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Unidad 1

En estas notas introduciremos las ideas que acompañen este curso y que están basadas en la obra
de Marilina Carena (2019): Manual de Matemática Preuniversitaria (Ediciones UNL). Para
profundizar algunas de ellas, puede consultarse la obra digital de manera gratuita aquí.

Ecuaciones
La resolución de ecuaciones es un tema que ocupó a la matemática históricamente.
De hecho, muchas ecuaciones aun aguardan formas de resolución cerradas que
matemáticos y matemáticas todavía investigan y para las que, en el mejor de los
casos, se han encontrado formas de aproximación de sus soluciones.

Elaborar una teoría que permita resolver (cierto tipo de) ecuaciones es, y sigue siendo,
un fin de la matemática y sus aplicaciones. Sin embargo, esto no es sencillo. Por eso,
las ecuaciones que estudiaremos aquí, así como sus estrategias de resolución, serán
las más elementales: datan de varios siglos y sus soluciones fueron dadas por
célebres personajes de la historia de la matemática.

En esta unidad, además, recuperaremos muchas ideas y saberes previos:


especialmente, en lo relativo a las operaciones en ℝ y a los polinomios.

Del lenguaje ordinario al lenguaje del álgebra

Innumerables situaciones correspondientes a diversas áreas y situaciones cotidianas


pueden ser modeladas mediante ecuaciones. Como ya vimos, la matemática tiene
un lenguaje y una sintaxis propia, que de a poco hay que ir incorporando.

Para resolver un problema en el contexto de la matemática, es necesaria una cierta


“traducción”. Podríamos decir que un primer paso es, entonces, el de traducir del
lenguaje ordinario al lenguaje algebraico.

Antes de "traducir" problemas concretos, comencemos expresando cosas más


simples. En la siguiente lista se escriben en lenguaje matemático algunas frases
frecuentes.

Como sabemos, es posible representar un número cualquiera (de un cierto conjunto,


por ejemplo, un número real) con una letra que usualmente llamamos indeterminada1
o variable. Así, por ejemplo, en lugar de decir “un número real cualquiera” decimos “𝑥
tal que 𝑥 es real” o, de forma sintética, “𝑥 ∈ ℝ”. Más aún: si en el contexto en el que
estamos trabajando se sobreentiende el conjunto al que puede pertenecer el número,
entonces es usual que escribamos o digamos “𝑥” en lugar de lo anterior.

1Preferimos usar, por ahora, indeterminada en lugar de variable porque, muchas veces, la noción de
variable es bastante más amplia que lo que nos ocupa acá.

1
Este será nuestro caso: para todo lo que sigue, siempre asumiremos (salvo
que se indique lo contrario) que nuestras indeterminadas pertenecen al
conjunto de los números reales.

De esta forma, podemos enumerar algunas expresiones usuales del lenguaje


ordinario y ver cómo podríamos representarlas en el lenguaje algebraico. En todos los
casos y salvo indicación contraria en naranja, consideramos que los números a los
que haremos referencia son números reales. Además, como el rol de la letra puede
ser múltiple, en verde se marcan las indeterminadas de cada caso.

El doble de un número. 2𝑥

Las tres cuartas partes de un número. 3


𝑦
4

Se aumenta en 5 al triple de un número. 5 + 3𝑤

El triple de un número, aumentado en 5 3𝑗 + 5

La mitad del consecutivo de un número entero. 1


(𝑧 + 1) con 𝑧 ∈ ℤ
2

Un número supera a otro en 30 unidades. 𝑘 = 𝑙 + 30

Un número natural más su consecutivo. 𝑛 + (𝑛 + 1) con 𝑛 ∈ ℕ

Un número impar más su impar consecutivo (2𝑛 + 1) + (2𝑛 + 3)


con 𝑛 ∈ ℕ

La raíz cuadrada de un número. √𝛼

El cubo de un número aumentado en 𝜋. (𝛽 + 𝜋)3

La mitad de la base por la altura. 1


𝑏𝑎 representando
2
con 𝑏 > 0, la base y
𝑎 > 0, la altura.

2
Pensemos ahora en el siguiente ejemplo: “Si al doble de un número se le suma 1, el
resultado es 11, ¿cuál es el número?”.

Ciertamente, para responder aquello no necesitamos ni de las ecuaciones ni del


lenguaje algebraico pues es muy fácil ver que el número en cuestión es el 5. ¿Por
qué? Porque si calculamos el doble de 5 y le sumamos 1, el resultado es 11; que es
justamente la condición que se le pedía al número.

Ahora bien, si la pregunta fuera esta otra: “Si al doble de un número se le resta su
mitad, resulta 84. ¿Cuál es el número?”, la respuesta ya no sería tan obvia, aunque
tampoco sería imposible diseñarse una estrategia sencilla para hallarla.

Por ejemplo, podríamos traducir esta pregunta al lenguaje algebraico. Llamemos 𝑥 a


ese número desconocido y supongamos que es un número real. Entonces:

1
2𝑥 − 𝑥 = 84
2

Lo anterior es lo que en breve llamaremos ecuación. Y la respuesta que buscamos


será, precisamente, lo que llamaremos solución.
1
También es fácil ver que la expresión 2𝑥 − 2 𝑥 podría ser pensada como un polinomio
1
en 𝑥. Si llamamos 𝑝(𝑥) a 2𝑥 − 2 𝑥, la expresión

𝑝(𝑥) = 84

podría pensarse cómo la búsqueda de un cierto valor 𝑥 tal que al especializar el


polinomio 𝑝, su valor es 84.

Esto muestra cómo los conceptos matemáticos que conocemos y


estudiamos están íntimamente vinculados entre sí. Por lo tanto, podemos
aprovechar esos vínculos para que lo que vamos aprendiendo no esté tan
desconectado y para que tengamos a disposición más herramientas para
tratar de resolver un problema.

Por ahora, dejaremos esa pregunta sin respuesta, pero con la idea de que:

1) pudimos escribir el problema en lenguaje algebraico y

2) pudimos vincularlo con un objeto conocido: los polinomios y todo aquello que
hemos estudiado en algún momento en la escuela secundaria.

3
Ecuaciones y su resolución

Una ecuación es una igualdad entre dos expresiones conteniendo uno o más valores
desconocidos. Las expresiones que aparecen a ambos lados del símbolo = (igual) se
llaman miembros de la ecuación.

Ecuaciones son, por ejemplo, las siguientes.


1
a. 2𝑥 − 2 𝑥 = 84

1
b. 𝑥 2 − 2 𝑥 + 3 = 𝜋

c. √𝑥 + 2 − 𝑦 = 4𝑦 − 𝑤

(𝑧+3)2 −√𝑧
d. √ = −15𝑧 + 3
𝑧 4 +8

Como ya dijimos, el rol que cumplen las letras en la matemática es diverso. No siempre
las letras representan cantidades desconocidas, variables o indeterminadas. A veces
representan constantes, cantidades conocidas, parámetros, etc.

Por ejemplo, en la ecuación b., la letra 𝜋 podría ser una cantidad desconocida o bien,
el número irracional pi que todos ya conocemos. En la ecuación c., por ejemplo,
intervienen tres letras: 𝑥, 𝑦, 𝑤 pero todas ellas podrían (o no) ser cantidades
desconocidas. En cualquier caso, siempre debe quedar claro cuál es la cantidad
desconocida de la ecuación en cuestión.

En particular, en este curso revisaremos cómo resolver ecuaciones que tengan


solamente un valor desconocido. Al valor desconocido se lo llama incógnita, y se
lo suele denotar con 𝑥, pero puede representarse con cualquier otra letra.

Antes de ver cómo resolver ecuaciones, hay que entender qué significa
esto. Resolver una ecuación es simplemente hallar el valor (o los
valores) de la incógnita, de manera que la igualdad sea cierta si
reemplazamos dicha incógnita por cualquiera de los valores
hallados.

Cualquier valor de la incógnita que haga cierta la igualdad se llama solución de la


ecuación. Dependiendo del caso, el valor buscado puede ser único, pueden existir
varios valores que hagan la igualdad cierta, o puede ocurrir que no exista ninguno.

Luego, una ecuación puede tener una única solución, varias o ninguna, y es llamada
identidad cuando es verdadera para cualquier valor de la incógnita.

4
Por ejemplo, en la ecuación

𝑥+1=2

Es fácil ver que una solución es 𝑥 = 1 pues, cuando la incógnita 𝑥 toma el valor 1, en
lo anterior se llega a una igualdad cierta

1+1= 2

De igual modo, 𝑥 = 3 no es solución de la ecuación porque, al reemplazar, lo que se


obtiene en la igualdad no es cierto

3+1≠ 2

Por ejemplo, en la ecuación

𝑥+2=𝑥+1

también es fácil ver que no hay solución posible ya que es imposible que un número
aumentado en 2 sea igual a ese mismo número aumentado en 1.

En cambio, la ecuación

𝑥+2=𝑥+1+1

es una identidad y tendrá infinitas soluciones, ya que cualquier número real 𝑥


aumentado en dos unidades resulta igual a ese mismo número 𝑥 aumentado en una
unidad y luego en otra.

Afortunadamente, siempre es posible saber por nuestra cuenta si hemos resuelto


correctamente una ecuación. A este proceso se lo conoce como verificación.

Por ejemplo, para saber si 𝑥 = 1 es solución de la ecuación

𝑥+3= 5−𝑥

basta con reemplazar y verificar que ambos miembros de la igualdad son iguales

𝑥+3=⏟
⏟ 5−𝑥
1+3=4 5−1=4

Retomemos la sencilla ecuación 𝑥 + 3 = 5 − 𝑥 de la que ya sabemos que 𝑥 = 1 es


una solución, porque lo hemos verificado recién. Esa ecuación es equivalente a

2𝑥 + 3 = 5
5
pues 𝑥 = 1 también es solución de ella

2𝑥
⏟+3=⏟
5
2⋅1+3=5 5

Y, a la vez, todas ellas son también equivalentes a la ecuación

2𝑥 = 5 − 3

por la misma razón: 𝑥 = 1 es también su solución

2𝑥
⏟ =⏟
5−3
2⋅1=2 2

Formalmente diremos que dos ecuaciones son equivalentes si tienen el mismo


conjunto de soluciones. Utilizaremos el símbolo ⟺ (que se lee "si y solo si") para
conectar dos ecuaciones que sean equivalentes.

En nuestro ejemplo:

𝑥 + 3 = 5 − 𝑥 ⟺ 2𝑥 = 5 − 3 ⟺ 2𝑥 = 2 ⟺ 𝑥 = 1

La escritura “lineal” de esas equivalencias, a veces, es un poco “pesada”. Por ello, es


usual que escribamos esa “tira” de equivalencias en forma vertical y, muchas veces,
omitiremos el símbolo ⟺ asumiendo que el lector sobreentiende que lo que se tiene
no son ecuaciones iguales sino equivalentes.

Así, entonces, lo anterior se puede escribir como

𝑥+3 = 5−𝑥
2𝑥 = 5−3
2𝑥 = 2
𝑥 = 1

Acá vale la pena observar que esas equivalencias no fueron elegidas al azar: cada
una de ellas parece estar vinculada con la anterior, pero con una estructura más
simple, hasta que la última de las ecuaciones es, de hecho, la solución.

Esta idea de transformar ecuaciones en otras equivalentes es la idea


central de la resolución de ecuaciones. La pregunta es, ¿cómo encontrarlas?

6
La propiedad uniforme (nada “pasa” en realidad)

De forma muy escueta, la propiedad uniforme es la que nos permitirá obtener


ecuaciones equivalentes que, esperamos, resulten más simples.

Propiedad uniforme: Si se realiza la misma operación con el mismo número en


ambos miembros de una ecuación, se mantiene la igualdad.

La propiedad uniforme es la base para resolver ecuaciones, y es la que justifica lo que


en lenguaje coloquial expresamos como "pasar" algo de un lado a otro de la igualdad.
Sin embargo, la idea de “pasar” (aunque válida) esconde casi que mágicamente lo
que hay de fondo en el proceso de hallar ecuaciones equivalentes y es la toma de
decisiones.

Es el usuario, el que está resolviendo el problema, el que deberá decidir


qué operación realizar en ambos miembros de la ecuación para obtener
una ecuación equivalente, pero más simple.

Recordemos el ejemplo de 𝑥 + 3 = 5 − 𝑥. En ese ejemplo, obtuvimos ecuaciones


equivalentes que eran, cada vez, más simples. Veamos cómo ahora obtenemos
ecuaciones equivalentes por la propiedad uniforme, pero no resultan más simples.

𝒙+𝟑 = 𝟓−𝒙 Ecuación original

𝑥+3 5−𝑥 Dividimos por 18


=
18 18
𝑥+3 5−𝑥 Sumamos 2𝑥
+ 2𝑥 = + 2𝑥
18 18
𝑥+3 5−𝑥 Restamos 𝑥 2
+ 2𝑥 − 𝑥 2 = + 2𝑥 − 𝑥 2
18 18

Está claro que no cualquier operación simplifica la estructura de la ecuación original.

Aquí recuperamos, entonces, las propiedades de las operaciones que estudiamos en


las unidades pasadas. El objetivo: “neutralizar” para ir “despejando” la incógnita;
el cómo: con los inversos. Recordemos que el neutro y el inverso dependen tanto
de la operación como del conjunto sobre el que se está operando.

Por ejemplo, para resolver la ecuación

6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33

podríamos querer “pasar” el 15 sumando. Pero ¿por qué haríamos eso? Revisemos
el ejemplo a continuación.

7
6(𝑥 − 4)3 − 15 + 15 = 33 + 15 sumamos 15 a ambos lados
6(𝑥 − 4)3 + 0 = 33 + 15 −15 + 15 = 0 por ser opuestos
6(𝑥 − 4)3 = 48 33 + 15 = 48

Observemos cómo algo que parece tan ingenuo como “pasar” el 15 sumando, en
realidad, involucra múltiples propiedades que hemos estudiado:

• usamos la propiedad uniforme en el primer paso,

• luego usamos la propiedad asociativa de la suma y la propiedad de existencia


del opuesto y,

• finalmente, usamos que el 0 es neutro para la suma y operamos.

Todas esas operaciones y propiedades se resumen al decir informalmente que


"pasamos" el 15 sumando… En la práctica, los pasos intermedios podemos omitirlos
siempre y cuando sepamos qué hacemos y por qué lo hacemos.

De la misma forma, con el fin de despejar 𝑥 ahora "pasamos" el número 6 para el otro
lado. En este caso, como está multiplicando "pasa" para el otro lado dividiendo. Pero,
en realidad, lo que está ocurriendo es lo siguiente.

6(𝑥 − 4)3 48
= dividimos por 6 a ambos lados
6 6
1
𝟏(𝑥 − 4)3 = 33 + 15 6∶6= 6⋅ = 1 por ser recíprocos
6
48
(𝑥 − 4)3 = 8 =8
6

Explicitemos las propiedades que usamos en lo anterior:

• usamos la propiedad uniforme en el primer paso,

• luego, usamos la propiedad asociativa del producto y la propiedad de existencia


del recíproco y,

• finalmente, usamos que el 1 es neutro para el producto y operamos.

Seguimos despejando 𝑥. Ahora, vamos a querer “pasar” el cubo para el otro lado.
Veamos de qué se trata eso.

3 3
√(𝑥 − 4)3 = √8 operamos la raíz cúbica a ambos lados
3 3
𝑥−4 = √8 √(𝑥 − 4)3 = 𝑥 − 4
3
𝑥−4 = 2 √8 = 2

8
Explicitemos las propiedades que usamos en lo anterior:

• usamos la propiedad uniforme en el primer paso y esto es posible porque la


raíz cúbica sabemos que está definida para radicando real,

• y luego usamos la propiedad que vimos al final de la unidad 3 en la que


declaramos la relación inversa entre la potenciación y la radicación para índice
impar; y operamos.

El último paso del “despeje” seguro es trivial a esta altura.

