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Semana 2

Covid-19 y Conflicto armado en Colombia

El duelo en medio de la pandemia

Durante el año 2020 y parte del 2021 esta generación atravesó un evento de
salud pública que afectó a la sociedad en general, no solo desde el impacto
económico que se vio en desempleo, cierre o quiebra de empresas y como
esto también deriva en la salud mental de las personas, no contar con
recursos para asumir los gastos mensuales, las medidas de toque de queda
que cortaban toda posibilidad de socializar, realizar actividad deportiva o de
ocio, los retos de una virtualidad laboral y académica improvisada en muchos
sectores que terminaron extendiendo las jornadas más allá de lo permitido.
Un sector en especial tuvo que enfrentar la pandemia desde un inicio lleno
de incertidumbres al no tener un tratamiento preciso, desconocer la cura y
estar contra reloj, el sector salud y su personal batallaron contra esas
condiciones adversas sin poder tomar las mismas medidas que otros
sectores para resguardar su vida o la de sus familiares.

La muerte hizo presencia de una manera implacable, con una particularidad


que solo se podría tener en casos de desaparición forzosa y es que a los
familiares de la persona que fallecía a causa del covid-19 no le permitían
realizar rituales funerarios de manera normal, no podían estar cerca de esta
persona en sus últimos momentos y finalmente recibir las cenizas, en la
sociedad colombiana que mayoritariamente realiza sus rituales funerarios de
acuerdo a la religión católica o cristiana y sus distintas vertientes, afectó esa
posibilidad de elaboración del duelo.

La incertidumbre generada en las personas por las medidas que se tomaban


para evitar los contagios y que son comprensibles desde una mirada desde
la salud pública, tal vez no lo eran para esa persona desconcertada que llevó
a su familiar al servicio de urgencias y nunca mas lo volvió a ver como era en
vida, la negación entonces surgía como manifestación, desconociendo los
protocolos de bio seguridad, dudando de los reportes médicos y sus
procedimientos, incluso negando la posibilidad de que la persona fallecida
fuera su ser querido.

El no poder estar en esos momentos finales, realizar los rituales funerarios


de forma normal, dejan unos duelos sin resolver por esa misma incertidumbre
de saber exactamente qué sucedió, desde el personal de salud el afrontar la
muerte con una frecuencia a la que tal vez no estaban acostumbrados y que
alcanzaba a sus seres queridos, compañeros y a ellos mismos.

Debido a que las empresas funerarias conocen el valor que tienen los rituales
funerarios para las personas, implementaron la posibilidad de realizarlo
usando video llamadas por medio de las distintas aplicaciones, esto para que
el aforo permitido no se sobrepasara y se pudiese establecer ese contacto y
participación el ritual y logrando una medida transitoria pero que buscaba
impactar en ese duelo por elaborar de las personas.

El poder visualizar el cuerpo sin vida es fundamental en ese proceso de


elaboración de duelo, sin ese elemento la negación y la incertidumbre
posiblemente hagan efecto, otras culturas por medio de sus creencias y
costumbres pueden simbolizar la pérdida de alguien sin requerir el cuerpo,
pero, en nuestro caso es clave, por eso es necesario también entender que
si hablamos de duelo en Colombia el conflicto armado ha sido causante de
una gran afectación en miles de personas que aún siguen sin elaborar su
duelo por la pérdida de alguien en medio de las condiciones atroces que tare
la guerra.
Rituales funerarios en tiempos de Covid-19

https://www.youtube.com/watch?v=Rt8grR5bdKU

Conflicto armado en Colombia

El conflicto armado en Colombia entre sus múltiples atrocidades y secuelas


que ha dejado en todos los niveles de la población, tuvo una práctica que ha
afectado de manera significativa la posibilidad de que muchas familias
puedan elaborar el duela de la pérdida de sus familiares o seres querido, la
desaparición forzosa, de la cual seguramente todo colombiana ha escuchado
un relato cercano o conocido una historia sobre esto, debe entender que más
allá de establecer una afinidad política en defensa de estrategias o
programas bandera de la seguridad, se debe ver en la afectación a las
víctimas del conflicto.

