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Lengua Castellana y Literatura La maldad y la inocencia en Los Santos Inocentes

Maldad e Inocencia en

Los Santos Inocentes


Miguel Delibes

Trabajo realizado por:


Ana Fortuny
Clara Gracia
Iván Nogués
Mario Quesada
Victoria Soria
Lengua Castellana y Literatura La maldad y la inocencia en Los Santos Inocentes

ÍNDICE
INTRODUCCIÓN…………………………….3
LA INOCENCIA……………………………...4
LA MALDAD…………………………………7
CONCLUSIÓN………………………………..10
BIBLIOGRAFÍA……………………………...11
Lengua Castellana y Literatura La maldad y la inocencia en Los Santos Inocentes

Miguel Delibes fue uno de los grandes maestros de la narrativa del siglo XX. Fue escritor,
académico de la Lengua además de periodista (dirigió el diario El Norte de Castilla). Nació el
17 de octubre de 1920 en Valladolid y murió el 12 de marzo de 2010 en la misma ciudad de
su origen. A lo largo de su vida Delibes escribió obras con género literario del tipo cuento,
ensayo y principalmente novela.

Miguel Delibes se dio a conocer con la obra La Sombra del Ciprés es Alargada, y como
narrador en 1948. Escribió diversas obras como la anteriormente nombrada y otras como El
camino, los Santos Inocentes, el Hereje, las Ratas, y el Diario de un Cazador, entre muchas
otras.

La obra Los Santos Inocentes fue publicada en 1981 (pese a estar ambientada en los años
60).El autor pretende resaltar la denuncia social, el abuso del poder, la denuncia del
caciquismo y la imagen de la España rural en aquella época dónde España empezó a
implementar la autarquía con un fin de lograr una prosperidad económica enfilando el camino
hacia la industrialización.

La obra tiene lugar en Extremadura ,inspirada en un latifundio de esta comunidad autónoma y


está dividida en un total de 6 libros: en los tres primeros se presenta a aquellos personajes
más humildes y en el cuarto aparece el señorito Iván. En esta obra se contrapone la visión de
la naturaleza del señorito Iván (con su visión del mundo es para mí) con la visión inocente y
sensible del protagonista, Azarías. Por otro lado, la obra trata otra contraposición entre los
señoritos y criados donde ambos se relacionan de manera muy distinta con el paisaje. La obra
también trata de una familia que viven de los señores de cortijo a cambio de su servicio,
soportando infinidad de maldades, pero sin queja alguna.

Por último, la obra consta de una gran variedad de personajes tanto ricos como humildes
entre los principales destacan: Azarías (tiene deficiencia cognitiva y en él se observa el
trasfondo del cortijo, tiene un ave y su pasión es la caza), Paco (el bajo), Régula (hermana de
Azarías y madre de Nieves, Quirce, Rogelio y Charito (la Niña Chica)), el Señorito Iván y
otros señoritos y señoritas, Miriam, doña Pura (o Purita), don Pedro y don Manuel, Carlos
Alberto, Facundo, el Obispo y la Milana Bonita.

Esta obra consta de un número de características que refuerzan y la caracterizan: los


personajes, los grandes temas injusticia frente a justicia y maldad frente a inocencia y por
último el autor hace uso de una serie de técnicas narrativas como mediante el uso de un
narrador testigo y otro acorde.
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LA INOCENCIA

La inocencia se define como el estado del alma limpia de culpa por falta de experiencia, sin
embargo, no es simplemente la falta de vivencia, sino la pureza y la falta de malicia en el
corazón. En "Los Santos Inocentes", Delibes nos presenta personajes que encarnan diferentes
formas de inocencia, desde la infantil hasta la ingenuidad adulta provocada por su situación
social de los pobres y el trato recibido. por parte de los señoritos

Dentro de la obra, podemos dividir a los pobres según su tipo de inocencia:

Comencemos con la Niña Chica, Charito, y Azarías. Ambos son víctimas totales del sistema
de explotación en el que viven. En el caso de la Niña Chica, por su dependencia y
vulnerabilidad, exhibe una inocencia evidente. Sus gritos resuenan como acusaciones contra
aquellos que no hacen nada por mejorar su situación, siendo un símbolo de abandono de los
señores hacia los pobres.(…”pero, bien mirado, el Azarías era un engorro, como otra
criatura, a la par que la Niña Chica, ya lo decía la Régula, inocentes, dos inocentes, eso es
lo que son”… NARRADOR-Libro III pág. 15).

