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ÍNDICE
OBJETIVOS
MÓDULO 1
1.1. Introducción
2. LA MOVILIZACIÓN
3. MOVILIZACIONES
MÓDULO 2
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Concepto de piel
1. Cuando el paciente realiza ejercicios para mantener su movilización lo más adecuada posible, se
observan unos beneficios, que son:
a. Facilitar la relajación
b. Mantener la potencia mus cular
c. Es timular la eliminación intes tinal
d. Todas s on ciertas
a. Los grandes mús culos s e fatigan con más rapidez que los pequeños
b. La es tabilidad de un objeto es mayor cuando tiene una pequeña bas e de s us tentación
c. El es fuerzo neces ario para mover un cuerpo, no depende de la fuerza de la gravedad
d. Todas s on fals as
4. Las personas con mayor riesgo de padecer una lesión cutánea son las que presentan:
a. Decúbito lateral
b. Prono
c. Supino
d. Trendelemburg
7. Una pérdida parcial del grosor de la piel, que afecta a la epidermis y a la dermis, se considera que
presenta un estadío:
a. I
b. II
c. III
d. IV
9. Para el diagnóstico de infección de una lesión de la piel pueden aparecer los siguientes síntomas:
a. Exudado purulento
b. Eritema y edema
c. Celulitis
d. Todas s on ciertas
10. Las úlceras por presión en un paciente que se encuentra en decúbito supino,se localizan con mayor
frecuencia en:
a. Trocánter
b. Sacro
c. Maléolos externos
d. Ninguna es cierta
OBJETIVO GENERAL
El objetivo principal de es te curs o es dotar al profes ional técnico en cuidados auxiliares de enfermería de las
herramientas terapéuticas y las habilidades que permitan el abordaje integral e integrado del paciente que pres enta
un ries go de deterioro de la integridad cutánea.
Para ello s e va a proporcionar información s obre las diferentes técnicas para realizar la movilización del paciente y los
dis pos itivos de ayuda que s e pueden emplear tanto en la movilización como en la deambulación. A mayores , s e
ofertará material y productos s anitarios para dis eñar planes de intervención, dirigidos a la prevención y tratamiento de
les iones cutáneas , as í como mejorar las s ecuelas de las mis mas .
El fin de todo ello es proporcionar unos cuidados de enfermería de calidad, mejorando la movilización del paciente y la
atención pres tada en materia de prevención de les iones , de tratamiento de las mis mas y de la reducción de las
complicaciones y s ecuelas , fomentando la normalización de las actividades y des arrollando y fomentando la
inves tigación en las les iones tórpidas y crónicas .
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
MÓDULO I
Conocer los diferentes s is temas y aparatos que participan en los movimientos del cuerpo humano.
Enumerar las caracterís ticas de los diferentes tipos de movilizaciones , en función de la colaboración del
paciente.
Des arrollar los diferentes principios de mecánica corporal que deberá aplicar el TCAE durante la
movilización y tras lado del paciente.
Des cribir las dis tintas pos iciones en las que puede es tar el paciente s ituado y las indicaciones bás icas
de cada una de ellas .
Determinar los dis pos itivos que permiten movilizar al paciente con mayor s eguridad y facilidad, en
función de s us caracterís ticas .
Enumerar los pas os para la correcta realización de las técnicas de movilización y tras lado de pacientes .
MÓDULO II
Identificar las principales funciones que tiene la piel, dis tinguiendo las diferentes partes que la
componen.
Clas ificar a los pacientes s egún el grado de ries go, con el fin de llevar a cabo es tudios epidemiológicos
o de efectividad.
Identificar precozmente a los pacientes que pueden pres entar UPP teniendo en cuenta la pres encia de
factores ries go.
Conocer los diferentes es tadios , en función de s u profundidad y tejido les ionado, que s e pueden
pres entar en una úlcera por pres ión.
Adquirir los conocimientos actualizados en material clínico y productos s anitarios para la prevención y
tratamiento de las úlceras por pres ión que s on competencencia del TCAE.
Conocer la alimentación adecuada en pacientes con ries go de padecer una UPP o que es tá en proces o
de cicatrización.
Enumerar los pas os para realizar unos cambios pos turales adecuados , s egún las caracterís ticas del
paciente.
1.1. INTRODUCCIÓN
Los principales s is temas o aparatos que participan en los movimientos del cuerpo que realiza el s er humano s on el
s is tema es quelético, mus cular y nervios o y el aparato circulatorio.
Producción de movimiento.
Almacenamiento de energía.
El es queleto es tá formado por 206 hues os . Y cada hues o podemos dividirlo en s us partes :
El cartílago articular: es te cartílago tapiza a la epífis is y dis minuye la fricción al movers e el hues o en
una articulación.
El periostio: s on dos capas de tejidos que recubren la parte externa del hues o, exceptuando al
cartílago articular. Es ta membrana es muy importante para el hues o porque permite s u nutrición y la
reparación de las partes dañadas .
Cabeza
Hioides
Columna vertebral
Es ternón
Cos tillas
Cintura es capular
Extremidades s uperiores
Cintura pélvica
Extremidades inferiores
CABEZA
HIOIDES
Tiene forma de U. Sos tiene la lengua y en él s e ins ertan algunos mús culos .
COLUMNA VERTEBRAL
Sirve de protección a la médula es pinal y es el s oporte ós eo pos terior del es queleto. Junto con cos tillas y es ternón
forma el tronco. La columna es tá cons tituida por vértebras (tabla 4) y entre ellas es tán los agujeros intervertebrales
donde pas an los nervios
TÓRAX
Es tá formado por el es ternón, las cos tillas , los cartílagos cos tales y las vértebras dors ales .Protege a los órganos
vitales de la región torácica y de la parte s uperior del abdomen.
El es ternón es un hues o plano en la línea media del tórax. las cos tillas s on doce pares articulados con la
corres pondiente vértebra dors al. Es tá formado por:
Las cos tillas s on doce pares articulados con la corres pondiente vértebra dors al. Es tá formado por:
CINTURA ESCAPULAR
Son los hombros los cuales unen las extremidades s uperiores al es queleto axial. En cada lado hay una clavícula y una
es cápula (u omóplato).
EXTREMIDAD SUPERIOR
Formada por el húmero en el brazo, el cúbito y el radio en el antebrazo y el hues o del carpo, metacarpo y las falanges
en la mano.
CINTURA PÉLVICA
Es la cadera y es tá formada por los dos coxales . La cintura pélvica s os tiene todo el pes o del cuerpo. Los dos coxales
es tán unidos por la s ínfis is del pubis y pos teriormente s e unen al s acro. Cada coxal es tá formado por: el ilion, is quion
y pubis . Los dos hues os de la cadera, el s acro y el cóccix forman la pelvis .
EXTREMIDAD INFERIOR
Es tá cons tituida por el mus lo, rótula, tibia, peroné, tars o, metatars o y falanges . El fémur (hues o del mus lo) es el más
largo de todos los hues os del es queleto.
Son el contacto entre hues os , entre cartílagos y hues os o entre dientes y hues os . Permiten el movimiento y una
mayor protección.
en él s e encuentra la memoria
es tá relacionado con los receptores s ens itivos , con los mús culos y con algunas
glándulas
las neuronas s e agrupan en nervios para trans mitir los impuls os nervios os .
cada neurona es tá compues ta por el cuerpo celular, por la ramificación detrítica (la cual
recibe s eñales de otras neuronas ) y por el axón (conduce es tas s eñales como impuls os
nervios os ).
es tá formado por una parte aferente (las neuronas s ens itivas ) y por una eferente (las
neuronas motoras )
La s angre es tá formada por el plas ma en un 90% y por los elementos celulares . En la s iguiente imagen s e des cribe
s u compos ición.
El corazón es un órgano hueco del tamaño de un puño y de unos 300 gramos de pes o. Se localiza en la línea media
del cuerpo hacia la izquierda. Es tá formado por dos aurículas (en la parte s uperior) y por dos ventrículos (en la parte
inferior). El corazón es tá tapizado por tres capas :
Vénulas: s on la unión de capilares . Ellas recogen la s angre de los capilares y la llevan a las venas .
Capilares: comunican las arteriolas con las vénulas y gracias a ellos s e da el intercambio de
materiales entre la s angre y las células .
2. La movilización
2. LA MOVILIZACIÓN
La movilización del paciente es la aplicación de una s erie de ejercicios que tienen como objetivo es tablecer las
funciones dis minuidas por la enfermedad. Cuando es tos ejercicios s e realizan correctamente cons iguen:
f. Facilitar la relajación.
La movilización del paciente comprende tanto s u tras lado de un lugar a otro como las técnicas us adas para moverle
correctamente (en la cama, en el pas illo, en el gimnas io...).
1. PASIVA.
Los ejercicios s on realizados por profes ional s anitario, s in ninguna colaboración del paciente ya s ea debido a una
incapacidad que padezca o a una indicación médica. Su objetivo es cons ervar el movimiento de las articulaciones lo
máximo pos ible.
El paciente realiza los ejercicios con la colaboración del profes ional s anitario. Su fin es es timular la función normal de
los mús culos .
3. ACTIVA.
El ejercicio lo ejecuta el paciente s in ninguna as is tencia aunque es tá s upervis ado por el profes ional. Su finalidad es
mejorar la fuerza mus cular.
4. CONTRA RESISTENCIA.
El ejercicio lo realiza el paciente des plazando la articulación contra la res is tencia. Es ta res is tencia puede crears e con
medios manuales o mecánicos (ej: bols as de arena o pes as .).
5. ISOMÉTRICA.
El individuo efectúa ejercicios que contraen y relajan los mús culos alternativamente s in mover la articulación. Es tos
ejercicios cons ervan la fuerza mus cular cuando la articulación es tá inmovilizada.
1-PREVENTIVA.
Previene la aparición de contracturas , úlceras , deformidades , atrofias de la mus culatura, pérdida de la movilidad de
las articulaciones y pérdida de coordinación.
2-CURATIVA.
La movilización acelera el metabolis mo para contrarres tar los efectos negativos de la enfermedad.
3-REHABILITADORA.
Su función de rehabilitación pretende dar al paciente el máximo de independencia y recuperar la funcionalidad perdida
lo antes pos ible.
1 .- Los grandes mús culos s e fatigan con menor rapidez que los pequeños . Por ejemplo, s i levantamos un objeto
pes ado flexionando las rodillas , (es tamos us ando los glúteos y los femorales (mús culos grandes )) lo es tamos
realizando mejor que doblando la cintura (us ando mús culos pequeños como los s acroes pinales ).