𝑥−4+4 = 2−4 sumamos 4 a ambos lados


𝑥+0 = 2+4 −4 + 4 = 0 por ser opuestos
𝑥 = 6 2+4 =6

De nuevo, explicitemos las propiedades que usamos en lo anterior:

• usamos la propiedad uniforme en el primer paso,

• luego usamos la propiedad asociativa de la suma y la propiedad de existencia


del opuesto y,

• finalmente, usamos que el 0 es neutro para la suma y operamos.

Una vez que tengamos confianza con el uso de las propiedades en el contexto del
despeje, es probable que sinteticemos todo lo anterior en una escritura como esta:

6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33
6(𝑥 − 4)3 = 48
(𝑥 − 4)3 = 8
𝑥−4 = 2
𝑥 = 6

De esta forma, probamos que la ecuación 6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33 resulta equivalente a


la ecuación 𝑥 = 6. De ello concluimos que 𝑥 = 6 es la única solución de la ecuación
original. Como siempre, podemos verificar que lo sea reemplazando 𝑥 por 6 en la
ecuación original y comprobando que se obtiene una igualdad que resulta cierta.

Ahora bien, en lo anterior afirmamos que 𝑥 = 6 era la única solución. ¿Por qué esto
es así? Porque, como cada uno de los pasos daba lugar a una ecuación equivalente
a la anterior, tenemos garantía de que el conjunto solución de la primera (recordemos
que era 6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33) es el mismo que el de la última (𝑥 = 6). Y de esta última,
vemos que el único 𝑥 que satisface 𝑥 = 6 es… ¡6! Lo que prueba que 𝑥 = 6 es la única
solución de 6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33.

9
Posta 1
1. El objetivo de este ejercicio es evitar cometer los siguientes errores, que son
frecuentes al “despejar” incógnitas. Explicar, en cada caso, por qué no es
correcto el despeje propuesto; es decir, por qué la ecuación transformada
no resulta equivalente a la original. Corregirlas y resolverlas.

a. 2𝑥 + 3 = 10 Ecuación original
10
𝑥+3 =
2

b. 6𝑥 = 30 Ecuación original
30
𝑥 =
−6

c. 6(𝑥 − 4)3 = 48 Ecuación original


6(𝑥 − 4) = 3√48

(𝑥 − 4)2 = 49 Ecuación original


𝑥−4 = √49

2. Proponer y resolver cuatro ecuaciones de una incógnita real de modo tal que:
a. La primera, tenga única solución.
b. La segunda, tenga exactamente dos soluciones.
c. La tercera, tenga infinitas soluciones.
d. La cuarta, no tenga solución.

3. Resolver el problema pendiente de la página 3.

Para el ejercicio 2., no hace falta (ni se espera) que propongan ecuaciones
complicadas. De hecho, la idea es proponer cuatro ejemplos simples que
cumplan, en cada caso, con las condiciones pedidas.

Para discutir juntos. ¿Existe alguna relación entre las ecuaciones y los
polinomios? Si así fuera, ejemplificar.

10
Ejemplo integrador. Resolver la ecuación 6(𝑥 + 2) − 21 = 3(𝑥 + 1).

La que sigue, es una posible resolución. Como siempre, existen otras formas de
resolver y/u otro orden de ejecución de los “pasos”.

6(𝑥 + 2) − 21 = 3(𝑥 + 1)
6𝑥 + 12 − 21 = 3𝑥 + 3 propiedad distributiva del producto
6𝑥 − 9 = 3𝑥 + 3 se resolvió 12 − 21
6𝑥 − 3𝑥 = 9+3 se sumó 9 − 3𝑥 en ambos miembros
3𝑥 = 12 se resolvió 9+3
𝑥 = 4 se dividieron ambos miembros por 3.

Luego, la solución única es 𝒙 = 𝟒. Verificamos que así sea:

6 ⋅ (4 + 2) − 21 ¿ =? 3 ⋅ (4 + 1)
6 ⋅ (6) − 21 ¿ =? 3 ⋅ (5)
36 − 21 ¿ =? 15
𝟏𝟓 = 𝟏𝟓

¡Alerta! Ejemplo capcioso. Resolver la ecuación √𝑥 − 3 = −2.

La que sigue, es una posible resolución.

√𝑥 − 3 = −2 ecuación original
2
(√𝑥 − 3) = (−2)2 se elevó al cuadrado ambos miembros
𝑛 𝑛
𝑥−3 = 4 se usó que ( √𝑥) = 𝑥 y se resolvió (−2)2
𝑥 = 4+3 se sumó 3 en ambos miembros
𝑥 = 7 se resolvió 4 + 3
Todo lo anterior parece correcto, lo que nos llevaría a concluir que la solución única
es 𝒙 = 𝟕. Sin embargo, al verificar:

√7 − 3 ¿ =? −2
√4 ¿ =? −2
2 ≠ −2
Luego, 𝑥 = 7 no es solución de la ecuación y, como era la única posible,
concluimos que esta ecuación no tiene solución real. En estos casos se dice,
también, que el conjunto solución es vacío y se denota así: 𝑺 = {∅}.

11
Definimos como raíz 𝒏-ésima principal del número 𝑥 al único número real
𝑛
positivo 𝑟 que satisface 𝑟 𝑛 = 𝑥 y lo denotaremos como 𝑟 = √𝑥. Cuando 𝑛 es
𝑛
par y 𝑥 es negativo, √𝑥 no está definido.

Esto que remarcamos hace que, en el ejemplo anterior, al haber elevado al cuadrado
ambos miembros como estrategia de despeje, se agreguen soluciones ficticias: es
decir, “soluciones aparentes”, que no son soluciones de la ecuación original. Por
eso, en estos casos, la verificación es obligatoria: hay que hacerla.

También podríamos haber concluido que la ecuación √𝑥 − 3 = −2 no tenía solución


al ver que se pedía hallar un número disminuido en 3 del que su raíz cuadrada
resultaba negativa: esto no es posible pues, por definición, las raíces cuadradas (como
todas las raíces de índice par) son siempre positivas o 0.

Entonces, cuando para eliminar el radical, elevamos un número a una potencia par,
podemos introducir una solución ficticia. El motivo, formalmente, es el siguiente: si dos
números son iguales, sus cuadrados también lo son:

𝑎 = 𝑏 ⇒ 𝑎2 = 𝑏 2

Sin embargo, si los cuadrados de un par de números son iguales, no podemos afirmar
que los números lo sean

𝑎2 = 𝑏 2 ⇏ 𝑎 = 𝑏

pues lo que sí vale es que

𝑎2 = 𝑏 2 ⇒ |𝑎| = |𝑏|

ya que siempre vale que √𝑥 2 = |𝑥|, como vimos al final de la unidad anterior. Veamos
un ejemplo con 2 y −2 para convencernos

⏟2 = (−2)
2 ⏟ 2 ⇏ −2 ⏟
=2
4 4 ≠

⏟2 = (−2)
2 ⏟ 2 ⇒ |2|
⏟=⏟ | − 2|
4 4 2 2

En el contexto de las ecuaciones y los “despejes”, estamos diciendo que:

• si un valor 𝑥 es solución de la ecuación original, entonces debe ser solución de


la ecuación obtenida al elevar la original al cuadrado, por esta propiedad: 𝑎 =
𝑏 ⇒ 𝑎2 = 𝑏 2 ;

12
• sin embargo, eso no significa que lo recíproco sea cierto: no todo valor que
satisfaga la ecuación resultante de elevar al cuadrado la original, será solución
de la original, porque ya vimos que 𝑎2 = 𝑏 2 ⇏ 𝑎 = 𝑏.

Entonces, ¿por qué elevamos al cuadrado para despejar a riesgo de


incorporar soluciones ficticias? Por un lado, porque muchas veces no
conocemos otra alternativa de despeje. Pero, además y más importante,
porque si la ecuación original tiene soluciones, estas se encontrarán
entre las soluciones de la que se obtuvo al elevar al cuadrado. Luego,
para hallar las soluciones de la ecuación dada, simplemente debemos
verificar cuáles de estos valores la satisfacen. Si ninguno lo hace, la
ecuación no tiene solución.

Resolver ecuaciones nos pone constantemente en situación de uso de


propiedades de las operaciones. Hasta ahora, entonces, el único resguardo
que hay que tener para resolver ecuaciones es ése: conocer y comprender
cómo operar y sus propiedades.

Veamos un ejemplo más que ilustra qué ocurre al utilizar erróneamente una operación
y/o sus propiedades.

Supongamos que queremos resolver 3𝑥 − 6 = 8𝑥 − 16. Siguiendo la estrategia usual,

3𝑥 − 6 = 8𝑥 − 16
3𝑥 − 8𝑥 = −16 + 6
−5𝑥 = −10
𝑥 = 2

llegaríamos a que 𝑥 = 2 es la única solución (verificarlo).

Ahora bien, alguien podría resolver de esta otra manera

3𝑥 − 6 = 8𝑥 − 16
3(𝑥 − 2) = 8(𝑥 − 2)
(𝑥 − 2) (𝑥 − 2)
3 = 8
(𝑥 − 2) (𝑥 − 2)
3 = 8

y se llegaría a un absurdo, pues 3 no es igual a 8 (lo que, en cualquier otro contexto,


significaría que la ecuación no tiene solución; pues no existe 𝑥 real que haga que 3
sea igual a 8).

Ahora bien, arriba probamos que 𝑥 = 2 es la única solución de esta ecuación, sin
embargo, acá no está apareciendo. ¿Por qué? ¿Cómo es posible?

13
El problema está en el “despeje”. Es decir, alguna de las ecuaciones que
supusimos equivalente (por creer que estábamos despejando correctamente), no lo
es. El problema está en el paso entre estas dos ecuaciones

(𝑥 − 2) (𝑥 − 2)
3 = 8
(𝑥 − 2) (𝑥 − 2)
3 = 8

La cantidad (𝑥 − 2) es un número real para los posibles valores que tome 𝑥 y, como
tal, puede ser dividida por cualquier otra cantidad real no nula. En particular, si es
dividida por la misma cantidad (𝑥 − 2), el resultado será 1 pero, de nuevo, siempre y
cuando esa cantidad sea no nula.

Esto es justamente lo que está ocurriendo acá. La única solución de la ecuación 3𝑥 −


6 = 8𝑥 − 16 vimos que es 𝑥 = 2 que, a su vez, es justamente el valor que anula a la
expresión 𝑥 − 2. Luego, al escribir

(𝑥 − 2)
(𝑥 − 2)

estamos dividiendo por 0, aunque no lo parezca y esto, como sabemos, no está


definido en los reales. Para que estas dos ecuaciones sí resulten equivalentes, habría
que excluir el valor que anula 𝑥 − 2.

(𝑥 − 2) (𝑥 − 2)
3 = 8 siempre que 𝑥 − 2 ≠ 0 o bien, siempre que 𝑥 ≠ 2
(𝑥 − 2) (𝑥 − 2)
3 = 8

Ahora sí, la equivalencia es correcta, pero en este ejemplo, esta estrategia de


resolución no hubiera servido porque excluía, precisamente, a la solución buscada.

Síntesis de los casos a tener cuidado al “despejar”.


• Se pueden generar soluciones ficticias cuando elevamos al
cuadrado o a cualquier potencia par.
• Se pueden perder soluciones al simplificar erróneamente exponentes
e índices pares.
• Se pueden perder soluciones al dividir por una expresión y no
considerar el caso en que ésta se anule. Si se hiciera esto, siempre
habría que descartar los valores que generen denominadores iguales
a cero y estudiarlos de forma particular.

Ecuaciones polinómicas

14
En la sección anterior, pudimos resolver esta ecuación 6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33 y
probamos que su única solución era 𝑥 = 6.

Ahora, además, ya estamos en condiciones de decir que esa equivalente a esta otra

6(𝑥 − 4)3 − 48 = 0

Por lo que sabemos de polinomios, también estamos en condiciones de decir que la


expresión

6(𝑥 − 4)3 − 48

es un polinomio de grado 3 en la variable 𝑥. Es decir, 𝑝(𝑥) = 6(𝑥 − 4)3 − 48. Desde


esta perspectiva, entonces, el problema de resolver la ecuación 6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33
es equivalente al problema de hallar las raíces reales del polinomio 𝑝(𝑥) pues

6(𝑥 − 4)3 − 15 = 33 ⇔ 𝑝(𝑥) = 0

Que, a su vez, es equivalente al problema de hallar la factorización de 𝑝(𝑥)

𝟔(𝒙 − 𝟒)𝟑 − 𝟏𝟓 = 𝟑𝟑 ⇔ 𝒑(𝒙) = 𝟎 ⇔ factorizamos completamente a 𝒑(𝒙)

Es decir, los problemas naranja, verde y violeta son equivalentes pues, resolviendo
cualquiera de ellos, podemos resolver los restantes de forma inmediata. Veámoslo
con un sencillo ejemplo.

Resolvamos la ecuación 𝒙𝟐 = 𝟗. Sin embargo, antes de hacerlo repasemos algunos


conceptos que serán necesarios para comprender el proceso.

Recordemos que el valor absoluto de un número real 𝑥 se indica con |𝑥| y se


define como

𝑥, si 𝑥 ≥ 0
|𝑥| = { .
−𝑥, si 𝑥 < 0

Geométricamente, |𝑥| representa la distancia del número 𝑥 al cero.

𝑛 |𝑥|, si 𝑛 es par;
Además, si 𝑥 ∈ ℝ y 𝑛 es un número natural, √𝑥 𝑛 = {
𝑥, si 𝑛 es impar.

Entonces, sabemos que:

15
𝑥2 = 9
√𝑥 2 = √9
|𝑥| = 3

Luego, las soluciones son 𝑥 = 3 y 𝑥 = −3, que es lo mismo que 𝑺 = {−𝟑, 𝟑}.

Veamos que esto es equivalente a hallar los ceros o raíces de 𝒑(𝒙) = 𝒙𝟐 − 𝟗. El


ejemplo es trivial, pues es fácil ver que

𝑝(3) = 32 − 9 = 0, luego 𝑥 = 3 es una raíz de 𝑝(𝑥)

𝑝(−3) = (−3)2 − 9 = 0, luego 𝑥 = −3 es una raíz de 𝑝(𝑥)

Las raíces de 𝑝(𝑥) son 𝟑 y −𝟑 (en breve vamos a probar que un polinomio de segundo
grado no podrá tener más de 2 raíces reales).

Por último, busquemos la factorización completa de 𝒑(𝒙) = 𝒙𝟐 − 𝟗. Ya sea porque


hallamos las raíces antes, porque usamos el teorema de la raíz racional o porque
usamos una diferencia de cuadrados, es fácil ver que la factorización completa que
𝑝(𝑥) es

𝒑(𝒙) = (𝒙 − 𝟑)(𝒙 + 𝟑).

Si miramos con detalle los tres ejemplos, veremos que en todos los casos estamos
trabajando en torno a la misma idea, solo que en contextos diferentes: resolver una
ecuación polinómica, hallar las raíces de un polinomio o bien, factorizar
completamente un polinomio.

Como vemos, en el contexto de las ecuaciones polinómicas, la factorización y


búsqueda de raíces será fundamental.

Las ecuaciones polinómicas de segundo grado o ecuaciones cuadráticas son de la


forma

𝑎𝑥 2 + 𝑏𝑥 + 𝑐 = 0

donde 𝑎, 𝑏 y 𝑐 son números reales, con 𝑎 ≠ 0, y donde 𝑥 es la incógnita. Es decir, una


ecuación cuadrática no es más que un polinomio de grado 2 igualado a cero y, por lo
tanto, las raíces de ese polinomio serán solución de la ecuación y viceversa.

Aquí, 𝑎 es llamado coeficiente cuadrático, 𝑏 el coeficiente lineal y 𝑐 es el término


independiente. Imponemos la condición de que 𝑎 sea distinto de cero para que
efectivamente sea un polinomio de grado 2. Si 𝑎 = 0 entonces la ecuación anterior

16
toma la forma 𝑏𝑥 + 𝑐 = 0 y deja de ser cuadrática. En ese caso, además, si 𝑏 ≠ 0, la
𝑐
ecuación se conoce como ecuación lineal y su solución siempre es 𝑥 = − 𝑏.

