Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
BG-01 ZONA 1
8 DE DICIEMBRE DE
2023
UNA EXTRAÑA MALDICION
Los caporales que atravesaban su ganado no se inmutaban ante los gritos del
chofer, solo miraban hacia el camión y seguían con su trabajo. Por fin el
camión avanzó, yo quería llegar a tomar un café caliente con mis tíos y
quise dormir un poco, pero los relámpagos y el poderoso viento que se sentía,
pueblos de los que no salen en los mapas; y aunque era muy pequeño a mí
me gustaba muchísimo vivir ahí, donde toda la gente se saluda, se ubica al sur
del Estado de México, la gente es cálida por naturaleza, mi rostro emitió una
leve sonrisa al recordar a la gente. En ese mismo momento un rayo cayó casi
que en ese tiempo era donde vivía. Esa noche me encontraba con mi prima,
Martha 4 años mayor que yo, nos gustaba ver la lluvia, los truenos y sobre todo
ver como las sombras de los árboles, las casas y los perros, como
vez más intensos, junto con un fortísimo pero esplendoroso viento nos removía
el cabello de la cabeza, hacían que las copas de los árboles se mecieran como
Agosto, ahí nos sentamos, jugando a los juegos de manos, de pronto al caer
un relámpago las dos vimos al mismo tiempo la silueta de lo que parecía ser
una anciana encorvada, que agitando sus manos nos enseñaba dos pequeñas
figuras como una especie de muñecos no alcanzamos a ver lo que eran, pero
metimos corriendo. No paramos hasta llegar del otro lado de la casa, donde los
tíos platicaban animosamente las anécdotas del día. Nunca a nadie contamos
En los días posteriores, todo ocurría con normalidad, hasta que pasados 7 días
contando nuestro sentir de aquel día. En ese momento la puerta del cuarto
mismo tiempo que ese frio recorría toda mi espina dorsal. Martha salió
donde quedé de una sola pieza sin poder correr junto a mi prima, al ver dos
figuras como de masilla, de esa que usan los niños para modelar, aunque más
toques cafés, eran en realidad unos muñecos muy raros, y al tacto las manos
crédito a lo que mis ojos veían, éstas entraban volando o por lo menos eso era
mis pies, en ese momento creo que me desmayé porque desperté en mi cama.
“Ah” respiré tranquila. Todo fue una terrible pesadilla, pero qué equivocada
que ella me llevó a mi cama. No quise hablar, la única en la que podía confiar
era en Martha. Cuando giré mi cabeza para tomarme la leche que mi tía me
había traído, ahí estaban los muñecos que había visto, como estatuillas,
vida. Deseaba con toda mi alma que amaneciera, y así pasó, muy tempranito
inmediato supo de qué se trataba. Le tuve que cerrar la boca porque no pudo
Yo le contesté:
-¿Cómo crees? ¿Cómo que así llegaron sin más ni más?- dudó, pero ella sabía
Así que pensamos que lo mejor era deshacemos de ellos y concluimos que el
luchando por atraparla, que no nos dimos cuenta que casi atropellamos a una
cabeza las dos vimos que era el mismo rostro de la viejita de la noche de los
nuestra por los hechos vividos en los últimos días, tratando de que el miedo no
las escaleras para llegar. Quedamos en shock al ver a los muñecos en el sofá
cortarlos con las tijeras y echarlos a la basura. Así lo hicimos y todas las veces
paz. Esa noche Martha dormiría en mi casa, sus padres se habían ido a un
Andrés tres días. Estábamos felices, tres grandes días para nosotras,
Félix, un viejo ávaro que no tenia ni perro que le ladrara, bueno si, su esposa
Félix cuando se diera cuenta del hurto; hasta pensamos en meternos a su casa
animadas que los primeros ruidos no los percibimos, las dos tumbadas sobre la
cama guardamos silencio. Percibimos unos extraños ruidos en la puerta
principal de ese apartado de la casa, son los gatos le dije a Martha, tratando de
hicieron cada vez más fuertes y más cerca los escuchamos, saltamos de la
cuerpo empezó a sudar frío, la distancia era mucha para llegar a donde
estaban mis tíos, por lo que no era una opción, con miedo salimos de la
calcetín mi gato,
que aun sirviera, pues nunca la había usado, por fortuna ¡Si sirve! Le grite a
positivas para tranquilizarnos, pero algo en mi interior me decía que había algo
produjo, parecía venir de las escaleras abajo, eso nos paró en seco; tratamos
la primera figura, ésta parecía ser femenina, eso nos pareció reía como si
tuviera un trastorno mental, sus ojos daban vueltas y de su boca salían como
dos lenguas de víbora, escurriéndole como una baba, y sus manos parecían
como larvas con miles de ojos que también daban vueltas, intentamos
quieren? ¿Qué son?, ellos solo nos miraban con una mirada malévola.
Y su risa malévola, oscura y hasta cierto punto loca, se escuchaba cada vez
más fuerte. Yo quería estar en el otro lado del mundo en ese momento, apenas
de su cara, pues estos al cobrar vida verdaderamente nos hacían respirar con
Los espectros ahí estaban, el que parecía hombre se acercó tanto a mí que
pensé que me mataría, pero solo me olfateó como perro y su asquerosa lengua
ceder. Poco a poco fui abriendo los ojos, ya no tenía la lámpara en la mano
7 días para ser exactos, estos 7 días son los del sol negro.
No entendí lo que quiso decir con lo del sol negro, apenas me quise mover el
-¡El cielo no existe ni el infierno niñas tontas! Así que los rezos no sirven.
Pero también recordé que el padre Benito había dicho que el diablo es
mentiroso, por lo que le dije a Martha que siguiera rezando, y yo cada vez más
fuerte me empecé a sentir, y creía que tenía toda la fuerza del mundo para
que escuchara el relato quedaría expuesto para que ellos entraran a su vida.