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INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES

Entrega 1- Escenario 4

AUTORES:

CC 1073535401

CC 1151954780

INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA POLITÉCNICO GRAN COLOMBIANO

SEDE VIRTUAL

TUTOR

John Carlos Buitrago

2021
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TABLA DE CONTENIDO

TABLA DE CONTENIDO.........................................................................................................2

¿CUÁL ES EL DEBATE ENTRE EL EMPIRISMO, EL RACIONALISMO Y LA SÍNTESIS

TRASCENDENTAL OPERADA POR KANT??............................................................................3

CONCLUSIÓN............................................................................................................................7

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS........................................................................................8
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¿CUÁL ES EL DEBATE ENTRE EL EMPIRISMO, EL RACIONALISMO Y LA

SÍNTESIS TRASCENDENTAL OPERADA POR KANT??

La época moderna se ha caracterizado principalmente por el antropocentrismo y la búsqueda

del progreso a partir de la ciencia y el conocimiento científico. Los horizontes reales y lógicos de

la política, la economía, la cultura, etc., albergan los debates alrededor del empirismo, el

racionalismo y la síntesis que Kant alcanza a realizar de estos dos. Estos debates se ocupan de la

epistemología cuyo objeto es la forma que conocemos las relaciones entre el sujeto y el objeto,

del conocimiento, las características que adquiere la realidad, las lógicas de causalidad, las

estrategias metodológicas y en consecuencia la validez del conocimiento.

Al presentar las convergencias y divergencias de estos “enfoques” del conocimiento, con el fin

de comprender los nudos críticos dentro de la epistemología como disciplina, las rupturas

paradigmáticas y las consecuencias que estos pueden tener para nuestra práctica diaria y

profesional. En ese sentido, pretendemos exponer las tres posiciones que el empirismo, el

racionalismo y Kant con su síntesis representan, oscilando entre sus convergencias y

divergencias.

En primer lugar, como hijos puros de la modernidad, los “enfoques” epistemológicos del

racionalismo y el empirismo se ubican dentro del paradigma de la objetividad que dicta una

separación entre sujeto y objeto del conocimiento, en donde se determina que no puede quedar

ninguna huella de la actividad del sujeto al investigarlo. El sujeto en ese sentido se presenta como

absoluto y racional como si este estuviese en una posición de Dios, en un lugar privilegiado para

capturar siempre la verdad del objeto. Es, entonces una suerte de observador científico en una

práctica disyuntiva realizada por Descartes, entre ego cogitans y res extensa.
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Aunque ambos se ubiquen en el mismo paradigma epistemológico de la objetividad al

concebir que la ciencia no hace otra cosa que expresar el verdadero reflejo de la realidad, existe

una clásica división entre el racionalismo y el empirismo a la hora de concebir las formas de

llegar a esta verdad de manera adecuada. Por un lado, se encuentra la postura racionalista que

defiende una convicción fundamental: “el orden y la conexión de las ideas es el mismo que el

orden y la conexión de las cosas”.

(Walter, 2018)

Esto tiene unas implicaciones fundamentales en términos del lugar que se le da a la razón pues

se establece un paralelismo entre la estructura de esta con la estructura de la naturaleza. El

racionalismo supone que la estructura de realidad es racional y, por lo tanto, descubriendo

demostrativamente el contenido de la razón podría conocer la realidad pues estas dos no pueden

sino coincidir.

Para el racionalismo entonces, la razón se convierte en el criterio de verdad y es labor del

sujeto demostrar su funcionamiento para comprenderla; su misión es la de un maquinista que

revela la forma de trabajar de la máquina. Por su parte, el enfoque empirista marcha sobre el

presupuesto fundamental de que todas nuestras ideas y las conclusiones que tenemos se derivan

de las experiencias sensibles de cómo nuestros sentidos se ponen en contacto con la realidad.

Humé es uno de los fundadores del empirismo, dirá que los conceptos provienen de una

generalización da los datos retomados de la experiencia.

Así, el concepto de “silla” o “perro” son empíricos y se forman a partir de nuestra experiencia

con el objeto de la realidad al que se conceptualiza como “perro” o “silla”.


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El empirismo, que entre otras es retomado principalmente por el Circulo de Viena en el siglo

XX, define como el objeto legítimo de la ciencia es aquel “tipo de realidades que resulta

observable”, desplazando todo lo demás a la esfera de la especulación o de la filosofía.

(Jose, 2007)

En ese orden de ideas podemos decir que el debate entre racionalismo y empirismo es de tipo

gnoseológico, es decir, sobre la fuente y origen del conocimiento. Según sus fundamentaciones el

empirismo, al señalar la experiencia como criterio de verdad considera que las mediciones, las

experimentaciones y el método de inducción controlada son las mejores formas de conocer.