Cuando se describía las consecuencias que generaba el covid-19 y sus


protocolos a la hora de impedir el acompañamiento de la persona que fallecía
y la realización de los rituales funerarios, negaba esa posibilidad de un buen
comienzo en el proceso de duelo, cuando se presenta la desaparición forzosa
es un efecto similar.
Hay familias que llevan años tratando de simbolizar la muerte de esa persona que
fue sacada de su hogar o que nunca regresó del trabajo y que su paradero es
desconocido, esto genera una privación del duelo ya que mantiene una leve
esperanza de que aquella persona aun esté viva y pueda regresar, el valor que tiene
para estas personas que los actores del conflicto armado, revelen información que
permita dar con el paradero de sus seres queridos, tiene gran importancia, al
encontrar sus restos, las familias proceden a realizar los rituales funerarios
adecuados y pueden partir de que ya hay una realidad sobre esa persona y pueden
iniciar el duelo por esa pérdida, antes de eso internamente hay una necesidad de
elaborar el duelo que batalla contra la esperanza de que aun pueda regresar.

La lucha de la familia Galarraga

https://www.youtube.com/watch?v=39Wk5WidPn0

Díaz, V. (2013). Paradojas del duelo en el contexto colombiano. Psicoespacios: Revista


Virtual de La Institución Universitaria de Envigado, 7(10), 273–290.
http://revistas.iue.edu.co/index.php/Psicoespacios

Manifestaciones del duelo

Físicas

A continuación, se enlistan algunas de las reacciones físicas que alguien


puede presentar cuando está atravesando un duelo, vacío en el estómago,
opresión en el pecho, opresión en la garganta, hipersensibilidad al ruido (Es
posible que hasta los ruidos a los que normalmente está expuesto le sean
causante de malestar), despersonalización (Lo que está ocurriendo, le pasa
a otra persona, se podría describir como una mirada en tercera persona de
sí mismo), falta de aire o aliento (Se puede relacionar con los suspiros
continuos), debilidad muscular, falta de energía (siente que en su trabajo,
práctica deportiva o actividades rutinarias no le alcanza la energía, se agota
más rápido, presenta imprecisión en el desempeño) y sequedad en la boca.

Comportamiento y conducta

• Alteraciones del sueño

Es esperable que los hábitos del sueño se alteren, modificando las horas en
que normalmente se acuesta o se despierta o también despertándose en
repetidas ocasiones, durante los primeros días de ocurrida la perdida se
puede mantener estas alteraciones, pero, se espera que se vaya
recuperando la normalidad de forma progresiva, si esto perdura y comienza
a generar afectaciones en las áreas familiares, laborales, académicas, pareja
o personal, es pertinente consultar con un profesional de la salud, el proceso
de duelo como tal no es patológico por si solo, pero alguna de sus
manifestaciones puede traer consecuencias a la salud de la persona, por lo
que el acompañamiento profesional en estos casos es prioritario.

• Alteraciones en la alimentación

Al igual que el sueño la alimentación también se puede ver afectada, esto en


desorden de las horas en las que normalmente ingería sus alimentos, hasta
pasar por un incremento o reducción significativa de las porciones, es
necesario que si se mantiene alguna de estas alteraciones y el peso se ve
afectado, tanto en aumento como en reducción, es necesario consultar con
un profesional en nutrición y dietética y luego interconsulta con los demás
profesional para un adecuado acompañamiento que procure mantener la
elaboración del duelo, pero, sin que este implique un riesgo para la salud.

• Conducta distraída y retraimiento

Se hace visible en espacios de trabajo grupal o de interacción social en


donde la persona se muestra ajena a la conversación, se nota como si
estuviera pensando en algo mas y le cuesta mantener su foco atencional en
actividades que antes podía realizar de forma continúa y sin pausa, evita
situaciones en donde tenga que compartir con mas personas prefiriendo
actividades en solitario o no salir de su casa, no se debe forzar de manera
agresiva la participación de estos espacios, es recomendable que se
acompañe a la persona para que pueda ir retomando la interacción de forma
gradual.

• Soñar con el fallecido

Los sueños con el fallecido son una de las manifestaciones mas


mencionadas, en estos sueños se comparten momentos, se realizan
diálogos que pueden responder a la añoranza de que la persona siguiera con
vida o de alguna situación inconclusa, en algunos casos estos sueños
pueden llegar a ser valiosos para la elaboración del duelo, no se debe
cuestionar la veracidad de los sueños desde una mirada personal, se debe
entender como un proceso que está tratando de dar sentido a la pérdida de
alguien.
• Evitar recordar al fallecido

La evitación también es un mecanismo de defensa frente a una pérdida, ya


que esta puede abrumar la capacidad de respuesta de la persona y evitar
todo lo que pueda recordarle al fallecido, ya que siente no poder hacer frente,
con esta forma busca que con el tiempo pueda ser menos doloroso el estar
expuesto a elementos que le recuerden el fallecido, se debe mantener un
diálogo en estos casos con quien opte por evitar, sin juzgar su forma de
afrontar y permitirle que se tome un tiempo para afrontar de una manera más
directa la pérdida.

