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Del olvido de la cruz a su presencia

en la historia

Guillermo Zapata, S.J. *

INTRODUCCION solo. Con más propiedad podría-


mos referirnos a él como "muerte
Pretendemos con esta reflexión resucitada de Jesús", según Rahner.
sobre la cruz, desentrañar el sentido Pero si bien, el misterio pascual
teológico de la muerte de Jesús es una unidad en donde muerte
en la cruz, como lugar hermenéu- y vida resucitada de Jesús se nos
tico para entender toda su vida. proponen como única realidad
El olvido de la cruz, sugiere que pascual, es también cierto, desde
tras la reflexión teológica se esta- el punto de vista hermenéutico
blecen modelos de pensar teoló- teológico, que nos podemos situar
gicos, que privilegian determina- desde su muerte para entender
da comprensión de Jesús. Se in- la totalidad del sentido de su
teresan por un sentido de su vida, vida. Privilegiar este acceso herme-
más que por otros, sinembargo, néutico es legítimo en la medida en
todos ellos tienen su horizonte que el misterio vida-muerte de
en el "analogatum princeps" en Jesús no es agotable por ninguna re-
Jesucristo muerto y resucitado. flexión teológica, pero esta inago-
tabilidad no nos niega su acceso
Al pensar en la muerte de Jesús, al mismo misterio de Jesús. Ya nos
no se niega su resurrección. El decía Schillebeekxs que pretender
misterio Pascual de Jesús es uno explicar el misterio es empobrecer-

* Alumno de último año del ciclo de magister, Facultad de Teología, Universidad Javeriana, Bogotá.

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lo, pero nuestra reflexión, nuestro integral" (Documento de Puebla,
conocimiento, participan de nuestra n.l73).
limitación humana. Para compren-
der la vida y obra de Jesús, tene- Aunque no se trata de hacer pro-
mos que pagar el precio de conse- piamente teología de la cruz, sí
guir apenas un acceso, en nuestro de señalar desde la Cristología las
caso, el camino de la cruz de Jesús posiblidades para una reflexión teo-
como sentido de su vida. La vida lógica, que quiera situarse históri-
de Jesús ha sido comprendida des- camente y enderezar su praxis
de otras posibilidades, por ejemplo, científica hacia una respuesta viva
desde su resurrección gloriosa. Este y eficaz que nos lleve de nuevo a
acento kerigmático, del Señorío de nuestro fundamento cristiano en
Jesús, ya nos está ubicando en un donde descubrimos a Jesús Señor
horizonte determinado desde donde de la Historia.
se ha hecho teología en donde
Jesús es "El Kyrios", el Señor. 1. La cruz de Jesús como sentido
de su vida
En cambio, el comprender a
Jesús desde la cruz, sólo hasta el En la historia terrena de Jesús
momento lo ha hecho la mística su muerte en la cruz no es un hecho
cristiana, la espiritualidad de la puntual que irrumpe en su historia.
cruz, mas no la teología. Jesús es llevado a la cruz como con-
denado a un suplicio por haber
Para entender al crucificado des- sido hallado culpable ante la Ley
de el ámbito teológico, es preciso por el tribunal político religioso
situarnos en un punto de vista her- de su tiempo. El juicio de conde-
menéutico histórico, es decir, en el nación de Jesús examinó su actitud,
Jesús histórico, lo cual como bien sus hechos, gestos, palabras y con-
sabemos, es una clave de compren- sideró que Jesús debía ser suprimi-
sión de la Cristología contemporá- do, castigado, por medio de la
nea. Desde allí, es preciso ir reinter- muerte en cruz como suplicio
pretando el sentido pleno de la vida condenatorio. La cruz dentro del
y obra de Jesús, seguros de encon- contexto histórico cultural del pue-
trar una riqueza nueva en la re- blo judío, era una muerte ingnomi-
flexión teológica que anime y orien- niosa; porque "un colgado es una
te nuestra fe. Esta reflexión alimen- maldición de Dios", (Deut 21,
tada por la fe, quiere iluminar la 23); "... pues dice la Escritura:
misma praxis de fe vivida desde 'Maldito todo el que está colga-
América Latina, en donde la rea- do de un madero. " (Gál 3,13).
lidad de cruz es una experiencia
y no una simple reflexión. En El juicio condenatorio a Jesús
donde la fe se vive como "un mayor y su ejecución en la cruz, nos re-
acercamiento al Evangelio y (como) vela que su vida entró en conflic-
una búsqueda del rostro siempre to con las estructuras vigentes.
nuevo de Cristo que llena la legíti- Su propuesta religiosa y social
ma aspiración, a una liberación desequilibraba el sentido religio-