Contrario a esto, la razón como criterio de verdad optara por las abstracciones, los sistemas

lógico-matemáticos y el método deductivo controlado para un enfoque racionalista.

Enfrentándose de forma audaz a estas posiciones Immanuel Kant planea una necesidad de

superar estas dos afirmaciones que limitan las formas en que nosotros podemos conocer. Su

propuesta de un idealismo trascendental opera como una filosofía crítica que intenta superar los

dogmatismos del racionalismo y el escepticismo empirista que se concentra en las sensaciones.

En su libro Critica de la razón pura, Kant se concentra en el problema epistemológico de cuál es

medio de conocimiento más adecuado. Ante las dicotomías razón/experiencia o teoría/empírea,

como lo señalan (Walter, 2018), “Kant desliza el eje de la discusión hacia la oposición

teoría/práctica, donde teoría es sinónimo de contemplación pasiva y práctica de actividad

transformadora”.

El pensamiento de Kant es el pensamiento de la ilustración y por tanto defiende la

modernidad. (Marin, 2007) enseña que lo que Kant intenta realizar es resolver la tensión entre la

objetividad y la subjetividad, salvando la pretensión de objetividad misma de las cosas sin dejar
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de lado al sujeto, sin desdibujarlo. Recordemos que tanto el racionalismo como el empirismo no

daban un papel central al sujeto puesto que suponían una labor pasiva frente a la existencia

independiente de la realidad. Kant, entonces, ubica al sujeto como el formador de el objeto de

conocimiento: ya no importa la pregunta por cómo es el objeto, sino por cómo conozco el objeto

(Garcia, 2017).

Lo que Kant hace es demostrar que “el sujeto” a diferencia del mundo objetivo, no es un

“fenómeno” sino un “punto de vista trascendental sobre él” (Marin, 2007). Su diferencia entre el

nóumeno y fenómeno, como la diferencia entre las “cosas en sí” y la forma en que las podemos

conocer, plantea una fórmula de idealismo trascendental: es trascendental porque supone que

existen las cosas “en sí” (noúmeno) pero es idealista, a diferencia del realismo en el racionalismo

y el empirismo, porque le da un lugar al sujeto y su mente en la constitución del objeto de estudio

(fenómeno).

Los fenómenos, que es lo que podemos conocer, es aquello que constituye el producto de la

cooperación entre la sensibilidad y el entendimiento. “Fenómeno es aquello que queda

constituido por las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento, intuiciones y conceptos.

Fenómeno es todo objeto espaciotemporal y constituido por categorías”

(Cedres, 2007)

El nóumeno, por el contrario, es lo incognoscible. Kant nos muestra así que la relación

ontológica entre sujeto y objeto de estudio se resuelve en que es el objeto el que se acomoda al

sujeto para su conocimiento y no al revés.


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CONCLUSIÓN

A pesar de lo que podemos creer, es muy poco lo que podemos conocer de la realidad en si

misma, ya sea que nos guiemos por su apariencia o dejándonos llevar por cualquier otra fuente.

Lo poco que podemos conocer, lo distinguimos en términos de razón pura, este mundo noumenal

es la realidad como verdaderamente es, divorciada o independientemente de nuestras

percepciones sensoriales las cuales pueden ser: el sabor de los alimentos, el color de los objetos

que nos rodean, las superficies por las cuales nos desplazamos, un ambiente fresco y cálido, en

palabras menos son los fenómenos. Por ejemplo, al entrar en una sala de cine y tocar las sillas

terciopeladas, suaves y cómodas, estamos experimentando un fenómeno.

¿Pero es real todo aquello que percibimos a nuestro alrededor?

La forma del mundo que experimentamos depende del modo en que cada mente funciona.

Sapere Aude!
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Cedrés, Peláez, Álvaro. (2007). Kant, el empirismo mínimo y el tribunal de la experiencia.

Tópicos.

García, ángeles, Cesar. (2017). Sobre la teoría del conocimiento de Immanuel Kant.

ResearchGate.

Marín, Jaramillo, Jefferson. (2007). La tensión entre subjetividad y objetividad en Kant. Una

brevísima aproximación desde Terry Eagleton. Amauta.

Padrón, José. (2007). Tendencias epistemológicas de la investigación científica en el siglo XXI.

Redalyx.org.

Walter, Chávez, Alonso, Montero y Gadea, Aiello, Walter. (2018). La relación sujeto-objeto en

la concepción kantiana de la ciencia. Dialnet.

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