntivas y antagonismos del sistema
capitalista, basados en la contradicción capital-trabajo” (Cavalieri, 2008).

4Ese proceso dialéctico de conocimiento obedece al movimiento ascendente de lo abstracto (real caótico),
representación caótica de la realidad, a lo concreto (real pensando), combinando representaciones ideales con
observaciones empíricas. Los experimentos ideales (representaciones) se refieren al movimiento operado por la
razón para aprehender reflexivamente el movimiento de las categorías histórico-sociales, desentrañándolas de
la forma inmediata de aparecer en el pensamiento como hechos aislados. De los experimentos ideales se
retorna a las observaciones empíricas, o sea, al contacto con los datos de la realidad, donde se inició todo el
proceso. En ese movimiento, la razón va capturando (siempre por abstracción y de forma aproximativa) las
determinaciones y develando los sistemas de mediaciones que dan sentido histórico-social e inteligibilidad a los
fenómenos sociales objeto de estudio (Pontes, 1995:73).

3
estrategias de intervención situadas que permitan superar la inmediaticidad 5 que se nos
presenta en la cotidianeidad6.

CAPITULO 1: SITUACION PROBLEMA

Para poder comprender e intervenir sobre la realidad compleja, tomamos el concepto


de situación problemática y no problema social, ya que como plantea Cavalieri (2008), la
palabra problema alude a una cuestión negativa que podría ser resuelta dentro del propio
sistema, cuando por más que las condiciones de vida se van modificando a lo largo de la
historia, la estructura permanece inmutable, y por lo tanto, “el problema” que da origen a las
desigualdades también.

Desde los aportes de Mallardi (2013), recuperamos las bases del pensamiento
marxista para aproximarnos a los procesos sociales, donde mediante la articulación de
aspectos singulares y generales es posible reconstruir la particularidad. Considerando así, a
la situación como particularidad, es decir como la mediación que hace posible establecer las
determinaciones de la singularidad. El problema dentro de este sistema basado en las
relaciones capitalistas de producción radica en la contradicción capital-trabajo y esta
situación no se ha modificado a lo largo del tiempo, por el contrario, se ha profundizado.

En este sentido, y siguiendo el planteo de Cavalieri (2008), aludir al término


“problema social” nos obtura la mirada sobre las situaciones problemáticas que atraviesan a
los sujetos, por ejemplo, ponderando lo económico por sobre lo social, fragmentándolas en
esferas y por lo tanto, “tornando invisibles las raíces que originan las más diversas
expresiones de dicha cuestión social” (Cavalieri, 2008:).

La pauperización de las condiciones de vida de las clases trabajadoras en las


relaciones de reproducción capitalistas constituye el fundamento de la “cuestión social”,
condiciones de vida que, siguiendo el análisis de la reproducción social en tanto totalidad
histórica, implica la consideración de los aspectos objetivos y subjetivos de dicha vida
cotidiana. Por ello, como se dijo, la “cuestión social” implica determinantes históricos
objetivos que condicionan la vida de los individuos sociales, como dimensiones subjetivas,
fruto de la acción de los sujetos en la construcción de su historia (Iamamoto, 2007).

Para profundizar sobre la definición de Situaciones problemáticas, sumamos a la


perspectiva de la totalidad los aportes de Carlos Matus sobre el concepto de situación, ya
que poder pensar en situaciones y no en problemas, nos permite tener una mirada situada,
es decir, en un escenario temporo-espacial concreto, en donde acción y situación
conforman un sistema complejo con el actor en el que interactúan conflictivamente
diferentes sujetos individuales, grupales o comunitarios (Cavalieri, 2008). Es así que, desde
una mirada situada, la modalidad de intervención comienza a despegarse de la acción
meramente burocrática, repetitiva y asistencial que responde y actúa sobre la
inmediaticidad, sobre lo que se ve o se nos presenta como “demanda”, para dar lugar a la
posibilidad de elaborar estrategias de intervención que comprendan la totalidad y
complejidad en la que se enmarcan las situaciones problemáticas que padecen las
personas con quienes intervenimos, y así desarrollar acciones transformadoras que
reivindiquen y hagan efectivos sus derechos humanos.

5Inmediaticidad: categoría intelectiva que corresponde a la aprehensión de una dimensión abstracta de la


realidad, o sea, que no supera el nivel de los hechos.