2.- Los mús culos s e encuentran s iempre con una ligera contracción, pero antes de un es fuerzo debemos realizar un
pequeño calentamiento para proteger a los mús culos de les iones , es to también nos s irve para conocer los
movimientos articulares del cuerpo del paciente.
3.- La es tabilidad de un objeto es mayor cuando tiene una amplia bas e de s us tentación, un centro de gravedad bajo y
cuando la línea de gravedad cae perpendicularmente al s uelo y dentro de la bas e de s us tentación. Al realizar un
movimiento, los pies es tarán s eparados unos 20 centímetros y las rodillas dobladas y no la cintura. As í, la línea del
centro de gravedad s e cons erva dentro de la bas e de apoyo cons iguiendo mayor es tabilidad.
4.- El es fuerzo que s e neces ita para mover un cuerpo depende de la res is tencia del cuerpo y de la fuerza de la
gravedad.
Ejemplo: Se debe bajar la cama al incorporar al enfermo, ya que as í s e us a la gravedad y no s e actúa contra ella.
5.- La fuerza requerida para mantener el equilibrio corporal es mayor cuando la línea de gravedad es tá más lejos del
punto de apoyo.
Ejemplo: es mejor s ujetar un objeto cerca del cuerpo que lejos de él.
6.- Los cambios de pos ición y de actividad ayudan a cons ervar el tono mus cular y a evitar la fatiga.
7.- La fricción entre un objeto y la s uperficie s obre la que s e mueve influye en la cantidad de trabajo neces ario para
moverlo. La fricción es una fuerza opues ta al movimiento.
8.- Des lizar o empujar un objeto neces ita menor es fuerzo que levantarlo, ya que al levantarlo es tamos moviéndolo en
contra de la gravedad.
9.- Us ar el propio pes o para contrarres tar al del paciente requiere menor energía en el movimiento. Al us ar el propio
pes o para empujar a un paciente s e aumenta la fuerza que aplicamos al movimiento.
Exis ten unas reglas bás icas para realizar cambios pos turales y trans portes de pacientes :
1. Tener una bas e de apoyo amplia, con los pies s eparados y uno ligeramente más adelantado que el otro.
3. Proteger la es palda:
Pedir ayuda al tras ladar objetos pes ados y hacerlo con la es palda recta.
5. Contraer los mús culos del abdomen y los glúteos para es tabilizar la pelvis antes de mover un objeto o un
paciente.
6. Pedir ayuda o us ar un medio mecánico (grúa, s ábana de arras tre ...) cuando la carga s ea difícil o pes ada.
7. Poner el pie en dirección hacia donde s e hará el giro para no girar la columna.
10. Trabajar a una altura adecuada ya que s i s e trabaja muy alto s e da hipertens ión en la columna y s i es muy bajo
10. Trabajar a una altura adecuada ya que s i s e trabaja muy alto s e da hipertens ión en la columna y s i es muy bajo
s e dobla la es palda.
Es palda recta.
Pies s eparados .
Es palda recta.
El paciente es tá tumbado s obre s u es palda, con los brazos y piernas extendidas . La cabeza, los hombros , los brazos ,
el tronco, la pelvis y las extremidades inferiores es tán alineados . La es palda es tá en contacto con la s uperficie.
Almohadas debajo del cuello y los hombros para evitar la hiperextens ión del cuello.
Almohadas debajo de la zona lumbar para cons ervar la curvatura normal del cuerpo.
Toalla debajo de la cadera y los mus los para evitar la rotación del fémur.
Toalla debajo del tercio inferior del mus lo para levantar el hueco poplíteo.
Almohada en los pies para elevar los talones y evitar la flexión plantar.
Exploraciones médicas .
Intervenciones quirúrgicas .
Pos toperatorio.
Permanencia en cama.
El paciente es tá tendido s obre el pecho y el abdomen, con las piernas extendidas y la cabeza girada hacia un lado. Los
brazos pueden es tar flexionados , extendidos o a los lados de la cabeza.
Toalla debajo del diafragma para facilitar la res piración y dis minuir la pres ión de las mamas .
Almohada debajo del tercio inferior de las piernas para evitar el pie equino.
Exploraciones médicas .
Intervenciones quirúrgicas .
Pos toperatorio.
Permanencia en cama.
DECÚBITO LATERAL
El paciente es tá acos tado s obre el lado derecho o el izquierdo. El brazo del lado donde es tá recos tado (brazo inferior)
s e dobla en ángulo recto y el otro (brazo s uperior) s e extiende a lo largo del cuerpo.
El miembro inferior del lado donde es tá acos tado el paciente (pierna inferior) es tá extendido o ligeramente flexionado;
el otro miembro (pierna s uperior) s e flexiona por la cadera y la rodilla formando un ángulo recto.
Permanencia en cama.
El paciente es tá s emis entado y la cabeza y el tronco es tán elevados de 45 a 90 grados . Las piernas es tán ligeramente
flexionadas . Siendo Semofowler de 30 a 45 grados y fowler alto en los 90 grados .
Almohada debajo de manos y antebrazos para evitar la tens ión en los hombros cuando el paciente no
us a los brazos .
SIMS O SEMIPRONA
Es una pos ición intermedia entre el decúbito lateral y el decúbito prono. El brazo inferior s e extiende hacia atrás y algo
s eparado del cuerpo mientras que el brazo s uperior s e flexiona y acerca a la cabeza. La pierna inferior es tá
s emiflexionada por la rodilla y la pierna s uperior s e flexiona por la rodilla y la cadera.
TRENDELEMBURG
El paciente es tá en decúbito s upino en un plano oblicuo s obre la horizontal de 45 grados , con la cabeza más baja que
los pies . Se emplea una almohada debajo de la cabeza. Sus principales indicaciones s on:
Lipotimias
ANTITRENDELEMBURG
O también llamada pos ición de Mores tin o Trendelemburg invers a. Se diferencia de la anterior en que la inclinación
es tá al revés y por tanto, la cabeza es tá más alta que los pies . Se emplea una almohada debajo de la cabeza. Sus
principales indicaciones s on:
Intervenciones abdominales .
GINECOLÓGICA O LITOTOMÍA
La paciente es tá acos tada boca arriba, con las piernas flexionadas y las rodillas s eparadas . Si s e efectúa en la cama,
los pies s e apoyan s obre el colchón y s i s e realiza en una cama ginecológica, las piernas s e elevan y apoyan en unos
es tribos . Se coloca una almohada debajo de la cabeza.
Se emplea para:
Exploraciones ginecológicas .
Intervenciones genitales .
Partos .
Cirugía rectal.
Lavado genital.
Se llama mahometana al s er una pos ición s imilar a la que adoptan los mahometanos en s us prácticas religios as . El
paciente es tá de rodillas s obre la cama, con los brazos cruzados y apoyados en el colchón. La cabeza es tá s obre los
brazos . No es precis o colocar ninguna almohada. Se emplea fundamentalmente para:
Exploraciones rectales .
Técnicas rectales .
El paciente s e encuentra en pos ición lateral con las caderas y rodillas flexionadas . La es palda es tá recta y el cuello s e
flexiona para acercar la cabeza a las rodillas . Se acons eja colocar una almohada bajo la cabeza. Hay otra pos ición
alternativa, donde el paciente s e s ienta en el borde de la cama, que explicamos en las s iguientes figuras .
POSICIÓN DE ROSER O PROETZ
El paciente es tá tumbado s obre s u es palda, con los hombros en el extremo s uperior de la cama. Los brazos es tán a
lo largo del cuerpo y la cabeza s obres ale de la cama. Se coloca una almohada debajo del cuello. Es tá recomendada
en:
Exploraciones .
2- Sistema muscular:
3- Sistema óseo:
Dolor de es palda.
Lumbalgia.
4- Sistema neurológico:
Ins omnio.
5- Sistema respiratorio:
Infecciones urinarias .
Retenciones urinarias .
Anorexia.
Es treñimiento.
Es tos problemas s e evitan o reducen variando al paciente de pos ición cada 2 - 3 horas .
Uno de los principales problemas que s e pres entan por la inmovilidad del paciente s on las úlceras por pres ión, que s e
es tudiarán en profundidad en otro tema. Es tas úlceras también s e denominan úlceras por decúbito y s on les iones que
aparecen en la piel de pers onas :
Se producen por un es cas o aporte de oxígeno y nutrientes a las células . Las caus as que facilitan s u aparición s on:
La edad del paciente: las pers onas mayores tienen una piel arrugada y hay menos gras a
s ubcutánea.
Los enfermos neurológicos: normalmente tienen problemas de movilidad y de s ens ibilidad (ej:
parapléjicos ).
Los enfermos con alteración de la consciencia: comatos os , ancianos , enfermos ps iquiátricos ...
Los trastornos circulatorios: como la arterios cleros is que acaba produciendo is quemia.
Las zonas donde aparecen las úlceras dependen de la pos ición en la que s e encuentre el enfermo. Aunque, en
general, las zonas más afectadas s on:
Obs ervar la piel del paciente cuando s e des vis ta para realizar el as eo. Vigilar s obre todo los puntos de
apoyo y los factores de ries go que pueda pres entar.
Realizar diariamente el as eo con agua y jabón neutro; el s ecado s erá total. Pueden us ars e cremas
hidratantes , pero s in que la piel quede húmeda.
Vigilar la ropa de cama para que es té s eca, limpia y s in arrugas . Si s e us an protectores plás ticos no
deben humedecer al paciente.
Realizar cambios pos turales cada 2 -3 horas . Se colocará al paciente en dis tintas pos iciones s egún el
plan es tablecido. Si por cualquier problema no s on pos ibles tales cambios , s e deben realizar pequeños
des plazamientos que cambien los puntos de apoyo.
Pueden us ars e dis pos itivos acces orios para dis minuir los puntos de pres ión:
Colchones de aire.
Colchones de agua.
Cojines y almohadas .
Férulas en arco para que la ropa de cama no ejerza pres ión s obre el enfermo.
Flotadores neumáticos .
Alimentación rica en proteínas ya que és tas reparan los tejidos les ionados . También dar
vitamina C que ayuda a cicatrizar. Beber gran cantidad de líquidos para hidratar la piel.
La cama s e colocará horizontal s i no hay nada que lo contraindique. Antes s e s olicitará información del
paciente al enfermero o al médico.
Reducir lo máximo la pres ión s obre la piel, s obre todo en las prominencias ós eas .
Vigilar que las dis tintas partes del cuerpo tengan una relación correcta (correcta alineación).
Obs ervar la res pues ta del paciente a la pos tura en que es colocado, regulando los planos de la cama o
us ando dis pos itivos acces orios .
Cuando el paciente adopte una pos tura antiálgica, s e intentará no cambiar es a pos ición, a no s er que
algo lo contraindique.