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so y social y según sus mismas con el reino de Dios fue tan fuerte,
leyes, este atentado estaba soca- que a pesar del fracaso histórico de
bando sus fundamentos. su pretensión manifestado en el
abandono final en la cruz, no de-
"Jesús dividió a sus contemporá- sistió de continuar caminando hasta
neos. Su mensaje, presentado jus- afrontar las últimas consecuencias
tamente como invitación a la fra- de su misión, su muerte crucifica-
terniadad entre los hombres, a la da.
abolición de todas las barreras
raciales, jurídicas y sociales fue Esta manera de proceder de Jesús
efectivamente fuente de conflic- nos remite a un convencimiento
tos. En realidad no se trata del muy hondo, a la percepción de un
mensaje de Jesús en relación empeño que animó toda su vida y le
con su contenido (el anuncio hizo proceder de tal manera que co-
de la inminencia del reino de nocemos sus consecuencias histó-
Dios y la exigencia de la conver- ricas.
sión) lo que engendró una opo-
sición definitiva entre él y los Según Duquoc(2), los documen-
jefes del pueblo; fue más bien tos de que disponemos para enten-
su actitud. Esta, en efecto, lle- der el conflicto creado por Jesús
vó a cabo un desconcierto tan que desembocó en la cruz, nos ha-
grande en la organización judía blan de cuatro motivos: "la críti-
de la religión, de la moral, y de ca de la autoridad de la Ley, el
la política, que no fue ya posi- desplazamiento del centro de grave-
ble ningún compromiso cuando dad de la religión, la decepción
se vió que Jesús se convertía provocada por la negativa ante las
en un maestro escuchado, y por representaciones mesiánicas, la ins-
consiguiente, peligroso para el trusión en la organización social".
equilibrio social y religioso "(1).
Profundicemos un poco en estos
Pero, aunque el juicio realizado cuatro asuntos.
contra Jesús por el Sanedrín y los
procuradores romanos son un mo- La crítica de Jesús a la autoridad
mento dentro de los acontecimien- de la Ley, le acarreó dificultades
tos de la historia de Jesús, sinem- crecientes con las autoridades reli-
bargo, permite rastrear el sentido giosas; los evangelistas presentan
de su vida. Jesús tal como vivió este hecho con diferentes matices,
así murió. En ningún momento pero todos ellos coinciden en una
desistió de su ampeño concretado agudización de las tensiones entre
como su misión: la predicación Jesús y los representantes del poder
del reino de Dios. Su compromiso religioso en Israel.

(1) DUQUOC, Christian. Jesús, hombre libre. Sígueme. Salamanca 1975, p. 67.

(2) DUQUOC, Op. cit. p. 68.

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La Ley había adquirido una je- en el Padre. "Que todos sean uno,
rarquía superior al culto. "El mun- como tú, Padre en mí y yo en tí"
do y todo lo que hay en él ha sido (Jn 17,21). Esta fraternidad es una
creado sólo para la Toráh"(3). crítica contra la visión excluyente
de los fariseos, quienes consideran
Toda realidad tiene su explica- a Dios como propiedad privada de
ción en la Ley. El hombre es para los justos. "Los justos están en las
la Ley, el mundo es para la Ley, manos de Dios y no llegará a ellos
las cosas son para la Ley. Los 613 tormento ninguno" (Sab. 3,1), en
preceptos que servían de "valla- cambio, el castigo es para los im-
dar" para asegurar el recto cumpli- píos, para los pecadores. "Los
miento de la Ley, nos reflejan el impíos tendrán la pena que sus
peso normativo que le dan los ju- pensamientos merecen" (Sab 3,10).
díos a la Ley, sobre todo los maes- Jesús en cambio, participa y comul-
tros fariseos. Jesús por el contra- ga con los pecadores porque come
rio nos dice que no es el hombre con ellos como signo de su frater-
para la Ley sino la Ley para el hom- nidad para con todos los expulsa-
bre (Mt 12,8). Esta inversión pone dos del templo. Para Jesús, "no
a la libertad como guardiana de necesitan médico los que están sa-
la vida, no a la Ley, porque "para nos, sino los que están mal. No he
ser libres nos libertó Cristo" (Gál venido (dice), a llamar a conver-
3,1.). sión a los justos, sino a los peca-
dores" (Lc 5,29.31).
Por otra parte, para Jesús, el
centro de la religión ya no está
en el culto, en el esfuerzo religio- Por otra parte, la actitud de
so del hombre por restablecer la Jesús ante las espectativas mesiá-
amistad con Dios. En Jesús se nos nicas del pueblo de Israel, sugieren
revela una nueva imagen de Dios la superación de una simple esca-
que no exige a los hombres reli- tología vivida como escatologísmo,
gión como respuesta, sino una ac- es decir, como poder político del
titud de fe; Dios se hace tan cerca- hombre para acelerar la irrupción
no para Jesús, que él se atreve a defintiva de Dios en la Historia,
llamarlo 'abba', Padre. Dios para con una actitud espectante de un
Jesús es un Padre que ama y expre- hombre que pone toda su confian-
sa su amor al hombre en la histo- za en Dios como Señor de la His-
ria. Perdona, reconcilia, restituye toria. "El hará justicia a los humil-
y rehace al caído, renueva lo per- des del pueblo, salvará a los hijos
dido. de los pobres, y aplastará al opre-
sor. En sus días florecerá la justicia
Jesús entiende su mlSlOn como y dilatada paz hasta que no haya
una invitación a vivir la fraternidad luna" (Sal 72, 4.7).

