PRIMERA UNIDAD

El civismo
Es el conjunto de ideas, de actitudes y de hábitos que corresponden al buen ciudadano,
elemento activo y consciente del pueblo.
El Civismo: Es el arte de ser buen ciudadano. Nos conduce a respetar la autoridad del Estado y
hacerle justicia. Se refiere a las pautas mínimas de comportamiento social que nos permiten
convivir en colectividad.
Finalidades del Civismo:
a) Crear en la mente del educando, niños y adultos, un conocimiento claro de la conducta
que deben seguir como ciudadano y estar consciente de su actuación presente y futura.
b) Crear el concepto de patria con el deseo de servirle sin ningún interés.
c) Formar ciudadanos con un concepto claro sobre la dignidad humana y sobre los
principios de una democracia auténtica, basada en la justicia social y en la libertad
individual.
Despertar la conciencia cívica
Todo el proceso de socialización está orientado a que cada individuo se sienta parte de las
diferentes comunidades que se van sucediendo, desde el nivel micro (la familia) hasta el nivel
macro (la nación). En esa suma de comunidades la persona se va integrando en círculos cada
vez más amplios, que le envuelven y al mismo tiempo, le demandan respuestas,
comportamientos y actitudes.
Educación Cívica

Los términos “Educación Cívica” se refieren a una educación orientada no al desarrollo de un

sentido patriótico, sino a algunos aspectos morales o al afianzamiento de costumbres.

El vínculo de la ciudadanía tiene dos ventajas:

 La primera está orientada con el desarrollo de la madurez moral, pues, en la medida en

que participando en la comunidad, se elimina (la apatía) y el descubrimiento del bien
común estimula el altruismo.

 La segunda ventaja se refiere a que la conciencia de ciudadanía, como identidad,

contribuye a suavizar los conflictos entre quienes tienen diferentes ideologías, en cuanto
desarrolla “la virtud política de la conciliación de los intereses en conflicto”.

SEGUNDA UNIDAD

La cultura:
La cultura es la inteligencia que promueve y estimula el desarrollo, el bienestar y bien vivir de
la sociedad. La cultura no es gasto, es inversión.

 La Real Academia Española define la cultura como “el conjunto de conocimientos que
permite a alguien desarrollar su juicio crítico”. También la define “como el conjunto de
modos de vida y costumbre, conocimientos y grados de desarrollo artístico, científico,
industrial, en una época”.
 Según el Diccionario Enciclopédico de Sociología, la cultura es “el conjunto de formas
de vida, valores y condiciones de vida, configuradas por una actividad humana en una
población y en un espacio histórico y geográfico delimitado”.
  El Concilio Vaticano II, dice que el concepto de cultura no puede limitarse sólo a la
esfera material de los recursos de la humanidad, sino que comparta prioritariamente
un progreso real de formas de existencia marcada por el bien común y por los
principios éticos fundamentales.
 Ortega y Gasset, la define de acuerdo a la historia y a los tiempos, a los ideales y
valores, a la educación y religión, a los procesos históricos y filosóficos, por lo cual
centra más la definición a la naturaleza de la cultura, refiriéndose a la llamada filosofía
de la cultura y no a la filosofía de la cultura real.

Mario Bunge (1970), epistemólogo argentino, considera que actividades culturales son
actividades sociales llevadas a cabo por individuos, ya sea solos o más a menudo, en relación y
cooperación con otros. En tal sentido, expresa que la cultura constituye, entonces, un
subsistema de la sociedad en la cual hay que tener en cuenta, así mismo, los subsistemas de la
economía y la política.

TERCERA UNIDAD

El comportamiento humano para la dignidad en la sociedad.