Azarías, por su parte, encarna la vida instintiva y sin maldad de los inocentes. A pesar de su
deficiencia, representa la bondad y la conexión con la naturaleza. Su trato con la Niña Chica
revela la búsqueda de afecto y cariño que no puede encontrar en la sociedad que le rodea.

Pasando a la familia de Paco, vemos que Paco y su esposa, Régula, representan el servilismo.
Su frase “ae, a mandar, don Pedro, para eso estamos” (RÉGULA-Libro II pág. 9) refleja su
inocencia en la sumisión a la autoridad. Además, son animalizados, como cuando Paco actúa
como perro olisqueador, en última instancia, son seres humanos tratados con desprecio por
aquellos que se consideran superiores.

Asimismo, Régula encarna la obediencia y la sumisión. A través de estos personajes, Delibes


critica la jerarquía social que deshumaniza a los menos privilegiados.

Por otra parte hay dos personajes que representan también la inocencia infantil: Nieves y
Quirce.

Nieves y Quirce (junto con Charito) son los hijos de Régula y de Paco. Provienen de una
familia pobre la cual sirve a una familia más adinerada y de una clase social más alta (sirven
a la familia del señorito Iván, cuya madre es La Marquesa).
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Régula y Paco trataron de educar a sus hijos para que tuvieran un futuro más próspero que
ellos. Pero esto se ve interrumpido por Pedro, el cual le propone a Regula contratar a su hija,
Nieves, para que ayude a su mujer, Purita, en las tareas del hogar.
Como es una familia de bajos recursos y no quieren descontentar a Pedro, finalmente Regula
acepta la propuesta y Nieves se convierte en la sirviente de Pedro y Purita.

Nieves es una niña y por ello no puede elegir si quiere trabajar o no como sirvienta. Es por
ello por lo que se refleja su inocencia y además de ello se observa la obediencia y sumisión
de esta hacia Pedro, Purita y todos los amigos de estos. También una parte clave de la obra
donde se ve reflejada la inocencia de Nieves es cuando dice que quiere hacer la comunión y
todo el mundo se ríe de ello.

A la noche, tan pronto llegó a casa, aunque se encontraba tronzada por el ajetreo
del día, le dijo a Paco, el Bajo, padre, yo quiero hacer la comunión pero
imperativamente, que Paco, el Bajo, se sobresaltó, ¿qué dices?
y ella, obstinada, que quiero hacer la comunión, padre y Paco, el Bajo, se llevó las
dos manos a la gorra como si pretendiera sujetarse la cabeza, habrá que hablar con
don Pedro, niña, y don Pedro, el Périto, al oír en boca de Paco, el Bajo, la
pretensión de la chica, rompió a reír… (Libro II. Página 11)

Purita señalaba para la Nieves con su dedo índice, sonrosado, pulcrísimo y


exclamaba, pues ahí tienen a la niña, ahora le ha dado con que quiere hacer la
comunión, y, en torno a la gran mesa, una exclamación de asombro y miradas
divertidas y un sostenido murmullo, como un revuelo, y en la esquina, una risa
sofocada… (Libro II. Página 11)

Por otro lado, Quirce es también un niño y su inocencia se ve reflejada ahí. A parte de eso,
Quirce es un niño muy callado y pocas veces habla. Al igual que su hermana, sus padres
deciden que es buena idea que Quirce sustituya a Paco (el padre de Quirce) como ayudante de
caza del señorito Ivan. Pero esto no le termina de agradar al señorito ya que rara vez habla
con él y solo responde con frases cortas. Es el único personaje que muestra una cierta
rebeldía hacia los señoritos.