6La vida cotidiana es la expresión del inmedatismo, de las cosas singulares (Pontes, 1997:5).

4
Recuperando los aportes de Iamamoto a los que alude Cavalieri (2008),
compartimos la idea de que “los personajes sociales que entran en la relación profesional
son encarados simultáneamente, en cuanto seres sociales y particulares, y en cuyo modo
de ser, de actuar y de ver el mundo están contenidas las determinaciones sociales
derivadas de la posición que ocupan en el proceso de producción y en el juego de poder”.
Esta definición nos invita a pensar que las leyes tendenciales universales entran en relación
con las singularidades de los sujetos en su cotidianidad. Ahora bien, la mera comprensión
de esta relación sin sus explicaciones correspondientes limita la intervención profesional a
lo inmediato, por lo cual, consideramos necesario en este punto hacer mención al trinomio
categorial universalidad-particularidad-singularidad (Pontes, 1997) el cual nos permite
vincular esas categorías que a simple vista aparecen como desconectadas.

Entendemos a la universalidad “como las grandes determinaciones y leyes


tendenciales de un complejo social dado tales como las relaciones sociales de producción,
leyes de mercado, relación Estado-Sociedad Civil, políticas económicas y políticas sociales
y su articulación, relación capital-trabajo” (Cavalieri, 2008:77) por mencionar algunas, las
cuales, si bien tienen un carácter universal, se manifiestan en cada complejo social de
manera particular por las necesidades y conexiones internas de los fenómenos y procesos
sociales que los condicionan. Es por ello que, a partir de su conocimiento y análisis situado,
podremos aprehender cómo se manifiestan estas leyes tendenciales en la singularidad de
los sujetos con quienes intervenimos, que no será igual para todos y dependerá del espacio
y tiempo en que se manifiestan; y a partir de un proceso dialéctico desarrollar el campo de
mediaciones pertinentes que nos permitan comprender y explicar cómo se particularizan en
las situaciones problemáticas que los atraviesan para elaborar estrategias de intervención
transformadoras.

Realizar estas mediaciones desde un marco crítico nos permite comprender aquellas
situaciones singulares que se nos presentan como cosas fortuitas, rutinarias, casuales
ligadas a esos determinantes universales, y no desprendidos de éstos, sino justamente
como producto de las relaciones sociales capitalistas basadas en la contradicción capital-
trabajo que se desprenden de lo que denominamos anteriormente como cuestión social y
que se expresan en múltiples situaciones problemáticas que afectan a los sujetos en su vida
cotidiana.

Por lo tanto, consideramos pertinente para nuestro quehacer profesional desde el


posicionamiento crítico, pensar desde este marco referencial de singularidad-particularidad-
universalidad, para que nuestra intervención no se reduzca a la demanda inmediata que se
nos presenta en el marco de la institución en la que estamos inmersos, ya que nos posibilita
que cada una de las situaciones problemáticas que atraviesan los sujetos no se vacíen de
sentido o se diluyan en su singularidad e inmediaticidad propia de la vida cotidiana como
desligadas de un contexto universal más amplio, para pensarla desde la particularidad.

“La captura que hace la razón de los sistemas de mediaciones (ocultos bajo los
hechos sociales) permite a través de aproximaciones sucesivas ir negando la
factualidad/inmediaticidad y develar las fuerzas y procesos que determinan la génesis
(nacimiento) y el modo de ser (funcionamiento) de los complejos y fenómenos que existen
en una determinada sociedad” (Pontes, 1997:6).

Este bagaje teórico-metodológico que nos posibilita pensar desde el marco crítico
tiene su correlato con las prácticas pre profesionales que realizamos en el centro AMMAR 7 y
desde el cual pudimos re pensar nuestra intervención.