(3) Gén. Jer. 1,6 en LEIPOLDT. El mundo del NT, Cristiandad. Madrid. 1983. p. 283.

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Jesús, fuera de superar el mesia- me ha ungido para anunciar a los
nismo político de Israel, propone pobres la Buena Nueva, me ha en-
una nueva forma de poder civil. viado a proclamar la liberación a
La sociedad misma debe estar ilu- los cautivos y la vista a los ciegos,
minada por el sentido de la frater- para dar la libertad a los oprimi-
nidad. Esta propuesta va claramente dos y proclamar un año de gracia
en contra de los cánones sociales del Señor" (le 4,18-20). Los invita-
del Imperio romano que estable- dos a este reino de Dios, no son
cía al César como dios, creando así los grandes ni los poderosos, ni
la divinización del poder en un los intelectuales, ni los genios;
hombre, con el subyacente uso de son los "pobres, los lisiados, los
la autoridad para oprimir. El poder ciegos, los cojos" (Lc 14,15-24).
de los jefes no debería ser para La actitud con la cual se percibe
oprimir a sus súbditos sino para la llegada de este reino de Dios
su servicio: es la actitud ante todos los despo-
seídos, ante los marginados, los
"Sabéis que los que son tenidos sencillos, los pobres, todos ellos re-
como jefes de las naciones, las cibirán la bendición y "la herencia
dominan como señores absolu- del reino preparado" por el Padre
tos y sus grandes las oprimen con de Jesús (Mt 25,34).
poder. Pero no ha de ser as í
entre vosotros, sino que al que La realidad del reino de Dios
quiera llegar a ser grande entre en Jesús es "uno de los datos his-
vosotros, será vuestro servidor, tóricos más seguros de la vida de
y el que quiera ser el primero Jesús" ( 5). El habló de Dios en y
entre vosotros, será esclavo de a través de su mensaje sobre el reino
todos, que tampoco el Hijo del cuyo contenido está presente so-
hombre ha venido a ser servi- bre todo en las parábolas, las cua-
do, sino a servir y a dar su vida les nos invitan a una "metanoia'..
como rescate por muchos" (Mc como praxis del mismo reino. La
10,41-45). praxis de Jesús da contenido a su
mensaje sobre el reino de Dios.
Poder civil y poder de Dios son Los milagros, su trato con publica-
confrontados, ambos deben mirar nos y pecadores, su oferta de salva-
el servicio al hombre. El poder de ción en la comunidad de mesa con
Dios "Basileia Theou" es el reina- los suyos, en una postura crítica
do de Dios que se anuncia como ante la Ley, el sábado y el templo,
buena noticia a los pobres. Jesús y finalmente, en su convivencia
se siente guiado por el Espíritu con un reducido grupo de discípu-
para cumplir esta misión "El Espí- los nos transmiten la preocupación
ritu del Señor está sobre mí, porque de fondo de Dios en Jesús, el amor

(5) SCH I LLEB EECKXS, Jesús, historia de un viviente. Sfgueme. Madrid 1981 p. 242.

(6) SCHILLEBEECKXS, op. cit. p. 270.