El primer problema que nos encontraremos con estas ecuaciones será, muchas
veces, la imposibilidad de “despeje” en los términos en que lo veníamos trabajando.

Por ejemplo, la ecuación 𝑥 2 − 6𝑥 + 5 = 0 ya no puede ser despejada con operaciones


sencillas como las que propusimos en la sección anterior (verificarlo). Hay que buscar
otra estrategia, por ejemplo, la de completar cuadrados.

Observemos el siguiente ejemplo.

𝑥 2 − 6𝑥 + 5 = 0
Identificamos el término del “doble producto” del cuadrado de un
𝑥2 − 2 ⋅ 𝟑 ⋅ 𝑥 + 5 = 0 binomio: 𝑎2 ± 2𝑎𝑏 + 𝑏2 = (𝑎 ± 𝑏)2
𝑥 2 − 2 ⋅ 𝟑 ⋅ 𝑥 + 5 + 𝟑𝟐 − 𝟑𝟐 = 0 Sumamos y restamos el cuadrado de 3.
𝑥 2 − 2 ⋅ 𝟑 ⋅ 𝑥 + 𝟑𝟐 − 32 + 5 = 0 Asociamos convenientemente.
Operamos e identificamos el cuadrado de un binomio pues
(𝒙 − 𝟑)𝟐 − 4 = 0 (𝒙 − 𝟑)𝟐 = 𝒙𝟐 − 𝟐 ⋅ 𝟑 ⋅ 𝒙 + 𝟑𝟐 .
(𝑥 − 3)2 = 4 Sumamos 4 en ambos miembros.
√(𝑥 − 3)2 = √4 Aplicamos raíz cuadrada en ambos miembros.
|𝑥 − 3| = 2 Operamos y usamos propiedades.

Finalmente,

𝑥−3=2 ó 𝑥 − 3 = −2

de lo que se obtiene que 𝑥 = 5 y 𝑥 = 1 son las soluciones de la ecuación: 𝑺 = {𝟏, 𝟓}.

Las ecuaciones cuadráticas, al parecer, cuando no admiten estrategia de “despeje”


usual, sí admiten la estrategia de completar cuadrados. No siempre tendrán
soluciones reales, pero de tenerlas, se podrían obtener por esta vía.

Ampliamos. Podríamos aplicar esta estrategia para una ecuación


cuadrática general y hallar, así, una forma cerrada para su solución. Esto
es, de hecho, lo que conduce a la famosa fórmula resolvente de la
ecuación cuadrática. Veamos a continuación cómo.

La solución de la ecuación cuadrática

Queremos resolver la ecuación

𝑎𝑥 2 + 𝑏𝑥 + 𝑐 = 0

con 𝑎 no nulo. Completemos cuadrados:

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2
𝑏
2
𝑐 2
𝑏 𝑏 2 𝑏 2 𝑐
𝑎𝑥 + 𝑏𝑥 + 𝑐 = 𝑎 (𝑥 + 𝑥 + ) = 𝑎 (𝑥 + 𝑥 + ( ) − ( ) + )
𝑎 𝑎 ⏟ 𝑎 2𝑎 2𝑎 𝑎
cuadrado de binomio
2 2
𝑏 𝑏
= 𝑎 (𝑥 + ) +𝑐−
2𝑎 4𝑎

Luego, la ecuación original se transforma en

𝑏 2 𝑏2
𝑎 (𝑥 + ) + 𝑐 − = 0
2𝑎 4𝑎
𝑏 2 𝑏2
𝑎 (𝑥 + ) = −𝑐
2𝑎 4𝑎
𝑏 2 𝑏 2 − 4𝑎𝑐
𝑎 (𝑥 + ) =
2𝑎 4𝑎
𝑏 2 2
𝑏 − 4𝑎𝑐
(𝑥 + ) =
2𝑎 4𝑎2
𝑏 𝑏 2 − 4𝑎𝑐
|𝑥 + | = √
2𝑎 4𝑎2
𝑏 √𝑏 2 − 4𝑎𝑐
𝑥+ = ± (∗)
2𝑎 2|𝑎|
𝑏 √𝑏 2 − 4𝑎𝑐
𝑥 = − ±
2𝑎 2𝑎
−𝒃 ± √𝒃𝟐 − 𝟒𝒂𝒄
𝒙 =
𝟐𝒂

Observemos que en lo anterior no hicimos más que usar muchas de las propiedades
sobre operaciones que estudiamos en las unidades anteriores, además de las ideas
elementales de despeje que comentamos al inicio de la unidad2.

La solución general de la ecuación cuadrática, entonces, está dada por

−𝒃 ± √𝒃𝟐 − 𝟒𝒂𝒄
𝒙=
𝟐𝒂

Es decir, las soluciones de la ecuación dependen únicamente de los coeficientes 𝑎, 𝑏, 𝑐


de la ecuación original.

2 Vale mencionar algunas sutilezas. En la resolución, el paso marcado (*) es una alerta para considerar
lo siguiente: el ± no es más que una forma abreviada de “desarmar” el valor absoluto de la derecha y
conservar la escritura en una única expresión. Además, en el paso siguiente afirmamos que |𝑎| = 𝑎
pero eso solo es cierto para 𝑎 positivo. Sin embargo, en caso de que 𝑎 fuera negativo valdría que |𝑎| =
−𝑎 y ese signo − de todos modos sería contemplado por ± del numerador (pasaría a ∓ pero no es algo
que afecte a la solución final.

18
Sin embargo, no siempre existirán soluciones reales pues vemos que ello depende de
que √𝑏 2 − 4𝑎𝑐 esté bien definido (observar que es una raíz cuadrática de una cantidad
indeterminada y que, por lo tanto, podría ser negativa).

Los escenarios posibles son tres.

• Si 𝑏 2 − 4𝑎𝑐 < 0, no existen soluciones reales.

𝒃
• Si 𝑏 2 − 4𝑎𝑐 = 0, existe una única solución real dada por 𝒙 = − 𝟐𝒂.

• Si 𝑏 2 − 4𝑎𝑐 > 0, existen dos soluciones reales 𝑥1 , 𝑥2 dadas por

−𝒃 + √𝒃𝟐 − 𝟒𝒂𝒄 −𝒃 − √𝒃𝟐 − 𝟒𝒂𝒄


𝒙𝟏 = ; 𝒙𝟐 =
𝟐𝒂 𝟐𝒂

Deducir la fórmula anterior no es trivial: hay que procesar y madurar las ideas
que hubo en lo que escribimos. Sin embargo, lo que acabamos de conseguir
es realmente poderoso: ahora podemos resolver cualquier ecuación
cuadrática sin necesidad de hacer nada más que aplicar una fórmula.

Por ejemplo, la ecuación 𝑥 2 − 6𝑥 + 5 = 0 la resolvimos completando cuadrados y


llegamos a que 𝑆 = {1, 5}. Resolvámosla, pero ahora usando la fórmula que acabamos
de deducir. Lo único que debemos hacer es identificar los coeficientes 𝑎, 𝑏, 𝑐.

𝟏 ⋅ 𝑥 2 + (−𝟔)
⏟ ⏟ ⋅𝑥+⏟
𝟓=0
𝒂 𝒃 𝒄

Entonces

−(−𝟔) ± √(−𝟔)2 − 4 ⋅ 𝟏 ⋅ 𝟓 6 ± √36 − 20 6 ± √16 6 ± 4


𝑥= = = =
2⋅𝟏 2 2 2

Luego,

6+4 6−4
𝑥1 = = 5; 𝑥2 = = 1.
2 2

Las soluciones reales de la ecuación están dadas por 𝑺 = {𝟏, 𝟓} que, desde luego,
coincide con lo que ya habíamos probado.

19
Las calculadoras científicas suelen tener esta fórmula precargada, de forma
tal que, para hallar las soluciones de la ecuación cuadrática, solo se
requiere ingresar los valores de los coeficientes.

Ejemplo. Resolver la ecuación 2𝑥 2 − 20𝑥 = 6.

La que sigue, es una posible resolución. Como siempre, existen otras formas de
resolver y/u otro orden de ejecución de los “pasos”.

Identificamos una estructura cuadrática en 2𝑥 2 − 20𝑥 = 6, pero recordemos que


para poder aplicar la fórmula, la ecuación a resolver debe ser de la forma

𝑎𝑥 2 + 𝑏𝑥 + 𝑐 = 0.

Llevamos, entonces, la ecuación original a esa forma.

2𝑥 2 − 20𝑥 − 6 = 0

Los coeficientes son: 𝑎 = 2, 𝑏 = −20, 𝑐 = −6. Luego

−(−20) ± √(−20)2 − 4 ⋅ 2 ⋅ (−6) 20 ± √448 20 ± √26 ⋅ 7 20 ± 23 √7


𝑥= = = =
2⋅2 4 4 4
Luego,

20 + 8√7 20 − 8√7
𝑥1 = = 5 + 2√7; 𝑥2 = = 5 − 2√7.
4 4
Las raíces, esta vez, no resultaron enteras como en los ejemplos anteriores, sino
irracionales. Como ya discutimos en la unidad anterior, conviene no aproximar
estos valores sino dejarlos expresados como lo que son: dos números
irracionales.

Finalmente, el conjunto de las soluciones es 𝑺 = {5 − 2√7, 5 + 2√7}.

20
Ampliamos. La fórmula resolvente, además de proveernos la solución
explícita de la ecuación cuadrática, provee una herramienta de
factorización poderosa (recordemos la equivalencia de estos problemas).

Si 𝒙𝟏 y 𝒙𝟐 son las raíces reales de 𝒑(𝒙) = 𝒂𝒙𝟐 + 𝒃𝒙 + 𝒄, entonces, 𝒑(𝒙)


se factoriza completamente como 𝒑(𝒙) = 𝒂(𝒙 − 𝒙𝟏 )(𝒙 − 𝒙𝟐 ).

Posta 2
1. Resolver las siguientes ecuaciones cuadráticas de dos formas: “despejando”
(cuando y como sea posible) y usando la fórmula resolvente. Verificar que las
soluciones coinciden por ambos métodos e indicar el conjunto solución.

a. 𝑥 2 + 2 = 38
b. 𝑥 2 + 4 = 0
c. 2𝑥 2 − 4𝑥 = 0
d. 𝑥 2 + 5 − 2𝑥 = 0

Resolver estas dos ecuaciones (con cuidado, pueden ser capciosas) de


la forma que considere conveniente. Indicar su conjunto solución.

𝑥2 − 𝑥 𝑥2 − 𝑥
= 0, =0
𝑥2 + 1 𝑥−1

Para discutir juntos. ¿Puede una ecuación cuadrática tener infinitas


soluciones? Sugerencia: se puede pensar en la ecuación 𝑥 2 + 1 = 𝑥 2 + 2 −
1 para elaborar la respuesta.

21
Actividades

1. Resolver las siguientes ecuaciones. Prestar especial atención a lo detallado en


la “Síntesis” de la página 14. En todos los casos, verificar las soluciones halladas
y escribir el conjunto solución.

a. 2(𝑥 + 3) − 5(−2𝑥 + 1) = 2𝑥 − 19
𝑥
b. + 3 − 2𝑥 = −11
4

c. −2 = 3√𝑦 − 7

3𝑥−1 4−2𝑥
d. + =𝑥+3
2 3

e. √𝑥 + 2 = √𝑥 − 4

2. Traducir a lenguaje algebraico las siguientes situaciones y, si corresponde,


plantear la ecuación y de ser posible resolverla. Al dar el conjunto solución,
considerar el contexto del problema para ver que la solución propuesta tenga
sentido.

• Al multiplicar un cierto número natural por 81, este aumenta en 154.000


unidades. ¿Cuál es dicho número?

• La suma de tres números impares consecutivos es igual a 99. Hallar la suma


de los dos números mayores.

3. Resolver las siguientes ecuaciones e indicar su conjunto solución.

a. 𝑥(3𝑥 − 2) = 𝑥 2 − 5𝑥

b. 4 − 3𝑥 − 𝑥 2 = (3𝑥 − 2)2 − 1

c. √2𝑥 − 1 = 𝑥 − 2

d. 3√2𝑥 − 1 = 3𝑥

22
Recursos Multimedia de la Unidad

Video 1: youtu.be/sN7C8Jmk3DA

Visita guiada por el material de lectura.

Video 2: youtu.be/RrywWc3Jdr0

Estrategias de resolución de ecuaciones en ℝ.

Video 3: youtu.be/9faHNXvfzZ8

Resolución de ecuación cuadrática en ℝ.

Video 4: youtu.be/1QGInlPaYSA

Clase sobre ecuaciones de la Prof. Sofía Fuhrman.

23
Unidad 2
En estas notas introduciremos las ideas que acompañen este curso y que están basadas en la obra
de Marilina Carena (2019): Manual de Matemática Preuniversitaria (Ediciones UNL). Para
profundizar algunas de ellas, puede consultarse la obra digital de manera gratuita aquí.

Funciones
Llegamos a la unidad central del curso: nos introduciremos en el estudio de las
funciones que será, quizás, el tema más relevante de la matemática universitaria.

Recientemente, revisamos el concepto de ecuación: qué implica “resolverla” y cómo


las estrategias para su resolución dependen, fundamentalmente, de la estructura de
la ecuación. Allí conectamos con lo que sabemos sobre polinomios.

Ahora, vamos a estudiar funciones, un concepto aún más abstracto que el de


ecuación y nos detendremos en un grupo particular de éstas: las funciones de reales
de variable real.

Función real de variable real

Innumerables situaciones correspondientes a diversas áreas y situaciones cotidianas


pueden ser modeladas mediante funciones. Sin embargo, antes de continuar, es
necesario dar una definición precisa del tipo de funciones que aquí estudiaremos.

En matemática, diremos que una función es una regla que asigna a cada elemento
de un conjunto 𝐴 un único elemento de un conjunto 𝐵. Esto significa que, dado un
elemento 𝑥 ∈ 𝐴, le corresponde un único valor que pertenece al conjunto 𝐵, al cual
denotamos por 𝑓(𝑥). En general, esto lo escribimos así

𝑓: 𝐴 → 𝐵

y se lee “𝑓 es una función de 𝐴 en 𝐵”; aunque también es usual escribirlo así

𝑥 ↦ 𝑓(𝑥)

en donde se indica qué valor de 𝐵 se le asigna a cada 𝑥 ∈ 𝐴, y 𝑓(𝑥) se lee “𝑓 de 𝑥”.

En particular, nosotros estudiaremos funciones reales de variable real: es decir,


tanto el conjunto 𝐴 como el 𝐵 serán subconjuntos de los números reales (o él mismo:
𝐴 = 𝐵 = ℝ).

La pregunta es, entonces, ¿cómo asignamos elementos de un conjunto o subconjunto


de los reales a otro? Aquí entran en escena las operaciones en ℝ que conocemos: la
regla de asignación 𝑓 se reduce al uso y combinación de una o varias de estas
operaciones (suma, resta, producto, cociente, potencia, etc.).

1
Por ejemplo, supongamos que en un empleo se paga $750 por cada hora que se
trabaja. Entonces la regla

𝒙 ↦ 𝟕𝟓𝟎𝒙

es una función que determina el salario obtenido al trabajar 𝑥 horas. Este salario
depende, obviamente, de la cantidad de horas trabajadas, lo que se expresa también
como "el salario es función de las horas trabajadas". Lo anterior también es factible de
ser expresado así

𝒇(𝒙) = 𝟕𝟓𝟎𝒙

en donde vemos que la operación que permite tomar los elementos de un conjunto 𝐴
(el de las horas trabajadas) para obtener los del conjunto 𝐵 (el del salario obtenido) es
la multiplicación: para el cálculo del salario, multiplicamos las horas trabajadas por
750.