7 AMMAR es una organización social incorporada en la CTA, que tiene como objetivo atender y dar respuesta a
necesidades y demandas sociales, razón por la cual se relaciona estas organizaciones con el enfoque de la
“Economía Social” (Montaño, 2003)

5
Siguiendo los aportes de Pontes (1997) la aproximación a los problemas de
intervención profesional en un contexto institucionalizado está mediatizada por una
determinada demanda institucional. En este sentido, posicionarnos desde el marco crítico
nos permite poder superar la inmediaticidad de la demanda institucional para la cual es
pensada, desde los objetivos institucionales, nuestra profesión y así, desde un proceso de
reconstrucción de mediaciones (Pontes, 1997), poder elaborar estrategias que busquen
alcanzar la concreción de acciones profesionales crítico transformadoras. “Cuando un
problema de un grupo pequeño de personas (incluso de un único individuo) que vive en un
mundo aislado, por lo tanto abstracto, es comprendido como perteneciendo a muchos otros
individuos, grupos, pueblos, etc. (segmentos sociales), entonces, aquella situación única
que se presentaba en el plano de la singularidad como problema individual/familiar, se
mediatiza. Esa mediación se da a través de las determinaciones históricas, adquiriendo
concreción en el proceso de aproximaciones sucesivas, en el entrecruzamiento de las
complejidades sociales que componen la realidad” (Pontes, 1997:9).

CAPÍTULO 2: ABORDAJE DE LA SITUACIÓN PROBLEMA DESDE AMMAR

Continuando con el análisis, es necesario caracterizar el campo problemático del


trabajo social en la organización como un proceso de intervención destinado a mujeres cis y
trans8 que ejercen el trabajo sexual9.

En el 2019, desde AMMAR inauguran la Casa Roja con el propósito de generar


herramientas para garantizar el acceso a la salud, al trabajo, a la vivienda y a la educación.
Sin embargo, una vez decretado el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio, se
recrudecieron las problemáticas sociales que el colectivo de trabajadores sexual padecía
con anterioridad, por lo que aumentaron las demandas en la Casa Roja, dando lugar a que
se conformen diferentes equipos que pudieran abordar de manera interdisciplinaria desde lo
social, legal y sanitario, entre otras, las problemáticas habitacionales de les trabajadores
sexuales.

Este colectivo, como el 50% de les trabajadores del país, no tienen trabajo formal y
el 20% de ellas vive en hoteles familiares. 10 Para ellas el aislamiento implicó no trabajar, no
pagar el hotel y pasar a estar en situación de calle. Por lo que fortalecieron su vínculo con el
Estado y diferentes organizaciones con el fin de acceder a diversos programas sociales
para hacer frente a la satisfacción de sus necesidades básicas de alimentación, salud y
vivienda.

En este contexto, una de las situaciones problemáticas de mayor demanda que


reconocemos en la población que acude a la institución es la dificultad de acceso a la
vivienda digna de mujeres cis y trans trabajadoras sexuales atendidas en AMMAR en el
contexto de ASPO/DISPO. En este caso, observamos cómo el contexto macro se
particulariza en la dificultad de acceso a la vivienda digna en este colectivo por su inserción
laboral informal la cual, previo a la pandemia, ya implicaba dificultades para conseguir un
techo donde vivir ligadas por ejemplo al estigma que acarrean por su actividad laboral, la
violencia institucional que padecen en la vía pública (y que muchas veces termina con las

8 Mujeres y varones cis: mujeres y varones que perciben su identidad de género en concordancia al sexo
biológico.
Mujeres y varones trans: mujeres y varones cuya identidad de género no condice con su sexo biológico.

9Cuando nos referimos a trabajo sexual, lo consideramos como una actividad laboral en la que se realizan
acuerdos voluntarios entre personas adultas, los cuales tienen por objeto la prestación de servicios sexuales a
cambio de dinero.
10https://latfem.org/ministerio-de-putas-como-ammar-articula-con-el-estado-durante-la-pandemia/

6
trabajadoras sexuales detenidas), la exposición de trabajar en la calle con los riesgos en
materia de seguridad tanto para su integridad física como material, entre otras cuestiones
singulares que atraviesan a esta población, además de las condiciones sanitarias que
atraviesan en la actualidad.

Recuperando los aportes de Selman (2020) sobre los efectos de la pandemia y las
restricciones sanitarias, entendemos que los problemas sociales se agravan con el desastre
y que éstos no afectan a todes por igual, sino que depende de las condiciones sociales,
vulnerabilidades, capacidades y singularidades de las comunidades y el escenario social,
histórico, político y cultural en el que se materializa el impacto. En el caso del colectivo de
trabajadores sexuales, ellas vivencian una particular situación de exposición y riesgo a la
enfermedad debido a las características de su actividad, viéndose obligadas, por ejemplo, a
detener su ritmo de trabajo (y por lo tanto el nivel de ingresos) por preservar su salud.

