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I.

DISTRIBUCIÓN DE LA CARGA DE LA PRUEBA

Cuando hablamos de la distribución de la carga de la prueba nos estamos

refiriendo a quién le corresponde la carga de probar.

Para Carrión Lugo (2007, p. 256) la distribución de la carga de la prueba

consiste en fijar quienes deben probar. La carga de la prueba no solo recae

sobre quien demanda, sino también a quien alega hechos como sustento de su

pretensión procesal. Por ello, cada parte debe probar los hechos que alega.

En el artículo 23 de la NLPL se establece las siguientes reglas especiales de

distribución de la carga probatoria:

1. Acreditada la prestación personal de servicios, se presume la existencia

de vínculo laboral a plazo indeterminado, salvo prueba en contrario.

2. Cuando corresponda, si el demandante invoca la calidad de trabajador o

ex trabajador, tiene la carga de la prueba de:

a) La existencia de la fuente normativa de los derechos alegados de

origen distinto al constitucional o legal.

b) El motivo de nulidad invocado y el acto de hostilidad padecido.

c) La existencia del daño alegado.

3. De modo paralelo, cuando corresponda, incumbe al demandado que

sea señalado como empleador la carga de la prueba de:

a) El pago, el cumplimiento de las normas legales, el cumplimiento de

sus obligaciones contractuales, su extinción o inexigibilidad.

b) La existencia de un motivo razonable distinto al hecho lesivo alegado.


c) El estado del vínculo laboral y la causa del despido.

Estos serán explicados más adelante.

II. INVERSIÓN DE LA CARGA DE LA PRUEBA

Mercedes Fernández (2006, p. 117)1 menciona que “se habla de la inversión de

la carga de la prueba cuando se produce el efecto de modificar los criterios de

distribución establecidos legalmente”.

Jorge Carrión (2007, p. 258)2 considera que la inversión de la carga de la

prueba “consiste en la alteración de la carga de la prueba por expresa

determinación legal”. Es decir, que solo es aplicable en los casos

expresamente señalados por la ley.

En lo que respecta a la inversión de la carga de la prueba en materia laboral,

Javier Arévalo Vela (2011, p. 169)3 menciona lo siguiente: “En el derecho

procesal la regla general es que quien alega un hecho debe probarlo; sin

embargo en materia procesal laboral esta regla se invierte en ciertos casos, en

que el empleador es quien debe probar los hechos que en que ha fundado su

decisión, tal como de la causal del despido”.

Añade, que la inversión de la carga de la prueba traslada la obligación de

probar de quien alega un hecho a quien niega su existencia. El fundamento de

esta regla radica en el hecho que al ser considerado el trabajador como parte

débil de la relación laboral, le es más difícil acceder a los medios de prueba

necesarios para lograr el reconocimiento de sus derechos, siendo que por el

1
FERNANDEZ L., Mercedes. Carga de la Prueba en la Practica Judicial Civil. Madrid: LA LEY.
2006.
2
CARRION L., Jorge. Tratado de derecho procesal civil vol. II. Lima: GRIJLEY. 2007.
3
AREVALO V, Javier. Comentarios a la nueva ley procesal del trabajo ley N° 29497. Lima:
JURISTA EDITORES. 2011.
contrario el empleador en su condición de parte dominante de la relación, tiene

más facilidad para acceder a los medios de prueba.

La inversión de la carga de la prueba no puede admitirse como una regla de

carácter absoluto a favor del trabajador, por tal motivo creemos que ella solo

debe aplicarse en los casos taxativamente señalados en la ley, debiendo en

todos los demás, el trabajador probar los hechos que alega.

Entonces, la inversión de la carga de la prueba en el derecho procesal laboral

es una excepción a la regla d e q u e quien afirma un hecho debe probarlo, y

por tratarse de una excepción es siempre legal, se ha

considerado siempre que su interpretación es restrictiva. Así como también lo

señala Francisco Javier Romero Montes (2012, p. 195)4 al señalar lo siguiente:

“cuando el trabajador es demandante, la carga de la prueba de sus

aseveraciones no siempre es de su responsabilidad. Será el demandado el que

debe desvirtuar tales aseveraciones a través de la prueba que aporte”.

En la LPT, solo en los procesos de cobro de beneficios sociales y otros

derechos remunerativos era posible que se aplique éste principio, pues le

correspondía al trabajador esencialmente probar la existencia del vínculo

laboral, en cambio al empleador le corresponde probar casi todo lo demás, es

decir, el cumplimiento de las obligaciones contenidas en las normas legales, los

convenios colectivos, la costumbre, el reglamento interno y el contrato

individual de trabajo. Por ello, en lugar de inversión de la carga de la prueba

algunos prefieren hablar de distribución o asignación de la carga de la prueba

4
ROMERO M. Francisco J. El Nuevo Proceso Laboral. Lima: GRIJLEY. 2012.
Pero en la NLPT se regula la carga de la prueba en el artículo 23 (inciso 23.4),

que de alguna manera reivindica el principio de inversión de la carga de la

prueba de tal forma que el citado principio se convierte en una medida

tendiente a equilibrar a las partes que intervienen en el proceso. O sea, desde

el momento en que la relación laboral se lleva a cabo en el lugar indicado por el

empleador éste tiene mayores y mejores posibilidades de premunirse de

medios probatorios que le van a servir en un eventual conflicto jurídico. En ese

sentido, resulta necesario que las normas del procesal laboral contengan

disposiciones que eliminen este desequilibrio.

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