3. MOVILIZACIONES
Sábanas
Se s uele doblar por la mitad y s e coloca debajo del paciente des de s us brazos a la parte baja de s us glúteos .
Reducen la fuerza de fricción cuando hay que girar, des plazar o trans ferir a un us uario en pos ición tumbada (por
ejemplo, des de la cama a la camilla o vicevers a).
Algunos modelos dis ponen de as ideros para facilitar el agarre del trabajador y para reducir los alcances
horizontales . Suelen us ars e en combinación con otras ayudas como tablas de trans ferencia, cobertores de
colchón de baja fricción, etc.
Transfer
Los trans fers s on una ayuda importante para el movimiento de pacientes , evitando movimientos doloros os para
ellos y es fuerzos fís icos para el pers onal, ya que la capacidad de carga es muy elevada y s u utilización muy
s imple. Sirve para des lizar de un plano a otro al paciente.
Es un elemento que cons is te en una chapa, recubierta de una tela, que hace las veces de cinta. Se ponen los
dos planos paralelos (camas ), quedando la chapa en medio y tapando el hueco entre ambos planos .
Pos teriormente s e ladea un poco a l paciente apoyándolo e n e l borde de l rolón. El s iguiente pas o s e bas a en
colocars e el profes ional s anitario ,uno a cada lado de los planos , y s imultáneamente des lizar a l paciente hacia el
plano vacío. En el des plazamiento s e debe mantener el eje cabeza‐pies recto.
Grúas
Las grúas es tán equipadas con un arnés que nos ayuda en el movimiento del paciente. Hay algunos modelos
que incorporan un s is tema de camillas de cintas para levantar horizontalmente al paciente y realizarle el as eo y/o
curas .
Pueden fijars e al techo o s us penders e mediante una es tructura; s ujetars e al s uelo o a la pared mediante un
s oporte o pueden s er móviles , tienen ruedas y permiten s u movilización has ta el lugar des eado.
Se emplea para la movilización de pacientes impedidos o demas iado pes ados , garantizando as í mayor s eguridad
y menor ries go de les iones para el paciente y para el pers onal. Podemos encontrar tres tipos de grúas :
Mecánica-Hidráulica- Eléctrica
Discos de transferencia
Se trata de unos dis cos giratorios para ayudar a la trans ferencia. Se colocan en el s uelo encima de él, s e
pondrán los pies del paciente, produciendo un giro de has ta 90 grados . Evitan que el trabajador tenga que
realizar movimientos de giro.
2. El enfermo doblará las rodillas y s e s ujetará a la cabecera con los brazos . Los pies es tarán
s eparados .
3. Se coloca un brazo debajo de s us hombros y el otro debajo de s us nalgas , s ubir al paciente con
cuidado de no chocar contra el cabecero.
Sin ayuda del paciente (2 personas mínimo).
1. Si el paciente tiene entremetida, cada una de las pers onas s e colocará a cada lado de la cama
s ujetando la entremetida lo más cerca pos ible del paciente; s imultáneamente des plazaremos al
paciente hacia el cabezal.
3. Hay que valorar la clínica del paciente, ya que s i por ejemplo, es un enfermo politraumatizado,
des plazaríamos al paciente en bloque.
Colocar un brazo debajo de los hombros y el cuello del paciente y el otro debajo de la cintura.
Colocar un brazo debajo de la cintura y el otro debajo de los mus los y des plazarlo.
Se puede us ar una s ábana entremetida debajo del tronco y mus los del paciente y tirar de ella.
La pers ona pas a un brazo por debajo del hombro más lejano del paciente y el otro por el
lado más lejano de la cadera.
La pers ona rueda al paciente hacia él, parando al enfermo con s us codos .
Uno pas a s u mano por debajo de la cabeza y cuello del paciente y la coloca en el
hombro. La otra la pone por debajo de la zona lumbar.
La otra pers ona hace lo mis mo pero en la zona de los glúteos y en el tercio inferior de
los mus los .
Al mis mo tiempo tirarán del paciente hacia la parte de la cama donde es tán.
Flexionar la rodilla y el brazo del enfermo que queda en la zona s uperior para evitar que
rote.
Se s iguen los pas os explicados para colocar al paciente en la orilla de la cama, lo más cerca pos ible
para que al girarlo quede en el centro.
No arras trar al paciente ya que pueden dañars e los pechos en las mujeres y los genitales en los
hombres .
TÉCNICA DE AYUDA AL PACIENTE PARA LEVANTAR LAS CADERAS.
El enfermo acerca los talones a las caderas , con las rodillas flexionadas .
La pers ona s e coloca frente a las caderas del paciente y flexiona s us rodillas has ta que s us brazos
es tén a la altura de la cama.
La pers ona coloca una mano en la zona s acra del paciente y s e apoya es e codo en la cama. En es e
momento, el enfermo levantará las caderas .
Cuando levante las caderas la pers ona s e agachará, doblando las rodillas para que s u brazo actúe de
palanca. Con la mano libre puede colocars e por ejemplo, una cuña al paciente.
La pers ona coloca s u brazo por detrás de la cabeza del paciente y s u mano en el hombro más alejado.
El otro brazo s e coloca encima de las rodillas del enfermo.
Al unís ono, s e eleva el tórax y s e le s acan las piernas has ta que quede s entado s obre el lado de la
cama.
Para evitar pos ibles mareos la primera vez que s e vaya a levantar, s e incorpora la cabecera de la cama
unos 15 minutos previos a levantar al paciente
Sentar al paciente en la orilla de la cama y comprobar que no s e marea. Se le ponen la bata y las
zapatillas
Indicarle que coloque los brazos en los apoyabrazos de la s illa (o s illón) y ayudar a s entars e.
Acomodar y tapar con una manta al paciente, comprobando los s ueros , drenajes , s ondas ...
La pers ona s e colocará detrás de la s illa (o s illón) y colocará s us brazos por debajo de
los del paciente. Los brazos del paciente es tarán cruzados s obre s u tórax.
La otra pers ona, cogerá al paciente por rodillas y mus los y en un movimiento
s incronizado s e le tras ladará a la s illa o s illón. Es te movimiento s e puede realizar con
entremetida, s in coger al paciente, teniendo cuidado de que no s e rompa la s abanilla, y
teniendo en cuenta también que la mis ma cubra adecuadamente por debajo el cuerpo
del paciente, y que es té bien extendida, s in pliegues
Taparle con una manta y acomodarlo. Obs ervar los s ueros , s ondas , drenajes ...
Primero debemos colocar el arnés al paciente, para des pués proceder a enganchar el mis mo a la grúa
para movilizar al paciente a la pos ición des eada.
1. Colocación del arnés al paciente. Se colocará en función de las ins trucciones del fabricante.
Des de la pos ición de Decúbito lateral: colocar al enfermo en Decúbito Lateral, pas ar el arnés por
debajo de la entremetida, moverlo hacia Decúbito lateral contrario, es tirar el arnés y la entremetida
para finalizar en decúbito s upino. Des de la pos ición Semiincorporado en la cama o s entado en una
s illa: colocar el arnés de arriba a abajo, por detrás y por debajo de una s ábana entremetida, has ta la
altura de la cintura. Pas ar las bandas de las piernas , jus to por debajo de cada mus lo y a continuación
as egurarlas a las grúas s egún las indicaciones del fabricante.
2. Colocación del arnés en la grúa. Una vez colocado el arnés al enfermo por uno u otro método,
acercar la grúa a la cama o s illa des de donde s e des ee movilizarlo, colocando la s bandas e n los
enganches corres pondientes s egún cada modelo de grúa.
Enganchando e n primer lugar l a zona de l tronco o cuerpo y pos teriormente l o s enganches de las
piernas , s e elevará con s uavidad, has ta una altura de s eparación entre la cama y el enfermo. Se
pueden abrir las patas de la grúa para aumentar el radio de es tabilidad de la mis ma y para procurar
mayor s eguridad en el tras lado.
A continuación s e trans portará al enfermo has ta el s illón, bañera, etc., o vicevers a. Una vez s ituado
encima del s illón o la s illa, s e des ciende al paciente,de forma que quede correctamente s entado.
En ambos cas os (con/s in ayuda del paciente) s e s iguen los pas os anteriores pero a la invers a.
2. La cabeza y la es palda del paciente es tarán rectas y la parte s uperior de la es palda s e apoyará contra el
res paldo.
4. Rodillas y caderas flexionadas 90 grados (s i el as iento es bajo s e colocará un cojín debajo de las nalgas ).
2. Camilla paralela y pegada a la cama (és ta es tará horizontal). Camilla y cama frenadas .
3. Colocar almohadas o mantas entre la camilla y la cama para igualar las s uperficies .
6. El paciente puede mover s uces ivamente la cabeza, los hombros , las caderas y las piernas y as í
des lizars e hacia la cama. Se le ayuda colocando los brazos en las zonas que vaya des lizando.
Las pers onas que es tán en los lados enrollan la s ábana de arras tre
has ta cerca del paciente. Se s ujeta la s ábana cerca del cuello y de la
cadera. La pers ona que es tá en los pies de la camilla, s ujeta las piernas
y los pies .
1. La camilla forma un ángulo recto con la cama (con los pies de és tas ).
La tercera coloca s us brazos debajo de los mus los y piernas del paciente.
4. Sos tenerlo con los brazos , abrazándole cada zona y a la s eñal s e girará 90 grados has ta es tar
paralelos a la camilla.
2. Los días antes de levantarlo realizará el paciente ejercicios de flexión de los miembros inferiores .
6. En ancianos y obes os , s e levantarán lo antes pos ible por el mayor ries go de problemas pulmonares y
trombóticos .
7. Tanto en la primera vez que s e levanta al paciente como en las anteriores técnicas explicadas , s e le debe
informar de lo que s e va a realizar. Una vez realizada la técnica, s e acomodará y alineará al enfermo,
comprobando el es tado de los s ueros , drenaje, s ondas , electrodos ...
La U.C.I. es una unidad del hos pital donde hay un equipo es pecializado y un pers onal capacitado para atender a
pacientes graves que neces itan una atención continua e inmediata.
El tamaño de la U.C.I., el número de camas y las es pecializaciones que tengan dependen del tipo de hos pital, s u
cobertura y s u pres upues to principalmente, as í, nos encontramos algunas U.C.I. con s ervicios propios de radiología,
laboratorios , es terilización...En la U.C.I. s uele haber s alas de es pecialidades s egún las patologías que traten. Es tas
s alas s e llaman boxes y s uele haber boxes de:
Politraumatizados . Realizar los cambios pos turales manteniendo la alineación corporal, es importante
movilizar en bloque es tos pacientes
Cardiología.