• Buscar y llamar en voz alta

Por medio de solicitudes al fallecido como consejos, guías o ayuda para


afrontar situaciones del día a día, evocando la presencia y apoyo de la
persona que falleció.

• Hiperactividad y agitación

En algunos casos este estado puede llevar a las personas a realizar largas
caminatas sin sentido, solo buscando alivio ante una manifestación de
hiperactividad y agitación, puede generar problemas del sueño, es necesario
que de perdurar esto la persona reciba acompañamiento profesional,
dándole herramientas de afrontamiento como técnicas de respiración o
técnicas de relajación muscular progresiva.

• Atesorar objetos del fallecido

Algunos objetos van a tener un valor subjetivo para las personas, mas allá
de su costo monetario o utilidad, es un valor a través de la carga emocional
que se le atribuye, estos objetos considerados recuerdos son empleados
como lo que enlaza y mantiene el vínculo con el fallecido a través de la
memoria, en algunos casos se decide no conservar nada del fallecido como
medida para facilitar el duelo, no es recomendable que una persona imponga
esta decisión sobre otros (como en el caso de un grupo de hermanos cuando
muere su madre o padre), lo más adecuado es que se tengan en cuenta esas
necesidades sobre los objetos del fallecido y puedan acordar el conservar
algunos objetos.

• Visitar lugares que le recuerden el fallecido

Los lugares también generan vínculos con las personas, por las vivencias
que allí se tuvieron, las decisiones que se tomaron o los eventos a los que
se asistió, esto lugares al ser visitados luego del fallecimiento de un ser
querido permite evocar anécdotas o historias que permiten mantener latente
la presencia de esa persona.

Cognitivas

• Incredulidad

El no creer que la persona ha fallecido, negarse la información en que


comunican su muerte y evadir completamente la realidad al punto de estar
seguro que se cometió un error, se trata de otra persona, se está siendo
engañado. Worden trae un caso en donde una mujer conserva a su esposo
luego de varias semanas de morir sin reportarlo, continuaba aseando,
vistiendo y desplazando por la casa a su esposo como si este estuviera vivo,
aunque se debe aclarar que esto es un caso extremo de incredulidad y que
la mujer sufría de una enfermedad mental.
• Confusión

La confusión se da cuando las condiciones de la muerte o la información


dada es ambigua, sin detalles, no se puede tener certeza de lo que pasó
realmente y del estado del fallecido, en casos de desaparición o muerte por
conflicto armado o desastres naturales es posible que la reacción de las
personas sea de confusión, por la misma naturaleza del evento que no
permite contar con información veraz o respuesta inmediata.

• Preocupación

La persona puede revivir constantemente los hechos en que ocurrió la muerte


de su ser querido y sentir preocupación de si este hecho le puede ocurrir a
alguien más cercano o a él mismo, en algunos casos podría presentar
síntomas de estrés postraumático o episodios de ansiedad generalizada
debido a que la situación persiste en el pensamiento.

• Sensación de presencia y alucinaciones

Cuando una persona que está elaborando su duele refiere haber visto o
sentido la presencia del fallecido, no se debe atribuir a una enfermedad
mental, la pérdida de un ser querido implica una fuerte movilización
emocional que causa alteraciones a nivel cognitivo, por lo que esa percepción
o sensación de la presencia de quien fallece es comprensible, es común que
las personas crean haber visto al fallecido en la calle, reconocer que tenía
sus mismas facciones, ademanes o forma de vestir, en estos casos se debe
tener en cuenta si hay trastornos o enfermedades que tengan como síntomas
las alucinaciones para descartar o implementar una intervención clínica.
Emocionales

El duelo a nivel emocional tiene una gran variedad de formas de


manifestarse, culturalmente se ha atribuido a la tristeza una cierta
exclusividad en ser la emoción más válida, pero las demás formas no entran
en una escala de medición de adecuada o no, las manifestaciones dependen
de cada sujeto y cómo este con sus recursos afronta la perdida y como lo
manifiesta.