Claro, uno acá podría pensar que el modelo anterior es muy simple ya que no
representaría un escenario, por ejemplo, en el que un o una trabajadora cobrara
alguna asignación familiar por un monto fijo de $3200. Sin embargo, si combinamos
lo anterior con otra operación, la de la suma, podríamos representar este nuevo
escenario. Concretamente, la regla sería

𝒙 ↦ 𝟕𝟓𝟎𝒙 + 𝟑𝟐𝟎𝟎

y ahora sería una función que determina el salario obtenido al trabajar 𝑥 horas junto
con el cobro de una asignación familiar dada por el monto fijo de $3200. La regla de
asignación combina, ahora, dos operaciones: suma y producto; y optamos por notarla
con la letra 𝑔 ya que usamos la letra 𝑓 para la regla anterior

𝒈(𝒙) = 𝟕𝟓𝟎𝒙 + 𝟑𝟐𝟎𝟎

En general, el conjunto 𝐴 se llama dominio de 𝑓 o conjunto de partida, mientras que


el conjunto 𝐵 se llama conjunto de llegada.

En forma general, se dice que una cantidad 𝒚 es función de otra cantidad 𝒙, si el


valor de la primera depende del valor que tome la segunda. Muchas veces, también,
llamamos a estas cantidades como variables y, en este ejemplo, decimos que 𝑦 es la
variable dependiente y 𝑥 la independiente.

Para simbolizar esto también se escribe

𝒚 = 𝒇(𝒙)

2
y, coloquialmente, decimos que 𝒚 es la imagen de 𝒙 a través de 𝒇. En este caso,
además, convenimos en decir que la variable dependiente es 𝑦 mientras que la
independiente es 𝑥, ya que la regla 𝑓 permite obtener 𝑦 explícitamente a partir de 𝑥.

Para pensar. Imaginemos un escenario más real. Una persona trabaja 𝑥


cantidad de horas por un valor hora neto de $750. Sobre el salario neto,
se le hacen descuentos de cargas sociales por un 17%. Además, percibe
dos asignaciones familiares de $3200 cada una que no son
remunerativas, es decir, que no se ven afectadas por el descuento de las
cargas sociales. ¿Se puede armar una función que dé cuenta del salario
obtenido de esta persona? Indicar el conjunto de partida, el de llegada y
la regla 𝑓.

Dominio e imagen

Para caracterizar una función, entonces, será necesario indicar de qué naturaleza es
el conjunto de partida y el de llegada, así como tener alguna expresión que permita
determinar o conocer la regla de asignación 𝑓 de modo que se cumplan dos
condiciones:

1. existencia: para cada elemento del conjunto de partida debe existir un


elemento del conjunto de llegada y,

2. unicidad: dicho elemento debe ser único.

Esto significa que para cada valor 𝑥 en el conjunto de partida (o dominio) debe existir
un único valor en el conjunto de llegada que sea imagen de 𝑥. Como vimos, la regla
de asignación 𝑓 se reduce al uso y combinación de una o varias de las operaciones
que ya estudiamos pues, cuando estén definidas, lo estarán en los términos de la
existencia y unicidad anteriores.

Nuestras reglas de asignación, entonces, serán combinación de una o varias de las


operaciones en ℝ que ya estudiamos; y nuestros conjuntos de partida y llegada serán
los reales o algún subconjunto de ℝ.

Cuando operamos, siempre existe un único resultado de esa operación;


salvo en los casos en que la operación no esté definida. Por ejemplo,
sabemos que no es posible dividir por 0; pero ya vimos que, salvo por esto,
siempre es posible sumar, restar, multiplicar y dividir en ℝ. La potenciación

3
y la radicación fueron casos restrictivos que merecen ser recuperados con
mayor detalle.

Recordemos algo de lo que sabemos sobre las raíces 𝑛-ésimas de un número.

𝑛
Par Impar
𝑥

+ Positivo dos raíces reales una raíz real positiva

− Negativo no tiene raíz real una raíz real negativa

Marcamos con el caso en que 𝑛 es par y 𝑥 es positivo para identificar


que existen dos raíces reales 𝑟 tales que 𝑟 𝑛 = 𝑥. Definimos la raíz 𝒏-ésima
principal del número 𝑥 al único número real positivo 𝑟 que satisface 𝑟 𝑛 = 𝑥
𝑛
y lo denotamos 𝑟 = √𝑥. De no haber sido así, estaríamos en un caso de no
unicidad. Algo similar ocurre en el caso marcado con , es decir, cuando
𝑛
𝑛 es par y 𝑥 es negativo, √𝑥 no está definido. De esta forma, las raíces de
índice par están únicamente definidas para radicandos no negativos pues,
de no ser así, estaríamos en un caso de no existencia.

En este sentido, entonces, algunos ejemplos de funciones podrían ser

• 𝑓: ℝ → ℝ tal que 𝑓(𝑥) = 𝑥 2

• 𝑓: [0, +∞) → ℝ tal que 𝑓(𝑥) = √𝑥 + 1

• 𝑓: [−5, −3] → ℝ tal que 𝑓(𝑥) = |𝑥| − 2𝑥

|𝑥|+𝑥 3 −2𝑥
• 𝑓: (1, +∞) → ℝ tal que 𝑓(𝑥) =
√𝑥

• …

La lista, desde luego, es infinita. Notar que, en todos los casos, siempre se indicó:

• el conjunto de partida, o dominio,

• el conjunto de llegada y

• la regla de asignación de uno en otro.

4
Si una función carece de uno o más de estos elementos, no estará bien definida.

Por ejemplo, consideremos la regla 𝑓: ℝ → ℝ dada por 𝑓(𝑥) = 𝑥 2 . Es decir, la función


𝑓 que va de los reales en los reales, tal que a cada 𝑥 real le asigna su cuadrado 𝑥 2 .

En la siguiente tabla, vamos a calcular la imagen a través de esta función de algunos


valores del dominio de 𝑓.

𝑥 𝑓(𝑥) 𝑥 ↦ 𝑓(𝑥)

−2 (−2)2 = 4 −2 ↦ 4

−1 (−1)2 = 1 −1 ↦ 1

0 02 = 0 0 ↦ 0

5 5 2 25 O, equivalentemente: 5 25
( ) = ↦
3 3 9 3 9

√2 (√2)2 = 2 √2 ↦ 2

2 22 = 4 2 ↦ 4

5 52 = 25 5 ↦ 25

La tabla o registro tabular es un recurso muy útil para empezar a estudiar


y describir funciones. Sin embargo, como cualquier otro recurso, tiene sus
limitaciones. Por ejemplo, mientras el dominio de la función del ejemplo es
infinito (son los números reales), los posibles valores de 𝑥 que tabulemos
serán siempre finitos. Es decir, no existirá tabla por más exhaustiva que
sea, que dé cuenta de una función cuyo dominio es infinito.

Veamos otro ejemplo. Supongamos que tenemos la función 𝑓(𝑥) = √𝑥. ¿Podemos
determinar si es o no función? No, no podemos porque la definición está incompleta,
ya que la fórmula de la regla de asignación, por sí sola, no es suficiente. Para definir
esa función deberíamos indicar, además, el conjunto de partida y de llegada.

Por ejemplo, si ambos fueran ℝ, la anterior no sería función pues la raíz cuadrada no
está definida para 𝑥 ∈ (−∞, 0) ⊂ ℝ. Es decir, habría elementos del dominio para los
que no existiría imagen. Por ejemplo, no sería posible buscar la imagen de −1 pues
esto implicaría calcular √−1, que no es una operación definida en ℝ.

Ahora bien, también es cierto que acá trabajaremos siempre con funciones reales de
variable real por lo que, en muchas ocasiones, trataremos de evitar sobrecargar la
notación. En general y salvo expresa indicación, consideraremos como dominio el

5
mayor conjunto de números reales 𝑥 para los cuales 𝑓(𝑥) es también un número real.
Muchas veces esta convención es conocida como dominio natural de la función.

Ahora sí, una vez hecha esta aclaración y frente a la función dada por 𝑓(𝑥) = √𝑥
entenderemos que sí está bien definida pues su dominio natural es [0, +∞) ⊂ ℝ. Esto
se debe a que la radicación de índice par está definida para radicandos no negativos.

En este sentido, los ejemplos de las funciones que dimos antes los escribiríamos como

• 𝑓(𝑥) = 𝑥 2

• 𝑓(𝑥) = √𝑥 + 1

• 𝑓: [−5, −3] → ℝ tal que 𝑓(𝑥) = 𝑥 2 − 2𝑥

𝑥 3 −2𝑥
• 𝑓: (1, +∞) → ℝ tal que 𝑓(𝑥) =
√𝑥

• …

Notemos que en los últimos dos casos conservamos la notación anterior pues los
dominios naturales de esas funciones, ℝ y (0; +∞) respectivamente, no coinciden con
los dominios dados originalmente.

En los dos primeros, en cambio, como el dominio natural y el dado coincidían, puede
optarse por prescindirse de esa notación sobrecargada.

Consideremos la función 𝑓(𝑥) = 𝑥 2 que, como ya vimos, tiene dominio ℝ y conjunto


de llegada ℝ. Si miramos la tabla que produjimos recién, veremos que todos los
valores de 𝑦 que tabulamos (que no son más que las imágenes de 𝑥 a través de 𝑓),
resultaron siempre no negativos. Como vimos, no existe tabla que dé cuenta de todas
las posibles imágenes 𝑦; sin embargo, podríamos preguntarnos si es cierto que 𝑦 será
siempre no negativo, más allá de los casos particulares de la tabla.

Para responder esto que es tan general, necesitamos argumentos generales también.
Y en este caso esto es posible ya que la regla 𝑓 no es más que “elevar al cuadrado”
y, por las propiedades que estudiamos en la unidad 3, el resultado de elevar al
cuadrado cualquier cantidad real 𝑥 será positivo o 0. Es decir, 𝑦 es no negativo para
cualquier valor de 𝑥 ∈ ℝ.

Recordemos que el conjunto de llegada era ℝ, sin embargo, vemos que existen
elementos de dicho conjunto que no son imágenes de 𝑥 por 𝑓. Por ejemplo, −4 es un
elemento del conjunto de llegada pues es un número real, sin embargo, −4 no es

6
imagen de ningún 𝑥 del dominio, pues no existe un número real que elevado al
cuadrado dé negativo.

Esto da cuenta de que, en ocasiones, las imágenes de una función ocupan un


subconjunto del conjunto de llegada. A este subconjunto que contiene las imágenes
de la función, lo llamamos imagen. En el ejemplo anterior, ese subconjunto es [0; +∞);
por lo que decimos que la imagen de 𝑓 es [0, +∞).

Entonces, si una función 𝑓 asigna elementos de 𝐴 en 𝐵, decimos que su imagen es

Im(𝑓) = {𝑦 ∈ 𝐵: 𝑦 = 𝑓(𝑥) para algún 𝑥 ∈ 𝐴}.

Dominio de 𝑓: todos los valores de 𝑥 tales que 𝑓(𝑥) está definida.

Imagen de 𝑓: todos los posibles resultados al efectuar 𝑓(𝑥).

Consideremos la función definida por 𝑓(𝑥) = √2𝑥 − 5. Recordemos que, si no está


explícito el dominio, asumiremos que está definida en su dominio natural (muchas
veces nos referiremos a éste como “dominio”, a secas). Pero ¿cuál sería en este caso
el dominio natural? Observemos que ya no es trivial obtenerlo, quizás sean necesarias
algunas operaciones.

Por las operaciones involucradas en 𝑓, vemos que el dominio son todos aquellos
valores de 𝑥 tales que √2𝑥 − 5 sea un número real. Puesto que la raíz cuadrada está
definida para números mayores o iguales que cero, queremos que todo el radicando
lo sea. Es decir, 𝑓(𝑥) está definida si y solo si

2𝑥 − 5 ≥ 0

Aunque no estudiaremos inecuaciones en este curso, quizás noten que esta


inecuación es equivalente a

2𝑥 ≥ 5

Que a su vez es equivalente a

5
𝑥≥ .
2

Luego, el dominio es

5
Dom(𝑓) = [ , +∞).
2

7
Algo similar podríamos hacer para anticipar cuál es la imagen de 𝑓. Notemos que las
5
imágenes resultan de hacer √2𝑥 − 5 para cualquier 𝑥 ∈ [2 , +∞). Para todos los
posibles valores del radicando, la raíz cuadrada será un número no negativo. Entonces

Im(𝑓) = [0, +∞).

Posta 1
√4−𝑥 2
1. Indicar el dominio de la función dada por la expresión 𝑓(𝑥) = .
𝑥−1

Para la función del ejercicio 1., hallar -si es posible- el conjunto imagen.
Luego, responder: ¿siempre es posible anticipar cuál es la imagen de una
función? Ejemplificar e indicar qué harían, en cada caso, para estudiar la
imagen de una función.

Para discutir juntos. La confección de una tabla, ¿sirve para estudiar la


imagen de una función? Si es así, indicar cómo; si no, indicar por qué.

Gráfico de una función

Sería ingenuo pensar que desconocen qué es el gráfico de una función, pues gran
parte de la formación de nivel secundario apunta a producirlos. Sin embargo, lo hemos
omitido hasta ahora porque es una noción que requiere especial atención.

Por empezar, notemos que hasta ahora hemos representado las funciones que aquí
estudiamos de dos formas bien distintas: a través de la regla de asignación 𝑓 que
usualmente viene dada por una fórmula o expresión en la ecuación 𝑦 = 𝑓(𝑥), y a
través de una tabla o registro tabular.

Tanto la ecuación como la tabla son representaciones de un objeto


matemático teórico: la función. Y como cualquier representación, cada una
tiene sus ventajas y limitaciones, que es importante conocer y valorar.

Por ejemplo, para la función 𝑓: ℝ → ℝ tal que 𝑓(𝑥) = 𝑥 2 vimos que su fórmula está
dada por 𝑓(𝑥) = 𝑥 2 y que una posible tabla era la siguiente.

𝑥 𝑓(𝑥)

8
−2 4

−1 1

0 0
5 25
3 9
√2 2

2 4

5 25

Su fórmula dice mucho acerca de la función: para cada elemento del dominio, la
imagen se obtiene elevando al cuadrado. Y saber que esa fórmula es “elevar al
cuadrado” nos dice mucho sobre la función pues conocemos muchas propiedades de
la operación “elevar al cuadrado”. Por ejemplo:

• no es posible obtener imágenes negativas pues 𝑥 2 ≥ 0 para todo 𝑥 por


definición de potencia par,

• habrá una misma imagen para dos valores distintos del dominio pues tanto 𝑥
como −𝑥 darán lugar al mismo 𝑥 2 ,

• el 0, en cambio, es una imagen que resulta de un único 𝑥 pues ya sabemos que


la única solución de 𝑥 2 = 0 es |𝑥| = 0 e implica 𝑥 = 0,

• …

La lista es tan larga como propiedades o cuestiones interesantes notemos y podamos


demostrar. Sin embargo, la tabla también es un registro útil.

Por ejemplo, uno podría pensar que al elevar al cuadrado un número positivo se
obtiene siempre un número mayor que el original. Basta ver una tabla como la que
sigue para quedarse con esta idea.

Sin embargo, una misma tabla, pero con otros valores de interés puede revelar algo
curioso: si 𝑥 es un valor entre 0 y 1, elevar al cuadrado no devuelve un valor mayor
que el original sino menor.

9
Observemos cómo, de hecho, en la tabla anterior, todas las imágenes de números
entre 0 y 1 resultan ser menores que los originales. Sin embargo, la imagen de 1.1 es
1.2; es decir, para valores mayores que 1 esto ya no parece ocurrir.

En este ejemplo sencillo, podemos ver cómo la tabla ofrece información que la
ecuación no provee de forma tan evidente. Se puede probar que para todo 𝑥 real

si 0 < 𝑥 < 1 entonces 𝑥 2 < 𝑥

pero su demostración ya no es ni tan evidente ni sencilla como las otras características


que enunciamos más arriba y que fueron inmediatas a partir de la fórmula de “elevar
al cuadrado”.

Desde luego, la tabla no constituye una demostración para esa afirmación pues, por
más ejemplos que tomemos, los números entre 0 y 1 son infinitos y solo podremos
construir una tabla con una cantidad finita de valores. No obstante, tampoco podemos
desconocer que es un soporte y una representación útil para identificar posibles
propiedades y patrones; algo sumamente importante en matemática.

