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Historia

La presidencia de Luis Batlle Berres

Era 1947,y había comenzado la llamada Guerra Fría que


se prolongará hasta 1989. En nuestro país,el dos de agosto
de 1947 falleció Tomás Berreta, asumiendo la Presidencia
de la República, según lo disponía la Constitución, Luis
Batlle Berres. “Luisito”, como era popularmente conocido,
dio un impulso decidido a la pretensión de que el batllismo y
especialmente su sector , el de la Lista 15, dominará todo el
Partido Colorado. Orientó la política a su objetivo de que
la industrialización alcanzara los mayores niveles
posibles y diera la tónica a la vida y la economía del
país. Pese a las críticas de sus opositores no descuidó el
agro, atendiendo a mejorar la tecnificación, especialmente la de los ovinos en tanto la lana se había
convertido en el principal rubro exportador del país. El propósito de Batlle Berres era exportar la lana en forma
de tops lo que implicaba un mayor procesamiento industrial e incorporaba trabajo nacional. Pese a que el
aporte al producto bruto interno provenía fundamentalmente de la industria, seguía dependiendo de las
exportaciones del sector primario para la obtención de divisas.
Luis Batlle con prestigio y carisma entre sus seguidores dio a los años de su gobierno una impronta
particular. En un contexto regional de gobiernos populistas ha sido sostenido por algunos autores que su
gobierno puede incluirse dentro de los de este tipo. Si bien el populismo es una categoría amplia y ambigua,
creemos que el gobierno de Luis Batlle tuvo rasgos populares, hasta “populacheros” en su forma de conducir
la cosa pública, en su contacto con la gente, en su lenguaje sencillo y directo, pero se ciñó siempre a los
parámetros de la vida política uruguaya, tan ajustados y legislados que no le hubieran permitido actuar de una
manera demasiado heterogénea. Siendo además un defensor firme de la vida republicana y la democracia en
todas sus facetas,características a las que no se ajustaban todos los populismos.
Continuó y profundizó la política dirigista, subsidiando exportaciones e importaciones, mantenimiento
del control del precio de los artículos de primera necesidad para favorecer a los sectores más desprotegidos,
y llevando adelante iniciativas que entendió como necesarias para el progreso del país, siempre bajo la
protección, la dirección y el amparo de un Estado benefactor.
Durante su mandato se terminó de completar el dominio industrial del Estado , creándose el ente
Obras Sanitarias del Estado (OSE) al adquirirse la compañía inglesa de aguas corrientes y anexarla a los
servicios que aquella institución prestaba en el resto del país tanto en agua como en saneamiento.
Surgió AMDET (Administración Municipal de Transportes) con la compra de los tranvías ingleses que serían
luego sustituidos por los, en su momento, modernos trolleybuses. Los ferrocarriles ingleses, adquiridos un
poco “a regañadientes”, fueron anexados a los nacionales, surgiendo un nuevo ente en 1952, la
Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) .
A través de la política monetaria de cambios múltiples, créditos blandos y beneficios variados, la
industria realizó un importante despegue luego del enlentecimiento provocado por la Segunda Guerra
Mundial. Aumentaron las empresas, los empresarios, los obreros y los empleados y habría funcionado lo que
Germán D' Elía denominó “pacto tácito”entre estos sectores. Es decir, la búsqueda de formas de
entendimientos que favorecieron a todos por igual. El número de empresas pasó de 11.103 o 11.570 en 1936
a 22.427 en 1947. También siguieron subiendo los salarios, con el consiguiente crecimiento del mercado
interno y del poder adquisitivo de importantes sectores de la población, lo que hace posible admitir que para
quienes lo vivieron tal vez haya sido cierto lo del “Uruguay feliz”, que se reflejaba en asistencias masivas al
cine, bailes, carnavales,paseos veraniegos y entretenimientos varios.
Sin embargo, más allá de las viejas rivalidades, los problemas a la interna del Partido Colorado
llevaron a Luis Batlle Berres a un entendimiento pragmático con Luis Alberto de Herrera -“la coincidencia
nacional”- para obtener la aprobación de algunas leyes importantes. En ese marco se resolvió la división de la
caja de jubilaciones en tres. Ello aumentó el número de directores de Entes Autónomos para un conveniente
reparto de los cargos directivos y de obreros y empleados, en el marco de un clientelismo creciente que
aumentaba el número de empleados del Estado, al punto de llegar a ser, como sostuviera Mario Benedetti, el