Infeccios os .
Grandes quemados .
Por el es tado de es tos pacientes , s u movilización s e hace difícil ya que además de s u gravedad pres entan numeros os
aparatos : s ueros , s ondas , electrodos , tubos de drenajes , res pirador... que no deben s er alterados .
Por las caracterís ticas de los enfermos ingres ados en ella, el pers onal de dicha unidad, debe es tar muy bien
preparados para realizar los cambios pos turales de los pacientes de manera adecuada ya que s u movilidad no puede
hacers e brus camente (ver técnicas de movilización de pacientes ).
Los principios generales para la movilización de un enfermo de U.C.I. s on:
Durante la movilización y la pos terior acomodación, las s ondas ves icales y los tubos de drenaje es tarán
por debajo del nivel del paciente para evitar que refluyan los líquidos contenidos en ellos .
Se s uele levantar al paciente quirúrgico lo antes pos ible para reducir las complicaciones del pos toperatorio como
pueden s er los problemas circulatorios . No s e debe olvidar que el paciente pres entará dolor, moles tias , ries go de
abrirs e la herida y otras s eries de caracterís ticas pres entes en el pos toperatorio.
Antes de levantar al paciente es conveniente s entarlo en la cama, colocando és ta con la cabecera levantada.
Pos teriormente s e le gira el cuerpo de manera que s us piernas cuelguen del borde de la cama. Una vez comprobado
que el paciente no s e marea, s e le ayuda a poners e de pie y pas ados unos minutos , s e le pas a al s illón. Se tendrá
cuidado con las s ondas y los drenajes del paciente.
Una vez que el enfermo s e acos tumbra a es tar de pie, puede comenzar a caminar, con ayuda del profes ional s anitario,
el cual es tará a s u lado para s os tenerlo. La duración del primer pas eo del paciente dependerá del tipo de operación y
del es tado fís ico del enfermo.
2. Las actividades que realice el paciente no caus arán fatiga ni dificultades res piratorias .
3. La movilización s e aumentará paulatinamente. Y también puede realizars e en fas es para evitar es forzar al
paciente.
5. Evitar los extremos de frío y calor ambientales ya que aumentan el trabajo del corazón.
2. Colocará una tabla debajo del tórax del paciente. Colocará a és te en decúbito s upino y la cama en pos ición
horizontal.
4. Si fallecies e el paciente, colaborará con el res to del pers onal en los cuidados pos tmortem y pos teriormente s e
avis ará al celador encargado de llevar el cadáver al depós ito.
En general, el paciente enyes ado s ólo tiene res tringido al movimiento la zona corporal cubierta por el yes o.
Los yes os s e us an para inmovilizar una parte del cuerpo con el fin de acelerar s u proces o de curación.
1. Las articulaciones no inmovilizadas deben ejercitars e para cons ervar s u función (ej: s i tiene enyes ado
un brazo, debe mover los dedos de la mano).
2. Elevar frecuentemente la extremidad afectada para evitar el edema. Para ello pueden colocars e varias
almohadas debajo del yes o.
4. Si el paciente tiene un brazo enyes ado lo debe colocar en un cabes trillo en un nivel s uperior al del
corazón.
5. Si es la pierna la zona enyes ada y le es tá permitido caminar con el us o de muletas s e debe colocar
un talón (un acojinamiento) en el pie o us ar un zapato es pecial que cumpla la función del talón. El
tiempo mínimo para poder caminar tras enyes ar una pierna es de 48 horas .
6. En enyes ados de tronco no s e colocarán almohadas ni debajo de la cabeza ni de los hombros porque
ejercen pres ión s obre el tórax. Se realizarán cambios pos turales cada dos horas .
La tracción es la aplicación de una fuerza continua en una parte del cuerpo con divers os fines :
Recta: s e aplica la fuerza en línea recta con la parte corporal apoyada en la cama.
Equilibrada en s us pens ión: la extremidad s e s us pende por encima de la cama permitiendo mayor
movilidad pero s in alterar la línea de tracción.
Hacer controles frecuentes para detectar la formación de flictenas o s ignos de pres ión.
2. No retirar las pes as ya que pueden caus ar dolor y des garros mus culares al paciente. Si fues e neces ario
retirar una pes a unos momentos , un profes ional s anitario mantendrá la tracción tirando del miembro.
3. Evitar los movimientos brus cos y los golpes . El as eo y el cambio de ropa de cama del paciente s erán
realizados por varias pers onas .
4. No rotar la extremidad ya que los fragmentos ós eos s e podrían mover unos contra otros .
5. Realizar los cambios pos turales pres critos para evitar la aparición de las úlceras por decúbito.
6. Al mover al paciente una pers ona s ujetará la zona de la tracción y otras las pes as .
8. Si el paciente colabora, con ayuda del pers onal (s obre lado afecto) y apoyándos e s obre el triángulo y el
miembro s ano, el paciente elevará la cadera, s e procederá al as eo de glúteos , y cambio de ropa, s iempre
traccionando el miembro
9. En cas o de pacientes no colaboradores con mucho pes o y en curas complicadas s e lateralizará al paciente
s obre el lado s ano retirando la férula y las pes as y manteniendo la tracción de la pierna (es to s olo s e hará
con el cons entimiento del médico).
Se s us tituye una cadera dañada por otra artificial, normalmente metálica. Las normas bás icas a s eguir
s on:
1. La cadera, tras la operación y durante unos 8 - 9 días debe manteners e en abducción para evitar la
luxación de la prótes is . Es ta pos tura s e cons igue fácilmente colocando 2 almohadas entre las
piernas . Los pies es tarán s eparados unos 15 cm.
3. No elevar la cabecera más de 45 grados para evitar una flexión exces iva de la cabecera de la cama.
5. Al levantar al enfermo la primera vez tras la operación, s e s entará al paciente con las almohadas
entre las piernas y pos teriormente s e le ayudará a poners e de pie, con la cadera operada y el res to
del miembro inferior extendido.
7. Al inicio, para que el paciente pueda caminar, s e s ervirá de muletas o bas tones .
8. No mantener s entado al enfermo más de media hora ni hacer que s uba es caleras .
para levantarse: doblar la rodilla no operada ayudándos e con el triángulo s e aproximará al borde de la cama (por
el lado de la cadera operada) para s alir de ella; s e gira el cuerpo para poner las piernas fuera de la cama y
poners e de pie apoyándos e s obre el pié del miembro no operado.
para acostarse: Se hará por el lado de la cadera operada, s e colocará al enfermo de es palda a la cama para que
la pierna operada es te totalmente apoyada antes de acos tars e, s e s entara al borde de la cama y s e gira el cuerpo
has ta colocars e s obre la cama s iguiendo un proces o invers o al de levantars e.
sedestación: Sentar en una s illa firme alta y con apoya brazo. El paciente deberá tomar la s illa por los brazos ,
mantendrá la es palda recta, y s entars e con la pierna operada es tirada hacia delante.
Mayoritariamente, los enfermos neurológicos pres entan una pérdida s ens orial y por tanto es neces ario que reciban la
mayor es timulación pos ible. As í, la movilización que s e realice en el paciente ayudará a producir es a es timulación.
Se debe es timular el lado afectado (ej: que s us familiares s e coloquen en es e lado y hablen des de ahí).
Los enfermos que tienen alterado el movimiento y la s ens ibilidad de la mitad del cuerpo s e llaman pacientes
hemipléjicos . En es tas pers onas es fundamental la correcta alineación del cuerpo.
Colocación del paciente hemipléjico en:
1. Decúbito supino:
Colchón duro.
Colocar dos almohadas de manera que formen una as pa (la del lado afectado por encima de la otra).
Los hombros y la cabeza s e colocan por encima de las almohadas . El hombro afectado es tará colocado
más alto que el otro.
Sobre otra almohada s e colocará el brazo afectado, con la palma de la mano hacia arriba y los dedos
s eparados y en extens ión.
Colocar una almohada pequeña debajo de la pelvis , s ólo del lado afectado para elevarlo
El brazo afectado s e colocará s obre una almohada, la cual formará un ángulo de 90º con res pecto al
res to del cuerpo. Es te brazo es tará extendido con la mano abierta y los dedos s eparados .
Sobre otra almohada repos a la pierna afectada; es ta pierna s e coloca por delante de la otra y
ligeramente flexionada a nivel de la cadera y la rodilla.
La cama en horizontal.
El brazo afectado s e coloca en un ángulo de 90 º s obre una almohada, la mano abierta y los dedos
s eparados .
La pierna afectada es tará es tirada en relación a la cabeza y algo flexionada a nivel de la rodilla.
La pierna s ana, ligeramente flexionada en cadera y rodilla s e apoya s obre una almohada.
El brazo afectado s e extiende hacia delante, por encima de un tablero o almohada colocado en el s illón
(o en la s illa de ruedas ).
Marcha
Cuando, s iguiendo las indicaciones del médico, el paciente es tá preparado para caminar, la ayuda debemos
pres társ ela des de el lado afecto.
Si acompañamos al paciente a una es calera, le recordaremos que debe s ubir en primer lugar la pierna s ana. Al bajar,
debe hacerlo con la pierna afecta en primer lugar.
4. Transporte y deambulación de pacientes
4. TRANSPORTE Y DEAMBULACIÓN DE
PACIENTES
El trans porte del paciente s e refiere a las actividades que lo des plazan des de un lugar a otro. Se le puede trans portar
en cama, camilla, s illa de ruedas o s ólo con la ayuda del profes ional s anitario.
La deambulación del paciente s e refiere al acto de caminar y debe iniciars e lo antes pos ible para evitar problemas
caus ados por la inmovilidad. Es te inicio lo indica el médico y s erá de manera progres iva. A veces , el paciente neces ita
para caminar el us o de andadores , muletas , bas tones o la ayuda del pers onal s anitario.
Normas principales para el trans porte y deambulación de pacientes .
Trans portar al paciente a la cama, s illa de ruedas o camilla como s e ha explicado en el capítulo
anterior.
Si en el des plazamiento s e pas a por una rampa, s e aumentarán las precauciones , como por ejemplo,
colocándos e delante del paciente y de es paldas a la pendiente.
Abrigarlo bien.
Al s alir del as cens or s e puls a el botón de "STOP" y s e empuja la camilla donde lo primero en s alir s on
los pies de la camilla.
Para s ubir una rampa, el pers onal s e colocará en los pies de la camilla, mirando al enfermo.
Para bajar una rampa, el pers onal s e s ituará en los pies de la camilla, de cara al paciente.
Abrigarlo bien.
En cas o de entrar en el as cens or tirar de la s illa hacia atrás , en dirección al as cens or.
