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AEDO y JUGLAR

AEDO.

aedos (en griego antiguo: ἀοιδός, aoidós, «cantor», que a su vez proviene
del verbo ἀείδω, aeidoo, «cantar») eran, en la Antigua Grecia, artistas que
cantaban epopeyas acompañándose de un instrumento musical, la cítara (u
otros instrumentos de cuerda típicos). Los aedos fueron más o menos el
equivalente de los bardos celtas.

Según los especialistas homéricos modernos, el término «aedo» es usado


también como una de las denominaciones técnicas para una poética épica
oral en la tradición a la que pertenecen la Ilíada y la Odisea. El nominativo
y el verbo aparecen en varias ocasiones en esas dos obras, en relación con
la poesía. El más célebre de los aedos es Homero. La Odisea presenta dos
figuras de aedo: el más conocido, Demódoco, que canta en la corte de
Alcínoo, y Femio, de la corte de Ítaca. Estos dos personajes aportan
información sobre el oficio del aedo, que cantaba ante una asamblea de
aristócratas reunidos en un banquete. Elegía entre una amplia colección de
temas muy conocidos, como la Guerra de Troya. Elegía un episodio, pero
el público le reclamaba a menudo tal o cual tema. A menudo, el aedo
empezaban su canto con un proemio, es decir un canto corto que servía de
preludio a la epopeya principal. Los Himnos homéricos constituyen una
colección de tales poemas.

En la Antigua Grecia, aedo era el nombre que recibían los narradores de


historias que viajaban por ciudades y pueblos ganándose la vida con sus
canciones y poemas épicos. Sus cantos recogían leyendas, mitos y
epopeyas; formas de expresar desde la poesía los relatos populares. Eran
medios de comunicación orales, que colocaban la actualidad en un
pentagrama, decorándola con acordes para atraer atención. Los aedos
visitaban las ágoras, mercados, y plazas para hacer llegar sus historias, su
idiosincracia nómada derivaba de la necesidad de encontrar un público
oyente, audiencias diversas de las que los aedos también recogían nuevas
historias.
JUGLAR.

«Joglar» y «juglar» derivan de la palabra latina iocularis que se puede


traducir como gracioso, divertido o entretenido, por su parte, el semiólogo
francés Patrice Pavis acoge el sentido de equivalencia que se les da a
«juglar» y «malabarista» en muchos países europeos: bateleur, en francés;
juggler, en inglés, y gaukler, en alemán. De ahí que «juglar» sea, en el
medio histórico-medieval, un término genérico en el que se incluyen
farsantes, charlatanes, saltimbanquis, feriantes, acróbatas e, incluso,
barberos, dentistas y amaestradores de animales. Fray Liciniano Sáez
sostiene que la voz joglar no solo corresponde a truhan bufón, cantor de
coplas por las calles y comediantes, sino que también comprende a los
poetas, a los que cantaban en las iglesias y palacios de grandes señores, a
los compositores de danzas, juegos y toda especie de diversiones y
alegrías, a los tañedores de instrumentos; en definitiva, a todos los que
causaban alegría.

la juglaría como profesión

El vocablo «juglar» engloba, durante buena parte de la Edad Media, a


todos los profesionales de las artes escénicas, independientemente de su
calidad artística, remuneración y público al que entretenía. Así mismo, era
habitual que los juglares dominasen más de una disciplina artística y las
combinasen en sus espectáculos. Un juglar antiguamente también joglar
era un artista ambulante en la Edad Media. A cambio de dinero o comida,
ofrecía su espectáculo callejero en las plazas públicas, y en ocasiones era
contratado para participar como atracción y entretenimiento en las fiestas y
los banquetes de reyes y nobles, cantaba o bailaba o hacía juegos, yendo
de unos lugares a otros».

Los juglares una élite o artistas comunes?

Estudiosos como Edmond Faral sostienen la teoría de los juglares como


artistas indiferenciados y multidisciplinares desde sus orígenes, frente a las
teorías que admiten la existencia de una élite juglaresca, descendiente de
bardos o cantores germanos, de origen distinto al de los otros juglares. Al
margen del origen, sí surgieron distintos estatus juglarescos en función de
sus habilidades artísticas, el grado de refinamiento de sus espectáculos y el
público al que deleitaban. Poco tenían en común el nivel de vida y el
repertorio de un juglar tabernario con el de un juglar al servicio de un rey.

La evolución de los juglares.

Los juglares se fueron especializando con el paso de los siglos, surgiendo


diversos tipos y categorías con nombres propios específicos. Así hubo
tipos de juglares bien vistos y valorados por sus artes (es el caso de los
juglares épicos o los líricos), en cambio otros fueron desdeñados y
reprobados por los moralistas (por ejemplo: los goliardos o los cazurros).
Los primeros juglares aparecieron en torno al s. vii d. C. divirtiendo, tanto
a clases altas en sus palacios como a las bajas en las plazas y pueblos.
Ramón Menéndez Pidal razona que en los textos se referían a ellos con
figuras procedentes del teatro romano como mimos, histriones y timélicos,
sin quedar claro si sus espectáculos eran iguales a los de la época romana u
otros distintos más parecidos a los espectáculos juglarescos de la Plena
Edad Media. Los juglares continuaron las artes escénicas de sus
predecesores durante la Alta Edad Media, con la gran diferencia de que
componen y actúan en las nuevas lenguas romances locales que van
sustituyendo al latín.

Poco a poco las distintas élites artísticas, que actuaban en cortes o estaban
al servicio de la nobleza, fueron adoptando otras denominaciones para
diferenciarse de artistas de inferior calidad o categoría que actuaban para
público más humilde. Así, por ejemplo, a partir del siglo xiii comenzó a
llamarse ministriles a los músicos cortesanos y juglares al resto de
músicos, creando así dos tipos de músicos en función del público para el
que actuaban.

Según avanza la Baja Edad Media, el prestigio de la figura del juglar va


disminuyendo hasta quedar relegado solo para ser llamados así a los
truhanes y mendigos que se ganaban la vida más por medio de la picaresca
que por sus habilidades artísticas. Este punto de vista sobre la juglaría fue
compartido por muchos intelectuales.

Tipos de juglares

Juglares líricos,Recitaban las obras líricas de los trovadores.


Juglares épicos, Interpretaban cantares de gesta y otras composiciones
narrativas.
Remedadores, imitaban.
Goliardos, eran clérigos vagabundos.
Zaharrones, utilizaban disfraces.
Trasechadores, eran prestidigitadores.
Menestriles, eran juglares músicos al servicio de un señor.
Cazurros, recitaban de forma disparatada.

colaboradores de Wikipedia. (2023, 23 mayo). Juglar. Wikipedia, la


enciclopedia libre. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Juglar

colaboradores de Wikipedia. (2023a, mayo 7). AEdo. Wikipedia, la


enciclopedia libre. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Aedo

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