Sin embargo, existe otra forma de representar a las funciones que es tan potente (y
limitada) como las anteriores: su gráfico.

Así como en la recta numérica representamos números reales 𝑥, en el plano podemos


representar puntos (𝑥, 𝑦) donde tanto 𝑥 como 𝑦 son números reales y reciben el
nombre de coordenadas.

Recordemos que el plano cartesiano, con dos ejes perpendiculares (los ejes
cartesianos) y una métrica o unidad de medida en cada eje, es el que permite esta
representación.

10
En general, llamamos eje de abscisas al eje horizontal y de ordenadas al vertical y
ambos se intersecan en el punto 𝑂 de coordenadas (0,0) conocido como origen de
coordenadas. También solemos notarlos como eje 𝒙 y eje 𝒚 aunque, como ya
sabemos, la elección de la letra no es más que eso: una elección posible.

Es muy importante notar que, para esta representación, el orden de las coordenadas
es fundamental: no representan al mismo punto el de coordenadas (𝑥, 𝑦) que el de
coordenadas (𝑦, 𝑥). Convencionalmente, la primera coordenada de un punto indica el
desplazamiento horizontal desde el origen de coordenadas (hacia la derecha si es
positiva, o hacia la izquierda si es negativa), mientras que la segunda indica el
desplazamiento vertical (hacia arriba si es positiva, o hacia abajo si es negativa).

Por ejemplo, podemos representar en el plano cartesiano los puntos 𝑃, 𝑄 y 𝑅 de


coordenadas

𝑷 = (𝟐, 𝟑) 𝑸 = (−𝟑, 𝟏) 𝑹 = (𝟑. 𝟓, −𝟐).

11
Del mismo modo que vimos en la unidad 3 que a cada número real 𝑥 le corresponde
un único punto de la recta; también a cada punto del plano le corresponde un único
par de coordenadas (𝑥, 𝑦) que determina su ubicación en la representación del plano
cartesiano (y recíprocamente).

En el ejemplo de la función dada por la regla 𝑓(𝑥) = 𝑥 2 , confeccionamos una tabla en


la que recogimos algunos valores que toma la función para ciertos valores del dominio.
Por supuesto, la elección es completamente arbitraria.

𝑥 𝑓(𝑥)

−2 4

−1 1

0 0
5 25
3 9
√2 2

2 4

Si miramos esa tabla, vemos que para los valores 𝑥 de la primera columna, hay
siempre un 𝑓(𝑥) asociado lo que, a su vez, conforma un par ordenado (𝑥, 𝑓(𝑥)). En la
tabla, entonces, se tienen los puntos de coordenadas

𝟓 𝟐𝟓
(−𝟐, 𝟒); (−𝟏, 𝟏); (𝟎, 𝟎); ( , ) ; (√𝟐, 𝟐); (𝟐, 𝟒)
𝟑 𝟗

que, como ya vimos, podríamos representarlos en el plano cartesiano. Un gráfico de


esos puntos es el que se ve a continuación.

12
Desde luego, toda representación es aproximada. Sin embargo, la
ubicación de esos puntos en el plano parece sugerir una cierta disposición
para los puntos de la forma (𝑥, 𝑥 2 ) que no es cualquiera, sino que tiene una
estructura particular.

Esto nos da pie para introducir la idea de gráfico de una función.

Si 𝑓 es una función con dominio en un subconjunto 𝐴 de los números reales, entonces


la gráfica o gráfico de 𝑓 es el conjunto de todos los puntos de la forma (𝑥, 𝑓(𝑥)), para
𝑥∈𝐴:

gráfico de 𝒇 = {(𝒙, 𝒚): 𝒙 ∈ 𝑨, 𝒚 = 𝒇(𝒙)}.

Es decir, el gráfico es la colección de puntos de coordenadas (𝑥, 𝑓(𝑥)), para todos los
𝑥 del dominio.

Un método para dibujar la gráfica de una función 𝑓 es representar suficientes


puntos de manera que se pueda sospechar cuál es la forma o estructura de
la gráfica. Entonces se unen los puntos marcados con una curva. Sin
embargo, recordemos que el dominio de las funciones que estudiamos aquí
es un subconjunto de los reales (o el propio conjunto ℝ), de modo tal que
cualquier cantidad de puntos será siempre insuficiente para dar cuenta de la
gráfica en su totalidad. Muchas veces, es deseable conocer de forma
anticipada cuál es la estructura de la gráfica para elegir los puntos
convenientemente y hacer una representación lo más precisa posible.

Por ejemplo, de la ubicación de los puntos que tabulamos para el caso (𝑥, 𝑥 2 ),
podríamos sospechar que la gráfica podría tener esta estructura.

13
En lo que sigue veremos que, para ciertas funciones, podemos identificar la forma de
su gráfica de acuerdo con la ecuación o regla que la define. En esos casos, esbozar
el gráfico de la función es más rápido y sencillo.

Posta 2
1. Indicar el dominio de las funciones dadas por la expresión 𝑓(𝑥). Si es posible,
indicar también el conjunto imagen.

a. 𝑓(𝑥) = 𝑥 + 2

b. 𝑓(𝑥) = √𝑥

c. 𝑓(𝑥) = 𝑥 2 − 4𝑥 + 4

Para las funciones del ejercicio 1., confeccionar una tabla conveniente y
utilizarla -si fuera posible- para dar una representación aproximada de su
gráfica. Realizar los gráficos en tres sistemas cartesianos independientes.

Para discutir juntos. ¿Por qué es tan importante la gráfica de una función?
¿Qué ventajas ofrece esta representación que no la ofrecen, por ejemplo, la
tabla o la ecuación? Ejemplificar.

14
Funciones polinómicas

Se dice que una función 𝑓 es polinómica si la regla de asignación es de la forma

𝑓(𝑥) = 𝑎𝑛 𝑥 𝑛 + ⋯ + 𝑎1 𝑥 + 𝑎0 .

Es decir, si la expresión que la define es un polinomio, como los que estudiamos en


la unidad 2.

En particular, el dominio de las funciones polinómicas es siempre el conjunto de los


reales (las operaciones involucradas en la estructura polinómica no tienen
restricciones). Es decir, si 𝑓 es una función polinómica, entonces Dom(𝑓) = ℝ.

Su gráfica depende, en buena medida, del grado del polinomio que define la expresión
de la función. Por ejemplo, la función 𝒇(𝒙) = 𝒙𝟑 + 𝟒𝒙𝟐 + 𝒙 − 𝟔 tiene por gráfica la que
se ve a continuación.

Los puntos marcados así son, en algún sentido, puntos notables pues ayudan a
construir la representación gráfica de la función polinómica. Observemos que tres de
ellos, los de coordenadas

(−𝟑, 𝟎); (−𝟐, 𝟎); (𝟏, 𝟎)

corresponden a las raíces del polinomio 𝒙𝟑 + 𝟒𝒙𝟐 + 𝒙 − 𝟔 pues al ser evaluado en 𝑥 =


−3, 𝑥 = −2 y en 𝑥 = 1, en todos los casos, el resultado es 0. ¿Cómo obtener las
raíces? Pues, con las estrategias de factorización estudiadas en la unidad 2. En este
caso, por ejemplo, con el teorema de la raíz racional y el algoritmo de Ruffini es posible
probar que 𝑥 = −3, 𝑥 = −2 y 𝑥 = 1 son las únicas raíces.

15
Esto coincide, además, con los ceros o raíces de la función: es decir, aquellos puntos
de coordenadas (𝑥, 0) o, equivalentemente, los puntos con abscisas 𝑥 tales que
𝑓(𝑥) = 0.

El punto de coordenadas

(𝟎, −𝟔)

es también un punto notable y recibe el nombre de ordenada al origen. La ordenada


al origen, siempre que exista, es el punto cuya abscisa es 𝑥 = 0 y su ordenada es
𝑓(0). Es decir, el punto de coordenadas (0, 𝑓(0)).

Ahora bien, imaginemos que en la función polinómica del ejemplo pudimos encontrar
esos puntos notables: las tres raíces y la ordenada al origen, entonces, ¿cómo
producir el gráfico anterior solo a partir de ellas? Bueno, la estrategia podría ser cómo
la que sigue, valiéndonos de la continuidad de la recta real.

Recordemos que el dominio de 𝒇(𝒙) = 𝒙𝟑 + 𝟒𝒙𝟐 + 𝒙 − 𝟔 es ℝ. Como las raíces de la


función son 𝑥 = −3, 𝑥 = −2 y 𝑥 = 1 pues son las raíces del polinomio asociado, éstas
dividen a la recta real del dominio en 4 secciones o intervalos:

(−∞, −𝟑); (−𝟑, −𝟐); (−𝟐, 𝟏); (𝟏, ∞).

Por razones de continuidad que escapan los objetivos teóricos de este curso, se sabe
que para todo 𝑥 interior a cada uno de esos intervalos, el signo de 𝑓(𝑥) es único: o
bien es positivo, o bien es negativo. Entonces, basta con tomar un candidato x de cada
uno de esos intervalos, ver su signo, y concluir acerca del signo de 𝑓(𝑥) en cada
intervalo.

Intervalo del dominio (−∞, −𝟑) (−𝟑, −𝟐) (−𝟐, 𝟏) (𝟏, +∞)

Candidato 𝑥 de cada
−4 −2.5 0 2
intervalo

7
𝑓(𝑥) = 𝑥 3 + 4𝑥 2 + 𝑥 − 6 𝑓(−4) = −10 𝑓(−2.5) = 𝑓(0) = −6 𝑓(2) = 20
8
Signo de 𝒇(𝒙) en ese
− + − +
intervalo

La tabla anterior nos da una idea del comportamiento de la gráfica de 𝑓 : sabemos


que se encuentra sobre el eje 𝑥 en los intervalos (−3, −2) y (1, +∞) (pues 𝑓(𝑥) > 0
para los 𝑥 allí), y que está por debajo de dicho eje cuando 𝑥 pertenece a alguno de los
dos intervalos restantes (−∞, −3) o (−2,1). También sabemos, porque calculamos las
raíces de 𝑓, que la gráfica pasa por lo puntos (−3,0), (−2,0) y (1,0). Toda esta

16
información, más algún punto adicional que podemos marcar, nos da una idea de
cómo será el gráfico de 𝑓. En este caso, este punto adicional es (0, −6).

Uniendo estos 4 puntos mediante una curva continua que esté por encima y por debajo
del eje 𝑥 en los intervalos indicados, se obtiene un bosquejo aproximado de la gráfica
de 𝑓, como veíamos arriba.

Este procedimiento no vale para cualquier tipo de función, pero sí funciona


para las funciones polinómicas. De todos modos, buscar raíces y ordenada
al origen suele ser una estrategia útil en muchos otros casos, aunque suele
no ser suficiente.

Del gráfico podemos obtener información acerca de la imagen de la función. Los


posibles valores que toma 𝑦 = 𝑓(𝑥) para cualquier 𝑥 del Dom(𝑓) = ℝ los vemos
“proyectados” en el eje vertical o eje 𝑦.

Si bien la representación es aproximada, vemos que siempre es posible encontrar uno


o más 𝑥 que den lugar a un valor de 𝑦. Esto es lo que se ve en la imagen que sigue a
través de unas rectas punteadas en color rojo. Sombreado en rojo, también, se
observa la imagen 𝑦.

Desde luego, un gráfico proveerá siempre una visualización aproximada de la gráfica


y, además, en una cierta “ventana”. Es decir, la gráfica de una función cuyo dominio
es el conjunto de los reales, será una curva infinita (sin principio ni fin) pero en
cualquier representación, solo se verá una porción de ella.

17
Im(𝑓) = ℝ

En este caso, vemos que es posible que varios valores de 𝑥 den lugar a un mismo
valor de 𝑦: esto se observa con las líneas punteadas rojas que intersecan a la curva
naranja en más de un punto. Sin embargo, en una función no podría ocurrir que un
mismo valor de 𝑥 diera lugar a dos imágenes 𝑦 diferentes: recordemos que la
definición de función exige que la imagen de un 𝑥 del dominio a través de 𝑓 exista y
sea única.

En ese sentido, también es posible identificar a partir de un gráfico cuándo se trata de


la representación de una función y cuándo no. En la imagen de ejemplo, es fácil ver
que 𝑓(𝑥) es una función, pero no así 𝑔(𝑥). Basta ver que con 𝑥 = 0, a través de 𝑔,
existen dos imágenes 𝑦, marcadas con puntos rojos en su gráfico.

Del gráfico, además, podemos suponer que Dom(𝑓) = [−3, +∞); Im(𝑓) = [0, +∞).
Para 𝑔 no tiene sentido hacer este análisis porque no se trata de una función.

18
Función afín

La función afín es un caso particular de la función polinómica pues su regla está dada
por la expresión

𝒇(𝒙) = 𝒂𝒙 + 𝒃

con 𝑎 y 𝑏 constantes reales y 𝑎 no nulo o, equivalentemente, por un polinomio de


grado 1.

De las operaciones involucradas en su expresión (suma y producto), es fácil ver que

𝐃𝐨𝐦(𝒇) = ℝ; 𝐈𝐦(𝒇) = ℝ.

Su gráfica también es una curva notable: es una recta.

Veamos algunos ejemplos. Consideremos las funciones dadas por las fórmulas

𝑦 = 2𝑥 − 1, 𝑦 = 2, 𝑦 = −𝑥 + 1.

Notemos dos cosas antes de empezar. En primer lugar, como estudiaremos las
funciones y sus gráficas en un mismo sistema de representación, hemos evitado la
notación 𝑓(𝑥), 𝑔(𝑥) o ℎ(𝑥) −que sería la usual para identificar las reglas de
asignaciones de esas tres funciones− y la hemos sustituido directamente por 𝑦. Esto
se debe a que representaremos las tres gráficas en un mismo sistema de coordenadas
(𝑥, 𝑦). En segundo lugar, la función dada por 𝑦 = 2 no es una función afín pues lo sería
con 𝑎 = 0, caso que hemos excluido de la definición. Sin embargo, será interesante
revisar este ejemplo para ver cómo sería el comportamiento de funciones de la forma
𝑦 = 𝑏.

Comenzamos armando una tabla de valores para cada una de las funciones.

𝑥 𝑦 = 2𝑥 − 1 𝑦=2 𝑦 = −𝑥 + 1

−2 2 ⋅ (−2) − 1 = −5 2 −(−2) + 1 = 3

−1 2 ⋅ (−1) − 1 = −3 2 −(−1) + 1 = 2

0 2 ⋅ 0 − 1 = −1 2 −0 + 1 = 1

1 2⋅1−1=1 2 −1 + 1 = 0

2 2⋅2−1=3 2 −2 + 1 = −1

En la figura siguiente representamos algunos de los puntos obtenidos (con el color


indicado en cada tabla), y los unimos mediante una línea para ver el aspecto de la

19
gráfica de cada función. Como se ve, la estructura subyacente a la gráfica en todos
los casos parece ser la de una recta.

La gráfica de una función afín es siempre una recta. Como una recta queda
completamente determinada al trazar dos puntos que pertenezcan a ella, dada una
función afín será suficiente con conocer la imagen de dos valores para obtener su
gráfica. Por simplicidad se suele tomar 𝑥 = 0 como uno de esos valores, lo que
produce el punto de coordenadas

𝑃 = (0, 𝑏)

y corresponde al punto sobre el eje 𝑦 por el que pasa la recta. Otro punto que podemos
marcar, si 𝑎 ≠ 0, es la intersección de la recta con el eje 𝑥, es decir, la raíz de la
función. Notar que

𝑏
𝑓(𝑥) = 0 ⇔ 𝑎𝑥 + 𝑏 = 0 ⇔ 𝑥 = −
𝑎
𝑏
En otras palabras, la gráfica interseca al eje horizontal cuando 𝑥 = − 𝑎, que es la única
raíz de 𝑓. Entonces, otro punto que pertenece a la recta es el de coordenadas

𝑏
𝑄 = (− , 0)
𝑎

Si 𝑎 = 0 entonces la función tiene la forma 𝑦 = 𝑏 y, en tal caso, el gráfico es una recta


horizontal trazada a la altura 𝑏 del eje 𝑦. Entonces, esta recta no interseca al eje 𝑥 (es
decir, la función no tiene raíces), salvo la gráfica de la función 𝑦 = 0 que coincide con
el eje horizontal.