A la mañana siguiente, el señorito Iván, en la pantalla, se sentía incómodo ante


el tenso hermetismo del Quirce, ante su olímpica indiferencia, ¿es que te
aburres? le preguntaba, y el Quirce mire, ni me aburro ni me dejo de aburrir, y
tornaba a guardar silencio, ajeno a la batida, pero cargaba con presteza y
seguridad las escopetas gemelas y localizaba sabiamente, sin un error, las
perdices derribadas, (Libro V . página 32)
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Por parte de los personajes privilegiados encontramos a Pedro y a Purita que de alguna
manera se ve reflejada la inocencia pero no precisamente por la infantil sino por la
ingenuidad adulta de ambos. (Aunque tienen algo de inocencia por ser ingenuos les
caracteriza más la maldad frente a la inocencia).

Purita es la mujer de Pedro y ésta le es infiel con el señorito Iván. Pedro no sabe nada de esto
pero ve las actitudes provocativas que tiene su mujer hacia el señorito Iván y estas hacen que
Pedro se enfurezca y que se entristezca.

Al final de la obra hay un fragmento donde Purita pasa la noche con el señorito Iván y Nieves
les descubre y se lo cuenta a su padre (Paco). A la mañana siguiente cuando Pedro despierta
ve que su mujer Purita no está y le pregunta a todo el mundo que donde puede estar y a la
hora de preguntarle al señorito Iván, este lo trata con indiferencia y le oculta el hecho de que
Purita le es infiel con él.

¿no viste por casualidad a Purinta la otra noche después de la comida? No sé


qué ha podido sucederle, en el cortijo no está y...
y, a medida que hablaba, la sonrisa del señorito Iván se hacia más ancha y su
dentadura destellaba y, con estudiada frivolidad dio un papirotazo a la gorra
con un dedo y ésta se levantó dejando al descubierto la frente y el nacimiento
de su pelo negrísimo y no me digas que has perdido a tu mujer, Pedro, está
bueno eso… (Libro VI . Página 35)

Por último una señal de la inocencia de las clases bajas es el analfabetismo.

El analfabetismo servía de burla por parte de los señores hacia los menos
privilegiados para dejarlos en mal lugar y hacerles sentir menos que ellos. A
pesar de todo esto Régula y Paco trataban de educar a sus hijos ya que sabían
que necesitaban una buena educación si querían que salieran adelante.

El señorito Lucas rompió a reir y a reir con unas carcajadas rojas,


incontroladas, v, al fin, cuando se calmó un poco, se limpió los ojos con el
pañuelo y dijo, es la gramática,
oye, el porqué pregúntaselo a los académicos, y no aclaró más, pero, bien
mirado, eso no era más que el comienzo, que una tarde llegó la G y el señorito
Lucas les dijo, la G con la A hace GA, pero la G con I hace Ji, como la risa, y
Paco, el Bajo, se enojó, que eso ya era por demás, coño, que ellos eran
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ignorantes pero no tontos y a cuento de qué la E y la I habían de llevar siempre


trato de favor y el señorito Lucas, venga de reir… (Libro II. Página 7)

LA MALDAD
La maldad se define como la cualidad de ser malo, es decir, la cualidad de ser opuesto o
negativo a la moral. La maldad, además, se trata de otro de los grandes temas presentes en la
obra Los Santos Inocentes de Miguel Delibes. De esta manera, está presente en mayor o
menor medida en una gran proporción de los personajes de la obra, aunque destaca el papel
que juega la maldad en dos de ellos: el señorito Iván y Azarías.

En sus obras, Miguel Delibes suele optar por criticar y atacar las conductas de superioridad
por parte de los privilegiados contra los indefensos, algo que fundamentalmente también está
presente en la obra de Los Santos Inocentes. En dicha obra, las mencionadas conductas de
superioridad y de egocentrismo están representadas por el personaje del señorito Iván, el
dueño del cortijo en el que trabaja toda la familia de Azarías. Así, se trata de un personaje que
manifiesta su egocentrismo y sus ansias de ser reconocido como una figura importante,
haciendo expresión de esa maldad contra otros personajes, tales como Paco, el Bajo (su
secretario) o Azarías.