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de Dios por la humanidad. Toda momento en que todo parece in-
la vida de Jesús fue "celebración" dicar lo contrario. El Evangelio
y "orto praxis" de la soberanía de S. Marcos (6,52; 8,17-18.21)
de Dios, es decir, de una praxis nos permite percibir un cambio de
acorde con el reino. La unión es- Jesús, todo mira hacia Jerusalén.
trecha entre la soberanía de Dios Según el relato evangélico, parece
y la ortopraxis es tan estrecha que hacer "un viaje hacia la pasión",
Jesús reconoce en esa praxis los sig- encaminarse hacia la muerte. "Sin
nos de la llegada del reino de Dios. duda, esta presentación (de Jesús
El Dios vivo es el centro de esta en los relatos evangélicos) está
vida. condicionada por el desenlace histó-
rico de los acontecimientos, pero
Desde su comprensión del reino, quizá también por el recuerdo his-
Jesús se opone a todo lo que es tórico del fracaso, ya conocido,
malo y doloroso para el hombre. de la predicación de Jesús en Ga-
Su experiencia de la paternidad lilea" (8).
divina es una vivencia de Dios co-
mo potencia que libera y ama al "Todos los evangelios constatan
hombre. El 'abba', el Dios de Je- que esa primera etapa tiene un
sús", el creador del cielo y la fin, es decir, la fe de Jesús como
tierra, el guía de Israel, es un Dios lo más fundamental de su exis-
para el que "todo es posible". tencia entra en una nueva etapa
Jesús durante toda su vida terrena, que no vive de la inercia de la
invitó de palabra y de obra a creer primera aunque no se le oponga
en ese Dios, éste era el sentido de necesariamente. Ese fin es lo que
toda su actividad. se ha descrito como la "crisis
galilea ", expresión geográfica de
Preguntémonos ahora, qué tiene la crisis pues Jesús abandona el
que ver el reino de Dios predica- corazón de Galilea y se dirige
do por Jesús con su muerte? El primero a Cesárea de Filipo y
rechazo al reino, es también recha- después a la Decápolis en la fron-
zo a Jesús, a su mensaje. "Al pare- tera sirio-fenicia. Este rompi-
cer, Jesús gozó de popularidad miento es más profundo en laper-
mientras no se vislumbraba ningún sana de Jesús. Jesús se hace
peligro; pero su predicación del consciente de que ha fracasado
cambio total como manifestación en su misión tal como él la hab ía
del inminente reino de Dios tuvo entendido. Las masas le abando-
finalmente poco éxito"(7). nan, los jefes religiosos de su pue-
blo le rechazan y Dios no se acer-
Mientras la primera etapa de la ca en poder a renovar la realidad.
actividad pública de Jesús reco- Existe un rompimiento real en la
rría el país anunciando la llegada conciencia interna y en la activi-
del reino de Dios, ahora, llega el dad externa de Jesús. Este rom-

(7) Idem, p. 272.

(8) SOBR INO, Jon. Cristología desde América Latina. Ediciones CRT. México 1976 p. 80.

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pimiento aparece expresado en el por la muerte, por el pecado que
capítulo 8 de Marcos" (9). aparece con poder para matar a
Jesús.
El rechazo al mensaje de Je-
sús culminó con el rechazo a su El sentido salvífica de la muerte
persona que desencadenó su pro- de Jesús aparece en la experiencia
ceso de muerte en la cruz. En esta de resurrección. "No hay ningún
nueva "etapa" de la vida terrena de logión cierto de Jesús en que él
Jesús, su polo referencial sigue atribuya a su muerte un significa-
siendo el Padre, pero, espera en él do salvífica. Ni las predicciones
contra toda esperanza. La muerte veladas (Mt 12,39 y paralelos),
de Jesús sería así, la muerte de su ni las expresas (Mc 8,31 y para-
causa. La venida del reino que leos) de la pasión contienen alu-
Jesús veía tan próxima, ya no sión alguna a su muerte como sal-
aparece tan evidente. Los hombres vación o sacrificio expiatorio" (10).
han rechazado el idela del reino
de Dios anunciado en hechos y Ante este hecho, es pues nece-
palabras por Jesús. El poder de los sario una mediación hermenéutica
signos del reino (semeion kai térata) para interpretar lo que tiene de es-
sólo será poder del amor en el sufri- candaloso, la muerte en la cruz,
miento. La cruz aparece así en el en el espacio hermenéutico de su
horizonte de Jesús como un fraca- significación profunda.
so, sólo Dios comprende su senti-
do. Surge en este espacio de oscuri- Desde este momento, la cruz,
dad la pregunta por el sentido de que fue un supIlcio de castigo del
Dios y del hombre. Quién es en- pueblo persa, asumido luego por los
tonces el Dios predicado por Je- romanos (11), deja de ser un simple
sús, que luego de haber anunciado suplicio de maleantes y bandidos,
su cercanía como 'abba', Padre, para convertirse en horizonte de
le deja ahí abandonado? Los pri- sentido de todos aquellos que
meros cristianos nos recuerdan en el quieren seguir el camino empren-
evangelio de S. Marcos, esta expe- dido por Jesús hacia Dios.
riencia de abandono de Dios a
Jesús en la cruz "Dios mío, Dios "La cruz ni se ama ni se puede
mío! ¿por qué me has abandona- amar. Y, sin embargo, sólo el
do?" (Mc 15,33). Crucificado es el que realiza
aquella libertad que cambia al
A Jesús se le experimenta ahora mundo, porque ya no teme la
como pasivo, se ha dejado afectar muerte. El crucificado fue para
por lo negativo, por la injusticia, su tiempo escándalo y necedad.

(9) SCHILLEBEECKXS, op. cit. p. 284.

(10) LEIPOLDT, op. cit.

(11) MOL TMANN, J. El Dios crucificado. Ediciones Sígueme. Salamanca 1977. p. 9.