único “país oficina”.
El agro estaba relativamente estancado pero seguía proporcionando las divisas básicas. Los cultivos
agroindustriales se desarrollaron para abastecer las industrias nacionales, mientras el lino permitió al Uruguay
ocupar el segundo lugar en las exportaciones mundiales. En ese contexto se logró sancionar la Ley de
creación del Instituto de Colonización.
Sin embargo, los problemas de stock del ganado, de precios en algunos casos y de mercado en otros,
aceitaron las viejas lanzas del sector ruralista que impulsó una cerrada campaña contra la política batllista,
que consideraba meramente urbana y protectora de una industria artificial, cuyos costos debía pagar el agro.
La Asociación Rural y la Federación Rural estaban detrás, pero sus voceros fueron el estanciero Domingo
Bordaberry y un desconocido locutor que éste llevó a la Radio Rural, Benito Nardone, con el seudónimo
“Chicotazo”. Este montevideano que vestía de saco y bombacha , con una audición radial y un lenguaje
pretendidamente gauchesco, pronto cambiaría no solo la historia de gran parte de los sectores agropecuarios
sino también la del país. La prédica de Nardone movilizó a los habitantes de la campaña. Aplicando métodos
de la vida gremial, coordinó una vasta federación de organizaciones rurales que se nucleó en la Liga Federal
de Acción Ruralista. Sus ambiciones y el poder de la Liga Federal lo llevaron a transformarlo en un nuevo
movimiento político, aliándose con el Partido Nacional Herrerista para las elecciones de 1958.
Esta oposición creciente del sector agroexportador generó fricciones con el gobierno de Luis Batlle
Berres, que siguió ampliando los beneficios a las clases populares y medias , pues a las ventajas directas de
los aumentos salariales, se agregaban las indirectas provenientes de las subvenciones a los productos
básicos de la canasta familiar, la enseñanza y salud gratuita, entre otras políticas sociales.
Dos hechos acaecidos casi simultáneamente en 1950 contribuyeron a aumentar la creencia de
excepcionalidad. En julio de 1950 el seleccionado uruguayo de fútbol ganó en el estadio de Maracaná el
Campeonato mundial , el triunfo se convirtió en historia y en mito, y alumbró el surgimiento de la “garra
charrúa”. El 23 de setiembre del mismo año se conmemoraron los 100 años de la muerte de José Artigas en
medio de grandes ceremonias.
El año 1950 fue también el de un nuevo conflicto bélico la Guerra de Corea. La misma resultó
beneficiosa para la economía uruguaya, equilibrando la balanza de pagos y proporcionando un respiro y un
repunte del modelo de industrialización por sustitución de importaciones.
Las relaciones con la Argentina bajo la presidencia de Perón sufrían permanentes altibajos, ya que
Uruguay recibía a los antiperonistas que buscaban refugio y campo libre a la resistencia contra el mandatario
argentino. Junto a ellos se movían exiliados paraguayos, bolivianos, españoles y brasileños. Uruguay era
realmente “tierra de asilo”.
En 1950 se realizaron nuevas elecciones en nuestro país. El triunfo fue para el Partido Colorado con el
52,6% de los votos. Asume como Presidente Andrés Martínez Trueba. Poco después de iniciado su mandato
empezó contactos intra e interpartidarios para llevar a cabo una nueva reforma de la Constitución para
establecer un régimen colegiado total.
El plebiscito constitucional tuvo lugar el 16 de diciembre de 1951. Triunfó el “Sí” que ratificaba la
reforma constitucional. El 25 de enero de 1952 se instaló el primer Colegiado, correspondiéndole la
presidencia a Andrés Martínez Trueba hasta el final del período para el cual había sido electo. Integrado por
nueve miembros, no se aplicaba estrictamente la representación proporcional, sino que seis consejeros
correspondían al lema más votado y tres al que le siguiera en votos ( seis colorados y tres blancos, aunque a
la interna de cada grupo sí se aplicaba la repartición proporcional). La Constitución de 1952 incorporó también
el derecho al gobierno autónomo de la Universidad de la República, que debería reglamentarse por ley.
Resumen realizado en base al libro: Historia del Uruguay en el siglo XX(1890-2005) Ana Frega et all. Ed
Banda Oriental.

Actividad:

1) Señala cuál era el rol del Estado para el neobatllismo destacando sus principales medidas
económicas.
2) Resume las realizaciones de su gobierno.
3) Indica cuáles fueron las principales críticas realizadas por sus opositores.
4) Explica las nociones de creencia de excepcionalidad y“ Uruguay feliz”.

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