En primer lugar, este sentimiento de egocentrismo se ve en su conducta con Paco, el Bajo,


practicando la caza. Así se ve en el libro quinto, cuando Paco, el Bajo, sufre una lesión en la
pierna como consecuencia de actuar como secretario de caza del señorito Iván. A
continuación, el señorito Iván responde centrándose únicamente en su interés propio:
continuar con las tareas de caza, tal y como se ve con sus declaraciones en la página 176:
“[...]mas Paco, el Bajo, intentó dar un paso y cayó, no puedo, señorito, está mancada, yo
mismo sentí cómo tronzaba el hueso, y el señorito Iván, también es mariconada, coño, y
¿quién va a amarrarme el cimbel ahora con la junta de torcaces que hay en las Planas?”
(libro V, página 176). Como se puede observar, el señorito Iván no se preocupa por la salud
de Paco, el Bajo, sino que antepone la importancia de su sesión de caza, incluso causando que
Paco, el Bajo, caiga en un intento de reponerse tras la lesión.

Sin embargo, la maldad causada por el egocentrismo del señorito Iván no acaba ahí, ya que,
en otra ocasión, este también da mayor importancia a su participación en un evento de caza
que a la recuperación de su secretario. Se trata del momento en el que Paco, el Bajo, y el
señorito Iván van al médico para preguntarle sobre la pierna de Paco. Ante la respuesta del
doctor sobre la importancia de que Paco, el Bajo, esté 45 días con el yeso, el señorito Iván
hace caso omiso y hace que Paco vaya al evento de caza una vez más, poniendo en riesgo su
salud (“[...] Pero amaneció el día 22 y el señorito Iván, erre que erre, se presentó con el alba
a la puerta de Paco, el Bajo, en el Land Rover marrón, venga, arriba, Paco, ya andaremos
con cuidado, tú no te preocupes [...] y Paco, el Bajo, procuraba hacer un esfuerzo, pero los
cerros de los rastrojos dificultaban sus movimientos, no le permitían poner plano el pie, y, en
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una de éstas, ¡zas!, Paco, el Bajo, al suelo, como un sapo, ¡ay señorito Iván, que se me ha
vuelto a tronzar el hueso, que lo he sentido”, libro V, págs 187 y 190).
En la escena mencionada, también se aprecia cómo, por el egocentrismo y la maldad del
señorito Iván, Paco, el Bajo, termina sufriendo graves consecuencias que podrían
comprometer su movilidad y la correcta fisiología de su pierna.

Por otro lado, otra de las características del señorito Iván que le atribuyen su carácter
relacionado con la maldad es su ansia de sentirse importante. A lo largo de toda la obra, el
señorito Iván toma actitudes en las que se aprecia la filia que presenta el señorito Iván hacia
sentirse una persona de gran importancia, pero destaca una de ellas: la caza con Azarías.

Esta escena tiene lugar después de que el señorito Iván prefiera ir de caza con Azarías frente
a ir de caza con Quirce, quien, según él, es más seco. Sin embargo, con el transcurso de la
jornada, el señorito Iván no es capaz de cazar ni un solo ave en todo el día, de manera que
acumula un sentimiento de inferioridad que le irrita y con el que tiene que acabar lo antes
posible. Ello se ve con la gran cantidad de veces que el señorito Iván le recuerda a Azarías la
mala suerte que está teniendo en dicha jornada de caza, de manera que parece que este se está
excusando, alejando la responsabilidad del fracaso de su persona, como se ve en (“No se ve
ni rastro de vida, ¿no andaremos pasados de fecha?”, libro VI, página 216), o en (“Azarías,
esta mañana no hay nada que hacer, veremos si a la tarde cambia la suerte”, libro VI, página
218). De esta manera, el mencionado sentimiento de necesidad de importancia se podría
explicar con el menester del señorito Iván de encontrar una causa externa a él mismo que
justifique el fracaso de la citada sesión de caza.

Sin embargo, estas ansias de importancia se manifiestan en su máximo exponente de maldad


unos instantes después de la última cita, cuando Azarías llama al pájaro del que cuida, su
“milana bonita” (“[...]oprimió el gatillo y, simultáneamente a la detonación, la grajilla dejó
en el aire una estela de plumas negras y azules, encogió las patas sobre sí misma, dobló la
cabeza y se desplomó [...] ¡es la milana, señorito!, ¡me ha matado a la milana!”, libro VI,
página 220).