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También hoy resulta desfasado tico-sociales, el egoismo acaparador
ponerlo en el centro de la fe que destruye todo intento de fra-
cristiana y de la teología. Con ternidad. La cruz sigue siendo así
todo, únicamente el recuerdo una realidad de muerte donde
anticuado de él es el que libera debería eregirse la vida en la "situa-
a los hombres del poder de los ción de extrema pobreza generali-
hechos presentes y de las leyes zada que adquiere en la vida real
y coacciones de la historia, de AL rostros muy concretos en
abriéndoles para un futuro que los que deberíamos reconocer los
no vuelve a oscurecerse. Hoy lo rasgos sufrientes de Cristo, el Señor,
que interesa es que la iglesia que nos cuestiona e interpela" (14),
y la teología vuelvan a concen- en su penoso ascenso hacia el Gól-
trarse en el Cristo crucificado, gota de nuestra América crucifi-
para demostrar al mundo su cada.
libertad, si es que quieren ser lo
que dicen de sí mismos, es de- La cruz es hoy para nuestra fe,
cir, la iglesia de Cristo y teologz'a el vértice donde se difine la realidad
cristiana" (12). de nuestro seguimiento al Señor
puesto en cruz.
2. La cruz como sentido histórico
del seguimiento de Jesús Ante la cruz econtramos una
fuerza de "escándalo y necedad" (1
"Ahora me alegro de lo que sufro Cor 2,23) que nos dificulta acer-
por ustedes, porque de esta ma- carnos a ella para entenderla ple-
nera voy completando, en mi namente. Porque, "el que habla
propio cuerpo, lo que falta de de la cruz, sabe que está hablando
los sufrimientos de Cristo, por la de una realidad 'extraña', paradó-
Iglesia que es su Cuerpo" (13). jica, de algo que el hombre rechaza
con todas sus fuerzas" (15) porque
Jesús continúa en la historia de en ella la vida se está riñendo con
los creyentes convocados desde el la muerte.
madero de la cruz. La fuerza del
crucificado anima a muchos conde- Jesús mismo durante su vida
nados injustamente como Jesús, a experimentó la dificultad de refe-
recorrer el camino de la muerte pro- rirse a su muerte en la cruz en el
piciada por el empobrecimiento, proceso de madurez de su fe,
la injusticia de las estructuras polí- cuando habla con sus discípulos

(12) Colosenses 1,24.

(13) Documento de Puebla, n. 31.

(14) GRASO DOMENICO. Reflexión sobre la cruz en el mundo secularizado, en Teología de la


Cruz. Sígueme Salamanca 1979, 79.

(15) Traduc.ción de Alonso Sachókel.

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que tenía que subir a Jerusalén, Jesús desde la mirada compara-
en donde el Hijo del hombre "te- tiva de las fuentes Q, Marcos,
nía que sufrir mucho, verse recha- Mateo, Lucas y Juán (17) se per-
zado por los ancianos, por los prín- dbe en la misma dificultad de quie-
cipes de los sacerdotes, ser matado nes compartieron su vida o el tes-
y resucitar al tercer día" (Mc 8, timonio de sus últimos momentos.
31-32). Pedro, a quien le costaba Como hecho histórico podemos
entender a Jesús desde la pasión, concluir que todos los discípulos
toma a parte al Maestro para "re- abandonaron de alguna manera a
prenderle" a lo que le responde el Jesús. No estuvieron presentes en su
mismo Jesús: "Quítate de mi vista pasión como correspondería a los
Satanás! Eres un peligro para mí, verdaderos discípulos. El Maestro
porque tu idea no es la de Dios, recorr'io el camino de la pasión to-
sino la humana" (Mt 16,23) (16). talmente solo y abandonado por
todos. Sin embargo, la misma de-
Las mismas tentaciones de Jesús fección de los discípulos es la base
en el desierto y la oración en el para la conversión que consiste
huerto (Mt 4,1-11 Y passim; Mt en seguir de nuevo a Jesús a pesar
26, 36-46 Y passim) le presentan de haberle abandonado a su suerte.
desde su sensibilidad por el reino En su caída, saben tras su muerte
de Dios en un discernimiento his- que están en las manos misericor-
tórico que tiene como horizonte diosas de Dios. Así lo han compren-
la entrega total de su vida por la dido por las mismas palabras y
causa del Padre. Su opción le trae hechos de Jesús; esta experiencia
como consecuencia el enrutarse posibilitará su reencuentro con la
en el camino de la cruz, él mismo muerte resucitada del nazareno.
entrega en el amor del amigo que da
la vida (Jn 15,13). Este esfuerzo La muerte de Jesús en la cruz
perseverante de Jesús en su fe, escandalizó a los discípulos de tal
desde la conciencia de su misión forma que muchos se desencanta-
como poder para entregarse en me- ton de su causa, a pesar de haber
dio de la opacidad de sus luchas compartido Íntimamente la pala-
históricas por vivir en la praxis bra y vida del Maestro. El pasaje de
del reino, no se da sin dificultad. Emaús (Lc 24, 13-33) nos refiere
Los evangelios nos presentan la con- este hecho cuando señala la inter-
flictualidad que va experimentando pretación que del desconocimiento
en su vida y que desemboca en la de la cruz hacen dos discípulos que
oposición al poder religioso y civil huyeron hacia Emaús luego del
que le condena a muerte violenta temor desencadenado por este
en el madero. hecho escandaloso. El nazareno

(16) SCHILLEBEECKXS, Evangelio de Jesucristo, secc. terc.: "La historia cristiana tras la muerte de
Jesús en: Jesús historia de u n viviente. Sígueme, Madrid, 1981, 291-367.