Durante el tiempo en el que venimos desarrollando nuestras prácticas pre


profesionales podemos dar cuenta que la mayoría de las personas que se acercan a la
Casa Roja de AMMAR son mujeres trans migrantes, las cuales están atravesadas por
diversas problemáticas sociales además de la habitacional, como la dificultad de sostener
los tratamientos de hormonización por las restricciones en el acceso a los servicios de
salud, la dificultad de sostener un proceso educativo entre otras cuestiones por no encontrar
instituciones que alojen a estas diversidades sexuales, la dificultad en el acceso a su
derechos a la identidad de género o de acceso a un DNI o residencia precaria debido a lo
engorroso que resultan los trámites y los requerimientos en materia económica y de tiempo,
entre otras.

Debido a la multidimensionalidad de dificultades que atraviesan a este colectivo,


consideramos que es sumamente necesario abordar estas problemáticas desde un
paradigma interseccional11 para comprender la multiplicidad de realidades que integran a
cada sujeto, para poder dar cuenta del entrecruzamiento de las variables de la identidad de
género con dimensiones étnico-raciales, edad, discapacidad, lingüísticas y de clase. Por
ello, desde la intervención profesional se deben considerar las singularidades de cada
sujeto, su identidad y colectivo de pertenencia para planificar estrategias de intervención
que respondan a la particularidad de esta población.

En este sentido, desde la Organización, como espacio político que aglutina las
demandas del colectivo, también se solicitan apoyos estatales para las trabajadoras
sexuales, ya que existe un riesgo de desalojo constante de los hoteles en los que viven, ya
que con la irrupción de la Pandemia, la mayoría adeudan dos meses o más de alquiler.
Según un relevamiento de AMMAR en el barrio porteño de Constitución, 400 mujeres trans
viven en habitaciones de hoteles de familia pagando alquileres sobrevaluados que oscilan
entre los 15.000 y 30.000 pesos, sufriendo una vez más, violencia sistemática por parte de
una sociedad que discrimina y estigmatiza a las personas trans por su identidad de género.

En base a los aportes de Pastorini (1997), entendemos que frente a los conflictos y
tensiones que supone el desigual acceso a un hábitat digno, el Estado actúa de manera
anticipada o no, dando respuestas e intentando diferentes formas de resolución, ya sea por
acción u omisión, y a través de diversas instancias. Estos ejemplos, ponen en relieve las

11 “El análisis interseccional tiene como objetivo revelar las variadas identidades, exponer los diferentes tipos
de discriminación y desventaja que se dan como consecuencia de la combinación de identidades. Busca
abordar las formas en las que el racismo, el patriarcado, la opresión de clase y otros sistemas de discriminación
crean desigualdades que estructuran las posiciones relativas de las mujeres. Toma en consideración los
contextos históricos, sociales y políticos y también reconoce experiencias individuales únicas que resultan de la
conjunción de diferentes tipos de identidad (...) Al pensar desde la perspectiva de la interseccionalidad, uno se
centra en contextos particulares, en experiencias específicas y en los aspectos cualitativos de temas como la
igualdad, la discriminación, la justicia, lo que nos permite actuar al mismo tiempo a favor de nosotras mismas y
de otros” (AWID, 2004)

7
profundas desigualdades sociales, económicas y epistémicas que se reproducen en la
decisión de no reconocer al trabajo sexual como trabajo, dejándolo en la clandestinidad del
registro público laboral y de otras ayudas de emergencia ante la crisis alimentaria y
habitacional. Estas situaciones problemáticas adquieren, a partir de mediaciones y
determinaciones, un significado social e histórico que se vincula a la situación de las
distintas fracciones de la clase trabajadora (Mallardi, 2013). De igual modo, el acceso a
políticas sociales y servicios públicos por parte de las personas involucradas responde a
estrategias generales de enfrentamiento de la “cuestión social” por parte del Estado.

Recuperando los aportes de Mallardi (2013), es importante destacar el carácter


político de las situaciones, la capacidad y voluntad de acción de las fuerzas sociales para
ser actores relevantes en la producción de procesos sociales en tanto los individuos pueden
participar canalizando influencias, poder y recursos en el ámbito de los procesos sociales
concretos.