20
Conclusión: para representar gráficamente una función afín, ubicamos los
puntos 𝑃 y 𝑄, o cualesquiera otros dos de la forma (𝑥, 𝑓(𝑥)), en un sistema
de ejes cartesianos, y luego trazamos la recta que pasa por ellos.

Posta 3
1. Representar en un mismo sistema el gráfico de las siguientes funciones.

𝑦 = 𝑥; 𝑦 = 𝑥 + 2; 𝑦 = −𝑥 − 3.

2. Representar en un mismo sistema el gráfico de las siguientes funciones.

1 1
𝑦 = − 𝑥; 𝑦 = −3𝑥; 𝑦 = −𝑥; 𝑦 = 𝑥; 𝑦 = 2𝑥; 𝑦 = 𝑥.
2 2

Para las funciones del ejercicio 1., ¿qué efecto producen los diferentes
valores de 𝑏 en la gráfica? Escribir una conclusión.

Para las funciones del ejercicio 2., ¿qué efecto producen los diferentes
valores de 𝑎 en la gráfica? Escribir una conclusión.

Para discutir juntos. ¿Cómo se puede determinar si un punto de


coordenadas (𝑥1 , 𝑦1 ) pertenece a la recta (representación gráfica de la
función) cuya ecuación es 𝑦 = 𝑎𝑥 + 𝑏? Ejemplificar usando el punto (2, 3) y
la función de ecuación 𝑦 = 2𝑥 + 1.

Extra: consultar los temas de ecuación–punto pendiente y recta que pasa por dos
puntos aquí (págs. 184–187)

Posiciones relativas de las rectas en el plano. Dos rectas (no


verticales) son paralelas sí y sólo sí las ecuaciones de las funciones cuyas
gráficas representan tienen el mismo valor de 𝑎. En cambio, son
perpendiculares sí y solo sí el producto de sus correspondientes valores
de 𝑎 resulta −1.
Anticipar las posiciones relativas de las rectas de ecuación
1 1
𝑦 = 2𝑥 + 1; 𝑦 = −2𝑥; 𝑦 = 𝑥 − 2; 𝑦 = − 𝑥 + 1
2 2

21
y verificar gráficamente lo anticipado.

La función afín y sus aplicaciones

Veamos ahora algunas aplicaciones de las funciones afines a problemas concretos.


En lo que sigue y por simplicidad en la representación gráfica de los modelos,
supondremos que todas las variables involucradas (tiempo, dinero, etc.) son continuas
en lugar de discretas. Esto significa que pueden tomar cualquier valor en un intervalo
real determinado. Luego, si estuviéramos modelando la ganancia en función de la
cantidad de unidades vendidas de un determinado artículo (el cual no puede
fraccionarse), el dominio será el conjunto de los números naturales (no se puede
vender un lápiz y medio, por ejemplo). En tal caso, el gráfico debería ser un conjunto
de puntos, en lugar de una línea continua. Sin embargo, graficaremos aquí la función
como si su dominio fuera el conjunto de los números reales o un intervalo de éste, y
luego el resultado deberá interpretarse según el contexto.

Ejemplo: modelando el salario con un monto fijo y otro variable.

La dueña de una agencia de viajes paga a cada empleado un sueldo base de


$36300 por mes, más un monto fijo de $1500 por cada viaje vendido,
independientemente del monto total de la venta.

Podríamos determinar el sueldo mensual de cada empleado, en función de los


viajes vendidos. El sueldo mensual (en pesos) de cada empleado está dado por

𝑺(𝒙) = 𝟏𝟓𝟎𝟎𝒙 + 𝟑𝟔𝟑𝟎𝟎

donde 𝑥 denota la cantidad de viajes vendidos ese mes.

También podríamos hallar el sueldo de un empleado que vende 12 viajes en un


mes. Si vende 12 viajes en un mes, el sueldo es

𝑆(12) = 1500 ⋅ 12 + 36300 = 54300

Es decir, $𝟓𝟒𝟑𝟎𝟎 pesos.

También podríamos determinar la cantidad de viajes, si fuera posible, que debe


vender en un mes para que su sueldo sea de $62000. Es decir, buscamos un 𝑥
natural tal que 𝑆(𝑥) = 62000. Resolvamos esta ecuación:

257
62000 = 1500𝑥 + 36300 ⇔ 25700 = 1500𝑥 ⇔ =𝑥
15
Vemos que no existe solución para este problema pues 𝑥 no resulta natural sino
racional. Sin embargo, podríamos decir que si vende 18 viajes en un mes

22
(redondeamos al entero mayor inmediato) cobrará más de $62000, concretamente
𝑆(18) = 1500 ⋅ 18 + 36300 = 63300 pesos.

Ejemplo: grados Celsius vs grados Fahrenheit.

En Argentina se utiliza generalmente la escala de grados Celsius ( ∘ C) para medir


la temperatura. Sin embargo, en otros países se utiliza la escala de grados
Fahrenheit ( ∘ F). La relación de conversión entre ambas escalas está dada por la
fórmula

9
𝑓(𝑥) = 𝑥 + 32
5
siendo 𝑥 la temperatura en grados Celsius, y 𝑓(𝑥) es la misma temperatura
expresada en grados Fahrenheit.

¿Cuántos grados Fahrenheit son 20∘ C? El equivalente es 𝑓(20) = 68. Es decir,


𝟐𝟎∘ 𝐂 equivalen a 𝟔𝟖∘ 𝐅.

¿Cuántos grados Celsius son 50∘ F? Debemos hallar 𝑥 tal que 𝑓(𝑥) = 50.
Resolvemos la ecuación:

9 9 5
50 = 𝑥 + 32 ⇔ 18 = 𝑥 ⇔ 18 ⋅ = 𝑥 ⇔ 10 = 𝑥
5 5 9
Es decir, 𝟓𝟎∘ 𝐅 equivalen a 𝟏𝟎∘ 𝐂.

¿Para qué valores de temperatura, expresada en grados Celsius, la temperatura


equivalente en grados Fahrenheit es negativa? Podemos dar una respuesta
aproximada a partir del gráfico. Quien puede y quiere, también puede hallar los
valores de 𝑥 tales que 𝑓(𝑥) < 0. Es decir, resolver la inecuación:

9 9 5
𝑥 + 32 < 0 ⇔ 𝑥 < −32 ⇔ 𝑥 < −32 ⋅ ≈ −17.78
5 5 9
Luego, para temperaturas aproximadamente inferiores a −𝟏𝟕. 𝟕𝟖°𝐂 se
obtienen temperaturas negativas expresadas en °𝐅.

23
Ejemplo: movimiento rectilíneo uniforme.

Se llama movimiento rectilíneo uniforme (MRU) al que desarrolla un objeto que


describe una trayectoria recta respecto a un observador, con velocidad constante
(esto significa aceleración nula).

En un movimiento rectilíneo uniforme, la posición 𝑠 del objeto en cada instante 𝑡


se puede determinar por la fórmula

𝒔(𝒕) = 𝒗𝒕 + 𝒔𝟎

siendo 𝑠0 la posición inicial del objeto y 𝑣 la velocidad. La gráfica de la posición en


función del tiempo es una recta cuya pendiente es la velocidad, y su ordenada al
origen es la posición inicial.

Supongamos que un auto parte desde un punto sobre una autopista recta y
conduce por ella a una velocidad constante de 83 km/h. Queremos escribir la
fórmula que exprese la posición (en km) del auto en función del tiempo (en horas,
luego de la partida). Si tomamos como punto de referencia al lugar donde partió,
es decir, colocamos allí el "kilómetro cero", entonces la fórmula anterior tendrá
𝑠0 = 0 y la posición (en km) del auto en función del tiempo (en horas) está dada
por

𝒔(𝒕) = 𝟖𝟑𝒕

También podríamos calcular a qué distancia del punto de partida se encontrará


luego de dos horas de recorrido. La distancia que habrá recorrido luego de 2 horas
es 𝑠(2) = 𝟏𝟔𝟔 𝐤𝐦.

Por ejemplo, luego de una hora y media habrá recorrido 𝑠(1.5) = 𝟏𝟐𝟒. 𝟓 𝐤𝐦.

24
También podríamos hallar el tiempo transcurrido entre su partida y el instante en
el que lleva recorridos 198 km. Es decir, buscamos 𝑡 tal que 𝑠(𝑡) = 198. Debemos
resolver la ecuación

198 = 83𝑡

lo que equivale a 𝑡 ≈ 2.3855 h. Entonces, pasaron aproximadamente 2.39 horas


desde su partida hasta recorrer 𝟏𝟗𝟖 𝐤𝐦. Hay que recordar que 2.39 h no es lo
mismo que 2 horas y 39 minutos. Veremos algo de esto un poco más adelante.

El modelo de MRU es útil, pero en un escenario como el anterior, es fácil ver que se
trata de un ejemplo poco realista ya que es improbable que un auto pueda circular por
una autopista durante todo el viaje a velocidad constante. Una alternativa es
considerar el MRUA.

Ejemplo: movimiento rectilíneo uniformemente acelerado.

Se llama movimiento rectilíneo uniformemente acelerado (MRUA) al que


desarrolla un objeto cuando se mueve en línea recta y su aceleración es constante
(esto quiere decir que su velocidad varía uniformemente). En un movimiento
rectilíneo uniformemente acelerado, la velocidad 𝑣 del móvil en cada instante 𝑡 se
puede calcular por la fórmula

𝒗(𝒕) = 𝒂𝒕 + 𝒗𝟎

siendo 𝑣0 la velocidad inicial del móvil, y 𝑎 su aceleración. La gráfica de la


velocidad en función del tiempo es una recta cuya pendiente es la aceleración, y
su ordenada al origen es la velocidad inicial.

Supongamos que un tren de alta velocidad, que se encuentra en reposo, comienza


su trayecto en línea recta con una aceleración constante de 0.5 m/s 2 .

La fórmula que expresa la velocidad alcanzada por el tren en función del tiempo
está dada por

𝒗(𝒕) = 𝟎. 𝟓𝒕

ya que el tren parte desde el reposo y la velocidad inicial es cero. Como la


aceleración está dada en m/s 2 , la fórmula tomará tiempos dado en segundos (s) y
devolverá las velocidades expresadas en m/s.

Supongamos que queremos calcular la velocidad (en kilómetros por hora) que
alcanza el tren a los 3 minutos y medio. Notar que 3 minutos y medio equivalen a
210 segundos, por lo que la velocidad en ese momento será 𝑣(210) = 105, pero
en m/s. Para expresarla en km/h, escribimos

25
m 𝐦 𝟏 𝐤𝐦 𝟑𝟔𝟎𝟎 𝐬 km
105 = 105 ⋅ ⋅ = 378
s 𝐬 ⏟𝟏𝟎𝟎𝟎 𝐦 ⏟𝟏 𝐡 h
=𝟏 =𝟏

Luego, la velocidad alcanzada es de 378 𝐤𝐦/𝐡.

También podríamos ver cuántos minutos le toma alcanzar una velocidad de


65 m/s. En ese caso, debemos hallar 𝑡 tal que 𝑣(𝑡) = 65. Resolvamos la ecuación:

65 = 0.5𝑡 ⇔ 𝑡 = 130

Esto nos dice que le lleva 130 segundos alcanzar la velocidad indicada, lo que
equivale a 2 minutos y 10 segundos.

Ejemplo: caída libre y tiro vertical.

Se denomina caída libre al movimiento vertical de un cuerpo sometido únicamente


a la aceleración de la gravedad, la cual es constantemente 9.8 m/s2 (este valor se
denota usualmente con la letra 𝑔), que lo atrae hacia el suelo (supondremos que
no hay resistencia del aire).

Este tipo de movimiento se produce cuando se lanza un objeto verticalmente hacia


arriba o hacia abajo, o cuando simplemente lo dejamos caer. La caída libre (o tiro
vertical) es un caso particular del movimiento uniformemente acelerado, por lo que
la velocidad 𝑣 (en m/s) de un objeto en caída libre en cada instante 𝑡 (en segundos)
se puede calcular por la fórmula

𝒗(𝒕) = −𝟗. 𝟖𝒕 + 𝒗𝟎

siendo 𝑣0 la velocidad inicial del objeto (𝑣0 > 0 si el objeto es lanzado hacia arriba,
𝑣0 < 0 cuando es lanzado hacia abajo, 𝑣0 = 0 cuando el objeto se deja caer). El
signo menos en la aceleración de la gravedad corresponde a la dirección, ya que
el objeto es atraído hacia abajo.

También puede probarse que la altura (en metros) del objeto en caída libre en cada
instante de tiempo está dada por

𝒚(𝒕) = −𝟒. 𝟗𝒕𝟐 + 𝒗𝟎 𝒕 + 𝒚𝟎

siendo 𝑦0 la altura desde la que se arroja el objeto.

Supongamos que una piedra se deja caer desde una altura de 54 metros. Como
la piedra se deja caer, se tiene 𝑣0 = 0. Luego, la velocidad de la piedra (en m/s)
en función del tiempo (en segundos) está dada por

26
𝑣(𝑡) = −9.8𝑡.

A los 4 segundos de haberla dejado caer, por ejemplo, la velocidad de la piedra


será de −9.8 ⋅ 4 = −39.2 m/s. El signo de la velocidad indica el sentido, en este
caso el signo menos indica que la piedra está cayendo.

También podríamos indicar la fórmula para la altura (en metros) de la piedra en


cada instante de tiempo (en segundos). Como la altura de lanzamiento es de 54
metros, se tiene 𝑦0 = 54. Luego

𝑦(𝑡) = −4.9𝑡 2 + 54.

A los 3 segundos de haber sido soltada, su altura es

𝑦(3) = −4.9 ⋅ 32 + 54 = 9.9

es decir, se encuentra a 9.9 metros de altura.

O bien, podríamos preguntarnos en qué instante llegará al piso. Es decir,


buscamos 𝑡 tal que 𝑦(𝑡) = 0. Para ello resolvemos

0 = −4.9𝑡 2 + 54 ⇔ 4.9𝑡 2 = 54 ⇔ 𝑡 2 ≈ 11.02 ⇔ |𝑡| ≈ 3.32

Como estamos hablando de tiempo e iniciamos el experimento en el instante 0


(momento en que la piedra se deja caer), la solución negativa en este caso se
descarta. Entonces la piedra llega al suelo, aproximadamente, a los 3.32 segundos
de comenzar a caer, y la velocidad con la que llega (en m/s) es aproximadamente
de

𝑣(3.32) ≈ −32.5.

Proporcionalidad

Las relaciones de proporcionalidad aparecen con mucha frecuencia en nuestra vida


cotidiana. Para que dos magnitudes mantengan una relación de proporcionalidad
directa, tienen que estar relacionadas de tal forma que si aumentamos la cantidad de
una, la otra tiene que aumentar también proporcionalmente o en la misma medida. Lo
mismo ocurre si reducimos una de ellas. Por ejemplo, si duplicamos una, la otra se
tiene que duplicar, si la triplicamos la otra también se triplica, y si la reducimos a la
mitad, la otra también se tiene que reducir a la mitad.

Esto se traduce matemáticamente como: dos magnitudes 𝒙 e 𝒚 son directamente


proporcionales si existe una constante 𝒂 (constante de proporcionalidad) tal que

𝒚 = 𝒂𝒙.

27
Estamos rodeados de magnitudes directamente proporcionales entre sí y, además,
suele ser un modelo muy simple pero potente para representar diferentes situaciones
aplicadas. Para resolver un problema de proporcionalidad directa se puede utilizar la
constante de proporcionalidad, la regla de tres simple, etc.

Si bien la “regla de tres simple” es un recurso muy útil y seguramente muchos la


recordemos de nuestra formación escolar, es cierto que reducir las ideas de
proporcionalidad a la única aplicación de una “técnica” puede ser contraproducente.