(17) E. SCHILLEBEECKXS, op. cit. p. 361.

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-dicen"resultó ser un profeta po- Referirse al crucificado resucita-
derQso en obras y palabras ante do implica una experiencia personal
Dios y ante todo el pueblo, lo que se interpreta (hermeneuin), se
entregaron a los sumos sacerdotes y relee desde la iniciativa del propio
a nuestros jefes para que lo conde- Jesús. En otras palabras, la cruz
naran a muerte, y lo crucificaron, nos dá qué pensar, nos dá un qué
cuando nosotros esperábamos que hacer, nos sugiere un horizonte de
él fuera el liberador de Israel" (Lc sentido al que tenemos que regre-
24,19-21). sar continuamente para redescubrir
lo que aún no hemos comprendido
Tras la dispersión de los discípu- plenamente. Muchas veces caemos
los causada por el asesinato de su en el olvido mismo de la cruz por-
Maestro, se está dando una primera que para comprenderla mejor he-
comprensión del crucificado como mos limado sus aristas, hemos dul-
fracasado. Sin embargo, este fracaso cificado su escándalo, hemos alige-
es releído por quienes desde la vida rado su peso. Nos alejamos de ella
de Jesús trataron de acercarse a su como una carga, como una condi-
muerte. El mismo grupo de los doce ción humana que tenemos que
presidido por Pedro, inician la sobrellevar. Porque "Si alguno quie-
presentación de su experiencia con re ser discípulo mio, olvidese de sí
el crucificado a quien perciban vivo mismo, cargue con su cruz y síga-
entre ellos. El mismo crucificado me" (Mt 16, 24).
está con ellos. Este encuentro con
el crucificado da origen a la tradi-
ción apostólica oficial "creemos
que Dios lo ha resucitado" (Tes 1, 3. La cruz como teología de la cruz
10). La reagrupación de los discí- en AL
pulos expresada en los relatos de
apariciones en donde pasan de la "La teología latinoamericana
dispersión a la reunión fue entendi- hoy redescubre y explicita su
do e interpretado como pura gracia función de ser 'reflexión críti-
de Dios (18). Jesús se convier- ca de la praxis histórica a la luz
te en el crucificado viviente que les de la Palabra' como dimensión
otorga el perdón de Dios, allí que le es propia. Esa dimen-
experimentan que el Jesús vive, sión no reemplaza las obras que
pues un muerto no puede perdonar. la Teología ha desarrollado a tra-
Esta es la matriz en donde nace la vés de su historia, a saber, las
fe en Jesús resucitado, pero que de ser sabiduría y ciencia, sino
parte del crucificado que les convo- que las necesita, supone y rein-
ca a una existencia nueva. terpre ta " (19).

(18) GUTIERREZ, TeOlogía de la liberación. Perspectivas. Salamanca 1972,38.

(19) BOFF, LEONARDO. Cómo predicar la cruz hoy en una sociedad de crucificados en, Teología
desde el lugar del pobre. Sal. Terrae, Santander 1986, 123.

432 DEL OLVIDO DE LA CRUZ A SU PRESENCIA EN LA HISTORIA


La teología latinoamericana tiene crímen ante el cual "se pedirán
su punto de partida en la experien- cuentas por la sangre de los profe-
cia de fe de las comunidades cristia- tas derramada desde la creación
nas que se reunen a vivir y a cele- del mundo" (Lc 11,50).
brar el misterio de la muerte re-
sucitada de Jesús. El teólogo la- Pero el creyente latinoamericano
tinoamericano presta su servicio de ha encontrado la sabiduría de la
"reflexión crítica a la luz de la Pala- cruz como horizonte cristiano en
bra", no sintiéndose el ÚIÚCO que donde lo que parece debilidad "es
puede reflexionar críticamente, más más fuerte que toda fuerza huma-
bien, tematiza la experiencia vital na" (1 Cor 1,24), porque "de las
de la comunidad que puede mani- debilidades, de los insultos, las ne-
festarse en el culto, en el símbolo, cesidades, las persecuciones y las di-
en las expresiones religiosas y cul- ficultades que sufro por Cristo,
turales, en la lucha por la construc- porque cuando más débil me sien-
ción del pueblo nuevo de Dios en to es cuando más fuerte soy" (2
Jesús. Cor 12,10).