La existencia de actores o fuerzas sociales distintas, antagónicos o no, remite a


considerar la necesidad de conocer las visiones y explicaciones que éstos construyen sobre
la realidad inmediata, es decir, sobre la situación, admitiendo relatos diferentes que se
construyen a partir de la existencia de los respectivos interlocutores (Mallardi, 2013).
Reconocer las distintas explicaciones que desarrollan los actores sociales involucrados
implica visibilizar el carácter social y político de las situaciones, donde se expresan las
tendencias sociales vigentes.

En palabras de Mallardi, a partir de la ubicación de los sujetos en los distintos


sectores o fracciones que componen la clase trabajadora y, como consecuencia de las
expresiones del trabajo abstracto en la actualidad, se requiere una aproximación reflexiva a
las particularidades de aquellas condiciones y vivencias que denominamos situaciones
problemáticas.

CAPITULO 3: INTERVENCIÓN DESDE EL TRABAJO SOCIAL

Históricamente el Trabajo Social es una profesión interventiva que surge como


mecanismo institucional del Estado Moderno, inscribiéndose en la división socio-técnica del
trabajo del orden capitalista para dar respuesta a las manifestaciones de la cuestión social.
Es interventiva en el sentido de que “su acción profesional implica el desarrollo de prácticas
sociales concretas en la vida social” (Fernández Soto, 2011:95). En este sentido, nos
posicionamos desde el marco teórico-metodológico crítico, con el objetivo de poder elaborar
estrategias de intervención que posibiliten transformaciones en la vida cotidiana de los
sectores populares desde una perspectiva de Derechos Humanos ya que, nuestra
profesión, “además de conocer la realidad en su complejidad, precisa crear medios para
transformarla en dirección de un determinado proyecto socio-profesional” (Pontes, 1997:7).

En lo que respecta a las políticas sociales, concibiéndolas como “un conjunto de


acciones por parte del aparato estatal, que tienden a disminuir las desigualdades sociales
(...) aquellas acciones que buscan restablecer el equilibrio social por vía de la redistribución
de la renta” (Pastorini, 1997:2), se reconoce como la principal política con la que se trabaja
en el contacto con quienes concurren a AMMAR al Programa “Familias en situación de
calle”12, subsidio otorgado por el Gobierno de la Ciudad destinado para el pago del alquiler
de una vivienda.

12El objetivo del programa es brindar asistencia y acompañamiento a personas en situación de calle para
ayudarles a resolver su situación habitacional. Los destinatarios del programa son familias o personas solas en
situación de calle que se encuentran en inminente situación de desamparo habitacional o se hallen
transitoriamente sin vivienda o refugio por motivo de desalojo u otras causas.

8
El Programa “Familias en Situación de Calle” reúne la mayoría de los casos con los
que se ha tenido contacto desde el área social en donde enmarcamos nuestra práctica
preprofesional. Se trata de un programa del Gobierno de la Ciudad para personas solas o
grupos familiares que se encuentren en inminente situación de calle o hayan sido
desalojades, motivo por el cual se encuentran sin vivienda.

La experiencia recabada a través del relato de las personas que asisten a AMMAR
para solicitar su incorporación a este programa indica que el monto ofrecido por el GCBA
para incidir en esta problemática habitacional no alcanza para cubrir los gastos que implican
el pago de una habitación de hotel o de alquiler de una vivienda a través de dueño directo.
En la actualidad, el monto mínimo que otorga el GCBA por este subsidio es de $8.000,
mientras que una habitación de hotel en el barrio de Constitución sin baño privado ronda los
$15.000 mensuales (valor aproximado recabado de los presupuestos que llevan les
trabajadores sexuales a la Casa Roja).

Los requisitos formales que exige el GCBA para vincularse con esta política social
son la presentación de un informe social que dé cuenta del proceso de vulneración social
por el que está atravesando la persona, un presupuesto de hotel familiar con membrete,
teléfono y los datos del dueño (lo más formal posible), la negativa de ANSES dondeindique
que la persona que solicita el subsidio no cuenta con ningún ingreso por trabajo formal, no
está inscripta en el monotributo ni cobre algún otro beneficio social incompatible con el
programa habitacional, 2 años de residencia en CABA acreditados por la fecha de
expedición del DNI o, de no ser posible, a través de la historia clínica de la persona
solicitante la cual refiera que se atiende al menos desde ese período de tiempo en un
hospital de la Ciudad de Buenos Aires.