Así, el señorito Iván, a pesar de ser plenamente consciente de que ese pájaro era muy querido
por Azarías, y lo trascendental que resultaba para él, decidió matarlo para así conseguir haber
cazado algo ese día y sentirse así más importante como cazador, tal y como se justifica con
las declaraciones del señorito a Paco, el Bajo, después de la jornada de caza (“tú, Paco, sabes
lo que es una mañana de espera sin ver pájaro, ¿no?, bueno, pues eso, cinco horas de
plantón, y, en estas, esa jodida graja pica de arriba abajo, ¿te das cuenta? ¿quién es el
guapo que sujeta el dedo en estas circunstancias, Paco?”, libro VI, página 221).

Reuniendo todo ello, se observa que el señorito Iván protagoniza una serie de conductas en
las que abunda la maldad que además resultan de gran trascendencia para el transcurso de la
obra de Los Santos Inocentes, estando guiadas por el egoísmo y las ansias de importancia que
caracterizan al personaje.
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Mientras que en el personaje del señorito Iván abunda la maldad, en la familia de Paco no
observamos ningún personaje perverso que actúe con el fin de dañar a alguien.

No obstante, al final de la obra, Azarías, fiel a sí mismo y a sus principios, da rienda suelta a
sus impulsos y comete un asesinato, matando al señorito Iván. Esto es debido a que, mientras
estaban volviendo de la caza Azarías y su amo, Azarías es sorprendido por un gran grupo de
granjeras, entre ellas estaba la Milana, quien voló hasta recostarse en su hombre. Sin
embargo, nada más posarse, el señorito Iván la dispara y fallece. Es por ello que Azarías,
enfurecido por lo sucedido, decide ahorcarlo.

“Y así el Azarías pasó el cabo de la soga por el canal de encima de su cabeza y tiró de él con
todas sus fuerzas, gruñendo y babeando, el señorito Iván perdió pie, y sintió repentinamente
izado, soltó la jaula y de los aplomos y, ¡Dios! (…) Su cuerpo penduleó un rato en el vacío
hasta que, al cabo, quedó inmóvil” (Libro VI pág. 40)

Este acto es malvado, pues Azarías se deja llevar al completo por la furia llegando a cometer
tal atrocidad, sin remordimiento alguno. A pesar de ello, no puede ser considerado una
persona cruel, pues dicho impulso violento es fruto de su discapacidad. Su minusvalía hace
que sea más sensible que el resto de personajes (se puede apreciar en el cariño que le tiene a
las aves), además de no poder diferenciar con claridad el bien del mal. Es por ello que al ver
como el señorito Iván mata a su Milanesa, ve conveniente asesinarlo y así estaría pagando
con el mismo delito que ha cometido él.

El narrador de Los Santos Inocentes comparte este punto de vista.

“…pero no era por mala voluntad, ni por el gusto de mentir, sino por pura niñez, que el
señorito hacía mal en renegarse por eso y llamarle zascandil, ni era justo tampoco” (Libro i
pág. 2)

Esta frase es dicha cuando Azarías es preguntado por su edad, y este responde que tiene un
año más que el señorito Iván. “¿Qué tiempo te tienes tú, Azarías? Otras tantas respondía,
cabalmente un año más que el señorito” (Libro i pág. 2)

Durante la obra encontramos pequeños fallos cometidos por Azarías. Que, sin tener en cuenta
su retraso cognitivo, se podría interpretar como faltas de respeto hacia los demás personajes.
Sin embargo, como ya hemos mencionado anteriormente, estos son consecuencia de su
minusvalía, pues lo hace ser una persona muy inocente, por lo que no van con mala intención.
Lengua Castellana y Literatura La maldad y la inocencia en Los Santos Inocentes

BIBLIOGRAFÍA
● Los Santos Inocentes. Miguel Delibes.
● Apuntes de clase.
● https://avempace.com/wiki/index.php/Los_grandes_temas_(justicia_e_injusticia,_mal
dad_e_inocencia)
● https://www.dientedeleon.blog/2023/04/los-santos-inocentes-los-grandes-temas.html

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