La cruz no está lejos de la expe- La fLierza del pueblo es el cruci-


riencia del pueblo creyente, más ficado, tal es la experiencia de
aún, éste la experimenta desde su acompañamiento que celebramos
crucifixión cuando habla de "muer- los cristianos al lado de la gente
te y de crimen que debe ser denun- sencilla que siempre rodea a Jesús.
ciado y condenado". No se trata de un dolorismo, de
una mística del sufrimiento que
"Hay millones de crucificados asume la muerte como un destino
(en AL), y cada uno pende prác- inscrito en la historia que hay
ticamente de una cruz. Esta que aceptar como venga. La sabi-
cruz es injusta y aborrecida por duría humilde de la cruz encuentra
Dios. Existe una cruz dolorosa en ella la plenitud de la revelación
y persistente que pesa sobre las de Dios que supera profundamente
culturas dominadas de los negros cualquier postura fatalista ante el
y los ind ígenas latinoamericanos. crucificado. Los pobres y humildes
Esta cruz injustamente impuesta de AL saben que la cruz les perte-
ha ocasionado una hecatombe nece porque en ella encuentran
demográfica" (20). un camino hacia la vida plena,
una fuente inagotable de esperan-
La cruz impuesta injustamente za. Tienen la certeza que en la
como sígno de muerte, de fracaso cruz se ha dado "el cumplimiento
humano a las pretensiones de fra- de la revelación cristiana ... , porque
ternidad, son negación histórica en ella quedan definitivamente re-
del amor de Dios. Esta cruz y esta conciliadas la dimensión trascen-
muerte impuestas constituyen un dental y la dimensión histórica del

(20) RAHNER, K. Muerte de Jesús en la revelación cristiana, en Teología de la cruz. Sígueme. Sala-
manca 1979, 108.

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hombre; la absoluta apelación del dar es el llmor; es no impedir que
hombre al misterio de Dios que se sea amado aunque tengamos que su-
da a sí mismo, se convierte en acon- frir mayores sacrificios. Este hecho
tecimiento histórico, y precisamen- sólo es posible mediante la libertad
te en la muerte en cuanto tal, sin la que es capaz de "asumir" la cruz
que no sería esto posible" (21). cambiándole su sentido. "Mediante
La cruz transparenta así la vida con la libertad se opera una reconver-
todas sus sombras y dimensiones sión del sentido: mediante la asun-
como vida ontológicamente mortal, ción de la cruz se retorna al crimi-
cruz existencial, estigma de pecado, nal en actitud de perdón y de re-
pero también como crimen que cla- conciliación. De este modo se abre
ma justicia. un camino que va más allá de la
injusticia. La redención y la libera-
La sabiduría de la cruz entendi- ción total deben ser vistas en este
da al lado del pueblo, ha compren- horizonte" (23).
dido la cruz de Jesús .::omo un sa-
crificio en favor de quienes conde- Los pobres de América Latina
nan a cruz impidiendo que su absur- han asumido el destino señalado
do humano tenga en ella la última por la cruz transformando su senti-
palabra. "Es posible aceptar la cruz do, y allí donde cundió el escán-
y la muerte como expresión de dalo y el fracaso de un hecho injus-
amor y comunión con los que pro- to han creado el espacio abierto
ducen dicha injusticia" (22). Aquí por Jesús de la esperanza aún con-
está revelada en pleno la fuerza tra toda esperanza, del futuro dis-
y el espíritu predicado por el cru- tinto añorado en la lucha por es-
cificado. El amor al enemigo, el tructuras más humanas, ante el
perdón a quién nos ha ofendido, acoso, la fuerza y el poder de lo
el poner la otra mejilla para que inhumano.
también sea golpeada, el dar la tú-
nica a quien quita el manto, etc. Ha sido la devoción del pueblo
"No es fácil que alguien se deje humilde ante el crucificado, su ce-
matar en lugar de una persona lebración del viernes santo la que
justa; aunque alguien estaría dis- interpela de nuevo a los teólogos
puesto a morir por una persona para que se regrese de nuevo a la
verdaderamente buena. Pero Dios cruz, para superar su olvido teo-
prueba que nos ama, en que, cuan- lógico en la misma teología, en
do todavía éramos pecadores, Cris- la liturgia, en la ética, la políti-
to murió por nosotros" (Rom 5, ca, en las instrucciones eclesiales.
7 -8). La respuesta ante el tortura- Porque como afirma Moltmann,

(21) BOFF, op. cit. p. 131.

(22) Idem. p. 132.

(23) LUTERO, Obras. Edición preparada por EGIDO, J. Ediciones S(gueme. Salamanca, 1979
pp. 75-85.