En caso de ingresar al programa habitacional, para asegurarse que el dinero


otorgado sea destinado a fines habitacionales, desde el GCBA se desarrollan mecanismos
de control mediante los cuales se solicita a les beneficiaries que presenten mensualmente
los recibos de pago para no ser desvinculados del programa. En una primera instancia el
subsidio tiene una duración de 12 meses y otorga la posibilidad de ser renovado por otros
12 meses en caso de que la problemática habitacional no haya sido solucionada. Para ello,
es necesario presentar todos los recibos de pago en tiempo y forma, de caso contrario, son
dades de baja automáticamente del programa.

Desde nuestra intervención en AMMAR asesoramos a las personas que solicitan la


incorporación al Programa Familias en Situación de Calle mediante la explicación y
accesibilidad de la información sobre los requisitos formales que requiere el GCBA para
ingresar, ofrecemos listas de hoteles por distintas zonas de la Ciudad para que las personas
puedan buscar el presupuesto y tramitamos la negativa de ANSES.

Una vez que las personas que concurren a AMMAR y consiguen el presupuesto son
entrevistadas de manera personal por el equipo de estudiantes en conjunto con la
Trabajadora Social, información que se utiliza para la confección del Informe Social (ver
anexo) que será presentado por les solicitantes en la Subsecretaría de Fortalecimiento
Familiar y Comunitario (Ministerio de Gestión y Acción Social) ubicada en la Av. Entre Ríos
1492.

Junto a la entrevista, el Informe Social es otro de los instrumentos con los que
cuenta el equipo de Trabajo Social para desarrollar su proceso de intervención mediante el
cual se busca dar cuenta de los aspectos singulares de la personas (identidad, situación
migratoria, historia familiar y/o redes de contención, situación socio-laboral, de salud y
habitacional), pudiendo dar cuenta de cómo el contexto en el que los sujetos se encuentran
se particulariza en su dificultad de acceso a una vivienda digna y sugiriendo la vinculación
de la persona al programa.

9
En caso de que la solicitud de incorporación de la persona al programa sea
rechazada por los agentes gubernamentales en la sede de Av. Entre Ríos, se le explica que
deben sacarse una foto “selfie” dentro de la oficina mencionada, para luego gestionar el
recurso de amparo correspondiente a través de la Defensoría del Pueblo Porteña, la cual se
realiza en conjunto al equipo de legales de AMMAR.

Esta estrategia de intervención ha tenido mayor éxito con la población trans, ya que
hay un amparo colectivo que obliga al GCBA a brindar asistencia habitacional a todas
aquellas personas auto percibidas como tales, con lo cual el mecanismo judicial es más
eficiente, aunque en determinados casos, cuando existe la imposibilidad de trabajar por
alguna discapacidad o cuando hay niñes de por medio, también funciona para la población
cis.

Entendemos que el posicionamiento que la organización tiene respecto del abordaje


de la problemática habitacional parte de una perspectiva de derechos y que encuentra en el
Programa “Familias en Situación de Calle” una vía para alcanzar este derecho. En este
sentido, tanto desde la organización en general como desde el área social en particular, se
han ido elaborando distintos canales de comunicación con agentes del BAP, funcionarios
políticos con incidencia en la sede de Pavón y Entre Ríos que facilitan la incorporación de
esta población al Programa, como así también se ha gestionado la articulación con dueños
de hoteles y pensiones de la zona de Constitución a fin de que entreguen presupuestos a
las trabajadoras sexuales. A su vez, se ha propiciado el trabajo interdisciplinario junto a las
áreas de legales y migraciones que componen la organización a fin de poder facilitar la
obtención de la documentación necesaria para la incorporación al Programa de quienes
asisten a AMMAR.

Ahora bien, posicionándonos desde el marco crítico, pudimos dar cuenta de que la
demanda institucional hacia nuestra profesión no busca superar la inmediaticidad de la
demanda que se presenta, convirtiéndose el objetivo principal de nuestro rol profesional, en
la vinculación al programa como respuesta a la problemática habitacional. A su vez,
entendemos que el contexto de ASPO y DISPO generaron la imposibilidad de desarrollar
otro tipo de estrategias de intervención desde la grupalidad debido a las restricciones de
circulación, las cuales podrían haber sido utilizadas como espacios de contención y escucha
para abordar otras problemáticas que atraviesan a este colectivo.