• Enfado

El temperamento de las personas y sus formas de afrontar pueden causar


que esta sea su forma de manifestarse, en casos puntuales como las muertes
ocasionadas por el covid-19 en donde no podían acceder a las habitaciones
y solo esperar a la entrega de las cenizas, se registraron casos en donde
estas condiciones causaran una reacción en enfado en las personas.

• Culpa y autorreproche

Si la relación con la persona que fallece fue distante, terminó de mala


manera, en una discusión o pelea es posible que se sienta culpa por no haber
terminado en buenos términos, por no haber compartido más tiempo o haber
realizado más esfuerzo en tener un buen vínculo, pesa el hecho de que ya
no se podrá lograr.
• Ansiedad

El poner las posibles situaciones de lo que va pasar en todo momento,


siempre temer por lo que no ha ocurrido y que se relaciona con la persona
fallecida, esto se relaciona a la preocupación o roles que cumplía la persona
que falleció a nivel social, económico o familiar.

• Soledad

Aunque las personas logren tener una buena red de apoyo, esta soledad no
solo se refiere al estar solo, sino, al vacío que deja esa persona que fallece
y que en ese momento siente nadie puede llenar.

• Impotencia

Sentir que no hizo lo suficiente para prevenir la muerte o que nunca contó
con los recursos necesarios para evitarla a causa de que le falta hacer algo
más.

• Shock

Cuando la persona se siente abrumada por la situación y su capacidad de


respuesta es sobrepasada, puede requerir una intervención de primeros
auxilios psicológicos.
• Alivio

Si la condición de la persona que fallece era una enfermedad terminal u otra


situación que deterioraba su mente y cuerpo, haciendo necesarios un
cuidador de manera parcial o total, puede generar alivio en las personas que
están a su alrededor, entendiendo que su condición de salud cada vez iría
empeorando atentando contra una calidad de vida en dignidad.

• Insensibilidad

Es una de las manifestaciones en que la persona al sentirse abrumada se


desliga completamente de la situación teniendo expresiones neutrales ante
la pérdida, o trivializando la muerte de esa persona, pero no con el fin de
burlarse, sino de querer hacerla menos fuerte y así poder afrontarla mejor.

Worden, W. (2013). El tratamiento del duelo según William Worden. Asesoramiento


psicopatológico y terapia.

¿Cómo afrontar un duelo?

 Acompañamiento
Las fechas especiales o significativas para la persona que elabora un duelo
son momentos de mucha intensidad, ofrezca su acompañamiento en esas
fechas o si quiere hacer algo en que usted pueda estar ahí, la persona
fallecida podía tener varias tareas en casa como mercar, pagar facturas,
arreglos de casa, mantenimiento de los vehículos, sostenimiento
económico… de acuerdo a esas tareas apoye en la realización y enseñanza
de estas para que pueda reorganizar y re estructurar su obligaciones y sienta
que puede asumir esa tareas.

• No juzgar ni emitir juicios de valor

Teniendo el conocimiento de que el proceso de duelo se manifiesta de


muchas formas, es recomendable no juzgar las causas de a muerte y el cómo
están reaccionado los familiares o seres queridos del fallecido, evitar juzgar
la veracidad de las emociones de las personas y si su manifestación
responde a motivos reales o fingidos, si este lo hace por remordimiento o
conveniencia, se debe respetar los momentos en que se desarrollan los
rituales funerarios acompañando debidamente.

• Trivializar la situación

Son muchos los tipos de pérdidas que nos pueden hacer necesario el
elaborar un duelo, por eso no se debe evaluar de forma prejuiciosa si la
pérdida del otro es meritoria de atención y acompañamiento o no vale la
pena, se debe escuchar más y opinar menos, cada persona afronta sus
pérdidas de acuerdo a todos los elementos que se han analizado a lo largo
del curso y no podremos dimensionar el significado de esa pérdida solo
desde una mirada cuantitativa.
• Reprochar o criticar las manifestaciones de dolor

Las manifestaciones del dolor por la pérdida no pueden ser aliviadas


aludiendo a que hay personas con una situación más grave o precaria y por
eso no se debería sufrir, la condición económica no hace a una persona
invulnerable manifestar su dolor, la comparación con una desgracia mayor
solo genera un sentimiento de culpa que puede perjudicar más de lo que
pretende ayudar.

Worden, W. (2013). El tratamiento del duelo según William Worden. Asesoramiento


psicopatológico y terapia. (p. 349).