434 DEL OLVIDO DE LA CRUZ A SU PRESENCIA EN LA HISTORIA


la cruz condena las interpretacio- "La intervención del pensar teo-
nes parciales. lógico en la acción política de la
comunidad cristiana tiene desde
Por ello siguiendo al mismo luego su importancia. No se tra-
Moltmann es preciso dar priori- ta de que la teología tenga la
dad al elemento histórico, porque función de resolver el misterio
es en la historia donde el Hijo de de la cruz. Al contrario, inter-
Dios ha muerto y sigue muriendo, viene para preservarlo en toda
y de este dolor del Padre en el su integridad. Por eso, el Logos
Hijo, brota el Espíritu capaz de dar humano se comporta ante la
vida, porque la vida pertenece a cruz algo así como el pastor del
Dios. No es pues, caer en una ele- misterio o como guardián de su
fantitis de la cruz sino desentra- trascendencia. Su función no
ñar la fuerza que mata y a la vez consiste en resolver el misterio,
da vida como gracia y paz nacida como sí éste equivaliese a un
en la reconciliación ganada en la problema, sino todo lo contra-
cruz. rio; consiste en mantener el mis-
terio en todo su vigor y vitali-
La clave de lectura histórica nos dad"
sitúa lejos de una "mística de su-
frimiento como humilde someti- La vitalidad del misterio de la
miento" al destino impuesto en la cruz en América Latina, tiene que
cruz, línea propuesta por Lutero rediseñar los símbolos en los cuales
especialmente en su Controversia la misma cruz ha sido pensada a
de Heidelberg (1518), que según partir de la espiritualidad de la cruz
el mismo Moltmann, nada tienen vivida por el pueblo latinoamerica-
que ver con el protestantismo. no, en donde están presentes la
riqueza y la tradición viva de la
La hermenéutica histórica de la espiritualidad de la Iglesia. En este
cruz debe' ser entendida por la teo- punto seguimos a Ch. Duquoc (25),
logía latinoamericana en sentido quien habla desde el espacio común
político, es decir como camino de la reflexión en los teólogos lati-
y búsqueda de liberación. En la noamericanos de una hermenéuti-
liberación la cruz no deja de ser ca histórica para entender el hecho
misterio que orienta y anima las de la cruz. Nos propone Duquoc,
opciones libres en el seguimiento la vuelta a "la historicidad de la
a Jesús "incluso hasta la muerte cruz de Cristo" como superación
y muerte de cruz". Recordemos lo del "eclipse de las teologías de la
que nos dice al respecto Clodovis cruz". El símbolo de las teologías
Boff (24). de la cruz hasta el momento ha sido

(24) BOFF, CLODOVIS. TeOlogía de lo Político. Sígueme. Salamanca. 1980, p. 372.

(25) DUQUOC, CHR ISTIAN, Actualidad teológica de lacruz. Edic. Sígueme. Salamanca. 1979, 21-29.

GUILLERMO ZAPATA, S.J. 435


jurídico. Lo simbolizado es una samente en la desesperación o en la
transacción jurídica en donde existe explotación de los demás.
la obligación de saldar la deuda por
medio de una "negociación entre
La propuesta de Duquoc es pues
Jesús y Dios en relación con noso-
la recuperación de la historicidad
tras". "En lugar de nosotros,
de la cruz mediante el paso de una
Jesús paga en justicia la deuda con-
teología simbólica a una teología
traida ante Dios y que, por hipóte-
histórico política de la cruz, que ya
sis, nosotros éramos incapaces de
insinuábamos también con Leonar-
saldar" (26). La cruz es entendida
do Boff, Clodovis Boff, Gustavo
como reparación, como expiación,
Gutiérrez, Jan Sobrino en el trans-
por medio de una abstracción casi
curso de nuestra reflexión.
geométrica de la relación del hom-
bre pecador con Dios, que univer-
saliza y generaliza lo particular de En este discurso teológico deben
este hecho histórico absolviendo a tenerse en cuenta las mediaciones
los verdaderos culpables de este de las ciencias sociales y hermenéu-
crimen, limando por supuesto, sus ticas en los diferentes niveles teo-
mecanismos político y religiosos. lógicos ya estudiados por estos mis-
"La cruz no es una necesidad im- mos autores tanto europeos como
puesta desde fuera por una divini- latinoamericanos y que no es el
dad ávida de compensación por el objetivo directo de nuestra re-
honor ofendido, sino el resultado flexión en este momento, en donde
del combate de Jesús contra los la praxis de fe en las comunidades
opresores" (27) .JesÚs toma partido cristianas y la reflexión crítica a la
por los excluídos de la sinagoga, luz de la Palabra van entretejiendo
a quien se les opacaba también una manera de pensar, y de vivir
toda esperanza humana o religio- la cruz, como historicidad del
sa; choca de frente con aquellos hombre redimido llamado a vivir
cuya prosperidad económica o su- desde la misma cruz el proyecto
perioridad religiosa se apoya preci- de Dios para la vida.

(26) Op. cit. p. 22.


(27) Op. cit. p. 26.

436 DEL OLVIDO DE LA CRUZ A SU PRESENCIA EN LA HISTORIA

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