En este sentido, Belén Bisso, trabajadora social perteneciente al equipo del CeSAC
N°10, nos aportó desde su participación en el espacio de aula virtual de Taller IV otro
enfoque de modalidad de intervención, que es con el que trabajan en dicha institución
sanitaria. Allí, además de orientar y asistir en el acceso al subsidio habitacional, abordan la
problemática desde lo colectivo, a través de encuentros grupales en los que se puede dar
cuenta que no es un problema individual aislado, sino que es una cuestión estructural la que
afecta y promueve dicha problemática y desde ese enfoque poder trabajar otros aspectos
que padece la población con la que intervienen.

La exigencia de superar en los procesos de intervención la demanda inmediata, la


necesidad aislada, requiere un proceso de generalización que permita comprender las
mediaciones y determinaciones necesarias para su comprensión (Mallardi, 2013). Se trata
de reconocer aquellas tendencias, objetivas y subjetivas, que inciden y producen
dialécticamente esas situaciones. Por ello, el punto de partida siempre está en la
singularidad de las vivencias de la población usuaria, vivencias que en tanto articulación de
aspectos objetivos y subjetivos, obligan a comprender la interrelación entre las valoraciones
y percepciones y las dimensiones objetivas.

Si bien la atención y la escucha desde el espacio de entrevista que se promovió


desde el Área Social de AMMAR para abordar esta problemática busca brindar contención y

10
respuesta a la demanda, al no poder desarrollar un proceso de intervención prolongado en
el tiempo donde poder intercambiar y poner en común las dificultades que se presentan
para el acceso a la vivienda y dar lugar al surgimiento de otras situaciones problemáticas
que atraviesan las trabajadoras sexuales que asisten a la Casa Roja, la estrategia de
intervención quedó acotada a la elaboración del informe social y la información que se
brindaba respecto de los requisitos formales para el acceso al subsidio habitacional, siendo
una acción meramente asistencial que no permite evaluar procesos de emancipación de los
sujetos con quienes intervenimos ni el impacto que la vinculación a la política social generó
en sus vidas cotidianas.

CONCLUSIONES

Recuperar estos elementos en los procesos de intervención del Trabajo Social se


constituyen en aspectos fundamentales para la definición de estrategias de intervención
viables y coherentes con la procesualidad social y, fundamentalmente, con capacidad para
la transformación de situaciones problemáticas concretas (Mallardi 2013).
En este sentido, haber podido posicionarnos desde la perspectiva teórico
metodológica crítica nos ha permitido superar el campo de la inmediaticidad, a partir de un
esfuerzo intelectual por comprender que los sujetos con quienes intervenimos se
encuentran inmersos dentro de un sistema de opresión regido por la contradicción capital-
trabajo. Es por ello que, desde nuestra intervención profesional podemos (y debemos), a
partir de una escucha crítica, recuperar sus singularidades para pensar en estrategias de
intervención situadas en un contexto más amplio, donde podamos identificar desde la
cotidianeidad de los sectores populares, cómo estas cuestiones de índole universal se
particularizan en distintas problemáticas que los afectan.
Tanto los marcos referenciales teórico-metodológicos como los instrumentos
técnico-operativos que proporciona este marco crítico, nos han permitido corrernos de la
singularidad del sujeto de intervención que nos avasalla y angustia en la práctica cotidiana,
para poder pensar alternativas dentro del campo de posibilidades y obstáculos que nos
presenta no sólo el lugar desde donde intervenimos, en este caso la Casa Roja, sino
también el del contexto local de la Ciudad de Buenos Aires (regido por la lógica neoliberal),
pudiendo buscar alianzas que nos posibiliten desarrollar estrategias para atenuar los
efectos de la cuestión social que se particularizan en esta población, desde una perspectiva
de derechos que abogue por defender los intereses de los sectores trabajadores en
detrimento del capital.
Es por eso que reconocemos que el Trabajo Social es una profesión de lucha
constante, con un fuerte carácter político, tanto desde su capacidad de intervención como
también desde la generación de conocimiento científico a través de la investigación y, por lo
tanto, pensar nuestro proyecto profesional13 (Guerra, 2013) desde el marco crítico nos ha
permitido trazar el camino con un horizonte claro. Sin dudas, un camino atravesado por
injusticias que, a pesar de las adversidades y las frustraciones que puedan emerger en
nuestras trayectorias profesionales, posicionarnos desde el marco crítico nos permitió seguir