Señales de alarma

• Manifestaciones prolongadas

Las manifestaciones del duelo no deben perdurar en el tiempo al punto que


causan deterioro en la salud física o mental del sujeto, es el caso de las
alteraciones del sueño y la alimentación, si estás empiezan a configurar un
trastorno e impacta negativamente se debe consultar con los servicios de
salud, las manifestaciones del duelo pueden ser experimentadas como
dolorosas o causantes de malestar nunca ponen en riesgo latente la vida de
la persona.

Otro caso sería la pérdida de motivación, al aislamiento, y otras


manifestaciones que si se mantienen en el tiempo pueden pasar a ser
síntomas de depresión y también requeriría de intervención externa.
• Incapacidad de retomar las actividades de la rutina diaria

La persona es incapaz de retomar sus actividades laborales o académicas y


las abandona completamente, desiste de hacer actividad física, actividades
culturales o interacción con sus pares o pareja, acá la red de apoyo debo
jugar un rol activo manteniendo contacto y procurando el apoyo por parte de
psicología de ser necesario o buscar líneas de atención que puedan
descentralizar el proceso de intervención.

• Antecedentes de depresión, trastorno afectivo bipolar, ideación suicida

Este es el elemento que mayor utilidad tiene si se trata de predecir cómo


podrá afrontar la persona un duelo, su historia clínica y antecedentes son
clave, si la persona que está atravesando un duelo en una ocasión previa no
logró elaborar su duelo de manera normal y requiero ayuda psicológica o
incluso intervención psiquiátrica o internamiento, es una señal de alarma a
tener en cuenta y esperar que esta vez pueda ser necesario un pan de
intervención similar.

Si ha presentado comportamiento suicida, disforia, distimia, anhedonia,


trastorno afectivo bipolar o depresión, son señales de alarma que pueden
requerir acompañamiento psicológico desde un inicio o el mantener el
proceso clínico a causa de esto.

• Consumo de SPA

Una de las formas en que las personas afrontan la pérdida es con el consumo
de SPA (sustancias psicoactivas) estas pudiendo ser de tipo depresoras,
estimulantes, alucinógenas o volátiles van a privar los mecanismos normales
del duelo, la evasión de las manifestaciones se puede lograr por un periodo
corto, pero esto no significa que lo alivie y puede causar que se intensifique,
además de los efectos de las SPA y los síntomas que puede causar entre
ellos la dependencia.

• Conductas auto destructivas

Pueden ser impulsivas, llegar a casa y destruir varios muebles, salir en un


vehículo sin precaución de normas de tránsito o temor de causar un
accidente, esta reacción auto destructiva no necesariamente parte de la
intención de quitarse la vida, pero, no deja de ser una acción por mano propia
que lo pone en riesgo, se requiere intervención inmediata por parte del sector
salud con primeros auxilios psicológicos o estabilización

¿Cómo sé que elaboré el duelo?

• Puede recordar al fallecido sin que esto genere sensaciones de dolor intenso
que le impidan continuar con lo que está haciendo.

• Continúa con su vida y actividades diarias, logrando un desempeño normal y


sin afectaciones a causa de la pérdida.

• Puede re hacer su vida sentimental, no se siente culpable o traicionando por


iniciar una relación con una nueva pareja, puede ponerse proyectos y metas
a futuro y continuar con los planes que había dejado suspendidos.
• No evita fechas o sitios que le recuerdan al fallecido, al contrario, esto le
permite revivir sus anécdotas o historias para que se genere una memoria de
quién era, cómo fue vida y el legado que ha dejado.

• El duelo, aunque se espera sea elaborado por lo recursos propios de la


persona y tengo un curso sin riesgos a la vida, puede generar riesgos como
los ya mencionados, por eso la red de apoyo (Familiares, amigos, pareja,
compañeros) tiene un papel clave en ese acompañamiento, identificando los
actores clave desde las instituciones de salud públicas o privadas que
puedan brindar un acompañamiento.

Que quien atraviese un duelo mantenga hábitos de vida saludable, como una
buena alimentación, actividad física, relaciones sexuales con su pareja e
interacción social que promueva buenas sensaciones es fundamental, con
esto se logra que a nivel cerebral se pueda producir endorfinas que juegan
un papel importante en el estado de ánimo y causando una sensación de
bienestar.

Bibliografía

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Yoffe, L. (2003). El duelo por la muerte de un ser querido: creencias culturales y


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López García de Madinabeitia, Ana Pía. (2010). Duelo perinatal: Un secreto dentro de
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