Veamos algunos ejemplos muy sencillos.

Ejemplo: proporcionalidad directa.

Si sabemos que 8 entradas para el cine costaron $3840, determinar el precio de


29 entradas (estamos suponiendo que no hay ningún tipo de promoción).

Como la cantidad de entradas a adquirir (𝑥) es directamente proporcional al dinero


a abonar (𝑦, en pesos), existe una constante 𝑎 tal que 𝑦 = 𝑎𝑥, o, lo que es lo mismo
𝑦
que 𝑎 = 𝑥 cuando 𝑥 ≠ 0. Reemplazando 𝑥 e 𝑦 por los datos dados, tenemos que
la constante 𝑎 (que en este caso es el precio por cada entrada) es

3840
𝑎= = 480.
8

Entonces, el precio a abonar en pesos en función de la cantidad de entradas está


dado por 𝒚 = 𝟐𝟒𝟎𝒙. Luego, con 𝑥 = 29, se tiene que 𝑦 = 240 ⋅ 29 = 6960. Es decir,
el precio a abonar por 29 entradas es $𝟔𝟗𝟔𝟎.

Con la “regla de tres simple”, seguramente podríamos plantear un esquema como


el que sigue

𝟖 ⟶ $𝟑𝟖𝟒𝟎} ⟹ 𝒙 = 𝟐𝟗 ⋅ $𝟑𝟖𝟒𝟎 = $𝟔𝟗𝟔𝟎


𝟐𝟗 ⟶ 𝒙 𝟖

obteniendo así el mismo resultado que con la estrategia anterior.

Ejemplo: escala en un mapa.

Supongamos que tenemos un mapa realizado a escala que indica que 5


centímetros del mapa representan 800 metros de la realidad. Si queremos ir hasta

28
una ubicación que se encuentra a 13 centímetros desde nuestra ubicación en el
mapa, ¿a qué distancia, de la realidad, se encuentra?

Como vale la proporcionalidad por tratarse de un mapa que está a escala,


podemos hallar la distancia 𝑥 buscada como sigue.

𝟓 𝐜𝐦 ⟶ 𝟖𝟎𝟎 𝐦 𝟏𝟑 𝐜𝐦 ⋅ 𝟖𝟎𝟎 𝐦
}⟹𝒙= = 𝟐𝟎𝟖𝟎 𝐦
𝟏𝟑 𝐜𝐦 ⟶ 𝒙 𝟓 𝐜𝐦

Luego, la distancia desde nuestra posición hasta la ubicación de interés es de 2080


metros.

Ejemplo: porcentajes.

Un caso particular de lo anterior es el cálculo de porcentajes. El porcentaje se


denota utilizando el símbolo %, que matemáticamente equivale a multiplicar por el
factor 0.01.

Por ejemplo, "veintiocho por ciento" se representa como 28% y equivale a


multiplicar por 0.28. Así, para obtener el 28% de 1600 se multiplica

1600 ⋅ 0.28 = 448.

Esto proviene de un esquema de proporcionalidad, teniendo en cuenta que el cien


por ciento es el total. En nuestro ejemplo

100% ⟶ 1600 28% ⋅ 1600 28


}⟹𝑥= = ⋅ 1600 = 0.28 ⋅ 1600 = 448
28% ⟶𝑥 100% 100

Igual que antes, 448 es el 28% de 1600.

Ejemplo: porcentajes y descuentos.

Supongamos que una prenda de vestir que cuesta $2780 y tiene un descuento de
un 25% por fin de temporada y un 5% adicional por pago en efectivo. Si se abona
con tarjeta de crédito, se cobra un recargo del 10%.

En este caso, nos interesan varias cosas: el monto del descuento inicial, el monto
de descuento por pago en efectivo, el recargo por pago con tarjeta de crédito y el
precio que, finalmente, se pagará por la prenda con uno y otro medio de pago.

Denotemos por 𝑑 el descuento del 25% la prenda, entonces

29
100% ⟶ $2780 25% ⋅ $2780
}⟹𝑑= = 695
25% ⟶𝑑 100%

Por lo tanto, el descuento es de $695 pesos, y el precio final de la prenda es de


$2085.

Ahora bien, podríamos haber calculado este monto final de forma directa pues, si
a una cantidad 𝑥 que representa el 100%, se le descuenta el 25% de esa misma
cantidad, esto equivale a calcular el 75% de dicha cantidad directamente pues

100% 𝑥 − 25% 𝑥 = 𝑥 − 0.25𝑥 = (1 − 0.25)𝑥 = 0.75𝑥 = 75% 𝑥.

Si 𝑥 es el valor de la prenda sin descuento, al aplicar el descuento del 25% la


prenda costará 0.75𝑥 = 0.75 ⋅ 2780 = 2085. Entonces, la prenda con descuento
cuesta $2085. El único inconveniente de este atajo es que no devuelve, de manera
directa, el valor descontado; pero hay ocasiones en que nos interesa más el valor
con el descuento aplicado que el monto de descuento en sí.

Por otro lado, ahora que sabemos que la prenda cuesta $2085, tenemos que
calcular cuánto costaría si abonamos en efectivo o con tarjeta de crédito.

En efectivo, debemos descontar el 5% del valor. No nos interesa el descuento en


sí sino el monto a pagar por lo que si 𝑥 es la cantidad sobre la que vamos a
descontar, por lo anterior tenemos que

100% 𝑥 − 5% 𝑥 = 𝑥 − 0.05𝑥 = (1 − 0.05)𝑥 = 0.95𝑥 = 95% 𝑥.

Entonces, abonaremos 0.95 ⋅ 2085 = 1980.75 pesos.

Análogamente, podríamos pensar el caso del pago con tarjeta, en el que


abonaremos un 10% de recargo.

100% 𝑥 + 10% 𝑥 = 𝑥 + 0.10𝑥 = (1 + 0.10)𝑥 = 1.10𝑥 = 110% 𝑥.

Entonces, abonaremos 1.10 ⋅ 2085 = 2293.50 pesos.

En este ejemplo, uno podría pensar que hubiese sido mejor o más directo calcular
el descuento por fin de temporada y el descuento por pago en efectivo (o el recargo
por pago con tarjeta de crédito). En el caso de efectivo, uno estaría tentado a
pensar que, como se descuenta el 25% por fin de temporada y luego se
descuenta el 5% por pago en efectivo, es lo mismo que calcular un descuento
del 30% directamente sobre el precio inicial. Pero esto no es correcto, pues
las cantidades sobre las que refieren esos porcentajes no son las mismas a lo
largo del problema.

30
Véamoslo en el ejemplo. Llamemos 𝑥 al valor de la prenda.

Primer descuento: el valor de la prenda era 𝑥 y con el descuento queda en 0.75𝑥

Segundo descuento: el valor de la prenda es 0.75𝑥 y con el descuento queda en

0.75𝑥 – 0.05 ⋅ 0.75𝑥 = 0.75𝑥 − 0.0375𝑥 = 𝟎. 𝟕𝟏𝟐𝟓𝒙

En efecto, vemos que 0.7125 ⋅ 2780 = 1980.75 pesos, que es lo mismo que
habíamos obtenido inicialmente.

Si, en cambio, hubiésemos pensado que estos dos descuentos eran


equivalentes a descontar el 30%, hubiéramos calculado 𝟎. 𝟕𝟎𝒙 en lugar de
0. 7125𝑥, lo que claramente no nos hubiera dado lo mismo.

Más aún, como calculamos 𝟎. 𝟕𝟏𝟐𝟓𝒙, esto equivale a haber calculado el


𝟕𝟏. 𝟐𝟓% del valor de la prenda o, lo que es lo mismo, a haber aplicado un
descuento del 𝟏𝟎𝟎% − 𝟕𝟏. 𝟐𝟓% = 𝟐𝟖. 𝟕𝟓% sobre el valor inicial. Vemos, de
nuevo, que no es lo mismo que haber aplicado un descuento del 𝟑𝟎% y esto
se debe a que las cantidades sobre las que se descontaba en cada instancia no
eran las mismas a lo largo del proceso.

Ejemplo: modelando el salario con cargas sociales.

Un par de ejemplos atrás, modelamos el salario de un empleado en una agencia


de viajes. Concluimos que el sueldo mensual de cada empleado (en pesos), en
función de los viajes vendidos estaba dado por

𝑺(𝒙) = 𝟏𝟓𝟎𝟎𝒙 + 𝟑𝟔𝟑𝟎𝟎

donde 𝑥 denotaba la cantidad de viajes vendidos ese mes.

Ahora bien, si ése es su salario neto (es decir, el salario luego de descontar las
cargas sociales), podríamos preguntarnos cuál es el salario bruto.

Los descuentos por cargas sociales dependen de cada tipo de contrato y convenio,
pero podríamos poner un piso mínimo de descuentos del 17%. Es decir, si el
salario bruto de un trabajador es de $100000, su salario neto luego del descuento
de cargas sociales es un 17% menor, lo que equivale a decir que es el 100% −
17% = 83% del salario bruto:

31

$𝟏𝟎𝟎𝟎𝟎𝟎 ⋅ 83% = $100000 ⋅ 0.83 = $𝟖𝟑𝟎𝟎𝟎
⏟ .
𝐬𝐚𝐥𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐛𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐬𝐚𝐥𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐧𝐞𝐭𝐨

Entonces, buscamos el salario bruto a partir del salario neto 𝑺(𝒙). Denotemos por
𝑺𝒃 (𝒙) al salario bruto buscado. ¿Qué relación hay entre ambos? Por lo que dijimos
recién, el neto es el 83% del bruto, entonces

𝑺(𝒙) = 0.83 ⋅ 𝑺𝒃 (𝒙)

O, lo que es lo mismo

𝑺(𝒙) ∶ 0.83 = 𝑺𝒃 (𝒙)

Y por todo lo que ya estudiamos en el contexto de las ecuaciones, sabemos que


estas expresiones resultan equivalentes a todas las anteriores.

𝑺(𝒙) 1 100
= 𝑺𝒃 (𝒙); 𝑺(𝒙) = 𝑺𝒃 (𝒙); 𝑺(𝒙) = 𝑺𝒃 (𝒙); 1.20482 𝑺(𝒙) ≈ 𝑺𝒃 (𝒙)
0.83 0.83 83
100
En la última ecuación, usamos la aproximación decimal de por 1.20482, por eso
83
reemplazamos el símbolo del = por el de ≈.

Esa última escritura, además, muestra que el salario bruto es aproximadamente


un 20.482% mayor al salario neto. Es decir, descontar el 17% del bruto equivale al
neto; y aumentar el neto en 20.482% equivale al bruto. Lo que muestra que si
descontamos el 17% de una cantidad, no recuperamos la cantidad al aumentarla
en un 17%, algo similar a lo que comentamos en el ejemplo de la compra de una
prenda de vestir.

Volvamos al problema. Tenemos 𝑺(𝒙) y tenemos la relación con 𝑺𝒃 (𝒙).

𝐒(𝒙) = 𝟏𝟓𝟎𝟎𝒙 + 𝟑𝟔𝟑𝟎𝟎


{ 1
𝑺(𝒙) = 𝑺𝒃 (𝒙)
0.83
Entonces

1
(𝟏𝟓𝟎𝟎𝒙 + 𝟑𝟔𝟑𝟎𝟎) = 𝑺𝒃 (𝒙).
0.83
Si bien ya hallamos una expresión para el salario bruto, podríamos simplificarla un
poco al operar

1500 36300
𝑺𝒃 (𝒙) = 𝑥+ ≈ 1807.23𝑥 + 43734.94.
0.83 0.83
Es decir

𝑺𝒃 (𝒙) ≈ 𝟏𝟖𝟎𝟕. 𝟐𝟑𝒙 + 𝟒𝟑𝟕𝟑𝟒. 𝟗𝟒

32
Usamos el símbolo ≈ ya que dimos una aproximación decimal a las cantidades
1500 36300
y 0.83 , por lo que no es correcto mantener la igualdad. Sin embargo, en un
0.83
contexto como este, es mucho más útil contar con una aproximación decimal que
con el número decimal exacto.

Esta última expresión para 𝑺𝒃 (𝒙), además, permite interpretar que el salario básico
de $36300 neto equivale a un bruto de $43734.94; del mismo modo que los $1500
netos por cada viaje vendido equivale a un monto de $1807.23 bruto por cada viaje
vendido.

Función cuadrática

Nos ocuparemos ahora de analizar las funciones polinómicas de grado 2, es decir, las
funciones de la forma

𝑓(𝑥) = 𝑎𝑥 2 + 𝑏𝑥 + 𝑐

siendo 𝑎, 𝑏 y 𝑐 números reales, con 𝑎 ≠ 0. Una función de este tipo es llamada función
cuadrática.

Por ser una función polinómica, su dominio es el conjunto ℝ de los números reales.

Su gráfica también es una curva notable: la parábola.

Los siguientes son ejemplos de funciones cuadráticas.

1
𝑦 = 3𝑥 2 − 5𝑥 + 4; 𝑦 = − 𝑥 2 + 5𝑥; 𝑦 = 𝑥 2 − 6; 𝑦 = −4𝑥 2 ; 𝑦 = 𝜋𝑥 + 5 − 4𝑥 2
4

Ya vimos que una estrategia para esbozar la gráfica es la de armar una tabla de
valores adecuada. Más aún, hemos visto que, en el caso de las polinómicas, una
estrategia útil era la de buscar las raíces o ceros de la función y confeccionar una tabla
para estudiar su signo; además de algún otro punto notable como la ordenada al
origen. Sin embargo, también vimos que ninguna de estas estrategias es útil siempre,
es decir, para cualquier función cuadrática (o polinómica, en general).

Recordemos que las funciones cuadráticas tendrán raíces en los puntos de abscisas

−𝑏 − √𝑏 2 − 4𝑎𝑐 −𝑏 − √𝑏 2 − 4𝑎𝑐
𝑥1 = ; 𝑥2 =
2𝑎 2𝑎

33
pues ello resulta de hallar los 𝑥 en reales que cumplen 𝑓(𝑥) = 0, y esto es equivalente
a resolver la ecuación cuadrática 𝑎𝑥 2 + 𝑏𝑥 + 𝑐 = 0 cuya solución está determinada,
cuando existe, por la fórmula que estudiamos en la unidad 4.

Es decir, para empezar a intentar esbozar un gráfico podríamos considerar las raíces
y la ordenada al origen. Por ejemplo, queremos graficar la función 𝑦 = 𝑓(𝑥) dada por

𝑦 = −3𝑥 2 − 12𝑥 − 8.

Las raíces están dadas por

12 − √(−12)2 − 4(−3)(−8) 12 − √48 −6 + 2√3


𝑥1 = = = ≈ −0.8453
2(−3) −6 3

12 + √(−12)2 − 4(−3)(−8) 12 + √48 −6 − 2√3


𝑥2 = = = ≈ −3.1547
2(−3) −6 3

−6+2√3 −6−2√3
Lo que da lugar a los puntos de coordenadas ( , 0) y ( , 0). Y la ordenada
3 3
al origen es 𝑦 = −8 lo que da lugar al punto de coordenadas (0, −8).

Hacer un gráfico únicamente con esos tres puntos es muy difícil, pues habría muchas
formas de unirlos y no necesariamente esas formas darían lugar a la verdadera
representación de la función: la parábola.

Sin embargo, conociendo un poco acerca de la forma de esta curva (como vimos en
el gráfico de 𝑦 = 𝑥 2 o quizás por lo que ya conocen de su formación escolar)
podríamos suponer representar esos puntos y unirlos con una curva como esta.

34
La línea punteada gris da cuenta del eje de simetría: la parábola es simétrica respecto
de un eje vertical que se ubica en el punto medio entre las raíces. Además, dicho eje
de simetría permite identificar al máximo (o mínimo) de la curva, que recibe el nombre
de vértice.

Una alternativa para dar una representación más precisa, por ejemplo, podría ser la
de armar una tabla de valores adecuada. Es decir, que tome valores de 𝑥 en la región
o “ventana” aproximada para la que estamos estudiando la gráfica.