Si exis te una rampa, s e baja la s illa hacia atrás , mirando con frecuencia hacia atrás para as egurarnos
de la dirección.
4.1. DISPOSITIVOS FACILITADORES DE LA MARCHA.
Según el grado de incapacidad del paciente exis ten varios tipos de ayudas . Es ta incapacidad puede s er:
Es tos dis pos itivos s on aparatos que dan al paciente equilibrio y s oporte para realizar una deambulación cómoda
des pués de s ufrir una les ión en la extremidad inferior o s on un elemento impres cindible de ayuda para la
deambulación.
El us o de es tos dis pos itivos neces ita unas mínimas condiciones fís icas del enfermo. Normalmente, cuando una
pers ona neces ita uno de es tos dis pos itivos , antes ha permanecido un tiempo inmovilizado y la extremidad inferior
es tá mermada para la buena deambulación al es tar s u mus culatura debilitada.
Los mús culos más importantes que s e van a us ar y que s e deben fortalecer s on: los tríceps , el trapecio y el dors al
ancho.
Los tipos de dis pos itivos que un TCAE debe conocer s on:
Andador
También s e llama caminador o balconera. Es te ins trumento cons ta de cuatro puntos de apoyo con unos tacos de
goma para evitar des lizamientos y proporcionar gran es tabilidad y es muy útil para pers onas con alteraciones del
equilibrio, dolores o debilidad.
Sus des ventajas s on que:
No mantiene una alineación corporal correcta ya que s e flexiona el cuerpo hacia delante.
Su forma de us o es :
Bastón
Proporciona equilibrio y s oporte para deambular, s e us an en les iones unilaterales , pérdida de equilibrio o problemas
inflamatorios que caus an dolor al apoyar. Además , permite la alineación corporal adecuada y evita la s obrecarga
articular.
Para us arlo s e colocará en el lado s ano del paciente a unos 15 cm. de la bas e del pie.
Para caminar, s e avanza el bas tón y la extremidad afectada al mis mo tiempo y pos teriormente la extremidad s ana.
Para s ubir es caleras s e apoya en el es calón la extremidad no afectada y pos teriormente la otra y el bas tón. Para
bajarlas , s e invierte es te proces o.
Trípode
Es un tipo de bas tón con más apoyos para ofrecer más es tabilidad. Se us a igual que el bas tón. Su des ventaja es que
al tener más bas e, hay mayor ries go de tropiezos .
Muletas
Su us o requiere des treza y práctica y por es o, la paciencia durante el aprendizaje es muy importante. Hay dos tipos de
muletas :
Las muletas tienen unos tacos de goma para impedir que res balen; además , el calzado que s e debe us ar s erá de
s uela antides lizante y de tacón bajo.
Antes de utilizar las muletas s e deben ajus tar a la altura del paciente.
En pos ición de decúbito lateral s e mide la dis tancia del pliegue de la axila has ta el talón y s e añaden 5
cm.
En pos ición de bipedes tación s e mide des de el pliegue de la axila has ta 15 cm. del talón.
Tipos de marcha.
Hay cuatro tipos de marcha y el us o de una u otra depende del problema del paciente.
Indicada en pers onas con debilidad en las piernas y que pres entan dificultades para s os tener s u pes o.
Las fas es que s e s iguen s on las de la marcha normal y la s ecuencia puede s er:
muleta derecha -> pie izquierdo -> muleta izquierda -> pie derecho y repetir.
Proporciona una buena es tabilidad, pero es de velocidad lenta.
La us an las pers onas que deben andar s in apoyar la extremidad afectada (fractura, dolor, cirugía reciente)
Para efectuarla, las dos muletas s e avanzan a la vez y también la extremidad les ionada, s oportando el pes o con las
manos apoyadas en las muletas , pos teriormente s e avanza la extremidad s ana.
Es adecuada en pacientes que pueden apoyar el pes o s obre las dos extremidades inferiores . Se indica cuando exis te
debilidad en ambas piernas o mala coordinación
Primero s e avanza el pie izquierdo y la muleta derecha al mis mo tiempo y des pués el pie derecho y la muleta
izquierda. Repetir
4- MARCHA BALANCEADA.
Es útil en pacientes que no pueden mover las extremidades inferiores (ej: parális is ) pero pueden cargar el pes o en las
extremidades s uperiores .
Puede realizars e de dos formas :
Balanceo del cuerpo has ta las muletas : s e avanzan las dos muletas y luego s e balancea has ta ellas el
cuerpo.
Balanceo del cuerpo más lejos del punto de apoyo de las muletas : s e adelantan ambas muletas y luego
s e balancea el cuerpo y s e coloca delante de ellas .
Desventajas: Requiere mucha energía y una buena res is tencia en las extremidades s uperiores .
1. Nos as eguramos de que las muletas es tán firmes y apoyamos el pes o en ellas .
Si exis te barandilla, hay pers onas que s e encuentran más s eguras utilizándola, en es te cas o, deberemos liberarnos
de una muleta y s eguir los mis mos pas os .
La caída es el res ultado de la interacción de factores intríns ecos (tras tornos individuales ), factores extríns ecos
(ries gos medioambientales ) y factores circuns tanciales (relacionados con la actividad que s e es tá realizando).
Factores intrínsecos:
Alteraciones vestibulares: Con la edad s e produce una pérdida de cilios en el oído interno, angio-
es cleros is y alteraciones bioeléctricas que s e traducen en una res pues ta deficiente del reflejo
ves tíbulo-ocular (ayuda a mantener el equilibrio durante el movimiento) y del reflejo de enderezamiento.
Alteraciones musculoesqueléticas: Con la edad, s e produce una dis minución progres iva la mas a
magra mus cular. És ta a s u vez s e traduce en una dis minución progres iva de la fuerza mus cular que s e
centra, s obre todo, en los mús culos anti-gravitatorios (cuádriceps , extens ores de la cadera, dors i-
flexores del tobillo y tríceps ). Se produce, además , una degeneración de los cartílagos articulares de la
cadera y rodilla que afecta principalmente a las trans ferencias . Conforme envejecemos , nues tro cuerpo
tiende a adoptar una pos tura encorvada con cifos is y genu varo.
Cambios cardiovasculares: Los tras tornos del ritmo, la patología valvular o la cardiopatía is quémica
pueden provocar un bajo gas to cardiaco y favorecer as í la caída.
Patología degenerativa articular: Facilitan la aparición de caídas el dolor, la ines tabilidad articular y
la aparición de pos iciones articulares vicios as .
Deterioro cognitivo: La demencia puede acrecentar el número de caídas por tener alterada la
capacidad de percepción vis uoes pacial, comprens ión y orientación geográfica.
Factores extrínsecos
En el domicilio. Suelos irregulares , des lizantes , muy pulidos , con des niveles , pres encia de alfombras ,
cables u otros elementos no fijos . Calzado inadecuado no cerrado y s in s ujeción firme al pie Iluminación
ins uficiente o exces ivamente brillante. Es caleras s in pas amanos , peldaños altos o de altura irregular y
aus encia de des cans illos . Lavabos y retretes muy bajos , aus encia de barras de ducha y as eo. Camas
altas y es trechas , objetos en el s uelo, muebles con ruedas o mes illas de noche que obs truyen el pas o.
As ientos s in repos abrazos .
En la calle. Aceras es trechas , con des niveles y obs táculos ; pavimento defectuos o, mal cons ervado o
des lizante; s emáforos de breve duración, bancos a una altura exces ivamente alta o baja, etc.
En los medios de transporte. Es caleras de acces o exces ivamente altas , movimientos brus cos del
vehículo, tiempos cortos para entrar o s alir.
Exis ten además factores iatrógenos que aumentan el ries go de s ufrir una caída. Entre és tos , el más importante es el
producido por fármacos . Se trata, s in embargo, de uno de los factores de ries go más modificables . Exis te una
relación directa entre el número de medicamentos y el mayor ries go de s ufrir una caída, cons iderándos e una cifra
claramente peligros a la de cuatro o más .
A cada paciente que ingres a en el hos pital, ya s ea en el s ervicio de urgencias o en una planta de hos pitalización, s e le
realizará la valoración del Ries go de Caída que nos ayuda a encaminar las intervenciones que demues tran una
prevención y, al mis mo tiempo, dis minución del ries go. En dicha valoración s e identificarán los principales factores de
ries go del paciente relacionados con las caídas . Para ello, emplearemos la es cala de valoración de J.H. Downton en
mayores de 13 años y la es cala de valoración de Humpty Dumpty s e aplica a los pacientes menores de 13 años .
5.2. MEDIDAS PREVENTIVAS
Las medidas preventivas generales s e aplicarán en todos los pacientes :
Verificar que la cama es té en pos ición baja y con el freno pues to.
Si el paciente utiliza s illa de ruedas , verificar que tenga el freno pues to durante las trans ferencias .
As egurar que los dis pos itivos de ayuda (s i precis a) es tén al alcance del paciente (bas tones , andador,
gafas , audífonos ...).
Mantener ordenada la habitación y el as eo, retirando todo el material que pueda producir caídas
(mobiliario, cables ,…).
El paciente debe de tener acces ible en todo momento el timbre de llamada y el teléfono..
Mantener al enfermo incorporado en la cama durante unos minutos antes de levantarlo, evitando as í
s ufrir hipotens ión ortos tática.
Además de las medidas generales recomendadas para todos los pacientes , en aquellos que exis ta una valoración de
ries go, s e aplicará el plan de prevención de caídas bas ado en cada uno de los factores de ries go y alteraciones
detectadas :
A. Alteraciones de la movilidad / estabilidad.
Proporcionar material de apoyo s i lo precis a y mantenerlos acces ibles al paciente (andador, s illa de
ruedas , bas tones , adaptador WC,…).
Entrenar las trans ferencias de forma activa o activa-as is tida s egún s us pos ibilidades .
Ayudarles en el as eo diario.
B. Alteraciones sensoriales:
Recordar al paciente que lleve colocadas las prótes is s iempre que s ea pos ible (gafas , audífonos , etc.) o
as egurar que las tenga s iempre a mano.
Entrenar las trans ferencias de forma activo-as is tida o pas iva s egún s us pos ibilidades
Evitar objetos cerca de paciente que puedan producir algún tipo de les ión.
Revis ión periódica de la medicación para prevenir caídas en pers onas mayores y manejo de forma
efectiva la polimedicación y fármacos ps icotrópicos .
En el cas o de toma de diuréticos , proporcionar a menudo ayuda para acudir al baño y recomendarle
que orine en la cuña o botella durante la noche.