13“El proyecto profesional, entre otro componentes, formula un conjunto de referencias técnicas, teóricas, éticas
y políticas para el ejercicio profesional (...) que se constituyen en las mediaciones privilegiadas capaces de
diferenciar la práticas profesional de prácticas realizadas por legos, ya que permiten calificar y enriquecer el
ejercicio profesional” (Guerra, 2013:10).

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avanzando en una dirección irrenunciable en este camino de lucha por la defensa irrestricta
de los DD.HH. de los sectores vulnerables de nuestra sociedad.
Llegado a este punto, nos parece interesante finalizar estas conclusiones con la
siguiente idea de Yolanda Guerra (2013): “Por esto, a mi manera de ver, tenemos que
construir estrategias dirigidas a dar una cierta unidad a los valores y posturas profesionales
a través de la construcción de proyectos que nos indiquen: Qué, Cómo, y Cuándo hacer, y
para Dónde avanzar (pero también, si fuera necesario, cuándo retroceder) y cuáles medidas
pueden ser desarrolladas en el interior de una profesión dirigidas a una actuación más
crítica, calificada y vinculada a los movimientos sociales, en busca de alianzas en la
construcción de condiciones capaces de instituir una cultura democrática y de respecto a los
derechos, históricamente conquistados, por las clases excluidas del acceso a la riqueza
socialmente producida” (Guerra, 2013:9).

Bibliografía:

● Nobre Pontes, Reinaldo (1997) Mediaçào e Serviço Social: umestudo preliminar

12
sobre a categoría teórica e su apropiaçào pelo Serviço Social. San Pablo: Cortez.
● Cavalleri, S. (2008) Repensando el concepto de problemas sociales. La noción de
situaciones problemáticas. En “Compartiendo notas. El Trabajo Social en la
Contemporaneidad”. VV.AA. UNLa.
● Mallardi, M. (2013) Cuestión social y situaciones problemáticas: aportes a los
procesos de intervención en Trabajo Social. Revista Cátedra Paralela. N°9. Año
2013
● Pontes, R. N. Mediando e Servicio Social. Sao Paulo, Cortez, 1995.
● Lukacs, G. Ontología do Ser social: os principios ontológicos de Marx. Sao Paulo,
Ciencias Humanas, 1979.
● Montaño, C. (2003): “Tercer Sector y Cuestión Social. Crítica al patrón emergente de
intervención social.” San Pablo. Cortez Editorial.
● Pastorini, A. (1997) "QUIÉN MUEVELOS HILOS DE LAS POLÍTICAS SOCIALES?
AVANCES Y LÍMITES EN LA CATEGORÍA “CONCESIÓNCONQUISTA?. En:
Serviço Social &Sociedade n. 53. Sao Paulo, Cortez. San Pablo, Cortez Editora.
● Fernandez Soto, S.; Terenzio, C.; Tomellini, M. (2011): “Vida cotidiana, totalidad
concreta y construcción de mediaciones en el Trabajo Social: desafíos políticos en la
superación de la inmediaticidad”. En: “Cuestión Social, VIDA COTIDIANA Y
DEBATES EN TRABAJO SOCIAL. Tensiones, LUCHAS Y CONFLICTOS
CONTEMPORÁNEOS. Compiladores: MALLARDI; MADRID; ROSSI. Publicación de
la Carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
● AssociationforWomen’sRights in DevelopmentL'Associationpour les droits de la
femme et le développement (AWID). Asociación para los Derechos de la Mujer y el
Desarrollo. Interseccionalidad: una herramienta para la justicia de género y la justicia
económica. Derechos de las mujeres y cambio económico No. 9, agosto 2004.
● Guerra, Yolanda. El proyecto profesional crítico: estrategia de enfrentamiento de las
condiciones contemporáneas de la práctica profesional. -1a ed. - La Plata: Dynamis,
2013.

ANEXO:

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