Yo-Ser Humano-Persona.
Persona: Individuo de especie humana. Cualquier individuo con derechos y deberes.
Ser persona: Es un compuesto psicosomático dotado de moral, materia, mente y espiritualidad,
una unidad de ser, conocimiento y voluntad como persona ontológica y como tal, forma parte
hoy día de una comunidad jurídica-social, dentro de la cual se convierte en sujeto de deberes y
derechos.
Realmente, al hombre de acuerdo a la religión cristiana, es donde se le define más
profundamente su espiritualidad, en la cultura occidental se produce con el cristianismo, en
donde se dice que la dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y
semejanza de Dios, que siendo Uno es Padre, Hijo y Espíritu Santo, entendiéndose como el
misterio de la Trinidad.
Conociendo el mensaje cristiano, el hombre escoge lo bueno o lo malo, y lo hace muchas veces
por ignorancia y otras veces por inteligencia.
Desde el punto de vista de la Sagrada Biblia, no aparece el término persona, pero toda la
revelación judeocristiana pone en evidencia, fuertemente, la dignidad del hombre frente a Dios,
que toma conciencia de sí mismo y de su propia existencia irrepetible.
Desde el punto de vista del mundo griego, el hombre no se considera persona, en cuanto que
está sometido al destino y no puede romper el círculo de la necesidad.
Desde el punto de vista de los filósofos y teólogos tradicionales, el hombre es una sustancia
espiritual y el sujeto de las acciones.
Desde el punto de vista de Marcos Tulio Cicerón, el hombre es un animal previsor, múltiple,
agudo, dotado de memoria, lleno de razón y de consejo.
Dice Kant, que los seres racionales, se llaman “personas” porque su naturaleza lo distingue ya
como fines en sí mismo(es un objeto de respeto). El valor absoluto de la persona, constituye la
base misma de la moralidad y sobre él cimenta el imperativo categórico.
Cuando el filósofo sofista Protágoras dice que “el hombre es la medida de todas las cosas”, él
identifica lo que parece con lo que es, pero aquello que es la verdad para un hombre dado,
puede venir a ser también la verdad de otro. Protágoras juntó religión, moral, costumbre, ley
humana y divina, y justicia.
Sócrates, sumamente humilde y profundamente religioso y modesto, decía que no hay hombres
malvados, sino sólo hombres que ignoran qué cosa es el bien. A Sócrates se le consideró como
el filósofo perfecto, el cual encarna el trinomio ideal: sabiduría, buen sentido y recta conciencia.
Platón, sólo se limita a indicar la existencia del hombre como una materia a indicar la
existencia del hombre como una materia informe que va animada por la divinidad e indica que
en cuanto al alma del hombre ha habido una existencia de ser unida al cuerpo. También dice que
el alma del hombre seguirá existiendo después que el cuerpo haya perecido.
Platón plantea que existen en el hombre tres fuerzas que mueven el alma:
La razón, que tiene su sede en la frente, a la que compara al mismo hombre.
Lo irascible, el ánimo que tiene su sede en el pecho y lo compara con el león.
El alma pasional, apetito que tiene su sede en el vientre y lo compara con una fiera de muchas
cabezas. En consecuencia, concluye diciendo que la razón tiene la misión de gobernar las otras
dos, puesto que le compete la sabiduría.
Para Aristóteles, el hombre es un animal constitutivamente político que acude y necesita de la
sociedad para mejorar y desarrollar su propia naturaleza y dice que el hombre también es un
animal social, que encuentra su primera sociedad en la familia y después debe tener en el
Estado, el complemento de la misma.
La Vida, Conocimiento y Acción.
La vida feliz, consiste en sentir el gozo por todo lo que hacemos con sentimiento y
conocimiento; por tanto, son las acciones las hacen al hombre feliz, así como en el
conocimiento ha de evitarse el error, en la acción debe evitarse la maldad.
La vida – dios – el hombre
Según los conceptos tradicionales, la vida es todo lo viviente y el viviente es considerado como
un sujeto capaz de obrar vitalmente.
La Vida Existencial
Es la vida teologal, que no es otra cosa que la realización de la persona en la dinámica de su
relación con Dios, fundamento último de la realidad. Constituye, pues, el aspecto experimental
y operativo del movimiento real y físico del hombre hacia Dios; pues, las modalidades de la
vida o experiencia teologal depende de la visión que el ser humano tiene de sí mismo, del
mundo y de Dios.