E. Alteraciones de la eliminación
Proporcionar a menudo ayuda para acudir al baño y recomendarle que orine en la cuña o botella
durante la noche
F. Caídas anteriores
Conocer las circuns tancias de las caídas previas al ingres o.
Reforzar la confianza y dis minuir el miedo y la ans iedad ante nuevas caídas .
Educar s obre la modificación de factores que pudieran es tar relacionados con la his toria de caídas
previas .
Módulo 2 - Úlceras por presión
1. Introducción
1. INTRODUCCIÓN
Repuestas:
Por s er un órgano fas cinante y complejo que cumple múltiples funciones y s in el cual no podríamos
s obrevivir.
Es tas tres res pues tas nos dan una idea de la importancia que tiene la piel en nues tra vida.
Cons tituye el mayor órgano funcional del cuerpo humano, con una extens ión de 1,5 a 2 metros cuadrados en un adulto
medio y con un pes o aproximado de 3Kg. Des empeña una gran divers idad de tareas , s iendo s u principal función la de
protección y comunicación.
Con un proces o de renovación inces ante, las capas más externas s e des prenden conforme las nuevas células s on
producidas por capas más internas . Es te proces o s uele durar entre 4 u 8 s emanas y s e denomina Queratinización.
Es muy importante conocer nues tra piel para s aber cuidarla y protegerla ante las s us tancias químicas dañinas y la
gran variedad de microorganis mos exis tentes , con el fin de prevenir pos ibles enfermedades y les iones dérmicas . No
podemos olvidar que la piel humana es el lugar de as entamiento de innumerables bacterias , con lo cual s i hay
afectación en algún lugar de la piel tendremos una gran entrada de agentes patógenos . Una piel en buenas
condiciones e higiene ayuda a un correcto es tado de s alud.
La Piel es una es tructura flexible que reacciona a es tímulos y con capacidad para auto-reparars e. Cuando la piel s e ve
gravemente dañada por una enfermedad o quemadura, a menudo el cuerpo no puede actuar con s uficiente rapidez
como para compens ar el daño por s í mis mo, y por es ta caus a, las víctimas de quemaduras s everas pueden morir de
una infección o de una pérdida exces iva de plas ma. Por ello, s e des arrollaron originalmente los injertos de piel como
medio de evitar es tas cons ecuencias .
Además ha habido un gran aumento de es tudios de regeneración de piel a través de células madre de la médula
ós ea, todos ellos bien documentados y con res ultados pos itivos .
Control de líquidos .
Síntes is vitamina D.
Síntes is vitamina D.
Fotoprotección.
La piel s irve para evitar daños en órganos internos cons tituyendo como una armadura. Además , una piel limpia tiene
menos cantidad de bacterias , por lo que las infecciones y el contagio de enfermedades es menos probable.
Evita la pérdida de calor y de agua, y regula la temperatura corporal mediante las glándulas s udoríparas y los
capilares de la piel:
Si percibe frío: Los capilares s e contraen, por lo que perdemos menos calor debido al menor flujo de s angre.
Si percibe calor: Los capilares s e dilatan, aumentando la excreción del s udor a través de las glándulas s udoríparas , el
cual s e evaporará arras trando el calor y produciendo enfriamiento.
La cicatrización es un proces o natural que pos ee nues tro organis mo para regenerar los tejidos de la piel, mediante
s uces ivos fenómenos bioquímicos complejos , cuya finalidad es reparar el daño producido. Más adelante hablaremos
de las etapas de la cicatrización más detenidamente.
La piel también tiene una función s ocial importante mediante el tacto, el olor corporal, la belleza... Además , pres enta
unos receptores que des arrollan cierta información, llamada s ens ibilidad, y que puede s er de tipo táctil, térmica o
doloros a.
La función inmunológica que lleva a cabo es muy importante y la des empeña a través de las células centinelas de la
piel llamadas células Langerhans , que realizan la vigilancia inmunológica cutánea e inician la res pues ta inmune. Más
adelante hablaremos de la res pues ta inmunológica más detalladamente.
Contribuye a la s íntes is de la Vitamina D o Calciferol, tan importante para el crecimiento y des arrollo corporal, además
de participar en la regulación de calcio en s angre, y depende de la expos ición a los rayos s olares y de la intens idad de
pigmentación de la piel.
La piel utiliza un mecanis mo es pecial que elimina agua con des hechos denominado s udor a través de la trans piración,
eliminando toxinas . El s udor es tá compues to por una gran cantidad de cloruro de s odio además de urea, amoniaco,
ácidos gras os y ácido láctico en un porcentaje menor.
Por último, nos protege contra la radiación ultravioleta. Si es to no fuera as í la radiación s ería letal. Por es o es
importante cuidar y ayudar a la piel con lociones o cremas es peciales en cas o de expos ición al s ol.
Epidermis
Dermis
Hipodermis .
Además pres enta anejos cutáneos : pelo, glándulas s ebáceas , glándulas s udoríparas ecrinas y glándulas apocrinas ,
que tienen unas funciones muy importantes .
A) EPIDERMIS
Es la capa más s uperficial de la piel. Además de s er un epitelio es camos o es tratificado, procede del ectodermo, no
tiene vas os ni nervios y s e compone normalmente de varias capas celulares que s on:
La epidermis pres enta varios tipos celulares y funciones que quedan enunciadas en el s iguiente es quema:
B) DERMIS
Es la capa media de la piel. Compues ta de tejido conjuntivo grues o, s u función s erá la de nutrición y defens a de la
epidermis .
Realiza el mantenimiento del s is tema vas cular cutáneo, pres entando vas os s anguíneos , terminaciones nervios as y
glándulas s udoríparas . Forma un enorme depós ito de agua, s angre y electrolitos . Es muy rica en células (fibroblas tos ,
mas tocitos e his tiocitos ).
Proporciona a la piel una gran flexibilidad, un ais lamiento térmico eficaz y es una gran res erva nutritiva para el
organis mo. Se trata de la capa más interna, pres entando unas células llamadas lipocitos encargadas de crear la
gras a cutánea o también llamado tejido adipos o.
Sus funciones s on la de protección contra agres iones externas y traumatis mos moderados , protección de la pérdida
de calor, da textura a la piel y proporciona s os tén a los mús culos .
PELO
Realiza una función de protección mediante diferentes maneras . Forma una barrera fís ica, microbiana y química. Se
des arrolla a partir del folículo pilos o. No aparece en mucos as , palmas de las manos y plantas de los pies , pero s í en
el res to de la s uperficie corporal.
Pres entan una s ecreción merocrina (el producto de s ecreción es liberado s in pérdida de s us tancia celular), y s e
encuentran por cas i toda la s uperficie corporal, con más pres encia en las plantas de los pies y palmas de las manos .
Su regulación nervios a es de tipo adrenérgica.
Pres entan una s ecreción apocrina (el producto de s ecreción es expuls ado con una parte de la en la que ha s ido
acumulado). Su regulación nervios a es de tipo adrenérgica. Su s ecreción va dirigida al conducto pilos o y aparecen en
mamas , axilas y genitales .
GLÁNDULAS SEBACEAS
Impermeabilizan la piel a través de la s ecreción holocrina de una s us tancia llamada s ebo. Su des embocadura también
es en el conducto pilos o. Su regulación es hormonal.
2. Las úlceras por presión
Las pres iones de cizallamiento producen una angulación en los vas os s anguíneos locales , originándos e hipoxia y
hipoperfus ión.
Las úlceras por pres ión s on un problema común en el cuidado de los pacientes con enfermedades crónicas , s obre
todo ancianos o pers onas con movilidad limitada, con importante morbi-mortalidad, repercus ión económica y s ocial. Lo
más importante es que ya s abemos que un altís imo porcentaje de ulceras s on evitables y por ello es prioritaria la
prevención bas ada fundamentalmente en métodos que cuantifican factores de ries go y que ayudan a predecir la
afectación de los tejidos . Las caus as que des encadenan la aparición de es tas les iones pueden s er, en la mayoría de
los cas os detectadas con antelación. Identificar los factores de ries go es fundamental para aplicar las medidas
preventivas .
Antes de introducirnos en este punto debemos conocer las principales causas que ocasionan una UPP:
Tiempo de inmovilidad.
Por eso las personas con más riesgo de padecerlas son aquellas que presentan:
Edad avanzada.
Inmovilidad continua.
Sujeciones mecánicas .
En la formación de las úlceras por pres ión tiene más importancia la continuidad en la pres ión, inclus o aunque es ta
s ea moderada, más que la intens idad de la mis ma, ya que la piel puede s oportar pres iones elevadas pero durante
cortos periodos de tiempo.
Se puede afirmar que la pres ión y el tiempo s on invers amente proporcionales , es to s ignifica, que para producir la
les ión, a mayor tiempo s e neces ita menor pres ión.
Hay muchos factores fis iopatológicos que tenemos la obligación de valorar y vigilar por que pueden dar lugar a UPP o
ayudar a s u aparición:
Tras tornos en el tras porte de oxígeno: vas culares periféricos , es tas is venos o, tras tornos
cardiopulmonares .
Deficiencias nutricionales .
Factores a valorar como res ultado de modificaciones en las condiciones pers onales , ambientales , hábitos o del
entorno:
Cons ideramos 2 grandes grupos de ries go de pacientes que pueden pres entar las denominadas UPP y s on: Ancianos
y pacientes con les ión medular o parális is cerebral.
También debemos vigilar a los pacientes que cumplan al menos una de es tas caracterís ticas :
Déficit de vitamina A, C y de Z n.
Pacientes de UCI.
FACTORES DE RIESGO
a) PRESIÓN.-
b) FRICCIÓN.-
c) CIZALLAMIENTO.-
d) HUMEDAD.-
e) FISIOPATOLÓGICOS.-
f).- DERIVADOS DEL TRATAMIENTO.-
f).- SITUACIONALES.-
g) DEL DESARROLLO.-
h) DEL ENTORNO.-
LOCALIZACIONES DE LAS ÚLCERAS POR PRESIÓN
Habitualmente las zonas de apoyo que coinciden con prominencias o máximo relieve ós eo s on las de localización más
frecuente. Las áreas con poca gras a y mús culo ubicadas s obre prominencias ós eas s on localizaciones comunes para
las úlceras por pres ión. Un alto porcentaje s e des arrollan por debajo de la cintura, s iendo las zonas más afectadas el
s acro, trocánter, tuberos idad is quiática, maléolos externos y talones .
Las zonas de ries gos varían s egún la pos tura que s e adopte.
