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Para la introducción y conclusión

Antecedentes Históricos

Es notoria la evolución que ha tenido a través de la historia el derecho probatorio.

En el antiguo derecho romano (año 754 a.c.) y en el griego, tanto el proceso civil
como el penal eran oral y las partes tenían la carga de producir la prueba y sólo en
los casos especiales se les permitía a los jueces tener iniciativa para decretarlas y
practicarlas de oficio.

Los medios principales de prueba fueron los testimonios, los documentos y el


juramento. En cuanto la prueba documental, gozó de especial consideración,
particularmente en materia mercantil, habiéndose otorgado a algunos documentos
mérito ejecutivo directo y por supuesto pleno valor probatorio. De tal manera que
cuando las pruebas pertenecían al demandante en virtud del principio “actori
incumbit onus probandi”, las principales pruebas eran los escritos y la prueba
testifical, además del juramento y la pericia.

En esa etapa histórica, el que afirmaba en su beneficio la existencia de un derecho


o de un hecho era quien está obligado a suministrar la prueba; así pues, el
demandante debía justificar su pretensión. Si no lo conseguía, el demandado era
absuelto. Por su parte, el demandado no tenía que hacer prueba directa; su papel
se limita a combatir las suministradas por el demandante. Pero si se oponía una
excepción en la demanda, debía a su vez probar los hechos en que se apoyaba
este modo de defensa, en cuanto a la excepción, desempeña el papel del
demandante.

Los modos de prueba consisten en:

1. Escritos, instrumenta, tales como el escrito que comprueba una


estipulación, el arcarium nomen.

2. En testigos, testes. Estos se aprecian, no de acuerdo a su número,


sino conforme el valor de los testimonios.

3. En el juramento, jusjurandum in juidicio.

Lo anterior solo es una muestra de cómo se inició el procedimiento para promover


y evacuar la prueba en el derecho romano, circunstancia esta que marcó pauta en
el derecho a escala mundial. Pero, definitivamente la prueba se presenta a lo largo
de la historia cuando surge la necesidad de probar la verdad de un hecho o acto y
en el campo procesal, lo que es fundamental, pues consiste en la certeza en el
juez sobre la existencia de los hechos que se someten a su consideración.
El movimiento de la Revolución Francesa de 1789, trajo la reacción contra la tarifa
legal y la implantación de la libertad de apreciación de las pruebas por el juez,
primero en el proceso penal y luego en el proceso civil. Se puso en evidencia que
la probabilidad objetiva que es el fundamento de la regla de experiencia convertida
en norma legal por la tarifa de pruebas; en tal sentido, no era aceptable una lógica
oficial, previa y abstracta, para la investigación de los hechos del proceso, que son
concretos e históricos.

La libertad de valorar la prueba es una consecuencia lógica de la ciencia empírica


del mundo moderno, e implica un concepto técnico de la investigación de la
verdad de los hechos, que rechaza la concepción del razonamiento judicial como
un puro silogismo.

La prueba es un estado de cosas, susceptible de comprobación y contradicción,


que tiene lugar en el proceso de conformidad con la ley, para producir
convencimiento, no solo en el juez, sino en las partes y en el público, sobre la
veracidad o falsedad de los hechos del proceso y, consiguientemente para
sustentar las decisiones. Ese estado de cosas, que puede consistir en un objeto
que confiesas, otro que rinde testimonio, el juez que inspecciona, un experto que
analiza y dictamina, un documento que dice algo o un objeto que indica o sugiere
algo, resulta claro entonces que ese estado de cosas en el proceso, al que se
llama prueba, es introducido a este a través de los llamados medios de prueba o
medios probatorios.

Partiendo de que la presente investigación versa sobre los medios probatorios que
logran desvirtuar el valor de los documentos firmados en blanco, subsumiéndonos
a los juicios laborales; es necesario, no solo analizar como ha sido el desarrollo
histórico de la prueba en el tiempo, sino también, la manera como ha evolucionado
el proceso en el mundo.

En cuanto al ámbito legal, los primeros pasos de la legislación laboral Colombiana


se conocen desde el siglo XVII, que empezó con una simple compilación de
Cédulas, Cartas, provisiones y leyes con el propósito de divulgar las acciones
dictadas por el gobierno para ese momento y garantizar un estado de paz y
justicia. Ya desde esa época se empezó a considerar ciertos aspectos como el
trabajo de mujeres y niños, trabajos prohibidos e incluso una previsión social,
características que de alguna manera u otra se han mantenido vigentes, con las
correcciones pertinentes y propias de la evolución del hombre en sociedad.

Otro aspecto que se considera importante para la perfecta comprensión de la


historia probatoria Colombiana han sido las dos grandes etapas o periodos,
enmarcados, el primero desde 1830 a 1917 y el segundo desde 1917 hasta el
presente, periodos estos que distinguieron ámbitos de aplicación y jurisdicciones
especificas y abarcaron tendencias modernistas que actualmente son tareas
reguladas por reglamentos dirigidos directamente al ejercicio de tales trabajos.

Hasta hace poco tiempo en este país, existía la necesidad de que el ordenamiento
jurídico determinase si procedía, o no, la inclusión de elementos de extremado
interés probatorio como planos, dibujos técnicos, fotografías, vídeos, cine, cintas
magnetofónicas, discos informáticos, etc., entre los "documentos", pues la
escritura no es la nota esencial del documento, sino su naturaleza mueble y
probatoria durante el proceso, y extrajudicial en el tráfico jurídico.

Por lo que respecta a la ley, ha sido paradójicamente, la Ley de Registro Público


Colombiano, la que otorgó valor probatorio a los fotostatos, extendiéndose
posteriormente a todo tipo de reproducción mecánica o no, posteriormente la
reforma del Código de Procedimiento Civil, incluyó la prueba libre, con lo cual se
despeja toda duda sobre su procedencia en juicio, estableciendo reglas para su
valoración, pudiendo decirse, sin lugar a dudas, que tal reforma fue quién legalizó,
definitivamente, la inclusión de todas estas pruebas reales, dentro del concepto de
documento.

En tal sentido, el derecho probatorio es importante ya que sirve para reconstruir hechos y
demostrar situaciones alegadas durante el proceso; por ello se dice que el jurista reconstruye el
pasado, para conocer quién tiene razón en el presente y también para regular con más acierto las
conductas futuras.

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