Por ejemplo:

𝑥 𝒚 = −𝟑𝒙𝟐 − 𝟏𝟐𝒙 − 𝟖

−5 −3 ⋅ (−5)2 − 12 ⋅ (−5) − 8 = −23

−4 −3 ⋅ (−4)2 − 12 ⋅ (−4) − 8 = −8

−3 −3 ⋅ (−3)2 − 12 ⋅ (−3) − 8 = 1

−2 −3 ⋅ (−2)2 − 12 ⋅ (−2) − 8 = 4

−1 −3 ⋅ (−1)2 − 12 ⋅ (−1) − 8 = 1

0 −3 ⋅ 02 − 12 ⋅ 0 − 8 = −8

1 −3 ⋅ 12 − 12 ⋅ 1 − 8 = −23

35
2 −3 ⋅ 22 − 12 ⋅ 2 − 8 = −44

Con los puntos de esta tabla, se puede ver con más precisión lo que intuíamos antes.
En color, están identificados el vértice y el eje de simetría.

Notar que no es necesario que ambos ejes utilicen la misma unidad de


medida. Si bien es recomendable tener la misma unidad, en ocasiones
conviene cambiarlo para obtener una “ventana” de representación
adecuada.

Entonces, en líneas generales, los siguientes elementos notables resultan de gran


utilidad (además de una adecuada tabla de valores y del conocimiento sobre la forma
general de una parábola) para graficar una función cuadrática de la forma

𝑓(𝑥) = 𝑎𝑥 2 + 𝑏𝑥 + 𝑐

−𝑏±√𝑏 2 −4𝑎𝑐
• Raíces: puntos de coordenadas (𝑥1 , 0) y (𝑥2 , 0) dadas por 𝑥1,2 = .
2𝑎

• Ordenada al origen: punto de coordenadas (0, 𝑐).

𝑏
• Eje de simetría: recta de ecuación dada por 𝑥eje sim = − 2𝑎.

𝑏 𝑏 𝑏 𝑏2
• Vértice: punto de coordenadas (𝑥𝑣 , 𝑦𝑣 ) = (− 2𝑎 , 𝑓 (− 2𝑎)) con 𝑓 (− 2𝑎) = 𝑐 − 4𝑎.

36
• Tipo de curvatura: Si 𝑎 > 0, el vértice es mínimo, se dice que es cóncava
positiva y la imagen de la función es Im(𝑓) = [𝑦𝑣 , +∞), y si 𝑎 < 0, el vértice es
máximo, se dice que es cóncava negativa y la imagen de la función es Im(𝑓) =
(−∞, 𝑦𝑣 ].

Posta 4
1. Representar en un mismo sistema el gráfico de las siguientes funciones.

𝑦 = 𝑥 2 − 𝑥 − 2; 𝑦 = 𝑥 2 + 6𝑥 + 9; 𝑦 = −𝑥 2 − 1.

2. Hallar, si es posible, una función cuadrática que tenga raíces en las abscisas
𝑥1 = 1 y 𝑥2 = 4. ¿Existe más de una?

Para las funciones del ejercicio 1., ¿cuáles son sus elementos notables?
Listarlos todos.

En el ejercicio 2., ¿qué ocurre si además de las raíces se pide que tenga
ordenada al origen en 𝑦 = −4? Explicar.

Para discutir juntos. ¿Es siempre posible utilizar el vértice y las raíces como
elementos útiles para representar la parábola asociada a una función
cuadrática? Ejemplificar con las funciones del ejercicio 1 y escribir una
conclusión sobre qué estrategia se utilizaría para graficar cuando alguno de
estos elementos notables no aportara información útil o suficiente.

La función cuadrática y sus aplicaciones

Muchas situaciones pueden modelarse mediante funciones cuadráticas. Veremos a


continuación algunos ejemplos de ello, así como la importancia de saber interpretar
estas funciones: su gráfico, sus valores extremos (máximo o mínimo), sus raíces y
cualquier otra información que pueda brindarnos.

Ejemplo: buscar un máximo.

Supongamos que el beneficio (en miles de pesos) de un emprendimiento aumenta


cuando se invierte en publicidad en redes sociales hasta un cierto límite, según la
fórmula:

37
𝑃(𝑥) = 5000 + 1000𝑥 − 5𝑥 2

donde 𝑥 es la cantidad (en miles de pesos) que el emprendimiento gasta en


publicidad. Queremos hallar la cantidad que se debe gastar en publicidad para
maximizar las ganancias.

De la ecuación que describe a este modelo, sabemos que la representación gráfica


es una parábola cóncava negativa y vértice en (100,55000) pues

𝑏 1000
𝑥𝑣 = − =− = 100
2𝑎 2 ⋅ (−5)

𝑏2 (1000)2
𝑦𝑣 = 𝑐 − = 5000 − = 55000.
4𝑎 4(−5)

Entonces este es un punto máximo de la curva, lo que significa que el beneficio


máximo se obtendrá al gastar 100 mil pesos en publicidad (recordemos que tanto
𝑥 como 𝑃(𝑥) representan montos en miles de pesos), obteniendo una ganancia
igual a 55000 miles de pesos, que es lo mismo que 5.5 millones de pesos.

¿En qué “ventana” de visualización sería razonable representar esta curva?

Ejemplo: buscar un mínimo.

En un cierto rango de temperatura, la cantidad de bacterias en un alimento crece


a medida que la temperatura aumenta. Supongamos que el número de bacterias
en un alimento refrigerado viene dado por

𝑁(𝑡) = 20𝑡 2 − 20𝑡 + 120

donde 𝑡 es la temperatura del alimento en grados Celsius.

Supongamos que queremos saber a qué temperatura el número de bacterias es


mínimo (suponemos que es mínimo porque creemos que la cantidad de bacterias
aumenta a medida que la temperatura aumenta, pero podría no ser el caso).

De la ecuación que describe a este modelo, sabemos que representación gráfica


es una parábola cóncava positiva y vértice (0.5, 115) pues

𝑏 −20 1
𝑥𝑣 = − =− = = 0.5
2𝑎 2 ⋅ 20 2
𝑏2 (−20)2
𝑦𝑣 = 𝑐 − = 120 − = 115.
4𝑎 4 ⋅ (20)

38
Entonces este es un punto mínimo de la curva, lo que significa que la mínima
cantidad de bacterias se tendrá a una temperatura de 0.5°C y esa cantidad mínima
de bacterias será 115.

¿En qué “ventana” de visualización sería razonable representar esta curva?


¿Convendría utilizar la misma unidad de medida en ambos ejes?

Ejemplo: altura en el tiro vertical.

Como ya vimos, la altura (en metros) de un objeto lanzado verticalmente en cada


instante de tiempo (en segundos), está dada por

𝑦(𝑡) = −4.9𝑡 2 + 𝑣0 𝑡 + 𝑦0

siendo 𝑦0 la altura desde la que se arroja el objeto, y 𝑣0 la velocidad inicial con la


que es arrojado (𝑣0 > 0 si el objeto se lanza hacia arriba, 𝑣0 < 0 cuando es lanzado
hacia abajo, y 𝑣0 = 0 cuando se deja caer).

Queremos hallar la altura máxima alcanzada por un objeto que fue lanzado
verticalmente desde el suelo con una velocidad inicial 𝑣0 = 14.7 m/s, y además
determinar el tiempo que demora en alcanzarla.

Como el objeto se arroja desde el suelo, tenemos 𝑦0 = 0. Entonces la altura (en


metros) del objeto en cada instante 𝑡 (en segundos) está dada por

𝑦(𝑡) = −4.9𝑡 2 + 14.7𝑡

Buscamos el vértice como ya sabemos. Éste es (1.5, 11.025) y se trata de un


máximo. Luego, la altura máxima alcanzada por el objeto es de 11.025 metros y la
alcanza al segundo y medio de haber sido lanzado.

Ejemplo: altura en el tiro de un proyectil.

Supongamos que un objeto ha sido lanzado formando un ángulo agudo con


respecto a la horizontal (a diferencia del tiro vertical), de modo que su altura
aproximada (en pies1, abreviado ft) está dada por.

ℎ(𝑡) = −16𝑡 2 + 64𝑡 + 190

siendo 𝑡 el tiempo en segundos luego de su lanzamiento.

1 Un pie equivale a 0.3048 metros, por lo que un metro equivale aproximadamente a 3.28 pies.

39
Podemos preguntarnos, por ejemplo, desde qué altura fue arrojado el objeto y en
qué otro instante se encuentra a esa misma altura. El objeto se lanza en el instante
𝑡 = 0, por lo tanto, la altura desde donde se lanza es 𝑦(0) = 190 pies. Buscamos
ahora 𝑡 tal que 𝑦(𝑡) = 190, para lo cual debemos resolver la ecuación

−16𝑡 2 + 64𝑡 + 190 = 190 ⇔ −16𝑡 2 + 64𝑡 = 0 ⇔ −16𝑡(𝑡 − 4) = 0

cuyas soluciones son 𝑡 = 0, 𝑡 = 4. Es decir, a los 4 segundos de haber sido


lanzado, el objeto vuelve a alcanzar la misma altura que cuando fue arrojado.

Podríamos, también, hallar la altura del objeto luego de 1 segundo de haber sido
arrojado. La altura (en pies) del objeto al segundo de haber sido lanzado es

ℎ(1) = −16 + 64 + 190 = 238

es decir, se encuentra a 238 pies.

O también podríamos preguntarnos por la altura máxima que alcanza el objeto, y


el tiempo que demora en alcanzarla.

Por las fórmulas que ya estudiamos, sabemos que la altura máxima alcanzada por
el objeto es de 254 pies, a la cual llega a los 2 segundos de haber sido arrojado.

O bien, cuánto tiempo le toma al objeto llegar al suelo. Para determinar esto,
debemos resolver ℎ(𝑡) = 0. Es decir.

−16𝑡 2 + 64𝑡 + 190 = 0

Aplicando la resolvente obtenemos 𝑡1 ≈ −1.98 y 𝑡2 ≈ 5.98. Como nuestro


experimento del lanzamiento comienza con 𝑡 = 0, la solución negativa se descarta,
así que el tiempo que demora en llegar al piso es de casi 6 segundos.

¿En qué “ventana” de visualización sería razonable representar esta curva?


¿Representa esta curva la trayectoria del objeto lanzado? ¿Por qué?

Más funciones para modelar fenómenos

Aquí nos hemos concentrado únicamente en las funciones polinómicas con especial
dedicación en los casos particulares de la función afín y la cuadrática. Sin embargo,
existen muchas funciones más que podríamos tipificar de acuerdo con la fórmula o
ecuación que describe su regla.

PARA AMPLIAR. Invitamos al lector a revisar, si es de su interés, las


funciones exponenciales y logarítmicas aquí (págs. 245 y ss.; 266 y
ss.)

40
Actividades

1. Sea 𝑓: ℝ → ℝ dada por 𝑓(𝑥) = −2𝑥 3 + 𝑥 + 5. Hallar la imagen a través de 𝑓 de


𝑥 = 2, 𝑥 = 0 y 𝑥 = −1.

2. Sea 𝑔(𝑥) = √3𝑥 − 6. Hallar el dominio de 𝑔. Luego, escoger un valor 𝑐 en dicho


dominio y calcular 𝑔(𝑐).

3. Determinar el dominio de las siguientes funciones:


𝑥+3
a. 𝑓(𝑥) = 𝑥 2−16𝑥+64

√−2𝑥+8
b. 𝑔(𝑥) = 𝑥 3 +𝑥 2

4. Hallar analíticamente las raíces de las siguientes funciones y, con ayuda de una
tabla de valores adecuada y un estudio del signo de la función en su dominio,
dar una representación aproximada.

a. 𝑚(𝑥) = 𝑥 2 + 𝑥 − 30

b. 𝑛(𝑥) = 2𝑥 3 − 9𝑥 2 + 3𝑥 + 4

c. 𝑝(𝑥) = 𝑥 3 + 𝑥 2 − 5𝑥 + 3

d. 𝑞(𝑥) = 𝑥 3 + 2𝑥 2 − 33𝑥 − 90

5. Graficar en un mismo sistema de ejes las tres rectas dadas por las ecuaciones
de cada inciso. Anticipar (sin graficar, solo viendo la relación entre pendientes)
cuáles son paralelas o perpendiculares entre sí y verificarlo gráficamente.

a. 𝑦 = 2𝑥 + 3; 𝑦 = 2𝑥 − 1; 𝑦 = 2𝑥 .
1
b. 𝑦 = 𝑥 + 2; 𝑦 = 3𝑥 + 2; 𝑦 = 2 𝑥 + 2.

41
1
c. 𝑦 = 4𝑥; 𝑦 = −2𝑥; 𝑦 = − 2 𝑥.

d. 𝑦 = −𝑥 + 1; 𝑦 = −𝑥 + 2; 𝑦 = −𝑥 − 2.
1 1
e. 𝑦 = −3𝑥 + 2 ; 𝑦 = −3𝑥 − 2; 𝑦 = 3 𝑥.

1
f. 𝑦 = 2; 𝑦 = − 2 ; 𝑥 = 2.

6. Determinar en cada caso si los puntos dados pertenecen o no a la recta


correspondiente al gráfico de la función.
1
a. 𝑦 = − 2 𝑥 + 1; 𝑃 = (2,0); 𝑄 = (4,3).

b. 𝑦 = 5𝑥 − 1; 𝑃 = (1,3); 𝑄 = (0, −2).


1
c. 𝑦 = 3 𝑥 + 4; 𝑃 = (3,5); 𝑄 = (0,4).

7. Hallar la ecuación de la recta que satisface las condiciones dadas:

a. Tiene pendiente −3 y ordenada al origen 4.

b. Tiene pendiente −2 y pasa por el punto (1,5).

c. Su ordenada al origen es −3 y pasa por el punto (2, −4).

8. Las que siguen son funciones cuadráticas. Se pide graficarlas buscando: sus
raíces (en caso de tenerlas), la intersección con el eje 𝑦 (es decir, el valor de la
función para 𝑥 = 0 ), el vértice y el eje de simetría. Usar una tabla de valores
adecuada en cada caso.

a. 𝑦 = −2𝑥 2 − 4𝑥 + 6
1
b. 𝑦 = 𝑥 2 − 2𝑥 + 3
3

c. 𝑦 = 𝑥 2 − 4𝑥 + 7

d. 𝑦 = 4𝑥 2 + 8𝑥 + 3

42
e. 𝑦 = 𝑥 2 + 2𝑥 − 2

f. 𝑦 = 𝑥 2 + 4

g. 𝑦 = 𝑥 2 − 4

h. 𝑦 = 4𝑥 2 + 12𝑥 + 8

i. 𝑦 = 𝑥 2 + 2𝑥

j. 𝑦 = −𝑥 2 − 𝑥 + 6

9. Hallar la función cuadrática cuyas raíces son 𝑥1 = 1 y 𝑥2 = 3, y cuya gráfica


interseca al eje 𝑦 en (0, −6).

10. Hallar la función cuadrática cuyas raíces son 𝑥1 = 𝑥2 = −3, y cuya gráfica pasa
por el punto (−1,16).

43
Recursos Multimedia de la Unidad

Video 1: youtu.be/sN7C8Jmk3DA

Visita guiada por el material de lectura.

Video 2: youtu.be/wFlF9YkgBJg

Dominio e imagen de una función.

Video 3: youtu.be/Zggb4Q-aQKQ

Dominio de una función.

Video 4: youtu.be/vyDbS_uYC7g

Representación gráfica de una función polinómica.

Video 5: youtu.be/ETEIgbYmzkM

Función afín, su representación y posiciones relativas de las rectas.

Video 6: youtu.be/ryWkIW0JWjA

Ecuación de la recta en el plano y puntos de la recta.

Video 7: youtu.be/vLO_IJaZuzs

La ecuación de la recta en el plano.

Video 8: youtu.be/xPrF-I_5VC8

Función cuadrática y su representación.

Video 9: youtu.be/V3ngc5noD_g

La ecuación de la parábola en el plano.

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