También s e pueden producir las UPP debido a la utilización de contenciones mecánicas y otros dis pos itivos como
s ondajes , gafas nas ales , etc. Z onas a tener en cuenta s erán fos as nas ales , pabellón auricular, meato urinario,
muñecas y tobillos .
a) ESTADÍO I
Se origina un eritema cutáneo en piel íntegra que no des aparece al aliviar pres ión. La epidermis está afectada
pero no destruida. Puede incluir cambios como: temperatura de la piel, cons is tencia del tejido (provocando edema o
induración) y/o dolor, es cozor. En pacientes que pres enten pieles os curas el eritema pres entará tonos azules o
morados .
b) ESTADÍO II
Se obs erva una pérdida parcial del grosor de la piel que afectará tanto a la epidermis como a la dermis.
Pres entan una les ión s uperficial con un as pecto de ampolla, abras ión o pequeño cráter.
c) ESTADÍO III
Se obs erva una pérdida importante de gros or de la piel, creando una lesión o una pos ible necrosis del tejido
subcutáneo.
d) ESTADÍO IV
Se obs erva una des trucción muy importante de la piel y tejidos . Puede lesionar has ta el músculo, tendones,
huesos, etc. Suele aparecer tejido necrótico.
Es ta determinación s e puede realizar mediante es calas de valoración de ries gos . Una es cala de valoración del ries go
de s ufrir UPP es una herramienta que adjudica una puntuación en bas e a una s erie de parámetros cons iderados
factores de ries go. Los objetivos de la aplicación de una es cala de valoración de ries go s erán:
Identificar precozmente a los pacientes que pueden pres entar UPP teniendo en cuenta la pres encia de
factores ries go.
En función del nivel de ries go facilitar un criterio objetivo para la aplicación de medidas preventivas .
Clas ificar a los pacientes s egún el grado de ries go, con el fin de llevar a cabo es tudios epidemiológicos
o de efectividad.
Contribuye a la dis tribución de los cas os , en función del ries go, en es tudios epidemiológicos .
Por norma debemos cons iderar a todos los pacientes que ingres an en nues tras unidades como pacientes de ries go
de s ufrir UPP, y acto s eguido procederemos a confirmar es e pos ible ries go.
La valoración s e ha de llevar a cabo inmediatamente al ingres o, as í como de forma continuada durante s u es tancia en
la unidad.
Exis te una gran aceptación general de la cons ideración de la prevención como el método más eficiente de abordar el
problema, y la valoración del ries go es un as pecto clave en la prevención.
Sin embargo, no hay acuerdo entre los expertos y los profes ionales s obre la mejor forma de llevar a cabo es ta
valoración del ries go de UPP. Inves tigaciones recientes han llegado a la conclus ión que varias de las es calas de
valoración validadas pueden s er una alternativa mejor para la determinación del ries go que el juicio clínico, s obre todo
en el cas o de enfermeras no expertas .
Los requis itos mínimos que debe aunar una es cala para s er validada s on:
Alta es pecificidad
Fácil de us ar
Hay una gran cantidad de es calas publicadas por lo que veremos las más importantes
ESCALA DE NORTON
Características:
Adultos o ancianos .
Validada.
Fiabilidad.
Es ta es cala que s e mues tra a continuación es la que corres ponde a la es cala de Norton modificada por el Ins alud en
1997/8.
Punto de Corte:
Sin ries go/ries go mínimo >14.
La es cala normal de Norton tiene una diferencia importante: a partir de 16 has ta 12 nos encontramos ries go
moderado.
ESCALA BRADEN
Características:
Validada
Alta fiabilidad
Adultos
Invers a
Puntos de corte:
La prevención de las ulceras por pres ión es una actividad compleja, interes ante debido a la pos ibilidad de marcar una
diferencia real en los res ultados de s alud de los pacientes . Ya s abemos que la producción de una UPP s e puede
des arrollar en unas pocas horas y al contrario, curars e en muchos mes es , por es o la prevención s erá el mejor
tratamiento de las UPP.
Debemos tener en cuenta un mayor ries go de producirs e nuevas úlceras por pres ión en aquellos pacientes que ya
han des arrollado alguna. Importante mayor énfas is con el programa de prevención en es tos pacientes .
3.1. CUIDADOS DE LA PIEL
A. HIGIENE
La higiene debe s er s iempre diaria o s iempre que la precis e, utilizar agua tibia, jabón neutro para la
piel y aclarar de forma correcta.
El s ecado debe de realizars e muy meticulos amente y s in realizar fricción, realizando un es pecial
hincapié en las zonas de pliegues .
Obs ervar la integridad de la piel, s obre todo en zonas es peciales ya comentadas , realizarla s iempre
durante la realización de la s es ión de higiene o cambio pos tural. Proteger s i fuera neces ario la zona
obs ervada.
Aplicar ácidos gras os hiperoxigenados s obre aquellas zonas con enrojecimiento cutáneo o zonas
frágiles mediante un s uave mas aje, s olo con la yema de los dedos .
Si pres enta una incontinencia fecal deberíamos realizar una limpieza del periné diaria y des pués de cada epis odio de
incontinencia. Aplicaremos de forma rutinaria una barrera humectante.
Si pres entará doble incontinencia, s eguiremos normas ya mencionadas anteriormente. Pero s i el paciente pres entará
una eros ión cutánea extens a con exudado, deberíamos utilizar una pas ta barrera que abs orba el exudado y proteja la
piel de agentes irritantes . Si s e utilizan pas ta de óxido de zinc, des pués deberíamos utilizar aceite mineral para retirar
fácilmente la pas ta, para no les ionar la piel al retirar el zinc.
La piel periles ional de es te tipo de les iones cutáneas tiende a es tar deteriorada normalmente, bien debido por
exudados pres entes en las les iones o productos utilizados para las curas . Hay que utilizar protectores cutáneos para
dis minuir los pos ibles efectos s ecundarios de los após itos as egurando la mejor adherencia al tratamiento por parte
de los pacientes .
En la actualidad s e es tán utilizando una gran variedad de productos para realizar una protección de piel eficaz.
B. PRODUCTOS:
Derivados heparinoides .
Soluciones as tringentes .
Antis épticos .
En pacientes s entados los cambios s erán cada hora, y s i el paciente puede colaborar, s e le moverá cada 20 o 30
minutos de un lado a otro, levantando nalgas y glúteos con el fin de aliviar la pres ión.
Es muy importante vigilar la humedad del pañal antes de cualquier cambio de pos ición, aprovechando el mis mo para
s us tituirlo s i fuera precis o.
La movilización programada, pas iva o activa del paciente, es un procedimiento muy importante ya que además de
prevenir las UPP ayudará a la cons ervación de la agilidad y el tono mus cular de las articulaciones del paciente,
favoreciendo as í la pos ibilidad de que s e movilice por s í mis mo o colabore en los cambios .
Como hemos dicho, es recomendable que el paciente participe activamente en los ejercicios , teniendo en cuenta que
s us condiciones fís icas y s u es tado de s alud s e lo permitan, s in forzar los movimientos y s in que s e obs erven s ignos
de dolor al realizarlos .
En pacientes no colaboradores , con s erias dis capacidades o en coma, s e les harán movimientos pas ivos de s us
articulaciones , coincidiendo con los cambios pos turales , unas 3 o 4 veces al día.
También s e pueden utilizar dis pos itivos que alivien la pres ión.
Los cambios pos icionales s iempre mantendrán la alineación corporal y fis iológica del enfermo. Nunca s e debe
arras trar al paciente al cambiarlo de pos tura, ya que la fricción es un factor contribuyente en la aparición de las UPP.
Debemos programar los cambios pos turales de manera individualizada, teniendo en cuenta la s uperficie en la que
es tá el paciente, cada 2-4 h. En la pos ición de decúbito lateral o en cas o de elevación de la cama no hay que
s obrepas ar los 30º.
Es muy importante no us ar flotadores o rodetes cuando el paciente es té en s edes tación ya que pueden producir UPP.
Por último, no podemos acabar el punto s in recalcar que los cambios pos turales tienen gran importancia y s on un
es labón fundamental tanto en la prevención como en el tratamiento de las UPP.
Para aliviar y eliminar la compres ión de los puntos de apoyo, es impres cindible realizar cambios pos turales ,
manteniendo la más correcta y pos ible alineación del cuerpo.
La valoración nutricional nos va a permitir determinar el es tado de nutrición de un individuo, valorar s us neces idades o
requerimientos nutricionales y prever los pos ibles ries gos de s alud que pueda pres entar en relación con dicho es tado
nutricional.
Siempre debemos mantener una alimentación adecuada la cuál va a contribuir al mantenimiento de un buen nivel de
s alud.
En el cas o de pers onas enfermas hay que as egurars e que la alimentación s ea la que neces ite el paciente, en función
de s u es tado de s alud, pautas médicas , neces idades nutritivas , gus tos y capacidad para tragar líquidos o mas ticar
s ólidos . La comida s e la proporcionaremos en s u es tado normal o triturada, procurando que en todo cas o la
pres entación s ea agradable y apetecible.
Si el paciente no comiera bien o rechazas e los alimentos que s e le ofrecen, exis te la pos ibilidad de darle s uplementos
nutricionales que le ayuden a completar la dieta diaria.
También debemos fomentar la toma de al menos 2 litros de agua diarios , evitando la des hidratación.
Todo condimentado con aceite de oliva, con poca s al, miel, azúcares no refinados y edulcorantes .
Aunque generalmente la inmovilidad s e cons idera el factor predis ponente principal para la aparición de una UPP,
también con frecuencia s e cons idera que hay una relación de caus alidad directa entre el es tado nutricional de la
pers ona y el des arrollo de úlceras por pres ión. La bas e científica para es ta hipótes is no es tá clara, s in embargo, un
empeoramiento de la nutrición podría contribuir en un aumento de la vulnerabilidad de los tejidos a factores como la
pres ión.
La importancia apreciada de la malnutrición en el des arrollo y tratamiento de la úlcera por pres ión s e tiene en cuenta
brevemente en las recomendaciones actuales de EPUAP, como por ejemplo en:
Evaluación completa de ries go en los pacientes para incluir, es tado general de la piel, evaluación de la
piel, movilidad, humedad e incontinencia, nutrición y dolor.
Des pués de la evaluación los individuos comprometidos des de el punto de vis ta nutricional deben tener
un plan de s oporte o s uplementación adecuado que cumpla las neces idades del individuo y s ea
cons ecuente con la finalidad global del tratamiento.
As egurar una inges ta de alimentos adecuada para prevenir la malnutrición has ta el grado que s ea
compatible con, los des eos o el es tado del individuo.
Debemos tener en cuenta que los pacientes con UPP es tán s umidos en un proces o metabólico-catabólico como es la
cicatrización, por lo que s us neces idades proteico-calóricas , de minerales , vitaminas y oligoelementos e hídricas s erán
algo mayores con res pecto a otros pacientes .
El aporte proteico de la dieta puede aumentars e mediante un mayor cons umo de carnes , pes cados , huevos ,
legumbres , cereales … También s on merecedores de cons ideración, por el papel que des empeñan en el proces o de
cicatrización y defens a ante la infección, los minerales , las vitaminas A, B y C, y los aminoácidos .
En las úlceras de es tado avanzado la pérdida hídrica es mayor por lo que debe manteners e un adecuado aporte
hídrico, unos 30cc/kg./día. Cuando no es pos ible a través de la dieta cubrir es tos requerimientos dis ponemos de una
amplia variedad de productos con tal fin.
Con frecuencia en los pacientes con UPP s e as ocian otros factores que entorpecen la adecuada nutrición como la edad
avanzada, problemas neurológicos importantes , carencia de dientes , inapetencia ….
El déficit nutricional además de s er tras cendental para el proces o de cicatrización de las UPP influye también en la
aparición de complicaciones locales como la infección, además de favorecer la aparición de nuevas úlceras .
Un paciente que padece úlceras por pres ión pres enta un aumento promedio de s us neces idades energéticas de 500
kcal, neces itando unos nutrientes es pecíficos como:
Proteínas : reducen el proces o catabólico y compens an la pérdida proteica. Son importantes para la
perfus ión tis ular y para la función inmunitaria.
Arginina: favorece la s íntes is del colágeno e incrementa la res is tencia a la tens ión. Es timula la
s ecreción de los factores de cicatrización y mejora la función inmunitaria.
Z inc. Es tá comprobado que los nutrientes es pecíficos (arginina, vit C y E, y Z inc) reducen notablemente
la s uperficie de la UPP de manera más rápida que una dieta rica en proteínas .
De manera general la dieta del paciente con UPP deberá componers e de los s iguientes nutrientes :
Hidratos de carbono 55-60% de la inges ta total, para obtener energía, s íntes is de nuevo tejido y
activación del s is tema inmunitario.
Lípidos 20-25% de la inges ta total, contribuyen a los mis mos fines que los enunciados en los hidratos
de carbono.
Proteínas 20-25% de la inges ta total, para compens ar la pérdida proteica, regeneración de vas os
s anguíneos , s íntes is de colágeno, s íntes is de anticuerpos y además favorece la limpieza y la
granulación de la herida. Debemos tener precaución en pacientes con ins uficiencia renal o hepática.
Aporte hídrico 30cc agua/día por Kg del paciente. Mejora el trans porte de oxígeno y nutrientes y
favorece la cicatrización.
La nutrición juega un papel fundamental en la cicatrización de las heridas . Un buen s oporte nutricional favorece
claramente la cicatrización de las úlceras además de evitar la producción de es tas les iones .
Debemos s aber que las neces idades nutricionales de una pers ona con UPP es tán claramente aumentadas . En cas o de
que la dieta habitual del paciente no cubra es tas neces idades s e deberá cubrir con ayuda de s uplementos
hiperproteicos vía oral para evitar s ituaciones de carencias .
Adminis trar una dieta que cubra el aporte proteico e hídrico adecuado.
Suplementos multivitamínicos .
Evitar comidas abundantes . Evitar dietas que afecten el mecanis mo intes tinal.
Contamos en la actualidad con medios complementarios para dis minución de pres ión para cons eguir una prevención
eficaz de las UPP pero debemos tener en cuenta que por s í s olos no s on s uficientes y no por ellos debemos
olvidarnos de las movilizaciones .
Vamos a valorar la utilización de los SEMP, s uperficies es peciales para el manejo de la pres ión. Son s uperficies s obre
las cuales s e pueden apoyar el paciente.
Reducen o alivian la pres ión, manteniendo pres iones capilares por debajo de 33mmhg. Algunos además dis minuyen
fricciones y cizallamiento, as í como calor y humedad. Producen un gran aumento de bienes tar en los pacientes .
Es tas s uperficies pueden amoldars e a zonas es pecíficas por s u gran divers idad de tipos e inclus o para incubadoras ,
camas pediátricas .
En todos los centros s anitarios debe realizars e un plan es crito y pers onalizado de prevención que debe incluir las
s uperficies es peciales ya mencionadas en los pacientes que pres enten ries go de padecer una UPP.
SEMP
Nos podemos encontrar 2 tipos de s uperficies es peciales para el manejo de la pres ión (SEMP):
Es táticas
Dinámicas
a) ESTÁTICAS
Su forma de actuar es creando un aumento de área de contacto con el paciente, además de repartir la pres ión y
dis minuirla s obre todo en prominencias ós eas .
Colchones de látex.
b) DINÁMICAS.-
Su caracterís tica principal es la de variar de manera continuada los niveles de pres ión mediante un cambio cons tante
de los puntos de apoyo del paciente.
El profes ional s anitario deberá tener en cuenta diferentes factores a la hora de elección de una s uperficie de apoyo,
incluyendo s ituación clínica del paciente, s egún nivel as is tencial y s obre todo las caracterís ticas de la s uperficie de
apoyo a utilizar.
La elección de s uperficies de apoyo deberá bas ars e en s u capacidad de dis minuir las fuerzas que puedan beneficiar al
ries go de des arrollar las les iones o aumentarlas , as í como la facilidad de us o, mantenimiento, cos tos y confort del
paciente. Debemos s aber que la utilización de após itos de poliuretano en prominencias ós eas es de evidencia alta
ante prevención de UPP. No utilizar vendajes con algodón en talones , aplicaremos parches de poliuretano es peciales .
Es tos tipos de após itos es peciales de protección local (Taloneras , coderas ), deben facilitar la obs ervación al menos
una vez al día de la zona tratada. Nunca deben ocas ionar eros iones en la piel en s u retirada.
4. Educación de la salud en el paciente inmovilizado en su domicilio
El paciente inmovilizado es un paciente de alto ries go, debido a las múltiples complicaciones que deterioran s u s alud y
s u actividad s ocial. Debido a es to s e hacen neces arios programas de educación organizados , es tructurados y
comprens ibles . Irán dirigidos a todos los niveles : paciente, familia, cuidadores ...
En el programa de educación para la s alud s e incluirán los pacientes que cumplan es tas caracterís ticas , s iempre y
cuando ellos o la familia lo acepten. La familia o cuidador des empeña un papel determinante en el cuidado integral y
continúo del paciente en el domicilio, s iendo s ujetos activos en el mantenimiento y mejora de s u calidad de vida.
Es un pilar fundamental involucrar al paciente y cuidadores en el proces o de prevención y tratamiento de las UPP.
Realizándoles una educación s obre los factores de ries go, manera de evitarlos o dis minuirlos . Por es tas caus as es
neces ario la creación de programas de educación s anitaria. Siempre adecuándolo a las caracterís ticas de los
cuidadores y de los pacientes . Incluyendo nociones bás icas pero neces arias s obre las UPP.
CAMBIOS POSTURALES: Mejor mecanis mo para aliviar la pres ión. Se deben realizar cada 2 o 3 horas
en pacientes encamados . Se alternarán los decúbitos , s iempre res petando las pos turas anatómicas .
Se incentivará la colaboración del paciente en la realización de es tos cambios . En pacientes s entados
s e les hará cambio pos tural cada hora y s i el paciente colabora s e tendrá que mover cada 20 o 30
minutos , levantando las nalgas para aliviar pres ión.
MOVILIZACIÓN DEL PACIENTE: La programación de la movilización del paciente de forma pas iva o
activa es una acción con mucha importancia en la cons ervación del tono mus cular e inclus o de las
articulaciones . Importante no forzar movimientos y obs ervar s ignos de dolor al realizarlos .
HIGIENE: Valoración de la piel de forma exhaus tiva, mantenerla s eca pero hidratada, además de
limpia. Us ar jabones ph neutro y agua tibia. Realizar un s ecado correcto. Evitar angulación s uperior de
30º en la cama. Colocar mecanis mos para incontinencia urinaria o fecal. No olvidar reeducación de
es fínteres . Utilización de muletones abs orbentes . No us ar colonias , ni alcoholes , ni polvo de talco s olo
cremas hidratantes . Us ar ácidos gras os hiperoxigenados en las zonas de ries go. Us ar ropa de algodón
o hilo. Sábanas s iempre limpias y s in arrugas.
ESTADO GENERAL Y NUTRICIONAL: Tratar las enfermedades que pres enten los pacientes . Cons eguir
un es tado nutricional correcto, evitando s obre todo hipoproteinemia. Inges tas poco copios as y más
frecuentes . Adminis trar s i es neces ario s uplementos proteicos . Hidratar de forma correcta.
Presentaciones agradables de los alimentos.
ANEXOS
Actividades complementarias
ACTIVIDAD COMPLEMENTARIA 1
Nos encontramos con una mujer de 74 años , que ingres a en nues tra planta de cirugía general para una
intervención menor, que vive s óla, tiene una actividad fís ica/movilidad adecuada, incontinencia urinaria y
alteraciones en la vis ión. El res to de los parámetros no es tán alterados , pero s e obs erva en s u tercer día
de ingres o, un enrojecimiento en ambos talones .
Le pedimos que realice una valoración del ries go de les iones s egún la es cala de Norton y las medidas
relativas a movilización que deberá realizar.
Enviar al tutor
El plazo de realización y envío al equipo docente de los ejercicios y casos prácticos deberá realizarlo al menos 5 días antes de la fecha de fin de
convocatoria del curso.
Le recordamos que estos ejercicios y casos prácticos son voluntarios y no repercutirán en la evaluación de la acción formativa.
ACTIVIDAD COMPLEMENTARIA 2
Ante un diagnós tico enfermero de Deterioro de la integridad cutánea, enumere 10 intervenciones a realizar
por el técnico en cuidados auxiliares de enfermería, que podrá realizar para res olver o mejorar el
problema.
Enviar al tutor
El plazo de realización y envío al equipo docente de los ejercicios y casos prácticos deberá realizarlo al menos 5 días antes de la fecha de fin de
convocatoria del curso.
Le recordamos que estos ejercicios y casos prácticos son voluntarios y no repercutirán en la evaluación de la acción formativa.
ACTIVIDAD COMPLEMENTARIA 3
Realice una bús queda en internet para identificar tres es tudios realizados por TCAE, relacionados con los
cambios pos turales en la prevención de las úlceras por pres ión.
Enviar al tutor
El plazo de realización y envío al equipo docente de los ejercicios y casos prácticos deberá realizarlo al menos 5 días antes de la fecha de fin de
convocatoria del curso.
Le recordamos que estos ejercicios y casos prácticos son voluntarios y no repercutirán en la evaluación de la acción formativa.